IL RITORNO DI {OMIlLli - Academica-e

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IL RITORNO
DI {OMIlLli
D A G tl STUDI D I PADOVA
MELODRAMA JOCOSO.
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IMP. Y L IB . DE D. TEODORO DB OCHOA.
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ARGHIEXTO.
hñn v è to amigos sobornar la querida d e l
am igo y a lgo tai vez de mas sagrado; se ve en e l
presente m elodram a un hermano engañar á la
«juerida del hermano y seducirla para lo gra r
casarse con ella. E l atentado no és tan gra­
ve; la iionestidad del fm e&eusa, cuando no los
jastiTique, los m edio«; á mas de q u e los herm a­
nos no son siempre amigos, y el reino del amor
se rige tan solo con leyes dietadas por la pasKMB. Sea de esto lo qu e fuere; e l caso de que
se trata «s lo siguiente:
A u relio, hijo de D. Alfonso, rico hacendado
d el Paduano (en Italia paso la aventura) hahia
tenido qu e llegarse á Pádua, de ócden del pa­
d re para seguir un pleito, separándose, bien á
pesar suyo, de la hermosa Elisa (h ija do un
m édico, am igo de la casa) á quien habia en­
tregado su corazon. Elisa y A lberto se querian
con un amor, qu e e l prestigio del secreto h a­
cia mas vivo y voloptuoso, pues los parientes
de los dos enamorados lo ignoraban.
N o lo ignoraba A lberto, herm ano de A u ­
relio, y no resÍ6 iiéod (»« á los i«i{)e rio »o s im ­
pulsos (le una ciega pasión acia la misma E li­
sa, resolvio teiUarlo lod o con el objeto de conse^nir su mano.
D eclarar su amor leal y francamente, no 1«
lia i)ria servido de naJa. Elisa, honesta y bu e­
na á la ]>ar q u e am able y hermosa, liabria re ­
chazado con indignación sus pérfidas |)roposicio**
nos. L a ausencia de A u relio abria fácil cam po
al engaño; aproveihando pues la oportunidad
fpie la suerte poflia á su a cance, A lb erto hizo
lle g a r una supuesta carta de A u relio a Elisa, en
la qu e e l infiel le significaba, con el despejo
de un m ilitar, qu e habia hallado en Padua otra
amante, se habia casado con ella, cediendo á la
fuerza irresistible del destino, y aconsejaba á
Elisa de no pensar nunca mas en él. L a buena
índole de A lberto, aunque arrastrado por una
escesiva sensibilidad, le habría tal vez impedidd o lle g a r á lauto: pero e l instigador, el artííice de la trampa, el falsario habia sido Stefanello, criado suyo, q u e enam orado de S erpn a,
criada de Elisa, se hallaba, con respecto á su
q u erida, en la misma ]X)sicion de A ll^ r to , pues
Serpina era el objeto dcl amor de Colum ella,
criado de A u relio, y ambos estaban en visperas
d e casarse,— C olu m ella se hallaba también au­
sente; estaba con su amo, y corría con él los
tribunales de Pádua; la ausencia iba dilatán­
dose; ya se sabe, los pleitos van despacio. L a
idea de Stefanello fu e fin gir una caria en la
qn e C olu m ella so despedía de Serpina, dàndolb
noticia de haber buscado otros amores. Asi co «
m o lo pet)só, lo hizo: Stefanello era hom bre de­
cidido; no era tampoco egoísta, á lo que pare­
ce, pues com unico su estratagema á A lb erto,
le ofreció p artirlo de consuno con é l, y le hizo
escribir con la suya á Serpina, la tal carta á
Elisa. L o q u e no habrían lo gra d o los ruegos,
las lágrim as y las francas y tiernas demostra­
ciones de una pasión viva y sincera, lo alcan­
zaron el desden, la cólera y el espíritu de ven­
ganza oportunamente despertados en e l corazou
de dos mugeres. Elisa y Serpina sufrieron, se
desesperaron, mas decidieron sin em bargo cas­
tig a r á los dos traidores: Elisa dló su palabra
de casamiento á A lb erto, y Serpina dio la suya
á Stefanello; se procedió con form alidad; q u e­
daron enterados de la mutua inclinación de los
dos amantes el padre de A lberto y e l de Elisa,
y se preparó sin mas tardar la boda.
