1er cuatrimestre 2000 NÚMERO 12 INGENIO BOLETÍN INFORMATIVO DE LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS DE LA ESCUELA SUPERIOR DE INGENIEROS DE SEVILLA Ingeniería portuaria INGENIO 2 Lista de correo Web de la Asociación Las páginas web de la Asociación, que ya han sido visitadas por una gran cantidad de asociados, os proporcionan toda la información que necesitáis conocer acerca de la Asociación. En particular, la página de próximos actos, periódicamente actualizada, os informa puntualmente de las actividades a desarrollar en fechas próximas, mientras que en el álbum fotográfico podéis contemplar -y copiar, si queréis- las fotos de los actos realizados. Además, tenéis la versión electrónica de Ingenio, donde podéis consultar todos los artículos aparecidos en la revista desde el número 1 hasta el actual. La lista de correo de la Asociación os permite recibir puntual información de todos los actos que se vayan a celebrar. Si queréis suscribiros a la lista, y recibir por correo electrónico esta información, sólo tenéis que mandar un mensaje a la dirección [email protected], indicando en la cabecera del mismo “Suscripción a la lista de correo de Antiguos Alumnos”. Inmediatamente recibiréis un mensaje de bienvenida a la lista, con información útil acerca de la misma, y comenzaréis a recibir puntual información de los actos que se vayan organizando. Colabora con tu revista La revista es de todos. Colabora con nosotros para hacerla más útil e interesante. Puedes escribir un artículo sobre cualquier tema que creas que pueda resultar interesante para el resto de los asociados. También puedes aprovechar estas páginas para comunicarte con tus compañeros: informar de la celebración de actividades, intercambiar opiniones o debatir cuestiones de actualidad. GHESA Ingeniería y Tecnología, S.A. Más de 30 años de experiencia en la realización de grandes proyectos en todos los campos de la ingeniería: • • • • • • • • • Edificación Energía Cogeneración Sistemas de Seguridad Infraestructuras Hidráulicas Infraestructuras de Transporte Ingeniería del Ocio Sector Naval Fuentes Artísticas Avda. República Argentina 24, 7ºC 41011 SEVILLA Tlf: 95 499 0200 - 95 499 0201. Fax: 95 427 6829 ingenio Número 12 - 1er cuatrimestre 2000 Director José Mariano González Romano Colaboradores José Guerra - Francisco Muñoz Editado por la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla Escuela Superior de Ingenieros Camino de los Descubrimientos s/n Isla de La Cartuja. 41092 SEVILLA Teléfono: 954 486 121 - Fax: 954 463 153 E-mail: [email protected] Web: http://www.esi.us.es/ANT Ingenio no suscribe necesariamente las opiniones expresadas por sus colaboradores 3 INGENIO PRESENTACIÓN Estimados compañeros: En esta revista que tenéis entre vuestras manos podéis encontrar un excelente artículo que de la mano de D. Javier Aracil nos invita a pensar acerca de la identidad del ingeniero. Os recomendamos que lo leais con detenimiento, ya que contiene unas interesantes reflexiones sobre el sentido de nuestra profesión y sobre el papel que deberá desempeñar en el futuro. En otro orden de cosas, continuamos con la serie emprendida en el número anterior sobre actividades singulares realizadas por los ingenieros. Tras el primer artículo dedicado a la ingeniería en los Parques Temáticos nos embarcamos en esta ocasión en uno dedicado a las labores de un ingeniero en el Puerto de Sevilla. En lo que se refiere a reportajes de las actividades de la Asociación durante estos últimos meses, os ofrecemos uno muy interesante sobre la visita técnica realizada a la Central de Bombeo Tajo de la Encantada, en Málaga. Nuestro anfitrión en la visita ha tenido a bien recordarnos la utilidad y los fundamentos de este tipo de instalaciones, tan importantes para la regulación de los sistemas eléctricos. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ También os damos cuenta de la celebración de la última Asamblea General y de otros actos de interés que podéis leer en la sección de noticias. En esta sección podéis encontrar información acerca de unas sesiones organizadas por la Biblioteca de la Escuela bajo el título «Fuentes de Información en Ingeniería», a las que todos estamos invitados a acudir, y de las que os hablaremos con mayor detalle en un número posterior de la revista Ingenio. Por último, seguimos con el repaso a los Planes de Estudios de la Escuela, abordando el correspondiente a la titulación de Ingeniería Química, titulación de cinco años recientemente implantada y sobre la que os ofrecemos todos los detalles relevantes. Esperando que la información que os ofrecemos en este número sea de vuestro interés, recibid un cordial saludo. Mariano González Director Sumario 6 Un ingeniero industrial en 12 el Puerto de Sevilla Dentro de la serie que nos muestra la amplia variedad de actividades desempeñadas por los ingenieros en empresas de muy diversos sectores, nuestro compañero Francisco Javier Pedregal nos describe las funciones de un ingeniero en el Puerto de Sevilla. 9 Visita a la central de bombeo Tajo de la Encantada La visita técnica de este cuatrimestre nos llevó a la central de bombeo Tajo de la Encantada, en Málaga. El responsable de las instalaciones nos recuerda en este reportaje el fundamento de este tipo de centrales y nos describe las principales características de ésta en particular. ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ Reflexiones sobre la identidad del Ingeniero Este curso comenzará a impartirse en la Escuela la nueva asignatura «Metodología e Historia de la Ingeniería». Las bases de esta asignatura se sentaron en un seminario desarrollado el curso pasado, y en el cual se debatió sobre las relaciones entre la Ingeniería y la Ciencia. El responsable de la asignatura, D. Javier Aracil, nos ofrece sus reflexiones sobre la identidad de nuestra profesión. 22 El Plan de Estudios de Ingeniería Química Nueva entrega de la serie dedicada a los nuevos planes de estudios de la Escuela, dedicada en esta ocasión a los de Ingeniería Química. INGENIO 4 PROMOCIÓN XXI Bago Sotillo, Rafael Ángel Barrero García, Federico José Belamán Cubero, José Luis Berenguel Soria, Manuel Bernal Domínguez, Antonio Bernárdez Moya, Eloy Blanco Orozco, Mariano Calderón García-Diego, Fernando J. Caro Barreda, Francisco Javier Chanivet Zaldívar, Pedro Luis Chávez Orzáez, Jorge Cobo Padilla, Ramón Miguel de Navascués Fernández-Victorio, Juan Díaz Luna, Francisco Domínguez Borge, Juan Domínguez Hernández, Alfonso Esteban Romero, Antonio Mariano Fernández Anguita, Jorge Fernández González, Francisco Fernández Vega, Francisco José Asociación Fornés Rumbao, José Manuel Fuentes Jara, Miguel Ángel Grande Pizarro, Alfonso Gutiérrez Pérez, Francisco Javier Hurtado Ortiz, Juan Antonio Jiménez Vela, Rafael Linares Barrera, Mª Inmaculada López de Garayo Salcedo, Encarnación López Suero, María Teresa López-Escobar Beares, Carlos Manzanares Abasolo, Aránzazu Martín García, Juan Andrés Martín Gentles, Roberto J. Martínez García, Domingo Martínez Prietpo, Miguel Martínez Romero, Francisco José Mora Jiménez, José Luis Muñoz Alfonso, Juan José Ortega Rodríguez, Miguel Palacio Pérez, Jaime E. Noticias de la Asociación Conferencia sobre Velázquez Con motivo de la exposición conmemorativa del cuarto centenario del nacimiento en Sevilla de Diego Velázquez, la Asociación organizó una conferencia titulada Velázquez en Sevilla, en la cual D. Enrique Pareja nos habló sobre las claves de la exposición y sobre la pintura de Velázquez en su etapa sevillana. I Premio Ingenio de narrativa La Asociación ha convocado un premio de narrativa entre los alumnos de la Escuela. Los trabajos versarán sobre temas relacionados con la ingeniería en general y los mejores de ellos serán publicados en esta revista. Fuentes de información en Ingeniería La Biblioteca de la ESI está organizando varias sesiones sobre Fuentes de Información en Ingeniería. En dichas sesiones se enseñará cómo realizar búsquedas en las bases de datos fundamentales para la ingeniería, disponibles bien en la propia Biblioteca o bien a través de Internet. Todos los asociados estamos invitados a estas sesiones, de cuyas fechas de celebración os daremos cuenta oportunamente. Cata de Vinos En el mes de noviembre se organizó una nueva Cata de Vinos, que como en anteriores ocasiones resultó un éxi- Pérez Arbizu, Augusto Pérez García de Prado, Juan Piqueras Ramírez, Enrique Quirós Reyes, José Francisco Ramos Méndez, J. Augusto Ríos Villegas, Isabel Rodríguez Barea, Francisco Rodríguez Pérez, Enrique Rodríguez Pérez, José Manuel Rosendo Macías, José Antonio Ruiz Manso, Luis Alberto Sánchez Domínguez, Urbano Jesús Saquete Garbajosa, Ernesto Somé Carrillo, Antonio Torres Ramos, José Manuel Vara Ganuza, Eduardo Luis Vázquez Montero, José Miguel Zafra Ibáñez, Antonio Jesús Noticias de la Asociación Noticias to de público. El acto consistió en una breve introducción teórica a la técnica de la cata y una posterior puesta en práctica con cinco excelentes vinos. La Asociación en la red Os recordamos que en la página web de la Asociación podéis encontrar servicios tales como ofertas de trabajo, información sobre próximos actos y la propia revista Ingenio. Tenemos en proyecto la mejora y ampliación de estos servicios, ya que pretendemos convertir nuestra página en un lugar de visita obligada para todos los asociados. Direcciones de correo erróneas La lista de correo de la Asociación sigue creciendo, e insistimos en la necesidad de que nos notifiquéis cualquier cambio en vuestra dirección de correo electrónico para evitar que los mensajes que os mandamos nos sean devueltos. Las direcciones de correo que presentan problemas actualmente son las siguientes: [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] [email protected] 5 INGENIO PROMOCIÓN XXII Alcántara García, Rafael Alfaro Rodríguez, Alejandro Álvarez Gutiérrez de Gandarilla, Agustín Arenas Moreno, Rafael Pablo Bellido Roche, Justo Bernal Giménez, Francisco Borrás Talavera, Rafael Caballero Amores, Antonio Cáceres Armendariz, Ignacio Calderón Gutiérrez, Francisco Javier Cano Gómez, Pedro Antonio Cano Martínez, José