La locura como lazo social. Estudio de un caso de magnicidio

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
DOCTORADO EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN
“LA LOCURA COMO LAZO SOCIAL.
ESTUDIO DE UN CASO DE MAGNICIDIO”
TESIS
QUE COMO PARTE DE LOS REQUISITOS
PARA OBTENER EL GRADO DE:
DOCTOR EN PSICOLOGÍA Y EDUCACIÓN
PRESENTA:
FLAVIO MELÉNDEZ ZERMEÑO
(134133)
DIRIGIDA POR:
DR. MARCO ANTONIO MACÍAS LÓPEZ
SANTIAGO DE QUERÉTARO, QRO., ENERO DE 2010.
Resumen
Se aborda el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) a la presidencia de México en las elecciones de 1994, considerando el
entramado de circunstancias políticas y sociales en el que tiene lugar, para superar la
oposición binaria entre asesino solitario y conspiración. Las relaciones de este magnicidio
con la crisis terminal del régimen de partido de Estado permiten identificar las condiciones
que le dan eficacia al rumor que, antes del crimen, anticipaba un cambio de candidato en el
partido oficial. Se revela la consistencia del acto de Mario Aburto, asesino confeso de
Colosio, como una modalidad singular de ejecución de los designios de esa voz popular y
se señala que tal realización, en la que está implicada la posición subjetiva de Aburto, toma
la forma de un sacrificio al que éste es convocado para salvar al país. Se estudia también el
rumor que posteriormente atribuye el magnicidio a una conjura fraguada en las altas esferas
del poder estatal, se establece que este rumor está estructurado a la manera de las teorías de
la conspiración y se analizan los rasgos comunes entre estas teorías y los delirios
sistematizados, indicando el carácter compartido de toda locura. De esta manera se muestra
que la locura es una modalidad de lazo social, que en este caso encuentra en la crisis de un
régimen las condiciones que la ligan al entorno político y social.
(Palabras clave: magnicidio, rumor, conspiración, locura, lazo social)
i
Summary
It is approached the murder of Luis Donaldo Colosio, candidate of the Institutional
Revolutionary Party (PRI) to Presidency of Mexico in 1994 elections, considering the
lattice of social and political circumstances in which takes place, to overcome the binary
opposition between solitary murderer and conspiracy versions. The assassination relations
with terminal crisis of the State party regime allow to identify the conditions that give
effectiveness to the rumour which before the crime, anticipated a change of the official
party candidate. It is revealed the consistency of Mario Aburto’s act (confessed murderer of
Colosio), as a singular form of execution of that popular voice’s designs, and it is noted
that such realization, in which Aburto’ s subjective position is involved, takes the form of a
sacrifice to which he is convoked to save the country. This work also study the rumour that
subsequently attributed the assassination to a conspiracy forged at high levels of State
power, and set how it has been structured the same manner of conspiracy theories. Also, the
common features between these theories and systemazed dilusions, are analyzed, indicating
the shared character of all insanity. This shows that insanity is a form of social link that in
this case find at a régime crisis, the conditions which bind that insanity to the political and
social environment.
(Key words: assassination, rumor, conspiracy, madness, social link)
ii
Agradecimientos
La realización de este trabajo no hubiera sido posible sin el apoyo que las autoridades de la
Universidad de Guadalajara me dieron para llevar a cabo los estudios del Doctorado en
Psicología y Educación. Las sugerencias de la Dra. Guadalupe Reyes Olvera y de la Dra.
Rebeca Contreras Vázquez fueron decisivas para precisar las aportaciones de este trabajo
en el terreno del psicoanálisis y darle forma al apartado de Conclusiones. Las observaciones
que me hizo el Dr. Gregorio Iglesias Sahagún me permitieron delimitar los alcances que el
término “lazo social” tiene en esta investigación. La lectura cuidadosa, los esclarecimientos
siempre agudos y la valorización de mi trabajo por parte de Cristina Gutiérrez Zúñiga
fueron para mí un aliento a lo largo de los años que llevó la elaboración de este escrito. El
respeto a mi estilo y ritmo de trabajo, la paciencia y el apoyo decidido constituyeron una
constante de la dirección de esta tesis a cargo de Marco Antonio Macías López. Finalmente,
las aportaciones escritas y orales de Alberto Sladogna están presentes en las escansiones
clínicas y doctrinarias que organizan este estudio de caso.
iii
ÍNDICE
Página
Resumen ............... ........................... ............................ .............................. ........................
i
Summary .............. ........................... ............................ .............................. ........................
ii
Agradecimientos... ........................... ............................ .............................. ........................ iii
I. INTRODUCCIÓN ........................ ............................ .............................. ........................
1
II. UNA HERIDA MORTAL EN LA CABEZA DEL RÉGIMEN ............. ........................
3
III. ACERCA DEL MÉTODO ......... ............................ .............................. ........................ 26
IV. FIN A LO QUE NO FUNCIONÓ........................... .............................. ........................ 32
V. LA SUCESIÓN DESPUÉS DE LA SUCESIÓN..... .............................. ........................ 61
VI. LA EFICACIA DEL RUMOR... ............................ .............................. ........................ 89
VII. UN SACRIFICIO PARA SALVAR AL PAÍS...... .............................. ........................105
VIII. LOMAS TAURINAS .............. ............................ .............................. ........................146
IX. LA CONSPIRACIÓN DEL RUMOR, EL RUMOR DE LA CONSPIRACIÓN............168
X. DE LA CREENCIA A LA CERTEZA .................... .............................. ........................206
XI. UN CRIMEN DE ESTADO ...... ............................ .............................. ........................240
XII. CONCLUSIONES .................... ............................ .............................. ........................258
BIBLIOGRAFÍA.. ........................... ............................ .............................. ........................265
iv
I. INTRODUCCIÓN
El asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del Partido Revolucionario
Institucional (PRI) a la presidencia de la República en las elecciones de 1994, marca una
inflexión en la historia reciente de México. Este acontecimiento está ligado, tanto por las
circunstancias en las que ocurre como por sus consecuencias, al destino del régimen más
longevo del siglo XX. El régimen de partido de Estado, que durante más de setenta años
mantuvo el poder, nace con un magnicidio y queda mortalmente herido con otro. Fundado
en 1929 por Plutarco Elías Calles, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, el
partido del Estado o del régimen nace con el asesinato de Álvaro Obregón y empieza su
agonía con el de Colosio.
Al considerar el entorno político, social y cultural en el que tiene lugar este
magnicidio, se abre un abanico de cuestiones a ser investigadas: los eventos que determinan
que los mecanismos de transmisión del poder al interior de la “familia revolucionaria”, los
rituales de la sucesión popularmente conocidos como “el dedazo” y “el destape” y los
componentes del pacto constitucional que le daban vigencia a una forma del Estado, se
tornen todos ellos caducos, afectando el estatuto de la candidatura de Colosio; el contexto
de crisis de legitimidad del régimen, que es al mismo tiempo una crisis terminal, en el que
surge y toma fuerza el rumor que, antes de la trágica muerte de Colosio, anticipa un cambio
de candidato en el partido oficial o una candidatura alterna apoyada por el presidente de la
República; la íntima conexión que mantiene Mario Aburto, asesino confeso del candidato
priísta, con las condiciones que le dan eficacia a esta versión de la voz popular, las cuales a
su vez le confieren consistencia a un llamado que lo convoca a sacrificar su vida, su
nombre y su familia para salvar al país del peligro en que se encuentra; la conformación del
rumor que posteriormente atribuye el magnicidio a una conjura orquestada en las altas
esferas del poder estatal, su estructuración a la manera de una “teoría de la conspiración” y
los rasgos que una teoría de este tipo tiene en común con los llamados “delirios
sistematizados”; el anudamiento estrecho de la locura con las relaciones de poder
características de la sociedad en la que habita y lo que estas relaciones comparten con la
locura en sus formas de operación.
1
El estudio de este amplio entramado permite hacer caso de un hecho con múltiples
repercusiones en la vida pública de nuestro país, interrogando las relaciones entre política,
lazo social, locura y pasaje al acto de un sujeto singular. Desde la perspectiva del
psicoanálisis se trata de realizar una monografía clínica del asesinato de Luis Donaldo
Colosio, en la que el establecimiento de las circunstancias en las que tiene lugar y la lectura
de los decires textuales que tejen la urdimbre del magnicidio, permitan abordar, en la
materia concreta de un caso, las relaciones antes mencionadas. De esta manera es posible
también ubicar el papel que la locura tiene en situaciones en las que suele ser objeto de un
desconocimiento sistemático, apreciar de manera privilegiada la textura subjetiva de la
política -“la dimensión más propia del hombre”1- y calibrar el alcance del enunciado de
Lacan que apunta: “el inconsciente es la política”2.
1
Agamben G. El reino y la Gloria.. Una genealogía teológica de la economía y del gobierno. Buenos Aires,
Adriana Hidalgo editora; 2008. p. 12.
2
Lacan J. La logique du fantasme. Versión en AFI de origen no identificado. Sesión del 10 de mayo de 1967.
2
II. UNA HERIDA MORTAL EN LA CABEZA DEL RÉGIMEN
Yo lo tenía que hacer
El 23 de marzo de 1994 es asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato
del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en los comicios que para elegir presidente de
México se realizan ese año. Colosio cae mortalmente herido al terminar un mitin de su
campaña electoral en una colonia popular de nombre Lomas Taurinas, en la ciudad de
Tijuana Baja California. Al encaminarse hacia la salida del mitin, entre una densa multitud
de asistentes al acto político, recibe un balazo en la cabeza y al ir cayendo otro en el
abdomen. Es trasladado de inmediato a un hospital local y aproximadamente tres horas
después es oficialmente declarada su muerte.
En el momento y lugar de los hechos es detenido un joven, identificado como
quien realizó los disparos. Al día siguiente la prensa habla de dos detenidos por el
asesinato, “uno de 23 años y otro de 46”, como “posibles agresores”1; sin embargo sólo se
podrá comprobar la participación del joven mencionado, de nombre Mario Aburto
Martínez, originario de un pueblo de nombre La Rinconada, municipio de Zamora
Michoacán, vive en Tijuana desde los quince años. Aburto –así es como la voz popular se
va a referir a él- acepta desde el principio ser el autor de los disparos, si bien afirma que
solamente buscaba herir a Colosio para llamar la atención de la prensa y exponer sus ideas
pacifistas y la información que tiene sobre “diversos grupos armados de diversos estados
del país”2 –el primero de enero de ese año había estallado en el estado de Chiapas la
rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. En sus primeras
declaraciones Aburto dice ser miembro de una “secta política”, aunque al mismo tiempo
declara haber actuado solo y no como parte de una conspiración política –las
investigaciones posteriores nunca llegarán a comprobar que haya tenido vínculos con
alguna organización política, religiosa o social. Al referirse a su acto dice: “yo lo tenía que
1
Ureña J., Garibay A. “Dos hombres, uno de 23 años y otro de 46, posibles agresores”. La Jornada, 1994,
marzo 24.
2
Salanueva P., Martínez N., Garibay A. “Declaró Aburto Martínez tener contacto con grupos armados”. La
Jornada, 1994, marzo 26.
3
hacer”, pero a la pregunta acerca de sus razones agrega: “Perdónenme, pero no puedo
colaborar con ustedes”3.
En un interrogatorio que tuvo lugar poco después de una hora de haber ocurrido el
atentado, Aburto se refiere al conflicto armado en el estado de Chiapas y da la siguiente
versión de lo ocurrido:
...no eran cien, eran miles de personas que querían hacer otra vez lo que se hizo en
Chiapas, y no es un estado, son algunos estados que no quiero decir la cantidad
pero la cosa es más grave de lo que muchos se imaginan y yo por eso preferí mil
veces sacrificar mi vida a que hubiera pasado otra cosa de Chiapas (...) Sólo herir al
candidato nada más y para que la prensa, este, hubiera me filmara y yo decir ante
las cámaras (...) Era de que no quería otro, otro acto como el de Chiapas y que esto
que había hecho yo, era pues precisamente para evitar eso y más que nada evitar los
actos bélicos en México porque yo he visto que la gente que está siendo engañada
(...) Yo lo planeé al ver, al ver que lo que querían hacer y la verdad no me gustó, no
volví a ir con nadien me dediqué ya; eso viene desde hace muchos años desde antes
de Chiapas, iba a suceder en otros estados, no tuve el valor de poder hacer una
cosa, antes, yo decía, bueno, que, que hago, si este, agarro una pistola y puedo herir
a, a, en ese entonces este, estaba Carlos Salinas de Gortari, herirlo y así los medios
de comunicación decirles yo lo que estaba pasando en México porque puedo
afirmar también de que posiblemente alguien extranjero esté en todo esto queriendo
poner al país en peligro y la estabilidad del país y preferible, yo mejor prefiero
morir a que sigan pasando actos bélicos; pero en ningún momento fue mi intención
herir al candidato en ningún momento, eh, así grave no, que una leve lesión y la
prensa me iba a agarrar, me iba a tomar en cuenta...4
A lo largo de los procedimientos judiciales irán apareciendo contradicciones en lo
dicho por Aburto, sin embargo, a través de distintas versiones que da de los hechos
permanecerán constantes algunos trazos: el atentado contra Colosio le permite obtener
notoriedad ante los medios y la sociedad, así la prensa lo iba a tomar en cuenta para
informar que el país está en peligro; tiene una misión especial por cumplir para salvar al
3
Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26.
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 374.
4
4
país de la violencia de miles de personas que quieren hacer otra vez lo que se hizo en
Chiapas; su misión pone en riesgo su propia vida, pero él está dispuesto a hacer este
sacrificio extremo; el atentado estuvo planeado, desde hacía años había considerado la
posibilidad de realizar uno semejante contra el entonces presidente de México, Carlos
Salinas de Gortari, pero la planeación y la ejecución del acto estuvieron exclusivamente a
su cargo y no formaron parte de una conspiración; en cambio, su acto es la respuesta a una
conspiración en la que posiblemente alguien extranjero pone en riesgo al país y a su
estabilidad.
Sin embargo, en contra de lo dicho por Mario Aburto, desde el primer momento
empiezan a circular rumores que atribuyen el asesinato de Colosio a una conspiración5.
Carlos Salinas, José Córdoba Montoya (poderoso jefe de la Oficina de la Presidencia de la
República, considerado como una especie de vicepresidente de facto), los sectores
conservadores del partido oficial, Manuel Camacho Solís (rival de Colosio por la
candidatura del PRI), la guerrilla, son mencionados entre los responsables del magnicidio –
un término que rápidamente, dada la investidura de la víctima, va a aparecer en el discurso
socialmente compartido6. Salinas es el favorito de los rumores, según los cuales él, como
presidente de la República, que es quien designa al candidato del PRI y que en la tradición
política mexicana se convertía en su virtual sucesor, quería cambiar de candidato ante la
posibilidad de que Colosio perdiera las elecciones o bien porque el candidato habría
mostrado un grado de independencia tal que lo llevó a la ruptura con Salinas –esta última
interpretación sólo tomará fuerza después del crimen, haciendo de Colosio un héroe trágico
que murió por defender sus ideas políticas-, frustrando los planes de éste de gobernar a
través de Colosio, de quien se decía que era su “hijo político”7. Esta versión del complot
supone que Salinas es el “autor intelectual” del atentado y que busca colocar como
candidato a alguien que le permita seguir ejerciendo el poder tras el trono: llega a hablarse
5
Cf. Guillermoprieto A. “Perdiendo el futuro”. En: Guillermoprieto A. Los años en que no fuimos felices.
Crónicas de la transición mexicana. México-Barcelona, Plaza & Janés; 1999. Además Volpi J. La guerra y
las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era; 2004. pp. 143, 144.
6
Por ejemplo, el periodista Jacobo Zabludovsky lo utiliza en el momento en que es oficialmente confirmada
la muerte del candidato priísta, durante la transmisión en vivo que realiza la cadena Televisa. Cf.
http://comunidad.fundacioncolosio.org/_Anuncio-de-la-Muerte-de-Colosio/VIDEO/183040/24409.html
7
Krauze E. Los idus de marzo. Letras Libres. Marzo 1999, año 1, No. 3. p. 10. También cf. Krauze E. La
presidencia imperial. México, Fábula Tusquets; 2002. pp. 457 y 474.
5
de “Salinato”, para referirse a una reedición del “Maximato” de Calles, fundador del
Partido de Estado. Incluso llega a circular un chiste al respecto: alguien le pregunta a su
interlocutor quién mató a Colosio y la respuesta es que está pelón saber (como todo chiste,
éste tiene su público: es necesario captar ahí la referencia a la calvicie de Salinas).
Dos días después del asesinato Mario Aburto es presentado ante la prensa y los
cambios en su apariencia –afeitado, con el cabello recién cortado y peinado, sin la sangre
que en la antevíspera cubría su rostro como resultado de los golpes que recibe al ser
detenido entre la multitud-, visibles en las imágenes que las cámaras de televisión y los
medios impresos hacen circular por todo el país, dan pie a un nuevo rumor que transmite la
idea inquietante de que el verdadero asesino fue suplantado por alguien, que Aburto no fue
quien cometió el crimen sino alguien muy parecido a él o bien que Aburto fue asesinado y
suplantado por otro sujeto semejante a él8. Esta versión llega a inquietar a la madre de
Aburto, quien la comparte hasta el punto de que decide ir a visitarlo a prisión y ya en su
presencia tiene que pedirle que le muestre una cicatriz en forma de cruz que tiene en la
espalda, para tener la certeza de que efectivamente se trata de su hijo9. El decir popular
supone que tras la conspiración que urde el magnicidio se encuentra alguien con un poder
ilimitado sobre las instituciones judiciales y policíacas del país, lo que le permite efectuar
la suplantación del “asesino material”.
Es importante agregar que el padre y un hermano de Mario Aburto participan
también de la teoría de que el asesinato de Colosio es resultado de una conspiración. El
primero dice que hubo gente que obligó a su hijo a participar en el asesinato y que dos
meses antes de que éste ocurriera, Mario su hijo le confió que “personas extrañas habían
entrado en contacto con él”. El hermano dice que cuando presentaron a Mario ante la
prensa éste “levantó las cejas”, lo que aquél interpreta como “un mensaje para nosotros.
Con eso nos estaba diciendo que él era inocente”10.
8
Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 11-12 y 52. También cf. Volpi J. Op. Cit. p. 144. Además: “Rumores…
rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30.
9
Cf. PGR. Informe… Tomo II. México, 2000. pp. 437-438.
10
Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21,
1994, marzo 29.
6
Un hecho clínico adicional, que la Procuraduría ha hecho público, pero al que no
se ha prestado suficiente atención, es que tanto el abuelo como el padre de Mario Aburto
cometieron asesinatos en los que sus víctimas murieron, como Colosio, de un balazo en el
cráneo11. Uno de los crímenes cometidos por el padre fue en contra de uno de sus propios
hermanos, pero en ningún caso hubo punición de la justicia. Encontramos aquí la
transmisión generacional de una forma particular de asesinato, con el agravante de que un
crimen entre hermanos queda impune.
Hay otro rumor insistente que precede a la muerte de Colosio, según el cual
Salinas estaría pensando en un cambio de candidato, debido a la posibilidad de que aquél
perdiera las elecciones, sobre todo después del inicio del movimiento insurgente en
Chiapas12. Se dice que a Colosio “lo van a desaparecer o a enfermar”, que el nuevo
candidato podría ser Manuel Camacho Solís, nombrado por el presidente como
Comisionado Para la Paz en Chiapas. A este último se le reconoce una mayor capacidad
política y habilidad negociadora que al candidato oficial. El éxito posterior de Camacho
Solís en las negociaciones de paz con la guerrilla termina por opacar la figura de Colosio y
su campaña. El rumor alcanza tal nivel de difusión que Salinas tiene que desmentirlo con
aquella famosa frase, dirigida a los miembros del PRI, pero que buscaba sobre todo
tranquilizar a Colosio y su equipo de campaña: no se hagan bolas, el candidato es
Colosio13.
La designación de Colosio como candidato oficial había sido vista por algunos
sectores y analistas políticos como una reelección de Salinas por interpósita persona14. Ya
antes, hacia la mitad del sexenio salinista, había circulado el rumor de la reelección de
Salinas. El destape de Colosio como candidato del PRI era, desde esta perspectiva, una
confirmación del Maximato de Salinas, el Salinato. De cara a la historia mexicana del siglo
XX, edificada en contra de la reelección, la decisión de Salinas equivalía a desatar la
11
Procuraduría General de la República. Informe del sub-procurador especial Luis Raúl González Pérez a los
legisladores de la H. Cámara de Diputados y de la H. Cámara de Senadores, que integran las comisiones de
seguimiento de las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio. 18 de marzo 1999. En:
http://www.pgr.gob.mx/cmsocial/bol99/mar/bsn18039.htm
12
Ramírez C. “Salinismo, ¿feudo de poder? Indicador Político”. Siglo 21, 1994, marzo 22.
13
Castañeda J. G. La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México. México, Punto de lectura;
2001. p. 597.
14
Sobre lo planteado en este párrafo cf. Krauze E. Op. Cits. y Castañeda J. G. Op. Cit.
7
violencia. Desde un principio Colosio es considerado un candidato débil, que le debe toda
su carrera y su fuerza política al presidente, lo que lo convierte en un instrumento idóneo de
lo que es considerado una conspiración salinista para perpetuarse en el poder. La debilidad
de Colosio se ve incrementada con el estallido del movimiento guerrillero en Chiapas. La
decisión del presidente de nombrar a Manuel Camacho como comisionado para negociar la
paz con la guerrilla termina por debilitar aún más la campaña electoral de Colosio, que
según sus propias palabras “no levanta”.
Incluso Colosio mismo y sus colaboradores leen la designación de Camacho
como una jugada política de Salinas para cambiar de candidato. Hay testimonios que
hablan de que Colosio se encontraba confuso y deprimido después de los acontecimientos
de Chiapas y del nombramiento como Comisionado de su principal rival político, hasta el
punto de que en algún momento se llega a plantear la posibilidad de renunciar a la
candidatura del PRI15. El rumor de un cambio de candidato es compartido por Colosio y su
equipo de campaña, que igualmente interpretan ahí una conspiración de Salinas: “…los
colaboradores de Luis Donaldo se plantearon con seriedad la posibilidad de que, desde la
Presidencia de la República, se estuviese ejecutando un proyecto político para obligar a
Colosio a renunciar, para permitir que Camacho tomara su lugar. Eso lo decían los
colosistas en el autobús, en la camionetas, en los hoteles, en los restaurantes, en todas
partes”16. Entre quienes rodean a Colosio se impone la convicción de que existe un vínculo
entre la supuesta estrategia salinista de cambio de candidato y las nuevas circunstancias
políticas definidas por la rebelión armada en Chiapas: “Con o sin fundamento, y por
disparatado que pareciera, dentro del equipo de campaña se tenía la convicción de que, en
el afán del presidente Salinas de dar solución al levantamiento, todo era posible, incluso la
sustitución del candidato”17.
El crimen efectuado por Mario Aburto es la realización en acto del rumor de un
cambio de candidato del partido en el poder, en un momento político en que ese candidato
ya no puede ser considerado el seguro sucesor del Presidente de la República. El joven
15
Cf. Krauze E. La presidencia imperial. Ed. Cit. p. 482.
Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo
Aguilar; 2004. p. 36.
17
Federico Berrueto, Coordinador del área de Planeación y Evaluación de la campaña de Colosio: Cf.
Berrueto F. “Sombras, nada más”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo-abril 2004. p. 50.
16
8
homicida tiene su interpretación de lo que ocurre: hay una conspiración que desde el
extranjero pone en riesgo al país, tiene sus dudas de que el candidato oficial pueda ganar
las elecciones ante la violencia desatada por los grupos armados –en lo cual coincide con
los análisis políticos de la coyuntura-, y el peligro inminente exige que él se sacrifique
poniendo en riesgo su propia vida. Está al tanto del rumor que habla de un cambio de
candidato, de las intenciones de asesinarlo: “…se me hizo raro de que hubiera personas ahí
que actuaron demasiado raro. Por eso no descarto la posibilidad de que hubiera más
personas ahí que posiblemente iban a hacer también eso (…) Yo de hecho oí comentarios
de que llegaría a ocurrir algo de eso. Incluso traía yo un papel en mi chamarra con una
clave, y varias cosas más, en boletines que salían en la prensa, periódicos que siempre… O
sea que yo pienso que estaban involucrados. O sea que ya estaban pensando un atentado
contra él, no precisamente para herirlo [como afirma Aburto que era su intención], sino
para darle muerte. Estaba yo bien seguro que iba a pasar algo así. Entonces fue una de las
razones porque intenté hacerlo. En ningún momento quise asesinarlo, ni nada de eso”18.
También tiene su opinión sobre el hecho de que habría otro candidato mejor que Colosio: al
llegar al aeropuerto de la ciudad de México, trasladado unas horas después de los sucesos
que lo convierten en un personaje público, pide hablar con Manuel Camacho Solís, a quien
considera mejor preparado que Colosio para ser candidato a la presidencia por el PRI19. El
rumor, una modalidad en la que se concreta la voz del vulgo, vox populi, muestra tener aquí
un lugar en el magnicidio ejecutado por Mario Aburto, indicando un sesgo de lectura que
permite situar este pasaje al acto más allá de la disyuntiva asesino solitario-conspiración.
El asesinato de Colosio revela aspectos importantes de la estructura del sistema
político mexicano, un sistema en el que el presidente de la República y el partido oficial
constituyen las dos piezas centrales20. En nuestro país el régimen de partido de Estado nace
con un magnicidio y empieza su agonía con otro21. El PRI como partido de Estado nace –
18
Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 201 (las cursivas son mías).
También: PGR. Informe… Tomo II. p. 258.
19
Aguilar Camín. Op. Cit. p. 209. PGR. Informe… Tomo II. p. 264.
20
Cf. Cosío Villegas D. El sistema político mexicano. México, Joaquín Mortiz; 1979.
21
Sobre el magnicidio efectuado por José de León Toral Cf. Sladogna A. “Vox Populi, Vox Dei. Álvaro
Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Epílogo a: Régis E. Los regicidas en la historia y el presente.
México, Libros de artefacto; 2000, pp. 94-96. También cf. Sladogna A. “El corazón, una cuestión toral”.
Artefacto, 2001, 9.
9
fundado por Plutarco Elías Calles en 1929, con el nombre de Partido Nacional
Revolucionario- con el asesinato de Álvaro Obregón efectuado por José de León Toral, y
queda herido de muerte con el asesinato de Luis Donaldo Colosio realizado por Mario
Aburto Martínez. En las elecciones en las que competiría Colosio triunfa una vez más el
PRI –lo que es interpretado por algunos analistas políticos como un voto mayoritario en
contra de la violencia, un voto del miedo, y no tanto un voto a favor de la continuidad del
sistema-, pero en las siguientes elecciones presidenciales pierde el poder, lo que marca el
fin de más de setenta años de un régimen que el escritor Mario Vargas Llosa ha llamado “la
dictadura perfecta”. No está de más agregar que este régimen ha sido calificado de
“paternalista”, sobre todo a partir del gobierno de Lázaro Cárdenas.
El acto que termina con la vida de Colosio trastorna las formas de transmisión del
poder del régimen. El candidato oficial ya no será aquél que fue designado por el dedo
todopoderoso del presidente de la República, sino que éste se verá obligado a elegir a un
nuevo candidato que antes no había considerado para esa tarea y al cual, por cierto, no
parecía interesarle competir en la carrera por la presidencia –nos referimos por supuesto a
Ernesto Zedillo. Con esta nueva situación se desvanecen los puntos de referencia que
tradicionalmente organizaban la vida política y las formas de ejercicio del poder en el país.
Unas semanas antes de cumplirse el décimo aniversario del magnicidio, el 10
febrero del 2004, día en que el candidato asesinado cumpliría 54 años de edad, Luis
Colosio Fernández, padre de Luis Donaldo, en la ceremonia con que dan inicio los actos de
conmemoración de la muerte de su hijo, pronuncia un discurso en el que rechaza la tesis del
asesino solitario, sostiene que el crimen ocurrió “en un clima de profundo deterioro” de las
relaciones entre el candidato y el presidente Salinas, insiste en que en el entorno de este
último se conspiraba en contra de la candidatura de Colosio y retoma la cuestión del
cambio de candidato: “¿Acaso la designación de un candidato ad honorem a favor de la
misma persona que había sido el principal contendiente de Donaldo por la candidatura del
PRI no significó abrir de forma inédita la posibilidad de substitución del candidato?”22.
Para la familia de Colosio la justicia sigue pendiente, los responsables de la conspiración
22
Garfias F. “En el entorno de Salinas se conspiró contra Colosio”. Milenio. 2004, febrero 11. Cf. también
Reforma y La Jornada de la misma fecha, cuyas notas coinciden en lo esencial con lo consignado aquí.
10
que llevó a la muerte de éste todavía no han pagado por su crimen –la viuda de Colosio,
Diana Laura Riojas, quien falleció unos meses después de su esposo, a causa de un cáncer
que padecía desde años atrás, murió convencida de que el asesinato fue resultado de una
conjura.
Después de más de quince años del crimen que marcó un viraje en la historia
política de México a finales del siglo XX, periodistas, analistas, políticos e intelectuales en
un alud de notas periodísticas, artículos, comentarios, reportajes y libros, casi sin excepción
cuestionan la versión del asesino solitario, señalan la falta de voluntad de los distintos
gobiernos federales para llegar a la verdad de los hechos y denuncian de una u otra manera
la existencia de una conspiración que todavía está por descubrirse. Para un sector
considerable de la sociedad mexicana la pregunta ¿quién mató a Colosio? sigue todavía
pendiente de respuesta, y el hecho de que haya un asesino confeso y sentenciado no cambia
en nada las cosas.
Los regicidas y la folie à deux
Emmanuel Régis publica en 1890 un libro titulado Los regicidas en la historia y el
presente23. Con agudeza clínica este trabajo muestra la relación que establecen algunos
individuos que padecen de cierto tipo de locura con la estructura del poder en la sociedad
en la que habitan, relación que se revela a través de un acto extremo: el asesinato de reyes u
otros personajes notables ligados a la vida política o religiosa. El atentado cometido por
aquellos que el autor llama los verdaderos regicidas aparece como “la consecuencia directa
y forzada de un estado de ánimo particular”24, que a su vez está ligado a un fondo de ideas
de carácter místico, en el sentido de que religión y política son tomadas con una pasión
cuya violencia llega al fanatismo comprometido con la querella.
23
Cf. Régis E. Los regicidas en la historia y el presente. México, Libros de artefacto; 2000.
Ibíd. p. 3. Régis adopta el término regicidas para nombrar a los autores de este tipo de crímenes;
actualmente, a partir de la aparición de los regímenes republicanos, en castellano usamos el término
magnicidas. El Diccionario de la Real Academia Española define el magnicidio como: “muerte violenta dada
a persona muy principal por su cargo o poder”. Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia
Española, Vigésima segunda edición; 2001.
24
11
El regicida se encuentra afectado por un delirio de contenido político o religioso,
a veces acompañado de alucinaciones, que lo lleva a considerarse llamado a cumplir una
misión especial en nombre de Dios o de la Patria. La misión grandiosa que tiene que llevar
a cabo está coronada con el martirio, que frecuentemente puede llevar hasta el sacrificio de
su propia vida. Tanto sus dichos como sus escritos, previos y posteriores al asesinato,
muestran que la punición por su acto es recibida con orgullo, como la consecuencia lógica
que le dará fama a él y notoriedad a su causa: “Misión que cumplir, martirio que sufrir son
para ellos dos cosas inseparables, o más bien, dos etapas sucesivas de la misma empresa
gloriosa”25. Al criminal no se le verá huir después de ejecutada su tarea ni tratar de negar su
autoría.
El acto regicida no es producto del azar o de circunstancias accidentales, se trata
más bien de un acto premeditado, a veces largamente planeado en los detalles de su
realización, lo que puede incluir una lucha prolongada del sujeto en contra del impulso que
se apodera de él, hasta que venciendo sus últimas resistencias termina con sus dudas y
entonces ejecuta de manera decidida su cometido. Por su carácter delirante queda excluida
la existencia de cómplices, el regicida no obedece en su acción más que a su propia
exaltación mística. Sin embargo, las ideas que constituyen su delirio no dejan de tener una
relación específica con su entorno social:
…se trata en ellos de ideas casi siempre lógicas y verosímiles, a menudo incluso de
ideas generosas extraídas tal cual del medio ambiente y que no devienen realmente
mórbidas más que por su acción dominante y sus consecuencias irresistibles.26
Tales ideas están relacionadas con rumores que circulan encontrando un amplio
crédito en la sociedad. Es por este lazo concreto de lo que se dice que el acto del regicida
está entramado con la cultura en la que tiene lugar. El acto aparece como solitario, pero el
hecho de que no haya cómplices no implica que el asesino actúe solo, y una prueba no
menor de ello es que su acto encontrará la aprobación más o menos velada de algunos
sectores sociales. En esta misma perspectiva Régis encuentra también que los regicidas son
más numerosos en las épocas de los grandes disturbios religiosos o políticos de los pueblos,
25
26
Ibíd. p. 49 (cursivas del original).
Ibíd. p. 27.
12
momentos en los que se sienten llamados a desempeñar un papel protagónico en los
acontecimientos de su entorno. Además el espíritu y las tendencias de cada época
intervienen para darle su coloración particular al acto regicida y a las ideas que lo
organizan.
Los casos presentados en la obra que nos ocupa muestran otro rasgo clínico que es
necesario tener en cuenta: en contra del reconocimiento que el regicida hace de la autoría
de su acto, las instancias judiciales y la sociedad en la que se comete el crimen insisten en
encontrar cómplices, sostienen la existencia de una conspiración a pesar de la acumulación
de pruebas en contrario, se resisten a creer que se trate del acto de un sujeto llevado por su
delirio. Tales interpretaciones comparten una consecuencia: desconocen el lugar de autor
del regicida, al suponer detrás de él una conspiración. Régis indica que estas versiones del
acto regicida se transmiten a la posteridad a través de las generaciones:
…en todos los tiempos se ha querido ver en el regicida no un loco del grado que
sea, que actúa por cuenta de su delirio, sino al instrumento de una secta o de un
partido. Cada vez que se comete un crimen de este género, las investigaciones no se
encaminan hacia un estudio psicológico del criminal sino hacia la búsqueda de los
cómplices; y la convicción respecto a esto es tan fuerte que a pesar de las negativas
más formales del acusado, sostenidas anteriormente aun en medio de las torturas
horribles del interrogatorio, a pesar de la acumulación de las pruebas más decisivas,
subsiste siempre cierta duda en las conciencias, duda misteriosa que la historia
27
registra, desarrolla y transmite así, en forma de error, a la posteridad.
Las consecuencias que este libro de Régis puede tener para el abordaje clínico de
la locura se advierten mejor si se lo sitúa en una serie: la de los trabajos que desde la
segunda mitad del siglo XIX se ocupan de la folie à deux, en un debate en el que está en
juego la posibilidad misma de transmisión de la locura. Los dos polos de esa discusión
están representados, por un lado, por Lasègue y Falret, que plantean la comunicación de la
locura, y por el otro lado Régis, que negando que tal comunicación sea posible propone la
simultaneidad de la locura.
27
Ibíd. p. 68.
13
En 1877 Lasègue y Falret publican La folie à deux o locura comunicada (escrito
en 1873)28, en donde sostienen que el contagio de la locura es posible bajo tres condiciones
que califican de excepcionales: la primera es la existencia de un elemento activo, más
inteligente, que crea el delirio y lo va imponiendo poco a poco al otro elemento, quien
primero se resiste a la presión ejercida por aquél, para terminar por compartir el delirio; la
segunda es que ambos individuos deben vivir por un tiempo prolongado una vida en
común, compartiendo su existencia cotidiana, así como sus intereses, temores y esperanzas;
y por último, para que el delirio sea comunicable se requiere que tenga un grado de
verosimilitud que lo mantenga dentro de los límites de lo posible, “los delirios que bordean
la verdad tienen más posibilidades de aceptación”29. Esta tercera condición, la verosimilitud
de las ideas delirantes, es decisiva en su poder de convocar adhesiones y aparece ligada al
papel del receptor del delirio, quien se encarga de corregirlo, rectificarlo y darle la
coherencia necesaria para hacerlo aceptable a la razón. Los autores encuentran además dos
rasgos clínicos importantes de la folie à deux: una vez que el delirio es común, los
participantes de la folie à deux lo repiten a la primera persona que encuentran; igualmente
en algunos casos observan que el delirio puede comunicarse a una tercera o incluso a más
personas del entorno del delirante. Su principal indicación terapéutica consiste en la
separación de los enfermos, con lo cual observan que el elemento pasivo puede curarse.
Lasègue y Falret explican la irreductibilidad del delirio, su carácter refractario a la
persuasión, diciendo que el alienado vive ajeno a la opinión de los demás, que no le importa
lo que otros digan de sus creencias, que se basta a sí mismo como un amo de su delirio. Sin
embargo hay una contradicción entre este planteamiento, que reitera la alienación del loco,
28
Cf. Lasègue Ch., Falret, J. “La folie à deux o locura comunicada”. En: Varios. La locura compartida. Folie
à deux. México, Libros de artefacto-Universidad de Guadalajara; 1997. Ya antes, en 1860, Baillarger reporta
los primeros casos de locura comunicada, notando que varios miembros de la misma familia afectados de
monomanía presentan delirios con las mismas características, hasta el punto de que al interrogar a uno de esos
enfermos se puede saber de antemano cuáles son las características del delirio del otro. Cf. Baillarger.
“Algunos ejemplos de locura comunicada”. En: Varios. La locura compartida. Folie à deux. Ed. Cit.
El artículo de Lasègue y Falret tiene como una de sus características, y de sus méritos, el reintroducir desde su
título el término “locura” (folie á deux). Esto no es casual, sobre todo si se considera el hecho de que este
término es usado por el hijo de J-P Falret, quien se esforzó por cuestionar la noción de la alienación como una
enfermedad única e introdujo la noción de enfermedades mentales que se presentan bajo diferentes especies
clínicas. El hecho de que el artículo de Lasègue y Falret utilice el término locura, indica el intento de situar de
nuevo la cuestión de la locura en el lazo social en el que tiene lugar, operación de la que el presente trabajo
saca consecuencias, cuestionando la idea del loco como alguien aislado de la relación con los otros –de ahí la
posibilidad de la comunicación de la locura que esos autores ponen en el centro del debate clínico.
29
Ibid. p. 44.
14
y las conclusiones a las que arriban estos autores a través de sus observaciones clínicas,
pues si el alienado requiere de otros para comunicarles algo de su locura, entonces no se
basta a sí mismo –de la misma manera un amo sólo puede ejercer su dominio sobre otro.
Lasègue y Falret abren una brecha cuyos efectos no han cesado de sentirse hasta nuestros
días en el campo de la clínica del malestar subjetivo: si la comunicación de la locura es
posible, entonces ya no se puede sostener más la autosuficiencia del alienado. Eso que Jean
Allouch llama la roca de la alienación30 –la alienación definida como autosuficienciaqueda de ahí en adelante irremediablemente fracturada.
En La folie à deux o locura simultánea (publicado en 1880, tres años después del
trabajo que venimos de comentar y diez años antes de Los regicidas)31, Régis plantea que la
verdadera folie à deux, en la que la alienación está confirmada en ambos participantes,
excluye la comunicación de la locura propiamente dicha. Él encuentra un delirio idéntico o
el mismo delirio que sobreviene simultáneamente en dos sujetos, en virtud de tres causas
particulares que los afectan a la vez: la primera es una predisposición mórbida en la que
intervienen de manera importante factores hereditarios; la segunda es la convivencia en
contacto estrecho y permanente; y la tercera es la presencia de influencias ocasionales que
determinan el delirio en su sincronía. Las predisposiciones patológicas de ambos se van a
combinar, provocando su incremento potenciado, para terminar en una fusión completa de
dos espíritus identificados entre sí, constituyendo un ser único, una sola predisposición. En
tales condiciones las adversidades ordinarias de la vida se convierten en ocasiones
determinantes del delirio común. El inicio simultáneo de la locura no permite encontrar al
autor del delirio, no existe un elemento activo y uno pasivo, lo que al mismo tiempo
descarta la cuestión de la dominación. Ninguno de los miembros de la folie à deux domina
30
Cf. Allouch J. « Tres faciunt insaniam ». En: Allouch J., Porge E., Viltard M. El doble crimen de las
hermanas Papin. México, Libros de artefacto; 1995. p. 304. También cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la
llamaba Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. p. 526. Estos dos textos orientan parte de
la exposición que aquí se desarrolla sobre la folie à deux.
A su manera Freud mantiene esa roca con su planteamiento de la imposibilidad de transferencia en las
psicosis, que él llama neurosis narcisistas, basándose en una concepción del narcisismo que lo sitúa
originalmente al margen de la relación con el otro. Cf. Freud S. “La trasferencia”. Obras Completas. Buenos
Aires, Amorrortu Editores; Vol. XVI, 1979. p. 406.
31
Cf. Régis E. « La folie à deux o locura simultánea ». En: Varios. La locura compartida. Folie à deux. Ed.
cit.
15
al otro, no hay amo. Tampoco ocurre que uno de los dos abandone su delirio al ser
separados.
Jean Allouch delimita así el nudo del debate en cuestión al terminar el siglo XIX:
De esta manera podemos condensar en una sola alternativa el estado de la
problematización psiquiátrica de la folie à deux a finales del siglo pasado. O bien,
de hecho, con Lasègue y Falret, poner en duda, aunque sólo sea un poco, la roca de
la alineación y continuar pensando en la locura como dominio; o bien, junto con
Régis, mantener la roca de la alineación pero renunciar a identificar locura y
dominio. Se habrá comprendido que, problematizado de esta manera, el asunto de
la folie à deux no cesaría de presentarse.32
Los participantes en esta querella dicen más de lo que se proponen con las
nociones en las cuales pretenden encerrar a la locura, entre alienación y dominación. Este
es el caso con el cuadro de los regicidas trazado por Régis, pues muestra una imagen de la
locura alejada de tales nociones. El regicida no es el alienado que ha roto los lazos que lo
unen a su entorno social para ser autosuficiente, no se basta a sí mismo en un aislamiento
que pueda prescindir de los otros, no es tampoco el amo absoluto de su delirio, como lo
muestra el hecho de que las ideas que organizan a éste deben su verosimilitud y su textura
al rumor que encuentra crédito compartido en la cultura. El regicida tampoco es indiferente
al reconocimiento de su acto que busca en los otros, a la gloria que su misión le traerá, a la
aprobación silenciosa de su crimen que intuye en algunos.
En su tesis doctoral, De la psicosis paranoica en sus relaciones con la
personalidad, escrita en 1932 y reeditada en 1975, Lacan va a recusar la doctrina clásica
del contagio mental, que se basa en la debilidad mental supuesta en uno de los participantes
de la folie à deux, quien sería inducido por el otro miembro, al que se le atribuyen mayores
capacidades. Tal rechazo coincide con el rechazo de las investigaciones fundadas en teorías
constitucionales –y de toda concepción de la locura como déficit-, para privilegiar los
hechos clínicos: “No puede entonces dejar de impresionarnos la frecuencia de los delirios a
32
Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. Ed. cit. p. 527.
16
dúo, que reúnen a madre e hija o a padre e hijo”33. Estos delirios son llamados
convergentes y anotados en la cuenta de las locuras simultáneas. Unas líneas antes, al
referirse Lacan al caso de Marguerite Anzieu, a quien llamó Aimée en la monografía clínica
que organiza la tesis, subraya:
… la frecuencia de una anomalía psíquica, similar a la del sujeto, en el progenitor
del mismo sexo, que ha sido a menudo el único educador. La anomalía psíquica
puede (como en el caso Aimée) no revelarse sino en época bastante tardía en el
progenitor. No por ello deja de ser significativo el hecho. La frecuencia de este
fenómeno nos ha llamado la atención desde hace mucho.34
Lacan identifica el delirio en la madre de Marguerite, que hace eclosión cuando
esta última pone en reserva el suyo, pero eso no modifica el diagnóstico que ya ha
establecido de paranoia autopunitiva, ligado a la versión manifiesta del caso que Allouch ha
llamado sororal: versión que pone el acento en los avatares de la relación de Marguerite
con su hermana, desconociendo el papel fundamental de la relación de la locura de aquélla
con la de su madre
35
. Si bien la existencia de la folie à deux queda establecida y la
monografía clínica termina con una referencia importante en este sentido, el alcance de esta
cuestión no aparece en la construcción del caso.
Un año después, en Motivos del crimen paranoico: el crimen de las hermanas
Papin,36 la cuestión de la folie à deux se encuentra ya localizada en la estructura misma del
caso. Aquí los delirios a dúo son mencionados entre las formas más antiguamente
registradas de las psicosis. Lacan se inclina por la locura simultánea, lo que no le impide
tomar nota de las diferencias entre las dos hermanas, Christine y Léa, en lo que respecta a
su lugar en el delirio y en el pasaje al acto criminal, identificando de hecho a la primera
como el elemento activo.
33
Lacan J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. México, Siglo XXI; 1987. p. 258
(cursivas del original).
34
Ibíd.
35
Allouch indica que esta versión está anudada al lugar que en la estructura del caso tiene Lacan, lo que lleva
a éste a escamotear parcialmente la cuestión de la folie á deux. Cf. Allouch J. Op. Cit. p. 531.
36
Cf. Lacan J. “Motivos del crimen paranoico: el crimen de las hermanas Papin”. En: Lacan J. De la psicosis
paranoica en sus relaciones con la personalidad. Ed. Cit.
17
Es en el texto de Los Complejos Familiares (1938) donde vamos a encontrar los
primeros indicios del lugar que para Lacan tendrá de ahí en adelante la folie à deux. Al
indicar la constancia familiar de anomalías de la personalidad en el llamado nido de
paranoicos, pone de relieve:
…la frecuencia de la transmisión de la paranoia en línea familiar directa, a menudo
con una agravación de su forma hacia la parafrenia y precisión temporal relativa e
incluso absoluta de su aparición en el descendiente, por último, la electividad casi
exclusivamente familiar de los casos de delirios de a dos […]
En nuestra opinión, los delirios de a dos son los que mejor permiten aprehender las
condiciones psicológicas que pueden desempeñar un papel determinante en la
psicosis.37
La transmisión familiar de la locura a través de las generaciones se va a revelar
particularmente en los delirios compartidos por una pareja psicológica, usualmente
conformada por una madre y una hija, por dos hermanas (como en el caso de las hermanas
Papin) o, más ocasionalmente, por una madre y un hijo, al interior de un grupo familiar
descompletado, es decir, constituido solamente por la madre y los hijos, situación que da
lugar a un aislamiento social que favorece ampliamente la eclosión de la psicosis y le da
toda su fuerza al complejo fraterno38. La folie à deux queda aquí situada en una función
ejemplar que permitiría localizar las condiciones determinantes de la psicosis. La locura de
a dos ya no será una entidad clínica más, sino que se revela en la estructura de cada psicosis
–lo que encontrará su escritura topológica más de cuatro decenios después, en 1975, para lo
cual será necesario avanzar sobre el cifrado borromeo del ternario lacaniano, momento
también en el que Lacan acepta la reedición de su tesis sobre la paranoia.
El cifrado que va a proponer Lacan hacia el final de su enseñanza escribe la
coincidencia de la estructura de la paranoia con la de la folie à deux, para lo cual se apoya
en el anudamiento borromeo del real, el simbólico y el imaginario, más su sinthome. En la
37
Lacan J. La familia. Barcelona-Buenos Aires, Argonauta; 1978. p. 110.
Complejo que Lacan sitúa en relación con el estadio del espejo. Hay un vínculo entre la ubicación que aquí
adquiere la folie á deux y el estadio del espejo, que pone en juego una concepción del narcisismo distante a la
de Freud.
38
18
reunión del 16 de diciembre de 1975 del seminario Le Sinthome halla su formulación
concreta la posición de Lacan al respecto:
En tanto que un sujeto anuda a tres el imaginario, el simbólico y el real, él no está
soportado más que por su continuidad. El imaginario, el simbólico y el real son una
sola y misma consistencia. Es en ello en lo que consiste la psicosis paranoica.
Al entender bien lo que enuncio hoy, se podría deducir que a tres paranoicos
podría ser anudado, a título de síntoma, un cuarto término que se situaría
como tal, como personalidad, en tanto que ella misma, ella sería en relación
con las tres personalidades precedentes, distinta y su síntoma. ¿Es decir que
ella sería paranoica también? Nada lo indica en el caso, el caso que es más
que probable, que es seguro, en donde es de un número indefinido de nudos
de tréboles que una cadena borromea puede estar constituida.39
El cuarto término que se anuda a los tres paranoicos va a tener como función
mantener unida la estructura de la paranoia en tanto compartida. Este cifrado permite
entonces la ubicación de la paranoia como una modalidad de lazo social, que puede estar
constituida por un número indefinido de nudos-personalidades, descartando así la
existencia de una pretendida locura individual, al mismo tiempo que introduce una
perturbación de las clasificaciones psicopatológicas que operan como compartimientos, al
anudar en la estructura de una paranoia común a varios sujetos. Si para Lacan las psicosis
conforman un campo que se especifica por ser paranoico, entonces esta escritura topológica
de la paranoia común muestra que lo que se ha llamado folie à deux no constituye otra
39
Lacan J. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975 (Traducción mía). He aquí la
versión editada por Seuil:
“En tant qu’un sujet noue a trois l’imaginaire, le symbolique et le réel, il n’est supporté que de leur continuité.
L’imaginaire, le symbolique et le réel sont une seule et même consistance, et c’est en cela que consiste la
psychose paranoïaque.
A bien entendre ce que j’énonce aujourd’hui, on pourrait en déduire qu’à trois paranoïaques pourrait être
noué, au titre de symptôme, un quatrième terme qui se situerait comme personnalité, en tant qu’elle-même
serait distincte au regard de trois personnalités précédentes, et leur symptôme.
Est-ce à dire qu’elle serait paranoïaque, elle aussi? Rien ne l’indique dans le cas –qui est plus que probable,
qui est certain- où c’est d’un nombre indéfini de noeuds à trois qu’une chaîne borroméenne peut être
constituée”.
Lacan J. Le séminaire. Livre XXIII. Le Sinthome. Paris, Seuil; 2005. pp. 53-54 (el título de este seminario en
francés contiene una homofonía entre síntoma y santo-hombre).
19
entidad clínica más, sino que indica el carácter compartido de toda locura, que será de al
menos tres sujetos (folie au moins trois) con un cuarto término que los mantiene anudados.
A partir de este planteamiento, la locura y sus producciones quedan situadas como
un discurso compartido, que está íntimamente trenzado con la urdimbre de discursos que
circulan en una sociedad determinada. Esta caracterización se desprende al tomar nota de la
esencia discursiva de lo que la tradición psiquiátrica y psicoanalítica ha designado como
delirio. Para Lacan el discurso concreto es la dimensión real del lenguaje, que se distingue
de la dimensión simbólica del significante y de la dimensión imaginaria del significado40,
en la que se hace efectiva la dependencia del ser hablante respecto de los significantes que
lo determinan. El discurso hace lazo social a través de las relaciones fundamentales que
instaura, las cuales no pueden existir ni sostenerse al margen del lenguaje, pero no se
reducen a las palabras pronunciadas ni a las enunciaciones producidas, de ahí que Lacan
precisa que se trata de “un discurso sin palabras”. Esas relaciones más o menos estables
que el discurso funda, permiten localizar lugares: el agente del discurso, el(los) otro(s) que
toman parte en él y que desempeña(n) el trabajo necesario para mantener el funcionamiento
de la maquinaria discursiva, las significaciones que son producidas por el discurso en
cuestión, la verdad a la que ese discurso apunta y la manera en que la muestra-oculta. Así,
se van a ordenar estructuras que determinan la posición del sujeto en tanto que tomado por
el lenguaje, es decir, representado por un significante ante todos los otros significantes. En
el lazo social organizado por el discurso está en juego el lugar que va a ocupar cada sujeto
y su relación con los otros elementos de la cadena hablada: el significante que lo
representa, el saber del que el discurso es portador a través de la red de significantes que lo
conforman y el objeto que causa ese discurso, el real al que intenta aproximarse41.
40
Cf. Lacan J. Las Psicosis. Buenos Aires, Paidós; 1984. p. 82.
Lacan delimita lo que entiende por discurso en su seminario del 10 de diciembre de 1969. Cf. Lacan J. El
Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992. pp. 9-25.
Lyotard propone en 1979 una concepción del lazo social organizada también por el lenguaje. Para Lyotard el
lazo social está hecho de actos de lenguaje que son “jugadas” que conforman juegos de lenguaje a la manera
de Wittgenstein: “…la cuestión del lazo social, en tanto que cuestión, es un juego de lenguaje, el de la
interrogación, que sitúa inmediatamente a aquél que la plantea, a aquél a quien se dirige, y al referente que
interroga: esta cuestión ya es, pues, el lazo social” (p. 44). Un juego de lenguaje implica un conjunto de reglas
que especifican las propiedades de los enunciados que pueden formar parte de él y el uso que es posible hacer
de tales propiedades. Supone un contrato que puede o no ser explícito entre los participantes, lo que a su vez
arrastra la consecuencia de que al cambiar las reglas cambia la naturaleza del juego, cuyas jugadas son los
41
20
La conspiración y el delirio
Considerar esta estructura compartida de la locura hace posible introducir algunos
interrogantes sobre la dimensión subjetiva de ciertos hechos de orden social y político,
interrogantes que apuntan a localizar el lugar de la locura ahí donde generalmente es objeto
de un desconocimiento sistemático -que no es sino una de las formas de exclusión que la
afectan. Tal es el caso del acto magnicida de Mario Aburto y de las observaciones clínicas
relatadas por Régis, que comparten varios elementos punto por punto: el asesinato de un
personaje importante de la vida pública; la presencia en el asesino de un delirio con temas
religiosos o políticos, que lo lleva a sentirse llamado a ejecutar una misión especial en
nombre de dios, de la patria o de algún otro ideal político o religioso; la ausencia de
pruebas que demuestren la existencia de cómplices o de una conspiración para cometer el
crimen, además de la declaración reiterada del asesino en el sentido de que él actuó por su
cuenta; en sentido contrario, la existencia de una convicción social de que tal conspiración
tuvo lugar y que el asesino no actuó solo, a pesar de lo que éste diga, o que incluso como
parte de tal conspiración el verdadero asesino en algún momento fue suplantado por otro
sujeto que se le parece. Es interesante anotar que tales teorías de la conspiración comparten
rasgos importantes con el delirio, como la resistencia a la persuasión, la interpretación
sistemática de cualquier indicio como comprobación de las premisas de partida, la
exclusión por lo tanto del azar, puesto que todo acontecimiento es el resultado calculado
por Otro (los conspiradores) a cuya voluntad se le atribuye ser la causa de todo lo que
ocurre42. Estas coincidencias entre delirio y teoría de la conspiración permiten plantear una
comunidad de forma entre ambos y por lo tanto preguntarse por sus relaciones
estructurales.
Ciertos magnicidios aparecen como un acto loco en el que su autor busca
transmitir algo a la sociedad a la que pertenece. El magnicidio se presenta así como un acto
que se presta para ser leído, que está dirigido a otros y que se propone hacerles saber algo
que concierne directamente a quien lo llevó a cabo y a esa sociedad en la que habita. Este
enunciados que se producen en su interior. Cf. Lyotard J. F. La condición posmoderna.
Barcelona/México/Buenos Aires, Planeta-Agostini; 1993. Sería cuestión de otro trabajo localizar en detalle
los puntos de contacto y las diferencias irreductibles entre esta concepción del lazo social y la que plantea
Lacan.
42
Cf. Pereda C. Teorías de la conspiración. Artefacto, 2001, 8.
21
tipo de crimen marca un viraje en la vida de este grupo social, alterando los puntos de
referencia de su sistema político. Dadas las características de la víctima adquiere
necesariamente un carácter público masivo –más aun en nuestra sociedad globalizada por la
tecnología y sus medios de comunicación-, por lo que se convierte en un acontecimiento
que revela de manera privilegiada la relación del loco con la estructura del poder en esa
sociedad y lo que ese poder comparte con la locura en sus formas de operación.
Existe una estrecha relación de la política y la paranoia con el poder. Para ambas
está en el centro de sus preocupaciones. De la primera se puede decir que es la práctica que
busca ganar y conservar el poder a toda costa, como lo enseña Maquiavelo en El Príncipe43;
de la segunda se puede decir con Canetti: “La paranoia es, en el sentido literal de la palabra,
una enfermedad del poder”44. El paranoico es alguien que vive bajo el poder de otro que
tiene la iniciativa. El juego del poder en la política comparte con la paranoia la presencia
sistemática de una actividad interpretadora que no deja lugar para los hechos azarosos,
cualquier acontecimiento tiene que ser descifrado en la lógica de la lucha por el poder, todo
se convierte en un indicio que tiene que ser interpretado en ese sentido que llega a ser
exclusivo, el adversario es un enemigo del que hay que protegerse pues sus acciones son
siempre una amenaza potencial que impide conservar o alcanzar el poder. Tanto la paranoia
como la política están ligadas a la conspiración:
Las conspiraciones o conjuraciones están para él [el paranoico] a la orden del
día, es casi imposible no toparse en él con algo que no se le parezca, aunque sea
remotamente. El paranoico se siente cercado. Su enemigo principal nunca se
conformará con atacarlo solo. Siempre procurará azuzar contra él una muta
odiosa y echársela encima en el momento preciso. Los miembros de la muta
permanecen al comienzo ocultos, pueden estar en cualquier parte. Fingen ser
inofensivos e inocentes, como si no supieran qué acechan. Pero la penetrante
fuerza mental del paranoico logra desenmascararlos. Dondequiera que mete la
mano extrae un conjurado.45
43
Un clásico que conserva toda su actualidad respecto a la política y en el que el asesinato de quienes son
considerados enemigos es una práctica ampliamente recomendada para asegurar el ejercicio del poder. Cf.
Maquiavelo N. El príncipe. Madrid, Tecnos; 1993.
44
Canetti E. Masa y poder. Madrid, Alianza Editorial; 2000. p. 529.
45
Ibíd. p. 517.
22
La misma función cumple la conspiración en el campo de la política, hasta el
punto de que el autor recién citado toma como equivalentes al poderoso y al paranoico. La
conspiración es el combustible que hace andar a la maquinaria interpretativa del poder.
Como ya se ha mencionado las teorías de la conspiración comparten una serie de rasgos
con el delirio: se basan en la interpretación sistemática de cualquier indicio como
comprobación de las premisas de partida; tales indicios son datos y señales encubiertos,
que pretenden explicar los acontecimientos sucedidos de manera más rigurosa que las
versiones admitidas que circulan abiertamente; dado este carácter encubierto de los indicios
en que se basan, las teorías de la conspiración no pueden ser objeto de discusión y son
particularmente alérgicas a argumentos que las pongan en cuestión; por lo mismo, están
sostenidas por un grado de convicción tal que las hace resistir a los intentos de persuasión;
atribuyen al grupo de conspiradores planes de gran alcance, que llegan a ser fantásticos o
incluso mitológicos, y que se convierten en la causa de todo cuanto ocurre, lo que elimina
el papel del azar y la casualidad46. A partir de estos elementos se puede sostener que una
teoría de la conspiración es una especie de teoría delirante que es compartida por una gran
cantidad de individuos. Esta suerte de delirio puede circular en una sociedad, por ejemplo,
bajo la forma del rumor, de un se dice del cual no es posible identificar al autor o autores,
pues se trata de un decir popular que cualquiera puede transmitir47.
El asesinato efectuado por Mario Aburto va precedido por el rumor de un cambio
de candidato del partido todavía en el poder, especie que adquiere credibilidad no sólo en la
sociedad mexicana sino que es compartida por el candidato mismo, su esposa y su equipo
de campaña –forma parte de este entramado el acto de un presidente que rompe las reglas
de sucesión de un sistema político en crisis profunda y que va a encontrar respuesta en un
candidato que habla con los suyos de renunciar como salida a la conjura en su contra. A ese
rumor también responde Aburto al tomar a su cargo realizar con su acto el cambio de
Colosio como candidato. Una vez cometido el crimen circula otro rumor, esta vez el de una
conspiración poderosa que ejecuta el asesinato de Colosio como parte de un plan de largo
46
Sobre este punto Cf. Pereda C. Op. cit. También cf. Patán J. Conspiraciones. Breve historia de la conquista
del mundo por los extraterrestres, los masones, la ONU, las élites financieras, el establishment, etc. México,
Paidós; 2005. Sobre la presencia de las teorías conspirativas en el asesinato de Colosio cf. Volpi J. Op. Cit.
47
Sobre la función del rumor en el asesinato de Álvaro Obregón Cf. Sladogna A. “Vox Populi, Vox Dei.
Álvaro Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Ed. Cit.
23
alcance de un personaje o grupo político –interpretación que comparten el padre y un
hermano de Aburto. Adicionalmente se le atribuye a esta conspiración el haber suplantado
al verdadero asesino y sustituirlo por alguien muy semejante -curiosa versión colectiva que
se acerca a la ilusión de los sosías48, de la que llega a participar la madre del magnicida. De
tal suerte que una consecuencia de esta conspiración es arrebatarle a Aburto la autoría de su
acto, a pesar de que él la reivindique49.
Este decir popular, conformado por los rasgos interpretativos que constituyen a las
teorías de la conspiración, tiene como efecto desconocer la existencia de un asesino
confeso, que acepta haber hecho los disparos contra Colosio actuando por su cuenta y, lo
que es más importante, desconoce lo que el acto de Mario Aburto tiene de loco, con lo cual
cierra toda posibilidad de leer en él lo que se propone hacer saber y que concierne a las
circunstancias políticas de ese momento. La explicación conspirativa no permite darle un
lugar a la locura como un lazo que organiza algunas relaciones en la sociedad y advertir su
presencia en los trazos del acto magnicida. Tal forma de explicación tampoco puede ver lo
que comparte con esa locura, su participación en ella.
Encontramos en este caso concreto un hecho clínico que merece ser tomado en
cuenta: al acto loco del magnicidio –que es la realización del rumor que anticipa un cambio
de candidato atribuido a una conjura- le responde de manera especular una teoría loca de la
conspiración, que hace circular el rumor de la suplantación del asesino.
Para el psicoanálisis no es necesario quedar atrapado en la oposición asesino
solitario versus conspiración –cuestión que constituye en el caso de un magnicidio la
materia de la acción judicial-, pues en este caso el magnicida no actúa solo ni al margen de
la cultura en la que habita. El momento histórico y político en que ocurre el acto, así como
48
Cf. Capgras J. y Reboul-Lachaux J. “La ilusión de los sosías en un delirio sistematizado crónico”. Littoral,
1989, 7/8.
49
Trazos similares aparecen en el caso de José de León Toral, asesino de Álvaro Obregón, quien declara: “Yo
obré solo para que reine Cristo en México de una manera absoluta, no a medias” (Cf. Sladogna A. “El
corazón, una cuestión Toral”. Ed. Cit. pp. 275-276). A pesar de lo cual la voz popular sostiene que el
asesinato de Obregón es producto de una conspiración fraguada desde la cúpula del poder estatal, señalando a
Plutarco Elías Calles como su autor. Además, a propósito del fusilamiento de Toral circulaba el rumor de que
seguía vivo y había sido suplantado por otro que fue fusilado en su lugar; versión que también llegó a
provocar dudas en la madre del magnicida. Fue necesario que el padre y un primo de éste reconocieran y
certificaran que el cuerpo entregado después del fusilamiento correspondía a José de León Toral. Ibíd.
24
sus características, muestran la relación del magnicidio con una interpretación conspirativa
que circula en la sociedad y que adquiere crédito bajo la especie del rumor, lo que entonces
permite plantear la pregunta sobre la estructura de ese entramado de lazos sociales.
25
III. ACERCA DEL MÉTODO
El psicoanálisis procede caso por caso. La indicación de Freud de que hay que
tomar cada caso como si fuera el primero parte del reconocimiento de que un análisis sólo
es tal si deja de lado el saber adquirido en los casos precedentes, para dar lugar a la
producción de un saber inédito1. La clínica analítica es la clínica de lo irrepetible, está
organizada en su movimiento por la extrema singularidad de cada caso. En el momento en
que surge el psicoanálisis, tanto para Breuer como para Freud la construcción misma del
método está orientada por el caso: es Bertha Pappenheim, la Ana O. de Breuer, quien le
dice a éste cómo tiene que tratar su padecimiento; Freud se deja llevar por Emmy von N.
para inventar lo que después llamará asociación libre.2
Para Freud el caso es entonces el lugar de invención de un método, pero es
también donde el saber doctrinario es cada vez puesto a prueba, problematizado en su
alcance. Por lo tanto, la exposición y la discusión detallada del caso conforman la vía regia
para el debate clínico y doctrinario que permite avanzar en la construcción del
psicoanálisis. Esta ruta conduce también a la transmisión que hace posible una escuela y al
pasaje al público de los hallazgos de la práctica psicoanalítica. De este modo el caso se
convierte en la principal fuente de enseñanzas, a condición de poner en reserva el saber
establecido, pues sólo así se puede abrir la puerta a lo que aquél tiene para enseñar. Dejar
de lado el saber establecido es lo único que permite extraer una enseñanza de cada caso,
dando paso al saber del que el caso es portador. De aquí se desprende que tomar el caso en
su singularidad es recibirlo en la literalidad del relato o relatos que lo constituyen.
Tal privilegio concedido al caso singular es solidario de una elección
metodológica: la de la monografía clínica, en la cual se concretan las funciones que se le
1
Sobre la cuestión del método en psicoanálisis cf. Allouch J. Freud, y después Lacan. Buenos Aires, Edelp;
1994. Particularmente el capítulo uno: “Del método freudiano ante toda cosa freudiana” (pp. 37-69), que
orienta nuestra exposición en este punto. Evitamos aquí la calificación de “freudiano” para este método, tal
como la propone Allouch (p. 38), precisamente porque un resultado de su texto es inscribir la función
secretario en aquél; de esa función se ocupó Lacan, no Freud.
2
Cf. Breuer J., Freud S. Estudios sobre la histeria. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. II, 1979.
26
han atribuido al caso3. La investigación monográfica de un caso permite su estudio en
detalle, para tomar en cuenta el mayor número posible de elementos en su construcción. En
la medida en que para Freud el caso tiene un valor paradigmático, la monografía clínica
adquiere un lugar central como realización del método en psicoanálisis, que se especifica
entonces como un método inductivo. Tal opción metodológica coloca al psicoanálisis como
parte de una tradición clínica –de la que también forma parte la psiquiatría de inspiración
fenomenológica4-, en la que se privilegia el estudio de un caso por sobre el de grandes
poblaciones de “pacientes”. Esta última forma de investigación busca en la población que
estudia los signos que le permitan corroborar la regularidad de un cuadro clínico,
generalmente ya establecido, con fines estadísticos y epidemiológicos; mientras que el
abordaje monográfico de un caso extrae de su estructura singular los elementos que le
otorgan una función ejemplar para la construcción doctrinaria y que permiten poner ésta a
prueba, precisar sus alcances y eventualmente replantearla en tanto conjunto articulado de
tesis destinadas a la transmisión. Las enseñanzas del caso dependen de sus detalles
concretos, de la experiencia subjetiva que transmite al analizar con detenimiento sus
pliegues, y no de la abstracción teórica ni de la aplicación de los enunciados de ésta.
En este marco es que el presente trabajo se plantea como una monografía clínica
del magnicidio de Luis Donaldo Colosio. Este acontecimiento tiene un carácter público que
no es un agregado ex post facto sino que forma parte de su estructura: por la investidura del
personaje asesinado –de ahí que para referirse a lo sucedido aparece el término magnicidio
en el discurso socialmente compartido-, por las circunstancias en las que ocurre y que al
mismo tiempo son las que lo hacen posible, por la alteración que conlleva en los puntos de
referencia que organizan la cosa pública, por sus consecuencias en el destino régimen
político al que Colosio representaba como candidato presidencial del partido de Estado y
porque quien lo ejecuta se propone, contando con todo lo anterior, hacer saber algo que le
concierne a él y a la sociedad en la que habita. De tal manera que este magnicidio se
presenta como un acto que se presta para ser leído, para hacer caso de él, a partir de lo que
3
Sobre la importancia de la monografía clínica Cf. Allouch. Marguerite. Lacan la llamaba Aimée. México,
Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. Especialmente el capítulo uno: “Sobre la escritura del ‘caso
Aimée’”. pp. 19-50.
4
Los trabajos de Karl Jaspers constituyen la base de esta orientación en psiquiatría, señaladamente su gran
libro publicado en 1913. Cf. Jaspers K. Psicopatología General. México, Fondo de Cultura Económica; 1999.
27
su propio movimiento ha hecho público. Un acto está en la lectura a la que se ofrece con
posterioridad a su efectuación5.
Esta lectura se lleva a cabo a través de una revisión minuciosa de lo que ha sido
publicado sobre el asesinato de Colosio: en la prensa de circulación nacional6, desde el
inicio de la campaña electoral hasta la fecha en que este trabajo es escrito, rastreando lo que
ha sido impreso antes y después del magnicidio; en el Informe de la Investigación del
Homicidio del Licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta, publicado en cuatro tomos en
septiembre del año 2000 por la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio, dependiente
de la Procuraduría General de la República (2037 páginas en las que se incluyen
declaraciones de todos los implicados directa e indirectamente, peritajes, acciones
ministeriales, correspondencia y escritos de Aburto, entre otros elementos); en la gran
cantidad de libros y artículos que se han publicado sobre este crimen y las condiciones
políticas imperantes en el país alrededor de su acaecimiento; en un video difundido por la
televisión y que muestra el momento en que, en el mitin de Lomas Taurinas en Tijuana, una
mano entre la multitud acerca una pistola a la cabeza del candidato priísta y dispara sobre
él7. En todo este material es necesario seguir los pequeños indicios que pasan inadvertidos
para una mirada de conjunto, pues un estudio en detalle es un estudio de los detalles,
poniendo especial atención en aquellos que pueden parecer insignificantes y que para el
psicoanálisis suelen constituir los significantes que organizan un caso. En esta labor el
presente trabajo procede a la manera del paradigma indicial que describe Carlo Ginzburg8.
Se trata de establecer los trazos literales de este acto magnicida, los cuales son
indisociables de su presencia pública: la forma como ocurrieron los hechos, el entorno
5
“… si el acto está en la lectura del acto, ¿es esto decir que el que esta lectura sea simplemente sobreañadida,
que sea nachträglich es lo que le da su valor?” Lacan J. L’acte psychanalytique. Version critique. Sesión del
22 de noviembre de 1967 (la traducción es mía).
6
El Financiero, El Universal, La Jornada, Milenio, Proceso, Reforma (Milenio y Reforma no existían cuando
Colosio es asesinado, sin embargo han publicado posteriormente notas periodísticas y artículos de opinión al
respecto). En algunos casos se revisa la prensa local (Siglo 21, que publica las notas del semanario Zeta de
Tijuana) y las ediciones locales de Milenio y Reforma (Público y Mural, respectivamente) en la ciudad de
Guadalajara, en la que se realiza este trabajo.
7
Este video, junto con otros filmados en el momento del crimen, se encuentra disponible en Internet. Cf.
http://video.google.com/videoplay?docid=-4353626826689443961#
8
Cf. Ginzburg C. “Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales”. En: Mitos, emblemas e
indicios. Morfología e historia. Barcelona, Gedisa; 1999. pp. 138-175.
28
socio-político en el que tienen lugar, las declaraciones de los implicados –presuntos
culpables o no-, sus interpretaciones de lo ocurrido, las versiones circulantes en la voz
popular en forma de rumor. Como parte de esta tarea es importante localizar los decires
textuales que urden la trama del magnicidio: lo dicho por Mario Aburto, su familia y sus
conocidos; lo dicho por Luis Donaldo Colosio, sus familiares y colaboradores cercanos; lo
dicho por los personajes de la política que tuvieron un papel determinante en la coyuntura:
Carlos Salinas de Gortari (en ese momento presidente de México, quien designó a Colosio
como candidato y a Camacho como comisionado para negociar la paz), Ernesto Zedillo
(coordinador de la campaña de Colosio, sucesor de éste como candidato del PRI y
posteriormente presidente de México), Manuel Camacho Solís (principal rival de Colosio
en la candidatura priísta por la presidencia) y otros protagonistas de la vida pública del país;
los rumores recogidos en su momento por la prensa, desde meses antes de la muerte del
candidato y posteriormente.
Este entramado permite construir el tejido literal del caso a partir de lo que ha
adquirido un estatuto público, tomando nota de lo que los protagonistas dijeron y evitando
hacer atribuciones sobre “lo que quisieron decir”. Por lo mismo, se recibe el testimonio de
quienes están implicados en el magnicidio -sea que se trate de deposiciones ante las
autoridades judiciales, de escritos ligados a su participación en los hechos previos y
posteriores al crimen, de declaraciones hechas para la prensa o los medios electrónicos-,
tomándolo desde el lugar que las circunstancias y el movimiento público del caso les
asignaron a los involucrados, prescindiendo de la entrevista directa que, dadas las
condiciones en que esta investigación se lleva a cabo y el tiempo transcurrido desde el
asesinato de Colosio, esos protagonistas no solicitaron y que entonces no podía más que ser
una entrevista dirigida por los intereses del entrevistador, por lo tanto ajena al método en
psicoanálisis. En lugar de ello, hemos optado aquí por tomar el testimonio tal como se
produjo en su momento y en sus circunstancias, adoptando la posición del incauto ante un
relato del que se fía9:
9
Una actitud ciertamente inaudita en nuestro país, en el que la norma es la desconfianza hacia las versiones
provenientes del gobierno o de instancias públicas.
29
“…lo esencial del método freudiano para abordar las formaciones del inconsciente
es fiarse del relato. Se subraya así este hecho de lenguaje del que todo, a decir
verdad, hubiera podido partir”10.
En lo que respecta a los rumores que rodearon a la muerte violenta de Colosio, se
parte de la huella escrita que dejaron en la prensa a través de declaraciones, artículos de
opinión, notas, aclaraciones y refutaciones. Por otra parte, es necesario tener en cuenta que
un rumor es siempre interesado, pues está ligado a los intereses de quienes participan de
alguna manera en su transmisión. Por esta razón, no sólo es superfluo sino inconveniente
realizar una clasificación de los reporteros, articulistas o columnistas citados a propósito de
la circulación del rumor –en lo que se refiere a los políticos profesionales se supone que es
explícito el lugar del espectro político e ideológico desde el que hacen sus declaraciones
públicas-, pues además de parcial, una categorización así llevaría inevitablemente a una
investigación de corte policíaco: ¿con qué personaje político simpatiza el susodicho
periodista?, ¿cuáles son sus nexos abiertos o encubiertos con el poder?, ¿recibe beneficio
económico o político de alguna de las partes a las que hace mención el rumor? Es posible
sospechar, sobre todo cuando están en juego cuestiones de orden político, que quienes
desde la prensa participan en la difusión de un rumor lo hacen en respuesta a intereses
específicos; sin embargo, parece también conveniente aproximarse a estos textos
publicados en los diarios con la actitud de un lector incauto, que constata la propagación
social del rumor, sin estar necesariamente advertido de las lealtades políticas de aquellos a
quienes lee; en todo caso no más advertido de lo que le permiten los enunciados que está
leyendo. De un rumor se puede decir que sólo se mantiene como tal a condición de que
excluya de su enunciado las huellas de su enunciación11, de lo contario de convierte en la
opinión de alguien que aparece como su autor. En otras palabras, la posición enunciativa de
quien lo transmite debe quedar eclipsada en favor de lo que transmite.
10
Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992 p. 67.
“…una bemba tiene mayores posibilidades de éxito cuanto menos visibles estén, en su enunciado, las
huellas de su enunciación”. De Ípola E. La bemba: acerca del rumor carcelario y otros ensayos. Buenos
Aires, Siglo XXI Editores Argentina; 2005. p. 36. El término bemba proviene de Cuba: “Designa
popularmente los labios gruesos y prominentes. Por extensión, significa ‘rumor’, ‘versión’. Antes del triunfo
de la revolución cubana se denominaba ‘radio-bembas’ a las informaciones que circulaban de boca en boca
entre la población, informaciones provenientes de la radio clandestina del Movimiento 26 de Julio, cuyas
emisiones eran captadas por un número limitado de personas”. Ibíd. p. 16 n. 2.
11
30
Entre los principios de método que organizan el abordaje de este caso se encuentra
la función secretario, puesta de relieve por Lacan, cuya pertinencia se revela
particularmente fecunda cuando se trata de la recepción del testimonio que proviene de la
experiencia y el lazo social de la locura:
… al parecer nos vamos a contentar no solamente con hacer de
secretarios del alienado, como se dice, para hacer un reproche a la impotencia de
los alienistas; eso era a lo que se limitaba durante mucho tiempo la investigación de
la psiquiatría clásica; pero yo diría que por otra parte hacerlo hasta el punto en que
nos encontraríamos casi cayendo bajo otros reproches que serían más graves, no
solamente por ser ahí los secretarios, sino por tomar lo que él nos relata al pie de la
letra –lo que, a decir verdad, es justamente lo que hasta aquí ha sido considerado
como la cosa a evitar. 12
Si parte de la función del secretario está regida por el secreto, ahí donde la
disimulación honesta impone la obligación de callar13 –cuestión que se muestra
indispensable cuando se tienen en cuenta los efectos desastrosos de hacer público lo que
ocurre u ocurrió en una cura analítica14-, también está en ella la posibilidad de extraer las
consecuencias que se desprenden de tomar al pie de la letra aquello que ha pasado al
dominio público. Tal es la aspiración de este trabajo.
12
Lacan J. Les structures freudiennes des psychoses. Version AFI. Sesión del 25 de abril de 1956 (la
traducción es mía).
13
Torquato Acceto, quien ejerció de secretario en la Italia Barroca, resume así esta cuestión de la
disimulación honesta, que regula la postura del secretario respecto al silencio y el secreto: “La disimulación es
una actitud de no hacer ver las cosas como son. Se simula lo que no es, se disimula lo que es”. Accetto T. De
la disimulación honesta. México, Libros de artefacto; 2001. p. 89. Este libro fue editado originalmente en
1641, casi un siglo después de El Príncipe, de Maquiavelo (1532).
14
El ejemplo más celebre de esto es lo que le ocurrió a Segeï Petrov, llamado por Freud “el hombre de los
lobos”, quien hasta sus últimos días se ganaba la vida pintando cuadros de la famosa escena de su sueño en
que aparecían unos lobos trepados en un árbol. Freud dio por terminado el análisis con él, después de lo cual
publicó su caso, a pesar de que años después Petrov insistía en continuar su análisis con Freud, quien lo
“canalizó” con Ruth Mack Brunswick. Cf. Freud S. De la historia de una neurosis infantil. Obras Completas.
Buenos Aires, Amorrortu Editores; Vol. XVII, 1979.
31
IV. FIN A LO QUE NO FUNCIONÓ
Un Candidato-Comisionado
El primero de enero de 1994, día de la entrada en vigor del Tratado de Libre
Comercio de América del Norte (TLCAN), fecha que según el gobierno del presidente
Carlos Salinas de Gortari marcaría la entrada de México en la modernidad globalizada,
estalla en el estado de Chiapas la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación
Nacional. Un movimiento guerrillero de indígenas, un sector de población que vive en la
miseria económica en uno de los estados más pobres del país, que tiene entre sus demandas
básicas trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad,
democracia, justicia y paz, que declara la guerra al ejército federal mexicano, califica de
ilegítimo al gobierno de Salinas, exigiendo la destitución del dictador a los otros poderes de
la unión, contradice radicalmente la imagen de prosperidad económica y apertura
democrática del país promovida por el discurso oficial del salinismo, justo en el momento
de arranque de lo que éste presenta como el gran logro de su administración. También la
imagen de gran reformador que el presidente había construido a lo largo de su mandato,
tanto entre algunos sectores de la sociedad mexicana como a nivel internacional, queda
severamente cuestionada cuando faltan sólo unos meses para la sucesión presidencial.
Después de varios días de una estrategia que se propone aplastar militarmente a los
insurgentes, el gobierno de Salinas da un giro hacia la negociación política. La
recomposición de una parte del gabinete presidencial indica el triunfo de la fracción
negociadora del gobierno y el desplazamiento de los “duros”: el 10 de enero renuncia
Patrocinio González Garrido, Secretario de Gobernación, quien ocupaba este cargo al haber
solicitado licencia el año anterior como gobernador justamente del estado de Chiapas, del
que se supone debería contar con información de inteligencia para anticipar el inicio de un
movimiento armado; en su lugar es designado como nuevo titular de Gobernación Jorge
Carpizo Mac Gregor, quien se desempeñaba hasta ese momento como Procurador General
de la República, un funcionario que no era miembro del PRI y había sido presidente de la
Comisión Nacional de Derechos Humanos y rector de la Universidad Nacional Autónoma
de México; el nuevo procurador designado es Diego Valadés Ríos, un abogado de
32
reconocido prestigio que hasta ese momento fungía como procurador del Distrito Federal;
por último, como titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores es nombrado un
diplomático de carrera cuyo padre había desempeñado ese mismo puesto, Manuel Tello
Macías, en sustitución de Manuel Camacho Solís, encargado ahora de negociar la paz con
los rebeldes y nombrado para tal efecto Comisionado para la Paz y la Reconciliación.
