ÍNDICE: 1. Antecedentes históricos. 2. Sufragismo feminista en Inglaterra durante la I Guerra Mundial. 3. Sufragistas británicas destacadas: Mary Wollstonecraft Lydia Becker Emily Davies Elizabeth Garrett Anderson Emmeline Goulden Pankhurst Emily Wilding Davison 4. La situación en Europa. 5. El progreso de las sugragistas. 6. Conclusiones. ANTECEDENTES HISTÓRICOS: Para comprender la lucha de las sufragistas inglesas, es necesario explicar el contexto en el que se encontraban previamente. Como todos sabemos, el marido era el cabeza de familia y las mujeres de clase media/media-alta debían dedicarse a su hogar. No era este el caso de las mujeres de clase baja que necesitaban trabajar como sirvientas en casas ajenas para poder sobrevivir. No se les estaba permitido acceder a ninguna profesión, excepto ingresar en una orden religiosa, añadido a esto, no poseían ningún tipo de derecho de tipo legal. Cuando comenzó el movimiento, en el S.XVIII alegan que su búsqueda real no era el voto en sí, sino la independencia y derechos que podrían conseguir si tenían la capacidad para decidir por sí mismas en las urnas. Los primeros avances fueron realizados por mujeres de manera individual, mujeres con gran poder en la corte, enfermeras o periodistas que por sus capacidades consiguieron hacerse notar. Poco a poco, este tipo de profesiones fueron dirigidas al ámbito femenino, beneficiadas por avances en la sociedad victoriana que dotaban a la mujer de mayor independencia y tiempo: como un mobiliario más ligero, bicicletas o inventos para ayudar en las tareas del hogar. Estos avances progresivamente iban dotando a las mujeres de un mayor sentimiento sufragista, veían que sus vidas podían ser diferentes y no tenían por qué someterse al yugo del hogar. Ya en 1793, Mary Wollstonecraft había puesto en antecedentes la situación de las mujeres frente a sus pares masculinos. Negó que las mujeres fueran inferiores a los hombres en capacidad y estableció que era el predominio del orden social definido por los hombres lo que había impedido que se expresaran libremente las capacidades femeninas. Su obra Vindicación de los derechos de la Mujer fue clave para el movimiento feminista posterior. Todos estos hechos, unidos a la aprobación del sufragio femenino progresivo en distintos estados americanos y en Nueva Zelanda, pusieron en el punto de mira a Inglaterra. Distintos movimientos fueron surgiendo con grandes personalidades de las que hablaremos posteriormente, como Mrs Pankhurst o Mrs Fawcett. Stuart Mill presentó a la cámara de los comunes en 1866, la primera petición oficial del comité por le sufragio femenino. Fue el verdadero paladín de las mujeres en la cámara baja inglesa junto a Jacob Brigt que, incasablemente insistía en presentar propuestas para obtener los derechos políticos de las mujeres. Por fin, en 1911 el gobierno de Asquith anunció un proyecto de ley para conceder el voto a todos los adultos y las enmiendas que se refiriesen a mujeres serían llevadas a discusión. Esta idea no gustó a las mujeres que querían un proyecto de ley propio y no ser incluidas de nuevo en el mismo grupo que los hombres. Fueron convocadas varias manifestaciones que desembocaron en refriegas y roturas de escaparates. Un mes más tarde el proyecto de ley era rechazado al parecer porque los miembros irlandeses deseaban obtener su independencia y creían que esto lo entorpecería. Posteriormente el partido laborista prestó su apoyo a la causa, en concreto George Lansbury, en una conferencia del partido en 1012 acordaron su compromiso. Éste dimitió tiempo después de su puesto en el partido para postularse como candidato a primer ministro por el movimiento sufragista. Fue derrotado. Las manifestaciones siguieron y en ocasiones las reivindicaciones acabaron en muerte, como el caso de Emily Davidson que se tiró a los pies del caballo de carreras del rey Jorge. Finalmente en 1914, Asquith aceptó