Am anecido h;ibla llnaliuente e l día tan d e­
seado p o r A lh eñ o; todo era íiesla en el pu eblo
en donde tenía D. Alfonso su casa de cam {)o;
ya estaban en esta reunidos los novios con sus
padres; el notario iba á estender el contrato
nupcial de Elisa y A lb erto, cuan lo com pare­
cen en m edio de la reunión A u re lio y C o lu ­
m ella que, de regreso de Padua, ponían su su­
prem a felicidad en figurarse la cariñosa recep­
ción que les harían sus amantes, á quienes uo
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habian qu erido avisar « u llegad a para dejarlas
el gusto de la sorpresa.
Nada « s mas ]>enoso q u e un desengaño, y
sobre todo en am or ¡Pobre A urelio! verse aban­
donado jw r la m u ger qu e adora, y encontrar
al dichoso riva l en su jm‘o¡)Ío liernianoí b a y de
<jué Toiverse loco; esto es, sin mas ni menos, lo
q u e siícede al desgraciado. En cuanto á C o lu m ella, qire es u «a especie de lego, y qu e están»
tk> en Padna, ciudad famosa por sus estudios
V su doctrina, ba dado en la locura d e hablar
iatin, y d e liacer el letrado, sin saber leer,
no e¡=lá en el caso d e p erd er el ju icio qu e nun­
ca tu bo ó q n e ha ]>erdido y a ; é l se la pasa con
q u erer matar á Stefanello, In ego qu e descubre
la trama, y despreciar á Serpina, (se dlria cua­
si qu e no era lan le g o l) L o qu e llam a la aten­
ción d e todos es la desgracia de A u relio ; sin
q u e nada sepan todavía de su verdadero m oti­
v o ni D. Alfitnso, ni e l padre de Elisa, se sus­
pende e l m airim oiiio, y solo se piensa en o c u ­
parse d e A u relio. Kn vano viene á visitarle E li­
sa en la casa de locos, en donde ha sido preciso
KMierle; su vista aumenta los ftirores de A u te—
ki\ en vano viene á verle el pobre Colum ella,
q tie lieíie buen oor-azon y se halla verdadera­
mente afligido de !a desgracia de sit amo: lo
qtie lo gra -con sus visitas es encontrarse con
o tro » d*sgractados mentecatos; q u e quieren á la
ftreraa haoer de el « n Rossini.
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Enlrelanto A u relio lle g a á fugarse del es­
tablecimiento en donde está detenido; en sus de­
lirios y |en todas partes una sola idea le per-»
sigue, la de la perfidia de qu e ha sido víctim a;
una sola im agen se presenta, la de Elisa que le
abandonó.— Cousigi¡i«n «n con lrarle y apoderarse
de él: sea virtud de los rem edios q u e se le su^
m inistran, sea efecto de una crisisnatural, vu el­
ve A u re lio á la razón despues de un dilatado
letargo. Se halla, volvien do en sí, rodeado d e
su padre y del padre de Elisa, qu e ya nada
ignoran de lo pasado; y seencuetitra en los
zos de Elisa misma qu e le llam a su esposo: le
dicen qu e acaba de despertarse de un la rg o sue­
ño: la oonfusion de sus ideas, e l abatimiento de
su es|)íritu, se lo hacen creer, y desde lu e g o no
piensa sino en su felicidad qu e no es un sueño.
Am plia satisfacción á sus amargas penas, pues
muchos enamorados hay al contrario que al des­
penarse reconocen qu e el am or y la fé en qu e
cifraban su dicha eran un sueño.
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PERSONAGES.
D . A F O N S O , padre de A U R E L IO y A L IÍE R T O .
d o c to r
, padre de E L IS A .
S E R P IN A , criada.
C O L U M E L L A , criado de A U R E L IO .
S T E F A N E L L O , criado de A L B E R T O .
P A M P L O N A año 1850.
Im p.“ y lib . d e D* T eo d o ro de Ochoa
plaza Castillo esquina á S. Nicolás.
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