Colorantes alimentarios artificiales y trastorno por déficit atencional

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Colorantes alimentarios artificiales y trastorno por déficit
atencional con hiperactividad
Robin B Kanarek
El trastorno por déficit atencional con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos
conductuales más comunes en los niños. Los síntomas de este trastorno incluyen
hiperactividad, baja tolerancia a la frustración, impulsividad e inatención. A pesar de que
las vías biológicas que llevan al TDAH no están claramente delineadas, se han reconocido
una cantidad de factores de riesgo genéticos y ambientales. A principios de los años
setenta, una investigación conducida por el Dr. Benjamín Feingold encontró que cuando
a los niños hiperactivos se les daba una dieta libre de aditivos alimentarios y colorantes
artificiales, se reducían los síntomas de hiperactividad. Si bien algunos estudios clínicos
apoyan estos resultados, estudios empíricos más rigurosos realizados durante los 20 años
posteriores son menos positivos. Como resultado, la investigación sobre el papel de los
aditivos alimentarios en la contribución del TDAH disminuyó. Sin embargo, en los últimos
años, ha revivido el interés en esta área. En respuesta a investigación más reciente y a
peticiones del público, en diciembre de 2009, el gobierno inglés solicitó a la industria
alimentaria eliminar la mayoría de los colorantes alimentarios artificiales de sus productos.
Pese a que estas restricciones podrían tener efectos positivos en el comportamiento, la
eliminación de colorantes alimentarios no es la panacea para tratar el TDAH, que es un
trastorno multifacético con bases biológicas y ambientales.
INTRODUCCIÓN
El trastorno por deficit atencional con hiperactividada
(TDAH) es uno de los trastornos conductuales
más communes en los niños, que afecta de 3% a
7% de los niños en edad escolar.1 Según lo define el
Manual de Diagnóstico y Estadística de Trastornos
Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental
Disorders) de la Sociedad Americana de Siquiatría,
las características esenciales del TDAH incluyen un
patrón generalizado de hiperactividad-impulsividad
y/o inatención, que se observa antes de la edad de 7
años y está presente por un mínimo de 6 meses.2 La
hiperactividad y/o inatención deben producirse en
dos o más lugares (por ejemplo, la escuela y el hogar)
y debe existir evidencia de funcionamiento social,
académico u ocupacional inadecuado en desarrollo. En
la vida cotidiana, estas características se traducen en
niños que tienen dificultades para concentrarse en una
tarea, sentarse quietos, escuchar y seguir instrucciones,
organizar tareas y procesar información de forma
rápida y precisa como los otros niños. Los niños con
TDAH también pueden ser impacientes, a menudo
interrupen las conversaciones de otros, realizando
comentarios inapropiados y mostrando sus emociones
sin restricción.1-6
A pesar de que los síntomas de TDAH se observan
comúnmente en los niños, éstos se pueden extender
hasta la adolescencia y la adultez. Los adolescentes
con TDAH experimentan relaciones precarias con sus
pares, problemas académicos, conflictos con los padres,
los profesores y otras figuras de autoridad, un mayor
riesgo de abuso de drogas y delincuencia y baja auto
estima. Los síntomas de hiperactividad e impulsividad
tienden a disminuir con la edad; sin embargo, en los
adultos con TDAH, la incapacidad para poner atención
Afiliaciones: RB Kanarek trabaja en el Department of Psychology, Tufts University, Medford, Massachusetts, USA.
Contacto: RB Kanarek, Department of Psychology, Tufts University, 490 Boston Avenue, Medford, MA 02155, USA. E-mail:
[email protected], Teléfono: +1-617-627-5902, Fax: +1-617-627-3181.
