Capítulo 2 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 134 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.1 El Problema del Objeto de estudio de la Psicología Julián Marino Nominalismo y Prácticas en el Objeto de Estudio Vamos a repasar algunos principios sobre qué es un Objeto de Estudio en general: En primer lugar, objeto de estudio es definido como la porción de realidad sobre la cuál una disciplina o ciencia se arroga el derecho de producción de conocimientos sistemáticos y válidos. En segundo lugar, consideramos a esta “porción de realidad” como una construcción y no como algo dado, en sí, o naturalizado. Llamamos “concepción positivista” del objeto de estudio a la creencia en que la “porción de realidad” es algo perteneciente a una realidad última, natural e independiente de los sujetos que la estudian. Oponemos la concepción positivista a la creencia en la “conceptualización del objeto de estudio”. Si tuviésemos que decir de que manera se conceptualiza un objeto de estudio en primer lugar tendríamos que resaltar que al emplear el término “conceptualiza” estamos remitiendo a que el objeto de estudio está dentro de las construcciones de sentido humano ya que las mismas personas, interesadas en cada disciplina, lo delimitan a través de diferentes supuestos. Tercero: esta construcción es social: significa que la Psicología es un campo donde hay agentes que luchan por intereses diseminados en un campo (Bourdieu, 1990). Los agentes participantes del campo de la psicología realizan la construcción del objeto de estudio desde sus posicionamientos. Cada posicionamiento permite la agrupación de diferentes agentes con intereses comunes. La naturaleza de estos intereses está conformada por propiedades específicas de los campos académicos: el campo de la psicología, a su vez, posee propiedades que le son específicas. Esta es una visión sociológica y nos permite reconocer que el objeto de estudio es una construcción de una “porción de realidad” que se presenta discursivamente. Se sigue que si es una construcción, (nos alejamos de la concepción positivista de objeto de estudio) entonces es algo afectado por el devenir histórico: en el devenir de la historia del campo de la Psicología se forman los conceptos, y los conceptos son mediaciones entre las personas y las prácticas (praxis) que nuclean la actividad concertada humana en pos de fines comunes. La mediación conceptual es una mediación materializada en el lenguaje. Sabemos que el lenguaje es permeable a la historia, a las formaciones culturales. Entonces, los derechos que una disciplina se arroga sobre la construcción de una porción de realidad para la producción de conocimientos están influidos por la historia y responden a las prácticas humanas en el seno de diferentes formaciones culturales. Concluimos que el objeto de estudio de una ciencia es una formación histórica: es la respuesta de una época a necesidades cuya satisfacción se ha delegado en el conocimiento científico. 135 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Vamos a realizar ahora un abordaje del Objeto de Estudio de la Psicología: El primer movimiento que realiza una persona que investiga su “naturaleza” es rastrear el origen de su voz, ya que el “espíritu cognoscente” lanzado hacia la búsqueda de la comprensión del objeto de estudio de la Psicología, en primera instancia intenta encontrar su ser en el sentido de la palabra que da el nombre. Considera que conocer de donde proviene la palabra Psicología permite recorrer los senderos de su uso, de su origen, y con ello, encontrar su significado particular. “Psicología” es “estudio del alma” (Psyché y Logos): el sendero de su origen nos lleva a las distintas definiciones de alma, a Aristóteles y Platón (Ferrater Mora, 1992), su relación con el cuerpo, las provincias que la conforman según estos autores, luego según los epicúreos y los estoicos. La definición de alma atraviesa diferentes etapas en la historia de la humanidad (Corsi y Scaglia, 1998) tales como la Cosmocéntrica, la Geocéntrica y la Antropocéntrica. Realizando una “arqueología” de su empleo encontramos que la voz Psicología, el estudio del alma, es una construcción de la realidad que permitió numerosos y múltiples abordajes cuyos rasgos comunes fueron: hay algo, que es el alma, que es diferente al cuerpo, que lo anima, que está compuesto de regiones y provincias, que permite establecer diferencias esenciales entre personas, que posee una estructura jerárquica, que instaura básicamente dos regiones, lo intelectual o racional, y lo emocional o apetitivo. Luego, con la fundación de la psicología científica mediante el mítico acto inaugural de Wundt en Leipzig, la psicología reemplaza el alma por sus herederos modernos: la mente, la conciencia, el inconsciente y todos sus derivados. El objeto de estudio de la psicología adquiere el colorido de la ciencia, heredando las distinciones elementales del concepto alma. Este movimiento “etimológico” hacia el objeto de estudio de la psicología rescata del principio de construcción histórica del objeto de estudio el análisis de la mediación conceptual y su permeabilidad a las formaciones culturales, pero descuida el aspecto “estructural” de la formación de un objeto de estudio, esto es, la dimensión de la Praxis (Samaja, 1994). Retomemos este concepto: Praxis es prácticas coordinadas para alcanzar fines socialmente útiles. Praxis es prácticas “sursumidas” (Gaete, 1995) bajo su condición social, define la dimensión social de las prácticas que realizan los individuos. Un sistema social, una sociedad, es un conjunto humano que resuelve la escasez de recursos, sus necesidades, a partir de la coordinación de prácticas. El sistema social moderno y el sistema social contemporáneo metabolizan la relación con sus necesidades a partir del conocimiento científico: esto implica que delegan en el conocimiento científico la responsabilidad de formar conocimientos que permitan responder a sus necesidades y escasez de recursos. Nuestra relación epistémica con el mundo (nuestro modo de conocer el mundo) también concede un valor privilegiado al conocimiento científico: en nuestro sistema social concedemos que el conocimiento legítimo es el científico. El objeto de estudio de una disciplina se vincula a las praxis, es decir, a las prácticas humanas coordinadas: el conocimiento científico es en sí mismo una praxis, articulada, encadenada, vinculada, a las prácticas cotidianas que aseguran la reproducción del sistema social. Señalamos al comenzar este artículo que la Psicología 136 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea es un campo de fuerzas donde se agrupan intereses; en ese marco deben comprenderse las Praxis. De este modo, la construcción del objeto de estudio se redefine, concretamente, en el seno de las praxis del campo de la Psicología: mientras más diversificamos las prácticas, más probabilidades tenemos de diversificar las construcciones del objeto de estudio en su dimensión praxiológica. Tenemos aquí un problema, un atolladero: hemos llegado a un punto donde confluyen dos ideas: La primera: hay una definición, una construcción discursiva histórica del objeto de estudio que es rastreada etimológicamente porque concedemos que “lo que estudia una ciencia” es una herencia histórica mediatizada por el lenguaje: en psicología, su herencia histórica es estudiar el alma. La Física estudia las propiedades de los cuerpos y la astronomía las propiedades de los cuerpos celestes. Llamamos a esta idea como nominal, porque está centrada en la definición de Psicología, y sus métodos son la filología, la etimología y la arqueología de las palabras. La idea nominal anuda el devenir a una palabra y permite una comprensión de término medio. Examinemos la segunda idea, la praxiológica: el sistema social, como organización humana, coordina prácticas para responder a sus necesidades; estas prácticas, con la historia, van cambiando: el conocimiento científico es propuesto como metabolizador de la relación con las necesidades para ofrecer respuestas y para brindar soluciones. Como las prácticas van cambiando, las soluciones también, entonces lo que hace cada ciencia va cambiando, articulado a las prácticas y a las necesidades: las disciplinas se van reformulando, lo que hace cada disciplina va cambiando con la historia, con la economía, con el sistema social. La idea nominal de objeto de estudio dice: Psicología es el estudio del alma: alma posee una estructura, la historia ha redefinido el alma, conservamos su origen, alma es una herencia que aún posee efectos en nuestros conocimientos. La idea praxiológica dice: psicología es lo que hacen los psicólogos y lo que hacen ha cambiado notablemente al ritmo de las transformaciones históricas. El objeto de estudio de la psicología se construye con sus prácticas. Vamos a otorgar una función a cada idea: la idea nominal produce una Unidad Institucional (Caparrós, 1976) que nuclea como institución a los psicólogos estudian. Caparrós indica que la Unidad de la Psicología es una unidad institucional, multimediada por una serie de valores compartidos, como por ejemplo cierto campo de problemas, de valores, de estructura jerárquica de los conocimientos, de los modos de abordaje y las técnicas válidas. Así, en tanto institución, hay facultades de psicología, libros de psicología general, materias como introducción a la psicología y títulos de Licenciados en Psicología que presentan, hacia los demás una imagen de la Psicología como un campo unificado. Para la lógica de las instituciones y en el reconocimiento social, existen “los psicólogos”, que tienen sus incumbencias, leyes que los regulan, y competencias específicas para desempeñarse como tales. 137 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea En la mirada “del Uno” de “término medio” (Heidegger, 1994) la psicología es una ciencia que estudia el alma (herencia) y de allí definimos actualmente el alma como “los procesos cognoscitivos y la conducta”, “el aparato psíquico”, “la subjetividad”. La idea nominal permite reconocer institucionalmente a un psicólogo, obtener un imaginario asociado a un psicólogo, reconocer bajo el sentido común que puede estar estudiando alguien que se dice psicólogo y ubicar a la Psicología en la colección general de las ciencias dotándola de un recorte y mirada particular. La Unidad Institucional nos incluye en el metabolismo que el sistema social delega a la ciencia, permite que la psicología participe legalmente del metabolismo y le otorga potestad para que sus prácticas sean reconocidas en un marco institucional. La idea praxiológica estalla tal unidad: los psicólogos responden a necesidades sumamente diferentes entre sí, realizan prácticas sumamente diversificadas: por ejemplo, hay prácticas coordinadas por psicólogos que responden a necesidades originadas por comunidades latinoamericanas en condiciones sociales de emergencias, hay psicólogos abocados a develar de qué manera se alojan las palabras en el cerebro, hay psicólogos que desean resolver cuáles son las creencias nucleares en personas que no se alimentan voluntariamente, o que si lo hacen, inmediatamente vomitan, hay psicólogos que desean seleccionar la persona “más eficaz” para determinada ocupación tratando que el poseedor de los medios de producción esté lo más satisfecho posible, hay psicólogos que relacionan las palabras con las que una persona califica determinada situación con las expectativas hacia el consumo de alcohol. Las prácticas de los psicólogos no son simplemente aplicaciones de las ideas tomadas de la “unidad institucional”: cada una de estas prácticas produce conceptos, y mediante éstos se reformulan campos teóricos, y, mediante complejos procesos de inferencias, se reformula la misma psicología. Así, el conocimiento articulado con las prácticas entra en tensión con la unidad institucional. Cada nueva definición de psicología y cada concepto que se introduce posee una captación fenoménica que amenaza las captaciones fenoménicas anteriores: la convivencia está organizada por Escuelas, y por escuelas entendemos la búsqueda de un reconocimiento institucional para diferentes prácticas coordinadas: surge una “erística”, una lucha entre los conceptos en el campo de la Psicología. El objeto de estudio de la psicología deja de ser un remanso donde abrevar una definición que calme las ansiedades de fragmentación, ya que cada escuela, en tanto conjunto organizado de prácticas, presenta su arsenal conceptual y redefine qué estudia la psicología. Ahora, desde la idea praxiológica, tenemos que entender lo siguiente: Hay diferentes formas de conceptuar cuál es el objeto de estudio, formas sistemáticas, racionales, claramente delimitadas, filosóficamente sostenidas y fundamentadas, pero, sin embargo, no compartidas por la totalidad de quienes integran la disciplina. Estas formas se caracterizan por establecer: a) supuestos filosóficos que prescriben de qué hablamos cuando hablamos de seres humanos 138 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea b) aproximaciones metodológicas que establecen de qué forma es posible conocer de forma válida aquello que hemos prescripto c) supuestos epistemológicos que determinan que vamos a entender por conocimiento válido y confiable En su conjunto, estos elementos determinan una racionalidad a través de la cuál, en la situación de escuelas, cada una se considera la forma legítima de construir el objeto de estudio de la Psicología. Por el panorama trazado hasta aquí quedaría una disciplina, la Psicología, que promueve estudios organizados por la “situación de escuelas” que definen cada una mediante su racionalidad de qué manera es legítimo abordar el objeto de estudio de tal disciplina. De allí que en Psicología se presentarán frondosas argumentaciones a favor de una psicología de la conducta, una psicología de los procesos cognoscitivos, psicología de la existencia, de los fenómenos mentales, de la relación entre cerebro y conducta, de las organizaciones distribuidas en paralelo, del aparato psíquico, de la historia de la constitución subjetiva, de la vida cotidiana y su naturalización, de las formaciones socioeconómicas y su papel en la constitución de la subjetividad. Cada texto, en Psicología, presentará supuestos filosóficos, aproximaciones metodológicas y supuestos epistemológicos que es necesario reconocer para comprender su sentido. La historia de las prácticas está inscripta en cada uno de estos marcadores, por lo que no es posible realizar lecturas ingenuas en nuestra disciplina. Al reconocimiento de estas marcadores le llamamos lectura crítica, y es indispensable su realización para detectar de dónde viene un texto, en que tradición se incluye, como se posiciona, y por ende, donde quiere llegar. Entonces, si tomamos como unidad de análisis los textos que se producen en el campo de la Psicología, presentamos al objeto de estudio como una construcción definida por vectores “en pugna”. La lucha es discursiva, pero es importante recordar que el orden del discurso anuda prácticas y entre las prácticas citamos congresos, manuales de psicología, manifiestos, documentos, cátedras y planes de estudio. Ahora podemos afirmar que el objeto de estudio es un botín sumamente “apetitoso” para las Escuelas que participan del campo y cada texto de Psicología evidencia las estrategias hacia el botín. Sin embargo, debemos profundizar qué queremos decir con “estrategias en un campo de luchas discursivas”: En un texto de Psicología encontramos diferentes “constitutivos conceptuales” y estos, por una cadena inferencial, provienen de axiomas que actúan como determinantes constitutivos de la concepción que se ha construido de “estrategia a la psicología”, que nuclea los supuestos filosóficos, metodológicos y epistemológicos del autor. Veamos un ejemplo: Un psicólogo está interesado en la relación entre la dificultad de una prueba para evocar palabras y la variación del compromiso cerebral: le interesa medir el flujo sanguíneo en diferentes áreas del cerebro a medida que va variando la dificultad de las palabras a evocar. Se desprende que esta persona considera que las palabras son una entidad que está organizada por el sistema nervioso. Se desprende que este psicólogo 139 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea considera que cualquier elemento que pueda estudiar como psicólogo está representado por la actividad del cerebro: identifica el cerebro y su organización a los elementos que estudia. Lo que puede estudiar este psicólogo va a ser denominado como conducta, porque la conducta es una expresión conceptual que dirige la visión de estudio a lo observable, y lo observable está organizado por la concepción filosófica positiva de “estudiar aquello que los sentidos captan”. Este psicólogo, al estudiar la conducta, va a entender que la metodología más apropiada es realizar experimentaciones que permitan una cuantificación de lo observado. Va a aprender diseños estadísticos complejos y cuando le pregunten si lo que hace es una ciencia, no va a dudar un segundo en responder que sí, ya que no advierte ninguna diferencia entre su proceder y el que realizan otras ciencias, por ejemplo, las ciencias biológicas. Este psicólogo va a clasificar al hombre dentro de la continuidad evolutiva de las especies y por lo tanto, la red de proposiciones que se activa cuando le preguntan por su proceder tiene la siguiente estructura: Se puede estudiar lo observable, lo observable se puede medir, el cerebro posee una relación de identidad con lo observable, el cerebro no es la variable independiente de la conducta sino que es un lenguaje de la conducta, ergo, la estrategia hacia el objeto de estudio conduce a las categorías “ciencias naturales”, “estadística”, “conducta”, “neuropsicología”, “atomismo”, “individualismo metodológico”. Llamaremos al conjunto de estas “categorías” una Red Semántica (Collins y Loftus, 1975). Una Red Semántica es una asamblea de unidades en una red formando diferentes conceptos y su valor de activación se define por el valor de activación conjunta de las unidades que lo componen. La Red Semántica de este psicólogo acerca de su posición sobre el objeto de estudio de la psicología está organizado por los supuestos filosóficos, metodológicos y epistemológicos: el mismo es una red mediacional que organiza su práctica y se inserta en una praxis que define su “estrategia hacia el objeto de estudio” luchando por la reivindicación de cada uno de los nodos de la red. Veamos ahora otro ejemplo: Hay un psicólogo interesado en abordar el sufrimiento irrefrenable que manifiesta una persona ante su ingesta compulsiva de bebidas energizantes combinadas con alcohol; este psicólogo se encuentra con la persona y al hablar encuentra “anudamientos” en su historia, repeticiones en situaciones “de vida” que relaciona con palabras que la persona emplea, frases que dice sobre otras personas, emociones que experimenta al hablar de personas sumamente significativas y silencios que denuncian historias de las que no quiere hablar. El psicólogo encuentra que los relatos “de vida” van reorganizándose lógicamente a medida que aumentan los encuentros y, desde su práctica, piensa en la historia constitutiva de las personas y en las estructuras comunes entre personas. Así, construye el concepto de sujeto, de una lógica que anuda acontecimientos. Recurre a textos de estructuralismo antropológico, conceptualiza que las personas se constituyen en relaciones familiares y que las familias pueden ser escritas en notación simbólica. Se activan los conceptos de constitución del sujeto humano de inscripción individual de deseos, de sufrimiento y de subjetividad. 140 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Para este psicólogo el objeto de estudio de la psicología tendrá la herencia de las historias clínicas de Freud y de cómo la historia de vida de una persona determina la salud y la enfermedad. En este caso, la Red Semántica del objeto de estudio activará los conceptos de “sujeto”, “subjetividad”, “discurso”, “familia”. Este psicólogo entenderá que el hombre es un ser simbólico, inserto en una cultura, que debe ser estudiado como tal, que el lenguaje humano posee una doble articulación que lo diferencia de cualquier sistema de signos, que cada persona debe ser estudiada “una por una”, que hay una discontinuidad estructural entre naturaleza y cultura y que el discurso de la ciencia es también el discurso del amo. Compárense ambas Redes Semánticas y cada una de sus unidades: todas pueden ser representadas en un espacio multidimensional para evaluar sus diferencias. Los supuestos filosóficos, los metodológicos y los epistemológicos pueden ser “descompuestos” en unidades cuya significación es incorporada parcialmente por cada agente del campo de la psicología. Como cada una de estas unidades posee una distancia entre si, debido a que representan diferentes posicionamientos, podemos comprender que cada psicólogo realiza una apropiación de las unidades a modo de componer su Red Semántica en relación con el objeto de estudio de la psicología que define su lugar en el campo. Y las unidades pueden ser compartidas entre dos psicólogos que luego difieren en otras, y así logramos un escalamiento que puede ser representado en un espacio tal como Bourdieu concibió los espacios sociales. Las prácticas están anudadas y definidas por estas activaciones proposicionales, por lo cuál comprendemos la naturaleza de sus metodologías, su rigurosidad lógica, sus estándares de reconocimiento y sus mecanismos de legitimación. A la vez, las prácticas redefinen y transforman las redes. ¿Cuál es la ventaja de pensar en Redes Semánticas? Permite entender que las estrategias hacia el objeto de estudio están compuestas de unidades organizadas por los tres supuestos y estas unidades descomponen cada supuesto en “decisiones”, “posiciones”, “adherencias” que se comparten gradualmente aún entre agentes pertenecientes a diferentes escuelas de la psicología. Este modelo permite ver que un psicólogo cognitivista comparte mayores unidades en su nodo sobre objeto de estudio con un neuropsicólogo que con un psicoanalista, por lo que permite superar la visión de “compartimientos estancos” de las escuelas de la psicología, donde en célebres esquemas como el de Bleger (1960), en un cuadro de doble entrada se situaban las escuelas y sus posicionamientos diversificados. De este modo, se puede visualizar que hay estrategias en común por parte de escuelas “más próximas entre si” y que esto puede predecir como será el devenir de cada tradición estratégica. Una matriz para pensar el objeto de estudio bajo el modelo de Redes Semánticas tiene valor heurístico cuando se analizan relaciones entre diferentes escuelas, por ejemplo, la “alianza” en Neuropsicología Cognitiva, y los intentos de asimilación del Neuro- Psicoanálisis (Panksepp, 1999) (en este nos preguntamos: qué unidades se comparten, cuáles quedan de la “tradición” neuropsicológica, cuáles de la psicoanalítica) Repasemos: estamos en el campo de la Psicología: el objeto de estudio es la conceptualización que responde a la pregunta ¿Qué estudia la Psicología? Queda 141 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea definida una relación lógica entre el objeto de estudio de la psicología como universal y las escuelas (definidas por las prácticas) como particulares. De allí derivamos un conflicto: cada escuela desea universalizar su particular, siguiendo las reglas de “lucha” en un campo, por lo que cada escuela presenta textos con la intención de universalizar supuestos filosóficos, procedimientos metodológicos y una concepción de hombre. Los argumentos de cada texto naturalizan esta intención, la encubren, la dan por supuesta: cada escuela ofrece su particular respeto al mandato hacia la ciencia, su apropiación del metabolismo de las relaciones entre necesidades y sistema social, y por consecuencia, su producción de conocimientos. La lucha por el universal, el objeto de la psicología, es una lucha bajo reglas: la regla básica es la lucha argumentativa, donde fases conceptuales se amalgaman con fases empíricas para que cada Escuela presente sus praxis bajo la rigurosidad metodológica de un conocimiento sustentado en datos. Cada diseño del objeto de estudio es un diseño de la realidad que incluye la construcción de matrices de datos, sus análisis y sus conceptualizaciones, siendo los nodos representacionales que se activan desde cada particular el soporte argumentativo de las apropiaciones del objeto de estudio, de allí su hundimiento filosófico, epistemológico y metodológico. Ahora, veamos algunas unidades que reconstruyen de qué se habla cuando se citan esos tres supuestos. Proponemos que hay unidades de decisión donde el psicólogo se posiciona respecto a: - la unicidad o pluralidad del método en la ciencia - los mecanismos de constitución de un ser humano - la adhesión a perspectivas monistas o dualistas - los constitutivos de un sistema bajo estudio - el valor de la observación para incluir un concepto - la continuidad o discontinuidad en la ciencia - el papel del otro social en la psicología - el determinismo histórico - los anudamientos entre diferentes ciencias, como la biología - la herencia epistemológica decimonónica - la mayor o menor cercanía al individualismo metodológico - la salida pragmática Esta es una enumeración tentativa que intenta reconducir las apropiaciones particulares que realiza cada Escuela hacia el objeto de estudio siguiendo la estructura de los tres supuestos mencionados. Podemos formular, a esta altura del texto, la siguiente definición: entendemos por objeto de estudio de la psicología a la presentación argumentativa que realiza un conjunto de agentes próximos entre si en un espacio multidimensional por articular unidades de 142 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea definición agrupadas en nodos representacionales de supuestos metodológicos, epistemológicos y filosóficos. A las posiciones cercanas de agentes en el espacio multidimensional sobre estos nodos las denominamos Escuelas de la Psicología, por lo que es fácil deducir que el objeto de estudio de la psicología, desde la dimensión de la praxis, está atravesada por la Situación de Escuelas. Un aspecto sumamente interesante consiste en apreciar que cada escuela derivará, de estos nodos constitutivos, una fase empírica y una fase conceptual, por lo que generan diferentes líneas de producción de conocimientos concretizadas en matrices de datos. Examinemos este interrogante: ¿no podrá ser que entre las diferentes aproximaciones al objeto de estudio exista una relación de complementariedad, cada una tomando una faceta o arista de un campo mayor? Si vamos a tomar en serio tal pregunta debemos interrogarnos: ¿qué relación guardan éstas matrices entre sí? Los elementos de las mismas, las unidades de análisis, las variables, los valores y sus esquemas indicadores, ¿acaso se superponen, se solapan en alguno de sus momentos? ¿Puede haber una dialéctica entre matrices de escuelas? ¿Lo que es dato para una, modifica la fase conceptual de otra? Profundizar en este sentido puede aumentar la agudeza para abordar la investigación sobre el objeto de estudio de la Psicología. Hay que tener en cuenta que estas decisiones sobre unidades agrupadas en Redes Semánticas exceden el marco de decisiones racionales e individuales: las tradiciones culturales y la historia de cada nación afectan directamente los supuestos ontológicos que circulan en su acervo de significaciones, y esto va a incidir en los supuestos filosóficos que nutren la posible formación en Psicología de cada universidad: hay tradiciones más arraigadas en el empirismo, otras más “comprensivas”, tradiciones estructuralistas, tradiciones racionalistas; hay mayor o menor penetración cultural en cada país por parte de los países centrales; y en su conjunto estas “variables” sociohistóricas terminan afectando lo que cada Facultad en cada Universidad organiza como su currícula obligatoria para que una persona obtenga la acreditación de “ser psicólogo”. Bibliografía Bleger, J. (1960). Psicología de la Conducta. Ed. Paidós, Buenos Aires, Argentina. Bourdieu, P. (1990). Sociología y Cultura. Ed. Grijalbo, Barcelona, España. Caparrós, A. (1976). Historia de la Psicología. Ed. Círculo Editor Universo Barcelona, España. Collins, A. y Loftus, E. (1975). A Spreading Activation Theory Of Semantic Processing. Psychological Bulletin, 82, 407-428. Corsi, J. y Scaglia, R. (1998). ¿Qué es la Psicología?. En Material del Curso de Ingreso, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. 143 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Ferrater Mora, J. (1992). Diccionario de Filosofía. Ed. Sudamericana, buenos Aires, Argentina. Gaete, A. (1995). La Lógica de Hegel. Ed. Edicial, Buenos Aires, Argentina. Heidegger, M. (1994). El Ser y el Tiempo. Ed. Fondo de Cultura Económica, México DF, México. Panksepp, J. (1999) Emotions As Viewed By Psychoanalysis And Neuroscience: An Exercise In Consilience, NeuroPsychoanalysis 1: 15-38. Samaja, J. (1994). Epistemología y Metodología. Ed. Eudeba, Buenos Aires, Argentina. 144 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.2 Problemáticas de la Psicología Contemporánea Eduardo Cosacov Definición de Psicología La Psicología es la disciplina que estudia la mente y su incidencia en el comportamiento. Aunque esta definición es intuitivamente comprensible, luego se considera el hecho de que los términos mente y comportamiento son más elusivos o difíciles de definir de lo que aparentan en un primer momento. Características de la Psicología contemporánea En la actualidad la Psicología se presenta como una ciencia natural, y utiliza como principal ciencia auxiliar para demostrar sus teorías a la estadística, disciplina ésta que habitualmente no entusiasma al estudiante. Para un universitario, la estadística es más que el conteo de casos: la estadística es una rama de las matemáticas que busca descubrir un orden allí donde aparentemente no se vislumbran tendencias ni regularidades. Además, la comprensión y empleo sistemático de la estadística en la forma de razonar es un antídoto que contrarresta los sesgos o yerros del pensamiento. La gran virtud de la estadística es que posibilita la toma de decisiones racionales bajo situaciones de incertidumbre. En el denominado núcleo duro de la ciencia psicológica, correspondiente al área llamada cognición, y cuya extensión se ejemplifica más adelante, una segunda ciencia auxiliar ha cobrado mucha importancia en las dos últimas décadas: es el estudio del cerebro o neurociencia. Lo que aporta tal saber es un modelo de funcionamiento del objeto más complejo del universo conocido: el cerebro humano, a los fines de hacer congruentes y perfeccionar los hallazgos de la Psicología –especialmente los hallazgos de la especialidad cognitiva antes que la clínica y la social– con dicho saber. Dado el paralelismo entre los fenómenos mentales, los comportamentales y la actividad cerebral, ningún psicólogo actualizado debiera considerar prescindible el estudio del cerebro, pues el caudal de conocimientos que se ha logrado en tal dominio era inimaginable hace treinta años atrás. Contrariamente a lo que pudiera creerse, el avance en las neurociencias –y también de la genética– lejos de reducir el campo de actividad de la Psicología, paradójicamente lo expande, como habrá oportunidad de ilustrarlo en el presente curso de nivelación. En conclusión, la Psicología sin la Estadística es ciega; la Psicología cognitiva sin el estudio del cerebro es renga. 145 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La Psicología es una ciencia natural pre-paradigmática Por ser la Psicología una ciencia natural, además de las conjeturas, recurre al estudio de casos, encuestas a las personas, observación sistemática de éstas, búsqueda de asociaciones, paralelismos o correlaciones entre comportamientos, así como experimentos diseñados para someter a prueba las conjeturas, creencias o enunciados de las teorías que se proponen. Si bien la Psicología ya cuenta con ciento veintiséis años de vida (tomando como punto de partida el laboratorio de Wundt de 1879) y en consecuencia no es tan joven, se la considerada una ciencia natural blanda o pre-paradigmática. A las ciencias naturales blandas o pre-paradigmáticas (cuales serían Sociología, Economía, Ciencia política) se le contraponen las ciencias naturales duras, como Física, Astronomía, Geología y Química (ésta última actualmente se considera un capítulo de la Física) y recientemente la Biología, con el gran impulso recibido por el desciframiento del código genético y la clonación. La expresión “pre-paradigmática” hace referencia a que en cuestiones muy básicas, las llamadas disciplinas blandas no se ponen de acuerdo para arribar a una conclusión unánimemente consensuada, es decir, carecen de un paradigma o modelo aceptado por todos los dedicados al cultivo de tal ciencia. Mientras que los físicos aceptaron y luego perfeccionaron el modelo atómico propuesto por el sabio danés Niels Böhr a comienzos de 1900, no existe una teoría que haya recibido una aceptación masiva entre los psicólogos. A modo de ejemplo: los psicólogos discrepan entre ellos sobre si los sueños conllevan un mensaje descifrable, o bien si los mismos carecen de una significación encriptada; o discuten si los padres tienen mayor gravitación que los amigos en los valores de los hijos adolescentes; o si la orientación sexual de una persona obedece a factores ambientales o genéticos; o si la personalidad cambia o no con el transcurso de los años. Incluso no se ponen de acuerdo en torno a si la Psicología es una ciencia natural, ni cual es el tipo de evidencias que deben exigírsele para dar por probada una teoría. Otras veces, entre textos científicos actualizados, se encuentran algunos que detractan la hipnosis, y otros textos que la reivindican como un fenómeno consistente, mientras que todavía se discute la validez de tests tan utilizados como el Rorschach. Igualmente muchas veces, para mayor confusión del estudioso, utilizan en una misma área de especialidad conceptos que connotan significados muy distintos: por ejemplo, la pregunta sobre si en el ser humano existe la normalidad o no divide aguas entre los psicólogos, demostración adicional de la falta de consenso en torno al alcance del significado de normalidad. Y en cuanto a las psicoterapias, el panorama es igualmente incierto: algunos defienden el valor psicoterapéutico de la programación neurolingüística, del ensueño dirigido, de las flores de Bach o de los libros de autoayuda, mientras que otros los valoran como procedimientos científicamente inconsistentes, es decir, pseudociencias. En síntesis, si bien se acepta que la Psicología es una ciencia natural por basarse en evidencias empíricas, aún así no siempre se valora a las mismas tan concluyentes 146 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea como para permitir consensos masivos, o puntos de vista comunes, o paradigmas unificados. Por ello se dice que es una ciencia blanda o pre-paradigmática. Lo anteriormente expuesto afecta la cientificidad de nuestra disciplina al tornarla más subjetiva, y en consecuencia menos confiable como saber científicamente construido. Igualmente, dificulta su estudio y produce interferencias por la proliferación de muchas interpretaciones, algunas antagónicas de otras. Quizá por razones culturales la fragmentación de la Psicología es aún mayor en nuestro país, a juzgar por la disparidad de programas de una misma asignatura que se presentan en distintas universidades. El novel estudiante de Psicología debe ser advertido de ésta limitación del conocimiento psicológico a fines de allanarle el camino que deberá recorrer en su vida universitaria. El gran árbol de la Psicología Si imaginamos metafóricamente a la Psicología como un árbol, podría verse panorámicamente de ésta manera 147 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Figura 1: Arbol de la Psicología 148 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La raíz del árbol estaría conformada por cuestiones básicas atinentes a la naturaleza misma de la mente y del comportamiento. Por ejemplo, los movimientos feministas de los años ‘60 y ‘70 cuestionaron mucho los estereotipos masculinos y femeninos. Estos movimientos, progresistas y habitualmente de izquierda, interpretaban que el comportarse como hombre o mujer se originaba en los roles que la convención social acordaba a cada sexo. Mientras que los sectores más conservadores tendían a ver las diferencias entre hombres y mujeres como el resultado de inclinaciones naturales o genéticas. En consecuencia, el debate sobre la polaridad innato vs. adquirido tiene una derivación política: si las diferencias tienen una base genética, resultaría inconducente buscar modificar las costumbres, o la educación o las leyes. En todo caso el cambio vendría desde la ingeniería genética, un cambio que aún hoy se percibe como muy lejano y de resultados inciertos. Otra raíz que afecta a los supuestos básicos de la Psicología consiste en saber si desde la perspectiva del psicólogo las diferencias entre humanos y animales son diferencias radicales o sólo diferencias de grado o intensidad. En general, el pensamiento humano mayoritario –incluimos aquí a los propios psicólogos– advierte diferencias abismales en ambos reinos, el humano y el animal. Lamentablemente, la ignorancia sobre cómo se produjo el proceso de hominización o transformación de animal a humano en el curso de la evolución, no permite generar un consenso entre los profesionales. Otra parte importante de la raíz del árbol se relaciona con la polaridad comprender vs. explicar, pues aunque muchas veces los términos pueden intercambiarse, no siempre aluden a lo mismo. Un proverbio romano reza así: humano soy, nada de lo humano me es ajeno. Por ejemplo, si asisto a una obra de teatro aparecerán muchos personajes: algunos ambiciosos y egoístas, otros generosos y por ende nobles, mientras que también puede haber personajes cobardes y otros valientes, etc. Sea como fuere su personalidad, el espectador puede comprender los motivos que animan a todos los personajes, pues nada de lo humano le es ajeno. En consecuencia, alguien puede comprender que un compañero de curso ande dando vueltas alrededor de una chica del mismo curso que le interesa, pero no podría trasladar tal intuición al dominio de los electrones: estrictamente hablando allí sólo podría explicar que los electrones se mueven alrededor de un núcleo, pero no podría comprender al electrón del mismo modo que a su anhelante compañero. La posibilidad de explicar la naturaleza física, pero no solo explicar, sino también comprender la naturaleza social vendría dada, según los defensores de éste punto de vista, por la existencia de la introspección. Otra parte de la raíz epistemológica alude a la polaridad libre albedrío vs. determinismo: somos libres o estamos determinados en todas nuestras acciones, aunque no nos demos cuenta? Por una parte está claro que si nos juntamos a estudiar Psicología es porque asumimos que existe una regularidad o predictibilidad en los seres humanos, y por lo tanto existen leyes que requieren descubrirse para dar cuenta de tales regularidades. Por otra parte también se encuentra el hecho de que subjetivamente no nos sentimos esclavos de leyes, sino poseedores de libre albedrío o libertad de decisión, pues al descubrir que la tendencia es a sentarnos siempre en el mismo lugar puede 149 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea hacernos cambiar de parecer y optar por otro sitio. La idea de que poseemos responsabilidad individual, y en consecuencia libertad, se encuentra en la base del derecho, y es fundamental para toda religión a los fines de explicar el origen del mal. Las escuelas existencialistas apostaron por considerar que si bien estamos condicionados, no estamos determinados. Sin embargo, tanto el psicoanálisis como el conductismo consideran que estamos determinados, e interpretan que el sentimiento de libertad es una ilusión que se produce por nuestra ignorancia respecto a las causas que subyacen a nuestros pensamientos o acciones. La polaridad libertad o libre albedrío vs. determinismo ha sido estudiada por grandes pensadores, como Kant a fines de 1700, y fue considerado por éste como un problema insoluble; no obstante, la postura que se adopte sobre éste punto es clave en la concepción antropológica subyacente a la naturaleza humana. Por último, la raíz también contiene la oposición mente vs. cerebro. De ambos se acepta que están en sintonía: una droga afecta al cerebro haciendo que la persona se sienta mejor de ánimo al cambiar el balance de los neurotransmisores. Pero una buena noticia, como ganar la lotería, o salir con la persona que nos gusta, también nos afecta y cambia el ánimo. Sin embargo hay una gran diferencia: en el primer caso la alegría se mediatizó con compuestos químicos, mientras que en el segundo caso se mediatizó con palabras que conllevan un significado. ¿Cómo se transforma el lenguaje electroquímico de las neuronas en significado?; y ¿cómo se transforma el significado en lenguaje electroquímico?. Nadie conoce la respuesta a esta pregunta que estudia una rama de la epistemología llamada filosofía de la mente, y no se sabe si algún día será respondida. Pero en la práctica las personas asumen o bien el llamado materialismo mononeuronal, que propugna que la mente desaparece al desorganizarse el cerebro, o bien pregonan algún tipo de dualismo conforme al cual la mente puede subsistir independientemente del cerebro. La postura sobre éste tema tiene consecuencias. Por ejemplo, las teorías parapsicológicas resultan, prima facie, más aceptables de asumirse una concepción dualista. El tronco del árbol de la Psicología adquiere expresión en lo que serían los hallazgos cognitivos y los hallazgos motivacionales, pues todo descubrimiento y toda teoría se asientan sobre éstos dos amplios conceptos. La motivación indaga qué busca el individuo, mientras que la cognición indaga cómo logra obtenerlo. Las ramas del árbol, por su parte, son las diferentes asignaturas que se estudian en la carrera. De tales ramas cuelgan flores (teorías) y frutos (tests, instrumentos o ingeniosos artificios de exploración de la mente y el comportamiento) Disciplinas con las que la Psicología conserva fronteras En ocasiones suele distinguirse entre la Psicología como ciencia (con un interés teórico, independientemente de aplicaciones prácticas) y la Psicología como profesión (abocada desde el vamos a resolver problemas) 150 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Como ciencia, la Psicología conserva fronteras con las siguientes disciplinas Astronomía Informatica Cs. Políticas Química Filosofía Economía Biología Psicología Sociología Historia Linguistica Antropologia Como profesión, la Psicología conserva fronteras con las siguientes aplicaciones Ingeniería Administración de empresas Derecho Medicina Psicología Geologia Educación Figura 2: Fronteras de la Psicología como ciencia y como profesión Principales escuelas en Psicología Al referirse a las escuelas fundadoras de la Psicología moderna, los libros de texto suelen mencionar las llamadas “cuatro grandes”: Gestalt, Conductismo, Psicoanálisis y Cognitivismo, por ser las que tuvieron mayor gravitación en el siglo XX. 151 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Gestalt Su principal aporte a la Psicología fue su descubrimiento de que existe un paralelismo entre las leyes que gobiernan la percepción y las leyes que gobiernan el pensamiento humano. Tomando como modelo ilustrativo la percepción visual, se aprecia que el dibujo que aquí aparece –costoso de interpretar en un primer momento– una vez ya interpretado, se impone con una fuerza tal que nos impide ver otra cosa distinta a la descubierta. Según la Gestalt, el perro dálmata realizado en base a una técnica muy empleada por psicólogos, llamada desmembramiento por sustracción, es la “buena forma” por ser la más difícil de dejar de percibirse una vez que se la configuró. (Tomada de Gaetano Kanizsa: Gramática de la Visión. Ed. Paidós, 1990) Ahora se verá cómo tal descubrimiento establece un paralelo en el campo de los pensamientos: Desmond Morris, un psicólogo inglés contemporáneo, sutil y observador, quien solía afirmar que su laboratorio era la calle, demostró que la mayor parte de las madres sostienen o transportan a sus bebés con el brazo izquierdo. Incluso observa tal tendencia en las fotografías, y antes de la invención de la fotografía, en los retratos efectuados por pintores ¿Por qué esto es así? Según Desmond Morris, en la mayor parte de los retratos de madres con bebes en brazos, ésta lo sostiene con el brazo izquierdo. ¿Por qué? Si el profesor que expone tal hallazgo dijese a los alumnos: “la explicación reside en el hecho de que la mayoría de las personas, incluídas las madres, son diestras, y toman al niño con la izquierda para tener la mano derecha liberada por los requerimientos 152 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea a las que están expuestas, como agarrar la mamadera o tomar otro objeto,...”ello sería equivalente para los asistentes a la clase a que el profesor les incentive a conformar una vaca en base a manchas que no pueden dar significado. Aquí se ve una vaca que espera ser descubierta, y una vez descubierta dificultará ver otra cosa. Una vez aceptada la explicación del profesor, la mente se cierra a otra explicación, actúa como sugestionada por la teoría, al igual que si hubiese descubierto una vaca, y se le torna más difícil proponer otra interpretación alternativa, como la siguiente: el hecho de sostener al pequeño con el brazo izquierdo lo sitúa más cerca del corazón de la madre, y percibir sus latidos tranquiliza a la criatura (finalmente, ésta es la explicación que se demostró acertada). Extraigamos entonces la moraleja del ejemplo: la Gestalt descubre que el análisis de la percepción humana actúa como un modelo que permite inferir el funcionamiento de la mente, por lo que denominó isomorfismo a la relación existente entre ambas. Conductismo El conductismo fue un movimiento revolucionario, que creció justamente en los dos países que eran más optimistas respecto a las posibilidades del ser humano: Estados Unidos y Rusia, paradójicamente las expresiones del capitalismo y del comunismo (cuando Rusia era parte de la URSS). Esto se debió a que ambos sistemas creían fuertemente en aquello que podría sintetizarse con una máxima de los Jesuitas: “Dadme al niño y les responderé del adulto”. El conductismo rompe con la tradición científica imperante hasta comienzos de 1900 respecto a que las personas nacían con instintos, y cuando éstos instintos eran negativos o indeseables los conducían a robar, tener enfermedades, rebelarse contra el sistema, o poseer una inteligencia disminuida. Incluso hasta 1800 algunos médicos opinaban que ciertos esclavos poseían dromomanía, es decir, una inclinación a fugarse debido a cuestiones temperamentales, y no a la situación misma de esclavitud. En su versión original, la existencia del conductismo negaba las inclinaciones naturales o instintos, lo cual actualmente ya nadie sostiene; pero gracias al conductismo se demostró la gran flexibilidad del instinto, hasta el punto de que se podría atenuar e inhibir 153 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Aunque actualmente se acepta la idea de instinto, y espontáneamente el perro persigue al gato y éste visualiza como alimento al ratón, el que innatamente le teme, la presente ilustración muestra la flexibilidad del instinto. O lo que es lo mismo: el poder de una variedad de aprendizaje denominado condicionamiento. Psicoanálisis También el psicoanálisis representó en su época una línea de pensamiento revolucionario y esperanzador en cuanto a las posibilidades de transformación humanas. E igualmente representó una ruptura con antiguas concepciones al proponer que muchas acciones humanas (según Freud: toda acción humana) obedecen a razones inconscientes, pese a que los seres humanos justificamos los actos como si obedeciesen a una lógica conciente y racionalmente orientada. La moderna Psicología cognitiva, así como los descubrimientos más modernos de la neurociencia, respaldan el punto de vista conforme al cual nuestras decisiones se procesan primeramente a nivel inconsciente, aún cuando ello no necesariamente implique la toma de decisiones irracionales o dañinas. No obstante éste hallazgo hoy cada vez más aceptado, el psicoanálisis resultó una escuela de pensamiento muy controvertida, ya que si bien su fundador concebía a la Psicología como una ciencia natural y sometible a las exigencias del método científico, una parte de sus discípulos continuó ésta línea, mientras que otros consideraron que tal requisito no era exigible. Los que continúan la perspectiva del psicoanálisis como ciencia natural (escuela americana) buscan la integración del psicoanálisis con la Psicología, mientras que aquellos que lo conciben como un saber predominantemente conjetural (escuela francesa) pretenden diferenciarlo de la Psicología como un saber independiente de ésta. Cognitivismo Si bien originariamente asociada al estudio de la inteligencia, a tal punto que aún hoy aparecen en varias publicaciones, la expresión Psicología cognitiva como sinónimo del trabajo de Piaget, (psicólogo suizo abocado al estudio de la inteligencia) actualmente se considera la orientación cognitiva como aquella que sintetiza aportes de todas las escuelas que se refieran a fenómenos mentales. Su objetivo principal es la formulación científica atinente a cómo funciona la mente humana, realizando para ello experimentos 154 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea que en otras épocas hubieran resultado inconcebibles, en parte por falta de instrumentos adecuados, y en parte debido a que los recursos metodológicos eran más limitados. Gracias a los avances de la Psicología cognitiva, cada vez se hace “hablar” más precozmente a los bebés y a los animales, develando su funcionamiento mental con ingeniosos procedimientos. Por regla general, los descubrimientos apoyan la idea que tanto infantes como animales son más sutiles de lo que habitualmente suele pensarse. Existen otras escuelas psicológicas, que en aras de la brevedad se sintetizan en el siguiente cuadro sinóptico: 155 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Cuadro Estructuralismo 156 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La división de la Psicología en escuelas tiende a desaparecer La tendencia actualmente imperante es hacer menos mención de los autores en función del hincapié en su formación, por la sencilla razón que aquello que interesa de un autor es su hallazgo o descubrimiento, que es patrimonio de la Psicología en general, y por consiguiente no es relevante el agregado de si el investigador es gestáltico, conductista, psicoanalista, etc. Pero la división por escuelas todavía conserva sentido en la psicoterapia Mientras que en el área de las psicoterapias, que es muy controvertida por tratarse de un campo donde se encuentra escaso consenso entre los profesionales, al tiempo que es donde se produce la mayor demanda de servicios, la identificación por escuelas se mantiene. También es cierto que en su gran mayoría los psicoterapeutas se consideran eclécticos, pero los procedimientos que emplean las diferentes psicoterapias son bien distintos. En la psicoterapia las orientaciones principales son: humanista, gestáltica, sistémica, psicoanalítica, transpersonal, conductista y cognitivista Así y todo, muchos psicólogos aducen que el nombre de la orientación psicoterapéutica no se corresponde con la escuela mencionada. Por ejemplo, la terapia racional-emotiva de Albert Ellis propone reflexionar con los pacientes sobre sus problemas o temores para socavar los presupuestos irracionales que mantienen su problemática. Por ejemplo, a un individuo paranoico se le trata de persuadir en base a consideraciones lógicas que no debiera pensar que está siendo amenazado o perseguido. Entonces se incluye como terapia cognitiva porque busca modificar las cogniciones o pensamientos. No obstante, muchas otras psicoterapias buscan lo mismo, y no por ello se llaman cognitivas. Además, el estudio científico de la mente o cognición es más bien escéptico en cuanto a que las modificaciones emocionales dependan de una argumentación racional, creencia denominada voluntarismo. La vinculación entre las escuelas históricas de la Psicología y las denominaciones de las distintas psicoterapias es, en el mejor de los casos, tenue e indirecto. Acerca del Autor: El autor es Doctor en Psicología (Facultad de Filosofía y Humanidades, UNC) y actualmente se desempeña como Profesor Titular de la Cátedra de Introducción a la Psicología (Facultad de Psicología, UNC). Recientemente ha escrito un diccionario de términos psicológicos y también desarrolla actividades en el área de la Psicología Jurídica. Cosacov está también a cargo del Museo y Gabinete de Psicología de esta Facultad. 