“2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” Senado de la Nación Secretaria Parlamentaria Dirección General de Publicaciones (S-1889/16) PROYECTO DE DECLARACION El Senado de la Nación DECLARA: Su adhesión a la conmemoración del aniversario del Día de la Bandera instituido por la Ley 12.361 y que se celebra el 20 de Junio, fecha en la que falleciera su creador, Manuel Belgrano, en 1820. Julio C. Catalán Magni.FUNDAMENTOS Señora Presidente: En este año 2016, se recuerda el centésimo nonagésimo sexto aniversario de la muerte del creador de la Bandera Nacional, Don Manuel Belgrano, día que fuera elegido para conmemorarla; y que es feriado nacional en virtud de lo dispuesto por la Ley 12.361 sancionada en 1938. La Bandera fue enarbolada por primera vez el 27 de febrero de 1812, en el lugar donde hoy se encuentra el Monumento Histórico Nacional a orillas del río Paraná, en Rosario. Los colores celeste y blanco ya formaban parte de la escarapela en uso por las tropas comandadas por Belgrano; aunque la Bandera fuera cuestionada por Rivadavia en el transcurso del Primer Triunvirato, por la causa de coincidir con los colores borbónicos, según algunos. De hecho y luego de la victoriosa campaña del Ejército del Norte en Tucumán, contra las tropas realistas -contrariando las órdenes de replegarse a Córdoba- Belgrano había acelerado la caída del Primer Triunvirato. Fueron los tiempos de la lenta y compleja construcción de la propia identidad nacional, mientras que España se encontraba invadida por Napoleón y los criollos aún discutían si debían mantener su fidelidad al rey Fernando VII o bien declarar la independencia o incluso, ambas cosas a la vez de un modo confuso. Los eventos de la Semana de Mayo de 1810, no fueron la consecuencia de una voluntad independentista en primer lugar; pero habían depuesto a las autoridades virreinales que ya no regresarían e iniciaron un proceso de autodeterminación cuyo antecedente más “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” inmediato fue la derrota infligida a los invasores ingleses y protagonizada por los vecinos de la ciudad. La Bandera fue creada en el contexto de las luchas por la independencia y es el símbolo que la representará en lo sucesivo. Luego de la victoria de Tucumán, Belgrano instaló su cuartel general en la ciudad de San Salvador de Jujuy, lugar estratégico para cortar el paso de las tropas realistas al que también confluían los soldados replegados del Alto Perú, tras de la derrota de Huaqui. Fue allí, en el segundo aniversario de la Revolución de Mayo, donde Belgrano hizo jurar a las tropas la Bandera que bendijo el canónigo Juan I. Gorriti. El 29 de Mayo, Belgrano informará por escrito al gobierno y dirá, entre otras cosas: “Nuestra sangre derramaremos por esta bandera”. Sigue a ello un intercambio de reproches y de las correlativas justificaciones por la pertinencia o conveniencia de su uso. Pero ya el Triunvirato decaía y la Asamblea del Año XIII aceptaría luego el símbolo patrio. Así es que el 20 de Febrero de 1813 se libró la batalla de Salta, la primera que fuera presidida por la Bandera a la que siguió la batalla de Ayohuma, en el Alto Perú. Y luego, las campañas del general San Martín harían lo propio. Se produjeron después una serie de normas y de cambios menores en relación con el símbolo, la manera de exhibirlo y los signos de diferencia para cada uso previsto, siendo última la Ley 23.208 de 1985. En algunos argentinos existe hoy un larvado rechazo a los símbolos patrios; como si las sucesivas dictaduras se los hubieran llevado consigo, al irse. Esto es un error. Aquí se trata de poner de manifiesto y honrar un signo de unidad nacional que presidió el proceso de gestación de la Nación de la que somos súbditos y soberanos; y la conformación sucesiva del estado constitucional argentino. En los párrafos anteriores recordamos las circunstanciasen que se originó y consolidó la utilización de esta Bandera que hoy recordamos. Por ella y por lo que representaba se derramó la sangre de muchos, cuyos nombres la historia no recuerda; y al honrar al símbolo, lo hacemos con aquellos héroes, tanto anónimos como nominados. Estamos lejos del olvido de lo simbolizado, como de una patria sin pueblo, para quienes enarbolaron la Bandera y destruyeron en su nombre. Replantearse el sentido de la nacionalidad no es un asunto menor, en este tiempo en el que nos proponen transformarnos en pueblos sin más identidad ni más patria que la puede licuarse en los mercados. Esto es lo que efectivamente tenemos: un territorio concreto en el cual existe una identidad nacional forjada por el esfuerzo de las “2016 Año del Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional” generaciones que nos precedieron y en el que rigen las normas que creamos para la vida en común. Nos unen el idioma, la cultura, las costumbres, lo símbolos, la historia y el destino que compartimos. Es precisamente esa comunidad de destino la que requiere de nuestro cuidado y preocupación para garantizar a todos los habitantes los propósitos enunciados en el Preámbulo de la Constitución y los derechos establecidos en su texto. Eso es lo que significa la Bandera, sobre todo para nosotros que recibimos el mandato de representar a nuestro pueblo para que nadie quede excluido de los beneficios, de los derechos y de sus cargas correlativas. Es por los motivos expuestos que solicito el respaldo de mis pares para este proyecto. Julio C. Catalán Magni.-