“Las personas inteligentes tienen un derecho sobre las ignorantes: el derecho de instruirlas” Ralph W. Emerson La frase del poeta y pensador Ralph W. Emerson resultó perfecta para darle título a la controversia por el fanatismo contenido en el comunicado recientemente difundido con el que se pretende restarle importancia al avance de la tarea de resistencia y defensa del SENA que, quiéranlo o no, lidera desde hace muchos años SINDESENA en materia de planta de personal y que orgullosamente algunos dirigentes sindicales pueden lucir en sus solapas en los simbólicos pero contundentes botones de SINDESENA Bogotá Cundinamarca con el mensaje “Logramos 3000 cargos de planta y vamos por más…”, mensaje éste que exacerbó en el autor o autores del escrito la destilación de su consabido veneno y actitud desinformadora. El irracional fanatismo lleva a los parcializados y retóricos análisis allí planteados, endilgan al problema de la corrupción y politiquería existente en la entidad toda la tragedia que al interior se vive, omitiendo que se trata de una política dotada de diversas estrategias, entre las que el clientelismo hace lo suyo, y que data de los años 80 cuando se empezó a gestar la manera de acabar con la parafiscalidad y se dieron los primeros pasos para restarle autonomía administrativa y doctrinal al SENA, y que de no ser por la táctica y la persistencia de SINDESENA y de los estudiantes organizados, otro sería el escenario en el que tendrían que estarse desempeñando, así que, aunque fue dramático el período, la tragedia no empezó con Darío Montoya en la institución y Uribe Vélez en la Presidencia de la República, pero sí es cierto que en ese período se intensificaron los mecanismos para tercerizar la ejecución de la formación profesional. Cómo omitir que el gobierno de César Gaviria en 1992 se aventuró a declarar por decreto presidencial, los Centros de Formación Profesional como corporaciones privadas y que fueron precisamente SINDESENA y el Comité Pro Defensa del SENA (como instrumento de unidad en torno a un propósito) los que lograron en tiempos del culto a la globalización y apertura económica, dar al traste con tan lesiva declaratoria, y sucede entonces algo similar al cuento de los botones, no todos los dirigentes sindicales pueden airosamente lucirlos en sus solapas porque sencillamente sus desempeños fueron inferiores al momento, porque prefirieron el camino de la difamación, porque fueron incapaces de dejar el pellejo en la cerca, como dice el refranero popular. Ya desde esas décadas SINDESENA se daba la pela por salvaguardar la planta de personal como uno de los pilares de la defensa integral del SENA, incansable en la denuncia por los recurrentes congelamientos de planta, por la no provisión de sus vacantes y mucho más cuando se produjo el recorte de la misma en la mal llamada reestructuración del gobierno de Uribe Vélez, logrando incluso el reintegro de muchos de los despedidos, al igual que la conversión de los cargos de instructores tiempo parcial en tiempo completo, así que el tema de planta de personal jamás ha sido un tema demagógico, como jamás ha sido demagógica la decisión de ayudar a organizar y hasta afiliar a los contratistas que con sentido de clase han encontrado en la organización sindical la posibilidad real de defender sus propios derechos, entendiendo que así como hay muy buenos contratistas, vinculados por mérito propio, están aquellos sacados del bolso clientelar, pero esa categorización de buenos y malos también le cabe a los vinculados de planta, unos con sentido de clase y otros acomodados y oportunistas, y que al margen de esa misma composición, los dirigentes sindicales tienen que tener la capacidad de comprender que el principio de defensa integral de la institución, de defensa del trabajo digno, no se supedita a particulares gustos del dirigente. Por esa diferencia de concepción de lo que es el ejercicio sindical, es que SINDESENA no ha dudado en presentar y acompañar los pliegos de peticiones de contratistas en algunas regionales, cuando hubo necesidad de hacerlo, o forzar en su momento la aplicación de mínimas pruebas para su vinculación, como efectivamente sucedió en algunas regionales, y no ha cesado en denunciar la existencia de plantas paralelas, exigiendo incluso a la Contraloría General de la República la expedición de una función de advertencia que finalmente hubo de producirse, pero además no dudó en instaurar la Demanda de Acción Popular que se soportó precisamente en la inobservancia de las Sentencias C-614 y C-171 de la Corte Constitucional sobre plantas paralelas, acompañadas además, por las numerosas demandas de Contrato Realidad, 83 en 2012 y 79 en 2013, y todo ello como un conjunto de iniciativas tendientes a forzar lo que orgullosamente pueden lucir algunos dirigentes sindicales en el botón de la discordia y exacerbación del fanatismo en cuestión. Se deduce del delirante comunicado, que ni siquiera han tenido la capacidad de analizar los resultados del estudio de carga realizado por la ESAP, en el que incluso se concluye que la entidad requeriría una planta de personal de 30.660 cargos en lugar de los 6.224 que hoy ostenta (sin oficiales), conclusión ésta que sirve a la argumentación de defensa de la entidad, así como en su momento el estudio realizado por la Hellp Power (bajo la administración de Ricaurte Lombana) dictaminó lo contrario a lo que las directivas del SENA y el gobierno querían respecto del recorte de planta. Así y a pesar de esos resultados SINDESENA es absolutamente consciente de que en los actuales momentos sería ilusorio proponernos una ampliación de planta que nos permitiera llegar a 30.660 cargos, dado el espíritu del modelo económico que impera y que aboga es por la total reducción del Estado. Arrebatarle al neoliberalismo de turno una ampliación de planta inicial de 3.000 cargos para el SENA, claro que se constituye en una heroica conquista y sin duda alguna será un gran aliciente para quienes logren modificar sus actuales condiciones de sobreexplotación, no quererlo admitir es solamente una demostración del egoísmo e insolidaridad de quienes suscriben el documento. De nuestra parte, seguiremos acompañando a los contratistas que decidan pelearse sus derechos y seguiremos levantando la consigna de trabajo digno para todos los servidores de la entidad, pero además no cesaremos en nuestra labor de denuncia por la imposición de enormes metas de formación que resulta ser la causal del desmesurado crecimiento del contratismo en el SENA porque estamos convencidos que es así como se materializan los principios de clase, no en el discurso ni en el papel, sino con acciones concretas, con la decisión y con el ejemplo en la calle, en el sitio del conflicto, en el aula, en el barrio, es en la trinchera donde la conciencia deja ver sus formas. Atentamente, (Original firmado por) Aleyda Murillo Granados Presidente SINDESENA JUNTA NACIONAL