NOTA DE TAPA escuelas COLEGIO EMAÚS “SE ACERCÓ Y CAMINÓ CON ELLOS” El establecimiento educativo ubicado en la zona oeste del gran Buenos Aires tal vez ocupe el primer lugar en el podio de los colegios más numerosos. Casi tres mil niños y jóvenes alumnos son recibidos por un staff de cuatrocientos docentes. A ellos se le suman más de trescientos adultos que concurren en el turno noche para asistir a la Escuela Abierta de Formación Técnica Profesional. Una opción para personas de la comunidad con estudios primarios, que buscan integrarse en el mundo laboral. Por Verónica Pando 14 “L yudar a conocer, amar y seguir a Cristo, a la persona de Cristo, es el propósito de la educación católica. En esta tarea nuestro colegio se inspira en el evangelio de los discípulos de Emaús, del que toma su nombre. Aquellos discípulos ofrecieron albergue al Peregrino –como tal tomaron al Resucitado– y al bendecir el pan lo reconocieron como su Maestro. Emaús significa dar albergue a Cristo en los niños. Significa, asimismo, reconocer a lo largo de los años de estudio, trabajo y convivencia, la presencia del Maestro que se acerca y camina con ellos”. Así explica el ideario institucional el espíritu del Colegio Emaús. “Se trata de leer el evangelio de Emaús”, repite el Director General, Hugo Palazzo. El pasaje de San Lucas le dio el nombre a la institución que dirige y que ocupa seis hectáreas en la zona más poblada del conurbano, el partido de Morón. Es un colegio de gran prestigio, con características muy particulares y servicios educativos de excelencia. En 1930 un sacerdote alemán, el Padre Luis Hengst, perteneciente a la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María (fundada en Francia y perseguida luego por la revolución), llega a la Argentina. Con el ímpetu y carisma de su Congregación, comienza una vida activa y misionera en zonas alejadas del gran Buenos Aires. De su espíritu emprendedor nacen tres colegios: San José –en Navarro–, Betania –en Capital–, y Emaús. “El niño debe sentirse en su casa, en un ambiente de confianza, pero con la firmeza de voluntad de superarse diariamente y con la sincera convicción de que todo lo puedo en Aquel que me conforta”. Padre Luis Hengst La historia del Colegio Emaús nace en 1934, cuando era un lugar de recreo para niños ubicado en un solar de Haedo, que se transforma en escuela granja y culmina sus tareas en 1953. El padre Luis, sin embargo, se compromete a seguir con la educación de la niñez y la juventud, y conserva el nombre de “Emaús”. Detrás de su figura, nace la primera comunidad educativa integrada por sacerdotes y laicos. El prelado se entusiasma con la cita del evangelista: “Se acercó y caminó con ellos”. Porque “ayudar a conocer y amar a Cristo, es el propósito de la educación católica”, señalaba en sus manuscritos el fundador. La comunidad cumplió desde entonces más de seis décadas de actividad. Su director general comenzó a trabajar allí en los 70, y describe que las máximas autoridades religiosas de los Sagrados Corazones están radicadas en Chile, pero tienen aquí su representante en el Padre Félix Martín. LA ESCUELA TÉCNICA PROFESIONAL La Escuela Técnica Profesional cumple 50 años y es un orgullo para los miembros de la institución. Hace poco recibió una certificación de su sistema según las normas IRAM, que rara vez Con 50 años, la Escuela Técnica es uno de los orgullos de la institución. 