Palabras clave: colorantes alimentarios artificiales, trastorno de déficit atencional con hiperactividad, TDAH, dieta Fiengold
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Título original: Artificial food dyes and attention deficit hyperactivity disorder
Autor: Robin B. Kanarek
Nutrition Reviews©2012 Vol. 69(7):385-391 - International Life Sciences Institute
http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/j.1753-4887.2011.00385.x
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puede llevar a problemas en el trabajo y en los ambientes
sociales.3,7,8
FACTORES ETIOLÓGICOS EN EL TDAH
El TDAH es un trastorno multifactorial que se
ocasiona por la convergencia de diversos factores de
riesgo, incluidos la genética, las lesiones cerebrales, las
variables ambientales y la nutrición.1,3,5,9 Estudios de
casos de adopción, que muestran que es más probable
que se diagnostique con este trastorno a los parientes
biológicos de los niños con TDAH que a los parientes
adoptivos; y estudios en mellizos, que muestran que la
tasa de concordancia de TDAH es substancialmente
mayor en los gemelos que en los mellizos, indican que
el TDAH es altamente heredable.10,13 Además, trabajos
recientes han identificado genes “candidatos” que
podrían afectar la propensión al trastorno. En particular,
se han encontrado asociaciones entre el TDAH y los
genes que están involucrados en la neurotransmisión
en los sistemas dopaminérgico, norandrenérgico y
serotoninérgico.3,10-13 Se supone que estos genes moderan
la actividad en los sistemas catecolaminérgico en áreas
del cerebro que son importantes para el funcionamiento
ejecutivo, la atención y el comportamiento motor,
incluidas la corteza prefontal, el cerebelo y las estructuras
subcorticales.3,14–16
Los factores ambientales también contribuyen
al desarrollo del TDAH.17 Las complicaciones
asociadas con el embarazo y el parto son de particular
importancia. Los niños que nacen prematuramente,
los que han sufrido de hipoxia al nacimiento o que han
experimentado sufrimiento fetal, al igual que los niños
cuyas madres fumaron o abusaron del alcohol durante
el embarazo tienen un mayor riesgo de desarrollo
de TDAH.1,3,18 La exposición a toxinas ambientales,
incluidos el plomo, el mercurio, los organofosfatos y
los bifenilos policlorados durante el desarrollo también
pueden llevar a la hiperactividad e inatención en los
niños.17,19
Un ambiente familiar negativo también puede
predisponer a un niño a un TDAH. En las familias
de niños con TDAH se observan con más frecuencia
conflictos familiares crónicos, sicopatologías de los
padres y cohesión familiar deficiente en comparación
con familias de niños sin el trastorno. Adicionalmente,
una baja educación de la madre, las familias
uniparentales y un nivel socioeconómico bajo aumentan
la susceptibilidad de un niño de desarrollar TDAH.20
TRATAMIENTO DEL TDAH
Los fármacos estimulantes, como el metilfenidato y la
dextroanfetamina, son los tratamientos más comunes
para el TDAH.4,6,21 Estos fármacos aumentan la actividad
de los neurotransmisores dopamine y norepinefrina.
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Aproximadamente, 70% a 90% de los niños con
TDAH responden positivamente a estos fármacos con
una reducción de la impulsividad e hiperactividad y
un aumento en la capacidad para poner atención. A
pesar de que estos fármacos tienen un alto grado de
eficacia, a menudo los resultados están acompañados
de efectos secundarios indeseables, incluidos la
supresión del apetito, pérdida de peso, disminución
de la tasa de crecimiento, dolor de estómago, dolores
de cabeza, problemas para dormir y un leve aumento
de la presión sanguínea.4,6,21,22 Adicionalmente, los
medicamentos estimulantes usados con más frecuencia
tienen potencial de abuso. Otros fármacos se han usado
en el tratamiento del TDAH. Sin embargo, al igual que
los fármacos estimulantes, estos medicamentos tienen
efectos secundarios que hacen que los padres y los niños
no deseen usarlos.21,22
Los tratamientos conductuales pueden reducir
los síntomas del TDAH. Estos tratamientos emplean
comúnmente técnicas de manejo de la contingencia
en que los comportamientos positivos reciben una
recompensa. Las estrategias de comportamiento han
sido usadas con éxito en el hogar, la escuela, lugares
recreacionales y pueden ser un complemento importante
del tratamiento farmacológico.23
NUTRICIÓN Y TDAH
La actual e incompleta comprensión de la etiología
del TDAH, vinculada con problemas asociados a los
tratamientos con fármacos, ha llevado a los investigadores
y a los padres a buscar causas definitivas y tratamientos
alternativos para el trastorno. Los resultados de estas
búsquedas indican que las variables alimentarias pueden
contribuir al desarrollo del TDAH.24-26 Por ejemplo, la
hiperactividad y la inatención son síntomas comunes
asociados con deficiencias marginales de zinc, hierro
y magnesio;27–30 se han observado correlaciones negativas
significativas entre los niveles de ferritina sérica y
zinc y los informes de los padres de comportamientos
hiperactivos.31 Además, en algunos niños, la ingesta
de suplementos que contienen estos micronutrientes
puede reducir el comportamiento hiperactivo.27–31
Adicionalmente, en reciente trabajos se sugieren que
las dietas que contienen bajos niveles de ácidos grasos
poliinsaturados omega-3 pueden predisponer a los niños
al TDAH y que el uso de suplementos que contienen
ácidos poliinsaturados omega-3 pueden mejorar los
síntomas de hiperactividad en algunos niños.32–35
Sin embargo, durante los últimos 40 años, el punto
más controversial y que ha permanecido con respecto
a la dieta y el TDAH es el posible papel de los aditivos/
colorantes alimentarios en el desarrollo del trastorno.
