176-2002 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia: San Salvador a las doce horas y siete minutos del día veintidós de abril de dos mil tres. El presente proceso constitucional de hábeas corpus, ha sido solicitado a su favor por el señor Roberto Hernán Chávez, quien fue condenado por el Juzgado Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador, por la participación en el delito de estafa. Analizado el proceso; y considerando: I-. El favorecido expone que en el desarrollo de la causa penal no se le aplicaron las reglas del imputado ausente, se vulneró el debido proceso y la seguridad jurídica; con fundamento en el siguiente argumento: Siendo iniciado el proceso penal en abril de mil novecientos noventa y siete, fue capturado en el mes de marzo del año dos mil, emitiéndose sentencia condenatoria en su contra el veintisiete de julio del año dos mil; de tal forma que al momento de ser condenado ya se encontraba detenido, sin embargo, en la sentencia condenatoria se le consideró imputado ausente. El señor Hernán Chávez agregó que el juzgado emisor de la sentencia condenatoria tenía conocimiento de su detención y estadía en el Centro Penal de Quezaltepeque, lo cual quedaba de manifiesto en razón que en fecha treinta uno de agosto de año dos mil, dicho juzgado remitió oficio al Centro Penal de Quezaltepeque, solicitando informara si su persona estaba o no a su orden; indicando, además, que el Centro Penal de Quezaltepeque informó que su persona no se encontraba a la orden del referido juzgado, sino a la orden de otro; consecuentemente éste último pronunció acto de fe 237 (sic) estableciendo para efectos de computo de su detención el día diecisiete de agosto del año dos mil. Finalmente el favorecido solicitó se iniciara proceso de amparo (sic) a efecto que la fecha de su detención provisional era marzo del año dos mil. II-. Tal como lo ordena la Ley de Procedimientos Constitucionales se procedió a nombrar Juez Ejecutor, a efecto de que diligenciara el presente hábeas corpus, quien en su informe expresó: Que el señor Roberto Hernán Chávez, se encuentra detenido en el Centro Penal de Occidente de la Ciudad de Santa Ana, cumpliendo una condena de cinco años de prisión impuesta por el Juzgado Segundo de Instrucción de la Ciudad de Nueva San Salvador por el delito de estafa; afirmando que según el estudio del proceso penal, durante el desarrollo del mismo y en la sentencia condenatoria se le consideró ausente al señor Hernán Chávez, sin lograr visualizar en ningún folio del proceso, acta de captura hecha por la Policía Nacional Civil en donde constara que el ahora favorecido había sido capturado en el mes de marzo del dos mil; pero que sí constaba a folios 233 del expediente del proceso oficio número 978, proveniente del Centro Penal de Quezaltepeque con fecha treinta y uno de agosto del dos mil, en el cual se informó que el favorecido se encontraba detenido en dicho centro penal a la orden de otros juzgados y por distintos delitos, sin verificarse información sí existía proceso pendiente en el Juzgado Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador. También señaló que el computo de la detención provisional efectuado por el Juez de Vigilancia Penitenciaria de Nueva San Salvador quien tomó como base la fecha en que quedo firme la sentencia condenatoria, no pudo haberse hecho como lo pedía el favorecido a partir de marzo del dos mil, porque la orden de captura no se hizo efectiva en ese mes por el Juez de la causa, lo cual se comprobaba con el informe rendido por el señor Director del Centro Penal de Quezaltepeque. Finalmente por todo lo relacionado el Juez Ejecutor manifestó no haberse provocado dentro del proceso inseguridad jurídica, violación al debido proceso, ni a ninguna garantía constitucional. III.- Previo a examinar los argumentos planteados en la pretensión de hábeas corpus, esta Sala estima necesario hacer la siguiente consideración: En el marco jurídico normativo salvadoreño es la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, quien se encuentra habilitada por la Constitución y la misma ley, para conocer y sustanciar los procesos constitucionales, así como para proveer la decisión que en cada uno de ellos corresponda. A través de los referidos procesos esta Sala conoce de vulneraciones a disposiciones establecidas en la Constitución de la República, y a la vez otorga una tutela reforzada a los derechos fundamentales de las personas. Los mencionados procesos constitucionales los conforman: el Amparo, Hábeas Corpus e Inconstitucionalidad; cada uno de éstos tal como lo establece la Constitución y la Ley de Procedimientos Constitucionales protegen categorías jurídicas específicas, las cuales son invocadas por los peticionarios en sus pretensiones cuando promueven alguno de los citados procesos. De tal forma, estando delimitado por la normativa el ámbito de protección