Una razón para ir a ver la nueva de Star Wars

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Una razón para ir a ver la nueva de Star Wars
A mi pareja no le gustan las películas de acción, casi sin excepción. Intento tras intento tras
intento de ponerle algún clásico falla. Así que me tomó tiempo descifrar cómo convencerla de
ir al cine a ver la nueva de Star Wars. Gracias a la gente que spoilea, supe cuál sería el
argumento perfecto: «dicen que la principal es mujer, por lo que puede ser una película
perfecta para ponerle a tus hijas». Una tiene 6 y la otra 4, y una de las preocupaciones
constantes al elegir el contenido cinematográfico y televisivo que verán es: ¿cómo son los
personajes femeninos que aparecen? (Si es que aparece alguno.) ¿Cuáles son las
referencias de heroínas que tienen? (Si es que alguna.) ¿Fuera de Mérida (de la película
Brave, de Pixar) y Elsa (de Frozen), lo único que tienen son princesas que hacen todo por
algún hombre de su vida (como perder su voz, con tal de agradarle a un Príncipe, como Ariel
o someterse a vivir con una bestia que la manipula y tortura, con tal de salvar a su padre)?*
Sacrifiqué mi voz por una vagina. Ya saben: porque Ariel prefirió quedarse literal sin voz, pero
tener piernas para poder gustarle al Príncipe. Porque lo más importante es gustarle a un
hombre, incluso si es deshaciéndose de lo más chingón que una tiene.
Valga decir una cosa: como alguien que creció en los ochenta y noventa —con Rocky,
Indiana Jones, el Batman de Burton y John McClane—, sé que no es necesario que los
personajes increíbles sean mujeres para disfrutar las películas y querer ser alguno de ellos.
Si una persona es chingona —sea hombre o mujer—, yo querré ser como ella. Pero, claro:
tengo recuerdos —muchos recientes— de personas que siempre me han corregido que yo no
puedo ser Batman porque él es hombre y yo, pues, no. Qué importa que no soy trillonaria, ni
sé karate. Eso es dispensable y se compensa con imaginación. ¿Pero la diferencia sexual?
La imaginación no alcanza para considerar que es irrelevante. No, no.
Valga todo esto para decir porqué también entiendo la importancia, sobretodo para las
mujeres, de que haya personajes femeninos distintos.** No es que una no pueda conectarse
emocionalmente con los héroes —imagínense que la mitad de la población no pudiera
disfrutar de Harry Potter porque el protagonista es hombre (ahora imagínense lo ridículas que
suenan las personas que argumentan que no hay más películas con protagonistas niñas
porque los niños no las consumirían, porque aparentemente ellos sí que no se pueden
conectar con todo lo que no sea reflejo fiel de lo que «son»)—. Es que versereflejada —de
manera positiva o negativa, de manera diversa o monolítica— importa personal y
socialmente. Que no existas en las narrativas sociales o que solo existas como adorno, como
monstruo o como premio, envía un mensaje. A ti y al resto de las personas. (Esas personas
que insisten en que no puedes ser Batman o Harry o Rocky o… O que tienes que ser mamá
o princesa o… O que no puedes ser nada, porque todos son blancos y blancas y tú no lo
eres… O…) (Sobre este último punto, vean la controversia que se desató porque en la nueva
obra teatral de Harry Potter, Hermione es negra.)
Con todo esto en mente, fuimos, finalmente, a ver la nueva de Star Wars. Y me alegra decir
que no fue una desilusión. VAN LOS S P O I L E R S: la heroína —que todo apunta a que
será la nueva Jedi— es una mujer (una mujer que se llama Rey, por cierto). Es, además, una
chica que es una chingona… ¡piloteando naves! No solo piloteando naves, sino
¡arreglándolas! ¡Como mecánica! (Creo que es la primera vez en mi vida que pienso, digo y
escribo la palabra «mecánica» para referirme a una mujer que es mecánica. Solo falta que no
exista porque #LaRAEtambiénespatriarcal.) ¡Una mujer que es buena con máquinas y naves!
(¿Sabían que en México, hasta 1974, las mujeres tenían prohibido por ley —por ley—
trabajar con máquinas? Es-que-ya-ven-que-las-mujeres-naturalmente-no-saben-manejar-nilidiar-con-aparatos-complicados-porque-sus-mentecitas-no-se-los-permiten-te-lo-juro-no-essexismo-es-ciencia-porque-leí-un-estudio-que-decía-que-los-cerebros-de-los-hombres-y-lasmujeres-son-distintos-y…) Y, ya saben: es, además, una mujer con una entereza emocional
espectacular, con una seguridad apabullante, con una solidaridad increíble, que sabe
quiénes-son-lxs-buenxs-y-quiénes-son-lxs-malxs y por qué es importante sacrificarse por la
causa…
Y, bueno, además de Rey, está Leia, que dejó de ser Princesa y ahora es Generala. (Me dice
la RAE que Generala sí existe.) Es la cabeza de la Resistencia y nadie jamás duda de su
autoridad. Y, además, existe la Capitana Phasma (que es interpretada por Gwendoline
Christie, también conocida como Brienne of Tarth en Game of Thrones, un mujerón que
quiere ser ¡caballero!), que es una de las cabezas del ejército de lxs malxs, ¡porque las
mujeres también pueden ser malas! ¡Malas, malísimas! Y hay stormtroopers mujeres, ¡con
los mismos uniformes que los hombres! ¡Porque no es necesario ponerles tetas y bikinis y
tacones para que puedan pelear! (Vean cómo respondió el Facebook de Star Wars a la
objeción de que ponerles los mismos uniformes impedía saber quién era hombre y quién era
mujer.)
Así que: si no son fans de Star Wars o de películas de acción o de ciencia ficción (porque,
aparentemente, hay personas así en este mundo), vayan como quiera a verla. Lleven a sus
hijas, sobrinas, primas o lo que sea que sean las niñas de su vida, y a sus hijos, sobrinos,
primos o lo que sea que sean los niños de su vida a verla. Porque importa que todos y todas
y todxs y todus y tod*s vean que es posible tener una película de acción y de ciencia ficción
chingona, con un poquito de más diversidad, sin que el mundo se colapse.
* Entre más lo pienso, más me preocupa La bella y la bestia: a pesar de que la toma
prisionera, y a pesar de que literal es una bestia, ella es tan tan tan tan tan tan buena y
paciente y amable y generosa y todas-las-virtudes-imaginables que todavía va y se enamora
del animal que es él y acaba sacando lo «mejor de él», que es ser un príncipe-blanco-bello,
porque el racismo también es cabrón, y viven felices para siempre. Así que el mensaje es
claro: mujeres, mujercitas, no se vayan por el supuestamente guapo egocéntrico, Gastón,
sino por el hombre que las violenta y maltrata porque debajo de toda esa violencia, puede
haber un «buen ser». Solo tienen que trabajar por sacarlo.
** Hace más de un año escribí sobre esto, en un artículo en el que enlisté a mis heroínas
favoritas.
Estefanía Vela Barba
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