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Primeros trabajos sobre aditivos alimentarios/
colorantes y TDAH
Durante miles de años, las personas han usado hierbas
y especias para realzar el sabor de los alimentos, sal
para conservar las carnes, azúcar para conservar las
frutas y verduras, y pigmentos naturales para colores
atractivos a los alimentos. Sin embargo, con la transición
experimentada por los humanos, que pasaron del cultivo
local primario de alimentos a una fácil disponibilidad de
éstos, venidos de todo el mundo, el uso de los aditivos
alimentarios ha aumentado de forma importante. Se
estima que en la actualidad se utilizan entre 2.500 y
3.000 agentes diferentes como aditivos alimentarios.36
Muchos
aditivos
cumplen
funciones
importantes para el suministro de alimentos, como la
mantención de la consistencia, la frescura y la seguridad;
el mejoramiento del valor nutricional, y el realce del
sabor.36,37 Sin embargo, algunos tipos de aditivos se usan
con propósitos cosméticos más que para mantener un
suministro de alimentos saludables.
Los agentes colorantes se agregan a los
alimentos por una variedad de razones, las que
incluyen: realza los colores naturales; disminuye la
pérdida de color por exposición al aire, luz, humedad y
temperaturas extremas; corrige las variaciones naturales
en el color; hace más atractivos los alimentos a la vista
del consumidor, y proporciona color a los alimentos
que no lo tienen y a los alimentos “divertidos”.36 Los
colorantes alimentarios son productos de origen natural
o sintético. Los colorantes naturales vienen de las uvas,
el azafrán, el pimentón, las zanahorias, la remolacha
y las algas, y se usan para dar color a una variedad de
alimentos.36 Sin embargo, la industria de alimentos
prefiere los colorantes sintéticos, porque proporcionan
una intensidad y uniformidad de color superior, son más
baratos, más estables y se mezclan con más facilidad con
los alimentos para producir una variedad de colores.38
En la actualidad, la Administración de Alimentos y
Medicamentos de los Estados Unidos tiene aprobados
nueve colorantes sintéticos. Durante los últimos 50
años, la ingesta diaria per capita de estos colorantes ha
aumentado cinco veces38,39 en paralelo con el aumento
de la ingesta de alimentos procesados, incluidos los
productos horneados, los cereales para el desayuno, los
snacks y las bebidas.
A principios de los años setenta, el Dr.
Benjamin Feingold, pediatra experto en alergias,
expresó sus primeras preocupaciones sobre los
efectos negativos de los aditivos alimentarios y los
colorantes sobre el comportamiento humano. Él
suponía que el aumento informado en la prevalencia
de TDAH estaba relacionado con el aumento del uso
de saborizantes y colorantes artificiales en la dieta de
los norteamericanos.40,41 Para probar esta hipótesis,
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Feingold trató a niños hiperactivos con una dieta donde
se eliminaron los aditivos y colorantes artificiales.