que otorga cada uno de los procesos constitucionales, la Sala de lo Constitucional tramita las pretensiones planteadas conforme al proceso constitucional que corresponda; es decir que conforme a los argumento fácticos y jurídicos expuestos por los peticionarios se determina el proceso constitucional correcto que debe instaurarse para el estudio de los mismos. Es por ello, que con fundamento en el artículo 80 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, el cual establece la facultad que tiene este Tribunal para suplir de oficio los errores u omisiones en que hayan incurrido las partes, cuando éstos pertenezcan al derecho, y en aplicación al principio de iura novit curia el cual se refiere a que el juez conoce el derecho, esta Sala está facultada para tramitar la petición constitucional por el cauce procedimental que jurídicamente es el adecuado, aún y cuando el peticionario solicite la configuración de un proceso constitucional que no corresponde. Y es que, en el caso sub iúdice no obstante el señor Roberto Hernán Chávez pidió se iniciara a su favor un proceso de amparo, de los argumentos expuestos en su pretensión se desprende que el reclamo de las supuestas vulneraciones constitucionales se efectúa en atención a la restricción de libertad en la cual se encuentra; es por ello que tomando en consideración lo expuesto, la demanda presentada se tramitará conforme a un proceso de hábeas corpus y no de amparo, pues el análisis de violaciones constitucionales en afectación directa al derecho de libertad física corresponde realizarse en un proceso de hábeas corpus, ya que bajo dicho proceso constitucional se encuentra circunscrita la protección al derecho fundamental de libertad física de las personas. IV.- Luego de haberse relacionado lo reclamado por el favorecido, lo informado por el Juez Ejecutor y la razón para examinar la pretensión planteada por aquel conforme a un proceso de hábeas corpus, se procede a analizar los argumentos constitutivos de la pretensión en el presente caso, con el fin de realizar el enjuiciamiento constitucional que de esta Sala se pretende; por lo cual en cada alegato en estudio se relacionaran aquellas consideraciones necesarias que permitan facilitar la comprensión del pronunciamiento a proveer en el caso sub iúdice, y se hará referencia a los pasajes del expediente del proceso penal instruido contra el favorecido que tengan una vinculación directa al respecto; así se tiene: a) El señor Roberto Hernán Chávez indicó que la fecha de su detención provisional era marzo del año dos mil, es decir, fecha distinta a la dispuesta por el Juzgado Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador el cual estableció para efectos de computo el día diecisiete de agosto del año dos mil; en relación a dicho argumento es preciso señalar que esta Sala reiteradamente en su jurisprudencia ha hecho énfasis en la finalidad del proceso constitucional de hábeas corpus, estableciendo que éste constituye un mecanismo de satisfacción de pretensiones que una persona aduce frente a una autoridad judicial o administrativa e incluso un particular cuando su libertad o la de la persona a cuyo favor se solicita se encuentra ilegal o arbitrariamente restringida, o cuando la restricción no exista pero sea inminente su producción. En base a lo expuesto, esta Sala está acreditada en materia de hábeas corpus para conocer violaciones a disposiciones constitucionales que infrinjan directamente el derecho de libertad física del favorecido; de forma que el ámbito de competencia de la Sala de lo Constitucional en el proceso de hábeas corpus se circunscribe al análisis de aquellas circunstancias que vulneren normas constitucionales y generen detrimento del derecho fundamental de libertad física; encontrándose normativamente impedida para conocer de circunstancias que no poseen trascendencia constitucional, o cuya determinación se encuentra preestablecida en normas de rango inferior a la Constitución, siendo estos últimos los denominados asuntos de mera legalidad. Así sobre el argumento en estudio, este Tribunal puede establecer que se encuentra imposibilitada para emitir un pronunciamiento, por configurar dicho alegato un asunto de mera legalidad, los cuales, como se expresó, escapan de la competencia de esta Sala; ya que su análisis y decisión está reservado en exclusiva a los jueces competentes en materia penal, pues conforme a la ley son éstos quienes deben determinar la fecha de la detención provisional para efectos de computo y cumplimiento de la sentencia condenatoria. Por ello, si el ahora favorecido está inconforme con la fecha señalada de su detención provisional, puede hacer uso de los medios de impugnación otorgados por ley, pero no considerar que esta Sala resuelva sobre la fecha de la detención provisional, porque de hacerlo se desnaturalizaría el proceso de hábeas corpus y este Tribunal