15 NOTA DE TAPA escuelas Divino Maestro El Director General, Hugo Palazzo, y el Padre Félix Martín, sacerdote del colegio, recibieron el premio “Divino Maestro”, que otorga el Consudec. La tradicional estatuilla se entrega a hombres y mujeres que, durante toda la vida, han dedicado sus esfuerzos a la educación y son reconocidos por generaciones de estudiantes como auténticos maestros. Como ocurrió en Emaús, donde “son los espíritus que hacen memoria… son los corazones que recuerdan”, Hugo Palazzo se pregunta si, ante determinadas circunstancias de la vida, el recuerdo de su paso por el Colegio Emaús surgirá entre los exalumnos como un interrogante: “¿Qué me diría tal o cual profesor ante este tema”. Porque ese es, finalmente, el propósito de la educación. capacitación de adultos La escuela nocturna gratuita está dirigida a los adultos de la zona que cuenten con estudios primarios. Ofrece cursos de diseño gráfico y web, animación multimedia, electricidad domiciliaria, restauración de muebles, soldadura, carpintería de obra, gasista matriculado, introducción a la automatización, inserción laboral, seguridad e higiene industrial y tornería. 16 La educación en deportes, otro de de los aspectos en donde hace foco el Colegio Emaús. otorga dicho reconocimiento a establecimientos educativos de estas características, aunque sí lo hace con universidades. Su director, el licenciado Pablo Alberto Betossini, pertenece a la segunda camada de egresados de la especialidad, y recuerda que uno de los momentos más críticos en la vida del establecimiento fue cuando se sancionó la ley federal de educación en 1993. La norma dictaba la transferencia de servicios educativos, razón por la cual unas doscientas escuelas técnicas pasaban a convertirse en polimodales y perdían cargas horarias para las materias específicas. “Fue un golpe duro –señala Bettosini– pero el deseo de la institución de permanecer buscando alternativas, y el trabajo serio de los docentes del taller, hizo que esa crisis fuera una oportunidad de renacer”. En 2005, por requerimientos propios del mundo laboral, se sanciona la ley técnico-profesional que sale al rescate de estas escuelas. La educación en la especialidad retoma impulso en el colegio Emaús. El panorama se vuelve interesante, porque a los 630 alumnos incorporados en la escuela media, se suma la apertura de la escuela nocturna gratuita y abierta para adultos con estudios primarios de la zona. Una oportunidad inspirada por el carisma del colegio “que entiende la educación como dadora de sentido y esperanza”, apunta Hugo Palazzo. Este servicio a la comunidad funciona hace varios años, por inspiración del animador de la pastoral, el padre Félix. El licenciado Bettosini explica que la formación profesional de los adultos surge también a partir de un convenio firmado con el Municipio de Morón, para que las aulas-talleres del colegio Emaús conformen una sub-sede de capacitación técnica de la Escuela de Profesionales que ya tiene la comuna. Por la demanda laboral de la zona, la Escuela Técnica Profesional, que se especializaba en Electromecánica, incorporó ahora el rubro Construcción: Maestro mayor de Obras. “El efecto fue notable, porque se inscri- bieron 81 chicas, que tienen la mirada puesta en las carreras de arquitectura y diseño”, agrega el docente. A ellas se suman los especialistas en instalaciones: gasistas matriculados, electricistas y plomeros con buena formación profesional egresan cada año del establecimiento educativo a partir del convenio con ADIMTRA (Asociación de Industria Metalmecánico), que certifica el ministerio de Trabajo. VALORES, TRABAJO Y DEPORTES Las autoridades del colegio Emaús cuentan que los festejos de los 50 años de la Escuela Técnica duran un año, y terminan el 23 de septiembre. “Nos basamos en tres ejes: educación y valores, educación y trabajo, educación y deportes –describe el licenciado Bettosini–, así que no queríamos centralizar todo en un solo acto”. Con Jornadas de Juegos Deportivos y paneles con reconocidos invitados como el periodista, Fernando López y el jugador de fútbol Diego Latorre, los alum- “Son los corazones que recuerdan”: el deseo para cada egresado, el propósito de la educación. nos preguntaban si es posible la práctica intensiva del deporte en combinación con el estudio. “En el caso particular de la Escuela Técnica, es un poco traumático”, comentó el docente, sin dejar de señalar que reconocen y respetan los “talentos especiales”, como el caso de un alumno campeón de salto en