El Estado de Bienestar

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El Estado de Bienestar
Por Estado de Bienestar se entiende el conjunto de actividades desarrolladas por los
Gobiernos que guardan relación con la búsqueda de finalidades sociales y
redistributivas a través de los presupuestos del Estado. Se refiere, por tanto, a la
actividad desarrollada por la Seguridad Social en cuatro frentes: transferencias en
dinero (por ejemplo subsidios de desempleo o vejez), cuidados sanitarios (un sistema
de salud universal y gratuito), servicios de educación (garantizar el acceso al
conocimiento de todos los ciudadanos) y provisión de vivienda, alimentación y otros
servicios asistenciales.
Para establecer un Estado de Bienestar es necesaria la existencia de una serie de
factores:
1. La democracia como modelo de Gobierno.
2. El principio de Bienestar social como modelo de actuación político y moral.
3. Un modelo económico basado en el capitalismo en el que el Estado intervendrá
de forma activa con un papel regulador.
Hoy en día este modelo peligra ya que la presión económica de los denominados
mercados sobre los Estados es tan fuerte que la mayoría de los países que tenían este
modelo social desde hace más de 60 años han tenido que recortar de forma abrupta la
inversión pública o la redistribución de los bienes públicos a favor de los derechos
sociales. Este hecho ha venido marcado por la globalización de la economía en la que
grandes multinacionales marcan las reglas del juego económico y establecen además
las políticas internas de cada país. La crisis económica que se viene sufriendo en
Europa desde el 2008 con una destrucción de empleo notable, una bajada brutal de
consumo, una necesidad acuciante de la sociedad de mayores prestaciones sociales,
ha llevado a que el Estado de Bienestar se haya vuelto muy complicado de mantener.
El Estado del Bienestar solo es sostenible si existe crecimiento económico y se genera
empleo. En el momento en que estas variables fallan, las prestaciones sociales pasan a
correr un serio peligro ya que la redistribución de los bienes públicos que garantizan
los derechos sociales fallan y con ellas se produce de forma paralela la pérdida de
derechos sociales. El hecho de que el gasto público se haya reducido viene de la mano
de otros aspectos como la privatización de servicios. Es decir, el Estado delega en
empresas privadas lo que en principio era de su competencia. Por ejemplo, si en
España, la Sanidad era un derecho público, sostenido por fondos públicos y destinado
a toda la población, hoy en día este servicio se ha visto recortado teniendo que pagar
los ciudadanos parte de los servicios que antes eran gratuitos y universales (copago
farmacéutico, derecho a atención sanitaria en el caso de parados e inmigrantes que
deben abonar las consultas médicas, aumento de las listas de espera en muchas
intervenciones quirúrgicas, pago de medicamentos que salen del sistema público de
financiación, etc.)
Muchos Estados que han sido afectados de forma profunda por la crisis han tenido
que recortar gasto público que repercute en los derechos sociales de la ciudadanía y
han tenido que recurrir a la privatización o entrada de recursos económicos de
empresas privadas para sostener el sistema. Sin embargo, con la entrada de estos
fondos privados, los Gobiernos, pierden su papel de regulador o de redistribuidor de
los bienes de todos, por lo que al final, la ciudadanía es la que sale perdiendo. Se
pierden servicios, se pierden derechos y se pierde autonomía, ya que son las empresas
las que establecerán las políticas de actuación en aspectos que son de importancia
social trascendental mirando solo por sus propios beneficios económicos y no por la
garantía del Bienestar social.
En las imágenes vemos claramente la existencia de dos mundos paralelos, un mundo
en el que el consumo y los privilegios sociales son derechos básicos y otro en el que la
ausencia de unas condiciones mínimas de vida digna es patente. Además parece que
este último está al servicio del primero como podemos observar en la imagen que
presenta el trabajo infantil. Las fotografías 5, 6 y 7, especialmente esta última en la
que se ve un edificio con piscinas en cada una de las plantas, cancha de tenis, etc. nos
ha llamado poderosamente la atención ya que se ve claramente el reflejo de esos dos
mundos que conviven en un mismo espacio y tiempo pero que son totalmente
contrarios y excluyentes. Es a partir de estas imágenes y por todo lo anteriormente
expuesto por lo que podemos deducir que el Estado de Bienestar, en la práctica, se
convierte en privilegio para unos pocos y no en derechos para todos, a pesar de que en
su principio y en su fundamentación teórica este tipo de modelo social debería ser
beneficioso para todas las sociedades.
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