con competencia en materia constitucional se convertiría en una instancia más en el proceso penal, y además se realizarían injerencias a la esfera de competencia de los jueces penales, quienes, como se acotó, están facultados para efectuar dicha función. Por tanto, estando imposibilitada esta Sala para entra a conocer y pronunciarse al respecto, es procedente sobreseer sobre el punto de la pretensión examinado. b) El favorecido también manifestó que en la sentencia condenatoria se le había considerado ausente, no obstante tener conocimiento el Juez que lo condenó de su detención y resguardo en el Centro Penal de Quezaltepeque, lo cual quedaba de manifiesto ya que en fecha treinta uno de agosto de dos mil el citado juez remitió oficio al Centro Penitenciario solicitando informara si su persona estaba o no a su orden; en referencia a éste argumento en el expediente del proceso penal consta: 1) A folios 219, sentencia condenatoria en contra del favorecido de fecha veintisiete de julio de dos mil. 2) A folios 214, oficio de fecha dieciséis de agosto de dos mil remitido por el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador al señor Alcaide del Centro Penal de Quezaltepeque, en el cual se comunicaba que el favorecido estaba siendo procesado en dicho juzgado, y que la causa se encontraba en la etapa de emitir sentencia. 3) A folios 232, oficio de fecha treinta y uno de agosto de dos mil, también remitido por el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador al señor Alcaide del Centro Penal de Quezaltepeque, solicitando informara si el señor Hernán Chávez se encontraba a la orden del citado juzgado o de otros tribunales. Por lo relacionado se verifica que -tal como lo dispuso el favorecido- en fecha 31 de agosto del dos mil el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador remitió oficio al Centro penal Quezaltepeque, pidiendo informe sobre su persona; pero tal constatación no permite colegir que el Juzgado Segundo de Instrucción a la fecha de emitir la sentencia condenatoria tenía conocimiento de su detención. Lo anterior debido a que la calidad de imputado ausente del favorecido según el expediente del proceso penal respondía a la circunstancia de no haberse ejecutado la orden de captura emitida contra éste, y además no consta en el expediente en mención que el Centro Penitenciario con anterioridad a la fecha en la cual se pronunció la sentencia condenatoria haya informado de la detención del favorecido; además es de agregar que según lo relacionado los oficios remitidos al Centro Penal se diligenciaron en fecha posterior a la sentencia condenatoria. En consecuencia, al determinarse que el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador, al momento de dictar sentencia no tenía conocimiento de la detención del señor Hernán Chávez, resulta que el acto ahora en análisis y del cual se objeta es inexistente, siendo por ello también procedente sobreseer sobre este alegato. V.- Excluidos que han sido los aspectos de la pretensión que por su naturaleza no pueden ser conocidos por esta Sala, se analizará el siguiente argumento en el cual el favorecido fundamenta la violación constitucional: El señor Hernán Chávez, reclamó del hecho de no habérsele aplicado las reglas del imputado ausente; en relación a tal argumento esta Sala entrará a conocerlo con el objeto de examinar si por la situación de ausencia del favorecido en el proceso se vulneraron las reglas del imputado ausente, y determinar si a raíz de ello se afectó el derecho fundamental de defensa y seguridad jurídica en incidencia directa al derecho de libertad física, puesto que este Tribunal ya ha manifestado que en la causa penal debe de respetarse el derecho de defensa del imputado y que obviar el cumplimiento de una norma o desviar su significado transgrede la seguridad jurídica. Así, en vista que el proceso penal instruido contra el señor Hernán Chávez se inició conforme a la normativa procesal penal derogada, esta Sala considera pertinente referirse al derecho de defensa y a las disposiciones del Código Procesal Penal derogado que regulaban las reglas especiales aplicables para los imputados ausentes y a la posibilidad conferida para concluir el proceso penal considerándose al imputado como ausente: a) El artículo 12 inciso primero y segundo de la Constitución de la República consagra el derecho fundamental de defensa, el cual puede entenderse como el derecho subjetivo público individual de acreditar inocencia o cualquier circunstancia capaz de excluir o atenuar responsabilidad; a la vez éste constituye una garantía esencial del proceso, en cuanto que toda persona objeto de imputación ante el Organo Jurisdiccional se presume inocente y debe asegurarse que el proceso se instruya con todas las garantías necesarias para ejercer su defensa. Siendo el derecho de defensa un derecho fundamental, se implanta dentro