recibir a una delegación sufragista, la de Sylvia Pankhurst, representante principal del East End londinense. SUFRAGISMO EN INGLATERRA DURANTE LA I GUERRA MUNDIAL: Los verdaderos triunfos del sufragismo, tuvieron lugar en Inglaterra y Estados Unidos, donde las mujeres tuvieron un gran papel durante la Gran Guerra. Aunque es cierto que el sufragismo femenino ha sido más estudiado en Inglaterra que en otros países, en parte debido a su deseo de mostrar a las mujeres, que se habían ganado el derecho a votar por sus servicios durante la guerra. Precisamente Inglaterra fue uno de los países que más se transformó durante y después del conflicto. Las feministas y la policía inglesa entraron en una espiral de violencia que no finalizó hasta la llegada del estallido de la Primera Guerra Mundial. Con este motivo, el Rey Jorge V amnistió a todas las sufragistas y encargó a lady Pankhurst el reclutamiento y la organización de las mujeres para sustituir a los varones que debían alistarse. Durante los doce primeros meses de guerra, la posición de las mujeres permaneció de forma parecida. El eslogan “a trabajar como siempre” fue lanzado por The Daily Mail, debido a que en esas primeras fases de la guerra, muchas mujeres perdieron sus trabajos como las empleadas de hogar o en la industria del vestido. Esta situación fue cambiando progresivamente, ya que muchos hombres iban a la guerra como voluntarios y la industria de municiones necesitaba mayor mano de obra para satisfacer a la nueva y amplia demanda a consecuencia del conflicto. Todas esas desempleadas se dirigieron a estas fábricas, en la que era más fácil conseguir un puesto y además ser admiradas por la sociedad por la labor que hacían en beneficio de su país. A pesar de que en los años anteriores a la guerra, habían desempeñado trabajos peores, con un sueldo menor y unas condiciones de seguridad deplorables. Raras veces las mujeres que nunca habían trabajado, entraban a trabajar en las fabricas, aunque algunas de estas instalaron cantinas en las mismas. Pero lo cierto es que se necesitaban más enfermeras, y muchas mujeres de clase acomodada fueron reclutadas, ya que además de sentirse útiles, trabajaban por un salario muy bajo. Esto llevó a la idea, de que esta profesión era una vocación por la que no hacía falta pagar un sueldo que cubriese las necesidades vitales. Por lo que ha esta profesión en concreto, le hizo un flaco favor. Según avanzaba la guerra se hizo necesario adoptar una actitud racional para obtener mano de obra y, muy a menudo, ello implicaba encontrar mujeres capaces de realizar trabajos propios de los hombres. Las mujeres continuaban ocupando lugares en las oficinas, pero hubo mujeres que se convirtieron en conductores de autobús, por lo que algunos colectivos de la sociedad armaron un gran revuelo, a pesar de que algunas mujeres ya habían ocupado estos puestos antes de la guerra. También se veía un mayor número de mujeres trabajando en las granjas, “land girls”, ahora más numerosas. Pero la actividad de las mujeres no se limito a esto, sino que hubo algunas que se acercaron mucho más a los campos de batalla, y no solo como enfermeras, sino como servicios auxiliares femeninos, dentro de los cuales, desempeñaban trabajos de todo tipo, desde la conducción de camiones hasta los servicios telefónicos de campaña. Por ello, la guerra demostró a los hombres que la vida había cambiado, debido a que el esfuerzo de las mujeres en los trabajos vitales que antes ocupaban ellos, sacaron adelante su nación mientras los hombres luchaban por ella, preparándoles para el gran cambio. Tras todo esto, el sufragio femenino resultaba más obvio y reivindicativo de lo que había sido hasta ese momento, la guerra les dio el último empujón que necesitaban. El comité encargado de aprobar el sufragio femenino, se dio cuenta que en la población había una mayoría de mujeres, debido a los índices de natalidad y las