Luis Cano Ruiz, Juan Carazo Álvarez, Juan de Dios Carpio Muñoz, Francisco Javier Castro Viñau, Julio Contreras Recio, Juan Luis Copado Ceballos , Antonio Cruz Linares, Juan Manuel Cruz Romero, Pedro Luis Cuervas García, Francisco José Daniel Vega, Antonio David Aznar, Ramón de Justo Moscardó, Enrique de la Casa Hernández, Jesús Dobado Berrios, David Domingo Martínez, José Antonio Domínguez Muñoz, Emilio Estévez Casellas, Honorino Fernández Carnero, Antonio Jesús Ferrer Ríos, José Luis Franco del Pozo, José Antonio Friera Romero, Emilio Gabarrón Luque, Antonio Javier Gallego Martínez, María Eladia Gañán Medina, Juan Ignacio García Cañaveral, Manuel Luis García Contreras, María del Pilar García Martín, José Antonio García Millán, Antonio García Moreno, Juan Manuel García Muñoz, José Ramón García-Agua Julio, Antonio Gilabert Ruiz, Ángel Gómez-Millan Pérez, Patricia González Medina, Carlos Manuel González Sánchez, Francisco Javier Gordillo Álvarez, Miguel Ángel Guerra Valles, Miguel Guerrero López, Fernando Gutiérrez Ortiz, Francisco Gutiérrez Rumbao, Francisco Javier Hinojosa Trigo , José Carlos Hinojosa Trigo, Antonio Huerta Gómez de Merodio, Martín Hurtado González, Manuel Ibáñez Martínez, Emilio S. Jiménez Gutiérrez, Manuel Jones Muñoz, Raimundo Leiva Guerrero, Eduardo Llamas Guiraum, Rafael Llorens Iborra, Francisco López Lara, Alfredo Germán López Ortega, Antonio Manuel López Romero, Manuel López-Escobar Beares, Alfonso López-Herrera Sánchez, José María Lora Caballero, Francisco José Lorente Jurado, Santiago Macías Acedo, José Antonio Marín Écija, Antonio Martín Prada, Vicente Martínez Botella, Francisco Javier Martínez García, Juan Luis Martínez Sánchez, María Alcázar Martínez Vázquez, Antonio Andrés Mateos-Santos Rengel, Guillermo Miguélez Cruces, Mª Adela Molina Guerrero, Rafael Francisco Mora-Figueroa Silos, Manuel Moreno Morales , Mª Belén Muñoz Domínguez, Carlos Javier Naranjo Benítez, José Luis Nebro Mellado, José Juan Paniagua Merchán, Rafael Paredes Alba, Juan A. Payan Buldú, Mónica Pedraza Sanz, Juan Manuel Peidro Cuadros, Antonio Pérez Alonso, Manuel José Pérez Mira, Domingo Pérez Rodríguez, Santiago Pérez Sigüenza, David Pérez-Lombard Martín de Oliva, Luis Polo Piñeiro, Margarita Quintero Calderón, Carmen Retamero Merino, Sergio Revilla Bernaldo de Quirós, Luis Rincón Lavado, José Manuel Ríos Odero, Jesús Manuel Riquelme Santos, Jesús Manuel Rivero Franco, Mariano Rodríguez Maestre, Ismael Romero Moro, Máximo Romero Rodríguez, Luis Ros Padilla, Francisco Javier Rubio Romero, Juan Carlos Ruiz González, Francisco Ruiz Martínez, Juan Sánchez Armengol, Juan Serrano Martino , José Julián Serrano Villaverde, Jesús María Sevilla Hurtado, Lorenzo Solís Ruiz, Jesús INGENIO 6 Un Ingeniero Industrial en el Puerto de Sevilla Dentro de la serie de comentarios que se incluyen en nuestra revista “Ingenio”, sobre las funciones que a primera vista parecen poco comunes, y que desempeñan algunos Ingenieros Industriales en los diversos Sectores de la Industria pasamos a relataros este artículo firmado por Fco. Javier Pedregal Pardo. Una vez más se comprueba una de las características principales que posee esta carrera técnica, la cual es su versatilidad, debida a la amplitud de conocimientos básicos adquiridos durante la realización de los estudios recibidos en la Escuela y que desemboca en la amplia gama de prestaciones profesionales que pueden desempeñar los Ingenieros Industriales. Para iniciar estos comentarios pasaré a describir las distintas funciones que desempeño en el Puerto de Sevilla como responsable del Departamento de Explotación. El Puerto es una empresa de servicios Marítimo-Portuario de titularidad Estatal, dependiente del Ministerio de Fomento y a su vez del Ente Público Puertos del Estado que controla a los 27 Puertos de Interés General repartidos por toda la Península, las Islas Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla. Con arreglo a la modificación de la Ley 27/1992 de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, descrita en la Ley 26/1997, la gestión de dichos Puertos ha sido transferida a las distintas Comunidades Autónomas, por lo que el Puerto de Sevilla en lo que se refiere a su gestión depende actualmente de la Junta de Andalucía representada por la Consejería de Obras Públicas y Transporte cuyo titular es el Consejero D. Francisco Vallejo Serrano, todo ello lo analizo para que no confunda el lector o realice una errónea referencia del Puerto de Sevilla con la Empresa Pública Puertos de Andalucía, Organismo que regula y gestiona a todos los Puertos Deportivos y Pesqueros de Andalucía. El Departamento de Explotación coordina las siguientes áreas: 1. Operaciones Portuarias. 2. Conservación y Mantenimiento. 3. Parque Móvil. 4. Informática y Telecomunicaciones. 5. Seguridad. 6. Compras. Las Operaciones Portuarias engloban la prestación de todos los servicios portuarios, desde que el Buque llega a Chipiona, donde lo recoge el Práctico correspondiente que realiza la labor de asesor del Capitán del Barco para apoyarle en la subida de la Ría (80 Km), hasta su atraque en los muelles comerciales de Tablada, El Batán, Repsol Butano y demás concesiones ubicadas desde la Esclusa hasta el Puente de las Delicias. Una vez atracado el Buque en Puerto se le prestan los demás servicios que son: Grúas para descarga, Maquinaria auxiliar para carga, Almacenamiento de mercancías, Suministros (Agua y Electricidad, Telefonía, etc.). La Conservación y Mantenimiento está, en su práctica totalidad, dirigido a las Grúas (24) portuarias que realizan 14.000 horas, sobre todo en labores de descarga de mercancías. Otra labor de mantenimiento muy importante es el control del funcionamiento de la Esclusa, corazón del Puerto, ya que es la única puerta de entrada que poseen los barcos para operar en sus muelles. Además, dentro de la maquinaria y mecanismos importantes que posee el Puerto está el puente levadizo de Las Delicias, que sustituyó al desmontado de Alfonso XIII. Este puente está equipado con un sofisticadísimo y complejo sistema de apertura y cierre de patente alemana. El Puerto de Sevilla mueve al año 4.000.000 Tm. de mercancías entre graneles líquidos, sólidos, contenedores y mercancía general, facturando alrededor de 2.400 millones de pesetas El Parque Móvil lo compone una flota de 24 vehículos entre camiones, furgonetas y turismos destinados a los servicios de mantenimiento, vigilancia y seguridad, personal de operaciones, así como para el uso de Presidencia, Dirección y visitas. La Informática y las telecomunicaciones dan apoyo a los servicios de administración (facturación, concesiones, operaciones, contabilidad, compras, vigilancia, seguridad, controles de acceso, etc.) La Seguridad es una de las áreas más importantes debido al alto índice de siniestralidad que tienen los puertos, por ello y con arreglo a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales se tienen contratados los servicios de preven- 7 INGENIO Vista aérea de la Esclusa de entrada al Puerto de Sevilla ción que apoyan y asesoran al Jefe de Seguridad en todas las labores preventivas y de control de las operaciones portuarias así como la organización del equipo de prevención compuesto por cuatro delegados de prevención en representación de los trabajadores (192) y por cuatro representantes de la Empresa (Jefe de Seguridad, Jefe de Unidad de Obras, Jefe de Div. de RR.HH. y Jefe del Dpto. de Explotación). Dicho equipo junto con los representantes sindicales constituyen el Comité de Seguridad y Salud Laboral que se reúne mensualmente, levantando el acta correspondiente. SODETEK, S.A. INSTRUMENTOS DE MEDIDA TARJETAS DE ADQUISICIÓN DE DATOS Y TRATAMIENTO DE SEÑAL ORDENADORES INDUSTRIALES TRANSMISIÓN DE DATOS Distribuidor oficial de Por último, y dentro de las funciones que desempeña el que subscribe, está la supervisión de las Compras, área que realiza todas las gestiones propias para los distintos suministros a los servicios de conservación y mantenimiento (esclusa, grúas y puentes, parque móvil, personal, etc.). Todas estas funciones hacen posible que el Puerto de Sevilla, apoyado en las operaciones portuarias, por la Sociedad Estatal de Estiba y Desestiba dependiente de la Autoridad Portuaria y las Empresas Portuarias, mueva al año 4.000.000.Tm de mercancías, entre graneles líquidos, sólidos, contenedores y mercancía general, factu- Luis Belmonte, nº 2 Acc. 5 41018 SEVILLA Teléfono: 95 453 99 25 - Fax: 95 453 98 40 Email: [email protected] INGENIO 8 Organigrama de la Autoridad Portuaria de Sevilla Presidente Director Dpto. Secretaría General Dpto. Infraestructura Div. Planificación y Gestión Patrimonial Un. Proyectos y Obras I Un. Proyectos y Obras II Dpto. Gestión Económica y RR.HH. Dpto. Explotación Div. Informática y 1 Telecomunic. Div. Concesiones y Autorizaciones Div. Operaciones Portuarias Div. Comercial y Desarrollo Div. Recursos Humanos Un. Proyectos y Obras III Div. Planificac. y Organización Un. EconómicoFinanciera FC DC Conservación Obras Civiles Servicio de Flota Seguridad Ayudas a la Navegación Mantenimiento y Parque móvil Facturación Servicios Portuarios Control Gestión Vigilancia Esclusa Contabilidad Compras Servicios Generales Tesorería rando en el año, por los servicios prestados y concesiones, alrededor de 2.400 millones de pesetas, generando, según el estudio de impacto económico elaborado por el catedrático D.Camilo Lebón Fernández, 15.000 empleos indirectos y un volumen de ventas de 190.000.000.000 (ptas. de 1995). Francisco Javier Pedregal Pardo Ingeniería especializada en el Diseño, Desarrollo e Integración de Sistemas Informáticos y de Telecomunicaciones Líneas de actuación Ingeniería y Consultoría Sistemas de Información Integración de Sistemas Telecomunicaciones Avda. de la Innovación, 1. Edificio Innova, 3ª Planta. 