157 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 1. El Hombre no es un Ser Natural "La vida es una enfermedad mortal que se contagia por vía sexual". Graffiti anónimo Lic. Maria Martha Boccanera y Lic. Rodolfo Arsento El presente texto despliega algunos elementos conceptuales para dar entrada al punto de vista psicoanalítico en relación al sujeto. Se trataría de comenzar a tomar nota del giro que el psicoanálisis opera en relación al yo de la Psicología tradicional, al sujeto de la conciencia filosófico, al organismo biológico. Este giro, hay que decirlo, lo deja al margen de otros campos del saber y de otras prácticas. Como se desliza en el presente artículo, también respecto de las Psicologías y de la medicina; el psicoanálisis se ubica en un lugar marginal, aquél que encuentra al sujeto, no en una esencia cualquiera, sino más bien allí donde sueña, hace síntoma, fallido. Donde “no anda”. Estas pocas líneas intentan reflejar, si ello es posible, qué ideas se desprenden de la Teoría Psicoanalítica respecto de la pregunta antropológica: ¿Qué es el hombre? Para ello se hace necesario en primer lugar marcar los límites de una posible respuesta ya que el Psicoanálisis no es una antropología, ni tampoco propone una "weltanschauung" [cosmovisión] (El problema de la concepción del Universo, 1932), por lo que no puede dar ninguna respuesta a esta pregunta filosófica. Sin embargo como diversos descubrimientos científicos han dado lugar a replanteos filosóficos, lo que proponemos es destacar de entre los aportes hechos por el psicoanálisis, dos de sus principales descubrimientos: el inconsciente y la pulsión. Para hablar de la importancia del descubrimiento del inconsciente Freud, en el artículo "Una dificultad del psicoanálisis" (1917), menciona los hechos científicos que significaron un golpe para el narcisismo humano. Así tenemos en primer término la teoría heliocéntrica que destruyó la idea de la Tierra como centro del mundo (ofensa cosmológica), luego la teoría evolucionista que destrona al hombre de su lugar privilegiado para incluir su ser biológico en la cadena evolutiva (ofensa biológica). Finalmente el Psicoanálisis opera el descentramiento de la conciencia con el concepto de inconsciente (ofensa psicológica). La conciencia y el Yo de la Psicología Tradicional dejan de ser el lugar central de la instancia psíquica para ser el lugar de desconocimiento de la verdad inconsciente; lo que se verifica en los hechos de la vida cotidiana, los actos fallidos, las neurosis, los sueños, el chiste, etc. Esto aparece como un importante aporte a la reflexión filosófica, el desconocimiento del Yo respecto de su determinación inconsciente. La primera nota que aparece del Sujeto es su división, su alienación. En referencia al segundo de los conceptos arriba citados, es necesario decir que el hombre se diferencia cualitativamente del animal por dos razones: a) No tiene instinto, esto es lo que Freud se encarga de demostrar en uno de sus primeros escritos sobre sexualidad humana (Tres ensayos para una teoría sexual, 1905), en el hombre no existe un instinto como en el animal, como un comportamiento prefijado, innato, acorde a un 158 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea objeto, que se transmite hereditariamente; sino que, el estudio de las perversiones y de la sexualidad infantil (perversidad polimorfa), lo llevan al descubrimiento de otro concepto, "límite entre lo somático y lo psíquico", la pulsión (Trieb). Ésta se manifiesta como un empuje (Drang) que tiende a un fin, la satisfacción, pero que no tiene objeto Por ello es que el hombre no es un ser natural como el animal que encuentra sus objetos, sino que está mediatizado por las representaciones (significantes) a las que se enlaza su deseo y hacen que el encuentro con la cosa (das ding) sea de ahora y para siempre imposible. Habiendo llegado a este punto, es necesario destacar un error en una traducción del original (en alemán) al castellano. El término Trieb aparece en algunas versiones como "instinto" lo que no se reduce a una simple cuestión terminológica ya que se trata de uno de los conceptos básicos de la teoría, y si se analizan las notas de dicho concepto rápidamente se advertirá que no es de instinto de lo que se trata. Además se sabe que si Freud hubiese querido decir instinto, su idioma le proporcionaba el vocablo Instinkt, pero lo que quería decir era otra cosa, por eso utiliza Trieb: que ha sido traducido correctamente al inglés como "drive" y al español como Pulsión. Con respecto a este tema existen dos momentos teóricos en la obra de Freud. Una primera teoría donde se oponen Pulsiones Sexuales y Pulsiones Yoicas o de autoconservación, correspondiendo a cada una de ellas los principios de placer y de realidad respectivamente y un segundo momento, exigido por hechos clínicos como la repetición y el masoquismo primordial, donde se reformula la teoría de la pulsiones con la diferenciación de Pulsión de vida (Eros que incluye la anterior oposición) y Pulsión de muerte, con la preeminencia de ésta, con su principio de Nirvana al que debe someterse el principio de placer (Más allá del principio del placer, 1920). Por esto es que la tendencia última del sujeto la debemos buscar en esta Pulsión de muerte que la Pulsión sexual implica, se trata de la muerte que toda vida lleva. Y b) lo que hace al hombre diferente de cualquier otro ser, lo que lo hace un ser singular, es el hecho de que habla, se trata pues del único ser parlante y es esto lo que fundamenta tanto al inconsciente -en tanto que hay lenguaje que escapa a sus significaciones concientes- como a la pulsión, en tanto que el acceso al objeto está mediatizado por la palabra. Porque habla produce significados es decir, cultura, y es en este punto donde el psicoanálisis propone el mito de la horda primitiva (Tótem y Tabú, 1912), para explicar el fundamento de la sociabilidad y la ética, donde el elemento central es la prohibición del incesto, es decir la Ley como origen de la sociedad y la cultura. Lo que está perdido para el hombre según la teoría psicoanalítica es la posibilidad de ser un ser natural, es un sujeto de la cultura. Para concluir, lo que la teoría psicoanalítica puede aportar a la reflexión antropológica es que hombre no es un ser natural; el hombre es un ser que habla, de lo cual se derivan el inconsciente, la pulsión y la cultura que tienen en su origen la Ley como principio estructurante. Nota: Todas las referencias fueron extractadas de Freud, Obras Completas, Amorrortu Editores, 1995, Freud. 159 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Acerca de los Autores: La Lic. Maria Martha Boccanera trabaja en el Departamento Psicopedagógico de la Escuela M. Belgrano y en la práctica cínica privada. El Lic. Rodolfo Arsento trabajó en el Servicio de Psicopatología del Hospital Nacional de Clínicas y en consultorio privado. Actualmente se desempeña en el Departamento Concursos de la Facultad de Psicología. 160 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.4 Objeto y Método de la Psicología: Un Análisis Epistemológico desde el Marco General de las Ciencias Dante G. Duero Introducción En algún apartado rincón del universo centellante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la Historia Universal: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. F. Nietzche (1873, pág. 17) Históricamente se ha sostenido que lo que caracteriza a una disciplina científica es el hecho de contar con una definición más o menos rigurosa de su objeto de estudio y de los métodos para estudio. Con la noción de paradigma, Kuhn (1962) se refiere al conjunto de presupuestos filosóficos implícitos, compartidos por una comunidad científica en un momento histórico particular, respecto de lo que es el conocimiento y la actividad científica. Para Kuhn los paradigmas condicionan la clase de “objetos” y “métodos” que las ciencias consideran aceptables para la comunidad. De este modo, si un grupo de investigadores considera, por ejemplo, que las proposiciones científicas se refieren siempre a entidades observables y que la fuente última para establecer la verdad de una proposición es lo que se considera un “hecho” objetivo, entonces ello llevará a que nociones como “electrón”, “quantum” o “fuerza” sean eliminadas de las postulaciones de los científicos. Los métodos de investigación deberán, por lo demás, abogar por el desarrollo de técnicas que permitan determinar el grado de ajuste o correspondencia entre nuestras proposiciones y el mundo. En el anterior sentido un paradigma sería algo así como una matriz disciplinaria que regula y prescribe como han de proceder quienes pretendan ser considerados investigadores pertenecientes a la comunidad científica. Según Robert Watson (1967) en la Psicología no se ha contado con acuerdo generalizado sobre cual es el paradigma predominante. Entre otras cosas sucedió que cuestiones culturales, geográficas e históricas han asumido, dentro de esta disciplina, una importancia sustancial al momento de delimitar escuelas o sistemas de pensamientos. Siguiendo la propuesta de Kuhn, Watson sostiene que, pese a la ausencia de este acuerdo unificado al momento de definir el campo de estudio, uno puede hallar ciertas tendencias o “temas orientativos” que han permitido a los psicólogos dirigir sus investigaciones seleccionando sus problemas y sus estrategias para afrontarlos. En el presente artículo se revisará cuáles han sido las propuestas relativas al objeto y los métodos de investigación en Psicología en tanto disciplina inserta en el marco general de las ciencias. Es conveniente aclarar que no se pretende realizar un estudio de tipo histórico puesto que hay en la actualidad muy buenos textos que se ocupan de ello. 161 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Lo que en cambio nos proponemos es hacer un análisis sobre la clase de presupuestos que han ido marcando, en distintos momentos y de modos diferentes, las definiciones que se han dado sobre el objeto y los métodos de estudios de esta ciencia. Por otra parte, se previene al lector que no planeamos pasar revisión a todas las corrientes que marcaron el desarrollo de la Psicología; ni siquiera se hablará de las que pudiesen considerarse las “más importantes”1. Nos limitaremos a comentar en cambio de qué modo ciertas formas de pensamiento paradigmático imperantes en una y otras épocas nos han llevado a entender el concepto de “lo mental” y a pensar el problema de su estudio de formas particulares. Se abordará el desarrollo del pensamiento psicológico en occidente desde tres perspectivas. Por un lado haremos una breve síntesis de algunas de las diferentes acepciones que se dio al concepto de “lo mental” a lo largo de la historia de la filosofía considerando cuales han sido sus primeros desarrollos teóricos. Comentaremos sucintamente las propuestas de Platón, Aristóteles, Descartes, de la corriente empirista inglesa y de Kant y esbozaremos algunos de los problemas surgidos desde tales concepciones. A continuación se analizará cómo la corriente epistemológica conocida como positivismo, surgida en siglo XIX, condicionó el pensamiento científico en general y psicológico en particular durante el período de la psicología fundacional. Tras describir cuáles han sido los aportes de las corrientes conocidas como estructuralismo, funcionalismo, reflexología y conductismo, revisaremos algunos de los supuestos que condicionaron cada una de estas doctrinas psicológicas contemporáneas. Seguidamente analizaremos el problema general de la explicación y la comprensión dentro de la ciencia. En los últimos apartados sostenemos que lo que caracteriza a la acción humana es el hecho de que se autointerpreta. Tales interpretaciones resultan intrínsecas a nuestras acciones y constituyen el marco hermenéutico mediante el cual les otorgamos un sentido. Luego de analizar la importancia de tales prácticas en nuestra vida diaria se reivindica la importancia de los conceptos “interpretación” y “comprensión” dentro de la investigación psicológica y se propone repensar la disciplina desde un marco cultural y de interacciones. Una psicología pre-científica: la “psique” como principio vital De acuerdo con Piaget, el niño pequeño no distingue adecuadamente la realidad psíquica de la objetiva. Para el infante de edad preescolar los fenómenos psíquicos y los fenómenos físicos son, respectivamente, “más y menos reales” de lo que lo son para el adulto. Por ello es que aquél expresa esa marcada tendencia a prestar vida y conciencia y a considerar como agentes intencionados a las entidades inanimadas; también es resultado de ello la dificultad que muestra para diferenciar sus propios estados mentales de los de las demás personas (Piaget, 1926, 1929, 1932). Podemos presumir que para el hombre antiguo entender la diferencia entre la sustancia animada e inteligente y los cuerpos inertes pudo haber sido una tarea por lo Así por ejemplo, se ha pasado por alto las contribuciones de enorme relevancia hechas desde el Psicoanálisis, cuya complejidad y amplitud supondría un análisis aparte 1 162 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea menos tan compleja como lo es para un niño de corta edad. Resulta verosímil pensar que el movimiento haya resultado a nuestros ancestros el signo más claro de cuando algo mostraba vida y conciencia y cuando no. De todos nuestros movimientos corporales, uno de los más obvios y constantes es el de expansión y contracción de la cavidad toráxico, que tiene lugar durante la respiración. Este movimiento, conectado con la presencia del “aliento”, esta presente en la persona con vida y desaparece en la muerte (Watson, 1967). Esto explicaría el que en casi todas las culturas las palabras que describen la presencia de vida y de actividad mental posean una raíz común con otras expresiones asociadas al aliento y la respiración. Los hebreos, por ejemplo, hicieron uso de un término proveniente de la antigua Babilonia, napistu, para aludir tanto al aliento como al “espíritu” y al principio vital (Watson, 1967). Los griegos, por su parte, emplearon el término psyché, que remite tanto a la respiración como a aquella parte incorpórea que habita y hace vivir al cuerpo. En la Ilíada, Homero representa a psyche como una sombra o espectro con tres funciones asociadas: Menos, Thymos y Noos. El Menos constituía una especie de principio vital, presente en todas las cosas vivas y que hace posible el movimiento autogenerado. El Thymos era considerado la esencia de los sentimientos, las emociones, los deseos, los planes, las expectativas y estaba asociado con la sangre y el aliento. Para la inteligencia creativa Homero empleó el término Noos; con él intentó definir al entendimiento y la actividad racional en general. Algunos siglos antes de Cristo los filósofos aún pensaban en la vida y en la mente de forma parecida al hombre ancestral. Así, Tales de Mileto defendía la idea vitalista de que las cosas capaces de autogenerar movimiento contenían Menos y estaban vivas, razón por la cual consideraba que las piedras magnéticas o imanes eran entidades animadas. Anaximandres creía que algún tipo de sustancia espiritual era la responsable de unificar las partes del cuerpo en un todo y de coordinar sus funciones vitales. Diógenes de Apollonia, sostuvo por su lado que los hombres y los animales vivían por un “soplo de aire sin el cual éstos morían y su inteligencia fallaba”. Muchos años después, Platón (327-347 a.C.), uno de los más importantes filósofos de la antigua Grecia, aún sostenía esta tesis dualista. Para él, el mundo se componía de sustancia y de ideas. El cuerpo, que formaba parte del mundo de los fenómenos, era un instrumento del alma, perteneciente al mundo de las formas. Platón presenta una división tripartita del alma: la razón, que constituye su parte racional, y los sentimientos y los apetitos que conforman su parte irracional. Creía que la parte racional residía en el cerebro y los sentimientos y los apetitos estaban localizados en la cavidad toráxica y abdominal respectivamente. Aunque Platón pensaba que la psyché como principio vital era un fenómeno unitario, sostenía que sus diferentes aspectos emergían cuando estaba unida al cuerpo. Los apetitos funcionaban en forma de deseos indiscriminados que debían ser sometidos a la consideración de los otros componentes de la psyché. Por medio de la razón debíamos conseguir dominar la parte irracional del alma sin llegar a eliminar ni dejar totalmente insatisfechos a nuestros apetitos (Platón, 1979). En tal sentido, Platón abordaba el problema de los conflictos y el problema de la irracionalidad en las decisiones humanas con un modelo que guarda alguna semejanza al que más adelante utilizará la Psicología psicodinámica de Freud. Otro gran filósofo griego, Aristóteles (382-322, a.C.), quien ha sido considerado el fundador de la Psicología Filosófica, creía que la psyché se relacionaba con la forma que 163 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea podía tomar la materia inanimada y así devenir en sustancia viva, capaz de movimiento autogenerado. Aunque Aristóteles también distingue entre forma y materia como principios naturales, sostuvo que ambos coexistirían, conformando una unidad indivisible. Es por ello que puede decirse que, a diferencia de Platón, Aristóteles fue un naturalista. Este filósofo diferenció tres funciones: las asociadas con los procesos de crecimiento, exhibido por las plantas, los animales y el hombre; la función sensitiva que en cambio solo resultaría propia de los animales y el hombre y los juicios y pensamientos, funciones privativas de este último. Para Aristóteles, el ser humano es el único animal que piensa y la imaginación es la más alta habilidad del pensamiento. Lo común a las concepciones aportadas desde la antigua filosofía es que no establecieron una diferenciación clara entre la mente y la vida. El pensamiento filosófico posterior comienza de a poco a alejarse de esta acepción “ingenua” de la mente; busca en cambio generar definiciones más precisas del término, así como propuestas epistemológicas y metodológicas más sistemáticas para la investigación. De la ciencia griega a los albores de una “psicología científica”: la mente como representación De acuerdo con Hanz Gadamer (1980) los griegos, que fueron los primeros artífices de la concepción de mundo occidental, no consideraron el cambio incesante de las cosas humanas, ni el ascenso y la decadencia de los pueblos y las culturas. Por el contrario creyeron ver un orden que se preservaba, una especie de orden cósmico o esencia que se mantenía pese al aparente cambio, a consecuencia de lo cual no admitían la irreversibilidad como un rasgo propio de los asuntos humanos. La ciencia griega, representada fundamentalmente por la matemática versa sobre lo que, en tanto inmutable, puede ser conocido de una vez y para siempre. En la tradición moderna, el modelo matemático fue desplazado por un interés por el mundo empírico y una concepción parcialmente nueva acerca del conocimiento y los métodos de la ciencia, que se enfocó al descubrimiento de leyes universales inmutables. Esta forma de pensamiento dio lugar a dos tesis epistemológicas confrontadas: el racionalismo y el empirismo. La primera, sostenía que el conocimiento se originaba en ciertas intuiciones filosóficas a priori a partir de las cuales era factible deducir lógicamente consecuencias adecuadamente fundadas para así hallar principios universales. Para el empirismo, en cambio, el origen de todo conocimiento debía buscarse en la experiencia, pues no creían que pudiese haber algo en la mente que no hubiese pasado antes por los sentidos. La mente cartesiana 164 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea René Descartes (1596-1659), quien adhirió a la primera de estas posiciones, fue un defensor de la confianza en los métodos matemáticos como herramienta fundamental de conocimiento. Este filósofo desarrolló el método de la “duda sistemática” y propuso poner en tela de juicio cualquier dato del cual no se estuviese por completo seguro. Esto lo condujo a hacer de sus propios estados de conciencia la piedra fundacional del saber Descartes admitía que en un buen número de ocasiones damos por verdaderas y manifiestas cosas que no son sino supuestos. Para este autor todo aquello a lo que llegamos por los sentidos sería una experiencia mediada y no auténtico conocimiento. Sólo las ideas o los pensamientos que se presentan de forma intuitiva a nuestra mente son de carácter indubitable en el sentido de que no pueden engañarnos. Se puede tener una creencia falsa pero se puede en cambio creer que se cree cuando no es verdad que se cree algo. Dice: “...En efecto, he comprobado que por más que lo que siento y lo que imagino no tenga quizás existencia fuera de mí, estoy seguro, sin embargo, de que estos modos de pensar que llamo sentimientos e imaginaciones, existen en mi en tanto son solamente modos de pensar” (Descartes 1649, pag. 43) De este modo Descartes pone entre paréntesis el supuesto sobre la existencia de entidades externas. Su tesis es que, en principio, no puede afirmarse más que la existencia de uno mismo en tanto sujeto de experiencias. Escribe: “Yo soy, yo existo: es manifiesto. Pero, ¿por cuánto tiempo?. Sin duda, en tanto que pienso, puesto que aún podría suceder, si dejase de pensar, que dejase yo de existir en absoluto. No admito ahora nada que no sea necesariamente cierto; soy por lo tanto, en definitiva, una cosa que piensa, esto es, una mente, un alma, un intelecto, o una razón, vocablos de un significado que antes me era desconocido. Soy, en consecuencia, una cosa cierta, y a ciencia cierta, existente. Pero, ¿qué cosa?. Ya lo he dicho, una cosa que piensa [...], ¿qué soy?. Una cosa que piensa. ¿Qué significa eso?. Una cosa que duda, que conoce, que afirma, que niega, que quiere, que rechaza, y que se imagina y siente” (Descartes 1649, pag. 37). Más adelante agrega: “En efecto, no admito que exista otra cosa en mi a excepción de la mente (...) Pues si juzgo que la cera existe a partir del hecho de que la veo, mucho más evidente será que yo existo a partir del hecho mismo de que [soy quien] la veo. Puede ser que lo que veo no sea cera en realidad; puede ser que ni siquiera tenga ojos con los que vea algo, pero no puede ser que cuando vea o- lo que ya no distingo- cuando yo piense que vea, yo mismo no sea algo al pensar. Del mismo modo, si juzgo que la cera existe del hecho de que la toco, se deducirá igualmente que yo existo (...) Si la percepción de la cera parece ser más clara una vez que me percaté de ella no solo por la vista y por el tacto sino por más causas, ¡con cuanta mayor evidencia se ha de reconocer que me conozco a mí mismo! Puesto que no hay ningún argumento que pueda servirme para la percepción, ya 165 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea de la cera, ya de cualquier otro cuerpo, que al mismo tiempo no pruebe con mayor nitidez la naturaleza de mi mente [...] me doy clara cuenta de que nada absolutamente puede ser conocido con mayor facilidad y evidencia que mi mente” (Descartes 1649, pag. 40-41). Para Descartes, la realidad se convierte en algo que nunca puede darse por seguro. Habría ciertas propiedades dadas en mis experiencias que me mueven a suponer que existen en el mundo cosas fuera de mí. Sin embargo dichos supuestos no pueden sustraerse al terreno de la duda. Por más intuitivas que resulten mis creencias sobre la existencia del mundo exterior, ellas no serían sino consecuencia de "inferencias" de una cierta clase que genero a partir de mis diferentes vivencias subjetivas. Resumidamente, Descartes apuntala su sistema filosófico sobre la certeza acerca de su propia existencia en tanto "cosa pensante" y la duda acerca de la existencia del mundo exterior. Dado este primer paso, el filósofo intentó hacer explícitas algunas propiedades que nos permitirían diferenciar con claridad a uno y otro fenómeno para de allí concluir, hacia la sexta meditación, que mente y cuerpo han de ser sustancias diferentes. Descartes realizó un minucioso examen sobre la naturaleza de ambas sustancias. El cuerpo, que posee extensión, responde a las leyes mecánicas; la conciencia, por su parte, inextensa, no existe ni en el espacio ni en el tiempo y responde a las leyes naturales. Para Descartes, el cuerpo (incluidos ciertos impulsos básicos) dependen de procesos puramente mecánicos. A través de la sangre y por las venas, fluyen los "espíritus animales", (expresión con la que este filósofo parece designar una especie de energía fisiológica y que no serían sino entidades muy pequeñas que se mueven rápidamente). Estos entrarían en las cavidades del cerebro y llegarían luego hasta los músculos siendo así responsables de nuestros movimientos. También los sentidos, para conectarse con el cerebro, dependen en la Las ideas innatas, como los axiomas de la geometría, ciertos conceptos matemáticos o nuestro entendimiento intuitivo sobre lo que es perfección no dependerían -para Descartes- del aprendizaje por la experiencia. La filosofía cartesiana ha planteado sistemáticamente una serie cuestiones que podrían ser filosofía de Descartes, de pequeños filamentos que interconectan a nuestros órganos externos con el cerebro. Los espíritus animales son llevados en este caso y a través de estos pequeños tubos hasta el cerebro. Al contrario del cuerpo, la mente no puede ser reducida a aspectos mecánicos. Esta era concebida por Descartes como una unidad que presentaba distintas facultades o funciones. Una de estas funciones era la voluntad; la otra, el entendimiento. Como dijimos, Descartes creía que solo ciertos aspectos del mundo podían conocerse por la percepción; otros en cambio, dependían del uso de la razón. En relación con esto, el autor pensaba que existían ciertas ideas innatas que nos permitían arribar a verdades evidentes por sí mismas. incluidas bajo el rotulo de "problema mente-cuerpo". Estas tesis siguen siendo en el presente un rompecabezas difícil de encastrar, y el más difícil resulta ser el problema de la “causalidad mental”. Si la mente es inmaterial ¿cómo hace para actuar sobre la materia? Si la mente mueve la materia ¿por qué decir que es inmaterial?. Si en definitiva la mente carece de las propiedades materiales como la localización espacial y forma ¿cómo puede causar un efecto en el mundo físico?. Esta clase de preguntas ha dado lugar a innumerables discusiones y toma de posiciones en psicología y en filosofía, que en breve retomaremos. 166 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea El empirismo asociacionista El empirismo inglés resultó en parte una reacción a la propuesta cartesiana. En contraste con otros métodos especulativos, esta doctrina propuso a la observación como método de conocimiento, dando así lugar a una concepción de saber que empapó al ideal moderno de ciencia. Los empiristas, que desconfiaban de las proposiciones a priori al considerarlas tautológicas, excluían cualquier modalidad de saber que partiese del supuesto conocimiento de “esencias”. Para estos filósofos, el conocimiento debía limitarse a la experiencia perceptiva directa. El empirismo sostuvo que los contenidos mentales resultan de las experiencias o de procesos de aprendizaje y no alguna clase de competencia innatamente adquirida. Dice Locke: “Supongamos entonces que la mente sea, por así decir, un papel en blanco, vacío de cualquier carácter, sin ninguna idea; ¿Cómo llega a estar equipada? (...) Primero, nuestros sentidos, ocupados con objetos sensibles particulares, transmiten a la mente varias percepciones diferentes de las cosas, según diversas formas en las cuales esos objetos las afectan: y así llegamos a esas ideas que tenemos de amarillo, blanco, calor, frío, suave, duro, amargo, dulce y todas aquellas que llamamos cualidades sensibles, de las cuales cuando digo que los sentidos transmiten a la mente, quiero decir que los objetos externos transmiten a la mente lo que produce en ella esas percepciones. A esta gran fuente de la mayoría de las ideas que tenemos, que depende totalmente de los sentidos y de las que deriva el entendimiento, la llamo sensación” (Locke, 1689, pág. 81) Para el empirismo era posible diferenciar entre las cualidades primarias “simples” y las cualidades secundarias o “complejas” de nuestra experiencia. Estas últimas surgirían de las primeras y ambas se asociarían entre sí dando lugar a ideas abstractas o generales. “Estas ideas, o estados mentales secundarios, son suscitados por nuestras impresiones (ideas simples) o por otras ideas, de acuerdo con ciertas leyes que son llamadas ‘leyes de asociación’. De estas leyes, la primera es que ideas similares tienden a excitarse una a la otra. La segunda es que, cuando dos impresiones se han experimentado (e incluso se ha pensado en ellas) frecuentemente ya sea en forma simultánea en sucesión inmediata, entonces siempre que se repita cualquiera de estas impresiones o ideas, tenderá a suscitar la idea de la otra. La tercera ley es que, la mayor intensidad, en cualquiera o en ambas impresiones, es equivalente, para que se vuelvan excitable una por una, a mayor frecuencia de conjunción” (Stuart Mill, 1843, pág. 94). Esta doctrina rechazó la idea de Descartes sobre la sustancialidad de la mente. Esta expresión no es para el empirista más que un nombre abstracto, una idea para aludir a diversas percepciones que hacen su aparición de forma sucesiva originadas en el mundo material. (Gardner, 1985, pág. 72). Por ello dice John Stuart Mill: 167 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea “El objeto, pues, de la psicología son las uniformidades de sucesos, las leyes, ya sean fundamentales o derivadas, de acuerdo con las cuales un estado mental sucede a otro, es causado por él o al menos hace que otro le siga. De estas leyes, algunas son generales, otras más específicas” (Stuart Mill, 1843, pág. 91- 93). Como en seguida veremos, muchas generaciones de psicólogos posteriores adhirieron a este modelo de conocimiento así como también su legado metodológico. Por sobre todo, la importancia otorgada al conocimiento por observación directa y a un proceder experimentalista, junto con la búsqueda de hallazgos empíricos y de leyes sobre el mundo natural, se transformaron en los ejes de una concepción del quehacer científico. Kant y las categorías trascendentales Otro filósofo al que se hará mención, y que procuró aportar luz al problema de “lo mental”, fue Immanuel Kant. En su Crítica a la Razón Pura (1781), Kant procurar hallar un modelo de conocimiento que resolviese las confrontaciones de racionalistas y empiristas. Este partió, como Descartes, del supuesto de un yo individual trascendental, condición necesaria de todo conocimiento, que seguía determinadas reglas internas de funcionamiento a partir de las cuales, activamente, las ideas y las sensaciones se ordenaban. A diferencia de los empiristas, Kant creía que la mente constituía antes que un mero receptor de impresiones, un órgano activo de conocimiento que establecía, a partir de ciertas categorías trascendentales (como las nociones de tiempo y espacio) un orden sobre la experiencia originada en las estimulaciones recibidas del mundo exterior. Con estas nociones elaboraríamos esquemas que funcionan como reglas y que a la vez dan lugar a imágenes ligadas a nuestra percepción del mundo empírico (véase Gardner, 1985). Para Kant existe, como para el empirista, un mundo sensorial concreto, que tiene existencia independientemente del sujeto y en el que se origina todo conocimiento, pero no es posible acceder directamente a él. Con lo que tomamos contacto es con “fenómenos” y no con la “cosa en sí” que permanece por siempre incognoscible. De este modo, anticipándose a propuestas como las de la psicología evolutiva de Piaget o el cognitivismo, Kant estaba proponiendo que, por todo conocimiento, tenemos a las representaciones que somos capaces de construir acerca del mundo, más escasa idea de cómo es el mundo mismo. Resulta interesante que Kant creyera que una disciplina científica podía ser científica si lograba arribar a cierto grado de matematización. Para ello, era preciso que los fenómenos sobre los que versaba poseyeran algún tipo de propiedad espacial. Es precisamente la especialidad, diría Kant, la que hace posible que experimentemos con ellos, que podamos alcanzar alguna forma de sistematización y que logremos dar con ciertas formulaciones matemáticas. Ya que los fenómenos mentales no cuentan con ninguna de estas propiedades, resultaba imposible, piensa Kant, desarrollar una ciencia de la psicología. 168 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea El positivismo y su incidencia en la psicología Hacia fines del siglo XIX el surgió positivismo como paradigma científico. Este modelo, defendido por Comte (y cuyos inspiradores fueron los filósofos empiristas, junto con científicos como Bacon y Galileo), pensaban que la ciencia debía describir, mediante leyes, las relaciones entre fenómenos del mundo natural (Comte, 1844). Tal filosofía, que ha tenido su alcance hasta la actualidad, se caracterizó por defender la observación y la verificación como los únicos métodos cognoscitivos válidos. Ya en sus tesis más modernas apuntó a defender (en la versión lógico-analítica del Círculo de Viena) la reconstrucción racional del conocimiento científico y el análisis sintáctico y semántico de lenguaje de la ciencia. (Ferraris, 1988; Schwandt, 2000). Una de las metas del positivismo y sus sucesores fue dar con un método común para generar conocimiento en cualquier ámbito de investigación científica, sea este el de los fenómenos naturales o no. Dicho método se enmarcaría en lo que hoy se conoce como modelo de explicación por leyes de cobertura, que propone subsumir cada fenómeno-problema como un caso derivable, racionalmente, de un conjunto de premisas entre las que se hallaría una ley general y de las cuales el fenómeno a explicar-predecir se derivaría deductivamente: un fenómeno queda explicado cuando, al hallar su causa, se lo vuelve previsible y repetible. Una explicación resultaría adecuada si se deriva de premisas correctas y presenta una forma lógica del razonamiento. La refutación de la consecuencia esperada nos obligaría, por el contrario, a desechar alguna de las premisas de partida o bien a revisar el razonamiento . Hacia fines del siglo XIX, buena parte de la psicología se sumergió en el ideal positivista de ciencia y, en su pretensión de cientificidad, se dedicó a buscar leyes que permitiera explicar y predecir la ocurrencia de los fenómenos que investigaba, así como también a someter a contrastación experimental cualquiera de sus afirmaciones. Como las ciencias naturales habían resultado prometedoras, se pensó no solo que la psicología podía ser tenida por una disciplina de la naturaleza, en muchos casos se procuró además reducir su saber al de algunas leyes psicofísicas más o menos complejas. Wilhelm Wundt (1832-1920), quien oficialmente inauguró el primer laboratorio de psicología experimental en la Universidad de Leipzig en 1879, adhirió, en alguna medida, a este modelo. Por aquel período un gran número de exponentes comenzaron a esforzarse por dotar de la psicología de bases empíricas, fundamentando sus teorías por medio de datos obtenidos a través de rigurosos experimentos o bien, en otros casos, de observaciones sistemáticas (como en el caso de la psicopatología). Por sobre todo, se aspiraba a lograr para la disciplina un método diferente al de la filosofía y la metafísica que a su vez permitiese una articulación con los procedimientos legados por las más cimentadas ciencias del mundo físico. Afirma Wundt: 169 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea “Las ciencias naturales, que pueden servir de ejemplo a la psicología en este sentido, ya que se desarrollaron antes, recurren a dos métodos principales: experimento y observación. El experimento es la observación conectada a una interferencia intencional por parte del observador, en el origen y la trayectoria de los fenómenos observados. La observación, en su sentido propio, es la investigación de fenómenos sin dicha interferencia, tal como se presentan naturalmente al observador en la continuidad de la experiencia. Dondequiera que el experimento sea posible, siempre se usa en las ciencias naturales: pues en toda circunstancia, aún cuando los fenómenos en sí mismos presenten las condiciones para una observación suficientemente exacta, es una ventaja poder controlar a voluntad su origen y avance, o asilar los diversos componentes de un fenómeno complejo” (Wundt, 1897, pág. 112). Y continúa más adelante: “Sí aplicamos estas consideraciones a la psicología, es evidente de inmediato, por la naturaleza misma de su objeto de estudio, que aquí la observación exacta es posible sólo en la forma de observación experimental y que la psicología nunca puede ser una ciencia pura de observación. El contenido de esta ciencia es exclusivamente procesos, no objetos permanentes. Para investigar con exactitud el origen y el desarrollo de estos procesos, su composición a partir de varios componentes y las interrelaciones de estos componentes, debemos, primero que nada, poder producir su principio a voluntad y variar a propósito las condiciones del mismo. Esto es posible aquí, como en todos los casos, sólo mediante el experimento, no a través de la pura introspección” (Wundt, 1897, pág. 112). Para Wundt la observación pura resultaba imposible en la psicología individual, debido a que no hay en el plano mental fenómenos permanentes, como los hay en la naturaleza. Además, los fenómenos que ocupan al investigador del psiquismo dependen de la atención del sujeto que vivencia el fenómeno. En otras palabras, lo que Wundt estaba diciendo es que no existe un fenómeno mental del que nadie sea consciente. Habría en cambio hechos que se encuentran disponibles para el psicólogo y que poseen ciertos atributos de “permanencia e independencia relativa” respecto del observador por lo que es posible acercarse a ellos mediante experimentos. Estos serían algunos productos mentales como por ejemplo el lenguaje, las ideas mitológicas o las costumbres. A este campo, ocupado de abordar los “productos comunitarios” surgidos del psiquismo pero mantenidos social y culturalmente, Wundt lo designa con el término “psicología social”. De este modo este psicólogo abogó por dos modos de hacer psicología: una “experimental” y otra “natural”. La primera, denominada psicología fisiológica, era concebida como un área del conocimiento abocada a estudiar el área fronteriza entre lo físico y lo mental que se ocupaba de la investigación de los fenómenos elementales básicos. Para Wundt, la fisiología nos informaba acerca de aquellos sucesos vitales que percibíamos mediante los sentidos externos. En la psicología, la persona se contempla a sí misma desde dentro y trata de explicar las interrelaciones de los sucesos que esta observación revela. Esta clase de fenómenos eran “provocados” dentro del laboratorio por el experimentador y analizados con rigurosidad. La “psicología social”, se ocupaba en cambio del estudio de procesos más complejos enraizados en circunstancias 170 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea socioculturales específicas, correspondiendo no ya a fenómenos individuales sino colectivos.. Con su proyecto de una psicología fisiológica, Wundt intentaba encontrar un punto de unión entre “lo interno” y “lo externo”. En tal sentido es posible sostener que fue uno de quienes intentó brindar tempranas contribuciones al problema mente-cuerpo. Para Wundt, la psicología era la ciencia que estudia los hechos de la conciencia, incluyendo las sensaciones, los sentimientos, las ideas, las voliciones y las percepciones. Ninguno de estos fenómenos aparece, sin embargo, como un estado descompuesto; ellos deben ser abstraídos mediante “el análisis introspectivo”. Wundt diferenciaba entre el mero reporte de la primera persona (instrospección intuitiva) que es el que puede darse en cada uno de nosotros de forma natural y la manipulación experimental que produce la autoobservación en un contexto experimental controlado. Para Wundt la investigación psicológica debía apuntar a : 1) analizar nuestra experiencia; 2) determinar cuales eran los componentes básicos de la mente (las sensaciones y los sentimientos simples); 3) dar cuenta de los procesos de síntesis psicológica: es decir, determinar el modo en que los diferentes hechos fundamentales se conectaban entre sí; 4) establecer leyes psicológicas acerca de la causalidad psíquica. (Wundt, 1897). Este programa de investigación tiene muchas temáticas comunes con las abordadas por la filosofía empirista. Sin embargo este modelo de psicología va aún más allá al abogar por el uso del experimento para validar los descubrimientos y al procurar hallar leyes y cuantificaciones más o menos estrictas sobre sus fenómenos, ambos aspectos muy deseables para la ciencia positiva. Pese a ello, tanto esta escuela como la que veremos a continuación continuaban haciendo de la conciencia, (un fenómeno que en apariencia es intrínsecamente subjetivo y al que solo podemos acceder por introspección) su objeto de estudio. Esto motivo no pocas críticas entre sus sucesores. Como en seguida veremos, como consecuencia de estas críticas muchos de los temas que interesaron a la psicología estructuralista no fueron retomados, como tópicos o áreas de investigación, hasta cinco décadas más tarde. Pero antes de ocuparnos de estos asuntos, hagamos una breve revisión de otra influyente corriente, el funcionalismo, cuyo máximo exponente ha sido el psicólogo y filósofo americano Williams James. La psicología funcionalista James (1890) fue un gran crítico del empirismo y el asociacionismo pues consideraba a sus tesis contrarias a la naturaleza de nuestras experiencias. Su obra principal, los Principios de Psicología, muestra un intento de aproximación a la psicología radicalmente diferente al propuesto desde el estructuralismo alemán. James puso el énfasis en la naturaleza natural y adaptativa de la actividad mental y los procesos filológicos que acompañan a dicha actividad (Carpio, 1967). Por sobre todo, creía que los procesos psicológicos jamás podían ser analizados desde fuera del contexto real pasado, presente y futuro en el que el organismo estaba inmerso. Para James, el centro de los intereses del investigador psicológico, debían estar 171 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea puestos sobre el modo en que el individuo actúa sobre el medio con el fin de autopreservarse. Aislar a estos fenómenos con vistas a estudiarlos en condiciones artificiales como las de un laboratorio carecía por completo de sentido (Huber, Edwards y Hening-Boynton, 2000). James sostenía que los fenómenos mentales se dan en un fluir permanente configurando una totalidad; no existen las sensaciones aisladas. Leámoslo: “[Los asociacionistas] mostraron como, por medio de sus cohesiones, repulsiones y formas de sucesión, se pueden engendrar cosas como reminiscencias, percepciones, emociones, voliciones, pasiones, teorías y todos los demás integrantes de nuestra mente individual. De este modo, el mismísimo Yo o ego del individuo acaba siendo visto no como la fuente preexistente de las representaciones, sino más bien como su fruto final más complicado (1890, pág. 5) Desde su perspectiva, la psicología podía ser definida como la ciencia de la vida mental, lo cual incluía tanto a sus “fenómenos” (deseos, sentimientos, cogniciones, razonamientos, etc.) como a las condiciones concretas en que éstos tenían lugar2. Previniéndose del anterior elementarismo y remarcando su interés por el análisis de la persona como un todo, propuso estudiar los procesos psicológicos en tanto sujetos a condiciones específicas; para él ninguna facultad existe fuera de tales condiciones. Entre sus propuestas se hallaba la de concebir la mente como un proceso, esto es: como un fenómeno temporal y en sucesión. Para James debemos concebir a la conciencia como a una actividad cuya función es conocer, y a la psicología como una ciencia natural de la vida mental que versa sobre un conjunto de proposiciones provisionales acerca de los estados de conciencia y las nociones que de ellos se tienen 3 Esta visión holista y contextualista comparte elementos comunes con la propuesta de la que nos ocuparemos en la última sección. 3 En su concepción identifica a los productos mentales con la conciencia. La conciencia, por su parte, es definida como “personal”, “dinámica”, “continua”, “intencional” y “selectiva”. Es personal pues los estados mentales se encuentran en personas o mentes particulares, pues “no existen sensaciones y pensamientos universales” y es dinámica y continua, pues no es posible, por un lado, que un estado de conciencia sea exactamente idéntico a un estado de conciencia anterior y porque, por el otro, aún cuando pueda existir una interrupción en el transcurrir conciente (por ejemplo durante el sueño) en general somos capaces de integrar a nuestras diferentes vivencias como un todo ininterrumpido (James, 1890). Con esto, nos comenta Balbi, James está caracterizando nada más y nada menos que la naturaleza vivencial de la conciencia: “Es decir, destaca su condición de experiencia que ocurre en un tiempo real, en la existencia de un individuo vivo, concreto. Por lo tanto, como ocurre en todos los procesos de la vida, en la conciencia los instantes no se repiten, sino que se suceden unos a otros ininterrumpidamente sin volver nunca atrás desde el nacimiento hasta la muerte, es decir, la conciencia como la vida, es un proceso, o sea, un fenómeno que ocurre en fases sucesivas en el tiempo” (2003, 37). Por otro lado, al decir que la conciencia es intencional, James se refiere a que todo hecho de la vida mental tiene lo que el filósofo Brentano caracterizara como “la propiedad intencional de ser acerca de” o de “versar sobre”. Una creencia, o un deseo es siempre sobre algo que constituye su “contenido intencional”. Por último, este psicólogo caracteriza a la conciencia como selectiva pues nuestra mente siempre atiende a algunos aspectos más que a otros (James, 1890; 1892). Según Balbi (2003) al destacar, por encima de todo análisis la unidad vivencial de la mente, James se anticipó a muchas propuestas filosóficas objetoras del positivismo de fines del siglo XIX, como por ejemplo la fenomenología y la vanguardia existencialista. 