bajas causadas por la guerra. Por este motivo los hombres se sintieron alarmados ante una mayoría, femenina, del electorado. Por lo cual el Speaker, sugirió que el voto se otorgara a los hombres a los veintiún años de edad, y a las mujeres a los treinta. Por fin, el 28 de mayo de 1917, fue aprobada la Ley de Sufragio Femenino, por 364 votos a favor y 22 en contra, después de cincuenta años de lucha y 2.584 peticiones presentadas al Parlamento. Fue en este momento cuando muchas de las líderes de la lucha, se presentaron como candidatas en las elecciones de 1918, pero no triunfó ninguna de ellas. La mayoría figuraron como candidatas del partido laborista o el liberal. Ha de mencionarse, que solo una mujer salió elegida en las elecciones de 1918, aunque por razones ajenas al sufragio femenino, fue la condesa Markievicz, una nacionalista irlandesa. Pero cuando alcanzaron el voto, la mayoría de los cambios deseados ya se habían producido: las mujeres podían ir a las universidades, podían licenciarse en medicina, podían divorciarse y podían ganarse la vida La discriminación por edad continuó hasta 1928, aunque por aquel entonces la lucha ya había disminuido. Esta discriminación, guiada por la creencia de que las mujeres solo votarían a candidatas femeninas. Esta afirmación queda desmentida, ya que existen países en los cuales el electorado femenino, es el mayoritario, y sin embargo en ninguno poseen una mayoría en las instituciones de representación del pueblo. SUFRAGISTAS BRITÁNICAS DESTACADAS: Mary Wollstonecraft, (1759-1797) Fue una escritora y feminista inglesa. El moderado éxito de su primera novela, La novela de María (1788), la llevó a establecerse en Londres, donde trabajó como profesora y traductora. Fue miembro de un grupo de intelectuales formado por poetas, artistas, químicos, filósofos y pintores ingleses y anglosajones como William Blake o Thomas Paine. Años mas tarde, durante la Revolución Francesa acudió a París y allí se enamoró y se caso, fruto de este matrimonio nacería su única hija. En su obra más famosa, Vindicación de los derechos de la mujer (1792), afirmó que el ideal del matrimonio reside en la afinidad intelectual y abogó por la igualdad educativa y de oportunidades para ambos sexos. Es una mezcla de géneros literarios (un tratado político, una guía de comportamiento y un tratado educacional). Con el fin de discutir la posición de la mujer en la sociedad y establece las conexiones entre “derecho”, “razón”, “virtud” y “deber”. En palabras de la propia Wollstonecraft "sin derechos no puede haber ninguna obligación”. Lydia Becker, (1827-1890) Nacida en Manchester. En 1866, tras asistir a una conferencia pro-sufragio, se convirtió en activista y fundó el Comité por el Sufragio Femenino de Manchester y unos años mas tarde (en 1870) también fundó el Diario por el Sufragio de la Mujer que publicaba noticias sobre acontecimientos que afectaban a cualquiera de los aspectos de la vida de la mujer, y en particular se centró en demostrar la gran cantidad de apoyo de la población en el sufragio de las mujeres en el Reino Unido. Fue elegida para la Junta de Educación de esta misma ciudad inglesa, luchó por mejorar la educación de las mujeres, defendiendo que los niños también deberían aprender a coser, cocinar su propia comida y llevar a cabo diversas tareas del hogar. Encontró con la oposición rotunda de algunas sufragistas casadas, como Emmeline Pankhurst cuando promovió la propuesta en 1874 de establecer el voto sólo para las mujeres solteras. Esto no le impidió continuar como editora del Diario por el Sufragio de la Mujer durante la década de los 1870 y 1880. Emily Davies (1830-1921) Desde su niñez fue consciente de las diferencias entre hombres y mujeres (Mientras sus hermanos son enviados a estudiar fuera, ella es obligada a permanecer en casa). Durante una visita a Londres conoce a Elizabeth Garrett que la introducirá en el grupo de