41020 SEVILLA. Tel: 954259761. Fax: 954259709 Web: www.isotrol.com E-mail: [email protected] 9 INGENIO Visita a la Central de Bombeo Tajo de la Encantada Antecedentes Características generales Como es bien sabido, un sistema eléctrico con corriente alterna no puede acumular energía tal como hacen las baterías en corriente contínua. Esto implica que en cada instante hay que poner en red la energía que demandan los usuarios del sistema. Tanto las centrales térmicas convencionales como las nucleares son lentas ante una solicitud de regulación de la carga, mientras que las centrales hidráulicas proporcionan una respuesta muy rápida. Por otra parte, la curva de demanda de electricidad tiene fuertes variaciones en el tiempo en función de la actividad humana, industrial, temperatura, etc., lo que, en general, produce un excedente de energía durante la noche. Una central de acumulación por bombeo de ciclo diario tiene la misión de acumular el excedente de energía eléctrica durante las horas de menor consumo para que puedan ser utilizadas durante las puntas de demanda. La escasez de recursos hidráulicos en la zona Andaluza es la razón por la que en esta región la mayor parte de la potencia instalada sea térmica. Para ajustarse a las variaciones de la curva de carga, en su día, Sevillana adoptó la solución de construir centrales de acumulación hidráulica por bombeo, comenzando por Guillena y siguiéndole en el tiempo el Tajo de la Encantada. La central está situada en el mismo cauce del río Guadalhorce, cerca de su margen derecha, con cimientos a 25 m. bajo el lecho del río. Está formada por una estructura de hormigón armado de planta rectangular con los lados mayores paralelos a la tubería forzada y perpendiculares al cauce del río, casi toda ella sumergida. La estructura es simétrica con forjados trabajando como arriostramiento. La distancia ente eje de Grupos es de 12 m. La cota de implantación de los rodetes es la 163’00 con una profundidad bajo el nivel máximo del río de 39’50 m. Esto es necesario para el funcionamiento como bomba. La central está equipada con cuatro grupos iguales formados cada uno por una turbina-bomba reversible tipo Francis, un alternador-motor y un motor de arranque, los tres elementos están situados en un eje único. Las turbinas-bombas tienen una potencia de 125.000 CV para 27’2 m3/s y 393 m. de salto neto como turbina, y de 136.000 CV para 24’5 m3/s y 402 m. de Situación 30 AVES AL DÍA Este Salto está situado en las proximidades de Málaga, cerca tanto de importantes centros de consumo como de las mayores centrales térmicas. Su extraordinaria ubicación permitió que el desnivel entre los dos depósitos fuese el máximo admisible, en la época de la construcción, para grupos reversibles, al mismo tiempo que la geología no presentaba problemas de consideración. El emplazamiento, en el río Guadalhorce, en las proximidades del Chorro, es un paraje de singular belleza, y allí construyó el ingeniero D. Rafael Benjumea Burin la Central del Chorro, considerada una de las obras más importantes de los años veinte y por la que se le concedió el título de Conde de Guadalhorce. En las centrales de bombeo es muy importante obtener el máximo salto, al mismo tiempo que la conducción que une ambos embalses sea lo menor posible, a fin de evitar las consiguientes pérdidas. Estas dos condiciones se dan en gran medida en el Tajo de la Encantada. SI VD. LLEGA CON MÁS DE 5 MINUTOS DE RETRASO, LE DEVOLVEMOS SU DINERO* GERENCIA AVE SEVILLA SANTA JUSTA ATENCIÓN AL CLIENTE: INFORMACIÓN, RESERVAS Y VENTA A DOMICILIO: 95 441 08 55 95 454 02 02 *SIEMPRE QUE EL RETRASO SEA IMPUTABLE A AVE RENFE 10 presión como bomba. Los alternadores-motores, con una potencia de 112.500 KVA (90.000 KW) y 500 revoluciones por minuto, generan a una tensión de 13.800 Voltios y hacen el cambio de giro, según trabajen en turbina o bomba, mediante unos seccionadores automáticos que actúan como primer paso, en la correspondiente secuencia de arranque. El acoplamiento en bomba se realiza girando previamente el Grupo hasta la velocidad de sincronismo, mediante un motor asíncrono de lanzamiento, alimentado a la misma tensión que el alternador principal y que está regulado por una resistencia líquida. INGENIO Antes de arrancar este motor, es necesario desanegar el rodete para evitar el batido del agua. Esto se hace mediante la inyección controlada de aire a presión, que se extrae una vez acoplado el Grupo y previo al bombeo. En la parte superior de la central se encuentran situados los transformadores de potencia que con una potencia de 114.000 KVA. elevan la tensión de 13’8 KV. a 220 KV. Existe uno por Grupo y siguen con líneas independientes hasta la subestación situada a unos pocos Kms. de distancia. Todo ello permite un ciclo de trabajo diario con 8 horas 30 minutos de bombeo y 7 horas y 40 minutos de generación. Toda la instalación está automatizada y telemandada desde el Centro de Control en Sevilla. Embalse superior Está situado en las denominadas mesas de Bobastro, en lo que fue refugio del caudillo mozárabe Omar Ben Hafsun, y constituido por tres presas de gravedad con altura máxima de 38 m. y una cuarta de materiales sueltos. Además de la construcción de las presas fue necesario excavar más de tres millones de m3. para conseguir los 3 Hm3. de capacidad útil, así como realizar pantallas de inyecciones en el fondo y entre las presas. La longitud de coronación es de 2’9 Kms. INGENIO La superficie en talud está revestida con gunita armada y el fondo con una capa de arcilla compactada. Tiene una superficie de 18’20 Hm2. 11 centrales hidráulicas convencionales con las que se consigue el aprovechamiento integral del río Guadalhorce. José Luis del Castillo Núñez Tubería forzada La toma de agua está formada por una rejilla de 162 m2. de superficie y una embocadura de hormigón armado con una compuerta-vagón de 4’60 x 5’40 m. que se acciona a distancia desde la central y constituye una protección ante emergencias. La conducción, blindada en su totalidad, tiene un primer tramo en túnel donde se sitúa la chimenea de equilibrio también blindada en su parte en pozo, y de hormigón armado y pretensado en la base y en el fuste. El resto de la tubería, sin juntas de expansión ni puntos fijos, está colocada en una zanja, y con una cubierta de hormigón que queda anclada al terreno. Embalse inferior Está formado por una presa tipo gravedad con cinco compuertas de sector de 12 m. de luz y 8’60 de altura, con una capacidad útil total de 3’40 Hm 3. de los cuales 0’4 son para servir de contraembalse a la nueva central de Chorro. La presa tiene dos tomas para 26 m3/seg. cada una que alimentan los riegos y el abastecimiento de Málaga. El nivel máximo es la cota 202’50. Hay que resaltar que el salto en este tipo de instalación es variable, ya que a medida que baja el embalse superior, sube el del inferior. En las inmediaciones de esta Central existen otras INGENIO 12 Reflexiones sobre la identidad del Ingeniero Javier Aracil Santonja Durante el curso pasado se ha desarrollado en nuestra Escuela un seminario en el que se han sentado las bases para la nueva asignatura Metodología e Historia de la Ingeniería que va a empezar a impartirse previsiblemente el segundo cuatrimestre del presente curso 1999-2000. Se trata de una asignatura de nuevo cuño que representa una cierta variante con relación a los programas habituales en nuestras Escuelas de Ingenieros. El título de la asignatura es suficientemente expresivo al respecto. El seminario se desarrolló al calor del interés que por esta asignatura, y por lo que representa, mostraron un grupo de profesores de la Escuela. En el seminario se debatieron distintas aportaciones, y uno de esos debates se dedicó al contenido de este artículo. Este trabajo constituyó la presentación del nº 2 de la revista “Argumentos de Razón Técnica”, en el que se incluía, además, mi artículo titulado “¿Es necesario que los ingenieros filosofen?”, relativo, también, al tema que ahora nos ocupa. ciamiento de la ciencia. Son los que simpatizan con la consideración de la ingeniería como ciencia aplicada. En el polo opuesto están los que no sólo piensan que hay que acentuar la distancia con la ciencia, sino que consideran, con un punto adicional de radicalidad, que habría que sustituir la difundida consideración de la ingeniería como ciencia aplicada por algo así como la de la ciencia como ingeniería teórica, y ante la difícil viabilidad de esta propuesta reaccionan llevando a un extremo la separación conceptual de la ingeniería y de la ciencia (o quizás, más bien, la de ingenieros y científicos). En tercer lugar se encuentran aquellos que piensan que la cuestión de las relaciones con la ciencia resulta un problema menor, o secundario, cuando se trata de buscar la especificidad de la ingeniería. A éstos les ha parecido que en el articulo de referencia se emplea demasiado tiempo en analizar esas relaciones y demasiado poco en lo que consideran realmente interesante: definir el ámbito propio de la ingeniería, su método y sus peculiaridades. Así pues, aún antes de su publicación, el contenido de este artículo, fue objeto de debate. Por ello ya tenemos algunas respuestas a la pregunta que lo encabeza. La necesidad de que los ingenieros filosofen, en el sentido anterior, fue el sentimiento unánime de los asistentes al seminario. Sin embargo, y en relación a los contenidos concretos del artículo, la respuesta positiva se disgregaba en tres posiciones: en primer lugar, la de aquellos que manifestando un discreto acuerdo con el artículo, disienten de su tono marcado por lo que tiene de distan- Vamos a dedicar el espacio, que generosamente se me ha concedido, a tratar de dar una primera respuesta a estos tres puntos de vista. En primer lugar están los disconformes con que la ingeniería adopte una actitud que pueda interpretarse desdeñosa con la ciencia. Es una disconformidad con la que en mi juventud me hubiese sentido profundamente solidario. Hay razones generacionales para ello. En mis años de estudiante, finales de los 50 y primera mitad de los 60, las entonces menesterosas Escuelas de Ingenieros eran muy diferentes de las actuales. Su profesorado, aún concediéndole el crédito de bien intencionado, carecía de dedicación y por tanto sus conocimientos, aunque fuesen sólidos, no dejaban de ser superficiales. Algunos estudiantes echábamos en falta un mayor rigor en los planteamientos. Estimábamos