2 172 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea (James1892). Ya hacia principios del siglo XX, llegaría a asumir incluso que como tal, la conciencia no es más que experiencia, rechazando la distinción entre “los pensamientos y sus contenidos”. Coherente con la tesis evolucionista, James sostuvo que la relación entre los objetos físicos del mundo y nuestra percepción de los mismos es más o menos directa, de forma tal que nos permiten una adaptación al ambiente externo, que es anterior a nosotros e independiente de las representaciones que podamos tener del mismo. En este sentido, aunque su posición epistemológica contiene elementos de lo que hoy en día se entiende por pragmatismo (de hecho una de sus obras filosóficas lleva por título este nombre) hay elementos de su pensamiento que lo ponen por momentos en alguna proximidad al realismo defendido desde el positivismo4(James, 1912). Además de los hechos de la conciencia, Williams James analizó aspectos relativos al funcionamiento de nuestro sistema nervioso, aunque jamás aceptó que fuera posible reducir nuestras explicaciones mentales a términos exclusivamente neurofisiológicos. Dice: “Es impensable el paso de la física del cerebro a los correspondientes hechos de la conciencia. Aún concediendo que un pensamiento definido y una acción molecular definida ocurran simultáneamente en el cerebro, no poseemos el órgano intelectual, ni al parecer ningún rudimento de tal órgano, que nos pudiera permitir pasar, mediante un proceso de razonamiento, de uno a otro (...) Podemos remontar el desarrollo de un sistema nervioso y correlacionar con él los fenómenos paralelos de sensación y pensamiento (...) [pero] no hay fusión posible entre las dos clases de hechos, ni energía motora en el intelecto del hombre que la lleve de un lado a otro sin producir una ruptura lógica del uno al otro” (Tundall, citado en James, 1890, pág. 120) Como por aquella época la fisiología comenzaba a hacer enormes descubrimientos sobre la actividad refleja de los animales, James se preguntó si la actividad conciente podría ser explicada como la suma de una serie de reflejos más o menos complejos, encadenados. Rechaza sin embargo esta alternativa por considerar que, reducir la actividad mental a arcos reflejos, conlleva necesariamente a concebir a dicha actividad en términos lo suficientemente mecánicos y automáticos como para hacer impensable que, gracias a la misma, los humanos pudiéramos aumentar la plasticidad de nuestros comportamientos y, con ellos, nuestras posibilidades adaptativas. Por el contrario, James pensó siempre en la conciencia como en un “órgano” activo. Para James, la conciencia posee una función guía sobre las elecciones y acciones de los Desde su posición pragmatista, James aceptaba que nuestro conocimiento acerca del mundo resultaba de ciertos “modos de estar en el mundo”. Sostenía que al juzgar la verdad o falsedad de cierta idea, no contamos sino con los puntos de vista de cada cual; no tenemos un acceso directo al mundo “tal cual es”. En ese sentido, decía que la verdad es algo relativo que depende de cuanto sea el grado de acuerdo que consigamos los unos con los otros respecto de aquello sobre lo que supuestamente estamos hablando. El contruccionismo social y el neopragmatismo ha llevado en la actualidad esta tesis hasta el extremo de sostener que no hay algo “exterior” a nosotros a lo cual referir nuestras verdades. Estas son resultados de que alcancemos ciertos niveles de consenso en nuestras prácticas discursivas y nuestros modos de estar en el mundo. Fuera de tales acuerdos, no hay mayores criterios de verdad o conocimiento; no abría “una cosa en sí” a la cual recurrir como piedra de toque para la contrastación de nuestros enunciados. Auque en este sentido James mostró mayor apertura y una actitud más relativista que la de otros contemporáneos, como el buen darwinsita que era, mantuvo una actitud conservadora con respecto a nuestras capacidades para “construir” nuestras representaciones del mundo. 4 173 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea organismos que al igual que otros órganos le permite aumentar sus probabilidades de supervivencia. La ciencia de la conducta: la mente como cadena de reflejos Hacia 1913, desde el conductismo se intentó redefinir a la psicología como “una rama experimental puramente objetiva de las ciencias naturales” cuyo objetivo teórico es “la predicción y el control de la conducta”. Para el conductismo, la introspección no formaba parte de los métodos del psicólogo por carecer de valor científico; el valor científico de sus datos no depende- dice el conductista- “de la facilidad con que éstos se presten a la interpretación en términos de conciencia” (Watson, 1913, pág. 204). Junto con la propuesta de la escuela de reflexología rusa, el conductismo estadounidense iniciaba una nueva etapa dentro de la psicología en dónde problemas como la conciencia o las sensaciones subjetivas perdían su valor nodal y, en cambio, el objeto de estudio se redefinía en términos de conductas y reflejos. En su famoso artículo “Psicología como la ve el conductista” Watson anuncia que la psicología está aún en una etapa del desarrollo en la que aún debe seleccionar su material. Allí cuestiona a las escuelas antecesoras estructuralistas y funcionalista. De esta última dice: “Este tipo de psicología desaprueba el uso de elementos en el sentido estático de los estructuralistas. Pone el énfasis en la significación biológica de los procesos conscientes y no en el análisis de los estados conscientes en elementos aislables por introspección. Yo he hecho todo lo posible por entender la diferencia entre la psicología funcional y la estructural. Pero en lugar de claridad, en mi ha crecido la confusión” (Watson, 1913, pág. 208). Lo que confundía a Watson era que ambas escuelas empleaban una terminología similar y referían a fenómenos como sensaciones, percepciones, afectos, emociones, y voliciones. Según él, el que los funcionalistas aplicaran la expresión “proceso” o que hablasen del “acto mental como un todo” no aclaraba demasiado las cosas. Para este teórico, estos conceptos son esquivos se los mire desde el punto de vista del “contenido” o de la “función”, por sobre todo porque su conocimiento depende del poco objetivo método introspectivo5. Dice Watson: “El plan para la psicología a favor del cual estoy conduce prácticamente a pasar por alto la conciencia en el sentido en que los psicólogos actuales usan el término. Prácticamente he negado que el ámbito de lo psíquico esté abierto a la investigación experimentar. No Para aclarar esto pensemos que tanto en la línea funcionalista como en la estructuralista, los estudios de los procesos mentales dependían de los autoexámenes que pudiesen hacer los sujetos sobre sus propios procesos internos. Dicha metodología presenta un doble inconveniente para el conductista. En primer lugar, porque nunca podemos estar seguros de que los reportes de los sujetos realmente se correspondan con la experiencia vivenciada. En cuantas ocasiones sucede que creemos tener vivencias que al rato desestimamos como equívocas, como ocurre por ejemplo con las ilusiones. Por otro lado, se presenta un segundo inconveniente, y es que, aún si un sujeto pudiese reportar sus propios estados mentales “tal cual se dan”, nos encontraríamos como investigadores con la dificultad de interpretarlos para decidir cual es la naturaleza del estado en cuestión. 5 174 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea quiero ir más allá en este problema por el momento, pues inevitablemente conduce a la metafísica. Si ustedes le conceden al conductista el derecho de usar la conciencia del mismo modo en que se emplea en otras ciencias naturales – esto es, sin hacer de la conciencia un objeto especial de observación- habrán concedido todo lo que requiere mi tesis” (Watson, 1913, pág. 216) . Para los conductistas la solución a estos problemas estaban en hacer de la psicología una ciencia de la conducta, que apuntase a la búsqueda de leyes que nos permitan explicar y predecir el comportamiento humano sin recurrir a entidades tales como la conciencia y que utilizara el experimento controlado como método de prueba o demostración. Preocupado por la observación y la búsqueda de los fundamentos “objetivos” de su ciencia, nos dice: “La psicología que yo trataría de construir tomaría como punto de partida, primero, el hecho observable de que los organismos, hombres y animales por igual, se ajustan a su ambiente por medio de equipos hereditarios y de hábitos. Estos ajustes pueden ser muy adecuados o pueden ser tan inadecuados que el organismo apenas mantiene su existencia. En segundo lugar, que ciertos estímulos hacen que el organismos tenga respuesta. En un sistema de psicología completamente elaborado, dada la respuesta puede predecirse el estímulo; dado el estímulo puede predecirse la respuesta. Tal serie de declaraciones es crasa y cruda en extremo, como deben serlo todas las generalizaciones. Empero, difícilmente son más crudas y menos realizables que las que aparecen en los textos de psicología de hoy en día” (Watson, 1913, pág. 210). En aquel trabajo, Watson se expresa interesado en “demostrar la necesidad de mantener la uniformidad en el procedimiento experimental y en el método de declarar los resultados del trabajo tanto humano como animal”, así como a pasar completamente por alto la conciencia negando que lo psíquico esté abierto a la investigación experimental. Por detrás de tal propuesta metodológica se hallaban algunos supuestos filosóficos que luego se ocuparon de explicitar y analizar especialistas tales como Ryle. El conductista afirmaba que nuestras expresiones “mentalistas” son la mayor parte de las veces categorías semánticamente vacías (esto es, no poseen referencia empírica) o bien son, en el mejor de los casos, descripciones acotadas de “disposiciones conductuales”. Tales disposiciones no son muy diferentes de la “disposición a romperse” que le atribuimos a un vidrio si decimos que es frágil. Para el conductismo filosófico, decir que alguien tiene el deseo de viajar, por ejemplo, sería mas o menos equivalente a decir que manifiesta una tendencia a andar por aeropuertos, gastar dinero en pasajes, andar por distintos países, decir que le agrada esa clase de vida, etc. Si esto último fuese acertado, entonces puede resultar razonable tratar de hallar un vocabulario conductista al que retraducir todas nuestras expresiones psicologistas. La Reflexología rusa 175 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Hacia 1891 llevando a cabo sus investigaciones sobre digestión, Pavlov y su equipo descubren casi por casualidad lo que luego dará en llamarse fenómeno de aprendizaje por “reflejo condicionado”. Lo que este fisiólogo encontró es que sus perros manifestaban cierto proceso asociativo por el cual encadenaban un reflejo innato, como el de la salivación, con estímulos contingentes tales como una luz o un sonido. Más puntualmente pudo ver que estos animales comenzaban a salivar momentos antes de se aproximase el momento en que los cuidadores les llevaban la comida. Como resultado de ello diseñó un procedimiento, el de “condicionamiento clásico”, que consistía en hacer preceder un estímulo capaz de desencadenar una respuesta refleja en el animal, como podía ser la comida, por un estímulo neutral como por ejemplo el sonido de una campana. Tras sucesivas presentaciones los perros comenzaban a salivar frente al solo sonido de la campana. Esto fue interpretado por Pavlov como un ejemplo de un proceso asociativo. Según Pavlov, la configuración de cadenas asociativas como estas permitían explicar fenómenos simples, como ciertos aprendizajes animales, pero también hacía posible vislumbrar un camino objetivo y seguro para la ciencia psicológica. Para él intentar realizar un abordaje de los “fenómenos nerviosos superiores” desde la psicología sería como: “Construir una superestructura sobre una ciencia que no tiene pretensión de exactitud, ni aún comparada con la fisiología. De hecho, aún esta sujeto a debate sui la psicología es una ciencia natural o si puede considerarse ciencia, para empezar”. Pavlov pensaba que la ruta a seguir era la del estudio de los reflejos. Aquí este autor parte del pensamiento de Descartes. Para Descartes los animales funcionaban al modo de las máquinas; en ellos cada actividad del organismo ante un estímulo externo resulta de una conexión más o menos mecánica que eran posibles gracias a ciertas conexiones fisiológicas que conectaban a dicho estímulo con alguna respuesta6. Pavlov esperaba demostrar que aún las actividades más complejas del cuerpo, eran resultado del “agrupamiento de actividades locomotrices elementales”. Este fisiólogo creía que las actividades superiores de los hemisferios cerebrales resultan siempre de una asociación de excitaciones nuevas con huellas dejadas por excitaciones anteriores. De hecho se atreve a sostener que los estados designados en la fraseología psicológica como “alegría”, “temor”, “enojo”, son actividades reflejas de las partes subcorticales del cerebro. Las reacciones nerviosas fundamentales son en el hombre y en los animalesdice- innatas e implican reflejos automáticos. Es el encadenamiento de esos reflejos con nuevos estímulos lo que da lugar a una complejización de la respuesta. Así, un perro primero saliva ante la comida, luego ante el ruido de la olla y finalmente ente el sonido de Dice: “Nuestro punto de partida ha sido la idea del reflejo nervioso de Descartes. Esta es una genuina concepción científica, ya que implica la necesidad . Puede resumirse como sigue: un estímulo interno o externo recae en uno u otro receptor nervioso y da origen a un impulso nervioso; este impulso nervioso se transmite a lo largo de fibras nerviosas al sistema nervioso central y allí, en razón de las conexiones nerviosas existentes, da origen a un impulso nuevo que pasa por las fibras nerviosas eferentes hacia el órgano activo, donde suscita una actividad especial de las estructuras celulares (…) Parece obvio que la actividad del organismo debe apegarse a leyes definidas. Si el animal no estuviera en exacta correspondencia con su ambiente, tarde o temprano debería suponerse que un reflejo da inicio al que le sigue; o, en otras palabras, debemos considerarlo como una cadena de reflejos. Pero esta vinculación de actividades no es peculiar sólo de los instintos. Estamos familiarizados con numerosos reflejos que, con toda certeza, se funden en cadenas” (Pavlov, 1927, pág. 199) 6 176 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea la llave del cuidador que abre la puerta. Desde este modelo, aún el aprendizaje de un lenguaje no sería más que la consecuencia de que asociamos las palabras con los objetos que estas representan. Determinismo y Reduccionismo Por detrás de esta propuesta y de la del conductismo, podemos hallar una concepción materialista y reduccionista de la mente. Epistemológicamente se considera que no puede haber dos explicaciones completas de un mismo fenómeno y que una auténtica explicación ha de levarnos a reconocer los factores causales que intervinieron en la producción de un fenómeno. Algo sin poderes causales no tiene ningún relevancia entonces, en términos explicativos. En tanto no puede haber nada no-físico que tenga la propiedad de alterar el mundo físico y sólo resulta aceptable una explicación que pueda dar razón de las causas de un fenómeno, apelar a estados mentales como causas de nuestra conducta resulta improcedente. Esta tesis, es preciso remarcarlo, es defendida por algunos teóricos hasta la actualidad. Para éstos, llegará el día en que todas nuestras explicaciones psicológicas podrán ser reducidas a las descripciones del funcionamiento de nuestro sistema nervioso central aportadas por una fructífera neurociencia. Como vemos, tanto la propuesta de Pavlov como la de Watson para la psicología se caracterizaron por una adhesión desmedida al ideal positivista de la ciencia, que como dijimos, pretendió convertir al de la ciencia natural en el modelo de ciencia, y que hizo de la objetividad su doctrina, de la corroboración el lema y del experimento su método. Ambas escuelas propusieron, además, un abordaje extremadamente esquemáticos de sus problemas de investigación. En este sentido es legítima la afirmación de Carretero: “El conductismo eligió unidades de análisis tan reducidas [la conducta, los reflejos] que era difícil que captaran aspectos significativos del comportamiento humano” (1997, Pág. 33). Finalmente, su concepción “atomista” los llevó a desconocer el carácter sistémico de ciertos fenómenos y olvidar que los “organismos” jamás actúan aisladamente, que lo hacen en un contexto y que en el caso del hombre, dicho contexto es muy especial ya que involucra al lenguaje y los símbolos de la cultura a la que cada quien pertenece, junto con el marco social e histórico en el que estamos insertos. Dilthey y las ciencias humanas A fines del siglo pasado, algunos investigadores de la denominada escuela histórica alemana notaron que la esencia de los problemas centrales en ciencias sociales (en donde podemos incluir a la psicología) quedan dejados de lado si se los intenta aprehender siguiendo el modelo nomológico, los procedimientos inductivos y la metodología del experimento. Par Dilthey el ser humano se halla determinado por sus saberes respecto de su propia historia y sus propias experiencias. Es la autorreflexión “comprensión” la que nos descubre el significado de nuestras acciones y esto ocurre dentro de análisis que 177 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea involucra al contexto social e histórico en que las acciones tienen lugar7. En ciencias humanas comprendemos los acontecimientos, dice, de igual modo en que comprendemos estéticamente una melodía. Para ello debemos establecer totalidades significativas a partir de un “significado central”. Tal como lo estamos proponiendo, la “comprensión” representa un modelo de conocimiento diferente de la explicación; supone en nosotros una capacidad para configurar las partes en un todo que nos resulta significativo. Veamos un poco mejor en qué consiste este proceso interpretativo. Cuando interpretamos un texto, damos por sentado que el mismo es significativo. Es precisamente nuestra tarea como investigadores, la de dilucidar el significado de dicho texto. Para ello debemos partir de toda una serie de presupuestos que nos ayudan a establecer su posible sentido. Si no tenemos alguna idea de cómo funciona el conjunto no podremos entender las partes; sin embargo, tampoco será del todo posible la comprensión de cómo funciona el conjunto si no contamos con una previa entendimiento de cada una de las partes. Por ello el proceso de interpretación se encuentra abierto a constantes revisiones y reinterpretaciones. Leemos cada frase presumiéndole un sentido que se derivaría de la totalidad del texto. La lectura de cada oración puede transformar, a cada momento, el significado de lo que sigue. Si nuestra primera interpretación parece volver inteligible un nuevo párrafo, entonces la aceptamos como provisoria. Si no, debemos replantear nuestros supuestos y con ello nuestra concepción de la totalidad del texto. Preguntarse “de qué modo puedo pensar en esto de modo que tenga para mí significado” es esencial al momento de interrogar un fenómeno como un texto (Tylor, 1979; Rorty, 1979)) Según Dilthey las acciones humanas deben ser interpretadas y “comprendidas” siguiendo un procedimiento “hermenéutico” parecido al de la lectura de un texto. Cuando alguien hace algo esa acción es mucho más que una serie de comportamientos físicos; posee un sentido para cada uno de quienes participaron de la situación. Y ese sentido depende del contexto social, cultural e histórico en que tiene lugar. Para ello debemos adscribir al agente cuya vida intentamos comprender estados semejantes a la clase de experiencias y significados que nosotros mismos desarrollamos frente a situaciones similares a las suyas. Es imposible abstenernos de hacer esto último si queremos captarle algún sentido al asunto. Es decir: el hecho de configurar una acción en un contexto que la vuelva significativa nos agrega una inteligibilidad que no hallaríamos a través de una mera descripción de correlaciones y procesos causales8. 7 Por otra parte esa misma autorreflexión y autocomprensión modifica nuestros modos de existir. Por ello el procedimiento a utilizar por parte del investigador social no es la “explicación objetivante” sino la comprensión, entendida como identificación del sujeto y el objeto. El conocimiento no avanza de una cosa a la siguiente para abstraer generalidades sino que las convivencias se configuran para extraer significado; y tampoco se espera que el investigador se abstraiga de su propia experiencia al momento de volver inteligible una acción, pues es de su misma interpretación de lo que se requiere para que tal acción tenga sentido. Es de por sí- dice Dilthey- esa vivencia particular inserta en un todo de un modo particular lo que le otorga sentido a la “totalidad vital”. El significado está orientado a ese todo que se configura a partir de un “centro creador de sentido”, de una “vivencia decisiva” que estructura la totalidad. (Gadamer, 1960, Rouse, 1987) 8 Con actitud crítica, Gadamer sostiene que son los propios “prejuicios” del investigador los que hacen posible algún nivel inicial de inteligibilidad del fenómeno a comprender. Desde la concepción de Gadamer, la interpretación no es un factor indeseable, una especie de perjuicio incómodo que entorpece la labor del investigador. Por el contrario hace a las condiciones que posibilitan la construcción de conocimiento (Gadamer, 1943). Aunque estos comentarios resultan 178 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La verdad y “el tribunal de la razón”: ¿Es posible otra idea de “verdad”? Entre otras cosas, el ideal epistemológico del positivista se sostenía sobre los supuestos de que existe una diferenciación entre el sujeto y sus representaciones y los objetos del mundo a conocer, así como una distinción entre nuestras proposiciones acerca del mundo y el “mundo en sí”. Esta epistemología aceptaba la idea de que la ciencia puede y debe, mediante el procedimiento de justificación, incrementar los grados de certeza respecto de la corrección o no de nuestras proposiciones sobre el mundo. Por detrás encontramos, claro, la idea de que el universo está formado por cosas muy simples, clara y distintamente cognoscibles. A esta perspectiva de ciencia subyace la idea del conocimiento como “espejo” o representación de la naturaleza, en dónde cada representación se refiere a algún objeto que hace de su “referencia” y en dónde la verdad de cada afirmación ha de juzgarse por el nivel de “correspondencia” que estas muestra respecto al mundo (Rorty, 1979)9. Para el positivismo, las afirmaciones relativas a nuestras sensaciones, sentimientos, percepciones, emociones, pensamientos o recuerdos, debían hallarse adecuadamente demostradas. La falta de criterios “objetivos” para determinar con certeza la presencia o ausencia de tales fenómenos, conllevaba a descartarlos. Al no poder acceder a un modo de contrastación directa sobre los procesos o entidades que postula, a lo más lo que cualquier ciencia puede hacer es ocuparse de las correlaciones empíricas entre los actos de la conducta y el medio. Esta filosofía estuvo regada por la búsqueda de un “tribunal de la razón” que dirimiese en los casos de saberes enfrentados y por la necesidad de encontrar criterios concluyentes para producir y legitimar conocimiento. El positivismo pretendió cumplir aquí el lugar de juez capaz de evaluar los informes científicos apelando a alguna forma de representación privilegiada. “La idea dominante de la epistemología es que para ser racional, para ser plenamente humano, para hacer lo que debemos hacer, hemos de llegar a un acuerdo con otros seres humanos. muy pertinentes, no nos detendremos por exigir un desarrollo que excede el interés de este trabajo 9 Así las cosas, el modo de justificar una enunciado universal como por ejemplo: “todo cuerpo de menor masa es atraído por un cuerpo de mayor masa con una fuerza proporcional al cuadrado de las distancias” es cierto si hay en el mundo cosas que puedan ser definidas en función de su masa, si existen criterios claros para determinar cuantitativamente cual es la masa de tales entidades y si podemos establecer cuales son los niveles de atracción que se da entre ellas. Aparentemente, no habría mejor modo de determinar cuan justificada se halla una afirmación semejante que mediante algún tipo de experimento. Si el mismo demuestra que las cosas ocurren tal cual se afirma, entonces el enunciado en cuestión es verdadero. 179 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La sospecha de que esa forma de representación privilegiada pudiera no existir parece poner en peligro la racionalidad. Pero de hecho, ya hace mucho Nieztche (1873) cuestionó que el hombre sea capaz de ponerse en contacto con alguna forma de conocimiento “puro” y criticó la concepción referencialista y designativa de nuestro lenguaje así como las nociones correspondencialistas sobre verdad y significado. Para este filósofo las palabras de una lengua funcionan más al modo en que las usa un poeta, cuando aplica una metáfora, que como una representación o copia de las cosas tal cual son. Dice: “¿Qué es entonces la verdad? Una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son” (Nieztche, 1873, pág. 25) La cuestión aquí es que no hay ninguna base neutral en que apoyar nuestras verdades. Como afirma Rorty: “No podemos tener un concepto sin tener muchos, ni podemos llegar a tener un concepto de algo porque hayamos observado ese tipo de cosas, pues tener la capacidad de observar un tipo de cosas es tener el concepto de ese tipo de cosa. Observar un tipo de cosa es observar bajo una descripción, no solo responder discriminatoriamente a ella. A su vez cada concepto depende de su relación de otros conceptos de la teoría” (Rorty, 1979, pág. 173). La justificación de una afirmación hecha siempre raíces en supuestos aceptados más que en “realidades empíricamente demostradas”; no hay modo de salirnos de nuestras creencias previas y de nuestro lenguaje para hallar elementos para su justificación. Ello implica que debemos como mínimo dar por ciertas determinadas creencias acerca del mundo y de nosotros. No es posible salirnos de esa matriz para ubicarnos en un sitio neutral de discusión. Por detrás de este último enunciado se encuentra la idea de que los criterios de aceptación de los saberes son pragmáticos antes que epistemológicos y que no existen criterios claros para separar el modo en que genera conocimiento un artista, un científico o un hombre común ni, tampoco, razones a priori para justificar la forma de describir el mundo del naturalista por sobre las del humanista. La psicología cognitiva: la mente informacional Según Bruner (1990) hacia los años 50 surgió un interés por abandonar el canon del conductismo y el cientificismo junto con una nueva preocupación que llevó a la psicología hacia un intento de recuperar la mente atendiendo al rol que la interpretación y la construcción de significados cumple en nuestra vida diaria. Dice Bruner: “Creíamos que se trataba de un decidido esfuerzo por instaurar el significado como el concepto fundamental de la psicología; no los estímulos y las respuestas, ni la conducta abiertamente observable, ni los impulsos biológicos y su transformación, sino el significado. No era una revolución contra el conductismo, animada por el propósito de transformarlo en una versión más adecuada que permitiese proseguir con la psicología añadiéndole un poco de mentalismo (...). Su meta era 180 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea descubrir y describir formalmente los significados que los seres humanos creaban a partir de sus encuentros con el mundo, para luego proponer hipótesis acerca de los procesos de construcción de significados” (1990, pág. 20). Sin embargo, muy pronto ocurrió que este interés por revalidar el problema del significado fue troncado por la importancia que se le dio a la “información” y sus “modalidades de procesamiento” como tema primordial de esta nueva psicología. Se buscó un modo de dar cuenta de los procesos de pensamiento que estuviera contenido dentro del proceder cientificista, pero que se contrapusiera al objetivismo estéril del conductismo; el modelo propicio fue la metáfora del ordenador procesador de información. La computadora y las tesis del cómputo informacional se volvieron la matriz del pensamiento cognitivo generando una actitud reduccionista en dónde los estímulos y las respuestas fueron, como conceptos, remplazados por los de “input” y “output”. A diferencia de la compleja noción de significado, el concepto de información resultaba mucho más manejable y fácil de operacionalizar. Los complejos fenómenos cognitivos podían ser ahora pensados en términos de “procesos de codificación”, “almacenamiento” y “decodificación” o de “procesamiento de datos”, explicados a partir de un conjunto de reglas sintácticas y algoritmos. La computadora se convirtió así en la metáfora dominante y la “computabilidad” el concepto clave de este nuevo teórico10. Durante las décadas posteriores a los años ‘70, las principales líneas de investigación se abocaron a abordar problemas como la memoria y sus “estructuras”, los fenómenos de codificación, almacenamiento y recuperación de información, la atención, las imágenes mentales, los mapas cognitivos, los esquemas cognitivos, la comprensión de textos, las modalidades lógicas de razonamiento deductivo e inductivo y la resolución de problemas. Estos estudios se llevaban por lo general a partir de tareas de laboratorio y por medio de rigurosos experimentos. Por los demás, los modelos teóricos hablaban de “representaciones”, “información”, “niveles de procesamiento”, “operaciones”, “estructura y función”, “series”, “algoritmos”, etc. (Gardner, 1985; De Vega, 1984). Estando la mente equiparada a un programa de computación, se pensó que los estados mentales, como “desear”, “creer”, “captar el significado” o “pretender” podían ser explicados en un vocabulario informacional más adecuado11. O mejor dicho: al pretender que las relaciones input-output podían explicarse sin utilizar categorías del tipo de las mentales, estos modelos computacionales terminaron adhiriendo: 1) a ciertas tesis reduccionistas (que suponían que alcanzado un mayor conocimiento de los modos en que los sistemas cognitivos procesan información, sería posible retranscribir nuestras expresiones mentalistas a un vocabulario más preciso) o bien a 2) algunas tesis eliminativistas (las que sostienen que es inútil intentar redescribir o reducir nuestras expresiones mentalistas a una teoría abonada desde la neurociencia o la computación, sencillamente porque esta clase de términos no refieren a ningún fenómeno que sea real, 10 Dice Carretero: “La metáfora computacional no solo ha sido decisiva para el avance de la psicología y la ciencia cognitiva, sino que ha sido hasta los años ochenta, aproximadamente, la característica distintiva delos trabajos de origen anglosajón de las aportaciones europeas sorbe los procesos cognitivos” (1997, pág 123). 11 Bruner afirma que: “La mente, en sentido subjetivo, era o un epifenómeno que surgía del sistema computacional bajo determinadas condiciones, en cuyo caso no podía ser causa de nada, o no era más que una manera en que la gente hablaba sobre la conducta” (Bruner, 1990, pág. 25) 181 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea por lo que la única solución es que tan insuficiente sistema teórico sea completamente eliminado). Crítica al cognitivismo Lo que tienen en común el cognitivismo con las anteriores posiciones que hemos visto, es que tiende a buscar los procesos psicológicos “dentro de la cabeza” de la gente, adoptando una actitud desde la que, nuevamente, lo importante termina siendo la posibilidad de generar aproximaciones “objetivas” a los fenómenos así como aportar datos “confiables”, “mensurables” y “repetibles”. En este sentido adhiere también a cierta forma de “individualismo metodológico”, así como una posición “mecanicista”. Los “estados mentales” son concebidos como alguna clase de evento interior (llamado ahora “cómputo”, “procesamiento de información”, etc.) capaz de explicar nuestras conductas; el individual sería, por lo pronto, el mejor nivel para indagar sobre esta clase de fenómenos. La psicología debiera abogar por “reflejar” la naturaleza de esta clase de eventos y por postular leyes sobre su interacción. Es decir, volvemos a encontrarnos con la pretensión de que la ciencia se desarrolla sólo construyendo explicaciones legaliformes sobre causas y efectos. En el caso de la psicología, esas explicaciones apuntarían establecer correlaciones entre tales estados “internos” y el comportamiento. Los “estados psicológicos” que se autoatribuye el hombre común cuando habla de si mismo sería, por lo demás, un intento fallido por adherir a esa clase de modelo de inteligibilidad que una adecuada psicología condimentada por la cantidad de neurociencia que se considere necesaria, ayudará a corregir. Desde una perspectiva enfrentada con tales tesis “solipsistas” autores como Bruner (1991) y Gergen (1994),han planteado que la psicología de la que han partido la mayor parte de los estudios científicos se ha nutrido de la clase de expresiones que los hombres empleamos en nuestra vida cotidiana para referirnos a nosotros mismos y volver comprensibles nuestras acciones. Es en este contexto que surgen nociones como la de “sentimiento”, “emoción”, “creencia” o “estado mental”. Como sostienen estos autores los psicólogos acostumbran a estudiar las “creencias”, “las actitudes”, “las emociones” de “tristeza”, “celo”, “amor”, “decepción” o “frustración”, “los razonamientos”, “los sueños”, “la imaginación” o “la angustia” o “los deseos”; tratan además de hallar leyes para entender que tienen en común todos estos estados y cómo se relacionan entre sí. Estas nociones, sin embargo, no han sido propuestas desde la empresa psicológica ni a partir de “descubrimientos” realizados adentro de un laboratorio. Han surgido de nuestro sentido común; están impresas en las formas en que las personas hablamos, en nuestra vida ordinaria acerca de nosotros mismos. Cuando la gente habla sobre sí misma se atribuye “creencias”, “actitudes” y “emociones”. Más los “estados” que postula desde esta forma de psicología ingenua no parecen aludir, en ningún sentido interesante, a un “mecanismo interior” que dé cuenta de las “causas” de nuestras conductas. 182 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Por el contrario, las expresiones mentales tal como la usan los hablantes ordinarios parecieran hallarse enteramente incorporadas a ciertos “juegos de lenguaje” y a “modos de vida” que sirven por sobre todo para enmarcar, interpretan y organizar nuestras acciones y nuestras experiencias, a partir de patrones que describen lo que es canónico a una comunidad así como aquellas normas prescriptivas sobre lo que en su seno es deseable y lo que es esperado. Esto determina las pautas normales de acción y establece también cuales son los motivos y razones con los cuales estas acciones deben estar típicamente conectados a fin de volverse inteligibles (Bruner, 1990). Históricamente, la psicología científica ha desestimado el conocimiento del hombre común como un conjunto de hipótesis inadecuadas sobre lo que serían las “verdaderas causas” de la conducta humana. El conductismo ha postulado, por ejemplo, estímulos y leyes asociativas negando que las expresiones psicológicas describan “entidades” reales. La psicológica cognitiva ha atribuido a la información el rol causal12. Cualquiera de estas posiciones ha achacado a la “psicología de sentido común” su falta de eficacia explicativa y sus dificultades al momento de establecer leyes y proveernos de explicaciones. Sin embargo, nunca revisaron el “mito” de que los “estados psicológicos” que invoca nuestro lenguaje cotidiano remitan en verdad a algún tipo de proceso interior que ocurre en el interior del individuo. Así por ejemplo, se ha intentado estudiar, mediante indicadores “objetivos” como registros autonómicos o estudios de la mímica, los procesos cognitivos que tienen lugar cuando alguien dice “sentirse triste” o “furioso”; se ha procurado indagar sobre cuales son las “causas reales” de la conducta de estar ansioso; y se han postulado mecanismos informacionales, redes conexionistas, procesadores de información o cómputos cerebrales para explicar ciertas respuestas. Pero lo que por lo común no se ha llegado a cuestionar que “sentirse triste”, “furioso” o “ansioso” sean expresiones que en nuestro hablar cotidiano intenten “describir” procesos interiores de alguna naturaleza. Estamos diciendo que, si lo que hace la gente cuando nos habla de su conducta es asociarla con expresiones mentales no es “explicar” en el sentido de aludir a causas, entonces mal podría plantearse como eje de una crítica a tal psicología ingenua, el que “explique inadecuadamente”. Creemos que lo que hace la gente cuando emplea una expresión “mental”, como por ejemplo “tener celos” o “sentirse furioso”, es bien diferente a etiquetar algún evento interior con potencialidad causal o describir lo que sucede en los recovecos de sí mismo13. Se trata más bien de ofrecer a nuestro interlocutor un marco de inteligibilidad, un relato, desde el cual pueda “interpretar” nuestra conducta. Para decirlo con un ejemplo: es semejante a cuando leemos un texto literario. Pongamos que alguien escribe: “No quiero volver a verte en una temporada. Tus ojos se han endurecido con la visión de demasiadas guerras. Tu alma se ha perdido. Tu cuerpo se ha gastado”. Entonces un profesor se acerca y nos dice: “esas palabras las escribió Vinicius de Moraes al regresar de Europa”. Instantáneamente nuestra mente se ilumina. “Comprendemos” el sentido de las palabras del poeta. No se nos ha dicho, sin embargo, cuales son “las El psicoanálisis, por su parte, ha postulado pulsiones y deseos inconscientes y ha cuestionado que las razones que damos en nuestras explicaciones ordinarias sean auténticas causas de nuestros comportamientos. 13 Pretender que los “celos” constituyan alguna clase de evento discriminado que tiene lugar dentro del cráneo sería similar a pretender definir lo que es un “alfil” sin tener en cuenta el resto de piezas y el conjunto de reglas que forman parte del juego del ajedrez. 12 183 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea causas” de que Vinicius escribiera esa bella poesía. Más bien se nos está invitando a darle sentido a lo leído desde un contexto biográfico particular. Pues bien, cuando alguien en su vida cotidiana usa una expresión mental como “estoy celoso”, está diciendo de algún modo “en condiciones normales, cuando a la gente le sucede lo que a mi me ha sucedido, reacciona como yo he reaccionado y experimenta un conjunto de sensaciones más o menos difusas más bien desagradables, se suele decir que está celoso. Ese es el contexto desde el cual usted debe interpretar esta situación”. Referirnos a los celos, no es aquí más que un modo de incorporar una situación puntual y concreta en un relato que la vuelve significativa, comprensible dentro del marco de una cultura. Por todo esto es que decimos que nuestras nociones “mentales” definen modos de pensarnos y referirnos a nosotros mismos en relación con otros y dentro de ciertos contextos. Más que hablar de “mi”, habla de “nosotros”, de cómo nuestra cultura nos invita a pensarnos en nuestros intercambios, de qué relatos han sido legitimados para hacer inteligibles ciertas acciones y de cuales respuestas están permitidas o son esperables en ciertas situaciones. Es consecuencia de ello que, como dice Gergen (1994), uno no pueda estar celoso de “una puesta de sol” o de “unos pantalones cortos”. ¿Por qué ello no es admitido? Si “celos” tan sólo remite a un evento interno ¿Porqué no puedo yo tener “celos” de las cafeteras o de las comparsas brasileras? ¿Qué saben los otros de “cómo siento yo los celos”?. Pero es que es la comunidad en que vivimos la que establece las normas para nuestros intercambios lingüísticos. Y dentro de nuestra comunidad, “celos” es considerada una clase de expresión adecuada para referirnos a reacciones que son esperables cuando creemos que la persona de quien nos enamoramos se ha fijado en otro y tenemos, además, razones para creer que podemos perderla. No para referirnos a las puestas de soles. En otras palabras: “celos” describe elementos que no son estados subjetivos ni internos. Entender los celos implica entonces entender lo que es estar “enamorado” y “temer” perder a alguien; pero implica también saber que para estar celoso uno debe tener algún tipo de relación con alguien, que ese alguien tiene que resultar un ser con cierta capacidad para reaccionar y comprometerse con nosotros, que en las sociedades en que se promueve la monogamia es probable que alguien que teme a la infidelidad se comporte de ciertos modos; implica comprender lo que es esperable que se diga en situaciones así y entender que hay ciertos papeles que no están permitidos (si vemos a nuestra querida coquetear con otro joven, no tiene sentido que decir que experimentamos “un profundo deseo de dedicarnos a la espeleología”). Dentro una posición como la que venimos presentando, el significado de nuestras expresiones mentales se encuentra enmarcado por un contexto de creencias socialmente instituido. Entiéndase que no estamos afirmando que la gente no tenga ciertos estados subjetivos ni que los procesos cerebrales no sean causa de nuestra conducta; lo que más bien sostenemos es que nuestras formas de expresarnos y de hablar acerca de nosotros cuando invocamos verbos mentales (e incluso cuando referimos alguna clase de experiencia subjetiva) consisten en modos de caracterizar nuestras modos típicos de relación así como las formas que nuestra cultura tolera las relatemos para volverlas significativas. Por ello pensamos, contra otras formas de psicología, que la mayor parte de nuestras expresiones psicológicas exceden a lo que puede describirse desde el nivel de lo 184 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea individual y en términos de mecanismos causales; sobre todo porque gran parte de los conceptos de este tipo son “relacionales” y no términos que remitan a “entidades discretas”. Acordamos aquí con Gergen cuando dice que los “estados mentales” no son algo que “influye” en nuestra vida social sino más bien parte de narraciones que constituyen la vida social en sí (Gergen, 1994, Pag. 273). Renunciar, como ha hecho la psicología, a estudiar los significados que la gente atribuye a sus acciones desde los relatos y los marcos sociohistóricos en que se incluyen es partir del prejuicio de que los significados no pueden ser causas (pues solo aceptamos como causas hechos físicos locales discretos) y a la vez es dar por sentado que no existe otro método de incrementar nuestros saberes o, mejor dicho, de aumentar nuestra inteligibilidad sobre lo que llamamos realidad, que no sea describiendo, explicando o prediciendo. Conclusión En este trabajo comentamos los problemas que marcaron los primeros planteos sobre el problema de la vida psíquica y su relación con el cuerpo y hemos tratado de bosquejar algunos hitos en la historia de la psicología relativos a la definición de su objeto de estudio y su método. Hemos repasado las primeras teorías psicológicas aportadas desde la filosofía. Seguidamente se ha analizado la propuesta epistemológica del positivismo y sus continuadores valorando su incidencia durante el período “fundacional” de la psicología, como disciplina independiente. Aquí, arribamos a las corrientes Estructuralista y Funcionalista, ambas impulsoras de los tópicos y métodos de investigación en la psicología moderna. Seguidamente analizamos las tesis de la psicología objetiva y su intento de hacer de esta disciplina una ciencia de la conducta. Luego de hacer una lectura crítica de los supuestos del positivismo, hemos revisado los aportes de la filosofía comprensiva. Estudiamos cómo el proyecto cognitivista de la psicología de los años cincuenta en su meta de estudiar los significados, se vio abortado por la adhesión que estos psicólogos mostraron a la metáfora computacional. A continuación criticamos esa visión de psicología. De la mano de Bruner y Gergen, hemos afirmado que los seres humanos comprendemos las acciones propias y ajenas en tanto estas resultan “significativas”. Desde esta posición se ha defendido la importancia de que atendamos a la clase de procesos interpretativos que tienen lugar en el hombre común durante sus intercambios comunicativos y sus interacciones cotidianas dentro de ámbitos naturales. Sostuvimos que lo que volvemos inteligible cuando configuramos una situación desde el campo del sentido no puede en modo alguno ser redescrito en términos de impulsos eléctricos o procesos neurofisiológicos sin que con ello perdamos buena parte de lo que queremos entender; que atender al significado que las acciones y la experiencia tiene para sus actores dentro de los relatos que ellos estructuran acerca de sí y sus acciones, nos permite acceder a un nivel de inteligibilidad que se nos escaparía si pretendiésemos reducirlo al tipo de explicación nomológico-causal. Hemos procurado mostrar que al estudiar este tipo de prácticas nuestra actitud debiera ser semejante a la de un antropólogo que estudia las creencias religiosas de una comunidad. Tal vez sea hora de que, como psicólogos, comencemos a interesarnos por saber que quiere decir la gente cuando se autoadscribe una creencia o un deseo o 185 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea cuando atribuye a un vecino un estado emocional particular; tal vez debamos comenzar a buscar “las mentes” en nuestros modos de hablar sobre ella cuando interactuamos los unos con los otros. Adoptar este “giro” dentro de la psicología, supone abandonar los criterios verificacionistas del significado, los cuales, al decir de Bruner: “Nos han convertido en devotos de la predicción como criterio de la buena ciencia, incluida la buena psicología [como resultado de lo cual] juzgamos lo que la gente dice sobre sí misma y sobre su mundo, o sobre los demás y sus mundos respectivos, en función casi exclusivamente de si predice o proporciona una explicación verificable de lo que hace, ha hecho o hará. Si no es así (...) tratamos lo que se ha dicho como nada más que un error e ilusión” (1990, pág. 32) Si estas reflexiones son correctas, la labor del psicólogo profesional no puede darse al margen de los saberes que la gente común tiene acerca de su propia psicología, pues es ella la que mejor sabe en qué contexto ocurren sus acciones, cómo su cultura permite hablar de ellas y cuales son razones socialmente aceptables para hacerlas comprensibles. En este sentido proponemos renunciar a seguir persiguiendo los “objetos mentales” por algún lugar recóndito del alma, el cerebro o la cognición para comenzar a buscarlos en los modos de hablar de la gente común durante sus prácticas e interacciones cotidianas. Bibliografía: Aristóteles (1941) Basic Works of Aristotle, Editado por R. Mc Keon. Ramdom Hause. Balbi, J. (2003) La mente narrativa. Editorial Piadós. Brennan, J.E (2000) Historias y sistemas. Pearson Educación. Carpio, A. P. 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Actualmente trabaja como investigador de la Facultad de Psicología y el CIFFYH. Dirige un grupo conformado por alumnos de grado en donde investiga cuales son las nociones y supuestos de sentido común que el hombre ordinario tiene acerca de lo que es la salud, la enfermedad y la locura. Entre sus últimas publicaciones sobre sus actuales temáticas de interés caben mencionarse: “Relato autobiográfico e interpretación: una concepción narrativa de la identidad personal” y “Relato autobiográfico e identidad personal: un modelo de análisis narrativo”, ambos publicados en revistas españolas especializadas en ciencias sociales. 2.5 Procesos Psicológicos Básicos 2.5.1. Sensopercepción Pablo Marchetti Introducción En los animales vertebrados e invertebrados, el sistema nervioso es el encargado de vincularnos tanto con nuestro medio externo como con nuestro medio interno. Esta función supone que dicho sistema es capaz de recibir y discriminar información, que primeramente llega en forma de estímulos de diversa naturaleza; codificar y transmitir esa información sensorial desde los receptores primarios hacia centros de relevo e integración a nivel cortical, donde será procesada e interpretada, para que finalmente pueda ser acoplada a mecanismos específicos de reacción sensorio-motriz que funcionan de manera paralela como sistema eferente o de respuesta. En todos los procesos arriba descriptos de manera somera, la recepción de estímulos del entorno y del medio interno ocurre a través de diferentes estructuras especializadas, que incluyen a los órganos sensoriales propiamente dichos, encargados de la recepción de sus correspondientes sentidos (visión, audición, tacto, gusto) a los que hay que sumarles sistemas más difusos que no están organizados en la forma de un órgano sensorial. Tal es el caso de la termocepción (temperatura), la propiocepción (posición del cuerpo), la mecanocepción (tacto/presión) o la nocicepción (dolor). En un sentido amplio la labor de todos los sentidos funciona de manera parecida, Se recibe el estímulo, se traduce este en señales nerviosas y se envían dichas señales al cerebro donde son procesadas. Rasgos Históricos Históricamente la sensación fue el punto de inicio para el estudio científico de los procesos mentales. A principios del siglo XIX el filósofo francés Auguste Comte definió 188 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea una nueva filosofía, preocupada por la aplicación de métodos empíricos de la ciencia natural al estudio de la conducta humana. A su vez Comte estaba influido por los empiristas británicos quienes sostenían que todo el conocimiento proviene de la experiencia sensoriales decir aquello que puede ser visto, oído, tocado, gustado u olido. Uno de ellos, John Locke, sostuvo que en el recién nacido, la mente humana carece de contenido como “un papel blanco, desprovisto de cualquier código, sin ninguna idea” una “tabula rasa”, sobre la que la experiencia inscribe sus marcas (6). Este pensamiento empirista contribuyó a que la Psicología naciera como una disciplina académica distinta. Separada de la Filosofía, la Psicología se desarrolló como una ciencia abocada al estudio experimental de los procesos mentales, enfatizando en sus primeros años en la sensación como llave de acceso a la mente. Los primeros psicólogos experimentales estaban preocupados con cuestiones sobre la secuencia de acontecimientos por los que un estímulo conduce a una experiencia subjetiva. Pronto encontraron que, si bien la recepción sensorial difiere para cada uno de los sentidos, hay tres características que comparten a todos ellos. 