De todos los nombramientos, el de mayores consecuencias políticas será el de
Camacho y no sólo por la gravedad de la coyuntura en Chiapas o la urgencia de encontrar
una salida al conflicto armado. Camacho es designado en su misión pacificadora el mismo
día que Luis Donaldo Colosio, candidato del partido en el poder, da inicio formal a su
campaña electoral rumbo a las elecciones presidenciales de ese año. El nombramiento del
Comisionado para la Paz y la Reconciliación ocupa las primeras planas de los diarios del
país y los espacios más importantes de los noticieros en los medios electrónicos, relegando
a las páginas interiores y a los espacios secundarios el arranque de la campaña del
candidato del PRI. Ese nombramiento ponía en el primer plano del escenario político
nacional a quien había sido el principal rival de Colosio por la candidatura presidencial del
partido oficial y opaca desde su inicio la campaña electoral y la presencia pública de quien
hasta ese momento era considerado el delfín del presidente:
Nunca un comienzo de campaña presidencial priísta fue tan deslucido –al menos en
sus repercusiones informativas- como el del ex secretario de Desarrollo Social, a
pesar de haber escogido para hacerlo una importante población hidalguense,
Huejutla de Reyes. El interés provocado por la estremecedora mudanza del parecer
presidencial sobre Chiapas, y la resurrección política de Manuel Camacho
nublaron con razón el comienzo de la gira colosista en la Huasteca.1
Salinas presenta los cambios en su gabinete y los nuevos nombramientos
indicando que se trata de “decisiones políticas que son reconocimiento de lo que no
funcionó”2. Al referirse al nuevo Comisionado dice: “el licenciado Manuel Camacho me
pidió desempeñar la función sin sueldo y sin crear ninguna estructura gubernamental
1
Granados Chapa M. “Plaza Pública”. Siglo 21. 1994, enero 13 (Las negritas son mías: F. M.).
Agencias. “Carpizo a Gobernación y Camacho a la Comisión por la Paz en Chiapas”. Siglo 21, 1994, enero
11.
2
33
nueva”3. El anuncio presidencial revela en su enunciación un acto que unas horas más tarde
buscará ser “rectificado” -si es que tal cosa fuera posible: “El primer mandatario expresó
que todas esas decisiones las tomaba con fundamento en lo que dispone el artículo 82
constitucional, por la noche la Presidencia rectificaría. En un comunicado, la Dirección
General de Comunicación Social señaló que se trataba del artículo 89 constitucional”4. La
nota periodística que citamos precisa a continuación: “Cabe señalar que el artículo 82 se
refiere sólo a los requisitos para ser presidente. Es el artículo 89 de la Carta Magna el que
contempla las facultades y obligaciones del ejecutivo”. En efecto, mientras que este último
artículo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos estipula las facultades
y obligaciones del presidente de la república como titular del ejecutivo federal, entre ellas
la facultad de nombrar a funcionarios de distintos niveles implicados en la administración
federal, el artículo 82 establece los requisitos para ser presidente, entre los cuales tienen
particular interés, en el contexto del nombramiento de Camacho, los requisitos planteados
por la fracción sexta de este artículo: “No ser secretario o subsecretario de Estado, jefe o
secretario general de Departamento Administrativo, Procurador General de la República, ni
Gobernador de algún Estado, a menos de que se separe de su puesto seis meses antes del
día de la elección”.
El lapsus de Salinas fundamenta la designación de Manuel Camacho como
Comisionado para la Paz… ¡en los requisitos que debe cubrir un aspirante a la presidencia
de la república! Ese nombramiento queda inevitablemente anudado al juego político de la
sucesión presidencial. El rival de Colosio, “resucitado” políticamente por el presidente,
queda situado en una posición privilegiada, encargado de dar solución al conflicto político
más importante en la historia reciente del país y además sin impedimento legal alguno para
aspirar a la presidencia de la república: al no recibir salario ni tener a su cargo ninguna
estructura gubernamental, faltando más de seis meses para las elecciones, cumple todos los
requisitos marcados por el artículo 82.
3
4
Ibíd.
Ibíd.
34
A ese lapsus de Salinas se suma a otro cometido tiempo después del asesinato de
Colosio, cuando el ya para entonces ex presidente responde a un interrogatorio del fiscal
especial que investiga el magnicidio:
.l Fiscal: ¿Analizó que al nombrar al licenciado Manuel Camacho como
comisionado sin un cargo público, esto podría afectar la campaña del licenciado
Luis Donaldo Colosio?
Carlos Salinas: Todas las campañas habían sido afectadas por el levantamiento de
Chiapas. Todas habían perdido resonancia por el levantamiento armado. Sin un
encauzamiento adecuado de ese conflicto, era prácticamente imposible que ninguna
campaña pudiera hacerse eco o ser escuchada entre la población para presentar sus
opciones. Por la dimensión del problema es que se recurrió a las modalidades de
designación del candidato [sic, por comisionado].5
En esta ocasión el lapsus de Salinas presenta la designación del candidatocomisionado como respuesta a la dimensión del conflicto armado en Chiapas. El
reconocimiento de que la importancia de este problema opacaba las campañas, y por lo
tanto afectaba las elecciones y la sucesión presidencial de 1994, va seguido de un acto de
enunciación que hace del comisionado un candidato. Por más que Salinas insista a lo largo
del tiempo en que las modalidades del nombramiento fueron planteadas por Camacho para
construir una relación de confianza con los insurgentes –presentarse a negociar ante la
guerrilla como enviado del presidente y no como empleado de gobierno-, el hecho es que su
“decisión política” anunciada el 10 de enero de 1994, redoblada por el equívoco del acto de
enunciación, abría la puerta a la candidatura presidencial de Camacho y a toda clase de
especulaciones al respecto. En una crisis de esa magnitud un Comisionado para la paz que
logre cumplir su tarea será visto inevitablemente como un candidato a gobernar el país –en
este sentido el lapsus de Salinas es un acto logrado6, al revelar lo que ese nombramiento
pone en juego más allá de los desmentidos que el presidente va a reiterar.
El fantasma de un candidato alterno
5
Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 37 (Cursivas, negritas y corchetes
corresponden al original).
6
“Nuestros actos fallidos son actos que triunfan, nuestras palabras que tropiezan son palabras que confiesan”.
Lacan J. Los escritos técnicos de Freud. Buenos Aires, Paidós; 1996. p. 386.
35
Los efectos en Colosio y su equipo de campaña son inmediatos. Federico Arreola,
amigo cercano del político asesinado, a quien acompañó a lo largo de la campaña, relata su
testimonio al respecto:
Desde la primera noche del primer día de la campaña, aquel atroz 10 de enero de
1994, pregunté a Donaldo acerca de lo que en esa misma jornada había hecho el
presidente Carlos Salinas de Gortari: nombrar a Manuel Camacho negociador en
Chiapas, lo que fue una acción eminentemente política que buscaba como objetivo
secundario la paz en las montañas de esa entidad y, como objetivo principal,
amenazar a Colosio con el fantasma de un candidato alterno.7
El día de inicio de la campaña queda marcado por ese atroz, que se desprende de
la interpretación del acto de Salinas: la amenaza con el fantasma de un candidato alterno.
La resurrección política del más importante rival de Colosio le va a dar existencia a un
fantasma que lo seguirá hasta su muerte. A continuación, Arreola se refiere a una larga
conversación que ese mismo día había mantenido durante una caminata con Liébano Sáenz,
quien era responsable de comunicación social de la campaña colosista, conversación que
unas horas más tarde comentaría con el candidato priísta:
En la caminata de más de media hora (espero que Liébano lo recuerde tan bien
como yo), este político dotado para el análisis me dijo, desde luego porque yo le
pregunté, que era sencillamente terrible lo que Salinas había hecho y sugirió, con
la enorme prudencia que le caracteriza, que la candidatura de Colosio estaba en
un grave riesgo.
Honestamente hablando, cuando le pregunté por ese diagnóstico pensé que a
Luis Donaldo le iba a parecer exagerado, pero no fue así. Todo lo contrario, por
primera vez en mi vida lo escuché cuestionar con energía a Carlos Salinas: ‘El
presidente debe estar muy confundido’, me dijo y añadió que, ni hablar, lo único
que él podía hacer era continuar realizando con dedicación su trabajo de
candidato.
Esa noche Donaldo estaba mal y de malas… 8
7
Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo
Aguilar; 2004. pp. 20-21.
8
Ibíd. p. 21.
36
Otras expresiones que Arreola le escucha decir posteriormente al candidato como
respuesta a la misma pregunta son: “El presidente Salinas está equivocado”, “Salinas no
sabe que está provocando un serio problema que va a terminar por dañarnos a todos”. La
campaña del candidato priísta está en grave riesgo, se encuentra frente a condiciones
inéditas en la historia de la sucesión presidencial del régimen de partido de Estado. Pronto
circulará en el equipo de campaña de Colosio la versión compartida de que existe una
conspiración de Salinas para cambiar de candidato:
…los colaboradores de Luis Donaldo se plantearon con seriedad la posibilidad de
que, desde la Presidencia de la República, se estuviese ejecutando un proyecto
político para obligar a Colosio a renunciar, para permitir que Camacho tomara su
lugar. Eso lo decían los colosistas en el autobús, en las camionetas, en los hoteles,
en los restaurantes, en todas partes.9
Un cadáver político
Las consecuencias de la decisión política de Salinas aparecen también de
inmediato en la prensa, tomando una dimensión pública desde el primer día en que circula
la noticia del nombramiento de Camacho. El 11 de enero, El Universal titula a ocho
columnas en primera plana: “Camacho, comisionado para la paz, Carpizo, a Gobernación”.
En la parte inferior de la misma primera plana la columna Pulso político de Francisco
Cárdenas Cruz señala:
Manuel Camacho Solís emergió ayer como el gran ganador en la serie de cambios
que anunció el Presidente Carlos Salinas de Gortari: dejó la Secretaría de
Relaciones Exteriores para convertirse en ‘Comisionado para la Paz y la
Reconciliación en Chiapas” y, también, en virtual suplente a la candidatura
presidencial priísta a la que aspiró hasta antes del 28 de noviembre pasado (día del
“destape” de Colosio como candidato del PRI), amén de que dos de sus más
abiertos simpatizantes en el proceso de sucesión, Jorge Carpizo y Diego Valadés,
fueron designados secretario de Gobernación y procurador de general de la
República (sic), respectivamente, justo el mismo día en que Luis Donaldo Colosio
9
Ibíd. p. 36.
37
inició su campaña electoral como abanderado del Partido Revolucionario
Institucional.10
Desde el primer momento de su designación Camacho queda situado como posible
suplente de Colosio y empezarán los malentendidos que pondrán la candidatura de éste en
duda. El hecho de que los nuevos nombramientos en el gabinete presidencial –que revisten
una importancia estratégica en la coyuntura política conformada por una rebelión armada y
la proximidad de las elecciones federales- queden a cargo de “camachistas” y no de
“colosistas”, va en contra de la costumbre política que le otorga al candidato oficial, aun
antes de ser elegido presidente, la prerrogativa de colocar a miembros de su equipo en
posiciones del gabinete en funciones, posiciones que sean de importancia para el control de
la sucesión. Cuauhtémoc Cárdenas, que en ese momento es el candidato presidencial de la
izquierda por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), conocedor de los vericuetos
del régimen de partido de Estado por ser miembro de la “familia revolucionaria”11, califica
estos cambios como “una crisis en el gabinete y en el sistema político mexicano”12. Como
lo demostrará el desenlace posterior de los acontecimientos, lo que está en juego
efectivamente no es sólo una crisis coyuntural del gabinete sino una crisis que afecta a la
estructura misma del sistema político.
El mismo día El Financiero encabeza en primera plana: “Fin a lo que no
Funcionó: Salinas”. En páginas interiores, aunque anunciada desde la primera plana, la
columna Indicador Político del periodista Carlos Ramírez, titulada ese día Chiapas: otros
cadáveres, anticipa la suerte trágica del candidato, cuyo desenlace ocurrirá meses después,
al presentar a Colosio como un cadáver político:
Debajo de las zonas bombardeadas por el ejército, se encuentran cinco cadáveres
en estado de descomposición apresurada: el cadáver político de Luis Donaldo
Colosio, el cadáver social del Programa de Solidaridad, el cadáver financiero de la
política económica, el cadáver propagandístico de una estrategia de estabilidad
10
Cárdenas Cruz F. “Pulso político”. El Universal, 1994, enero 11. (Los paréntesis son míos: F. M.)
Su padre, Lázaro Cárdenas, presidente de la República de 1934 a 1940, llevó a cabo la expropiación
petrolera y el mayor reparto agrario derivado de la revolución mexicana.
12
Ibíd.
11
38
social y política con ajuste draconiano y el cadáver modernizador del Tratado de
Libre Comercio.13
A la luz de los acontecimientos posteriores en los que Colosio perderá la vida, la
designación de cadáver político que recibe en este momento no sólo anticipa su destino
sino que permite situar su candidatura, junto con las modalidades de su designación, como
parte de lo que queda incluido en las palabras de Salinas: “fin a lo que no funcionó”. En
efecto, las nuevas condiciones políticas pondrán fin al ritual sucesorio del “dedazo” suprema atribución metaconstitucional del presidente de la república de designar a su
sucesor- y con él a la candidatura y a la vida de Colosio. Una resurrección política que
trastorna profundamente la sucesión presidencial va a producir un cadáver político, que
terminará por convertirse en real.
¿Renunciar o no renunciar? Esa es la cuestión…
Existe la deposición que ante el fiscal realiza Guillermo Hopkins, subcoordinador
de logística de la campaña, en la que sostiene que Colosio se plantea la posibilidad de
renunciar a la candidatura el mismo día en que da inicio su campaña electoral:
En la platica del 26 de marzo de 1994 [después de la muerte de Colosio], el
presidente Salinas les informó al dicente y a los acompañantes que el licenciado
Colosio había estado de acuerdo con el nombramiento de Manuel Camacho como
comisionado para la Paz. También les dijo que su relación con el licenciado
Colosio había sido de plena cordialidad hasta el día de su muerte, lo cual no es
cierto dado que el día 10 de enero de 1994 el licenciado Colosio le comentó al de la
voz, la posibilidad de renunciar a la candidatura debido al hostigamiento que
después se vendría.14
Esta declaración, que contradice las afirmaciones de Salinas posteriores a la
muerte del candidato, se suma a otras, como la de Samuel Palma, subcoordinador de
13
Ramírez C. “Indicador Político. Chiapas: otros cadáveres”. El Financiero, 1994, enero 11. (Las negritas
corresponden al original). El comentario con el que inicia la columna se refiere a los supuestos bombardeos
que el ejército mexicano llevó a cabo en las zonas de Chiapas ocupadas por los insurgentes –bombardeos que
el gobierno de Salinas niega reiteradamente haber realizado.
14
Aguilar Camín H. Op. cit. pp. 92-93. (Los corchetes corresponden al original).
39
Estrategia de la campaña electoral priísta, quien relata una entrevista que sostiene con
Colosio el 14 de enero:
…mostró enfáticamente su molestia por el nombramiento del licenciado Camacho
Solís como comisionado para la Paz. Mencionó: ‘A mí el presidente de la
República me informó del cambio de secretario de Gobernación, mas nunca me
dijo que nombraría a Manuel Camacho comisionado para la Paz. Me dijo que lo
involucraría en las negociaciones de Chiapas, pero no con un nombramiento de
comisionado ad honorem.’ Después mencionó: ‘¿Qué pasa si renuncio?’. La
respuesta del de la voz fue que no sabía en qué derivaría aquello, pero que
probablemente el candidato sustituto sería Manuel Camacho Solís, a lo que Luis
Donaldo respondió: ‘Precisamente por eso no renuncio’.15
Es de notar que para Colosio la interrogante sobre la posibilidad de renunciar va
más allá del primer día de la campaña y reaparece todavía un mes antes de su muerte,
cuando le pregunta a su esposa, según declaración del secretario particular de ésta, cuál
sería su opinión de él si llegara a renunciar a la candidatura, a lo que ella le responde “que
eso no importaba, que lo importante era qué opinión iba tener de él mismo”16. El padre del
candidato, Luis Colosio Fernández, y un amigo de la familia Colosio, Nikita Kyriakis,
declaran en sentido similar, aunque sin mencionar la fecha de la conversación entre los
esposos. Según la versión del amigo, la respuesta de Colosio habría sido: “Pura madre, no
voy a renunciar”; según el padre habría respondido: “Ya sé, no les voy a dar gusto”17. Las
dudas de Colosio y su destino no dejan de recordar los rasgos de una tragedia, “Es
Shakespeare puro”18, como lo hará notar el escritor Octavio Paz cuando meses después del
candidato muera su esposa, Diana Laura Riojas, a causa de un cáncer que padecía desde
años atrás.
No se hagan bolas
15
Ibíd. p. 93. Cf. también: López L. “Colosio pensó en renunciar, dice Samuel Palma”. Milenio, 2004, febrero
14.
16
Aguilar Camín H. Op. cit. p. 97. Declaración de Fernando Gamboa, secretario particular de Diana Laura
Riojas de Colosio. Gamboa dice también que después del asesinato de Colosio la viuda comentó, a propósito
de la insistencia del periodista Julio Scherer para entrevistarla, “que si lo que querían saber era si le habían
pedido la renuncia [a su esposo], que la respuesta era afirmativa”. Ibid.
17
Ibíd. pp. 96-97.
18
Krauze E. La presidencia imperial. México, Tusquets; 2003. p. 484.
40
El 27 de enero Salinas tiene que salir al paso de las versiones que ya circulan
ampliamente sobre un cambio del candidato del PRI. En un desayuno realizado en la
residencia oficial de Los Pinos con su gabinete, el presidente de la Suprema Corte,
gobernadores priístas, diputados, senadores y asambleístas del Distrito Federal, afirma:
Para evitar confusiones y tener claridad, permítanme la expresión coloquial, ¡que
no se haga bolas nadie! El PRI tiene el candidato que lo llevará a la victoria
democrática. El voto de los mexicanos hará triunfar democráticamente a ¡Luis
Donaldo Colosio!19
Unos minutos antes de que el presidente dijera estas palabras, el maestro de
ceremonias les recuerda a los asistentes que “la Dirección de Comunicación Social de la
Presidencia es la única autorizada para dar versiones de lo que aquí ocurra”20. El intento de
detener los rumores parece convocarlos y nada podrá eliminar la creencia de que existe una
acción política deliberada de Salinas para quitarle la candidatura a Colosio. A pesar de los
desmentidos de Salinas esta interpretación conspirativa seguirá presente en el candidato,
sus familiares, su equipo de campaña y gran parte de la clase política y de la opinión
pública mexicana. La explicación del asesinato de Colosio, desde el momento en que
ocurrió hasta la fecha, encontrará en esa conspiración su argumento principal.
Lo que ninguna declaración de Salinas podía echar atrás era su acto de designación
de Camacho y las consecuencias que con él se venían, como lo confirman los lapsus del
presidente. La dimensión real de ese acto, una vez efectuado, no podía anularse con ningún
desmentido. En referencia a la verdad contenida en un rumor, hay una sentencia popular
que dice: Cuando el río suena…es que agua lleva. Si el rumor contiene “un grano de
verdad” -a la manera como lo señala Freud respecto a la verdad histórica que le da sustento
al delirio21-, es en ese acto de Salinas, en el agua que lleva a su molino, que encuentra
19
Agencias. “¡Que no se haga bolas nadie!, Colosio es el candidato, dice Salinas”. Siglo 21, 1994, enero 28.
Ibíd.
21
“Debemos recordar que, desde luego, en el rumor hay muchas veces un ‘grano de verdad’, pero en el curso
de su transmisión de boca en boca se lo han recargado de adornos, obra de la fantasía, que rinden aquella base
inicial irreconocible y, por ende, difícil de separar del resto”. Allport G.W, Postman L. Psicología del rumor.
Buenos Aires, Editorial psique, 1967. p. 15. Planteamiento que es casi una paráfrasis de Freud cuando habla
del delirio en su relación con la verdad: “…el delirio psiquiátrico contiene un grano de verdad, y el
convencimiento del enfermo desborda desde esa verdad hacia su envoltura delirante”. Freud S. Moisés y la
religión monoteísta. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. XXIII, 1976. p. 125.
20
41
apoyo la especie que lo pone a la cabeza de un complot para arrancarle la candidatura a
Colosio y asesinarlo.
Aquella frase de “no se hagan bolas” fue tomada en los círculos políticos como un
“redestape” de Colosio que se hizo necesario ante el estado de ambigüedad en que se
encontraba su campaña. Al candidato no le agrada la intervención de Salinas y comenta con
sus colaboradores su molestia al respecto22. Los efectos públicos son más bien
desfavorables:
Colosio es un candidato débil. El espaldarazo de Carlos Salinas de Gortari muestra
que aún no se ha destetado. Grandes sectores de la opinión pública en su propio
partido dicen que hasta la fecha hay dos candidatos del PRI: el que está en campaña
y el que está en Chiapas”23.
Después de redestape del 27 de enero, el discurso de Luis Donaldo Colosio
comenzó a subir de tono crítico. Hubiera sido más creíble que ese nuevo discurso
se hubiera dado antes de ese desventurado desayuno de las bolas. Si Luis Donaldo
Colosio espera su registro definitivo el 15 de marzo para dar el gran salto, a lo
mejor en mes y medio pasarán muchas cosas en el país que lo dejen en un
brinquito.24
El redestape no convencerá a nadie y tampoco bastará para que Colosio deseche la
idea de que Salinas actúa con premeditación para arrebatarle la candidatura. Una prueba de
lo anterior se encuentra en el testimonio de una amiga personal del candidato priísta, Dalia
Fartuk, quien relata una conversación que mantiene con Colosio el 16 de febrero de 1994,
unas semanas después de la celebre frase presidencial:
Se entrevistó con el licenciado Colosio y lo notó muy mal anímicamente, abatido
emocionalmente, triste, atontado, como nunca antes lo había visto, reclamándole
nuevamente la de la voz que si seguían llevándole la campaña así iba a perder,
refiriéndose la de la voz a que la campaña era muy gris, que parecía y se veía que
22
Cf. Arreola F. Op. cit. p. 39.
Porfirio Muñoz Ledo, presidente del Partido de la Revolución Democrática. Citado en: Aguilar Camín H.
Op. cit. p. 81.
24
Carlos Ramírez, en El Financiero, 9 de febrero. Citado en. Ibíd. pp. 81-82.
23
42
todo estaba enredado a propósito para que perdiera, que la campaña estaba muy
mal manejada. [Colosio] le contestó textualmente:
Colosio: ¿Viste lo que me hizo mi mejor amigo Dalia, mi mejor amigo, el que me
apoyó en toda mi carrera hasta ahorita en el puesto que estoy, mi mejor amigo?
Fartuk: Las palabras ‘mi mejor amigo’ las repitió tres veces y cuando le decía esto
le salían lagrimas, preguntándole la de la voz qué le hicieron, contestándole que
después le platicaba.25
Este testimonio es particularmente importante porque muestra la mirada de alguien
cercano a Colosio, que le puede decir sin rodeos su opinión desfavorable acerca de la
campaña y que tiene la percepción de que hay un propósito de hacerlo perder las
elecciones. El candidato no sólo no contradice esta última apreciación sino que responde de
una manera que indica un malestar subjetivo en el que está implicado su cuerpo, como lo
muestran las lágrimas que derrama, frente a lo que considera que su mejor amigo le hace.
La expresión indica que para Colosio lo que hace Salinas está dirigido en contra de él,
como algo que le hace a él directamente, no es solamente algo que Salinas hace por
determinadas circunstancias sino que se lo hace a él. Otro amigo de Colosio, Rafael
Reséndiz, refiere haberle escuchado la frase “¿Por qué me hace esto el presidente Salinas?”,
todavía diez días antes de que el abanderado priísta fuera asesinado26. No sólo los priístas y
la clase política no dejaron de hacerse bolas, Colosio mismo siguió hecho bolas hasta el
final.
La prioridad del presidente
¿Qué es lo que lleva a Salinas a tomar una decisión cuyas consecuencias intentará
refutar con insistencia y que muy pronto revelará tener un alto costo político para su
imagen pública y para la cohesión del grupo gobernante? Según su versión de los hechos la
decisión de nombrar a Camacho como Comisionado para la Paz surge a partir de la
insistencia de éste de mediar en el conflicto con la guerrilla y es comentada con Colosio
antes de darla a conocer públicamente:
25
26
Ibíd. p. 101 (negritas y corchetes pertenecen al original).
Ibíd. pp. 100-101.
43
En los días siguientes [Camacho] insistió en ser el mediador. Era una decisión muy
difícil, porque si bien Camacho se había destacado por su habilidad negociadora, su
calidad de precandidato presidencial perdedor implicaba un riesgo para la campaña
recién iniciada. Sin embargo consideré que la prioridad era encauzar el conflicto
por la vía del diálogo y evitar que la propagación de los combates afectara la
realización de los comicios para Presidente […]
La balanza se inclinó luego de comentar las opciones con el candidato de mi
partido a la presidencia, Donaldo Colosio. Aunque Camacho introducía tensiones,
Colosio escuchó mis argumentos y entendió. Mostró su sensatez. También buen
humor: ‘Lo único que le pido- me dijo- es que no designe a Camacho secretario de
Gobernación, pues teniendo la responsabilidad oficial de organizar las elecciones
¡podría también tener la pretensión de negociarlas!’ Entendí su observación.27
Para Salinas es evidente desde el primer momento que la designación de Camacho
implica un riesgo para la campaña de Colosio. Incluso la broma que le atribuye a éste deja
ver que el nombramiento despierta desconfianza hacia Camacho en el sentido de que sus
iniciativas pueden salirse de control y puede llevar las negociaciones más allá de su
encomienda oficial. Sin embargo, Salinas deja en claro que la prioridad para él es darle
cauce al movimiento armado por la vía del diálogo, de tal manera que se pueda evitar la
extensión del conflicto y no se vean amenazadas las elecciones presidenciales, es decir,
asegurar una terminación de su gobierno con estabilidad política y financiera y garantizar la
transmisión pacífica del poder a su sucesor.
Por otro lado, varios colaboradores cercanos de Colosio –Alfonso Durazo,
Guillermo Hopkins, Samuel Palma, Melchor de los Santos - coinciden en señalar que el
candidato no conocía con anterioridad a su anuncio oficial las condiciones en que se daría
el nombramiento de Camacho como mediador en el conflicto con los insurgentes. Según
estas versiones, Salinas habría comentado con Colosio su intención de que Camacho
colaborara en las negociaciones en Chiapas, pero nunca especificó que para ello dejaría su
cargo en el gabinete presidencial y que recibiría un nombramiento ad honorem28. Estas
condiciones particulares en que se dio el nombramiento del Comisionado son las que van a
27
Salinas de Gortari C. México un paso difícil a la modernidad. Barcelona, Plaza y Janés; 2002 (cuarta
edición). pp. 829-830.
28
Aguilar Camín H. Op. Cit. pp. 40-43.
44
provocar la molestia y la desconfianza de Colosio con su amigo Salinas y van a generar un
torbellino de interpretaciones conspirativas desde el momento en que Camacho queda en
posición de aspirar a la candidatura presidencial, sea por el PRI sea por un partido de
oposición.
En cuanto a la coincidencia de fechas del inicio de la campaña electoral de
Colosio y del nombramiento como Comisionado para la Paz de su principal rival político,
por lo menos la declaración de Melchor de los Santos, secretario de Coordinación Regional
de la campaña, sostiene que Colosio no estaba enterado de que el nombramiento de
Camacho sería el mismo día de arranque de su campaña. Al respecto Salinas comenta:
El lunes 10 de enero de 1994 se anunció la designación del comisionado para la
Paz. Conviene reiterar que varios factores contribuyeron a la elección de esa fecha.
El secretario de Gobernación, Patrocinio González Blanco, presentó su renuncia el
viernes 7 de enero y había que nombrar de inmediato al nuevo titular. Además, ese
fin de semana el secretario de la Defensa Nacional me informó que el ejército tenía
el control militar de la zona, al concluir el desalojo de las cabeceras municipales y
de los principales poblados. Había que decidir entre suspender el fuego o perseguir
al grupo armado. Ese lunes estaba programada una manifestación popular y
nacional para exigir el cese al fuego. El anuncio de la decisión no podía esperar
más [...]
Cuando le expliqué a Colosio, durante ese fin de semana, los motivos para anunciar
la designación del comisionado el lunes 10, me respondió que comprendía la
necesidad de hacerlo en esa fecha. Sin embargo me comentó que el inicio de su
campaña ya se había postergado una vez (originalmente debió arrancar el 4 de
enero), y no consideraba pertinente volverla a posponer: empezaría también el
mismo día 10. 29
Enterado o no Colosio de la fecha, el hecho es que la coincidencia de los dos
eventos el mismo día deja en un segundo plano del interés público el inicio de su campaña,
la que a partir de ese momento quedará afectada más allá de cualquier cálculo político que
el candidato haya podido hacer cuando fue enterado por Salinas de su decisión. Por lo
demás, el relato muestra que la prioridad presidencial en ese momento es resolver la crisis
29
Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 906.
45
política que enfrenta su gobierno y frente a ello los intereses de la campaña quedan
subordinados. Salinas le expone a Colosio las coordenadas de la situación política que le
llevan a la decisión de anunciar la designación de Camacho en la fecha mencionada, pero
no parece pedirle su parecer al respecto sino en todo caso dejarle al candidato la posibilidad
de cambiar la fecha de inicio de su campaña.
El entonces presidente acepta que él y el candidato tenían perspectivas diferentes
sobre los acontecimientos políticos que se desencadenaron a partir del estallido de la
rebelión armada, lo cual le parece lógico en virtud de que él “tenía que velar por las
responsabilidades de la presidencia”30, mientras que Colosio se ocupaba de sus tareas como
candidato, lo que no impide que coincidan, según Salinas, en el interés por la paz y por el
triunfo electoral de Colosio. En repetidas ocasiones Salinas insistirá en que el reto más
importante de su gobierno al iniciar 1994 era alcanzar un acuerdo de paz con la guerrilla, lo
que a su vez permitiría tener condiciones para desarrollar las campañas electorales a la
presidencia y las elecciones mismas, mantener un clima político que asegurara una
transición pacífica y conservar la estabilidad económica y financiera que a lo largo de su
sexenio le había hecho ganar prestigio ante las instituciones financieras internacionales y
los gobiernos que las controlan. Es en ese contexto político que justifica su decisión de
nombrar a Camacho para negociar con el movimiento armado que había sacudido al país:
Es cierto que la principal tarea que mi gobierno enfrentaba en esos momentos era
la recuperación y el aseguramiento de la paz y la estabilidad del país. Anteponer
cualquier otra prioridad hubiera representado una actitud incompatible con mi
deber constitucional. Sólo un entorno político estable podía garantizar la
celebración de elecciones presidenciales libres y pacíficas. Esto lo entendió y lo
aceptó sin reparos el propio candidato Colosio. Antes de anunciarla, comenté con él
la designación de Camacho como comisionado. Yo consideré, y así se lo expresé a
Donaldo, que Manuel Camacho, que se había destacado por
su habilidad
negociadora y que tenía buenas relaciones en el estado de Chiapas, era la persona
idónea para orientar el conflicto por la vía del dialogo.31
30
31
Ibíd. p. 911.
Ibíd. p. 905.
46
Las frases son categóricas, no dejan posibilidad alguna de anteponer otra prioridad
distinta al logro de un acuerdo de paz. Salinas tiene que recurrir al único miembro de su
equipo que tiene el perfil político para negociar con una oposición armada y que puede
sacar a su gobierno de la grave crisis en que se encuentra. El costo político y personal que
esa salida acarrea está dispuesto a pagarlo, incluyendo el margen de presión que su nueva
posición le va a conceder a Camacho.
José Córdoba, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República en la
administración salinista, a quien se le concede una importante influencia sobre las
decisiones del presidente, afirma que cuando Salinas le comenta las características del
nombramiento de Camacho, a su vez él menciona la posibilidad de que el Comisionado
pueda operar como servidor público y no con un cargo honorario, con lo cual se
aprovecharían las capacidades de Camacho para la negociación y al mismo tiempo se
limitarían los efectos negativos de su nombramiento. Salinas le responde que Camacho
pidió que el nombramiento se hiciera en esas condiciones y solicitó flexibilidad para poder
negociar con la guerrilla32. El hecho de que en el entorno cercano de Salinas se contemplara
la posibilidad de que el cargo del Comisionado no fuera honorario, indica que esa opción
tenía cierta viabilidad, pero que Salinas estaba obligado a aceptar las peticiones de
Camacho para llevar a cabo su labor negociadora. En un sentido que parece confirmar lo
anterior Córdoba comenta: “Entiendo que la prioridad del presidente en ese momento era
garantizar el fin de la violencia en Chiapas. Probablemente juzgó que lo demás era un costo
menor”33.
Desde el punto de vista de Ernesto Zedillo, coordinador de la campaña de
Colosio, quien a la muerte de éste sería designado “candidato sustituto” para luego
convertirse en presidente de México, las nuevas prioridades de Salinas son aprovechadas
por Camacho para buscar la candidatura a la presidencia de la república, ya sea por la vía
de la “sustitución” del candidato del PRI ya sea por la vía de una candidatura lanzada por
un partido de oposición. En opinión del coordinador de la campaña colosista Camacho gana
32
33
Ibíd. P. 32.
Ibíd. pp. 33-34.
47
puntos con Salinas a quien ha engañado y abusado de su confianza durante años34. En
declaración ante el fiscal, Zedillo hace referencia a conversaciones con Colosio en las que
lamentan que la “decisión muy desafortunada” de Salinas es aprovechada por las
ambiciones políticas de Camacho, agregando:
Convenimos en más de una ocasión el licenciado Colosio y un servidor, que una
vez más había tenido éxito la táctica del licenciado Camacho de atemorizar al
presidente con la real o supuesta gravedad de algún problema para luego postularse
a sí mismo como el único capaz de resolverlo.35
Esta declaración lleva a pensar que para poder negociar con la guerrilla Salinas
tuvo que negociar antes con Camacho, viéndose obligado a aceptar condiciones que éste le
propone, a pesar de que implican un alto riesgo político, empezando por el nombramiento
ad honorem, que supone la renuncia al gabinete del nuevo Comisionado para la Paz y el
desempeño de su labor sin recibir salario, con la cascada de consecuencias que de ahí
derivan. Que Salinas está tomado en su posición subjetiva por la estructura de esta situación
lo muestran los lapsus que comete en el momento de hacer el anuncio público de la
designación del Comisionado y en su deposición posterior ante el fiscal: en su discurso
nombra a un candidato… que se desempeña como Comisionado para la Paz.
La autoridad presidencial
No es esta la primera ocasión que Camacho es llamado por Salinas para que le
resuelva una grave crisis política. En las elecciones federales de 1988 Salinas es declarado
vencedor después de que “se cayó el sistema” encargado de proporcionar los resultados
oficiales de los comicios. Tanto Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional
como Manuel J. Clouthier del Partido Acción Nacional (PAN), los dos principales
contendientes de Salinas desde la izquierda y desde la derecha, denuncian un fraude
electoral de grandes proporciones. El ambiente de descalificación de los resultados
electorales es acompañado por manifestaciones multitudinarias. Se trata de las elecciones
más cuestionadas en la historia del régimen, la posibilidad de que Salinas pueda tomar el
34
35
Cf. Aguilar Camín H. Op. Cit. p. 147.
Ibíd. p. 38.
48
poder está en entredicho…Manuel Camacho, quien entonces se desempeñaba como titular
de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología en el gobierno del todavía presidente
Miguel de la Madrid, es llamado por su amigo Salinas para poner remedio a la situación.
Camacho no había participado en la campaña salinista debido a diferencias con algunos
miembros del equipo del candidato, pero cuando inicia la crisis postelectoral Salinas le pide
que se haga cargo de la Secretaría General del PRI para que desde ahí establezca puentes de
negociación con la oposición36. Gracias a los oficios de Camacho será posible que Salinas
tome posesión de la presidencia de la república una vez que la Cámara de Diputados y la
Cámara de Senadores queden instaladas como resultado de los acuerdos entre las distintas
fuerzas políticas. Sin embargo, los sucesos van a dejar sobre el gobierno salinista el sello de
un origen ilegítimo del que nunca se ha podido deshacer.
Al inicio de su administración Salinas designa a Camacho como Regente del
Distrito Federal, en donde el PRI había perdido la elección. El nuevo regente gana prestigio
como el gran negociador del gabinete al impulsar una estrategia que le permite gobernar la
capital estableciendo acuerdos con los distintos sectores sociales y políticos. Camacho no
es bien visto por el sector duro de los políticos tradicionales del partido oficial ni por los
tecnócratas del gabinete, consideran que las “concertacesiones” del regente otorgan
demasiadas ventajas a la oposición; sin embargo, en los comicios intermedios de 1991 el
PRI vuelve a tener la mayoría en el Distrito Federal, lo que no deja de ser visto como un
resultado de la política seguida por el regente.
Según versión de Enrique Márquez, asesor de Camacho, al acercarse el “destape”
del sucesor de Salinas el regente recibe las primeras señales de que él no es el elegido37. En
ese momento Camacho le recordará al presidente su papel en la resolución de la crisis que
le permitió a éste tomar el poder:
Yo no he apoyado decisiones ilegales. En 1988 traté de evitar la fractura del orden
constitucional a través de la política y las buenas razones, apoyado en el
36
Cf. Márquez E. Por qué perdió Camacho. Revelaciones del asesor de Manuel Camacho Solís. México,
Océano; 1995. p. 112.
37
Mientras presencian el desfile del 20 de noviembre de 1993 en el balcón central del Palacio Nacional,
Camacho le hace algunas sugerencias para el futuro a un Salinas “elusivo y parco”; éste responde diciéndole:
“Manuel, eso ya le tocará decidirlo al candidato”. Ibíd. p. 44. Camacho decide hablar a solas con Salinas dos
días después, buscando que el presidente cambie lo que parece ser una decisión tomada.
49
patriotismo de las partes. Yo no fui el responsable de la elección de 1988, y los que
sí lo fueron, con todo y el aparato, no sacaron ni la elección ni la crisis
postelectoral…38
En la conversación en que Camacho pronuncia estas frases hace uso de la relación
de amistad y de los márgenes de acción que, gracias a los servicios prestados al salinismo,
tiene con el presidente. Se permite presentarle su balance del gobierno, sus propuestas para
reformar el régimen y las conciliaciones que establecería al interior del grupo gobernante “en caso de ser yo el candidato”. El intento de Camacho no surte efecto, seis días después
Luis Donaldo Colosio será destapado como candidato del partido oficial. El regente se
inconforma, no cumple con la tradición priísta de acudir a saludar al ganador y renuncia al
gobierno de la capital, pero acepta la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores
argumentando: “no creo que la manera de hacer avanzar la democracia en México, sea
polarizando la vida política por rupturas o desprendimientos”39.
En los primeros días de enero del año siguiente (1994), habiendo estallado la
crisis de la rebelión zapatista, estando Camacho en desacuerdo con la salida militar, busca
nuevamente hablar en privado con Salinas para proponerle un “golpe de timón” que
permita encontrar una salida negociada al conflicto en Chiapas. En esta ocasión Camacho,
de acuerdo con el relato de su asesor, amenaza al presidente con renunciar al gabinete,
diciendo que no está de acuerdo con la línea política que está siguiendo el gobierno y que
no va a defender frente a los medios extranjeros, como Secretario de Relaciones Exteriores,
“si hubo diez muertos más o diez muertos menos”. Salinas le habría contestado a su
interlocutor que en ese momento su salida del gabinete sería “la crisis completa”,
haciéndole entonces una solicitud: “Camacho, te pido que ayudes al país”. Éste insiste
frente al presidente en el complejo panorama que se puede presentar si el gobierno no
cambia de estrategia –guerra popular prolongada, caída de la bolsa y de los mercados
financieros, desprestigio internacional de la administración salinista, opinión pública
mayoritariamente en su contra, complicación de las relaciones con el ejército-, para plantear
la necesidad de detener la guerra y dar inicio a una salida política que busque la paz y la
38
39
Ibíd. pp. 53-54.
Ibíd. p. 93.
50
reconciliación nacional, lo cual no hace sin reiterar su amenaza de separarse del gobierno,
incluso oponiéndose a él:
- Y tú qué propones -dijo Salinas.
- Irme a Chiapas, para mover una estrategia política en la opinión pública nacional,
desde ahí.
- ¿En qué calidad?
- Como una especie de ministro sin cartera, que va a cumplir con una
responsabilidad política clave –le respondió.
- ¿Si yo no estuviera de acuerdo con la fórmula? –diría seco el presidente.
- Si no me voy a Chiapas con el apoyo del gobierno, de todas maneras me voy. Me
iría a la calle para fortalecer un movimiento cívico a favor de la paz.
- Te insisto –dijo Salinas- que eso sería provocar una crisis política.40
El presidente le propone en principio a Camacho formar una Comisión de Paz y
Reconciliación, similar a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pero éste se niega a
aceptar la propuesta al considerar que de esta manera sus acciones quedan subordinadas al
gobierno. Camacho pide mayor libertad para actuar, una posición flexible que le permita
tener acceso inmediato y permanente al presidente, sin tener que someter sus decisiones a
otras instancias del gobierno, y que al mismo tiempo le permita establecer acuerdos con la
guerrilla, los actores políticos y sociales de Chiapas y del país, además de poder informar
de manera directa a la opinión pública para lograr un consenso a favor de la estrategia de
paz. Salinas acepta, advertido de los riesgos que esto implica.
Es posible que el relato de estos diálogos entre Camacho y Salinas tenga su dosis
de ficción, pero ya sea esta versión del asesor del que fuera Comisionado o sea la versión
de Salinas –éste dice que Camacho insistió en ser el mediador con el movimiento
insurgente, aquél dice que el presidente fue quien pidió ayuda en respuesta a la amenaza de
dimisión de su canciller-, la ficción dice una verdad: la caída de la autoridad presidencial.
Si el presidente se ve obligado a negociar con uno de sus subalternos y para ello tiene que
poner en grave riesgo lo que constituía la expresión suprema de su poder –la designación de
su sucesor-, estamos frente a una crisis profunda de la institución presidencial, la autoridad
40
Ibíd. p. 161.
51
del presidente es también parte de “lo que no funcionó”. La rebelión del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional terminó por conmover los cimientos del Estado mexicano,
afectando la autoridad de un presidente que anteriormente aparecía como un monarca
absoluto, que encontraba la mayor reafirmación de su poder justo en el momento de
transmitirlo a su sucesor.
Esta crisis del mando presidencial explica las dificultades que tiene Salinas para
obligar a Camacho a terminar con su ambigüedad respecto a sus aspiraciones a la
candidatura. En dos ocasiones el presidente le pide al comisionado que declare
públicamente que no busca la candidatura, para poner un alto a los rumores que dicen que
Camacho busca ser candidato por un partido de oposición o en lugar de Colosio. En la
primera ocasión, el 3 de marzo, cuando el comisionado regresa triunfante después de haber
logrado negociar con la guerrilla en San Cristóbal de las Casas, responde al pedido de
Salinas diciendo: “Cualquier aclaración que yo haga sobre el tema, va a hacer el problema
más grande, va a ser contraproducente. Creo que lo mejor es esperar hasta la firma de la paz
y ahí hacer una definición”41. La segunda ocasión, el 11 de marzo, ante la amenaza de
Salinas –“…o declaras que no serás candidato o dejas, en este momento, de ser
Comisionado para la Paz”42- Camacho va a afirmar en una conferencia de prensa que su
propósito único es alcanzar la paz, que se ha dedicado a esa tarea sin distraerse en otros
asuntos políticos, lo que le habría permitido dar buenas cuentas a quienes confiaron en él…
pero también va a decir, en lo que parece ser una alusión a los problemas que enfrenta la
campaña de Colosio: “No, no acepto que algunos me quieran convertir en el factor que
explique las deficiencias de otros…”, va a denunciar “presiones para que este comisionado
se retire de la vida política del país…”, para finalmente plantear también él una amenaza:
…si no se avanza en la democracia y si en vez de acuerdos hay polarización y si se
quieren conculcar mis derechos políticos como ciudadano, entonces después de
cumplir mi misión en Chiapas tomaría la decisión política necesaria para hacer
avanzar la democracia y propiciar la unidad de México.43
41
Ibíd. 186.
Ibíd. p. 191.
43
Ballinas, V. y Camacho, O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la
transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12.
42
52
La ambigüedad no podría ser mayor: ¿cuál es esa “decisión política” que Camacho
se reserva si se cumplen las condiciones adversas que menciona? La declaración, hecha
además en un hotel cuyo nombre -“Presidente Chapultepec”- no deja de ser significativo,
no pondrá fin a las especulaciones. Es hasta el 22 de marzo, un día antes del asesinato de
Colosio, cuando Camacho hará pública su decisión de no participar definitivamente en la
contienda electoral: “Entre buscar una candidatura a la presidencia de la república y la
contribución que pueda hacer al proceso de paz en Chiapas, escojo la paz…”44. El anuncio
es precipitado por el rumor de que la actitud de Camacho puede provocar una caída de la
bolsa o una devaluación de la moneda que pueden ocurrir en las muy cercanas vacaciones
de semana santa; Salinas ya le había advertido que su indefinición “no contribuía a la
negociación para la paz y sí creaba inestabilidad financiera”45.
Hasta la víspera de la muerte de Colosio la cuestión de la candidatura estuvo
presente para Camacho y su equipo de colaboradores: como una posibilidad que fue
discutida, aunque hayan valorado que no estaban dadas las condiciones políticas para
concretarla46 y, según el asesor del Comisionado, como un instrumento de negociación para
llevar a término su misión pacificadora, utilizando la posibilidad de “lanzarse” como una
especie de “seguro de vida” que le permitiera sobrevivir a Camacho frente a las amenazas y
presiones que recibía del “aparato” y de los “grupos de interés” que pugnaban por una
solución de fuerza al conflicto con el EZLN47. Gracias a su función de Comisionado para la
Paz, Camacho llega a tener una presencia pública y una importancia política que por
momentos son superiores a las del candidato priísta, con lo que pone en jaque a los
mecanismos de sucesión del régimen y se convierte en una amenaza para los grupos que se
acogen a esa práctica. En cualquier caso, la posición ambigua de Camacho tiene su parte en
la persistencia de los rumores que lo sitúan como candidato “sustituto” o “alterno” a la
presidencia, desatando una escalada de desconfianza entre él y sus adversarios, en la que
cada paso dado por una de las partes aumenta la desconfianza en el oponente y confirma las
hipótesis de cada bando.
44
Márquez E. Op. Cit. p. 202.
Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 908.
46
Márquez E. Op. Cit. pp. 188-189.
47
Ibíd. pp. 197-198.
45
53
Es interesante hacer notar en este punto que las prioridades de Mario Aburto,
quien parece estar al tanto de los rumores del cambio de candidato en el PRI -y que va a
asesinar a Colosio el 23 de marzo-, son muy semejantes a las que declaran Salinas y
Camacho: para él también el logro de la paz está por encima de cualquier otro objetivo.
Poco después de ser detenido en el lugar del crimen explica que sólo buscaba herir al
candidato para ser tomado en cuenta por la prensa y advertirle al país del peligro en que se
encuentra por la existencia de “actos bélicos” en varios estados del país: “Era de que no
quería otro, otro acto como el de Chiapas y que esto que había hecho yo, era pues
precisamente para evitar eso y más que nada evitar los actos bélicos en México”48. De
acuerdo a la declaración de Carlos Arturo Pancardo, teniente coronel del estado mayor
presidencial, durante el traslado de Aburto desde Tijuana a la ciudad de México, al día
siguiente del magnicidio, éste solicita que al llegar a la capital pueda hablar con una
persona cuyo nombre se niega a proporcionar. Al llegar a las oficinas de la Policía Judicial
Federal en el Distrito Federal, le preguntan el nombre de esa persona y entonces dice que es
Manuel Camacho49. Durante el vuelo le habían preguntado: “¿quién le gustaba más que
saliera en vez del licenciado Colosio como candidato?”, Aburto responde que esa persona
con la que quería hablar llegando a la capital. También manifiesta tenerle confianza, pues
esa persona puede dar el visto bueno sobre lo que él va a decir a la prensa: “Él es el que va
a decir lo que tengo que decir, lo que puedo decir”. Al parecer la estrategia de Aburto a
favor de la paz, por la cual está dispuesto a sacrificar su vida, está articulada desde su punto
de vista con las acciones de Camacho, es por eso que pide hablar con el Comisionado para
la Paz y la Reconciliación, para que éste le dé el visto bueno a lo que va a declarar a los
medios. También es claro que Camacho es además “el candidato” del joven magnicida. El
acto loco de Aburto, con el que se encarga de realizar el rumor del cambio de Colosio como
candidato, sin estar aislado de la relación con otros tampoco es necesariamente parte de una
conspiración. Se trata de un acto que está tejido en un entramado de lazos sociales en el que
comparte con otros muchos una interpretación de los acontecimientos políticos del
momento.
48
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 374.
49
Ibíd. p. 266. El entonces Procurador General de la República, Diego Valadés, y Manlio Fabio Beltrones,
entonces gobernador de Sonora y amigo de Colosio, son informados de este hecho por el subprocurador
Alfonso Cabrera, cuando le da aviso al primero del arribo a la capital del avión que trasladó a Mario Aburto.
54
Fin de la sucesión ortodoxa
El 19 de marzo Ernesto Zedillo le envía a Colosio una carta en la que le expone
sus apreciaciones sobre el estado de la campaña. Después de una breve introducción en la
que expresa su convicción de que Colosio debe ser el próximo presidente, congratulándose
de haberle apostado a su candidatura, le dice:
Reitero primero lo muy sabido. Las condiciones de campaña han resultado ser
sustancialmente distintas a las que, quizás imprudentemente, previmos en
diciembre. Yo supe que una vez descontando la nueva pluralidad mexicana, esta
campaña contaría con las condiciones más propicias en varios sexenios. En los
hechos y atendiendo a la situación política, ésta será la contienda presidencial de
mayor dificultad en varias décadas. Los amplios grados de libertad que tuvimos en
diciembre, sencillamente desaparecieron a partir del 1 de enero y más
señaladamente el 10 de enero […]
“Como es de esperar – y legítimo desde cualquier punto de vista- la prioridad del
señor presidente es concluir satisfactoriamente su mandato. Así servirá él mejor al
país y a su enorme orgullo de auténtico hombre de Estado. En la lista de tareas para
lograrlo, el cuidado de la sucesión tuvo hasta el 10 de enero la más alta prioridad.
Las circunstancias -auténticas o inducidas- que ha ido enfrentando han variado esa
jerarquía. Ahora el mantenimiento de la paz social y la estabilidad financiera son
propósitos que aparecen de mucha mayor importancia que el cuidado de una
sucesión, digamos ortodoxa. Lo anterior, que es desde luego entendible, se ha
acentuado por la influencia creciente de personas mal intencionadas en el ánimo del
Presidente. La combinación de la soledad del 6° año, la pérdida, anulación o
distanciamiento de hombres de confianza y la tarea calculada y deliberada de
algunos, dan una mezcla sumamente propicia para que vaya perdiendo importancia
en el ánimo presidencial el cuidado de la sucesión. Después de todo, él debe pensar
que su parte más importante – la de, en su oportunidad, apoyar tu candidatura- ya la
cumplió, y que con ese impulso inicial la tarea por cumplir es esencialmente tuya.
Es de esperar que se esté dando una influencia muy tenaz para desacreditar el valor
de tus capacidades y de tu lealtad […]
“Tal como te lo propuse desde enero, debe establecerse clara y precisamente una
alianza política con el Señor Presidente. Debes ofrecer toda tu lealtad y apoyo para
55
que él concluya con gran dignidad su mandato; no debes pedirle más que su
confianza en tu lealtad y capacidad, externarle tu convicción de que él ya cumplió
con la parte más importante de la sucesión y que ahora tú harás la que a ti te
corresponde […] Insisto, mi propuesta de celebrar este pacto es independiente de
mi admiración y agradecimiento por el Señor Presidente. Es una recomendación
elemental, yo diría de libro de texto, de estrategia política.50
El documento también hace mención a las deficiencias del partido y del equipo de
campaña, con el que Zedillo tiene profundas diferencias, dejando ver que existen
dificultades importantes en el desarrollo de la campaña priísta: “Calidad insuficiente de los
recursos humanos, falta de coordinación, una suerte de inconsciencia acerca de la situación
que se enfrenta…” Lo anterior, según
Zedillo, quien precisamente funge como un
coordinador de campaña excluido del resto del equipo, aumenta el riesgo de
distanciamiento del presidente y “alienta las tentaciones de Camacho”, quien se aprovecha
de las nuevas prioridades de Salinas para “sustituir” a Colosio o para buscar la candidatura
por un partido de oposición.
La referencia que se hace en el escrito a la influencia sobre el presidente de
personas mal intencionadas, al esfuerzo por desacreditar las capacidades y la lealtad del
candidato, y la propuesta que Zedillo le hace a éste de establecer una alianza política con el
presidente, alianza que se supondría ya dada por el hecho mismo del destape, permiten
deducir que la relación entre Salinas y Colosio no se encuentra en buenos términos51. Tal
vez no exista una ruptura entre ellos, pero la confianza parece más bien estar ausente si se
toman en cuenta los comentarios que Colosio les hace a sus amigos y colaboradores
después del nombramiento de Camacho como Comisionado, y si se tiene en cuenta también
la sugerencia de Zedillo de que el candidato le ofrezca su lealtad y apoyo a Salinas y le pida
confianza en esa lealtad y en su capacidad. Las condiciones inéditas de la sucesión en 1994
50
PGR. Informe… Tomo IV. pp. 152-153. También cf. Aguilar Camín H. Op. cit. pp. 144-147.
Según Salinas, él mismo le habría enviado una carta a Colosio sugiriéndole que tomara distancia de su
gobierno, como una estrategia de relanzamiento de la campaña; sugerencia con la que no habría estado de
acuerdo Zedillo. Sin embargo, la propuesta de Salinas conservaba para sí la fijación de los límites de esa
distancia, con lo que su sentido termina siendo el mismo de la propuesta de Zedillo. Cf. Castañeda J. G. La
herencia. México, Punto de lectura; 2001. pp. 365 y 603. Extraña autonomía la que Salinas le concede a
Colosio: si tiene que autorizarle que tome distancia de su gobierno, consultando al mismo tiempo con él los
límites de esa acción, ¿dónde queda la supuesta capacidad de decisión del candidato?
51
56
van a dejar la marca de la desconfianza en la relación entre el presidente y el candidato que
era considerado su “hijo político”.
En el balance que presenta la carta esas nuevas condiciones están dadas por los
sucesos del primero y sobre todo del diez de enero, cambiando los márgenes de acción con
que contaba la campaña hasta el mes de diciembre anterior. Las prioridades del presidente
han cambiado, como Salinas mismo lo va a reconocer: terminar su sexenio de manera
satisfactoria, conservando la paz social y la estabilidad financiera, están ahora por encima
de la sucesión, y si para lograr esos fines tiene que tomar decisiones que vuelven
inoperantes los mecanismos tradicionales de la sucesión priísta, está dispuesto a correr ese
riesgo. La ortodoxia de ese ritual, que constituía un pilar central del poder presidencial
propio del régimen de partido de Estado, llegaba a su fin. Es por eso que Zedillo insiste en
que Salinas ya ha cumplido su parte –destapar a Colosio y apoyar su candidatura cuando
tenía posibilidad de hacerlo- y que el resto le corresponde a éste. Respecto al destino de la
ortodoxia en esas condiciones de crisis del sistema político mexicano Salinas escribe:
Se dijo que el nombramiento de Camacho como comisionado no respetó las
normas de la ‘ortodoxa política’, al incorporar a un precandidato derrotado a una
tarea de relevancia. ¿Pero no resultaba absurdo pensar en ortodoxias cuando
enfrentábamos una guerrilla armada que contaba con el apoyo internacional y la
simpatía de amplias capas de la sociedad mexicana?52
El conflicto en Chiapas no se reducía a la revuelta de un grupo de hombres
armados y encapuchados en cuatro municipios de ese estado, como sostenía en los primeros
días el discurso del salinismo. Esa rebelión armada, que sobre todo es política y social, va a
ganar un amplio apoyo en distintos sectores de la sociedad mexicana y se va a convertir en
la primera guerrilla que realiza sus principales acciones a nivel de los medios, tanto
impresos como electrónicos, dando lugar a una difusión de su lucha que le va a dar también
un importante apoyo internacional. La situación del país es otra: la competencia partidista
le ha quitado la hegemonía absoluta al PRI, Salinas mismo toma el poder después de unas
elecciones fuertemente impugnadas, la oposición gana los primeros gobiernos estatales
(Baja California Norte, Guanajuato, Chihuahua), en algunos casos gracias a protestas
52
Salinas de Gortari C. Op. cit. p. 906.
57
postelectorales de movimientos con gran arraigo social se tienen que anular elecciones que
daban el triunfo a candidatos priístas, el partido oficial deja de tener la mayoría absoluta en
los órganos legislativos federales, la exigencia de democracia toma cada vez más fuerza en
la sociedad, la apertura de los medios es irreversible, los acuerdos del gobierno en materia
de libre comercio con otros países lo comprometen a tomar medidas a favor de la
democracia… en ese entorno los acontecimientos de Chiapas toman la dimensión de una
auténtica crisis del régimen que constituye la forma del Estado mexicano. La primera
pérdida resultante de esa crisis será la sucesión presidencial regida por la ortodoxia priísta,
que por ya no funcionar llega a su fin.
La posterior designación de Zedillo, si en las formas parece seguir los dictados de
esa ortodoxia –“la cargada” y la disciplina partidista de apoyo al nuevo candidato-, es en
realidad la única carta que le queda a Salinas dadas las circunstancias –se le atribuye a éste
haber dicho: “Fue Zedillo, porque no había otro”53. Ernesto Zedillo no era el candidato
elegido originalmente por la voluntad presidencial y su destape se da en medio de intensas
presiones de grupos de poder de dentro y fuera del PRI que quieren imponer a su favorito.
El gobierno de Zedillo tampoco le brindará a Salinas una expresidencia tranquila, como lo
muestran las ulteriores pugnas entre ambos, que llevarán a una especie de autoexilio
temporal del ex presidente y a la aprensión de Raúl Salinas de Gortari, hermano de Carlos,
acusado de enriquecimiento inexplicable y del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu,
exgobernador de Guerrero, que había estado casado con una hermana de los Salinas54.
El documento escrito por Zedillo ha sido tomado como una prueba del
distanciamiento de Salinas y Colosio que abonaría a la existencia de un complot de aquél
para cambiar de candidato y que urdió el asesinato de éste. En esta interpretación está dicho
todo, ríos de tinta han corrido para sustentarla, no permite decir nada nuevo sobre el
asesinato de Colosio y las circunstancias políticas que conforman el entramado de lazos
sociales en que ese crimen ocurrió. La posibilidad de estudiar analíticamente ese
53
Castañeda J. G. Sorpresas te da la vida. México 1994. México, Aguilar; 1994. p. 69.
En el momento de ser asesinado, el 28 de septiembre de 1994, José Francisco Ruiz Massieu se desempeña
como secretario general del PRI y es mencionado insistentemente como el futuro coordinador de la fracción
parlamentaria de su partido en la Cámara de Diputados. En febrero de 1995 Raúl Salinas es detenido bajo la
acusación de ser el autor intelectual del asesinato de Ruiz Massieu y posteriormente recibirá sentencia penal.
En 2005, penúltimo año del gobierno de Vicente Fox, el “hermano incómodo” del ex presidente Salinas es
declarado inocente de aquel crimen.
54
58
acontecimiento que marca la historia reciente de nuestro país pasa por situarse al costado de
las teorías de la conspiración que intentan explicarlo; para poder construir ahí un caso se
requiere de otra lectura, en la que tenga un lugar el lazo social propio de la locura, con su
consistencia subjetiva particular, de tal manera que sea posible localizar el papel de ésta en
la muerte del candidato priísta, en la estructura persecutoria que atraviesa a la política como
práctica del poder y en las interpretaciones conspirativas que justamente comparten los
rasgos delirantes de la locura que pretenden excluir de sus razonamientos.
Al tomar aquella carta desde otra perspectiva de lectura, se puede deducir que en
lo que le dirige al candidato, sabiéndolo o no, Zedillo opera como mensajero de Salinas. Al
decirle a Colosio que el presidente ya cumplió con su parte en la sucesión, que ésta ya no
está entre sus prioridades puesto que necesita salvarse a sí mismo, a “su enorme orgullo de
auténtico hombre de Estado” y a su gobierno, Zedillo le está diciendo a Colosio lo que
Salinas no puede decirle sin reconocer al mismo tiempo que ha perdido los hilos del control
de la sucesión, que su poder para garantizarla ha quedado disminuido, como no le había
ocurrido con anterioridad a ningún presidente priísta, y que lo que resta por hacer si Colosio
quiere ganar la elección y convertirse en el próximo presidente de México sólo le
corresponde a éste. En el momento en que el presidente pierde definitivamente la máxima
facultad metaconstitucional de su poder, pues ya no puede garantizar el triunfo de quien él
había designado como su sucesor, el candidato queda abandonado a su suerte –aquí se
encuentra el “grano de verdad” de la interpretación conspirativa que sostiene que Salinas
traicionó a su amigo Colosio55. Tal vez ese abandono sin explicación del amigo es lo que le
impidió al candidato hacer otro balance de las circunstancias y lo llevó a sostener, también
él, la teoría de la conspiración salinista. La recomendación del coordinador de la campaña
de que Colosio establezca una alianza con el presidente –basada en un objeto que falta entre
ellos: la confianza- es una indicación de ese papel de mensajero de Salinas que Zedillo ha
tomado56, reforzada por la confesión de su “admiración y agradecimiento por el señor
presidente” que, denegación de por medio, afirma que es independiente de su propuesta.
55
Cf. Arreola F. “De ribete. Salinas traicionó a Colosio”. Público. 2004, febrero 11. También Arreola F. “De
ribete. Salinas traicionó, y Manlio lo sabe”. Público. 2004, febrero 13.
56
No está descartado que al tomar ese papel Zedillo estuviera velando por sus propios intereses: enterado de
que el candidato lo removería de la coordinación de la campaña por sus diferencias con los colosistas, busca
59
En el México posrevolucionario la institución presidencial se constituyó como la
representación del poder unitario y absoluto del Estado. Todos los poderes e instituciones
estatales quedaban subordinados al mando supremo del presidente: el partido, los
gobernadores, las cámaras de diputados y senadores, el ejército. En el lapso de seis años de
su gobierno el presidente ejercía un poder poco menos que absoluto, limitado casi
exclusivamente por esa caducidad temporal, que implicaba la transmisión de su poder al
sucesor que él designaba, momento en que la manifestación suprema de su fuerza coincidía
con su eclipse57. El presidente en el régimen priísta de partido de Estado funcionó como
una de las figuras históricamente determinadas del Otro, conformando el sistema de
referencias que organizaban el lazo social de la vida política mexicana durante gran parte
del siglo XX. Al perder la facultad soberana de designar a su sucesor, ese Otro deja de ser
el vértice que ordena las coordenadas simbólicas de la cultura y las prácticas políticas de
nuestro país, las que regulaban los intercambios entre los sujetos y sus formas de relación
con el poder, dictando modalidades de mando, de obediencia, de acceso al poder, de
disidencia, de exclusión58. El rumor que le atribuye a Salinas la autoría de una conspiración
para cambiar de candidato a la presidencia, asesinar a Colosio, suplantar al asesino,
controlar a las instituciones judiciales y sobornar a servicios periciales de otros países, no
hace más que devolverle a la figura del presidente un poder que definitivamente perdió.
con el memorándum mostrar su lealtad a Salinas, de quien dependía que Zedillo fuera nombrado Regente del
Distrito Federal o titular del Banco de México, posiciones a las que Colosio pensaba mandar a su coordinador
de campaña, previa autorización del presidente. Cf. Castañeda J. G. La herencia. p. 603.
57
Sobre el lugar de la institución presidencial en la conformación del Estado mexicano cf. Roux R. El
príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005.
58
Acerca del carácter históricamente determinado de las figuras del Otro cf. Dufour D-R. Locura y
Democracia. Ensayo sobre la forma unaria. México, Fondo de Cultura Económica; 2002.
60
V. LA SUCESIÓN DESPUÉS DE LA SUCESIÓN
La sucesión sin resolver
El nombramiento de Manuel Camacho Solís como Comisionado para la Paz y la
Reconciliación, al trastocar los rituales establecidos por la tradición sucesoria del régimen
priísta, va a ser seguido en la prensa por un alud de declaraciones, artículos de opinión,
notas, aclaraciones y refutaciones. Estos elementos constituyen la huella escrita de un
rumor que circula ampliamente en la sociedad mexicana, encontrando un considerable
crédito, y que tendrá su confirmación definitiva en el momento en que Luis Donaldo
Colosio es asesinado.
En sentido tradicional se entiende el rumor como una versión que circula “de boca
en boca”, a través de vías informales que forman parte del decir popular, cuya autoría y
circuitos de difusión son desconocidos con precisión. Sin embargo, a partir del surgimiento
de la sociedad mediática en el siglo XX no es posible plantear la existencia de un rumor al
margen de la influencia de los medios: “Los rumores circulan de hecho tan bien de manera
informal (difusión de boca a oreja) como formal (difusión mediática). No hay oposición
entre los dos, ni exclusión"1. De aquí se pueden derivar, por lo pronto, dos consideraciones:
por un lado, la transmisión del rumor involucra a los cuerpos de quienes participan en ella,
poniendo en juego elementos que forman parte del circuito de la pulsión: los agujeros
corporales de la boca y la oreja, y la voz como objeto; por otro lado, el rumor se nutre de
los medios de comunicación tanto como éstos de aquél, por lo que no es posible localizar
un rumor “puro”, que podría existir aislado, con total independencia de los medios. Incluso
algunos relatos que ya circulan en un ámbito limitado alcanzan el estatuto de rumor a partir
1
Froissart P. La rumeur. Histoire et fantasmes. Paris, Belin; 2002. p. 111. Para lo que sigue es pertinente
tener en cuenta una observación de este autor en el sentido de que el término rumor sufre un cambio en su
utilización a partir del siglo XX: “Desde 1902, la significación de la palabra ‘rumor’ cambió. Bajo el impulso
de los trabajos de Stern, que imitaba ‘las condiciones del rumor en que cada una de las personas
participantes debía dar a la persona siguiente lo que había escuchado de la persona precedente’, un lazo es
establecido entre un modelo experimental y el objeto modelado. De esta confusión entre el dispositivo y el
concepto nació la noción moderna de rumor: la replicación, la tendencia a la deformación, el mensaje inicial,
la aparente perfección del mensaje inicial, y todas esas características que, una vez reunidas, dan lugar a una
nueva acepción. Hablar de rumor antes del siglo XX es pues peligroso: se arriesga el anacronismo que
consiste en hablar de romanticismo antes del siglo XIX, o de progreso antes del siglo XVIII”. Ibíd. p. 68 (la
traducción es mía).
61
de su aparición en los medios bajo la forma de un comentario o un desmentido que
contribuye a su difusión, sin que por ello se pueda ubicar su origen en esa circunstancia. El
caso que nos ocupa confirma esta alimentación recíproca entre vías informales y mediáticas
en la circulación de un rumor.
La coincidencia del nombramiento de Camacho con el inicio formal de la campaña
de Colosio desata comentarios en la prensa, como ya lo vimos en el capítulo anterior, desde
el primer día en que circula la noticia. El 11 de enero de 1994 la columna Pulso político de
Francisco Cárdenas Cruz en El Universal apunta:
Manuel Camacho Solís emergió ayer como el gran ganador en la serie de cambios
que anunció el Presidente Carlos Salinas de Gortari: dejó la Secretaría de
Relaciones Exteriores para convertirse en ‘Comisionado para la Paz y la
Reconciliación en Chiapas’ y, también, en virtual suplente a la candidatura
presidencial priísta a la que aspiró […] De lograr la encomienda del Primer
Mandatario, Camacho Solís se consolidaría como la gran figura política que, a
querer o no, podría opacar al propio candidato de su partido a la Presidencia de la
República, antes del 15 de marzo –fecha límite del registro como tal- y cuyo
debilitamiento al inicio mismo de su campaña fue manifiesto [...] Así, Camacho
Solís, que fue el perdedor en la decisión por la nominación priísta a la Presidencia,
hace 44 días, emergió como el gran ganador en la pos-sucesión ya que no
solamente tendrá la oportunidad de demostrar que sus cualidades de concertador y
su buena relación con los grupos y partidos políticos de izquierda, le serán de suma
utilidad para encontrarle solución al conflicto chiapaneco por los caminos de la
concertación y el diálogo, sino que al no tener ningún impedimento constitucional
en el desempeño de un cargo público, queda convertido en virtual suplente a la
candidatura presidencial que favoreció a Colosio…
2
Así, desde el momento de su designación Camacho es visto como virtual suplente
a la candidatura presidencial priísta, es decir, se le concede la virtud de suplir a Colosio en
esa función, con lo cual la candidatura de éste quedará afectada sin posibilidades de retorno
a su estado anterior. La virtud que se otorga al nuevo Comisionado se basa en su
2
Cárdenas Cruz F. “Pulso político”. El Universal, 1994, enero 11. (Los corchetes son míos.)
62
reconocida capacidad de negociación con las fuerzas de oposición, particularmente las de
izquierda. En la inédita situación política, abierta por la crisis del régimen que la rebelión
zapatista precipitó, Camacho es situado como el gran ganador frente a un Colosio que
aparece debilitado; la figura política del primero va a opacar a la del segundo, como su
presencia respectiva en los medios lo va a confirmar en los próximos meses. La aparición
del término pos-sucesión en estas circunstancias indica que la cuestión de la sucesión al
interior del régimen de partido de Estado, a diferencia de lo ocurrido al acercarse la última
etapa de gobiernos anteriores, no ha quedado resuelta con la designación del candidato
oficial.
La nueva posición de Camacho es vista como su resurrección política, después de
que se le consideraba políticamente muerto al haber perdido la candidatura priísta y haber
roto con el ritual de mostrar su adhesión, así sea formal, al elegido como sucesor por la
voluntad presidencial. En el diario Siglo 21 de Guadalajara aparece, también el 11 de enero,
un cartón político de Falcón que juega con la asonancia entre resurrección e insurrección:
63
La imagen de Camacho se encuentra en primer plano cubriendo con su sombra a
un pequeño Colosio. Mientras el primero arroja “el hueso” de su puesto como Secretario de
Relaciones Exteriores y se encamina a su misión en Chiapas, el segundo es ridiculizado al
mostrarlo como un niño ataviado para una fiesta infantil mientras al teléfono pregunta:
“…o sea nomás negocia y luego se larga ¿verdad?”. La imagen de Colosio y la
interrogación que plantea (¿a Salinas?) parecen colocarlo en una posición de ingenuidad en
la que la coyuntura política es para él una fiesta infantil, al tiempo que espera con candor
que Camacho se largue después de cumplir su encomienda como comisionado para la Paz.
En la parte superior del cartón está tachada la primera sílaba (in) de la palabra insurrección
y escrita arriba la sílaba re, para dar por resultado resurrección, de modo que la asonancia
entre estas dos palabras permite efectuar una condensación –que tiene el carácter de un
chiste si se toma en cuenta el conjunto del cartón- en la que quedan incluidas la
insurrección zapatista y la resurrección de Camacho, como los dos factores determinantes
de la situación política de ese momento3.
La resurrección de Camacho trae consigo otra consecuencia: la súbita
transformación de Colosio en un cadáver político. En la misma fecha, como ya lo vimos
también en el capítulo anterior, la columna “Indicador Político” de Carlos Ramírez en El
Financiero, titulada ese día “Chiapas: otros cadáveres”, anticipa el destino trágico de
Colosio al mostrarlo como cadáver político; un cadáver que según el columnista se
encuentra en estado de descomposición apresurada junto con otros cadáveres del gobierno
de Salinas que aparecen como resultado del conflicto en Chiapas:
Debajo de las zonas bombardeadas por el ejército, se encuentran cinco cadáveres
en estado de descomposición apresurada: el cadáver político de Luis Donaldo
3
El pequeño recuadro en al lado inferior derecho del cartón muestra al recién removido Secretario de
Gobernación, Patrocinio Gonzáles Garrido, cruzando el umbral de una puerta con la inscripción Grupo 24
hrs., GA, Grillos Anónimos. Es recibido por Fernando Gutiérrez Barrios, también Secretario de Gobernación
en la administración de Salinas desde 1988 y removido en 1992.
El otro recuadro muestra a quien fuera Procurador General de la República, Ignacio Morales Lechuga, cuando
explotaron ocho kilómetros del drenaje de la ciudad de Guadalajara, el 22 de abril de 1992. El entonces
Procurador estaba encargado de las investigaciones para encontrar a los responsables de las explosiones,
provocadas por el derrame de cientos de litro de gasolina, que dejaron un saldo oficial de 210 muertos. En el
cartón Morales Lechuga no se ha enterado todavía que Carpizo ya no es Procurador y que en ese cargo se
desempeña ahora Diego Valadés. Atrás aparece “el baboso”, personaje creado por el cartonista Falcón, quien
está a la espera de los resultados de las mencionadas investigaciones.
64
Colosio, el cadáver social del Programa de Solidaridad, el cadáver financiero de la
política económica, el cadáver propagandístico de una estrategia de estabilidad
social y política con ajuste draconiano y el cadáver modernizador del Tratado de
Libre Comercio […] El cadáver político de Luis Donaldo Colosio fue el primero
que se encontró.
4
Dos días después el periodista Miguel Ángel Granados Chapa en su columna
(publicada en distintos diarios del país) “Plaza Pública”, reitera la resurrección política5 de
Camacho y delinea los elementos que definen la coyuntura política en lo que respecta a la
sucesión: el hecho de que la campaña de Colosio queda nublada desde su inicio como
resultado de aquella resurrección, la apreciación ampliamente compartida de la debilidad
del candidato oficial justo cuando su campaña arranca formalmente, el lugar central que
adquiere la figura de Camacho, la prioridad de los intereses en juego en las decisiones del
presidente por encima de los intereses de la campaña colosista, la posibilidad del reemplazo
de Colosio:
Colosio debilitado
Aparte sus efectos trascendentes, las acciones del lunes y el miércoles fortalecen
sin duda al Presidente, pero han debilitado notoriamente a su candidato a sucederlo,
Luis Donaldo Colosio.
Nunca un comienzo de campaña presidencial priísta fue tan deslucido –al menos en
sus repercusiones informativas- como el del ex secretario de Desarrollo Social, a
pesar de haber escogido para hacerlo una importante población hidalguense,
Huejutla de Reyes. El interés provocado por la estremecedora mudanza del parecer
presidencial sobre Chiapas, y la resurrección política de Manuel Camacho nublaron
con razón el comienzo de la gira colosista en la Huasteca […]
Camacho al centro
4
Ramírez C. “Indicador Político. Chiapas: otros cadáveres”. El Financiero, 1994, enero 11. (Las negritas
corresponden al original). El comentario con el que inicia la cita de la columna se refiere a los supuestos
bombardeos que el ejército mexicano llevó a cabo en las zonas de Chiapas ocupadas por los insurgentes –
bombardeos que el gobierno de Salinas niega reiteradamente haber realizado.
5
Federico Arreola comenta que en el equipo de Colosio desde el primer día de la campaña, que fue también el
de la designación de Camacho como Comisionado, apareció la amenaza del “fantasma de un candidato
alterno”. En el fantasma está presente la posibilidad de la resurrección. Cf. Arreola F. Así fue. La historia
detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. pp. 20-21.
65
La figura de Camacho atraerá en los próximos días la atención pública en mucho
mayor medida que la de Colosio, por la materia misma de que ambos se ocupan. Es
comprensible que la diferencia de valores e intereses implicados en las decisiones
del Presidente y los que en este momento se condensan en el candidato presidencial
priísta obligue a privilegiar los primeros sobre los segundos. Sería imperdonable
que lo partidario y particular se sobrepusiera a lo nacional y general. Pero a los
colosistas no les preocupa ese orden de prelación.
Es muy remota la posibilidad de que se reemplazara la candidatura de Colosio,
aunque es evidente que la autopromoción de Camacho antes del destapamiento se
ha hecho realidad. El entonces regente de la ciudad de México aseguró que, en
condiciones de ingobernabilidad, sólo él podría manejar la situación. Y así está
ocurriendo.6
La columna introduce otro elemento que gravita en las condiciones políticas de ese
momento: el fortalecimiento de la figura del Presidente, que ocurre justo en el momento en
que tendría que empezar a eclipsarse en beneficio de quien sería su sucesor. Este factor está
ligado a un componente constante del rumor: el reemplazo de Colosio como candidato
formaría parte de una intención política deliberada de Salinas -que es el único que tiene el
poder para realizar ese cambio y quien nombró a Camacho como comisionado para la Paz y
la Reconciliación. La posibilidad de ese reemplazo de Colosio por parte de Camacho está
ya planteada, por mucho que se la califique de remota. De ahí en adelante, no sólo la figura
del nuevo comisionado crecerá políticamente en detrimento de la de Colosio, sino que el
regreso a la vida política de uno será visto como la muerte política del otro.
El pretendido reemplazo de uno por otro provoca efectos en la presencia pública
de Colosio durante su campaña, como el que relata la siguiente nota periodística:
Del encuentro con abogados al mercado Romero Rubio, el candidato perdió el
rumbo. Al volante de su Blazer –con placas de su estado natal, Sonora- no
encontraba la ruta hasta que entró por 20 de noviembre y enfiló rumbo al barrio de
la Romero Rubio.
6
Granados Chapa M. “Plaza Pública”. Siglo 21. 1994, enero 13. (Los subtítulos en negritas corresponden al
original; los corchetes son míos.)
66
Llegado al mercado, el candidato se perdió de vista entre la gente, las legumbres,
los regalos, las denuncias y los olores […]
En el sitio, en los preámbulos de la ceremonia, nuevo gazapo verbal de marcadas
connotaciones políticas. El candidato es presentado como Luis Manuel Colosio
Murrieta.
7
La literalidad de las expresiones traza lo que se está operando: el candidato perdió
el rumbo, no encontraba la ruta, se perdió de vista entre la gente... frases que no sólo dejan
ver un acto fallido de Colosio que muestra su situación como candidato, sino que a
posteriori pueden ser leídas como lo que ocurre justo en el momento en que perdido entre
la multitud recibe un disparo en el mitin de Lomas Taurinas en Tijuana. En aquel evento de
campaña, que tiene lugar en un barrio popular del Distrito Federal, al acto fallido del
candidato sigue un lapsus en su presentación: el nombre propio Donaldo cae y en su lugar
aparece Manuel, nombre de su rival por la candidatura priísta; aquí tiene lugar una
sustitución al nivel del nombre propio.
Versiones y desmentidos
No sólo entre los columnistas encuentra resonancia la versión de que Colosio será
reemplazado como candidato, también los políticos participan en la difusión de ese rumor,
tomando distintas posiciones según la pertenencia política de cada uno. El 12 de enero el
senador Porfirio Muñoz Ledo, presidente nacional del PRD -quien había sido presidente del
PRI y aspirante a la candidatura presidencial de este partido, además de Secretario del
Trabajo, Secretario de Educación y embajador de México ante la ONU-, en la tribuna del
Congreso de la Unión declara que el conflicto en Chiapas es una oportunidad para la
transición democrática, de tal modo que… “todavía tenemos tiempo para debatir, acordar y
resolver. Lo tiene, desde luego, el partido de la mayoría que ya dispone, cuando menos, de
dos precandidatos…”8
7
Gil J. y Urrutia A. “‘Lo que ha dicho, esperamos que sea verdad’: Resortes”. La Jornada. 1994, febrero 5. El
encabezado de la nota hace referencia a la frase pronunciada –“Lo que ha dicho el licenciado Colosio
esperamos que sea verdad”- por el cómico Adalberto Martínez Resortes, en respuesta a las promesas que el
candidato hizo en ese lugar en el sentido del mejoramiento de barrios y mercados.
8
“Página tres”. Siglo 21, 1994, enero 13.
67
Como señala la nota citada, la trampa que tiende el perredista encuentra respuesta
en el legislador priísta Gustavo Carvajal Moreno, quien también había sido presidente del
PRI, que desde la misma tribuna replica:
Cuando nos señalan que tenemos dos precandidatos no entendemos a qué se
refieren […] Quizás ellos (los perredistas) todavía no han definido el suyo o
quieren sumarse al nuestro; no entiendo, el nuestro es uno y es Luis Donaldo
9
Colosio, no hay otro.
El priísta se afana en aclarar que su partido tiene sólo un precandidato que es
Colosio, quien a pesar de la defensa de su correligionario en el debate político ha sido
rebajado de facto de candidato a precandidato.
Cuauhtémoc Cárdenas, candidato a la presidencia por el PRD, declara en una
entrevista con el periodista Jorge Zepeda:
Con la designación de Camacho cambia también la correlación de fuerzas políticas
al interior del gobierno. De hecho reabre la designación del candidato oficial y
mucho influirá la manera en que se resuelva el caso de Chiapas. Es evidente que se
10
han dado nuevos alientos políticos a la figura de Manuel Camacho.
