SIGNOS DEL ADVIENTO. Es bueno recordar algunos SIGNOS EXTERNOS Y VISIBLES de este tiempo de Adviento que nos puedan ayudar a tener presente en nuestra vida lo que celebramos. He aquí algunas sugerencias concretas o “signos” para la celebración y la preparación de la venida de Jesús: ☆ La ambientación del lugar de las celebraciones: color morado de los ornamentos litúrgicos, ausencia de flores hasta Nochebuena, música ambiental de órganos o corales, mural con palabras que oriente el contenido de la esperanza cristiana (p.e. “Ven, Señor Jesús”…), ausencia del canto o recitación del “Gloria” en la misa. ¡Que exista una “austeridad litúrgica”, ya que el Adviento no es un tiempo penitencial como lo es la Cuaresma; sí que es un tiempo litúrgicamente austero, ya que nos conduce a la gran alegría de la Navidad y nos prepara para ella. Por eso es conveniente que la iglesia esté adornada con discreción, más bien con plantas que con flores, y que guardemos la mejor iluminación y los mejores adornos para la Navidad. ☆ Cuidar los cantos propios y característicos de Adviento. Es muy importante que el repertorio de la comunidad y del coro parroquial incluya cantos que sólo se cantan en este tiempo y no en otro. Así, cuando los cantamos, experimentamos, casi sin darnos cuenta, el tiempo en el que nos encontramos. Porque a través del canto calan más fácilmente en nuestro interior los sentimientos y las actitudes que queremos vivir más profundamente. Que se note que ya no se cantan los usuales sino unos específicos de esta temporada; se podrían utilizar y ensayar nuevos, con una cierta repetición a lo largo de las cuatro semanas. Un canto de entrada que sea el mismo cada domingo, largo y muy apropiado (a poder ser, el recomendado por la Conferencia Episcopal de Liturgia –“A tí, Señor, levanto mi alma”-). ☆ Que sean propias la respuesta a la oración de los fieles y la invitación a la comunión. ☆ Una imagen de la Virgen María podría destacar en el presbiterio de nuestras iglesias o en un lugar destacado de nuestras casas; a ser posible una Virgen con Niño, más que la Inmaculada: la “VIRGEN MADRE”. Los últimos días del Adviento, y especialmente a partir del 17 de diciembre –ocho días antes de Navidad- son los grandes días dedicados por la liturgia a contemplar a la Virgen, María de Nazaret. ☆ Otro signo sencillo y bonito es poner un tronco o leño seco en lugar visible, en alusión a las palabras del profeta Isaías: “Brotará un renuevo del tronco de Jesé” (Is 11,1s). ☆ La corona de adviento. En nuestras iglesias y en muchas casas vemos que antes de Navidad ponen como centro de mesa una corona con velas. Además de ser un elemento decorativo, esta corona anuncia que la Navidad está cerca y debemos prepararnos. La costumbre es de origen pagano; esta corona representaba el ruego al sol para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los cristianos, para prepararnos a la venida de nuestra LUZ y VIDA, la Natividad del Señor, aprovechamos esta "Corona de adviento" como medio para esperar a Cristo y rogarle infunda en nuestras almas su luz. ☆ Preparar el Belen. Está bien adornar la casa con cintas y bolas de colores, colocar el árbol de Navidad, etc… Pero lo que no puede faltar en nuestras casa ni en la Iglesia es el “BELEN”. ¡Aunque sólo sea el Misterio!. Es un buen motivo para recordar a todos y explicar a los más pequeños lo que celebramos. El Belén habría que prepararlo inmediatamente antes de la Navidad y no colocar al Niño Jesús hasta la víspera por la tarde o por la noche.