de toda causa, con el objetivo de tutelar otros derechos fundamentales que pudiesen afectarse en el desarrollo de la misma –como por ejemplo el derecho de libertad en el proceso penal–; para cumplir con tal finalidad, se debe permitir a la persona el ejercicio real de su derecho de defensa, a través de los medios necesarios para hacerlo efectivo. Como parte del derecho de defensa encontramos la figura del defensor, por medio de la cual se procura que tal derecho tenga aplicación en el desarrollo del proceso penal; éste interviene en la causa penal para aconsejar, asistir y representar al imputado; su actuación se extiende a proteger todos los intereses del procesado comprometidos en razón de la imputación y su función se manifiesta ponderablemente cuando comparece a su lado en la realización de actos para los cuales el imputado debe concurrir en persona, pues garantiza la corrección de la actividad y el respeto de las garantías procesales, y más aún cuando en presencia o ausencia del imputado expone las razones a su favor, rebate los argumentos contrarios, interviene en las pruebas, o bien formula conclusiones. En corolario, cuando el imputado cuenta con abogado defensor en el proceso, se le está salvaguardando su derecho fundamental de defensa, ya que está representado por una persona perita en derecho, quien tiene como profesión el ejercicio de la función técnicajurídica de defensa del individuo que se encuentra siendo objeto de una imputación en la causa penal. b) El derogado Código Procesal Penal el cual permaneció en vigencia hasta el diecinueve de abril de mil novecientos noventa y ocho, establecía en el artículo sesenta y cuatro, inciso segundo, la facultad del imputado no detenido de nombrar defensor por medio de escritura pública o por escrito con firma legalizada ante notario, tal facultad se otorgaba con el objeto de garantizar el derecho de defensa del imputado en el proceso penal. Siempre con la finalidad de salvaguardar el derecho de defensa del procesado el citado cuerpo legal, a partir del artículo 290 al 295 regulaba las reglas especiales aplicables para los casos del imputado ausente; específicamente el artículo 292 estipulaba: "cumplido el término del emplazamiento sin que el imputado hubiere comparecido ni nombrado defensor, el juez lo declarará rebelde y suspenderá el procedimiento (…)", según ésta disposición legal, concluida la fase de instrucción el juez de la causa penal quedaba imposibilitado de proseguir con el proceso cuando el imputado se encontraba ausente y no había nombrado defensor. De lo expresado se desprende que conforme a la derogada normativa procesal penal, si el imputado no estaba detenido y no comparecía a la causa pero nombraba defensor para que lo representara, el proceso penal podía continuar con el trámite legal correspondiente, permitiéndose su conclusión, si en caso era procedente, a través de una sentencia definitiva ya sea absolutoria o condenatoria; por tanto, si el imputado ausente nombraba defensor a su favor para que interviniese en el desarrollo de la causa, se tenía por salvaguardado su derecho de defensa habilitándose por ello la consecución normal del proceso. En el presente caso resulta evidente que para realizar el enjuiciamiento constitucional y determinar si se violentaron o no las reglas del imputado ausente –tal como lo dispuso el favorecido– , en contraposición al derecho de defensa y seguridad jurídica, es necesario verificar si la causa se instruyó en ausencia del señor Hernán Chávez y sin la intervención de defensor nombrado a su favor; así en el expediente del proceso penal consta: 1) A folios 5, auto de fecha catorce de abril de mil novecientos noventa y siete, por medio del cual el Juzgado de Paz de Antiguo Cuscatlán ratificó la denuncia interpuesta contra dos personas; entre éstas el ahora favorecido, por el delito calificado provisionalmente como estafa. 2) A folios 19, el Juez Segundo de lo Penal de Nueva San Salvador por auto de fecha cinco de junio de mil novecientos noventa y siete, decretó, entre otros aspectos, detención provisional en contra del señor Hernán Chávez y el otro procesado. 3) A folios 65, por medio de escrito presentado ante el Juez Segundo de lo Penal de Nueva San Salvador, el ahora favorecido nombró defensor particular. 4) A folios 66 auto de fecha dieciséis de abril de mil novecientos noventa y ocho, por medio del cual el Juez Segundo de lo Penal de Nueva San Salvador tuvo por parte al defensor particular nombrado. 5) A folios 75 escrito presentado por el defensor nombrado de fecha veintisiete de abril de mil novecientos noventa y ocho en beneficio del favorecido. 6) A folios 93, el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador, por auto de fecha veintinueve de mayo de mil novecientos noventa y ocho resolvió, entre otros aspectos, elevar a plenario el proceso penal y que continuaran vigentes las órdenes de captura giradas contra el señor Hernán Chávez. 