Cárdenas reitera lo que constituye un punto de vista compartido extensamente por
la clase política, los analistas políticos, los periodistas y un gran sector de la sociedad: el
nombramiento de Camacho reabre la designación del candidato del partido en el poder. El
entrevistado comparte con muchos otros la opinión de que el desempeño del Comisionado
decidirá sus posibilidades como futuro candidato. Es interesante tomar nota de que el
encabezado que titula la entrevista con el candidato de la izquierda es: “Chiapas, tumba del
gobierno”. La frase, entrecomillada, no aparece entre los dichos de Cárdenas consignados
en el texto de la entrevista, con lo cual queda la ambigüedad sobre quién la pronunció, ¿el
entrevistado, el entrevistador o alguien más?, lo que le da el carácter de una enunciación
compartida. Una tumba es el lugar en el que se da sepultura a un cadáver, ¿el del gobierno,
el de Colosio o el del régimen de partido de Estado? Tal vez en este caso, en la situación de
9
Ibíd.
Zepeda J. “Chiapas, tumba del gobierno”. Siglo 21. 1994, enero 18.
10
68
crisis política que hace estallar el movimiento insurgente en Chiapas, los tres cadáveres
coinciden en la misma tumba.
También de una tumba retorna un espectro –la imagen de un muerto que puede
resucitar11. Tal es el lugar que se asigna a Camacho en esta historia, como lo muestra la
siguiente nota en la que es designado con esa palabra y donde además se puede confirmar
que entre los miembros del PAN también corre el rumor del que venimos ocupándonos:
El espectro de Manuel Camacho Solís estuvo presente en el acto político que
reunió a más de mil panistas mexiquenses para elegir las dos fórmulas que
contenderán por igual número de escaños en el Senado de la República, cuando
Felipe Calderón Hinojosa, secretario general del CEN de ese partido, en su mensaje
demandó al comisionado para la Paz y la Reconciliación congruencia entre sus
palabras y su actuación.
‘Si es cierto –retó- que Camacho Solís en sus afirmaciones se ha comprometido por
la democracia y ha manifestado abiertamente sus aspiraciones a ocupar la
Presidencia de la República, que convoque a una convención dentro de su partido
para iniciar cambios profundos en el seno del priísmo’.
Los comentarios y las especulaciones sobre las aspiraciones de Camacho Solís a ser
candidato a la Presidencia fue tema obligado de panistas y representantes de
medios de comunicación durante los escrutinios para elegir candidatos al Senador
(sic) por el estado de México.
Luis Felipe Bravo Mena, candidato a senador por esta entidad, y Calderón Hinojosa
consideraron que la relevancia política que alcanzó Camacho Solís como
comisionado para la Paz en Chiapas es un factor decisivo para la transición
12
democrática de su propio partido y del país.
Los dirigentes panistas le conceden al Comisionado “una capacidad enorme, de
presión y chantaje político sobre el ejecutivo y su partido”, consideran también que “tiene
la capacidad para influir en la decisión de Carlos Salinas de Gortari”, esa posición
privilegiada como Comisionado para la Paz “le da una ventaja sobre Colosio, por la
trascendencia de su figura”, lo que a su vez le permite “el rompimiento de un sistema
11
12
Cf. El “fantasma de un candidato alterno”: Arreola F. Op. Cit. pp. 20-21.
Salazar A. “Camacho, tema presente en un acto de mexiquenses panistas”. La Jornada. 1994, marzo 14.
69
político priísta y presentarse como una alternativa política en el panorama electoral”, para
lo cual cuenta con la doble posibilidad de “postularse por el PRI o cualquier otro partido a
la Presidencia de la República”13. Las opiniones de estos líderes panistas parecen más las
de un par de miembros del equipo de Camacho que las de miembros prominentes de un
partido que se pretende de oposición y que tiene su propio candidato a la Presidencia. Ellos
no sólo toman parte en un rumor que hace de Camacho un candidato sustituto o alterno de
Colosio, sino que sus declaraciones constituyen un llamado a aquél para que ocupe ese
lugar desde el cual suponen que podría definir el rompimiento del sistema político y la
transición a la democracia –es decir, toman parte en el rumor en el doble sentido de que
participan en su difusión y al mismo tiempo toman partido por la postulación de Camacho
como candidato.
La jerarquía de la Iglesia Católica no se queda al margen y también emite su
opinión, con lo cual fomenta la circulación de la voz popular:
Chiapas representa la oportunidad para democratizar al país, afirmó la
Arquidiócesis de México, y añadió que la crisis en el sureste ha despertado
incertidumbre por el futuro político con el fortalecimiento de la figura de Manuel
14
Camacho Solís, que ‘podría cambiar el rumbo de la sucesión presidencial’.
Respecto a la eventualidad de que Camacho se postule por un partido distinto al
PRI, los candidatos presidenciales de varios partidos de oposición se ven constreñidos a
declarar sobre su posible declinación a favor de aquél. Cárdenas responde, cuando es
interrogado al respecto, que sólo un Congreso del PRD puede tomar esa decisión,
agregando con ironía: “Lo que sé es que Camacho es precandidato del PRI y al único que
está causando estragos es al candidato de su partido…”15; en otra ocasión, reitera que su
postulación como candidato “está a disposición del Congreso Nacional del PRD, y si allí,
en forma democrática, deciden que sea otro el candidato, pues no habrá ningún problema”,
sin embargo añade que no sabe quién respalde a Camacho, “creo que a quien debiera
13
Ibíd.
Tornel A. “Podría modificar el rumbo de la sucesión, lo ocurrido en Chiapas”. El Universal. 1994, marzo
17.
15
Agencias/DF. “No declinaré a favor de Camacho, dice Cárdenas”. Siglo 21. 1994, enero 21.
14
70
preocupar es al licenciado Colosio y a su equipo”16. Álvaro Pérez Treviño, aspirante a la
presidencia de la República por el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM),
niega la posibilidad de declinar a favor de Camacho y sostiene que tal versión es “difundida
por priístas inconformes con la nominación de Luis Donaldo Colosio” y, esgrimiendo una
frase que Salinas ya había utilizado, demanda “a quienes fabrican esas versiones, que no se
hagan bolas”17. La candidata del Partido Popular Socialista (PPS), Marcela Lombardo
Otero, afirma: “De ninguna manera dejaré mi candidatura a la Presidencia de la República
para cedérsela a Manuel Camacho Solís”18. Por su parte, Jorge González Torres, candidato
presidencial del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), “aseguró que el
tripartidismo del PRI, PAN y PRD teme a una candidatura independiente –se refiere a la
eventual de Camacho Solís-, porque pone en peligro sus cotos de poder y
concertacesiones”19; el candidato ecologista se expresa a favor de una reforma de la ley
electoral que permita las candidaturas independientes y abiertamente se pronuncia por la
postulación de Camacho, planteando su propia declinación: “sí hay personas que lo pueden
hacer mejor que yo, el PVEM debe determinarlo” 20 –el sí de la primera parte de esta frase
es afirmativo y no condicional, como podría dar a entender la segunda parte si se la toma
como apódosis, lo que le da el carácter de un acto de enunciación en el que el declarante
declina de facto a su candidatura, en favor de quien puede hacerlo mejor que él –lo que por
cierto encontraría su confirmación si se tratara ahí de un lapsus calami del reportero o del
tipógrafo.
Por lo que respecta a los priístas, particularmente los miembros de la cúpula, su
función es la de afanarse en desmentir el rumor –lo que por cierto hacen con singular éxito:
al desmentirlo lo confirman. El célebre “no se hagan bolas “21, pronunciado por Salinas el
27 de enero en la residencia oficial de Los Pinos ante gobernadores estatales y legisladores
16
Caballero A. “Camacho podría promover la reforma electoral: Cárdenas”. La Jornada. 1994, marzo 12.
Martín R. y Chim L. “Niega el candidato del PARM que piense declinar a favor de Camacho”. La Jornada.
1994, marzo 8.
18
Rodríguez Guzmán J. “Repudia Marcela Lombardo las reuniones de Carpizo con líderes de PRI, PRD y
AN”. El Universal. 1994, marzo 17.
19
Casas D. “JGT: peligrarían cotos de poder de darse una candidatura independiente”. El Universal. 1994,
marzo 15 (la frase entre guiones corresponde al original).
20
Casas D. “Pide González Torres que Camacho se postule, se den coaliciones y segunda vuelta electoral”. El
Universal. 1994, marzo 18.
21
Agencias. “¡Que no se haga bolas nadie!, Colosio es el candidato, dice Salinas”. Siglo 21, 1994, enero 28.
17
71
del PRI, buscando poner un alto a la versión de un cambio de candidato en este partido, es
tomado en los medios políticos como un “redestape” que confirma la debilidad de Colosio
y por lo tanto relanza el rumor antes que detenerlo. Una semana antes del dicho de Salinas,
el líder del PRI en la Cámara de Senadores, Emilio M. González, después de aseverar que
la fuerza política de Colosio está fuera de duda, recalca: “Políticamente Colosio es potente,
está en plena campaña y no hay nada que lo pueda interferir”, para rematar diciendo: “La
candidatura a la presidencia de la república es una posición que no tiene suplente”22. Esta
última aseveración podría ser suscrita por la inmensa mayoría de los priístas: en la historia
del sistema político que nació con su partido nunca ha ocurrido que un candidato a la
presidencia de la República haya sido reemplazado por un suplente; lo cual no excluye que
también suscriban eso que su líder en el Senado trata de negar: la duda respecto a la
potencia política de Colosio, el hecho de que existen interferencias en su campaña y la idea
de que se encuentra en marcha una operación política para colocar en su lugar a un
suplente.
El principal encargado de desmentir el pertinaz murmullo del cambio de candidato
es Fernando Ortiz Arana, presidente del PRI. Lo va a hacer en repetidas ocasiones: cuando
reitera, en nombre de Colosio, el compromiso de realizar una reforma política junto con las
fuerzas de la oposición, para garantizar “elecciones limpias, ejemplares, de las que todos
los mexicanos podamos sentirnos satisfechos”
23
; cuando el candidato es registrado
oficialmente en el Instituto Federal Electoral (IFE) el 4 de marzo Ortiz Arana subraya:
“Luis Donaldo Colosio es el único que cuenta con el apoyo firme y convencido de sectores,
organizaciones y dirigencia de todo el país. El tiene la legitimidad política y estatutaria para
encabezar a nuestro partido en los comicios”24; una semana después, cuando es presentado
a los priístas el programa “Propuesta y compromisos de Luis Donaldo Colosio”, el
presidente de su partido insiste:
“se encuentra [el PRI] inmerso todo el tiempo y en todas partes en una sola tarea:
llevar al triunfo al candidato del cambio con rumbo y responsabilidad, Luis
22
Agencias. “La fuerza de Colosio está fuera de duda, dice Emilio M. González”. Siglo 21. 1994, enero 20.
Rivera M. A. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 4.
24
Rodríguez R. y Martínez N. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “‘Yo no he hecho de Chiapas botín
político’, sería reprochable señala”. La Jornada. 1994, marzo 5.
23
72
Donaldo Colosio […] El es el candidato de la certeza. En torno a él está toda la
fuerza del partido, toda nuestra capacidad política y toda la energía transformadora
del partido de la Revolución Mexicana” 25.
La retórica del régimen, en este caso en boca de quien funge como presidente del
partido del Estado, pone el acento en lo que justo en ese momento falta: la certeza. Ese es
un rasgo constante del discurso oficial, que provoca una incredulidad persistente en una
porción importante de los ciudadanos y los lleva a interpretar ese discurso exactamente por
lo contrario de lo que dice.
El registro
Colosio llega al día de su registro oficial, el 4 de marzo, fecha en la que también se
celebra el aniversario número 65 del PRI, en medio de un ambiente enrarecido por los
rumores, que incluso plantean ese mismo día la posibilidad del registro de Camacho:
El candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, será registrado
oficialmente esta mañana en la sede del Instituto Federal Electoral (IFE). Para no
variar, como ha ocurrido desde su destape, el político sonorense llegará rodeado de
rumores acerca de su eventual sustitución y de un posible enfrentamiento con el
exitoso comisionado presidencial para la pacificación de Chiapas, Manuel
Camacho Solís […] Menos anecdótico, pero tal vez de mayor trascendencia para el
abanderado priísta será librarse de una vez por todas de los rumores acerca de que
podrían sustituirlo. A partir del éxito de las negociaciones de paz en Chiapas se
proyectó otra vez la sombra de Manuel Camacho Solís. Ayer circularon versiones
sobre el registro del ex regente y ex secretario de Relaciones Exteriores como
candidato a la Presidencial.
Con todas las características de rumor (‘me lo contó un amigo’; ‘creo que lo dijeron
en un noticiario’) en los medios políticos se manejó nuevamente la posibilidad de
que Camacho se postule como candidato, ya sea por su partido, por la oposición o
como candidato independiente.
25
26
26
“Apoyar a su candidato, única tarea priísta: Ortiz Arana”. La Jornada. 1994, marzo 12.
Rivera M. A. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 4.
73
He aquí una descripción elocuente de la atmósfera presente en los minutos previos
a la llegada del candidato al acto oficial de su registro ante el IFE:
Ayer el PRI cumplió 65 años y a Luis Donaldo Colosio se le cumplió un deseo:
registró su candidatura a la Presidencia de la República.
Sin embargo, ni la contundencia del hecho ni su legalidad lograron disipar rumores,
especulaciones y augurios.
Porque ayer, detrás de la formalidad del protocolo y de las declaraciones oficiales,
la sombra del comisionado para la paz se dejó sentir pesadamente en la sede del
Instituto Federal Electoral.
Y es que desde temprano, durante la espera del abanderado presidencial, en la
explanada del IFE priístas y periodistas bordaban, especulaban en corto, sobre la
viabilidad del relevo.
‘Yo no lo creo, pero...’
‘Es que con Salinas no se sabe...’
‘No descartes que se lance por la libre...’
‘Dicen que el partido ecologista ya se la ofreció...’
‘No, qué va, candidato sólo hay uno...’
‘Ya lo dijo aquél, no te hagas bolas...’
‘Sería el suicidio del sistema...’
‘Legalmente es posible, pero parece difícil...’
‘¿A quién de los dos esperamos...?’
Entre los reporteros había quienes ya cobraban apuestas y deudas de honor: ‘Te-lodi-je-mi-her-ma-no...Colosio es el bueno’ Y dejaban escapar alguna risotada.
En el estacionamiento, ayudándose con un bastón, Fidel Velásquez [líder vitalicio
de la Confederación de Trabajadores de México, la central más poderosa del sector
obrero del PRI] caminaba lentamente sumergido entre las grabadoras y las cámaras
fotográficas.
‘El candidato es Colosio’, repetía.
-¿Ya no se van a hacer bolas los priístas después del registro, don Fidel?
-¿Quién se hacía bolas?- replicó el viejo jerarca.
-Muchos priístas. Tantos, que incluso el presidente de la República tuvo que hacer
una ratificación.
-Yo nunca me hice bolas –cortó de mala gana.
74
-¿Hay riesgos de que ocurran desprendimientos en el PRI?
-Eso no lo podemos prever.
Ahí cerquita, también sobre la explanada, el líder del sector popular, Miguel Angel
Barberena, decía que ‘nunca hubo riesgo de cambio de candidato’ y atribuía las
versiones a ‘simples rumores’.
‘Nosotros –apuntó el ex gobernador de Aguascalientes- desde el 28 de noviembre
nos pronunciamos por una manera clara de apoyo a Luis Donaldo Colosio
Murrieta. Nunca ha habido duda y nunca a habido temor a un cambio.’
-¿Confía en la lealtad priísta?
-Confiamos...
-¿Considera que Manuel Camacho Solís ha sido disciplinado?
-No puedo calificar a ningún compañero de partido.
También los líderes de la CNC [Confederación Nacional Campesina] y de la
FSTSE [Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado], Hugo
Andrés Araujo y Carlos Jiménez Macías, aseguraron que no habrá cambios.
‘Mi partido tuvo una decisión irrevocable’, señaló el dirigente de la burocracia
nacional.
Puntual, a las diez de la mañana, el abanderado del tricolor llegó conduciendo su
camioneta, acompañado por su esposa, Diana Laura, y su hijo Luis Donaldo. […]
Otra vez, como durante toda la mañana, como desde hace dos meses, el
comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas, Manuel Camacho Solís,
estuvo ahí, en siete de las catorce preguntas que se le plantearon al candidato
priísta.
27
Al salir de esa ceremonia la esposa de Colosio le dice a su secretario particular:
“Ahora sí, háganle como quieran: ya está registrado”28. En efecto, se había cumplido el
deseo de Colosio, por fin estaba oficialmente registrado como candidato de su partido, con
el apoyo de los sectores, las organizaciones y la dirigencia. Todos los rituales que le dan
legitimidad a una ocasión como esa se habían cumplido. Por otro lado, las preguntas que
los periodistas le dirigen al candidato son bastante directas y éste las responde cumpliendo
con todas las reglas de la retórica priísta:
27
Martínez N. y Rodríguez R. I. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “Lo presentó Arana como el único
que tiene apoyo de todo el PRI”. La Jornada. 1994, marzo 5 (los corchetes son míos).
28
Declaración de Fernando Gamboa Rosas, secretario particular de Diana Laura Riojas, cf. Aguilar Camín H.
La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 102.
75
-¿Este registro disipa rumores en su partido?
-Este registro reafirma mi deseo de ser Presidente de México. Reafirma mi deseo
de trabajar incansablemente por el triunfo que habrá de estar basado en la confianza
de la sociedad mexicana, de la sociedad toda.
-Señor, se maneja que el licenciado Camacho podría postularse por el partido
Verde ¿Qué representa eso para usted?
-Yo tengo un profundo respeto por Manuel Camacho. El y yo somos parte de un
partido que está comprometido con la democracia, que es el PRI. Respaldo las
acciones que realiza en la pacificación de Chiapas y creo que la pluralidad que se
refleja hoy en los partidos políticos es producto de la sociedad mexicana.
-¿Una posible postulación de este tipo no tiene en riesgo un divisionismo en su
partido?
-En el PRI hay unidad, hay certeza y sobre todo la convicción de que para ganar la
29
elección de este año habremos de requerir ganar la confianza de la ciudadanía.
La afirmación de unidad y certeza en el PRI reitera ese rasgo del discurso del
régimen que presenta las cosas precisamente por lo contrario de lo que son: si algo falta en
ese momento en el partido en el poder es precisamente la unidad y la certeza. Por otra
parte, el profundo respeto que Colosio dice tener por Camacho y su respaldo a la labor de
pacificación que éste realiza en Chiapas, se van a transformar muy pronto, tan pronto como
el día siguiente, en una acusación de “demagogia” al programa “Hoy no circula”30, que
Camacho estableció durante su gobierno como Regente del Distrito Federal -la réplica de
éste tardará una semana en llegar: “No, no acepto que algunos me quieran convertir en el
factor que explique la ineficiencia de otros”31; respuesta que parece aludir por una parte a
lo que no funciona en la campaña de Colosio y por la otra al desempeño de éste al frente de
la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología32 y luego de la Secretaría de Desarrollo
29
Martínez N. y Rodríguez R. I. “Colosio, registrado; ‘unidad en el PRI’”. “Lo presentó Arana como el único
que tiene apoyo de todo el PRI”. La Jornada. 1994, marzo 5.
30
Cf. Ortiz Gallegos J. E. “Neblumo, contienda de antidemocracia”. El Universal. 1994, marzo 17. El
programa “hoy no circula” está encaminado a disminuir la contaminación de la ciudad de México, poniendo
fuera de circulación a los vehículos automotores durante un día de la semana, siguiendo un sistema de
distribución proporcional.
31
Ballinas V. y Camacho O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la
transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12.
32
Las funciones de esta Secretaría (SEDUE) fueron absorbidas por la Secretaría de Desarrollo Social
(SEDESOL), la “supersecretaría” que Salinas creó para Colosio en abril de 1992 –apenas dos semanas
después de que éste había tomado posesión como titular de la SEDUE -, como plataforma desde la que fue
76
Social, encargadas entre otras cosas del combate a la contaminación ambiental. ¡Un día
después de haber traspuesto el umbral del registro, teniendo la oportunidad de aprovechar
este paso a su favor, Colosio mismo se encarga de encender nuevamente la marcha de su
conflicto con Camacho y le agrega combustible a la circulación del rumor!
El registro oficial del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante
la máxima instancia electoral del país no ha sido suficiente para contener, dentro y
fuera de su propio partido, el insistente rumor de que Luis Donaldo Colosio
Murrieta no llegará al 21 de agosto como el abanderado de ese instituto político.
Y si bien casi se han agotado los tiempos políticos para un eventual cambio de
candidato en el Revolucionario Institucional, técnicamente aún es posible que el
partido del gobierno lance una carta que luce descabellada, pero no imposible,
sobre todo porque más que el rumor, cobra fuerza como una realidad de la política
mexicana la posibilidad de que el régimen salinista juegue con una doble
candidatura.
[…] ante una realidad que se antoja de desastre para los colosistas, los más altos
mandos de la política oficial barajan ya opciones, entre las que no se descarta una
doble candidatura: la oficial, con Luis Donaldo Colosio Murrieta a la cabeza, y una
segunda, presidida por Manuel Camacho Solís e impulsada por la sociedad civil.
Y las razones son muchas: ni dentro ni fuera del partido oficial ni dentro ni fuera de
México la candidatura de Colosio Murrieta convence. Más bien parece endeble,
pese a que el propio candidato ha realizado importantes esfuerzos por modificar su
discurso, por mostrarse más agresivo y por profundizar en los temas de interés para
los sufragistas.
Es ya un lugar común señalar que Colosio Murrieta fue designado candidato para
unos tiempos que cambiaron radicalmente el 1 de enero de 1994 y cuyos efectos
golpearon a todos los partidos políticos, pero especialmente al partido del gobierno.
El levantamiento armado en Chiapas significó un cuestionamiento no sólo al
salinismo, sino a casi 65 años de gobiernos priístas […] El ex regente no ha
descartado sus posibilidades presidenciales, más bien con su trabajo en Chiapas se
sabe poseedor de un capital político único, que le reportaría a su partido una
posibilidad más viable para la contienda electoral del 21 de agosto.
lanzado el 28 de noviembre de 1993 a la candidatura presidencial. Camacho también había sido Secretario de
la SEDUE durante una parte del sexenio de Miguel de la Madrid.
77
Por lo pronto, mañana domingo, en la ceremonia del 65 aniversario del Partido
Revolucionario Institucional, se esperan nuevas pistas, hasta que intervenga como
orador el propio Manuel Camacho Solís, que ese acto signifique el parto definitivo
33
de la candidatura de Colosio Murrieta o su aborto.
Esta columna, publicada al día siguiente del registro de Colosio, participa de eso
mismo a lo que hace referencia: la insistencia del rumor. Al mencionar esta insistencia de
lo que se dice, dentro y fuera del PRI, en el sentido de que Colosio no llegará al día de las
elecciones como candidato de ese partido, contribuye también a su difusión y permite
constatar la sobrevivencia del rumor al trámite del registro oficial del candidato. El
columnista precisa que según el Código Federal de Instituciones y Procedimientos
Electorales (COFIPE), Colosio podría ser sustituido hasta el 22 de julio, es decir, un mes
antes de las elecciones, lo que implica que el lapso de incertidumbre se extiende hasta ese
día. Aquí también se reitera la apreciación de que la candidatura de Colosio no convence,
su debilidad, la versión de que Salinas y los altos mandos del poder estarían jugando con
una doble candidatura; situación en la que Camacho tendría mayores posibilidades de
triunfar, considerando su capital político y los nuevos tiempos que, a partir de la rebelión
armada en Chiapas, configuran un cuestionamiento al gobierno de Salinas y al régimen
priísta. Es así que los “dinosaurios priístas, de esos que adivinaron el pensamiento al
presidente Salinas”34, buscan retrasar un periodo extraordinario de sesiones en la Cámara
de Diputados, para impedir una eventual modificación de la ley electoral que haría posibles
las candidaturas en coalición. En palabras de un destacado priísta -“de esos cuyos retratos
cuelgan en el Salón Presidentes”: “Si Manuel Camacho Solís se registra como candidato
presidencial, el PRI se destruye…”35.
La columna antes citada también muestra el método que organiza la construcción
de este rumor: al indicar que al día siguiente, en la ceremonia de celebración de los 65 años
del PRI, se esperan nuevas pistas –por ejemplo que Camacho intervenga como orador-, deja
ver que el rumor está construido en base al examen minucioso de aquellos detalles que
puedan servir como indicios que confirmen las sospechas que están en su punto de partida;
33
Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 5 (los corchetes son míos).
Ibíd.
35
Ibíd.
34
78
es decir, que su método de construcción se puede situar a partir del paradigma indicial del
que habla Carlo Ginzburg36. Es en una cierta manera de seguir este método, que no
podemos dejar de tomar nota de lo que la pista esperada pone en juego en este caso: el
parto o el aborto de la candidatura de Colosio –la metáfora alude a una vicisitud de la
filiación y, en efecto, él es considerado “el hijo político de Salinas”; su designación está
inscrita en la línea de sucesión de la “familia revolucionaria”. Pero además, Aborto es casi
homófono de Aburto37, el apellido de quien va a asesinar a Colosio diecisiete días después
del aniversario del PRI. Aborto es el mote con que sus compañeros de escuela nombran a
Mario Aburto, en una operación en la que un insulto va a sustituir al apellido de su
portador. El insulto muestra su eficacia en la medida en que afecta al ser del sujeto y con él
a su cuerpo.38
El único orador en la ceremonia de aniversario del PRI el 6 de marzo fue Colosio.
En esa ocasión pronuncia un discurso que es interpretado en la prensa y los círculos de la
política como un intento de distanciamiento público respecto a la presidencia de Salinas.
Colosio se compromete a separar al PRI del gobierno y a sujetar al presidencialismo a los
límites marcados por la Constitución. Incluso en la prensa extranjera se comenta este giro
en la campaña, sin dejar de asentar su debilidad como candidato: “Luis Donaldo Colosio,
candidato del Partido Revolucionario Institucional, ha iniciado el difícil proceso de
distanciarse del presidente Carlos Salinas de Gortari, y la tarea se ha complicado porque
Colosio ‘está considerado como un candidato débil’”39. Las opiniones en ese momento se
dividen entre quienes aseguran que con ese discurso se consumó la ruptura con Salinas, que
había comenzado a partir de que éste nombra a Camacho como negociador en el conflicto
de Chiapas; y entre quienes consideran que tal distanciamiento es sólo aparente, que se trata
de una estrategia de campaña, utilizada ya antes por otros candidatos priístas a la
presidencia, para ganar votos simulando independencia con respecto al presidente de la
36
Cf. Ginzburg C. “Indicios. Raíces de un paradigma de inferencias indiciales”. En: Mitos, emblemas e
indicios. Morfología e historia. Barcelona, Gedisa; 1999. pp. 138-175.
37
La primera vez que escribo Aburto en mi computadora aparece subrayado en rojo. El programa instalado en
la máquina me indica como primera opción que hay que cambiarlo por… Aborto.
38
Sobre la eficacia del insulto, cf. Butler J. Lenguaje, poder e identidad. Madrid, Editorial Síntesis; 2004.
39
Nota del diario británico Financial Times, reseñada en: “Colosio busca distanciarse de Salinas: Financial
Times”. La Jornada. 1994, marzo 9.
79
República, que fue quien lo eligió como sus sucesor40. En cualquier caso, ese discurso se va
a convertir en un indicio de la discordia entre Salinas y Colosio, y a la muerte de éste va a
servir para confirmar las sospechas de una conspiración del Presidente encaminada a
cambiar de candidato.
La ambigüedad de un fantasma
La ambigüedad que Camacho mantiene a lo largo de todo este tiempo es un factor
determinante para dar aliento a las especulaciones sobre su posible postulación como
candidato presidencial, ya sea dentro o fuera del PRI. El 11 de marzo, en una conferencia
de prensa en el Hotel “Presidente Chapultepec”, Camacho responde a las críticas de
Colosio al programa “Hoy no circula”. En esa ocasión denuncia “presiones para que este
comisionado se retire de la vida política del país”, para lo cual se inventan acusaciones de
corrupción –aparecidas en algunos medios- en contra de sus colaboradores. Se define a sí
mismo como un “factor de conciliación, de estabilidad y pieza útil en la transición a la
democracia” y remata con la amenaza de “tomar la decisión política necesaria para hacer
avanzar la democracia y propiciar la unidad de México”41, si se conculcan sus derechos
políticos y en lugar de avances democráticos hay polarización. Un mensaje idóneo para
“sostener con vida un fantasma que no deja de meter ruido”, por supuesto el ruido
incesante del rumor:
El insólito mensaje del comisionado Camacho Solís dado a conocer el pasado
viernes parece confirmar que este año la política lejos de asentarse se colma de
sorpresas. El tono duro, audaz, lleno de advertencias y mensajes cifrados, lejos de
fijar una posición definitiva deja en un suspenso condicionado la tribuna desde la
cual Camacho Solís continuará su labor política […] No tengo nada en contra de
que Camacho opte por ser candidato presidencial, tiene todo el derecho y los
40
En su libro sobre la sucesión Castañeda dice a propósito de este discurso de Colosio: “Es un hecho que
discursos similares se pronunciaron en todas las sucesiones aquí examinadas, y todos han provocado
malestares pasajeros”. Castañeda J. G. La herencia. México, Punto de lectura; 2001. p. 600. Salinas afirma
haber recibido el texto del discurso de Colosio antes de que fuera leído, “sin animarse a sugerir modificación
alguna”.Ibíd. Además Salinas asegura que él mismo le habría sugerido a Colosio que tomara distancia de su
gobierno, como estrategia de campaña. Ibíd. p. 603.
41
Ballinas, V. y Camacho, O. “No cancelaré mi vida política: Camacho” “Se define como ‘pieza útil en la
transición a la democracia’”. La Jornada. 1994, marzo 12. Sobre este punto véase también el capítulo
anterior: “Fin a lo que no Funcionó”.
80
méritos para hacerlo, pero querer sostener con vida un fantasma que no deja de
‘meter ruido’ y distorsionar la vida política nacional me parece una dudosa
contribución al perfeccionamiento de nuestra democracia.42
El fantasma, el espectro resucitado que el rumor hace volver de la tumba –
contando por supuesto con el soporte de las acciones de Camacho-, se convierte en el
representante metafórico de un régimen que se mantiene entre la vida y la muerte
largamente anunciada, que no acaba de expirar. A ese fantasma se le atribuye el poder de
llevar a cabo la igualmente esperada transición democrática, pero parte de la ambigüedad
reside en que no queda claro si su intervención le va a devolver un aliento de vida al
régimen o lo va a mandar definitivamente a la tumba.
El mismo día que La Jornada publica el artículo citado en último término, en otra
página de ese diario aparece un cartón de Rocha, que representa una escena de un partido
de béisbol:
42
Morales R. “Camacho: el fantasma sigue vivo”. La Jornada. 1994, marzo 14.
81
Colosio se encuentra en el montículo del pitcher o lanzador, al parecer atribulado,
pues una gota de sudor escurre por su cara, mientras ve a Camacho que está calentando,
como cuando un jugador se prepara para un cambio en el que va a entrar al terreno de juego
en lugar de otro que va a salir. Todas las miradas del público están puestas en Camacho,
que está situado en el borde del campo de juego y lanza una bola a un catcher o receptor,
mientras otro jugador lo ve con desconcierto. El cartón da a entender que Camacho está
“calentando brazo” y que en cualquier momento puede entrar al relevo de Colosio.
Eso es lo que parece inminente al día siguiente, 15 de marzo, último día para el
registro de candidatos ante el IFE –mas no para un eventual cambio de candidato si algún
partido así lo decide-, cuando Camacho hace aparición en las oficinas de ese organismo
electoral, logrando que todas las miradas del “público” presente se dirijan a él:
Manuel Camacho Solís volvió a hacer otra de las suyas y a desatar especulaciones
políticas cuando, justamente el último día de registro de candidatos a la Presidencia
de la República, llegó hasta la sede del Instituto Federal Electoral para dialogar
durante 45 minutos con Jorge Carpizo, secretario de Gobernación: los mismos 45
minutos que el viernes pasado habló con el Presidente Carlos Salinas de Gortari en
Los Pinos y que, entonces como ayer, hizo esperar a periodistas nacionales y
extranjeros que aguardaban una gran noticia... que tampoco llegó a serlo.
En esos 45 minutos de ayer, como en los del viernes anterior, se llegó a creer que el
Comisionado para la Paz y la Reconciliación en Chiapas se decidiría, al fin, a
anunciar que se convertiría en candidato presidencial por algún partido político
distinto al que, hasta ahora, milita.
Fueron 45 minutos que parecieron horas los que vivió en la sede del IFE un grupo
de representantes de la prensa nacional y extranjera y que imaginó que ahí se daría
el anuncio que no ocurrió en el amplio salón del hotel cercano al Bosque de
Chapultepec el viernes.
Camacho Solís, sin embargo, volvió a disfrutar, sonriente, de la expectación en la
que estaban inmersos los colegas, como lo hizo cinco días antes, ante la multitud
que lo aguardó a su llegada de la residencia oficial.
La presencia del ex regente capitalino y ex secretario de Relaciones Exteriores en
el IFE causó perplejidad a unos, entusiasmo a otros y extrañeza a muchos.
82
¿A registrar su candidatura? ¿Por cual partido? ¿Siempre sí se decidió a
43
postularse?, se preguntaron quienes lo vieron llegar.
El columnista narra con detalle las múltiples reacciones que provoca el acto de
Camacho. La noticia de su presencia en el IFE llega de inmediato a la sede del PRI y al
aeropuerto de la ciudad de México, donde se espera que de un momento a otro llegue
Colosio de una gira por Monterrey. Al salir de su reunión con el Secretario de
Gobernación, que es también Presidente del IFE, y a quien por cierto se identifica como
partidario de Camacho, éste dice que fue ahí a informarle al responsable de la política
interior del país sobre el estado de las negociaciones de paz. La presencia del Comisionado
para la Paz en ese lugar, ese día preciso, tiene todos los tintes de una provocación de la que
Camacho parece disfrutar, advertido de los efectos que su acto va a desencadenar en un
ambiente político de extrema sensibilidad. Después de todo, la política se orienta en buena
medida por señales, Camacho lo sabe, como lo sabe de algún modo ese “público” atento –
la clase política mexicana, los medios, esa entidad de límites imprecisos llamada opinión
pública-, que está dispuesto a escudriñar esas señales para construir o confirmar una
interpretación que les dé sentido. Por lo pronto este suceso sirve para enriquecer el caldo de
cultivo del rumor.
Siguen hechos bolas
Heberto Castillo, uno de los líderes de la izquierda que participaron en la
fundación del Partido de la Revolución Democrática, Senador de ese partido por el estado
de Veracruz, en una colaboración para El Universal titulada Hechos Bolas, muestra que
esta frase sigue describiendo la situación de la clase política mexicana a cinco días del
asesinato de Colosio:
La confusión en la clase política en el poder crece a medida que pasa el tiempo. El
candidato registrado por el partido de Estado, Luis Donaldo Colosio, camina por la
República sin saber a ciencia cierta si lo van a sostener como candidato o lo van a
reemplazar. Carlos Salinas comenzó el desconcierto cuando nombró a Manuel
Camacho su comisionado para la paz en Chiapas, después del alzamiento del 1o. de
43
Cárdenas Cruz F. “Pulso Político”. El Universal. 1994, marzo 16.
83
enero […] A partir de entonces, 9 de enero, comenzaron las especulaciones en
torno de un posible reemplazo de Colosio, y los reflectores de la publicidad
alumbraron día y noche al ex regente. No es lógico pensar que Carlos Salinas
actuara sin saber los resultados de su acción. Si hubiera atrasado la designación de
Camacho un día no habría opacado la protesta de Colosio. Es de pensarse que lo
hizo con intención de sembrar desconcierto y mantener así su poder. Cuando un
presidente designa a su sucesor empieza a perder fuerza. Con esta jugada, Salinas
sigue siendo factotum en la elección de 1994.
Para mantener la expectativa alrededor de Colosio, Salinas tuvo que reiterar el
dedazo a favor de Colosio y decirle a los priístas de la cúpula y a los funcionarios
del gobierno que ‘no se hicieran bolas’ […] ¿Qué pasa en el gobierno? se
preguntan todos. ¿Por qué Salinas
no pone en orden a Camacho? ¿Lo tiene
calentando el brazo como relevo o como emergente de última hora?
Salinas sabe o debe saber que la indefinición que rodea a Colosio, a pesar de las
encuestas que le han publicado, todas favorables, traerá
necesariamente una
disminución en los votos para el PRI el 21 de agosto. A nadie atrae un candidato
titubeante. El PRI da traspiés en todos lados. Nadie se traga la incapacidad de
Salinas para poner orden. Los cuadros dirigentes del partido de Estado están hechos
bolas. Si Colosio es el candidato, por qué no se le apoya abiertamente. Si es
Camacho el indicado, por qué no sustituye a Colosio.
No se ve que haya una sola razón por la cual Salinas no pueda poner en orden a
Camacho. Ni menos que lo apoyen cuando es evidente que sigue siendo una opción
dentro del PRI.
Una explicación lógica de la actitud de Salinas con respecto a Colosio y a Camacho
es que prefiere presionar a Colosio para que sea él quien decida retirarse de la
contienda ‘entendiendo que las fuerzas mayoritarias del PRI apoyan a Manuel
Camacho’ y no tener que dar el tercer dedazo –la tercera es la vencida- para
sustituir a Luis Donaldo Colosio por Manuel Camacho.
De ser otra la causa de este extraño proceder, de su empeño en hacer bolas a
quienes ha pedido que no se hagan bolas, ésta tendría que ser forzosamente, su
empeño en conservar las riendas del poder el mayor tiempo posible, aunque tal
84
cosa
arrastre
consecuencias…
al
país
a
una
inestabilidad
política
de
impredecibles
44
Este artículo expone la perspectiva que alguien desde la oposición -pero que al
mismo tiempo forma parte de lo que describe, ya que también pertenece a la clase políticapuede tener de lo que está ocurriendo al interior del partido de Estado. Heberto Castillo
comparte con otros de dentro y fuera del PRI una interrogante: “¿por qué Salinas no pone
en orden a Camacho?”; y una sospecha: “nadie se traga la incapacidad de Salinas para
poner orden”. También comparte una respuesta: el Presidente busca mantener su poder en
el momento en que empieza a perderlo por haber designado a su sucesor. El proceder
presidencial busca sembrar el desconcierto, hacer bolas a los que ha pedido que no se hagan
bolas y convertirse de ese modo en el factotum de las elecciones, reservándose la decisión
de reemplazar a Colosio como candidato mientras mantiene a Camacho “calentando el
brazo” –reaparece la metáfora del lanzador de béisbol. Esta hipótesis parte de la creencia de
que Salinas no sólo mantiene las riendas del poder sino que tiene todos los hilos de la
situación en la mano, y sólo espera el momento oportuno para consumar su plan. Pero si es
así ¿por qué no apoya decididamente a Camacho? En caso contrario, ¿por que tampoco
apoya abiertamente a Colosio? –lo que se espera del presidente de un régimen como el
priísta es que apoye sin ambigüedades a quien nombró como sucesor. A menos que… trate
de presionar a Colosio para que él mismo decida retirarse de las elecciones.
Si se considera esta última hipótesis mencionada por Castillo, es necesario agregar
que la estrategia de Salinas habría contado, acaso sin saberlo, con las propias dudas de
Colosio: éste se pregunta en distintos momentos de su campaña sobre la posibilidad de
renunciar, cuestión que comenta con algunos de sus colaboradores cercanos y con su
esposa45. De este modo, Colosio tal vez contribuye a alimentar la imagen que se tiene de él
–“A nadie atrae un candidato titubeante”-, al tiempo que participa de las condiciones que
44
Castillo H. “Hechos Bolas”. El Universal. 1994, marzo 18. La fecha del nombramiento de Camacho como
Comisionado es el 10 de enero, no el 9, como escribe Castillo.
45
Aguilar Camín H. La tragedia de Colosio. México, Alfaguara; 2004. Según declaraciones de Guillermo
Hopkins y de Samuel Palma, colaboradores de Colosio, a quienes habría mencionado por separado y en
fechas diferentes la posibilidad de renunciar, pp. 92-93. Según Fernando Gamboa, secretario particular de la
esposa del candidato, Luis Colosio, padre del mismo y Nikita Kyriakis, amigo de la familia, Colosio habría
comentado esa posibilidad con su esposa, incluso un mes antes de su muerte, de acuerdo con lo dicho por el
primero. pp. 96-97.
85
le dan vigencia a la versión de que no llegará al día de las elecciones como candidato del
partido oficial. En este aspecto el rumor le devuelve a Colosio su propio mensaje de
manera invertida.
Desde la designación de Camacho como negociador con la guerrilla, la
desconfianza hacia Salinas llegó para instalarse definitivamente, tanto en Colosio y su
equipo como en una parte importante de los priístas, que sólo logran explicarse la conducta
del Presidente como una jugada política que busca alterar en su provecho las reglas de
sucesión del régimen. Un día antes de que Colosio se encuentre con su destino fatal, la
siguiente columna reitera lo que se ha venido diciendo los últimos dos meses y medio:
La gran preocupación de los priístas y colosistas que desconfían de Salinas y que
desconocen la dimensión de sus jugadas políticas radica en la posibilidad de que
el Presidente de la República esté jugando con dos candidaturas salinistas, una
dentro del PRI y otra fuera. Después de Chiapas, el presidente Salinas estaría
seguro de que Colosio no va a ganar las elecciones y que ninguna circunstancia lo
obligaría a entregarle la presidencia a Cárdenas. En ese caso, el presidente Salinas
ganaría las elecciones con Camacho como candidato de una oposición salinista
leal. Así, Salinas sí le daría el poder a un presidente surgido de la oposición que
46
sería su hermano político.
Efectivamente, la posibilidad de que el candidato del PRI pierda las elecciones
presidenciales está presente como nunca antes en la historia del régimen. Tras unas
elecciones fuertemente impugnadas en 1988 –ese año Carlos Salinas había accedido con
dificultades al poder, cubierto con la sospecha de un triunfo ilegítimo sobre Cuauhtémoc
Cárdenas, su competidor más cercano en el conteo de votos- y la crisis política que en la
antesala de las siguientes elecciones desencadena la irrupción del movimiento insurgente
de los zapatistas, la derrota de Colosio aparece para los priístas como un riesgo no muy
lejano. La voz popular no hace más que tomar nota de esta situación y sus efectos para la
sobrevivencia del régimen, anticipándose a los sucesos por venir y participando
46
Ramírez C. “Indicador político. Salinismo, ¿feudo de poder?”. Siglo 21, 1994, marzo 22 (Las negritas
corresponden al original). Ramírez comenta en esta ocasión que la otra jugada de Salinas podría ser imponer a
Camacho como parte del gobierno de Colosio, para acotar la presidencia de éste y garantizar la continuidad
del proyecto transexenal salinista.
86
activamente en su realización. Aquí encuentra anudamiento una afirmación de Mario
Aburto, hecha unos momentos después de que dispara en contra de Colosio: "Nada más lo
iba a herir, con esto se iban a calmar, cómo le diría, inquietudes de levantarse y gente
armada, todo eso, se iban a calmar e inclusive a servir como un, cómo le podría decir, como
un escalón más para el candidato y más fácilmente ganar las elecciones... "47. Aburto está al
tanto de que el candidato puede perder las elecciones y se propone colocarle un escalón que
le facilite el triunfo en esa competencia -a su manera él también busca contribuir a la paz,
advirtiendo al país del riesgo en que se encuentra ante la proliferación de “actos bélicos” -,
pero a juzgar por la gravedad de las heridas que le provoca a Colosio es posible que éste no
sea el candidato al que busca ayudar el joven pacifista.
Un desistimiento tardío
El 22 de marzo Manuel Camacho Solís comunica su decisión de no participar en
las elecciones de ese año. Al parecer la decisión es precipitada por el rumor de una caída en
la bolsa de valores o una devaluación de la moneda, que pueden ocurrir en la ya cercana
semana santa, y que serían atribuidas a la incertidumbre creada por la indefinición de
Camacho.
Manuel Camacho Solís anunció su determinación de no participar, en la actual
contienda electoral, ni siquiera para una posición en el Senado; aclaró que esa
decisión ‘la adopté personalmente’, tomando como base los intereses republicanos
del país y porque ‘es más prioritaria la paz que una candidatura’. Aceptó que desea
ser presidente de la República, pero no a cualquier costo; por ello su postura.
Rechazó que su posición tenga que ver con la reciente reunión que sostuvo con el
candidato del PRI a la Presidencia de la República. ‘Esta posición apenas la tomé
ayer 21 de marzo, aniversario del natalicio de Juárez; la adopté por el interés
48
republicano’.
47
Gómez M. I. “Caso Colosio: viñetas de una investigación”. WWW:\Milenio Semanal-Aburto.htm
González V. “No participaré en la actual contienda electoral: Camacho”. El Universal. 1994, marzo 23.
Según había trascendido, Colosio y Camacho habían tenido recientemente (el 17 de marzo) una reunión en la
que habían llegado a algunas coincidencias, entre ellas la posibilidad de una “alianza estratégica para la
transición democrática”. Cf. Márquez E. Por qué perdió Camacho. Revelaciones del azor de Manuel
Camacho Solís. México, Océano; 1995. p. 201.
48
87
El comisionado para la Paz y la Reconciliación, que había traído la intranquilidad
a la clase gobernante, reconoce lo que “todo mundo” exclamaba a voz en cuello: su deseo
de ser presidente de la República. El anuncio de su desistimiento llega tarde: el mismo día
que esta declaración es publicada en los diarios de todo el país, Mario Aburto da el paso
que venía cavilando desde tiempo atrás: dispara sobre Luis Donaldo Colosio. El rumor que
aseveraba que éste no llegaría como candidato del PRI al día de las elecciones encuentra la
realización de sus designios.
Los textos periodísticos citados hasta aquí permiten constatar la vasta difusión del
rumor mencionado, su abrumadora presencia en la sociedad. La insistencia de lo que ellos
plantean forma parte de la situación política en la que están tejidos y, al mismo tiempo, es
un rasgo constitutivo del rumor: éste sólo toma existencia por la reiteración. En el caso que
estudiamos, el rumor da pruebas de gran resistencia al paso del tiempo, a los desmentidos, a
las pruebas en contrario; pero esta insistencia del rumor es también la de la incertidumbre
que define una situación política en la que está en juego el desenlace de la sucesión al
interior de la clase gobernante y el futuro de un régimen que agoniza junto con una época.
El rumor no es un agregado exterior a esta circunstancia política sino que es uno de sus
elementos constitutivos, pues no sólo toma nota minuciosa de la agonía del enfermo sino
que participa directamente de la gravedad de su estado.
88
VI. LA EFICACIA DEL RUMOR
El rumor es noticia
En el caso del rumor que afecta a la candidatura de Colosio nadie puede ser
señalado como su “autor”, tal como corresponde a la estructura de un rumor. Aunque
declaraciones públicas, entrevistas, columnas, artículos de opinión o cartones políticos,
aparezcan en la prensa suscritos por alguien en particular, ninguno de esos nombres puede
ser identificado como autor de la o las versiones que difunde. Al hacer referencia,
comentar, constatar o desmentir el rumor lo transmiten, colaboran a su circulación, como
eslabones de una cadena de la cual no es posible localizar su origen. Esos productos
periodísticos constituyen la huella escrita de un decir popular que corrió en otro tiempo, al
que ya no tenemos acceso si no es a través de sus rastros escritos, que al tener un carácter
público participaron en su momento de los circuitos de difusión del rumor.
Los textos e imágenes que en la prensa transmiten la especie de que habrá un
[candidato1] cambio de candidato en el PRI o en el ánimo presidencial, muestran que no
solamente existe una alimentación recíproca entre canales formales e informales de
circulación de esa versión popular, sino dejan ver que el rumor mismo es noticia. La
oposición noticia versus rumor, sobre la cual construyen su estudio del tema Allport y
Postman, en un texto considerado clásico, se revela insostenible2. Para estos autores sería
posible bajo ciertas condiciones hacer una separación nítida entre noticia y rumor, en donde
la primera, cuando proviene de un medio de comunicación de “reputación intachable”, está
ligada a una verdad que se conforma a los hechos objetivos, los cuales pueden ser
verificados en una realidad concebida positivamente; mientras que el segundo es el
producto de una deformación progresiva del “estímulo patrón” que es la noticia o la
1
Lapsus calami que por segunda ocasión (la primera en un borrador manuscrito) aparece en la escritura de
este párrafo: ¿una indicación de que Colosio nunca llegó a alcanzar el estatuto de candidato al permanecer en
la incertidumbre hasta el final? Hipótesis a tener en cuenta entre las condiciones de persistencia del rumor.
2
Cf. Allport G. W. y Postman L. Psicología del rumor. Buenos Aires, Editorial psique; 1967. Es interesante
tomar en cuenta que este libro fue editado por primera vez en los Estados Unidos en 1947. La guerra recién
terminada imponía en ese país la tarea de combatir la propaganda enemiga, principalmente de origen nazi.
Para una crítica de la posición de estos investigadores cf. Zires Roldán M. Voz, texto e imagen en interacción.
El rumor de los pitufos. México, Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco-Miguel Ángel
Porrúa; 2001 –particularmente el capítulo I titulado: De lo verdadero a los diferentes regímenes de
verosimilitud.
89
información dada inicialmente, deformación que no se atiene a los hechos, pues está ligada
a factores subjetivos de los individuos que “distorsionan involuntariamente la realidad”.
Aunque estos estudiosos del rumor reconocen que también existen noticias deformadas
desde el principio -cuando los reporteros están sujetos a factores de distorsión de la
realidad, cuando recogen relatos de segunda mano o cuando una noticia responde a
intereses políticos o económicos-, no extraen ninguna consecuencia de este hecho que
cuestiona la oposición en la que fundan sus planteamientos y de pasada vuelve insuficiente
la diferencia entre vías formales e informales cuando se trata de la difusión de un rumor.
En el caso que aquí estudiamos el rumor no sólo no se distingue ni se contrapone
a la noticia, sino que hace noticia, la produce al involucrar extensamente en su transmisión
a los medios y a los sujetos de la acción política. En este aspecto, es necesario contar
además con el hecho de que la noticia es generada no sólo por los medios sino también por
las audiencias que la esperan, lo que introduce el fenómeno de la noticia deseada: “Aquella
en la que la opinión pública quiere creer”3 –y nada mejor que el interés creado por un
rumor para responder a esa demanda en la que el mercado orienta la acción de los medios.
Al mismo tiempo, el rumor no se limita a describir con mayor o menor fidelidad una
circunstancia política, sino que es parte integrante de ella, contribuye a su construcción:
transforma la correlación de fuerzas al interior del grupo gobernante y en las relaciones de
éste con el resto de las fuerzas políticas, profundiza la crisis del régimen que se había
iniciado tiempo atrás, reposiciona a los distintos aspirantes a la presidencia, altera la
imagen pública de quien ha sido designado formalmente como candidato oficial –v. gr. si el
rumor insiste en la debilidad de Colosio como candidato, más allá de que esa apreciación
corresponda o no a la ubicación relativa que él tiene en el juego político, termina por
afectar su imagen ante sus potenciales electores, lo deja en una posición de debilidad al
quedar su candidatura marcada por la incertidumbre. El rumor es un objeto que circula de
boca en boca y que tiene efectos sobre el objeto del que predica algo. En este caso el rumor
no se reduce a una expresión constatativa sino que posee una fuerza performativa, en el
sentido que Austin da a estas expresiones, que hace al decir reiteradamente lo que dice; en
3
Wiñazki M. La noticia deseada: Leyendas y fantasmas de la opinión pública. Buenos Aires, Marea; 2004. p.
9.
90
otras palabras, el rumor no se limita a constatar algo para luego hablar de ello, sino que
tiene una fuerza que realiza efectos al decir lo que dice4.
Las condiciones del rumor
No es posible dar cuenta del origen de un rumor, el punto exacto en que inicia el
primer eslabón de la cadena permanece inaccesible a las operaciones del saber que pretenda
asirlo; sin embargo, en algunas ocasiones se pueden localizar las condiciones en las que se
produce, que son las mismas que hacen posible su circulación. En el caso que venimos
estudiando esas condiciones son:
-
El nombramiento de Manuel Camacho Solís como Comisionado para
la Paz y la Reconciliación, que le otorga un lugar privilegiado en la negociación de
la agenda política nacional.
-
La crisis del régimen desatada por la rebelión del Ejército Zapatista
de Liberación Nacional, que pone en riesgo la sucesión en el partido del Estado.
-
La mayor competencia política, que tiene como antecedente
importante las elecciones presidenciales de 1988, en las que Cuauhtémoc
Cárdenas, el candidato de la izquierda, se declara ganador al igual que Carlos
Salinas.
-
El arribo de Salinas al poder después de un período de fuerte
impugnación de los resultados oficiales de esas elecciones; lo que desde el
principio marca a su gobierno con el sello de la ilegitimidad.
-
El incremento de la visibilidad de los actos políticos, debido entre
otras cosas a la flexibilización de los rasgos autoritarios del régimen y a la mayor
apertura de los medios de comunicación5.
4
Cf. Austin J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona, Paidós; 1971. También cf. Butler J. Lenguaje,
poder e identidad. Madrid, Editorial Síntesis; 2004.
5
Fundamentalmente los medios escritos. En 1994 la radio y sobre todo la televisión funcionan, salvo algunos
espacios marginales, casi como agencias de propaganda del régimen y su partido. Televisa, la mayor cadena
de televisión del país, sigue siendo por entonces “una empresa priísta”, como la definió en algún momento su
principal propietario. Televisión Azteca, la otra gran cadena de televisión, apenas había empezado a operar el
año anterior, en 1993, después de que el gobierno de Salinas privatizara la televisora estatal Imevisión. Según
un rumor, Raúl Salinas de Gortari, hermano del Presidente, sería accionista de la nueva empresa, lo que puede
dar una idea de que su política informativa estaba lejos de tener una posición crítica hacia el régimen. Esa
versión fue parcialmente confirmado por Raúl Salinas Pliego, propietario de TV Azteca, sin parentesco con la
91
-
La conservación de una parte importante del poder de Salinas como
presidente en funciones, que no se eclipsa frente al candidato oficial, conforme a
lo que marca la tradición al final de cada sexenio. La crisis política lleva a Salinas
a compartir con el Comisionado para la Paz el control de puestos clave del
gabinete (Gobernación, Procuraduría General de la República, Regencia del
Distrito Federal), en lugar de hacerlo con aquel a quien ha designado como su
sucesor.
-
La existencia de un rival de facto que está en condiciones de
disputarle la candidatura presidencial a Colosio, cuyo estatus de candidato queda
entonces en suspenso al reabrirse la pugna por la sucesión al interior del grupo
gobernante.
Todas estas condiciones vuelven verosímil a un rumor que tiene distintas versiones
que comparten un elemento: Colosio no va a llegar a las elecciones como candidato del
PRI, algo le va a pasar antes de esa fecha y va a ser suplido o sustituido por Camacho; o
bien, Camacho va a convertirse en un candidato alterno a la presidencia de la República,
lanzando su candidatura por un partido distinto al PRI. La primera modalidad supone que a
Colosio lo van a enfermar, lo van a obligar a renunciar o lo van a desaparecer; la segunda
supone que Camacho concreta su candidatura alterna con el apoyo velado de Salinas. Lo
que ambas versiones comparten es que existe una conspiración de Salinas y/o de las altas
esferas del poder estatal, sea para sustituir a Colosio por Camacho en la candidatura del
PRI, sea para lanzar al segundo como candidato por otro partido –lo que en la lógica de
construcción de este rumor equivale a otra forma de sustitución: Camacho sustituye a
Colosio en la omnipotente voluntad presidencial, lo que equivale a quitar a éste del camino,
pues sin el apoyo del Presidente el candidato priísta está condenado a perder las elecciones.
Antes del asesinato de Colosio predomina la versión de que Salinas decide cambiar de
candidato porque aquél no tiene posibilidades de ganar en el entorno de la crisis creada por
la insurgencia zapatista; después del magnicidio va a predominar la versión de que es el
rompimiento de Colosio con Salinas lo que lleva a éste a cambiar de parecer, pues aquel a
familia presidencial, al aceptar que el hermano del Presidente le prestó varios millones de dólares para
adquirir en propiedad la televisora que era del Estado. Por otro lado, la Internet no tenía en aquel tiempo la
penetración social que va a tener años después.
92
quien había designado como su sucesor se le salió de control –para esta versión, que ya
empezaba a circular antes de la muerte de Colosio, el autor intelectual del magnicidio es
Salinas.
Suplir, sustituir, reemplazar, aparecen en las notas periodísticas que transmiten el
rumor popular. Son verbos cuyo sentido se recubre parcialmente, que con frecuencia se
usan como sinónimos. Sin embargo, conviene tener en cuenta algunos matices que
introducen diferencias entre ellos. Mientras que en la palabra sustituir está presente el
sentido de “Poner a alguien o algo en lugar de otra persona o cosa”6, “Poner una cosa o
persona en el sitio en que estaba otra que ya no está o que se quita”7, y reemplazar se define
por referencia a la anterior -“Sustituir algo por otra cosa, poner en su lugar otra cosa que
haga sus veces”8-, en suplir se añade un matiz que remite a algo que falta: “Cumplir o
integrar lo que falta en algo, o remediar la carencia de ello”9, “Añadir en un sitio una cosa
que falta” o “Hacer una persona o una cosa el papel de otra que falta”, incluso “Disimular
ante una persona una falta de otra”10.
La distinción anterior es importante porque cuando el rumor hace de Camacho un
candidato suplente, hace aparecer al mismo tiempo la dimensión de una falta o una
carencia. Es posible que la suplencia que se espera de Camacho indique que está
suspendida, en el sentido de quedar sin efectos, la candidatura de Colosio. Esto equivale a
que de facto –mas no de iure- en el PRI no hay candidato11; la crisis del régimen ha dejado
suspendido ese estatus de Colosio. Éste fue destapado siguiendo las reglas de sucesión de la
ortodoxia priísta, por derecho es el candidato oficial del régimen, pero no es el candidato de
un partido que después del primero de enero de 1994 puede perder las elecciones ante una
correlación de fuerzas inédita, que tiene que competir con otros partidos, como nunca lo
había hecho, para ganar la presidencia de la República; no está dado de antemano que
Colosio reúna las condiciones que requiere el candidato de este nuevo partido que ya no es
el del destape como mecanismo infalible de sucesión. Por un lado, es en esa carencia de
6
Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001.
Moliner M. Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos; 1998.
8
Diccionario de la Lengua Española. Ed. Cit.
9
Ibíd.
10
Moliner M. Op. Cit.
11
Cf. Mi lapsus calami al principio de este capítulo.
7
93
candidato en la que encuentra apoyo la versión de que Camacho es el candidato suplente;
por el otro, en la medida en que la estructura de la nueva situación política hace aparecer las
dudas respecto a las capacidades de Colosio para llegar a la presidencia, la candidatura de
Camacho apuntaría a suplir las faltas de aquél12 –de ahí que se subraye la habilidad
negociadora del Comisionado para la Paz, su destreza para construir consensos con las
fuerzas de oposición, su capacidad para conducir la transición a la democracia: “Camacho
ha ratificado, ante esos sucesos, ser un político para la crisis, particularmente política, que
es la que ahora se nos vino encima”13.
La pretensión de suplencia que el rumor pone en juego en esta ocasión, al buscar
“remediar la carencia” de algo o de alguien, hace visible lo que trata de “disimular”14,
resaltando la inviabilidad de la candidatura oficial, que ya no responde a un horizonte
político que es distinto al que le dio nacimiento –lo cual deja a Colosio en una posición
riesgosa, careciendo no sólo del apoyo presidencial sino del soporte del aparato del partido
de Estado. En este caso, la suplencia nunca se lleva a cabo, resulta impracticable dada la
maraña de intereses políticos que intervienen en ese momento. Por otra parte, si el
desenlace de esta historia se enfoca desde la perspectiva de la sustitución –“poner a alguien
en el lugar de otra persona”-, los sucesos posteriores muestran la imposibilidad de cualquier
intento de sustituir a un sujeto por otro, el fracaso de ese “poner en el lugar de…”15:
Camacho no fue tampoco el “candidato sustituto” y el nombramiento de un nuevo
candidato priísta que ganara las elecciones tuvo que pagar el precio de la vida de Colosio.
Importancia y ambigüedad
12
Esas dudas están determinadas por la manera en que están estructuradas las condiciones políticas de ese
momento y son hasta cierto punto independientes de las capacidades personales de Colosio, así como de los
resultados de las encuestas que predicen su triunfo en las elecciones. Sobre este último punto cf. Arreola F.
Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. p.
233.
13
Cepeda A. “Conjeturas”. La Jornada. 1994, marzo 8.
14
Otro tipo de suplencia, que también vuelve visible una falta, pero al mismo tiempo permite sostener un
anudamiento subjetivo, es la que Lacan plantea en el caso de James Joyce. Cf. Lacan J. Le Sinthome. Versión
G. T.
15
Sobre la imposibilidad de la sustitución en el duelo, cf. Allouch J. Erótica del duelo en el tiempo de la
muerte seca. México, Edelp; 1998.
94
En el decir popular que afecta a la candidatura de Colosio podemos encontrar
también las dos condiciones básicas que Allport y Postman postulan para la transmisión de
un rumor:
El rumor corre cuando los hechos acaecidos tienen importancia en la vida de los
individuos y cuando los detalles que les llegan al respecto son incompletos o
subjetivamente ambiguos. Puede residir la ambigüedad en que el hecho no sea
narrado en forma clara, o en las versiones contradictorias del mismo, o en su
incapacidad de comprender la noticia recibida.16
Importancia y ambigüedad en una relación que “no es aditiva sino multiplicativa,
puesto que con importancia o ambigüedad igual a cero, no hay rumor”17. En nuestro caso
clínico la ambigüedad tiene el triple carácter mencionado en la cita: el hecho no es narrado
en forma clara (v. gr. no quedan claras para el ciudadano común las razones de que el
nombramiento de Camacho sea sin devengar un salario, lo que de facto lo habilita para ser
candidato presidencial); las versiones del mismo son contradictorias (por un lado el “No se
hagan bolas, el candidato es Colosio”, además de los desmentidos de los dirigentes priístas;
por el otro una andanada de comentarios que desde múltiples flancos aseguran que Colosio
va a ser sustituido como candidato); incapacidad de comprender la noticia recibida (tanto
para los miembros de la clase política como para los de la llamada sociedad civil es
incomprensible la ambigüedad de Camacho como el hecho de que Salinas “no lo ponga en
orden”). El factor clave para que el rumor se afiance parece ser la falta de credibilidad de
las noticias que desde la versión oficial del gobierno se difunden18-lo que por cierto
constituye un rasgo característico de la cultura política en México. Frente a esto el rumor se
torna creíble, además de que proporciona una explicación que le da sentido a lo que de otro
modo resulta incomprensible.
La importancia de este rumor está ligada a las condiciones del entorno político en
el que se produce: el futuro de la cosa pública, la res pública, está en juego para el grupo
16
Allport G. W. y Postman L. Op. Cit. pp. 33-34.
Ibíd. p. 16 (las cursivas corresponden al original). Los autores proponen una fórmula cuantitativa para
aproximarse a la medición de la intensidad del rumor, fórmula que no retomamos al considerarla insuficiente
para situar lo que el rumor pone en juego.
18
“El hecho de mayor gravitación, sobre todo en tiempo de guerra, es el de que el rumor circula mucho más
raudo cuando el individuo desconfía de la noticia que llega hasta él”. Ibíd. p. 34.
17
95
gobernante, el conjunto de la clase política y la sociedad civil, tal como corresponde a una
circunstancia en la que el poder de un régimen enfrenta el riesgo de derrumbarse. Quién va
a gobernar y bajo qué reglas de ejercicio del poder estatal, es la cuestión que está por
resolverse en ese momento. El rumor está enlazado a los intereses de quienes participan de
algún modo en su transmisión, es interesado. Por lo mismo, parece no sólo superfluo sino
inconveniente intentar una clasificación de los columnistas, articulistas y reporteros –en el
caso de los políticos profesionales por lo menos es explícito desde qué lugar del espectro
político e ideológico hablan- citados a propósito de la difusión del rumor, pues además de
parcial, una clasificación así conduciría a una investigación policíaca -¿con quién simpatiza
el susodicho?, ¿cuáles son sus nexos políticos abiertos o encubiertos?, ¿recibe algún
beneficio económico o político de alguna de las partes? Por supuesto, se puede sospechar
que quienes desde la prensa participan en la transmisión de un rumor lo hacen en respuesta
a intereses específicos, más aún cuando están en juego asuntos de orden político; no
obstante parece conveniente acercarse a estos textos aparecidos en los diarios con la actitud
de un lector incauto, que constata la expansión del rumor, sin estar forzosamente advertido
de las filiaciones políticas de aquellos a quienes lee; en todo caso no más advertido de lo
que le permiten los planteamientos que está leyendo. Un rumor sólo se mantiene como tal a
condición de que suprima de su enunciado las huellas de su enunciación19. Es decir, la
posición subjetiva de quien lo transmite debe quedar eclipsada en favor de lo que transmite.
Verosimilitud y creencia
La verosimilitud de un rumor está ligada a la credibilidad que puede convocar para
sostenerse. No parece suficiente en nombre de la verdad enunciar negativamente: “La
verdad es que no hay ningún saber sobre el rumor; no hay más que una tendencia general a
creer en fenómenos sociales cuasi-sobrenaturales”20. Esta posición evita hacer frente a la
dificultad que plantea la creencia, haciendo de ella un objeto del que hay que desconfiar.
Para tener un punto de referencia que permita orientarse de otro modo, es necesario tener en
cuenta un rasgo de la creencia:
19
“…una bemba tiene mayores posibilidades de éxito cuanto menos visibles estén, en su enunciado, las
huellas de su enunciación”. De Ípola E. La bemba: acerca del rumor carcelario y otros ensayos. Buenos
Aires, Siglo XXI Editores Argentina; 2005. p. 36.
20
Froissart P. Op. Cit. p. 244.
96
En efecto, si no hay creencia que sea plena y entera es porque no hay creencia que
no suponga en su raíz que la dimensión última que tiene que revelar es
estrictamente correlativa al momento en que su sentido va a desvanecerse.21
A la creencia invariablemente le falta la plenitud. Algo en el sentido que tiene para
aportar se mantiene en estado vacilante, desde el momento en que no puede asegurar
enteramente la existencia del objeto en el que cree, ese sentido puede disiparse -como
ocurre con la creencia en Dios, en la que permanece un margen desde el cual se puede
suponer que él no existe22. La creencia es correlativa de la posibilidad de que a su objeto
puede faltarle la existencia. Esto es lo que le da a la creencia su carácter inacabado, lo que
la lleva a insistir en la búsqueda reiterada de las pruebas en las que pueda sustentarse. Es
por esto también que el crédito que el rumor encuentra, y que está ligado a su verosimilitud,
tiene que ser reanimado a cada paso por los indicios que prueban la versión transmitida.
Que tenga que insistir muestra que no logra concluir su tarea. Así, el rumor de una
maniobra orquestada por Salinas para quitar del camino a Colosio –especie que circuló
antes y después del asesinato-, se sostiene en la creencia de una conspiración infalible, que
alcanza sus propósitos con perfección, sin dejar ningún rastro en el que se pueda comprobar
categóricamente su existencia, basada por lo tanto en un poder omnímodo atribuido al
entonces Presidente –facultad que excede con mucho a la circunstancia política en la que
justamente el poder presidencial queda sometido a condiciones inéditas que reducen
drásticamente su capacidad de maniobra. Se puede decir que la persistencia del rumor es
directamente proporcional a la falta de aquella prueba última, que sería la del poder
absoluto de Salinas y al mismo tiempo la de su culpabilidad.
El chiste
El rumor comparte algunos rasgos con el chiste, tal como éste ha sido abordado
por el psicoanálisis. La siguiente cita de Freud sobre el Witz nos proporciona una primera
indicación:
21
Lacan J. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1987. p. 246.
“… en el fondo de toda creencia hay sin embargo esto –a este ser supuestamente pensado como un todo, le
falta sin duda lo principal en el ser, es decir la existencia. En el fondo de toda creencia en el dios como
perfecta y totalmente munificente, se encuentra la noción de ese no sé qué que siempre le falta y hace que de
todos modos siempre se pueda suponer que no existe”. Lacan J. La relación de objeto. Buenos Aires, Paidós;
1996. p. 143.
22
97
…es lícito recordar el peculiar atractivo, y aun la fascinación, que el chiste ejerce
en nuestra sociedad. Un chiste nuevo opera casi como un evento digno del más
universal interés; es como la novedad de un triunfo de que unos dan parte a los
otros.23
El universal interés que despierta un chiste es muy similar al que despierta un
rumor en la sociedad en la que circula: en éste también aparece el atractivo y aun la
fascinación propia de la novedad. En algunos casos, particularmente cuando lo que dice el
rumor involucra el desprestigio de alguien, toma igualmente la connotación de un triunfo
para quien lo transmite.
Tanto el chiste como el rumor corren “de boca en boca”, lo que no excluye su
circulación en la prensa –de hecho Freud utiliza para su estudio de la técnica del chiste
ejemplos tomados de la prensa vienesa. Esa modalidad de difusión determina que en ambos
casos la localización de un “autor” sea problemática. En el caso del chiste sólo en algunas
pocas ocasiones es posible identificar a un autor, para el resto se puede decir con Freud:
“La gran mayoría de los chistes, en particular los nuevos, producidos a raíz de las ocasiones
del día, circulan anónimamente”24. Mientras que en el caso del rumor, está en su estructura
misma el hecho de que no es posible señalar a su autor, de lo contrario deja de serlo para
convertirse en otra cosa -por ejemplo, en la opinión de alguien en particular.
La oposición autor versus anónimo resulta difícil de aplicar en este terreno25, en la
medida en que chiste y rumor vienen del campo del lenguaje, del que justamente no se
puede decir que posea un autor o que sea anónimo, ya que no se presta a ningún régimen de
propiedad. Su origen es radicalmente desconocido y precede en la existencia a todo el que
habla. Las palabras con las que cada sujeto habla le han sido transmitidas siempre por Otro,
participan de la alteridad absoluta del lenguaje que lo habita; en este sentido son palabras
impuestas:
23
Freud S. El chiste y su relación con lo inconciente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, Vol. VIII;
1979. p. 17.
24
Ibíd. p. 136.
25
Para la preponderancia de la unidad autor-obra, ligada a la relación entre el surgimiento de la noción de
autor y la individualización en la historia de las ideas, la literatura, la filosofía y las ciencias, cf. Foucault M.
“¿Qué es un autor?”, Litoral, 25/26, 1998, pp. 35-71.
98
Cómo es que no sentimos todos nosotros que las palabras de las que dependemos
nos son de alguna manera impuestas. Es precisamente en eso que lo que se llama
un enfermo va algunas veces más lejos que lo que se llama un hombre normal. La
cuestión es saber por qué un hombre normal, llamado normal, no se da cuenta que
la palabra es un parásito; que la palabra es un enchapado; que la palabra es la forma
de cáncer por la cual el ser humano está afligido. ¿Cómo es que hay quien llega
hasta a sentirlo?26
Con estas frases Lacan hace referencia en su seminario del 17 de febrero de 1976 a
una presentación de enfermo que tuvo a su cargo unos días antes. El personaje a quien
entrevista en esa ocasión tiene la experiencia de lo que él mismo llama palabra impuesta;
se trata de palabras que “se imponen a su intelecto”27, en las que no se reconoce como
habiéndolas pensado o enunciado. Es en esto que el enfermo va más lejos que el normal:
éste no se da cuenta que las palabras de las que depende para hablar le son impuestas, que
se alojan en él al modo de un parásito. Esta relación que el humano tiene con el lenguaje
determina que al hablar diga más de lo que se propone, que sólo pueda tener un control
precario sobre lo que dice o quiere decir y sobre lo que otros le transmiten con su decir.
Lo anterior delinea una estructura que el rumor y el chiste comparten. En el chiste
alguien tiene una ocurrencia ingeniosa, la que a su vez le cuenta a otro, a quien le
corresponde validar ese dicho como un chiste –con su risa-, para reiterar a su vez el
procedimiento. Cuando el chiste es tendencioso, por ejemplo hostil, aparece un otro
adicional, aquél del que el chiste hace escarnio28. Tenemos entonces una combinación de
por lo menos tres o incluso cuatro elementos: dos participantes que entran en la circulación
de la agudeza, más el dicho que la constituye, que puede referirse a otro más. La
intervención del Otro es aquí constitutiva: por un lado, el “creador" del chiste ocupa él
mismo el lugar del Otro en la medida en que es sorprendido por una ocurrencia que le cae
encima, que se le impone desde la alteridad del lenguaje; por otro lado, su dicho sólo
26
Lacan J. Le Sinthome. No editado. Versión G. T. Reunión del 17 de febrero de 1976 (Traducción mía: F.
M.)
27
Cf. Lacan J. “Una psicosis lacaniana”. Presentación de caso. Texto establecido por Jacques-Alain Miller
(traducción y prólogo de Vicente Palomera). Texto traducido por la Escuela Freudiana de Buenos Aires. De
hecho se puede decir que Lacan recibe del Otro la expresión palabra impuesta; en este caso la recibe por
imposición del señor Primeau, a quien entrevista en esa ocasión.
28
Freud S. El chiste… pp. 137-138.
99
adquiere el estatuto de chiste al ser sancionado por el Otro cuando ríe. Esta autentificación
por el Otro no es solamente el reconocimiento que aporta la risa del interlocutor, sino que
implica que este efecto hilarante es posible porque lo que se dijo es registrado en el lugar
del Otro como un mensaje que escapa a las convenciones del código de la lengua,
provocando por el equívoco significante la creación de un sentido nuevo29. El chiste
entonces siempre viene del Otro y su circuito sólo se cumple con su comunicación a Otro:
… nadie puede contentarse haciendo un chiste para sí solo. Es inseparable del
trabajo del chiste el esfuerzo a comunicar este; y ese esfuerzo es incluso tan intenso
que hartas veces se realiza superando importantes reparos. También en el caso de
lo cómico depara goce la comunicación a otra persona; pero no es imperiosa, uno
puede gozar solo de lo cómico dondequiera que lo encuentre. En cambio, se ve
precisado a comunicar el chiste; el proceso psíquico de la formación del chiste no
parece acabado con la ocurrencia de él; todavía falta algo que mediante la
comunicación de la ocurrencia quiere cerrar ese desconocido proceso.30
También en el rumor aparece esa tendencia apremiante a transmitir a otro lo que a
su vez viene del otro. Es ese circuito lo que constituye al rumor como tal. En su estructura
tenemos en juego por lo menos cuatro elementos: alguien le cuenta algo a otro, que a su vez
se lo cuenta a otro. Hay tres participantes que toman parte en la transmisión del rumor, más
lo que éste predica –acerca de un suceso (v. gr. un sismo, una guerra, una caída en la bolsa)
y/o acerca de alguien(es) (v. gr. Colosio va a ser sustituido como candidato por Camacho);
estas dos modalidades del predicado involucran siempre la participación o la suerte de
otro(s). Tanto en el chiste como en el rumor los componentes que los constituyen están
anudados de tal manera que si uno de ellos se desanuda todos los demás se sueltan, lo que
conforma una estructura borromea que al deshacerse provoca la pérdida de vigencia del
chiste o del rumor en cuestión.
El rumor circula en la voz popular, es transmitido a título de “dicen”, “se dice”, es
una de las modalidades de presentación de la voz del Otro –la expresión latina vox pópuli,
vox Dei proporciona una indicación sobre esa presencia del Otro en el rumor y sobre la
29
Cf. Lacan J. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires-Barcelona, Paidós; 1999. Particularmente las
primeras siete reuniones de este seminario tratan sobre el chiste.
30
Freud S. El chiste… p. 137.
100
creencia que le otorga su verosimilitud31. Esa voz está más allá de cualquier individuo, y al
mismo tiempo cualquiera está en condiciones de transmitirla, cualquiera puede ocupar ahí
el lugar del Otro, pues el crédito que el rumor encuentra no se sostiene en el aval dado por
el nombre propio de un presunto autor. Sin embargo, para poder participar con otros en la
difusión de un rumor se requiere formar parte de un horizonte cultural compartido con
ellos. Este es un rasgo adicional que el rumor comparte con el chiste, de tal modo que para
aquél vale lo que Freud dice para éste: “Así, cada chiste requiere tener su propio público, y
reír de los mismos chistes prueba que hay una amplia concordancia psíquica”32.
El público de un rumor constituye también una comunidad de intereses, de ahí que
el terreno de la política sea fértil para el surgimiento y circulación de rumores entre quienes
comparten su carácter de ciudadanos o de miembros de una colectividad organizada por
cierto régimen político. Nuevamente aquí la referencia al chiste nos aporta una orientación:
Es harto común que circunstancias exteriores estorben el denuesto o la réplica
ultrajante, tanto que se advierte una muy notable preferencia en el uso del chiste
tendencioso para posibilitar la agresión o la crítica a personas encumbradas que
reclamen autoridad. El chiste figura entonces una revuelta contra esa autoridad, un
liberarse de la presión que ella ejerce. En esto reside también el atractivo de la
caricatura, que nos hace reír aun siendo mala, sólo porque le adjudicamos el mérito
de revolverse contra la autoridad.33
El rumor es también, como el chiste, un recurso en contra del poder político. En la
medida en la que viene del campo del lenguaje, el rumor escapa a las distintas formas de
control: sea el de las convenciones sociales que regulan lo que puede o no ser dicho; sea el
de la ciencia que pretende explicarlo, predecirlo y controlarlo -“El rumor no posee ninguna
característica permanente que uno espera de un objeto de la ciencia”34-; sea el del poder
político que busca suprimirlo o contrarrestarlo a través de la censura, la propaganda o el
discurso oficial y oficioso. En este aspecto, la murmuración popular proporciona una vía de
31
Sobre el papel que cumple la vox pópuli en el asesinato de Álvaro Obregón cf: Sladogna A. “Vox Populi,
Vox Dei. Álvaro Obregón-José de León Toral (México, 1928)”. Epílogo a: Régis E. Los regicidas en la
historia y el presente. México, Libros de artefacto; 2000.
32
Freud S. El chiste… p. 144.
33
Ibíd. p. 99.
34
Froissart P. Op. Cit. p. 34.
101
reivindicación de los sectores sociales subordinados frente al poder estatal, una vía que le
permite a esos sectores conservar una parte de poder sobre la cual el régimen político que
los gobierna no tiene dominio. El denuesto, la diatriba y la caricatura que escarnece –como
en el caso del cartón político, que en México pertenece a una larga tradición opositora-, son
formas de degradación del amo35, como único recurso contra su poder y los privilegios que
recibe de él, en las que el participante en la reiteración del rumor encuentra un goce cercano
al de lo cómico: el que se desprende de la operación de desenmascarar, por la vía de su
ridiculización, la apariencia fálica del poder, ahí donde éste se presenta como lo que no es o
con una potencia que no le corresponde36. En este sentido se puede afirmar que el rumor
“dice más de lo que parece decir”37. En la especie que pone en duda la candidatura de
Colosio no está ausente ese propósito de ridiculizarlo –como lo muestra el carácter cómico
de los cartones políticos que reproducimos en el capítulo anterior- y de denostarlo38, al
poner en entredicho sus capacidades para hacer frente a la crisis del régimen y al insistir en
su debilidad política, oponiéndola a la “potencia” que los jerarcas del partido oficial le
atribuyen. Después del crimen que terminó con su vida se volvió “políticamente incorrecto”
hacer mención de esas carencias, si no es que hasta sospechoso de participación en el
complot magnicida.
El interpretador
El rumor popular es igualmente una manera de construir una versión del hecho
político distinta a la del poder estatal, una versión que hace aparecer las fracturas de ese
35
En 1945 Allport y Lepkin comentan a propósito del rumor de contenido político: “Se ha comprobado
asimismo que la calumnia y el descrédito políticos son aceptados con placer por los ciudadanos que
desconfían del partido gobernante”. Por supuesto no están hablando de México sino de Estados Unidos.
Citados en: Allport G. y Postman L. Op. Cit. p. 198.
36
“Desde que ustedes hablan de alguna cosa que tiene relación con el falo, eso es lo cómico”. Lacan J. R. S. I.
Séminaire XXII. Version non J. L. 11-3-1975 (Traducción mía: F. M.). Por cierto que esta presencia del falo
en lo cómico introduce ahí un tercer elemento que cuestiona el planteamiento de Freud en El chiste, como el
de Lacan, en 1957 en Las formaciones del inconsciente, que le atribuye una estructura dual a la comicidad; a
diferencia del chiste, al que le atribuyen una estructura ternaria. Cf. Freud S. El chiste… p. 137. Lacan J. Las
formaciones del inconsciente. Ed. Cit. p. 116.
37
No, estimado lector, no se trata de una cita de Lacan, es una frase utilizada por Allport y Postman. Op. Cit.
p. 183.
38
Lo cual es más claro en el caso de Salinas, al hacerlo el líder de una conspiración asesina en contra de su
amigo. Recuérdese el chiste comentado en el capítulo II: alguien le pregunta a su interlocutor quién mató a
Colosio y la respuesta es que está pelón saber, haciendo referencia a la calvicie de Salinas. Aquí la
difamación y la burla van de la mano del señalamiento de un atributo fálico.