que entre las asignaturas básicas, de componente más marcadamente científica, y las propiamente tecnológicas existía un vacío excesivo que nos producía un cierto vértigo y una gran insatisfacción. Parecía que las ramas propias de la ingeniería se reducían a recetas, más o menos superficiales, cuya aplicación parecía estar regida únicamente por la intuición y la experiencia. En el otro extremo se tenía el riguroso mundo de la ciencia, de enorme belleza formal y sólida coherencia interna. Entre ambos extremos prácticamente el vacío. Todo ello nos hizo añorar una ingeniería más científica. INGENIO 13 Por otra parte, no hay que olvidar tampoco los años que se vivían en España. El régimen político imperante pretendía devolver las prácticas intelectuales a planteamientos propios de la Contrarreforma, alejados de las formas de pensamiento derivadas del Renacimiento y la Ilustración que dominaban el mundo al que veíamos con envidia. Tuvimos que desmontar ese mundo y tratar de sustituirlo por otro más acorde con los tiempos modernos. Se comprende que la admiración por la ciencia, como paradigma de los principios ilustrados, fuese incondicional, y que la tuviéramos como un modelo de las líneas de pensamiento que teníamos que adoptar para acercarnos a las entonces imperantes en el mundo occidental. Por ello no es extraño que combinando los problemas que encontrábamos dentro de las Escuelas, con aquéllos más generales del país, se produjese en algunos de nosotros una profunda convicción de que la ciencia era una referencia inalienable para nuestros planteamientos vitales, y más en concreto para la ingeniería. Hoy, pasados los años, creo sinceramente que esa opción fue adecuada a las circunstancias y el momento histórico en que se tomó. Pero quizás debimos ser más precavidos al adoptarla, pues no supimos ver el peligro que llevaba aparejada: el de quedar diluida la identidad de la ingeniería, por demasiada subordinación a la ciencia. Las posturas excesivas corren el peligro de pecar de inmadurez y aunque a corto plazo puedan aparentar solucionar algún problema, y de hecho así lo hagan, a largo plazo pueden volverse en contra de los objetivos que las motivaron. Por ello posiblemente haya llegado el momento de revisar esas actitudes y adoptar una posición más matizada. Con lo que acabo de decir creo que se ponen de manifiesto mis simpatías juveniles, no del todo superadas, hacia los que postulan la necesidad de una fuerte inseminación de ciencia en las Escuelas de Ingenieros. Pero también los peligros de esa postura, si no se lleva a cabo con las debidas precauciones, que es lo que me temo que haya podido ocurrir. Más adelante volveré sobre ello. En las antípodas de los ingenieros que aceptan, o al menos no desdeñan, la consideración de la ingeniería como ciencia aplicada están los que reaccionan virulentamente contra esta pretensión y proponen una inversión de las jerarquías entre ingeniería y ciencia. Los que comparten este punto de vista forman una especie más variada que la de los filocientíficos; e incluso entre ellos no faltan posturas marcadamente antitéticas. Sin embargo comparten el acusar de tibio el planteamiento1 que estamos comentando, por considerar que en él no se hace un distanciamiento suficientemente radical de la ciencia (al menos de la ciencia tal como está hoy instituida en nuestra sociedad; es decir, de la ciencia que se desenvuelve en torno a las instituciones sociales encargadas de cultivarla: las facultades universitarias de ciencias y centros análogos). Son aquéllos a los que la consideración de la ingeniería en particular, y de la técnica en general, como ancilla scienciae produce una profunda desazón. Ante esa pretensión contratacan diciendo que más bien la ciencia es ancilla techniquae (o, más aún ancilla ingenieriae). No les faltan razones para esa afirmación. Históricamente los orígenes de la técnica nos llevan al alba de la civilización, mientras que la ciencia es un producto cultural (y una opción profesional, lo que es más pertinente al debate) mucho más reciente. El ser humano hace técnica, crea útiles con los que transformar el medio en el que se desenvuelve su vida, antes de crear los objetos simbólicos, los conceptos, a partir de cuyo ordenamiento y articulación surge la ciencia. 1 Véase el artículo referenciado al principio: «¿Es necesario que los ingenieros filosofen?», publicado en el nº 2 de la revista “Argumentos de razón técnica”. 14 Llegados a este punto, después de esbozar las raíces juveniles de mis simpatías hacia las dos posiciones críticas, aparentemente opuestas, de las que vengo ocupándome es posible que alguien me acuse de eclecticismo. Quizás la acusación esté justificada. Sin embargo, prefiero pensar que nuestras formas de asumir la realidad son plurales, aún contradictorias, y que no necesariamente por ello debemos rechazarlas. En los asuntos humanos, como en tantos otros, buscar el Santo Grial de una postura única parece ser tarea vana. Por ello no me siento incómodo al invocar que en la génesis de mi punto de vista actual confluyen posiciones aparentemente contradictorias. Vayamos pues a la tercera de las posiciones ante la cuestión, la de aquéllos que lo que piden es que abordemos el problema de la ingeniería, y nos dejemos de debates académicos en torno a si es antes o después la ciencia o la ingeniería. Veremos que, pese a todo, aunque tratemos de evitarlo, no va a ser posible eludir el problema de la relación entre ciencia e ingeniería, pero vamos a hacerlo de modo que se ponga de manifiesto la confluencia metodológica entre ellas preservando las correspondientes autonomías. Ni arriba ni abajo: al lado, y a ser posible colaborando –como, por otra parte, hacen otras muchas profesiones, siendo especialmente ejemplar para nuestros propósitos la relación de la ciencia con la medicina. Ante el hecho histórico de la ingeniería aparece una primera rareza. La denominación de ingeniero, y por tanto de ingeniería, es relativamente reciente, posterior a la Alta Edad Media, mientras que las actividades que hoy INGENIO consideramos propias de este cuerpo profesional se remontan a los albores de la humanidad. El modo de actividad técnico cuyo desarrollo corresponde en los tiempos modernos a los ingenieros ocupa un lugar primordial en el proceso de hominización. La aparición del hombre sobre la tierra se produce en íntima conexión con el desarrollo de actitudes técnicas que hoy consideramos características de los ingenieros. Esto puede sonar excesivamente pretencioso, pero es así. La capacidad de representarse el mundo y actuar sobre él a partir de esa representación es el rasgo que caracteriza el paso de los homínidos inferiores al hombre, y es también el modo de actividad de los ingenieros. En la capacidad de construir representaciones de la realidad para basándose en ellas determinar las actuaciones puede verse también los inicios de lo que luego será la ciencia. Sin embargo, en sus orígenes, estas representaciones estaban determinadas por actuaciones concretas y no eran el resultado del cultivo del placer intelectual de comprender. Esto corresponde a un estadio muy posterior. Conviene detenerse en este punto, puesto que en lo que se acaba de decir están implícitos argumentos capitales para el tema que nos ocupa. La transición del homínido al hombre está caracterizada no tanto por el uso de herramientas (algunos animales las emplean, y los simios superiores, por ejemplo los chimpancés, con sorprendente habilidad). Lo que caracteriza esa transición es la capacidad que muestran los primeros hombres de llevar a cabo un proceso que hoy nos parece trivial pero que representa un alto grado de elaboración y que es característico de los humanos: poseer una representación mental de la realidad a partir de la cual programar la actuación. La propia emergencia de la consciencia aparece vinculada a ese proceso. Los chimpancés, y otros animales, emplean herramientas pero son muy endebles los indicios de que planifiquen su utilización. Por ejemplo, en el conocido caso del empleo de ramas para extraer termitas de un termitero, y que previamente han sido adaptadas para ello -de ahí el indicio de que emplean herramientas-, no se ha detectado ningúna indicación de que traten de mejorar ese rudimentario instrumento. Tampoco se ha observado que cuando el azar ha puesto en sus manos una ramita especialmente adecuada la guarden para otra ocasión pre- 15 INGENIO viendo, por tanto, que la necesitaran en el futuro. Sin embargo, ello es precisamente lo que hacen los humanos y con ello se inicia la profunda divergencia entre nuestra especie y el resto de las que pueblan la tierra. La ventaja adaptativa que esa sutil diferenciación iba a concedernos muestra hoy una arrolladora evidencia. Así pues en las más antiguas civilizaciones las actividades de lo que hoy conocemos como ingenieros eran determinantes (canalizaciones y acequias para regadíos, erección de monumentos, obras públicas como calzadas y abastecimientos de agua, embarcaciones propulsadas por el viento, explotaciones mineras y tratamiento de los metales, y un largo etcétera). Sin embargo es notable que mientras en esas civilizaciones otras profesiones como la medicina, el derecho o la milicia forman un cuerpo social bien organizado no sucede lo mismo con la ingeniería. Para encontrar los primeros profesionales que se reclaman como tales hay que remontarse a los ingenieros italianos del Renacimiento. Y cuando uno se ocupa de ellos ve que surgen como una extraña mezcla de tradiciones en la que confluyen, en primer lugar, y con carácter preeminente, la de los que concebían y construían ingenios militares para la defensa y asalto de fortificaciones, junto con otras tradiciones artesanales de carácter civil, que incluían los artefactos adicionales para la construcción de obras públicas. La denominación de Tecnología al servicio del futuro 16 INGENIO las naciones. Para el desarrollo de este programa se requieren profesionales especializados y es ahí donde los incipientes balbuceos de los ingenieros renacentistas se plasman en unos cuerpos profesionales que desembocan, sin