Una periodista asturiana, Princesa de Asturias

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EDITORIAL PRENSA ASTURIANA
OVIEDO, DOMINGO, 23 DE MAYO DE 2004
Director: Isidoro Nicieza
Precio: 1,65 euros
DIARIO INDEPENDIENTE DE ASTURIAS
AÑO LXVIII - N.º 22.060 • EDICIÓN DIGITAL: www.lne.es
Por primera vez en la Historia
W
Letizia se estremeció con
el «Asturias, Patria Querida», el
momento más emotivo del día
W
La lluvia deslució el recorrido
de los novios por Madrid
W
Asturias
ya tiene
Princesa
asturiana
«Soy feliz; me caso con la mujer
que amo», brindó don Felipe
Madrid / Oviedo
Asturias ya tiene Princesa y, por primera vez en la Historia, es
asturiana. Letizia Ortiz Rocasolano asumió el título a las 11.50
horas de ayer cuando le dio el «sí, quiero» a don Felipe de Borbón.
Asturias fue también el referente de dos de los momentos más
intensos de una jornada histórica: la emotiva lectura de Menchu
Álvarez del Valle, la abuela, en la catedral y el estremecimiento de
la ya Princesa al escuchar el «Asturias, Patria Querida» ejecutado
a la gaita. «Soy un hombre feliz; me he casado con la mujer que
amo», brindó el Príncipe en el banquete nupcial, que reunió a
1.600 invitados. La lluvia, torrencial a ratos, deslució el recorrido
de los novios por las calles de Madrid, calles que en Asturias se
quedaron vacías para ver la ceremonia. / Páginas 2 a 57
OLa emocionante voz de Menchu OUn balcón de cuento de
hadas O «¡Felipe, torero, queremos un heredero!» O La
trastada de Froilán O Los invitados asturianos O Las otras
bodas OLa Virgen de Atocha hizo el milagro O Las calles de
Asturias, vacías O Así lo vio la TV O Todas las músicas
OArtículos: siete visiones personales O El estilo de Letizia
Y ADEMÁS
Fernando Alonso deslumbra en
Montecarlo y hoy saldrá tercero
Páginas 76 a 78
Hoy, tapas y primer
fascículo de
«Los Asturianos»
enviado especial de LA NUEVA ESPAÑA
LOTERÍA NACIONAL
Página 115
Editorial
Una periodista asturiana,
Princesa de Asturias
or debajo de lo superficial de la
pompa, la espectacularidad y el
boato, la deslumbrante boda del
Príncipe Felipe de Borbón y la asturiana
Letizia Ortiz, celebrada ayer en Madrid,
tiene el profundo significado histórico de
abrir una nueva etapa en la Monarquía
española. Para Asturias, cuna de esa
Monarquía, que el heredero de la Corona
haya elegido como futura reina a una astu-
P
y último fascículo de
«La Monarquía Asturiana»
JESÚS FARPÓN,
Los Príncipes, convertidos en marido y mujer, abandonan la catedral bajo un arco de sables de compañeros de armas de don Felipe.
riana, cuyos méritos no provienen de la
sangre, sino de la valía personal y el
esfuerzo, debe ser, mucho más que un
motivo de satisfacción, un estímulo que
ayude al viejo Principado a cambiar la
frustración colectiva que lo viene caracterizando por la ambición y vitalidad que
muestran sus jóvenes, una de las cuales,
esta brillante periodista, se constituye en un
ejemplo excepcional. / Pasa a la página 3
ÍNDICE
OPINIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . 28
OVIEDO . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
GIJÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . 62
AVILÉS . . . . . . . . . . . . . . . . . 63
LAS CUENCAS . . . . . . . . . . . 64
ASTURIAS . . . . . . . . . . . . . . 67
SUCESOS . . . . . . . . . . . . . . . 70
FIRMAS . . . . . . . . . . . . . . . . 71
ESPAÑA . . . . . . . . . . . . . . . . 72
INTERNACIONAL . . . . . . . . . 74
Así es el hogar
de los Príncipes
ECONOMÍA . . . . . . . . . . . . . . 75
DEPORTES . . . . . . . . . . . . . . 76
ESPECTÁCULOS . . . . . . . . . 120
2
LA NUEVA ESPAÑA
Domingo, 23 de mayo de 2004
La repercusión del enlace
Opinión
Lo que el ojo no vio
Oviedo, paralizado: ni un coche por
la calle Uría durante la ceremonia
General Elorza, donde vivía Letizia, sin tráfico durante la boda
Crítica televisiva de Pepe Colubi
Drama en la catedral
Ribadesella brinda con sidra por la
Princesa, a la que nombrará hija predilecta
Una crónica de Pepe Monteserín
El niño Luis Suárez juega con un
retransmisión.