Langham Place. Había decidido dedicar su vida a luchar para que a las mujeres se les conceda una educación superior y sean aceptadas en ciertas profesiones hasta entonces sólo accesibles a los hombres. Comienza por tratar de convencer a las autoridades del ingreso de mujeres en la London University, así como de su admisión en los exámenes de Oxford y Cambridge. En 1865 funda junto a otras sufragistas la Sociedad de Kensington que llevarán (entre otras muchas propuestas) a Westminster una petición con 1.500 firmas solicitando el derecho al voto femenino. Volviendo a sus inquietudes sobre la educación igualitaria, en 1873 abre a dos millas de Cambridge la primera facultad en dar educación universitaria a las mujeres, el Girton College (aunque no sera hasta 1948 cuando las estudiantes serán consideradas miembros oficiales de la U. de Cambridge). Emily regresa a la lucha por el derecho al voto femenino en 1889. Participará activamente en la Unión Nacional de Sociedades por el Sufragio de las Mujeres aunque, contraria a las facciones radicales, se une posteriormente a la nueva organización surgida de la Unión y formada por sus representantes conservadores. Fue una de las pocas sufragistas originarias que logró votar en las elecciones parlamentarias de 1919. Elizabeth Garrett Anderson, (1836-1917) Originaria de una familia acomodada que esperaba que permaneciera en el hogar familiar hasta que encontrara un hombre para casarse, Elizabeth estaba más interesada en obtener empleo. Durante una visita en Londres en 1854, conoció a Emily Davies y años después a la que la inspiraría para convertirse en la primera mujer a la que se le reconocía el grado de Doctora en Inglaterra, Elizabeth Blackwell (la 1º mujer en los Estados Unidos para calificar como un médico). Trató de estudiar en varias escuelas de medicina, pero todos se negaron a aceptarla así que se vio obligada a convertirse en enfermera y a asistir a conferencias. Después de las quejas de los estudiantes varones también se le prohibió la entrada a la éstas. Descubrió que la Sociedad de Boticarios no especificada la prohibición de examinarse a las mujeres y en 1865 aprobó los exámenes pero en cuanto estos estuvieron al corriente de la situación cambiaron sus reglamentos para eliminar la posibilidad de que otras mujeres accedieran a la profesión de esta manera. Tras todo esto ya es una feminista comprometida y en el mismo año forma junto a otras feministas la llamada la Sociedad de Kensington. Estaba decidida a obtener un título de médico así que decide irse a París donde consigue el titulo, pero a su regreso a Inglaterra se le niega el reconocimiento de su título. En 1872 abrió el Nuevo Hospital de la Mujer en Londres, un hospital que fue atendida en su totalidad por mujeres. Cabe señalar que en 1908 se retira a Aldeburgh y es elegida la 1º mujer alcaldesa en Inglaterra. Finalmente se desmarcará de los movimientos políticos en 1911 debido a su oposición a las campañas y actividades violentas y radicales. Emmeline Goulden Pankhurst, (1858-1928) Sufragista británica que dirigió en su país el movimiento en favor del derecho de voto de la mujer. Nació en Manchester y estudió en la École Normale de París (1873-1877). Contrajo matrimonio con Richard Marsden Pankhurst, un abogado que defendía la igualdad de derechos de la mujer, en 1879. Fue una de las fundadoras de la Liga para el Sufragio Femenino (WFL) creada en 1889, que cinco años después consiguió que se aprobara una ley que permitía votar a las mujeres en las elecciones locales. En 1903 organizó junto con sus hijas Christabel y Silvia la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU) en Manchester, grupo que adquirió cierto renombre cuando trasladó su sede a Londres y comenzó a organizar reuniones públicas y marchas de protesta frente a la Cámara de los Comunes. Sus actividades fueron adquiriendo un tono cada vez más agresivo, por lo que fue