102
poder y su discurso, al tiempo que provee una explicación que ofrece la seguridad de un
sentido pleno. Para lograr este objetivo, el rumor se basa en el pequeño indicio para
desconfiar de la versión oficial y producir otra que va en sentido contrario. Es posible que a
mayor compulsión estatal, mayor sea la propagación de esta estrategia, como ocurre en el
ámbito de la prisión política:
En ese mundo, donde los signos están prohibidos o rigurosamente controlados,
todo es signo y mensaje: todo es inevitable y enfáticamente significante. Y a su vez
todo preso político se convierte, desde que se incorpora al medio carcelario, en un
lector, un descifrador, un hermeneuta hipersensibilizado.39
Esa situación en la que todo es signo que se presta a ser descifrado, corresponde a
la forma de proceder de lo que Sérieux y Capgras llaman el interpretador40. La
encontramos operando a lo largo de la circulación del rumor que anticipa el final de la
candidatura de Colosio, en donde tal vez la información que se refiere a ese asunto no está
prohibida, pero el discurso oficial del régimen se empeña tanto en desmentir el rumor, que
consigue profundizar la sospecha con la que comúnmente son recibidas sus versiones, tanto
por la población en general como por una fracción importante de la clase política. Este
factor, sumado a las condiciones políticas que le dan verosimilitud al rumor, va a generar
un ambiente de suspicacia en el que la masa de información ambigua y contradictoria va a
proporcionar abundantes indicios para confirmar una versión que afirma lo que los voceros
del régimen niegan. Aquí ningún detalle es superfluo, todo es potencialmente un signo que
demanda ser interpretado.
El asesino de Colosio forma parte del público del rumor, está incluido en esa
comunidad de intereses a la que le preocupa el futuro del régimen, como lo permiten
colegir sus inquietudes políticas, la información que posee sobre el régimen y la coyuntura
política en la que éste se encuentra –véase su Libro de Actas-41, además de su interpretación
39
De Ípola E. Op. Cit. p. 29.
Cf. Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros
de artefacto; 2002.
41
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. pp. 363-369. La transcripción completa del manuscrito
de Aburto, así como su lugar en la posición subjetiva de éste y en la red de lazos sociales en la que tuvo lugar
el asesinato de Colosio, se puede encontrar en el capítulo siguiente: VII. Un sacrificio para salvar al país.
40
103
singular en el sentido de que en el lugar del crimen “posiblemente había más gentes ahí con
armas de que iban a hacer lo mismo”42 –es decir, cómplices de una conspiración en la que
él no participa, pero que también buscan eliminar al candidato. En este caso, el magnicida
no solamente está al tanto del rumor, pudiendo participar de su transmisión como
cualquiera, sino además deja ver que está tomado por esa forma de la voz del Otro hasta el
punto de comprometerse en un acto que le da consistencia real. Al hacerlo, sale de esa
condición de cualquiera, para suscribir con su nombre la realización del rumor: Aburto.
42
Ibíd. pp. 183 y 378.
104
VII. UN SACRIFICIO PARA SALVAR AL PAÍS
El arma, el puño y la letra
Desde las primeras declaraciones que realiza Aburto, cuando había transcurrido un
poco más de una hora del atentado en contra de Colosio, se refiere a un libro que escribió y
que estaría en manos de la prensa de los Estados Unidos:
…un libro que escribí, éste, está en los Estados Unidos, en, no lo tienen familiares
míos, son personas de la prensa de Estados Unidos y ellos son los que van a utilizar
esa información, ese material según que si no llegan a saber nada de mí que porque
quieren en verdad cooperar con el pueblo de México y que haya una verdadera
justicia y democracia, pero ahora mi miedo es de que, no morir porque no tengo
miedo a la muerte, nunca le he tenido miedo a nada, incluso renuncié a todo, a mi
familia, a mi nombre y fui condecorado como un Caballero Águila […]
Máximo de los guerreros y en Estados Unidos está este libro, y la prensa, la tiene y
lo va a utilizar, mi miedo es de que lo puede utilizar mal porque cuando yo hablé
con ellos, yo los busqué, me dijeron que, que sí iban a cooperar con nosotros y que
si en verdad estaban las cosas así, que este, que no iban a apoyar actos bélicos, que
si yo tenía una solución, este que la hiciera, siempre y cuando no pusiera en
peligro, la vida de otras personas, por eso reitero que no tenía ninguna intención en
hacerle daño al candidato, grave no, sólo herirlo pero cuando, cuando alcé el arma,
alguna persona me aventó o me movió, por eso pero mi intención tampoco era
hacerle daño a ninguna de las personas que había ahí, porque había niños y eso es
de gente loca […] si en un dado caso yo hubiera hecho daño a un niño, en ese
mismo momento me hubiera alzado el arma a mí y me hubiera disparado, pero, mi
intención es ésa, salvar al país de algo que a nadie nos conviene.1
1
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 375. La transcripción corresponde a partes del
interrogatorio policial dirigido por Raúl Loza Parra, el 23 de marzo de 1994, entre las 18:20 y las 19:00 horas
aproximadamente, en las instalaciones de la Subdelegación de la Procuraduría General de la República, en la
ciudad de Tijuana Baja California. El Informe especifica que la transcripción –de la que aquí se respeta la
puntuación- corresponde a la audio-grabación de los primeros 25 minutos, de unos 40 que duró el
interrogatorio.
105
Las cuestiones a las que Aburto hace referencia aquí –la justicia, la democracia, su
sacrificio personal para salvar al país, la renuncia a su familia y a su nombre, su investidura
como Caballero Águila-, permiten suponer que el libro al que hace mención es un
manuscrito que él llamó “Libro de Actas”, en el que aparecen estos temas, junto con otros
que conforman su análisis de la situación política del país2. Las referencias que aparecen en
él a los sesenta y cinco años de fundación del Partido Revolucionario Institucional (fundado
por Plutarco Elías Calles, con el nombre de Partido Nacional Revolucionario, en 1929),
permiten deducir que por lo menos una parte del documento corresponde al año 1994,
aunque no se encuentra fechado.
En aquel primer interrogatorio, realizado antes de que se confirmara la muerte de
Colosio, en el que Aburto acepta haber disparado en contra del candidato, con la intención
de solamente herirlo para “ser tomado en cuenta” por la prensa y poder advertir al país del
peligro en que se encontraba por la propagación de “actos bélicos” en distintos estados de
la República, acepta también haber escrito ese libro que entregó a personas de la prensa de
Estados Unidos, quienes van a utilizarlo si no llegan a saber nada de él. Al decir esto parece
querer protegerse de la posibilidad de que lo maten y no se sepa nada de él, pues acto
seguido, en la forma de una denegación, dice que no tiene miedo a morir3. Si está dispuesto
a sacrificar su vida por salvar al país, su muerte no puede ser una en la que no se llegue a
saber nada de él, en la que simplemente aparezca muerto en cualquier parte; si él toma ese
riesgo es para ser tomado en cuenta bajo esa nueva identidad de Caballero Águila, en la que
él ya no es identificado por su nombre propio, al cual renunció además de renunciar a su
familia4.
2
Según otra versión, Aburto sería autor de otros libros: “Mario se confesó autor de varios libros sobre temas
pacifistas, los cuales ya entregó ‘a la prensa extranjera’ ”. Cf. Siglo 21, 1994, marzo 24.
3
En entrevista con el semanario Zeta, efectuada por el periodista Jesús Blancornelas un mes después del
asesinato, Aburto afirma explícitamente que si lo llegaran a sacar de prisión y luego apareciera muerto en
alguna parte, “es porque el gobierno así lo hizo, no porque yo lo haiga hecho…”. Blancornelas J. J., González
H. J., Navarro A., Ortiz F. J. El tiempo pasa. De Lomas Taurinas a Los Pinos. México, Océano; 1997. p. 116.
En la misma entrevista el periodista le pregunta por un dibujo incluido en un libro. En el dibujo se encuentra
un hombre con una bandera atravesada, una letra M en el cinturón y a un lado un caballero águila. Aburto
niega haber hecho ese dibujo y dice que al libro le han metido dibujos que no son suyos, que ese libro de
dibujos mucho tiempo atrás se lo regaló a un primo suyo. Las referencias parecen indicar que en este caso se
trata de un libro distinto al “Libro de Actas”. Cf. Ibíd. pp. 107-108 y 114-115.
4
Mientras tanto sus aliados de la prensa estadounidense, quienes harían uso del libro a favor de la causa de
Mario Aburto, pueden cambiar de signo esa utilización, al parecer por el hecho de que éste puso en riesgo la
106
Dos años después del magnicidio, el 28 de marzo de 1996, Aburto es entrevistado
por la “Comisión de seguimiento a las investigaciones del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta”, de las cámaras de diputados y senadores. En esta ocasión niega
tajantemente haber disparado en contra de Colosio, dice que iba delante del candidato, que
escuchó dos disparos detrás de él y en el momento de voltear lo jalaron, que no sabe qué
pasó ni de dónde salieron los disparos; pero en lo que se refiere al Libro de Actas, cuando
se le pregunta acerca del Caballero Águila, acepta su autoría:
“Lo del Caballero Águila (…) eso no es mas que un personaje de un libro que
estaba escribiendo (…) que no llegó ni a libro era un borrador nada más (…) si yo
lo estaba escribiendo de mi puño y letra y ese jamás lo voy a negar porque eso sí es
verdad lo del libro y está con mi puño y letra (…) ese escrito es este, empleé entre
lo ficticio con la realidad, es nada más un simple borrador, un borrador que fue
este, alterado por qué, porque al Libro de Actas ustedes pueden verlo, el original le
arrancaron hojas, o sea que alteraron totalmente todo el contenido del Libro (…)
me sentenciaron porque tomaron en cuenta supuestas pruebas, como ese escrito (se
refería al Libro de Actas) que para tomar en cuenta todo lo que había sido yo (…)
vamos hacer una cosa, si ustedes me lo permiten claro, por qué no lo mandan a
publicar y que sea la gente la que tomen su decisión y diga en verdad, que se forme
un concepto 5.”
El libro ha quedado en un borrador, que además ha sido alterado al arrancarle
hojas, el Caballero Águila es solamente un personaje, una mezcla entre lo ficticio y la
realidad…lo que no hace obstáculo para que Aburto proponga la publicación de lo que ha
escrito de su puño y letra. Su puño ya no aparece sosteniendo el arma homicida, ahora
sostiene la pluma con la que escribió su visión anticipada de un cambio que se avecinaba en
el país: y un día la pluma sera mi arma pero mi arma mas peligrosa para los injustos cera
vida de otras personas. Por ahora no hay elementos que permitan precisar en qué sentido sería mal utilizado el
libro, pero sus antiguos aliados dejarían de serlo, ¿estarían entonces en posibilidades de unirse a ese alguien
extranjero que está interesado en poner en peligro al país desestabilizándolo? –supuesta conspiración a la que
se refiere Aburto en el interrogatorio mencionado, como una de las razones que lo llevaron a atentar contra el
candidato priísta.
5
PGR. Informe… Tomo II. p.447. Los paréntesis incluidos en el texto corresponden al original, así como el
resto de la puntuación.
107
mi voca6; cambio que requería de su sacrificio personal para poder realizarse. El pasaje al
público de lo que salió de su puño y letra, permitirá que otros puedan decidir acerca de su
participación en el asesinato que contribuyó a derribar uno de los pilares del sistema
político mexicano. Al insistir en la publicación de su libro-borrador, Mario Aburto retoma
su intención original de hacer saber a otros lo que ha escrito en él7, lo que permite pensar
que la ficción que ahí acompaña a la realidad es la envoltura necesaria para que la verdad a
la que él se refiere pueda ser dicha. Queda pendiente de respuesta la pregunta por la
consistencia subjetiva de esa verdad.
El Libro de Actas
El informe de la Procuraduría General de la República presenta así el manuscrito:
“Este documento se encontró en el baúl con pertenencias de Mario Aburto Martínez. Su
transcripción es literal, respetando su propia gramática”8. He aquí su contenido
Aquellos que esten encontra de las decisiones del Pueblo. que se consideren
traidores ala Patria.
Se abre un capítulo mas en la istoria de estos estados heroicos y de la
nacion entera, dando paso alos ideales de un hombre que preocupado por el
futuro
de
su
País
deside.
contribuir
para
seguir
construllendo
un
país
Mejor cada día, acosta de su propia vida, renunciando a todo asta su propia
familia.
"Porque los verdaderos hijos de la patria lo demuestran con hechos no con
palabras".
6
Cf. Frase tomada del Libro de Actas (infra). La pluma, en su acepción original, es parte también de la
vestimenta del guerrero azteca perteneciente a la cofradía de los caballeros águila.
7
Esta insistencia sale al paso de una teoría de la conspiración que sostiene que el Libro de Actas no fue
escrito por Aburto y que fue “sembrado” como una prueba falsa para inculpar a éste del asesinato de Colosio.
8
PGR. Informe… Tomo II. pp. 363 a 369. La transcripción literal –incluyendo su gramática, sintaxis, sea que
a ésta se le considere o no parte de aquélla, y ortografía- del texto de Aburto corresponde a las cursivas.
108
El
país
a
hido
cambiando
gracias
a
todos
aquellos
valientes
que
han
ofrendado su vida por los ideales de un pueblo que sufre las injusticias de
sus gobernantes, y luchando por una verdadera justicia y democracia.
Que no sea henbano el sacrificio de aquellos valientes que isieron baler los
derechos
del
Pueblo
oprimido
y
engañado,
ellos
que
contanto
sacrificio
quisieron darnos un país cada día mejor.
Esto es solo el principio de un gran y verdadero cambio, y el cambio se vera
desde donde empiesa la patria.
Hagace responsable de los hechos atodos aquellos gobernantes que siempre
quisieron tomar decisiones que solo le correspondian al pueblo.
Los gobernantes que no cumplan con el pueblo con una verdadera justicia y
democracia que pagen las consecuencias.
Suscrita por un hijo de la patria.
Caballero Águila
Mis declaraciones recorreran el mundo en vusca de apollo y comprenciones
por parte de los países hermanos de America entera y de los demas continentes.
Asiendoles saber que en este país un partido, aformado un inperio que a
tenido
al
pueblo
engañado
desde
hace
muchos
años,
y
que
utilizan
los
términos equivocados y que no les corresponden, escudandose también tras las
grandes figuras de grandes Heroes de la Revolucion.
Por tal motivo no a sabido cumplir con las demandas de un pueblo sediento de
justicia.
109
Muchos de mis hermanos han preferido salir del país en vusca de mejores
oportunidades y en vusca de un país donde su palabra verdaderamente cuente y
sea respetad, Pero esa no es la solucíon, las solucíones deven hacerse en
su patria y quedarse para hacer valer sus derechos como ciudadanos y como
verdaderos hijos de la patria.
su propio candidato ala presidencia alguna vez asepto que su partido habia
fallado y siempre ablo con demagojia al higual que algunos mandatarios que
dejaron al país siempre con mas problemas, agrabando asi el problema de este
gran pais hermano del mundo entero por ser un pais pasifista, que siempre a
hestado en pro de la paz Mundial.
Aunque ustedes no lo crean pueblos del mundo entero y Naciones". En este
pais
existen
todavía
dictadores
apollados
por
el
inperio
formado
por
un
partido político.
De todos aquellos hechos culpables ninguno resulta ser tan culpable que,
cuando más nos estan engañando atodo el pueblo, tratan de aparentar bondad.
Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las veces pero jamas se
a podido engañar a todos todas las veces. Por que sabemos perfectamente bien
que a habido fraudes en las elecciones y portal motivo el pueblo pide a
organismos
internacionales
defensores
de
los
derechos
humanos
esten
precentes en el país para hacer valer las decisiones del pueblo.
Sabemos perfectamente bien que el error es un arma que acaba siempre por
erir al que la emplea.
Hermanos, es preciso saber lo que se quiere; cuando se quiere, hay que tener
el
valor
de
realizarlo.
Y
mientras
que
decirlo;
y
recordemos
las
cuando
que
inteligencias
las
se
dice,
se
inteligencias
medianas
personas.
110
los
debe
tener
grandes
sucesos,
el
discuten
y
las
coraje
las
de
ideas,
pequeñas
las
Agance
ala
idea
de
que
vivir
para
los
demás
no
es
sólo
la
ley
del
deber y de la vida si no también la ley de la felicidad por que el que hace
respetar la democracia donde no se respeta es más útil a la humanidad que
miles de políticos reunídos.
Hermanos cumplan con su dever y confien en dios que el jamas los abandonará,
por que dios esta con los justos porque el es justo.
Muchos criticaran su apariencia pero también muchos más advertiran lo que
ustedes son; los verdaderos hijos de la patria que se preocupen por el
futuro de su pais.
No te lamentes de los ayeres con todas esas quejas vanas por que hay
promesas en las montañas y en el campo y las ciudades. Unanse, formen todos
un solo ideal.
Hispanidad y razas muestren los dones que fueron antaño su triunfo, griten a
los cuatro vientos, y estos sean los que lleven sus peticiones al mundo
entero.
La prensa tiene una mision especial que es la de informar con la verdad y
Sancionar la mentira y la calumnia.
La prensa tiene deveres y su obligacion es informar sin que sea censurada.
Este país sera ejemplo de las demas Naciones por que demostraremos que no
son necesarias las armas para cambiar un mal sistema político.
¡Fuera el mal gobierno, muera la descriminación racial, viva la paz mundial!
En una ocación que me encontraba en el campo, en mi infancia, seme hacerco
un señor de avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color,
cabello
blanco
de
la
esperiencia
y
envidiable: y me dijo:
111
de
la
sabiduria,
con
una
enerjia
-Hijo dame fuego de la fogata.
y le conteste:
-Suelen ofenderme de esa manera, mas no saben que yo tan solo soy la mecha,
y un dia la pluma sera mi arma pero mi arma mas peligrosa para los injustos
cera mi voca. Y mi ejersito seran mis ideales y mi filosofía reconstructiva. y cada vez mas
mis filas iran asiendose cada vez mas numerosas. Por que todos apollaran ala justicia.
El me dijo:
-Estas seguro de lo que dises y de tus ideales por que yo estoy de acuerdo en
ellos.
Yo le conteste quesi.
El dijo:
-Que sea para bien de la patria, y en nombre del pueblo yo te nombro
Caballero Águila.
Alo que yo conteste:
Rindo protesta sin reserva alguna guardar y hacer valer la constitucion y las desiciones
del pueblo que es nuestro pais, con sus reformas alas leyes y desempeñar patrioticamente
mi nombramiento, mirando por el bien y prosperidad de nuestro pais.
Alo que el dijo:
-Si asi lo hicieres que la nación os lo premie, y sino os lo demande.
Recuerda que un pueblo engañado es capaz de todo.
No pretendo dar ordenes, solo hacer cumplir las deciciones del pueblo y sus
ideales.
Acontinuacion menciono algunas de las peticiones:
112
-La pobresa no solo ecsiste entre los indijenas, sino en muchas partes de la
poblacion, por tales motivos se quiere y se requiere que se mejore el nivel
de vida de los trabajadores para evitar el flujo de indocumentados al vecino
pais,
y
si
fuere
necesario
fortalecer,
rectificar
o
inplantar
nuevas
reformas ¡Que se hagan para bien!
-Que el sistema educativo nacional se le de todas las prioridades, tanto
para el alumnado en general asi como para los instructores y estos gosen de
un salario justo, para que la enseñanza asi, pueda llegar asta los lugares
mas dificiles de penetrar.
-Alos
puedan
estudiantes
continuar
que
con
trabajen,
sus
se
les
estudios,
de
todas
las
brindandoles
facilidades
todo
el
para
apollo
que
que
requieran, por que ellos son el futuro de nuestro pais, y para que halla jente apta
para el tratado de libre comercio.
-Qué este libro de actas sea reproducido por todas las univercidades, y sea vendido en la
nación y todo el mundo y todas las ganancias de las ediciones sean enpleadas para crear
un sistema de becas para estudiantes de bajos recursos o ingresos.
-Que
halla
un
tratado
internacional
para
conbatir
fuertemente
el
narcotráfico en todo el mundo, pidiendo la colaboración del país que es el
mercado mas fuerte en la compra, venta o distribución.
-Que sea proivida la venta de armas en todo el mundo para personas que
no pertenescan algun club de caseria o tiro, por que el tener armas en
casa entorpece al sistema policial.
-La corrupción sea castigada contodo el peso de la ley en todo tipo de
casos.
-Halla un organismo que enverdad este al cuidado, se preocupe verdaderamente
por la ecologia, el medio ambiente, cuidando de la tala y quema de vosquez y
la contaminacion del medio ambiente.
113
-Los medios de información no sean censurados de ninguna forma, porque ellos
tienen la misión de informar con la verdad y sancionar la mentira.
-Quien llegara a agredirlos de cualquier manera quien quiera que sea, que
sea castigado conforme a las leyes del pais en que se encuentren.
-Que
-Que
sean
sea
liberados
apollada
la
todos
clase
los
trabajadora
presos
en
su
políticos
resistencia
del
pais.
decidida
alos
planes imperialistas de un partido que a cumplido ya 65 años en el poder,
por que el imperialismo esta poniendo en peligro el destino del país y del
pueblo entero.
-La defenza de la paz sea primordial por la democracia Por que las fuerzas
de la paz son superiores alas de la Guerra.
-Que se busquen todas las posivilidades para evitar gerrillas y que vusquen
posivilidades por la via pasifica.
-Que todos los dictadores del pais sean destituidos de sus cargos, asi como
los que han llegado a puestos políticos recurriendo al fraude.
-Que la clase trabajadora no sea intimidada por no querer votar por un
partido.
-Que se den todas las facilidades para que se mejore el transporte publico.
-En todas las empresas del pais se impartan cursos reconocidos por la SEP
gratuitamente.
-Que la clase trabajadora gose de un salario mas justo.
-Que sean apollados los campesinos y se les den y gocen de todas las
facilidades para trabajar sus tierras.
-Y apollando el ideal de Zapata 'Que la tierra sea para quien la trabaja'
114
-La clase indijena sea tratada como ceres humanos que son y no se les
descrimine en ningún lado.
-Que se le ponga fin a la desigualdad de la mujer por que ellas también
cuentan con la capacidad para ocupar cargos, y asta puestos políticos que
asta la fecha solo eran para hombres, pedimos seles de la oportunidad de
demostrarlo
-Que
haya
una
mejor
vijilancia
en
nuestros
mares
para
controlar
la
explotacíon de recursos.
-Que
sean
protejidas
todas
las
especies
de
animales
acuaticos
como
terrestres, en especial aquellos que estén en peligro de extincion.
-Los pescadores gocen demas privilejios como un mejor pago asu mercancias y
tambien se les brinde todo el apollo para que en todos los ogares del pais
disfruten de lo que nos da el mar, así como disfrutamos de la indispensable
tortilla.
-Pretendemos
gobernantes,
liberar
el
a
narcotrafico,
la
el
Nacion
de
la
corrupcion,
deterioro
del
medio
ambiente,
los
malos
del
imperio
que a fracasado ya, justo cuando cumpla 65 años en el poder, la guerra, la
inestabilidad, de la mala imajen ante las demas naciones.
-Que la nacion entera gose de un nivel de vida cada dia mejor, que se viva
en Paz y Armonia todos los pueblos, no nada mas del pais sino tambien de
nuestros hermanos de toda America, que siga siendo un pais ospitalario y
alludar en lo que se pueda anuestros hermanos de toda America, que siga
siendo un pais 100% pasifista y que sirva como ejemplo para todas las
naciones, y que se haga ver que no hay necesidad de las armas para lograr
cambios para mejorar.
-Que las personas de avanzada edad sean tratadas con respeto y cariño, y no
sean tratadas como cosas que ya no nos siven, por que enverdad ellos son las
115
personas mas intelijentes del mundo, y que halla un organismo que los apolle
y demuestre al mundo que son personas muy valiosas.
-Que se tenga mas cuidado en la educación de los niños y tengan una
educacion y trato excelente, por que ellos son el futuro del pais y del
mundo entero.
-Pretendemos evitar que se siga explotando al obrero y el rico cada dia mas
rico mientras que el obrero siga peor o igual, sufriendo las condiciones
pauperrimas.
El movimiento que marcara el viraje en la Nacion, sera desde las montañas,
la cual al sacudir las bases mismas del Imperio, dara un poderoso impulso al
movimiento que pretendemos liberar ala Nacion Y abrira la perspectiva de la
victoria uniendonos con pleno éxito y sera por vez primera.
Los
pueblos
se
convertiran
en
manantial
inagotable
de
apoyo
moral
y
politico, y serviran de ejemplo para otras Naciones.
La formacion de un nuevo sistema devilitara al Imperio.
Los imperialistas trataran de minimizar por todos los medios, la importancia
del movimiento de cambio.
Para ello difundirán por todos los medios de comunicación que tienen el
firme proposito de cambiar su sistema y asta reformas, pero estas palabras
se veran como una flor en el osico de un cerdo. Al mismo tiempo se intentara
repartirse
el
poder
dos
partidos
politicos
que
se
uniran,
en
su
intento
desesperado por mantener el poder del imperio.
Se hablara mucho de la mision de un hijo mallor de la patria y su hecho, que
cambiara el rumbo de la Istoria. Los del Imperio jamas se han preocupado en desarrollar
en todos sus aspectos la economía de la Nacion ni de preparar a está para nuevos retos.
116
Guiados por sus calculos egoístas aceleraran aun mas el proceso de cambio de
los Liberadores de la Nacion.
-Con hechos se obligara al cambio, no con palabras, el pueblo solo cree en
los hechos no en las palabras.
El yugo de los imperialistas oprime, y aunque no en el mismo grado a casi
todos
los
sectores
empujara
al
cambio,
los
pueblos
no
se
resignaran
a
continuar engañados por el imperio, por que sabemos que se puede engañar
algunos o muchos alguna vez y algunos todas las vezes pero jamas se apodido
engañar a todos todas las vezes.
La mayoria (inmensa) simpatizara con todos aquellos que participaran en el
cambio, por que se les quitara la venda de los ojos, y adquiriran consiensia
sobre la explotacion y la descriminacion, y de todos los problemas.
Muchos con ideas muy positivas fueron ejecutados por el imperio porque
representaban
un
peligro
para
su
imperio
y
sabian
de
qué
si
ellos
le
quitaban la venda de los ojos al pueblo sin llegar adudas su inperio se
desplomaría.
El error de esos valientes que le desían al mal gobierno y asus malos
governantes, murieron como jesucristo, y fue precisamente predicando.
Por eso los que ahora vamos a cambiar al mal gobierno, cambiaremos de táctica para
primero quitarles la venda atodo el pueblo y despues predicarles la unica y verdadera
verdad y realidad.
Muchos hemos mantenido en secreto nuestros ideales para tomar desaprevinido
al imperio y continuar con vida, para seguir luchando por ideales que aran
un pais cada día mejor.
Tengo ocho años trabajando con un prollecto para tener un país
día mejor
117
o cada
Recuerdo cuando apenas tenia un año con el prollecto y por revelarlo a un
seguidor del imperio, por poco me cuesta la vida. Tenia escasos diesisiete
años de edad y tal vez por eso no lo tomaron tan en serio cuando revele mi
prollecto por segunda ocacion.
Aquella persona que le conte mi secreto era un abogado que tambien estaba de
acuerdo conmigo pero por conveniencia esta unido con el imperio y me dijo:
-Qué quieres que haga, si tengo esposa, hijos, padres, hermanos, familiares,
casa, dinero, no me puedo quejar estoy bien asi.
Yo le conteste:
-El vivir para los demas no es solo la ley del dever y de la vida, si no
tambien la ley de la plena felicidad, por que es mas importante aquel que hace respetar la
justicia y la democracia donde no se respetaban que muchos políticos juntos,
y un verdadero hijo de la Patria tiene que renunciar a todo, tan solo para
servir a la nacion, al pueblo y a sus ideales. Por que antes que todo
primero esta la patria".
La
desintegracion
del
Imperio
ejercera
una
notable
influencia
faborable
sobre el desarrollo de las relaciones internacionales.
Seran
muchos
los
países
que
implantaran
la
posición
antibélica
y
se
incorporaran al movimiento de paz.
La implantacion de nuevas reformas y la rectificacion de muchas, fortalecera al
acercamiento total del pueblo y aminorara la posibilidad de conflictos.
-El
programa
a
nuevas
reformas
sera
aprovado
por
toda
la
nacion.
-Los pueblos o el pueblo intervendra cada vez mas en forma más activa en
todas las desiciones del gobierno y de sus gobernantes.
118
-Los
Candidatos
verdaderamente
elegidos
por
el
pueblo
seran
llamados
a
desenpeñar su papel destacado en la solucion de problemas y nuevos retos y
formaran un equipo de trabajo para trabajar por el pueblo y para el pueblo.
Solo seran llamados los mejores para servir ala patria.
-Que se logre superar la escandalosa diferencia que existe en el nivel de
desarrollo economico de los distintos paises y asegurar a todos los sectores
de la poblacion.
-El fomento de la cultura sea mas activa.
Que la Istoria no se a detenida en una etapa sino que sea transformada y
siga el camino de la democracia popular.
-Nuestros ideales nos permiten alcanzar los mayores exitos y sera gracias al
pueblo, por que el pueblo es patria y Nacion, y sin pueblo no puede aver
patria ni nacion. Por que el verdadero gobernante de una nacion es el pueblo
no un mandatario, Por que el pueblo es el unico que tiene poder amplio y
apsoluto para elegir a sus gobernantes y encaso de no cumplir su papel
desenpeñado y destacado, enfrentando todo tipo de retos que se le presenten.
El pueblo tiene derecho y poder amplio para sustituir a su presidente cuando
el pueblo lo crea presiso y combeniente.
Nuestro pais cuenta con un inmenso potencial de competitividad y por tal
motivo puede mejorar su situación economica.
Por eso los candidatos ala Presidencia deven de analizar bien la responsabilidad que
tienen en sus manos.
-Para
que
competitividad
siga
es
nuestro
pais
necesario
que
contando
se
siga
con
preparando
nacionales para la Industria, la agricultura y la ciencia.
119
ese
inmenso
numerosos
potencial
de
especialistas
Y como resultado de todo ello optendremos cada vez mas un mejor nivel tanto
politico como comercial, y así tambien iran mejorando cada vez mas el nivel
de vida de todo el pueblo.
Pretendemos la libertad, la independencia y la felicidad del pueblo como
jamas sea conocido.
Es muy cierto que la clase mas acomodada nunca conocio las privaciones.
Sigue
siendo
inposible
ablar
de
felicidad
plena
entre
el
pueblo
mientras siga experimentando privaciones, miseria y asta hambre.
Es nuestra obligación de darle al pueblo lo que necesite para lograr sus objetivos de
progreso y ponerlo a salvo de las privaciones.
Nuestros ideales de progreso abarcan todas las esferas.
-Deve prevalecer el bienestar general del pueblo, la igualdad de derechos y
la paz, la livertad de exprecion, la justicia verdadera y la democracia.
-Deve también prevalecer el desarrollo de la persona en toda la extencion de
la palabra.
Todos
estos
ideales
tienen
sus
raises
en
las
condiciones
sociales
de
la
vida.
La explotacion y las calamidades de todo genero con denan ala Nacion entera,
de ahi que, el pueblo se una por un gran numero de deseos y aspiraciones.
Estos cambios y movimientos se realisan con los mas nobles ideales que el
pueblo alguna vez se imajino.
La
Nacion
ya
no
puede
aseptar
tantos
Indudablemente.
120
elementos
falsos
y
cambiara
El
pueblo
antes
de
aseptar
cualquier
propuesta
deve
ser
revisada
muy
cuidadosamente y ser discutida, para después aseptarla o rechazarla.
Cabria preguntar por qué las leyes, que hasta ahora nos rijen simplemente an
sido cambiadas por nuevas Reformas y esto ha abierto ahora nuevos horizontes
que nos permiten el ver cumplidos los mejores anhelos y esperanzas del país.
No, se trata de casualidades, los sueños del pueblo tienen bases.
Todos los cambios son producto de las condisiciones, del mal sistema y de
los malos gobernantes.
Es el momento de que las leyes del desarrollo coloquen los ideales del
pueblo como necesarios para un berdadero desarrollo.
Todas las tareas de la humanidad deven de ser lo mas perfectas quese puedan
para resolverlas inmediatamente.
Unos de los mas grandes problemas en nuestra sociedad es que los hombres se
han
vuelto
esclavos
de
la
riqueza
y
por
eso
caen
en
el
error
de
la
corupcion.
Los grandes ideales son los que hacen que las grandes masas sinpaticen con
nosotros y nos sigan por que ablamos con la verdad, no con demagojia.
El gobierno de ahora no tiene ideas ni mucho menos ideales capaces de
ganarse la confianza de todo el pueblo. De ahi que recurra ala infinidad de
fraudes.
La
Istoria
nos
de
la
y
paz
a
de
demostrado
la
igualdad
que
de
el
inperialismo
derechos,
de
las
es
el
peor
libertades,
la
enemigo
justicia
y la verdadera Democracia. En nuestra epoca se estan abriendo ante el mundo nuevos
caminos ala realización de todos los ideales del pueblo.
La economia jamas deve colocarse contra la ciencia.
121
La Historia la han hecho los heroes, las grandes personalidades alos cuales
los a seguido la multitud por tener confianza en ellos y por saber que sus
ideales son de justicia y de igualdad de derechos.
La
acumulacion
de
riquezas
y
capital
viene
siendo
resultado
de
la
explotacion de aquellos que no tienen nada más que su fuerza de trabajo y
esto los biene combirtiendo en trabajadores asalariados y que apesar de no
darseles
garantias
salarios
justos
y
facilidades
asepten
ser
para
que
trabajadores
sigan
estudiando,
asalariados
para
ni
no
gosen
de
morirse
de
ambre.
Todo trabajo es una inversion de fuerza humana en forma espesial y con fines
concretos, esta calidad de trabajo crea los valores de uso y de salario
justo.
Sin embargo el salario no es lo que parece ser es solo una forma disfrazada
de valor, dado que el salario no se presenta como lo que realmente es, y no
ecsisten los medios absolutamente necesarios para la vida del obrero y el
sustento de su familia ni de las necesidades vitales.
Todos
estos
problemas
de
los
trabajadores
nos
hacen
realisar
un
estudio
donde nos damos cuenta que hay organismos muy bien organizados para seguir
explotando al trabajador Inventando nuevas formas de explotacion de la mano
de
obra,
con
estandares
de
produccion
y
controlando
el
salario
de
los
trabajadores para así combertirlos para siempre en trabajadores asalariados
faciles de explotar.
Asta ahora el salario no ha compensado el aselerado desgaste fisico del
trabajador
a
causa
de
medidas
insalubres
en
las
que
todavía
se
trabaja descuidando así medidas de seguridad e ijiene y ademas contaminando
el medio ambiente.
Todos
los
articulos
de
consumo,
sustento
controlados por la ley del precio.
122
y
necesidades
vitales
deven
ser
Para que el trabajador no sea una masa uniforme de desgraciados sentenciados a vivir en
la miseria y sufriendo de necesidades prioritarias como: el derecho a seguir capacitandose
en los diferentes niveles.
El pais deve contar con una mayor repartision de sus riquezas para la
poblacion mas necesitada.
.Las promesas y peticiones en campaña de todo candidato para cualquier nivel
de
candidatura
sean
firmados
por
ellos
y
presentarlas
ante
la
opinion
publica y de los pueblos de toda la nacion entera para revisarse, aseptarse
o rechasarse.
Un pueblo engañado es capaz de todo
¿Qué lugar se le puede dar a este manuscrito en la red de lazos sociales en la que
tuvo lugar el asesinato de Colosio? ¿Qué lectura hacer de él para localizar algunas
coordenadas que permitan situar la posición subjetiva de Aburto en ese acto? El texto de
este libro-borrador, tomado en el a posteriori del acto, tal vez permita avanzar en la
construcción analítica de ese hecho como un caso. La intención reiterada del joven escritor
de que pase al público lo que él ha escrito, indica el propósito de hacer saber algo a otros –
propósito del que aquí se hace caso al tomar al pie de la letra su texto, tal como se
desprende de la puesta en operación de la función secretario.
El Libro de Actas nos presenta la manera como Aburto interpreta la realidad del
país, su análisis de la coyuntura, lo que podríamos llamar, en un sentido amplio, su teoría
política - en la que él tiene una función específica qué cumplir. En lo que se refiere al título
del Libro, conviene tener en cuenta que la palabra acta proviene del latín acta, plural de
actum, acto9. Que en este caso el acta como escritura debe su estatuto al acto, quedará
demostrado por los acontecimientos del 23 de marzo de 1994 -Porque los verdaderos hijos
de la patria lo demuestran con hechos no con palabras-, en los que Aburto hiere
mortalmente a Colosio, cambiando la historia del México de finales del siglo XX, al herir
9
Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia Española, Vigésima segunda edición; 2001.
123
también mortalmente al régimen de partido de Estado, que para entonces había cumplido ya
sesenta y cinco años.
El Libro de Actas se ocupa de los grandes problemas nacionales: la pobreza, la
justicia, la democracia, la educación, la discriminación racial, la migración, la ecología, la
cultura. Plantea reivindicaciones sociales y políticas que en su mayor parte la izquierda ha
hecho suyas: mejora del nivel de vida de los trabajadores, salario justo, castigo a la
corrupción, respeto a la libertad del voto, mejora del transporte público, libertad de prensa,
igualdad de oportunidades para las mujeres, defensa de la paz, control de la explotación de
los recursos naturales, liberación de los presos políticos, combate al narcotráfico,
prohibición de la venta de armas, etc. Las demandas de distintos sectores de la población
tienen cabida: indígenas, campesinos, obreros, pescadores, mujeres, profesores, estudiantes.
Aburto también está al tanto de los acontecimientos que tienen lugar en el país y que
coinciden con su causa: El movimiento que marcara el viraje en la Nacion, sera desde las
montañas, la cual al sacudir las bases mismas del Imperio, dara un poderoso impulso al
movimiento que pretendemos liberar ala Nacion… -lo que parece ser una alusión a la
rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que estalló el primero de
enero de 1994 en el estado de Chiapas, desatando una grave crisis de legitimidad en el
gobierno de Carlos Salinas de Gortari y en el régimen de Partido de Estado10.
Traza un análisis económico de clara influencia marxista11, en el cual la
acumulación de capital aparece como resultado de la explotación de los trabajadores, que
sólo cuentan con su fuerza de trabajo para sobrevivir. Delinea el papel del trabajo, como
inversión de fuerza humana, en la creación de valor. Denuncia la existencia de organismos
destinados a la explotación de la mano de obra, a través de estándares de producción y del
control de los salarios, que son insuficientes para cubrir las necesidades de los trabajadores
y sus familias -una masa uniforme de desgraciados sentenciados a vivir en la miseria y
10
Para poder cumplir su misión Aburto se va a referir en sus declaraciones posteriores a ese movimiento
como un peligro del cual tenía que salvar al país.
11
Un conocido suyo comenta haberlo visto leyendo un libro de Carlos Marx, otro cuenta que lo vio con libros
de “filosofía marxista y comunismo”. Al primero de ellos le dice que ha leído varios libros sobre socialismo.
Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 299. Por otro lado, las investigaciones judiciales no pudieron encontrar
indicio alguno que vinculara a Aburto con alguna organización o partido político de cualquier tendencia,
asociación religiosa o de otro tipo. Ibíd. p. 362.
124
sufriendo de necesidades prioritarias. Demanda otra distribución de la riqueza -El pais
deve contar con una mayor repartición de sus riquezas para la poblacion mas necesitada.
Caracteriza al sistema político mexicano como un imperio formado por un partido,
que a fracasado ya, justo cuando cumpla 65 años en el poder12, y que pone en peligro el
destino del país y del pueblo. El imperio apoya dictadores, malos gobernantes que no
cumplen con el pueblo y toman decisiones que le corresponden a éste, pero sobre todo
opera con el engaño. El engaño de los fraudes electorales, de la corrupción, de los
dictadores que tratan de aparentar bondad, de las promesas de cambio del sistema y de
reformas que no se cumplen. El candidato del partido en el poder es parte activa en ese
engaño -su propio candidato ala presidencia alguna vez asepto que su partido habia
fallado y siempre ablo con demagojia al higual que algunos mandatarios que
dejaron al país siempre con mas problemas…Es a ese engaño al que los pueblos ya no
están dispuestos a resignarse –Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las
veces pero jamás se a podido engañar a todos todas las veces. Es por eso que la respuesta
del pueblo al engaño está ligada al fracaso del imperio, a su desintegración y a la formación
de un nuevo sistema, pues un pueblo engañado es capaz de todo.
La definición del régimen político mexicano como un imperio no es exclusiva de
Aburto, se trata de una concepción compartida con otros13. El historiador mexicano Enrique
Krauze publica en 1997, tres años después del asesinato de Colosio, un libro titulado La
presidencia imperial, en donde plantea que la estructura del Estado posrevolucionario, que
tiene entre sus características fundamentales la concentración de un poder absoluto en el
presidente de la república, está ligada a la tradición política de la etapa virreinal y a la
adopción de “el diseño estático del siglo XVII español, la forma –típica de la dinastía de los
Habsburgo- de una arquitectura jerarquizada y corporativa ‘hecha para durar’…”14. El
12
El aniversario número 65 de la fundación del Partido Nacional Revolucionario, rebautizado como Partido
Revolucionario Institucional, ocurre el 6 de marzo de 1994, diecisiete días antes del asesinato de Colosio.
13
Así como la idea, también expresada por Aburto, de que dos partidos políticos se unirán, compartiendo el
poder con el fin de conservarlo, coincide con numerosos análisis políticos de la llamada “transición mexicana
a la democracia”, que ven en el bipartidismo PRI-PAN una estrategia de continuidad de los intereses de
algunos grupos de poder.
14
Krauze E. La presidencia imperial. México, Fábula Tusquets; 2003. p. 29 –los datos corresponden a la
segunda reimpresión en esta editorial. Por cierto, el capítulo que el autor dedica a Salinas está titulado:
“Carlos Salinas de Gortari. El hombre que sería rey”. pp. 455-486.
125
poder del presidente corresponde al de un monarca, absoluto mas no vitalicio, de cuya
autoridad depende el rumbo de la nación, ejerciendo un dominio sobre todos los asuntos del
Estado y para quien el país es una extensión de su patrimonio personal.
Aburto es un obrero que labora en las maquiladoras de la frontera norte, empresas
ligadas a “capitales peregrinos” que emigran de país de un día para otro, en donde los
trabajadores no cuentan con contratación individual ni mucho menos colectiva, carecen de
seguridad social y casi de cualquier modalidad de prestación laboral, en una ciudad
(Tijuana) en la que la violencia, el narcotráfico, la corrupción y la miseria conviven como
parte de un paisaje urbano habitado por una población flotante de desempleados de las
regiones más empobrecidas del país que buscan emigrar a los Estados Unidos, “polleros”
que a cambio de una suma considerable de dinero prometen ayudarles a cruzar ilegalmente
la frontera, pandilleros, asesinos a sueldo, narcotraficantes de todos los niveles, travestís,
prostitutas, gobernantes y policías corruptos, etc. –circunstancias y agregados sociales que
conforman en México ese lazo cultural posmoderno conocido como “narcorrealismo”15.
Los bajos salarios, la explotación, la pobreza, la imposibilidad de decidir sobre sus
condiciones de vida, todo eso acerca de lo que Aburto escribe forma parte de su experiencia
cotidiana junto con la de muchos otros, millones de individuos que comparten esa realidad
o una muy similar en las fronteras de México y en el resto de su territorio. Los
razonamientos del joven obrero llevan a un conocido periodista a decir: “Puedes o no estar
de acuerdo (con los análisis), pero no son de un deschavetado, de un descompuesto, de un
desequilibrado”16. Si en el Libro de Actas y en los dichos de quien lo escribe nos
encontramos frente a manifestaciones que pudieran ser calificadas de delirantes, habría que
concluir: primero, que el delirio participa de interpretaciones compartidas ampliamente en
la sociedad en la que tiene lugar, hasta el punto de que se hace difícil su diferenciación
respecto de la llamada “normalidad”; y después, que la locura no solamente tiene un
contacto estrecho con la realidad, cualquier cosa que eso signifique, sino que la estudia
detenidamente, con método. Pero entonces, si estamos frente a un delirio, ¿qué es lo que
permite definirlo como tal? Quizá se pueda avanzar en la respuesta a esta interrogante si se
15
Cf. Yépez H. A. B. U. R. T. O. México, Editorial Sudamericana; 2005.
Palabras del periodista Ricardo Rocha, citadas en: “Desconcierta a autoridades Mario Aburto”. Reforma,
2000, marzo 16. Reproducido por Infosel Noticias: http://www.terra.com.mx/noticias/ -el paréntesis
corresponde al texto citado.
16
126
toma en cuenta la participación singular del autor del manuscrito -eso es justamente lo que
él espera: ser tomado en cuenta- en ese tejido de interpretaciones socialmente compartidas.
El sacrificio
Aburto anticipa como un iluminado el principio de un gran y verdadero cambio.
En carta dirigida a su hermano mayor, quien se encontraba en ese momento trabajando en
los Estados Unidos, le dice: “Quiero seguir estudiando para servir ami patria a la que ya
esta desapareciendo y para que tu y todos se sientan orgullosos de mí…”17. Un amigo suyo
habla de él en los siguientes términos: “…como que tenía el instinto de saber verdades más
profundas, era soberbio como si tuviera una mente más lúcida, era un tipo arrogante y no
alternaba con cualquier persona…”18 Otro amigo –quien se refiere a su relación con Mario
Aburto diciendo: “más que haber hecho una relación de amistad, era una relación de
poder a poder”-, militante del PRI, con quien tenía frecuentes discusiones sobre política, en
el momento en que le es mostrado durante el juicio el Libro de Actas y un dibujo donde
aparece un hombre con una bandera en el pecho, dice no conocer el libro, sin embargo:
“Las ideas se le hicieron conocidas porque lo escrito era la forma de pensar de Mario
Aburto, era como anunciar que algo estaba por llegar […] era obcecado en sus
pensamientos […] se adjudicó la defensa de las personas desprotegidas […] Tenía la idea
de que todos eran menos que él o que todos eran ignorantes y él tenía que hacer algo por
todos, porque el resto no lo podía hacer; tenía que ser alguien brillante como él”19. El
cambio que anticipa no ocurrirá sin el sacrificio de un hombre que solamente puede ser él
mismo, pues la Historia, con mayúscula, la hacen los héroes - La Historia la han hecho los
heroes, las grandes personalidades alos cuales los a seguido la multitud por tener
confianza en ellos y por saber que sus ideales son de justicia y de igualdad de derechos.
Interpreta los sucesos recientes del país como el anuncio de la desintegración de un sistema
político y la formación de otro, incluso como la desaparición del país, para lo cual es
requerido un sacrificio que tiene también dimensiones históricas -Se abre un capítulo mas
en la istoria de estos estados heroicos y de la nacion entera-, en donde, como otros
17
Carta dirigida a Rafael Aburto Martínez, el mayor de los hijos de la familia –Mario es el segundo de seis
hijos. PGR. Informe… Tomo II. p. 370 (la ortografía y sintaxis corresponden al original).
18
Ibíd. p. 291.
19
Ibíd. p. 328.
127
valientes que han ofrendado su vida por los ideales y los derechos del pueblo, él contribuirá
a un país que será mejor acosta de su propia vida, renunciando a todo asta su propia
familia.
El sacrificio de su vida, que aparece repetidamente en el manuscrito, es invocado
desde aquella primera declaración de Aburto, cuando afirma que quería herir al candidato,
que de ese modo la prensa lo tomaría en cuenta y podría advertir del peligro en que se
encontraba el país, cuando miles de personas, en varios estados, podrían repetir los
acontecimientos de la rebelión armada en Chiapas: “...la cosa es más grave de lo que
muchos se imaginan y yo por eso preferí mil veces sacrificar mi vida a que hubiera pasado
otra cosa de Chiapas”20. La renuncia a su familia y a su nombre forman parte de ese
sacrificio: “…renuncié a todo, a mi familia, a mi nombre y fui condecorado como un
Caballero Águila…”21. Al suscribir el Libro de Actas como un hijo de la patria y como
Caballero Águila muestra que la vía de su sacrificio está ligada a su ubicación en una nueva
genealogía.
La identificación con el Caballero Águila va acompañada de un prestigio que
Aburto utiliza en su estrategia de seducción cuando se propone conquistar a una mujer. A
una amiga, con la que Mario Aburto va al museo de cera de Tijuana, le dice cuando se
encuentran frente a la figura del guerrero azteca: “que admiraba mucho a ese personaje ‘por
ser una gran guerrero, que a él le hubiera gustado ser como él, es un personaje que él
admira mucho’”22. En otra ocasión lleva a ese mismo lugar a una compañera de trabajo con
la que empezaba a salir y frente a la misma figura le dice: “cuando regreses a Tijuana me
vas a ver en una figura de cera”23. A una novia suya, a la que le hace saber desde la primera
vez que salieron que mataría a Colosio, le comenta “que en su partido era conocido como
‘El Caballero Águila’, ya que en el mismo se nombraban con nombres de animales”24.
20
PGR. Informe… Tomo II. p. 374.
Ibid… p. 375.
22
Blancornelas J. J. et al. O. cit. p. 159.
23
PGR. Informe… Tomo II. p. 330.
24
Ibid.
21
128
Todavía cuatro años después del asesinato del candidato presidencial, Aburto sigue
firmando sus dibujos como “Caballero Águila”25.
Es interesante tener en cuenta que los “caballeros águila” y los “caballeros jaguar”
forman las dos principales cofradías de guerreros entre los aztecas. En este pueblo los
varones están consagrados a la guerra desde que nacen, se trata de una actividad que está en
el centro de su vida social, religiosa y política –de hecho, la jerarquía de los guerreros
coincide en sus niveles superiores con la del Estado. La carrera militar está llena de
prestigio, honores y riquezas. Sin embargo, no todos llegarán a ser guerreros, solamente los
que van mostrando capacidad para el combate pueden permanecer dedicados a las armas e
ir ascendiendo de categoría –lo cual depende del número de prisioneros que hagan en
combate, para ofrecerlos en sacrificio a los dioses-, hasta llegar a formar parte de una de
esas dos órdenes militares de rango superior: la de los “caballeros jaguar”, ataviados con
una piel de ese felino, y la de los “caballeros águila”, ataviados con plumas de águila y un
casco con la forma de la cabeza de esta ave. Los primeros son los soldados de Tezcatlipoca,
dios que preside las casas de los jóvenes cuando empiezan a recibir educación militar, los
segundos son los soldados del sol; el jaguar corresponde a una fuerza telúrica y el águila,
que está ligada al mito del sol, a una celeste26.
Según el mito del nacimiento del sol, los dioses se congregaron en Teotihuacan en
medio de las tinieblas que cubrían el mundo. Uno de ellos, una divinidad menor, se ofrece
en sacrificio y se arroja a una gran hoguera, de donde surge convertido en el astro. Sin
embargo este sol permanecía inmóvil, sólo podía empezar su movimiento si se le
alimentaba, como la sangre era su alimento los dioses se sacrificaron y el sol pudo entonces
iniciar su curso. El sol pudo nacer gracias al sacrificio de un dios y continuar con vida
gracias al sacrificio de los otros dioses. Desde entonces, para que las tinieblas no se
25
Ibíd. p. 331. Informe de la reunión con el equipo técnico del Centro Federal de Readaptación Social, el 19
de febrero de 1998.
26
Sobre la guerra y los sacrificios a los dioses entre los aztecas cf. Soustelle J. La vida cotidiana de los
aztecas en vísperas de la conquista. México, Fondo de Cultura Económica; 2003. pp. 52-70. Cf. también
entrada “Águila” en: Chevalier J. (Dir.) Diccionario de los Símbolos. Barcelona, Herder; 1986. p. 62.
El más conocido de los Caballeros Águila es Cuauhtémoc (“águila que desciende”), el último tlatoani,
máximo gobernante o emperador azteca. Cuauhtémoc dirigió los ejércitos aztecas en contra de la invasión
española y desde entonces se ha convertido en un símbolo nacional de la defensa de la patria ante la invasión
extranjera –para Mario Aburto el atentado en contra de Colosio es la respuesta a una conspiración en la que
posiblemente alguien del extranjero pone en riesgo al país.
129
apoderen del mundo es necesario ofrecerle al sol su alimento, la sangre humana, llamada
“el líquido precioso” (chalchiuatl)27. El sacrificio es necesario para evitar un cataclismo en
un mundo continuamente amenazado por las fuerzas de la naturaleza, las enfermedades, el
hambre, la guerra y las divinidades monstruosas del occidente que pueden devorar a los
hombres si la oscuridad llega a reinar definitivamente. Cuando un sacerdote ofrece el
corazón de una víctima a los dioses, aplaza por un tiempo la catástrofe que amenaza
constantemente la existencia de la humanidad. Así como el sol, las demás divinidades,
ligadas a las distintas fuerzas de la naturaleza, requieren de la sangre humana para
mantenerse con vida. De hecho, a la víctima de un sacrificio generalmente se le vestía y
adornaba con los atributos del dios al cual se le ofrecía, de tal manera que era el dios mismo
el que volvía a morir ante su propia imagen en el templo, como había ocurrido en el inicio
del mundo. Igualmente era la carne de ese dios la que se ingería en las ocasiones en que se
llevaba a cabo el canibalismo ritual. El sacrificio es un deber sagrado por el cual de la
muerte nace la vida, a través de él se garantiza la salvación del mundo y el bien para los
hombres.
El sacrificio es parte fundamental de la vida y la muerte del guerrero, ya sea el
sacrificio de sus prisioneros de guerra o el suyo propio:
Morir en el combate, o mejor todavía, en la piedra de los sacrificios, era para ellos
la promesa de una dichosa eternidad: porque el guerrero caído en el campo de
batalla, o sacrificado, tenía asegurado su lugar entre los ‘compañeros del águila’,
los quauhteca, que acompañan al sol desde su salida por el oriente hasta el cenit, en
un cortejo deslumbrante de luz y resplandeciente de alegría, para reencarnar
después en un colibrí y vivir por siempre jamás entre las flores.28
El sacrificio es un honor que no solamente no es evitado por la víctima, sino que
en ocasiones es buscado para cumplir con la voluntad de los dioses; rehusarse al sacrificio
es contrariarlos y exponerse a consecuencias aún peores. En este contexto la guerra es
siempre una actividad sagrada en la que se concretan los proyectos de los dioses, no busca
la destrucción del contrincante en el campo de batalla, sino hacerlo prisionero para llevarlo
27
28
Soustelle J. Op. Cit. P. 102.
Ibíd. p. 59.
130
al sacrificio; es la manera en que se dirime con otros pueblos a los que se conquista el
enfrentamiento entre los dioses respectivos.
Una vida nace de la muerte, esa es la esencia del sacrificio entre los aztecas, por lo
mismo la relación del guerrero con el prisionero que será sacrificado no está basada en la
crueldad, sino que entre ambos se establece una relación de filiación: cuando un guerrero
vencía a otro en el campo de batalla y lo hacía prisionero se refería a éste como “mi hijo
bien amado”, quien a su vez llamaba al otro “padre venerado”29. Un padre ofrece a su hijo
en sacrificio para que vuelva a nacer, este segundo nacimiento junto a los dioses es al
mismo tiempo lo que hace posible la continuación de la vida de éstos. El lazo de filiación
que los unía tenía consecuencias más allá de la muerte de la víctima y se reflejaba en
elementos del rito sacrificial:
El señor del captivo no comía de la carne porque hacía de cuenta que aquella era su
misma carne, porque desde la hora que le captivó le tenía por hijo, y el captivo a su
señor por padre, y por esta razón no quería comer de aquella carne. Empero, comía
de la carne de los otros captivos que se había muerto.30
Lo ficticio con la realidad
La pequeña ceremonia en la que Aburto, que según su decir se encontraba todavía
en la infancia, es nombrado Caballero Águila por un anciano revolucionario, jurando
guardar y hacer valer la constitución, las leyes, las decisiones del pueblo y desempeñar su
nombramiento patrióticamente, marca un momento decisivo en su vida31. El hecho de que
reciba ese nombramiento de parte de un personaje con esas características -un señor de
avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color, cabello blanco de la
esperiencia y de la sabiduria, con una enerjia envidiable-, plantea la cuestión de si se trata
29
Ibíd. p. 105.
Sahagún B. de. Historia general de las cosas de Nueva España. México, Conaculta; 1989. Tomo I, p. 183.
Si se toma en cuenta el carácter sagrado del sacrificio entre los aztecas, habría que considerar la “Teoría” de
Mario Aburto en el sentido que esta palabra tenía antiguamente para los griegos: procesión a los dioses. Dios
por cierto está presente en el Libro de Actas para garantizar la justicia –…el jamas los abandonará, por que
dios esta con los justos porque el es justo.
31
El hecho de que en un primer momento reciba la petición del anciano de darle fuego de la hoguera como si
se tratara de una ofensa, ¿implica una alusión erótica? –en el sentido delirante que el término “alusión” tiene.
Por ahora no contamos con datos que nos permitan responder. En todo caso el nombramiento que le da el
personaje disipa la alusión.
30
131
aquí de la presentificación de un padre del cual recibe una nominación que lo sitúa en una
nueva genealogía. En la entrevista con la comisión de diputados y senadores encargados de
dar seguimiento a las investigaciones del magnicidio, cuando Aburto dice de manera
aparentemente despectiva que el Caballero Águila “…no es mas que un personaje de un
libro que estaba escribiendo (…) que no llegó ni a libro era un borrador nada más…”,
agregando después que “empleé entre lo ficticio con la realidad”32, nos da una clave para
considerar la estructura de la escena de su nombramiento por parte del viejo revolucionario.
A lo largo de su enseñanza Jacques Lacan insiste en que la verdad, la que importa
en la experiencia analítica, tiene estructura de ficción:
Así, es de un lugar otro que la Realidad a la que concierne de donde la Verdad saca
su garantía: es de la Palabra. Como es también de ella de quien recibe esa marca
que la instituye en una estructura de ficción.33
La verdad de la que aquí se trata no es la de la concepción aristotélica de la
adecuación del pensamiento a la cosa. Entre el pensamiento y la realidad de la cosa se
encuentra la posición del sujeto en su relación con la Palabra. El problema de la verdad no
tiene sentido sino en relación con la Palabra; es porque esta última puede mentir que
entonces puede plantearse como verdad. La estructura misma de la Palabra es la ficción,
por lo mismo no hay que tomar a ésta como sinónimo de lo ilusorio o lo engañoso, sino
como una fabricación que participa de los límites que el lenguaje tiene para decir algo del
real; es ahí donde una adecuación se revela imposible. Esa ficción tiene una consistencia tal
que no puede ser modificada arbitrariamente sin modificar al mismo tiempo su relación con
la verdad que, a su manera, dice. No es que la ficción diga otra cosa, que oculte detrás de
ella una verdad no dicha, sino que eso que dice, que concierne a la relación del sujeto con
un real que lo constituye, no puede ser dicho de otra manera. Es en la misma estructura
formal de la ficción, conformada por significantes, donde la verdad se dice y no en otro
32
PGR. Informe… Tomo II. p. 447.
Lacan J. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”. En: Escritos 2.
México, Siglo XXI; 1989. p. 787. La versión de este párrafo en castellano omite la mayúscula en “Palabra”
(Parole), que se encuentra en la versión francesa. Aquí me permito corregirla cf. Écrits II. Paris, Seuil, 1999.
p. 288.
33
132
lugar, lo que determina que esa verdad sólo pueda ser articulada en la forma de un mediodecir.
Por su parte, Freud se ocupa repetidamente de la verdad en sus relaciones con el
delirio. Cuando está por concluir su trabajo sobre Schreber, se detiene por un momento a
considerar lo que le parece una llamativa coincidencia entre el delirio del que fuera
presidente del Superior Tribunal de Sajonia y la llamada teoría de la libido. Los “rayos de
Dios”, manifestados en su capacidad creadora como rayos solares, infinitos haces de
nervios y espermatozoides, cuyos efectos eróticos experimenta Schreber, serían semejantes
en sus movimientos a las investiduras libidinales de la teoría freudiana, de tal manera que
los detalles del delirio coincidirían con la teoría de la paranoia que Freud construyó. Esta
semejanza le parece a Freud tan estrecha, que tiene que reclamar la precedencia temporal
de su teoría con respecto al delirio que acaba de estudiar. Entonces introduce una cuestión
que afecta definitivamente al estatuto de los elementos asemejados:
Queda para el futuro decidir si la teoría contiene más delirio del que yo
quisiera, o el delirio, más verdad de lo que otros hallan hoy creíble.34
El núcleo de verdad que constituye a cada delirio es de donde parte la convicción
delirante, hasta el punto de llevar a otros a convalidarlo, compartiendo el delirio y haciendo
problemática su distinción en el caso de ciertas elaboraciones teóricas. Es esta perspectiva
abierta por el fundador del psicoanálisis la que vuelve imposible excluir a la locura del
34
Freud S. Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia (Dementia paranoides) descrito
autobiográficamente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; 1976. Vol. XII. p. 72.
Para Freud, sin embargo, la verdad no tiene el mismo estatuto que para Lacan. En el primero se trata de la
distinción entre una verdad material, inaccesible ya puesto que ocurrió en el pasado, y una verdad históricovivencial, que remite a un acontecimiento verdaderamente ocurrido en un momento de la historia y que es
reconstruido con posterioridad, a partir de las huellas mnémicas que su experiencia dejó. Esta concepción de
la verdad es solidaria del mundo de la representación en la cual Freud y sus contemporáneos se mueven; para
ellos lo que está en juego es la re-presentación de un acontecimiento ocurrido que le da su fundamento,
incluso científico, a toda construcción teórica. Esta es la gestión que organiza los esfuerzos de Freud por
encontrar ese acontecimiento en el caso por él llamado hombre de los lobos, en donde tal vez aparecen con
más claridad que en otras de sus obras las dificultades a que conduce tal noción de verdad. Cf. Freud S. De la
Historia de una Neurosis Infantil. Ed. Cit. Vol. XVII. También cf. Freud S. Moisés y la religión monoteísta.
Ed. Cit. Vol. XXIII, particularmente el apartado G de la parte II: La verdad histórico-vivencial. Sobre el
estatuto de la representación en Freud y su papel en la transferencia cf. Le Gaufey G. “El blanco de la
transferencia”. Littoral, 1990, 10. 113-159. Sobre la ambigüedad del concepto de representación en Freud y la
relación que guarda con su época cf. Le Gaufey G. El lazo especular. Un estudio transversal de unidad
imaginaria. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 2001.
133
campo de la razón, pues ésta se sostiene en la verdad que le da fundamento tanto a una
teoría como a un delirio, igualmente compartidos por una comunidad. Por lo mismo, ese
futuro al que se refiere Freud en el pasaje citado puede ser concretado en cada caso de
locura, en el que se ponen en juego las relaciones entre los elementos de la triada
constituida por teoría, delirio y verdad. Cada caso vuelve a plantear interrogantes sobre lo
que permite distinguir a una teoría de un delirio, sobre las relaciones que mantienen entre
sí, sobre sus relaciones respectivas con la verdad. En el caso que nos ocupa, tal vez se
pueda avanzar en la respuesta a estas interrogantes y entrever algo de la verdad que está en
juego si se considera el nudo asesinato político-sacrificio como un elemento que permite
localizar lo que podría ser calificado de delirante en la teoría de Mario Aburto. En ese nudo
encontraríamos el lema que Sérieux y Capgras identifican como característico del
interpretador: tua res agitur (tu interés está en juego)35. Es en eso en lo que él se encuentra
directamente concernido, hay ahí algo que le corresponde hacer solamente a él. En el tejido
de sus interpretaciones socialmente compartidas la trama está constituida por ese hilo que
sitúa su posición subjetiva. Al asesinar a Colosio se ofrece él mismo en sacrificio, con lo
cual muestra el carácter definitivo y definitorio que ese acto tiene para él. De ahí que
cuando es interrogado en las primeras horas posteriores al crimen dice: “yo lo tenía que
hacer”36
Al mismo tiempo, su estudio minucioso de la situación en la que se encuentra el
país y su examen de la crisis por la que atraviesa el régimen de partido de Estado, dan
cuenta de que Aburto mantiene una estrecha relación con las condiciones que dan lugar al
rumor de un cambio de candidato en aquel partido, por lo que su compromiso determinante
en la realización de los designios de la voz popular muestra que “lo colectivo es el sujeto de
lo individual”37. Sin que necesariamente forme parte de una conspiración, Aburto no actúa
35
Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de
artefacto; 2002, p.45. Lacan utiliza esta frase en su definición del inconsciente como discurso del Otro: “en la
que hay que entender el “de” en el sentido del de latino (determinación objetiva): de Alio in oratione
(complétese: tua res agitur)”. Cf. Escritos 2. México, Siglo XXI; 1989. p. 794. Sobre el artificio de lenguas
con el cual se construye la fórmula lacaniana, cf. Vindras A-M. “El deseo del Otro: un artificio franco-latino”.
Me cayó el veinte. Revista de psicoanálisis, 2001, No.3. 39-51. La manera en que, de acuerdo a la indicación
de Lacan, hay que leer esta fórmula, así como sus implicaciones para las llamadas “psicosis”, es abordada
infra en el capitulo X. De la creencia a la certeza.
36
Cf. Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26.
37
“… lo colectivo no es nada sino el sujeto de lo individual”. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de
certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 203.
134
solo al asesinar a Colosio; está acompañado por ese colectivo de contornos indefinidos que
está advertido de la magnitud histórica de la crisis que afecta al régimen priísta y a su ritual
sucesorio, que en las nuevas circunstancias políticas se ha vuelto caduco.
El error de Salinas
Después de un mes del asesinato, en entrevista con el semanario Zeta de Tijuana
realizada el 24 de abril de 199438, Aburto sostiene que el asesinato de Colosio “fue un
accidente”: “me sale algo dentro de mí, algo espontáneo”, al ver que el candidato con su
puño izquierdo hizo a un lado a una señora que se le acercaba con algo en la mano,
entonces pensó en disparar a los pies del candidato, al sacar la pistola se tropezó, fue
golpeado por alguien entre la multitud que salía del mitin, y al levantar el arma se disparó39.
Argumenta que el gobierno no está haciendo “una verdadera justicia” con él, porque
quieren seguir poniendo agravantes en su juicio -“las agravantes, aunque ya las pude
demostrar no me las quieren aceptar”40 -, él está dispuesto a pagar su culpa por el
“accidente”, pero el Tribunal Superior de Justicia decide y está manejando la sentencia:
“Que no hay justicia, y que no puede haber justicia, ¿Por qué? Porque tantos presidentes lo
han demostrado. ¿Salinas, cuántas veces lo ha demostrado? Cuando vino ese, como se dice,
bueno, se me escapa de la mente eso, ¿no?, este, pero cayó en otros errores similares como
por ejemplo la ley de su palabra decía: Aquí no hay otro candidato que no sea Colosio, o
sea que diciendo que su palabra vale más que la del pueblo, que ésa es la palabra de él. Que
aquí en verdad no manda el pueblo de México, sólo unos cuantos, y en sí el presidente que
se siente con las agallas de hacer lo que se le viene en gana, y de venir algo, lo despacha o
lo mate o se deshaga de él. Así de sencillo”41.
38
Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. pp. 99-117. En esta entrevista Aburto muestra estar bien informado de lo
que ocurre en el país, utilizando frases muy similares a las del Libro de Actas para expresar sus críticas al
sistema político y al proceder de los gobernantes.
39
En otra entrevista realizada antes (15 de abril), por José Luis Pérez Canchola, procurador de Derechos
Humanos de Baja California, Aburto dice que al ver que Colosio empujó a la señora que le quería entregar
unas hojas de papel sintió mucho coraje y pensó: “Si ahora hace esto que no hará cuando sea presidente”,
entonces decidió darle un susto al candidato. PGR. Informe… Tomo II. p. 436. Para Aburto queda descartado
que Colosio también haya sido empujado entre la multitud o se haya tropezado. La imagen es interpretada
como un abuso real de poder.
40
La ambigüedad de la enunciación está a la vista: rechaza que le pongan agravantes en el juicio –
fundamentalmente que el asesinato haya sido planeado-, pero acepta que ya las demostró.
41
Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. p. 116.
135
Salinas es el principal entre esos gobernantes que le expropian al pueblo su
posibilidad de decidir -Hagace responsable de los hechos atodos aquellos gobernantes que
siempre quisieron tomar decisiones que solo le correspondian al pueblo. El poder de aquél
es tal que puede disponer de las vidas de otros y hacer lo que se le venga en gana, puesto
que su palabra tiene el valor de ley. Para el entrevistado esta última afirmación no tiene el
carácter de una metáfora, aquí el simbólico de la ley, el imaginario de un personaje
todopoderoso y el real del cuerpo que lo encarna, se confunden42. A Aburto ese Otro
personificado le expropia su posición enunciativa al expropiar las decisiones del pueblo, de
las cuales él se considera el ejecutor privilegiado, puesto que fue nombrado para ese fin. Es
desde este lugar que responde con un acto que atenta contra la designación que hace Salinas
de su sucesor. La principal facultad del presidente en el régimen de partido de Estado es la
atribución metaconstitucional de designar a su sucesor, en ella reside la posibilidad de dar
continuidad al régimen. Es a esa atribución presidencial a la que va a poner fin el atentado
contra Colosio43. Con su acto Aburto cobra el error de Salinas, a quien no pudo quitar de su
cargo44 -El pueblo tiene derecho y poder amplio para sustituir a su presidente cuando el
pueblo lo crea presiso y conveniente-, pero sí pudo convertirse en el brazo ejecutor que
suprimió la expresión más importante de su poder. Sabemos perfectamente bien que el
error es un arma que acaba siempre por erir al que la emplea -el arma que hiere a Colosio,
42
Es precisamente en esta confusión que Lacan va a situar lo que caracteriza a la paranoia: “En tanto que un
sujeto anuda a tres el imaginario, el simbólico y el real, él no está soportado más que por su continuidad. El
imaginario, el simbólico y el real son una sola y misma consistencia. Es en ello en lo que consiste la psicosis
paranoica”. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975 (la traducción es mía).
43
Sobre este aspecto cf. Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Ediciones
Era; 2005. p. 243. La autora, a diferencia de lo que es planteado en el presente trabajo, sitúa el asesinato de
Colosio solamente como una mediación en “el quiebre” de la facultad presidencial de nombrar a su sucesor.
Ese quiebre habría estado mediado también por “las traiciones” de Ernesto Zedillo, y se consumaría el 2 de
julio del año 2000, con el triunfo de Vicente Fox, candidato panista a la presidencia de la república, dando fin
a más de setenta años de dominación priísta. Coincidimos con la autora en que el asesinato de Colosio sería
una especie de “golpe de estado que cerró el ciclo abierto con el asesinato de Obregón”. Pero justamente esta
última interpretación, y la profundidad de las pugnas posteriores entre Salinas y el que habría de ser su
sucesor, Zedillo, pueden confirmar la hipótesis de que la mencionada facultad metaconstitucional del
presidente terminó con el asesinato de Colosio.
44
En el primer interrogatorio Aburto declara que pensó en matar a Salinas años atrás, cuando éste se
encontraba en campaña. Precisa que no lo hizo “porque creí que estaba, que por mi edad estaba
equivocado…” Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 375. La vacilación en el delirio no es privativa de este caso,
constituye un momento frecuentemente observado en la evolución de otros casos. Al parecer para Aburto era
necesaria no sólo una “maduración” –palabra usada por uno de los interrogadores- en cuanto a su edad, sino
en cuanto a la crisis del régimen, para poner a fin a aquella vacilación.
136
y junto con él al poder de Salinas, es el error de éste de imponer a aquél como único
candidato.
Salinas accede al poder en 1988 tras haber sido declarado vencedor en unas
elecciones en las que es acusado de haber cometido un fraude electoral de grandes
dimensiones. Al principio de su gobierno es llamado “usurpador” por quienes consideran
que le arrebató ilegalmente el triunfo a Cuauhtémoc Cárdenas, su contrincante que había
salido de las filas del partido oficial para encabezar a la oposición al régimen desde la
izquierda. No sólo usurpa el poder presidencial que le pertenece a otro, sino el poder de
decisión del pueblo –lo cual lo convierte a ojos de Aburto en la encarnación del gobernante
que decide lo que le corresponde decidir al pueblo. Desde el principio hasta el final de su
mandato la gestión de Salinas queda marcada por esta “ilegitimidad de origen”, que afecta a
la designación de Colosio como su sucesor, quien como su “hijo político”45 participa de esa
ilegitimidad, que lo sitúa como el relevo por el cual aquél busca reelegirse.
Por otro lado, Carlos Salinas también había participado en un “accidente” en el
que perdió la vida una persona. Cuando tenía cuatro años de edad, jugando con un arma de
fuego junto con Raúl su hermano mayor, asesinan a una empleada doméstica de la casa
paterna46. Este hecho permite establecer un rasgo compartido entre Aburto y Salinas. El
acto homicida del primero le hace participar del poder que le atribuye al segundo para
disponer de la vida de otros.
En la entrevista periodística ya mencionada Mario Aburto se refiere al nuevo
candidato del PRI, a cuya designación se vio obligado Salinas con la muerte de Colosio47:
45
Enrique Krauze dice a propósito de Colosio en relación con Salinas: “Era su hijo político: le debía todo, no
lo traicionaría, le permitiría vigilarlo, ejercer el salinato, se daría no una reelección colegiada, no de salinas
sino del salinismo…” Esta imagen de Colosio era ampliamente compartida en los medios políticos y
comentada en la prensa. Cf. Krauze E. Op. Cit. p. 474. La expresión “ilegitimidad de origen” es utilizada por
este autor para referirse al cuestionado triunfo de Salinas que marcó a su gobierno.
46
Krauze E. Op. Cit. p. 457.
47
Ernesto Zedillo es ciertamente designado por Carlos Salinas, lo que ocurre en medio de grandes presiones
de los distintos grupos de poder de dentro y fuera del PRI, pero no es el candidato que su voluntad eligió para
perpetuarse en el poder, como lo van a mostrar los posteriores conflictos políticos entre ambos, que
terminaron en un hecho inédito en la historia del régimen posrevolucionario: la sentencia penal dictada a Raúl
Salinas de Gortari, hermano mayor de Carlos, acusado de asesinar a José Francisco Ruiz Massieu, político
priísta que había estado casado con Adriana Salinas de Gortari, hermana de los dos anteriores. En 2005,
penúltimo año del gobierno de Vicente Fox, el “hermano incómodo” del ex presidente Salinas es
definitivamente declarado inocente de aquel asesinato.
137
“Porque el gobierno ahorita está temeroso de lo que pudiera decir, porque posiblemente
pensaba de que iba a decir estas cosas, ¿no?, de que están poniendo personas, personas
como este señor Zedillo Ponce, que es el nuevo candidato; si no pudo con SEDESOL, no
va a poder con la presidencia. Imagínese con ese tipo de candidatos, o con ese tipo de
gente, creen que el país pueda salir adelante. No creo yo”48. Al parecer el joven piensa que
sus declaraciones son consideradas peligrosas por el gobierno, le temen a lo que él va a
decir –y ciertamente ya le había infligido una herida mortal al régimen-, por lo que se cuida
de mandar un mensaje a su mamá y a los familiares de ésta, en el sentido de que él no tiene
intenciones de quitarse la vida: “…si en algún momento yo llegara a aparecer muerto en
alguna parte, es porque el gobierno así lo hizo. No porque yo lo haiga hecho”49. Lo que dice
del nuevo candidato se aplica también a Colosio, como lo muestra el hecho de que le
atribuya a Zedillo lo que le corresponde al candidato asesinado: fue Colosio quien estuvo al
frente de la SEDESOL, la supersecretaría encargada de la política social del gobierno de
Salinas, quien la creó específicamente para ser conducida por su amigo Luis Donaldo, poco
después de que éste fuera incorporado al gabinete de gobierno50. Si lo dicho por Aburto
expone su opinión de Colosio como candidato, revelando parte de sus razones para
asesinarlo, también es cierto que el acto de quitar a éste del camino no llevó, como lo hace
notar el propio decir de aquél, a la designación de un candidato mejor.
Aborto
Hemos dicho que Aburto se propone quedar situado en una nueva filiación, misma
que se haría posible a través de la genealogía de ficción que se funda cuando un anciano
revolucionario lo nombra “Caballero Águila”; pero ¿a qué responde esa búsqueda?, ¿cuál
es la verdad que se dice en la ficción de ese nombramiento?, ¿qué elementos nos pueden
aproximar a una respuesta? La declaración -con todas las consecuencias jurídicas que esta
palabra acarrea- de que él ha renunciado a su familia y a su nombre nos proporciona una
indicación indispensable para orientarnos. Entre otras cosas renuncia así al apellido que ha
recibido de su padre, que le permitiría una inscripción en el Otro del orden simbólico,
dándole un lugar en la cadena de las generaciones. Esa renuncia es una manera de quitarse
48
Blancornelas J. J. et al. Op. Cit. pp. 116-117.
Ibíd.
50
Cf. Ruibal J. A. Luis Donaldo Colosio. Perfil biográfico. México, Porrúa; 1999. pp. 98-100.
49
138
de encima el nombre con el cual es identificado por otros en la sociedad en la que habita,
pues es por su apellido que sus compañeros de escuela le ponen el apodo de “aborto”51. La
asonancia, casi homofonía, entre las dos palabras y la mención explícita de haber
renunciado a su nombre propio, permiten conjeturar que ese apodo, proferido como un
insulto, cobra un peso subjetivo tal para Mario Aburto que lo lleva a buscar deshacerse de
él junto con su apellido52.
El apellido como nombre propio funciona como una marca que sirve para
identificar a un sujeto en particular, pero no predica nada de él. Se trata de una marca que
funciona a partir de su estructura sonora prescindiendo de su sentido, por lo que no es
traducible, transita prácticamente sin alteraciones de una lengua a otra, justamente porque
su función está dada al margen del sentido que pudiera llegar a tener. El nombre propio está
ligado a la escritura en la medida en la que opera como un trazo distintivo del sujeto53. Va
entonces a afectar al cuerpo de quien lo porta, hasta el punto de que ese cuerpo queda
tomado por ese trazo que lo distingue como uno, distinto entre otros, de tal manera que no
puede no reaccionar al llamado que ocurre en el momento en que alguien pronuncia “su”
nombre. El insulto, sobre todo cuando es proferido reiteradamente, comparte con el nombre
propio esta característica de afectar al cuerpo de quien lo recibe. Su eficacia depende de
este efecto sobre el cuerpo que es al mismo tiempo un efecto subjetivo, pues el insulto sólo
es tal a condición de convertirse en una asignación ofensiva que es impuesta desde el Otro.
En el caso que estamos estudiando el nombre propio “Aburto” queda ligado al
insulto “aborto”. Aquél ha caído al lugar de un significante común, con lo cual conserva un
sentido: un aborto es la interrupción de un embarazo, en la que puede estar en juego una
acción deliberada o un “accidente” debido a causas naturales o humanas. Pero un aborto es
también un feto humano que no llegó a nacer, digamos “alguien que no llega a ser”, con lo
que además queda interrumpida una relación de filiación. Arrojado antes de tiempo, el
aborto es un despojo humano. Eventualmente un feto abortado puede tener el aspecto de un
51
PGR. Informe… Tomo II. p. 300.
Conjetura que queda a la espera de nuevos elementos que la confirmen o la refuten. He aquí un dato
indirecto: “El profesor Ceja comentó que en promedio Mario Aburto se peleaba dos o tres veces por semana,
‘era sádico, no soltaba a los niños hasta que los lastimaba’; es por esta razón que él lo recuerda”. Ibíd. p. 300.
¿Existe alguna relación de estos frecuentes pleitos escolares con el apodo que le impusieron?
53
Cf. Lacan J. L’identification. Versión Roussan. Particularmente las sesiones del 20 de diciembre de 1961 y
del 10 de enero de 1962.
52
139
monstruo. En sentido figurado se habla de aborto para referirse a algo que no llega a su
término habitual, que fracasa o se malogra, o bien alguien que no llega a ser lo que se
esperaba de él.
Si Aburto busca deshacerse de su apellido junto con el sentido al que ha quedado
unido por la vía del insulto, la nominación de Caballero Águila lo sitúa en una nueva
filiación no abortiva, que le hará participar de un linaje que le permite tener un lugar
destacado en la historia, precisamente como un “hijo mayor de la Patria”: Se hablara
mucho de la mision de un hijo mallor de la patria y su hecho, que cambiara el rumbo de la
Historia. Cuando el anciano revolucionario lo nombra Caballero Águila, Aburto es
nombrado para salvar a su país por la vía del sacrificio54. Sólo a través de un acto sacrificial
puede realizarse su inscripción en otra genealogía.
Una carta que la madre de Aburto dirige a su hijo mayor –Mario es el segundo de
seis hijos- permite precisar algunos elementos del caso relativos a los lazos de parentesco y
filiación:
…Te disgustastes Con Mario lla ves
54
A juzgar por las consecuencias posteriores de su acto, el nombramiento de “Caballero Águila” que recibe
Aburto no logra inscribir esa genealogía en un ordenamiento simbólico, se trata de una genealogía imaginaria
en la que él adquiere una misión qué cumplir. Un dato suplementario permitiría suponer que el guerrero
azteca es un personaje ligado a la filiación por vía materna: en la entrada de la casa de Manuel Martínez
Piñones, tío materno de Mario que habita también en Tijuana, se encuentra la figura de un Caballero Águila
vaciada en aluminio. Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 331.