7) A folios 101, por auto de fecha veintitrés de julio de mil novecientos noventa y ocho, el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador abrió a pruebas el proceso penal. 8) A folios 109, por escrito de fecha veinticuatro de agosto de mil novecientos noventa y ocho, presentado al Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador el señor Hernán Chávez solicitó se sustituyera su defensor privado nombrado anteriormente. A folios 112, el citado juez tuvo por parte al nuevo defensor privado; quien a folios 110 presentó escrito de fecha veinticuatro de agosto de mil novecientos noventa y ocho a favor del señor Hernán Chávez. 9) A folios 161, escrito de fecha veintiuno de abril de mil novecientos noventa y nueve, en el cual el favorecido nuevamente solicita se nombre otro defensor en el proceso penal. A folios 162 el Juez Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador tuvo por parte defensora al abogado designado. 10) A folios 197, por auto de fecha veintitrés de mayo del dos mil el Juzgado Segundo de Instrucción en cumplimiento a lo ordenado por la Cámara de la Cuarta Sección del Centro quien conoció en incidente de apelación la impugnación de la primera resolución condenatoria emitida por el Juzgado Segundo de Instrucción contra el favorecidodeterminó que no habiendo presentado su alegato el defensor particular del señor Hernán Chávez se nombraba de oficio a otro defensor, a fin que rindiera el alegato de defensa. 11) A folios 211, por escrito de fecha dieciséis de junio de dos mil dos, el defensor nombrado por el Juzgado Segundo de Instrucción rindió su respectivo alegato de defensa a favor del señor Hernán Chávez. 12) A folios 213, auto de fecha veinte de julio de dos mil dos, en el cual el Juzgado Segundo de Instrucción resolvió traer para sentencia el proceso penal. 13) A folios 216, el Juzgado Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador en fecha del veintisiete de julio del año dos mil dos pronunció sentencia condenatoria contra el señor Hernán Chávez por el delito de estafa; en dicha resolución se le consideró a éste último imputado ausente. De acuerdo a lo anterior se verifica que el proceso concluyó por sentencia condenatoria considerándosele al señor Hernán Chávez imputado ausente, y además que en el desarrollo del mismo el favorecido en tres ocasiones solicitó el nombramiento de defensor particular, peticiones a las que el juez competente accedió, teniendo por nombrados a los defensores técnicos, habilitando así la correspondiente intervención de éstos en la consecución del proceso penal con el objeto de ejercer la defensa del señor Hernán Chávez; además tal como se relacionó, la Cámara de la Cuarta Sección del Centro requirió el nombramiento de un cuarto defensor en beneficio del favorecido, el cual efectivamente rindió el correspondiente alegato de defensa. De tal forma la causa instruida contra el favorecido se desarrollo en presencia e intervención de defensores, y efectivamente se aplicaron las reglas del imputado ausente reguladas en el Código Procesal Penal derogado, pues el contenido de éstas permitían, como se acotó, la conclusión del proceso con la presencia del abogado defensor del inculpado ausente. Así al constatarse que el favorecido se vio representado por abogados defensores en el proceso penal, esta Sala puede determinar que no existió vulneración al derecho de defensa, pues la intervención de éstos tenía por finalidad salvaguardar los intereses del señor Hernán Chávez y efectivamente instaurar y tutelar el derecho de defensa del mismo conforme al artículo 12 de la Constitución de la República; de igual manera al aplicarse y respetarse las reglas del imputado ausente contenidas en el Código Procesal Penal derogado, no se transgredió la seguridad jurídica. Por tanto al concluirse que en el desarrollo del proceso penal no existió violación a las reglas del imputado que generara vulneraciones de índole constitucional y provocasen simultáneamente afectación al derecho de libertad física del favorecido, y siendo procedente sobreseer en relación a los argumentos de la pretensión analizados en el romano IV del presente pronunciamiento; este Tribunal no puede emitir un sentencia favorable respecto a la pretensión planteada. Por las razones expuestas en este proceso constitucional, esta Sala RESUELVE: a) Manténgase en la privación de libertad en que se encuentra el favorecido señor Roberto Hernán Chávez; b) certifíquese la presente resolución y remítase junto con la copia certificada del expediente del proceso penal al Juzgado Segundo de Instrucción de Nueva San Salvador; c) notifíquese y archívese el presente hábeas corpus. ---R. HERNANDEZ VALIENTE---J. E. TENORIO---J. ENRIQUE ACOSTA---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---S. RIVAS DE AVENDAÑO--RUBRICADAS.