Bendiciones Inesperadas

Bendiciones Inesperadas
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Mensaje: Bendiciones inesperadas, cuando Jesús te sale al encuentro.
Mateo 14: 20-21, 22-32
20 Y comieron todos, y se saciaron; y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas
llenas. Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera,
entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y
cuando llegó la noche, estaba allí solo. Y ya la barca estaba en medio de la mar, azotada por
las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos
andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un
fantasma! Y dieron voces de miedo.
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
30 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo:
¡Señor, sálvame!
31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué
dudaste?
32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.
Una de las características que más se destacan de los milagros de Jesús es que la mayoría de
las veces él hacia cosas que nadie estaba esperando, es decir, eran bendiciones inesperadas
para muchos. Ejemplo:
Nadie esperaba que un hombre, cuyo cuerpo había sido enterrado hacia 4 días, saliera de una
tumba ante una voz fuerte que exclamo Lázaro ven fuera. Nadie esperaba que un hombre
ciego de nacimiento se presentara en el pueblo diciendo, después que El me tocó, ahora veo.
Nadie esperaba que Jesús saliera al encuentro y se encontrara con un funeral en una ciudad
llamada Nain, y resucitara al hijo de una viuda. Los milagros que Cristo hizo y hace hoy son
para muchas personas bendiciones inesperadas.
En este capítulo de Mateo se registran dos milagros o manifestaciones de bendiciones
inesperadas. Y El Espíritu Santo me señaló dos enseñanzas poderosas en estos pasajes que
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hemos leído que nos muestran donde Dios manifiesta bendiciones inesperadas.
1.- Lo primero que Cristo quiso enseñar a sus discípulos al salir a su encuentro fue que él
puede manifestar bendiciones inesperadas en lugares y circunstancias de escasez y
precariedad.
A. Todo comienza en el desierto.
Vs 13 y 14 dice:
Oyéndolo Jesús, se apartó de allí en una barca a un lugar desierto y apartado; y cuando la
gente lo oyó, le siguió a pie desde las ciudades.
14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos
estaban enfermos.
Es interesante ver a Jesús en el desierto apartado, y allí la gente, una multitud le siguió a pie, y
Jesús allí sanó los que estaban enfermos.
B. Como vemos el desierto. Vs 15 dice:
Cuando anochecía, se acercaron a él sus discípulos, diciendo: El lugar es desierto, y la hora ya
pasada; despide a la multitud, para que vayan por las aldeas y compren de comer.
Son sus discípulos que le presentan a Jesús argumentos que en verdad son lógicos, el primer
argumento es el lugar es desierto, el problema es el lugar, el país, la ciudad, el barrio, lo
segundo es la hora es pasada, además del lugar, no es el tiempo de que reciban esto, está
oscuro, lo tercero es despide la multitud. Para que vayan a otras aldeas y compren de comer. Cristo entonces le dice a los discípulos en el vs 16:
No tienen necesidad de irse; dadles vosotros de comer.
Cristo nos hace un desafío. Nuestra Iglesia ha experimentado esto, no tiene que irse, paguen
esos 23 millones, y se van a quedar.
Los discípulos ven el desierto como un problema, Cristo lo ve como una oportunidad, los
discípulos ven el desierto como un lugar de escasez, Cristo lo está viendo con mucho pan, con
mucha abundancia. Los discípulos ven precariedad y escasez, por eso le dicen a Cristo solo
hay cinco panes y dos pececillos, en otras palabras, hasta nosotros que somos los 12 no
podremos comer todos, no hay suficiente, no da, Cristo entonces dice, traédmelos acá, Porque hay una revelación que ustedes no han captado. En el desierto Dios suplió mana al
pueblo y los alimento, estamos en un desierto y yo soy el pan de vida, si yo soy pan, donde yo
estoy la gente es alimentada, la gente es provista, la gente es sanada, ustedes dicen que no
hay pan, que hay poco, si tienen revelación de que yo soy el pan de vida, entenderán que no
es el lugar que hace la persona, es la persona que hace y condiciona el lugar. 2/4
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C. Lo que Jesús toca y bendice se multiplica
Vs 19 dice:
Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; y tomando los cinco panes y los dos
peces, y levantando los ojos al cielo, bendijo, y partió y dio los panes a los discípulos, y los
discípulos a la multitud.
Fue una multitud inesperada, pero mayor fue la bendición, ellos nunca esperaron ver comida
para 5 mil hombres, sin contar mujeres y niños.
Algo que fue una bendición inesperada es lo que dice el texto, Y comieron todos, y se saciaron;
y recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas.
2. La segunda enseñanza que Cristo le da a sus discípulos es que, él no solo quiere manifestar
bendiciones inesperadas, sino que él quiere que tú te conviertas en una bendición inesperada
para otros. a.- Hay bendiciones inesperadas, pero también habrán tormentas inesperadas. Vs. 22:
En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera,
entre tanto que él despedía a la multitud. Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y
cuando llegó la noche, estaba allí solo.
24 Y ya la barca estaba en medio de la mar, azotada por las olas; porque el viento era
contrario.
El cuadro es digno de analizar, Cristo se queda despidiendo a la gente, envía a sus discípulos
a la otra ribera, sube al monte a orar, se queda solo. Pero la barca es azotada por las olas, por
un viento contrario.
Increíblemente la noche va transcurriendo, en Israel la noche se divide en cuatro vigilias, o
tiempos.
B.- Aunque la tormenta arrecie espera de Dios lo mejor, nunca esperes lo peor.
Vs. 25-27 dice: Más a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron
voces de miedo.
27 Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
Los discípulos nunca esperaron que Jesús apareciera caminando sobre el agua, y menos en
una tormenta como esa, gritaron, un fantasma. Ellos estaban en la hora más oscura, viento
contrario, esperaban lo peor, y ven a Cristo caminado sobre el mar y dicen un fantasma.
No es un fantasma, es una bendición inesperada, es Jesucristo que te dice en este día, tened
animo yo soy, no temáis
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c.- Cuando Jesús sale al encuentro de sus discípulos los desafiara a hacer cosas que en el
plano humano son imposibles de hacer. Él quiere que tú te conviertas en una bendición
inesperada para otros. Vs. 28-32:
Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.
29 Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.
La petición de Pedro es inesperada, el pide caminar sobre el agua, y la respuesta de Jesús es
más inesperada, le dice a Pedro ven, camina sobre el agua, experimenta el ámbito
sobrenatural, y Pedro comenzó literalmente a caminar sobre las aguas. Los discípulos nunca
esperaron que Pedro se atreviera a caminar sobre el agua, en medio de aquel viento y de
aquella tormenta, eso fue una bendición inesperada.
Pedro fue una bendición inesperada para los otros, y yo vengo a decirte en esta mañana que
cuando tú te levantas y sales de la barca, y decides caminar sobre una palabra que Dios te ha
dicho, y caminas en fe, sobre la deuda que tienes, sobre la enfermedad que dicen que tienes,
sobre las dolencias, la gente que está a tu alrededor comenzaran a decir, mira fulano, nunca
espere que estuviera así, oye el hombre está en una dimensión sobrenatural tiene problemas,
está pasando una tormenta, pero es una bendición inesperada para nosotros, nunca nos
imaginamos que él podría caminar sobre esto.
Es verdad que Pedro al ver la tormenta de nuevo comenzó a hundirse, pero camino sobre las
aguas, y supo clamar Señor, sálvame.
Y dice que cuando entraron él y Cristo en la barca se calmo el viento.
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