Como algunos niños que tuvieron una reacción
alérgica al colorante alimentario amarillo, reaccionaron
negativamente al ácido acetilsalicílico (aspirina),
también se eliminó de la dieta las frutas y verduras que
contenían salicilatos naturales (por ejemplo, manzanas,
damascos, pasas, pepinos, pimientos verdes y tomates).
Feingold informó que sobre el 50% de los niños
respondieron positivamente a su dieta de exclusión.
Feingold enfatizó la importancia de lo siguiente para
asegurar los mejores resultados: 1) la adherencia a la
dieta es obligatoria, 2) un tratamiento exitoso requiere
que toda la familia del paciente participe en la dieta, y
3) un individuo sensible a los aditivos alimentarios debe
evitarlos de por vida.40,41
Los resultados del trabajo de Feingold
fueron ampliamente difundidos y rápidamente
ganaron popularidad entre el público común. Las
familias de niños con TDAH se unieron para formar
las Asociaciones Feingold, que difundieron la dieta
Feingold como tratamiento principal para el trastorno.
Durante los siguientes 40 años, la dieta Feingold
original ha sido modificada al reconocer el hecho de
que la mayoría de las frutas y verduras excluidos en la
dieta original contenían solo cantidades mínimas de
salicilatos. Versiones más recientes de la dieta eliminan
solo los aditivos y/o colorantes alimentarios artificiales.
La posible importancia de las afirmaciones
de Feingold no se perdió en la comunidad científica.
Durante los años 70 y los años 80, se realizaron
numerosos estudios para evaluar su hipótesis. Los
ensayos clínicos iniciales, donde los niños simplemente
consumían la dieta Feingold, apoyaron los resultados
originales de Feingold. Sin embargo, es estos ensayos
clínicos, los padres, los profesores y los investigadores
estaban conscientes del cambio en la dieta de los
niños. Por consiguiente, las expectativas pueden haber
contribuido a resultados positivos.42-44
Para eliminar la influencia de las expectativas
en los estudios de la dieta Feingold y para examinar
los efectos de la dieta sobre el TDAH de un modo más
controlado, se efectuaron estudios de reemplazo de
alimentos para verificar los efectos conductuales de
dos dietas, una que contenía aditivos y/o colorantes
alimentarios y otra que no. Las dos dietas se
construyeron de modo que fueran lo más similares
posible. Los resultados de los estudios de reemplazo
de alimentos fueron mixtos.42-52 Los primeros estudios
informaron que algunos niños con TDAH mostraron un
comportamiento hiperactivo menor cuando consumían
una dieta libre de aditivos o colorantes alimentarios
que cuando consumían una dieta que contenía estos
ingredientes.42,51 Sin embargo, en estudios posteriores,
los resultados fueron menos importantes. Los niños solo
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respondieron positivamente cuando la dieta libre de
aditivos eran administrada después de la dieta control.
Adicionalmente, las mejoras en el comportamiento
eran notadas por los padres y no por los profesores u
observadores objetivos.47
Un problema con los estudios de reemplazo de
alimentos es que a pesar de que las dos dietas evaluadas se
construyen de la manera más similar posible, a menudo
difieren no solo respecto a la presencia de aditivos
alimentarios artificiales, sino que también respecto al
contenido nutricional (por ejemplo, niveles de vitaminas
y minerales). Por lo tanto, es difícil determinar a
partir de los estudios de reemplazo de alimentos si las
diferencias observadas en el comportamiento en los
niños que consumieron ambas es dietas se debe a los
aditivos alimentarios o a otras variables de la dieta.
Otros estudios que examinaron los efectos
de los aditivos alimentarios sobre el comportamiento,
han usado un paradigma de exposición a los alimentos
en que los niños fueron alimentados con su dieta
estándar o una dieta sin aditivos alimentarios. El
comportamiento de los niños fue evaluado entre 1
y 3 horas después de haber sido estimulados con los
aditivos alimentarios o con un placebo.37 Una ventaja
de los estudios de exposición a los alimentos es que se
puede implementar el procedimiento de doble ciego.