1) Un estímulo físico 2) Un conjunto de sucesos mediante los cuales el estímulo se transduce en un mensaje de impulsos nerviosos 3) Una respuesta al mensaje, frecuentemente como percepción o representación interna de las sensaciones. Esta secuencia llevó a analizar los fenómenos de dos maneras, lo que dio origen a los campos de la psicofísica y de la fisiología sensorial. La psicofísica estudia la relación entre las características físicas del estímulo y los atributos de su percepción mientras que la fisiología sensorial analiza los eventos neurales consecutivos al estímulo físico, es decir de que manera los receptores sensoriales transducen el estímulo y como es procesado por el cerebro. Gran parte del interés actual en neurobiología de la percepción , proviene de la reciente aplicación de estos dos acercamientos en experimentos con sujetos humanos utilizando pruebas no invasivas de la función cerebral, tales como la tomografía por emisión de positrones (PET) y la imagen por resonancia magnética (MRI). Los primeros experimentos de psicofísica y de fisiología sensorial rápidamente exhibieron una debilidad del argumento empirista: la mente del recién nacido no está vacía, ni nuestra percepción del mundo se forma por la acumulación de encuentros pasivos con las propiedades físicas de los objetos. De hecho, nuestras percepciones difieren cualitativamente de las propiedades físicas de los estímulos. Esto es explicable en parte porque el sistema nervioso solo extrae parte de la información de un estímulo y desecha el resto, y luego interpreta esa información en el contexto de la experiencia previa. Es así que recibimos ondas electromagnéticas de distintas frecuencias pero percibimos colores, recibimos cambios de la presión del aire pero oímos palabras y música, entramos en contacto con miríadas de componentes químicos disueltos en el aire o en el agua pero experimentamos olores y sabores. Colores, olores y sabores son, en algún sentido, construcciones mentales creadas en nuestro cerebro por el procesamiento sensorial. No existen como tales fuera del cerebro. 189 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Nuestras percepciones no son registros calcados del mundo que nos rodea sino que se construyen internamente siguiendo reglas innatas y límites impuestos por las capacidades del sistema nervioso. El filósofo Alemán Immanuel Kant se refería a estos límites como preconocimiento, el sostuvo que la mente no es un receptor pasivo de impresiones sensoriales; sino que las construye de acuerdo con categorías preexistentes objetivas o ideales como el espacio, el tiempo y la causalidad que existen independientemente de la estimulación física del exterior del cuerpo. El conocimiento, según Kant, no solo se basa en la información sensorial sino también en el preconocimiento que organiza esa experiencia sensorial. Esta idea Kantiana del preconocimiento influyó en el surgimiento de la Psicología de la Gestalt, que sostiene que algunos aspectos de la percepción reflejan la capacidad innata del cerebro para organizar sensaciones simples de modos característicos. También la experimentación pragmática contribuyo al surgimiento de la Psicología conductista, centrada en la conducta observable. Dos tipos de procesamiento Habitualmente los textos sobre Psicología comienzan con un capitulo destinado a explicar generalidades de procesos senso-perceptivos. El motivo de ello es que se considera que en cualquier experiencia psicológica lo primero es sentir y lo segundo es percibir un cierto estímulo. Por otro lado se cree que la sensopercepción es el más simple de los procesos y en consecuencia sirve para introducir didácticamente a los demás procesos. Ninguna de estas asunciones es correcta. ¿Es un proceso realmente simple? Una cuestión que no nos damos cuenta pero que se produce en cada sensación es que la estimulación que recibimos puede interpretarse de diferentes maneras, así pues, cada percepción presenta cierto grado de ambigüedad y el proceso perceptual consiste en buena medida en decidir cuál de las distintas interpretaciones de un estímulo dado es la mas adecuada en cada caso concreto. Los mecanismos que subyacen a este proceso pueden llegar a ser extremadamente complejos. ¿Es el primero de los procesos mentales? El cambio en la percepción que se produce cuando se aprende por ejemplo una lengua nueva apunta al hecho que los mecanismos perceptuales dependen hasta cierto punto del aprendizaje y de la experiencia previa con los estímulos. En el campo de la percepción es posible distinguir dos tipos de procesamiento a) En ocasiones las características del Estímulo son las que dirigen todo el proceso perceptivo. Toda la interpretación descansa en los datos sensoriales sin que influyan factores aprendidos o contextuales. Se trata de una percepción pura en la que el procesamiento se desarrolla desde la sensación estimular hasta la interpretación final. Es el procesamiento guiado por los datos o procesamiento de abajo hacia arriba o ascendente. b) Este procesamiento rara vez se produce en forma pura. Aún al observar objetos totalmente desconocidos, existen partes de este que pueden relacionarse con estímulos ya percibidos. Normalmente interviene un procesamiento guiado 190 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea conceptualmente o de arriba abajo o descendente en el que influyen los conocimientos, expectativas, intereses o aprendizaje previo. La influencia de este procesamiento se comprueba por el “efecto de contexto”. Por ejemplo, un mismo caracter podrá interpretarse como letra o número según la parte de la frase en que se encuentre P ej., 346O vs “GATO”. La existencia de un procesamiento de arriba abajo altera la concepción tradicional de la percepción como un primer paso en la actividad psicológica. En realidad la percepción es tanto una primera etapa que proporciona datos a otros procesos como una etapa final en la que influyen procesos superiores como el aprendizaje o la memoria Aunque hasta ahora no hemos definido que es Sensación y Percepción se infiere a través de los conceptos anteriores que para poder construir una imagen del mundo en nuestra mente, debemos captar energía física de nuestro entorno y codificarla en forma de señales neuronales (este es el proceso que recibe el nombre de sensación (1) Luego tenemos que seleccionar, organizar e interpretar nuestras sensaciones (proceso que se conoce como Percepción) (1) En la práctica no existe una clara división entre los dos términos ¿Que tan complejos pueden llegar a ser los estímulos antes que involucren a la percepción, más que a la sensación? ¿Cuánta interpretación se necesita antes de que la sensación llegue a ser percepción? Los investigadores reconocen que hay un límite muy vago entre ambos términos. (2) Los primeros estudios Cuando los primeros Psicólogos experimentales empezaron a estudiar científicamente la conducta, tomaron como modelo la física. En ese tiempo la física estaba dedicada a medir objetos (la velocidad de la luz, la distancia de los planetas), no resulta sorprendente que los primeros psicólogos experimentales dedicaran sus esfuerzos a desarrollar medidas, en este caso medidas “mentales”. El Psicólogo que en este tiempo encarnó esta manera de analizar las cosas fue Gustav Fechner, el fundador de la Psicofísica. Adoptó este nombre para reflejar el concepto que era “una ciencia exacta de las relaciones funcionales entre el cuerpo y la mente” Fechner pensó que podía demostrar la identidad de los procesos mentales y los corporales si podía demostrar que había una relación matemática definida entra entre el mundo físico y el mental. Por supuesto se daba cuenta que la dimensión subjetiva de las experiencias sensoriales no podía ser medida directamente por lo cual tendría que desarrollar procedimientos para medirlas indirectamente. Aunque la parte filosófica del trabajo de Fechner solo se estudia por cuestiones históricas nos provee las motivaciones y el estilo de razonamiento que el usó para generar conocimiento. Aunque Fechner pensó que demostrando una relación matemática entre las sensaciones subjetivas y los estímulos externos podía probar la unidad esencial del cuerpo y la mente la importancia de su trabajo no radica en este fallido intento sino en los métodos empíricos por él desarrollados. 191 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La importancia de Fechner no puede ser comprendida cabalmente sin hacer referencia a otro autor contemporáneo, el fisiólogo Ernst Weber, cuyo mayor interés en la investigación era resolver cual era la menor diferencia que se pueda detectar entre dos estímulos. Por ejemplo: Si un sujeto levanta un objeto cuyo peso son 100 gramos (llamado el standard o referente) con la mano izquierda y otro objeto de 101 gramos con la mano derecha y luego se le pregunta si ambos pesan lo mismo, si el sujeto responde que si Weber repetía el procedimiento con otro objeto de 102 gramos y así sucesivamente hasta que el sujeto indicaba que podía discriminar entre los dos pesos (Obviamente el procedimiento no era solo aplicable a pesos también se podía realizar discriminando la altura de dos estímulos sonoros o el brillo dos fuentes luminosas). Supongamos que Weber encontró que los sujetos discriminaban entre 100 y 102 gramos, ahora si eran desafiados a establecer la diferencia entre 200 y 202 gramos los sujetos encontraban que no había diferencia. Ahora la diferencia para ser detectada era entre 200 y 204 gramos. Si el experimento era con 400 gramos de referencia, era contra 408 gramos que la diferencia era percibida. Esto significaba que el tamaño la diferencia requerida para discriminar se incrementaba si el peso de referencia también aumentaba. Esto no era en si mismo particularmente sorprendente, en toda modalidad sensorial la importancia de un nivel particular de estimulación es determinada por el “contexto” en el cual sucede. Lo que era sumamente curioso sobre estos resultados experimentales era que el cambio de peso requerido para ser percibido era siempre una proporción constante del peso de referencia. Es decir para 100 gramos, la diferencia requerida era 2 gramos, para 200 eran 4, para 400 eran 8. Si se divide 100/2; 200/4 y 400/8 el resultado es siempre 50. Este concepto es válido para otras modalidades sensoriales como gusto, temperatura, presión de la piel en los cuales la diferencia necesaria para la discriminación era siempre una proporción constante del estímulo de referencia. Esta fracción que describe la mínima diferencia percibida es llamada la constante de Weber y quien fue el encargado de formalizar matemáticamente estas observaciones fue Fechner. Recordemos que el propósito de Fechner era relacionar matemáticamente estímulos externos con estados mentales internos. Para hacer ello había que ser capaz de medir (con números) tanto los estímulos físicos como los estados mentales. Los estímulos físicos no presentaban demasiado problema, había balanzas, termómetros y escalas consensuadas para medir. Pero los estados mentales presentaban algunos desafíos, lo que Fechner necesitaba era desarrollar una medida similar a un termómetro pero dividido en una “escala mental” mas que en una unidad física. El usó la relación descripta por la ley de Weber para desarrollar esta escala. Supongamos que Fechner debe haber razonado más o menos así. Una regla mide el largo de un objeto, pero el “largo” es una propiedad abstracta, no tiene una existencia real por si misma. El largo se “concreta” cuando se adopta alguna unidad de medida. Al ser cualquier unidad de medida arbitraria, Si la regla mide en pulgadas o centímetros, el resultado es el mismo, una escala relacionada con el largo. De manera similar una escala que mida algún rasgo mental puede estar en cualquier unidad con la condición que este relacionada con la esa propiedad mental a ser medida. Fechner definió esta medida para sensaciones mentales como la mínima diferencia apreciable (JND, por sus siglas del original en inglés, Just Noticeable Diference, ). 192 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Desde que la JND esta directamente relacionada con la intensidad del estímulo, las sensaciones mentales podrían se medidas simplemente midiendo la estimulación creciente. Desde que toda medida tiene un punto cero (o cm, 0 kgr etc) Fechner dotó a su escala también de un punto cero. Esto fue definido como el umbral absoluto, y consiste, para cualquier sistema sensorial, en el mínimo nivel de intensidad del estímulo necesario para ser detectado el 50 % de las veces. El umbral absoluto para el sonido, por .ej, es el sonido mas bajo que una persona pueda detectar en la mitad de las ocasiones en que es presentado. Habiendo trabajado en esta escala para medir sensaciones mentales, Fechner se dispuso a demostrar que estas sensaciones tenían alguna relación con la estimulación externa. El esperaba que una demostración como esta ayudaría a convencer que mente y materia eran solo dos lados del mismo fenómeno. Pero empezó a encontrar una considerable variabilidad tanto en la cuantificación de los umbrales absolutos como en el JND. Diferentes observaciones arrojaban diferentes valores. Fechner interpretó esta variabilidad como un problema metodológico culpando al uso de métodos experimentales no estandarizados. Por esta razón se avocó a desarrollar técnicas experimentales que garantizaran medidas fiables de sensaciones mentales. El procedimiento de Weber podía potencialmente aplicarse a cualquier tipo de estímulo sensorial (de hecho podría aplicarse para discriminaciones de conceptos también). La ley de Webber-Fechner esta considerada como la primera ley matemática que pudo generar la Psicología. La generación de leyes es relevante para cualquier ciencia, ya que las mismas permiten predecir y explicar fenómenos, abriendo además la posibilidad de un puente entre ciencia y posibles aplicaciones tecnológicas. Principios organizativos de la percepción La pregunta que guía a los investigadores de la percepción es ¿Por qué los objetos aparecen de la manera en que lo hacen? Aunque parezca simple, las respuestas son bastante complicadas. La complicación comienza cuando se piensa que los órganos de los sentidos (ojos, orejas, nariz, lengua, piel, etc) no son órganos perceptuales. Si los nervios que conectan estos órganos con el cerebro están dañados (Por ejemplo, nervio óptico, o auditivo)no se podrá ver ni oir aún cuando los ojos y los oídos funciones perfectamente. Aunque los órganos sensoriales registren información ambiental como impresiones sensoriales (luz, sonidos, gusto) es el cerebro el que decide que representan estas sensaciones. Se podría decir que la “belleza” no esta en los ojos de quien contempla, sino en el cerebro que es el “órgano perceptual”. En la primera parte del siglo veinte una escuela de Psicología llamada “Gestalt” inaugura la era moderna del estudio de la Percepción. Estos investigadores alemanes emprendieron la tarea de descubrir los principios mediante los cuales interpretamos la información sensorial. 193 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea La palabra alemana “Gestalt” no tiene un equivalente exacto en español, pero esencialmente significa “totalidad”, “forma” o “patrón” Estos Psicólogos estudiaron como a los patrones de sonido, visuales y de otros sentidos, siendo datos sensoriales crudos, les son otorgados significado por el cerebro que los interpreta a la luz de experiencias pasadas. Este modo de analizar la percepción luego fue desafiado por el psicólogo James Gibson, de quien describiremos al final un experimento clásico. Los psicológos gestálticos sostuvieron que una copia de los datos sensoriales crudos es transmitida a través del nervio óptico al área visual del cerebro. Veían a esta área del cerebro como una especie de pantalla en donde la imagen del mundo externo era proyectada en forma de impulsos eléctricos. Por supuesto los investigadores de esta escuela experimental sabían que no había una pantalla de proyección en el cerebro. Lo que tenían en mente era un patrón de neuronas que imitaba una pantalla donde diferentes neuronas representaban diferentes puntos en el espacio. Los psicólogos gestálticos estaban acertados en pensar que la percepción visual involucra algún tipo de representación eléctrica cerebral y en no creer que estas imágenes fueran idénticas a las existentes en el mundo exterior. Por ej. Las fotografías impresas en un diario están compuestas por cientos de puntos pequeños, aunque son vistas por nosotros como imágenes con tonalidad, color, brillo etc. Para esta Escuela, investigar experimentalmente los principios por los cuales las sensaciones originadas en el ojo son organizadas en imágenes en el cerebro, era el mayor propósito de la Psicología. Ellos enfatizaron que la percepción involucra más que sumar una serie de sensaciones visuales o de otros sentidos. “El todo” ellos decían “es mas que la suma de las partes” (5) Algunos principios organizacionales Algunas de las “leyes de organización perceptual” propuestas por esta Escuela son - La ley de proximidad que implica agrupar las figuras más próximas en un mismo conjunto. - La ley o principio de similitud se traduce en agrupar las figuras similares Mientras que la ley de continuidad sostiene que percibimos mejor los trazos continuos que los discontinuos. El principio de cierre, en tanto, dice que la tendencia es unir espacios faltantes para crear un objeto completo. Estos principios no solo fueron aplicados a la percepción visual, los investigadores gestálticos identificaron principios organizativos para los sentidos del tacto y del oído. Ellos también se interesaron en como notas separadas son organizados en patrones melodiosos. Sostuvieron que una melodía es un buen ejemplo de un “todo” que es mas que la suma de las partes debido a que la melodía tiene propiedades por si misma cuya existencia es independiente de las notas particulares que comprende. Los psicólogos gestálticos dedicaron gran parte de su investigación a explicar las ilusiones visuales usando varias leyes de organización perceptual. También trataron de 194 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea aplicar sus principios de organización perceptual a una clase de estímulos visuales llamada “figuras ambiguas”. Aunque las figuras ambiguas pueden ser vistas de diferentes maneras aunque la imagen en la retina sea la misma, los investigadores gestalticos tuvieron dificultades en explicarlas. La mejor explicación que pudieron ofrecer es que las figuras ambiguas son el resultado de dos o más principios organizacionales compitiendo entre ellos sin que ninguno termine prevaleciendo sobre el otro. Las ilusiones visuales y las figuras ambiguas muestran que la percepción involucra más que el mero registro de sensaciones que impactan sobre la retina y más que solo la transmisión de esas imágenes retinianas al cerebro. Los teóricos gestálticos se dieron cuenta de ello y buscaron principios organizativos que determinen como imágenes retinianas eran transformadas para producir imágenes mentales. Este enfoque tuvo dos problemas fundamentales. Primero esta el hecho de las imágenes cerebrales en sí mismas. Los gestálticos asumieron que el cerebro producía percepción, pero nunca se preocuparon como. Dicho en otras palabras, no explicaron como reconocemos lo que hay en las imágenes que procesa el cerebro. Por ejemplo, imaginémonos sentados en una mesa y viendo la imagen de una persona sentada al frente nuestro. ¿Cómo sabemos que esa imagen que la retina transmitió al cerebro es nuestra abuela? ¿Existe acaso un pequeño hombrecillo adentro de nuestro cerebro que nos dice de quién es la imagen? El segundo problema es que en esta época el enfoque gestáltico veía el organismo como un receptor pasivo de sensaciones. Hay patrones estables en el mundo sensorial, pero el organismo de hecho no los busca, ellos solo aparecen. Aunque capaces de explicar algunos fenómenos perceptuales Los gestálticos tuvieron dificultad para lidiar con las percepciones estables en un mundo naturalmente cambiante. Esto significa que no pudieron explicar fenómenos conocidos como la constancia perceptual. Nota aclaratoria: Cuando se exponen los aportes y críticas a la Psicología de la Gestalt se hace a la luz de señalamientos histórico-científicos de los aportes experimentales de esta corriente y no de las actuales Escuelas Psicoterapéuticas que derivaron del fundamental aporte de los primeros gestálticos alemanes. Constancia perceptual Aunque el input o entrada que reciben nuestros sentidos cambia conforme nos movemos en el ambiente, percibimos un mundo estable. Al pararnos frente a una ventana, la imagen de ella en nuestras retinas es rectangular, si nos desplazamos a un lado, la imagen en nuestras retinas toma la apariencia de un trapezoide. A pesar de este cambio en la retina, seguimos percibiendo la ventana como un rectángulo. Nuestra percepción no ha cambiado aunque la imagen en la retina si lo ha hecho. Los psicólogos perceptuales han identificado distintos tipos de constancia perceptual. La constancia de tamaño por ejemplo, se refiere al hecho que el tamaño que se percibe de un objeto no varia a pesar que el tamaño de la imagen que el objeto 195 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea produce en la retina si lo hace. Si nos encontramos con alguien conocido que viene caminando hacia nosotros, el individuo no es evaluado como mas grande a medida que se va acercando hacia nosotros aunque la imagen en nuestra retina si se va haciendo progresivamente mayor. Movimiento y percepción La constancia perceptual es un hecho cotidiano en nuestra vida. Muy interesante es analizar lo que ocurre cuando es el ambiente el que esta en movimiento. Supongamos que estamos mirando a través de la ventana de nuestra casa autos que pasan por la calle. Cuando un auto pasa a través de nuestro campo visual, provoca una imagen en nuestras retinas, al moverse el auto también lo hace la imagen retiniana. Ahora supongamos que estamos mirando a través de esa ventana una auto estacionado. Si movemos nuestra cabeza de izquierda a derecha la imagen del auto se moverá también en nuestros ojos. De hecho, si la única información disponible es la imagen moviéndose en nuestra retina no seríamos capaces de distinguir si somos nosotros o el auto el que se esta moviendo, y la realidad es que si somos capaces. La habilidad de distinguir entre el propio movimiento y el movimiento externo constituye una clara evidencia que la percepción no esta solo basada en lo que pasa sobre la retina. Contrariamente a lo que pensaban los primeros investigadores gestálticos, la percepción no involucra la transmisión de imágenes retinianas (o melodías, o sabores u otras sensaciones) al cerebro en una manera literal. Pero ¿Cuál sería la alternativa? Si los órganos sensoriales no están mandando sensaciones al cerebro ¿Qué es lo que están transmitiendo? La respuesta es información ambiental. Los órganos sensoriales deben ciertamente comunicarse con el cerebro, pero lo que están transmitiendo no son patrones de sensaciones sin sentido sino información acerca de características estables del ambiente. Debemos ser capaces de extraer melodías de música tocada en diferentes teclas de varios instrumentos, también debemos ser capaces de extraer patrones visuales de un siempre cambiante flujo de estimulación visual. Es la información acerca de esos patrones y no las imágenes de la retina, lo que en realidad configura los “datos en crudo” de la percepción visual. La única manera de extraer dichos patrones es buscándolos activamente. No somos simples receptores pasivos de estimulación sensorial sino activos exploradores de nuestro ambiente. Esta concepción contemporánea sobre la naturaleza activa de la percepción fue iniciada por James Gibson. Toda su investigación sobre la percepción estuvo guiada por la creencia que los humanos son activos buscadores de información, su principal preocupación fue explicar como los individuos extraen patrones de la estimulación ambiental. Gibson denominó estos patrones “invariantes” porque son las características que no cambian ante los cambios en las sensaciones que les dan origen. Gibson realizó muchos experimentos tratando de demostrar el rol de la exploración activa en la percepción. El propósito del experimento sobre el sentido del tacto que se describirá fue mostrar que la percepción no depende en recibir estimulación sino en 196 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea explorar activamente el ambiente. Los materiales que usó en el experimento eran moldecitos pequeños de metal que se usan para cortar masa cruda para hacer bizcochitos en distintas formas (estrellas, triángulos, etc). Seis de estas formas fueron elegidas porque eran muy diferentes entre sí, sin compartir siquiera el mismo número de curvas u ángulos. Cada sujeto fue sentado frente a una mesa con el investigador al frente, pero separados por una cortina que caía en el medio. A los sujetos se les mostraron las formas de metal y también el dibujo correspondiente a cada forma que estaba colgado en la cortina que estaba frente a sus ojos. Luego se le pidió cada sujeto que deslizaran una de sus manos y la pusieran con la palma hacia arriba sobre la mesa para que quedase fuera de la vista debido a la cortina. Hubo dos condiciones experimentales. En una los sujetos tenían su mano abierta y alguna de las formas de metal era puesta sobre la palma ejerciendo una leve presión. En la otra condición a los sujetos se les permitió explorar recorriendo con sus dedos las formas presentadas. En ambas condiciones los sujetos tenían que reconocer cual de las formas que tenían enfrente de sus ojos colgadas en la cortina, estaban tocando. Cuando los sujetos pasivamente eran tocados por el molde, lo identificaron correctamente el 30 % de las veces. Cuando se les permitió activamente explorar los moldes, los identificaron correctamente el 95 % de las veces. La mayor diferencia entre las dos condiciones fue que en el modo pasivo no había movimiento entre la piel y los moldes mientras que en la forma activa los sujetos movieron sus dedos alrededor de ellos. Algunos lo hacían con un dedo, otros con varios, algunos lo hicieron en una dirección y otros adelante hacia atrás, no importó como lo hacían sino que de esa forma activa rara vez fallaron en identificar las formas. Aunque estos resultados estén claros se puede argumentar que el resultado fue debido a la diferencia en la sensibilidad entre la palma de la mano y la punta de los dedos. Para despejar esta duda Gibson incluyó una tercera condición experimental. En ellas las formas de metal no solo eran presionadas, sino que fueron rotadas continuamente en diversos sentidos sobre la palma de la mano. Es decir las mismas regiones de la piel que en la condición experimental pasiva eran estimuladas. La única diferencia era que las sensaciones recibidas por el sujeto estaban en constante cambio. Los resultados indicaron que los sujetos identificaron la forma el 72 % de las veces. Este simple pero elegante e imaginativo experimento es una contribución en el sentido que la percepción no involucra la transmisión de una copia de sensaciones sensoriales al cerebro. Si la forma de las sensaciones sobre la piel fueran el “dato en crudo” de la percepción (como los investigadores gestalt hubieran sostenido), entonces la condición en que los moldes eran presionadas sobre la palma de la mano debería haber producido el mejor reconocimiento porque esta era la única condición que los sujetos sintieron la forma completa de los moldes. En las otras condiciones experimentales de toque activo especialmente en aquella que los sujetos deslizaban sus dedos sobre los bordes de los objetos, no había en ningún momento una sensación que correspondiera a la forma total del molde. En todo momento los sujetos estaban recibiendo sensaciones correspondientes a un borde recto o curvo pero nunca de todo el objeto siendo tocado simultáneamente. A pesar de ello el toque activo fue el que produjo el mejor reconocimiento de los objetos. Gibson sostuvo que la mejor forma de percibir es cuando 197 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea las sensaciones son cambiantes. Este resultado iba en dirección con conceptos de su teoría perceptual como que los cambios continuos en la estimulación sensorial como los dedos moviéndose alrededor de los bordes de los moldes) resultan en el aislamiento de invariantes sensoriales, las cuales, no la forma total de los objetos sobre la piel producen percepción. Experimentos como el descrito también fueron realizados bajo la misma guía teórica para otras modalidades sensoriales. Por ejemplo la concepción de Gibson sobre la Percepción ayudó a explicar un importante pero desconcertante fenómeno visual. Los investigadores han sabido por muchos años que los ojos no permanecen quietos. Ellos vibran alrededor de 50 veces por segundo. Este “temblor” visual asegura que la imagen nunca sea fijada en un mismo punto de la retina. A principios de 1900 fue desarrollado un lente especial para lograr estabilizar la imagen en un sector de la retina. Los sujetos informaban que cualquier cosa que estuvieran viendo pronto desaparecía. Gibson argumentó que esto era lo esperable, la percepción deriva de la exploración activa y el cambio. Cuando el ojo no esta activamente explorando el objeto, debido a que su imagen estaba “fijada” a la retina” este no es percibido. El movimiento constante es necesario para que la percepción tenga lugar. Gibson dedicó sus últimos años a estudiar como invariantes ambientales son identificadas por el organismo que interactúa con el ambiente. Sus aportes acerca de cómo se extrae información de un constantemente cambiante flujo se sensaciones sensoriales fueron invalorables. Gibson provocó un cambio fundamental en la manera en que los científicos abordaron el estudio de la percepción. Anexo A continuación se anexan algunos sitios de consulta on-line sobre el tema Sensación y Percepción. 1) http://www.hhmi.org/senses : Sitio del Howard Hughes Medical Institute, está en inglés pero tiene opción de traducción al castellano. Trata diversos temas de Neurociencias con una alta calidad 2) http://www.sfn.org/briefings: Sitio de la Sociedad de Neurociencias que provee entre otros, artículos sobre los Sentidos (The Senses) y sobre Dolor (Pain). Esta en Inglés 3) http://yorku.ca/eye/: Un libro on-line de consulta gratis sobre Percepción Visual “The Joy of Visual Perception” 4) www:geocities.com/Nashville/stage/9882/gestalt.html: Un sitio sobre la Escuela Gestalt, aunque conceptualmente elemental e incompleto, su interés reside en los gráficos sobre ilusiones visuales y sobre los principios de organización perceptual enunciados en este capítulo. 198 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Bibliografía: Kalat, J., W., (1999) Introduction to Psychology. 5ta Edición, Wadsworth Publishing Company. Schwartz, S. (1986) Classic Studies in Psychology, Mayfield Publishing Company Goldstein, B. (1999) Sensación y Percepción. Quinta Edición. Thomson Editores Matlin, M. W. y Foley, H.J. (1996) Sensación y Percepción”. Tercera Edición, Pearson Educación. Myers, D.G. (1999) Psicología. Editorial Médica Panamericana Morris, C.G. (1997) Psicología. Novena Edición 1997. Prentice Hall Kantowitz, B. (2001) Psicología Experimental. Séptima Edición, Thomson Learning Acerca del autor: Pablo Marchetti es Psicólogo, se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba en 1999 y al presente se encuentra terminando, gracias al financiamiento de Conicet, el Doctorado en esta disciplina. Realiza una investigaciónacerca del rol de una subpoblación neuronal en la percepción del dolor . Sus intereses están ligados a las neurociencias, área con la que tomó contacto al realizar su Tesina de Licenciatura en el Laboratorio de la Facultad. Sus por aquella época temas de interés están centrados en procesos psicológicos básicos, especialmente memoria y aprendizaje, en bases neurobiológicas de adicción a drogas y nocicepción. Realiza su labor en el Instituto de Investigaciones “Mercedes y Martín Ferreira”. 199 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.5.2 Aprendizaje Ricardo Marcos Pautassi Cuando nos referimos al aprendizaje en el marco de la vida diaria, comúnmente hacemos referencia a la adquisición de conceptos y conocimientos, especialmente en la esfera académica y/o laboral. Sin embargo, en Psicología dicha área se extiende mucho más allá de esas fronteras, interesándose por todos los cambios que la experiencia genera en nuestro comportamiento. Por ejemplo, consideremos la siguiente situación ficticia. Pablo es un estudiante universitario que usualmente obtiene muy buenas notas en todas sus materias. Sin embargo, en una de ellas el docente a cargo, quien inicialmente parecía similar a cualquier otro, fue desarrollando a lo largo del año conductas cada vez más agresivas e intimidantes. Entre ellas, se burla de sus alumnos, continuamente busca motivos triviales para sancionarlos e incluso los reprende públicamente cuando comenten algún pequeño error. Todo esto no ha impedido que Pablo estudie aplicadamente la materia dictada por este profesor. Sin embargo, hacia mediados del ciclo lectivo Pablo ha notado que la mera presencia del docente le genera inmediatamente un marcado estado de ansiedad. Este estado se acompaña de varios cambios fisiológicos, tales como transpiración en la palma de las manos, aumento en la cantidad de latidos cardíacos y malestar general. Asimismo, Pablo se ha dado cuenta que este estado de ansiedad incrementada, inducido por la presencia del docente, ha interferido con su rendimiento durante los exámenes de la materia en cuestión, el cual ha sido mucho menor que en otras materias para las cuales ha invertido similar cantidad de estudio. Seguramente, los psicólogos podrían invocar procesos de aprendizaje para explicar lo sucedido a Pablo. Incluso, los mismos usarían dichos procesos para responder preguntas relacionadas con temas muy alejados del citado en el ejemplo, como ¿Ver televisión en la infancia genera conductas violentas en la adultez? ¿Por qué luego de años de sufrir una experiencia traumática con una serpiente una persona aún siente ansiedad incontrolable con sólo ver una foto de dicho animal? o ¿Por qué parece no funcionar el castigo para evitar que un perro deje de entrar en una habitación? En las páginas que siguen intentaremos develar algunos de los mecanismos de aprendizaje implicados en dichos interrogantes. Para ello se presentarán diferentes conceptos y tipos de aprendizaje y se recurrirá a ejemplos de investigación reales para contextualizarlos. Muchas de estas investigaciones se realizan en humanos, otras, en tanto, se interesan por el comportamiento de ratas, perros o pollos. Asimismo, las mismas presentan una gran variedad de procedimientos que toman lugar tanto en situaciones de la vida diaria como también en controlados ambientes 200 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea experimentales, como es el caso de un laboratorio. Independientemente de estas diferencias, todas someten a sus sujetos a diversas situaciones con la expectativa que las mismas tengan un efecto duradero y significativo sobre la conducta futura. La última oración del párrafo previo no es sino la definición del tema central que unifica a este campo de estudio. El aprendizaje puede definirse como un cambio relativamente permanente en la conducta o en la probabilidad de la misma que tiene su origen en la experiencia (Domjan, 1998). Esta última parte de la definición es muy importante ya que pueden observarse cambios en la actuación y/o ejecución de la conducta sin que estos necesariamente sean atribuibles al aprendizaje. Por ejemplo, el mero paso del tiempo puede generar por sí solo la aparición de nuevas conductas. Un niño puede adquirir la capacidad para abrir una puerta o jugar mejor al tenis simplemente porque su altura o contextura física ahora se lo permite y no porque previamente no hubiera sabido como ejecutar las conductas mencionadas. Finalmente, el lector debe recordar que el aprendizaje es relativamente permanente, lo que indica que no se aplica a cambios conductuales de corta duración ligados, por ejemplo, a la fatiga o a la incapacidad de recibir información ambiental debido a la adaptación de los sentidos. Por ejemplo, y en relación a este último punto, cuando los receptores sensoriales de la retina del ojo son estimulados con luz brillante, una parte sustancial de los mismos deja de responder en menos de un minuto debido a procesos de adaptación (Matlin & Foley, 1996). Otro punto importante es que el producto del aprendizaje no es necesariamente positivo o bueno para el bienestar del individuo o de la sociedad donde este se inserta. Es decir, se pueden aprender tanto cosas buenas como malas. De hecho, se ha demostrado ampliamente que al menos parte de los trastornos psicopatológicos tienen componentes aprendidos (Ayllon y Haughton, 1964). ¿Cuál es el sentido de aprender? ¿Para qué sirve modificar nuestro comportamiento en función de la experiencia? Este interrogante puede parecer innecesario para quienes, como nosotros, pertenecemos a una especie -- la humana -- en la que las conductas aprendidas forman la mayor parte de nuestra vida. Sin embargo, muchos seres vivos poseen un repertorio comportamental compuesto exclusivamente por conductas innatas, programadas genéticamente, que van apareciendo de manera progresiva en función de la maduración. Algunos psicólogos denominan a parte de estas conductas “patrones fijos de acción” y las caracterizan por ser altamente estereotipadas entre los miembros de una misma especie, dispararse ante estímulos clave y, una vez empezadas, ser difíciles de manipular y/o interrumpir. Este tipo de conductas genéticamente determinadas juegan un importante rol incluso en especies con marcadas capacidades de aprendizaje, tales como los humanos o los roedores (Leahey y Harris, 1998). Por ejemplo, tan sólo minutos después del nacimiento, neonatos de las dos especies mencionadas se orientan automáticamente hacia un objeto que se asemeja al pezón materno (un pedazo de vinilo en forma de pezón en las ratas, una tetina de silicona en los bebes humanos), tratan de mantener contacto con el y, en el caso de hacerlo, succionan vigorosamente del mismo (Lipsitt y Kaye, 1965; Varlinskaya y cols., 1999). Estas conductas innatas, también llamadas instintivas, pueden ser suficientes para especies que habitan en ambientes que no sufren significativas modificaciones entre generación y generación. Sin embargo, aquellas especies cuyos ambientes cambian abruptamente de una generación a otra necesitan de algún medio para adaptarse y cambiar a medida que se modifica su mundo. La humana es el ejemplo más patente. En esos casos, el aprendizaje se convierte, no en 201 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea un lujo, sino en una necesidad para promover la supervivencia y la reproducción de los individuos y, por lo tanto, de las especies a los que estos pertenecen. Es decir, los psicólogos interesados en el aprendizaje entienden que el aprendizaje es una función o característica común a un gran conjunto de seres vivos, entre los cuales se encuentra el hombre. Este no como sería una excepción sino una más de las especies que poseen la capacidad para modificar sus conductas en función de las circunstancias que día a día le suceden. Consecuentemente, los psicólogos observan y hacen experimentos con animales (por ejemplo, ratas o monos) y de allí obtienen principios de aprendizaje que luego extienden y generalizan a los demás seres vivos (Tarpy, 1997). Una de las formas más simples de aprendizaje es aquella en la cual la presentación relacionada de dos estímulos hace que uno de los estímulos empleados adquiera la habilidad para controlar o modificar la conducta. Usualmente, ambos estímulos deben estar muy cerca entre sí en el tiempo para que el aprendizaje ocurra. A esta forma de aprendizaje se la ha llamado condicionamiento clásico o tipo I (Domjan, 1998). En el ejemplo, indicábamos que a Pablo inicialmente la presencia del docente no le generaba ninguna reacción en particular. Sin embargo, luego de que repetidas veces el docente actuara agresivamente, la mera visión del mismo era suficiente para generar miedo y ansiedad en Pablo. Es decir, la conducta de Pablo había cambiado debido a la experiencia. Diseccionemos esta situación en sus elementos. La conducta agresiva e intimidatoria del maestro automáticamente tiene efectos sobre Pablo, por lo que se la denomina estímulo incondicionado (EI) y las respuestas que induce en Pablo --miedo, sumisión, respuestas fisiológicas como sudoración, taquicardia, etc-- son llamadas respuestas incondicionadas (RI). Cuando el procedimiento de condicionamiento es exitoso, el estímulo inicialmente neutro e inocuo (en el ejemplo, la mera presencia física del docente) adquiere la capacidad para evocar una respuesta en el sujeto (en Pablo, nerviosismo y ansiedad que se traducen no sólo en cambios fisiológicos -- sudoración, taquicardia -- similares a los originalmente causados por el EI, sino incluso en un menor rendimiento académico). Dado que esta respuesta es función de una historia previa de aprendizaje se le asigna el nombre de respuesta condicionada (RC), la cual es evocada por un estímulo condicionado (EC). Esta capacidad del EC no es inmutable. Si luego del condicionamiento presentamos una y otra vez el EC sólo, sin relación con el EI, observaremos que la fortaleza de la RC decae progresivamente hasta desaparecer, proceso denominado extinción. Es decir, si abruptamente el profesor deja de comportarse agresivamente, la ansiedad que le provoca a Pablo su presencia irá decayendo poco a poco, hasta decaer totalmente. Los primeros trabajos sobre condicionamiento clásico fueron realizados con animales, tal es el caso de los conocidos trabajos de Pavlov (1928) sobre salivación aprendida en perros. Específicamente, Pavlov observó que sus perros no sólo salivaban frente a la comida sino también frente al sonido de un metrónomo (un aparato para medir ritmos musicales que emite un sonido leve a intervalos de tiempo regulares) que la precedía e incluso frente a la mera visión del asistente que usualmente portaba la bandeja con el alimento. Sin embargo, pronto se observó que los principios del condicionamiento clásico podían explicar muchos aspectos del comportamiento humano. Específicamente, estos principios se han mostrado particularmente útiles para explicar la adquisición de fobias así como también para comprender y tratar de generar terapéuticas en relación a la dependencia y efectos de distintos psicotrópicos, entre otros temas. Por ejemplo, la sobredosis de heroína es una de las causas de muerte más comunes entre aquellos que 202 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea consumen esta droga. Esto se da ya que la heroína, aparte de sus propiedades analgésicas, puede bajar peligrosamente la función respiratoria, entre otros efectos potencialmente letales. Paradójicamente, aquellas personas que mueren por sobredosis raramente consumen más droga antes de morir que cuando lo hacían habitualmente, por lo que ya deberían estar acostumbrados a los efectos de la droga. Incluso, muchas veces la muerte ocurre cuando la jeringa está en el brazo de la víctima, es decir, antes de que la persona haya podido administrarse todo el volumen de heroína (Domjan y Burkhard, 1986) ¿Por qué se da entonces la muerte en estas personas? El modelo de condicionamiento a drogas (Siegel, 1975) ha servido para explicar este raro fenómeno. Usualmente, los consumidores usan la droga en ciertas ocasiones o lugares muy específicos (en su propia habitación, o en un bar o espacio verde específico) o en compañía de personas particulares (amigos, pareja, etc.). El modelo predice que reacciones fisiológicas contrarias a los efectos adversos y mortales de la droga quedan condicionadas a las circunstancias ambientales (el lugar, las personas, etc.) que rodean a la administración. Es decir, la droga genera por sí misma respuestas incondicionales (RI) peligrosas y potencialmente mortales, tales como modificar la tasa cardiaca y la ya mencionada baja sobre la función respiratoria. Debido a estar siempre presentes al mismo tiempo que la administración de la heroína, los ya mencionados estímulos del ambiente (EC) quedarían condicionados a los efectos del la droga (EI), y luego evocarían por sí solos una respuesta condicionada (RC) que se caracteriza por ser opuesta en su dirección a la respuesta incondicionada original. Normalmente, esta RC tendría un efecto protectivo, ya que disminuiría la posibilidad de que la droga tenga efectos mortales. Es decir, normalmente la RC seria “subir” un poco la función respiratoria para anticiparse a la baja que luego producirá la droga. Sin embargo, cuando los consumidores crónicos toman la droga en un lugar u horario desusado o con un grupo de gente nueva la respuesta condicionada compensatoria no ocurre y por lo tanto la heroína tiene un efecto mucho mayor que el comúnmente tendría, pudiendo ocasionar graves problemas físicos e incluso la muerte. Además del fenómeno descrito, el aprendizaje clásico se ha mostrado exitoso para explicar otros fenómenos relacionados a la dependencia a sustancias, como la abstinencia y la recaída (Cunningham, 1998). Obviamente, el condicionamiento clásico no es la única forma en que la conducta puede cambiar en función de la experiencia. Otro tipo de aprendizaje es el denominado condicionamiento operante o tipo II (Klein, 1991). A continuación describiremos un trabajo de investigación que no sólo permitirá entender las características del mismo sino que también constituye un interesante ejemplo de cómo puede aplicarse a problemáticas humanas complejas. En este trabajo (Ayllon y Haughton, 1964) se intentó incrementar la cantidad de conductas verbales prosociales y disminuir aquellas patológicas en una mujer diagnosticada con un trastorno psicótico. Primeramente se registraron las verbalizaciones de la paciente dividiéndolas en neutras (por ej., “hoy me siento bien”) o psicóticas (ej., cuando se describía como la “soberana” o “parte de la realeza”). El experimento constaba de tres fases (véase detalle en tabla 1). En la primera fase se estableció que, del total de frases de la paciente, la mitad (50%) podían clasificarse como psicóticas, en tanto que la otra mitad eran neutras. Luego se realizó una segunda fase, de muy corta duración, en que se entrenó a las enfermeras para que, cada vez que observaran a la paciente decir una verbalización “psicótica”, se interesarán por ella, la escucharan e incluso le ofrecieran cigarrillos o dulces. Esta atención no de desarrollaba cuando frases “neutras” eran observadas en la paciente. Dichas condiciones derivaron en que los comentarios psicóticos acaparaban ahora casi el 90% del total de lo que la paciente decía; lo que llevó 203 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea a la hipótesis de que la intensidad de la patología, al menos en sus aspectos verbales, podía ser modificada a partir de manipular la relación entre la conducta y sus consecuencias. Así entonces, en la tercera y definitiva fase la paciente recibía atención social cuando emitía frases neutras en tanto que dichas consecuencias se omitían cuando la paciente declaraba “ser la hija del rey” o comentarios semejantes. El cambio derivó en una dramática modificación de la sintomatología de la paciente. Específicamente, el porcentaje de conductas neutras se acercaba ahora al 80%, en tanto que las de tipo psicótico caían a cerca del 20%, perfil que se observó durante los más de 70 días que duró el registro formal. Revisemos brevemente lo realizado en este experimento. Luego de analizar como era la conducta verbal diaria de la paciente (fase 1 o de registro basal), los investigadores establecieron relaciones específicas entre ciertos aspectos de su conducta verbal (frases “psicóticas” y “neutras”) y consecuencias ambientales específicas (atención social o retiro del mismo, fase 2). Luego de establecer que este tratamiento era efectivo en modificar la sintomatología verbal, los investigadores diseñaron una fase final en que las acciones estaban dirigidas a reducir las conductas psicóticas de la paciente (fase 3), resultado que finalmente se encontró y mantuvo por mucho tiempo. Este experimento muestra como incluso la conducta patológica puede cambiar en función de la experiencia. Es decir, el experimento indica que los procesos de aprendizaje también pueden ser útiles para el tratamiento de psicopatologías. Sin embargo, el lector debe notar el proceso de aprendizaje implicado en este trabajo es muy diferente del que fuera explicado y ejemplificado en la primera parte de este manuscrito. Fase 1 2 3 Porcentaje de conductas neutras 50% 10% 80% Porcentaje de conductas psicóticas (“B”) 50% 90% 20% Acciones de los investigadores Registro de verbalizaciones Interés por “B”, desinterés por “A” Interés por “A”, desinterés por “B” (“A”) Tabla 1: Descripción esquemática del experimento de Ayllon y Haughton (1964) Específicamente, en los ejemplos de condicionamiento clásico que hemos descrito los organismos exhiben conductas en función de ser expuestos a diferentes estímulos. Es decir, la conducta es una respuesta frente a la estimulación del ambiente. En contraste, en el trabajo de Ayllon y Haughton (1964) la mujer emite la conducta en un primer 204 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea momento, esta tiene luego efectos en el ambiente y finalmente estos efectos generan que la probabilidad de la conducta analizada cambie. Es decir, el condicionamiento operante es un tipo de aprendizaje en el cual la conducta es mantenida y regulada por las consecuencias que esta causa. Muchas conductas humanas pueden englobarse, al menos en parte, bajo esta clasificación. Por ejemplo, la retribución económica denominada salario o la calificación de un examen constituyen poderosas recompensas que fortalecen o hacen más probable que repitamos las conductas que nos llevaron a ellas: trabajo y estudio, respectivamente. Mas claro aún es el caso de la conducta de los jugadores frente a las maquinas tragamonedas que se pueden encontrar en los casinos. Las mismas están programadas de acuerdo a los principios del condicionamiento operante, específicamente mediante un procedimiento denominado “razón variable”. La máquina se programa para entregar el premio luego de un número variable de palanqueos por parte del jugador, por lo que el este último sabe que si persiste en algún momento será recompensado, si bien desconoce cuanto “trabajo” esto requerirá. El programa de razón variable también se emplea en animales (por ejemplo, haciendo que una paloma picotee un disco iluminado para obtener comida) y, al igual que en los humanos, induce niveles elevados y constante de respuesta. El condicionamiento operante fue inicialmente descrito por Thorndike (1898), quien introducía animales (gatos principalmente, pero también pollos y perros) en recintos que el denominaba cajas-problemas, en los cuales los animales debían ejecutar alguna conducta arbitraria, como tocar una palanca o mover una traba, para poder salir. En la descripción de los experimentos realizada por Thorndike se observaban marcadas regularidades entre las conductas de las diferentes especies. Todos los animales pasaban por un proceso gradual de adquisición de la conducta necesaria para resolver la tarea; es decir, al principio demoraban mucho en realizar la respuesta “correcta” pero luego poco a poco iban siendo mas y más rápidos en su conducta de huida, en tanto que la magnitud de aquellos movimientos que no llevaban a la salida disminuían hasta desaparecer. La similitud entre el comportamiento de las diferentes especies se hizo particularmente clara cuando Thorndike graficó las latencias de escape (el tiempo en que demoraban los animales para hacer la respuesta correcta) en función de los ensayos de evaluación. Al dibujar los datos en el papel, se observaba un descenso gradual en las latencias que era prácticamente indistinguible entre cada una de las especies. Interesantemente, Thorndike denominó a estos gráficos “curvas temporales” y los entendió como verdaderas representaciones de la “asociación”, el hipotético concepto teórico que explicaba la actuación de los animales en la prueba (Pautassi, 2005). Se hace clara aquí la concepción del aprendizaje, en este caso operante, como un rasgo común a las diferentes especies, que trasciende las diferencias superficiales que estas poseen. Más tarde, Skinner (1975) realizó muchos e importantes aportes al campo del aprendizaje operante. Entre ellos definió como reforzador a aquello que causa que la conducta se incremente, es decir, aquella consecuencia que sigue a la conducta y que es evaluada como una recompensa que hace que luego repitamos lo que nos llevó a ella. Más técnicamente, un reforzador es cualquier evento que aumenta la probabilidad de una respuesta, en función de la relación entre los eventos. El reforzamiento positivo implica una situación en la cual el evento reforzante asociado con la conducta es de tipo placentero, en tanto que en el reforzamiento negativo la respuesta deriva en la terminación de un estímulo displacentero, o impide que este se presente. El poderoso control sobre la conducta de juego ejercido por las ya mencionadas máquinas tragamonedas es logrado mediante la entrega de un reforzador positivo, como es el 205 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea dinero del premio. Otro ejemplo lo constituyen la atención social y los dulces que recibía la paciente de la investigación de Ayllon y Haughton (1964). En cambio, si cada vez que tenemos dolor de cabeza el mismo es reducido por tomar aspirinas, lo más probable es que en el futuro volvamos a recurrir a esa droga cuando nos duela la cabeza. En este caso la conducta de ingesta del fármaco se incrementa no porque obtengamos algo apetitivo o placentero en sí mismo, sino porque nos retira algo aversivo o displacentero. Es importante que el lector reconozca que, si bien por mecanismos diferentes, ambos tipos de reforzadores generan el mismo efecto sobre una conducta: aumentar la probabilidad de su ocurrencia (Tarpy, 1997). El estudio del aprendizaje en Psicología es un área muy activa y pujante; en los últimos años ha trabado fuerte relación con otras disciplinas como la psiquiatría, la biología e incluso la economía. Asimismo, a partir de los 60’ ha ido introduciendo, sin perder la rigurosidad conceptual y metodológica que la caracterizó desde sus inicios, más y más conceptos mentalistas y cognitivos (Rescorla, 1988). De hecho, las teorías actuales sobre condicionamiento y aprendizaje poseen concepciones muy alejadas de posturas mecanicistas, basadas en la idea de un sujeto activo, que procesa información y realiza cómputos entre los diferentes eventos sensoriales. En este breve artículo se ha presentado sucintamente la definición de este campo de estudio, los trabajos iniciales que sirvieron para delinear sus principales intereses y algunas de las aplicaciones de los principios derivados desde la investigación básica a la conducta humana normal y patológica. Finalmente, si bien no han sido nombrados en este trabajo, el lector debe tener en cuenta que existen otros tipos de aprendizaje, tales como el no asociativo (habituación y sensibilización) y el aprendizaje por observación (Feldman, 1998) Bibliografía: Ayllon, T. y Haughton E. (1964) Delusion speech reinforced by psychiatric nurses attention. En: Tarpy R.M. y Mayer R.E. (1979) Readings in Psychology of learning, 43-55, Scotts, Foresman and Co, Glenville. Cunningham, C.L. (1998). Drug Conditioning and seeking behavior. En O’Donohue, W. Learning And Behavior Therapy, 518-540. Nevada, Allyn and Bacon. Domjan M. Y Burkhard B. (1986). The Principles of Learning & Behavior. 