arrestada y encarcelada en varias ocasiones desde 1908 hasta 1913. Realizó varias huelgas de hambre en señal de protesta durante los periodos que pasó en prisión. En 1914, a comienzos de la I Guerra Mundial, alentó a las sufragistas a que abandonaran su campaña y se entregaran al trabajo de guerra. Falleció en Londres el 14 de junio de 1928, pocas semanas después de que se otorgara el derecho al voto femenino. Emily Wilding Davison (1872-1913) Graduada por la Universidad de Londres, esta sufragista se unió a la Unión Política y Social de la Mujer en 1906. Dedicada a la enseñanza durante años, la abandonó para dedicar todo su tiempo a este movimiento. Fue detenida y encarcelada en varias ocasiones tras llevar a cabo varias actividades promovidas por la WSPU. Pocos después de salir de prisión, fue sorprendida junto a otras activistas arrojando piedras contra el coche de un político envueltas con la frase "La rebelión contra tiranos es obediencia a Dios." por lo que fueron de nuevo condenadas. Desde Unión Social y Política de la Mujer contribuyó escribiendo artículos y reseñas para su periódico. Tras numerosos incidentes estaba convencida de que las mujeres no iban a ganar la votación hasta que el movimiento tuviera un mártir. Decidió llamar la atención saltando desde una escalera de hierro, pero calló en tela metálica, 30 metros más abajo, por lo que no murió pero sufrió graves lesiones en la columna. Tras recuperarse del incidente comenzó a hacer nuevos planes y finalmente en junio de 1913, asistió a la carrera de caballos más importante del año, el Derby, saltó por debajo de la barandilla y corrió hacia el medio de la pista. Emily trató de agarrar las riendas del caballo propiedad de Rey Jorge V pero en lugar de ello fue golpeada por éste y se fracturó el cráneo. Murió días mas tarde sin recobrar el conocimiento. Aunque muchas sufragistas en peligro sus vidas por huelgas de hambre, Emily fue la única que arriesgó deliberadamente su vida. Sin embargo, sus acciones no tuvieron el impacto deseado en el público en general. Ellos parecían estar más preocupados por la salud del caballo y el jinete mientras que ella fue tildada como una fanática y enferma mental. LA SITUACIÓN EN EUROPA: En Inglaterra se estaban produciendo cambios, pero la cuestión del sufragio femenino, cuestión general de las mujeres, era difícil de ignorar. La Unión Nacional de Sociedades Sufragistas proseguía sus cabildeos, aun así eran innumerables los procedimientos para entorpecer la legislación. Los partidarios del voto para las mujeres ni si quiera tenían la oportunidad de plantear su moción y menos aún de someterla a votación. Fue Eva Gore-Booth y un grupo de otras mujeres quienes empezaron a interesarse por la política en la zona de Manchester y en 1903 formaron la Unión Social y Política Femenina. La situación en Estados Unidos era totalmente diferente, de hecho la táctica de la unión Nacional Inglesa de Sociedades Sufragistas (NUWSS- National Union of Women's Suffrage Societies) hubiera sido mucho más eficaz al otro lado del charco. Las Pankhurst comprendieron mucho mejor el sistema inglés, sabía que para obtener buenos resultados era necesario levantar la opinión pública e interesar al pueblo en la cuestión. En 1905 la hija de Mrs. Pankhurst y Annie Kenney, una obrera, fueron acusadas de haber intentado promover disturbios en un mitin político celebrado en Manchester. Los periódicos deploraron este comportamiento alegando que esas no eran las formas de practicar agitación política, en cambio todos los partidarios del sufragio femenino se alegraban de que se hubiese hecho algo para atraer la atención de la gente hacia esta causa. Poco después las Pankhurst se trasladaron a Londres y empezaron a promover su campaña. A parte de la NUWSS también la WSPU (Women's Social and Political Union) hacia un papel importantísimo en el movimiento sufragista femenino, tenían diferencias