¿Habría que concluir de este “ser nombrado-para” y de la singular relación que Aburto tiene con su apellido,
que nos encontramos frente a un caso de forclusión del Nombre-del-Padre? El 19 de marzo de 1974 Lacan se
refiere a un “ser nombrado-para alguna cosa”, en el que la madre basta generalmente para indicar a “su crío”
un proyecto. Esta operación va a sustituir al Nombre-del-Padre, que se encuentra “verworfen, forcluido,
rechazado”. En esta situación, ligada al momento de la historia en que vivimos, “lo social toma una
prevalencia de nudo, y que literalmente hace la trama de tantas existencias, él detenta ese poder de nombrarpara, hasta el punto en que después de todo se restituye un orden, un orden que es de hierro”. Lacan se va a
preguntar entonces qué es lo que designa esta huella como retorno del Nombre-del-Padre en el Real, en tanto
que su forclusión es el principio de la locura, y ve en este nombrar-para “el signo de una degeneración
catastrófica” (cf. Les non-dupes errent. Version AFI. Sesión del 19 de marzo de 1974. La traducción de los
entrecomillados es mía). El problema del planteamiento de la forclusión del Nombre-del-Padre no es
solamente que hipoteca toda posibilidad de la experiencia analítica en las psicosis, sino que toma por un dato
ya establecido la distinción entre Real, Simbólico e Imaginario, distinción que precisamente va a ser el
problema a resolver a partir de la introducción del nudo borromeo y sus consecuencias para el cifrado de la
locura (cf. Lacan J. Le sinthome -existen varias versiones tanto en francés como en castellano-,
particularmente la sesión del 16 de diciembre de 1975. También cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba
Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. p. 546). Pero además, cuando Lacan habla de una
“degeneración catastrófica” a propósito de la forclusión del Nombre-del-Padre, ¿no se tratará ahí de una
rehabilitación, que pasa inadvertida, de la teoría de la degeneración del siglo XIX?
140
Como es Mario y Ami medecia muchas
Cosas Hera muy mal cria Con migo
Me de cia que hora que no queria
Saber na de mi ni de Tupapa hora
que es taba Aquí le pego en lacara
y Me henoje con el llo te tengo
mucha Con fiansa Ati por que
no Eres mal cria Con Migo y Mario
ne ne y Rubencillo Si son mal criaos Con Migo
de Todos Modos Toda Mi Familia Te quiere
porque Tu no eres Malcriao Con Migo
Todos Son mis hijos y llono qui siera
que seandubieran peliando…55
El comentario de la madre a propósito de que Mario le dice que no quiere saber
nada de ella ni de su papá es una manera de ratificar la renuncia a su familia que aquél
declara -la fecha de la carta permite establecer que esa situación se remonta a varios años
atrás del magnicidio. Mario es llamado por su madre “mal cría”, expresión que remite a que
él, como otros de sus hermanos, es “malcriao” con su madre, un mal hijo, a diferencia del
mayor. La afirmación de esta madre de que todos son sus hijos no alcanza a borrar las
diferencias que establece entre sus crías. Su hijo mayor no es “mal cría”, puede confiar en
él y es querido por toda la familia materna. La nueva filiación que su acto histórico le dará
a Mario Aburto coloca a éste en un lugar totalmente opuesto al que le asigna su madre:
dejará de ser “mal cría” para convertirse en un “hijo mayor de la Patria”, de quien se
hablará mucho a causa de su misión que cambiará el rumbo de la historia.
Para la madre su hijo Mario es “mal cría” por lo que le dice (que no quiere saber
nada de sus padres) y por el hecho de haberle pegado a su papá en la cara. El padre, Rubén
55
Carta del 3 de septiembre de 1990, dirigida por María Luisa Martínez Piñones al mayor de sus hijos, Rafael
Aburto Martínez. PGR. Informe… Tomo II. p. 371. Reproducimos aquí un fragmento de esta carta que carece
de signos de puntuación. La escansión de las frases la transcribimos tal como aparece en el Informe, así como
la sintaxis y ortografía. El Informe precisa que no se puede tener la certeza de que la letra corresponda a la
madre de Mario, pues en la carta aparecen varios tipos de letra. En otro lugar de ese documento oficial se
menciona que María Luisa carece de instrucción escolar (p. 284), lo que seguramente la obliga a pedir a
algunos miembros de su familia que escriban lo que ella les dicta. El texto de la carta presenta una ortografía
que hasta cierto punto es similar a la del Libro de Actas, lo que revela un trazo familiar en la escritura, que no
puede ser reducido a un producto del nivel de escolaridad.
141
Aburto Cortés, con fama de violento, golpea a su hijo como una manera de corregirlo, por
ejemplo cuando éste se pelea en la escuela; incluso en una ocasión en que lo ve peleando lo
golpea frente a sus compañeros –Mario “se moría de la pena”56. Sin embargo, cuando los
papeles se cambian en la relación paterno-filial y un hijo golpea a su padre asistimos a una
alteración, ¿o una ruptura?, en el lazo de filiación.
Hay otra ruptura, ésta mucho más radical, en el tejido simbólico de las relaciones
de parentesco de la familia Aburto. El padre de Mario asesinó a uno de sus hermanos, de
nombre Raúl, cuando éste tenía apenas diecisiete años de edad. Este asesinato que termina
con una vida que no se había realizado, la de un adolescente, interrumpe en un punto la
cadena de las generaciones. Rubén Aburto se encontraba en estado de ebriedad cuando dio
muerte a uno de sus amigos y a su hermano, tres años menor que él. El homicida nunca
pagó por su delito, catorce años después un juez dicta acto de sobreseimiento57. La
impunidad de los crímenes de los gobernantes que denuncia Mario Aburto58 está también
presente en este crimen de parentesco cometido por su padre. Es importante advertir que
este acto, así como un homicidio cometido por el abuelo materno de Mario59, se llevaron a
cabo de la misma manera que el asesinato de Colosio: de un balazo en el cráneo. El acto de
Mario Aburto se inscribe en esta transmisión generacional de una forma de asesinar.
Es interesante además tener en cuenta que antes de la muerte de Colosio se llega a
plantear la posibilidad del “aborto” de su candidatura:
El registro oficial del candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ante
la máxima instancia electoral del país no ha sido suficiente para contener, dentro y
fuera de su propio partido, el insistente rumor de que Luis Donaldo Colosio
56
Ibíd. 299-301.
Lo que se basa en el criterio de que el culpable se ha sustraído a la acción de la justicia por un periodo
mayor a la media aritmética de la pena aplicable al delito. Ibíd. p. 287. El homicidio ocurre en 1967,
aproximadamente tres años antes de que nazca Mario. Rubén es el quinto de diez hijos y Raúl era el octavo.
58
Por ejemplo véase la entrevista con el semanario Zeta, en donde da muestras de estar al tanto de los delitos
cometidos por distintos funcionarios públicos de alto nivel. Blancornelas J. J. Op. Cit.
59
“Entre 1957 y 1958, Rafael Martínez Zapién ‘en una borrachera’ privó de la vida a su amigo Salvador
Cázares Espinoza, quien falleció por las lesiones producidas por el impacto de un proyectil de arma de fuego
en el cráneo…”. PGR. Informe… Tomo II. p. 283. También cf. Procuraduría General de la República.
Informe del sub-procurador especial Luis Raúl González Pérez a los legisladores de la H. Cámara de
Diputados y de la H. Cámara de Senadores, que integran las comisiones de seguimiento de las investigaciones
del homicidio de Luis Donaldo Colosio. 18 de marzo 1999:
http://www.pgr.gob.mx/cmsocial/bol99/mar/bsn18039.htm
57
142
Murrieta no llegará al 21 de agosto como el abanderado de ese instituto político.
[…]
Es ya un lugar común señalar que Colosio Murrieta fue designado candidato para
unos tiempos que cambiaron radicalmente el 1 de enero de 1994 y cuyos efectos
golpearon a todos los partidos políticos, pero especialmente al partido del gobierno.
El levantamiento armado en Chiapas significó un cuestionamiento no sólo al
salinismo, sino a casi 65 años de gobiernos priístas […] El ex regente no ha
descartado sus posibilidades presidenciales, más bien con su trabajo en Chiapas se
sabe poseedor de un capital político único, que le reportaría a su partido una
posibilidad más viable para la contienda electoral del 21 de agosto.
Por lo pronto, mañana domingo, en la ceremonia del 65 aniversario del Partido
Revolucionario Institucional, se esperan nuevas pistas, hasta que intervenga como
orador el propio Manuel Camacho Solís, que ese acto signifique el parto definitivo
de la candidatura de Colosio Murrieta o su aborto .60
Esta columna periodística, publicada en un diario de circulación nacional, hace
referencia a la situación en la que se encontraba la candidatura de Colosio dieciocho días
antes de su asesinato: cuestionada por la crisis del gobierno de Salinas y del régimen priísta
que provoca la rebelión armada del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y afectada
por el insistente rumor de que Colosio no llegará al día de las elecciones como candidato
del partido oficial. Este rumor –del que participa la columna citada al hacer referencia a él y
por lo tanto contribuir a su difusión- sostiene que va a haber un cambio de candidato en el
PRI, que a Colosio “lo van a enfermar”, “algo le va a pasar” antes de las elecciones y que
será “sustituido” por otro candidato, que muy probablemente sea Manuel Camacho Solís,
ex regente del Distrito Federal, el rival más importante de Luis Donaldo en la recta final de
la competencia por la candidatura presidencial de su partido y actual comisionado para la
Paz en Chiapas, cargo para el que fue nombrado por Salinas, dando pie al rumor del cambio
de candidato desde el momento en que el nombramiento de Camacho coloca a éste en el
centro del escenario político nacional, desplazando al candidato ya “destapado” y
rompiendo con las reglas del ritual sucesorio –el llamado “dedazo”- dentro del partido
60
Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 5 (Los corchetes son míos. Esta columna ha sido
comentada infra, en el capítulo V. La sucesión después de la sucesión, a propósito del método que organiza el
rumor que venimos estudiando y de la sobrevivencia de dicho rumor al trámite del registro oficial de la
candidatura de Colosio).
143
oficial, que dictan que nadie puede estar por encima del presidente de la República y del
sucesor que éste designa hacia el final de su mandato. Con su acto, Aburto se hace cargo de
la realización de este rumor socialmente compartido, cuya estructura corresponde a la de
una teoría de la conspiración.
El columnista se puede valer de la metáfora del parto definitivo o el aborto de la
candidatura de Colosio, aludiendo a una vicisitud de la filiación, porque lo que está ahí en
juego es del orden de la sucesión al interior de la genealogía del poder de la llamada
“familia revolucionaria”, que conforma el régimen priísta de partido de Estado. Además en
este caso el candidato designado por Salinas para sucederlo es considerado en los círculos
políticos su “hijo político”. El sucesor en esta ocasión no es solamente quien le va a dar
continuidad al régimen, lo que está en juego es algo que atañe directamente a un lazo
mucho más íntimo, con trazos paterno-filiales: se dice que Colosio es quien va a hacer
posible la continuidad del poder de Salinas, a quien le debe toda su carrera política, para
que éste siga manteniendo el poder tras el trono, en una suerte de reelección por interpósita
persona. Es en este contexto que hay que situar el texto del aborto de la candidatura de
Colosio.
El homicidio de Colosio es la forma en la que el joven Caballero Águila busca
deshacerse de su apellido y del insulto que ha venido a ocupar su lugar. Si el aborto de la
candidatura de Colosio produce un desecho real, un cadáver, la posición de Aburto
comparte algo de ese carácter: por su sacrificio él está dispuesto a ofrecer su cuerpo como
un resto que cae para salvar a su país61. Al sacrificar al candidato del régimen se sacrifica a
sí mismo; sin embargo, a diferencia del candidato muerto, a Mario Aburto su sacrificio le
permite convertirse en “un verdadero hijo de la Patria”, que va a cambiar la historia al
liberar al país de la tiranía de ese Imperio representado entre otros por Colosio. Ese
sacrificio heroico, como el de un guerrero azteca, da lugar a una nueva relación de filiación,
que se especifica por ser una filiación no abortiva.
61
Mario Aburto dice que en el momento de sacar el arma para disparar a los pies de Colosio se tropezó y
recibió un fuerte golpe que hizo que la pistola se disparara: “Entonces, precisamente por ese golpe, parece ser
que perdí el conocimiento en ese momento, o sea, no me desmayé, sino que se me borró todo” (Blancornelas
J. J. Op. Cit. p. 107); además en el primer interrogatorio hay un momento en que interrumpe su discurso para
decir que le duele la cabeza (PGR. Informe… Tomo II. p. 375). Perder la conciencia como Colosio al recibir
el balazo, un dolor en la misma parte del cuerpo en la que el candidato había sido herido, ¿no se trata aquí de
una identificación con éste en tanto un objeto que cae como resto?
144
Los hechos posteriores han mostrado sin embargo el fracaso parcial de ese
intento. No fue designado un mejor candidato a la presidencia, la justicia y la democracia
no reinan en el país, el Imperio priísta herido de muerte sigue conservando una parte
importante de su poder, y lejos de que el Caballero Águila se deshiciera de su nombre, el
apellido Aburto ha quedado indisolublemente ligado al apellido Colosio en la historia de
este país…en la que sin embargo el nombre de Aburto quedará escrito.
145
VIII. LOMAS TAURINAS
Fotografía AP.
La elección de Lomas Taurinas para un mitin de la campaña electoral de Colosio
en la ciudad de Tijuana es motivo, como muchas otras cuestiones, de desacuerdos entre los
distintos grupos involucrados en las actividades del candidato. Un resultado inevitable de
estas discrepancias es la desorganización a lo largo de toda la campaña, y la gira en Tijuana
no va a ser la excepción desde el principio hasta su trágico final.
La propuesta de la colonia la hace un priísta de Coahuila a quien Colosio había
llevado a trabajar a Tijuana, Jaime Martínez Veloz1, y es aprobada por el Subcoordinador
de Logística de la campaña, Guillermo Hopkins:
…atendiendo fundamentalmente a las siguientes consideraciones: ser una colonia
beneficiada
1
por
Sedesol,
eminentemente
priísta,
de
bajas
condiciones
Subdelegado de la SEDESOL en Baja California durante la gestión de Colosio al frente de esta Secretaría.
146
socioeconómicas, por tener un escenario natural y de fácil acceso, ser
representativa de los problemas de la mayoría de las colonias tijuanenses, haber
sido visitada por otros candidatos del PRI y estar cerca del aeropuerto.2
Está claro que entre los criterios mencionados no se encuentra la seguridad del
candidato, a pesar de los rumores que desde principios de año inquietaban a éste y a sus
colaboradores. Es interesante notar además que en el régimen priísta la pobreza de las
mayorías es considerada parte del “escenario natural”; en este sentido Lomas Taurinas es
representativa de las condiciones de vida que caracterizan a la mayor parte de las colonias
populares del país y no sólo a las de Tijuana. En este caso además se agregan los problemas
propios de la frontera con los Estados Unidos:
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e
Informática (INEGI), en el ejido Tierra y Libertad, en el que se localiza la colonia
Lomas Taurinas, se hacinan unas 600 mil personas que viven en condiciones de
insalubridad, carencia de servicios públicos, altos índices de drogadicción y
desempleo. Asimismo, es uno de los principales puntos de paso de indocumentados
mexicanos hacia territorio estadounidense.
Lomas Taurinas forma parte de un conjunto de cinco colonias de alta marginación,
localizadas en el ángulo superior izquierdo del municipio y de la propia ciudad de
Tijuana, fronteriza con Estados Unidos.
La población que vive en esta zona representa aproximadamente el 80 por ciento
del total de habitantes del municipio de Tijuana, y cerca del 85 por ciento de la
cabecera municipal del mismo nombre.3
He aquí una descripción contundente de las características del “escenario natural”
en el que viven la mayoría de los habitantes de Tijuana y de los asistentes al mitin de
Colosio -entre los cuales se cuenta Mario Aburto. Si el candidato oficial y su equipo de
campaña se pueden dar el lujo de realizar un acto de proselitismo electoral en una zona en
la que salta a la vista el fracaso del régimen para garantizar lo que corresponde a un Estado
que se pretende moderno, es porque Lomas Taurinas es una colonia que ha sido beneficiada
2
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Tomo I. México, 2000. p. 46.
3
“En Lomas Taurinas viven 600 mil personas. El atentado, en una de las zonas más empobrecidas de
Tijuana”. La Jornada. 1994, 24 de marzo.
147
por SEDESOL –la poderosa supersecretaría que Salinas creó para ser encabezada por
Colosio- y porque el candidato priísta fue hasta su “destape” el administrador de la política
social del gobierno salinista en un régimen que se caracteriza por sus hábitos
patrimonialistas. En otras palabras, Colosio no aparece en el “escenario natural” de una
mayoría excluida como el ex-titular de una secretaría encargada de los programas sociales –
el PRONASOL, Programa Nacional de Solidaridad- que tienen la obligación de redistribuir
la riqueza para garantizar las condiciones de vida de la población, de acuerdo al pacto
constitucional que funda al Estado mexicano, sino que está ahí, independientemente de su
voluntad, en calidad de usufructuario de un régimen que administra los bienes públicos
como si fueran patrimonio privado, con lo cual el gasto social toma el aspecto de una
dádiva que la élite gobernante otorga a las clases desfavorecidas. Sólo así se puede entender
que una zona con las características mencionadas sea “eminentemente priísta” y que la
realización de una actividad proselitista en ese lugar no sea vista como una provocación del
poder. La asistencia de las clases populares a las concentraciones electorales del partido de
Estado es el resultado de negociaciones, a veces sobreentendidas, la mayor parte de las
veces explícitas, en las que está en juego el pago por los beneficios recibidos y la promesa
de futuras ayudas4. En conformidad con este lazo entre gobernantes y gobernados, la
relación con el amo en México pasa por el hecho de que el régimen priísta tiene, por lo
menos hasta antes de las elecciones federales del año 2000, una de sus reservas más
importantes de votos asegurados en las zonas más empobrecidas del país, sobre todo
rurales; es decir, que por convencimiento o por coacción los miembros de estos sectores
sociales votan por el PRI –Lomas Taurinas está ubicada por cierto en tierras ejidales, por lo
que forma parte de un asentamiento híbrido entre el campo y la ciudad, en donde una gran
4
Negociaciones que se establecen a través de los representantes de las colonias o poblaciones beneficiadas
por el PRONASOL, o bien de las direcciones de la estructura territorial o de los sectores del PRI –obrero,
campesino y popular-, que funcionan en el régimen corporativo priísta como organismos del Estado. Sobre el
papel del PRONASOL en la gestión de Colosio y su relación con el proyecto de transformar al PRI de un
partido de sectores a un partido de ciudadanos, organizado a partir de una estructura territorial –proyecto
impulsado también por Colosio cuando era presidente nacional de ese partido-, lo cual implicaba, por una
parte, el desplazamiento en la negociación política de las dirigencias de los sectores, y por la otra, el control
del gobierno federal, a través del gasto social, de las organizaciones sociales populares mediante la formación
de los llamados “Comités de Solidaridad”, cf. González Olguín C. “La modernización del PRI: el paso
pendiente de la estructura sectorial a la territorial”. En: Muñoz Petrarca V. M. (coordinador). Partido
Revolucionario Institucional, 1946-2000. Ascenso y caída del partido hegemónico. México, Siglo XXIUNAM, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; 2006. pp. 67-92.
148
parte de sus habitantes permanentes o de paso son migrantes provenientes del campo o
descendientes de éstos.
Guillermo Hopkins relata en una entrevista periodística, que Colosio da su
acuerdo a la elección de Lomas Taurinas en un momento en que el candidato está molesto
por la forma en que se venía desarrollando la campaña:
Es que a Colosio le molestó mucho que lo trajeran de pueblo en pueblo
últimamente; le dijo que la suya era campaña para presidente de la república y no
para reina de la primavera.
‘A partir de hoy, yo voy a ‘palomear’ los lugares’, dijo Hopkins que le advirtió
Colosio. Y que no se le olvidaba que precisamente el 18 de marzo de 1994, Luis
Donaldo estuvo de acuerdo en que el acto en Tijuana fuera en Lomas Taurinas.
El motivo principal de Colosio para aceptar el lugar fue que lo propuso Jaime
Martínez Veloz, a quien estimaba mucho.5
La expresión “reina de la primavera”, utilizada en tono despectivo por Colosio
para referirse a su propio lugar como candidato, permite precisar que a ojos del propio
Colosio la marcha de su campaña podía equipararse más a una típica fiesta de pueblo que a
una contienda electoral por la presidencia de la república en un momento de grave crisis
política. En este contexto al parecer el candidato acepta la propuesta de Lomas Taurinas no
sólo porque proviene de un político a quien estima sino por la urgencia de llevar a cabo
concentraciones masivas en centros urbanos, para levantar la imagen del la campaña6. El
hecho de que Colosio plantee que a partir de ese día él mismo va a “palomear” los lugares,
indica que ya no puede confiar esa tarea en manos de su subordinado, que éste ha dejado de
operar en su puesto y que el candidato es quien termina haciendo parte de la labor que
correspondería al responsable de la logística. En un artículo que escribe Hopkins un año
5
Entrevista de Hopkins con Jesús Blancornelas en octubre de 1994, cf: Blancornelas J., González H., Navarro
A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. p. 77
6
“La tarde del 23 [de marzo, día del asesinato de Colosio], el trabajo se centraba en la planeación y
programación de las actividades que se realizarían en Sonora. En la primera etapa de la campaña, se decidió
no realizar actos masivos, para privilegiar actos que propiciaran un mayor contacto del candidato con los
concurrentes, decisión que imponía una gran presión a la agenda debido a la diversidad de actividades que
debían programarse, lo que mereció algunas críticas internas y externas; se tenía la percepción de que la
campaña estaba desangelada, opinión que, con extrema imprudencia, hizo propia el comisionado Camacho”.
Federico Berrueto, Coordinador del área de Planeación y Evaluación de la campaña de Colosio: Cf. Berrueto
F. “Sombras, nada más”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo-abril 2004. p. 52.
149
después del asesinato de Colosio, hace referencia a una conversación telefónica llevada a
cabo entre ellos el 17 de marzo, en la que nuevamente aparece el enojo del candidato a
propósito de la logística –es posible que Hopkins se refiera a la misma conversación, del 18
de marzo, que describe en la entrevista periodística citada anteriormente, errando en la
fecha por un día; pero también es posible que en dos días consecutivos Colosio se disgusta
con aquél por problemas similares- y las dificultades de organización de la campaña:
Era el 17 de marzo y yo estaba en Tijuana, en Lomas Taurinas, haciendo la pre gira
que siempre tenía que efectuar. Era mediodía. Donaldo emprendía esa tarde la
anhelada gira por Michoacán [bastión y estado de origen de Cuauhtémoc Cárdenas,
candidato presidencial del PRD]. Iba caminando al aeropuerto. Sonó el teléfono:
‘Hopkins, ¿cómo que 14 actos en un solo día?’ Era Colosio.
-Candidato, es que es una gira en la carretera-. Íbamos primero a Pátzcuaro, de ahí
a Morelia, de Morelia hacia ciudad Hidalgo, hasta Zitácuaro, al oriente de
Michoacán.
-Qué gira en la carretera ni qué madres… a ver cómo le haces, me estás acostando
a la 1:30 de la mañana y tengo un programa de radio al otro día a las 6:30 de la
mañana.
-Es que es un programa de radio de Tribuna Pública muy importante y Liébano
dice que es prioritario-, repliqué.
-Bueno, y entonces ¿por qué no citas a los empresarios a las tres de la mañana y yo
corro a las cuatro?
-Es que… candidato…
-Nada, de hoy en adelante no cierres ninguna gira si antes no la veo yo.
¿Entendiste?
-Candidato, déjeme explicarle… -y colgó.
Y yo le llamaba a su celular y oía mi voz.
-Donaldo… oiga… -y colgaba.
Y él volvía a llamarme.
-Diga-, Ya sabía que era él. Así era.
-¿Entendiste?
-Sí, señor.
-¿Qué te dije? Repítemelo.
-Que no cierre ninguna gira sin su consentimiento.
150
-¿Pero, como se te ocurre, 14 actos?
-Es que déjeme explicarle que ahí… -y colgaba.
Y volvía a llamarle y oía mi voz y me colgaba y él volvía a llamarme.
-¿Qué vas a hacer? –y me colgaba y él volvía a llamarme. Y así quién sabe cuántas
veces.
Le hablé a Liébano Sáenz al D. F. De ahí mismo, de Lomas Taurinas.
-Liébano, no sé si a ti o a mi nos va a correr. Pero seguro será a uno de los dos.
A Liébano le ganó la risa. Lo conocía muy bien.
-Sí-, me dijo. A mí también me puso como trapo.7
A pesar de su irritación el candidato no va despedir a su colaborador, como éste
teme. Extrañamente, cuando el conflicto con Camacho sigue vigente y el rumor de un
cambio de candidato sigue oscureciendo el horizonte de la campaña, Colosio no toma la
decisión de cambiar a un Subcoordinador de Logística que ha dado muestras de falta de
experiencia para hacerse cargo de su tarea8, al que su puesto le viene grande en una
campaña en la que la reina es la desorganización9 – ¿sería ese uno de los cambios en su
equipo de campaña que Colosio pensaba hacer después de las vacaciones de semana santa?
… los hechos van a determinar que el cambio de candidato se realice antes de que éste
cambie su equipo. Todavía más extraño es que habiendo sido Colosio presidente nacional
de un partido con más de sesenta años en el poder, no cuente con un equipo de cuadros
7
Citado en: Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo
Siglo Aguilar; 2004. p. 58. Esta cita confirma la información de la nota de pie de página anterior, respecto a la
decisión de no realizar actos masivos hasta ese momento de la campaña. De paso también muestra el estilo de
trato de Colosio hacia sus colaboradores: por un lado un trato personal cercano, por otro lado su mal carácter
lo lleva en ocasiones a humillarlos, a “ponerlos como trapo”, como ocurre también varias veces con el
General Domiro García Reyes [encargado por el Estado Mayor Presidencial de la seguridad personal del
candidato]. Ibíd. pp. 71-79.
Liébano Sáenz: Secretario de Prensa y Propaganda del PRI durante la campaña. Fue Oficial Mayor con
Colosio en la SEDESOL. Después Jefe de la Oficina de la Presidencia con Ernesto Zedillo.
8
Federico Arreola señala con precisión “…la grave circunstancia de que al general García Reyes no le
resultaba sencillo trabajar. De hecho, se quejaba con frecuencia ante todo el mundo –yo mismo fui su paño de
lágrimas varias veces-, porque desconocía los pormenores de la logística de los actos, ya que ésta la
manejaba, de plano sin eficiencia, el sonorense Guillermo Hopkins…” Ibíd. p. 69 (las negritas son mías:
F. M.)
9
“Desde el principio quedó claro que en la campaña de Colosio reinaba la desorganización”. Ibíd. p. 32.
151
políticos lo suficientemente experimentados para organizar una campaña electoral que
resuelva las cuestiones más elementales10.
Aquel 17 de marzo, a una semana del mitin político, Hopkins y otros miembros
del equipo de campaña visitan Lomas Taurinas. La colonia se encuentra en una hondonada
rodeada por cerros cubiertos de casas, cuyo único acceso pavimentado es una calle de
nombre… Carlos Salinas de Gortari. La explanada en donde se llevaría a cabo el acto
político es un terreno irregular e inclinado, por el que atraviesa un arroyo de aguas negras,
sobre el que se encuentra un puente de madera en mal estado, de 7 metros de largo por 2.80
de ancho, que es necesario cruzar para acceder a la explanada.
Después de recorrer el lugar Hopkins lo aprueba –aunque un coronel del ejército,
de nombre Gregorio González, sugiere que se elija otro sitio, arriba o a la entrada de la
colonia11-, determina que el puente no es un obstáculo para llegar al mitin, sugiriendo que
el candidato quedara situado en la parte baja del terreno, cerca del puente, para facilitar su
salida. Ante la posibilidad de que colapse el puente, dada la cantidad de asistentes que se
esperan, solamente se decide reforzar sus soportes sin cambiar su aspecto, ya que Colosio
no quería que se alterara “la escenografía” de los lugares en que se presentaba.
Dos días antes del evento político acude a revisar la zona José Rodolfo
Rivapalacio Tinajero -un “expolicía experimentado y astuto”12, que había trabajado en la
Policía Municipal de Tijuana, en el Servicio Secreto y en la Policía Judicial del Estado, y
que también había estado a cargo de la seguridad personal de algunos políticos-, quien es
comisionado por el PRI de Tijuana para coordinar la seguridad del mitin. Su apreciación de
los riesgos que presenta el lugar no podía ser más clara:
Para llegar a ese sitio el 21 de marzo, había que caminar varios cientos de metros
por una calle de tierra, chiclosa –consecuencia de tres días de lluvia- y por tanto
resbaladiza, luego de bajar una pronunciada y angosta rampa con circulación de
doble sentido, para enseguida cruzar un arroyo de aguas negras sobre un puente sin
10
Tal parece que las relaciones de Colosio con los cuadros y las fracciones al interior de su partido están
subordinadas a las relaciones de Salinas, pero que él no cuenta con un equipo propio que esté a la altura de las
circunstancias. El coordinador de campaña, Zedillo, de hecho le fue impuesto por Salinas.
11
PGR. Informe… Tomo I. p. 81.
12
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 77.
152
barandal, hecho de triplay y remojado. Por si fuera poco, el improvisado puente
tenía agujeros que eran una trampa para los pies de quien no los viera.
Salvado ese peligro, había más: en la falda del cerro, decenas de casas humildes
parecían colgar, como a punto de caerse, sobre todo, cuando el cerro está remojado
por la lluvia, como de hecho lo estaba ese día 21. Podía, además, ‘rodarse un
tanque de gas’ y convertirse en un peligroso proyectil.
De todo esto y más detalles tomó nota en su libreta José Rodolfo Rivapalacio
Tinajero, que, junto con Alberto Bravo Quintero, ya había sido comisionado por el
Comité Municipal del PRI de Tijuana para coordinar la seguridad del acto político
al que asistiría el candidato Colosio; la seguridad del acto, no la de Luis Donaldo,
quien contaba con su propio equipo que encabezaba el general Domiro García
Reyes […] La conclusión a que llegó Rivapalacio fue terminante: el lugar, la
colonia Lomas Taurinas, es un lugar inseguro para un acto masivo. […] Coincidió
con él un arquitecto amigo que lo acompañó a inspeccionar el sitio donde estaba
dispuesto colocar el templete desde donde hablaría el candidato: ‘Es
peligrosísimo’, le comentó.
Ese mismo lunes 21 de marzo por la tarde, el comisionado de seguridad
Rivapalacio rindió un pormenorizado informe verbal al dirigente priísta Antonio
Cano Jiménez y al representante del comité de campaña de Colosio, José Murat
Casab, quien paró la exposición con un argumento contundente, típico de la
práctica de ese partido:
-El lugar ya estaba determinado desde la ciudad de México por el coordinador de
imagen de la campaña y responsable operativo de la gira, Guillermo Hopkins.13
Las objeciones que plantea el personal de Tijuana no son ni siquiera tomadas en
cuenta por el representante del equipo de campaña que viene “del centro”, y el único
argumento para sostener la decisión de Lomas Taurinas es un argumento de autoridad
característico de la disciplina priísta: “ya lo decidió México”. Es de notar que al
comisionado del PRI local lo que más le preocupa es el puente de madera o la eventualidad
de que un coche de la comitiva resbale y choque o atropelle a alguien -afirma: “nunca
13
Ibíd. pp. 79-81.
José Murat Casab, político cercano a Colosio, es posteriormente Gobernador de Oaxaca, de 1998 a 2004. En
el último año de su gestión sufre un atentado en el que muere un miembro de su guardia personal. La rapidez
de Murat para culpar del atentado a sus opositores políticos en vísperas de la elección de quien habría de
sucederlo en el gobierno de Oaxaca y las circunstancias nunca aclaradas del atentado, pronto hacen surgir en
la prensa la sospecha de un “autoatentado” urdido por el propio Murat.
153
pensamos en un atentado contra Colosio, sino en algún accidente”14. Es cierto que la
seguridad del candidato no está a cargo de este comisionado transitorio, pero no sólo él sino
que ningún miembro del equipo de logística de la campaña considera seriamente la
posibilidad de un atentado contra Colosio, a pesar de que el rumor de que algo puede
pasarle a éste antes de las elecciones circula con insistencia en la prensa de todo el país.
Hay una discordancia entre la intranquilidad que ese rumor causa en el candidato y su
equipo y la falta de previsión de un atentado, tanto por parte de Colosio mismo como por
un sector de sus colaboradores. Considerar esta posibilidad seriamente llevaría a extremar
las medidas de seguridad.
La ubicación del templete durante el acto político también es motivo de
desacuerdos:
La inclinación del terreno y el deterioro del puente habían motivado una discusión,
acerca de la ubicación del templete, entre Fuentes, Schafino y Murat, y los
representantes del Estado Mayor Presidencial […] Sin tener la razón, esa disputa la
ganaron Mario Luis y los otros dos operadores políticos y el presidium se ubicó en
la parte alta de Lomas Taurinas, lo que dejaba a los espectadores
desordenadamente distribuidos hacia abajo. Exactamente lo opuesto a lo exigido
por la lógica que está detrás de la construcción de cualquier teatro: el escenario en
la parte baja y el público colocado hacia arriba.15
La instalación final del templete tiene otra consecuencia adicional: el candidato
tendrá que caminar entre la multitud y cruzar el frágil puente tanto para entrar como para
salir del acto político. El terreno ciertamente no ofrece muchas posibilidades, pues de situar
14
Ibíd. p. 80.
Arreola F. Así fue…p. 55.
Mario Luis Fuentes, Subcoordinador de Participación Social de la campaña de Colosio. Anteriormente
colaborador de Ernesto Zedillo en la Secretaría de Programación y Presupuesto (SPP) y luego en la Secretaría
de Educación Pública. Trabaja en el PRONASOL -Programa Nacional de Solidaridad, el programa salinista
de política social, hasta la creación de la SEDESOL-, cuando Zedillo es titular de la SPP. “Los actos en cuya
organización participaba Mario Luis Fuentes eran tal vez los que más le gustaban a Luis Donaldo Colosio,
pero eran también los más peligrosos, si no por otra cosa, porque se dejaba a los asistentes moverse con entera
libertad”. Ibíd. p. 53. La incorporación de Fuentes a la campaña de Colosio “…era considerada por el
candidato como uno de los escasos aciertos del coordinador de la misma, Ernesto Zedillo”. Ibíd. p. 54.
Mario Schafino, colaborador de Fuentes.
15
154
el templete16 en la parte baja los asistentes al mitin tendrían que quedar demasiado cerca del
arroyo de aguas negras para acercarse al candidato, tal como éste lo quería.
Pero este incidente muestra además una división constante en el equipo de
Colosio: la parte del equipo encargada de la seguridad queda sistemáticamente excluida de
las decisiones de logística. El general Domiro García Reyes, encargado por el Estado
Mayor Presidencial (EMP) de la seguridad personal del candidato priísta, no participa en la
confección de la agenda de las actividades de campaña, ni siquiera es tomado en cuenta
para estar presente en las reuniones de planeación previas a la realización de las giras. A
diferencia de otras campañas presidenciales del PRI en ésta el EMP no toma ninguna
decisión de logística. Como consecuencia García Reyes no está al tanto de los detalles de la
logística, se entera hasta el último momento, cuando ya es demasiado tarde. De hecho esto
es lo que ocurre cuando el 23 de marzo el General llega al mitin con el candidato y su
comitiva y se encuentra con Lomas Taurinas y la ubicación del templete. Entonces le
reclama al coronel Reynaldo del Pozo, también del EMP, haber aceptado que el templete se
colocara en un lugar sin ninguna salida de emergencia a retaguardia para poder salir con el
candidato sin tener que pasar entre la multitud. Del Pozo le responde que él nunca estuvo
de acuerdo con el lugar donde se colocó el templete, pero que los encargados de la logística
del evento –Fuentes y Murat- lo decidieron17.
La decisión de mantener separadas la logística y la seguridad de la campaña,
excluyendo a ésta de aquélla, es del propio Colosio. Esta disposición depende de una forma
de regular el contacto con la población en las actividades proselitistas: “La estrategia de
campaña del candidato era que todo mundo se le acercara, que no detuviéramos a nadie”18.
Pero si no se puede detener a nadie entonces cualquier sistema de seguridad se vuelve
inoperante. Durante la campaña ocurren varios incidentes que dejan ver esto: en Oaxaca un
hombre alcoholizado se para en una bicicleta junto a la camioneta que conduce Colosio y le
dice tomándolo del brazo: “no me vayas a fallar… ai te encargo a la democracia” (sic)19; en
16
En esta ocasión, como había ocurrido en otros actos políticos de la campaña, se utiliza como templete una
camioneta. Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 92.
17
Cf. López-Dóriga J., Menéndez J. Domiro. Compilación y entrevistas. México, Rayuela Editores; 1996. pp.
85-86 y 117.
18
Ibíd. p. 86.
19
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 72.
155
un pueblo de Michoacán el candidato, fuera de programa, baja de su vehículo para saludar a
los habitantes y es herido accidentalmente en la cara al voltear a ver a una mujer que entre
la multitud le llamaba insistentemente y tenía su brazo extendido20; en Aguascalientes una
señora burla la vigilancia y llega hasta la habitación del hotel en donde el candidato está
comiendo con algunos de sus colaboradores más cercanos, para pedirle que le ayude a
conseguir trabajo para su hija21; en una colonia popular de Guadalajara el candidato
también es lastimado accidentalmente por alguien con una uña o con una aguja22; en varias
ocasiones tanto en aeropuertos como a bordo de los aviones en que viaja hay personas que
sin ninguna dificultad se acercan al candidato para conocerlo y hablar con él.
Colosio tiene la intención de no presentarse rodeado de guardaespaldas, y menos si
van armados, para que cualquier persona que quiera decirle algo, entregarle una carta,
incluso tocarlo, pueda aproximarse a él. Este propósito de aparecer “cercano a la gente” lo
lleva en ocasiones a hacer cosas que ponen en riesgo su seguridad: conducir él mismo la
camioneta en que se traslada con sus invitados pero sin personal de seguridad, bajarse de su
vehículo para saludar en poblaciones fuera de programa, internarse repentinamente entre la
multitud dejando atrás a su escolta, en suma, impidiendo que funcione se equipo de
seguridad.
El mismo día en que es asesinado, el candidato regaña en Culiacán al general
García Reyes por la aparición en el periódico El Noroeste de una fotografía en la que se
alcanza a ver la pistola de uno de los miembros de su escolta. Molesto, el General le
comenta a Federico Arreola: “así es como deben andar las personas que protegen al jefe, si
no, no sirven para nada”23.
En una conversación que Colosio tiene con este General, le relata un suceso que
deja ver que en su opinión los militares del EMP carecen de la sensibilidad necesaria para
tratar a los asistentes a las actividades de su campaña:
20
Ibíd. p. 223.
Arreola F. Así fue…p. 40.
22
Ibíd. p. 110.
23
Ibíd. p. 51.
21
156
‘Mire general, hace seis años cuando estábamos en la campaña del licenciado
Carlos Salinas de Gortari, a la hora en que íbamos a abordar los helicópteros en
algún lugar, un miembro del EMP detuvo a uno de los invitados y no le permitió
subirse al helicóptero que él quería. Esta persona se identificó, le dijo quien era, le
dijo que era invitado del candidato Salinas y sin embargo a pesar de eso, este
miembro del EMP no lo dejó subir al helicóptero; finalmente se solucionó y este
invitado se subió a otro helicóptero’. Luego me dijo: ‘¿Y sabe usted quién era esta
persona?’ Yo le contesté que definitivamente no sabía, y me dijo: ‘Jorge Castañeda,
el que ahora es el principal asesor político de Cuauhtémoc Cárdenas. Yo no quiero
que eso vaya a ocurrir con ninguno de mis invitados, por eso es que no quiero que
su personal se encargue de eso, necesitamos más sensibilidad, por eso es que el
licenciado Guillermo Hopkins con su equipo de logística se va a encargar del
manejo de mis invitados y de mi programa’.24
He aquí las razones que llevan a Colosio a privilegiar a la fracción de su equipo
encargada de la logística, en detrimento de la fracción encargada de la seguridad. Esto a
pesar de los frecuentes dislates en la manera en que se disponen y realizan las actividades
de campaña, que provocan reiteradamente el disgusto del candidato con sus
colaboradores25.
El general Domiro García es quien recibe directamente las consecuencias de los
desaciertos en la organización. Si algo sale mal en los recorridos programados, si la
comitiva o una parte de ella se extravían por desconocimiento de las rutas a seguir, si la
elección de los lugares para los eventos no es la adecuada, si la asistencia del público no es
la esperada, si los tiempos programados para cada actividad están mal calculados, si la
agenda está demasiado cargada, quien está prácticamente todo el tiempo al lado del
candidato es el General, por lo tanto es él quien primero recibe la presión para resolver los
problemas en el momento en que se presentan y quien primero sufre las reprimendas de
Colosio. Como militar está entrenado para obedecer a su jefe, pero considera que el equipo
de logística carece de la experiencia necesaria para hacerse cargo de la campaña, aunque no
24
López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. pp. 66-67.
“La campaña, tristemente, avanzaba planteando al candidato más problemas que satisfacciones. (…) casi
todos atribuibles al equipo de logística capitaneado por Guillermo Hopkins: abucheos en distintos actos a los
que llegó tarde, suspensión de algunas reuniones por falta de asistentes, fuertes reclamos de desempleados,
etcétera”. Arreola F. Así fue…p. 38.
25
157
les falte buena voluntad. En una ocasión se atreve a decirle al candidato: “Oiga señor, pues
es que nosotros no participamos en esto, su equipo de logística es el que lo hace, no tienen
experiencia por eso nos pasan estas cosas”26. Al parecer es a partir de ese momento, unos
pocos días antes de su muerte, que Colosio empieza a revisar personalmente los programas
de actividades. En otra ocasión, en que el jefe le pide ayuda a su subordinado, éste le
contesta: “¡Pues también ayúdeme usted señor!, porque usted va a estar entre la gente, pero
permítame cuidarlo mejor”; a lo que el candidato le responde: “No es tiempo general, no es
tiempo, más adelante”27… pero el tiempo nunca llegó. La demanda que el militar le hace al
candidato indica que éste no se deja cuidar por su equipo de seguridad. Al parecer Colosio
considera que “no es tiempo” porque para contrarrestar la desventaja que su campaña tiene
en los medios tiene que hacer todo para acercarse a sus potenciales electores, incluso si eso
conlleva correr riesgos que dejan de lado su seguridad personal.
La estructura de esta situación, de la que forma parte la insistente voz popular que
pregona un cambio de candidato en el partido de Estado, abre un pequeño resquicio por el
que alguien dispuesto a pagar el precio de entrada se puede deslizar; posibilidad que
Domiro García alcanza a advertir cuando, semanas antes de Lomas Taurinas, le comenta al
reportero Elías Chávez de la revista Proceso: “Cualquiera que esté dispuesto a dar su vida
puede asesinar al licenciado Colosio”28. Una prueba adicional de que la cuestión está
presente en el entramado de discursos que tejen las condiciones de la campaña, la aporta la
pregunta que le hace un reportero al militar más cercano a Colosio, el Mayor Germán
Castillo29, y la respuesta que éste le da cuatro días antes de la muerte del candidato; el
reportero le pregunta si tiene temor de un atentado y Castillo responde: “Cuando alguien te
apunta y no le tiembla la mano, te da. Eso de la seguridad tiene sus asegunes”30. Y todavía
dos días antes de su trágica muerte, en una gira por Iztapalapa, Colosio manifiesta ante un
26
López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 71.
Ibíd. p. 132.
28
Arreola F. Así fue…p. 153.
29
Mayor Germán González Castillo: trabaja con Luis Donaldo Colosio desde 1988 –cuando éste es designado
presidente del PRI- como su asistente personal y jefe de su escolta. Si bien durante la campaña electoral la
jefatura formal del equipo de seguridad está a cargo del General Domiro García Reyes, Castillo es
considerado el militar más cercano a Colosio dada la estrecha colaboración que tiene con él y la antigüedad de
su relación: “…sin Castillo, lo afirmo con toda seriedad, el candidato no se entendía a sí mismo”. Arreola F.
Así fue…p. 53.
30
ASIC/DF. “¡Vámonos! ¡Vámonos!, decía Colosio a su equipo de seguridad”. Siglo 21. 1994, marzo 25.
27
158
grupo de colonos: “Los mexicanos queremos avanzar en la democracia con paz y
tranquilidad, sin tener que recurrir a la violencia, las balas o los rifles, y tener que matarnos
entre hermanos”31. Estas palabras no sólo apuntan al conflicto armado en Chiapas sino que
aluden al conjunto de circunstancias que han puesto en vilo la candidatura de Colosio.
En Tijuana las cosas se salen de control desde la llegada del candidato y su
comitiva al aeropuerto. No hay vallas de seguridad ni personal suficiente para contener a la
multitud que arrastra al candidato, que apenas puede caminar y tiene que salir por una
alambrada al verse impedido de salir por la puerta principal de la terminal aérea. Antes de
llegar a Lomas Taurinas, Colosio se baja de la camioneta que lo trasladaba desde el
aeropuerto y empieza a caminar algunos cientos de metros entre las personas que iban
llegando al mitin. Ya en el sitio donde éste se lleva a cabo, entre la multitud hay dos mantas
que le recuerdan al candidato las condiciones en que ha transcurrido su campaña,
totalmente distintas a las de otras campañas presidenciales del partido oficial: en una está
escrito: “Ojo, Colosio: Camacho y el subcomandante ‘Marcos’ te vigilan. Dí no a
Televisa”; en la otra: “En Baja California decimos ¡Basta!, no más circo, no más engaños,
no más PRI-gobierno”. En efecto, es hasta el día anterior que Camacho finalmente declaró
sin ambigüedades que no busca una candidatura a la presidencia de la República. El
subcomandante Marcos y la guerrilla en Chiapas han marcado junto con el Comisionado
para la Paz el curso de la campaña colosista, en el entorno de una crisis del sistema político
del PRI-gobierno. Las mantas son portadas por una docena de jóvenes que manifiestan que
quieren hablar con Colosio para decirle que están en contra del sistema, no en contra de él32
–aún así los colonos se molestan y echan abajo las mantas, Lomas Taurinas es un territorio
priísta, beneficiado por el PRONASOL33.
El acto político dura unos treinta y cinco minutos, intervienen cinco oradores
después de los cuales Colosio toma la palabra. Termina su discurso con la frase “Sí, vamos
a ganar”, al tiempo que levanta el puño derecho34. Enseguida baja del templete por la
31
Rico S. “Tras el estremecimiento por el asesinato de Colosio, se imponen en el PRI el desconcierto y la
impaciencia”. El Financiero. 1994, 28 de marzo. El diario Siglo 21 de Guadalajara titula “Premonición” a la
nota relativa a este discurso. Cf. “Premonición”. Siglo 21. 1994, marzo 24.
32
AGENCIAS/TIJUANA. “Dos balas terminaron la vida de Luis Donaldo Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo24.
33
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 94.
34
López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 117.
159
derecha y no por la izquierda, que es por donde le habían hecho valla. Ni el equipo de
seguridad del candidato ni el equipo formado por los priístas de Tijuana35 pueden contener
a la multitud que se aglutina alrededor de Colosio. “¡Vámonos! ¡Vámonos!”, le dice éste al
Mayor Germán Castillo:
Cuando decía esto es que quería salir rápido, pero no podíamos avanzar. La gente
se arremolinaba, se nos cerraba como nunca. […] Por práctica él se me pegaba a la
espalda y yo sentía su paso. Casi siempre avanzábamos lento, pero esta vez fue
terriblemente lento. […] Yo empujaba gente. De repente escuché como un cohete,
un cohetito, y di un paso. De repente ya no sentí su cuerpo empujando mi espalda.
Volteé a mi izquierda y lo vi caído. Por mi posición, se me hizo más ágil voltear
por mi derecha y vi cuando un tipo le disparaba al piso. Le dio en el vientre. El
cuerpo giró.
Todavía alcancé a empujar el brazo con la pistola. Todo fue instantáneo. Dos o tres
segundos de diferencia entre un tiro y otro. Fueron nada más dos. No hubo más, no
erró. Yo creo que es un profesional porque actuó con mucha exactitud.
Primero esperó que yo pasara. Tenían medido que el candidato se pegaba a mí para
no permitir que alguien más se interpusiera y lo distrajera, para que lo desviara o le
causara algún daño. Cuando pasé, por sobre el hombro de alguien metió la pistola y
le disparó a 50 o 60 centímetros. Por eso la pistola estaba manchada de sangre.36
Castillo saca rápidamente la conclusión de que el asesino es un profesional que no
actuó solo: “Tenían medido que el candidato se pegaba a mí”. Un crimen político, en un
momento de descomposición de un régimen que lleva más de seis décadas en el poder, con
un movimiento guerrillero activo en el sur del país, en una atmósfera de desconfianza
marcada por el rumor de una sustitución del candidato oficial, dada la estructura de
suspicacia propia de la política lleva a sospechar de inmediato en la existencia de una
conspiración y por lo tanto en un “autor o autores intelectuales”. De hecho, junto con Mario
35
El comisionado del PRI de Tijuana, José Rodolfo Rivapalacio Tinajero, constituye el grupo Tucán,
conformado por treinta integrantes que estarán a cargo de la seguridad del mitin en Lomas Taurinas. Cf.
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 81.
Dado que el PRI local toma a su cargo la seguridad del evento resuelve no pedir ayuda especial a las
autoridades municipales del PAN: “El director de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, Federico Benítez
López, dijo que ayer esa corporación no tenía suficiente personal asignado para vigilar el acto del candidato
priísta; manifestó que ‘sólo se contó con cuatro agentes de tránsito en el acto masivo, porque el PRI municipal
dijo que se encargaría de la seguridad’”. “Asesinan a Colosio”. Siglo 21. 1994, marzo 24.
36
ASIC/DF. “¡Vámonos! ¡Vámonos!, decía Colosio a su equipo de seguridad”. Siglo 21. 1994, marzo 25.
160
Aburto es detenido después de los disparos un hombre de 49 años de edad, Vicente
Mayoral Valenzuela, miembro del grupo de seguridad del PRI de Tijuana37. En un primer
momento, cuando es golpeado por la multitud que quiere lincharlo al grito de
“¡mátenlo!”38, Aburto se defiende: “Yo no fui. Fue el ruco”39, señalando a Mayoral.
Después, el 25 de marzo frente al juez que conoce del caso, el joven homicida acepta firmar
su declaración, reconoce haber dado muerte a Colosio por decisión propia y descarga de
responsabilidad a Mayoral diciendo: “…es su deseo que no se involucre a personas
inocentes como lo es la persona que detuvieron junto con el declarante…” –también pide
que no se involucre a su familia, pues no tenían conocimiento de lo que él iba a realizar, y a
una joven que detuvieron y a la que le atribuyen ser su novia, asegurando que él no tiene
novia40. Sin embargo, en contra de las afirmaciones reiteradas de Aburto en el sentido de
que él actuó por su cuenta o que se trató de un “accidente”, pues lo habrían empujado en el
momento en que sacó su pistola para “sólo herir al candidato”, tanto el decir popular como
el curso de las investigaciones van a proseguir con insistencia la teoría conspirativa.
Los disparos que terminan con la vida de Luis Donaldo Colosio apenas se
alcanzan a oír, incluso muchos asistentes al mitin no los escuchan, pues en el momento en
que aquél concluye su discurso empieza a escucharse por el equipo de sonido instalado en
Lomas Taurinas la canción “La culebra”, interpretada por la Banda Machos. Este detalle va
a dar pie al surgimiento de una interpretación que plantea una relación entre la letra de esa
canción y la ocurrencia de los disparos. Esta interpretación sostiene que la frase “yo la
37
El grupo formado por Rivapalacio. Posteriormente también sería detenido y consignado éste, junto con
Tranquilino Sánchez Venegas y Rodolfo Mayoral Esquer, hijo de Vicente –miembros también del grupo
Tucán. Acusados todos, junto con Mario Aburto, del delito de asociación delictuosa para dar muerte a Luis
Donaldo Colosio.
Un parte informativo de la Policía Federal Judicial, fechado el 23 de marzo de 1994 –que le atribuye a
Mayoral Valenzuela 60 años de edad-, transcribe la declaración en que éste asegura que al ver a un individuo
que dispara sobre el candidato priísta, se abalanza sobre tal individuo y logra sujetarle la mano en la que lleva
el arma de fuego, después de lo cual ambos caen al piso y entonces otros miembros del equipo de seguridad
los detienen. Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 479-480
38
Ureña J. “A las 17:05 horas, tiempo local, cayó Colosio”. La Jornada. 1994, marzo 24. El Mayor Cantú es
quien primero detiene a Aburto al lanzarse sobre él y desarmarlo. Enseguida la multitud empieza a golpear a
Aburto hasta hacerlo sangrar del rostro, por lo que tiene que ser rescatado por Cantú, el Coronel del Pozo y
otros miembros de la escolta del candidato, para ser llevado a los separos de la Procuraduría General de la
República en Tijuana. Cf. Ibíd.
39
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 95. ¿Existe alguna relación entre esta
referencia al “ruco” y el anciano que lo nombra “Caballero Águila”? Véase el capítulo Un sacrificio para
salvar al país.
40
Ibíd. pp. 66-67.
161
tengo que matar” es la señal que indica el momento de hacer los disparos. Sin embargo,
éstos ocurren cuando se escucha la estrofa que dice: “huye José, huye José/ Ven pa´ca,
cuidado con la culebra que muerde los pies” 41. Por lo demás, la misma canción se había
utilizado varias veces en otras actividades de la campaña y tampoco hay un aumento en el
volumen del sonido cuando se reproduce aquélla respecto del volumen en el momento de
los discursos, más bien los decibeles disminuyen con la canción, contrariamente a lo que
enuncia la mencionada interpretación42.
Colosio recibe primero un disparo en la cabeza y al ir cayendo otro en el abdomen.
Al parecer, por los movimientos que realiza en el momento de la agresión, alcanza a
advertir el ataque desde atrás a su derecha. “… hizo ‘movimientos instintivos de defensa’,
consistentes en comenzar un giro a su izquierda y levantar la mano…”; este giro permite
que al caer reciba el segundo disparo en dirección opuesta, de izquierda a derecha. Queda
tirado en un charco de sangre, del que es levantado por el general Domiro García, otros
miembros de la escolta del candidato y del grupo de seguridad del PRI local, que lo llevan
cargando hasta la camioneta en la que había arribado a Lomas Taurinas, que es el vehículo
más próximo. La salida se encuentra bloqueada, en la confusión varios coches de la
comitiva chocan; además quienes transportan a Colosio desconocen los atajos para salir de
la colonia43. Un poco más adelante los alcanza una ambulancia que estaba asignada para el
evento y el herido es trasladado a ella. En el camino Colosio es auxiliado por el doctor
García Taxilaga y por el doctor Castorena, quien después relata: “Desde el principio, por la
trayectoria de la bala en el cráneo y por el estado neurológico, anticipamos lo peor”44.
Después de sortear señales de alto, semáforos y cruceros difíciles, llegan al Hospital
General de Tijuana, el más cercano. Aun siguiendo una ruta más corta que les hubiera
evitado todos los obstáculos no hubiera sido posible salvar la vida de Colosio.
41
He aquí la letra de la canción: Íbamos a la bolenda/ Íbamos a la bolenda/ De pronto veo venir cerquita de
mí/ Yo vi a una culebra mirando hacia mí/ Y yo grité: Ay la culebra/ La gente salió huyendo mirándome
enojados/ Toditos asustados comenzaron a gritar: huye José, huye José/ Van pa’ca, cuidado con la culebra que
muerde los pies/ Ay si muerde los pies/ No puedo yo bailar si muerde los pies/ Ya no voy a poder gozar/ Echa
pa’lla, ven pa’ca/ Cuidado con la culebra que muerde los pies/ Ay, si muerde los pies/ Yo la quiero acurruñar
si muerde los pies/ Yo la tengo que matar… (se repite).
42
Sobre este punto Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 46 y 148.
43
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 96 y 120-122.
44
Citado en: Arreola F. Así fue…p. 60.
Álvaro García Taxilaga, médico del EMP asignado a la campaña. Guillermo Alberto Castorena Arellano,
médico personal de Colosio.
162
Después de cuarenta minutos de haber entrado a quirófano Colosio muere. Se le
habían practicado dos intervenciones quirúrgicas, en el cráneo y en el abdomen, que suelen
efectuarse en esos casos, pero el primer disparo había sido suficiente para acabar con su
vida. Mientras el disparo al abdomen no interesó órganos vitales, el disparo al cráneo
provocó muerte cerebral inmediata, acompañada de estado de inconsciencia en el instante
de producirse la lesión, aunque conservando los signos vitales45. A las 8.25 de la noche
Liébano Sáenz hace oficial lo que para entonces ya era un pertinaz rumor. Entre gritos y
llantos de los presentes, parado sobre un escritorio de la recepción de urgencias del
hospital, con los ojos llenos de lágrimas, da la noticia. “Siendo las 7:45 del 23 de marzo de
1994… el licenciado Luis Donaldo Colosio falleció”46.
Un estudio realizado por un grupo de ex-agentes de la Oficina Federal de
Investigación (FBI) de los Estados Unidos, que prestan sus servicios en una agencia de
seguridad de California, asevera que “el mejor equipo de seguridad en el mundo no pudo
haber evitado la muerte del candidato Luis Donaldo Colosio”, una vez que éste se interna
entre la multitud y queda fuera de su sistema de seguridad. El estudio parte del
planteamiento tradicional de un área de protección de 360 grados alrededor del personaje a
custodiar, lo que supone tres perímetros de seguridad: exterior, intermedio e interior.
Agrega que la jerarquía del candidato priísta en una zona considerada previamente como
peligrosa, exigía “redoblar todos los esfuerzos de vigilancia y detección”, incrementando el
número de policías profesionales entrenados para detectar en el perímetro exterior desde
45
PGR. Informe… Tomo I. pp. 101-120. El certificado de autopsia describe las heridas y la causa de muerte:
“1:- Un orificio de entrada en región supraauricular derecha de 11 centímetros de diámetro con trayecto de
derecha a izquierda moderadamente de atrás hacia delante y discretamente de abajo hacia arriba con orificio
de salida en región temporoparietal izquierda que queda involucrado en la herida quirúrgica para
craniectomía. 2.- Un orificio de entrada por proyectil de arma de fuego en región abdominal a nivel de
epigastrio a 6.3 centímetros a la izquierda de la línea media que mide 9 milímetros de diámetro con trayecto
de izquierda a derecha y ligeramente de arriba hacia abajo, con salida en hipocondrio derecho a 97
milímetros de la línea media anterior. Esta herida no penetró a la cavidad abdominal. Causa de muerte: Herida
por proyectil de arma de fuego, perforante de cráneo”. Ibíd. p. 114. La diferencia en el diámetro de ambos
orificios se debe a la diferencia en los tejidos afectados y a la distancia a la que fueron hechos los disparos; en
el caso de la herida en el cráneo el disparo se hizo con el arma prácticamente pegada a la cabeza de la víctima,
lo que provoca un efecto llamado “boca de mina”, en el que los gases del disparo provocan un orificio
irregular y de mayor tamaño. Este aspecto también va a dar pie a la hipótesis de que existieron dos armas y
dos tiradores. La doctora Patricia Aubanel, miembro del grupo de médicos que atendieron a Colosio en el
hospital de Tijuana, va a asegurar que los dos disparos fueron hechos con armas de diferente calibre. Después
se va a retractar diciendo que no tiene conocimientos de medicina forense. Cf. Ibíd. p. 106. También Cf.
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 136.
46
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 131.
163
francotiradores hasta “individuos que pudieran representar un riesgo para el candidato”:
“personas mentalmente inestables (…) personas portando bolsas que pudieran contener
armas, individuos vestidos con ropas voluminosas capaces de esconder armas, personas que
aparentaban estar fuera de lugar, tales como personas no complacidas de ver a Colosio;
individuos que se vieran contrariados, personas con las manos hundidas en los bolsillos”47.
La distancia entre el perímetro exterior y el intermedio –éste consiste en un círculo de
protección que establece líneas entre el público y el personal autorizado para estar cerca del
candidato- reviste una importancia crítica, pues si es muy estrecha o la línea de
demarcación entre ellos está mal delimitada puede facilitar que alguien que se lo haya
propuesto penetre en el perímetro intermedio y dispare. Al tener la comitiva una sola vía de
salida tendría que haber una separación de por lo menos diez metros entre Colosio y la
multitud, lo que permitiría a los integrantes del perímetro interior rodear y sacar al
candidato por detrás del podio, dando tiempo a los miembros del perímetro intermedio de
reaccionar ante la aparición de un arma. Todas estas cuestiones relativas a la seguridad
fueron pasadas por alto en el mitin de Tijuana, pero además un factor decisivo se agrega a
la suma de negligencias:
Luis Donaldo Colosio -quebrantando los límites del perímetro intermedio- tras
concluir su discurso se dirigió hacia la línea de demarcación del perímetro
intermedio, abandonando el perímetro interior para estrechar las manos de la
muchedumbre e introduciéndose en la multitud. Esto contravino las medidas de
seguridad básicas […] se ha dicho, y se ha verificado en la práctica, que si alguien
penetra el perímetro exterior y el intermedio, las posibilidades para que los agentes
de seguridad del perímetro interior le salven la vida al personaje son pocas. Las
probabilidades se reducen mucho.48
En estas condiciones ya no existe ningún sistema de seguridad capaz de evitar un
atentado: Colosio tiene que salir por delante del templete, pero además baja de éste por el
lado opuesto a donde le habían hecho una precaria valla, se interna entre la multitud para
47
Gomora D. “El Asesinato de Colosio, Imposible de Evitar aun con el Mejor Equipo de Seguridad del
Mundo”. El Financiero. 1994, 7 de abril. Los ex-agentes del FBI reconocen que todas estas medidas, dignas
del más perspicaz de los interpretadores, son imperfectas para evitar que un posible asesino penetre al
perímetro intermedio.
48
Ibíd.
164
estrechar la mano de quienes se le acercan y la avalancha humana se vuelve imposible de
contener por su equipo de seguridad: “No pudimos accionar a tiempo porque la multitud se
nos echó encima. Yo creo que no había gente capaz de haber detenido esa multitud”49, dice
Domiro García. La posibilidad que el General había vislumbrado, de que alguien dispuesto
a sacrificar su vida podía matar a Colosio, se había cumplido. En ese “agujero” de Lomas
Taurinas, como fue descrito el lugar por Federico Arreola, el lugar ideal para la acción de
un francotirador envuelto en una conspiración, un joven obrero de origen campesino se
acerca al candidato y termina con su vida disparando un viejo revólver50.
Al día siguiente, en el cortejo fúnebre que traslada los restos del candidato
asesinado y en el homenaje que se le rinde en la sede nacional del PRI en la ciudad de
México, el colosal dispositivo de seguridad contrasta con lo ocurrido en Lomas Taurinas.
Los jerarcas del grupo gobernante toman todas las precauciones posibles: dos mil
quinientos efectivos de la policía capitalina, vallas metálicas, claves secretas, los accesos a
la sede del partido oficial son bloqueados. Ahora sí “ya es tiempo” de que las multitudes no
se acerquen a Colosio… ni a los poderosos que lo rodean. Ante semejante despliegue una
mujer presente en el homenaje póstumo comenta: “Así debieron haberlo cuidado”51.
Al arribar el presidente Carlos Salinas a la ceremonia, los priístas de base lo
encaran recibiéndolo con gritos a coro de: “¡Justicia, Justicia!”, “¿Quién fue? ¿Quién fue?”,
“¡Que vuelen cabezas, caiga quien caiga!”; una mujer, anticipándose a una posible
designación, le grita: ¡No queremos a Camacho! –estos gritos dirigidos al presidente, en
otro momento impensables, hacen aparecer una grieta en la proverbial disciplina priísta y
en el poder presidencial, pues además ya ha empezado el juego de fuerzas entre las distintas
facciones del partido para tomar la delantera de cara al destape del nuevo candidato. Como
dice un periodista, al referirse a los intentos fallidos del aparato partidista por mantener un
control que ya es inoperante: “el velorio de Colosio es la metáfora más triste del sistema
49
López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p. 133.
Un revólver Taurus, calibre .38” especial: “…Aburto llevaba una vieja pistola, defectuosa, al punto de que
si hubiera sido el caso, no habría podido hacer un tercer disparo porque no servía el arma…” Blancornelas J.,
González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 181. Tal vez por eso Aburto intenta cambiar el revolver, antes
del día del crimen, por un arma de mejor calidad, pero carecía de los recursos económicos necesarios. PGR.
Informe… Tomo I. p. 40.
51
Sánchez J. “‘¡Que Vuelen Cabezas, Caiga Quien Caiga!’. Justicia, Reclamo Unánime en el Homenaje a
Colosio en el PRI”. El Financiero. 1994, 25 de marzo.
50
165
político mexicano”52; un sistema que ha recibido una herida mortal en la cabeza, pero que
se resiste a morir. Cuando Camacho llega más tarde a la funeraria recibe una lluvia de
insultos: “¡asesino!”, “¡cobarde!”, “¡traidor!”, incluso un individuo entre la multitud le
lanza un golpe. Ese día, la fotografía de Colosio sangrando en el suelo pedregoso de Lomas
Taurinas da la vuelta al mundo53 y en los días subsiguientes la televisión va a mostrar una y
otra vez, hasta la saciedad, el video en el que se alcanza a apreciar cuando una mano entre
la multitud acerca una pistola al candidato y dispara sobre él54. Al mismo tiempo, de esta
historia empieza a surgir la figura de Colosio como “mártir de la democracia”:
El féretro estaba cubierto por la Bandera Nacional, realmente Luis Donaldo había
muerto como un mártir, eso era, un mártir de la democracia. Después de la
ceremonia se le entregó la Bandera a la señora y se condujo el féretro hasta la
tumba.55
El PRI se ha empeñado en mantener a Colosio en ese lugar de mártir –posición a la
que Aburto aspiraba y de la que fue despojado al ser invalidado su testimonio-, pero las
52
Avilés J. “‘¡Que se Diga qué Está Sucediendo en México!’, Clamor de Priístas en el Funeral de Colosio”. El
Financiero. 1994, 25 de marzo.
53
“La terrible foto del cuerpo de Luis Donaldo Colosio tendido en el suelo, desangrándose, ilustra la mayoría
de los reportajes que matutinos y vespertinos británicos, alemanes, franceses, italianos españoles o suizos
dedican al asesinato del candidato presidencial del PRI.
“Los títulos de los artículos reflejan el choque y la inquietud provocados por el atentado: ‘El asesinato del
candidato sacude a México’… ‘La muerte del delfín de Salinas estremece al régimen mexicano’… ‘México:
la violencia perturba el juego político…’ ‘México en crisis después de los disparos…’”. Mergier A. M. “La
foto de Colosio en el suelo, desangrándose, en la primera plana de periódicos de toda Europa. Los tres
principios sobre los que se sostenía el PRI acaban de derrumbarse”. Proceso, 1994, 28 de marzo, No. 908. p.
52.
54
Este video lo presenta la cadena Televisa el 29 de marzo, seis días después del asesinato, como filmado por
un camarógrafo mexicano aficionado, quien lo habría enviado a la televisora argentina Telefe, que a su vez le
habría cedido una copia a la cadena mexicana; posteriormente se va a saber que fue filmado en formato VHS
desde la barda de la casa de un vecino de Lomas Taurinas por elementos de la Policía Judicial Federal, por
órdenes de Raúl Loza Parra, subdelegado de esa corporación en Baja California, quien: “Desea dejar en claro
que la instrucción precisa que le dio el declarante a sus agentes Jácome y Millán fue la de filmar desde su
llegada (del licenciado Colosio) al aeropuerto, recorrido y evento, esto porque el de la voz considera que son
importantes las llegadas para ver con qué personas llega, el recorrido, por ver si no presenta algún incidente y
en el mismo evento para ver si esto transcurre normalmente”. PGR. Informe… Tomo I. p. 125 (el paréntesis
corresponde al original). Entre el 24 y el 25 de marzo se sacan 21 copias de este video que son distribuidas
entre distintos funcionarios de la Procuraduría General de la República. Los peritajes realizados por expertos
del FBI concluyen que el video no fue alterado, lo cual además era imposible dada la cantidad de copias en
poder de distintas manos. Este es el único video, de 13 que fueron tomados en el mitin de Lomas Taurinas, en
el que se capta visual y auditivamente el momento del disparo. Ibíd. 127-132.
55
Palabras con las que el general Domiro García describe el momento culminante del sepelio del candidato en
el cementerio de Magdalena de Kino, lugar de origen de Colosio. López-Dóriga J., Menéndez J. Op. Cit. p.
96.
166
consecuencias de su muerte más bien parecen indicar que se convirtió en la pieza que su
partido necesitaba sacrificar para seguir en el poder. Zedillo ganó las elecciones de ese
aciago 1994 gracias a una campaña de miedo basada en una inversión digna del más
descarado oportunismo priísta, manipulando a su favor el asesinato de Colosio: al usar el
lema de campaña “Yo voto por la paz”56, el PRI pasaba de ser el partido del régimen
autoritario y antidemocrático cuyas acciones y omisiones habían provocado la rebelión
armada de los zapatistas, a ser víctima de la violencia que había terminado con la vida de su
candidato presidencial.
56
“El PRI logró consolidarse en el espacio electoral con un lema de campaña que dañó a los militantes de la
ruptura y a los oportunistas de los problemas: ‘Yo voto por la paz’”. Ramírez C. El regreso del PRI (y de
Carlos Salinas de Gortari). Barcelona, Planeta; 2009. p. 155.
167
IX. LA CONSPIRACIÓN DEL RUMOR, EL RUMOR DE LA
CONSPIRACIÓN
La conmoción
La noticia del atentado contra Colosio causa una conmoción en la clase política
mexicana, particularmente en el grupo gobernante. Las llamadas telefónicas van y vienen
entre Los Pinos, la sede nacional del PRI, la Cámara de Diputados y la de Senadores. Las
expresiones de Fernando Ortiz Arana, presidente nacional del PRI, en el momento en que
recibe la noticia de labios del presidente de la República, muestran la incredulidad y la
incertidumbre provocadas por la situación inédita a la que se enfrenta el grupo en el poder:
“¡No puede ser! ¿Está todo confirmado? ¿Qué va a pasar? ¿Qué vamos a hacer?”1. Desde
un primer momento corre la versión de que el candidato va a morir, dada la gravedad de las
lesiones. Antes de ser confirmada la muerte de éste, un Salinas “triste”, “con voz abatida” –
según la descripción de algunos de los más de cien reporteros de medios nacionales e
internacionales presentes en la residencia oficial de Los Pinos-, lee un mensaje:
Hace unos momentos se ha cometido un acto infame contra el licenciado Luis
Donaldo Colosio. Es un acto que nos duele entrañablemente, a mí en especial, pues
se trata de un atentado contra un ser humano; pero, además contra un hombre
noble, bueno, que busca servir a los demás y servir a su patria. […] Estoy, minuto a
minuto, atento al estado de salud del licenciado Colosio. […] Para mí, en lo
personal, es un hecho muy doloroso por tratarse de un mexicano entrañable. Para él
y para su familia todo mi afecto y mi cariño.2
1
Teherán J. “La confusión tras su muerte”. El Universal. 2004, marzo 23. En esos primeros momentos un
reportero le pregunta a Ortiz Arana: “Se habla de que el candidato sustituto es el dirigente del PRI, ¿está listo
para eso?”; a lo que éste responde: “Ni puedo, ni quiero, ni debo (…) La decisión no me corresponde a mí”.
Cf. Ibíd. Pasada la confusión y el temor inicial que sus palabras revelan, Ortiz Arana no se negará a ser el
nuevo candidato del PRI, alentando una campaña de sus seguidores para presionar a Salinas a nombrarlo en
ese cargo, hasta que éste le pide pronunciarse públicamente renunciando a la candidatura. Antes del destape
de Ernesto Zedillo como nuevo candidato del PRI, Ortiz Arana, “Se autodescartó como contendiente,
aludiendo lealtades y convicciones, y prefiguró el triunfo de Zedillo”. Gómez Leyva C. “Fue un destape
desangelado, con un candidato que parecía rehén”. El Financiero. 1994, marzo 30. También cf. Camacho
Guzmán O. y Peguero R. “Convocaría para mañana el PRI a su Consejo Político”. La Jornada. 1994, marzo
26.
2
Gallegos E. y Lomas E. “El atentado, ‘un acto infame que nos duele entrañablemente’: CSG”. La Jornada.
1994, marzo 24. Cf. también: Gómez Leyva C. y Chávez V. “Salinas no hay Razón Política o Moral que
justifique la Violencia”. El Financiero. 1994, marzo 24.
168
En el mismo mensaje Salinas da a conocer que ha enviado a Tijuana a su médico
personal y a un especialista para que auxilien al equipo de médicos que atienden a Colosio,
además de que ha dado instrucciones al procurador general de la República para que se
traslade a esa ciudad fronteriza y “coadyuve a la investigación”. Por su parte, desde San
Cristóbal de las Casas, en Chiapas, Camacho declara en un estado de ánimo que la
corresponsal de un diario describe con precisión:
“Totalmente descompuesto, con el rostro pálido y acompañado sólo de dos de sus
más cercanos colaboradores, el comisionado para la paz y la reconciliación en
Chiapas, Manuel Camacho Solís, expresó aquí su consternación por el atentado
que sufriera hoy, el candidato del PRI a la Presidencia de la República, Luis
Donaldo Colosio Murrieta.
El Texto Integro de la Declaración de Camacho Solís
‘La información que les proporcionaría hoy, se las voy a proporcionar en los
próximos días.
‘Acabo de comunicarme a la ciudad de México y se me informó que el licenciado
Luis Donaldo Colosio Murrieta estará en manos de los mejores médicos
mexicanos.
‘Como todo el país me uno a la indignación por el atentado en contra de la vida del
licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta.
‘Lo ocurrido es un atentado en contra de la paz y la democracia del país.
‘El valor principal es la vida y la dignidad de las personas. Lo ocurrido es una gran
ofensa a su familia, es una gran ofensa a la familia de todos nosotros, es una gran
3
ofensa a la nación’” .
El atentado no sólo tendrá consecuencias sobre la ya de por sí compleja situación
política del país, sino que también las tendrá sobre la carrera política y el futuro de Salinas
y de Camacho. El estado de ánimo y las reacciones de ambos parecen anticipar una de esas
consecuencias, ciertamente no la de menor alcance: rápidamente los dos van a quedar en la
mira de las versiones que los señalan como los verdaderos culpables de la muerte de
Las referencias de Salinas a lo “entrañable” parecen indicar que el atentado no sólo afecta directamente a su
cuerpo –se ha dicho que la bala que mató a Colosio hirió gravemente a Salinas- sino también a las entrañas
del cuerpo del régimen.
3
Coutiño G. “Una Gran Ofensa a la Nación: Camacho”. El Financiero. 1994, marzo 24.
169
Colosio4. El rumor que desde meses atrás pregonaba con obstinación que éste no llegaría al
día de las elecciones, que le imputaba a Salinas un plan deliberado para reemplazarlo como
candidato del PRI o lanzar una candidatura alterna, para lo cual habría habilitado de facto a
Camacho, encuentra en este momento las condiciones para su confirmación en el decir
popular. La danza política de malentendidos, altercados y reproches que en los últimos
meses habían sostenido los tres personajes, llegaba a su trágico fin.
Más tarde, el presidente de la República se reúne a puerta cerrada con el gabinete
legal y ampliado, después de cancelar la cena que ofrecería al primer ministro de Canadá,
Jean Chrétien, quien se encuentra de visita oficial en el país. Pasada la medianoche, cuando
ya había sido oficialmente confirmada la muerte del candidato priísta, Salinas vuelve a
dirigir un mensaje a la nación:
Compatriotas: los mexicanos todos hemos perdido hoy a un hombre que se había
fijado como tarea fundamental contribuir pacíficamente a la grandeza de la patria.
Víctima de un cobarde ataque, hoy ha fallecido Luis Donaldo Colosio. […] No hay
razón política o moral que en México justifique la violencia; es una afrenta porque
había un clima de diálogo, de entendimiento y concertación entre las fuerzas
políticas, de conducir la diversidad de propuestas por la vía del derecho y la
reforma legal. […] No aceptamos que enemigos de México pretendan torcer el
camino de la ley, y el de la concordia. […] Como presidente de la República estoy
decidido a actuar con energía. Vigilaré que la ley se aplique con todo rigor y que
este crimen sea plenamente esclarecido. […] Convoco a la concordia. […]
Mantendremos vigente nuestro régimen de libertades y el orden constitucional.5
4
Hilda Elisa Reyes viuda de Riojas, madre de Diana Laura Riojas, relata que al llegar con su hija al velorio en
la sede del PRI “… al ir cruzando las calles había gente haciendo una valla hasta la entrada, con letreros que
decían: ‘Salinas fue’. ‘Estamos con Colosio’. Varios mensajes escritos”. Medina R. El enigma de Colosio.
Barcelona, Plaza & Janés; 2001.p. 27.
En la madrugada de ese mismo día, horas antes de que el cortejo fúnebre arribe al PRI, en un crucero
importante de la ciudad de México aparece un letrero, en un lugar por demás visible: “En la base de la gran
estatua modernista que alude al caballito, colocada en la vieja glorieta de Bucareli, enfrente de la Lotería
Nacional, apareció un grafiti anónimo en la madrugada. Con pintura negra, dos palabras: ‘Fue Camacho’.||
Horas después alguien intentó borrarlo con manchones de tinta roja”. Cf. Sánchez J. “‘¡Que Vuelen Cabezas,
Caiga Quien Caiga!’. Justicia, Reclamo Unánime en el Homenaje a Colosio en el PRI”. El Financiero. 1994,
marzo 25.
5
“Mensaje enviado a la nación. La muerte de Colosio, ofensa a todos los mexicanos: Salinas”. La Jornada.
1994, marzo 24.
170
Es de notar el paralelismo entre las palabras con las que Salinas describe la tarea
de Colosio y las palabras con las que Aburto describe la suya: el primero se habría fijado la
tarea fundamental de contribuir pacíficamente a la grandeza de la patria, el segundo la
tarea de exponer sus ideas pacifistas para salvar a la patria. Asimismo, Salinas se refiere a
los enemigos de México que pretenden torcer el camino de la ley y de la concordia,
mientras Aburto se refiere a alguien extranjero queriendo poner al país y su estabilidad en
peligro. La semejanza va más allá, pues si el candidato ultimado ha sido víctima de un
cobarde ataque, Aburto está dispuesto a morir para que no sigan pasando actos bélicos6:
ambos participan, desde posiciones opuestas, del aura del sacrificio por la patria.
Al mismo tiempo, las primeras declaraciones de Aburto contribuyen a alentar las
especulaciones que ven en lo ocurrido las huellas de una conspiración. El acto de decir: “no
hablaré aunque me torturen”, produce la suposición de que él tiene algo más qué decir, que
sabe algo más -de lo que ya dijo: que tiene información de diversos grupos armados con los
que ha tenido contacto, que busca exponer sus ideas pacifistas, que está dispuesto a
sacrificar su vida para evitar que se propaguen situaciones como la de Chiapas, que actuó
por su cuenta y no forma parte de una conspiración política, que pretendía herir al
candidato priísta para que la prensa lo tome en cuenta y decir ante las cámaras el peligro en
el que se encuentra el país7. En tales circunstancias, hay por lo menos dos consecuencias
que la expresión “no hablaré aunque me torturen” puede provocar. Por un lado, quien la
escucha y hace caso de ella queda colocado transferencialmente con respecto a quien la
pronunció, es decir, éste queda situado en la posición de quien no deja de saber lo que
ocurre en el lugar del Otro –lugar implicado en la estructura del decir del hablante: el acto
de enunciación de la frase mencionada, la referencia a aquello de lo que dice que no va a
hablar, además de aquello de lo que sí habla-, con lo cual se presta a soportar una
transferencia que aquel que escucha le dirige al suponerle un saber. Por otro lado, la lógica
conspirativa sólo puede leer en aquella frase la confirmación de que en ese lugar del Otro lo
que se ha producido es un complot; conclusión persecutoria que deja de lado lo que Aburto
6
Cf. Siglo 21. 24 de marzo, 1994. También cf. Procuraduría General de la República. Informe de la
investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Tomo II. México, 2000. p. 375.
7
Ibíd.
171
reivindica al aseverar que actuó “solo” 8. En las dos consecuencias se pone en juego una
estructura ternaria, cuyos lugares son: el de quien habla para decir que no va a hablar
aunque lo torturen, el del Otro del que el hablante no deja de saber algo y el del otro que
escucha lo que el primero dijo. La diferencia entre ambas, es que en la segunda el que
escucha responde a un saber supuesto con otro saber: el que afirma la existencia de una
conspiración9.
Algunos sucesos delinean la tensión presente en el ambiente político nacional de
esos primeros momentos:
- A las 19.50 horas de ese mismo día en que Colosio es asesinado, en las oficinas
nacionales del PRD se recibe una amenaza de bomba. Se ordena el desalojo del inmueble y
después de una revisión por parte de las autoridades y equipo técnico especializado se
anuncia que no se encontró ningún artefacto explosivo10.
- El EZLN se declara en “alerta roja” al considerar que el asesinato de Colosio
“preludia” una ofensiva militar en contra de sus posiciones, por lo cual la organización
suspende la consulta que venían realizando en comunidades de Chiapas sobre los
compromisos del gobierno para una paz digna11. Su líder más visible, el subcomandante
Marcos, dice en un comunicado que suscribe también ese día: “¿Quién patrocina esa mano
‘pacifista’ que abre de nuevo la gigantesca puerta de la guerra?”12.
