Desde mi cielo Un pez gordo

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28
Diario del Alto Aragón
Domingo, 5 de enero de 2014
LITERATURA
Las lagartijas
no pagan
hipoteca
Desde mi cielo
JOTA
“Desde mi cielo”. De Alice Sebold. Mondadori.
2003. Narrativa
De repente te encuentras con una novela que no es muy voluminosa ni con una cubierta llamativa pero que esconde entre
sus páginas una historia que te llega, que te absorbe y que recordarás por mucho tiempo. Eso me paso este verano cuando
calló en mis manos “Desde mi cielo” de Alice Sebold. “Desde
mi cielo” nos presenta a Susie Salmon una adolescente de 14
años llena de vida, enamorada de su familia, de sus amigos y
que comienza a descubrir el amor. Pero a Susie le arrebatan
esa vida, sin un motivo ni un porqué, así, de repente. Susie
contempla desde su cielo el dolor de su familia por la perdida
pero también como su asesino parece eludir el castigo por su
brutal crimen. Le han arrebatado su vida, sus ilusiones, a su
familia, el primer amor,… ¡No es justo! Susie, aunque muerta, no deja de madurar contemplando la vida que continua de
sus seres queridos y de su asesino y el transcurrir de los días,
viendo como su hermana podrá hacer todo aquello que a ella
le han truncado.
Aunque la historia pudiera parecer triste y desoladora, os
aseguro que cuando terminéis este maravilloso libro, os quedará un buen sabor de boca y unas ganas locas por vivir y aprovechar cada minuto de vuestros días.
“[…] la vida se aleja de ti como un bote se aleja inevitablemente de la orilla, y te agarras con fuerza a la muerte como si
fuera una cuerda que te transportará y de la que te soltarás,
confiando únicamente en aterrizar lejos de donde estás.” (Desde mi cielo, Alice Sebold)
Paqui Valdearcos
(Club Bibliojoven. Bibliotecaria)
Un pez gordo
“Un pez gordo”. Daniel Wallace. Biblioteca Teide.
255 páginas.
CARLOS BRAVO SUÁREZ
En esta ocasión no voy a reseñar un libro de reciente publicación,
sino una novela que en 2004 la editorial Siglo XXI publicó con el título original de “Big Fish” y que más tarde, y ya traducida como “Un
pez gordo”,ha sido editada por Teide dentro de una de sus colecciones dedicadas a jóvenes lectores. La novela, que Daniel Wallace (Birmingham, Alabama,1959) publicó en Estados Unidos en 1998, vio
aumentar su éxito considerablemente tras la adaptación cinematográfica que con el mismo título realizó en 2003 el famoso director Tim
Burton.
“Un pez gordo”, subtitulada como “una novela de dimensiones míticas”, cuenta la extraña y conmovedora relación entre Edward Bloom–
un hombre que ha recorrido el mundo, ha vivido mil aventuras y ha
regresado a su hogar para morir– y su hijo William. El joven, de manera
retrospectiva aunque con saltos en el tiempo, revive la vida de su progenitorcuando éste se halla ya al borde de la muerte. En esos recuerdos
se mezclan la realidad y la fantasía, lo inverosímil y lo verdadero, lo serio y el chiste, el drama y la comedia. Hasta convertir al padre y al personaje de Edward Bloom en un mito –en el sentido literario y antiguo
de la palabra– y su descomunal historia, en una magnífica, original y
entrañable novela.
Este párrafo del inicio del relato resume perfectamente lo que el lector va a encontrar a lo largo de sus páginas y sintetiza esa transmutación del personaje en mito a la que nos acabamos de referirnos:“Miré
DAA
Parecía algo incontrolable lo que habitaba mis pensamientos aquella noche.
Daba tumbos, de lado a lado de la cama, como si la cabeza de Frankenstein
estuviese enroscada sobre mi cuello.
Me levanté de la cama intentando escapar de aquello, encendí la luz y... no tardé ni un minuto en verla investigando
en zig-zag sobre la pared.
¡¡Una lagartija!!
Lo reconozco, intenté enviarla al otro
mundo y rapidito, pero fui incapaz.
Cansado de intentar atraparla, le dije:
¡¡Voy a sacarte de aquí, tranquila, pero
no te muevas!!
Y así fue, el precioso reptil amarillo se
subió a mi dedo y tras algunas carantoñas pude dejarla hacer su vida sobre
una de las tejas de la terraza, supongo
esperando algún sabroso manjar que
atrapar.
Existen infinidad de pequeñas lagartijas de colores como la que se interpuso
entre yo mismo y mi aburrimiento, haciendome reír y alejandome de preocupaciones.
Supongo que las lagartijas no saben
qué es una hipoteca, ni les importa mucho.
Los bichos bonicos no se ven a simple
vista, se ocultan donde no podemos
verlos y en un momento…pasan delante de nuestra vida mostrándonos su bello color, tan diferente de lo repetitivo.
Deja a las ilustres lagartijas y a más cosas curiosas formar parte del carrusel en
el que vives y contágiate de su espíritu
libre y juguetón.
Si ya estás harto del día a día arrastrando cierta amargura, cuéntale a otros
que has visto a una preciosa y pequeña
lagartija. Diles que te ha parecido curioso intentando animarles y hacerles reír,
pues nunca es tarde para nada.
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a aquel anciano, aquel anciano con los viejos pies sumergidos en la corriente de aguas claras, en esos momentos que se contaban entre los
últimos de su vida, y de pronto lo vi, sencillamente como si fuera un
muchacho, un niño, un joven, con toda la vida por delante, tal como
la tenía yo. Nunca lo había visto así. Y todas esas imágenes… el hoy
y el ayer de mi padre… convergieron, y en ese instante se convirtió
en una criatura extraña, fantástica, joven y vieja a la vez, moribunda y recién nacida. Mi padre se convirtió en un mito”.
“Un pez gordo” trata de una manera audaz, imaginativa y diferente, y con gran dosis de ironía, algunos de
los principales temas de la existencia humana: la paternidad, la familia, el amor, la religión, el dinero, la relación con los demás y, por descontado, la muerte.
Pero todos estos asuntos, aparentemente tan trascendentales, llegan siempre al lector haciéndole esbozar una placentera sonrisa,que se prolonga desde
el principio hasta el mismísimo final de la historia.
La edición de Teide cuenta con una interesante introducción, bastantes notas a pie de página, que explican
el significado de las palabras que el lector joven puede desconocer, y una amplia guía de lectura con propuestas de trabajo finales. Además, contiene numerosas ilustraciones a todo color y a página
completa del dibujanteargentino Agustín Comotto.
“Un pez gordo” puede ser una buena novela para jóvenes, pero es
posible que todavía la disfruten más muchos adultos.
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