La lluvia bendice a la P
Q Doña
Letizia contuvo a duras penas las
lágrimas al escuchar el «Asturias, Patria
Querida», lo más sentido de la jornada
Q Don
Felipe se proclama «un hombre
feliz» al final del banquete porque
«me caso con la mujer que amo»
Asturias ya tiene princesa asturiana. Doña Letizia, una periodista nacida en Oviedo, entró ayer
en la historia de España al convertirse en la esposa del príncipe
Felipe, heredero de la Corona. El
protagonismo del Principado fue
enorme, desde el ramo de flores
de la novia, que llevaba flor de
manzano hasta la música de la
jornada. Doña Letizia pudo contener a duras penas las lágrimas
cuando escuchó el «Asturias,
patria querida» que interpretó la
Banda de Gaitas «Ciudad de
Oviedo». La Princesa de Asturias
tuvo que reclinarse sobre el hombro de su marido para superar la
emoción. La misma emoción que
había sentido cuando su abuela,
Menchu Álvarez del Valle, hizo la
segunda lectura prestando su
vibrante voz hermosa a un bello
texto de San Pablo sobre el amor.
Los pronósticos meteorológicos
acertaron. La novia tuvo que llegar a la Almudena en coche. El
público se perdió verla lucir su
traje por la larga alfombra roja
desde el Palacio Real a la Catedral. Pero aguantó la decepción y
el chaparrón como si fuera una
parte más del paisaje, como si la
lluvia no pudiera faltar en la boda
de una asturiana. Sólo con Letizia
convertida en Princesa de Asturias, y tras visitar a la Virgen de
Atocha, obró el milagro, y el
cielo empezó a clarear. El traje de
la novia, sobrio, clásico, regio,
con un bordado majestuoso y
cuello espectacular, acaparó
comentarios positivos. La retransmisión televisiva, fría y distante,
que hurtó las escenas emotivas,
las que se salían del guión, fue,
por contra, criticada. El Príncipe,
al final del banquete, resumió el
día: «Me siento feliz porque me
caso con la mujer que amo».
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Domingo, 23 de mayo de 2004
JOSÉ PANDAL
globo en Ribadesella, en plena
LA NUEVA ESPAÑA
Las otras bodas
El traje de la novia
Yo me casé el mismo
día que Felipe y Letizia
Bordado majestuoso,
cuello que hará furor
El matrimonio, ayer, de
catorce parejas asturianas
J. L. CEREIJIDO
Los príncipes aplauden a la Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo».
3
Doña Letizia llevó en su
ramo flores de manzano
Princesa de Asturias
Q La
voz de su abuela
leyendo un texto sobre el
amor emocionó a la novia
Q Protagonismo
musical
asturiano, con las gaitas
y el coro de la Fundación
Q La
frialdad y distancia de
la retransmisión televisiva
levantan algunas críticas
Editorial
Una periodista asturiana, Princesa de Asturias
Viene de la primera página
estaurada la Corona a la par que la
democracia de la mano del Rey Juan
Carlos y su esposa, la Reina doña
Sofía, le toca ahora a su descendiente y
legítimo heredero, el Príncipe de Asturias,
consolidar plenamente la institución monárquica, engrandecerla aún más si cabe de lo
que ya lo hicieron sus padres y darle continuidad. Para esa tarea, sin duda difícil, porque la aceptación de la monarquía en un
país escasamente o nada monárquico como
España pasa por la actualización constante
de un pacto no escrito con el pueblo, don
Felipe de Borbón ha elegido libremente, por
amor, a doña Letizia, la nueva Princesa de
Asturias, la futura Reina de España.
Dejó dicho Erasmo de Rotterdam que
«no hay camino más breve y eficaz para
ayudar a su pueblo que la vida ejemplar del
Príncipe». El Príncipe y su esposa acaban de
emprender ese camino. Encarnan, en cierta
medida, el símbolo del relevo generacional,
la representación de una juventud, como la
española de hoy en día, que es quizá la más
brillante y formada de la Historia de este
país y que está llamada con su esfuerzo y su
trabajo a hacer de España un país aún más
próspero y desarrollado. Su boda es así un
mensaje de ilusión y esperanza.
La Monarquía, según el general asturiano
Sabino Fernández Campo, que tantos años
pasó al lado de los Reyes, «no es sólo lo que
es, sino lo que fue y lo que va a ser. De ahí
la importancia del Príncipe de Asturias, que
significa el futuro». Para Fernández Campo,
la escasez de poder del Rey se compensa
con el crecimiento de su autoridad. Una
«auctoritas» que se ha de ganar, día a día,
con esfuerzo y sacrifico. Don Felipe y doña
Letizia, al elegir un camino nuevo y por esa
razón arriesgado, han comenzado a ganarse
esa autoridad para ser los mejores Reyes
que pueda tener España.