solución de continuidad, en la ingeniería de nuestros días. ingeniero procede precisamente de esta capacidad de concebir ingenios o máquinas. Se trata, por tanto, de una denominación que podríamos considerar restrictiva con relación a los ámbitos que hoy se consideran patrimonio de la ingeniería, pero que afecta a unos profesionales en los que ya están claramente definidos los rasgos propios de la ingeniería moderna: la concepción de ingenios para atender a una determinada función práctica. El ingenio, como capacidad intelectual, crea un artificio que altera lo que se percibe como defecto o carencia de lo meramente natural; es, por tanto, la capacidad de “mejorar” lo que se encuentra en la naturaleza mediante la elaboración de una “realidad” artificial alternativa. Es notable que el término ingenio, como capacidad de concebir máquinas para actividades precisas, se transfiere desde esa capacidad intelectual a la denominación de sus productos. En el siglo XVIII se produce el segundo gran paso que conduce a la ingeniería moderna. Al calor de la Ilustración, y apoyada en los recursos que aporta la incipiente revolución industrial, se produce un gran movimiento de transformación social que pretende impulsar las actividades de tipo práctico (desde el comercio hasta las distintas actividades agrícolas e industriales con incidencia económica, pasando por formas de organización social) que fomenten la riqueza y el bienestar de los pueblos y La ingeniería es una profesión (igual como el derecho o la medicina). Como tal profesión tiene encomendada la función social de concebir, construir y explotar lo que de una manera muy genérica podemos denominar máquinas, objetos artificiales de los que obtener alguna utilidad. El concepto de máquina puede resultar excesivamente restrictivo y puede que con él no se sientan cómodas algunas ramas de la ingeniería: el de objeto artificial es, en este sentido, más general y comprende al de máquina. Tiene la ventaja adicional de que nos lleva al núcleo de lo que es el dominio propio de la ingeniería: el de lo artificial; el de aquello que no existía en la naturaleza pero que tras un proceso de concepción, de creación, en el sentido más estricto de éste término, y de posterior contrucción llega a alcanzar el ser. En el proceso de creación está presente, de forma indeleble, la intencionalidad, el propósito de lograr una meta determinada con aquello que se concibe. Se tiene la intención de resolver un determinado problema, para lo que se concibe un objeto artificial con el que lograrlo. En eso está la génesis de la labor del ingeniero, que sin embargo no se acaba ahí: además hay que llevar a práctica lo concebido, construyéndolo si es una máquina o implantándolo si es una concepción de otra naturaleza, y luego hay que comprobar que efectivamente se alcanza la meta propuesta. Esta comprobación tiene el valor de legitimar la bondad del producto alcanzado. Por eso, en ingeniería, las cuestiones de fundamentación no han sido objeto de especial atención: es la propia práctica con el objeto artificial producido la que da valor a un producto de la ingeniería. Al cuestionar, de forma excesivamente genérica, las relaciones entre ciencia e ingeniería, en realidad debería hablarse de relaciones entre ingeniería y ciencias de la naturaleza (mencionemos explícitamente las tradicionales: física, química, biología y geología), porque la ingeniería se reclama de la ciencia en la misma medida que pueden hacerlo profesiones como la medicina, o ámbitos del conocimiento como la historia (posiblemente la primera ciencia) o la economía. Ya hemos comentado anteriormente cómo en la génesis del quehacer técnico, en los albores de la humanidad, representación y utilización aparecen indisociablemente entrelazados. La metodología de la ingeniería es tan científica como la que más, pero se ve obligada a salir al paso cuando se dice de ella que es ciencia aplicada y lo que realmente se está pretendiendo decir, de forma subrepticia, es que es ciencia INGENIO fisico-natural aplicada. En ello parece estar implícita la pretensión de decir que la ingeniería es exclusivamente la aplicación de los resultados obtenidos por la ciencia a casos concretos. Es justamente contra esta concepción contra la que estamos reaccionando y cuya impropiedad tratamos de argumentar. El mejor conocimiento de las propiedades de las cosas que han logrado las ciencias de la naturaleza permite al ingeniero desplegar su imaginación en concepciones cada vez más audaces. El conocimiento de las propiedades de las cosas acumulado por la ciencia puede ayudar a establecer las condiciones que hagan posible plasmar las concepciones del ingeniero; es decir, contribuyen a conocer los límites de lo que no habiendo sido producido por la naturaleza puede, sin embargo, llegar a ser. Establece unos límites insoslayables a lo concebido. Contribuye a delimitar el campo en el que se mueve lo posible. Lo importante, sin embargo, es que los productos de ese despliegue de imaginación no están implícitos en aquéllos conocimientos. Y es precisamente en el acto de creación o de concepción, en el que consiste ese despliegue de imaginación, en el que se pone de manifiesto lo más peculiar de la ingeniería. Así pues la ingeniería es una profesión que está asociada a las actividades de un cuerpo profesional con una función social, cuyos métodos y procedimientos se nutren de lo que en el mundo moderno se conoce como ciencia en su sentido más amplio: la aplicación de la racionalidad y la experiencia a la construcción de nuestra concepción del mundo. Sin embargo, la actividad del ingeniero, en sus formas excelsas, se desencadena en un acto de creación, mediante un proceso que no conocemos bien pero en el que se produce el germen de una idea, de la concepción de algo que ayudará a resolver un determinado problema práctico. Es claro que el complejo proceso de esa germinación se produce sobre un substrato de conocimientos previos que la modulan, delimitando a priori lo posible. Esta base de conocimientos constituye el patrimonio propio de cada rama de la ingeniería y forma un trasfondo sobre el que brota el acto de creación. Para plasmar en algo concreto y tangible lo que ha sido capaz de concebir, el ingeniero recurre a la 17 razón y a la experiencia, de forma análoga a como lo haría un científico, pero buscando fundamentalmente la utilidad del producto, sin olvidar que, por otra parte, pueden estar presentes componentes estéticas. Decía uno de los grandes ingenieros españoles, Eduardo Torroja, que la ingeniería es observación y cálculo. Es cierto, y con ello se invocan los fundamentos racionales de esta profesión. Pero olvidaba modestamente Torroja otra característica esencial de la ingeniería: la concepción; en la que, por otra parte, él era un maestro –quizás por eso mismo, porque la consideraba tan natural, no creyó necesario hacerla explícita. La actividad del ingeniero es, por su propia naturaleza, pragmática y pluralista. Para él no es una meta la unidad del conocimiento, sino el valor práctico de ese conocimiento en la situación concreta que le ocupa. Por ejemplo, en ingeniería el carácter atómico de los componentes de un sistema puede resultar irrelevante. Ante la hipótesis atómica la inmensa mayoría de los ingenieros – excepto quizás los nucleares o los electrónicos cuando empieza a anunciar barreras al proceso de miniturizaciónpodemos responder como hizo Laplace ante Napoleón cuando le preguntó por el papel de Dios en su sistema: «Sire, no necesito de esa hipótesis». Es posible que lo anterior resulte excesivamente provocador. En su libro sobre Las mil caras del realismo Hilary Putnam al plantear los problemas filosóficos que presenta la asunción de una postura realista en un mundo en el que ciertos conceptos científicos tienen una presencia que desborda su marco original, se vale de la trama propia de un melodrama. Podemos adoptarlo aquí a nuestros propósitos. La base argumental del folletín que recuerda Putnam es la del seductor que, para seducir a la doncella, hace promesas que luego resultan incumplidas. Los personajes de la historia son el seductor, que representa al realismo cientifista, y la doncella que personifica al sentido común. Para la doncella el mundo está formado por sillas, mesas y los objetos que vemos en nuestro entorno. La doncella al acercarse al mundo del pensamiento y de la cultura en busca de respetabilidad intelectual, se ve impelida a abandonar su mundo de sen- 18 tido común. Por su lado el realista científico trata de seducirla prometiéndole un mundo en el que sólo la «realidad” estará presente. El desconcierto de la doncella es mayúsculo cuando descubre que en el mundo al que ha sido seducida tampoco hay mesas ni sillas, sino un extraño e irreconocible galimatías formado por un enjambre de partículas elementales. Lo que acaba haciendo el seductor más parece metafísica que otra cosa (lo cual no digo que esté mal, pues aparentemente nos resulta irrenunciable mantener alguna postura metafísica o tener una ideología política; lo malo es que lo hagamos sin saber que lo hacemos y aun pretendiendo hacer lo contrario). Ante la pretensión de que el mundo que nos rodea sea algo cuya descripción verdadera consista en un entramado de fórmulas matemáticas (que para colmo las pretendidamente básicas son reversibles) es algo ante lo que no podemos sino invocar una vuelta a la seriedad y al buen sentido; al mundo de pragmatismo, pluralismo y escepticismo que ha sido tradicionalmente el dominio propio del ingeniero, y en el que ha cosechado sus más logrados frutos. La ingeniería se desenvuelve en un contexto dominado por la necesidad de hacer cosas que funcionen de acuerdo con los objetivos deseados. Ello implica una confluencia de sentido común y responsabilidad en el que están ineludiblemente presentes las formas de racionalidad más exigentes. Las representaciones que el ingeniero se hace del mundo sobre el que va a actuar están motivadas precisamente por los objetivos deseados con su acción. Sin embargo, a algo a lo que no tenemos más remedio que renunciar es a la existencia de un