Los aditivos alimentarios y el placebo se pueden envasar
(por ejemplo, en una galleta o una cápsula) de modo
que ninguno de los administradores de los estímulos
alimentarios, niños, padres o profesores pueda detectar
lo que se está consumiendo. Adicionalmente, para
controlar posibles efectos de orden, se puede usar un
diseño cruzado de modo que la mitad de los niños
reciba los aditivos alimentarios artificiales el primer día
de la prueba y el placebo al día siguiente, mientras que
el resto de los niños recibe el placebo el primer día y
los aditivos alimentarios el segundo. A pesar de que se
realizan con poca frecuencia, los estudios de exposición
a los alimentos también permiten evaluar más de una
dosis única de alimentos.
Al igual que los estudios de reemplazo de
alimentos, los resultados de los estudios de exposición a
alimentos no fueron consistentes. En algunos estudios,
los aditivos y/o colorantes alimentarios llevaron a
aumentar la hiperactividad en una pequeña cantidad de
niños,42,45,48,49 pero en otros estudios estos ingredientes
no tuvieron tales efectos negativos.42,46,50,53
Los resultados dispares en los efectos de los
aditivos alimentarios artificiales sobre el comportamiento
se puede explicar, al menos en parte, por inconsistencias
en los protocolos de investigación. Por ejemplo, algunos
estudios se realizaron con preescolares mientras
que otros lo hicieron con adolescentes jóvenes. La
comparación de estos estudios sugiere que los niños más
pequeños son más sensibles a los efectos nocivos de los
aditivos alimentarios que los niños mayores. También
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algunos estudios evaluaron a niños con diagnósticos
confirmados de TDAH, mientras que otros observaron
a niños que no presentaban el trastorno. Con respecto
a las medidas de conducta, los estudios en que las
clasificaciones subjetivas de los padres y/o profesores se
usaron como la variable dependiente, informaron más
a menudo efectos negativos de los aditivos alimentarios
que los estudios que utilizaron escalas de clasificación
de conducta objetivas completadas por individuos sin
conocimiento de las condiciones nutricionales. Otra
dificultad seria para determinar los posibles efectos de
los aditivos alimentarios sobre los comportamientos
hiperactivos es que existe poca consistencia entre los
estudios con respecto a la naturaleza y/o la dosis de los
aditivos alimentarios analizados. En algunos estudios,
se evaluaron los efectos de los aditivos alimentarios
artificiales solos sobre el comportamiento, mientras
que en otros, los alimentos que contenían salicilatos
naturales también fueron eliminados de la dieta.
Con la advertencia de que las comparaciones
entre los estudios son difíciles ¿qué se puede deducir
de esta investigación inicial? 1) A pesar de que las
afirmaciones originales de Feingold eran exageradas,
una pequeña proporción de los niños con TDAH puede
verse afectada por saborizantes y colorantes alimentarios
artificiales. 2) Los niños en edad preescolar pueden ser
más sensibles a los aditivos alimentarios que otros niños.
3) Puede haber una curva de respuesta a la dosis para los
aditivos alimentarios artificiales, así como existe para
cualquier substancia tóxica, pero la naturaleza exacta de
esta respuesta permanece sin determinar.
Investigaciones recientes sobre colorantes
alimentarios sintéticos y TDAH
Durante los años noventa, los padres continuaban
preocupados sobre la relación entre aditivos/colorantes
alimentarios y el TDAH. Sin embargo, las investigaciones
científicas en el área disminuyeron como resultado de
las dificultades para realizar investigación empírica bien
controlada y la falta de algunos estudios para encontrar
efectos de los aditivos alimentarios sobre la conducta.
