La red o internet crece a un ritmo tan acelerado que en un segundo

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Carta del editor
La Biblioteca Virtual Ambiental de Chihuahua
La red o internet crece a un ritmo tan acelerado que en un segundo, dicen los expertos, le
entra más información de la que una persona pueda leer en toda su vida, aún dedicando la
mayor parte de su tiempo a la lectura. Son millones de personas, empresas e instituciones
de toda clase las que vierten sus mensajes a la red en todo momento. Suena increible,
pero la realidad va más allá de la imaginación.
Otro de los decires de los expertos es que de esa cantidad de información subida a
la red, la mayoría es basura. Aún así, suponiendo que al menos un 10% de esa
información fuera útil, la vida de esa persona seguiría siendo insuficiente para revisarla.
Bueno, lo cierto es que nadie intentará esa locura, ni siquiera para probar. La
razón es que las personas que se mueven por la internet, por decirlo así, pues la realidad
es que por horas no se mueven de su asiento y sólo se dedican a teclear, tienen un
propósito en mente que les guía. Ese propósito les ayuda a discriminar toneladas de
información y dirigir su esfuerzo en una dirección.
También esto suena fácil, pero lo cierto es que la investigación en línea, que es
una moderna, lógica y valiosa forma de buscar, es un arte que requiere de las habilidades
de un auténtico detective. Entonces, los que se mueven o navegan por la internet como
dios les da a entender, y aunque tengan un tema claro en mente, no necesariamente
sabrán encontrar eso que buscan. ¿Y a qué se debe esto? A que hay demasiada
información, mucho desorden y una floja inteconectividad entre temas, a pesar de que
parezca lo contrario, de que la internet es un orden.
Esto último ha motivado la creación de bases de datos especializadas, construidas
por esos que saben buscar para los que no tienen tiempo o no saben cómo encontrar lo
que necesitan. La utilidad de esas bases de datos suele ser de máxima utilidad, sobre todo
cuando se trata de empresas de desarrollo tecnológico, investigación de patentes, o
inversiones, pero también para los científicos o para los tomadores de decisiones, como
funcionarios públicos y legisladores.
Así fue como El Colegio de Chihuahua, a través del Observatorio Ambiental,
comenzó a recopilar información sobre la investigación que en ciencias ambientales se ha
realizado sobre el Estado de Chihuahua, y que se puede rastrear y recuperar por la
internet. Por la inquietud de saber que significaban todas esas piezas de conocimiento
sueltas y en que medida representaban la problemática ambiental de la entidad, surgió el
proyecto denominado Biblioteca Virtual Ambiental del Estado de Chihuahua.
Esta experiencia única en México, como debidamente se ha constatado entre los
científicos de la información que están desarrollando bibliotecas virtuales en el país, ha
crecido a lo largo de un año, apoyándose en herramientas y procedimientos de ingeniería
en sistemas, software y bibliotecológicos, hasta desarrollar una base de datos electrónica
especializada. La cantidad de documentos que contiene no representa en lo absoluto lo
que existe en la red, pero es un producto depurado, fácil de manejar y de aplicación
directa.
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CULCyT//Julio–Agosto, 2007
4
Año 4, No 21
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