conocimiento a priori exhaustivo de la realidad a partir del cual, como el que organiza las piezas de un mecano, sea posible reconstruirla en todo su detalle, y que, por tanto, aportase el conocimiento necesario para la acción del ingeniero, de modo que su labor se limite a jugar con esas piezas sin aportar nada nuevo. Ese conocimiento sería el sueño dorado de un ilustrado y su añoranza constituye uno de los legados negativos de la Ilustración. Hoy, dos siglos después, sabemos que tenemos que renunciar a él. La realidad se nos presenta de forma mucho más rica, pero sin embargo parcelada y segmentada; ya no se deja captar INGENIO como un todo; y que aunque aquí o allá consigamos poner un poco de orden y lograr descripciones de la realidad dotadas de una gran generalidad y coherencia, eso no son sino fenómenos parciales que describen localmente dominios de nuestro conocimiento, pero cuya integración en un único mapa no nos es concebible. Una imagen de lo que pretendo decir la suministra el recubrimiento de un espacio topologico con subespacios locales. Es sabido que una variedad topologica puede recubrirse, de modo que con un conjunto de cartas se tiene un atlas de la correspondiente variedad. Esta idea resulta sugestiva con relación a lo que estamos tratando de decir. Tenemos el vasto campo de nuestra experiencia de la realidad y en determinados puntos podemos construir cartas o mapas que nos permiten movernos con alguna soltura en esos dominios acotados. Podemos formar un atlas, con intersecciones de algunas de esas cartas. Sin embargo, al emplear la metáfora del atlas no podemos olvidar que aún en la proyección de Mercator no es posible representar la esfera terrestre sobre un plano sin alguna deformación. Con estas cartas podemos, en algunos casos, desenvolvernos con razonable soltura en los correspondientes dominios. Pero aspirar a alcanzar una visión unificada de la realidad me parece que, hoy por hoy, es hacer algo que desborda el propio campo de la ciencia fisico-natural. Los conocimientos propios de la ingeniería comprenden precisamente mapas como los que metafóricamente estamos comentando. Las ingenierias convencionales: eléctrica, mecánica, aeronáutica, civil cubren precisamente dominios del quehacer profesional del ingeniero en los que la experiencia se ha organizado con estructuras de conocimiento que en nada desmerecen a las alcanzadas por los científicos en dominios semejantes, e incluso con amplias zonas de solapamiento. Por ello, los conceptos que emplean los científicos para describir la realidad, y los de los ingenieros para obtener representaciones de ella a partir de las cuales decidir sus actuaciones, han sido objeto de fecundos trasvases. De hecho unos y otros utilizan, en gran medida, los mismos conceptos y lenguajes, hasta el extremo de que en algunos INGENIO 19 casos resulte difícil distinguir si lo que tenemos delante es un científico o un ingeniero; o que sea lo uno, creyendo ser lo otro; o que a veces se comporte como una cosa y otras como otra. Pero esto último es excepcional. Lo normal es justamente lo contrario. Que se sea lo uno o lo otro. Todo esto no debe interpretarse bajo una óptica gremialista. La fluidez de las relaciones sociales en el mundo moderno hace que pretender restringir los dominios de actividad se convierta como algo así como poner vallas al campo. Sin embargo, sí hay ámbitos en los que es conveniente tener las ideas muy claras, y uno de ellos, posiblemente el principal, sea el de la formación. Es muy distinto formar ingenieros que formar científicos. Aunque ambos se manejen con lenguajes y conceptos similares, la función social que se pretende de ellos es muy diferente. A unos hay que prepararlos para unas labores de tipo práctico, por lo que en su formación tienen que ser determinantes cuestiones tales como la resolución de problemas, la visión conjunta de los múltiples aspectos que inciden en un problema concreto, la asunción de la responsabilidad social de su labor, entre otras cosas. En los otros es el rigor en sus planteamientos; la destreza en el aislamiento de los factores esenciales de un problema para su mejor comprensión; en ellos la capacidad analítica y otras aptitudes semejantes serán predominantes. Es claro, por otra parte, que las aptitudes de unos y otros no son excluyentes, y en la medida en que manejan cuestiones y conceptos análogos no hay que descartar la posibilidad de que en algún caso se dé alguien que haga aportaciones notables a los dos campos. Pero ello siempre será excepcional, porque en nuestros actos la motivación es determinante. Y científicos e ingenieros tienen motivaciones distintas: unos buscan la utilidad y otros saciar la curiosidad. En la etapa de formación el fomentar las aptitudes que inclinen hacia una u otra opción resulta esencial. Las peculiaridades de la formación de un ingeniero, como alguien al que hay que formar para que sepa hacer cosas son bien conocidas, pero conviene insistir una vez más en ellas. Formar a un ingeniero consiste en dotarlo de un complejo de habilidades y conocimientos que no es fácil catalogar, pero con relación al cual los estudiantes de ingeniería tienen una clara percepción. Se dan cuenta de que lo que distingue su formación es precisamente resolver problemas, hacer trabajos personales, iniciarse en la ejecución de proyectos, aunque sean virtuales, y actividades similares. Saben que la única manera de aprender a hacer es haciendo. Ello, claro está, tienen que hacerlo en paralelo con la adquisición de unos conocimientos que les ayuden a articular su formación. Pero lo que distingue su formación con relación a la de otros estudiantes que emplean conceptos análogos, y que pudieran por tanto parecer semejantes, es precisamente el énfasis dominante en el hacer sobre el conocer. Está extendida la falacia de que aprendiendo técnicas concretas se adquiere un conocimiento efímero y perecedero que a los pocos años envejecerá y quedará obsoleto. Suelen postular, los que así argumentan, que lo deseable es dar una formación científica básica sólida, de conocimientos ampliamente aceptados, que les durarán toda la vida. Olvidan, los que así piensan, que lo esencial en la formación de un ingeniero no es tanto esa base de conocimiento científico, cuyo interés como basamento cultural no voy a negar, sino, como recordábamos antes, el haber hecho algo concreto. Cuando el estudiante de ingeniería tiene la sensación de que realmente está aprendiendo a ser ingeniero es cuando trabaja en problemas concretos, aunque sea empleando para ello procedimientos que indudablemente pronto carecerán de interés y tendrá que renovar. Pero lo importante, él lo sabe bien, no es el procedimiento –ya aprenderá muchos más a lo largo de su vida profesional- sino esa enriquecedora experiencia vital que consiste en concebir la solución a un determinado problema, hacer propuestas para resolverlo, ensayarlas, decidir sobre su idoneidad y ser capaz de articular en una síntesis concreta la resolución del problema que se le había propuesto. Es precisamente en este punto donde la formación del ingeniero adquiere sus rasgos más característicos, que la hacen diferente de otras titulaciones en las que se emplean conceptos y lenguajes análogos, pero con los que se pretenden al- 20 canzar otros objetivos. Todo esto es especialmente patente cuando se compara la tradición de una Escuela de Ingenieros a la de ciertas facultades universitarias. Precisamente por el peso de esa tradición no deja de producir cierto estupor el ver cómo imparten titulaciones de ingenieros centros que carecen de ella y de los que no hay evidencia de que pretendan emularla. Nuestros tiempos son complejos, como supongo que lo han sido todos para aquellos que les ha tocado vivirlos, pero presentan algunas peculiaridades que son relevantes al tema que estamos tratando. La fe en la técnica, en la ingeniería, en el progreso (como también, en otro orden de cosas, en la democracia) está sufriendo los embates propios del presumible fin de la época de la modernidad en la que la ingeniería ha jugado un papel tan importante. Por citar una fecha, siempre discutible, en 1789 arranca la modernidad y el proyecto ilustrado. Por citar otra fecha, más discutible todavía, en 1989, con la caída del muro de Berlín, se cierra ese período y adviene la postmodernidad. Las actitudes ante esta última son enormemente variadas y van desde los que la rechazan, pretendiendo reducirla únicamente a sus manifestaciones más insostenibles ligadas a ciertas formas irresponsables de multiculturalismo y relativismo, hasta los que la abrazan con una total sumisión a un complejo mundo de manifestaciones culturales, aún no suficientemente estructuradas, que se presentan como un barco a la deriva sin rumbo ni timonel. En cualquier caso parece estar fuera de toda duda que nos encontramos en un momento de inflexión, de cambio de época. Y en esos momentos es especialmente importante decidir qué se puede salvar de lo que considerábamos bueno de la época anterior, qué será inevitable que abandonemos, qué será susceptible de adaptarse a los nuevos tiempos, y qué novedades traerán estos con las que tendremos que habérnoslas. Como opción personal tengo que manifestar que la apertura a los tiempos que nos vienen parece razonable hacerla con una ineludible referencia a nuestros orígenes ilustrados. Pero sin confundir razón con fe. Y la primera nos exige una revisión inacabable de aquello en lo que creemos. Nuestra simpatía con el mundo de la Ilustración, e incluso una cierta identificación con sus supues- INGENIO tos básicos, debe llevarnos no a postular una esclerotización de esos principios sino a una continua revisión que permita acondicionarlos a los nuevos tiempos. La Ilustración se produjo hace dos siglos, y en ese período se ha producido, y se sigue produciendo, el mayor flujo de pensamiento que ha conocido la historia de la humanidad. El tiempo no pasa en balde. Hay que digerir lo que se ha pensado en ese lapso. A ello, y no a fáciles veleidades, es a lo que nos referimos cuando hablamos de postmodernismo. De este mundo pretendidamente postmoderno