Durante los últimos años, se ha revivido el interés
científico por el papel de los colorantes alimentarios
sintéticos en el TDAH, esto mediante un meta análisis
de estudios previos54 y los resultados de tres nuevos
estudios sobre los efectos de los colorantes alimentarios,
específicamente sobre el comportamiento.55-57
En el 2004, Schab y Trinh54 revisaron 15
estudios controlados con placebo de doble ciego que
involucraban a niños diagnosticados con TDAH
y ocho estudios que cumplieron con sus criterios
experimentales, pero utilizaron niños sin hiperactividad
o grupos heterogéneos de niños. No se encontraron
diferencias en las clasificaciones de los profesores o
de los profesionales de la salud como una función de
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manipulaciones alimentarias en cualquiera de los
estudios.Sin embargo, la clasificación de los padres
indicó un pequeño, pero significativo efecto negativo de
los colorantes alimentarios sobre el comportamiento. A
pesar de que se reconoce la necesidad de investigación
adicional, sobre la base de sus análisis, Schab y Trinh
concluyeron que la ingesta de colorantes alimentarios
artificiales se puede asociar con el TDAH en algunos
niños.54
Dos estudios dieron apoyo al papel del los
colorantes alimentarios artificiales en la etiología
del TDAH; éstos se realizaron en el Reino Unido e
investigaron los efectos de una dieta en que se eliminaron
los colorantes artificiales y los preservantes benzoatos
en la hiperactividad en un mismo lugar comunitario.55,56
En el primer estudio,55 se alimentó a niños preescolares
con una dieta que eliminaba los colorantes alimentarios
artificiales y los preservantes de benzoato durante
4 semanas. Luego, mediante un diseño cruzado de
doble ciego, los niños fueron expuestos a una bebida
que contenía 20 mg de colorantes artificiales y 45 mg
de preservantes de benzoatos o una bebida placebo.
La cantidad de colorantes y preservantes alimentarios
en la bebida era similar a la que sería consumida por
un preescolar en un día. El comportamiento fue
evaluado antes del estudio, luego, de forma diaria por
los padres en casa y semanalmente por los sicólogos
de la investigación en instalaciones de laboratorio.
La clasificación de los sicólogos no difirió como una
función de las condiciones alimentarias; sin embargo,
los padres informaron reducciones significativas en
el comportamiento hiperactivo cuando los niños se
sometieron a la dieta de exclusión, y aumentos mayores
en el comportamiento hiperactivo cuando los niños
fueron estimulados con la bebida que contenía los
colorantes y preservantes artificiales en comparación
a la exposición al placebo. No se observaron diferencia
entre los niños que tenían un diagnóstico de TDAH y
los que no lo tenían.
El segundo estudio, realizado por el mismo
grupo de investigadores, estaba dirigido a determinar
si 1) los resultados del primer estudio podrían ser
repetidos usando un espectro más amplio de medidas
de hiperactividad, y 2) si en niños mayores se
observarían efectos negativos similares de los colorantes
alimentarios sintéticos sobre el comportamiento.56 Al
igual que en el estudio anterior, se puso a los niños en
una dieta de eliminación y luego, se evaluaron utilizando
técnicas de doble ciego para sus respuestas a una bebida
estimulantes que contenía los colorantes y preservantes
alimentarios artificiales. La ingesta de los colorantes
alimentarios sintéticos aumentó la medición de la
hiperactividad global, que combinó las clasificaciones
de comportamiento de los padres y los profesores
con las observaciones directas de los observadores/
evaluadores entrenado, y los resultados de una prueba
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Autor: Robin B. Kanarek
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computarizada sobre atención.
Los resultados de estos dos estudios sugieren
que los colorantes alimentarios sintéticos pueden
contribuir al comportamiento hiperactivo en algunos
niños. Sin embargo, es importante notar que si bien la
ingesta de colorantes y preservantes sintéticos aumenta
estadísticamente la hiperactividad, los investigadores
también
informaron
diferencias
individuales
substanciales en las respuestas de los niños al la
exposición de alimentos. Por consiguiente, a pesar de que
los colorantes alimentarios tuvieron efectos negativos
en algunos niños, en otros, no tuvieron efectos.
Un segundo punto con estos dos estudios es que la
mayoría de los niños no tenían TDAH y no hubo
diferencias importantes en los efectos de los colorantes
y preservantes alimentarios como una función de si los
niños estaban diagnosticados o no con el trastorno.
Como se señalara anteriormente, una de las
principales preocupaciones en los estudios que evalúan
el papel de los colorantes alimentarios en el TDAH ha
sido del grado substancial de diferencias individuales
en respuesta a los colorantes alimentarios entre los
estudios y dentro de los mismos. Los resultados de
uno de los estudios recientes sugieren que los factores
genéticos pueden contribuir a las diferencias observadas
en respuesta a los colorantes alimentarios artificiales.