en cuanto al enfoque y eran conocidas como “suffragists” y “suffragettes” respectivamente. Los métodos de las “suffragettes” resultaron muy adecuados para sus finalidades. Es importante destacar que en los primeros años del siglo XX las perspectivas se volvían bastantes favorables para las mujeres. A partir de la formación de la Commonwealth en 1901 se permitió que votaran en las elecciones federales las mujeres del Sur y el Oeste de Australia y en 1902 se consiguió que votaran todas las australianas. En el caso de Noruega sucedió algo semejante. En 1901 Noruega concedió en voto en las elecciones municipales a las mujeres calificadas para ello por sus propiedades y en el 1913 las noruegas ya gozaban de una igualdad electoral completa con los hombres. En los países escandinavos las mujeres estaban ganando muchas batallas prácticas e inmediatas para las cuales el voto les habría sido muy útil, y varias de ellas las ganaron sin ayuda del voto. En 1906 las mujeres finlandesas consiguen el voto, Finlandia fue el primer país que equiparó a las mujeres con los hombres en cuanto a las elecciones. La Asociación Finlandesa Femenina tuvo un papel muy importante en la vida del país. No faltaron por esos tiempos los dibujantes humoristas que se cebaron en el tópico sensacionalista de “Votos para las mujeres” EL PROGRESO DE LAS SUFRAGISTAS: En Inglaterra, como en Estados Unidos, el sufragio femenino no podía implantarse sin afectar al resto de la situación política. Pero la situación que se vivía en Inglaterra no era tan violenta como la de Estados Unidos. Una propuesta muy simple consistía en otorgar el voto tanto a hombres como mujeres mayores de 21 años, pero ningún partido conservador, tanto si apoyaba el sufragio femenino como si no, aceptarían que se sumara tanta gente pobre a la lista de electores. El problema de esta proposición es que era demasiado simple. Cada vez sonaba con más fuerza el nombre de Mrs. Pankhurst que, junto con sus dos hijas, constituían la columna vertebral del movimiento WSPU. Mrs.Pankhurst era una dama muy hábil en la oratoria y la propaganda, dispuesta si era necesario a sacrificar por la causa la salud, la seguridad y hasta la misma vida. Llevó a cabo un golpe de estado, se apoderó del control de la organización e impuso una nueva constitución, pero aquellas sufragistas que no eran devotas admiradoras de este comportamiento crearon por su cuenta la Liga para la Libertad de la Mujeres, la diferencia entre ambas era que la primera de ellas no creía en la violencia. Otra diferencia importante era que la WSPU se asentó en Londres con mucha fuerza y la mayoría de sus violentos y vigorosos pasos para dar publicidad a su causa fueron dados en Londres, las sufragistas necesitaban publicidad y deseaban llamar la atención de la prensa. “Voto para las mujeres” era lo que gritaba Miss New gritaba a las puertas de Downing Street, fue Mrs. Drummond quién logró entrar dentro de la casa del Primer Ministro repitiendo y gritando la famosa frase. En verdad, esta clase de acciones no podían convencer a los ministros anti sufragistas para cambiar de opinión pero atraían muy fuertemente la atención de otras mujeres y las inducían a interesarse en la lucha. Algunas mujeres intentaron presentar una petición a Fernando VII, aunque este no tenía apenas influencia en acciones políticas, peor lo verdaderamente importante era llevar a cabo una manifestación pública y así fue. En el verano de 1908 se organizaron marchas más concurridas. Desfilaron grupos y cada grupo llevaba un pendón bordado que le identificaba. Como era de esperar, Mrs. Pankhurst encabezo una sección y la Liga para la Libertad de las Mujeres desfiló en otra sección. En el fin de semana siguiente a este WSPU organizó una manifestación por su propia cuenta y The Times calculó que acudieron al mitin más de 500.000 personas, una cifra tan enorme como improbable. Mrs, Pankhurst, una de sus