8
“‘No hablaré aunque me torturen’. O sea, no dirá los motivos del crimen, no descubrirá a los beneficiarios.
O sea, hay alguien, persona o grupo detrás del acto criminal. Mario Aburto no obró por su cuenta. ¿Qué
horrible chantaje se oculta tras quien así se inmola, a los veintitrés años?”. Bolaños L. “No hablaré aunque me
torturen”. El Universal. 1994, marzo 26.
9
La primera modalidad de respuesta corresponde a la posición analítica. En ella se juega la apuesta de este
estudio del caso que nos ocupa.
Sobre la estructura de la transferencia en las llamadas “psicosis”, cf. Allouch J. “Ustedes están al corriente
hay una transferencia psicótica”. Littoral, 1989, 7/8. También, cf. Allouch J. Marguerite. Lacan la llamaba
Aimée. México, Editorial Psicoanalítica de la Letra; 1995. Particularmente el capítulo catorce: “De la
transferencia psicótica”. pp. 597-632.
10
Caballero A. y Ramírez R. I. “Reprueba Cuauhtémoc Cárdenas el crimen de su homólogo priísta”. La
Jornada. 1994, marzo 24.
11
Aponte D., Gil Olmos J. y Henríquez E. “EZLN: el crimen preludia una ofensiva militar”. La Jornada.
1994, marzo 26.
12
“¿A quién beneficia el magnicidio?, pregunta Marcos”. La Jornada. 1994, marzo 26. Por cierto, la
interpretación del líder rebelde va exactamente en sentido contrario de las intenciones que manifiesta Aburto,
pues para éste el atentado contra Colosio busca evitar que la guerra se propague.
172
- Tanto Diego Fernández de Cevallos como Cuauhtémoc Cárdenas, los dos
principales contendientes de Colosio, reprueban categóricamente el asesinato y anuncian la
suspensión temporal de sus campañas electorales. El primero, “decidió cancelar
provisionalmente su campaña, hasta que se clarifique la situación del país y en solidaridad
con la familia Colosio-Riojas…”13. El segundo, “anunció la suspensión de la gira que tenía
programado iniciar hoy por el estado de Oaxaca y su viaje de la próxima semana a Estados
Unidos…”14
- Entre la clase política empieza a circular la especie de que el gobierno de Salinas
busca posponer las elecciones, o bien para poder nombrar de entre los miembros de su
gabinete un candidato afín a sus intereses, que dada la cercanía de los comicios se
encuentran impedidos para ello por la norma constitucional, o bien para poder nombrar un
presidente interino que le permita prolongar su poder15.
Las acusaciones
Funcionarios, políticos, intelectuales, líderes empresariales, organizaciones e
instancias de la vida pública, al tiempo que condenan el crimen hacen llamados a la unidad
nacional, a conservar la calma y la serenidad; sin embargo, en sus declaraciones aparece
rápidamente la acusación que identifica culpables:
- La Cámara de Diputados en acuerdo unánime del conjunto de las fracciones
parlamentarias: “La democracia acaba de recibir un brutal atentado por manos de quienes
con la violencia pretenden desestabilizar a México y crear un ambiente de incertidumbre y
confusión entre todos los mexicanos”16.
13
“Cancelan la campaña de Diego Fernández. Indignación en el PAN por el ataque contra Luis Donaldo
Colosio”. La Jornada. 1994, marzo 24.
14
Caballero A. y Ramírez R. I. “Reprueba Cuauhtémoc Cárdenas el crimen de su homólogo priísta”. La
Jornada. 1994, marzo 24.
15
Este rumor provoca tal inquietud en los círculos políticos, que el 26 de marzo el secretario de Gobernación,
Jorge Carpizo, tiene que desmentirlo asegurando que las elecciones se llevarán a cabo en la fecha prevista. Cf.
Guerrero S. “Ratificó Carpizo el compromiso del Ejecutivo; habrá comicios en agosto”. La Jornada. 1994,
marzo 26. También cf. Castillo H. “Barbarie política”. El Universal. 1994, marzo 25.
16
Camacho Guzmán O. “Enérgica censura del Congreso de la Unión al ataque contra Colosio”. La Jornada.
1994, marzo 24.
173
- El ex presidente José López Portillo: “… no es imposible que fuerzas del exterior
tengan relación con el asesinato, porque cuando se fanatiza a una persona a los extremos de
cambiar su vida por otra –porque estos asesinos sabían que no tenían salida-, cuando se
encuentran esos perfiles de decisión fanática, hay algo atrás. […] Para fanatizar a hombres,
al extremo de esos asesinos, se necesitan fuerzas muy poderosas”.17
- El presidente nacional del PAN, Carlos Castillo Peraza: “El magnicidio, acotó, es
una manifestación más de una cultura propiciatoria de la violencia, y aseveró que en el país
hay un ambiente ideológicamente favorable a ella. En su consideración, la frialdad con la
que actuó el (o los) asesino (s) y la declaración de que no hablará aunque sea torturado,
revela el profesionalismo con el que se actuó”18.
- El dirigente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Ricardo
Dájer: “… advirtió que hay ‘fuerzas oscuras’ e ‘intereses ocultos’ que pretenden
desestabilizar al país”19.
- El gobernador de Sonora, Manlio Fabio Beltrones Rivera: “acto deleznable,
propio de la más alta condena, perpetrado por grupos que practican la antipolítica, la
violencia y llegan hasta el crimen como forma de acceder a un puesto de elección
popular”20.
- Empresarios de Monterrey: “Empresarios regiomontanos denunciaron que
algunos grupos de ‘traidores’ tratan de desestabilizar al país desde el primero de enero de
este año y demandaron al gobierno y al pueblo que se fortalezca la unidad…”21.
- El presidente nacional del PRD y senador por el Distrito Federal, Porfirio Muñoz
Ledo: “… afirmó que el atentado en el que perdiera la vida el candidato presidencial del
17
Velasco, C y González V. “Hay que afianzar la unidad ante la crisis, dicen LEA, JLP y MMH”. El
Universal. 1994, marzo 25.
18
Rodríguez J., Inclán I. y Rojas-Zea R. “Comisión Investigadora de Ciudadanos Para Investigar el Crimen,
Plantea la ADN”. El Financiero. 1994, marzo 25.
19
Llanos Samaniego R. “‘Fuerzas oscuras’ pretenden la desestabilización del país: IP”. La Jornada. 1994,
marzo 24.
20
Corresponsales. “La violencia no es el camino de México, coinciden 17 gobernadores”. La Jornada. 1994,
marzo 24.
21
Casas D. “Grupos de ‘traidores’ buscan la desestabilización: IP de Monterrey”. El Universal. 1994, marzo
26.
174
PRI, Luis Donaldo Colosio, fue maquinado por ‘un grupo oligárquico’ que se opone al
proceso democrático del
país. Expuso que el crimen contra el abanderado priísta se
produjo cuando éste hacía críticas a los rezagos, a los cacicazgos y a la posibilidad de que
en México hubiera alternancia del poder, y es probable que sectores opuestos a la
democracia hayan perpetrado el crimen”22.
- El poeta y ensayista Octavio Paz: “El atentado que causó la muerte a Luis
Donaldo Colosio es un signo ominoso del estado de la moral pública. En los últimos meses
hemos oído y leído numerosas e irresponsables apologías de la violencia; también se han
popularizado viejos argumentos que, tras hipócritas condenas del uso de la fuerza, terminan
por justificarla como última razón política. Si queremos detener esta ola de violencia que
amenaza al país entero debemos comenzar poniendo un ‘hasta aquí’ a los excesos verbales
e ideológicos de algunos intelectuales y periodistas. La violencia ideológica es la antesala,
como estamos viendo, de la violencia física”23.
- El Comité Clandestino Revolucionario Indígena-Comandancia General del
EZLN: “Es lamentable que la clase gobernante no pueda resolver sus pugnas internas sin
ensangrentar al país. La línea dura y la opción militarista dentro del gobierno federal fraguó
y llevó a término esta provocación (el homicidio de Colosio) para anular todo intento
pacífico de democratización de la vida política nacional”24.
Las declaraciones van desde la imputación vaga -a grupos indeterminados que
persiguen intereses contrarios a la democracia, a fuerzas poderosas y oscuras que desde el
exterior o el interior del país buscan desestabilizarlo-, hasta la acusación directa -a sectores
de la clase gobernante o a la rebelión armada de los zapatistas, junto con la prensa y los
articulistas que la han justificado. En lo que todas estas declaraciones parecen coincidir, sin
decirlo, es en lo que cada una de ellas excluye. Las aseveraciones del presidente del
Consejo Consultivo de la Ciudad de México, José Monroy Zorrivas, son paradigmáticas por
su llaneza al mencionar explícitamente eso que queda rechazado por el conjunto de las
22
Delgado A. “Un grupo oligárquico mató a Colosio: Muñoz Ledo”. El Universal. 1994, marzo 26.
Peralta B., Peguero R. y Ravelo R. “Consternación e indignación entre los intelectuales, por el ataque”. La
Jornada. 1994, marzo 24.
24
Aponte D., Gil Olmos J. y Henríquez E. “EZLN: el crimen preludia una ofensiva militar”. La Jornada.
1994, marzo 26 (el paréntesis corresponde al original).
23
175
acusaciones mencionadas: “… nadie puede creer que un chamaquito de veintitantos años
por sí solo, le haya dado de balazos a un hombre que sin duda era una opción para gobernar
al país, mucho menos cuando se ha declarado pacifista”25. Si en efecto, lo que estas
distintas versiones sostienen es del orden de la creencia, en ésta queda excluida la
posibilidad de que “un chamaquito de veintitantos años por sí solo” pueda realizar un acto
que trastorne la estructura del poder de un régimen con más de sesenta y cinco años de
existencia, hasta el punto de cambiar la historia de sus rituales constitutivos. Un acto así,
según esta creencia ampliamente compartida, sólo puede provenir de alguien con un poder
tal como para orquestar una conjura capaz de manipular los hilos que mueven al régimen y
al gobierno, un poder a la altura del crimen cometido. De este modo, el rumor de que el
asesinato de Colosio es el producto de una conspiración aparece desde el momento en que
la noticia del atentado empieza a propagarse por el país.
Muy pronto empiezan a surgir versiones populares de esta teoría conspirativa: una
asevera que Colosio fue convencido para que dejara la candidatura del PRI y que fue un
doble quien fue asesinado en su lugar, mientras que aquél estaría viviendo en Estados
Unidos bajo una nueva identidad; otra versión afirma que el video transmitido por la
televisión, en donde una mano se alza entre la multitud para disparar sobre la cabeza del
candidato, fue alterado para borrar evidencias; una más, asegura que el individuo que está
detenido en el penal de Almoloya de Juárez no es el mismo que asesinó a Colosio, que el
verdadero asesino ha sido suplantado26 -en particular esta última modalidad va a tener una
extensa difusión, dando muestras de gran resistencia al paso del tiempo y a las pruebas y
argumentos en contrario.
Una parte de las acusaciones están dirigidas al movimiento insurgente de los
zapatistas y a los políticos, intelectuales y periodistas que lo han apoyado abiertamente o
por lo menos justificado –sobre todo desde las páginas del diario La Jornada- a partir de las
graves condiciones de desigualdad social que durante siglos han reinado en Chiapas; un
25
González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994,
marzo 26.
26
Cf. “Rumores… rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30. También cf. Ramírez C. “Archivo político”. El
Financiero. 1994, abril 3. Además véase: Guillermoprieto A. “Perdiendo el futuro”. En: Guillermoprieto A.
Los años en que no fuimos felices. Crónicas de la transición mexicana. México-Barcelona, Plaza & Janés;
1999. Y también: Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era;
2004. pp. 143-144.
176
estado con un alto porcentaje de población indígena y campesina, controlado por caciques
autoritarios con gran poder local, construido al amparo del PRI. Esta interpretación del
asesinato de Colosio, a cargo sobre todo de Octavio Paz y algunos intelectuales cercanos a
él, sostiene que la violencia física que dio muerte al candidato oficial es el resultado de la
violencia ideológica que justifica a la rebelión armada. Frases como “en los últimos meses
hemos oído y leído numerosas e irresponsables apologías de la violencia”, “argumentos
que, tras hipócritas condenas del uso de la fuerza, terminan por justificarla como última
razón política”, “debemos comenzar poniendo un ‘hasta aquí’ a los excesos verbales e
ideológicos de algunos intelectuales y periodistas”, y “la violencia ideológica es la antesala
de la violencia física”27, son difundidas en cadena nacional por la televisión, a través de una
llamada telefónica de Paz a la transmisión especial en vivo que lleva a cabo Televisa para
informar del atentado contra Colosio. Este comentario, además de participar de eso que
denuncia en otros, opera una generalización del término “violencia”, que no distingue entre
una rebelión armada -con una extensa base social, que generó a su vez un amplio apoyo
social nacional e internacional que logró, entre otras cosas a través de sus argumentos
públicos, imponer la paz- y el asesinato de un candidato presidencial -por más que este acto
no esté aislado de las condiciones sociales en las que tiene lugar-; supone también que hay
una continuidad directa, a la manera de la que hay entre sala y antesala, entre los
argumentos que buscan explicar las condiciones de surgimiento de un movimiento que no
es sólo armado sino también político y social, y el acto de asesinar a un candidato
presidencial que representa la continuidad de un régimen. El factor que este razonamiento
deja fuera de sus cálculos es la crisis del régimen de partido de Estado y de sus mecanismos
tradicionales de sucesión, junto con el rumor que le va asociado, que desde meses atrás
anticipaba un cambio de candidato en ese partido.
27
Cf. Peralta B., Peguero R. y Ravelo R. “Consternación e indignación entre los intelectuales, por el ataque”.
La Jornada. 1994, marzo 24.
En un escrito fechado el día siguiente del asesinato de Colosio y publicado en la revista Vuelta, que Octavio
Paz dirige en ese momento, el poeta y premio Nobel precisa: “No creo, apenas si necesito decirlo, que haya
una relación directa entre la insurrección campesina de Chiapas, limitada a la región de La Cañada, y el
execrable asesinato de Luis Donaldo Colosio”. Denuncia “la irrupción de las pasiones sin freno” en el ámbito
de la vida pública mexicana y la reaparición del “elemento demoniaco de la política”, para hacer un llamado a
la razón, la tolerancia, y a recobrar la serenidad. En lo demás, reitera, casi con las mismas palabras, las
consideraciones ya citadas. Cf. Paz O. “El plato de sangre”. Vuelta. 1994, abril, No. 209. p. 8.
177
La intervención del poeta es aderezada por el conductor de la transmisión
televisiva mencionada, Jacobo Zabludovsky, el vocero oficioso del régimen que cuenta con
mayor audiencia en el país: subraya que el atentado tuvo lugar en un estado y una ciudad
gobernados por el PAN, destaca que el asesino es originario de una ciudad en la que el PRD
tiene una presencia importante, incita junto con Paz a condenar a los “instigadores de la
violencia”, presenta hasta en tres ocasiones a la candidata del paraestatal Partido Popular
Socialista acusando al clero del homicidio de Colosio –en alusión al obispo de San
Cristóbal de las Casas, mediador en el conflicto en Chiapas, y a quien se acusa de tener
vínculos con el EZLN28. Sin embargo, a pesar del poder del oligopolio de la televisión en
nuestro país, la voz popular va a tomar otros rumbos, lejos del control oficial y oficioso.
El rumor
De entre los distintos relatos que señalan a quién culpar de lo sucedido, el rumor
va a ir tomando cuerpo, no en la imputación del asesinato a la insurgencia zapatista y
quienes públicamente la apoyan con sus argumentos, tampoco en la acusación a las fuerzas
políticas y sociales de oposición, sino en el señalamiento reiterado de sectores del régimen
como origen de la conjura: o bien Salinas y su entorno inmediato (Córdoba, Raúl Salinas,
Zedillo, Camacho); o bien sectores conservadores del partido de Estado, los llamados
“dinosaurios”, desplazados por las políticas “modernizadoras” del gobierno salinista, en las
que Colosio participó activamente; o bien priístas resentidos de Baja California que le
cobran a Colosio la “entrega” de su estado al PAN cuando aquél era el dirigente nacional
del PRI29. Un agregado a estas versiones sostiene que alguna de estas fracciones del
28
Cf. Álvarez Icaza J. “Descanse en paz Luis Donaldo”. El Universal. 1994, marzo 26.
Después de haber sido el coordinador de la campaña presidencial de Salinas, en 1988 Colosio asume la
presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, en medio de la crisis política resultante de las elecciones
de ese año, signadas por un lado por la salida de Cuauhtémoc Cárdenas del partido de Estado, con su
consiguiente desgajamiento y la creación de un movimiento nacional de oposición; y por el otro, por el
cuestionado triunfo de Salinas, que marca a su gobierno con la huella de la ilegitimidad. Al año siguiente el
partido oficial pierde por primera vez en la historia una gubernatura: la de Baja California. El panista Ernesto
Ruffo le gana en las elecciones estatales a la priísta Margarita Ortega, una candidata impuesta por Salinas
pasando por encima de la voluntad de los priístas de Baja California y, al parecer, por la de Colosio mismo.
Después de que Colosio reconociera públicamente la derrota del candidato de su partido, la Confederación de
Trabajadores de México –la central obrera más importante del PRI- consideró como una “estupidez entregar
Baja California al PAN”. En la ocasión algunos priístas de este estado gritaron: “Muera Colosio traidor”.
En 1991 en las elecciones para gobernador de Guanajuato triunfa Ramón Aguirre Velázquez, candidato del
PRI. El resultado electoral es impugnado y las fuertes movilizaciones sociales logran que renuncie el presunto
ganador y sea nombrado como gobernador interino el panista Carlos Medina Plascencia. Esta
29
178
régimen se alió con un grupo de narcotraficantes para dar muerte al candidato oficial, dado
que éste representaba una amenaza para los intereses conjuntos de unos y otros. Desde
aquel momento y a lo largo de los años transcurridos, Salinas y sus colaboradores cercanos
son los favoritos del decir popular.
La tradicional desconfianza de la sociedad civil en el discurso oficial del régimen,
que ya se había incrementado considerablemente con el conflicto político provocado por la
rebelión del EZLN, es potenciada por la muerte violenta de Colosio, dando paso a la
suspicacia colectiva como forma de relación predominante con las versiones oficiales de lo
ocurrido. El siguiente artículo de Heberto Castillo traza el panorama de la incertidumbre
presente en el país dos días después del asesinato de Colosio, al tiempo que muestra las
derivaciones de la desconfianza presente en el rumor de una conspiración dirigida desde el
interior del sistema de partido de Estado y la crisis de credibilidad de éste:
El año de 1994 se ha caracterizado porque se han roto normas y moldes. La
rebelión en los Altos de Chiapas cambió las reglas del juego político y todo indica
que para bien. Fue un alzamiento en armas que paradójicamente, llamó a la paz y a
la concordia. Ahora la violencia se manifiesta en su expresión más irracional, el
magnicidio, que no resuelve los conflictos entre gobernantes y gobernados sino por
el contrario, los agudiza. El atentado contra el candidato del partido de Estado se da
cuando la credibilidad en el sistema, y en especial en el Ejecutivo, es mínima. Y la
duda sobre si ha sido una manera de eliminar al candidato desde el partido de
Estado se extiende.
La gente indignada, sobre todo los militantes del PRI, se preguntan quiénes son los
asesinos. Pocos creen que la clase política dominante nada tenga que ver en el
“concertacesión” con el PAN le es adjudicada a Colosio. Ese mismo año el PRI tiene un importante repunte
en las elecciones legislativas intermedias; sin embargo, este triunfo no le es particularmente reconocido a
Colosio como líder nacional del partido oficial, más bien le es acreditado a Camacho y su capacidad de
negociación con las fuerzas sociales y con la oposición, especialmente en el Distrito Federal donde Camacho
está a cargo del gobierno y donde el triunfo priísta es más notorio.
Antes de que el PRI pierda la gubernatura de Chihuahua, la tercera en la cuenta de Colosio, éste es nombrado
secretario de Desarrollo Urbano y Ecología del gobierno de Salinas (sobre estas cuestiones cf. Blancornelas
J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997.
p. 141-142. También cf. Jáquez A. “El complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición
especial, marzo- abril 2004. p.12. También: Sánchez Susarrey J. “Luis Donaldo Colosio”. Siglo 21. 1994,
marzo 26).
Se dice que Baja California es el estado en que Colosio perdió dos veces: primero la gubernatura y luego la
candidatura a la presidencia de la República… junto con la vida.
179
asesinato. Corren rumores diciendo que se presionaba a Colosio para que
renunciara y que se buscaba la manera de enfermarlo para que dejara el camino
libre a otro candidato, fuera este Camacho o bien el que ahora se menciona con
insistencia como reemplazo, Ernesto Zedillo. Se afirma que al tener que señalarlo
Carlos Salinas como el único candidato del PRI se quedó sin la posibilidad de hacer
un cambio que naciera del partido y después del registro no quedaba otra
alternativa que la renuncia, la incapacidad o la muerte del candidato para poder
reemplazarlo.
Otra circunstancia que se hace sospechar de los complot surgidos de la clase
gobernante es que apenas unas horas después de que Camacho se había descartado
como candidato se dio el atentado, dejando en apariencia el camino despejado para
el sustituto ideal para el grupo hegemónico de Salinas y Córdoba, Ernesto Zedillo,
único miembro del gabinete de Salinas no inhabilitado para ser designado
candidato a la Presidencia, además de Manuel Camacho.
Se suman muchas coincidencias que sugieren un empeño expreso de Salinas en no
haber dejado nunca el camino despejado a Colosio para que desarrollara su
campaña. Se comenta que el candidato asesinado sólo pudo ocupar las ocho
columnas de la prensa en dos ocasiones, cuando fue destapado en noviembre y
cuando fue muerto a tiros el 23 de marzo.
Pero nadie conocedor de la política podría afirmar que Carlos Salinas, por ejemplo,
no se dio cuenta de que al nombrar comisionado para la paz en Chiapas a Camacho
un día antes de la apertura de la campaña de Colosio, le quitaba los reflectores de la
publicidad a éste y se los pasaba a Camacho.
Ahora, muchos nos preguntamos, ¿sigue el juego perverso y se trata de colocar
como candidato a quien dependa sustancialmente de Salinas hasta el día de las
elecciones, o bien se pretende impedir que haya elecciones y se designe un interino
para alargar el proceso y garantizar que el equipo del actual mandatario pueda
prolongar su influencia el mayor tiempo posible?
Cuando se asesinó a Obregón y se sospechó del presidente Calles, éste calmó las
inquietudes de propios y extraños poniendo la policía en manos de los
obregonistas. Ahora Salinas debe dejar que la investigación sobre los asesinos
materiales e intelectuales de Colosio la lleven los amigos cercanos de Luis Donaldo
Colosio. Es necesario, además, formar una comisión plural, de ciudadanos
independientes de los partidos y de amigos cercanos de Colosio para que lleven
180
adelante las averiguaciones. Nada debe quedar en el misterio porque mañana, todas
las dudas que permanezcan caerán fatalmente sobre Carlos Salinas. Así es el juicio
de la historia. Todos los actos que se sucedieron en los meses de campaña de
Colosio que afectaban el buen desarrollo de ella, tendrán ahora otra interpretación
que la que hubieran recibido si la contienda hubiera llegado a su fin, sin un crimen
tan alevoso como el que se ha dado en Tijuana, el 23 de marzo. Todo aquel que
entorpezca las averiguaciones ahora y que pueda hacerlo por su posición relevante
30
en el gobierno, recibirá tarde o temprano el juicio de la historia.
En efecto, Salinas nombra inicialmente como fiscal especial para investigar el
homicidio del candidato priísta a Santiago Oñate Laborde, jurista cercano a Colosio y
miembro de su campaña. Luego, a petición de la viuda de éste, el 24 de marzo nombra a
Miguel Montes García, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como titular
de una Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio31. Sin embargo, a pesar de haber
dejado las investigaciones del caso en manos de alguien elegido por la viuda de Colosio,
Salinas no se ha podido quitar de encima “el juicio de la historia”32. Por lo menos, las
versiones populares de esta historia lo siguen señalando como el artífice de la conspiración
para quitar a Colosio del camino y como el responsable de las dificultades de la campaña de
éste al haber abierto nuevamente la sucesión presidencial nombrando a Camacho como
negociador para la paz. El nombramiento de Zedillo como nuevo candidato del PRI, aunque
30
Castillo H. “Barbarie política”. El Universal. 1994, marzo 25.
El nombramiento de Montes, que se concreta oficialmente el 28 de marzo, es impugnado desde el primer
momento, invocando su actuación como presidente del Colegio Electoral que en septiembre de 1988 calificó
las elecciones que le dieron el triunfo a Salinas. En el Senado el perredista Porfirio Muñoz Ledo se opone al
nombramiento y en una manifestación a las afueras de la PGR la Asamblea Nacional de Mujeres (Anam)
recuerda que Montes “convalidó el fraude electoral nombrando presidente electo a Carlos Salinas”. Inclán I.
“Montes no garantiza la imparcialidad en la investigación: Anam”. El Financiero. 1994, marzo 30. También
cf. Romero I. “Aprobó la permanente licencia temporal para Miguel Montes”. La Jornada. 1994, marzo 27.
32
La desconfianza en el curso de las investigaciones aparece desde el primer momento en que la Procuraduría
General de la República, basándose en una reforma penal y procesal penal publicada en el Diario Oficial de la
Federación el 10 de enero de 1994, ejerce la facultad de atracción del caso hacia el fuero federal, dado el
interés nacional del homicidio de Colosio, en lugar de dejar las investigaciones en el fuero común y por lo
tanto en manos de la Procuraduría de Baja California, perteneciente a un gobierno de extracción panista.
Dicha facultad de atracción ya la había ejercido la PGR en el caso del asesinato de un comandante de la
Policía Judicial Federal, ejecutado el 3 de marzo de ese mismo año también en la ciudad de Tijuana –lo que al
parecer despertó sospechas de la existencia de ligas del procurador de esa entidad con el narcotráfico. La
reforma penal mencionada fue el resultado de una iniciativa enviada por el Ejecutivo a la Cámara de
Diputados el 23 de noviembre de 1993, es decir, cinco días antes del destape de Colosio como candidato
presidencial del PRI. Cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 44-46.
31
181
bien recibido en los círculos financieros internacionales, no hará sino reforzar estas
sospechas.
La cuestión es que una vez que la teoría de la conspiración se ha apoderado de la
voz popular, produce el efecto performativo de que todo el que tenga “una posición
relevante en el gobierno” se convierte en sospechoso de “entorpecer las averiguaciones”.
Esto es lo que ocurre con el procurador general de la República, Diego Valadés, desde sus
primeras intervenciones, y después con el subprocurador especial, Miguel Montes. Al día
siguiente del crimen Valadés lee un informe en Tijuana, en el que asegura que todas las
evidencias disponibles confirman que Mario Aburto Martínez “fue quien privó de la vida”
al candidato priísta, haciendo dos disparos sobre éste, uno dirigido a la cabeza y otro al
abdomen, siendo el primero “mortal por necesidad” y efectuado a una distancia menor de
los diez centímetros. Agrega que Aburto utilizó un revólver Taurus calibre .38 especial, de
fabricación brasileña. Antes de la conferencia de prensa el procurador acepta que es posible
que haya otra persona relacionada con el homicidio y promete que “próximamente daremos
los nombres”33. La premura del informe va a generar desconfianza entre los comentaristas y
los círculos de la política y en una gran parte de la opinión pública, que consideran
precipitada la confirmación de que Aburto es quien efectuó ambos disparos, aun cuando
Valadés admita la intervención de por lo menos un cómplice –sin embargo, en esta
circunstancia el silencio oficial hubiera sido, por lo menos, igualmente sospechoso.
Por su parte, Montes da a conocer el 4 de abril un boletín oficial en el que sostiene
que el asesinato de Colosio es el resultado de “una acción concertada”. Basándose en los
videos filmados en Lomas Taurinas, la Subprocuraduría Especial consigna a la autoridad
judicial a: Rodolfo Rivapalacio Tinajero (comisionado por el PRI de Tijuana de conformar
el grupo Tucán, encargado de la seguridad del mitin en Lomas Taurinas), Tranquilino
Sánchez Venegas, Vicente Mayoral Valenzuela y Rodolfo Mayoral Esquer. La acción
concertada consiste en que unos le abrieron paso a Aburto para acercarse al candidato,
mientra otros obstaculizaron la labor del equipo de seguridad de éste, junto con otros dos
individuos cuyo nombre y paradero es ignorado: uno que se tira al suelo para detener el
33
Agencias/Tijuana. “Confirma la PGR que Mario Aburto Martínez disparó contra Colosio”. Siglo 21. 1994,
marzo 25.
182
paso de Colosio –conocido luego como “el clavadista” - y otro “de lentes” cuya “conducta
consistió en claras acciones de bloqueo hasta llegar a la parte lateral izquierda del
candidato”34. Además, el documento asegura que: “Se tiene igualmente comprobado que
durante el desarrollo del mitin, con anterioridad a la consumación del homicidio,
Tranquilino Sánchez y Rodolfo Mayoral Esquer se mantuvieron junto a Aburto Martínez,
dialogando en clara actitud de mutuo conocimiento”35.
Antes de transcurridos dos meses, el 2 de junio, Montes se desdice y va a afirmar
que Aburto es un asesino solitario que no recibió ayuda de nadie. Reconoce que no tiene
pruebas suficientes, salvo los videos mencionados, para llevar adelante la imputación en
contra de los demás acusados, pero al mismo tiempo, temiendo una reacción social airada,
no se desiste de la acción penal en contra de éstos, dejando esa decisión en manos del juez
de la causa36. El subprocurador especial se va a basar en los “estudios de personalidad”
practicados a Aburto, para argumentar que éste es llevado a asesinar a Colosio por padecer
un “delirio crónico sistematizado de tipo reivindicativo”. En su tercer informe de
actividades, presentado el 12 de julio, el funcionario va a concluir que Aburto “es el autor
material e intelectual del homicidio”37. Finalmente, unos días después Montes va a
renunciar, declarando que ha concluido su labor.
Pero después de que la autoridad responsable de investigar el caso ha presentado
públicamente las pruebas “visibles” de la conjura –que se repitieron incontables veces por
las pantallas de televisión38-, ¿cómo creer en este desistimiento que lleva las averiguaciones
34
Cf. “Al Menos 7 Sujetos Actuaron en el Atentado Contra Colosio Murrieta”. El Financiero. 1994, abril 5.
Ibíd.
36
Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 228.
37
Jáquez A. “El complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo- abril
2004, p.14
38
La interpretación de la acción concertada se hizo en base al estudio de los movimientos de quienes
rodeaban a Colosio en el momento del atentado y al peritaje de expertos en “lectura de labios”. Éstos llegaron
a la conclusión de que Tranquilino Sánchez y Rodolfo Mayoral intercambiaron frases con Aburto durante el
desarrollo del mitin, frases con las cuales se ponían de acuerdo para realizar el crimen. Posteriormente, en el
mes de mayo, todavía bajo la fiscalía de Montes, otro peritaje de la policía española echa por tierra esta
interpretación: “Expertos españoles en movimientos de personas determinan que Tranquilino Sánchez
Venegas y los Mayoral no ayudaron a Mario Aburto Martínez; afirman que la muchedumbre desbordó el
cinturón de seguridad que protegía a Colosio y que no existe el llamado ‘clavadista’, con ello contradicen la
hipótesis de Miguel Montes García, basada en una serie de videos en poder de la Subprocuraduría Especial.
Los expertos españoles señalan que no hay pruebas para determinar la existencia de un complot y corroboran:
‘el video no es exacto y limita investigaciones’”. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit.
p. 254. Uno de estos videos, transmitido por la televisión unos días después del crimen, se encuentra
35
183
al estado que tenían el primer día?, ¿cómo confiar de ahí en adelante en la información del
caso proveniente de fuentes oficiales? Si la eficacia performativa del rumor que circulaba
antes del atentado encuentra su realización definitiva en el momento del crimen, el rumor
posterior tomará una parte importante de su fuerza del que le antecede, no sólo por el hecho
de ratificarlo sino porque comparte con éste las condiciones que hicieron posible su
surgimiento y su circulación39, con el agregado de que el asesinato de Colosio profundiza
la crisis del régimen.
El hijo modelo
Los familiares de Aburto también participan de la interpretación conspirativa y lo
hacen saber públicamente. Rubén Aburto Cortés, padre de Mario, asegura que éste fue
“envuelto en algo muy planeado”, que lo obligaron a participar en el asesinato de Colosio:
Mi hijo fue presionado y engañado para estar ahí. Yo estoy seguro de que él es
inocente. Mario estuvo ahí porque recibió una presión enorme, una presión tan
40
fuerte como una amenaza contra su familia, contra su padre, no lo sé.
Rafael Aburto, hermano de Mario, apoya lo que su padre dice y comparte su
discurso:
Lo engañaron. No le dijeron lo que iban a hacer. Lo hicieron aparecer como la
persona principal. Para mí él no lo hizo, sino que lo hicieron otras personas. O si lo
hizo fue porque lo presionaron.41
Pero si su acto pudiera colocar a Mario Aburto como “la persona principal” en la
escena del crimen, las declaraciones de su padre y de su hermano lo van a desalojar de ese
lugar, dejándolo sometido a la iniciativa de otros. Las buenas intenciones de ayudar a Mario
disponible en Internet, con algunos agregados, en los que se incluyen en slow motion círculos con los que se
señala a un presunto “bloqueador” y al “tirador”, cuestionando la hipótesis del “asesino solitario”. Cf.
http://video.google.com/videoplay?docid=-4353626826689443961#
39
Cf. el apartado “Las condiciones del rumor”, en el capítulo VI. La eficacia del rumor.
40
Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21.
1994, marzo 29. Esta nota corresponde a una entrevista realizada en la zona de San Pedro de la ciudad de Los
Ángeles California, en donde habitan Rubén Aburto y su hijo Rafael cuando ocurre el asesinato de Colosio.
Cf. Otra entrevista con Rubén, donde hace algunas afirmaciones similares: Rodríguez I. “Reunión de un
Comité no Identificado Previa al Homicidio de LDC”. El Financiero. 1994, abril 4.
41
Ibíd.
184
pasan por alto que tal vez lo que éste se proponía al realizar su acto, que además
reiteradamente acepta haber cometido, era precisamente “aparecer como la persona
principal”. Al desalojarlo de ese puesto, su padre y su hermano les ceden el lugar
protagónico a otros.
Rubén relata que Mario le confió dos meses antes de los sucesos en Lomas
Taurinas que algunas personas “extrañas” entraron en contacto con él. Una de esas
personas, Vicente Mayoral Valenzuela, lo invitó a la reunión de un “comité” unos días
antes del crimen. Su hijo le platicó también que este individuo se ufanaba de haber viajado
a muchos países, entre ellos Alemania y Rusia. Tanto Rubén como Rafael afirman que
Mario fue utilizado por personas que “estaban adelante y atrás de él”:
Según su interpretación de las escenas del asesinato que transmitió la televisión
angelina, un hombre atrás del candidato presidencial mueve la cabeza como
diciendo sí y después se retira repentinamente. En su opinión, eso es un signo de
que intervinieron otras personas. La trayectoria de la bala que dio muerte a Luis
Donaldo Colosio lleva a Rubén y a Rafael a pensar que otra persona distinta de
Mario disparó. Además, se preguntan, ¿por qué no han sido trasmitidas las
imágenes del momento preciso del crimen?42
El método que ponen en práctica el padre y el hermano de Mario Aburto es el
mismo que el del subprocurador Montes: interpretar los gestos y movimientos alrededor de
Colosio sirviéndose del pequeño indicio que hace signo. Es lo mismo que hace Rafael
cuando capta un mensaje en un mínimo movimiento de las cejas de su hermano:
Yo sé que Mario es inocente porque le vi sus ojos en la tele, cuando lo
fotografiaban. Me fijé muy bien, me acerqué a la tele y vi cuando levantó las cejas.
Ese era un mensaje para nosotros. Con eso nos estaba diciendo que él era
inocente.43
Desde el punto de vista de Rafael, si su hermano no puede hablar para defenderse
es porque se lo impiden los políticos y el gobierno. Sin embargo, lo que Mario sabe
42
43
Ibíd.
Ibíd.
185
amenaza al poder de éstos, hasta el punto de que si hablara los pondría a temblar:
Mario quiere hablar pero no lo dejan porque si lo hace muchos políticos van a estar
temblando. Dios sabe que mi hermano no es culpable y lo que está haciendo el
gobierno mexicano no tiene nombre, todo está lleno de lodo.44
Por su parte, como corresponde a la relación de amor de un padre por su hijo,
Rubén defiende al suyo y sostiene su inocencia mientras no le demuestren lo contrario:
-Nadie me va a convencer de que es culpable hasta que no vea las escenas
televisadas cuando él dispara contra Colosio. Quiero verlas detalle por detalle. Que
alguien me corra la película despacito para que yo vea y sepa qué sucedió en
verdad […] se niega a contar todo lo que su hijo le dijo. Se trata de personas ‘muy
importantes’, que ‘tienen qué ver con todos los estados de la república’.
-‘Solamente se lo diré al canal 52 (Telemundo, de Miami) porque yo sé que ése es
el canal al que mi hijo le contaría lo que sabe’ […] Quieren destruir a mi familia afirma. Arrestaron a mi esposa María Luisa Martínez Piñones y a mis hijas
Elizabeth, de 16 años, y Karina, de diez. Aunque ya las soltaron, las obligaron a
desnudarse frente a policías, hombres que las revisaron y las fotografiaron. A mi
hijo José Luis, nos dijo mi cuñada Angélica Martínez Piñones, lo tienen
encadenado y cada vez que intenta hablar le dicen: cállate hijo de la tiznada. Luego
lo agarraron a golpes […] -Mi hijo no ha sido ni fanático ni está loco. Ha sido muy
centrado. Muy trabajador, muy responsable, muy inteligente, calmado, estudioso.
Nunca le gustaron las armas ni sabía agarrarlas. Siempre me contaba de sus logros,
sus ascensos en las fábricas. Era pacífico, no le gustaba la fuerza, todo lo arreglaba
con palabras.45
La defensa que hace de su hijo, al que llama “hijo modelo”, hace a un lado las
dificultades que en otros momentos han podido tener –como cuando años atrás Mario les
44
Renaud C. “De Chiapas a Colosio”. En: Fernández Menéndez J. et al. De Chiapas a Colosio. El año que
vivimos en peligro. México, Rayuela Editores; 1994. p. 169. La frase “Dios sabe”, hace intervenir al saber
bajo la forma concreta de un saber en el Otro: una de las condiciones de la transferencia.
45
Sierra J. L. “Mi hijo ni es fanático ni está loco, dice Rubén Aburto, padre del presunto asesino”. Siglo 21.
1994, marzo 29.
186
dice a su madre y a su padre que no quiere saber nada de ellos y golpea a éste en la cara46.
Este padre de familia está al tanto de los métodos de las policías mexicanas y del trato que
se da a los presos en las cárceles de este país, sabe que su hijo está en graves aprietos y no
escatima recursos para ayudarlo –aun cuando en el intento termine aseverando la existencia
de hechos que contradicen las declaraciones de Mario: éste acepta desde el principio haber
actuado por su cuenta e insiste en que no conoce ni a Mayoral ni a los demás acusados47.
No obstante, entre los discursos de padre e hijo existen relaciones estrechas en su estructura
enunciativa: no sólo es que el padre afirme que diría lo que su hijo le dijo al mismo canal
de televisión al que éste se lo contaría, sino que con esto da a entender que sabe más de lo
que dice, que sabe lo que su hijo Mario sabe y no dijo -con todos los efectos que una
enunciación de este tipo trae consigo, como comentamos arriba; además, si el hijo plantea
la existencia de una conspiración desde el extranjero para poner al país en peligro, el padre
plantea la existencia de una conspiración para asesinar a Colosio, en la que su hijo es
envuelto y utilizado para ocultar a los responsables; si el hijo hace referencia a grupos
armados en los que hay miles de personas en varios estados de la República, el padre hace
referencia a personas muy importantes en todos los estados de la República. En suma, el
padre dice tener un saber del saber que tiene el hijo, aquél sabe lo que éste sabe. Sin
embargo, es necesario tener en cuenta que aquello que el hijo sabe no le alcanza para salir
del lugar en el que queda situado por los conspiradores: el padre asegura que el gobierno se
está olvidando de los autores intelectuales y dice: “quieren usar a mi hijo como un
corderito"48. De ahí que el padre se ve precisado a certificar que su hijo “no ha sido ni
fanático ni está loco”, y a reivindicar la inocencia de éste en contra de quienes quieren
destruir a su familia y a pesar de la persecución que sufre por parte de las autoridades
mexicanas49.
46
Cf. Carta dirigida por María Luisa Martínez Piñones al mayor de sus hijos, Rafael Aburto Martínez, el 3 de
septiembre de 1990. PGR. Informe… Tomo II. p. 371. También cf. el capítulo Un sacrificio para salvar al
país.
47
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 66-67. Además, cf. González M. de la L. y
Hernández U. “Acepta Aburto haber actuado solo y niega conocer a los otros 4 implicados”. El Financiero.
1994, abril 7.
48
Rodríguez I. “Reunión de un Comité no Identificado Previa al Homicidio de LDC”. El Financiero. 1994,
abril 4.
49
En los días en que esta entrevista tiene lugar, Rubén Aburto “informó al Consulado mexicano en Los
Ángeles, que es ‘perseguido’ por las autoridades para que venga a México a declarar en torno al crimen y que
es ‘coaccionado’ con el arresto y tortura de uno de sus hijos, José Luis Aburto Martínez, El Nene”. Garibay
187
María Luisa Martínez Piñones, madre de Mario, llega a las oficinas de la PGR en
Tijuana hacia la medianoche después del crimen. Según testimonios de funcionarios y
agentes de policía que se encontraban ahí en ese momento, aquella se dirige a su hijo en
tono de reclamo:
… la señora madre de Mario Aburto le recriminaba a este su conducta por haberla
metido en problemas legales y cuando se le interrogaba por parte de uno de los
agentes del Ministerio Público, me tocó escuchar que ella decía que no sabía nada,
sin parar de llorar y lamentándose por lo que había hecho su hijo…”
“… le llevaron a la madre de Aburto para que hablara con él y con ello dijera la
verdad, sin embargo este sujeto no le quiso contestar ni a su madre…”
“… se encontraba la mamá de Aburto con él, quien lo cuestionaba en el sentido de
por qué lo había hecho y que quién le había ordenado, sin que Mario Aburto le
diera respuesta alguna…”
“… la señora le decía ‘que por qué lo había hecho, que le dijera a los señores quién
lo había mandado, que les dijera todo, que ella no podía creer que él solo hubiera
sido’, a lo que Mario Aburto movía la cabeza únicamente diciéndole que no, sin
contestar verbalmente…50
Entre las recriminaciones a su hijo y la preocupación por él, esta madre le sustrae
toda iniciativa para acreditársela a otro: alguien más le ordenó, alguien lo mandó a hacer lo
que hizo, él solo no hubiera podido hacerlo. En sentido similar se expresa Angélica
Martínez, hermana de María Luisa, quien describe a su sobrino Mario como “muy
A., Salanueva P., Martínez N. y Aranda J. “El padre de Aburto se queja de persecución en Los Ángeles”. La
Jornada. 1994, marzo 31. En esta misma nota periodística se menciona que un alto funcionario de aquel
Consulado informó que “al parecer policías mexicanos con autorización del FBI realizan pesquisas para
ubicar a Rubén Aburto Cortez y a su hijo Rafael para traerlos a México”. Si bien expresiones como “quieren
destruir a mi familia” o “perseguido”, consuenan con el estilo enunciativo ya comentado, en el que el tono
reivindicativo está presente, sería apresurado cargar a la cuenta de un delirio la acusación que hace Rubén
Aburto de las torturas y vejaciones que sus hijos han sufrido de manos de las autoridades mexicanas. En total
13 personas, ocho adultos y cinco menores de edad, relacionadas con Mario Aburto fueron detenidas en las
instalaciones de la PGR en Tijuana: su madre, dos hermanas, un hermano, una tía y su esposo, una prima y
dos primos, una presunta novia y hasta el suegro de su hermano. Algunos fueron liberados después de 24
horas, pero otros seguían detenidos después de este plazo. Cf. Garibay A., Salanueva P. y Martínez N.
“Detuvo la PGR a 13 personas relacionadas con Mario Aburto”. La Jornada. 1994, marzo 26.
50
En el orden citado, testimonios de: 1. Salvador Gómez Ávila, subdelegado de Averiguaciones Previas de la
PGR en Baja California. 2. Arturo Piña Pérez, agente de la Policía Judicial Federal. 3. Lorenzo Manuel López
de Arriaga, comandante de policía. 4. César Javier Gamboa Ortega, agente de la Policía Judicial Federal. Cf.
PGR. Informe… Tomo III. p. 68.
188
tranquilo, no se metía con nadie”, y considera que éste seguramente fue contratado para
asesinar a Colosio, “porque de él no hubiera salido una determinación así”51. La madre, que
tuvo la oportunidad de hablar con su hijo, en realidad no le pregunta si hizo lo que le
atribuyen y por qué lo hizo; antes de cualquier respuesta de su hijo ella responde que
alguien lo mandó a realizar ese acto que él solo no tendría la determinación de efectuar.
Así, las declaraciones de los familiares de Mario Aburto le quitan la iniciativa a él para
colocarla en Otro. Pero si la iniciativa siempre es de Otro, lo cual queda consumado en acto
con las declaraciones de sus familiares más cercanos, al joven homicida sólo le queda el
silencio a medias para conservar un espacio subjetivo en el cual él aparece sabiendo algo
que alguien tendrá que tomarse el trabajo de averiguar.
En julio de ese mismo año el resto de la familia Aburto Martínez se traslada a los
Estados Unidos. Estando allá, María Luisa empieza a declarar a los medios de
comunicación que su hijo no actuó solo, que había personas detrás de él. Según el
testimonio de una religiosa que había gestionado el permiso para que la madre pudiera
visitar a su hijo en la prisión de Almoloya, cuando se comunicó con ésta para preguntarle
por qué estaba dando esa versión de los hechos, María Luisa le respondió que le
aconsejaron que si decía que su hijo había actuado concertadamente con otros individuos la
sentencia podía reducirse a la mitad del tiempo: “yo le pedí a María Luisa que no cambiara
lo que su hijo Mario nos había confesado en el sentido de que él había actuado solo …”52
Esta “confesión” de Mario Aburto ocurre un mes después del homicidio, pero su madre no
puede reconocer lo que en ese momento aquél le dirige: la petición de ser reconocido como
un hijo mayor de la Patria, capaz de realizar un acto que cambiará el rumbo de la Historia.
Desde ultratumba
También en el destape de Zedillo un video va a desempeñar una función clave. El
29 de marzo, seis días después del asesinato de Colosio, reunidos los dirigentes de los
51
Garibay A., Salanueva P. y Martínez N. “Detuvo la PGR a 13 personas relacionadas con Mario Aburto”. La
Jornada. 1994, marzo 26.
52
PGR. Informe… Tomo III. p. 69. Testimonio de la religiosa Mary Antonia Brenner Clarke, quien auxilió a
la familia Aburto después de que fueron detenidos en la Delegación de la PGR en Tijuana. El dicho de la
madre de Mario Aburto revela que busca ayudarle a éste dando la versión de los hechos que, desde el punto
de vista de la familia, más le favorezca, sin tener en cuenta que esa ayuda tal vez anula lo que su hijo
pretendía conseguir con su acto. También cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 437-438.
189
sectores, los líderes del Congreso y los gobernadores del PRI, Salinas pregunta: ¿alguna
propuesta? Ante el silencio como única respuesta, Manlio Fabio Beltrones, gobernador de
Sonora y quien fuera amigo de Colosio, le entrega una videocinta al presidente de la
República, quien la hace reproducir:
En la pantalla, ante el asombrado rostro de los concurrentes, apareció la imagen de
Luis Donaldo Colosio. Una grabación hecha el 29 de noviembre, un día después de
su destape... ‘He invitado, decía, a Ernesto Zedillo a fungir como coordinador
general de mi campaña... Ernesto Zedillo representa, junto con muchos de nosotros,
la nueva generación, la generación del cambio’.
“Cuando el ‘clip’ concluyó, hubo intercambio de miradas y un silencio que de
nueva cuenta fue roto por Manlio Fabio Beltrones, quien dirigiendo la mirada a
Salinas de Gortari expresó: ‘En la voz de Luis Donaldo se encuentra nuestra
propuesta’.
“No hubo quien hablara, ningún comentario, más sorpresa y silencio. Todo estaba
hecho, todo decidido. Empero, Salinas volvió a la carga: ¿alguna otra propuesta
señores?... Nuevo silencio y la insistencia: ¿alguna otra propuesta?... Nada, sólo
más silencio, hasta que desde el fondo de sus 94 años, no sin alguna dificultad, se
escuchó la voz de Fidel Velázquez, el líder cetemista que ‘remachaba’ un destape
inesperado: ‘Esa es también nuestra propuesta, señor presidente’.53
Si la ceremonia del destape siempre tuvo algo de montaje teatral, en esta ocasión
el montaje va a provocar el estupor de los asistentes. Lo inédito de la situación da lugar a
un destape inédito. A diferencia de lo que ocurría cada seis años, ya no son los dirigentes
del Partido y sus sectores los encargados de dar a conocer “la decisión de las bases”, que
sabiamente siempre se inclinaban por “el mejor hombre” –el rito de la simulación que hacía
aparecer como una determinación colectiva lo que en realidad era la expresión suprema y al
mismo tiempo el eclipse de la voluntad del presidente de la República. Por primera vez en
53
Ramos Esquivel A. “Redes de Poder”. El Financiero. 1994, abril 3.
El papel que juega Beltrones en este montaje no es casual: es el gobernador de Sonora, el mismo estado del
que era originario Colosio, fue amigo de éste, y es el jefe de Luis Colosio Fernández, padre del candidato
asesinado, que es secretario de Fomento Ganadero del gobierno estatal de Sonora. La frase: “En la voz de
Luis Donaldo se encuentra nuestra propuesta”, pronunciada por otro miembro del PRI no tendría la misma
fuerza performativa.
190
la historia del régimen de partido de Estado ocurre un “destape de ultratumba”54: es en la
voz del candidato asesinado que se designa al nuevo candidato.
Antes del “videodestape”, como también se le llamó, las cosas transcurrieron
como de costumbre: las negociaciones se dieron a puerta cerrada en Los Pinos, bajo el
control de Salinas. Sin embargo, éste no eligió los métodos tradicionales para dar a conocer
su decisión, el segundo “dedazo” al final de su gobierno. La voz que hace público el
nombre del nuevo candidato no es la del presidente de la República –eventualidad
descartada por las costumbres priístas de la simulación, más aun, imposible en un momento
en que las sospechas de la autoría del crimen recaen sobre el titular de la presidencia- ni la
de los jerarcas del Partido, es la del primer candidato del PRI que es asesinado antes de
triunfar en las elecciones. Es a éste a quien Salinas le deja la voz, tal vez porque sus
márgenes de maniobra no son los mismos que en el primer destape y porque justamente la
muerte de Colosio no le ha dejado otra opción.
Salinas intenta negociar con el PAN, sus aliados desde antes de que llegara al
poder55, la modificación del artículo 82 de la Constitución, para cambiar los plazos en los
que altos funcionarios del gobierno, entre ellos miembros del gabinete presidencial, pueden
acceder a la primera magistratura. Primero a través Jorge Carpizo, secretario de
Gobernación, y de Emilio Gamboa Patrón, secretario de Comunicaciones y Transportes, y
después personalmente, Salinas le plantea la posibilidad de esa reforma constitucional a
Carlos Castillo Peraza, presidente nacional del PAN56. Ese cambio abriría las puertas a la
54
Ibíd.
La alianza con el PAN le permitió a Salinas, entre otras cosas, contar con los votos necesarios en el
Congreso para poder tomar el poder después de un triunfo electoral calificado de ilegítimo por la oposición –
tanto la de derecha, incluido el PAN, como la de izquierda, incluida la partidista y la llamada “izquierda
social”-; acordar la quema de las boletas electorales que podían servir como prueba de fraude en esa elección;
recomponer las relaciones entre el Estado y la jerarquía de la Iglesia católica; y reestructurar profundamente
los patrones de acumulación de la riqueza, aplicando una política económica de corte neoliberal. Como parte
de esta última se llevó a cabo un desmantelamiento de empresas y propiedades estatales y paraestatales, para
entregarlas a manos privadas; se consumó la integración subordinada a la economía estadounidense a través
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA); se inició la apertura a la privatización del
campo y su incorporación a la lógica del mercado, al modificar el artículo 27 de la Constitución que protegía
la propiedad colectiva de la tierra en los ejidos y comunidades; se reorganizaron las relaciones entre capital y
trabajo, debilitando a las organizaciones sindicales para intensificar la explotación laboral individualizada,
dando marcha atrás a las conquistas laborales colectivas.
56
Cf. Castillo Peraza C. “Esos días”. Proceso. 2004, febrero 29, No. 1426. pp. 10-17. Castillo Peraza da a
conocer su testimonio en este artículo publicado poco antes de cumplirse diez años de la muerte de Colosio.
55
191
candidatura de Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda y Crédito Público y el más
conspicuo de los representantes de la política económica del salinismo -desde antes del
destape de Colosio, Aspe es considerado como uno de los más probables sucesores de
Salinas, dada su ortodoxia en materia económica y su consiguiente prestigio en los círculos
financieros internacionales. Ante la negativa de la dirigencia panista, a Salinas no le queda
opción: “…después de considerar la posible nominación de dos distinguidos políticos, y
ante la imposibilidad legal de propiciar la candidatura de Pedro Aspe, me incliné por
Zedillo”57.
El hecho de que Salinas le propusiera modificar la Constitución al líder nacional
del PAN, confirma que la decisión a favor de Zedillo no estaba tomada de antemano –su
candidatura no requería de tal reforma a la Constitución, pues había renunciado al gabinete
desde noviembre del año anterior para hacerse cargo de la coordinación de la campaña de
Colosio-, que Zedillo no era el candidato de un presidente que se había quedado con
márgenes muy estrechos para operar la sucesión, obligado a designar a un nuevo candidato
a sucederlo, pero sin posibilidad de elegir. Castillo Peraza relata que incluso Salinas le
preguntó:
‘Si estuviera en mi lugar, con las leyes que tenemos, con los procedimientos
propios de nuestro sistema, ¿en quién pensaría para sustituir a Donaldo?’ […] una
pregunta así deja estupefacto al que tiene que escucharla súbitamente. Comencé por
decirle que no era asunto mío. No acertaba a pensar en nombre alguno. Él insistió.58
Seis años después de estos sucesos, Salinas da la siguiente explicación de las
razones que lo llevaron a la designación de Zedillo:
Apoyé como sustituto para la candidatura al hombre que, según creí en ese
momento, Donaldo Colosio hubiera apoyado. Lo hice pensando en el país: el nuevo
El rumor de que el grupo gobernante pretende cambiar el artículo 82 se propaga rápidamente entre los altos
círculos de la política. Cf. Alemán R. “Clase política”. La Jornada. 1994, marzo 26.
57
Salinas de Gortari C. México un paso difícil a la modernidad. Barcelona, Plaza y Janés; 2002 (cuarta
edición). p. XVI. Según Salinas, Pedro Aspe contaba para su candidatura con el apoyo de Fidel Velázquez,
líder vitalicio de la poderosa Central de Trabajadores de México. Ibíd. p. 890. También un empresario de
Monterrey N. L., miembro de un poderoso grupo de industriales de esta ciudad, propone que las elecciones se
aplacen uno o dos meses para que Aspe pueda registrarse como candidato del PRI a la presidencia. Cf.
Carrizales D. “Destapa líder empresarial de NL a Pedro Aspe”. La Jornada. 1994, marzo 26.
58
Castillo Peraza C. Op. Cit. p. 13.
192
candidato debía contar con cualidades para conducir los cambios políticos,
garantizar la estabilidad económica y financiera y elevar el nivel de vida de los
mexicanos. Nos inclinamos por un hombre con conocimiento y experiencia en
materia económica y no por algunos de los que contaban con mayor experiencia
política.59
Esta versión se contradice con la propuesta que le hizo al presidente del PAN, pues
si Salinas tenía en la mira a aquél a quien Colosio “hubiera apoyado”, no tenía ninguna
necesidad de negociar reforma alguna a la Constitución. Pero además, si Salinas puede
decir que ignoraba las intenciones de Colosio de destituir, después de las vacaciones de
semana santa, a Zedillo de la coordinación de la campaña60, difícilmente puede sostener
que no estaba al tanto de las profundas diferencias entre éste y el equipo del candidato
asesinado respecto a la conducción de la campaña. Zedillo era considerado como el hombre
de Córdoba posicionado en la campaña de Colosio y su destape como “candidato sustituto”
no es bien recibido por la mayor parte de los colosistas61, menos cuando la voz de su
fallecido dirigente es utilizada por Salinas para tal fin.
Luis Colosio Fernández, padre del candidato asesinado, afirma diez años después
del crimen que Salinas sabía desde el mes de febrero de 1994 de los cambios que pretendía
realizar su hijo en el equipo de campaña, y señala la manipulación de la memoria de éste
que realiza Salinas con el peculiar destape de Zedillo:
59
Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 891.
Salinas va a sostener, a la luz de las dificultades que surgieron entre él y Zedillo una vez que éste asumió la
presidencia, que las cualidades que una vez vio en el que fuera coordinador de la campaña de Colosio y que lo
llevaron a designarlo como el nuevo candidato del PRI, fueron un “error de apreciación” inducido por las
dramáticas circunstancias del momento y por su preocupación de mantener la estabilidad económica y las
reformas sociales llevadas a cabo por su gobierno. Ibíd. p. XVI.
60
Cf. Castañeda J. G. La herencia. Arqueología de la sucesión presidencial en México. México, Punto de
lectura; 2001. p. 355.
61
La desconfianza del equipo de Colosio hacia Salinas incluye a Córdoba, su principal operador político.
Durante la campaña los colosistas sospechan que éste es quien instrumenta, sea por su cuenta, sea por órdenes
de Salinas, el plan encaminado a impedir la llegada de Colosio al día de las elecciones. Sin embargo, un día
después del destape de Zedillo, Córdoba deja la Oficina de la Presidencia de la República y es enviado a
Washington como representante de México ante el Banco Interamericano de Desarrollo, un cargo creado ex
profeso para él. Este virtual destierro de Córdoba –así se interpreta en el lenguaje de la política mexicana la
salida de un político al extranjero para cumplir funciones más o menos ligadas a la diplomacia-, puede ser
considerado como una derrota de la línea dura que dentro del gobierno de Salinas se oponía a una solución
negociada del conflicto en Chiapas.
193
En el caso de un Salinas enterado de los cambios pretendidos por Donaldo y,
específicamente, el relativo a la remoción de Zedillo, hace de su impulso a la
candidatura
de éste, después de la muerte de aquél, una manipulación de la
memoria de Donaldo, pues representaba un acto de remoción inversa: en vez de
que Donaldo tuviera el poder de remover a Zedillo, el propio Zedillo lo
reemplazaba como candidato.62
Un poco antes de ese décimo aniversario, el 10 de febrero del 2004, día en que
Luis Donaldo Colosio cumpliría 54 años de edad, su padre acusa:
Ni duda cabe que Donaldo fue ultimado en un clima de profundo deterioro de sus
relaciones con el Presidente Salinas […]
Cómo olvidar esa carta donde Zedillo reportaba que en torno del Presidente Salinas
existía una influencia muy tenaz para desacreditar la capacidad de Colosio y, a
manera de solución, recomendaba celebrar un pacto político con el entonces
Presidente de la República. […]
¿Acaso no fue un reconocimiento de que en el área cercana de Salinas se
conspiraba y se deterioraba el respaldo hacia el candidato del PRI? […]
¿Acaso la designación de un candidato ad honorem a favor de la misma persona
que había sido el principal contendiente de Donaldo por la candidatura del PRI no
significó abrir de forma inédita la posibilidad de substitución del candidato?63
La acusación no puede ser más directa: Salinas y su “área cercana” -por
comentarios que Colosio Fernández ha hecho en otras ocasiones, se puede deducir que al
apuntar al entorno inmediato de Salinas señala sin mencionarlo por su nombre a José
Córdoba Montoya64. Cada una de las declaraciones del padre de Colosio afirma lo que
62
Reveles, J. “Colosio, la memoria que incomoda al sistema”. El Financiero. 2004, marzo 22.
El padre de Colosio accede a ser candidato y posteriormente senador de la República por el PRI, de 2000 a
2006. Respecto a sus razones para aceptar un puesto político como parte del partido a cuya dirigencia, o por lo
menos a parte de ella, le atribuye el asesinato de su hijo, dice: “… yo no pretendo actuar como político, sino
como un padre agraviado por la muerte de Donaldo. Por eso formularé mis reclamos con toda claridad en este
próximo décimo aniversario”. Ibíd.
63
Garfias F. “En el entorno de Salinas se conspiró contra Colosio”. Milenio. 2004, febrero 11. Cf. también
Reforma y La Jornada de la misma fecha, cuyas notas coinciden en lo esencial con lo consignado aquí.
64
Durante el gobierno de Zedillo, cuando el padre de Colosio es interrogado: “…su tono de voz y expresión
cambian cuando le preguntan si el presidente Ernesto Zedillo tendría el valor para dar a conocer quién fue el
verdadero autor intelectual del asesinato: ‘Ojalá que cuando llegue a [José] Córdoba no se eche para atrás.
Creo que él tuvo mucho que ver’, afirma don Luis”. Medina R. El enigma de Colosio. Barcelona, Plaza &
Janés; 2001. p. 15.
194
Salinas niega a lo largo de todos esos años: que Salinas sabía de los cambios que Colosio
pensaba realizar en su equipo, el deterioro de la relación entre ambos, el influjo para
desacreditar a Colosio, la falta de respaldo a su candidatura y la conspiración en contra de
éste. La prudencia que el “padre agraviado” mostró en los primeros años posteriores al
crimen ha desaparecido para dar paso a las imputaciones directas.
En una entrevista en el noticiero estelar de la cadena Televisa, Salinas responde al
día siguiente diciendo que el asesinato de Colosio golpeó a su gobierno y “descabezó” las
reformas que había iniciado. Pide que se le considere como alguien que sufrió
“terriblemente por la muerte de Donaldo”, alguien a quien le hace falta tener cerca a su
amigo, como le hizo falta al país para “consolidar la reforma”65. Reta a quien tenga pruebas
reales, “no fabricadas”, del homicidio de Colosio, a que las presente, porque “no se puede
envenenar al país con afirmaciones sin sustento”. Niega nuevamente que haya habido
distanciamiento entre él y el candidato, asegura que la comunicación entre ellos era fluida
y que mantenían un diálogo constante. Además, le devuelve a Zedillo la tarea de explicar lo
que quiso decir en la famosa carta en la que sugería un pacto político entre candidato y
presidente, al tiempo que desliza que si Zedillo sabía que lo iban a quitar de la coordinación
de la campaña buscaba con esa propuesta modificar la decisión de Colosio66. Pero al ser
65
Este uso del término, en singular, parece equiparar a Salinas con la llamada “Generación de la Reforma”,
encabezada por Benito Juárez, que se propuso en la segunda mitad del siglo XIX fundar la nación mexicana
dándole las bases de un Estado liberal moderno.
66
Cf. “Golpeó a mi gobierno el asesinato de Colosio”. El Universal. 2004, febrero 12. También: “Si hay
evidencias reales, que se presenten, responde Salinas”. Milenio. 2004, febrero 12. En su libro, Salinas plantea
de manera similar los efectos que tuvo el asesinato de Colosio sobre él y su gobierno, al tiempo que niega
también que existieran diferencias entre ellos:
“La muerte de Donaldo Colosio entristeció al país y enlutó a su familia. Además, significó el golpe más fuerte
a mi gobierno y acabó con un candidato cuidadosamente preparado a lo largo de varios años, el más
comprometido con el proyecto de modernización del país. Su asesinato, además de ser un golpe que me
devastó personalmente, puso en riesgo aquello en lo que yo estaba más concentrado: la paz y la estabilidad del
país, así como la conducción de la economía, todo aquello afectado por el levantamiento guerrillero en
Chiapas.
“La verdad simple y llana es que su muerte fue un golpe tremendo contra mí, en lo personal y en lo político.
No hay nada que sugiera, implique o presente que alguna diferencia entre él y yo o algún desacuerdo, que no
existió, pudiera haber afectado mi apoyo a su candidatura. Nuestros intereses estaban unidos de manera
estrecha, sobre todo en las circunstancias que prevalecían en esos momentos; las presiones sobre mí y contra
las políticas de cambio estructural y reforma de mi Administración se incrementaron de manera dramática a
partir del magnicidio. La propia viabilidad de esas políticas se puso en duda. Es absurdo sugerir algo
diferente.
“Pero es posible llevar el argumento más allá: aun en el supuesto de que alguna diferencia hubiera surgido
entre nosotros, aun si nuestros intereses políticos hubieran diferido –lo que hay que insistir, no ocurrió-, no
195
interrogado por el conductor del noticiero sobre la decisión presidencial que marcó en 1994
el punto de inflexión de la campaña electoral, Salinas comete un lapsus:
La confusión de Salinas surgió cuando López Dóriga le preguntó si Colosio había
sido informado del nombramiento de Camacho como comisionado para la paz en
Chiapas, el 10 de enero de 1994.
‘No, el licenciado Camacho (sic) se enteró directamente porque yo se lo dije y se lo
dije previamente. Lo platicamos; no le gusto a Luis Donaldo la designación, pero le
expliqué las virtudes que tenía el poder proceder de esa manera y entendió los
argumentos, entendió las razones. Donaldo sabía que tener un clima de paz era
fundamental para poder encausar no sólo su campaña, sino la de todos los
67
candidatos a la Presidencia de la República’…
Este nuevo desliz en el habla nombra a Camacho en lugar de nombrar a Colosio68,
hace aparecer al comisionado para la paz en el lugar del candidato presidencial. A pesar de
lo que Salinas declare, la reiteración de sus deslices deja ver que el nombramiento de
Camacho como comisionado es al mismo tiempo e inevitablemente su nombramiento como
candidato. Es Camacho el que se entera de esto “directamente”, como lo dice el lapsus de
Salinas, éste “se lo dijo previamente” con su acto de nombrarlo comisionado para la paz.
Cualquiera que entienda de política, y Salinas y Camacho entienden demasiado, sabe que
esto es así en un momento en que el régimen está en crisis. Las acusaciones de don Luis
Colosio Fernández no carecen de fundamento.
La otra conspiración
Tanto en esta entrevista como en su libro ya citado, Salinas explica la versión
popular que lo hace responsable de la conspiración para asesinar a Colosio, como resultado
de otra conspiración: ésta orquestada por el gobierno de Zedillo, la nomenklatura mexicana
y hasta algunos de los que fueron colaboradores de Colosio:
pudo haber una manera más abyecta de crear un clima de cinismo, desencanto y ‘pánico moral’, que sugerir
una conexión entre ese supuesto y el magnicidio cometido”. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 917.
67
Castillo García G. “Niega Carlos Salinas haber tenido diferencias con Luis Donaldo Colosio”. La Jornada.
2004, febrero 12.
68
Cf. Los otros lapsus de Salinas mencionados en el primer capítulo y en el que lleva por título: IV. Fin a lo
que no funcionó.
196
En las naciones donde ha ocurrido un magnicidio, la opinión pública generalmente
ha puesto en duda las versiones de la autoridad sobre sus responsables y motivos.
El magnicidio de Colosio fue objeto de un escepticismo similar. Sin embargo, y
como se verá más adelante, esa desconfianza fue alimentada a partir de 1995 por
una campaña dirigida desde el Estado con el doble propósito de afectarme
directamente y disminuir la importancia de una figura como Colosio. Se sumaron a
esta empresa la ambición y el resentimiento de algunos ex colaboradores de
Donaldo. El efecto combinado fue terrible. Para mí desde luego, pero sobre todo
69
para México y su vida institucional.
Esta campaña, consistente en la filtración ilegal de informaciones y en la
inducción de comentaristas en los medios, de acuerdo con la versión de Salinas persigue
varios fines en los que están coludidos sus instigadores. Zedillo pretende evadir su
obligación de rendir cuentas a la sociedad mexicana sobre los resultados de su gobierno y
las causas del llamado “Error de diciembre”70, la grave crisis económica que se desató
veinte días después de que tomara el poder, desviando la irritación social resultante hacia la
administración de Salinas, para hacerla aparecer como la culpable de la ruina económica de
millones de familias. De esta manera, Zedillo evita el escrutinio público sobre su gestión y
lo lleva a la de Salinas. La nomenklatura mexicana71, afectada en sus intereses por las
69
Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 897.
Es el nombre con el que se ha conocido la crisis económica que dio inicio en México el 20 de diciembre de
1994 -a sus repercusiones internacionales se les llamó “Efecto Tequila”. Salinas y Zedillo se acusan
mutuamente de ser los responsables de esa crisis, que llevó a la devaluación del peso cuando las reservas
internacionales del Banco de México fueron casi vaciadas por los inversionistas. Este hecho se precipitó
después de una reunión de Zedillo con un grupo de inversionistas nacionales y extranjeros, en la que el ya
entonces presidente les anunció la próxima devaluación, con lo cual empezó la retirada masiva de inversiones
y la fuga de capitales. Sin embargo, lo anterior tuvo como antecedente, durante el gobierno de Salinas, la
sobrevaluación de la moneda mexicana, el gasto excesivo en obra pública en un año en que la crisis política
incrementa el riesgo de que el partido en el poder pierda las elecciones presidenciales, el déficit de cuenta
corriente resultante de ese exceso en el gasto y la deuda pública necesaria para financiarlo, además de los
sucesos políticos que marcaron el fin de sexenio: la rebelión del EZLN, el asesinato de Colosio y el de
Francisco Ruiz Massieu, que generaron incertidumbre entre los inversionistas.
71
Salinas define así lo que entiende por nomenklatura mexicana, un sintagma puesto en uso por él: “En
México la nomenklatura está conformada por una red de actores políticos y sociales surgida en los años
treinta del siglo XX, al crearse la estructura corporativa del PRI; esa red se consolidó en los años cuarenta a
partir de la estrategia de sustitución de importaciones y el llamado pacto de La Habana. Se estructuró así una
alianza entre los populistas del Estado y los agentes de control político de los sindicatos, el campo y las
burocracias. Los integrantes de esa nomenklatura eran políticos profesionales y experimentados, con gran
poder económico y capacidad de control. Con miembros y aliados en los cuerpos de policía, la nomenklatura
mexicana construyó relaciones y bases de apoyo importantes a lo largo y ancho del país. Estableció una
concepción única y excluyente de la Revolución mexicana y la asumió como propia y para su beneficio”.
Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. LXII.
70
197
políticas modernizadoras de Salinas, busca desprestigiar a su gobierno y frenar las reformas
que éste inicio, para recuperar sus privilegios tradicionales. En una extraña alianza, Zedillo
y su grupo –a los que endosa el calificativo de “neoliberales”- se asocian a los “populistas”
de la nomenklatura, para juntos quitarse de encima las acusaciones que les atribuyen tanto
el asesinato de Colosio como la crisis del 94, para lo cual se proponen destruir la reputación
de Salinas y de su familia, nulificar las reformas que su gobierno emprendió, hacerlo
aparecer como el culpable de esos hechos y disminuir la importancia de la figura de
Colosio –es de suponer que en esto último los ex colaboradores del candidato ultimado,
resentidos con Salinas, se abstuvieron de participar. Lo que esta explicación de Salinas no
dice, es que la voz popular lo señalaba a él como el “autor intelectual” del homicidio de
Colosio desde el primer día, no sólo antes de que Zedillo fuera presidente sino antes incluso
de que fuera destapado por el mismo Salinas.
En su argumentación conspirativa Salinas tampoco toma en cuenta el rumor que
circulaba previamente al crimen, según el cual él quería hacer un cambio de candidato en el
PRI, o lanzar una candidatura alterna a la oficial, ante la posibilidad de que en la crisis
política desatada por la insurgencia zapatista Colosio perdiera las elecciones, o bien porque
éste habría dado muestras de un grado de autonomía que lo llevó a romper con su mentor
político. Esta última versión es la que se va a fortalecer después de la trágica muerte de
Colosio, bajo el supuesto de que Salinas decide eliminar al que fuera su amigo al ver
frustrados sus planes de gobernar a través de éste y para asegurarse de que su sucesor le
permita seguir ejerciendo el poder por interpósita persona, es decir, la perpetuación del
Salinato. En apoyo de esta interpretación se cita el discurso que Colosio pronunció el 6 de
marzo, diecisiete días antes de ser asesinado, en la ceremonia en la que se celebra el
En efecto, esta parte de la clase política mexicana, cuya fracción más añeja es conocida también como los
“dinosaurios”, pilar del corporativismo del régimen priísta, vio mermada su capacidad de maniobra y de
negociación como resultado de las políticas salinistas de desmantelamiento del Estado “paternalista” surgido
de la Revolución mexicana, junto con las conquistas populares que lo caracterizaron. No está de más agregar
que este sector de “populistas”, que también tenían un gran control sobre los procedimientos y mecanismos
electorales, fue el que hizo posible el triunfo de Salinas en los comicios de 1988, en los que abundaron las
evidencias de un gigantesco fraude electoral. El día que tomaba posesión, uno de los periodistas que
participaban en la transmisión oficial de la ceremonia por televisión, interroga a Salinas acerca de los
cuestionamientos de la oposición al resultado de las elecciones, a lo que el nuevo presidente responde algo así
como: “lo importante es que ganamos con la capacidad de movilización de nuestro partido”. Una respuesta
similar da el panista Felipe Calderón en el 2006, cuando interrogado también acerca de las acusaciones de
haber llegado a la presidencia de la República mediante un fraude electoral, con una ventaja mínima de sólo el
0.25 %, confiesa: “Como dicen en mi pueblo: haiga sido como haiga sido ganamos”.
198
aniversario número 65 del PRI. En su alocución, el candidato establece algunos deslindes
con respecto a la forma de ejercicio del poder presidencial y propone su limitación
constitucional:
Debemos admitir que hoy necesitamos transformar la política para cumplirle a los
mexicanos. Proponemos la reforma del poder y una nueva relación del ciudadano
con el Estado.
Hoy, ante el priísmo, ante los mexicanos, expreso mi compromiso de reformar el
poder para democratizarlo y acabar con cualquier vestigio de autoritarismo.
Sabemos que el origen de muchos de nuestros males se encuentra en una excesiva
concentración del poder, que da lugar a decisiones equivocadas, al monopolio de
las iniciativas, a los abusos y los excesos.
Reformar el poder significa un presidencialismo sujeto estrictamente a los límites
constitucionales de su origen republicano y democrático.72
A posteriori, estas frases van a ser tomadas no sólo como una crítica de Colosio a
Salinas, sino como una muestra de su rompimiento, como un indicio de la fractura existente
en su relación; la prueba de un desafío del candidato que el presidente no va a perdonar73.
Existen no pocos testimonios que ratifican el malestar de Colosio por las medidas de
Salinas para hacerle frente a la crisis de su gobierno y del régimen, empezando por el
nombramiento de Camacho, y confirman la desconfianza hacia el presidente no sólo del
candidato sino de su círculo más cercano de colaboradores –desconfianza que es muy
posible que Colosio, siguiendo el juego de la política, disimulara en sus encuentros con
Salinas. En el discurso citado no hay una sola mención explícita a éste, sin embargo,
implícitamente se reconocen los logros de su gobierno. Esa omisión no estaba presente en
una versión preliminar del discurso, que Colosio le da a leer un día antes al historiador
Enrique Krauze, pidiéndole su opinión sobre la pieza oratoria: éste le sugiere a Colosio
eliminar los párrafos donde se menciona explícitamente a Salinas, cosa que Colosio ya
72
El texto completo del discurso de Colosio, con anotaciones de su puño y letra, se encuentra en: Ruibal
Corella J. A. Luis Donaldo Colosio. Perfil biográfico. México, Porrúa; 1999. pp. 176-177.
73
“En su discurso del 6 de marzo, Donaldo se mostró como un retador del autoritarismo (…) Los
compromisos sociales que asumía Donaldo, ahora lo podemos analizar, lo alejaron de la forma de ejercicio
del poder que implementó Carlos Salinas. Y en ese alejamiento, en el hecho de que asumiera tales
compromisos ante los reclamos de una sociedad cansada del autoritarismo, la corrupción, el doble discurso y
los marginalismos, hubo al mismo tiempo un acercamiento a su destino fatal”. Arreola F. Así fue. La historia
detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo Aguilar; 2004. pp. 83-84.
199
había hecho74. Los párrafos de reconocimiento al presidente habían sido incluidos por
Zedillo, quien tuvo un papel importante en la elaboración del documento75, pero el
candidato decide suprimirlos exasperado: “¡No, nada para Salinas!”. No obstante, en la
noche del día que pronunció su disertación, Colosio les comenta a unos amigos: “Me
preocupa no haber recibido ninguna llamada de felicitación del presidente”76.
Este comentario de Colosio deja ver que sigue esperando algo de su amigo el
presidente Salinas, pero también que, por lo menos en principio, no considera que lo dichono-dicho en su alocución de ese día sea motivo suficiente para una ruptura definitiva con él.
Y es que en la historia de las sucesiones presidenciales en México la norma es que tarde o
temprano llega el momento en que el candidato oficial tiene que hacer un deslinde con el
Presidente:
El cercenamiento del cordón umbilical entre Presidente y candidato constituye
siempre un momento traumático de la dinámica sucesoria. Nunca existe realmente
una coyuntura propicia para el mandatario saliente; toda distancia, por inevitable y
saludable que parezca, es penosa. Para el aspirante, cada oportunidad es peligrosa:
la correlación de fuerzas siempre es desfavorable, y el riesgo de una sobrerreacción
del Presidente jamás se disipa.77
Esta separación es necesaria para el futuro Presidente, en la medida en que le
permite desprenderse del lastre de descontento social que el gobierno saliente arrastra como
producto del desgaste ligado al ejercicio del poder, al tiempo que le permite al futuro
74
“Me pidió que como amigo le diese mi opinión sobre el documento (…) El día 4 por la noche recibí en un
sobre sellado el discurso. Lo corregí levemente con un plumón rojo, le agregué dos o tres pequeñas frases,
taché las tres menciones que hacía de Salinas. Sonó el teléfono. Era Colosio en persona. “No me lo mandes,
yo te caigo a las doce en tu casa”. Al día siguiente lo recibí. Yo estaba solo. Le leí mis propuestas. ‘Ya quité
las menciones’, me dijo”. Krauze E. “Los idus de marzo”. Letras Libres. Marzo 1999, año 1, No. 3. p. 12.
75
“Yo supe de labios del propio Colosio que el famoso discurso del 6 de marzo lo elaboró Zedillo con los
resultados de cientos de focus groups con los que trató de encontrar el contenido y el tono que lograran hacer
despegar la campaña priísta”. Castillo Peraza C. “Esos días”. Proceso. 2004, febrero 29, No. 1426. p. 17. El
contenido del discurso está estructurado entonces a partir de lo que esperan escuchar ciertos grupos
considerados como “tipo”, en el sentido de que representan segmentos de población considerados importantes
para la campaña electoral. La revisión final, por supuesto, corre a cargo del candidato priísta y los
colaboradores encargados de elaborarle los discursos.
76
Arreola F. Op. Cit. pp. 173 y 176 (Las frases entrecomilladas, atribuidas a Colosio, corresponden a un
artículo de Ignacio Rodríguez Reyna, Alejandro Almazán y Linaloe R. Flores, publicado en Milenio Semanal
el 23 de marzo de 1998, citado por Federico Arreola sin indicar su título).
77
Castañeda J. G. Op. Cit. pp. 599-600.
200
mandatario articular una respuesta propia a ese descontento, que se traduce en un programa
de gobierno que por lo menos en apariencia responda a lo que el actual no resolvió y
empezar a construir un poder independiente de su antecesor, para poder gobernar una vez
que tome posesión. Las dificultades se incrementan en los casos que el autor recién citado
llama “herencias electivas”, en donde el todavía Presidente considera que el candidato le
debe todo como para cuestionarlo y para éste la definición del momento adecuado se torna
particularmente riesgosa, dadas las escasas fuerzas con que cuenta. Este es el caso de la
sucesión Salinas-Colosio, en donde adicionalmente se suma un final de sexenio
especialmente conflictivo:
Si además el sexenio cierra con percances severos –devaluación, represión,
rebeliones sociales-, la tarea de seleccionar el instante y el modo de separarse
resulta más ardua: casi imposible.78
Si se tiene en cuenta el conjunto de estas circunstancias, el discurso del 6 de marzo
no es muy distinto de los que se pronunciaron en sucesiones presidenciales previas, su tono
aparentemente atrevido tampoco es nuevo, corresponde a esos momentos de viraje en que
la separación se vuelve inevitable. Todos esos discursos, incluido el de Colosio, causaron
disgustos, que sin embargo no condujeron a una fractura definitiva de las relaciones entre
Presidente y candidato. Igualmente, la animosidad y los malentendidos entre Salinas y
Colosio son similares a los que ocurrieron antes en otras transmisiones del poder priísta, tal
vez exacerbados en esta ocasión por las particularidades de su relación con tintes paternofiliales y por los problemas extraordinarios del fin de sexenio.