«Un rey nace y se hace», declaró la reina
doña Sofía. «No hay escuela. No puede
haberla, porque las circunstancias de uno
son diferentes», dijo en una entrevista con la
periodista Pilar Urbano publicada en forma
de libro. «El príncipe Felipe tiene una formación impresionante, como no la ha podido tener su padre, como no la tiene casi nin-
R
AFP
La foto de familia
De izquierda a derecha: la infanta Cristina con su
hijo Miguel en brazos y Pablo Nicolás, sentado;
Paloma Rocasolano, con su nieta Carla; Don Juan
Carlos; Doña Letizia; el Príncipe dando la mano a
Froilán; Doña Sofía con su nieta Victoria Federica;
Jesús Ortiz y la Infanta Elena.
gún rey y que ya quisiera tenerla yo. Pero
¿ser un buen príncipe, ser un buen rey? Eso
tiene que venir de dentro, tiene que ser innato. Y yo, que soy su madre, ¿qué puedo
decir? Pues… que sí, que noto que lo lleva
dentro. ¡Me da cada lección a veces!».
Con estilo más desenfadado, el Rey don
Juan Carlos afirma en el mismo libro que
«un príncipe no puede tumbarse a la bartola,
tiene que ganárselo. La corona hay que trabajársela cada día de cada mes de cada
año». El significado profundo de la boda de
ayer es que el Príncipe y la Princesa de
Asturias han comenzado a trabajarse esa
corona.
Una asturiana, reina
Uno de los momentos más emotivos de
la ceremonia de ayer se produjo al regreso
de ya esposos al Palacio Real, después de su
recorrido por Madrid para visitar la iglesia
de Atocha, donde habían sido recibidos con
el himno asturiano cantado espontáneamente por el público. La visible emoción de
Letizia al escuchar el «Asturias, Patria Querida» interpretado por la Banda de Gaitas
«Ciudad de Oviedo» encontró sin duda una
intensa sintonía con la de muchísimos asturianos, sin perjuicio de que otros, ejerciendo
su legítimo derecho, se distanciaran de lo
que representaba la ceremonia.
Si para la ya Princesa Letizia esa presencia de Asturias, simbolizada en el himno
interpretado por los gaiteros, le pudo recordar la tierra propia, la que brinda el mejor
apoyo posible para aspirar a alcanzar los
ideales soñados, para los asturianos el éxito
de uno de ellos debe trascender de la mera
satisfacción para convertirse en un estímulo
excepcional.
En Asturias está la cuna de la Monarquía
española. Don Felipe será el rey número 69
después de Pelayo. A su lado, doña Letizia,
la nueva Princesa de Asturias, se convertirá
en la primera asturiana que comparta el
trono desde los remotos tiempos de Adosinda, esposa de Silo, en el siglo VIII. Pero
Letizia significa muchas cosas más, profundamente innovadoras. Es Princesa y llegará a
ser reina no gracias a la sangre, sino al amor
y al mérito. El Príncipe heredero la ha elegido a ella, y ella lo ha elegido a él, como una
mujer de su tiempo, que optó por serlo en
plenitud, preparándose para ejercer una profesión y ejerciéndola luego con brillantez.
Es un ejemplo muy representativo, en
cuanto a la capacidad, de los jóvenes asturianos de su generación, mejor preparados
que nunca pero abocados a buscar fuera de
Asturias las oportunidades que su tierra se
muestra incapaz de darles. Ayer por la tarde,
mientras se celebraba el banquete nupcial,
centenares de jóvenes convocados por una
asociación que responde a la significativa
denominación de Asturianos en Madrid se
reunían en un lugar de la capital de España
para celebrar una de las fiestas con las que
reafirman periódicamente una identificación
con Asturias de la que, pese a lo que pese,
se sienten orgullosos.
Asturias produce individualidades excepcionales en todos los campos. Sin alejarnos
del acontecimiento de ayer, fueron asturianos los que contribuyeron a restaurar la
Corona y a hacerla viable en un nuevo
entorno democrático, como Torcuato Fernández Miranda; a afianzarla con servicios
excepcionales, como Sabino Fernández
Campo; y a servirla con eficacia como
Alberto Aza. De la valía de los jóvenes, un
ejemplo bien representativo es el de Letizia
Ortiz. ¿Cómo es posible entonces que la
región, como colectividad, no logre superar
la sensación de frustración y fracaso? ¿Se
atreverá ahora Asturias a reclamar el protagonismo que le corresponde?
La nueva Princesa de Asturias ha sido
hasta ahora una periodista. LA NUEVA
ESPAÑA se siente orgullosa de haberle
concedido la primera oportunidad como
estudiante en prácticas. Desde esa complicidad y, al tiempo que la felicitamos a ella y a
su esposo y les deseamos toda la felicidad
personal y el mayor acierto en el ejercicio
de sus responsabilidades institucionales, le
pedimos, aunque estamos seguros de que es
innecesario, que no olvide su origen ni la
denominación del título que ahora ostenta.
Asturias espera que la fantástica buena noticia de ayer sea el prólogo de muchas buenas
noticias. Aunque ninguna sería tan buena
como la de que Asturias comenzara a
encontrarse a sí misma.
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