2nd Edition. Brooks/Cole, Monterey, California. Domjan, M. (1998) Principios de Aprendizaje y Conducta. Cuarta Edición. International Thompson Editores, México, DF. Feldman, R.S. (1998) Psicología con aplicaciones a los países de habla hispana. 3ra Ed. Mc Graw Hill, México. Klein, S.B. (1991) Learning: Principles and Applications. 2da Ed. NY, Mc Graw Hill. Leahey T.L. & Harris R. J. (1998) Aprendizaje y Cognición. Cap.2, Parte 1: Fundamentos del Condicionamiento. pp. 17-44. Prentice Hall, Madrid. Lipsitt, L.P. y Kaye H. (1965) Changes in neonatal response to optimizing and nonoptimizing suckling stimulation. Psychonomic Science 2, 221-222. Matlin, M.W. y Foley H.J. (1996) Sensación y percepción. Tercera Edición. Pearson Educación, México. Pautassi R.M (2005). Principios Básicos de Aprendizaje y Memoria. Capítulo remitido para su publicación en: Díaz, H. (ed.) Manual de Demencias: Actualización, Experiencias, Revisión y Opinión. Córdoba, Instituto de Neurociencias. 206 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Pavlov I.P. (1928): Lectures on Conditioned Reflexes. International Publishers, New York. Rescorla, R.A. (1998). Pavlovian Conditioning. It’s not what you think it is. Amer Psychologist, 3, 151-160. Siegel, S. (1975). Evidence from rats that morphine tolerance is a learned response. J Com and Physiol Psychol 89, 489-506. Skinner, B. (1975). La Conducta de los Organismos. Editorial Fontanella, Barcelona. Tarpy, R.M. (1997) Contemporary Learning Theory and Research. Mc Graw Hill, NY. Thorndike E.L. (1898) Animal Intelligence. An experimental study of the asociative procecesses in animals. Psychological Monographs 2(4): 1-109. Varlinskaya, E.I., Petrov, E.S., Cheslock, S.J. y Spear, N.E. (1999) New Model of etanol self-administration in newborn rats: Gender effects on ethanol ingestion through a surrogate nipple. Alc Clin Exp Res. Acerca del autor: Ricardo Pautassi es Licenciado en Psicología y Doctor en Ciencias Biológicas, ambos títulos obtenidos en la Universidad Nacional de Córdoba. Actualmente desarrolla actividades docentes (Profesor Adjunto en Escuelas, Corrientes y Sistemas de la Psicología Contemporánea, Facultad de Psicología) y de investigación científica, estas últimas en tanto becario del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). Su línea de investigación se interesa en las propiedades motivacionales o hedónicas del alcohol durante las primeras etapas de la vida de la rata. Dentro del área de la Historia de la Psicología sus intereses de investigación están ligados al estudio del contexto científico y cultural en el que surge la escuela conductista hacia principios del siglo XX y también se interesa en el análisis del empleo de inscripciones (gráficos, tablas y figuras) en la disciplina psicológica. 207 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.5.3 Memoria Ricardo Marcos Pautassi El estudio del aprendizaje implica, obviamente, el estudio de la memoria. Sin embargo, los estudios que se han revisado en la sección sobre aprendizaje se preocupan más por los procesos de adquisición y expresión de las respuestas aprendidas. Aquellos trabajos que tratan directamente con los fenómenos de la memoria usualmente evalúan otros aspectos del aprendizaje, tales como su permanencia y las condiciones que favorecen o impiden su almacenamiento y recuperación (Tarpy, 1997). En las últimas décadas se ha observado un creciente interés en el estudio de los procesos de memoria, tanto en aspectos básicos como aplicados y/o clínicos. Los trabajos derivados de estas investigaciones han derivado en complejos modelos de memoria, los cuales reconocen la existencia de diversos tipos y clasificaciones de la memoria: episódica, semántica, procedural, declarativa, biográfica, etc; la definición de las cuales excede los objetivos de este manuscrito (para una revisión histórica, véase Squire, 2004). Independientemente de sus diferencias, todas ellas parten de un esquema general en el cual la información ambiental es asimilada por los sentidos, procesada de acuerdo a reglas formales y almacenada para su recuperación posterior. Estos rasgos comunes no hacen sino dar cuenta de la influencia que han tenido en la Psicología contemporánea los denominados modelos de procesamiento de información, entre los cuales sobresale el propuesto por Atkinson y Shiffrin (1968), conocido como modelo multimodal o multialmacén (Pautassi, 2005). El modelo multimodal indica que la información que nos llega de los sentidos entra en un primer almacén, el cual crea copias exactas y fieles de los estímulos recibidos. Es decir, esta primera instancia funciona como una cámara fotográfica con un sistema de grabación de sonidos adosado. Si bien es muy apto para copiar fielmente la experiencia, este primer almacén es muy fugaz, en el sentido que, de no existir procesamiento posterior, las copias sensoriales visuales y auditivas se pierden rápidamente, en menos de un cuarto de segundo para ciertos tipos de estímulos. Asimismo, si nuestras memorias fueron solo estímulos sensoriales brutos (colores, tonos, olores, etc.) no tendrían sentido para nosotros. El sentido o significado es una propiedad del segundo almacén de la memoria. Este segundo componente del sistema es un almacén de corto término, muchas veces llamado de la “memoria de trabajo”. Allí encontramos ya no información bruta sino codificada o transformada. En los humanos la codificación parece ser casi siempre lingüística. Por ejemplo, la visión de un cartel con la palabra “peligro” puede ser codificada mediante una representación auditiva de la palabra. Las memorias de este almacén decaen con el paso del tiempo, pero más lentamente. 208 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Específicamente, se ha observado que, si no median procesos de repaso, tanto humanos como animales tienden a olvidar información en aproximadamente unos 20 segundos. Varias veces le puede haber ocurrido de leer la receta para cocinar un arroz semi-preparado en el reverso del envase y, creyendo de haber memorizado el procedimiento, haber tirado a la basura el envoltorio momentos después. Si no repasó la información (por ejemplo, repitiendo los pasos de la receta internamente) muy probablemente se verá buscando la receta entre la basura para recordar como seguir. En ese caso habrá sido víctima de una de las limitaciones de la memoria a corto plazo, su fugacidad temporal. La otra característica importante que posee la memoria de trabajo es la de ser acotado en la cantidad de unidades de información que puede manejar al mismo tiempo. En un trabajo ya clásico, Miller (1956) presentó evidencia que los humanos podemos mantener entre 5 y 9 elementos o unidades de información al mismo tiempo. Una forma de elevar nuestra capacidad de almacenamiento es agrupar unidades menores en grupos (por ejemplo, dividir una lista de 28 países en 7 listas de 4 países cada uno en función de áreas geográficas). Finalmente, Atkinson y Shiffrin (1968) propusieron un tercer componente, el de la memoria a largo plazo. El mismo tendría una capacidad de almacenaje ilimitado, la cual no mostraría necesariamente atenuaciones en función del tiempo y estaría estructurado de manera compleja, especialmente en el caso de las memorias verbales o lingüísticas. Un ejemplo de ello es el modelo de redes propuesto para la memoria semántica por Collins y Quillian (1969). El mismo propone que la memoria semántica o de elementos verbales significativos es un gran almacén, donde están guardados múltiples elementos, relacionados entre sí en redes o matrices jerárquicas. Cada elemento es una palabra que posee adosado una configuración de punteros o rasgos que indican otras palabras; la configuración total de rasgos se denomina nodo y representa el sentido o significado de la palabra. Pongamos el caso de la palabra “salmón”. Supongamos que lo que se almacenó con salmón es “un pez rosado que nada río arriba cuando desova”. El nodo del concepto salmón tendría adosados punteros de dos propiedades: que el salmón es rosado y que nada río arriba cuando desova. A su vez, salmón estaría conectado con un nodo superior o jerárquico llamado peces, por lo que la otra información sobre los salmones (como que poseen aletas, branquias y que sus óvulos son fecundados fuera del organismo) se recibe directamente como “herencia” por estar debajo de esa categoría. Dicho de otra manera, el modelo predice que cuando alguien nos dice la palabra “salmón” nos posicionamos o recuperamos dicho concepto de la red e inferimos todas las propiedades de las capas superiores del mismo, en nuestro caso que el salmón es un pez, que los peces poseen aletas, que estos forman parte del conjunto mayor de los seres vivos e incluso que son diferente de otras “clases” de seres vivos, como los roedores (véase Figura 1). Se resvi osv R oedr Sones omnív ors Po senp elo P ecs P osena letas Pos enBra nquias eS xternamusóvl entos fecunda dos Salm ón Es rosad Nad ríoa riba Figura 1: Ejemplificación del modelo de memoria semántica propuesto por Collins y Quillian (1969). Es decir, el saber la posición de un elemento en la red semántica ya sirve para arrastrar automáticamente todas las propiedades específicas de clase superior y para 209 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea diferenciarlo de otros elementos pertenecientes a otras clases. Interesantemente, mediante este sistema de almacenaje en capas se facilita el guardado de la información, ya que el espacio necesario para almacenar nueva información es mínimo. Esta simplemente se monta sobre las capas anteriores a partir de sus características comunes. Asimismo, el modelo puede llevar a predicciones empíricas acerca del proceso de recuperación de la información. Especialmente, en cuanto al tiempo que se requiere para responder sobre atributos específicos de una memoria particular, ya que la teoría propone que las personas deben moverse por los nodos y sus propiedades para responder las preguntas y que cada movimiento requiere un determinado tiempo. Lo reseñado hasta el momento es una breve sinopsis de la forma en la cual, en más o en menos, los psicólogos entienden que se dividen los procesos de la memoria. Para llegar a ese acuerdo, los científicos realizaron cientos y cientos de experimentos y observaciones, las cuáles siguen aún hoy. Pero, ¿Cuáles fueron los primeros estudios sobre los mecanismos de nuestra memoria? ¿En que momento los psicólogos empezaron a abocarse a estas tareas? Hasta los primeros años del siglo XX el estudio de la memoria se había realizado a partir de la especulación filosófica o anécdotas, las cuáles no habían aportado más que intuiciones acerca de la naturaleza de este proceso. Sin embargo, hacia 1913, Ebbinghaus, un psicólogo alemán, publica el primer estudio experimental sobre nuestra capacidad para recordar. El procedimiento empleado por Ebbinghaus (1913) era muy sencillo pero, a la vez, muy ingenioso y sirvió para dar evidencia de un conjunto de mecanismos de la memoria cuya validez persiste hasta hoy. Veamos este procedimiento más en detalle. El investigador creó primeramente listas compuestas de aproximadamente unas 20 sílabas sin sentido (equivalentes de las mismas en español podrían ser tuk, bup, etc) y el mismo las leía repetidamente hasta poder repetirlas con exactitud sin ningún tipo de ayuda. Luego de eso dejaba pasar un período de tiempo y se evaluaba a sí mismo en relación a la cantidad de elementos de la lista que recordaba. Si el recuerdo no era perfecto, esto es, si se había olvidado parte de las sílabas, leía nuevamente la lista una vez y trataba de repetirla con exactitud. Si no lo lograba, leía nuevamente la lista y el proceso se repetía. Interesantemente, Ebbinghaus entendía que la cantidad de veces que debía releer la lista para poder decirla sin errores era un índice de cuánto se había olvidado del aprendizaje original. Específicamente, la diferencia entre el número de lecturas iniciales y la cantidad de repeticiones proveía un índice cuantitativo --denominado “ahorro”-- de la magnitud o persistencia de la memoria. Mediante este sencillo procedimiento se observó que la tasa de olvido era muy rápida en el inicio pero luego el recuerdo parecía estabilizarse. Específicamente, durante el primer día la memoria se iba perdiendo rápidamente hasta que 24 horas después del aprendizaje inicial se recordaba sólo un 25% de las sílabas sin sentido, sin embargo si se dejaba esperar hasta pasadas 48 horas aún se recordaban un 22% y a las 72 horas el recuerdo rondaba el 20% de las sílabas aprendidas. Asimismo, Ebbinghaus confirmó una intuición que usted mismo habrá experimentado en su vida diaria, que el estudio distribuido (un poco de estudio en varias ocasiones) es más productivo que el masivo (mucho estudio pero concentrado en una noche). 210 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea El investigador también empleó el método de las sílabas sin sentido para evaluar si el sobreaprendizaje facilita la memoria. Es decir, la pregunta bajo análisis era ¿Qué sucede si, luego de aprenderse un material, uno continúa repasándolo? ¿Será beneficioso ese tiempo de estudio o hay un tope en el cual invertir más tiempo no sirve para aprender más? Para responder esa pregunta Ebbinghaus empleó varias listas que contenían relativamente poca cantidad de sílabas, por lo que sólo le requerían 8 lecturas para aprendérselas de memoria. Sin embargo, a algunas de ellas las siguió leyendo por más veces, 16, 32 o 64 lecturas más, aún cuando inmediatamente esas sobrelecturas no parecían tener efecto sobre el aprendizaje. Interesantemente, el investigador observó que había una relación directa y lineal entre la cantidad de lecturas y el tiempo necesario para olvidar la lista. Es decir, a mayor cantidad de lecturas iniciales, más se demoraba en olvidar el contenido de las mismas. En conclusión, seguir estudiando aún después de haber adquirido conocimiento del material parece ser útil en términos de facilitar el posterior recuerdo de la información. Como vemos, el olvido, entendido como la incapacidad para expresar una memoria previamente adquirida, es uno de los fenómenos más ubicuos del aprendizaje. Una de las preguntas más antiguas de la ciencia psicológica es si el olvido implica que la memoria desaparece totalmente o si en realidad todos nuestros aprendizajes permanecen en algún lugar de nuestro cerebro. La primera de las alternativas entiende a la memoria como una traza realizada sobre la arena que poco a poco va desapareciendo debido a fenómenos como las mareas o el viento. La segunda, en tanto, asemeja la memoria a marcas que se realizan sobre el cemento fresco, las cuales, una vez que este último se seca, permanecen por siempre en el material. La primera de estas metáforas era usualmente la más aceptada en la época en que el ya citado Ebbinghaus realizaba sus investigaciones. La misma era apoyada por experimentos en los que se observaba que memorias aparentemente muy potentes podían ser totalmente abolidas mediante la aplicación de diversos tratamientos. Por ejemplo, una rata evitará una luz que previamente señalizó la aplicación de estimulación eléctrica dolorosa, expresando así una memoria derivada de un procedimiento de condicionamiento clásico (para un detalle de este procedimiento, véase el capítulo precedente). Es decir, la rata le tiene al miedo a la luz porque esta predice la estimulación eléctrica y por eso la evita. Sin embargo, esta memoria desaparece -- es decir, el animal se acerca sin problemas a la luz -- si luego de adquirir el aprendizaje se expone al sujeto a ciertos tratamientos, denominados amnésicos (entre ellos, estimulación eléctrica convulsiva o una baja muy fuerte de la temperatura, Pautassi, 2005). Al parecer, estos tratamientos harían desaparecer a la memoria y sus contenidos. Siguiendo la metáfora de la marca en la arena, se podría decir que los tratamientos harían desaparecer la traza de la memoria. Sin embargo, rápidamente se empezó a acumular evidencia que mostraba que memorias que parecían perdidas para siempre podían expresarse en toda su plenitud bajo ciertas condiciones. Específicamente, se observó que el recuerdo se facilita cuando la memoria se evalúa en condiciones similares -- en el mismo lugar, en compañía de las mismas personas, bajo un estado de ánimo equivalente, etc. -- a aquellas en las cuales ha tenido lugar la situación original de aprendizaje. Este último fenómeno, conocido en la literatura como principio de la codificación específica de Tulving (Bouton y Moody, 2004), tuvo su demostración más espectacular en un experimento en el cual a un grupo de buzos se les enseñaba una lista de palabras ya sea en la superficie o debajo del agua. 211 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Posteriormente, se los evaluaba en su capacidad para repetir la lista en uno de ambos contextos, observándose que la expresión de la memoria era significativamente mejor en aquel (superficie o debajo del agua) donde había tenido lugar el entrenamiento original (Goddden y Badeley, 1975). Este fenómeno es fácilmente asimilable al paradigma de aprendizaje de discriminación de estado empleado en modelos animales destinados al desarrollo de fármacos. Específicamente, en una primera fase los animales (roedores) son entrenados para realizar una determinada tarea (por ej., elegir correctamente uno de dos brazos en un laberinto para obtener una recompensa) mientras experimentan los efectos de determinadas drogas, por caso cocaína, que se caracterizan por inducir estados de ánimos particulares (en el caso de la cocaína: euforia, activación, etc.). Una vez que los sujetos alcanzan un aprendizaje óptimo se administra a los sujetos con la droga original o con sustancias alternativas que generan otro tipo de cambios (por ejemplo, benzodiazepinas, que generan sedación y relajación muscular) y se observa la expresión de la memoria en la prueba. Usualmente, los sujetos tienen un recuerdo óptimo bajo los efectos de la droga que habían recibido en la primera fase, muy deficiente bajo drogas alternativas e intermedio en el caso que las drogas administradas mantengan algún parecido con aquellas experimentadas durante el entrenamiento. Nótese que este resultado se expresa aún cuando todos los sujetos comparten una historia comportamental común desde el punto de vista del entrenamiento en el laberinto. Sin embargo, la retención del aprendizaje es función de la similitud del contexto (en este caso, un contexto interno generado por los efectos de la droga) experimentado durante la adquisición y la evaluación. Los resultados descriptos en los párrafos precedentes condujeron a la idea de que lo que se almacena en un recuerdo no es sólo un hecho aislado. Supongamos que usted esta leyendo este libro con la intención de recordar luego su contenido. La estructura de dicha memoria no estaría constituida solo por las palabras contenidas en el texto sino que junto a las mismas se almacenaría otra información, por ejemplo relativa al lugar donde esta leyendo e incluso con quienes lo esta haciendo. A los tratamientos que facilitan la expresión de memorias en principio perdidas se les denomina usualmente tratamientos reactivadores (Miller, Jagielo y Spear, 1991), ya que activarían el potencial de expresión de dichas memorias. El éxito de estos tratamientos radicaría en que los mismos introducirían en el contexto de evaluación algunos de estos atributos de la memoria, permitiendo la afloración de la respuesta de interés. Un trabajo realizado por Rovee-Collier y colaboradores (1980) ilustrará alguno de los conceptos reseñados. En el mismo, a bebes de 3 meses se los entrenaba en una tarea de aprendizaje operante. La misma consistía en activar, mediante la extensión de la pierna, un carrousel musical que estaba sobre la cuna de los niños. Los chicos aprendían rápidamente, llegando a hacer unas 25 extensiones por minutos hacia el final del entrenamiento. Sin embargo, si se esperaba 8 días y se evaluaba nuevamente a los chicos, estos parecían haberse olvidado casi totalmente de cómo hacer mover el carrousel. Es decir, se observaba un olvido o pérdida total de la memoria. Sin embargo, el mismo podía ser aliviado sustancialmente con sólo mostrarles brevemente (3 min.) el carrousel giratorio 24 horas antes de la evaluación. Luego de este tratamiento los bebés parecían recuperar la memoria ya que, el día después, mostraban mucha mayor cantidad 212 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea de extensiones de la pierna -- y por consiguiente mayor activación del carrousel -- que un grupo control que no había sido expuesto a la visión previa del aparato. Todos los conceptos y ejemplos descriptos en el párrafo anterior fundamentan las denominadas teorías de la recuperación (Sara, 2000), que son las actualmente aceptadas entre los psicólogos interesados en los procesos de memoria. Según las mismas, todo lo que aprendemos queda en algún lugar de la memoria. Lo que denominamos olvido no indica más que nuestra incapacidad para acceder o recuperar esos elementos de la memoria. En otras palabras, la memoria sería como un gran archivo repleto de ficheros. Estos últimos nunca se pierden pero se va haciendo complicado encontrar la ruta o el lugar donde están. Los tratamientos reactivadores servirían para facilitar el encuentro del camino correcto por dicha ruta. La teoría de la recuperación predice correctamente que las pruebas de recuerdo libre son mucho más difíciles que las de reconocimiento. Suponga una prueba de memoria en la que se exponga a los participantes a la película “La Cena”, de Ettore Escola, con el objeto de evaluar cuán bien se acuerdan luego el nombre de los personajes de dicho film. Posteriormente, a la mitad de participantes se le brinda una hoja en blanco y se le pide que escriba en ella los nombres de los personajes. A la otra mitad también se le entrega una hoja pero en la misma se encuentra la foto del personaje con un espacio en blanco para que escriba el nombre del mismo. Técnicamente, el primer grupo de sujetos es sometido a una prueba de recuerdo libre en tanto que en el segundo se emplea una prueba de reconocimiento. De acuerdo a lo observado en muchas investigaciones, con toda seguridad el segundo grupo tendrá un mucho mejor rendimiento que el primero. La teoría de la recuperación explica esto afirmando que las fotos están funcionando como efectivos tratamientos reactivadores, que guían la memoria al reestablecer las condiciones del aprendizaje original. El argumento también permite entender porque, usualmente, se observan mejores rendimientos en pruebas de múltiple opción que en ensayos abiertos. En resumen, en este manuscrito hemos repasado los principales puntos de consenso de la Psicología actual acerca de la naturaleza de los procesos de memoria. Asimismo, se presentaron las principales discusiones que se han generado en este campo a lo largo de su historia y la evidencia experimental que se reunió para dirimirlas. En todos los casos la descripción de la metodología empleada acaparó una parte sustancial de nuestro interés. Bibliografía: Atkinson, R.C. y Shiffrin, R.M. (1968) Human Memory: A Proposed System and Its Control Processed. En: Tarpy R.M. y Mayer R.E. (1979) Readings in Psychology of learning, 43-55, Scotts, Foresman and Co, Glenville. Bouton, M.E. y Moody, E.K. (2004). Memory processes in classical conditioning. Neuros Biobehav Rev, 28, 663-674. Collins, A.M. y Quillian, M.R. (1969) Retrieval time from semantic memory. J Ver Lear Behav 8, 240-247. Ebbinghaus, H. (1913) Memory. NY, Teachers College Press. Godden D.R. y Badeley A.D. (1975) Context-dependent memory in two natural envorimnts: on land and on the water. British J Psychol, 66, 325-331. 213 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Miller, G.A. (1956) The Magical number seven, plus or minus two: Some limits in our capacity for processing information. Psychol Rev 63, 81-97. Miller, J.S., Jagielo, J.A. y Spear, N.E. (1991). Differential effectiveness of various priorcuing treatments in the reactivation and maintenance of memory. J Exp Psychol Animal Behav Proc, 17, 249-258. Pautassi R.M (2005). Principios Básicos de Aprendizaje y Memoria. Capítulo remitido para su publicación en: Díaz, H. (ed.) Manual de Demencias: Actualización, Experiencias, Revisión y Opinión. Córdoba, Instituto de Neurociencias. Rovee-Collier, C.K., Sullivan, M.W., Enright, M.K., Lucas, D. y Fagan, J.W (1982) Reactivation of Infant Memory. Science 208, 1159-1161. Sara, S.J. (2000) Retrieval and Reconsolidation: Toward a Neurobiology of Remembering. Learn Mem 8, 23-44. Squire, L.R. (2004) Memory systems of the brain: A brief history and current perspective. Neurobiol Learn Mem 82, 171-177. Tapy, R.M. (1997). Contemporary Learning Theory and Research. NY, Mc Graw Hill. 2.5.4. Emociones Pablo Murillo Introducción Todos sabemos lo que es la emoción. Sabemos reconocer emociones en los otros y en uno mismo. Nos es fácil distinguir la ira del amor y reaccionar apropiadamente ante un abrazo o un gesto amenazante. Pero...intente el sencillo ejercicio de definir qué es una emoción, de determinar cuántas emociones tenemos y finalmente describir una de ellas (por ejemplo, qué es el amor). Encontrará seguramente más vacilaciones y dudas que certezas. Y recuerde alguna situación en la que haya hablado con alguien (o dos personas hayan hablado entre sí) acerca de lo que sentían. Habrá notado que también allí había y hay dudas y confusiones. Cuando una persona (por ejemplo, usted) le dice a otra (siguiendo el ejemplo, su pareja actual) que siente mucho amor hacia ella, y esta segunda persona le responde que también siente mucho amor... están sintiendo lo mismo? ¿Cómo saberlo? ¿Lo que Ud. llama amor es lo mismo que lo que su pareja llama así? ¿Sienten lo mismo o le ponen el mismo nombre a cosas distintas? Según LeDoux (1999) Las emociones nos hacen ser como somos;”... “La comprensión de las emociones debería constituir una importante parte de cualquier ciencia interesada en los mecanismos del funcionamiento del cerebro y 214 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea la mente. Después de todo, nuestras Entonces ¿por qué es que la Psicología y la ciencia en general han evitado el estudio sistemático de estos procesos tan interesantes? Una de las posibles respuestas, tal como lo plantea LeDoux es que una emoción es una experiencia muy subjetiva. Los esfuerzos de la ciencia psicológica han sido muy importantes en este sentido. Hoy existe un cuerpo de conocimientos acerca de los procesos emocionales bastante considerable. Pero este conocimiento presenta algunas dificultades. Dificultades que no son tan distintas de las que planteáramos a nivel de sentido común en los primeros párrafos. La primera, retomando lo que decíamos en el primer párrafo, es que todos saben lo que es la emoción... pero nadie parece ser capaz de dar una definición que satisfaga plenamente a la comunidad científica. Es decir, aún no nos ponemos de acuerdo sobre qué es la emoción. La segunda dificultad, derivada de la primera, es que encontramos tantas clasificaciones acerca de emociones y tan distintas entre sí que parece a veces que estuviéramos hablando de temas distintos. La tercera dificultad que encontramos es que tampoco hay un consenso general sobre cómo distinguir una emoción de otro fenómeno no-emocional. No hay una demarcación clara sobre qué queda dentro del concepto y qué queda fuera. Es decir, ¿qué es lo que agrupa a todo este conjunto de estados mentales en una sola categoría, la de las emociones? ¿Qué es lo que hace a este conjunto de mecanismos y procesos tan distinto de otros, como la atención o la memoria? ¿Cómo influyen los estados emocionales en otros procesos, dando forma a nuestros recuerdos, cambiando nuestras percepciones, motivándonos a hacer cosas? ¿Porqué nos resulta harto dificultoso entender nuestras emociones (por no hablar de intentar controlarlas)? Además podemos plantear otros interrogantes que se derivan de los anteriores como ¿El cerebro tiene algo que ver con las emociones? ¿Los animales tienen emociones como los humanos? ¿Las emociones son algo que heredamos de nuestros ancestros o las tomamos de nuestro entorno? La intención de este capítulo no es cerrar las discusiones con respuestas taxativas a los múltiples interrogantes que hemos planteado y de otros que presentaremos luego. Tampoco es que Ud. comience a dudar de los sentimientos de su pareja o de sus allegados... o de los suyos propios. La intención es simplemente presentar de manera medianamente ordenada algunas investigaciones y avances sobre el tema. Aspectos conceptuales Es un conocimiento común que las emociones nos impulsan. También que pueden ser agradables y desagradables y que pueden variar en su intensidad y duración. Esto porque todos las hemos sentido. Pero, recordemos, a nivel científico las emociones son objetos elusivos, difíciles de definir y relativamente poco estudiados. 215 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Un aspecto conceptual que resulta interesante desde el comienzo es que hay dos clases de afectos. Las emociones y los sentimientos. Estos últimos designan reacciones afectivas difusas, más suaves y duraderas, sin un componente de reacción orgánica tan fuerte, y sin una reacción conductual tan evidente. Por el contrario las emociones designan reacciones afectivas fuertes, inmediatas, de poca duración, con una clara afectación orgánica y una respuesta conductual relativamente estandarizada. No es lo mismo el amor que la excitación. Otra distinción habitual es podemos hablar de una serie de dimensiones de las emociones. Por ejemplo, podemos referirnos al tono de la experiencia emocional. ¿Cómo se vive la emoción? ¿Como algo positivo o negativo? ¿Agradable o desagradable? Podemos también referirnos a su intensidad. Esta intensidad puede referirse al grado de activación fisiológica (ruborizarse, temblar, etc.), pero también a la vivencia personal (sentir fuertemente una emoción) y a la conducta posterior (reacciones más o menos fuertes). Estas diversas intensidades no siempre correlacionan bien. Seguramente el lector conoce personas que reaccionan más intensamente a nivel de gestos y conductas, y otras que ante las mismas emociones reaccionan con una intensa activación de su sistema nervioso autónomo y transpiran, se “ponen colorados”, les tiembla la voz, etc. Y finalmente podemos distinguir la duración de las reacciones emocionales. Las hay breves y las hay duraderas. Estas dimensiones (tono, intensidad, duración) han postuladas desde el inicio del estudio de las emociones. Sin embargo hemos de decir que no forman en la actualidad parte del programa de investigación actual sobre las mismas. Son útiles sólo para una descripción pedagógica introductoria. En los siguientes párrafos hablaremos de emociones, reacciones emocionales como si fueran lo mismo. En este punto no tomaremos la terrible decisión teórica de adoptar una definición. ¿Por qué? Podríamos decir que nos parece más interesante exponer diversas cuestiones y al final proponer un ejercicio de definición. Pero para sincerarnos debemos decir también que no conocemos definiciones que sean plenamente satisfactorias. Pero esperamos que los párrafos siguientes sirvan para que cada lector construya una definición de emoción propia. Por eso iremos planteando algunos problemas, investigaciones y definiciones parciales de diversos aspectos. Algunos problemas teóricos Emociones ¿cuestión biológica o mental? En primer lugar plantearemos dos problemas clásicos en el estudio de las emociones. Los científicos, algunos de ellos psicólogos, han tomado diversas posturas sobre la naturaleza de las emociones. Para algunos, son reacciones físicas que evolucionaron como parte de la lucha por la supervivencia de cada individuo y de la especie. Para otros, son estados mentales que aparecen cuando el cerebro detecta y analiza las reacciones fisiológicas del organismo. Se encuentran en auge las 216 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea concepciones acerca de que las emociones son un tipo de pensamiento acerca de la situación de la persona. Algunos autores resaltan la importancia de los procesos inconscientes, mientras que otros, la de la conciencia. El primer problema que expondremos es el papel de la cognición y de los estados biológicos en las emociones. La pregunta a responder es ¿las emociones son procesos fundamentalmente biológicos o preponderantemente cognitivos? Para algunos autores, tales como R. Zajonc (1984) las emociones son procesos claramente biológicos. Simplemente hay que observar que no es posible el desarrollo de una emoción si no se dan ciertos acontecimientos biológicos. No es posible sentir miedo si no hay aumento de la frecuencia cardiaca, aumento de la tensión arterial, activación de ciertas regiones cerebrales (por ejemplo, la amígdala), etc. Son reacciones anteriores o posteriores a la cognición, pero claramente distintas a estas. Otros autores, tal como R. Lazarus (1984), A. Ellis (1997) y A. Beck (1983), consideran que las emociones son un proceso donde las cogniciones son el factor más importante. La manera como la persona interprete la situación (externa e interna) será fundamental para disparar una emoción u otra. Claro que este procesamiento cognitivo no es siempre racional y conciente. Pero en todo caso sí existe un proceso donde la persona rápidamente realiza un juicio sobre la relevancia de la situación y su impacto probable en sí mismo. Y luego de esto aparece una reacción emocional. Es decir, la emoción es un proceso post-cognitivo. Un autor de influencia creciente como J. LeDoux plantea que el enfoque adecuado de análisis de una función psicológica es el que la pone en relación con procesos y estructuras cerebrales subyacentes. Y por lo tanto no es correcto analizar todos estos procesos como si fueran uno solo (las emociones), pues no es lo mismo el mecanismo para huir de un peligro que para procrear. Además dice que los mecanismos cerebrales que generan conductas emocionales se conservan de maneras similares a través de sucesivos niveles de la historia evolutiva. Por lo tanto para comprender las emociones humanas es necesario saber en qué nos parecemos a otras especies y en qué diferimos. Por ejemplo, diferimos en que somos concientes de nuestras emociones. Esto ocurre solamente cuando estos mecanismos emocionales se dan en animales con capacidad de tener conciencia de sí mismos. En homo sapiens es así, pero nadie sabe hasta el momento si otros animales tienen esta capacidad. Entonces para LeDoux los sentimientos concientes por los que conocemos nuestras emociones son pistas falsas o desvíos en el estudio de las emociones. Este debate no se ha cerrado, pero sí puesto en tela de juicio. Robert Plutchik, por ejemplo, al considerar que los procesos emocionales no son solamente un producto final de un proceso biológico o cognitivo, sino un proceso en sí mismo, en el que intervienen factores biológicos y cognitivos, sostiene que el debate es inútil. 217 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea ¿Cuántas y cuáles son las emociones? El segundo problema clásico es cuáles son las emociones básicas humanas. Una pregunta a responder en este punto sería ¿Existen un número limitado de emociones básicas o un sinnúmero de ellas? Si uno parte de una posición biológica, y considera que las emociones son un sistema que sirve a la supervivencia del individuo y de la especie, en natural que piense que existe un número finito de emociones. Y estas emociones deben ser las mismas en cualquier sujeto, no importa en qué cultura haya sido criado, qué edad tenga o cuál sea su sexo. Si el miedo sirve para que un individuo evite o huya de ciertas situaciones riesgosas, el miedo debe ser un sistema fuertemente marcado por nuestros genes en nuestro sistema nervioso. Y por lo tanto serán las mismas reacciones fisiológicas y conductuales en cualquier persona. A todos cuando tenemos miedo nos transpiran las palmas de las manos y se nos seca la boca, nos aumenta el pulso y cambia nuestra respiración. Y ponemos “cara de miedo”. Numerosos estudios demuestran que a lo largo y ancho de nuestro planeta las reacciones emocionales son similares. Y muchos otros muestran que las personas de diferentes culturas son capaces de reconocer (en fotografías) expresiones emocionales (cara de susto, de sorpresa, de afecto, de ira, etc.) sin importar qué tan diferentes sean sus hábitos y aprendizajes. Es decir, podría deducirse que estamos “programados” para reconocer ciertos patrones de expresión como una emoción determinada, y reaccionar en consecuencia. Aún cuando diversos autores coinciden con este tipo de teorías, no todos se ponen de acuerdo con respecto a cuáles son las emociones básicas. Por ejemplo Plutchik (1980) sostiene que son ocho: miedo, ira, tristeza, alegría, asco, aceptación, anticipación y sorpresa. Ekman (1993), por su parte reconoce al miedo, la ira, la tristeza, la alegría, el asco, la sorpresa y el desprecio. Pero si uno se para en una posición cognitiva podrá coincidir con la idea de que puede que existan las emociones básicas, programadas y estandarizadas, pero las variaciones que puede llegar a tener cada emoción en cada persona son infinitas. Y estas variaciones se deben principalmente a las múltiples interpretaciones que las personas pueden hacer de una situación específica. Y además de las modulaciones que se ejercen desde la cultura y los factores sociohistóricos. Caracterización de la respuesta emocional Más allá de la orientación teórica desde la que se las estudie se puede reconocer que la respuesta emocional tiene tres aspectos: 1- un componente fisiológico, 2- un componente subjetivo (vivencia emocional – cognitiva), 3- un componente conductual. 218 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea El componente fisiológico se refiere a las respuestas o cambios orgánicos, fisiológicos, que provocan estados, vivencias o conductas emocionales. Aquí nos referimos a los cambios en el ritmo cardíaco, la dilatación de los vasos sanguíneos, la activación de circuitos cerebrales, del sistema nervioso autónomo, etc. Cuando hablamos de un componente subjetivo, estamos refiriéndonos al estado de ánimo mismo, que el mismo sujeto denomina como emoción. Estas vivencias se constatan a través de los informes que las personas hacen de sí mismas, por lo que su estudio presenta algunas dificultades metodológicas. La persona es a la vez objeto del estudio y quien debe estudiar el proceso. Y es sencillo darse cuenta, por ejemplo, que el proceso experimentado (digamos, la ira que siente la persona) se puede ver modificado y hasta inhibido por el sólo hecho de autoobservarse. Finalmente al referirnos al componente conductual estamos hablando de comportamiento emocional expresivo, que tiene relación con la función social de las emociones. Los comportamientos emocionales son los que surgen de una situación emocional, por ejemplo, la expresión del rostro, la postura, los movimientos, las vocalizaciones, etc. Esta concepción como tríada de respuestas tiene algunos problemas. Uno de ellos, y bastante serio, es que en los estudios empíricos los tres tipos de respuesta no correlacionan del todo bien (Riccio y Silvestri, 1973). Es decir, no siempre que se da un componente fisiológico de miedo, por ejemplo, aparece una vivencia de temor y una conducta que tenga que ver con evitación o huida. Este modo de entender la respuesta emocional (como tríada de respuestas), si bien tiene algunos problemas, es comúnmente aceptada, hasta tanto surja un nuevo modelo que explique y prediga mejor estos fenómenos. ¿Para qué las emociones? Es creencia común que las emociones son algo que nos perturba. Es algo que impide un buen razonamiento, que nos arrebata y nos hace comportar a tontas y a locas. Y que sería deseable poder controlarlas, tal como el Sr. Spock de la serie televisiva Star Trek, para poder pensar y actuar más adaptadamente. Pero si esto fuera así... ¿para qué nacemos con capacidades de reconocer, sentir y expresar emociones? ¿Es como un “pecado original” o un “defecto de fábrica”? ¿O acaso las emociones “sirven” para algo, tienen alguna función? La respuesta a estos interrogantes es que las emociones tienen sin duda múltiples funciones, que podemos reunir en tres grupos: a. Funciones de adaptación b. Funciones sociales c. Funciones de motivación. a. Funciones de adaptación 219 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Estas funciones fueron propuestas en primer lugar por Darwin, y se sostienen aún desde las teorías evolucionistas. La idea básica es que las emociones ayudan al organismo a adaptarse al ambiente cambiante y complejo (aquí podemos compararlo con los modelos de aprendizaje estudiados en el capítulo de. Pautassi). Plutchik (1980) sostiene que las funciones de las emociones son ocho, entre ellas la protección, la destrucción, la reproducción, la exploración, el rechazo, etc. En este esquema el miedo sirve para proteger de situaciones dañinas (caídas, animales, agresiones, etc.), el asco sirve para rechazar alimentos en mal estado u otros eventos patógenos (olores tóxicos, enfermedades contagiosas, etc.). De esto se deduce que las emociones no son malas. Tampoco son buenas. Simplemente son herramientas para la adaptación y la supervivencia del sujeto y la especie, y su “bondad” o “maldad” podrá juzgarse de acuerdo a la efectividad con la que ayudaron a la adaptación. La misma emoción que me protege (miedo) puede llegar a dificultar la adaptación, al convertirse en fobia. b. Funciones sociales El valor social de las emociones tiene que ver con su utilidad como señal. En efecto, sirven para comunicar los estados afectivos a los demás. Si lo pensamos en este sentido, un bebé utiliza esta herramienta de manera muy efectiva y contundente para comunicarle sus necesidades a la madre y al entorno. También sirven para modificar la conducta de los demás, para regularla. Si alguien se muestra airado, logrará respuestas de evitación o de confrontación en los demás. Ayudan además a que podamos prever y predecir el comportamiento de quienes nos rodean. Y también algunas emociones promueven conductas socialmente útiles tales como la afiliación, la colaboración, la solidaridad, etc. c. Funciones de motivación Una observación que se repite es que los organismos tienden a buscar experimentar emociones placenteras o agradables y evitar emociones desagradables. Esto sirve para orientar y mantener ciertas conductas. Además las emociones acompañan a las conductas motivadas. Experimentamos emociones agradables cuando vamos alcanzando los objetivos propuestos. Por todo ello se ha propuesto en algunas ocasiones que emoción y motivación no son más que aspectos diferentes del mismo proceso (Buck, R., 1985). Sin embargo a los efectos de investigación y desarrollo teórico se siguen manteniendo como procesos distintos. En efecto, cuando aparecen las emociones se convierten en motivadores importantes de conductas futuras inmediatas y a largo plazo. Pero también pueden traernos serios problemas. Cuando el miedo se transforma en pánico o en fobia, cuando ante un evento desfavorable reaccionamos con ira y furia, cuando el amor es una obsesión y el placer un vicio, podemos ver que las emociones están jugando en contra de nuestra salud... es decir que las emociones tienen consecuencias útiles, pero también patológicas. 220 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Algunas contribuciones teóricas Contribuciones evolucionistas Dentro de las primeras contribuciones teóricas encontramos las realzadas por Darwin. Éste sostenía que las emociones tenían un valor positivo adaptativo, ya que funcionan como señales preparatorias de la acción y como comunicación efectiva entre los individuos. Además agregó algunos principios para entender las emociones, tales como el principio de utilidad, que se refiere a que algunas conductas emocionales son resabios de hábitos que originariamente tenían funciones adaptativas. Por ejemplo, contraer los músculos es una reacción de miedo que originariamente habría servido para preparar la lucha o la huida. 