en el que nos ha tocado vivir, los ingenieros tenemos que tomar nota de la pérdida de la fe ciega en el progreso y en la utopía, que parecía que podríamos alcanzar de forma casi mecánica e inevitable mediante el uso de la razón. Soplan, sin embargo, vientos que pueden sernos favorables: la exaltación de la razón teóricocientífica parece ceder su puesto a la aceptación de formas de pensamiento más cercanas al pragmatismo y al pluralismo. Frente a la cristalización del monolitismo cientifísta en una nueva escolástica, con toda su cohorte de rigidez conceptual, parece que vivimos una reacción que pretende encontrar formas más plásticas de pensamiento en las que tenga cabida un mundo plural y complejo. Ante el positivismo lógico, que ha conducido inevitablemente a formas de dogmatismo fisicalista, resultan cada vez más atractivas formas de pensamiento cercanas al pragmatismo americano, más embebidas de razón práctica y en las que la acción tiene prioridad sobre el conocimiento. Me aventuro a pensar que el método propio del ingeniero encuentra mejor acomodo en un mundo presidido por el pragmatismo y la pluralidad, que en uno regido por un cientifismo monista. Es esta una afirmación, quizás un tanto radical, que me temo que suscite alguna disidencia. En todo caso, considérese como una conjetura sobre la que creo que tendremos que volver porque, de una forma u otra, en la respuesta que se le dé está implícito el futuro de nuestra profesión, al menos en el futuro inmediato. En lo anterior confío que se haya puesto claramente de manifiesto que el ingeniero si quiere definir su propia identidad profesional (y no que se la den hecha otros) tiene que reflexionar sobre ella; es a ello a lo que me refiero cuando postulo que el ingeniero debe filosofar. Además de definir su propio ámbito de actividad, hay otra circunstancia que aconseja al ingeniero la necesidad de reflexionar sobre su actividad profesional. El hecho de que la ingeniería sea una profesión, y por tanto tenga encomendada una función social, obliga a que tenga que plantearse cuestiones éticas y deontológicas. Aunque los ingenieros han prestado desde siempre atención a estas cuestiones es posible que no haya sido suficiente. Existen códigos de deontología profesional de la ingeniería, pero el hecho de que existan muchos quiere decir que ninguno de ellos está suficientemente aceptado (al contrario 21 INGENIO de lo que sucede en medicina que tiene uno de gran raigambre y tradición: el de Hipócrates, cuyo juramento se identifica con el inicio de la profesión). Es posible que el éxito profesional de los ingenieros, especialmente durante el XIX y la primera mitad del XX, les haya llevado a una actividad desenfrenada en la que quizás la reflexión sobre esa actividad y la autocrítica no hayan estado suficientemente presentes. Sin embargo, en los últimos decenios la contaminación y otros efectos adversos medioambientales, así como problemas relacionados con las nuevas bioingenierías, o la envolvente presencia de las redes de comunicación –con la presumible invasión del mundo de lo privado-, ha determinado que tenga que asumir y enfrentarse con las responsabilidades sociales y éticas de su trabajo. Existe el temor de que no esté suficientemente preparado para ello. Una reflexión sistemática y actualizada sobre estas cuestiones parece estar a la orden del día. Una razón más para abundar en la conveniencia de que el ingeniero filosofe o reflexione o como se quiera decir. La ingeniería es una profesión dotada de prestigio social, lo que sin embargo no ha impedido que se cuestione su identidad. Los ingenieros, para bien o para mal, tenemos mucho trabajo y es posible que esa absorbente actividad profesional nos haya llevado a subvalorar el ejercicio sistemático de la reflexión y de la autocrítica. Ha sido, tradicionalmente, una profesión minoritaria y ello, unido al éxito profesional, ha hecho que fuesen muy pocos los que se dedicasen con suficiente intensidad, y no meramente como un pasatiempo bien intencionado, a esa labor sistemática de análisis crítico de su labor. El número de ingenieros ha crecido espectacularmente en éstos últimos decenios, y es posible que se vaya alcanzando el volumen crítico que permita que algunos de ellos, ya en número significativo, dediquen una parte considerable de su actividad a esa labor de reflexión. Acaso tengan que soportar la acusación de que se dedican a hacer especulación gratuita. Nada, sin embargo, más infundado ya que aportarán algo muy práctico: las ideas básicas sobre las que se articulará el ejercicio de la profesión y su presencia en la sociedad. Si bien se piensa se verá la inmensa componente pragmática (es decir práctica, lo que resulta tan del gusto de los ingenieros) que tiene esa actitud. Creo que ello tiene una importancia vital para el futuro de la profesión, pero no sólo para ella, en un sentido corporativo, sino para lo que representa en el cuerpo social: la disposición de un grupo profesional formado específicamente para la resolución práctica de los problemas asociados al omnipresente mundo de los objetos artificiales. Javier Aracil A I C I A La Asociación de Investigación y Cooperación Industrial de Andalucía (AICIA) es una asociación creada para fomentar, facilitar, canalizar y gestionar la vinculación entre las actividades académicas y de investigación que se desarrollan en la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla, con la que está íntimamente relacionada, con las necesidades profesionales y técnicas de los sectores productivos y de servicios de nuestro entorno. AICIA trabaja con la Universidad de Sevilla y ofrece servicios altamente especializados de investigación y desarrollo en: Ingeniería Química, Transferencia de Calor, Ingeniería Civil, Energía y Medio Ambiente, Ingeniería de Organización, Ingeniería Mecánica y de los Materiales, Ingeniería de Tráfico y Transportes, Ingeniería Eléctrica, Electrónica y Telecomunicaciones. La experiencia acumulada desde su creación en 1980 y su continuada labor de transferencia de tecnología y de respaldo a las actividades industriales han hecho de AICIA una institución de gran prestigio y solvencia profesional. AICIA Escuela Superior de Ingenieros Camino de Los Descubrimientos s/n. 41092 - SEVILLA Tel: 95 448 61 24 Fax: 95 446 31 53 URL: http://www.esi.us.es/AICIA E-mail: [email protected] INGENIO 22 El Plan de Estudios de Ingeniería Química Continuando con la serie de artículos dedicados a los planes de estudios de todas las titulaciones impartidas en la Escuela, abordamos en este número el correspondiente al nuevo plan de estudios de Ingeniería Química. La titulación de Ingeniero Químico es una de las nuevas titulaciones surgidas en el marco de los nuevos planes de estudio. A diferencia de las nuevas titulaciones de Ingeniero en Automática y Electrónica Industrial, Ingeniero de Organización Industrial e Ingeniero en Electrónica que son todas de segundo ciclo, la titulación de Ingeniero Químico nace con el mismo «rango» que las titulaciones ya existentes de Ingeniero Superior; es una titulación de ciclo completo con entidad propia e independiente del Ingeniero Industrial. El nuevo plan de estudios de Ingeniero Químico tiene pues dos ciclos, sin titulación intermedia, con asignaturas estructuradas a lo largo de cinco cursos académicos. El número total de créditos es de 360 (1 crédito = 10 horas). El primer ciclo tiene una duración de 3 años y 216 créditos. El segundo ciclo es de 2 años y 144 créditos. Para obtener el título se exige la realización de un Proyecto Fin de Carrera. El plan de estudios ha sido homologado por la Comisión Académica del Consejo de Universidades de fecha 14/ 07/98, y publicado en el BOE de 18/09/98 por Resolución de 3 de septiembre de 1998 de la Universidad de Sevilla. El número total de asignaturas ofertadas en la carrera es de 67, sin tener en cuenta las asignaturas de libre configuración. Del total de asignaturas, 41 son asignaturas comunes (troncales u obligatorias), 28 en primer ciclo y 13 en segundo ciclo, y las 26 asignaturas restantes son optativas. En las materias troncales existen 5 asignaturas exclusivamente de laboratorios con un total de 33 créditos. La optatividad se encuentra en segundo ciclo y da lugar a dos intensificaciones o especialidades: Industrial y Medio Ambiente. Cada intensificación contiene 48 créditos estructurados en dos bloques. El alumno que desee seguir un itinerario curricular debe cursar al menos 33 créditos de las asignaturas incluidas en el primer bloque. Para obtener los 15 créditos restantes, puede elegir entre: de la misma intensificación. c) Realizar una actividad tutorada o un proyecto de colaboración en centros de investigación. En este supuesto, cada 30 horas de actividad equivaldrán a 1 crédito. En la Escuela de Ingenieros de Sevilla, esta opción sólo la contempla la titulación de Ingeniero Químico. En el resto de titulaciones no se pueden obtener parte de los créditos optativos mediante una actividad tutorada o un proyecto de colaboración. Aunque en la titulación de Ingeniero Industrial que se imparte en la Escuela de Ingenieros de Sevilla, existen unas intensificaciones de Química y de Medio Ambiente que comparten un cierto número de asignaturas optativas con las correspondientes del Ingeniero Químico, la formación que reciben los alumnos de las dos titulaciones es diferente. Basta con hacer un pequeño ejercicio comparando las asignaturas comunes de los títulos de Ingeniero Industrial (revista Ingenio nº 10) y de Ingeniero Químico resumidas en este artículo. En esta línea es muy interesante comparar los planes de estudio del título de Ingeniero Químico impartido en una Escuela de Ingenieros, como es el caso de la Universidad de Sevilla, con los impartidos en Facultades de Química en otras Universidades. El número de asignaturas a cursar en las intensificaciones es de 9 o 10 según la especialidad. En primer ciclo el número de asignaturas por curso está comprendido entre 8 en primer curso y 10 en segundo y tercero. En segundo ciclo el número de asignaturas por curso depende de la intensificación y de la forma de obtener