Usando la información del genotipo de los niños en los
dos estudios de reino Unido descritos anteriormente,
los investigadores encontraron que los efectos adversos
de los colorantes alimentarios en los síntomas del
TDAH eran moderados, al menos en parte, por el
polimorfismo del gen de degradación de la histamina
(HNMT, por su sigla en inglés).57 Otro indicio indirecto
de que esto es una idea plausible viene de investigación
que demuestra que 1) hay receptores de histamina en
el cerebro; 2) los aditivos alimentarios pueden gatillar
la liberación de histamina, y 3) el polimorfismo del
HNMT puede disminuir la eliminación de la histamina.
Adicionalmente, los fármacos usados en el tratamiento
del TDAH, como el metilfenidato y la atomoxetina,
afectan el sistema de la histamina.58
IMPLICANCIAS EN LAS POLÍTICAS
Los resultados de estos estudios recientes han dado
pie para que grupos de políticas públicas soliciten a
los organismos gubernamentales y a la industria de
alimentos en los Estados Unidos y en otros países que
se reduzcan o prohíban el uso de colorantes artificiales
sintéticos,38,39 o que al menos se coloque una etiqueta de
advertencia en los alimentos que señale que la ingesta de
colorantes alimentarios artificiales puede estar asociado
con la hiperactividad en algunos niños. En respuesta
a estas peticiones, en diciembre de 2009, el gobierno
británico ordenó que la industria de alimentos elimine
la mayoría de los colorantes alimentarios artificiales de
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sus productos. En julio de 2012, la Autoridad Europea
de Seguridad Alimentaria comenzó a solicitar que los
alimentos que contengan colorantes artificiales lleven
una etiqueta de advertencia que señale “puede tener
un efecto adverso sobre la actividad y la atención de
los niños” (http://www.efsa.europa.eu/en/news.htm).
Si bien los industria alimentaria internacional está
cumpliendo con las regulaciones británica y europea
en esos mercados, se continúa usando colorantes
alimentarios artificiales en los productos vendidos en
los Estados Unidos, donde regulaciones de ese tipo no
están en vigencia actualmente.38
CONCLUSIÓN
Para los profesionales que tratan a pacientes pediátricos
con TDAH, es una preocupación importante determinar
cómo aconsejar a los padres con respecto a los colorantes
alimentarios artificiales y la hiperactividad. Primero, se
debería reconocer que la eliminación de los colorantes
artificiales no solo es una manipulación nutricional
y que mantener una dieta de eliminación estricta en
la sociedad actual, donde las comidas son a menudo
ingeridas fuera del hogar, puede ser todo un desafío.
Como señalara Feingold, una dieta de eliminación tiene
más éxito cuando es adoptada por toda la familia,40,41 lo
que sugiere que los factores sociales pueden contribuir
a la adherencia a la dieta y a los consecuentes efectos
beneficiosos. Dar a los niños y a los adolescentes una
dieta distinta a la de sus pares puede influir en su
comportamiento y hacer que la adhesión estricta a la
dieta sea difícil de lograr.
Los padres con niños con TDAH deberían
ser aconsejados para realizar una selección adecuada
de alimentos, escogiendo alimentos naturales sin
colorantes alimentarios sintéticos o con una pequeña
cantidad, si es que sospechan o tienen la preocupación
sobre la asociación que pudiese existir con los alimentos.
Sin embargo, se debería reconocer que eliminar los
colorantes alimentarios artificiales de las dietas de los
niños no es la panacea para el tratamiento del TDAH.
Como reconociera Feingold en sus informes
originales,40,41 y en todas la investigaciones posteriores,
incluso en el mejor de los casos, solo una porción de
los niños responde positivamente a la eliminación de la
dieta de los colorantes alimentarios sintéticos. El TDAH
es un trastorno multifacético y un mismo tratamiento
no servirá para todos.
Agradecimientos
Declaración de intereses. El autor no tiene intereses
relevantes que declarar.
Título original: Artificial food dyes and attention deficit hyperactivity disorder
Autor: Robin B. Kanarek
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