14 Las ideas y conceptos de Darwin son trabajados luego por autores de la talla de Lorenz y Tinbergen en los años treinta. Lorenz (fundador de la etología moderna y junto con Tinbergen y Kart von Frisch, ganadores del Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1973) se deben aportes fundamentales realizados a partir de la investigación de las diferencias entre el comportamiento innato y el comportamiento adquirido en animales y humanos (Lorenz, 1965). Bastantes años después ser retomarán estos aportes de la mano de autores como Plutchik, al cual ya hemos mencionado. Éste sostiene que las emociones son reacciones primitivas adaptativas. Y si bien algunas de ellas son aprendidas, las más importantes para la adaptación se fijaron en nuestro código genético al ser efectivos mecanismos de supervivencia. Contribuciones conductuales Estas contribuciones comienzan con los desarrollos de Watson (Watson y Rayner, 1920). Según el mismo habría tres respuestas emocionales incondicionadas: el miedo, la ira y el amor. Estas respuestas están asociadas a estímulos específicos y son innatas. El miedo a situaciones aversivas, la ira a situaciones en que se impide el movimiento del cuerpo y el amor a la estimulación suave de zonas erógenas. A partir de estas tres reacciones incondicionadas de tipo emocional y por condicionamiento clásico se generarían otras reacciones emocionales asociadas a diferentes estímulos condicionados. En este punto sería recomendable que el lector revisara lo expuesto por el Dr. Pautassi en el artículo sobre Aprendizaje en este mismo manual. Al parecer Darwin no usó el término “evolución” para describir la selección natural, pues en aquella época esta palabra tenía connotaciones diferentes, tales como la noción de que los embriones humanos crecían a partir de homúnculos preformados que se encontraban en los espermatozoides y el óvulo, o la noción de progreso constante hacia un ideal. Darwin creía que todas las formas de vida actuales, desde las amebas hasta los hombres, podían estar perfectamente adaptadas a su medio, lo que tiene como consecuencia lógica que el hombre no es necesariamente un ideal evolutivo. En realidad fue Spencer quien introdujo el término “evolución” en la forma que lo usamos hoy en día. 14 221 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Otra contribución interesante es la que aporta Skinner. Debido a su posicionamiento en la Psicología, éste autor interpretó a las emociones como conductas aprendidas, y no tuvo en cuenta las características cognitivas subjetivas y las vivencias emocionales. Y por lo tanto entendió toda respuesta emocional como asociada a un reforzador contingente a la conducta emocional expresada. Esta línea de pensamiento es retomada y elaborada por Millenson (Puente Ferreras, A., 1998)), que explica que las reacciones emocionales de ansiedad son producidas por estímulos aversivos, las de ira, por el fin de reforzadores positivos; y la alegría por la presencia de reforzadores positivos o el fin de reforzadores negativos. Es decir, las personas presentan un aumento de la ansiedad cuando se enfrentan a eventos desagradables, tales como cuando un a un niño lo retamos. Pero cuando en otro caso a la persona se le retira un reforzador positivo (le apagamos la televisión a un niño que la está mirando), ésta suele experimentar ira, enojo. Finalmente cuando a una persona le damos algo que esta considera positivo (le regalamos un caramelo a un chico) o le retiramos algo que le desagrada (lo dejamos que no tome la sopa), ésta suele experimentar alegría. Estas contribuciones dieron lugar a teorías como la de Mowrer (Teoría de los dos factores, 1947) (en Klein, 1989). Según este autor las respuestas emocionales son aprendidas y mantenidas en el tiempo por factores diferentes. Se aprenden por medio de procesos de condicionamiento clásico. Pero se consolidan y mantienen por procesos de condicionamiento operante. Por ejemplo, la reacción emocional de miedo se adquiere ante una situación aversiva. Supongamos una persona que sufre un asalto violento por la noche. La persona probablemente asociará la respuesta emocional de miedo a la situación nocturna. Con lo cual habrá aprendido a reaccionar emocionalmente aún cuando no haya nada que temer. Pero luego comienza a evitar salir de noche. Y el no salir le provoca alivio, tranquilidad. Y éste reforzador negativo de la conducta de quedarse en su casa termina consolidando la reacción aprendida de miedo a salir de noche. Es decir, esta teoría explicaría la permanencia en el tiempo de patologías como las fobias. Contribuciones cognitivas Dentro de este gran conjunto de contribuciones nos tomamos la libertad de incluir a James y a Lange. Tradicionalmente se piensa que el proceso emocional consta de varios subprocesos. Por ejemplo, la visión de un suceso aversivo (alguien golpea a un animal) produce una experiencia emocional conciente a nivel cerebral (enojo), lo que desencadena una serie de repuestas que activan diversos órganos periféricos (músculos, corazón, glándulas sudoríparas, glándulas adrenales, etc.). La evaluación cognitiva del hecho desata la reacción emocional. Pero la gran contribución de James y Lange fue dar otra vuelta de tuerca al asunto. En efecto, según estos autores propusieron que la experiencia emocional conciente ocurre después de que se han producido los eventos fisiológicos. En nuestro ejemplo, primero se observa a una persona golpeando a un animal, luego se desencadenan las respuestas fisiológicas cardíacas, musculares, etc. , y recién entonces se experimenta la emoción de enojo – rabia. James escribió: “Nos sentimos tristes porque lloramos, (...); no es que lloremos (...) porque estemos tristes (...). (Puente Ferreras, 1998) 222 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Nuestro cerebro primero recibe señales del organismo que dicen que nuestro corazón late aceleradamente, nuestros músculos tiemblan, nuestra respiración es entrecortada y estamos transpirando profusamente. Interpretamos esto como miedo y experimentamos la emoción concientemente. Esta hipótesis tendrá un gran impacto sobre la investigación psicológica posterior sobre emociones. En primer lugar porque dio impulso a la investigación relacionando eventos fisiológicos y mentales. Y en segundo lugar porque consideró las reacciones emocionales como eventos mentales, cognitivos. Además sus hipótesis desataron una polémica que se mantuvo durante años. Por ejemplo, las primeras críticas que le surgieron de parte de Cannon (1931), que propuso la teoría talámica de las emociones. No nos extenderemos sobre ésta, ya que consideramos que es necesario una base importante de conocimientos en neuroanatomía y neurofisiología para comprenderlas. Y rescataremos sin embargo la confluencia de James, Lange y Cannon en considerar la experiencia subjetiva relacionada con cambios en la fisiología general y del sistema nervioso central. En general podríamos resumir que estas investigaciones y varias más (Schachter, y Singler 1962; Mandler, 1962) abonan la hipótesis de que para que se produzca una respuesta emocional son necesarias la activación fisiológica del organismo y la interpretación cognitiva de esa misma activación. Esta última interpretación es la que le da la cualidad al estado emocional. Pues exactamente el mismo estado fisiológico puede ser interpretado como miedo o excitación, por ejemplo. La interpretación se da después de la activación, e incluso hay autores como Arnold que sostienen que la emoción se da después que el evento ha sido percibido y evaluado (Puente Ferreras, 1998). Con respecto a la evaluación e interpretación cognitiva, los eventos son primariamente evaluados como “buenos” o “malos” (evaluación primaria), desencadenando reacciones de acercamiento o alejamiento. Y secundariamente son evaluados, según Lazarus, como amenazantes, divertidos, repulsivos, etc. (evaluación secundaria). En este punto retomaremos el aporte de Weiner que está desarrollado en el capítulo sobre motivación. Recordemos que este autor expuso una teoría sobre las atribuciones que las personas hacen sobre los eventos. Las atribuciones que la persona hace sobre sus éxitos o fracasos modulan las reacciones emocionales posteriores. De las tres dimensiones atribucionales que estudia Weiner, es decir, locus de control, estabilidad, causalidad, es el primero (locus, es decir, si un evento está bajo control de la persona o es controlado por factores externos) el que determina la respuesta afectiva ante el éxito o el fracaso. Si un evento está bajo control de la persona, como ya vimos, aumentará la motivación. Por ejemplo si la persona considera que sus calificaciones en la universidad pueden ser controladas estudiando y esforzándose más, sentirá mayor motivación hacia el estudio. Pero si sus calificaciones dependen del control de otros y no importa lo que haga la persona, no tendrá control sobre el evento, la motivación tenderá a disminuir. Por ejemplo, si no interesa cuánto se esforzó la persona, porque la calificación depende del humor del profesor el día del examen. Si el profesor está contento lo aprobará aunque no sepa mucho. Pero si pasó 223 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea una mala noche y está malhumorado, lo reprobará aunque sepa hasta el número de cada página de cada tema. La segunda dimensión, la estabilidad (si un evento es estable en el tiempo o inestable y cambiante), afecta directamente las expectativas que la persona crea con respecto a su futuro éxito o fracaso. Eventos que son percibidos como estables tenderán a aumentar las expectativas y las creencias del sujeto sobre su propia eficacia. La persona tenderá a enfrentar eventos estables con mayores sentimientos de eficacia y éxito. En cambio un evento percibido como inestable, incierto, genera ansiedad y disminuye las expectativas del sujeto. La dimensión de causalidad (si algo se debe a la persona o a factores externos a ella) aumenta las reacciones emocionales de orgullo o de vergüenza. Si algo exitoso (una buena nota en un parcial) fue debido a algo que la persona hizo, aumentará su orgullo. Pero si se debió a la suerte o a la intervención de otra persona, no se sentirá tanto orgullo. En igual sentidos si la experiencia no fue un éxito sino un fracaso (una mala calificación)... ¿De quién fue la culpa? ¿De la persona o de otros (el profesor malvado, el parcial mal confeccionado, etc.)? Contribuciones psicodinámicas Finalmente no podíamos dejar de mencionar los aportes que se derivan de la obra de Freud. En este punto haremos una mención por demás breve de los mismos El aporte principal de esta corriente en el estudio de las emociones se debe a ciertas ideas originales, al impacto que tienen en el conocimiento popular de los eventos psicológicos y a la enorme influencia en el campo de las aplicaciones terapéuticas. Pero no se debe a su evidencia empírica, lo que ha impedido en gran parte, su integración con el cuerpo general de los conocimientos psicológicos. Las teorías psicodinámicas proponen como idea fundamental que la evaluación (tal como la veían James, Lange y Cannon) de los eventos no es en ninguna medida conciente, sino puramente inconsciente. Las teorías psicodinámicas se basan en una concepción energética de las emociones, con cargas de energía libidinal, y mecanismos de manejo y control de estas cargas. Las cargas libidinales generarían tensión desagradable al sistema psíquico, por lo que es normal la descarga, por ejemplo, a través de sueños, síntomas o la expresión catártica de los sentimientos y emociones. También poseen un desarrollo importante de teorías acerca de los mecanismos de defensa del sistema psíquico, como la represión, la sublimación, la proyección, etc. Pero, siguiendo a Lyon (1993) debemos decir que Freud en realidad nunca abordó directamente el tema de las emociones, sino sólo secundariamente al tocar procesos tales como la ansiedad, y siempre dentro del marco del trabajo terapéutico (es decir, no orientado al conocimiento básico de los procesos emocionales). Siguiendo la línea psicodinámica encontramos los aportes de Carl Gustav Jung (1938). Este autor plantea que las personas usan dos métodos para procesar la información acerca del mundo que los rodea y los eventos que suceden. El primer método es el pensamiento. Las personas categorizan, organizan, forman conceptos, analizan, sintetizan, manipulan ideas y realizan juicios por medio de este tipo de procesos. El segundo método es el del sentimiento. Las personas juzgan los sucesos como placenteros o displacenteros, buenos o malos, etc. según lo que sienten hacia ellos y según estos sucesos sean positivos o negativos para su propio funcionamiento personal. 224 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Y estos dos métodos son reconocidos por Jung como válidos para evaluar y valorar los datos del entorno. Son dos métodos diferentes de procesar la información. Entonces en un primer momento habría una valoración de los hechos por medio de los sentimientos. Cuando estos sentimientos son muy intensos, aparecen efectos fisiológicos que se manifiestan como las diferentes emociones. Los procesos fisiológicos representan para Jung un paso intermedio entre el sentimiento y la emoción. Los procesos fisiológicos pueden ser entendidos como precursores directos de la emoción, pero no como su causa. Conclusión En los apartados que hemos estado viendo hemos simplificado y recortado los estudios y conocimientos acerca de los estados emocionales. Pero esperamos por lo menos haber llamado la atención sobre la importancia y el interés de la investigación sobre este tema, y sobre la complejidad del fenómeno. El campo de estudio de las emociones se presenta aún como pobremente integrado. Carecemos todavía de un cuerpo teórico coherente y sistematizado sobre las emociones. Todas las contribuciones que hemos estado viendo (y muchas otras que se verán a lo largo de la carrera) aparecen como aportes parciales, no necesariamente integrados a anteriores aportes. Y es que las emociones son complejas, variables y multifactoriales, tanto que se requiere del estudio interdisciplinario de las mismas. O por lo menos de una perspectiva teórica no reduccionista. Las emociones son el resultado de la interacción de numerosos sistemas de la persona. Intervienen los sistemas neurofisiológicos, neurohormonales, los sistemas cognitivos, etc. Además intervienen las experiencias pasadas (en forma de aprendizajes) y las normas socioculturales aprendidas. Es decir, una amalgama de factores externos e internos a la persona. No es sencillo integrar los diversos niveles de análisis (conducta, fisiología, cogniciones, vivencias subjetivas, etc). Pero en la actualidad se presenta como un desafío el integrar y correlacionar los datos subjetivos (cognitivos y vivenciales), los conductuales y los fisiológicos. Bibliografía: Beck, A., Rush, J., Shaw, B. Emery, G. (1983) Terapia cognitiva de la depresión (9ª edición). Desclée De Brower, Bilbao. Buck, R. (1985) Prime theory: an integrated view of motivation and emotion. Psychological Review, 92 (3), 389 – 413. Cannon, W.B. (1931). Again the James-Lange and the thalamic theories of emotions. 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No siempre coincide con lo que se predice y lo que se espera desde los modelos teóricos. Dentro de las variables que se ponen en juego para intentar explicar muchas conductas humanas está la de la motivación. Pero para esto tenemos que adoptar un cierto posicionamiento conceptual y metodológico desde el que se puede hablar de motivación. La investigación sobre motivación posee una historia breve en cuanto a las investigaciones científicas y sistemáticas (Brown, 1919). Estos estudios comienzan cuando la Psicología deja de ser una disciplina filosófica y adopta los paradigmas de la ciencia dominantes en el fin del siglo XIX y comienzo del siglo XX. Pero luego, con el auge del conductismo en el mundo se dejó de lado este constructo teórico por ser un constructo mentalista, subjetivo y no observable. Incluso luego de la llamada “Revolución cognitiva” no se aprecia un estudio sistemático de la motivación, comparándola con otros conceptos cognitivos como el lenguaje, la memoria, la atención, etc. . A partir de los años ’80 se observan intentos de integrar a nivel teórico los distintos tipos de variables: conductuales, cognitivos, emocionales y motivacionales. Esto por dos hechos, según Garrido (1992): 1. La recuperación de la acción como unidad de análisis y de la actividad como objeto de estudio de la Psicología, en vez del concepto más estricto de conducta. 2. El uso de modelos historiográficos como los “programas de investigación” (Lakatos), “tradiciones de investigación” (Laudan) que evitan algunos sesgos 227 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea introducidos por la noción de “paradigma” de Kuhn para explicar el desarrollo de la Psicología. ¿Cómo podríamos definir a la motivación? Podríamos decir que es el proceso o serie de procesos que, de alguna manera, inician, dirigen, mantienen y finalmente detienen una secuencia conductual dirigida a una meta. Se intenta explicar la activación, la persistencia. Estos motivos o motivaciones no son variables observables. Son constructos hipotéticos. Podemos inferir su existencia a partir de los comportamientos que observamos. Pero de ninguna manera podemos observar la motivación. Ni siquiera cuando una persona nos dice que está motivada para algo podemos tomar esa expresión verbal como la motivación. Es sólo un comportamiento observable que, hipotetizamos, tiene que ver con procesos internos motivacionales. Porque podría suceder que la persona nos estuviera mintiendo o jugándonos una broma y de ninguna manera estuviera motivada para aquello que nos dijo. Los investigadores de la Psicología no se ponen de acuerdo sobre la importancia de la motivación. Para algunos es un concepto fundamental para entender el comportamiento humano. Para otros es un concepto espinoso, incómodo o hasta inútil. Pero incluso entre quienes sostienen que es un concepto necesario para entender las conductas, no hay acuerdo sobre el rol de la motivación. Las preguntas a responder serían ¿cómo procede la motivación con respecto a la conducta del organismo? Una respuesta puede ser que la motivación inicia la conducta (funciones de activación, de iniciación “energización”). Otra puede ser que la motivación dirige la conducta hacia una meta (funciones de orientación y dirección). Una tercera respuesta podría ser que la motivación hace más sensible al organismo ante ciertos estímulos (el hambre me sensibiliza ante olores de comidas). Más adelante, cuando vayamos hablando de las distintas posturas teóricas el lector podrá identificar en cada una de ellas las funciones y roles que los autores le asignan a la motivación. Niveles de motivación Existe bastante consenso sin embargo en que las motivaciones humanas tienen diferentes niveles. Por ejemplo, podemos hablar de motivaciones biológicas (primarias) y de motivaciones cognitivas y sociales (secundarias). Pasaremos a explicar qué significa esto. Motivación primaria Este nivel de motivaciones tiene que ver con la supervivencia y el desarrollo del organismo en un ambiente determinado (ambiente que es variable), y del desarrollo y supervivencia de la especie. Se trata de conductas tales como la ingesta de alimentos, la agresión y la defensa, la actividad sexual y otras. 228 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Estas motivaciones están relacionadas con estados internos del organismo. Tales estados son por ejemplo de tipo carencial (hambre) o dependientes de ritmos biológicos (sueño) y conducen al organismo a saciar una necesidad y obtener un refuerzo contingente. Existen dentro de las motivaciones primarias algunas conductas motivadas reguladoras. Éstas responden a mecanismos homeostáticos. Pero también existen conductas motivadas no reguladoras, que no responden a déficit del organismo aunque dependen de ciertas variaciones hormonales y estados del organismo. (Suay, Salvador y Gonzalez-Bono, 1996) Como ejemplo de las primeras encontramos la sed. Cuando se experimenta la disminución del agua a nivel intra o extracelular se desatan conductas motivadas tendientes a absorber líquido. Como condicionantes de la conducta aparecen el sabor del líquido y la disponibilidad. Y como ejemplo de las segundas encontramos a la conducta sexual. Ésta no sirve a la supervivencia del organismo (¡aunque sí de la especie!) ni tiene que ver con carencias y mecanismos reguladores. Sin embargo responde a mecanismos fuertes de refuerzo. Y además diferentes estímulos pueden despertar la conducta sexual, mediados por ciertos factores internos tales como la fatiga, la intoxicación, los niveles hormonales etc. Pero a pesar de que en las llamadas motivaciones primarias, que tienen un neto perfil biológico, en el hombre incluso éstas están influenciadas por otros factores, como pueden ser las expectativas del sujeto, la anticipación de las consecuencias, los aprendizajes previos ante ciertas situaciones, etc. Porque en el hombre observamos conductas motivadas primariamente que son, por decir lo menos, extrañas. ¿No lo es acaso que una persona sufra hambre durante semanas y semanas, voluntariamente, porque tiene la expectativa de que con eso logrará que las personas del sexo opuesto se comporten de manera distinta a como suelen hacerlo? ¿O que otra persona decida no alimentarse, hasta quizás morir de inanición, porque intenta hacer una protesta política o social? ¿Y que una tercera persona decida nunca tener relaciones sexuales y con eso ganarse un lugar en el reino de los cielos? Es decir, incluso en las conductas motivadas primariamente, en los humanos encontramos una complejidad asombrosa, sorprendente. Eso nos lleva a pensar en las motivaciones secundarias. Motivación secundaria Las motivaciones secundarias no tienen que ver con la supervivencia del organismo o la especie. Y tampoco presentan una dependencia estricta de las bases biológicas. Pero en el hombre son de una importancia y una potencia extraordinarias. Ya vimos en el párrafo anterior algunos ejemplos de cómo un proceso “mental” (tener una meta, ser coherente entre lo que pienso y lo que hago, juzgar algo como bueno o como malo, etc.) modifican conductas biológicas básicas. 229 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Y también es sencillo imaginar situaciones donde la motivación para lograr la afiliación y pertenencia a un grupo social hace que un sujeto, por ejemplo, se autolesione y se provoque dolor. Es usual entre las mujeres, pero no sólo entre ellas, que se sufran dolores intensos sólo por lucir un par de zapatos a la moda. Entonces podemos decir que los motivos secundarios son de enorme relevancia en el estudio de la conducta humana, ya que pueden modificar absolutamente los motivos primarios, y además ejercen un importante control sobre el comportamiento. Volveremos más adelante a tratar este tema cuando vayamos desarrollando las diferentes corrientes teóricas. Principales orientaciones teóricas Dentro de las orientaciones teóricas encontraremos estudios desde diferentes ángulos: fisiológico, instintivo, hedonista, psicodinámico, conductual, etc. en este apartado haremos referencia sólo a algunas de estas orientaciones, no porque pensemos que las otras no sean importantes sino porque las consideramos pertinentes a los acotados objetivos que tiene este artículo. Y además porque estas corrientes teóricas serán estudiadas con mayor profundidad en posteriores asignaturas. Una parte de las primeras investigaciones se basaban en la idea de que las motivaciones tenían una base instintiva. Por ejemplo desde la etología (Lorenz, 1965, Tinbergen, 1951) parten del supuesto que las motivaciones, instintivas por naturaleza, tienen una función de supervivencia y adaptación de los organismos. Lorenz y Tinbergen destacaban el papel de los institntos como motivadores de la conducta humana. Ambos describían que existe una tensión interna (energía específica de acción) para cada instinto. La acumulación de tensión (energía) lleva al desencadenamiento de la conducta apetitiva de búsqueda. Esta conducta se mantiene hasta que en el ambiente se encuentra un estímulo señal, que es una clave específica para ese instinto. Este estímulo señal activa un mecanismo de desencadenamiento innato de la conducta instintiva. Claro que este sistema es flexible y modificable por las experiencias del organismo. Se puede modificar el estímulo señal y que el organismo responda ante otras señales. Se puede cambiar la conducta instintiva. Pongamos un ejemplo propuesto por el mismo Lorenz. Cuando un ganso que está en su nido incubando huevos observa que uno de éstos rueda hacia fuera del nido, alarga y encorva el cuello para poder traerlo de vuelta con el pico. Esto no es algo que el ganso haya aprendido. Es una pauta de acción fija. El huevo que rueda es un estímulo señal que actúa sobre un organismo con una cierta tensión interna (el ganso) que está expectante ante un ambiente cambiante (el ganso no está distraído mirando pasar las nubes). La conducta de estirar y arquear el cuello estuvo bloqueada hasta que el estímulo-huevo activó el mecanismo desencadenador innato. Y se libera esa conducta específica, no cualquier otra (el ganso no sale corriendo a buscar ayuda). Y una vez que recuperó el huevo (y eliminó el estímulo señal) la conducta cesa. Un varón humano de aproximadamente diez y ocho años de edad, soltero y sin pareja desde hace tiempo está en estado de tensión interna que lo lleva a tomar contacto con un ambiente. Sus conductas innatas (de acercamiento a sujetos del otro sexo) estará 230 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea bloqueada hasta que aparezca en el ambiente un estímulo señal adecuado (una señorita de su edad) o hasta que su estado de tensión crezca tanto que sea incontrolable (y desencadene conductas ante cualquier estímulo-mujer). Una vez desencadenada la conducta la energía interna tenderá a descargarse y cesará momentáneamente de ejercer presión. Claro que este varón puede aprender a reaccionar de esta manera no ante cualquier estímulo sino sólo ante algunos (las rubias). O puede aprender a reaccionar de otra manera distinta (decir una grosería). Otras corrientes de investigación parten del concepto de hedonismo como la de P.T.Young, es decir que los organismos buscan el placer y evitan el sufrimiento (Weiner, 1990). Otra serie de autores ponen como punto central la homeostasis del organismo. Dentro de estas encontramos las teorías de Freud, Hull y el mismo Lorenz. (Shunk, 1997) La investigación fisiológica es un campo actual de muchísimo interés y especialmente fértil. En él se estudian la neuroquímica del sistema nervioso central, los circuitos cerebrales implicados en la motivación y el grado de activación cerebral necesarios para poder desarrollar conductas motivadas. Nosotros comenzaremos este desarrollo de diferentes teorías desde algunas posiciones psicológicas clásicas, como las teorías del impulso y las psicodinámicas. Luego pasaremos revista a algunos conceptos de teorías humanistas y finalmente nos centraremos en desarrollos cognitivistas de la motivación. Teorías del impulso La teoría del impulso (drive) en su primera acepción tenía la intención de explicar los motivos fisiológicos. Sin embargo terminaron intentando explicar la motivación humana en su totalidad. La esencia de esta teoría, según lo propuesto por Woodworth es el concepto de impulso. Este es concebido como una fuerza interna que intenta mantener un equilibrio homeostático del cuerpo. Cuando un organismo es privado de algún elemento esencial (comida, bebida, etc.) aparece un impulso que lo impele a conseguir esto de que necesita. Este impulso cesa cuando por fin obtiene lo que precisa (Yela, M. 1973). Hull (1943) amplió este concepto definiendo a la motivación como la iniciación de pautas de conducta aprendidas o habituales. Además diferenció los impulsos que partían de necesidades fisiológicas básicas (primarios) del resto de impulsos, que generan conductas que no tienen nada que ver con estas. Los reforzadores secundarios, como el salario mensual, adquieren valor por estar apareados con reforzadores primarios. (Utilizar el dinero del salario para comprar alimentos y bebidas). Esta teoría puede ser incluida dentro de la categoría de las teorías homeostáticas. ¿Qué quiere decir esto? Primero debemos definir qué es homeostasis. Es la tendencia de un sistema a mantener un estado constante y si, por alguna razón se aparta de este estado, busca activamente retornar a él. Por ejemplo, si un organismo ha sufrido una baja en los niveles de glucosa buscará activamente alimentos los consumirá hasta que los niveles de dicha sustancia vuelvan a los niveles normales. 231 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Para Hull las conductas motivadas buscan reducir las necesidades del organismo. El apartarse de un estado de equilibrio y sufrir una necesidad impulsa al organismo a realizar una serie de conductas para reducir esta necesidad y retornar al equilibrio. Claro que esto explica cómo el organismo adquiere el impulso, el empuje... pero la dirección de ese empuje, la serie de conductas específicas que hará para satisfacer la necesidad dependen de aprendizajes de hábitos y estímulos que el organismo reciba. Es decir que el hábito y el aprendizaje tienen una función directiva de la conducta. En 1952 Hull reformuló algunas partes de su teoría original y distinguió el impulso (que “empuja” desde adentro del organismo) del incentivo (que “atrae” desde afuera). Es decir que hay un organismo con impulsos (necesidades) que se dirigen a objetos-meta que atraen o repelen. Otros aportes de esta línea de pensamiento serán los de P.T.Young, D.McClelland y J.W.Atkinson. (Shunk, 1997). Como teoría general, la del impulso parece explicar bien la función de las necesidades primarias y el impulso para satisfacerlas. Pero se adapta bastante deficitariamente al campo de las necesidades humanas. Ya hemos mencionado lo que sucede con las motivaciones primarias y secundarias y cómo a veces las segundas tienen más peso que las primeras. Un ejemplo más es que a veces tenemos sueño, pero si estamos urgidos por presentar un examen y no hay tiempo para dormir, preferimos no hacerlo y continuar estudiando. Además esta teoría parece funcionar mejor con necesidades (motivos) que requieren satisfacción inmediata que con aquellas a largo plazo. Teorías Psicodinámicas Otra teoría de tipo homeostática es la propuesta por Freud. Así como Woodworth había propuesto el término “drive”, Freud propuso el concepto de “trieb”, que encontraremos traducido como “pulsión”. Estas pulsiones tienen el toque original en esta teoría de ser inconscientes. Y además en una primera clasificación Freud propuso que las pulsiones se dividían en dos clases: las de autoconservación y las sexuales, clasificación que luego sería modificada. La concepción de que la vida psíquica puede explicarse en base a un conflicto entre distintas instancias fue evolucionando a lo largo de la teoría freudiana. Así, consideró en primer lugar que la vida psíquica es función de un conflicto entre conciente e inconsciente, donde lo reprimido inconsciente pugna por hacerse presente de diversas maneras. .Pero luego postuló que la represión (de lo inconsciente) es sólo un momento de la defensa contra las tensiones opuestas de distintas instancias, el Yo, el Ello y el Superyo. La lucha entre estas se lleva a cabo de manera inconsciente. Pero el Yo carece de toda energía motivacional. Esta energía proviene de fuentes instintivas y reprimidas, el reino del Ello. Sin embargo el Yo puede elaborar complejos mecanismos de defensa que sirvan para aplacar los requerimientos del Ello y los preceptos morales y éticos del Superyo. (Cabral, 1995) 232 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Teorías humanistas Las tradiciones de investigación humanistas destacan la especificidad de las motivaciones humanas. Según los autores de estas corrientes, estas motivaciones no pueden de ninguna manera ser equiparadas a las motivaciones animales. Tampoco, contrariamente a las teorías psicoanalíticas, pueden ser estudiadas basándose en modelos psicopatológicos. Abraham Maslow (1970) elaboró una teoría humanista de la motivación, que se apoya en el esfuerzo de la persona por lograr su máximo potencial. Y él consideró la conducta humana holísitcamente, como un todo. Teniendo una meta, las conductas de las personas no pueden ser vistas aisladamente, sino en su conjunto. ¿Qué me motiva a estar en la Facultad a las 08:00 de la mañana? Pueden ser varios motivos: sociales (ver amigos), intelectuales (asistir a clases), de autorrealización (llegar a ser un buen profesional), etc. Contrariamente a los que pensarían los conductistas, esta teoría no diría que uno viene a la Facultad porque ha sido positivamente reforzado para hacerlo. Los motivos humanos son de otro tipo. Las conductas humanas en general cumplen con la función de satisfacer necesidades. Estas necesidades se organizan jerárquicamente, en una pirámide. Es necesario satisfacer las necesidades de orden inferior para que las de orden inmediatamente superior puedan tener algún efecto sobre el comportamiento. Pero ¿Cuáles son estas jerarquías? Maslow organizó las necesidades comenzando por las fisiológicas básicas: la comida, la bebida, el aire, etc. Son las primeras que el organismo busca satisfacer. Sólo cuando esto se ha logrado, comienzan a tener fuerza las necesidades de seguridad. Estas están en relación a poseer un hábitat adecuado, al abrigo, al ahorro, a las pertenencias, etc. Sólo cuando se han satisfecho las necesidades fisiológicas y las de seguridad comienzan a cobrar importancia las de afecto o pertenencia. Aquí se incluyen la necesidad de tener contacto íntimo con las personas, tener amistades, pertenecer a grupos primarios y secundarios, casarse, etc. Y una vez obtenidas estas satisfacciones entran en juego las necesidades de estima. Esto quiere decir estima de los demás hacia uno y también autoestima. Ser competente, ser reconocido por los demás, lograr metas elevadas, etc. Según Maslow, estas cuatro jerarquías de necesidades (fisiológicas, seguridad, pertenencia, estima) son necesidades de privación. Esto quiere decir que la incapacidad de satisfacerlas mueve a la persona a realizar acciones para solucionar esto. Y si la persona pasa demasiado tiempo sin poder satisfacerla, pueden aparecer problemas de tipo mental. Pero en el nivel más alto de la jerarquía de necesidades están las de autorrealización. Esto quiere decir que una vez satisfechas todas las otras necesidades el individuo está movido por la necesidad de llegar a lo mejor de lo que puede ser capaz. Esta necesidad no es de privación. Es una necesidad de crecimiento personal. Sin embargo pocas personas logran la autorrealización. Maslow estudió a algunos allegados suyos y a personajes destacados de la historia buscando las características de las personas que habían llegado a este nivel. 233 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Algunas de estas características eran: la aceptación, la espontaneidad, la concentración en los problemas, el desapego, la autonomía, etc. La jerarquía de Maslow es interesante para el estudio de la conducta humana. Tiene mucho de sentido común. Pero al mismo tiempo tiene ciertos problemas, como la vaguedad de algunos de sus conceptos. Por ejemplo, qué quieren decir exactamente “deficiencia”, “satisfacción” o “autorrealización”. Lo que para una persona es una deficiencia para otra puede no serlo. Y una persona puede sentirse autorrealizada con mucho menos que lo que otra persona satisface necesidades de privación. Otro problema, como ya vimos, es que las necesidades inferiores no siempre priman, y necesidades jerárquicamente superiores pueden estar motivando conductas aún cuando haya necesidades básicas insatisfechas. Y finalmente, en general estas teorías (que al trabajar paralelamente al conductismo y al psicoanálisis han sido llamadas “tercera fuerza”) tienen el problema de haberse mantenido apartadas de las tradiciones epistemológicas dominantes, y poseen grandes problemas para verificar empíricamente sus hipótesis. Existen otros desarrollos de este tipo, como los de C. Rogers y G.W.Allport, pero no serán desarrolladas en este curso. Teorías cognitivas En base a corrientes teóricas anteriores, desde James hasta Hull, aparecen desde los años ’50 innumerables teorías de corte cognitivo. En general estas consideran como lo fundamental para entender la motivación humana descubrir cómo las personas procesan la información, cómo interpretan lo que está sucediendo. Qué ideas, creencias, esquemas mentales, juicios, etc. se ponen en juego en cada conducta motivada. Dentro de estas teorías cognitivas nos centraremos en las teorías de la congruencia, las teorías de expectativa x valor y las teorías atributivas. Teorías de expectativa x valor John W. Atkinson, a quien habíamos nombrado como continuador de la labor de Hull, (Atkinson, J.W. 1957) elaboró la teoría de expectativa x valor. La idea central es que la conducta de los individuos depende de cuánto valoren la meta que se proponen y qué expectativa tienen de poder lograrlo realizando esta conducta. Individuo Conducta ¿Podré lograrlo Meta ¿Cuánto importa? haciendo esto? Así, la gente no se mueve por metas sin valor. Pero tampoco si juzga poco probable o improbable lograrlo mediante la conducta que puede desarrollar. Yo puedo 234 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea pensar que ganar un premio Nobel es una gran meta, pero que no hay nada que yo pueda hacer para lograrlo. Según Atkinson las conductas de logro son un punto de conflicto entre el deseo de triunfar y el miedo a fracasar. La motivación de logro significa el esfuerzo para realizar tareas dificultosas lo mejor que la persona cree que pueda. Atkinson creía que esta motivación era una característica de la personalidad de ciertos individuos. Entonces, por ejemplo, un estudiante con alto grado de motivación de logro elegirá una carrera que supone realizable o con una dificultad moderada. Pero no elegirá una carrera que juzgue inalcanzable o demasiado fácil. Y una persona con bajo grado de motivación de logro tenderá a elegir carreras fáciles, aunque esto sea de menor estatus, o una carrera en extremo difícil. ¿¡¿Por qué?!? Porque un fracaso garantizado ante una tarea ciclópea es una excelente oportunidad para no esforzarse... Esta teoría propuesta, como ya dijimos, por Atkinson, ha generado muchas investigaciones. Pero plantea algunos problemas. Por ejemplo, el hecho de que la motivación al logro no es uniforme para todas las áreas de conducta de un individuo. Una misma persona puede estar muy motivada para tareas académicas, pero no tanto para tareas deportivas. Además tenemos el hecho de que esta motivación al logro, que se manifiesta en conductas de competencia, de independencia y crecimiento, son moldeadas en forma diferente según la cultura donde el sujeto esté inserto. Incluso dentro de una misma cultura puede que se fomente este tipo de motivación y conductas en cierto grupo (por ejemplo en los varones) y no en otros (las mujeres de esa sociedad). Teorías de la atribución Las atribuciones son las causas percibidas de cierto resultado. Es la respuesta de cada persona a la pregunta de “por qué pasó lo que pasó”. Y nuestras preguntas desde la Psicología son ¿cómo hace la gente para crear sus atribuciones y explicaciones? Y además ¿qué tiene que ver esto con la motivación? Esperamos avanzar un poco en la respuesta a estos interrogantes. Dentro de la teoría de la atribución un concepto fundamental es el de locus de control, desarrollado por Rotter (Klein, S.B. 1994). La gente trata en general de mantener bajo su control los aspectos importantes de su vida. Entonces, la gente puede creer que lo que ocurre se debe a lo que ella hace (Locus de control interno) o bien puede creer que lo que sucede es independiente de sus conductas (Locus de control externo). Por ejemplo, a un estudiante le fue bien en una evaluación... puede pensar que esto se debe a su esfuerzo y dedicación (locus interno) o a que la prueba fue muy fácil (locus externo). Este locus de control puede variar en el mismo individuo según diferentes situaciones. La misma persona puede hacer atribuciones de distinto tipo para situaciones sociales como conquistar a una pareja y para situaciones académicas, como aprobar un examen. 235 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Y este tipo de cogniciones (control interno o externo) tiene un enorme impacto en la motivación. Los estudiantes que creen que sus resultados académicos tienen que ver con cuánto se esfuercen y con sus conductas de estudio (control interno) estarán más motivados para conductas de estudio. En cambio los que creen que no tiene nada que ver su esfuerzo con el resultado estarán menos motivados para estudiar. Pero las atribuciones tienen una segunda dimensión. Es la que se refiere a la estabilidad de las causas. Las causas de un resultado pueden ser constantes en el tiempo o pueden ser eventuales. Si aprobé el examen de estadística porque me considero bueno en matemáticas (lo que es estable a lo largo de mi vida) es distinto a si considero que me esforcé para este examen (y que no necesariamente me esforzaré para el siguiente (esto es inestable). Y si combinamos ambas dimensiones (locus de control y estabilidad) para analizar la atribución de que “me fue bien porque me esforcé mucho”, encontraremos que en esta idea hay atribuciones de control interno (mi conducta tiene que ver con el resultado) e inestables (esta vez me esforcé mucho, pero no siempre es así). Una tercera dimensión es la de controlabilidad de la situación por parte del sujeto. Hay situaciones que se pueden controlar, como por ejemplo cuánto voy a estudiar. Pero hay otras que por más que lo intente la persona no podrá controlar, como el humor del profesor que toma el examen. Resumiendo, hay tres dimensiones: locus de control, estabilidad y controlabilidad. Si analizamos una respuesta de un alumno que reprobó el examen “porque tuvo mala suerte”, vemos que hace atribuciones con locus de control externo (su conducta no tiene que ver con el resultado), de inestabilidad (no siempre tendrá mala suerte, esperemos), y de incontrolabilidad (nadie maneja el azar). Las atribuciones afectan las expectativas y por lo tanto son un poderoso influjo sobre la motivación. (Weiner, 1990) Se piensa que la dimensión “estabilidad” influye sobre las expectativas de logro. Algo estable como la habilidad de una persona genera mayores expectativas de éxito que algo inestable como el esfuerzo de un día. En el mismo sentido la dimensión “locus de control” tiene que ver con el estado afectivo que se siente al realizar una conducta. Es natural sentirse orgulloso o avergonzado si algo que dependió de mí salió bien o mal, respectivamente. Finalmente la controlabilidad aparentemente facilita el esfuerzo y el mantenimiento de conductas en tareas difíciles. Teorías de la congruencia La idea básica dentro de un grupo de teorías llamadas de “la congruencia” es que la motivación es el resultado de la interacción entre cognición y conducta. Son también teorías de tipo homeostáticas, pues cuando no hay congruencia se postula que existe una desagradable tensión, que el organismo busca disminuir modificando algún elemento, hasta lograr nuevamente la estabilidad y el equilibrio. 236 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Equilibrio: Heider (1946) postuló que existe una tendencia a equilibrar cognitivamente las relaciones entre personas, situaciones y acontecimientos. Las relaciones pueden ser positivas o negativas. Pongamos como ejemplo una situación de tres elementos: José, María y el próximo concierto de música clásica. José, gran amante de la música clásica, tiene una muy buena relación de simpatía con María. Por suerte a María también le gusta la misma música. La relación parece equilibrada y por lo tanto es posible prever que en principio José podría invitar a María al concierto. Y María aceptaría. También estarían en equilibrio (de parte de José) si a él le simpatizara mucho María, a ambos les gustara la música clásica y José estuviera convencido de que también él le cae bien a María. Pero qué pasaría por ejemplo si José odiara los clásicos. Pero le simpatizara mucho María y María lo invitara al próximo concierto. José entraría en un desequilibrio. ¿Qué podría hacer? Podría ir al concierto y comenzar a desarrollar el gusto por la música de este tipo. Podría decirle que no a María y correr el riesgo de perder su amistad. Pero en todo caso estaría motivado para cambiar alguna conducta. Disonancia cognitiva: Festinger, en 1957 postuló otra teoría que tiene que ver con la congruencia. Es la de la disonancia cognitiva. Esta postula que la gente tiende a mantener relaciones coherentes entre las cogniciones (creencias, opiniones, etc.) y sus conductas. (Baron, R., Byrne, D. 1998) Las relaciones pueden ser coherentes, disonantes o irrelevantes. Por ejemplo, si alguien cree que fumar causa cáncer de pulmón (cognición) y no fuma ni deja que nadie fume en su ambiente (conducta) está siendo coherente. Pero si creyera que fumar es cancerígeno y fumara de todos modos… ¡esto sería disonante! Cómo es posible que alguien crea una cosa y haga lo contrario. Dentro del mismo ejemplo si esta persona creyera en el cáncer y su relación con el tabaquismo, y comiera muchos chocolates… esto sería irrelevante, pues nada tiene que ver una cosa con la otra. Las coherencias o disonancias pueden establecerse también entre cogniciones diferentes. Alguien puede considerarse ateo pero esperar vivir en el más allá, o creerse muy católico pero no creer en el sacramento de la confesión. Festinger propuso que cuando existe una disonancia, hay motivación para la acción. La disonancia cognitiva es incómoda y molesta para quien la posee, y entonces se tratará de resolver. Hay varias maneras de actuar para disminuir una disonancia cognitiva. En el ejemplo del tabaco y el cáncer, la persona podría dejar de fumar (cambio en la conducta), o buscar información contraria a la que se posee, como que no todos los fumadores mueren de cáncer ni todas las personas con cáncer son fumadores (modificación de la cognición), o puede minimizar el tema y tomárselo con aparente humor diciendo cosas como que “de algo hay que morir”. Las teorías de la congruencia (equilibrio, disonancia cognitiva y otras que no desarrollaremos) son muy interesantes y han provocado mucha investigación. Pero tienen algunos problemas, tales como la vaguedad de algunos de sus términos, la dificultad en la experimentación con ellos y las predicciones inciertas que uno puede realizar al trabajar con humanos. 237 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Conclusión En definitiva, a partir de todo lo expresado anteriormente vemos que el concepto de motivación actualmente está sirviendo para una serie de desarrollos teóricos y para la investigación en Psicología. Evidentemente no se han visto más que algunas aproximaciones a ciertas propuestas y de ninguna manera creemos haber incluido todas las que se consideran relevantes e interesantes. Pero tampoco era esa nuestra intención. A partir del concepto de motivación se espera que el lector motivado pueda establecer lazos y relaciones con los otros conceptos básicos que se exponen en este manual. Es decir, la relación entre conducta y motivación no es sencilla. Pero se entiende hoy a los motivos como las condiciones que provocan, mantienen y regulan el comportamiento; y a la motivación como el proceso por el que estímulos, objetos, representaciones mentales e imágenes intervienen como variables en la conducta humana, y adquieren valor causativo. Y este valor causativo es ejercido sobre la totalidad de la conducta, debido a que la motivación tiene íntimas conexiones con la atención, la memoria, el aprendizaje y el resto de procesos cognitivos. Queda en el lector la tarea de profundizar estos aspectos y seguir recabando información sobre las teorías de la motivación, movido quizás por las necesidades de crecimiento y autosuperación… quizás por disonancias cognitivas… o quizás por algún mecanismo inconsciente del cual nada puede decir en este momento. Bibliografía: Atkinson, J.W. (1957). Motivational determinants of risk-taking behavior. Psychological review, 64, 352-357. Baron, R. y Byrne, D. (1998). Psicología social. (8ª ed.) Madrid: Prentice Hall Iberia. Buck, R. (1985) Prime theory: an integrated view of motivation and emotion. Psychological Review, 92 (3), 389 – 413. Cabral, C.A. (1995) Motivación. En Enciclopedia Iberoamericana de Psiquiatría, Vol. III. Buenos Aires: Ed. Médica Panamericana. Darwin, C.R. (1872). The Expression of the Emotions in Man and Animals. London: Murray. En Puente Ferreras, A. (1998) Cognición y aprendizaje. Fundamentos psicológicos. Ediciones Pirámide, Madrid. Heider, F. (1946). Attitudes and cognitive organization. Journal of psychology, 21, 107-112. Hull, C.L. (1943) Principles of behavior. New York: Appleton-Century-Crofts. En Puente Ferreras, A. (1998). Cognición y aprendizaje. Fundamentos psicológicos. Madrid: Ediciones Pirámide. Jessell, T., Kandel, E, Schwartz, J. (1997) Neurociencia y conducta. Madrid: Prentice Hall. Klein, S.B. (1994) Aprendizaje. Principios y aplicaciones. McGraw Hill, Madrid. Lorenz, K. (1965) Über tierisches und menschliches Verhalten. Trad. De A. Sabrido. Planeta- De Agostini, Barcelona, 1993. 238 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Maslow, A.H. (1970). Motivation and personality. (2ª ed.) New York: Harper & Row. En Shunk, D. (1997) Teorías del aprendizaje (2ª ed.). México: Prentice-Hall Hispanoamericana. Mc.Clelland, D.C., Atkinson, J.W., Clark, R.A., Lowell, E.L. (1953) The achievement motive. New York: Appleton-Century-Crofts. Puente Ferreras, A. (1998). Cognición y aprendizaje. Fundamentos psicológicos. Madrid: Ediciones Pirámide. Shunk, D. (1997) Teorías del aprendizaje (2ª ed.). México: Prentice-Hall Hispanoamericana. Tinbergen, N. (1951) The study of instinct. Oxford, Clarendon. Weiner, B. (1985) An attributional theory of achievement motivation and emotion. Psychological Review, 92 (4), 548 – 573. Weiner, B. (1990). History of motivational reserarch in education. Journal of educational psychology, 82, 616-622. Woodworth, citado en Yela, M. (1973) Entropía, homeostasis y equilibrio. El proceso fundamental de la motivación. Revista de Psicología general y aplicada, 28, 127-159 2.6 Los Tests Psicológicos: Concepto y Clasificación Edgardo Pérez Introducción Los tests psicológicos son abordados sistemáticamente en la currícula de la carrera de Psicología en sólo una o dos asignaturas específicas, bastante desconectadas del resto de las asignaturas más “prácticas” o “profesionales”. Esta enseñanza descontextualizada, pese a la importancia de los tests en prácticamente todos los ámbitos de la psicología aplicada, ocasiona frecuentemente que el el estudiante los perciba como “instrumentos metodológicos”, que sólo resultan útiles para aquéllos profesionales dedicados a la investigación cuantitativa. También suele generarse otra creencia opuesta pero igualmente infundada, en el transcurso de la carrera, en el sentido que los tests son herramientas “infalibles”, muy semejantes a los métodos de medición empleados en las ciencias “duras”. Espero que las líneas siguientes permitan una apreciación inicial menos sesgada de los alcances y limitaciones de los tests como métodos relevantes de la psicología como ciencia. 