hijas y Mrs. Drummond fueron juzgadas por conducta susceptibles, fueron declaradas culpables y conducidas a la cárcel. Al hilo de todo esto, las mujeres que eran encarceladas empezaron a declararse en huelga de hambre, lo que hizo desconcertar al gobierno que no sabía que hacer y qué medidas tomar, recurrió a la “alimentación forzosa” mediante sonda, y esto llevo a tal situación que muchos miembros de la Cámara de los Comunes se plantearon otorgar el voto a las mujeres para abatir el problema. En 1901 fue creado un Comité de Conciliación en el que se otorgaba el voto a las mujeres propietarias, viudas y solteras. La política nacional había llegado a un punto muerto. En 1911 la WSPU puso fin a la campaña de agitación por la violencia. La paz y la esperanza se instalaron en Inglaterra, y Mrs. Pankhurst marchó a América del Norte para contar la historia de la lucha. CONCLUSIONES A modo de conclusión, y vista la trayectoria de la evolución sufragista, a día de hoy nos podemos replantear si no es demasiado tarde para hablar de la concesión de la libertad de la mujer con el otorgamiento del derecho al sufragio, ya que, si las mujeres hubiesen podido votar en el siglo XIX, hubieran podido ayudarse unas a otras y a sí mismas en muchas luchas que les concernían, como por ejemplo, la propia defensa de sus semejantes, el acceso a una serie de trabajos y otros derechos relacionados con su libertad sexual. Podemos afirmar que las mujeres tuvieron que allanarse el terreno ellas mismas sin la ayuda del voto, es decir, luchando contra la discriminación y el rechazo social y participando activamente en la medida en que podían por conseguir ese derecho. Concluimos, que el voto llegó cuando la lucha ya había sido librada, lo cual significaría que la concesión del voto era al fin y al cabo un claro recordatorio de que tenían por sí mismas el derecho igualitario que los hombres a decidir; así que la aprobación del derecho de sufragio femenino es en cierto sentido un monumento al progreso pasado. Lo que de todas formas lo ha mantenido vivo y ha sido todo un avance, ha sido la revolución sexual y que se fuera aceptando el hecho de que las mujeres no deben necesariamente casarse pronto. Estos dos cambios se encuentran entre los más importantes que hicieron transformar totalmente la sociedad e hicieron de la igualdad de género una realidad. Cabe mencionar brevemente los cambios en otros países al margen de la marcha progresiva de las nacionales desarrolladas en cuanto a este ámbito, ya que en éstas, las mujeres tuvieron la oportunidad de ganarse la vida en las guerras producidas, cuando los hombres se hallaban en el frente, destacando los empleos de oficina a nivel de clase media, pero, ¿qué ocurre fuera de estas zonas afortunadas? el derecho de sufragio era negado normalmente por igual a hombres y mujeres, por lo que está claro que hacía falta una lucha previa por el sufragio universal masculino que no se había dado. Durante muchos años, la única esperanza para el sufragio femenino en estos países venía dada por la ambición de imitar a las potencias desarrolladas, y también se veía como un símbolo de la descolonización (subproducto del éxito de los movimientos nacionalistas anticoloniales) incluyendo el sufragio femenino como parte de dicho modelo. A fines de la década de los años 30, las mujeres poseían el derecho a voto en casi todo el mundo y el sufragio femenino era considerado como un progreso necesario e irrevocable, aunque algunas actitudes todavía intentaban hacer algo en contra de lo inevitable. Cabría preguntarse qué lograron las mujeres gracias a esta lucha, sus progresos sociales y políticos no siempre han estado unidos al voto. En el panorama político aún se tiende a excluirlas salvo algunas excepciones. En todo caso, el número de hombres que se opusieron al sufragio femenino fue suficiente como para suponer que fue una auténtica lucha y una prueba de fuerza.