alto. El 18 de agosto, la licenciada María Rosa Almadoz, Consultora en las áreas de Políticas Educativas, y el doctor Carlos Lascurain, dirigente de la UIA, presidirán una mesa de diálogo con las autoridades educativas y los alumnos titulada “Incumbencias Labora- les de los Egresados de la Escuela Técnica”. Una idea que permite “establecer comparaciones entre las debilidades y fortalezas del egresado, desde su punto de vista, pero también desde la perspectiva empresarial: qué dice un empleador cuando toma ese chico, ¿qué le faltó, y que tenía? Nos sirve para entender dónde estamos posicionados y para seguir relacionándonos con las empresas”, concluyó el director. LA ESCUELA EN SALIDA Detrás del Hospital Posadas se extiende la villa Carlos Gardel. 17 NOTA DE TAPA escuelas Emaús significa dar albergue a Cristo en los niños. Raúl García, responsable del equipo de pastoral social del colegio, la visita hace varios años. Relata que a comienzos de 2000, una docente del colegio, Irene Venavente, anuncia su retiro “para ser fiel a su vocación religiosa”, y dedicarse a colaborar con las necesidades de los más humildes. Ella fue comentando su propósito a los alumnos de los últimos años, que decidieron invitar a representantes de distintas instituciones sociales para que les expusieran sus necesidades y conocer en qué los podían ayudar. Así fue como, en 2004, un grupo de estudiantes y exalumnos del secundario empezaron a brindar apoyo escolar a niños del barrio Carlos Gardel. Con apoyo de las parroquias Cristo Rey, de Haedo, y de La Asunción de la Virgen, que está adentro de la villa y a la que también concurren un grupo de hermanas del colegio Mina Paz de Gallo, se abren las puertas para dar clases todos los sábados desde las diez de la mañana hasta pasado el mediodía. “Hay directoras y maestras de los colegios de la zona que nos envían por medio de los 18 chicos notas o carta de presentación, señalando cuáles son sus dificultades en Matemática, Lengua, Ciencias Sociales e Inglés”, comenta García. “Pero también hay una señora que visita todas las escuelas y a sus autoridades para saber puntualmente cuál es la dificultad y el problema social que tiene cada chico. Hay niños que no hablan, no se relacionan, y no porque sean autistas – cuenta–. La estimulación de una exalumna del Emaús que cursa enfermería logra que estos chicos se vayan integrando al apoyo escolar. Los grupos se dividen según las áreas y se trabaja con un tutor cada seis niños”. “Además, como entre los secundarios hay lazos de amistad con compañeros de otras escuelas privadas de la zona, otros jóvenes del conurbano se suman a la actividad o vienen a ver la experiencia para fomentarla en su ambiente”, continúa el referente. “Pero la ayuda se extiende más allá del apoyo escolar. Hay egresados maestros mayor de obra y electromecánicos que comenzaron a colaborar en la re- cuperación de los salones de la parroquia Cristo Rey. También las salas de la villa están destruidas. Los chicos entran al centro cultural en una combi, con un compromiso muy grande. Toda la actividad se solventa con un festival solidario, al cual asistían al principio algunos padres de los chicos y nuestros parientes. Pero este año logramos vender alrededor de tres mil entradas. La gente fue tomando conciencia, y los festivales son cada vez más concurridos”, destaca. Como reflexión final, Raúl García nos regala una interesante reflexión: “Siguiendo el espíritu de los padres fundadores del Colegio, comenzamos a trabajar en el barrio entendiendo que más allá de insertarnos, queríamos promocionar que la gente se dé cuenta de que puede trabajar junta para salir adelante. Una vez que la comunidad funciona, nos vamos. Porque si no, queda la idea de que el Emaús es Papá Noel. Y la finalidad de la promoción es demostrar a la comunidad que puede sola si se une”, concluye Raúl García. n Casi tres mil alumnos y cerca de cuatrocientos docentes dan vida a este centro educativo.