La versión de Salinas respecto al discurso es que Colosio se lo envió como un
gesto de cortesía, pero que él no se animó a proponer cambios –otras versiones señalan que
el borrador fue corregido por Córdoba y devuelto a Colosio79. Haciendo referencia al
tradicional deslinde entre el candidato y el presidente, Salinas va más allá y sostiene que
desde enero él mismo le habría sugerido a Colosio, a través de una nota, que tomara
distancia de su gobierno como una estrategia para relanzar la campaña electoral. No
obstante, la propuesta de Salinas establecía que los límites de esa distancia tenían que ser
78
79
Ibíd.
Ibíd.
201
acordados con él por el candidato, con lo cual los alcances de la separación se tornaban
ficticios y la capacidad de decisión de éste quedaba subordinada a aquél80. Salinas no
miente en sus declaraciones: en efecto, su posición excluye que Colosio pueda tener alguna
diferencia con él.
Hasta el último momento ocurren algunos sucesos que alimentan la suspicacia de
Colosio o de su círculo cercano. El 20 de marzo el candidato le ordena a uno de sus
colaboradores, José Luis Soberanes, que hable con Otto Granados, gobernador de
Aguascalientes y quien fuera jefe de prensa de Salinas, para hacerle saber que Colosio está
al tanto de que le dio su apoyo a Camacho como candidato. El gobernador responde. “¿Ya
lo sabe? Le tengo que dar una explicación a Colosio. Dile que Salinas me pidió darle el
apoyo, e hizo lo mismo con Chirinos y con Gamboa. Pero yo necesito hablar con Donaldo;
lo único que quiero es que Colosio me llame. Su llamada será una señal de que él me
entiende”81. Cuando Colosio se entera de esta respuesta, el 22 de marzo, “se pone
frenético”. Según la versión que Granados va a dar posteriormente al fiscal especial, el 23
de marzo por la mañana, unas horas antes del atentado contra Colosio, ambos tienen una
conversación telefónica y aclaran el malentendido: la instrucción de Salinas se refería a que
Granados le diera su apoyo a Camacho como comisionado para la paz.
También el 23 de marzo, encontrándose en La Paz Baja California Sur, Colosio
recibe una llamada telefónica a través del general Domiro García y no del mayor Castillo,
como era lo común. Colosio atiende la llamada de inmediato, encerrado en una habitación
del hotel en el que tendrían un acto de campaña. Al concluir la conversación telefónica,
cuyo contenido no comentó con nadie, “se veía muy contrariado”82. El conducto inusual de
la llamada, así como el hecho de que Colosio la atendiera inmediatamente, llevan a
Federico Arreola a concluir que quien llamó fue Salinas y que el estado de ánimo de aquél
al finalizar la llamada le da a ésta el carácter de un dato de “enorme relevancia política”:
80
Ibíd. pp. 365 y 603. También cf. Salinas de Gortari C. Op. Cit. p. 911. La sugerencia de Salinas va en el
mismo sentido de la que hace Zedillo en su famosa carta –cuando le propone a Colosio celebrar una “alianza
política” con el Presidente-, de la que aquí Salinas se deslinda tajantemente. Véase aquí el capítulo IV. Fin a
lo que no funcionó.
81
Castañeda J. G. Op. Cit. p. 604. Patricio Chirinos Calero, gobernador del estado de Veracruz. Emilio
Gamboa Patrón, secretario de Comunicaciones y Transportes.
82
Arreola F. Así fue. La historia detrás de la bala que truncó el futuro de México. México, Nuevo Siglo
Aguilar; 2004. p. 52.
202
“…el telefonazo, a diferencia de los otros que había sostenido con Salinas, no dejó para
nada contento al candidato”83. Otra versión insistente señala que el mismo día muy
temprano por la mañana, Colosio recibe una llamada telefónica en el hotel en que se
encontraba hospedado en Culiacán Sinaloa, presumiblemente de Córdoba, quien le pide que
renuncie a la candidatura, a lo que aquél responde: “no renuncio y me atengo a las
consecuencias”. Esta versión no es corroborada por el mayor Castillo, la única persona
autorizada para entrar a la habitación del candidato y para contestar los teléfonos de éste,
tanto su celular como el teléfono fijo que en cada ocasión se instalaba especialmente en la
habitación del hotel destinada a Colosio84.
Sin embargo, unos días antes del viaje a Tijuana, Colosio les dice a sus
colaboradores cercanos que nadie más debe de tratar el asunto de Camacho con Salinas, ya
que “él mismo va a cenar y tomarse un par de botellas de vino con el Presidente al volver
de su gira por el noroeste, antes de Semana Santa”85. Al parecer, esta nueva postura está
relacionada con lo ocurrido en una cena que Colosio y Camacho tienen en casa de un amigo
mutuo el 16 de marzo. Existen versiones contrapuestas de lo sucedido en ese encuentro,
aunque casi todas coinciden en que la atmósfera fue de amabilidad y cortesía, incluso
amistosa. Camacho dice que le pidió apoyo a Colosio para la firma de los acuerdos de paz86
y que a su vez éste le ofreció un puesto de elección popular o la posición que Camacho
quisiera ocupar. El comisionado respondió que no le interesaba un cargo político y después
de un intercambio sobre los puntos de vista de cada uno acerca de las circunstancias
83
Ibíd. Salinas reconoce que el 22 de marzo se comunicó telefónicamente dos o tres veces con Colosio, para
comentar algunos sucesos favorables a su campaña: la culminación del acuerdo entre partidos para la
organización de las elecciones, la reacción positiva de los mercados a este hecho y el anuncio de desistimiento
de Camacho. PGR. Informe… Tomo IV. p. 199.
84
Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 44 y Tomo IV. pp. 201-206. Concretamente, el mayor González Castillo
niega que ese día por la mañana haya contestado en la habitación de Colosio alguna llamada telefónica
proveniente de Salinas o de Córdoba. Guillermo del Río Ortegón, senador del PRD, dice conocer a una
persona “de cuya honorabilidad no duda”, quien fue testigo de la llamada telefónica mencionada. No obstante,
el senador nunca pudo indicar el nombre de esa persona tan honorable. Quien sí llama muy temprano ese día
al hotel, 6.37 de la mañana hora de Culiacán, es Zedillo, para comentar con Colosio los sucesos del día
anterior, “y la conveniencia de que no esperara el licenciado Colosio su regreso a la ciudad de México para
comunicarse con el licenciado Salinas y reconocerle el acuerdo referido”. PGR. Informe… Tomo IV. p. 205.
85
Castañeda J. G. Op. Cit. p. 604.
86
“… platicamos ampliamente sobre la situación de Chiapas. Le pedí su apoyo para la firma de los acuerdos
de paz que yo veía en ese momento como inminentes y le dije que quien quiera que fuera elegido Presidente,
debería apoyar esos acuerdos. Vi en su cara una sonrisa. Lo dije porque así lo creía. Chiapas nos había
enseñado que cualquier cosa podía pasar en términos de los resultados electorales”. PGR. Informe… Tomo
IV. p. 184.
203
políticas y sus respectivos intereses, Colosio le propuso formar entre ambos “una alianza
estratégica para hacer posible la transición a la democracia”. El compromiso es aceptado
por Camacho: “El ofrecimiento no podía ser más claro; fue contundente. Estaba consciente
de todo lo que significaba”87. Por su parte, los colaboradores y amigos de Colosio coinciden
en que éste se refería a la reunión en términos que no eran de mucho entusiasmo, decía que
la entrevista no había sido productiva, que no habían llegado a acuerdos, incluso llegó a
hacer comentarios del tipo: “Manuel no cambia”88. Esta situación va a desembocar en el
mensaje público de Camacho el 22 de marzo, en el que explícitamente desiste de cualquier
intención de lanzarse como candidato a la presidencia:
Sí quiero ser Presidente de la República, pero no a cualquier costo… Entre buscar
una candidatura a la Presidencia de la República y la contribución que pueda hacer
al proceso de paz en Chiapas, escojo la paz.89
Colosio responde ese mismo día desde su gira por Sinaloa, haciendo un
reconocimiento de la labor y de las cualidades políticas de Camacho, además de hacer un
llamado a conformar un “centro democrático amplio”90. Esta última expresión, ya antes
utilizada por Camacho en sus propuestas para resolver el conflicto en Chiapas, parece un
guiño de aquél dirigido a éste. Al día siguiente Colosio cae mortalmente herido en Lomas
Taurinas.
Según testimonio de Luis Martínez Fernández del Campo, en cuya casa se celebró
la cena mencionada, una vez que ésta concluye él se hace presente y después de que
Colosio se retira, Camacho le comenta que fue una reunión fructífera, que le transmitió a
Colosio su impresión de que Córdoba había armado una guerra sucia para crear un
ambiente de crispación entre ellos, que también platicaron sobre la necesidad de construir
una corriente de centro democrático y llegaron al acuerdo de que el día 22 de ese mes
87
Ibíd.
Ibíd. pp. 187-188.
89
Ibíd. p. 190.
90
Ibíd. p. 184. Colosio no sólo hace este reconocimiento público a Camacho, también le llama por teléfono
para agradecerle su toma de posición. Salinas también se comunica telefónicamente ese día con ambos: con
Camacho para reconocerle su gesto y con Colosio para darle la noticia y pedirle que le llamara a Camacho
para darle las gracias.
88
204
Camacho haría público su desistimiento91. Si tales compromisos se dieron en ese encuentro,
es posible que Colosio mantuviera una actitud de escepticismo hasta ver cumplida la parte
que le correspondía a Camacho, de ahí los términos poco favorables con los que se refería a
la reunión y también la pronta contestación para corresponder públicamente una vez que
éste hizo su parte. Además, una alianza entre Colosio y Camacho tal vez no sería muy bien
vista en Los Pinos, ni por Salinas ni por Córdoba, pues aumentaría la emancipación del
candidato priísta respecto al poder presidencial, al sumarse a su campaña electoral la fuerza
adquirida por Camacho en las negociaciones de paz –fuerza a la que Córdoba, representante
de la línea dura en el gobierno salinista, se opone; así que es probable que Colosio quisiera
evitar la posibilidad de una filtración de alguien de su equipo y por eso la reserva con la que
hablaba de aquel encuentro.
91
Ibíd. pp.185-186.
205
X. DE LA CREENCIA A LA CERTEZA
La forclusión
El ir y venir de historias sobre el homicidio de Colosio conforma una suerte de
paradoja en la que Aburto queda atrapado. Su acto en contra del poder vuelve a manos del
poder. Al atentar contra un personaje poderoso, Aburto buscaba sacudir las bases mismas
del Imperio… que ha cumplido ya 65 años en el poder, pero la versión que se impone en
los distintos sectores de la sociedad mexicana es que ese acto no lo decidió y ejecutó él sino
alguien poderoso. En el mejor de los casos él es el instrumento manipulable de una
inteligencia que lo supera. Aburto queda forcluido por esta modalidad del “se dice”,
compartida hasta por su familia, que no le reconoce la capacidad de preparar y llevar a cabo
un acto que cambiará el rumbo de la Historia1.
Las explicaciones de lo ocurrido van incluso más allá, hasta el punto de plantear
que él no es él: que Aburto no fue quien disparó en contra de Colosio sino alguien que se le
parece demasiado o bien que Aburto disparó pero no es el mismo que está en prisión, pues
éste es un doble del original, que seguramente fue asesinado. Este rumor da inicio dos días
después del crimen, cuando Aburto es presentado ante la prensa en el penal federal de
Almoloya de Juárez2. Una imagen distinta a la de la antevíspera -afeitado, con el cabello
recién cortado y peinado, sin la sangre que fluía sobre su rostro herido por los golpes que le
propinaron al ser detenido entre la multitud-, va a ser difundida por las cámaras de
televisión y por las fotografías de los medios impresos, dando lugar a la idea ominosa de
que el verdadero asesino fue suplantado. Una vez más, el rumor señala como culpable al
gobierno de Salinas:
La incredulidad social ha llegado al nivel de suponer que el Mario Aburto -el
supuesto asesino de Colosio- que presentaron en el penal de Almoloya no es el
mismo Mario Aburto que detuvo la gente en Tijuana en el instante posterior a los
disparos. Se cree en la calle que el gobierno salinista cambió al asesino y se hacen
1
Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 366.
Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 11-12 y 34-52. También cf. Volpi J. La guerra y las palabras. Una
historia intelectual de 1994. p. 144. Además: “Rumores… rumores”. Siglo 21. 1994, marzo 30.
2
206
múltiples interpretaciones de los por qué. El error fue haberle dado carpetazo
tan rápido al asunto en Tijuana, con un reporte de Valadés que no solamente no
convenció sino que despertó más dudas.3
Esta especie se apoya parcialmente en la identificación de dos individuos a quienes
se les atribuye un parecido con Aburto. Uno de ellos es asesinado en Tijuana unas horas
después del atentado contra Colosio, lo cual lleva a la hipótesis de que existe una conexión
entre ambos homicidios4. El otro, un agente del Cisen -Centro de Investigación y Seguridad
Nacional, la policía política que depende de la Secretaría de Gobernación del gobierno
federal-, es detenido en Lomas Taurinas por la Policía Municipal de Tijuana, al notar que
su chamarra tenía manchas de sangre. La sospecha aumenta cuando se comprueba que éstas
correspondían al grupo sanguíneo de Colosio y cuando el agente da resultados positivos en
la prueba de rodizonato de sodio, aplicada para establecer si disparó recientemente un arma
de fuego. Adicionalmente surge la versión de que la madre de Aburto, al llegar el día de los
hechos a las instalaciones de la PGR en Tijuana, confundió a este individuo con su hijo. El
supuesto parecido entre ambos lleva a la presunción de que quien hizo los disparos en
contra de Colosio fue el agente de gobernación, de nombre Jorge Antonio Sánchez Ortega,
haciendo aparecer como si los hubiera efectuado Mario Aburto5.
El rumor de la suplantación toma tal fuerza que llega a provocar la incertidumbre
de María Luisa Martínez, la madre de Aburto, hasta el punto de que se ve obligada a ir a la
prisión para cerciorarse de que es su hijo el que está ahí. Ya estando frente a éste le dice en
tono de interrogación: “… hijo y la cruz, todavía llevas la cruz…”6; para que éste le
muestre una cicatriz en forma de cruz que tiene en la espalda. Solamente esta marca, una
3
Ramírez C. “Archivo político”. El Financiero. 1994, abril 3 (las negritas corresponden al original).
Según las investigaciones, este individuo, de nombre Ernesto Rubio Mendoza, es asesinado
circunstancialmente cuando se encontraba en un taller mecánico en el que es ajusticiado por sus socios el
dueño de un bar de aquella ciudad. Además presentaba en el brazo izquierdo un tatuaje con la figura de una
mujer, seña de la que carece Aburto. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 41-44.
5
Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 45-47. También cf. Salanueva P., Martínez N. y Garibay A. “Dos
hombres, posibles victimarios de Colosio: PJE”. La Jornada. 1994, marzo 26. Igualmente cf. Gómez Maza F.
“Disposición para interrogar a un agente del Cisen”. El Financiero. 1994, abril 7. El agente declara que las
manchas de sangre en su chamarra se debían a que él estaba a un lado de donde pasaron quienes cargaban a
Colosio, para subirlo al vehículo que lo llevaría al hospital. La madre de Aburto niega que haya confundido a
su hijo con Sánchez Ortega, aunque acepta que existe un parecido físico entre ambos. Cf. PGR. Informe…
Tomo III. p. 67.
6
Cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 438.
4
207
cruz en la espalda, resultado de un accidente que Aburto tuvo siendo niño, hace signo para
su madre y le permite recuperar la certeza de que efectivamente es su hijo el que está preso.
En respuesta a este rumor, la Subprocuraduría Especial va a tener que realizar una
operación muy similar a la efectuada por la madre de Aburto. Una serie de estudios y
peritajes de criminalística y antropología forense son llevados a cabo para constatar que
quien fue detenido en Lomas Taurinas después de disparar contra Colosio, quien fue
trasladado a la delegación de la PGR en Tijuana e interrogado en estas instalaciones, quien
fue presentado a la prensa en la prisión de Almoloya de Juárez y quien se encuentra preso
en esta institución es, en todos los casos, Mario Aburto Martínez. Técnicas de
sobreposición fotográfica cara-cara, de comparación de características faciales, de
antropometría, de dactiloscopia, de genética forense, son empleadas para llegar a tal
conclusión. Son tomados en cuenta los rasgos y proporciones faciales y corporales; los
lunares, cicatrices y tatuajes en la piel; la estructura ósea de las manos y las huellas
dactilares; el tipo de sangre y el ADN. En esos estudios participaron peritos de la PGR, de
la Procuraduría del Distrito Federal, del Buró Federal de Investigaciones (FBI) de los
Estados Unidos, investigadores del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
UNAM, además de los testimonios del propio Mario Aburto, de personas vinculadas a él –
su madre, familiares, amigos, vecinos, compañeros de escuela, de trabajo-, y de otras
personas que después del crimen tuvieron contacto con él7. El conjunto de datos y
testimonios van a conducir al reconocimiento de Aburto en cada una de las circunstancias
mencionadas, al establecimiento de su identidad8. Pero esto no va a ser suficiente para
7
José Luis Pérez Canchola, procurador de Derechos Humanos de Baja California -que estuvo presente en los
interrogatorios en la PGR de Tijuana-; el periodista Jesús Blancornelas –que entrevistó a Aburto un mes
después de Lomas Taurinas-; la religiosa Antonia Brenner, que acompañó a María Luisa Martínez a visitar a
su hijo a la prisión de Almoloya. Cf. PGR. Informe… Tomo II. pp. 27-30.
8
En el expediente del caso, la Subprocuraduría Especial define de la siguiente manera identidad e
identificación: “… la identidad es el conjunto de caracteres físicos que individualizan a una persona,
haciéndola igual a sí misma y diferenciándola de las demás. La identificación es el procedimiento mediante el
cual se recogen y se agrupan todos los caracteres distintivos de un sujeto para determinar su identidad.|| La
identificación se realiza por correspondencia, es decir, cuando es posible señalar las características
particulares que aparecerán en un mismo sujeto”. PGR. Informe… Tomo II. p. 12. En el seminario de La
Identificación, Lacan dice que “la identificación es una identificación de significante” y plantea a partir de
esto, siguiendo a De Saussure, la posibilidad de establecer la identidad de algo, como puede ser “el expreso de
las 10.15”, que se mantiene siendo “el mismo” a través de sus variaciones (Cf. Lacan J. L’identification.
Version ROU. Particularmente la sesión del 22 de noviembre de 1961). Los procedimientos empleados por la
PGR para establecer la identidad de Mario Aburto Martínez están fundados en esta “identificación de
significante”; no es otra cosa lo que lleva a cabo cuando selecciona caracteres distintivos para agruparlos y
208
acabar con la desconfianza popular en la información proveniente de instituciones
gubernamentales. Hoy por hoy todavía hay quien sostiene, si el tema aparece en
conversaciones informales en la calle o en lugares públicos, que quien está recluido en
prisión, se trate o no de Aburto, no es “el verdadero asesino de Colosio”9. A pesar de todo,
esta versión contiene su “grano de verdad”: el sujeto que aparece después del asesinato de
Colosio, y el que aparece después de las reacciones sociales que éste provoca, no es el
mismo que estaba antes de ese acto y antes de esas repercusiones sociales –señaladamente
el rumor que venimos comentando. Una prueba de esto es la nominación que tiene lugar:
“Aburto” -ya no más “Aborto” ni “Mario” ni ninguna otra permiten identificar en nuestra
sociedad a ese sujeto.
Lejos de que Aburto sea tomado en cuenta por la prensa y considerado entre los
héroes que hacen la Historia, su acto recibe una condena generalizada, tanto por parte de
personajes públicos como por el murmullo ubicuo de la voz popular, que ven en el
homicidio de Colosio un atentado no contra el Imperio sino contra la paz, la democracia y
la estabilidad del país. Existen sin embargo algunas excepciones en este aspecto, aquí se
mencionan tres. Primera: unos días después del crimen, el 9 de abril, se da a conocer en
Phoenix Arizona la existencia del Frente Mexicano Contra la Corrupción, que hizo contacto
con tres medios de comunicación en esa ciudad para reivindicar el asesinato del candidato
priísta, el cual “marca el inicio de una nueva etapa de lucha a muerte contra los traidores
corruptos”. Este Frente declara estar conformado por elementos del gobierno y del ejército
mexicanos, así como por siete mil indocumentados que radican en los Estados Unidos y
reconoce a Mario Aburto como uno de sus miembros, que asesinó a Colosio “porque estaba
cansado y desesperado por la situación económica en la que se encuentra el pueblo
mexicano desde hace 24 años”. Demanda la renuncia del presidente Carlos Salinas y la
confiscación de las fortunas de los últimos tres presidentes de México y de otros políticos,
compararlos con los de otros individuos. Sería objeto de otro trabajo de investigación estudiar las maneras
respectivas en que el derecho y el psicoanálisis hacen uso de estos términos, así como sus articulaciones y
diferencias.
9
Actualmente Mario Aburto Martínez purga su sentencia en el Centro Federal de Readaptación Social de
Puente Grande, Jalisco.
209
entre ellos Fidel Velázquez10. Segunda: el día 27 de ese mismo mes de abril, Aburto recibe
en prisión una carta suscrita por alguien de nombre José Luis González Meza, en la que
éste le da las gracias “por haber evitado un desastre en nuestro país” y lo reconoce como
“héroe nacional”. Además, quien escribe la carta le dice que también quiere ser héroe como
él, “pero creo que me la pusiste más difícil y tendré que resignarme a perder lo único que
tengo, mi vida”. El nombre del remitente, que dice escribir desde Laredo Texas,
corresponde al de quien fuera designado en 1989 asesor jurídico del Partido Mexicanos por
la Democracia y del Gobierno Provisional en el exilio, encabezado por Rodolfo Macías
Cabrera -este último habita en San Antonio Texas, ciudad desde la que se ha declarado
“Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos en el exilio”. Macías Cabrera
sostiene, en los estatutos de su partido y en boletines que publica periódicamente,
planteamientos que guardan alguna similitud con los de Aburto: la defensa de la paz, la
búsqueda de la democracia, la referencia a “un hijo de la patria que está dispuesto a
renunciar a todo”11. Tercera: también en ese mes de abril, el semanario Zeta de Tijuana
publica una entrevista con el médico Ernesto González Messina, un personaje conocido en
la ciudad, líder del Partido de la Unión Americana (PUA), que se plantea como principal
objetivo la anexión de México a los Estados Unidos. El dirigente dice estar orgulloso de
que el atentado se hubiera llevado a cabo en Tijuana y afirma: “A Aburto yo lo considero
un patriota, como un héroe. Palabra”. En el manifiesto del PUA, escrito por González
Messina, se encuentra un elogio del “caballero águila”, como un guerrero y un hombre de
conocimiento que con su triunfo entra a la gloria. En el documento se lee: “El asesinato
político es un recurso que tienen los pueblos desesperados que no encuentran solución a sus
problemas […] ¿por qué diablos no se puede matar al cacique mayor de un lastimoso país
como México?”. El texto además hace una propuesta concreta para encarar el diálogo con
el gobierno mexicano: “La sensatez y moderación sólo es aplicable al comienzo del
diálogo. Hablar por la buena y si no da resultado, tomar las armas y a la mala”. Todo esto
10
Cf. Fernández Menéndez J. et al. De Chiapas a Colosio. El año que vivimos en peligro. México, Rayuela
Editores; 1994. p.172. Esta es la única aparición del referido Frente, nunca más se menciona otro comunicado
o acción pública de su parte.
11
PGR. Informe… Tomo III. pp. 145-164. La Subprocuraduría Especial no descarta la posibilidad de que
Mario Aburto haya tenido acceso a la lectura de los documentos publicados y distribuidos de manera gratuita
por Macías Cabrera y su partido. Sin embargo, no encuentra evidencia probatoria de la coparticipación de éste
en el homicidio de Colosio, entre otras cosas porque no existe ningún indicio de que Aburto y Macías Cabrera
se conocieran personalmente. Otro tanto ocurre con José Luis González Meza, que también reside en los
Estados Unidos, en la ciudad de Houston Texas, y que además niega haber escrito la carta mencionada.
210
no excluye que, a pregunta expresa, este peculiar personaje declare que no sabe si hubiera
respaldado a Aburto en su crimen: “Yo le hubiera dicho que iba a ser una cuestión de su
propia responsabilidad. No le hubiera dicho ni sí ni no”12.
Estas tres muestras de apoyo a Aburto dejan ver que en el paso que dio él no está
solo, que las ideas que le dan fundamento a su acto son sostenidas también por otros, que
éstos reivindican su proceder y las consecuencias que trae consigo, aunque ellos no tengan
la determinación y el arrojo que él tuvo –el mejor ejemplo de esto es el fundador del
extraño partido con sede en Tijuana, cuya posición subjetiva es radicalmente distinta a la de
Aburto. ¿Fue influenciado por algunos de estos grupos o personajes? La pregunta puede ser
respondida con otra: ¿Acaso hay un sujeto que actúe al margen de la influencia del lazo
social en el que habita? Tal influencia no lo convierte en una marioneta de los dictados de
otros, no le expropia a ese sujeto su participación subjetiva en las acciones que lleva a cabo.
Esta es la cuestión que Mario Aburto se esfuerza por dejar en claro.
El día que Aburto recibe la misiva mencionada arriba, le comenta al custodio
encargado de sacarlo al patio de la prisión:
‘Oficial sabe que me llegó una carta de la ciudad de Texas, en la cual me dicen que
se me reconoce en la Unión Americana como un héroe nacional, y en esa carta me
manifiesta mi amigo que los paisanos están orgullosos de mi, ya que por mi los
12
El fundador del PUA abunda en la entrevista: “Mario Aburto con todas sus imperfecciones que pudiera
tener, representa a cuarenta, cincuenta millones de gentes en la pobreza que tiene este gobierno déspota que
tenemos. Hay todavía cincuenta millones de gentes, Marios Aburtos en potencia”. Blancornelas J., González
H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa. De lomas taurinas a los pinos. México, Océano; 1997. p. 165 (Por
cierto, este libro está escrito precisamente por quienes dirigen en aquel momento el semanario Zeta de
Tijuana). Tampoco en este caso la Subprocuraduría Especial descarta la posibilidad de que Aburto conociera
los escritos de González Messina, sin encontrar elementos para establecer la coparticipación de éste en el
asesinato de Colosio. Tampoco encuentra pruebas de que el médico y Aburto se conocieran en persona –cosa
que el primero niega tajantemente-, no obstante que el museo de cera al que el joven obrero acostumbraba
llevar a sus novias para admirar la figura del Caballero Águila se encuentra a sólo dos cuadras y media del
consultorio de aquél. Una diferencia entre Aburto y González Messina, que no es poca cosa, es que está muy
lejos de la ideología del primero plantearse una posible anexión de México a los Estados Unidos. Aunque el
dirigente del PUA dice que esta organización cuenta con aproximadamente noventa miembros, todo parece
indicar que no tiene afiliados ni simpatizantes, por lo mismo no celebra reuniones. Ibíd. pp. 162-170. También
cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 39-40 y Tomo III. pp. 104-145.
211
estados de Michoacan, Guerrero y Oaxaca, no se encuentran levantados en armas
así como en el estado de Chiapas…’13
El joven recluso agrega que por esa razón sus paisanos le reconocen haber matado
a Colosio, que su amigo quiere también ser héroe como él y que va a asesinar a Carlos
Salinas, porque todos ellos están cansados de vivir en un país en el que los discriminan y
quieren regresar a México. Pero en su plática Aburto dice algo más, que puede darnos
algunas claves respecto a la posición en la que la reacción social dominante lo ha colocado:
Así mismo manifestó que ya está cansado de tantas entrevistas (del personal
técnico, médico, trabajo social, psicológico, etc…) y que solo espera a que venga la
prensa para manifestar que el solo realizó el asesinato de Luis Donaldo Colosio, y
como no le creen que va a estallar la bomba y que va a empezar a hablar diciendo
que el presidente Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León, Luis
Echeverría Álvarez, José López Portillo y Arturo Durazo Moreno organizaron un
complot en contra del candidato Luis Donaldo Colosio, y que le pagarón de dinero
por asesinarlo.14
Al final de su conversación con el custodio, Aburto dice: “Cuando tenga la rueda
de prensa pienso decirlo todo…”. No pierde las esperanzas de ser tomado en cuenta por la
prensa15, como lo dijo desde la primera declaración que hizo después de ser detenido.
Imagina que por fin va a tener lugar esa rueda de prensa en la que él va a ser “la persona
principal”, en la que finalmente va a ser reconocido como el que “solo realizó el asesinato
de Luis Donaldo Colosio”: sin ayuda de nadie más, sin órdenes de nadie más, dispuesto a
13
Reporte del 27 de abril de 1994, del custodio Miguel Mauricio Maldonado Zubieta, encargado de la
vigilancia de Mario Aburto Martínez en el penal federal de Almoloya de Juárez. PGR. Informe… Tomo III. p.
170 (la transcripción conserva la sintaxis y la ortografía del original). Aburto le agrega de su cosecha a la
carta: en ella no se hace referencia a los estados de la república que él menciona y el remitente nunca afirma
que piense asesinar a Salinas, aunque diga que quiere ser un héroe como Aburto. Cf. PGR. Informe… Tomo
III. p. 162.
14
Ibíd.
15
Apenas tres días antes de este diálogo había sido entrevistado por el periodista Jesús Blancornelas, director
del semanario Zeta de Tijuana, quien acudió al penal de Almoloya para tal fin. Por cierto, la manera en que el
equipo del semanario Zeta abordó este caso es una excepción en el ámbito del periodismo mexicano: después
de una minuciosa investigación llevada a cabo por sus reporteros, llegan a la conclusión de que Aburto actuó
por su cuenta, sin formar parte de conspiración alguna. Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F.
Op. Cit.
212
sacrificar su vida para salvar a la Patria... pero si insisten en no creerle… ¡entonces les va a
tomar la palabra!
Al advertir que “como no le creen va a estallar la bomba” y que entonces va a
hablar de un complot para asesinar a Colosio –en el que están implicados los personajes
más disímiles y opuestos de la política mexicana-, Aburto está anunciando un cambio en su
posición. Al principio sostiene que efectivamente él disparó sobre Colosio, que buscaba
herirlo para dar a conocer ante las cámaras de televisión el peligro en que se encontraba el
país y así evitar que en otros estados ocurriera lo mismo que en Chiapas. Después asegura
que se trató de un accidente, que quería asustar al candidato disparándole a los pies cuando
vio que éste empujó a una señora que quería entregarle unos papeles, entonces sacó su
pistola, pero en ese momento tropezó, fue golpeado por alguien en la multitud y el arma se
disparó. Posteriormente va a negar que haya hecho disparo alguno, que ese día portara un
arma, incluso que se encontrara cerca de Colosio:
…yo no hice el disparo (…) iba adelante del licenciado Colosio (…) yo escuché
dos disparos (…) la persona golpeada (que se aprecia en el video) ésa sí soy yo (…)
cuando se oyen los disparos yo volteo y en el momento en que volteo me jalan (…)
yo no puedo saber gran cosa, por qué, porque en un momento así quién se va a dar
cuenta, o sea uno no se va a dar cuenta de qué fue lo que pasó ni siquiera, yo no, no
supe de dónde habían salido los dos disparos (…) jamás estuve cerca de él (…)
siempre fui adelante del licenciado16.
Esta versión es muy similar a la sostenida por su padre y por su hermano: él fue
utilizado por quienes planearon y llevaron a cabo el asesinato de Colosio. Respecto al arma
en esta ocasión dice:
… pues la pistola que supuestamente están presentando que era mía, esa pistola no
es mía (…) no es la mía (…) esa vez yo jamás llevaba pistola” […] NO señores yo
vendí la pistola” […] en la PGR de Tijuana me hicieron agarrar una pistola, con
16
PGR. Informe… Tomo II. p. 447 (los paréntesis incluidos en el texto corresponden al original). Estas
declaraciones fueron hechas en la entrevista que la “Comisión de seguimiento a las investigaciones del
homicidio del licenciado Luis Donaldo Colosio Murrieta”, de las cámaras de diputados y senadores, llevó a
cabo con Aburto en el penal de Almoloya, el 28 de marzo de 1996.
213
qué fin, hasta ahora me estoy dando cuenta con qué fin era, para dejar mis
huellas…17.
Para sostener esta nueva versión de lo ocurrido, desplegada en una entrevista con
una comisión plural de legisladores, Aburto va a relatar que el día del crimen en las oficinas
de la PGR en Tijuana le dijeron que ahí mismo había otro individuo que decía llamarse
Mario Aburto Martínez. Que fue entonces que decidió llamar a su madre –“quién mejor va
a reconocer a su hijo”- y que al llegar ésta la pasaron primero al lugar donde estaba el
“supuesto Mario Aburto”, al que momentáneamente confundió con su hijo. De esta manera
contradice el testimonio de su madre, que niega haber sido presa de tal confusión, además
de que insinúa la participación del agente del Cisen en el asesinato de Colosio18.
Aburto les toma la palabra a todos esos que no le creen: si quieren un complot ¡ahí
lo tienen! Sería un error reducir estos cambios en su posición al solo intento de reducir su
sentencia penal. Al decir que no sabe qué fue lo que pasó, al no reconocer sus huellas, al
negar su acto y atribuírselo a un doble, no hace más que tomar por su cuenta el rumor que
sitúa al autor del crimen en el interior del régimen; aunque al proceder así, Aburto termina
por renunciar a ese lugar que su acto intentaba otorgarle y revalida la forclusión de la que
ha sido objeto por parte del decir popular. Este “se dice” es una formación colectiva que
pertenece al campo del lenguaje, por lo que no tiene autor ni origen identificables, pero es
transmitido por el decir de cualquiera –es el caso de quien asevera: “… nadie puede creer
que un chamaquito de veintitantos años por sí solo, le haya dado de balazos a un hombre
que sin duda era una opción para gobernar al país…”19. Esta situación, basada en una
17
Ibíd. Durante la entrevista con los legisladores, Aburto se muestra dueño de la situación: les pregunta,
“cuántos abogados hay (entre ellos) que conozcan bien de leyes”, porque según él, “no soy un erudito en la
materia en derecho, ni nada por el estilo, pero creo que es la única manera en que me puedan entender un
poco mejor…”; después de lo cual su discurso hace alarde de conocimiento de términos jurídicos. Respecto al
llamado Libro de Actas acepta que lo escribió de su “puño y letra”, aunque afirma que fue alterado les
propone a sus interlocutores que lo publiquen, para “que sea la gente la que tomen su decisión y diga en
verdad, que se forme un concepto”.
18
PGR. Informe… Tomo III. pp. 66-67. Previamente, el 15 de agosto de 1994, en un pliego de alegatos
escrito de su puño y letra, presentado ante el Juez Primero de Distrito en el Estado de México, Aburto acepta
haber disparado contra Colosio, si bien agrega que fue “un accidente”, e involucra al agente de Gobernación
en el segundo disparo: “… han borrado y ocultado pruebas que me pueden servir para el esclarecimiento del
caso y poder comprobar de que efectivamente fue un accidente, y que una persona tal vez compañero de ellos
o de seguridad nacional hizo el segundo disparo”. Ibíd.
19
González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994,
marzo 26.
214
especie de axioma compartido socialmente, que sostiene que un crimen en contra del poder
sólo puede provenir del poder, por lo menos le permite a Aburto seguir teniendo un lugar
protagónico: como la otra víctima del asesinato de Colosio. Sí, él es la víctima de una
conspiración.
Un amo conspira
El rumor que señala a una conjura como la causa del asesinato de Colosio surge
como el único asidero colectivo que permite darle sentido a un momento político marcado
por la incertidumbre ante la caída del sistema de referencias que organizaba la cosa pública
en México. Si bien existía el antecedente de la crisis política de las elecciones del `88,
cuando Salinas toma posesión de la presidencia en medio de acusaciones generalizadas de
fraude electoral, los acontecimientos de 1994 desarticulan algunos de los engranajes
fundamentales del régimen. La paz social que durante décadas había servido como un
argumento legitimador del autoritarismo priísta, llega a su fin con la rebelión armada de los
zapatistas. La tradición sucesoria que tenía sus momentos culminantes en el “dedazo” y el
“destape”, queda interrumpida con el homicidio del candidato oficial. El poder presidencial
que otrora fuera considerado absoluto, se encuentra súbitamente limitado en sus márgenes
de acción por las nuevas circunstancias políticas. Los esquemas tradicionales de
explicación de la vida política mexicana no son suficientes para dar cuenta de una crisis
política que ha dislocado a la maquinaria del poder del régimen más longevo del siglo XX.
Particularmente el asesinato del candidato priísta presenta rasgos que hacen vacilar
a los intentos de darle un sentido: el acto de un joven obrero que con toda facilidad se
acerca al candidato y sin que nadie se lo impida dispara sobre él; la muerte de un personaje
público que para vastos sectores de la sociedad mexicana aparece todavía como el heredero
de la institución presidencial, alrededor de la cual se articula el funcionamiento del régimen
de partido de Estado; esta muerte, además de producir un cadáver real, un resto humano, es
una herida mortal en la cabeza de ese régimen, al poner en entredicho a la figura que
concentra el poder del Estado, alterando los rituales que constituyen a éste y le dan impacto
ceremonial a la acción de gobierno. Es en respuesta a esta situación inédita que surge el
215
rumor que atribuye el asesinato de Colosio a una conjura dirigida desde las altas esferas del
poder. Esta versión de la voz popular tiene la estructura de una “teoría de la conspiración”
que busca aportarle sentido a un real que escapa al sentido.
Tal teoría conspirativa supone que el crimen del candidato del PRI fue planeado y
ejecutado por un poder capaz de controlar a una gran cantidad de personas (el “asesino
material” y sus cómplices en la escena del crimen), manipular instituciones (policíacas,
judiciales, académicas), sobornar y/o coaccionar a peritos nacionales y extranjeros (del FBI,
de la policía científica española), silenciar a quienes hayan podido encontrar alguna prueba
de la conjura, suplantar al verdadero asesino, nombrar a un nuevo candidato presidencial a
su conveniencia y engañar indefinidamente a la opinión pública nacional e internacional20.
Todo esto sin dejar ninguna huella, sin cometer ningún error que pueda delatar a los
conspiradores. En semejante trama no hay lugar para el azar, lo inesperado, lo accidental, la
impericia o la distracción que dejen algún cabo suelto21.
Siguiendo esta lógica conspirativa sólo hay lugar para una oposición binaria:
“asesino solitario” versus “conspiración”. Pero ambos términos suponen una acción que
tiene su origen en la voluntad individual –prescindiendo, en el segundo caso, de un criterio
numérico: sea un individuo que concibe la conspiración y luego se asocia con otros para
ejecutarla, sea que varios individuos coinciden simultáneamente en sus propósitos, en estas
dos modalidades se trata de la voluntad individual como principio eficaz que prevalece
sobre cualquier circunstancia histórica, política y social. Esta teoría de la conspiración le
sustrae al “asesino solitario” lo que le atribuye al “conspirador”:
Es como si a nadie le cupiese la idea de que un ‘asesino solitario’, un loco
anarquista o un perturbado, fuese capaz de provocar una conmoción social de
semejante magnitud. Un resabio de la rebelión de las masas consiste en negar la
20
Todo lo cual supondría la realización del “crimen perfecto”. Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A.,
Ortiz F. Op. Cit. pp. 46-47.
21
Sobre estas características de las llamadas “teorías de la conspiración” véase: Pereda C. “Teorías de la
Conspiración”. Artefacto, 2001, 8. También: Patán J. Conspiraciones. Breve historia de la conquista del
mundo por los extraterrestres, los masones, la ONU, las élites financieras, el establishment, etc. México,
Paidós; 2005. Igualmente: Castillón J. C. Amos del Mundo. Una historia de las conspiraciones. Barcelona,
Random House Mondadori; 2006. La teoría de la conspiración de la que nos ocupamos aquí explica un
acontecimiento particular, circunscrito a nuestro país en un momento histórico determinado, por lo que no
tiene el alcance universal, que atraviesa fronteras y siglos, que tienen algunas de las teorías conspirativas que
estudian los textos mencionados.
216
posibilidad de que una voluntad individual altere, de forma tan drástica, el destino
de millones de personas. La sola mención de esta alternativa deja a la sociedad -y
en especial al gobierno- con tal sensación de desamparo y desprotección que resulta
horroroso tener que reconocerla.22
A diferencia de lo que este autor sostiene, el rechazo a la posibilidad de que un
“asesino solitario” pueda ocasionar una conmoción social como la provocada por el
asesinato de Colosio no se debe a un “resabio de la rebelión de las masas”; este factor
tampoco es lo que lleva a la negación de que una “voluntad individual” pueda alterar el
“destino de millones de personas”, para llevar a suscribir en sentido contrario la existencia
de una conspiración. La creencia, ampliamente compartida, en tal conspiración, reafirma el
papel determinante de una “voluntad individual”, pero lo que no puede admitir, a riesgo de
quedar en el desamparo y la desprotección, es que esa voluntad sea la de “cualquiera”, la de
“un chamaquito de veintitantos años”23. A esta voluntad opone otra, la voluntad omnímoda
de un amo: alguien con un poder tal como para encabezar una conjura en la que mueve a su
antojo los hilos del régimen y del gobierno. Aquella creencia le sustrae la iniciativa al
“asesino solitario” para adjudicársela a ese personaje que dirige la conspiración, cuyo poder
sería proporcional a las consecuencias políticas y sociales del crimen en cuestión, pues
parte del principio de que “tiene que haber una Causa de la misma dimensión de los males
que nos suceden”24.
Esta interpretación conspirativa se erige en oposición a las informaciones de lo
acontecido que proporciona el discurso oficial, se ostenta como más rigurosa, profunda,
informada, estando al tanto de datos encubiertos que implican a fuerzas oscuras que actúan
al margen de la ley25. En el caso que estudiamos, estos elementos aparecen en versiones
tales como la que sostiene que una mañana de principios de enero de 1994 habría tenido
lugar en Los Pinos una reunión entre Salinas, Camacho, Carpizo y Ruiz Massieu, en la que
los participantes decidieron que, una vez resuelto el conflicto en Chiapas, el nuevo
22
Volpi J. La guerra y las palabras. Una historia intelectual de 1994. México, Ediciones Era; 2004. p. 155.
González V. “Investigación total sobre el crimen de Colosio, pide Monroy Zorrivas”. El Universal. 1994,
marzo 26.
24
Pereda C. Op. Cit. p. 261.
25
Sobre estos aspectos de las teorías conspirativas cf. Pereda C. Op. Cit. pp. 242-243. También cf. Castillón J.
C. Op. Cit. pp. 20 – 21.
23
217
candidato del PRI sería Camacho26. La cuestión es que todas estas versiones que aluden a
datos encubiertos -como aquella que asegura que, el mismo día en que es asesinado,
Colosio habría recibido una llamada de Córdoba en la que éste le pide que renuncie a la
candidatura presidencial27- se basan en testimonios indirectos, en lo que algún otro dijo, en
“fuentes de información confiables”28 que sin embargo no pueden ser reveladas o su
testimonio por alguna razón no puede ser corroborado. Quien transmite esta información
secreta, que las fuentes oficiales se encargarían celosamente de ocultar a la opinión pública,
nunca puede decir: “me consta, yo estuve presente”.
Una propiedad atribuida a una conspiración de este tipo es que, habiendo
participado en ella una gran cantidad de individuos, directa o indirectamente, sea como
conjurados activos, sea como coaccionados o sobornados para colaborar, nunca deja de ser
una operación secreta, ninguno de los participantes se retracta con el paso del tiempo y
revela lo que sabe, la forma en que colaboró por decisión o por coerción. De la larga cadena
de quienes estuvieron relacionados con la realización de la campaña de Colosio, con las
circunstancias de su crimen y posteriormente con las investigaciones, nadie, hasta la fecha,
ha hecho una confesión que lo involucre con algún grado de participación en un complot ni
ha dado a conocer un testimonio directo que permita constatar la implicación de algún otro.
Para explicar esta permanencia del carácter secreto de la conspiración, el rumor
popular se ha enriquecido con relatos que atribuyen una serie de muertes violentas a la
participación que sus víctimas tuvieron en las investigaciones judiciales del homicidio de
Colosio. Según esas versiones, diversos funcionarios policíacos y de la procuración de
justicia habrían sido asesinados en distintos momentos para silenciar lo que sabían,
impidiendo así que dieran a conocer información comprometedora que revelaría la
existencia de la conjura. Sin embargo, ninguno de ellos había tenido un papel importante en
las indagatorias del caso, su intervención se había limitado a las primeras diligencias, en las
26
Arvide I. Asunto de Familia. México, Grupo Editorial Siete; 1995. pp. 65-68. Otros de los acuerdos ahí
tomados serían el cese al fuego, la designación de Carpizo como secretario de Gobernación, su sustitución en
la PGR por Diego Valadés y el nombramiento de Ruiz Massieu como dirigente del PRI una vez que Camacho
asumiera la candidatura. Esta versión confluye con aquella que señala que Ruiz Massieu fue asesinado en
septiembre de ese año debido a su posterior desacuerdo con las decisiones tomadas en dicha reunión.
27
Cf. PGR. Informe… Tomo I. p. 44 y Tomo IV. pp. 201-206. Cf. también supra el capítulo IX. La
conspiración del rumor, el rumor de la conspiración.
28
Arvide I. Op. Cit. p. 65.
218
que participaron junto a varias decenas de personas: funcionarios de diversos niveles,
policías de distintas corporaciones locales y federales, peritos, agentes del ministerio
público29.
La estructura de una teoría de la conspiración excluye la posibilidad de que sea
comprobada30. Si tal eventualidad fuera posible la conjura perdería sus cualidades más
notables: no dejar huellas, no cometer errores, estar conformada por datos encubiertos,
proceder por operaciones secretas y estar impulsada por poderosas fuerzas ocultas. Si
alguien ajeno a ella puede acceder a los datos que comprueban la existencia de la
29
El más difundido de estos casos es el de José Federico Benítez López, director de Seguridad Pública
Municipal de Tijuana, asesinado treinta y cinco días después del crimen del candidato priísta. Su participación
en el caso había estado circunscrita a los primeros momentos: un “Grupo Táctico” bajo su mando colaboró
indirectamente en el acto de Lomas Taurinas, resguardando la seguridad en los alrededores de la colonia
popular; este mismo grupo atajó y después escoltó al vehículo en que los miembros del Estado Mayor
Presidencial trasladaban a Aburto, después de detenerlo en el lugar de los hechos, de Lomas Taurinas a las
instalaciones de la PGR en Tijuana; circunstancialmente le tocó recibir el baúl con “El libro de Actas” y otras
pertenencias de Aburto, del cual hizo entrega inmediata a un agente del Ministerio Público Federal. Según
una versión, Benítez es asesinado, junto con su escolta, por realizar una investigación paralela a la de la PGR
sobre el homicidio de Colosio. Otra versión dice que fue asesinado porque los miembros del Estado Mayor
Presidencial no le perdonaron a Benítez que el grupo bajo su mando los hubiera detenido cuando trasladaban
a Aburto a la PGR de Tijuana, exigiéndoles a los integrantes del EMP que se identificaran, para después
escoltarlos hasta esa institución; con lo cual se supone que el grupo bajo órdenes de Benítez habría impedido
que desaparecieran o suplantaran a Aburto. En los últimos días antes de su muerte, Benítez había comentado
con su secretaria particular y con algunos de sus colaboradores cercanos que había estado recibiendo
amenazas de muerte después de que descubrió un cargamento de dos toneladas de cocaína y se negó a recibir
un soborno de los narcotraficantes implicados. Tanto los superiores como los subordinados del funcionario
aseguran que éste no se encontraba realizando investigación alguna del crimen de Colosio. Cf. Reveles J. “Te
paras, se identifica o disparo”. El Financiero. 1995, marzo 20. También cf. PGR. Informe… Tomo I. pp. 4950.
Al parecer, tal como le ocurrió a Benítez, también los demás funcionarios y policías que murieron –dos ex
delegados de la PGR en Baja California, un ex subdelegado de esta misma institución, un exagente del
Ministerio Público Federal, un comandante de la Policía Judicial Federal-, fueron ejecutados por individuos
ligados al narcotráfico o murieron en enfrentamientos con bandas de narcotraficantes Esta lista de muertes
violentas incluye además a un habitante de Lomas Taurinas, que junto con otros vecinos custodió la bala
encontrada en el lugar en que Colosio cayó herido, quien posteriormente falleció en un accidente
automovilístico. Sobre todos estos casos cf: PGR. Informe… Tomo I. pp. 49-50 y 206-213.
30
En relación con este punto Volpi escribe: “A diferencia de lo que ocurre con cualquier otra explicación de
la realidad, una conjura no necesita ser probada: de antemano se sabe que sus motivos son misteriosos y sus
autores decididamente perversos, por lo cual nadie está autorizado a ponerla en duda”. Volpi J. Op. Cit. p.
156. En el caso que estudiamos, el rumor que le imputa el asesinato de Colosio a una poderosa conspiración
rebosa en la atribución de motivos. Éstos aparecen bastante claros para la voz popular: al ver amenazados sus
intereses, Salinas o algún otro personaje poderoso decide eliminar a Colosio, para lo cual urde una conjura en
alianza con otros que coinciden con sus objetivos; después de lograr su propósito designan a un nuevo
candidato que les permita seguir ejerciendo el poder tras el trono y preservar así sus privilegios políticos y
económicos.
219
conspiración, ésta queda desprovista de la cuasi-perfección que le da sustento a la teoría
que la postula31.
La contraparte de los rasgos inquietantes de una teoría conspirativa está dada por
la coherencia que ella hace posible:
El mundo de los que creen en las conspiraciones tiene una coherencia de la que
carece el mundo real: en el mundo real las cosas no siempre se ajustan a la lógica,
mientras que en el de las tesis conspirativas todo parece hacerlo.
Los que creen en conspiraciones no creen en accidentes. Al contrario que la
realidad que siempre está expuesta a los accidentes y la estupidez humana, las tesis
conspirativas siempre cuadran una vez puestas por escrito. Es el más evidente de
sus múltiples encantos.32
Sólo agregaríamos que el rumor es también una forma en la que una teoría de la
conspiración queda escrita, tanto en las huellas impresas que deja sobre papel como en las
que deja en la memoria popular que transmite relatos que atraviesan las generaciones. La
atracción que ejerce una teoría de este tipo, que puede sobrevivir en estado larvario durante
varias generaciones, está ligada al constreñimiento que le da su organización, en la que se
acomodan todas las piezas que de otro modo no mantienen relaciones evidentes entre sí y
que resultan enigmáticas al ser consideradas fuera de esa evidencia. Cada información
adicional, cada nuevo dato, son engullidos para alimentar la maquinaria conspirativa. Se
produce un orden que excluye lo incomprensible y que por lo mismo pone fin a cualquier
incertidumbre. La teoría de la conspiración aparece entonces como portadora de un saber en
el que todas las piezas encajan sin dificultad; un fenómeno que es propio, aunque no
exclusivo, de la política: “… la idea de que el saber puede constituir una totalidad es, si
puede decirse así, inmanente a lo político en tanto tal”33.
Semejante portento sólo puede ser sostenido por un amo que detenta un poder y un
saber ilimitados. Sólo él es capaz de realizar todas las proezas necesarias para echar a
31
Julio Patán describe así una de las características de las teorías de la conspiración de alcance universal que
él estudia: “… debido a la capacidad de planeación y ejecución que se tribuye a sus perpetradores y a los
medios inagotables con que cuentan, las conspiraciones que describen parecen libres de fallos. Se refieren, en
una palabra, a conspiraciones perfectas, o poco menos”. Patán J. Op. Cit. p. 13.
32
Castillón J. C. Op. Cit. p. 313.
33
Lacan J. El Reverso del Psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1992 p. 31.
220
andar, impulsar y mantener encarrilada la maquinaria de la conspiración. Su voluntad
soberana somete a instituciones, tecnologías, grupos e individuos. Pero además, su
poderosa intervención le otorga sentido a lo que se presenta como vacío de sentido. Ese
sentido tiene la apariencia de la plenitud, en él los elementos que estarían disjuntos quedan
englobados en una esfera en la que todos encuentran su acomodo y se tornan
comprensibles. Así, se pone fin a la incertidumbre, dando lugar a un discurso que se
considera unívoco, el discurso del amo34: la voluntad todopoderosa del amo es la que hace
posible que la conjura esté libre de fallas, que se acerque a la perfección. El proceder del
amo aparece como infalible, una característica del falo, que se muestra engañosamente
como lo que no es, con una potencia que no le pertenece.
En el imaginario popular de nuestro país, si hay un personaje que reúne las
características necesarias para ocupar el lugar de ese amo, capaz de orquestar una
conspiración como la descrita, es el presidente de la República. De ahí el rumor que señala
a Salinas como el cerebro de un complot que llevó a cabo el asesinato de Colosio. Hasta
épocas muy recientes, del presidente de México se podía decir:
Si hay algo en lo que hasta hace poco estaban de acuerdo los mexicanos es que su
presidente lo puede todo. Desde siempre se le atribuyó un poder inmenso, al que
nada le está negado; un poder casi mágico, sin límites.
Todavía hace unos meses, casi nadie ponía en duda que el también llamado,
paradójicamente, primer mandatario, era el jefe de todo: jefe de Estado, jefe de
gobierno, jefe del ejército, jefe del partido en el poder, jefe de los tres poderes del
Estado: ejecutivo, legislativo y judicial.
Una frase o lugar común para poner fin a cualquier discusión era: ‘En este país no
se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad presidencial’.35
34
El discurso del amo es uno de los cuatro discursos que Lacan propone a partir del discurso del analista. Esta
lista, que luego será ampliada con el discurso del capitalismo, no es exhaustiva, sino que delimita estructuras
discursivas que toman relevancia a partir del surgimiento en la cultura del discurso del analista. La distinción
entre los cuatro discursos se establece a partir del término que en cada uno desempeña el papel de agente: el
sujeto escindido en el discurso de la histérica, el saber en el discurso universitario, el significante amo en el
discurso del amo y el objeto causa del deseo en el discurso del analista. Lacan especifica que el del debe ser
tomado como genitivo objetivo, v. gr. El discurso del amo es el que discurre acerca del amo. Cf. Lacan J. El
Reverso del Psicoanálisis. Ed. Cit.
35
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. p. 45.
221
La descripción deja ver los alcances del poder que el Presidente efectivamente
había concentrado en su función de columna vertebral del régimen de partido de Estado y
los del poder que la tradición popular le ha atribuido. Este último es equiparable al poder
que el dicho popular le concede a Dios: “no se mueve la hoja de un árbol sin su voluntad”.
La semejanza establecida entre los dos parece confirmar la aseveración de Karl Popper que
sitúa a la teoría conspiracional de la sociedad como “el resultado típico de la
secularización de las supersticiones religiosas”36. De este modo se establece un
determinismo lineal en el que una voluntad absoluta, como la de Dios, cumple el papel de
principio explicativo de lo que ocurre en una sociedad.
Ese punto de vista contrasta con lo que ocurre en las conspiraciones que en efecto
tienen lugar en el mundo de la política. Éstas encuentran las limitaciones propias de una
acción que se lleva a cabo en un terreno conformado por grupos de poder, intereses
políticos y económicos divergentes, aparatos institucionales, hábitos culturales e individuos
que pueden cometer errores o fallar en sus propósitos. De tal manera que no es raro que una
conjura fracase en su ejecución o que por lo menos sus resultados difieran
considerablemente de su concepción inicial. Estas imperfecciones ocurren tanto cuando
está organizada contra el poder como cuando está dirigida desde éste, aun cuando la
correlación de fuerzas pudiera ser más favorable a los objetivos de la conjura cuando cuenta
con las ventajas que da el ejercicio del poder establecido37. No siempre es fácil establecer
una línea divisoria entre conspiraciones reales y teorías de la conspiración –hay ocasiones
en que aquéllas usan a éstas como argumento38-, pero si hay un índice que permite
36
Popper K. R. “Predicción y profecía en las Ciencias Sociales”. En: Popper K. R. Conjeturas y refutaciones.
El desarrollo del conocimiento científico. Barcelona, Paidós; 1972. p.409.
37
“… si bien en su origen las conjuras se entendían como reuniones de sujetos exteriores al poder que
planeaban asaltar el poder –ésa era la idea que se tenía desde Catilina hasta Napoleón-, el siglo XX ha
revertido sus efectos. A diferencia de lo que ocurría en la antigüedad, ahora no se entiende el sentido de una
conspiración si no se la hace nacer directamente de los entresijos de las élites económicas o políticas. Surgida
durante el zarismo en la forma de los Protocolos de lo sabios de Sión, perfeccionada por Stalin y llevada a su
culminación por Hitler tras el incendio del Reichstag, el uso de la teoría de la conspiración como raison
d’État ha excedido desde entonces el ámbito de los regímenes autoritarios. En una sintomática inversión de su
esencia, la conjura no es más un arma contra el poder que un arma del poder contra sus enemigos”. Volpi J.
Op. Cit. p. 156.
38
Un ejemplo de esto es la utilización que hizo el nacionalsocialismo alemán de la teoría de la “conspiración
judía mundial”, para justificar la política de Estado que condujo a la creación de los campos de concentración
y exterminio y a la llamada “solución final” durante la Segunda Guerra Mundial. Cf. Patán J. Op. Cit. pp. 75145. También: Popper K. R. Op. Cit. p.409.
222
distinguirlas es éste: las primeras no carecen de fallas y su éxito es parcial, las segundas
poseen la fuerza seductora de lo infalible.
En el caso que estudiamos el rumor de la conspiración se convierte en “arma de
castigo de la sociedad” en contra de la clase gobernante, al mismo tiempo que cumple la
función de “juicio político nacional” que condena a los miembros de esa clase que
considera culpables del asesinato de Colosio39. La murmuración popular forma parte de una
tradición que desconfía sistemáticamente de las declaraciones provenientes del gobierno y
sus representantes:
El rumor es, en una proporción enorme, la respuesta social a las mentiras del
gobierno. No es sólo eso desde luego, involucra grados de experiencia personal y
social, informaciones verídicas, intuiciones conjuntas que resultan asombrosamente
exactas. Pero en las actitudes gozosas de quienes aceptan sin más el rumor y lo
difunden, hay malignidad, revanchismo, la credulidad que complementa a la falta
de credibilidad. En la cultura del rumor creer lo que sea es el método para continuar
la publicidad del gobierno y de los empresarios. Este es el razonamiento:
‘Abandono mi estructura lógica y le doy el beneficio del gozo a este rumor para no
volver a creer en las interpretaciones que al cabo de un día exhiben su falsedad. Si
difundo, un tanto condimentado, el rumor me afilio a la línea de explicaciones
Desde Arriba’.40
Partiendo de lo anterior se puede establecer una fórmula: la credulidad que le da
sustento al rumor es inversamente proporcional a la falta de credibilidad del gobierno. La
primera toma su impulso en el vacío que deja la ausencia de la segunda. Y si bien es cierto,
como dice Carlos Monsiváis en la cita anterior, que para quien transmite el rumor está en
juego “el beneficio del gozo”, en otras palabras, la revancha que va de la mano del goce de
la degradación del poderoso –que no tiene por qué producirse a expensas de la “estructura
lógica” del participante del rumor, pues la teoría conspirativa posee una lógica que no está
exenta de rigor-, también es cierto que ese mismo movimiento reafirma el poder del amo.
El rumor que le atribuye a Salinas, o a un personaje que participaría de un poder como el
suyo, la autoría de esa portentosa conspiración para asesinar a Colosio, permanece girando
39
40
Monsiváis C. “El rumor y las hipótesis”.El Financiero. 1994, abril 10.
Ibíd.
223
alrededor de un amo, alimenta la fascinación hipnótica dirigida al poder de una figura a la
que admira y repudia por igual. Al atribuirle una acción tan siniestra como perfecta lo
ratifica en su lugar de amo. Si esta modalidad de la voz popular aporta un sentido a lo que
no lo tiene, es en la medida en que devuelve al terreno del poder lo que escapa al poder: no
hace más que reintegrarle a la figura del presidente un poder desmedido que ya perdió,
como lo demuestran aquel crimen y las circunstancias que lo hicieron posible.
Los medios juegan un papel determinante en el surgimiento y transmisión de este
rumor. Las televisoras exhiben incesantemente el video en el que una mano se alza entre la
muchedumbre, acerca una pistola al candidato priísta y dispara sobre él. Una y otra vez
millones de televidentes se convierten en espectadores de la escena en que Colosio camina
entre la multitud y un segundo después cae mortalmente herido, ese momento en el que está
vivo y un instante después ya no lo está, pasaje sin retorno que el real del tiempo impide
volver atrás como lo permite el poder de la tecnología. Aquellas emisoras junto con las
estaciones de la radio y la prensa escrita se encargan de poner en duda la identidad de
Aburto, difunden la existencia de dos armas y dos tiradores, constatan los movimientos de
la “acción concertada”, aseveran la existencia de un crimen de Estado, discurren sobre los
presuntos implicados –todo eso contando con la colaboración voluntaria e involuntaria de
las autoridades encargadas de la investigación; destacadamente, en los primeros meses, con
la del subprocurador especial Miguel Montes. La magnitud del suceso llama a la
especulación y los medios tienen que ofrecer a sus audiencias un objeto suficientemente
atractivo, la noticia deseada: “aquella en la que la opinión pública quiere creer”41. La
versión de un asesino que actuó por su cuenta, cualesquiera que sean las causas que lo
llevaron a ello, no vende. Es necesario mantener vivas las escenas, rastrear las pistas y darle
forma a los relatos que alimenten la sospecha de la conspiración. Prolongar la intriga por
capítulos en los que cada entrega puede ser más escandalosa que la anterior, dándole
nuevas oportunidades al goce de denostar a los jerarcas del grupo en el poder.
Por su parte, el gobierno está obligado a probar que Aburto forma parte de una
conspiración. Cualquier otra conclusión de las investigaciones es inaceptable para la
41
Wiñazki M. La noticia deseada: Leyendas y fantasmas de la opinión pública. Buenos Aires, Marea; 2004.
p. 9.
224
opinión pública. Esta circunstancia constituye un callejón sin salida: si admite la existencia
de la conjura, el gobierno acepta simultáneamente que en el asesinato de Colosio
participaron sectores del grupo gobernante; si niega esta posibilidad y afirma la acción de
un “asesino solitario”, expone públicamente su propia fragilidad y la del régimen, además
de caer en el descrédito. Ambos desenlaces se vuelven en su contra. El impasse está
constituido de tal manera que el caso queda condenado a no poder ser resuelto jamás, como
lo muestra el siguiente editorial de La Jornada, publicado poco antes de cumplirse diez años
de la muerte del candidato priísta:
Cuando están por cumplirse 10 años del asesinato de Luis Donaldo Colosio, las
demandas de esclarecimiento vuelven a ocupar el centro de la escena política y
retornan las sospechas –nunca despejadas- de que el sacrificio del candidato priísta
a la Presidencia en Lomas Taurinas, en 1994, fue un crimen urdido en las entrañas
del poder público. Tal vez Carlos Salinas de Gortari sea, como alega, inocente de
ese crimen, pero es un hecho que no quiso o no pudo realizar una investigación
verosímil del homicidio, y le corresponde, en esa medida, una grave
responsabilidad. Baste recordar que ni Salinas es capaz de defender en público la
hipótesis del ‘asesino solitario’. Otro tanto puede decirse de Ernesto Zedillo: acaso
no haya estado implicado en el crimen, pero su gobierno fue incapaz, por ineptitud
o por designio, de limpiar la desaseada pesquisa que heredó, profundizarla y
establecer la verdad de lo ocurrido, y resulta, asimismo, corresponsable de esta
asignatura pendiente. Y así sea por no haber hecho justicia, hoy uno y otro resultan
blanco de la sospecha.42
La estructura argumentativa de este texto no deja elección: la única manera de
hacer justicia es probando la existencia de la conspiración y castigando a quienes
participaron en ella. Una conclusión distinta a ésta sólo puede dejar caer la sombra de la
sospecha sobre los mandatarios priístas que tienen en sus manos las riendas del Estado y
del gobierno durante y después del asesinato de Colosio: Salinas y Zedillo. El hecho de que
Aburto esté en prisión purgando una sentencia por un crimen que en su momento aceptó
haber cometido, sólo puede ser una prueba de que no se ha hecho justicia.
42
“Colosio y otras asignaturas pendientes”. La Jornada. 2004, febrero 13.
225
Partiendo de esta perspectiva, cualquier resultado parcial de las investigaciones
que no agregue elementos a la demostración de la conjura es considerado inválido o de
plano sospechoso de encubrir a los “verdaderos culpables”, lo cual fuerza al hallazgo
ficticio de “pruebas” de la conspiración. El ejemplo más notorio de esto es la gestión de
Pablo Chapa Bezanilla al frente de la Subprocuraduría Especial para el Caso Colosio.
Nombrado por Zedillo al inicio de su gobierno, Chapa va a empeñarse en sostener la tesis
de la acción concertada, para lo cual insiste en la existencia de un segundo tirador. Dos
meses después de haber asumido su cargo como subprocurador especial, y un poco antes de
cumplirse un año del asesinato de Colosio, Chapa detiene y consigna como autor del
segundo disparo a un joven priísta de Tijuana que había colaborado como chofer en la gira
de Colosio por esta ciudad y que se encontraba a la izquierda del candidato cuando éste es
herido43. Posteriormente el inculpado será absuelto por el juez del caso, al no encontrar
elementos probatorios, considerar que los tres testimonios en los que se basaba la acusación
eran “extemporáneos, incongruentes y contradictorios” y concluir que los testigos fueron
inducidos y recibieron pago por cambiar sus declaraciones –al inicio de las investigaciones
no señalaban al presunto segundo tirador, después afirmaban haberlo visto empuñando un
arma, lo cual desmintieron los videos filmados en Lomas Taurinas, e incluso disparar en
contra de Colosio44.
43
Othón Cortés Vázquez es el nombre del acusado.
Chapa es el tercero de los fiscales especiales del caso Colosio. En el capítulo anterior mencionamos que la
gestión del primero, Miguel Montes García, queda marcada por su retractación respecto de la tesis de la
acción concertada. Al renunciar éste, después de tres meses y medio de labores, Salinas nombra fiscal del
caso a Olga Islas de González Mariscal, quien se cuida de asumir una postura específica en relación con la
posible existencia de coautores o cómplices del crimen. Su administración dura cinco meses, durante los
cuales Aburto es condenado a 42 años de prisión por el homicidio de Colosio –después de que Aburto apela a
la sentencia, ésta será ampliada a 45 años. El 16 de diciembre de 1994 Zedillo designa a Chapa fiscal especial
encargado de investigar los homicidios de Luis Donaldo Colosio Murrieta, de José Francisco Ruiz Massieu y
del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo –previamente, al tomar posesión de la presidencia, Zedillo había
puesto la Procuraduría General de la República en manos de un panista: Antonio Lozano Gracia. Chapa
termina su gestión de veinte meses en medio del escándalo, al salir a la luz pública la inducción y el pago de
testigos en el caso Colosio, además de “la siembra” de un cadáver que localiza con las indicaciones de una
vidente; cadáver que supuestamente sería el del diputado priísta Manuel Muñoz Rocha, quien presuntamente
habría sido asesinado por Raúl Salinas de Gortari, después de haber sido cómplices en el homicidio de Ruiz
Massieu. El cuarto y último fiscal del caso Colosio, Luis Raúl González Pérez, toma posesión el 31 de agosto
de 1996 y es designado también por Zedillo. Después de poner orden y ampliar considerablemente las
investigaciones, el 21 de octubre del 2000 deja el caso en reserva -“… a la espera de que surjan datos que
pudieran modificar las conclusiones que hasta ahora se han obtenido”-, tras concluir que “de lo actuado hasta
este momento no han resultado elementos que permitan sustentar acusación en contra de alguna persona,
como presunto cómplice o instigador de Mario Aburto para la ejecución del crimen, o que alguien, además de
44
226
Por otro lado, al considerar que cada acción está calculada con precisión, la teoría
conspirativa también excluye lo que puede ser muestra de improvisación o de desconcierto
en el proceder. Es el caso de lo que ocurre con las indagatorias judiciales en las primeras
horas posteriores al homicidio de Colosio. En ausencia de un mando central que ponga
orden en las averiguaciones y en la información recabada, intervienen simultáneamente: el
Estado Mayor Presidencial, la Policía Municipal de Tijuana, la Policía Judicial del estado
de Baja California, la Policía Judicial Federal y la delegación de la Procuraduría General de
la República en Tijuana –en la cual intervienen en paralelo dos mandos: el subprocurador
de Delegaciones y el de Averiguaciones Previas. Esta situación empieza a modificarse a
partir del arribo a Tijuana del procurador general de la República, Diego Valadés, y del
momento en que la institución a su cargo ejerce la facultad de atracción del caso hacia el
fuero federal. Entre el instante en que Colosio cayó herido (17.05 hora local de Tijuana) y
la llegada del titular de la PGR (22 horas aproximadamente) transcurrieron sólo cinco
horas; tiempo suficiente para producir un cúmulo de irregularidades:
Así, se ha observado que en las primeras diligencias faltó un método, se actuó con
carencias técnicas, fue precario el control del Ministerio Público sobre la Policía
Judicial, no se preservó debidamente el lugar de los hechos, se incurrió en
contradicciones y deficiencias.45
Sin embargo, el caos no desparece inmediatamente. Una muestra de ello es que
tres días después del crimen nadie había identificado todavía a un miembro del grupo de
seguridad organizado por el PRI de Tijuana, Tranquilino Sánchez Venegas, que iba a un
lado de Colosio en el momento del atentado, tratando de “abrir valla” entre la multitud. Fue
hasta que Sánchez Venegas aparece en una fotografía de un diario de San Diego California,
y después de ser identificado por el responsable de crear aquel grupo de seguridad, que los
agentes de la PGR empiezan a buscarlo. Lo encuentran platicando tranquilamente en las
oficinas del PRI local, presumiendo con sus conocidos por haber salido en la prensa.
él, acordó o preparó su realización”. PGR. Informe… Tomo I. pp. 61-62. Desde entonces el expediente está
resguardado en una bóveda de seguridad. Sobre el desempeño de los cuatro fiscales véase también: PGR.
Informe… Tomo I. pp. 437-453. Y: Venegas J. M. y Castillo G. “A diez años de la muerte de Luis Donaldo
Coloso. Duda y descrédito, las conclusiones”. La Jornada. 2004, marzo 23. Sobre Chapa en particular cf.
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 240-241.
45
PGR. Informe… Tomo I. p. 440.
227
Después de sufrir torturas durante cinco días, va a ser acusado de asociación delictuosa para
dar muerte al candidato del partido al que había servido voluntariamente46.
Si el relato anterior dejar ver el modus operandi cotidiano de las policías y las
instituciones encargadas de la justicia en México –desorganización en los procedimientos
judiciales, deficiencias técnicas, lagunas en la información, tortura, etc.-, es necesario tener
en cuenta que el asesinato de Colosio constituye una situación extraordinaria que desborda
considerablemente las precarias capacidades existentes:
La investigación estuvo inmersa en un contexto de sorpresa, falta de estrategia
sobre las indagaciones y proyectó carencias en los ámbitos técnico, ministerial y
pericial, pues la magnitud del homicidio rebasó las habilidades del personal técnico
que las realizaba.47
Es difícil hacer coincidir tal despliegue de ineptitud y arbitrariedad con la idea de
una conjura cuidadosamente planeada, por eso para la teoría conspirativa no tienen cabida
todos estos aspectos que ponen en cuestión la creencia en la que se funda. A menos que esta
teoría recupere sus fueros planteando que la conspiración aprovecha a su favor, por
conocerla de cerca, esa peculiar manera de proceder de las instituciones de procuración de
justicia en nuestro país. Es decir, que la maquinación escrupulosa de la conjura incluye
entre sus cálculos la manera de ocultarse detrás de las fallas y deficiencias mencionadas.
Sólo de esta manera queda salvada la voluntad absoluta del amo que urde la conspiración.
Ella es la excepción a la regla de la costumbre tan mexicana del “ai-se-va”: la práctica
ampliamente compartida de hacer las cosas “al aventón”, improvisadamente, sin cuidado
por las consecuencias o el resultado final –de lo cual dan un inmejorable ejemplo esas
primeras averiguaciones después del asesinato de Colosio. Esta forma de proceder es
también el llamado a alguien que diga cómo hay que hacer las cosas, que dicte las órdenes a
acatar, un amo al cual obedecer. La voluntad poderosa que conspira está en las antípodas de
ese hábito de la negligencia y al mismo tiempo tiene la sagacidad de usarlo de máscara. Las
siniestras habilidades que le son atribuidas son proporcionales a la admiración que
46
Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 83-86. Como todos los que fueron
acusados con él, Tranquilino Sánchez fue posteriormente declarado inocente y liberado por falta de pruebas.
47
PGR. Informe… Tomo I. p. 442.
228
despierta. Su capacidad de engañar es superior a la que Aburto le concede al Imperio contra
el que lucha: puede engañar a todos todas las veces48.
Conspiranoia
Es posible encontrar una serie de rasgos comunes entre las teorías de la
conspiración y lo que en la tradición psiquiátrica y psicoanalítica ha sido clasificado en el
rubro de los delirios sistematizados.
En particular, el que Sérieux y Capgras han
denominado delirio de interpretación, característico de lo que ellos llaman locuras
razonantes, se asemeja en su forma de presentación a aquellas teorías. He aquí una
descripción de cómo opera el interpretador:
Todo se integra, todo se encadena en su historia; a sus ojos, ningún detalle está de
sobra. Si se le contradice, se detiene, sorprendido, preguntándose si uno es sincero.
Acumula prueba tras prueba; en caso de alguna objeción, cuenta con una respuesta
ya preparada, sabe cómo contestar a los argumentos. Aporta datos, hace precisiones
en los puntos más insignificantes, añade opiniones propias, plantea problemas, hace
suyo el hecho más mínimo para emplearlo hábilmente en su favor. Apela a la
información que toma de su entorno…49
No difieren mucho los procedimientos que lleva a cabo quien sostiene una teoría
de la conspiración. En ambos casos queda excluido el azar, todo acontecimiento adquiere
una significación que se suma a la cadena de razonamientos, pues nada de lo que ocurre es
fortuito o casual, no existen las coincidencias. Cada nuevo dato que proporciona el entorno
es incorporado para fortalecer la trama interpretativa. Si los argumentos en contra son
tomados en cuenta es sólo para encontrar indicios que permitan rechazarlos y confirmar la
convicción en las premisas de partida. ¿Esto quiere decir que cualquiera que participa de un
rumor organizado por una teoría de la conspiración está en la misma posición de quien
delira?
48
“Se puede engañar a muchos alguna vez y algunos todas las veces pero jamás se
a podido engañar a todos todas las veces”. Frase escrita en el Libro de Actas de Mario Aburto: cf. PGR.
Informe… Tomo II. p. 363.
49
Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de
artefacto; 2002. pp. 61-62.
229
Es necesario tener en cuenta que un delirio es una creación del lenguaje y como tal
involucra una relación con la realidad humana que está tejida en el campo del lenguaje y
sus producciones. Es decir, que el delirio es inseparable de los discursos, los signos y los
mensajes que forman parte del lazo social en el que tiene lugar y que constituyen su
estructura, su materia y su tema. El que delira participa de una realidad compartida con
otros que están también inmersos en el lenguaje. Aquél mantiene un estrecho contacto con
su entorno, está al tanto de rumores y de interpretaciones que circulan en la sociedad en la
que habita, a la que escudriña y estudia detenidamente. De tal manera que el rumor y el
delirio no son ajenos, ambos están ligados por un “se dice” que viene de los otros.
Sérieux y Capgras establecen una distinción entre la interpretación delirante y la
idea delirante. De la primera dicen que “se trata de un razonamiento falso, que parte de una
sensación real o de un hecho exacto”, y que partiendo de este punto preciso adquiere, a
través de la inducción o la deducción erradas, “una significación personal para el enfermo,
quien cree que todo está relacionado con él”. De la segunda plantean que es una
“concepción imaginaria”, que es totalmente inventada y no se puede deducir de un hecho
observado, “es errónea, incluso en sus fundamentos”. Pero en seguida reconocen que es
más difícil diferenciar entre un error y una interpretación delirante. Según ellos, el error
“casi siempre se puede corregir; en cambio, la interpretación delirante es incorregible”.
Aquél permanece “aislado, circunscrito”, quedándose a nivel teórico y sin tener por objeto
al yo; ésta “tiende a la difusión, a la irradiación, se asocia a ideas análogas y se organiza
sistemáticamente”, además de poseer “un marcado carácter egocéntrico” y de dominar la
actividad del sujeto. Después de todos estos intentos de circunscribir la especificidad de lo
que el adjetivo delirante indica, concluyen:
¿Bastaría con decir que la interpretación delirante es absurda e inaceptable para la
gente espiritualmente sana? De ningún modo. Numerosas interpretaciones
delirantes, más verosímiles que muchos errores, atraen la atención de personas
sanas e inteligentes.50
Si la separación entre una interpretación y una idea consideradas como delirantes
es problemática, no lo es menos la delimitación de lo delirante respecto a la falsedad, el
50
Sérieux P y Capgras J. Op. Cit. pp. 21-22.
230
error y la verosimilitud. Para empezar, los autores citados oponen una “concepción
imaginaria” a lo que posee el atributo de lo observable, como si las imágenes no fueran
observables y como si lo imaginario no poseyera otra consistencia que la del error. Por otra
parte, tienen que admitir que la verosimilitud tampoco permite establecer una demarcación
ahí donde buscan afanosamente fundarla: resulta que existen interpretaciones delirantes que
son más verosímiles que un error y que suscitan mayor adhesión que éste –otro tanto se
puede decir de ideas calificadas de delirantes y que llegan hasta el punto de impulsar la
formación de “sectas” y comunidades del más extravagante signo51. Si lo delirante tiende a
la irradiación, no es solamente hacia nuevos indicios que permiten enriquecer la cadena de
razonamientos, sino que también se propaga convocando al interés de otros que lo
convalidan. Estos cuestionamientos vuelven igualmente resbaladiza la siguiente definición
de idea delirante, propuesta por el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos
mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana:
Falsa creencia basada en una inferencia incorrecta relativa a la realidad externa que
es firmemente sostenida, a pesar de lo que casi todo el mundo cree y a pesar de
cuanto constituye una prueba o evidencia incontrovertible y obvia de lo contrario.
La creencia no está aceptada ordinariamente por otros miembros de la subcultura o
cultura a la que pertenece el sujeto (p. ej., no es un artículo de fe religiosa).52
Mientras la “realidad externa” sea definida a partir de un pretendido consenso
social queda excluido que un delirio sea compartido. Los casos de locura compartida que
han llegado a los medios de comunicación masiva debido a sus consecuencias sociales,
frecuentemente ligadas al escándalo, muestran que una concepción delirante puede ser
suscrita por un grupo social más o menos amplio, sea que se lo califique de cultura o
subcultura, hasta el punto de llegar a la conformación de una comunidad que se
compromete en acciones concretas, que pueden tener el valor de un artículo de fe religiosa.
El paso dado por Lacan en 1975 en el seminario Le Sinthome permite plantear que la locura
compartida no es una entidad clínica más, junto a los casos de una pretendida locura
51
Basten como muestra las comunidades que han llevado a cabo suicidios y/o asesinatos colectivos (por
ejemplo la Orden del Templo Solar), o las que sostienen que el origen de la vida en nuestro planeta es el
resultado de la acción de seres extraterrestres superiores en inteligencia a los humanos (por ejemplo el
Movimiento Raeliano).
52
DSM-IV-TR. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Texto revisado. Barcelona,
Masson; 2002. p. 918 (el paréntesis corresponde al original).
231
individual, sino que constituye la estructura propia de todo caso de locura, al mismo tiempo
que proporciona una indicación de sus condiciones determinantes53.
¿Y qué lugar darle a la “significación personal” a la que aluden Sérieux y
Capgras? Pero creer que “todo está relacionado con uno mismo”, ¿no es una de las
características constitutivas del yo? Ya Lacan señaló, desde los primeros años de su
recorrido, la estructura paranoica del yo, ahí donde sitúa el “viraje del yo especular al yo
social”; momento en que el yo queda incluido en el lazo social a través de la identificación
con la imagen del semejante y la rivalidad de los celos que la acompaña54.
Para avanzar un paso en este terreno, cuya confusión no puede sino despertar
sospechas, parece conveniente introducir algunas consideraciones acerca del papel que
tiene la certeza en la experiencia de la locura. En el seminario de Las estructuras
freudianas en las psicosis, después de señalar que, contrariamente a lo que sostienen los
psicólogos, el loco no cree en la realidad de su alucinación, Lacan precisa:
Lo que está en juego no es la realidad. El sujeto admite, por todos los rodeos
explicativos verbalmente desarrollados que están a su alcance, que esos fenómenos
son de un orden distinto a lo real, sabe bien que su realidad no está asegurada,
incluso admite hasta cierto punto su irrealidad. Pero, a diferencia del sujeto normal
para quien la realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en
juego –desde la alucinación hasta la interpretación- le concierne.
En él, no está en juego la realidad, sino la certeza. Aun cuando se expresa en el
sentido de que lo que experimenta no es del orden de la realidad, ello no afecta a su
certeza, que es que le concierne. Esta certeza es radical.55
Un momento antes Lacan había puntualizado que el sujeto llamado normal es el
que “se caracteriza precisamente por nunca tomar del todo en serio cierto número de
realidades cuya existencia reconoce”56, incluso realidades amenazantes de cuya existencia
53
Cf. Lacan J. Le Sinthome. Versión G. T. Reunión del 16 de diciembre de 1975. Véase supra el capítulo “II.