1. Delimitación conceptual de los tests psicológicos El hecho de que las personas difieren en sus características psicológicas y que esas diferencias puedan medirse se ha reconocido desde los albores de la civilización. Platón y Aristóteles escribieron sobre las diferencias individuales hace casi 2500 años, y ya los chinos, desde la dinastía Chan (1115 a.c.), tenían un programa de pruebas para el ingreso de los 239 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea funcionarios públicos que evaluaba destrezas importantes para la época, tales como arquería, equitación, música, escritura y matemática (Cohen & Swerdlik, 2000). No obstante, en su acepción actual, el empleo de los tests psicológicos se inició en Europa a fines del siglo XIX. Durante la Edad Media era escasa la preocupación por la individualidad, y es en el Renacimiento y la Ilustración cuando renace el interés por el aprendizaje y la creatividad (Aiken, 2003). En efecto, los tests se desarrollaron dentro del contexto intelectual y social de la formulación por parte de Darwin de la teoría de la evolución, así como de las fases tardías de la Revolución Industrial, con una creciente preocupación por el aumento de la población y de la mano de obra, y la paulatina democratización de las escuelas. En este contexto, surge un llamativo interés por las diferencias individuales, especialmente aquéllas de carácter hereditario, como así también por la adaptabilidad diferencial de los seres humanos a las exigencias de un entorno cambiante (Sternberg, 1987). A partir de ese momento, una de las áreas fundamentales de la psicología es la Psicometría, que se ocupa de los procedimientos de medición del comportamiento humano, incluyendo a los denominados tests psicológicos. Según Muñiz (2001) la teoría de los tests es sólo uno de los campos de la psicometría, que además incluye la teoría de la medición o fundamentación teórica de las operaciones de medida, y la estadística aplicada a la construcción y análisis de los instrumentos de medición. Los tests psicológicos se construyen casi siempre para medir constructos psicológicos que no pueden observarse directamente. Nunnally y Bernstein (1995) expresan que nunca se miden las personas “per se” sino algunos de sus atributos. En Psicología nadie se propone "medir" un niño, por ejemplo, sino su inteligencia, estabilidad emocional o autoestima. Por otro lado, las operaciones de medición en psicología son casi siempre indirectas, vale decir suponen la elección de los indicadores operacionales del fenómeno a medir puesto que la mayoría de las variables psicológicas no son observables directamente. De este modo, la medición en el ámbito de la psicología posee algunos supuestos (Tornibeni, Pérez, Olaz & Fernández, 2004): a. b. medidas Se miden propiedades de los objetos de medición y no los objetos en sí mismos Las propiedades de los objetos existen independientemente de que sean o no c. El resultado de la medición es un valor observado de la magnitud de la propiedad que no coincide con su valor real y ,en consecuencia, se mide siempre con un margen de error. Como afirma Martínez Arias (1995), esto implica una serie de dificultades para la construcción de los tests: a) Un mismo constructo (concepto teórico) puede ser definido operativamente de distintas formas, por lo cual diferentes procedimientos de medida pueden conducir a diferentes inferencias en relación a un atributo psicológico. a) Es difícil determinar las características de una muestra de elementos de un test (ítems, estímulos) para que sea representativa en cuanto a número y variedad de contenidos del dominio o constructo que se intenta medir. 240 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea b) Siempre existen errores en las mediciones como consecuencia de lo expresado en los puntos anteriores. c) Las escalas de medición usadas en psicología carecen de cero absoluto y de unidades de medidas constantes. d) En psicología, los constructos no pueden definirse operacionalmente de manera aislada, deben relacionarse e integrarse en una teoría. Aun con estas limitaciones, el nivel de precisión alcanzado por la medición psicológica le permite exhibir algunas ventajas respecto a la observación natural o no formal, a saber: • De no poder efectuar mediciones nos quedaríamos con apreciaciones o juicios subjetivos. Una de las principales ventajas de la medición es la objetividad, que implica que una afirmación fáctica hecha por un científico puede ser posible de verificar por otros científicos en forma independiente. • La posibilidad de medición de las variables permite el desarrollo de investigaciones. Algunas veces el principal problema de algunas variables es su imposibilidad de ser medidas. Los avances en las ciencias en general y en la psicología se relacionan con avances en los métodos de medición. En efecto, en psicología existe estrecha relación entre los tests construidos para medir ciertos atributos y la investigación pertinente (a la construcción de pruebas de inteligencia le siguen investigaciones sobre la naturaleza de la inteligencia, por ejemplo). • Los índices numéricos utilizados en los tests permiten comunicar los resultados con mayor precisión, y traducir los conceptos en un lenguaje técnico. Así, por ejemplo, las pruebas de rendimiento educativo nos proporcionan diferenciaciones más sutiles que la clasificación intuitiva que un profesor podría hacer de sus estudiantes, incluyéndolos en categorías poco discriminativas como "brillante", "promedio" o "debajo del promedio", por ejemplo. • El desarrollo de tests requiere un gran esfuerzo, pero el resultado es un procedimiento estandarizado (uniforme, común para todos los examinados) más económico que la mera observación del comportamiento. Pensemos, en relación a esta última afirmación, en el escaso tiempo requerido para administrar y puntuar (calificar, corregir) un buen test de inteligencia comparado con el tiempo que demandaría observar el desempeño de una persona en su ambiente natural (Tornimbeni y colaboradores, 2004). El término inglés test (prueba, examen) proviene del vocablo latino testa-testis, utilizado para denominar una balanza utilizada en la antigüedad para pesar vasijas de oro. Según Anastasi & Urbina (1998), un test es un instrumento de evaluación cuantitativa de los atributos psicológicos de un individuo, a partir del cual pueden inferirse o predecirse otros comportamientos relevantes. La American Psychological Association (en adelante APA, 1999) define a los tests como un procedimiento por medio del cual una muestra de comportamiento de un dominio especificado es obtenida, y posteriormente calificada, empleando un proceso estandarizado. El concepto de “evaluación” es más abarcativo que el de test y, habitualmente, se refiere al proceso que permite integrar la información obtenida por medio de tests con la información proveniente de otras fuentes, tales como los datos de la historia familiar, ocupacional y educacional de una persona, por ejemplo. 241 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Para que un test pueda ser utilizado responsablemente es necesario que cumpla con ciertos requisitos técnicos. Hasta mediados del siglo pasado los instrumentos de medición en psicología fueron aplicados con escaso control de su calidad; es más, podría decirse que se administraron e interpretaron sin una clara demostración de su utilidad para los fines propuestos, ni de sus límites o alcances. Esto ocasionó innumerables críticas y, en muchos casos, un rechazo social abierto a la utilización de tests. Como consecuencia de estos cuestionamientos surgió una corriente de revisión y análisis de la fundamentación científica de las pruebas. En USA se publicaron documentos cuyo objetivo fue especificar los requisitos técnicos mínimos que deben reunir las pruebas utilizadas en el ámbito de la Psicología y la Educación, conocidos como las Normas Técnicas de los Tests Psicológicos y Educativos (APA, 1999). Los profesionales usuarios de tests deben conocer estas normas y ajustarse estrictamente a ellas en lo concerniente a la interpretación de los resultados de pruebas. En el programa de la carrera de Psicología, la asignatura más estrechamente relacionada con el estudio de los tests psicológicos se denomina “Técnicas Psicométricas” y está incluida en la currícula de segundo año. Allí se profundiza el estudio de las normas o requisitos técnicos para aspectos fundamentales de los tests, tales como confiabilidad, validez, normas de interpretación de las puntuaciones, construcción, y adaptación a otras culturas. La psicometría moderna se caracteriza por el: a) predominio de la evaluación asistida por computadora sobre la convencional de lápiz y papel, b) empleo de modelos estadísticos más sofisticados de construcción de tests, tales como la teoría de respuesta al ítem, y c) uso creciente de la denominada “evaluación auténtica”, vale decir tests que incluyen situaciones de evaluación (ítems) más semejantes a la vida real mediante el uso del video y la simulación computarizada (Muñiz, 2001). En esta Facultad tenemos una revista, Evaluar, del Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa, dedicada a la publicación de artículos científicos relacionados con la Psicometría. Al mismo tiempo, el laboratorio mencionado ofrece regularmente capacitación y asistencia para estudiantes, tesistas, becarios e investigadores que emplean tests en sus proyectos de estudio o investigación. 2. Clasificación de los tests psicológicos Es común encontrar en la literatura psicométrica diversas taxonomías, las que utilizan diferentes criterios de agrupación con el objetivo de clasificar los tests psicológicos. Así, por ejemplo, éstos suelen clasificarse en: a) individuales o grupales, según se administren a una persona por vez o a un grupo de individuos simultáneamente; b) de ejecución, lápiz y papel, visuales, auditivos, o computarizados, de acuerdo al formato y materiales de presentación del test; o, c) basados en la teoría clásica o de respuesta al ítem, conforme al modelo teórico de construcción. Cronbach (1998) distingue entre tests de ejecución máxima y medidas de respuesta típica, según demanden el mayor rendimiento del examinado (como acontece en los tests de habilidades) en sus respuestas o evalúen el comportamiento habitual sin requerir respuestas correctas (a la manera de los inventarios de rasgos de personalidad). 242 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.1 Tests de ejecución máxima: habilidades, inteligencia y aptitudes cognitivas La característica principal de los tests de ejecución máxima es que requiere de los examinados una respuesta lo más correcta posible frente a tareas problemáticas a resolver (Cronbach, 1998). Las habilidades se refieren a diferencias individuales en el nivel de ejecución máximo de diferentes tareas, cuando se intenta realizarlas (Nunnally & Bernstein, 1995). Esto significa que las habilidades se relacionan con la ejecución respecto a criterios específicos de éxito (tales como respuestas correctas a problemas matemáticos, por ejemplo). La definición también alude al momento en el cual el individuo "está intentando hacer una tarea", lo cual indica que las habilidades pueden medirse sólo en situaciones donde las personas estén motivadas para realizar algo de la mejor manera posible. Bajo el concepto genérico de medición de habilidades se incluye también la medición de otras variables relacionadas, tales como las aptitudes, el rendimiento o logro y la inteligencia. Debe aclararse que la delimitación de estos conceptos es uno de los problemas más controvertidos de la psicología, al igual que el dilema subyacente de la determinación genética o cultural del comportamiento. Para Juan-Espinosa (1997), el rendimiento representa el logro en algún dominio (escritura, por ejemplo) y la inteligencia una condición necesaria para ese logro. De acuerdo con este autor, la inteligencia general y las aptitudes específicas dependen de características ligadas a la constitución cerebral y disposiciones genéticas de las personas y son más resistentes al entrenamiento que las variables medidas por los tests de logro o rendimiento. No obstante, en los tests de inteligencia o aptitudes, habitualmente se incluyen algunos ítems que parecen medir habilidades desarrolladas más que aptitudes. Juan Espinosa (1997) define la inteligencia como un sistema complejo compuesto por numerosos procesos cognitivos relativamente independientes pero que pueden operar conjuntamente. Este operar conjunto de procesos independientes contribuye a la aparición de un factor general de inteligencia (Jensen, 1998). La noción de un factor cognitivo general (g) que permite resolver problemas novedosos de cualquier naturaleza es opuesta a la concepción de aptitudes relativamente independientes, también tradicional en la psicología. La existencia de un factor general de inteligencia es apoyada por investigaciones psicométricas y de la genética del comportamiento (Plomin, DeFries, McClearn & McGuffin, 2002), pero esto no implica negar la existencia de aptitudes más específicas. Howard Gardner (1994; 1999) efectuó una crítica radical al modelo de inteligencia general con su teoría de las Inteligencias Múltiples (multiple intelligences, MI). Para Gardner, los tests miden preferentemente aptitudes relacionadas con los requerimientos académicos de la cultura occidental y por eso sólo reconocen dos o tres dimensiones (lingüística, lógicomatemática, por ejemplo) de la inteligencia. Su teoría, basada primordialmente en criterios neuropsicológicos, propone ocho potenciales biopsicológicos de procesamiento de información ("inteligencias") que permiten resolver problemas o crear productos valorados por una cultura. Estas inteligencias son: Linguistica, Lógico-Matemática, Espacial, Cinestésico-Corporal, Musical, Interpersonal, Intrapersonal y Naturalista. La teoría MI, de fuerte atractivo, constituye una fuente riquísima de hipótesis que no poseen una corroboración empírica exhaustiva ni técnicas validadas de medición objetiva de sus constructos. En efecto, los tests existentes para medir aspectos relacionados con las inteligencias múltiples, tales como el Inventario de Autoeficacia para Inteligencias Múltiples (IAMI; Pérez, 2001), evalúan las habilidades autoestimadas o la autoeficacia (creencias acerca de las propias capacidades) y no incluyen problemas objetivos a resolver relacionados con las dimensiones de inteligencia propuestas por Gardner. 243 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea También existen desarrollos teóricos contemporáneos que representan una solución de compromiso entre ambas posturas, admitiendo la existencia de un factor g pero también de aptitudes generales y específicas relativamente independientes. Ese es el caso de la teoría Cattell-Horn-Carroll (CHC; Carroll, 1993; McGrew, Flanagan, Keith & Vanderwood, 1997), que propone un modelo de tres estratos: la inteligencia general en el estrato superior (g), un estrato medio de aproximadamente diez aptitudes cognitivas (procesamiento visual, por ejemplo) y un estrato con numerosas habilidades más específicas (destrezas manuales, por ejemplo). Un instrumento contemporáneo basado explícitamente en la teoría CHC es la batería WJ-III de aptitudes cognitivas (Woodcock, McGrew & Mather, 2001). Las nueve aptitudes medidas por este test son: rapidez en el procesamiento, procesamiento visual, procesamiento auditivo, memoria a corto plazo, memoria a largo plazo, comprensión-conocimiento, razonamiento fluido, lectura-escritura y aptitud cuantitativa. Existen versiones de la batería WJ-III en varios idiomas (incluida una versión en español) y con un rango de aplicación de 2 a 90 años. Esta batería es extensa, de aplicación individual y posee excelentes propiedades psicométricas de estandarización, confiabilidad y validez. La teoría CHC se apoya en evidencias psicométricas, genéticas y neuropsicológicas representando un notable esfuerzo de integración científica para la conceptualización y medición de la inteligencia. La revista Intelligence es una las publicaciones más autorizadas en relación a la investigación y medición de la inteligencia. Una de las escalas más utilizadas para la evaluación de la inteligencia en nuestro medio es la elaborada por David Wechsler en E.E.U.U. en 1939, con varias actualizaciones posteriores, las últimas referentes al WISC-IV (Wechsler, 2005) y el WAIS-III (Wechsler, 1999). Las escalas Wechsler (en sus dos versiones principales, WAIS-III para adultos y WISC-IV para niños en edad escolar) poseen subtests verbales y de ejecución. Los ítems de los subtests verbales plantean problemas del tipo de Qué significa arrogante?, o Menciona un planeta de nuestro sistema solar que no sea la Tierra; los subtests no verbales consisten, por ejemplo, en ítems de ensamblar objetos a la manera de un rompecabezas. Las escalas Wechsler son muy empleadas en Psicología Clínica y Educacional, y han sido estandarizadas cuidadosamente en USA y España, entre otros países, con muestras nacionales representativas, estratificadas por edad, sexo, raza, educación y ocupación. La Orientación para el desarrollo de Carrera (en Argentina, Orientación Vocacional) y la Selección de Personal son áreas de trabajo del psicólogo donde resulta de significativa importancia la medición de aptitudes cognitivas. En estos ámbitos son muy empleadas pruebas como el Test de Aptitudes Diferenciales (DAT-5, Bennet, Seashore & Wesman, 2000), instrumento compuesto por ocho subtests que permiten obtener puntuaciones en ocho competencias requeridas para el éxito académico u ocupacional (habilidad verbal, numérica, espacial, abstracta, mecánica, administrativa, lenguaje y ortografía). Se ha criticado a este tipo de tests su falta de poder predictivo diferencial, puesto que los mejores predictores resultan ser los puntajes combinados de sus subtests verbales y numéricos, algo equivalente a un test de inteligencia aunque innecesariamente más extenso; así como la confusión conceptual de incluir habilidades (como las administrativas) que en realidad son un compuesto de factores cognitivos y de personalidad (Kline, 2000). No obstante, para fines de orientación o selección suministran información más específica que los tests de inteligencia general, y tal vez esto explique su popularidad entre los orientadores. 244 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.2 Tests de comportamiento típico: constructos motivacionales y afectivos En este tipo de tests ninguna respuesta puede ser calificada como correcta o incorrecta. Aquí se evalúa el comportamiento típico de los individuos, recurriendo a distintas afirmaciones ante las cuales el examinado debe indicar su nivel de acuerdo o agrado, por ejemplo. Los tests de respuesta típica comprenden las medidas de rasgos de personalidad, intereses y actitudes, así como otros constructos afectivos y motivacionales relacionados, tales como las creencias de autoeficacia y las expectativas de resultados (Cronbach, 1998). En este artículo introductorio sólo nos referiremos, a modo de ejemplo, a los tests desarrollados para medir rasgos de personalidad. Aún cuando el término personalidad es empleado con diferentes acepciones y carece de un sentido unívoco, la mayor parte de las definiciones coinciden en que hace referencia las tendencias afectivas básicas de una persona. Estas disposiciones básicas le confieren relativa estabilidad al comportamiento, más allá de las lógicas variaciones que resultan de la adaptación a diferentes contextos y situaciones (Del Barrio, 1994). Según Nunnally & Bernstein (1995) el estudio total de la personalidad se centra en dos grandes problemas: 1- Cuales son las predisposiciones dominantes de una persona en un momento determinado de su historia personal. 2- Que factores determinan ese patrón de personalidad La medición de la personalidad tiene que ver principalmente con el primer punto, siendo el propósito de la medición describir a los individuos en base a sus rasgos (características, atributos) de personalidad predominantes. El segundo punto se relaciona con la herencia y la experiencia, ya que para explicar el desarrollo de la personalidad de un individuo se debe recurrir a la genética del comportamiento y/o la teoría del aprendizaje. En algunas de las teorías contemporáneas, tales como la teoría de los cinco grandes factores (Costa & Mc Crae, 1999), los rasgos de la personalidad se entienden como hereditarios en gran proporción y, por consiguiente, bastante asimilables al concepto de temperamento o naturaleza emocional de las personas (Carver & Scheier,1996). La investigación actual en genética del comportamiento (Plomin y colaboradores, 2002) apoya este condicionamiento hereditario de la reactividad emocional de las personas, aunque admite que el entorno familiar también explica parte de la variabilidad de esa variable. Recientemente se ha sugerido que el incremento en la actividad social, el ejercicio físico y las técnicas de relajación pueden modificar algunas tendencias emocionales básicas de las personas (Lent, 2004). Existe un buen número de estrategias diferentes para medir los rasgos de personalidad, aunque en los últimos años se utilizan preferentemente los inventarios autodescriptivos o de autoinforme. Un ítem típico de este tipo de tests puede ser el siguiente: - Me agradan las reuniones sociales Las opciones de respuesta a ítems como el anterior pueden ir desde un formato dicotómico ("si-no" o "verdadero - falso") a uno tipo likert con cinco o más alternativas de respuesta. Actualmente se recomienda incluir varias alternativas de respuestas con la finalidad de mejorar la variabilidad de las respuestas y, por consiguiente, la confiabilidad y validez de 245 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea estos tests. Los inventarios de rasgos de personalidad se utilizan en ámbitos tan diversos como la clínica psicológica, la psicología ocupacional y la investigación. Uno de los principales inconvenientes de los autoinformes es la posibilidad de que los sujetos falseen sus respuestas para dar una impresión socialmente aceptable (Anastasi & Urbina, 1998). No obstante, en la actualidad muchos de estos instrumentos poseen procedimientos de control de la validez de las respuestas que atenúan (no eliminan) este inconveniente (Pérez, 2000; Goldberg, 1999). Pueden distinguirse dos tipos de inventarios de personalidad, los que evalúan rasgos psicopatológicos y los que miden rasgos de la personalidad normal. Entre los primeros, de uso preferentemente clínico, uno de los más utilizados es el Inventario Multifásico de Personalidad de Minnesota (MMPI) creado en 1940, y con varias versiones y actualizaciones posteriores. El MMPI fue elaborado con el fin de diagnosticar trastornos psicológicos de las personas, y su área de principal aplicación es la psicología clínica. El inventario posee 550 ítems, en forma de enunciados afirmativos, debiendo el sujeto clasificarlos en una de tres categorías: "verdadero", "falso", y "no lo sé". Los ítems del MMPI incluyen una amplia variedad de contenidos, comprendiendo áreas como actitudes sexuales, educación, ocupación, familia, salud, síntomas psicosomáticos, manifestaciones neuróticas y psicóticas de la conducta, etc. En su versión original permite obtener puntuaciones en diferentes escalas clínicas relacionadas con distintas categorías de la psicopatología. El MMPI-2 (Butcher y colaboradores, 1989) es una versión revisada y actualizada que incluye nuevos ítems, escalas adicionales y baremos actualizados. Otros inventarios de personalidad para uso clínico miden sólo un trastorno psicológico, y así pueden mencionarse el Inventario de Depresión Beck (Beck , Stheer & Brown, 1996) o el Test de Ansiedad de Spielberberg (1983), entre otros numerosos ejemplos. Entre los inventarios autodescriptivos usados para evaluar rasgos de personalidad en personas sin trastornos psicológicos severos los más populares son el Inventario de Personalidad 16PF-5 (Russell & Karol, 2000), el Cuestionario de Personalidad EPQ (Eynseck & Eynseck, 1997), y los Inventarios NEO-PI-R (Costa y Mc Crae, 1999). La teoría de los cinco grandes factores (Costa y Mc Crae, 1999) es, en la actualidad, predominante en la construcción de los inventarios de personalidad elaborados para medir predisposiciones no patológicas. Esta teoría postula cinco dimensiones afectivas básicas en las cuales diferimos los seres humanos: Estabilidad Emocional o Neuroticismo, Extraversión, Apertura, Responsabilidad y Amabilidad, todas influidas por la herencia. El volumen de investigación acerca de este modelo es abrumador y parece sugerir mayor consenso entre los investigadores que el obtenido en el terreno de la inteligencia. La revista Personality and Individual Differences es una de las mejores fuentes de consulta relacionadas con la medición y teoría de la personalidad. Uno de los principales investigadores del modelo de los cinco factores, Goldberg (1999) diseñó un pool internacional de ítems (international pool items personality, IPIP), con más de mil reactivos de dominio público, a disposición en la Web para los investigadores interesados en utilizar o construir inventarios de medición de la personalidad. En general, los inventarios de personalidad son más utilizados en psicología clínica con fines de diagnóstico de trastornos psicológicos. No obstante, los inventarios que miden rasgos de personalidad “normales”, tales como el inventario NEO en sus diferentes versiones (Costa & Mc Crae, 1999) y el inventario 16PF-5 (Russell & Karol, 2000), se emplean crecientemente en Psicología Ocupacional y Educacional, aunque también en contextos clínicos en especial 246 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea para diseñar programas de intervención preventivos, relacionados con el manejo de la afectividad y las relaciones interpersonales. Varias investigaciones han demostrado que los factores Responsabilidad y Apertura, en particular, son predictivos del rendimiento académico y ocupacional (Tockar, Fisher & Subich, 1998). Por su parte, Extraversión y Neuroticismo son factores asociados con la satisfacción en el empleo y el bienestar psicológico general (Lent, 2004). Otra estrategia de medición de la personalidad son las denominadas técnicas proyectivas. Estos tests emplean estímulos ambiguos ante los cuales se espera que los sujetos proyecten sus sentimientos, deseos y emociones. Los tests proyectivos poseen varias limitaciones que aconsejan su empleo como método de investigación más que de diagnóstico. Kline (2000) ha sintetizado las numerosas críticas que se han efectuado a estas técnicas. Estas comprenden: pobre confiabilidad, baja validez, carencia de un método objetivo para puntuar e influencias contextuales sobre los puntajes. El test proyectivo más conocido es el Psicodiagnóstico de Rorschach (1921), ya mencionado con anterioridad. Comprende 10 láminas, en cada una hay impresa una mancha de tinta simétrica y se solicita al examinado que exprese "que es lo que ve"; y las características de la respuesta son interpretadas por medio de parámetros preestablecidos. Por ejemplo, si atiende a los detalles y no a la figura global; o si responde preferentemente al color o la forma. En los últimos años se han realizado intentos por dotar de mayor estandarización a las condiciones de aplicación e interpretación de sus resultados. Exner (1991) elaboró un sistema completo muy aceptado para aplicar y calificar las manchas de tinta. La aplicación de este sistema ha mejorado la confiabilidad de las puntuaciones del Rorschach, aunque la evidencia es mixta respecto a su validez. Conclusión Los tests son instrumentos de medición de características psicológicas de las personas. Son procedimientos estandarizados en sus condiciones de administración y calificación que, para ser aplicados de un modo responsable y técnicamente riguroso, deben reunir requisitos técnicos consensuados por la comunidad científica. Son utilizados en prácticamente todas las áreas de la psicología, con fines de generar autoconocimiento de las personas, seleccionar aspirantes, diagnosticar e investigar (Cronbach, 1998). Poseen limitaciones evidentes si se los compara con los instrumentos de medición de las ciencias naturales, tales como la carencia de cero absoluto en sus puntuaciones y la ausencia de unidades constantes de medición. No obstante, la psicometría es una de las disciplinas más dinámicas de la ciencia psicológica y, en estos últimos años, se han producido desarrollos significativos (ítems más semejantes a la vida real, computarización del proceso de evaluación, métodos estadísticos más poderosos, teorías de base más refinadas) que hacen prever una optimización creciente de estos valiosos procedimientos. Bibliografía: Aiken, A. (2003). Tests psicológicos y evaluación. México: Prentice Hall. American Psychological Association (APA) (1999). Standards for psychological and educational tests. 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Buenos 248 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Aires: Paidós. Woodcock, R., McGrew, K. & Mather, N. (2001). Woodcock-Johnson III Tests of Cognitive Abilities. Itasca, IL: Riverside Publishing Acerca del Autor: El autor es Doctor en Psicología (Facultad de Psicología, UNC), con calificada experiencia en docencia universitaria de grado y posgrado, investigación y formación de recursos humanos (becarios de grado y posgrado, tesistas de grado, maestría y doctorado). Se desempeña como Profesor Adjunto de dedicación exclusiva por concurso en la cátedra de Técnicas Psicométricas de nuestra Facultad. Es especialista en Psicología Educacional, particularmente en Teoría Social-Cognitiva del Desarrollo de Carrera y en Psicometría. Es autor de un inventario de autoeficacia para inteligencias múltiples, un inventario de autoeficacia para el estudio y co-autor de un sistema de orientación asistido por computadora. Actualmente está investigando un modelo teórico social cognitivo de la escritura expositiva en adolescentes, que incluye variables motivacionales, contextuales y aptitudinales. Posee numerosas publicaciones (incluyendo libros, capítulos de libros, artículos en revistas, presentaciones en congresos y manuales didácticos) en medios nacionales e internacionales. Director de una revista electrónica con referato, Evaluar, y miembro del comité académico de la Carrera de Doctor en Psicología, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Miembro de la Asociación Argentina de Ciencias del Comportamiento y de la Comisión Directiva del Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Córdoba. Miembro de la Comunidad Académica Internacional de Investigadores de la Autoeficacia, dirigida por el Dr. Frank Pajares, Emory University, Atlanta, USA. 249 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.7 La Medición y la Evaluación en Psicología: Concepciones y Modelos Fabián O. Olaz Introducción La redacción de un texto introductorio representa siempre un verdadero desafío para el autor, y cada línea del mismo esconde siempre arduas horas de trabajo, en las que el escritor se insume en la tarea tan solo con el objetivo de lograr transmitir a los lectores en forma clara la temática que aborda. Es importante considerar, no obstante, que dicho abordaje nunca será “neutral”, ya que el mismo va a depender siempre de una posición más o menos explicita acerca de la naturaleza de su objeto de estudio. Podríamos decir entonces que todo texto de Psicología es la expresión más o menos conciente de una postura filosófica acerca de la naturaleza humana y acerca de la realidad. Estas concepciones acerca de la naturaleza humana preseleccionan los determinantes y los mecanismos del funcionamiento humano que se exploraran con mayor profundidad y los que se dejaran sin analizar (Bandura, 1987). Las mismas afectaran no solo al objeto de estudio, sino también a los instrumentos de análisis que se construirán para explorar aquellos factores considerados como más relevantes. De esta manera, las concepciones acerca de la naturaleza humana dirigen la investigación sobre determinados fenómenos y resultan fortalecidas por los hallazgos obtenidos a partir de los paradigmas de investigación desde los cuales se trabajan. Así, las diferentes concepciones que asuma la comunidad científica .acerca de la naturaleza humana y acerca de la realidad (posiciones filosóficas) van a determinar el objeto de estudio de la Psicología, lo cual va a determinar a su vez el tipo de instrumento y las técnicas para abordar este objeto. Podemos pensar además que los fenómenos considerados como dignos de investigación van a estar determinados por, y van a determinar a, la concepción de la ciencia y del conocimiento que la comunidad científica acepte. No sorprende por ello que la historia de la evaluación en Psicología transcurra en paralelo a la historia de la Psicología y a la historia del pensamiento en general. A partir de este análisis puede comprenderse además que el concepto de naturaleza humana y de la naturaleza del conocimiento científico es más que una mera cuestión filosófica, ya que el conocimiento construido en el seno de la práctica científica cuando es llevado a la práctica en forma de tecnologías puede influir en lo que realmente lleguen a ser las personas. Por ello, se considera fundamental que el alumno que inicia sus estudios en Psicología, pueda reflexionar en profundidad acerca de la problemática que subyace a cuestiones que muchas veces son descartadas por tratarse de “pura filosofía”. Por esto, el propósito del presente trabajo es realizar un racconto histórico de los acontecimientos fundacionales de la moderna Psicología, tratando de analizar las diferentes concepciones de medición y de evaluación en Psicología que se fueron sucediendo a lo largo de la historia y presentar también algunos modelos de evaluación más representativos de la Psicología contemporánea. Se pretende también, profundizar en la forma en la cual interactuaron diferentes paradigmas filosóficos, ciertos 250 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea acontecimientos históricos y sociales, como así también las consecuencias de la tecnología derivada de los aportes que se realizaron desde la Psicología, dando lugar a diferentes concepciones de medición y de evaluación a lo largo de la historia. Se intenta de esta manera introducir al alumno en este debate superando la visión manualizada de la historia a la que nos tienen tan acostumbrados los textos introductorios en Psicología. Se debe advertir al lector que este texto no esta eximido de simplificaciones teóricas, pertinentes sólo a los fines didácticos. La historia del pensamiento difícilmente pueda leerse como una sucesión de etapas gobernadas por un determinado paradigma filosófico, ya que en cada etapa histórica, coexisten diferentes posiciones y concepciones teóricas en pugna, predominando una u otra debido a factores de diversa índole. Tan solo con fines expositivos, el autor de este trabajo se ha tomado la libertad de dividir la historia de la medición en Psicología en etapas que posiblemente dejen una sensación de excesiva simplicidad al historiador de la Psicología, pero que pueden resultar útiles para el neófito. Algunas precisiones terminológicas Conviene precisar que cuando hablemos de medición nos estamos refiriendo a la operación de comparar un atributo de un objeto o sujeto con una unidad de medición previamente definida, operación que permite representar la magnitud del atributo. Este procedimiento incluye no solamente el escalamiento utilizando unidades de medidas constantes y estandarizadas, con punto de origen absoluto (propias de la física) sino también la mera clasificación u ordenamiento de las propiedades de un atributo en categorías (hombre, mujer; introvertido extravertido, por ejemplo). Puede entenderse a la medición entonces como la ‘observación cuantitativa’ de manera que siempre que se infiere la magnitud de ciertos rasgos sobre la base de la observación se están practicando mediciones (Bunge, 1983). Un proceso de evaluación psicológica, por otra parte, supone a la medición, ya que la evaluación psicológica podría entenderse como un proceso de recogida de información sistemática acerca de un atributo o grupo de atributos humanos a los fines de estimar su presencia y magnitud utilizando para ello algún tipo de medición. La evaluación psicológica se realiza siempre con fines aplicados de diagnóstico, orientación o tratamiento. Si bien en general se ha equiparado el termino Evaluación Psicológica con el uso de tests, conviene que el alumno tome en consideración que el término evaluación es un término de mayor amplitud que la mera aplicación de tests, ya que hace referencia también a la integración y valoración diferencial de la información recogida a partir de diferentes técnicas (Fernández Ballesteros, 2000). De esta manera cuando hablemos de evaluación psicológica nos estaremos refiriendo al proceso de análisis de la individualidad a través de la evaluación de características sensoriales, perceptivas y motoras como así también de funciones superiores, por medio de una serie de técnicas que permiten la estimación de la magnitud relativa de estos atributos por medio de una escala numérica. Si bien un proceso de evaluación psicológica se realiza fundamentalmente por medio de tests, incluye a su vez muchos otros procedimientos tales como la observación, las 251 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea escalas, las listas de chequeo, entre muchas otras. Hechas estas aclaraciones, haremos una breve reseña de la historia de la evaluación psicológica. Primera etapa: el positivismo y la psicofísica La moderna filosofía de la ciencia, o epistemología nace como una reflexión sobre la práctica científica, sobre su método, con el objetivo de analizar y comprender en forma critica su origen histórico, su alcance, sus presupuestos filosóficos (entendiendo por esto su posición ante la relación sujeto-objeto de conocimiento), como así también la coherencia lógica de las teorías que aspiran a la cientificidad. De esta manera, la epistemología se propone una reflexión acerca del conocimiento considerado científico. Francis Bacon fue uno de los primeros autores interesados en establecer lo que debería ser el método de la ciencia moderna. Ya en el siglo XVII establecería como finalidad de la ciencia la mejora de las condiciones de vida del hombre y ello solo se conseguiría a través de la recolección de hechos a través de la observación organizada y derivando de ellos teorías (Chalmers, 1988). Comprendió que la nueva ciencia debía virar desde la discusión de conceptos a las cosas mismas utilizando como método la inducción. La lógica de este método se fundamenta en la observación de los hechos, ascendiendo paulatinamente a lo más general llegando a axiomas universales, explicando luego desde aquí, otros fenómenos. Toda concepción de ciencia y de método científico viene enlazada con una concepción de hombre y de realidad. De esta manera, Bacon sostenía que el conocimiento de la naturaleza tiene como fin el “descubrimiento de las causas de las cosas”, asumiendo la existencia de una realidad independiente del observador. A su vez, sostenía que había que concebir al hombre y a todas sus manifestaciones vitales como un producto de los mismos elementos simples que están en la base de la constitución de la naturaleza. Desde estas primeras formulaciones, se sucedieron diferentes posturas que han reformulado las primeras formulaciones de Bacon. Así, ya en el siglo XIX, la concepción científico natural del conocimiento cobra nuevas dimensiones. El notable avance de las ciencias naturales, de la mano de las formulaciones de Copérnico, Galileo y Newton, la perceptible utilidad de las aplicaciones de los conocimientos surgidos de su seno, como así también la notable sencillez y claridad de las formulaciones científicas, conllevo a la instauración de un modelo de ciencia amparada en las ciencias naturales. La vieja oposición entre lo individual y lo universal, entre lo particular y el todo, discusión heredada del Renacimiento, encuentra su manifestación en el interrogante acerca la posibilidad de someter el estudio de la vida anímica a los métodos científicos naturales del conocimiento. La discusión acerca del método y del objeto de la Psicología cobrara especial importancia en la filosofía del siglo XIX. La idea de la regularidad de lo real empírico, la búsqueda de los elementos y formas mas simples del acontecer determina la investigación de este siglo determinando a su vez el lugar asignado a la Psicología en relación a otras ciencias (Windelband, 1960). Debido a la decadencia del interés por la metafísica surgido especialmente desde algunos movimientos intelectuales en Alemania, y a los tangibles aportes que se realizaban desde las ciencias naturales, la Psicología se vio impulsada a constituirse en 252 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea una disciplina puramente empírica. Efectivamente, la Psicología solo podía aspirar a ser considerada una verdadera ciencia si utilizaba la metodología considerada científica en este contexto, es decir, la metodología propia de las ciencias naturales, con su correlativa preocupación por la medición y la predicción, y no tanto por la explicación. Para la Psicología, se imponía entonces la exigencia de renunciar al concepto de sustancia anímica, y de constituirse como disciplina basada en la experiencia interna o externa. Así, esta primera Psicología científica, debía ser tratada como una rama especial de la fisiología, la biología o la física. En este contexto, se realizan los primeros intentos de cuantificar o medir atributos psicológicos, a través de instrumentos de evaluación adaptados al objeto de estudio de esta primera Psicología, es decir fenómenos psicológicos muy elementales, tales como sensibilidad y tiempos de reacción a estímulos visuales, auditivos y de otros sentidos. Quizás por ello las investigaciones realizadas en este período histórico se realizan desde el seno de la denominada “Psicofísica”, movimiento que reúne a personajes de gran importancia para la historia de la Psicología, tales como Fechner, Ribot, Wundt. El episodio que suele citarse como fundacional del surgimiento de la psicofísica es el ocurrido en el Observatorio Astrológico de Greenwich. Las importantes diferencias observadas por Bessel (1816, en Herrera Rojas, 1998) en dicho observatorio en los registros de paso de las estrellas a través de una línea del campo visual del telescopio, realizados por diferentes personas, se convirtió en la primera evidencia de que algunas capacidades humanas podían cuantificarse. Quetelet, matemático belga, fue el primero en plantear que la teoría matemática de la probabilidad podía aplicarse a las mediciones humanas (Herrera Rojas, 1998). Desde una concepción asociacionista, se despertó un fuerte interés por medir la magnitud de propiedades psicológicas elementales a fin de formular leyes matemáticas, cuyo objetivo último residía en la predicción de eventos particulares. Estos primeros investigadores, por una parte, diseñaron diferentes pruebas para evaluar fenómenos psicológicos muy elementales, y por otra, con su rigor científico, pusieron de manifiesto la necesidad de controlar las condiciones de prueba y tipificar procedimientos. No obstante, es importante recordarlo, el interés de estos primeros investigadores se centro en la formulación de leyes generales que permitiesen predecir el comportamiento, y no tanto en el estudio y explicación de los procesos subyacentes a las diferencias comportamentales. Hacia finales del siglo XIX, y debido a ciertos acontecimientos históricos de relevancia, tales como la formulación y difusión de las ideas de Charles Darwin y su teoría de la evolución, los efectos de las fases tardías de la revolución industrial y una creciente preocupación por el aumento de la población y de la mano de obra de reserva, surge un llamativo interés por las diferencias individuales, especialmente de carácter heredadas, como así también en la adaptabilidad diferencial de los seres humanos a las exigencias de un entorno cambiante. En el contexto de este “darwinismo social”, cobra relevancia la figura de Sir Francis Galton. Este investigador ingles, interesado por el estudio de la herencia, sintió rápidamente la necesidad de medir las diferencias individuales en características humanas creando un laboratorio antropométrico en Londres (1884) donde cualquier persona podía conseguir evaluar su estatura, peso corporal, fuerza muscular, agudeza visual y otra serie de evaluaciones sensoriales perceptivas y motoras (Fernandez Ballesteros, 2000). Diseñó varias pruebas de agudeza y discriminación sensorial con la convicción de que éstos le permitían medir el intelecto. Galton fue el primero en utilizar las escalas de estimación, los cuestionarios y la asociación libre; pero tal vez el aporte que no ha sido suficientemente reconocido fue el haber adaptado algunas 253 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea técnicas matemáticas para el análisis de los resultados de sus pruebas y la medición de las diferencias individuales y el haber introducido la idea de covariación entre dos medidas, constituyéndose en el precursor de lo que hoy se conoce como coeficientes de correlación, análisis de regresión y otros procedimientos de análisis cuantitativos en investigación con humanos (Herrera Rojas, 1998). Quizás otra de las contribuciones principales de este autor fue el llevar a la vida cotidiana la tecnología psicológica utilizada hasta ese momento solo en el marco de los laboratorios. Siguiendo las ideas de Galton acerca de la imposibilidad de medir objetivamente funciones complejas, tales como el intelecto, el psicólogo norteamericano James Catell, discípulo de Wundt, diseñó y aplicó diferentes test de tiempos de reacción, discriminación sensorial, presión dinamométrica, memoria para las letras, y otras funciones simples. A este autor se le debe además, la rápida difusión de pruebas en Norte América y los primeros intentos por validarlas con criterios externos, es decir, de comprobar si efectivamente las pruebas utilizadas predecían comportamientos externos a la situación de evaluación; sin embargo, el hecho que con mayor frecuencia se reporta en torno a sus aportes es haber introducido en la literatura psicológica el término de test mental (1890) (Muñiz, 2001). El objetivo de tales pruebas para Catell sería el de determinar el rango y la magnitud de atributos psicológicos de forma objetiva, lo cual permitiría a su vez la constitución de leyes explicativas del desenvolvimiento de estos atributos. Es importante señalar que si bien se suele citar a Galton y a los investigadores de la Psicofísica como los primeros en interesarse en la medición de atributos psicológicos, este interés puede rastrease hasta comienzos del siglo XIX. Sirvan como ejemplo los trabajos de Esquirol (1838), que se interesó por el estudio del retraso mental, y las contribuciones de su compatriota y colega Seguín (1866) quien, diseña procedimientos de adiestramiento básicamente sensorio-motor, algunos de los cuales forman parte de los llamados ‘test no verbales de inteligencia’. También merecen citarse los tests de completamiento de frases desarrollados por Ebbinghaus (1897), que fueron los únicos desarrollados en esa época que permitieron una predicción adecuada del rendimiento académico y aún hoy forman parte de la mayoría de pruebas de inteligencia. (Herrera Rojas, 1998). Finalmente, en el estudio de la personalidad merecen citarse los intentos de medición de procesos psicológicos complejos realizados por Kraepelin (1895), quien construyó una cantidad de test que pretendían medir rasgos que permitieran caracterizar a los individuos, que se constituyeron en los precursores de las mediciones objetivas de la personalidad. Desde una perspectiva diferente, es importante citar en esta época la obra de Sigmund Freud. Si bien este autor no generó un método sistemático de evaluación ni se encuentra enmarcado en ninguna tradición psicométrica, con la publicación de La Interpretación de los sueños (1900) este autor va a sentar las bases para la formulación de un modelo dinámico para la evaluación del inconsciente que va a ser tomado como base interpretativa de la mayoría de los test proyectivos que van a surgir a partir de 1920 (Fernández Ballesteros, 2000). 