los 15 créditos no pertenecientes al primer bloque. Como en el plan de estudios de Ingeniero Industrial, el número de asignaturas está motivado fundamentalmente por la troncalidad de la titulación y la limitación existente en el crecimiento de la troncalidad. En cualquier caso, al existir un importante número de asignaturas cuatrimestrales, el número máximo de asignaturas que un alumno ha de cursar simultáneamente en un curso nunca es superior a 6. José Guerra Macho a) Cursar otras asignaturas incluidas en el primer bloque. b) Cursar asignaturas incluidas en el segundo bloque 23 INGENIO Ciclo Curso Materias Troncales Materias Obligatorias Materias Optativas Libre Configuración Proyecto Fin de Carrera 1º 54 15 -- -- -- 69 2º 43,5 21 -- -- -- 64,5 I CICLO TOTAL 3º 12 49,5 -- -- -- 61,5 Sin Asignar -- -- -- 21 -- 21 4º 45 -- 21 -- -- 66 5º 30 -- 27 -- 6 63 Sin Asignar -- -- -- 15 -- 15 Total 184,5 85,5 48 36 6 360 II CICLO Distribución de créditos del plan de estudios Primer Curso Algebra Cálculo Fundamentos Físicos de la Ingeniería Expresión Gráfica (A) Química Física (A) Experimentación en Química I (B) Fundamentos de Informática (B) Química Inorgánica (B) Cr 9 15 15 7,5 6 4,5 6 6 Segundo Curso Mecánica de Fluidos (A) Operaciones Básicas de la Ing. Química (A) Química Analítica (A) Química Orgánica (A) Termodinámica y Cinética Química Aplicada (A) Elasticidad y Resistencia de Materiales (B) Experimentación en Química II (B) Métodos Matemáticos en la Ing. Química (B) Operaciones Básicas en Sólidos y Fluidos (B) Transmisión de Calor (B) Créditos totales: 69 Tercer Curso Experimentación en Ingeniería Química Fenómenos de Transporte Ingeniería de Procesos Térmicos (A) Métodos Estadísticos de la Ingeniería (A) Teoría de Circuitos (A) Teoría de Estructuras (A) Análisis Instrumental (B) Construcciones Industriales (B) Regulación Automática (B) Tecnología de Procesos Químicos (B) Créditos totales: Cr 12 9 6 6 4,5 4,5 4,5 6 4,5 4,5 61,5 Quinto Curso Experimentación en Planta Piloto (A) Proyectos (B) Proyecto Fin de Carrera (B) Cr 4,5 6 7,5 6 6 6 Optativas 27 Créditos totales: 63 Simulación y Optimización de Procesos Químicos (A) Tecnología Química Industrial (A) Control e Instrumentación de Procesos Químicos (B) Créditos totales: Cuarto Curso Economía y Organización Industrial (A) Materiales (A) Reactores Químicos (A) Tecnología Química Básica (A) Laboratorio de Procesos de Ing. Química (B) Operaciones de Separación (B) Tecnología del Medio Ambiente (B) Cr 6 6 7,5 6 9 6 4,5 6 9 4,5 64,5 Cr 7,5 6 7,5 4,5 7,5 6 6 Optativas 21 Créditos totales: 66 Asignaturas cuatrimestrales: (A) Asignatura primer cuatrimestre (B) Asignatura segundo cuatrimestre Distribución de asignaturas (no incluye la libre configuración) INGENIO 24 Asamblea General Actividades 1999 El pasado día 20 de marzo se celebró la Asamblea General anual de la Asociación. En ella se hizo balance de las actividades desarrolladas durante el año 1999 y se presentó el presupuesto para el ejercicio de 2000. Al término de la Asamblea tuvo lugar la conferencia Desarrollo de los nuevos negocios en Internet, impartida por D. Joaquín Coronado, y que resultó de gran interés para los asistentes. • Visita cultural: Iglesia de Santa Ana (Febrero) • Conferencia sobre la política fiscal española (Marzo) • Visita a la Central Térmica de Los Barrios y Gibraltar Intercar (Marzo) • Reunión de la III Promoción (Marzo) • Visita al Estadio Olímpico de Sevilla (Abril) • Campeonatos deportivos (Mayo) • Visita Cultural: iglesias mudéjares de Sevilla (Junio) • Conferencia-Concierto (Junio) • Visita Cultural: Iglesias mudéjares de Sanlúcar la Mayor y Torre de los Guzmanes de La Algaba (Septiembre) • Visita cultural: Reales Alcázares de Sevilla (Octubre) • Visita a la Central de Bombeo Tajo de la Encantada (Nov) • Cata de Vinos (Noviembre) • Conferencia: Velázquez en Sevilla (Noviembre) • Reunión de la IV Promoción (Diciembre) Junta Rectora Presidente: D. Javier Alonso Rodríguez Vicepresidentes: • D. José Julio Guerra Macho • D. Federico París Carballo Secretario: D. Adolfo Crespo Márquez Tesorero: D. Pedro Moreu de León Vocales: • D. J. Mariano González Romano • D. Guillermo Guillén Machuca • D. Luis Martínez Ortega • D. Manuel Moreno Retortillo • D. Francisco Muñoz López • D. Miguel Ángel Muñoz Pérez • D. José Palop González • D. Fco. Javier Pedregal Pardo • Dª Ana Peña Solís ERTISA, una Compañía del Grupo CEPSA Fabricación de Productos Químicos Básicos Exigencia de Calidad Compromiso con la Seguridad Respeto al Medio Ambiente Polígono Industrial Nuevo Puerto - Palos de la Frontera Teléfono: 959369213 - Fax: 959369307 e-mail: [email protected] Web-site: www.ertisa.es ER - 0020/2/92 25 INGENIO ¡BIENVENIDOS! Estos son los compañeros que se han unido a nosotros desde el anterior número de la revista Ingenio. A todos ellos les damos desde aquí nuestra más cordial bienvenida y les invitamos a que participen, junto al resto de los asociados, en los próximos e interesantes actos que estamos preparando. FE C H A DE ALTA NOMBRE PROMOCIÓN AÑO DE FINALIZACIÓN 10/11/99 Jesús Manuel Siles Aceña XXIX 2000 10/11/99 Javier Gómez Sánchez 10/11/99 José Luis Sampedro Fernández 10/11/99 Juan Pérez Bohórquez 11/11/99 Antonio Blanco Luque 12/11/99 Luis Javier Pastor Vivas 12/11/99 José Manuel Rodríguez Martín 12/11/99 Miguel Ángel Iglesias López XXIV 1995 16/11/99 Francisco Javier Antúnez Martel XXVII 1998 18/11/99 Rogelio Rodríguez Ruiz XXVI 1997 19/11/99 Mª Teresa Ariza Gómez (Profesora) - 19/11/99 Isabel Román Martínez 23/11/99 David Gámez Vela XXIV 1995 24/11/99 Santiago Fernández Lázaro VI 1976 12/12/99 Juan Manuel Martínez de Estarrona Moreno 24/01/00 Julio Fernández Pozuelo IX 1979 3/04/00 Antonio Miguel Sánchez Rojas XXV 1996 3/04/00 Sergio Miguel Arroyo Peralvo XVIII 1989 3/04/00 Miguel Ángel López Rodríguez XXI 1992 3/04/00 Javier Domínguez Garrido XIX 1990 17/04/00 Antonio Bárcena Limón XXIX 2000 NOTA: los espacios en blanco se deben a que los impresos de inscripción que nos entregaron estos asociados no estaban completos. Sería conveniente que estas personas se pusieran en contacto con la Secretaría de la Asociación para facilitar los datos que faltan, lo cual redundará además en la calidad de los servicios que podamos ofrecerles. ... con ellos ya somos 558 asociados INGENIO 26 BASES DEL I PREMIO INGENIO DE NARRATIVA 1. PARTICIPANTES Podrán participar todos los alumnos de la Escuela Superior de Ingenieros de la Universidad de Sevilla, matriculados en asignaturas del último curso de la carrera. 2. REQUISITOS DE LAS OBRAS Las obras presentadas con título, serán inéditas, de temas relacionados con la ingeniería en general, y con una extensión mínima de tres folios y máximo de diez, escritos a doble espacio. 3. PLAZO DE PRESENTACIÓN El plazo de presentación finaliza el 15 de mayo de 2000. 4. PRESENTACIÓN Y ENTREGA DE OBRAS Los trabajos se presentarán por duplicado, en sobre cerrado sin el nombre del autor. En el interior del sobre de presentación se introducirá otro sobre cerrado con la inscripción del título, conteniendo fotocopia del D.N.I., documentación acreditativa de la condición de antiguo alumno o alumno de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla, dirección y teléfono de contacto del autor. Las obras se entregarán en la sede de la Asociación de Antiguos Alumnos, en la entreplanta 1ª de la Escuela Superior de Ingenieros, en horario de 9 a 14 horas. 5. PREMIOS Se establece un primer premio de 50.000 ptas y diploma. Las obras premiadas se publicarán en la revista Ingenio, pudiéndose publicar también las obras no premiadas, indicando el nombre del autor. 6. SELECCIÓN DE OBRAS Y ENTREGA DE PREMIOS Un jurado, presidido por el Sr. Presidente de la Asociación de Antiguos Alumnos, y formado por representantes de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla y del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, seleccionará la obra premiada. Actuará como secretario del jurado el secretario de la Asociación de Antiguos Alumnos. El jurado podrá declarar desiertos los premios que estime oportunos. El fallo del jurado será inapelable y se producirá antes del 15 de junio de 2000. La entrega de los premios se efectuará en un acto público que se anunciará con suficiente antelación. 7. DEVOLUCIÓN DE OBRAS La devolución de las obras se efectuará del 1 al 15 de octubre de 2000 en horario de 9 a 14 horas, en la sede de la Asociación de Antiguos Alumnos. 8. ACEPTACIÓN DE LAS BASES El hecho de participar en el Premio supone, por parte del concursante, la plena aceptación de las presentes bases. SODEAN, UN INSTRUMENTO DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA PARA LA MEJORA DEL SISTEMA ENERGÉTICO ANDALUZ •UNA COMPAÑÍA ORIENTADA A LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS DE PLANIFICACIÓN, INGENIERÍA Y CONSULTORÍA ENERGÉTICA •UNA COMPAÑÍA MODERNA Y EFICAZ, CON AMPLIA EXPERIENCIA Y AL SERVICIO DE LA SOCIEDAD Sociedad para el Desarrollo Energético de Andalucía, S.A. C/ Isaac Newton. Antiguo Pabellón de Portugal Isla de la Cartuja. 41092 SEVILLA BOLETÍN DE INSCRIPCIÓN EN LA ASOCIACIÓN DE ANTIGUOS ALUMNOS “ANTONIO DE ULLOA” DE LA ESCUELA SUPERIOR DE INGENIEROS DE SEVILLA DATOS PERSONALES Nombre Apellidos Dirección CP Ciudad Teléfono Provincia NIF E-mail Año de finalización Titulación DATOS PROFESIONALES Empresa Dirección CP Provincia Ciudad Teléfono Fax E-mail Solicita su inscripción en la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla como asociado de número, por la cantidad de 4000 pts anuales. En _________________________ a _____ de ______________________ de 19 ____ Firmado: AUTORIZACIÓN DE CARGO EN CUENTA Sr Director de Entidad Sucursal Dirección Ciudad CP Provincia Cuenta nº __ __ __ __ / __ __ __ __ / __ __ / __ __ __ __ __ __ __ __ __ __ Ruego a Ud. que a partir de la fecha y hasta nueva orden se sirva abonar a la Asociación de Antiguos Alumnos de la Escuela Superior de Ingenieros de Sevilla los recibos que emita con cargo a mi cuenta. Firmado: Ataguía para cimentar la pila de un puente. Agostino Ramelli. «Le diverse et artificiose machine». 1588. Biblioteca Nacional, Madrid