Una herida mortal en la cabeza del régimen”, donde se despliega lo planteado por Lacan respecto a la locura
compartida.
54
Lacan J. “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la
experiencia psicoanalítica”. En: Escritos 1. México, Siglo XXI; 1989. p. 91.
55
Lacan J. Las Psicosis. Buenos Aires, Paidós; 1984. p. 110 (sesión correspondiente al 11 de enero de 1956).
56
Ibíd. p. 109.
232
no duda, por lo que al no tomarlas seriamente puede mantenerse en una “feliz
incertidumbre” en la que piensa, y Lacan cita aquí a Claudel, que “lo peor no siempre es
seguro”. Para quien procede de esta manera la certeza es “la cosa más inusitada”57; pero
justamente esto le permite no quedar tomado por la convicción de que le va a ocurrir lo
peor y en cambio logra transitar por el mundo con una relativa tranquilidad, en un estado en
el que una gran cantidad de significaciones que podrían concernirle quedan suspendidas, en
una especie de condición virtual.
La certeza radical del loco está directamente ligada a lo que Sérieux y Capgras
identifican como la divisa del interpretador: tua res agitur58. Esta expresión está tomada de
una epístola del poeta latino Horacio:
Tua res agitur (tu interés está en juego): Pensamiento de Horacio [Epístola, I,
1884] que significa en su aplicación: esto te atañe, esto te concierne, es de tu
interés.59
La frase latina era conocida en los círculos afines a la cultura humanista del siglo
XIX y principios del XX, tanto en Alemania como en Francia. Es a este título que Sérieux y
Capgras pueden citarla en 1909 sin necesidad de traducirla, en Las locuras razonantes. El
delirio de interpretación, para referirse al “verdadero delirio de significación personal”,
característico del interpretador60. Por su parte, cuando Lacan dice en el seminario de Las
57
Ibíd.
Sérieux P y Capgras J. Op. Cit. p. 45.
59
Definición del Nouveau Petit Larousse Illustré, edición de 1940. Citada en: Vindras A-M. “El deseo del
Otro: un artificio franco-latino”. Me cayó el veinte. Revista de psicoanálisis, 2001, No. 3. p 44. Vindras
comenta que la frase desapareció de las páginas rosas del mencionado diccionario en 1947; desde entonces no
figura ni siquiera en los diccionarios franceses especializados en citas latinas. Al parecer en Alemania sí
aparece en este tipo de publicaciones.
En la misiva mencionada Horacio se dirige a un joven amigo, que tiene interés en hacer carrera bajo la
protección de un personaje poderoso, aconsejándole que tenga cuidado con los individuos que podría
recomendar a sus superiores. A propósito del riesgo de recomendar a personas indignas de su confianza, el
poeta le dice a su amigo: “Nam tua res agitur, paries cum proximus ardet, Et neglecta solent incendia sumere
vires” – “Ya que tu interés está en juego cuando se quema el muro de al lado. Y, si se descuida, el incendio
suele propagarse”. Cf. Vindras A-M. Op. Cit. pp. 44-45.
60
Freud también utiliza la frase de Homero en La interpretación de los sueños, publicada en 1900. Aparece
en el relato de un sueño de Freud que termina así: “‘Sí, tienen razón; nosotros dos somos los locos’. Que ‘mea
res agitur’ me lo señala con vigor la mención del breve e incomparablemente bello ensayo de Goethe, pues su
exposición en una conferencia popular fue lo que me impulsó, siendo yo un bachiller todavía vacilante, al
estudio de la ciencia natural”. Freud S. La interpretación de los sueños. Obras Completas. Buenos Aires,
Amorrortu Editores, Vol. V; 1979. p. 440. Vindras comenta respecto a la modalidad que toma la frase en este
pasaje: “La familiaridad de Freud con este pensamiento de Horacio parece ser tal que se permite citarlo en
58
233
estructuras freudianas en las psicosis, que en la alucinación y en la interpretación delirante
no se trata de realidad sino de certeza, la certeza de que eso que está en juego le concierne
al loco, parece aludir a la expresión de Horacio retomada por Sérieux y Capgras. Esta
alusión se concreta cuatro años después, en 1960, cuando en Subversión del sujeto y
dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, Lacan especifica cómo hay que leer su
fórmula del inconsciente como discurso del Otro: “en la que hay que entender el ‘de’ en el
sentido del de latino (determinación objetiva): de Alio in oratione (complétese: tua res
agitur)”61. La forma en que es introducida la frase que hemos venido comentando hace
necesario puntualizar algunas cuestiones: va precedida del imperativo “complétese”, a cuyo
mandato da respuesta; la enunciación de la fórmula de Lacan recuerda en su balanceo las
frases interrumpidas del delirio de Schreber, que requieren ser completadas62; la remisión
velada, en forma de alusión, a la experiencia de la psicosis, vía Sérieux y Capgras, parece
dirigida “al buen entendedor”; queda así establecida una relación entre el inconsciente y el
discurso del interpretador63.
En lo que respecta a la posición de Aburto, hay algo que él tiene la certeza de que
le concierne: el sacrificio que él debe realizar de su nombre, su familia y su vida, para
salvar al país del peligro en el que se encuentra –“renuncié a todo, a mi familia, a mi
una variante personal” (Op. Cit. p. 46). En ese sueño “el señor M, ha sido atacado en un ensayo nada menos
que por Goethe…”, y Freud toma partido por él -en los “pensamientos oníricos” dice que se trata de su amigo
Fl. [Fliess] de Berlín. Es interesante tomar nota de la relación que hay en este sueño entre la frase de Horacio
y la locura, pues en el ensayo mencionado se acusa a Fliess de estar “loco”, debido a sus planteamientos
acerca de “las relaciones de tiempo de la vida”. Freud se incluye en esa locura -“en este sueño hago mías las
cosas de mi amigo y me pongo en lugar de él”-, como lo muestran las frases citadas supra, con las que
termina el relato del sueño.
61
Lacan J. “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano”. En: Escritos 2.
México, Siglo XXI; 1989. p. 794. La fórmula lacaniana está apoyada sobre un artificio de lenguas, en el que
están enlazados el latín “de” Lacan y la gramática francesa. Sobre este artificio franco-latino cf. Vindras A-M.
Op. Cit. La “determinación objetiva” a la que se refiere Lacan hace referencia al genitivo objetivo. El genitivo
es el caso de la declinación que indica la propiedad o la posesión y lleva antepuesta la preposición de (Véase:
Moliner M. Diccionario de uso del español. Madrid, Gredos; 1998. p. 1388). Con la frase de Alio in oratione,
en la que el “de” ha de ser entendido como el de latino correspondiente al genitivo objetivo, Lacan especifica
que su fórmula se puede leer más o menos así: “En el discurso a propósito del Otro…”. En español la
preposición de puede usarse tanto en el sentido del genitivo objetivo como del subjetivo. Cosa que no ocurre
en el francés, en el que sólo se usa con el sentido del genitivo subjetivo: el discurso del Otro es el que éste
pronuncia. De ahí que Lacan tiene que recurrir al latín para subvertir su fórmula.
62
Schreber D. P. Memorias de un enfermo de nervios. México, Editorial Sexto Piso; 2003; pp. 83-84.
63
Sobre esta relación y las diferencias entre el interpretador y el analizante, cf: Allouch J. “¿Paranoización?
Simple indicación a propósito de la dirección de la cura”. Stylus, 1991, No. 3.
234
nombre”, “yo mejor prefiero morir a que sigan pasando actos bélicos”64. Su sacrificio se
concreta a través del asesinato de Colosio: al sacrificar al candidato presidencial del
Imperio, Aburto se ofrece él mismo en sacrificio para salvar al país “de alguien extranjero”
que lo está poniendo en peligro, para evitar más “actos bélicos” como el de Chiapas y para
terminar con la tiranía del Imperio. Es aquí donde se confirma la pertinencia del adagio
latino: tua res agitur, esto te concierne65. En este nudo constituido por su sacrificio y el
asesinato del candidato del régimen, Aburto se encuentra directamente concernido, hay ahí
algo que lo compromete en un acto que le corresponde realizar únicamente a él. Por eso
cuando es interrogado en las primeras horas posteriores al crimen dice: “yo lo tenía que
hacer”66.
Ese sacrificio les es impuesto como un destino que él está obligado a cumplir. Es
para eso que fue nombrado “Caballero Águila” por un anciano revolucionario. En la
pequeña ceremonia en la que Aburto recibe este nombramiento -de parte de un señor de
avanzada edad; todo un Revolucionario; Alto, ojos de color, cabello blanco de la
esperiencia y de la sabiduria, con una enerjia envidiable67-, queda claro que no es él quien
se toma por “Caballero Águila”, sino que es en el lugar del Otro que él es tomado por tal.
La sabiduría del viejo revolucionario le permite reconocer en Aburto las cualidades
necesarias para recibir ese nombramiento:
… yo tan solo soy la mecha, y un dia la pluma sera mi arma pero mi arma mas
peligrosa para losinjustos cera mi voca. Y mi ejersito seran mis ideales y mi
64
PGR. Informe… Tomo II. pp. 374-375.
Si el diagnóstico que le fue asignado a Aburto es el de “delirio crónico sistematizado de tipo reivindicativo”
(Cf. Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. Op. Cit. pp. 159-160. También: Jáquez A. “El
complot de la Investigación”. Proceso. La pasión de Colosio. Edición especial, marzo- abril 2004, p.14) y no
el de “delirio de interpretación”, aquí hacemos a un lado la preocupación taxonómica y la que tendría por
objeto establecer un diagnóstico diferencial. Esto en la medida en la que partimos de la consideración de que
el delirio no es de interpretación sino que es una interpretación: “Puede decirse que, contrariamente a lo que
ocurre con los sueños, que deben ser interpretados, el delirio es en sí mismo una actividad interpretativa del
inconsciente. Y ahí tenemos un sentido completamente nuevo que se ofrece al término ‘delirio de
interpretación’” (Lacan J. De la psicosis paranoica en sus relaciones con la personalidad. México, Siglo
XXI; 1987. p. 266).
66
Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26.
67
Cf. Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 364. La transcripción literal conserva la
ortografía del texto de Aburto. Este pasaje es comentado también supra, en el capítulo Un sacrificio para
salvar a la Patria.
65
235
filosofía reconstructiva. y cada vez mas mis filas iran asiendose cada vez mas
numerosas. Por que todos apollaran ala justicia.
El me dijo:
-Estas seguro de lo que dises y de tus ideales por que yo estoy de acuerdo en
ellos.
Yo le conteste quesi.
El dijo:
-Que sea para bien de la patria, y en nombre del pueblo yo te nombro
Caballero Águila.
Alo que yo conteste:
Rindo protesta sin reserva alguna guardar y hacer valer la constitucion y las
desiciones del pueblo que es nuestro pais, con sus reformas alas leyes y
desempeñar patrioticamente mi nombramiento, mirando por el bien y prosperidad
de nuestro pais.
Alo que el dijo:
-Si asi lo hicieres que la nación os lo premie, y sino os lo demande.
Recuerda que un pueblo engañado es capaz de todo. 68
Esa nominación que le es asignada desde el Otro posee una modalidad enunciativa
particular: el anciano no habla en su nombre sino en nombre del pueblo. Al asumirla en una
ceremonia de toma de protesta, Aburto acepta la nominación junto con todas sus
consecuencias: el sacrificio forzoso de su nombre, su familia y su vida; lo que al mismo
tiempo le permite quedar inscrito en una nueva genealogía en la que se convierte en un hijo
mallor de la patria69.
Así, cuando Aburto declara que no hablará aunque lo torturen y que no dirá los
motivos que tuvo para asesinar al candidato priísta “si no es ante la prensa extranjera”70,
emplaza transferencialmente a otro(s) para que reciba(n) lo que él se propone hacer saber:
que el país está en peligro, que en varios estados de la República hay miles de personas
dispuestas a usar la violencia como en Chiapas, que hay alguien extranjero que está
poniendo en riesgo la estabilidad del país, que ha llegado el momento de cambiar de táctica
68
Ibíd.
Ibíd. p. 366.
70
Zeta/Tijuana. “Yo lo tenia que hacer, dice Mario Aburto”. Siglo 21, 1994, marzo 26.
69
236
para sacudir las bases del Imperio que ha cerrado las puertas del cambio pacífico
provocando aquella violencia, y que él ha sido nombrado por un representante del pueblo
para poner fin a esa situación mediante su sacrificio, que él es el elegido para salvar a la
Patria71. Su posición es la de quien no deja de saber lo que ocurre en el lugar del Otro, dado
que él puede ver lo que otros no ven, es por eso que su misión consiste también en quitarle
la venda de los ojos al pueblo, para que pueda ver la verdad72. Él es el testigo privilegiado
de una crisis histórica del régimen de partido de Estado y el encargado de ponerle fin a su
Imperio. De tal manera que cuando Aburto busca “ser tomado en cuenta por la prensa”, es
porque pretende hacer valer su testimonio a través de otro(s) que lo convalide(n): que no
sólo en el país sino en el mundo entero se sepa que él dice la verdad cuando afirma que el
Imperio contra el que lucha ha fracasado al cumplir sesenta y cinco años en el poder y
cuando asevera que hay un saber en el Otro –la sabiduría del anciano revolucionario- que
ha reconocido que él tiene las cualidades para ser nombrado “Caballero Águila”; un
guerrero capaz de sacrificarse para darle el tiro de gracia a ese Imperio y así cambiar la
historia. En este último aspecto el estilo de su posición enunciativa es el de quien dice: “no
soy yo el que… sino el Otro el que me nombra para…”
Es posible a partir de aquí establecer una distinción entre la posición de Aburto y
la de quien participa en la difusión del rumor que pregona que el asesinato de Colosio es el
resultado de una conspiración. Si bien en ambos casos hay una relación directa con un “se
dice” que proviene de los otros, quien transmite aquel rumor participa específicamente de
una creencia que es ampliamente compartida. Esta creencia no sólo predica que el
homicidio del abanderado priísta fue llevado a cabo por una conspiración fraguada en las
altas esferas del poder, sino que sostiene que este poder es poder-todo, que lo puede todo.
De ahí las posibilidades ilimitadas de la conjura para manipular circunstancias, individuos,
grupos e instituciones, su habilidad para mantenerse oculta, su capacidad hipnótica para
engañar. Sin embargo, a este poder-todo le falta la garantía de su existencia; puede todo,
pero no puede dar la prueba última de que existe –como ocurre con el dios todopoderoso.
Así, la creencia en tal poder está ligada, como toda creencia, a la posibilidad de que a su
71
Cuestiones todas ellas que plantea en el primer interrogatorio y en el Libro de Actas. Cf. PGR. Informe…
Tomo II. pp. 363 a 369 y 374.
72
Ibíd. p. 367.
237
objeto puede faltarle la existencia. Esto es lo que hace de la creencia un producto
inacabado, carente de plenitud, en la medida en que está en una relación de dependencia
respecto de un sentido que puede disiparse: “no hay creencia que no suponga en su raíz que
la dimensión última que tiene que revelar es estrictamente correlativa al momento en que su
sentido va a desvanecerse”73. Es por esto también que la creencia tiene que insistir en la
búsqueda repetida de pruebas que le den respaldo, como ocurre con el rumor de la
conspiración, que sólo puede mantener su impulso buscando reiteradamente los indicios
que lo confirmen.
Ahora bien, quien toma parte en la transmisión del rumor de aquella conspiración,
y por lo tanto comparte la creencia que lo sustenta, participa ahí en calidad de cualquiera.
A él también se le podría dirigir la consigna tua res agitur; si bien su interés está en juego,
en la medida en que los hechos de los que habla el rumor le conciernen como miembro de
una colectividad organizada por cierto régimen político, interviene en la difusión del rumor
como cualquiera, pues la característica del rumor es que cualquiera está en condiciones de
transmitirlo, no tiene autor o punto de origen identificable. El rumor no compromete el
nombre ni la posición enunciativa del que lo propaga, por lo tanto no lo conduce a un acto.
Para Aburto las cosas son radicalmente distintas: él es convocado “personalmente” por las
condiciones políticas, sociales e históricas que dieron lugar al rumor de un cambio de
candidato en el PRI. Para él se trata de una significación personal que pone en juego su
nombre propio y la nominación de Caballero Águila que viene a ocupar el lugar de éste. A
diferencia del que comparte la creencia que le da sustento al rumor de la conspiración,
Aburto está comprometido con un acto con el que termina por suscribir esa certeza que le
concierne: Porque los verdaderos hijos de la patria lo demuestran con hechos no con
palabras74. En este punto se confirma lo que dice Lacan del denominado psicótico:
“…el psicótico es un mártir del inconsciente, dando al término mártir su sentido:
ser testigo. Se trata de un testimonio abierto. El neurótico también es un testigo de
la existencia del inconsciente, da un testimonio encubierto que hay que descifrar. El
psicótico, en el sentido en que es, en una primera aproximación, testigo abierto,
73
Lacan J. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Barcelona, Paidós; 1987. p. 246 (sesión del
10 de junio de 1964). La relación de la creencia con la verosimilitud del rumor es abordada en el capítulo La
eficacia del rumor.
74
Cf. el Libro de Actas de Aburto: cf. PGR. Informe… Tomo II. p. 363.
238
parece fijado, inmovilizado, en una posición que lo deja incapacitado para restaurar
auténticamente el sentido de aquello de lo que da fe, y de compartirlo en el discurso
de los otros”75.
Las consecuencias del acto de Aburto muestran que en efecto no logra restaurar
para los otros el sentido de aquello de lo que da fe, pues en este caso el rumor posterior al
asesinato de Colosio funciona como un coro delirante que contradice sistemáticamente todo
lo que aquél pretendía hacer valer. Al insistir en la versión de la conjura, la conspiranoia de
la voz popular lo despoja de su testimonio y lo excluye de su función de testigo, dejándolo
forcluido del campo del Otro. En ese Otro, del que forma parte el sistema simbólico de la
política, Aburto no tiene cabida, pues no pertenece a los circuitos del poder establecido.
75
Lacan, J. Las Psicosis. Ed. Cit. p. 190.
239
XI. Un crimen de Estado
Lo colectivo es el sujeto de lo individual
En su Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis Donaldo
Colosio Murrieta1, editado en septiembre del año 2000, la Subprocuraduría Especial del
caso, encabezada en ese momento por el abogado Luis Raúl González Pérez, describe en
los siguientes términos la tarea que ha llevado a cabo:
No cabe duda que esta investigación ha sido una de las más completas y acuciosas
que se haya hecho sobre homicidio alguno, y no podría haber sido de otro modo,
dada la magnitud del crimen y las repercusiones que de él derivaron para la vida
nacional.
Con independencia de otras apreciaciones, que mucho respetamos, tenemos la
convicción de que el asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, por ser una
figura pública, el candidato presidencial del entonces partido gobernante y la
repercusión social, política, económica y financiera que tuvo el crimen, alcanzó los
grados de un magnicidio.2
Por nuestra parte agregaríamos que también ha sido una de las indagatorias
judiciales que más desconfianza y suspicacia ha despertado en la historia reciente de
nuestro país, y por lo mismo una de las más vigiladas por la sociedad, tanto la civil como la
política, por los medios, tanto los electrónicos como la prensa escrita, y por la oposición
política, partidista y no partidista, dentro y fuera de las instancias parlamentarias. Las
consecuencias de este magnicidio -no vemos por qué habría que regatearle ese término al
asesinato de Colosio- y las circunstancias en que ocurrió, marcadas por una profunda crisis
del régimen, determinaron que la versión popular que se impuso para dar cuenta de lo
ocurrido fuera la de una conspiración organizada desde las altas esferas del poder. En estas
condiciones la Subprocuraduría Especial queda obligada a comprobar la existencia de tal
conjura, para disipar la persistente desconfianza social. De tal manera que la
Subprocuraduría se tiene que plantear su labor en estos términos:
1
Procuraduría General de la República. Informe de la investigación del homicidio del licenciado Luis
Donaldo Colosio Murrieta. Cuatro Tomos. México; 2000.
2
PGR. Informe… Tomo I. p. 58.
240
“… en tanto sentenciado, no se investigó a Aburto por sí, sino en función de la
búsqueda de otros posibles participantes”.3
Para lo cual se propuso responder las siguientes interrogantes:
¿Contó Mario Aburto con la participación de otras personas para la concepción,
preparación y ejecución del crimen?, ¿fue instigado para ello?, ¿qué lo motivó para
actuar como lo hizo?4
Pero después de la declaración citada inmediatamente antes, la última de estas
interrogantes queda inevitablemente subordinada a las anteriores, pues la indagatoria no
está organizada por la necesidad de establecer la verdad jurídica que responda a la
pregunta: ¿quién(es) asesinó(aron) a Colosio y qué motivos tuvo(ieron) para hacerlo?, para
entonces determinar la responsabilidad penal por el delito5, sino que los procedimientos que
conforman la indagatoria están orientados a satisfacer la demanda social de comprobar la
conspiración y castigar a quienes la orquestaron. Ningún otro resultado es aceptable para la
opinión pública, por lo que la investigación queda condenada a permanecer siempre
inacabada. De ahí las conclusiones de la fiscalía especial:
El Ministerio Público persigue delitos y presuntos responsables y de lo actuado
hasta este momento no han resultado elementos que permitan sustentar acusación
en contra de alguna persona, como presunto cómplice o instigador de Mario Aburto
para la ejecución del crimen, o que alguien, además de él, acordó o preparó su
realización. De haber sido el caso, hubiéramos procedido a su inmediata
consignación ante los tribunales.
Ello no quiere decir que no pudieran existir otros probables responsables; esta
Subprocuraduría nunca ha buscado probar que no los haya; lisa y llanamente
3
Ibíd. p. 18.
Ibíd. p. 59.
5
Michel Foucault aborda el surgimiento de la indagación en el ámbito jurídico, a partir del siglo XII en
Europa, como un procedimiento para acceder a la verdad, que pasa de ser el resultado de un litigio entre
particulares a tener una dimensión pública, ligada al poder político, con repercusiones sobre dominios como la
medicina, la botánica y la zoología: “La indagación es precisamente una forma política, de gestión, de
ejercicio del poder que, por medio de la institución judicial, pasó a ser, en la cultura occidental, una manera de
autentificar la verdad, de adquirir cosas que habrán de ser consideradas como verdaderas y de transmitirlas”.
Foucault M. “Tercera Conferencia. De la verdad entre particulares a la verdad pública: el nacimiento de la
indagación jurídica”. En: La verdad y las formas jurídicas. Barcelona, Gedisa; 2005. pp. 63-92.
4
241
significa que, después de haber sido exhaustivos en las investigaciones, hasta ahora
no se han encontrado.
[…] la averiguación previa deberá estar a la espera de que surjan datos que
pudieran modificar las conclusiones que hasta ahora se han obtenido.6
Esa espera es la de una gran parte de la sociedad mexicana. Cada año, al cumplirse
un aniversario más del asesinato de Colosio, en los medios electrónicos y la prensa escrita
aparecen declaraciones de miembros de la familia de Colosio y de personajes públicos,
comentarios, opiniones y textos de periodistas y analistas políticos –que ciertamente van
disminuyendo año con año,- exigiendo que se haga justicia, se esclarezca el crimen y se
castigue a los verdaderos culpables. Para una gran parte de la opinión pública el caso está
abierto, la justicia sigue pendiente y nada anuncia que algún nuevo dato pueda cambiar esta
postura generalizada7.
Tal vez la única excepción en el ámbito del periodismo mexicano sea la posición
del equipo coordinador del semanario Zeta de Tijuana. Después de una minuciosa
investigación de varios años, el periodista Jesús Blancornelas y sus colaboradores, al no
encontrar prueba alguna que permita sostener la intervención de una conjura para asesinar a
Colosio, llegan a la resolución de que Aburto actuó por su cuenta. Cuestionan la idea de
que Salinas haya podido planear y llevar a cabo “el crimen perfecto, en el que cientos de
piezas embonaron con la exactitud de un rompecabezas que se armó y ya no se puede
desarmar”; además de mantener en su puño la voluntad y el silencio “de hombres de todos
los niveles y hasta de varias nacionalidades”. Apuntan que Lomas Taurinas era el lugar
ideal para apostar un francotirador experto, armado con un rifle de alto poder, y no para
dotar a un tirador inexperto con un viejo revolver calibre .38, que quedó trabado después de
disparar las únicas dos balas que traía cargadas. Y si se trataba de ocultar la conspiración
6
Ibíd. pp. 61-62.
Algunas muestras al respecto: “El 88 por ciento de los mexicanos creía en el año 2003 que el asesinato del
candidato presidencial del PRI, Luis Donaldo Colosio, cometido diez años antes, había sido fruto de una
conspiración”. Aguilar Camín H. “¿Quién mató a Colosio?”. Milenio, 2009, marzo 24. En 2005, al cumplirse
once años del asesinato que dio muerte a Colosio, Terra Noticias coloca en Internet una encuesta en la que de
un total de 1023 votantes que contestan a la pregunta: “Quién crees que fue el autor del asesinato de
Colosio?”, el 85% responde que Salinas, el 9% que Zedillo y el 6% que Camacho. Cf.
http://www.terra.com.mx/noticias/articulo/156642/ . El 23 de marzo de 2009, al cumplirse quince años del
crimen, el Gabinete de Comunicación Estratégica realiza una encuesta nacional (800 entrevistas telefónicas)
en la que sólo el 0.7% de los entrevistados responde que no hubo más asesino que Aburto. Cf. Gómez Leyva
C. “Colosio te da sorpresas”. Milenio, 2009, marzo 24.
7
242
detrás de tal precariedad, se preguntan, ¿por qué los participantes en la conspiración no
asesinaron a Aburto en el momento del crimen, haciendo aparecer todo como la respuesta
lógica de la escolta del candidato para defenderlo?, “¿por qué se iban a arriesgar a que tarde
o temprano Aburto confesara la verdad?”. Además, los periodistas señalan que si Zedillo,
como sucesor de Colosio en la candidatura, estuviera implicado como cómplice de Salinas,
habría que pensar que las pugnas entre ambos por el “error de diciembre” y la consignación
de Raúl Salinas de Gortari serían solamente una coartada para encubrir la complicidad. En
la misma línea argumentativa, agregan que “nadie de la vieja clase política se benefició con
el asesinato”: los “dinosaurios” del PRI, conocidos por su sumisión sin límites al presidente
de la República, no salieron beneficiados con el crimen que dio muerte a Colosio y más
bien resultaron perjudicados en sus posiciones políticas; tampoco Córdoba Montoya, que
quedó desterrado de la política mexicana y nunca fue defendido por su jefe Salinas; y
menos todavía Raúl Salinas, a quien Colosio difícilmente podría haber encarcelado por ser
el hermano de aquel a quien le debía su carrera política. Respecto de los narcotraficantes, el
equipo de Zeta aduce que, de acuerdo a las reglas preestablecidas, éstos no negocian
directamente con el presidente de la República; mucho menos tenían entonces la necesidad
de negociar con un “hombre titubeante, que no estaba seguro si quiera de mantener su
candidatura” y que no tenía garantizado el triunfo en las elecciones. Para los narcos,
asesinar a un candidato con estas características y condiciones sería correr el riesgo de
provocar inútilmente a la fuerza del Estado. De todo lo anterior, Blancornelas y sus
colaboradores concluyen:
Mario Aburto habría actuado sin ayuda en Lomas Taurinas. Era el clásico asesino
solitario. […] Varios detalles pudieron obligarlo a matar a Colosio: el dedazo de
Salinas, el discurso del sonorense, el conflicto armado en Chiapas, la presión de los
candidatos de oposición o la figura creciente de Manuel Camacho Solís. […] Así,
Mario Aburto actuó solo. Fue su propia y única decisión. El asesinato de Luis
Donaldo Colosio Murrieta había sido obra de un magnicida. Ni más ni menos.8
Aunque desde posiciones distintas, la Subprocuraduría Especial y el semanario
Zeta llegan a la misma conclusión: se trató de un asesino solitario. Su soledad consiste en
8
Blancornelas J., González H., Navarro A., Ortiz F. El tiempo pasa de lomas taurinas a los pinos. México,
Océano; 1997. pp. 50-52.
243
que él se encuentra ya ahí, previamente constituido, frente a circunstancias políticas y
sociales que pueden influir en él, pero que no alteran el carácter individual de sus
decisiones y sus actos. De esta manera se mantiene una disyunción entre lo individual y lo
colectivo, que introduce subrepticiamente la noción de una individualidad que prevalece
como principio explicativo eficaz por sobre la colectividad en la que realiza su existencia y
su actividad cotidiana. Así, lo colectivo es concebido solamente como una agregación de
individualidades que conservan su unidad por encima del lenguaje y los discursos concretos
que las habitan, en donde están en juego significaciones compartidas, saberes, relaciones
sociales y de poder.
Otra disyunción que se encuentra operando aquí es la que contrapone “asesino
solitario” a “conspiración”, la cual trae consigo otra más, con la que comparte su estructura
binaria: “autor material” versus “autor intelectual”. Esta última repartición parece
organizada por el dualismo cartesiano, que plantea una escisión entre el cuerpo, res extensa,
y el pensamiento, res cogitans9. Al calificar a Aburto de “asesino solitario” se hacen
coincidir en él las instancias del autor material y del autor intelectual, pero teniendo
siempre como punto de referencia, aunque sea por oposición, la posibilidad de una
conspiración; no obstante, la exigencia social que prevalece, que empuja a comprobar
forzosamente tal conspiración, escinde cartesianamente aquellas dos instancias y despoja al
asesino confeso de cualquier pensamiento con capacidad de planear y ejecutar el crimen, lo
reduce a un cuerpo que sigue los dictados del pensamiento de Otro que lo supera en
habilidad, un instrumento material desprovisto de participación subjetiva en un acto que,
sin embargo, su ejecutor se esfuerza en reivindicar, por lo menos al principio, como de su
autoría. Aburto queda atrapado en esa estrategia al servicio del discurso del amo, que lo
excluye del lugar que su acto buscaba otorgarle10.
9
“Y aun cuando, acaso, o más bien, ciertamente, como luego diré, tengo yo un cuerpo al que estoy
estrechamente unido, sin embargo, puesto que por una parte tengo una idea clara y distinta de mí mismo,
según la cual soy algo que piensa y no extenso y, por otra parte, tengo una idea distinta del cuerpo, según la
cual éste es una cosa extensa, que no piensa, resulta cierto que yo, es decir, mi alma, por la cual soy lo que
soy, es entera y verdaderamente distinta de mi cuerpo, pudiendo ser y existir sin el cuerpo”. Descartes R.
Meditaciones metafísicas. México, Espasa Calpe; 1994. pp. 139-140 (Meditación sexta).
10
Si la distinción entre asesino material y asesino intelectual parece necesaria para que la justicia pueda
atribuirle a alguien la responsabilidad penal correspondiente, para el psicoanálisis la cuestión adquiere otra
complejidad, que no puede ser reducida a esa oposición binaria: ¿quién alberga al sujeto surgido del acto?
244
El análisis que hemos llevado a cabo del entramado de lazos sociales en el que
tuvo lugar el asesinato de Colosio ha transitado por vías distintas a las que marcan las
oposiciones binarias antes mencionadas, mostrando que “lo colectivo no es nada sino el
sujeto de lo individual”11. Al delimitar los puntos de anudamiento entre ese crimen y la
crisis del régimen de partido de Estado, la cual tiene como una de sus manifestaciones más
ostensibles el fracaso de las formas tradicionales de transmisión del mando presidencial, se
ha mostrado la consistencia del acto de Aburto como una modalidad singular de realización
de los designios de la voz popular que, advertida de aquellas circunstancias políticas, denuncia, bajo la modalidad del rumor que pregona un cambio de candidato en el partido
oficial o la designación de un candidato alterno apoyado por el presidente de la República,
la desarticulación definitiva del mecanismo sucesorio del régimen. En este sentido, el
asesinato del candidato priísta es en efecto un crimen de Estado, pero no porque sea
necesariamente el resultado de una conspiración maquinada en la cúpula del poder estatal,
sino porque está ligado a la desaparición de una forma particular del Estado mexicano.
Al dar muerte a Colosio, Aburto termina por derrocar uno de los pilares
fundamentales del régimen priísta. Sin embargo, él no hace sino llevar hasta sus últimas
consecuencias una tarea que otros acontecimientos y personajes habían comenzado tiempo
atrás:
- La rebelión del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, que irrumpe
en el panorama político el primero de enero de 1994, desata en el régimen de
partido de Estado una crisis de legitimidad, la cual debilita el asentimiento social
que el gobierno en turno requiere para ejercer el mando en el que se basa la
relación entre gobernantes y gobernados. La ilegitimidad, cuya sombra estaba
presente desde el impugnado triunfo electoral de Salinas, alcanza a las formas
tradicionales de transmisión del poder presidencial, dejando en entredicho al ritual
sucesorio del “dedazo” y el “destape” y por lo tanto a la candidatura misma de
Colosio.
11
Cf. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1.
México, Siglo XXI; 1989. p. 203.
245
- La decisión de Salinas de nombrar a Camacho como Comisionado para
la Paz y la Reconciliación reabre de facto la sucesión presidencial, al colocar al
principal rival de Colosio en una posición privilegiada en la negociación de la
agenda política nacional y por lo tanto en el centro del entramado de poder del
régimen. Las condiciones inéditas de fragilidad de la candidatura de Colosio, cuyo
inicio de campaña coincide con la designación de Camacho, reanudan las pugnas
por la sucesión al interior del grupo gobernante.
- Las condiciones políticas creadas por aquella crisis, la elección que hace
Salinas del negociador para la paz, el lugar protagónico de Camacho que opaca al
de Colosio, hacen surgir insistentes cuestionamientos sobre la viabilidad de la
candidatura de éste, sobre sus capacidades para enfrentar la nueva situación del
país, sobre sus posibilidades de triunfo. La voz popular que proclama un cambio
de candidato en el PRI o una candidatura alterna que contaría con todo el apoyo
del poder presidencial, toma nota de una situación, y al mismo tiempo contribuye
performativamente a configurarla, en la que el estatus de Colosio como candidato
del régimen queda en suspenso.
- En el momento de ser “destapado” como candidato, Colosio enfrenta
una tarea lastrada con un gran peso de contradicción: ganar la presidencia de la
República apoyándose en un partido cuyas estructuras ha contribuido a socavar.
Salinas ha sido el principal destructor del viejo PRI12-labor que inicia su antecesor,
Miguel de la Madrid- y Colosio ha sido una pieza importante en esa parte de su
estrategia: primero como presidente nacional del PRI y luego como responsable de
la política social del salinismo13.
- Para poner a tono al Estado mexicano con las exigencias de la
globalización capitalista, la administración de Salinas se propuso: terminar con el
intervencionismo estatal en la economía, transmutando el Estado surgido de la
Revolución Mexicana y consolidado en las primeras décadas del siglo XX, para
12
Cf. Rodríguez Araujo O. “Metamorfosis del régimen político mexicano, ¿irreversible?”. En: Rodríguez
Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al. México: ¿un nuevo régimen político? México, Siglo XXI; 2009.
p. 271.
13
“Miguel de la Madrid los marginó, Carlos Salinas los desplazó y a Luis Donaldo Colosio le estaban viendo
cara de enterrador. Son los dinosaurios, es decir, los más reconocidos representantes vivos del viejo sistema
político mexicano. Estos fueron humillados, combatidos e incluso llegaron a estar acorralados por los priístas
modernizadores…” Arreola F. “El milagro frustrado”. El Financiero, 1994, abril 8.
246
convertirlo en un Estado integrado a los patrones globales de concentración de la
riqueza y funcional con los intereses del capital financiero internacional; en
consonancia con lo anterior, desmantelar la estructura productiva del Estado y
poner las empresas que le pertenecían a éste en manos del capital privado, tanto
nacional como extranjero; revertir la reforma agraria producto de aquella
revolución, que defendía la propiedad colectiva de la tierra en los ejidos y
comunidades, para impulsar la privatización en gran escala de la propiedad y la
producción en el campo; reorganizar las relaciones entre capital y trabajo, para
intensificar la explotación laboral individualizada, dando marcha atrás a las
conquistas laborales colectivas; consumar la integración de la economía nacional a
la estadounidense a través de la firma del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte; modificar la estructura corporativa del PRI -organizado en los
tradicionales
sectores
obrero,
campesino
y
popular-,
para
convertirlo
paulatinamente en un partido de ciudadanos organizado territorialmente; de
conformidad con lo anterior, debilitar el poder de negociación de las
organizaciones corporativas del PRI –sindicatos, organizaciones campesinas y
gremiales, así como las centrales en que se agrupan-, concentrando el flujo de los
recursos económicos destinados a la política social en los comités ciudadanos
establecidos por el programa de Solidaridad; transfigurar el Nacionalismo
Revolucionario, como ideología oficial del régimen de la Revolución Mexicana,
en la ideología del Liberalismo Social, que el salinismo propone como una vía
intermedia que supuestamente equilibra los excesos del estatismo y del
neoliberalismo14.
14
Al parecer, la formulación del Liberalismo Social es obra de Colosio y su equipo de asesores. Cf.
Monsiváis C. “Lecciones de Lomas Taurinas”. Público, 2004, marzo 28. Monsiváis se refiere a la suerte
posterior de la contribución de Colosio, doce años después de que fue dada a conocer, en estos términos
irónicos: “Es curioso: ¿quién ha mencionado en este tiempo el impulso a la teoría política del invento del
liberalismo social, fundamento ideológico del PRI y de México, como aseguró Colosio durante el mes
aguerrido que duró su hallazgo? Nadie, absolutamente nadie. Como teórico, Colosio pasó inadvertido”.
Respecto del famoso discurso del 6 de marzo de 1994, Monsiváis escribe: “…no hay a lo largo del texto la
mínima seña de autocrítica, ni una referencia directa al grupo que apoyaba a Colosio, y que explotaba con
prodigalidad (por lo menos hasta el 5 de marzo de 1994) la impunidad, la corrupción, etcétera”. Ibíd.
La nueva ideología será rápidamente dejada en el olvido y desechada explícitamente en la XVII Asamblea
Nacional del PRI, realizada en septiembre de 1996, durante el gobierno de Zedillo. La propuesta del viraje
político-ideológico, “la reforma de la Revolución”, había sido presentada por Salinas el 4 de marzo de 1992,
en el aniversario número 63 del PRI.
247
- Las consecuencias que estas transformaciones tienen en la estructura del
PRI afectan en primer lugar a las dirigencias corporativas –los llamados “líderes
charros”, que forman parte de los “dinosaurios” priístas-, al restringir sus
posibilidades de negociación de puestos políticos, erosionar su legitimidad frente a
las bases a las que formalmente representan y estrechar sus posibilidades de “vivir
del presupuesto”. Pero en estas circunstancias la institución presidencial no queda
incólume. La modernización impulsada por Salinas implica someter el ejercicio y
la transmisión del poder presidencial a las reglas de la democracia liberal
representativa y al equilibrio de la división de poderes, en un contexto global que
así lo exige, pero también en condiciones de una mayor competencia política en el
país, en donde la oposición ha ido ganando cada vez más terreno y limitando las
facultades presidenciales. Al mismo tiempo, todos esos cambios promovidos por
Salinas conllevan el traspaso de una parte del mando presidencial a la oligarquía
financiera y una cesión de soberanía a las instancias internacionales que
concentran el poder impersonal e invisible de las finanzas. Al perder el monopolio
de la representación del poder estatal, el presidente de la República deja de ser el
pilar en el que se sostenía el pacto constitucional que había fundado el Estado
postrevolucionario15.
- Aunque las coordenadas de la política han cambiado considerablemente,
Salinas designa a Colosio siguiendo el método tradicional del “dedazo”
presidencial, con lo cual parece que éste tiene asegurado su triunfo, como si fuera
uno más de la serie de los candidatos oficiales de un régimen que tiene casi sesenta
y cinco años en el poder. Sin embargo, el antecedente del dudoso triunfo de
Salinas en las elecciones del ’88, las reformas que su gobierno ha impulsado o se
ha visto obligado a realizar16, y un escenario de fuerte competencia política, hacen
que el triunfo de Colosio sea incierto. Su posición tiene algo de insostenible: él es
15
Sobre las transformaciones sufridas por el Estado y la institución presidencial en México, véase: Roux R. El
príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005 (particularmente el “Epílogo. Una
mutación epocal”. pp. 225-246).
16
El día que asesinaron a Colosio iba a ser aprobada la reforma electoral que la oposición venía negociando
con el gobierno desde enero de 1994. Cf. Gómez Leyva C. “Fue un destape desangelado, con un candidato
que parecía rehén”. El Financiero, 1994, marzo 30. Un día después del crimen, el Senado de la República
aprueba la reforma del artículo 41 de la Constitución, para ampliar la autonomía de los órganos electorales y
“ciudadanizarlos”. Cf. Rojas-Zea R. “Reforma el Senado el 41 constitucional; mayor autonomía a órganos
electorales”. El Financiero, 1994, marzo 25.
248
el candidato de un presidente que se ostenta como el gran modernizador de la
economía y la política, pero ha sido investido con un procedimiento atávico y
autoritario; es el candidato de un poderoso régimen, pero éste ya no tiene
garantizada su permanencia en el poder.
- Quien suceda a Salinas enfrentará un panorama en el cual la institución
presidencial ha perdido algunas de sus principales atribuciones, su poder ha sido
acotado y han disminuido los apoyos con que tradicionalmente contaba. A esto se
suma el formidable cuestionamiento de los zapatistas, al encabezar una rebelión
que moviliza a vastos sectores sociales que se oponen a una modernidad que los
excluye.
- Para Salinas deja de ser una prioridad el triunfo del candidato que él
designó. Ahora su reto más importante es alcanzar un acuerdo con la guerrilla, que
le permita recuperar la paz social y mantener un clima político en el que se puedan
llevar a cabo las elecciones que ponen término a su sexenio, asegurar una
transferencia pacífica del poder al próximo presidente, conservar la estabilidad
económica y financiera, terminar su mandato de manera satisfactoria y cuidar su
prestigio internacional de gran modernizador del país17. Salinas necesita salvarse a
sí mismo, a “su enorme orgullo de auténtico hombre de Estado”18 y a su gobierno.
Estos objetivos están por encima de la preocupación por garantizar una sucesión
priísta ortodoxa, por lo que los intereses de la campaña y del candidato quedan
subordinados a ellos.
- El presidente ha perdido, tanto porque sus prioridades son otras como
porque su margen de acción ha quedado drásticamente reducido, la máxima
facultad metaconstitucional de su poder, pues ya no puede garantizar el triunfo de
quien él había designado como su sucesor. El candidato priísta queda así
abandonado a su suerte: en la realización de su campaña no cuenta ya con el
17
No hay que perder de vista que uno de los propósitos de corto plazo de Salinas es dirigir la Organización
Mundial del Comercio, que en esos momentos está próxima a fundarse (1º de enero de 1995). La crisis
financiera producto del “error de diciembre” (de 1994) y la consignación penal de su hermano Raúl (en marzo
de 1995), acusado de enriquecimiento ilícito y del asesinato de José Francisco Ruiz Massieu, van a echar por
tierra esa pretensión de Salinas.
18
Frase utilizada por Zedillo en la carta que le dirige a Colosio cuatro días antes de su muerte. Cf. PGR.
Informe… Tomo IV. pp. 152-153. Las implicaciones de esta misiva son comentadas en el capítulo IV. Fin a
lo que no funcionó.
249
poderoso apoyo de toda la estructura de su partido, otrora movilizada por la
voluntad del presidente y su seguro sucesor. En esta original configuración política
Colosio se ha vuelto un candidato oficial prescindible. Su triunfo no sólo no está
asegurado, sino que tampoco es un factor indispensable para que el grupo en el
poder pueda encontrar una salida que le permita preservar sus intereses.
Esta es la constelación de factores que conspira para provocar el aborto de la
candidatura de Colosio19. Todos ellos no bastan para obligar a Aburto a jalar el gatillo y
terminar con la vida del candidato priísta, pero constituyen el conjunto de circunstancias
desde las cuales aquél es llamado a cumplir su misión20; la que exige su sacrificio personal
para salvar al país. En ese ambiente político Aburto conspira, es decir, respira junto con
otros21 -que igual que él forman parte de una comunidad política cuyo régimen está en
crisis- los vientos que anuncian el principio de un gran y verdadero cambio22. Al asesinar a
Colosio, Aburto culmina con un tiro de gracia la serie de transformaciones y
acontecimientos que de hecho ya habían terminado con las atribuciones más características
de la institución presidencial del régimen priísta. Su acto entonces no es individual ni está
aislado de las determinaciones colectivas de las que él queda sujeto.
La ruptura de un pacto
En vista de la descomposición actual de la vida pública y social de nuestro país,
que tiene entre sus manifestaciones más alarmantes un ambiente de inseguridad, resultante
del avance de la delincuencia organizada, hay quien sostiene que después del atentado que
19
Una de las definiciones de “conspirar” que da el Diccionario de la Real Academia Española es: “Dicho de
dos o más cosas: Concurrir a un mismo fin”. Diccionario de la Lengua Española. Madrid, Real Academia
Española, Vigésima segunda edición; 2001.
20
Otra definición de “conspirar”, de la cual el mismo diccionario especifica que se usaba antiguamente como
verbo transitivo: “Convocar, llamar alguien en su favor”.
Las otras dos definiciones que se encuentran ahí mismo son más conocidas: “Intr. Dicho de varias personas:
Unirse contra su superior o soberano” y “Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle
daño”. Ibíd.
21
“Conspiración viene del latín conspirare: ‘respirar juntos’”. Castillón J. C. Amos del Mundo. Una historia
de las conspiraciones. Barcelona, Random House Mondadori; 2006. p. 19.
22
Cf. El Libro de Actas de Mario Aburto. PGR. Informe… Tomo II. p. 363.
250
dio muerte a Colosio “todo se vale”23; también hay opiniones que establecen una relación
de causalidad entre este crimen y el estado de la política:
“Existe una línea de vinculación entre el asesinato de Colosio y el deterioro que
ahora vivimos en al ámbito de la política, una degradación surgida de la pérdida de
visión de conjunto…”24
Tales puntos de vista nos permiten tener en cuenta cuestiones importantes, siempre
y cuando se incluya el homicidio de Colosio en el entramado complejo de la crisis terminal
de un régimen, del cual el candidato priísta era uno de los representantes más conspicuos.
El conjunto de elementos constitutivos de esta crisis, descrito más arriba, es inseparable de
la ruptura del pacto constitucional en el que se había fundado el Estado mexicano:
“El pacto estatal mexicano había implicado la cesión de los derechos políticos
ciudadanos (sufragio, elección de los gobernantes, libertad de asociación,
organización en partidos políticos, disidencia partidaria) a cambio del
cumplimiento de derechos sociales corporativos. En ese acuerdo no escrito los
ciudadanos no elegirían a quienes los gobernarían: vigilarían que cumplieran con
lo pactado”25.
Este pacto, que entraña fidelidad y obediencia a los gobernantes, a cambio de
protección y resguardo de los derechos sociales corporativos de los gobernados, tenía como
su garante al presidente de la República: representación unitaria y suprema del poder
estatal, figura simbólica de su soberanía26. Es esa modalidad de organización de las
relaciones de mando-obediencia lo que le daba legitimidad a un régimen que ha sido tildado
de “paternalista”. Su ocaso acarrea la disolución de los lazos de protección propios de la
comunidad estatal: de aquí en adelante cada sujeto dejará de ser considerado, en su relación
23
“La muerte de Luis Donaldo Colosio ensombreció todos y cada uno de los horizontes de la vida mexicana.
Fue uno de los factores –además, por supuesto, de la galopante crisis económica- que le dio una especie de
carta blanca a la delincuencia en México. Fue como si los pillos dijeran, a partir de ese 23 de marzo de hace
10 años, algo así como lo que sigue: ‘Si eso se vale, entonces todo se vale… todo se puede’”. 23 Huerta
D.”Aquel marzo imborrable de 1994”. El Universal, 2004, febrero 12.
24
Palma S. “Colosio, a diez años”. El Financiero, 2004, marzo 23. Samuel Palma se desempeñó como
subcoordinador de Estrategia de la campaña electoral de Colosio.
25
Roux R. El príncipe mexicano. Subalternidad, historia y Estado. México, Era; 2005. p. 168.
26
Esta función del presidente de la República le permite a Rhina Roux equipararlo con la figura del Príncipe,
proveniente de la tradición política romana. Cf. Roux R. Op. Cit. (particularmente el capítulo 6: “El príncipe
mexicano”. pp. 173-204).
251
con el Estado, como miembro de una comunidad en la que sus derechos son reconocidos en
asociación con otros con los que comparte su actividad en las esferas de la producción y del
intercambio y consiguientemente sus intereses de clase son incorporados al derecho público
-forma de politicidad característica del corporativismo-, para ser considerado como
“individuo libremente asociado”, miembro de una sociedad conformada por la
aglomeración de individualidades abstractas, cuyos intereses pertenecen exclusivamente a
la esfera del derecho privado -forma de politicidad característica de una república regida
por las normas de la democracia liberal-27. Tenemos aquí una mutación del Estado
corporativo priísta, que da paso a “una nueva configuración estatal sostenida en la
universalización de la socialidad mercantil capitalista”28.
En una sociedad en la que los intercambios entre sus miembros quedan
primordialmente librados a las leyes del mercado, los sistemas de referencias que
organizaban la vida colectiva dejan de tener vigencia -salvo los que provienen del mercado
27
El régimen priísta simulaba las formas republicanas, detrás de las cuales operaba un régimen corporativo
negado como tal.
28
Cf. Ibíd. pp. 232-234. En esta última el reconocimiento estatal de los derechos es reemplazado por la
aplicación selectiva de políticas asistencialistas. Es interesante tener en cuenta que la administración de
Salinas es la que mayor porcentaje (19%) del gasto presupuestal federal dedicó al desarrollo social en el
periodo que va desde 1921 (gobierno Álvaro Obregón) hasta 2002 (segundo año del gobierno de Vicente
Fox). Los gobiernos que más se le acercan son el de Cárdenas (1934-40) y el de Adolfo López Mateos (195864), ambos con el 18.60%, y el de Luis Echeverría (1970-76) con el 18.50%. Ese porcentaje del gasto
destinado a desarrollo social (que incluye el gasto en educación, salud, infraestructura urbana y programas de
política social destinados a combatir la pobreza) cayó drásticamente en los gobiernos de Zedillo (8.45%) y de
Fox (2.32%). Cf. Moreno Salazar P, Ortiz Guerrero C. y Marrufo Heredia E. “Veinticinco años de políticas de
desarrollo social en México”. Sociológica, año 19, No. 54, enero-abril 2004. pp. 55-75. A partir de finales de
la década de los setenta se observa una caída sistemática y continua del ingreso per cápita y de la capacidad
adquisitiva del salario, por lo que el incremento en el gasto social del gobierno no significa una mejoría del
nivel de vida de la población. De acuerdo a los datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de
Desarrollo Social (CONEVAL) en 2008 hay 50.6 millones de personas (prácticamente la mitad de la
población nacional) que viven en estado de pobreza de patrimonio, es decir, no cuentan con los recursos
necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, y 19.5 millones viven en estado de pobreza alimentaria, es
decir, no pueden cubrir ni siquiera sus necesidades de alimentación. Entre 2006 y 2008, los dos primeros años
de la administración de Calderón (sin contar los efectos de la crisis económica global iniciada a finales de
2008 y principios de 2009), hay un aumento de 5.9 millones de personas en estado de pobreza patrimonial y
de 5.1 millones de personas en estado de pobreza alimentaria. El economista Julio Boltvinik sostiene que
estas cifras son mucho mayores si la pobreza se mide utilizando un conjunto de umbrales y de ponderadores,
distinto al utilizado por las mediciones oficiales, que dan cuenta de manera más precisa de las condiciones de
la pobreza en nuestro país. Cf. Boltvinik J. “Economía Moral”. La Jornada, 2009, agosto 14 y agosto 28. No
está de más agregar que en México se encuentran algunas de las grandes fortunas que ocupan los primeros
lugares de la lista de “las personas más ricas del mundo”, publicada cada año por la revista Forbes. Sobre los
índices de pobreza del CONEVAL cf:
http://www.coneval.gob.mx/coneval2/htmls/medicion_pobreza/HomeMedicionPobreza.jsp?categorias=MED
_POBREZA,MED_POBREZA-med_pob_ingre
252
y de las relaciones particulares que instaura-, dando lugar a una situación en la que cada
“ciudadano” se encuentra desprovisto del soporte que en otro momento el Estado le
otorgaba, desalojado de su pertenencia a una comunidad29, sostenido solamente en la
autonomía jurídica virtual que le dan sus garantía individuales y enfrentado a la pérdida de
consistencia de esa figura del Otro, que en el régimen priísta estaba constituida por el
presidente de la República en tanto representante de la unidad del Estado, cuya mediación
garantizaba la existencia de un pacto en el que los lazos sociales no estaban reducidos al
predominio de la mercancía y la competencia. Ese pacto, que implicaba el intercambio de
protección por obediencia, es el que le daba al régimen de partido de Estado los rasgos que
le valieron el calificativo de “paternalista”. Su desvanecimiento coincide con la declinación
de la imago paterna y de las funciones del padre, que Lacan señaló desde 1938 –antes de
que se convirtiera en una de las manifestaciones características de la posmodernidad-,
indicando que esa decadencia está condicionada por la preeminencia dada al individuo y
por los efectos extremos de esta operación en el progreso social: la concentración
económica y las catástrofes políticas30 -con este planteamiento Lacan toma nota de las
relaciones existentes entre las formas que adquieren los regímenes políticos y las formas de
organización familiar en una sociedad determinada. En nuestro país, en el apogeo del
régimen paternalista, Lázaro Cárdenas era nombrado popularmente con una expresión que
refiere cariñosamente a un padre: “el Tata” o “Tata Lázaro”; durante su gobierno (19341940) se nacionalizó la industria petrolera, se llevó a cabo una reforma agraria basada en el
reconocimiento constitucional del ejido, se incorporaron al partido de Estado las
organizaciones de obreros y campesinos y se legitimaron sus derechos corporativos. En el
29
Una de las manifestaciones de esto es el desmantelamiento de la casi totalidad de los sistemas de pensiones.
Si antes la comunidad, con la garantía del Estado, se hacía cargo de sostener económicamente a quien había
dedicado su vida a trabajar para la sociedad en la que habita, ahora cada trabajador tiene que ahorrar para
costearse su retiro, él mismo paga su pensión de jubilado.
30
Lacan J. La familia. Buenos Aires, Editorial Argonauta; 2003. p. 93. En el mismo apartado Lacan propone
la posibilidad de que la aparición del psicoanálisis esté relacionada con la crisis ligada a la declinación de la
imago paterna.
En contraparte, la posibilidad de sobrevivencia del psicoanálisis parece depender de que abandone una
posición nostálgica respecto a una declinación que nunca termina, pero que tampoco dará marcha atrás, para
dar lugar a distintas modalidades de subjetivación, que están entretejidas con nuevas formas de parentalidad,
de lazos familiares y de relaciones eróticas.
En dirección similar, en el terreno de la cosa pública es posible salir de la nostalgia que propone el retorno del
Estado paternalista. La declinación del Estado-Nación como principio ordenador de la política abre nuevas
posibilidades de acción colectiva y de identificación social. Sobre esta cuestión cf. Butler J. y Spivak G. Ch.
¿Quién le canta al estado-nación? Buenos Aires, Paidós; 2009.
253
extremo opuesto, el primer presidente de la alternancia, el panista Vicente Fox (20002006), les advertía a los ciudadanos que ya no había más “papá Gobierno”, declaraba que el
suyo era un “gobierno de empresarios” y en su primera gira por Europa, ya siendo
presidente electo, repetía: “venimos a hacer negocios”31.
La institución presidencial dejó de tener la función de salvaguarda simbólica, con
sus correlatos reales e imaginarios, de un pacto que conciliaba “bien común” con “libertad
individual”, conservando la lógica del intercambio mercantil entre entidades privadas, pero
enmarcada en una comunidad estatal cuya estructura incorporaba, con su monto de
conflictividad, los intereses particulares de las clases sociales en la constitución política del
Estado. Por su parte, el PRI dejó de ser la extensión partidaria del aparato estatal, su
representación para fines electorales, una especie de departamento de la administración
pública encargado de los asuntos electorales, además del espacio de negociación que
establecía los mecanismos de transmisión del poder al interior de la “familia
revolucionaria”. Pero en el lugar de estos dos pilares del antiguo régimen no surgió uno
nuevo que se caracterice por ofrecer a sus miembros una mejor forma de vida. Al romperse
la cohesión del cuerpo político, lo que quedó en su lugar fue la proliferación de poderes con
capacidad de disputarle al Estado, así sea en ámbitos restringidos, el monopolio de la
decisión política, del uso de la violencia y de la vigencia de la ley: cacicazgos locales y
regionales (entre los cuales se destacan gobernadores de ciertos estados y alcaldes de
algunos municipios, junto con los grupos de poder que encabezan o a los que rinden
cuentas; líderes sindicales, particularmente de sindicatos influyentes, como el Sindicato
Nacional de Trabajadores de la Educación o el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la
República Mexicana; dirigentes de organizaciones campesinas y caciques de comunidades
agrarias, sobre todo en regiones del campo donde grupos priístas siguen manipulando las
formas de organización); poderes fácticos de la economía (oligopolios y monopolios en la
televisión y los medios electrónicos, en las telecomunicaciones, en la banca y en otros
sectores clave de la economía); bandas de la delincuencia organizada (que se dedican no
sólo al narcotráfico sino al secuestro, al robo en gran escala de coches, a la extorsión y a la
recaudación de impuestos, por ejemplo bajo la forma del cobro de “derecho de piso”; todo
31
Roux R. Op. Cit. p. 244.
254
esto con la protección de elementos policíacos y funcionarios gubernamentales de distintos
niveles32).
El PRI desapareció como partido de Estado o partido del régimen33, pero no como
cultura y práctica de la política: el fraude electoral es una tradición que sigue vigente (los
comicios federales del 2006 estuvieron plagados de irregularidades y llevaron al candidato
del PAN, Felipe Calderón, a ocupar la presidencia de la República con un discutible 0.25%
de ventaja en los votos; las elecciones internas de los principales partidos políticos
nacionales, cuando las hay, generalmente terminan con acusaciones mutuas de fraude
electoral entre los contendientes); los mecanismos autoritarios del corporativismo
permanecen prácticamente intactos (los gobiernos panistas de la “alternancia” decidieron
gobernar en alianza con el PRI, lo que les ha permitido, entre otras cosas, utilizar los
servicios de control social de las dirigencias corporativas, aprovechando el poder que éstas
mantienen en sindicatos, organizaciones campesinas y sociales); la corrupción es una
costumbre arraigada, que cuenta con un amplio consentimiento social (desde la pequeña
“mordida” para evitar una multa de tránsito o agilizar un trámite burocrático, pasando por
el famoso diez por ciento que un particular tiene que entregar a los funcionarios públicos
que autorizan a su favor un contrato u otorgan una licitación, hasta la creación de inmensas
fortunas que son el resultado de negocios realizados con el poder político y bajo su
amparo34); el patrimonialismo sigue siendo una forma de utilización de los recursos
públicos al servicio de los intereses privados (las compensaciones y sueldos desmedidos,
canonjías y prebendas de los altos funcionarios, legisladores y ministros; la utilización de
los programas de gobierno para crear o mantener clientelas que reditúen votos o capacidad
de negociación de puestos públicos; las partidas presupuestales que terminan en las cuentas
32
El desafío de los cárteles de la droga al Estado y a la institución presidencial ha llegado al punto de dar a
conocer en varias ocasiones mensajes en los que amenazan a Felipe Calderón, en respuesta a la campaña
militar y policiaca que la administración de éste conduce en contra del narcotráfico. Esta situación, que hasta
hace poco tiempo era impensable, exhibe la pérdida de la autoridad, que no hay que confundir con el poder,
presidencial.
33
Octavio Rodríguez Araujo propone esta última denominación. Cf. Rodríguez Araujo O. “Metamorfosis del
régimen político mexicano, ¿irreversible?”. En: Rodríguez Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al.
México: ¿un nuevo régimen político? México, Siglo XXI; 2009. p. 254.
34
Esa mezcla de corrupción, control corporativo y capitalismo oligárquico, que constituye la versión peculiar
del capitalismo que impera en México y que Denisse Dresser caracterizó en la ponencia titulada “México,
capitalismo de cuates”, que presentó el 29 de enero de 2009 en el foro “México ante la crisis”, convocado por
el Congreso de la Unión. Cf. http://www.reportebrainmedia.com/content/el-discurso-que-casi-todosquisieran-decir
255
bancarias de los gobernantes; todo esto con independencia del partido político al que
pertenezcan los usufructuarios); la impunidad continúa siendo el atributo dominante en el
terreno de la justicia (más del noventa por ciento de los delitos comunes quedan sin castigo;
pero además la justicia es ejercida selectivamente en beneficio de los poderosos: para
proteger los abusos de poder de algunos funcionarios, el enriquecimiento inexplicable de no
pocos gobernantes, los fraudes gigantescos en obras públicas realizadas por particulares y
diversos delitos de “cuello blanco”). Este conjunto de rasgos muestran que la vida pública
en nuestro país corresponde todavía a la de una “República simulada”.
Aunque su lugar en la estructuración del Estado no sea el mismo de antes, el PRI
sigue teniendo un gran poder como partido político y es la primera fuerza electoral en el
país, aun cuando no cuente en su haber con la presidencia de la República. Gobierna más de
la mitad de las entidades federativas, tiene la mayoría en la Cámara de Diputados y es el
segundo grupo parlamentario en la de de Senadores -después de haber perdido la mayoría
en la Cámara de Diputados en las elecciones federales de 1997, el PRI la recupera doce
años después, en las elecciones de 2009, en las que también gana cinco de seis gubernaturas
estatales en disputa35. Su posición lo coloca en una especie de co-gobierno con el PAN –
pues está en posibilidades de imponer al titular del ejecutivo condiciones en la negociación
de la agenda política nacional y en la aprobación de cualquier iniciativa de ley-, con lo cual
prolonga en circunstancias ventajosas para sus intereses la alianza que mantiene con este
partido desde que inició el sexenio de Salinas. Se habla del “regreso del PRI”36 y de que en
2012 pueda volver a la presidencia de la República para concretar una especie de
35
En las elecciones federales intermedias del 5 de julio de 2009 casi trece millones de personas votan a favor
de los candidatos a diputados por el PRI. En las elecciones estatales de esta misma fecha, el PRI gana las
gubernaturas de Campeche, Colima, Nuevo León, Querétaro y San Luis Potosí. Solamente pierde en Sonora,
en la que gobernaba, frente al PAN.
36
El cual se le atribuye en buena medida al poder de Salinas, a su activismo político y a sus nexos, mediante
los cuales busca que su grupo político encabece la conducción del país una vez que el PRI tome posesión
nuevamente de Los Pinos. El ex presidente cabildea a favor de Enrique Peña Nieto, gobernador del estado de
México, quien encabeza la lista de precandidatos del PRI a la presidencia en las elecciones de 2012 –y quien
además cuenta con el apoyo de la cadena Televisa. Algunos priístas consideran a Salinas como “el gran
padrino” o “el gran gestor”. Cf. Villamil J. “De nuevo, tras el control y el poder”. Proceso. 2009, agosto 9,
No. 1710. pp. 12-17. También cf. Ramírez C. El regreso del PRI (y de Carlos Salinas de Gortari). Barcelona,
Planeta; 2009. Este libro, como lo dice su título, está dedicada casi en su totalidad al regreso de Salinas a la
política. Sin lugar a dudas Salinas sigue teniendo un gran poder, como ningún ex presidente desde Calles,
pero considerarlo el factótum de la política nacional, sin darle lugar a las condiciones políticas y a las fuerzas
sociales que le hacen contrapeso, ¿no contribuye a la añoranza de un amo que tenga bajo su control al país y
cuyo poderío sólo deja lugar a la resignación?
256
restauración del antiguo régimen, al capitalizar en su favor la ausencia de resultados
favorables de la administración de Calderón y los efectos devastadores de la crisis
financiera que inició a finales de 2008. Pero en los hechos el PRI nunca se ha ido, tiene
amplias bases sociales y un núcleo duro de varios millones de votantes, sigue presente
como partido, como cultura política de la simulación y como componente de la alianza
estratégica entre dos bloques de derecha –la derecha priísta y la derecha panista- que
actualmente gobierna nuestro país37.
37
La alianza entre el PRI y el PAN –popularmente conocida como PRIAN- va más allá de los acuerdos
coyunturales que le permitieron a Salinas contar en el Congreso con los votos necesarios para tomar el poder,
en medio de la crisis política desatada por la impugnación de la legalidad de las elecciones de 1988, y aprobar
las reformas de corte neoliberal. La coincidencias entre las cúpulas de ambos partidos, pues la suya es una
alianza que excluye a sus bases y suma a los grupos oligárquicos del poder económico del país, van más lejos,
aunque eventualmente se disputen entre sí puestos públicos, cargos de elección popular y, sobre todo, el
inmenso financiamiento público destinado a los partidos políticos. La liga entre esos partidos, según Arnaldo
Córdova, “fue uno de esos nudos históricos que cambian el rumbo de todas las cosas” (p. 95), constituyendo
una alianza estratégica de largo plazo entre dos bloques de la derecha, la priísta y la panista, para asegurar la
permanencia del modelo económico del que son usufructuarios y evitar el acceso al poder de una fuerza
política que pudiera cambiarlo. Véase. Córdova A. “La democratización de México. Alternancia y
transición”. En: Rodríguez Araujo O. Coordinador; Aziz Nassif A. et al. Op. Cit. pp. 89-119.
257
XII. CONCLUSIONES
Hacer caso del magnicidio de Colosio nos ha permitido establecer su trama literal,
tomando nota de los decires textuales de sus protagonistas y de los testimonios que
adquirieron un estatuto público, delimitando cuando es posible la posición subjetiva de
quien enuncia, los contextos de enunciación respectivos y los momentos clave que
escanden este acontecimiento de nuestra historia reciente, enmarcado en la crisis terminal
del régimen de partido de Estado. Esta perspectiva ha puesto en relieve la textura subjetiva
de la política, volviendo tangible lo que el psicoanálisis puede aportar al estudio de esta
actividad humana, con lo cual el abordaje de este caso ha hecho posible advertir algunos
indicios que habían sido ignorados y le ha otorgado una consistencia distinta a otros que ya
habían sido considerados por quienes se han ocupado previamente del asesinato del
candidato priísta.
Así, el acto de Salinas de designar a Camacho como Comisionado para la Paz y la
Reconciliación muestra su estructura performativa1. Al anunciar que pone “fin a lo que no
funcionó”2 Salinas no solamente remueve a miembros de su gabinete que no habían
funcionado adecuadamente en la coyuntura y designa al encargado de negociar la paz con
el EZLN, sino que, al resucitar políticamente al principal rival del candidato que él mismo
había elegido, le pone fin a la sucesión priísta ortodoxa y a la candidatura presidencial de
Colosio en tanto abanderado del régimen, al quedar en evidencia que la práctica autoritaria
del dedazo y el destape se ha vuelto caduca en las condiciones de la crisis política desatada
por la rebelión zapatista, dejando la legitimidad del candidato oficial en vilo, dadas esas
modalidades tradicionales en las que fue ungido. Este acto de Salinas recibe una
confirmación con un lapsus que el entonces presidente de la República comete: al
fundamentar su decisión en las facultades que la Constitución le otorga, equivoca el artículo
constitucional correspondiente y señala uno que enumera ¡los requisitos que debe cumplir
un aspirante a la presidencia! En efecto, la decisión de Salinas habilita a Camacho para esa
función al colocarlo en el centro del escenario y de la agenda política nacional. De tal
1
Cf. Austin J. L. Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona, Paidós; 1971.
Cf. Chávez V., Moreno M., Sánchez J. y Rodríguez J. “Fin a lo que no funcionó: Salinas”. El Financiero,
1994, enero 11.
2
258
manera que un acto fallido redobla a aquel acto y le transfiere su carácter de acto logrado.
La rectificación que ese mismo día por la noche hace pública la Dirección General de
Comunicación Social de la Presidencia no puede anular la dimensión real de ese acto una
vez que ha sido efectuado3.
El doble acto de enunciación mencionado constituye el “grano de verdad”4 del
rumor que antecede al asesinato de Colosio, el cual pregona que ocurrirá un cambio de
candidato en el partido oficial o la designación de un candidato alterno apoyado por el
presidente de la República, a quien se le atribuye orquestar una conspiración encaminada a
estos fines. Esta versión de la voz popular adquiere una rápida y extensa credibilidad social,
es insistentemente comentada en los medios de comunicación y en los espacios públicos,
resiste a los desmentidos de los voceros oficiales y oficiosos, sobrevive al registro oficial de
Colosio como candidato y es compartida por éste, su equipo de campaña, sus familiares y
amigos. Este rumor revela tener una fuerza performativa que se muestra en los efectos
reales e imaginarios que tiene sobre la candidatura del aspirante priísta, pues no se limita a
constatar una situación política, sino que forma parte de ella, la provoca en alguna medida,
hace al decir reiteradamente lo que dice: modifica la correlación de fuerzas tanto al interior
del grupo gobernante como en las relaciones de éste con otras fuerzas políticas, profundiza
la crisis del régimen que estaba en curso, reposiciona a los distintos aspirantes a la
presidencia, termina por afectar la imagen pública del candidato oficial ante sus potenciales
electores y lo sitúa en una posición de debilidad al quedar su candidatura marcada por la
incertidumbre, hasta el punto en que el mismo Colosio llega a plantearse la posibilidad de
renunciar. En estas condiciones el decir tiene valor de acto.
Al estudiar este caso, el rumor deja ver otro ángulo hasta ahora inadvertido: sus
relaciones cercanas con el chiste tal y como lo abordó Freud5. Tanto el chiste como el
3
Cuestión que es nuevamente confirmada por otros dos lapsus de Salinas en los que nombra a Camacho en
lugar de Colosio, uno de ellos en una declaración ante el fiscal del caso (Aguilar Camín H. La tragedia de
Colosio. México, Alfaguara; 2004. p. 37) y el otro en una entrevista televisiva cuando están por cumplirse
diez años del asesinato del candidato priísta (Castillo García G. “Niega Carlos Salinas haber tenido
diferencias con Luis Donaldo Colosio”. La Jornada. 2004, febrero 12).
4
Freud S. Moisés y la religión monoteísta. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu; Vol. XXIII, 1976. p.
125.
5
Freud S. El chiste y su relación con lo inconciente. Obras Completas. Buenos Aires, Amorrortu, Vol. VIII;
1979.
259
rumor poseen el atractivo y la fascinación propia de la novedad; uno y otro corren de boca
en boca y al ser creaciones del lenguaje no es posible asignarles un autor; ambos requieren
de la autentificación en el lugar del Otro y cumplen su circuito en él, sea mediante la risa de
quien sanciona el chiste como tal y luego se lo cuenta a otro o sea mediante la reiteración
de quien habiendo escuchado el rumor lo relanza al transmitirlo a otro, quien a su vez lo
transmite nuevamente; alguien le cuenta algo a otro, que a su vez se lo cuenta a otro, más lo
que el chiste o el rumor predican de algo o de alguien: estos componentes están enlazados
de tal manera que si uno de ellos se desanuda todos los demás se sueltan, lo que conforma
una estructura borromea que al deshacerse provoca la desaparición del chiste o del rumor
en cuestión. Así como el chiste también el rumor tiene un público, y si cualquiera puede
participar en su difusión es necesario además que forme parte del horizonte cultural y
lingüístico compartido por ese público. En el caso del chiste político aparecen otros rasgos
adicionales que comparte con el rumor estudiado: en la medida en que los dos provienen
del campo del lenguaje son un recurso de reivindicación en contra del poder político, pues
escapan a las distintas formas de control, sea el de las convenciones sociales que regulan lo
que puede o no ser dicho, sea el del saber científico que pretende explicarlos y predecirlos,
sea el del poder político que busca suprimirlos o contrarrestarlos a través de la censura y la
propaganda oficial y oficiosa; a través del insulto, la diatriba y la caricatura mordaz, el
participante en la circulación del chiste y el rumor políticos busca la degradación del amo
como único recurso en contra de su poder y encuentra un goce cercano al de lo cómico: el
que se desprende al desenmascarar, por la vía de su ridiculización, la pretensión fálica de
ese poder, ahí donde se presenta como lo que no es o con una potencia que no le pertenece.
El murmullo popular que pertinazmente pone en duda la candidatura de Colosio no deja de
ridiculizarlo al negar la “potencia”6 que los jerarcas del partido oficial le atribuyen y al
insistir en su debilidad política, poniendo en entredicho sus capacidades para hacer frente a
la nueva situación del régimen.
El rumor que sigue al asesinato de Colosio, que atribuye este hecho a una conjura
maquinada en las altas esferas del poder estatal, está organizado como una teoría de la
conspiración. Esta teoría sostiene que el crimen del candidato priísta fue orquestado por un
6
Agencias. “La fuerza de Colosio está fuera de duda, dice Emilio M. González”. Siglo 21, 1994, enero 20.
260
poder capaz de controlar a una gran cantidad de individuos, manipular instituciones
nacionales y extranjeras, silenciar a quienes hubieran descubierto alguna prueba de la
conjura, suplantar al verdadero asesino, nombrar a un nuevo candidato presidencial
conforme a sus intereses y engañar a la opinión pública a lo largo de los años, pues su
proceder no deja ningún cabo suelto. La explicación exhaustiva que aporta esta teoría se
apoya en la infalibilidad de un amo que detenta un poder y un saber ilimitados. De esta
manera se da lugar a un discurso que tiene un sentido unívoco, pleno, en el que elementos
que se encuentran disjuntos quedan englobados en una esfera en la que encuentran su sitio
exacto y se vuelven comprensibles. El rumor que le atribuye a Salinas, o a un personaje con
un poder equiparable al suyo, la autoría de esa colosal conspiración, tiene la estructura del
discurso del amo, permanece girando alrededor de esta figura a la que admira y repudia por
igual y promueve la fascinación hacia ella. Por esta vía la voz popular le reintegra al poder
lo que escapa a su dominio y ratifica al amo en su lugar: le regresa a la figura del presidente
un poder que ya perdió, como lo evidencia el asesinato del candidato oficial y las
circunstancias políticas que lo volvieron posible. Aquí el discurso del amo demuestra su
aptitud para hacer lazo social, un lazo social que sostiene las relaciones de poder vigentes y
que produce un desecho: tal es el lugar en que va a quedar Aburto al ser forcluido por un
rumor que le niega la autoría de su acto y hasta su identidad, al hacerlo objeto de una
suplantación –de la que, por cierto, hasta su madre llega a dudar.
Por otro lado, si es posible sostener que las teorías de la conspiración comparten
una serie de rasgos con los llamados delirios sistematizados –otorgan a casi todo
acontecimiento una significación que lo convierte en un indicio que comprueba las
premisas de partida; cada nuevo dato que es captado en el entorno es incorporado para
fortalecer la trama interpretativa; nada de lo ocurre es fortuito, no hay lugar para las
coincidencias ni el azar; son particularmente alérgicas a las objeciones y no pueden ser
objeto de discusión dado que los indicios en que se basan son encubiertos; por lo mismo,
están sostenidas por un grado de convicción tal que las hace particularmente resistentes a
los intentos de persuasión; atribuyen a los conspiradores planes de gran alcance, perfectos e
infalibles, que se convierten en la causa de todo cuanto ocurre-, el estudio de caso que
hemos efectuado aquí nos lleva a concluir que esta comunidad de forma no lo es de
estructura, y esto en razón de las diferencias en la posición subjetiva de quien participa de
261
un delirio y quien participa de una teoría de la conspiración que circula bajo la modalidad
del rumor.
Esa disparidad es también la que existe entre certeza y creencia, y se la puede
encontrar en la distancia entre la posición de Aburto y la de quien participa en la difusión
del rumor que imputa el asesinato de Colosio a una conspiración. Si bien en ambos casos
hay un lazo con el “se dice” que proviene de los otros, quien transmite el rumor participa de
una creencia que es compartida socialmente. Esta creencia, al predicar que el homicidio del
candidato presidencial priísta fue llevado a cabo por una conspiración forjada en la cúpula
del poder estatal, sostiene también que este poder es poder-todo, que lo puede todo, como
lo prueba la habilidad de la conjura para mantener bajo control todos los hilos, para utilizar
su capacidad hipnótica de engaño y mantenerse oculta. Pero este poder-todo carece de algo:
la garantía de su existencia. Puede todo, menos aportar la prueba última de que existe, lo
que abre la posibilidad de su no existencia –como ocurre con dios. Por eso la creencia tiene
que reiterar la búsqueda de pruebas que le den sustento, tal como ocurre con el rumor de la
conspiración que busca insistentemente los indicios que lo confirmen. Ahora bien, quien
participa en la transmisión de este rumor, y consecuentemente comparte la creencia que lo
sostiene, lo hace en calidad de cualquiera, lo que significa que no esta comprometido su
nombre ni su posición enunciativa, por lo tanto su participación no lo conduce a un acto. En
lo que respecta a la posición de Aburto las cosas son fundamentalmente distintas: él es
convocado personalmente por las condiciones políticas que dieron lugar al rumor de un
cambio de candidato en el partido oficial. Hay en esas circunstancias algo que él tiene la
certeza de que le concierne: el sacrificio que debe realizar de su nombre, su familia y su
vida, para salvar al país del peligro en el que se encuentra. Se trata de una significación
personal en la que está en juego su nombre propio y la nominación de Caballero Águila que
viene a ocupar el lugar de éste. A diferencia del que participa de la propagación del rumor,
Aburto está comprometido en la realización de un acto -al asesinar a Colosio se está
ofreciendo él mismo en sacrificio para salvar al país- que solamente él está llamado a
realizar y con el que termina por suscribir esa certeza que lo habita. La posición subjetiva
de Aburto corresponde a la que Sérieux y Capgras identifican como la divisa del
262
interpretador: tua res agitur, tu interés está en juego, esto te concierne7. Cuestión que le
viene desde el lugar del Otro, pues no es él quien se toma por Caballero Águila, sino que es
nombrado como tal por un anciano revolucionario que además no habla en su nombre sino
en nombre del pueblo. Al asumir esa nominación Aburto la acepta junto con todas sus
consecuencias
Si la posición de Aburto puede ser calificada de delirante, es necesario tener en
cuenta al mismo tiempo que eso que se ha llamado delirio es una creación del lenguaje que
está tejida con la realidad humana de un lenguaje compartido con otros. Un delirio está
ligado al lazo social en el que surge y es entonces inseparable de los discursos, los signos y
los mensajes que forman parte de su estructura, su materia y su tema. Aburto da muestras
de mantener un estrecho contacto con su entorno, al que estudia y escudriña con detalle,
está al tanto de la situación política del país, de la crisis por la que atraviesa el régimen y
del rumor de un cambio de candidato en el PRI. Aunque Aburto no forme parte de una
conspiración, no actúa solo al asesinar a Colosio: está acompañado por ese colectivo de
contornos indefinidos que opera como agente del decir social que constituye la vox pópuli,
del rumor que afecta a la candidatura de Colosio, pues ese colectivo está advertido de la
magnitud política de la crisis que afecta al régimen de partido de Estado y a su ritual
sucesorio, que en esas circunstancias se ha tornado caduco.
Al jalar el gatillo de su viejo revolver, Aburto termina por darle el tiro de gracia a
la tradición sucesoria del régimen priísta -uno de los pilares fundamentales de éste-, pero
con esto no hace sino culminar una tarea que otros acontecimientos y personajes habían
iniciado antes que él: el deterioro de sesenta y cinco años de un régimen autoritario, la
crisis política del ’88 y ilegitimidad que marcó el gobierno de Salinas desde su origen, la
otra crisis desatada en el ’94 por la rebelión del EZLN, la serie de acciones de los gobiernos
tecnócratas encaminadas a minar las estructuras corporativas del PRI, el destape de Colosio
siguiendo reglas y condiciones que posteriormente se revelerían caducas, la decisión de
Salinas de nombrar a Camacho como negociador de la paz con los zapatistas. Este conjunto
de factores conspira para provocar el aborto de la candidatura de Colosio y terminar con su
7
Sérieux P y Capgras J. Las locuras razonantes. El delirio de interpretación. México, Colección libros de
artefacto; 2002, p.45.
263
vida. Desde estas circunstancias Aburto es llamado a cumplir su misión y convertirse en el
brazo ejecutor de los designios de la voz popular.
El análisis del entramado de lazos sociales en el que tuvo lugar el magnicidio que
terminó trágicamente con la candidatura y la vida de Colosio nos ha permitido salir de la
oposición binaria asesino solitario versus conspiración, para concluir que “lo colectivo no
es nada sino el sujeto de lo individual”8. Como ya se dijo en el capítulo anterior, el
asesinato del candidato priísta es un crimen de Estado, pero no porque sea forzosamente el
resultado de una conspiración fraguada en las altas esferas del poder estatal, sino porque
está ligado a la desaparición de una forma particular del Estado mexicano.
Este es el panorama en el que hay que situar el asesinato de Colosio, con sus
antecedentes y sus consecuentes. Entonces, frente a la pregunta que con escepticismo
inquiere si algún día sabremos la verdad sobre este crimen, es posible responder con otra
pregunta: ¿Y si la verdad está a la vista… la podremos reconocer?
8
Cf. Lacan J. “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada. Un nuevo sofisma”. En: Escritos 1.
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