254 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Segunda etapa: del empirismo a la teoría Tal Como afirma Schuster (2002) dentro de las corrientes de la Filosofía de la ciencia en el siglo XX, en su vertiente anglosajona (dominante en la filosofía de la ciencia del de este siglo), pueden identificarse tres corrientes principales: el Positivismo Lógico o empirismo lógico, el falsacionismo o racionalismo crítico y el postempirismo o nueva epistemología. En general se ha identificado al positivismo lógico con el trabajo realizado por una serie de pensadores agrupados en torno a la figura de Moritz Schlick, en la Universidad de Viena, por lo cual este grupo se denomino Círculo de Viena. Si bien había ciertas diferencias entre los miembros el círculo, compartían una posición filosófica inspirada en el empirismo tradicional (principalmente en los aportes de Comte) y nutrida de los aportes de la lógica matemática (de allí el nombre de empirismo lógico o positivismo lógico). Los representantes de esta corriente tenían una firme convicción en que el conocimiento científico solo podía basarse en la experiencia sensible por lo cual todo enunciado científico debía ser verificable mediante la experiencia empírica y en caso de no poder serlo, no solo no era científico, sino que carecía de cualquier significado. El verificacionismo extremo de esta corriente descansaba en la confianza en el carácter objetivo y absoluto de la observación sensorial (realismo). Había a su vez una confianza en la lógica para explicar y comprender los procesos científicos y su legitimidad. Creían de esta manera que si bien la lógica no proporciona ninguna información directa acerca de la realidad, cumple un papel fundamental en la organización del conocimiento aportado por la observación (Schuster, 2002, Gaeta y Gentile, 1995). La posición de esta corriente con respecto a la relación sujeto - objeto de conocimiento era claramente a favor del objeto (realismo), lo cual significa que para llegar a un conocimiento verdadero solo hacía falta contar con herramientas de investigación que nos permitieran acceder a un conocimiento no contaminado por factores subjetivos. De esta manera, se pensaba que la realidad objetiva, era una realidad “En Si”, independiente del observador, por lo cual se podía llegar a un conocimiento acabado de la misma, un conocimiento verdadero, a través del método científico. Así, se niega toda espontaneidad al sujeto cognoscente reduciéndolo a la recepción pasiva de impresiones sensibles. Esta segunda etapa en la historia de la Psicología y de la investigación en el seno de la misma va a estar caracterizada entonces por un énfasis en la utilización de la metodología de las ciencias naturales y una confianza en la realidad empírica como el último rector de la verdad de un enunciado científico y en la lógica como disciplina fundamental para comprender los procesos científicos y su legitimidad. En definitiva, un enunciado era científico si tenía significado, tenía significado si era verificable, es decir si había la posibilidad de establecer por medio de la observación sensorial (en sentido amplio) la verdad o falsedad del mismo. De esta manera, cada enunciado teórico y cada término utilizado por las ciencias debía derivarse, haciendo uso de la lógica, de enunciados observacionales o cláusulas protocolarias, con un referente directo en la realidad empírica. Así, cabe pensar que en esta concepción de ciencia no había demasiado lugar para enunciados teóricos de gran nivel de abstracción y sin un referente directo en la realidad, por lo cual el objeto de la Psicología estaría representado por atributos de mayor complejidad teórica que los atributos estudiados por la Psicología 255 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea fundacional, pero sin recurrir a constructos de gran nivel de abstracción, de forma tal que pudiesen ser estudiados por medio de la metodología científica (entiéndase la metodología de las ciencias naturales). Si recordamos la importancia otorgada a la predicción dentro de la concepción positivista de ciencia, no es difícil comprender que la escasa capacidad predictiva de los primeros test sensoriales en entornos aplicados, llevo a un cuestionamiento de su utilidad en ámbitos donde era cada vez mas imprescindible contar con instrumentos de selección adecuados (en la escuela o el trabajo). Obviamente, el operacionalismo que caracterizo a la concepción científica de la época llevo a que los criterios utilizados para evaluar la calidad y precisión de un instrumento utilizado para la evaluación se relacionaran con la capacidad predictiva de los mismos (un test era valido par aquello con lo cual correlacionaba). Ya en el año 1895, el psicólogo francés Alfred Binet publica un artículo en el cual criticaba los tests existentes hasta el momento por dedicarse a mediciones muy precisas de funciones muy elementales, con escasa capacidad predictiva de conductas complejas tales como el rendimiento académico, y proponía otros que abarcaban funciones más complejas aunque medidas menos precisas, tales como juicio, memoria y razonamiento. Por su parte Wissler (en Anastasi & Urbina, 1998) demostraría a comienzos del siglo XX que lo tests sensoriales o de reacciones mentales simples no predecían en forma adecuada el rendimiento académico de los estudiantes. Todo esto llevo a la creación de medidas psicológicas más complejas y con mayor parecido a las actividades de la vida diaria. En este contexto, se crea la primera escala de medida de inteligencia, que reúne las experiencias anteriores e introduce además preguntas sobre juicio, comprensión y razonamiento, desarrolladas por Binet y Simon en 1905. Para Binet un objetivo prioritario de la evaluación psicológica la utilización de procedimientos objetivos de medición en el estudio de la ejecución comportamental de los sujetos, la cual solo puede realizarse por medio de tareas sencillas pero vinculadas directamente con tareas de la vida cotidiana de las personas. En la segunda revisión de esta escala se propone un procedimiento sistemático para obtener los puntajes de prueba y se introduce el concepto de Edad mental (1908), y en la revisión de Terman (1916), conocida como Stanford-Binet, aparece la idea de Cociente Intelectual. La propuesta de Terman como unidad de medida de inteligencia, con todas sus limitaciones (entre las que se destaca el hecho de los cocientes intelectuales no serían comparables entre edades, debido a diferencias en la variabilidad de la ejecución del test.) tiene una gran importancia en la psicometría ya que con ella, los test psicológicos lograron un reconocimiento nunca antes alcanzado hasta el punto de que el C.I. se convirtió casi en un mito. Cobran especial importancia también en esta época los desarrollos de un grupo de investigadores quienes lograron perfeccionar diferentes índices matemáticos que brindaran mayor soporte a sus resultados y por el desarrollo de modelos de análisis sobre todo en el campo de la medición de la inteligencia. Se destacan en esta línea los trabajos de los ingleses Spearman, Thompson y Burt, que fueron continuados y perfeccionados por los norteamericanos Kelley y Thurstone. Charles Spearman, basado en las ideas de Galton y en los posteriores trabajos de Karl Pearson sobre su medida de correlación, había iniciado desde 1904 una serie de trabajos sobre las funciones intelectuales. Apoyado en la observación de correlaciones entre tests cognoscitivos, plantea su famosa teoría de dos factores y sustenta matemáticamente sus conclusiones (1927). Según esta 256 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea teoría las puntuaciones en los tests pueden explicarse a través de dos factores: uno general, conocido como el factor g, que es común a todas las funciones medidas en los tests y uno específico, s, que sería exclusivo de cada una. Sin embargo, el desarrollo y refinamiento de lo que hoy se conoce como análisis factorial en psicometría, se le debe al norteamericano Thurstone. Tal como afirma Herrera Rojas (1998), terminada la tercera década del siglo XX los tests psicológicos gozaban de gran popularidad, el concepto de C.I. era ya ampliamente conocido y la American Psychological Association (A.P.A.) mostraba gran interés en el desarrollo de pruebas psicológicas (lo cual se debía también a la demostrada utilidad de los mismos en la primera guerra mundial). Así la tercera década del presente siglo fue testigo de una inusitada popularización del uso de los ‘tests psicológicos’ hasta el punto de que la Psicología se asociaba con términos como ‘test’ o ‘C.I.’. Paralelamente, cobran importancia los trabajos realizados por investigadores del comportamiento animal, acerca del papel de los factores ambientales en el moldeamiento de la conducta. Si bien la mayoría de las investigaciones se llevaban a cabo con animales, estas investigaciones permitirían el desarrollo posterior de modelos explicativos de la conducta humana y de estrategias de evaluación de la misma, tales como el análisis funcional de la conducta (Remítase el apartado siguiente). Es importante señalar también la obra de H. Rorschach, psiquiatra suizo que publica en 1921 una técnica de psicodiagnóstico basada en una serie de láminas con manchas de tinta, enfatizando la naturaleza empírica de su trabajo y la falta de fundamentación teórica del mismo. El test de manchas de Rorschach, constituye el prototipo de todas las técnicas proyectivas que vendrían a continuación, configurando una nueva tendencia en la evaluación psicológica de tipo cualitativa (Tornimbeni, Pérez, Olaz & Fernández, 2005) vinculada con modelos teóricos de corte psicodinámico, especialmente. Hacia el año 1935, se perfeccionan los métodos estadísticos diseñados a principios de siglo. El psicólogo estadounidense L. L. Thurstone (1935, 1947) realiza una serie de avances en la lógica y en los fundamentos matemáticos del análisis factorial, lo cual abre puertas para la medición de aptitudes más específicas y para dar respuestas más satisfactorias a los cuestionamientos que venían planteándose desde la década anterior a cerca de las diferencias intraindividuales observadas en el desempeño frente a pruebas de inteligencia general. Sobre ese fundamento se han construido numerosos tests, no solo de inteligencia, sino también de personalidad, intereses y otros atributos psicológicos. Teorías contemporáneas tales como la de inteligencia fluida (Gf) y cristalizada (Gc) de R. Cattell (1967) y otros modelos semejantes (Caroll, 1993) pueden considerarse un desarrollo perfeccionado de las formulaciones iniciales de Spearman y las elaboraciones posteriores de Thurstone. La utilización de este procedimiento no solo supondrá el perfeccionamiento de la metodología con la que se cuenta en Psicometría sino que también supondrá un cambio en la visión acerca del objeto de la Psicología. Para entender esto repasemos la lógica del análisis factorial. El análisis factorial es, esencialmente, un método para agrupar variables que correlacionan fuertemente entre sí y cuyas correlaciones con las variables de otros agrupamientos es menor. Según Kline (2000) el análisis factorial es un método estadístico en el cual las variaciones en los puntajes de un número de variables son explicadas por un número más reducido de dimensiones o constructos. De esta manera, el resultado del procedimiento va a ser una serie de variables “latentes”, no observables directamente, que explican el agrupamiento de los componentes de una prueba. Así, por ejemplo, un gran número de ítems de personalidad pueden reducirse 5 dimensiones (Extraversión, Apertura, Responsabilidad, Amabilidad y Neuroticismo) que aportan un significado teórico a la medición. El papel de los constructos teóricos en Psicología 257 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea va a empezar a ser revisado y se comenzara a cuestionar el lugar dado a los mismos desde la posición filosófica dominante hasta ese momento. El postempirismo y la evaluación de atributos teóricos Diversos acontecimientos que confluyen a mediados el siglo XX determinaran la constitución de una nueva visión de ciencia y de Psicología, caracterizada por una revalorización del papel de variables no observables directamente, o encubiertas, tales como mediadores cognitivos, expectativas, entre otras, indicando que se había llegado a un momento en el cual existía una certeza: era necesario reconsiderar el papel de los términos teóricos en la Psicología, y de la necesidad de la constitución de una Psicología explicativa, interesada en la elaboración de modelos que permitan estudiar el “cómo” del comportamiento y aquellas cuestiones relativas al conocimiento de la realidad misma (Fernández Alvarez, 1997). Se destacan los aportes de Chomsky, las investigaciones de Piaget, los aportes de Hebb sobre las bases neurofisiológicas de la conducta y del movimiento cognitivista de orientación guestáltica, como así también las elaboraciones teóricas de autores surgidos del seno mismo del conductismo, tales como Mahoney, Bandura, Seligman, Rescorla, quienes comienzan a desarrollar con mucha fuerza esta nueva forma de enfocar el comportamiento interesado en desentrañar la famosa caja negra que había permanecido cerrada por muchos años. Desde la Filosofía de la ciencia se asiste también a una nueva visión de ciencia, la cual ha sido denominada por algunos autores como Postempirismo, y por otros como Nueva Filosofía de las ciencias. Autores como Kuhn, Toulmin, Feyerabend van a encabezar un movimiento fuertemente crítico de los postulados empiristas y de su concepción de ciencia, cuestionando incluso la existencia neutral de una base empírica real. A partir de allí surge una nueva concepción, en la cual se considerará que la ciencia solo explica la realidad a partir de teorías, las cuales realizan recortes de la realidad, por lo cual la ciencia no es real ni objetiva, sino que capta diferencialmente la realidad de acuerdo a supuestos que subyacen a la mirada del observador (Follari, 2000). Esta revalorización del sujeto en la construcción del conocimiento va a estar apoyada también en aportes realizados desde la física y otras ciencias naturales, de la mano de autores como Prigogine, Morin, Von Bertalanfy, entre otros. Tal como afirma Fernández Alvarez (1997), uno de los acontecimientos sociales que facilito esta revolución en la Psicología fue el resultado de la renovación tecnológica. La cibernética, la informática y el incesante despliegue de la tecnología computacional plantearon nuevas reglas en todos los ámbitos de la vida, afectando directamente a los órdenes de la cultura. En el campo de la Psicología la respuesta a esta revolución tecnológica fue la aparición de los primeros modelos cognitivos, y de la utilización de principios cibernéticos en la elaboración de modelos explicativos del comportamiento. Son innegables a su vez, los aportes del constructivismo en la constitución de esta nueva visión de ciencia, aportes que llevaran a una revalorización del papel del sujeto en la construcción del conocimiento. A partir de este nuevo enfoque teórico se comienza a considerar la capacidad autoprogramadora y anticipatoria que caracteriza a la conducta del ser humano, el cual empezará a ser considerado como un constructor de su propia 258 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea realidad de su propio entorno. Estas teorías destacan el papel activo e instrumental que tiene la persona en todos sus procesos cognitivos (Mahoney, 1988) La causalidad lineal será dejada de lado en las explicaciones de este nuevo enfoque y en su lugar aparece una concepción que tiene en cuenta los diferentes procesos anticipatorios que configuran el conocimiento y determinan la realidad de cada sujeto, abordando al sujeto en toda su complejidad y teniendo en cuenta los múltiples factores determinantes de su realidad. Esta nueva visión de hombre repercutirá directamente en la concepción de evaluación psicológica. En primer lugar, se empezaran a construir instrumentos de evaluación de “rasgos latentes” (constructos cognitivos y atributos inobservables). En segundo lugar, se percibirá una actitud más modesta por parte de aquéllos que se inclinan por métodos precisos y objetivos, reconociendo las limitaciones de la medición en ciencias sociales e intentando desarrollar nuevas técnicas de medición adecuadas al fenómeno del comportamiento humano. Debido a que la mayoría de las variables psicológicas no son perfectamente isomórficas con los números, lo cual quiere decir que un cambio en la magnitud del comportamiento evaluado no se corresponde directamente con un cambio en la escala de medición utilizada, las variables se pueden medir con menor o mayor precisión según la exactitud con que las relaciones entre sus propiedades se correspondan con las propiedades lógicas de los números (Cortada de Kohan, 1999). Por esto, al realizar inferencias sobre la base de los resultados de un instrumento de exploración, lo vamos a hacer siempre con un nivel o grado de error (esta idea constituye el axioma de la de nominada Teoría Clásica de los Tests). De la misma forma, cuando intentamos predecir un comportamiento a partir de los resultados observados en un test, solo lo realismos en términos de probabilidad de ocurrencia, con toda la incertidumbre que tal pronóstico conlleva. Como consecuencia de estos cuestionamientos surgió una corriente de revisión y análisis de la fundamentación científica de las pruebas. Los trabajos realizados en este período versan en su gran mayoría sobre teoría de la medición, los principios y fundamentos de la medición en Psicología, los problemas de validez y confiabilidad y en síntesis, la construcción de una teoría psicométrica. En USA se publicaron documentos cuyo objetivo era especificar los requisitos técnicos mínimos que deben reunir las pruebas utilizadas en el ámbito de la Psicología y la Educación. En 1966 se publicaron las "Normas técnicas para las pruebas psicológicas y las de rendimiento escolar y sus manuales" y en 1985 y 1999, aparecen revisiones de las mismas. Es en esta época en donde comienza a extenderse el objeto mismo de la evaluación psicológica pasando el énfasis en el análisis de las características individuales a la evaluación de interacciones persona-ambiente y de aquí a la evaluación del propio ambiente e incluso a la utilización de la evaluación psicológica como una forma de evaluación de la eficacia de las intervenciones psicoterapéuticas (Fernández Ballesteros, 2000). En lo que tiene que ver con desarrollo y revisión de pruebas se pueden mencionar, entre muchos otros: el cuestionario de 16 factores de la personalidad de Catell (16PF) desarrollado mediante análisis factorial y publicado en 1951; el cuestionario de personalidad de Eysenck, resultado de las investigaciones que sobre estructura de personalidad había venido adelantando desde 1947, las escalas Wechsler de inteligencia; la tercera revisión de la escala de inteligencia de Stanford-Binet (Terman y Merrill, 1960) y los inventarios de intereses vocacionales (1966) e intereses generales de Kuder (1964). Se produjeron grandes obras sobre teoría y procedimientos psicométricos que son de uso corriente aún, que exponen los diferentes procedimientos que permitirían maximizar la precisión en los instrumentos de 259 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea evaluación psicológica (tales como los trabajos de Cronbach y colaboradores sobre validez y confiabilidad en las pruebas psicológicas, publicados entre 1951 y 1957) (Muñiz, 2001). En la década de los sesenta se inician las críticas a la concepción clásica de la teoría de los tests, apareciendo estrategias alternativas, el Modelo de la maestría de dominio y el Modelo del rasgo latente. Dentro de los primeros se ubican los denominados tests con referencia a criterios, íntimamente ligados al campo de la evaluación del aprovechamiento escolar, los cuales miden un área o dominio claramente definido y delimitado de un conocimiento o habilidad. La teoría de rasgo latente (Rasch, 1963), uno de cuyos desarrollos principales es la Teoría de Respuesta al Item, (Lord, 1980), es cada vez mas utilizada para la construcción de tests psicológicos (Tornimbeni et al, 2005). Finalmente, a partir de esta nueva visión de causalidad recursiva, se empiezan a perfeccionar y a utilizar cada vez en mayor medida modelos de análisis multivariados, tales como el Análisis de senderos (Path Analysis) y los ‘Modelos de ecuaciones estructurales. Estos modelos han mostrado utilidad en la comprobación de hipótesis de relaciones entre grupos de variables, el primero como una extensión de los análisis de regresión donde se puede analizar más de una variable dependiente y el segundo como procedimiento para poner a prueba modelos que incluyen tanto variables observadas como latentes y las relaciones entre ellas. La evaluación en la Psicología contemporánea. Modelos de Evaluación Tal como afirma Fernández Ballesteros (2000), el análisis histórico de la evaluación psicológica podría llevarnos a delinear una serie de modelos de evaluación que difieren en determinados aspectos teóricos y aplicados. De esta manera, al igual que como sucede con la Psicología en general, existirían distintos acercamientos o modelos de evaluación que se fueron sucediendo durante la constitución de la Psicología, y que perduran en el presente. Estos modelos parten de distintos objetivos de evaluación y se utilizan en diferentes ámbitos, dando lugar a diferentes procedimientos y formas de evaluar. En primer lugar se podría señalar que la mayor parte de las elaboraciones teóricas y metodológicas en evaluación se llevaron a cabo en el seno de la Psicología diferencial cuyo objetivo fundamental es el estudio de las diferencias de las personas en una serie de atributos con el objeto de predecir su conducta en determinadas situaciones clínicas, laborales y educativas entre otras. Este modelo ha sido denominado como modelo del atributo (Mc. Reynolds, 1971, en Fernández Ballesteros, 2000). Este modelo supone que la conducta esta determinada por variables personales, genotípicas, las cuales no pueden ser evaluadas directamente sino que solo podemos inferir su magnitud por medio de otras conductas, es decir, a través de otras variables fenotípicas que funcionan como indicadores operacionales. Las relaciones entre ambos tipos de variables se establecen por medio de técnicas correlacionales, es decir, el propósito de la evaluación desde este modelo consiste en predecir una conducta criterio en función de ciertas variables latentes estables presentes en todas las personas (extraversión o inteligencia, por ejemplo). Mediante el análisis de estas variables se pretende un análisis molecular y objetivo de la personalidad de la persona. Desde este modelo se han construido y se utilizan preferentemente tests, como técnicas de evaluación y de contrastación de hipótesis. 260 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Otro de lo modelos de evaluación ha sido denominado modelo psicodinámico, el cual se interesa por analizar el mundo inconsciente de las personas en base a lo cual se realiza la explicación del comportamiento de las mismas. Desde este enfoque cualquier conducta puede ser entendida como la manifestación de variables internas intrapsíquicas, por lo cual el principal interés de la evaluación es el de acceder a estas variables ocultas. Así, desde este modelo se pretende realiza un análisis molar de la estructura de la personalidad sobre la base de determinados conceptos psicodinámicos (mecanismos de defensa o fuerza yoica por ejemplo) que se harían manifiestos en el comportamiento observable de una persona en proceso de evaluación (psicodiagnóstico, es un termino mas utilizado desde este enfoque). Si bien este modelo basa sus supuestos teóricos casi con exclusividad en la observación cualitativa, las técnicas proyectivas deben su desarrollo a este modelo. Es importante señalar que la teoría fundamental sobe la que descansa este modelo de evaluación (el Psicoanálisis), lleva a que se considere que diferentes conductas observadas (muchas veces contradictorias), se tomen como la expresión de una misma entidad intrapsíquica, por lo cual la capacidad predictiva de este tipo de técnicas es mínima. Un tercer modelo surge desde el temprano interés de médicos y psiquiatras de utilizar herramientas objetivas de evaluación para constatar nosologías y disfunciones neurológicas y psiquiátricas. A partir de este modelo médico, se intenta clasificar a las personas sobre la base de una serie de entidades nosológicas y clasificaciones diagnósticas. El supuesto que subyace es el de que todo trastorno conductual esta condicionado por una etiología especifica a cada entidad nosológica, por lo cual es fundamental clasificar a la persona a los fines de establecer el tipo de tratamiento mas apropiado.. En este modelo la conducta será explicada fundamentalmente por medio de variables endógenas, en su mayoría de tipo biológica, y se utilizan preferentemente tests y baterías neuropsicológicas como técnicas de evaluación y diagnóstico. Desde el conductismo también se ha desarrollado un modelo conductual de evaluación cuyo objetivo es el análisis de las relaciones funcionales existentes entre las conductas objeto de estudio y aquellas variables que controlan su aparición y funcionamiento (variables ambientales y personales). En este modelo se introducen variables ambientales en la explicación del comportamiento, y en su versión cognitivocomportamental, se consideran también variables cognitivas y personales junto a las variables del entorno (como así también su interacción) en la explicación de la conducta. El análisis de la conducta desde este modelo es de tipo molecular y situacional, y las técnicas de evaluación mas utilizadas son las técnicas de observación, los autoinfomes, registros de autoobservación, y los instrumentos de registro psicofisiológico (registros de biofeedback, por ejemplo). Un ultimo modelo sería el surgido desde el seno de la revolución cognitiva, dando lugar a un modelo cognitivo de evaluación. En este modelo la conducta es explicada a partir de una serie de variables o estructuras mentales internas tales como expectativas, almacenes de memoria, que median entre los estímulos y las respuestas o comportamientos de las personas. Las técnicas más utilizadas desde este modelo son los autoinformes, las escalas, y diferentes tipos de registros (jerarquías de miedos, por ejemplo). 261 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Discusión Hasta aquí se ha presentado una breve introducción a algunas cuestiones fundamentales acerca de la evaluación en Psicología. Se ha realizado a su vez, un análisis de las principales concepciones de evaluación en Psicología que se fueron sucediendo a lo largo de la historia y se han presentado los principales modelos de evaluación derivados de estos aportes fundacionales. Para finalizar, es de importancia señalar que si bien se han presentado los diferentes modelos de evaluación como modelos alternativos en coexistencia, en realidad las posiciones defendidas por cada uno de estos modelos muchas veces ha entrado en conflicto, y los defensores radicales de cada modelo han mantenido un vivo debate con respecto a diferentes puntos, tales como la generalidad versus la especificidad de la conducta, lo cualitativo frente a lo cuantitativo, lo ideográfico frente a lo nomotético, etc. No obstante, existen también propuestas de integración que intentan superar las dificultades inherentes a cada modelo apuntando a la configuración de una síntesis conceptual y a un modelo general de evaluación del comportamiento que tome en consideración los diferentes factores explicativos de la conducta humana, incluyendo también algunos factores que la mayoría de los factores no contempla, tales como las condiciones ambientales pasadas o la historia de aprendizaje de las personas (véase Bandura, 1987, Fernández Ballesteros, 2000). Bibliografía Anastasi, A. & Urbina, S. (1998). Tests Psicológicos. México: Prentice Hall Latinoamericana Bandura, A. (1987). Pensamiento y acción. Madrid: Martínez Roca Bunge, M. (1983). La investigación científica. Barcelona: Ariel. Carroll, J. (1993). Human cognitive abilities. Cambridge: University Press Chalmers, A. F (1988). ¿Que es esa cosa llamada ciencia? Buenos Aires: Siglo XXI editores Cortada de Kohan, N. (1999).Teorías Psicométricas y Construcción de tests. Buenos Aires: Lugar Editorial. Fernández Alvarez, H. (1997) Fundamentos de un modelo integrativo en Psicoterapia. Bs. As.: Paidós. Fernández Ballesteros, R. (2000) Introducción a la Evaluación Psicológica. Madrid: Pirámide Follari, R. (2000) Epistemología y Sociedad, acerca del debate contemporáneo. Rosario: Homo Sapiens. Herrera Rojas, A. (1998). La medición en Psicología. Universidad de Bogotá. Inédito. Kline, P. (2000). Handbook of Psychological Testing. London: Routledge Lord, F. (1980). 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Es Jefe de Trabajos Prácticos de Metodología de la Investigación Psicológica y miembro del Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa (LEPE), sito en la Facultad de Psicología. Asimismo, es Becario de Postgrado del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET) y Editor de la Revista Evaluar. Actualmente se encuentra trabajando en la construcción y adaptación de escalas de autoeficacia e instrumentos de evaluación del comportamiento social. 263 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.8 La Multiplicidad de Escuelas en Psicología. La Unidad como Ilusión y las Contradicciones como Efectos Mariana Arcanio, Ariel Aybar y Carla Falavigna 1. ¿Qué es “eso” llamado Psicología? En realidad, comenzar este escrito con una pregunta acerca de qué es la Psicología implica poner al lector ante una trampa: la de la imposibilidad de responder desde una posición única; ya que no se trata de un campo homogéneo desde el cual pueda efectuarse una definición acerca de “la” Psicología sino, más bien, de un ámbito de producciones que se encuentran en constante pugna y que se sostiene a partir de supuestos epistemológicos, metodológicos y filosóficos disímiles. Son la “pluralidad de objetos, conceptos, teorizaciones y métodos” (Annoni, 1993) los que plantean la imposibilidad de definir en términos unívocos qué es la Psicología o cuál es su objeto de estudio. En este sentido, el objeto se define en su dispersión y se hace ineludible pensar a la Psicología no en términos de una unidad ilusoria, sino desde la multiplicidad de discursos que la atraviesan y construyen históricamente. En la misma línea, Ageno (1992) plantea: “La historia de la Psicología muestra que distintos discursos (…) han ido constituyendo un complejo entretejido discursivo que pone de manifiesto un objeto que no está definidamente acotado (…) [la Psicología] formación discontinua discursiva con un objeto en permanente cambio o transformación, pero también en permanente construcción”. Se han utilizado hasta aquí palabras que remiten a lo múltiple, lo indefinido, lo disperso o lo fragmentado en relación con el campo de la Psicología. Es preciso destacar ahora que hablar de “las psicologías” para caracterizar la inexistencia de una unidad, ha sido y es valorado desde distintos posicionamientos. Se encuentran aquéllos para los cuales éste es un factor de inconsistencia y de ausencia de rigurosidad que debe ser superada para alcanzar el estatuto de “Ciencia”. Pero también se encuentran otros, desde un posicionamiento opuesto, que sostienen que es justamente su carácter de inconmensurabilidad15 y no univocidad lo que la define en sí misma y que esto no debe ni puede ser superado. Por lo tanto, es justamente la imposibilidad de acuerdos e integraciones ingenuas entre los diferentes discursos lo que caracteriza a las ciencias sociales. Podemos situar estos posicionamientos en torno a la definición efectuada por Kuhn de las ciencias sociales como pre-paradigmaticas y la discusión introducida por Follari al redefinirlas como a-paradigmáticas. 15 Hace años que los filósofos de la ciencia se ocupan de reflexionar sobre las incompatibilidades entre los distintos paradigmas científicos. Thomas S. Kuhn, con la publicación de Las estructuras de las revoluciones científicas en 1962, echa luz a este conflicto con su «teoría de la inconmensurabilidad de los paradigmas». La inconmensurabilidad e incompatibilidad de dos teorías es la diferencia de significado entre los términos utilizados por dos comunidades científicas distintas. La diferencia de los significados de los conceptos entre teorías disímiles es radical. No existe ningún lenguaje en común. 264 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 1. 1. Discusiones en torno a la noción de paradigma en las ciencias sociales La noción de paradigma16 de Kuhn nos remite a las condiciones histórico-sociales que hacen que las ciencias funcionen de determinada manera. En este sentido, Kuhn analiza cómo se forman los científicos a partir de la utilización de manuales en los que se compilan categorías, leyes y enunciados ordenados, dados por válidos y aceptados por una comunidad científica que los torna indiscutibles. Cuando se produce su formación, lo que hace el científico es aceptar lo que la misma ciencia ha construido, aprender los dogmas17 científicamente comprobados y resolver problemas sin cuestionar los fundamentos que sostienen lo ya aceptado. Las características principales de la ciencia para Kuhn, son las que prevalecen en el momento denominado ciencia normal18, en el que no se cuestionan ni se ponen a prueba los fundamentos aceptados que la sostienen, sino que se utilizan o se aplican de manera acrítica. El científico de la ciencia normal, entonces, no pone nunca en cuestión el paradigma en el cual está inserto y en el cual trabaja. Para comprender la noción de paradigma, como matriz disciplinar de lo científico, se pueden tomar varios elementos o componentes que lo constituyen, tales como: las leyes y los supuestos teóricos, las formas de aplicar las leyes teóricas fundamentales a los diversos tipos de situaciones, las técnicas instrumentales y las prescripciones metodológicas. Tal como plantea Chalmers (1987: 131), Kuhn sostiene que “Lo que distingue a la ciencia normal, madura, de la actividad relativamente desorganizada de la pre-ciencia inmadura es la falta de desacuerdo en lo fundamental. Según Kuhn, la pre-ciencia se caracteriza por el total desacuerdo y el constante debate de lo fundamental”. En este sentido, Kuhn sostiene que las ciencias sociales serían pre-paradigmáticas por el hecho de no estar caracterizadas por acuerdos o consensos, es decir que: “aún no están maduras, y que cuando arriben a los acuerdos propios de las disciplinas más avanzadas, se configurarán plenamente como ciencias” (Follari, 2000: 114). “En su posdata de 1969 a La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn buscó precisar el significado de la categoría paradigma, asumiendo que se trataba de una expresión que había sido usada por él con –cuanto menos- dos acepciones diferentes: por una parte como acuerdo de la comunidad científica; por la otra, como cúmulo de supuestos, metodologías, elecciones temáticas, procedimientos de evaluación, etc.; es decir, como el contenido de aquellos acuerdos. Refiriéndose al segundo de estos dos significados del término, el autor reconocía que había sido criticado por encontrarse 22 modulaciones diferentes de la palabra ‘paradigma’ en su libro. En el esfuerzo por acotar el significado de tal categoría, plantea que se debe entender como una ‘matriz disciplinaria’ […] que ‘refiere a la posesión común de quienes practican una disciplina particular’” (Follari, 2000: 112). 17 Dogma: del latín dogma. Proposición que se asienta por firme y cierta, y como principio innegable de una ciencia. Definiciones extraídas del diccionario de la Real Academia Española. 2006. 18 La ciencia normal es una de las etapas del desarrollo científico que caracteriza a la ciencia propiamente dicha. En esta etapa los científicos no se cuestionan ni ponen a prueba los fundamentos aceptados, tampoco buscan la creación de nuevas teorías, sino que se dedican a utilizar o aplicar estos fundamentos. 16 265 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Resulta interesante introducir la discusión en torno a la existencia de paradigmas en las ciencias sociales; no para definir a las mismas como pre-paradigmáticas sino como a-paradigmáticas. Con esta distinción se subraya que las ciencias sociales no estarían preparándose para una madurez futura sino que nunca habrá acuerdo entre las distintas teorías, simplemente, porque no puede haberlo (Follari, 2000). Así, las ciencias sociales de ningún modo podrán convertirse en paradigmáticas, ya que el desacuerdo en ellas es inevitable, “depende de la condición misma del conocimiento social”; es decir que, cuando miramos el mundo social, lo hacemos desde nuestra “lente”, construida a partir del posicionamiento político-ideológico que como sujetos sostenemos. En este sentido, el conocimiento puede ser pensado como producto de un proceso históricamente construido. En los períodos de ciencia normal “parece como si la realidad hablara directamente en términos del actual paradigma, y por tanto éste no se hace asequible a quienes están ‘ya’ dentro de él. El paradigma es el lente con el cual se mira, no forma parte del objeto observado, y por ello para nada es percibido por sus actores” (Follari, 200: 117). Por esto, afirmar la inexistencia de paradigmas en ciencias sociales es el punto más ventajoso que puede tomarse de la obra de Kuhn para las mismas. Si en éstas no existe un conocimiento aceptado en común, característico de los períodos de ciencia normal en los cuales no se discuten los supuestos, tampoco existirían presupuestos naturalizados19, cristalizados e indiscutibles de toda una comunidad científica. Afirmar la inexistencia de paradigmas en ciencias sociales no quiere decir que no existan “comunidades científicas” dentro de la Psicología ni que dentro de éstas no existan los “científicos de la ciencia normal” a los que hace referencia Kuhn. Lo que se plantea es que no habría una gran comunidad científica regida por un solo paradigma, sino que hay acuerdos “en la comunidad científica (los de quienes pertenecen a una misma teoría o –si se quiere- tradición teórica), pero no de la comunidad científica, dado que no existe de ninguna manera un consenso global” (Follari, 2000: 115). 1. 2. La Psicología como campo de saberes no unificados/unificables. La Psicología se constituye, entonces, como un campo de saberes no unificado. La multiplicidad de áreas de intervención e investigación, como así también de escuelas, dentro de este campo remiten a distintas condiciones (epistemológicas, filosóficas, sociales y metodológicas) de producción. En este sentido, la Psicología puede ser caracterizada como un campo de conflictos y desacuerdos o, como dice Ana Fernández, como un “campo de problemáticas” atravesado por diversas inscripciones históricas, institucionales, económicas y políticas que lo construyen, y desde el cual se propone “discutir” aquellas visiones de objeto discreto o unívoco. Al comienzo de este escrito, comenzamos planteándonos una pregunta acerca de qué decimos cuando decimos Psicología. Planteamos, entonces, que dicha pregunta implicaba una trampa que requería acercarse a una multiplicidad de intentos de respuesta Supuestos que permanecen como obvios, como dados, como naturales; sin posibilidad de cuestionarlos, por aparecer como verdades absolutas e indiscutibles, y por ende inmodificables. 19 266 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea que se han ido construyendo no sólo en diferentes épocas y contextos, sino también en la actualidad. Se planteó además que esa multiplicidad de respuestas a la pregunta acerca de qué es la Psicología remite a supuestos epistemológicos, metodológicos y filosóficos disímiles. Conjuntamente con Maritza Montero, podemos agregar a estos supuestos los éticos y los políticos20, ya que éstos están involucrados en la producción de conocimientos del campo de la Psicología. La Psicología no puede ser considerada, entonces, como un dominio dado, separado de algo llamado “sociedad”: los procesos por los cuales se producen sus verdades son constitutivamente “sociales”. Es más, el objeto de la Psicología no puede ser considerado como algo dado, independiente, que preexiste al conocimiento y que es meramente “descubierto”. La Psicología constituye su objeto en el proceso de conocerlo (Rose: 1996). Podemos concluir, entonces, que pensar las construcciones de los objetos en las escuelas de la Psicología implica preguntarse no sólo acerca de aquello que lo define, sino también sobre aquellos aspectos sociales, políticos, económicos que fueron las condiciones de posibilidad de esas construcciones teóricas. 2. Aproximaciones a las construcciones de “los objetos” en las escuelas de la Psicología. La construcción de “los” objetos en Psicología también requiere ser analizada como el producto de la coexistencia de muchos discursos que se encuentran actualmente en debate y sostienen, cada uno, los supuestos de las escuelas en Psicología. En este sentido, al realizar un recorrido por la historia de la Psicología o por los “autores” de otras épocas, es importante que ésta pueda ser pensada no como “enunciados” del pasado (ya abandonados), sino como presupuestos que sostienen las distintas formas de definir qué es la Psicología.21 Lo anterior implica evitar pensar que el saber en Psicología está dado de manera lineal y que la producción de los desarrollos teóricos de cada una de las escuelas se presenta de manera evolutiva como si lo nuevo fuese superador de lo viejo.22 En contraposición, se podría priorizar lo que Rose (1996) define como una historia del presente, que analice la imagen actual de la disciplina no como mito ni reflejo del pasado, sino a partir de cómo el pasado opera en el presente y cuáles son las funciones que actualmente tiene. Más que dejar de lado los textos del pasado desde el punto de vista Acerca de las dimensiones Ética y Política, las cuales atraviesan toda producción de conocimiento, Montero las define de la siguiente manera: Ética “remite a la definición del otro y a su inclusión en la relación de producción de conocimiento, al respeto a ese otro y a su participación en la autoría y la propiedad del conocimiento producido”, en tanto que la dimensión Política “se refiere al carácter y la finalidad del conocimiento producido, así como a su ámbito de aplicación y a sus efectos sociales”. 21 Se aclara que no queremos decir con esto que ciertos postulados y supuestos no hayan ido cambiado a lo largo de la historia; ni que aún se sostengan todas las teorías tal como se las definió en sus orígenes. Más bien queremos dar cuenta de que los supuestos con los que la Psicología fue construida han señalado líneas de indagación que marcan debates actuales. 20 267 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea del presente, sería mucho mejor utilizarlos para cuestionar las certezas del presente (Rose, 1996). Sin intentar agotar la problemática, podemos plantear un ejemplo de estos debates que, aunque han sido reformulados, han marcado la construcción de la Psicología como un campo en el que el desacuerdo es constitutivo. Podríamos analizar la concepción de sujeto como uno de los supuestos que constituyen la imposibilidad de acuerdo entre las distintas escuelas de la Psicología. Rossi (2000) plantea tres grandes construcciones en torno al sujeto en la constitución del discurso de lo psicológico: la conciencia23 (construcción cartesiana, siglo XVII), la conducta24 (construcción de Watson, conductismo), y el inconsciente25 (construcción de Freud, psicoanálisis). Lo que evidentemente se advierte es que estas tres construcciones son contradictorias: la conciencia es la construcción principal, y luego tenemos dos reacciones a ella que se formulan a fines del siglo XIX y principios del XX, conducta e inconsciente. Estas dos reacciones a la conciencia están diciendo que el sujeto no se agota en lo que sabe, en lo que puede inteligir. En la construcción conciencia, hay dimensiones que quedan fuera y que son retomadas por las otras dos construcciones. ¿Qué dimensión queda afuera según el conductismo? El hacer. ¿Qué dimensión queda afuera según Freud? El inconsciente, la palabra y el deseo (Rossi, 2000). Tomando a la conciencia como una construcción a partir de la cual se fueron estructurando distintas posiciones con respecto a la Psicología, resulta fundamental mencionar a Wundt (estructuralismo) como un autor que toma la conciencia como su objeto de estudio. Estudiar la conciencia implicaba, para este autor, investigar ciertos En ese sentido, muchas veces se presenta la “historia” de la Psicología como una sumatoria de datos y hechos a partir de los cuales se fueron constituyendo escuelas que luego se han abandonado radicalmente. Esta forma de hacer historia, tal como plantea Rose (1996), se logra llevando a cabo una división entre textos y autores sancionados y caducados, entre teorías y argumentos que coinciden con la imagen actual que a la disciplina le interesa mostrar. El pasado “legítimo” se ordena en una secuencia más o menos continua que llevó al presente. 23 Descartes va a fundar la inteligencia, el cogito, la conciencia construyéndola como autónoma, como parte fundamental y definitoria del sujeto. La conciencia, entonces, se identificará con el yo; con la realidad sustancial del individuo. 24 Watson cuestiona todos los conceptos como "alma", "espíritu”, "mente", "conciencia", considerando que nadie puede ver los pensamientos y sentimientos de otra persona, y que es imposible fundamentar ningún conocimiento objetivo con lo que sólo es accesible a una observación individual. Para Watson el objeto de la Psicología es la conducta, entendiéndola como la actividad del organismo en su conjunto; tanto las funciones fisiológicas como el comportamiento son actividades de estructuras físicas que, como tales, son susceptibles de ser analizados por los métodos objetivos y rigurosos de las ciencias naturales. 25 El inconsciente, como concepto teórico, no puede ser cerrado en una definición, como si se tratara de un asunto acabado, sino que viene articulado de manera compleja con otros conceptos, como por ejemplo: lenguaje, pulsión y deseo. Esto quiere decir que tratar de exponer en un espacio preciso, y de una vez, el funcionamiento del inconsciente no sólo sería inútil, sino equívoco desde el punto de vista teórico. A modo de aproximación, podemos pensar que el inconsciente para Freud captura una dimensión distinta, de la cual la conciencia y la conducta no pueden dar cuenta. Hay una dimensión del sujeto que tiene que ver con el deseo y la palabra que no llega a ser explicada por la conciencia. 22 268 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea fenómenos elementales o procesos psicológicos básicos, entre los cuales se encontraban: las sensaciones, las imágenes, los pensamientos y los sentimientos. Wundt pretendía constituir a la Psicología en una ciencia y, para ello, construye un método que la articulaba con las ciencias físico-naturales. En este sentido, Wundt utiliza la medición y la experimentación dentro del método que él define como fundamental de la Psicología. Watson discutirá este objeto de estudio, aunque no el imperativo de construcción de una psicología científica. Tan tajante es el corte de Watson que va a llamar a lo suyo “Manifiesto Conductista”. Él dice que no hay que hablar más de conciencia porque es un concepto filosófico y hasta religioso. Prohíbe hablar de la conciencia como científica, negándola. Por lo tanto, en esta negación se está dibujando reactivamente su posición: la conducta es todo lo que no es conciencia (Rossi, 2000). La conducta será reducida a lo observable y objetivamente comprobable, y se definirá como respuestas o reacciones (medibles, cuantificables, verificables y observables) del “organismo” a estímulos. Watson plantea que la conducta empieza con el estímulo y termina con la respuesta; la define como el dispositivo por el cual el estímulo desencadena la respuesta. Esto señala a un sujeto o a un organismo constituido en el desempeño y en el resultado. Desde esta postura, para entender lo que sucede no importa lo que el sujeto sintió, experienció ni pensó, sino lo que dejó hecho concretamente. Lo observable es lo realizado concretamente, y es esta instancia la que representa al sujeto (Rossi, 2000). ¿Qué dice de la conciencia Freud? Si analizamos la palabra inconsciente encontramos que contiene en sí misma a la palabra conciencia26. Podemos imaginar que le está hablando a la conciencia cartesiana de nuevo, pero para descentrarla. ¿Qué quiere decir esto? Que le está estableciendo límites: la conciencia se empieza a mostrar como no pudiendo dar cuenta de todas las cuestiones del sujeto; se muestra fragmentaria e insuficiente. La conciencia como ese gran concepto que aparece en el siglo XVII, pretendiendo representar la totalidad del sujeto, quedará descubierta así en sus falencias e insuficiencias (Rossi, 2000). Decíamos que, en el siglo XVII, Descartes define al sujeto como el dueño de sus saberes, autónomo y autosuficiente; planteando un sujeto que conoce el mundo a partir de la razón. Freud, al contrario, postula un sujeto “ciego” para conocerse a sí mismo. Un sueño, un lapsus, una equivocación, un acto fallido o un error son formaciones del inconsciente mediante las cuales se puede inferir la no autonomía de la conciencia. Estas producciones (chistes, lapsus, sueños, actos fallidos) son para la psicología de la conciencia y de la conducta sinónimas de error; son insignificantes para la ciencia. Pero todo lo que las “ciencias” van descartando por considerarlas sin sentido, no objetivas ni científicas, será de algún modo retomado por Freud. Lo que el psicoanálisis plantea es que “no somos los amos de nuestra propia casa”, que aquello que considerábamos como el centro de nuestro ser (la conciencia) no es más que un órgano de percepción, tan sensible y equívoco como cualquier otro. Esto se relaciona con lo que se denomina la subversión del sujeto cartesiano, que lleva a cabo el psicoanálisis. Allí donde la razón tropieza, donde el sujeto cartesiano muestra sus Aclaramos que con esto no queremos definir al inconsciente como negación de la conciencia. La definición de inconsciente y los conceptos fundamentales a él articulados serán trabajados dentro de los contenidos de la materia Psicoanálisis. 26 269 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea fisuras, en aquellos lugares en los que la fluidez del discurso consciente se ve interrumpida, es donde el inconsciente, por así decir, se “expresa” (Rossi, 2000). Este recorrido intenta dar cuenta de la existencia de discusiones epistemológicas que definen al sujeto de manera diferente y contrapuesta en sus nociones básicas. Siguiendo lo anterior, la concepción de sujeto se relaciona con la definición de Psicología que se sostiene. En este sentido, no es lo mismo pensar a la Psicología como una ciencia natural, como una ciencia de la conducta, o como una ciencia social y de la subjetividad; y estas definiciones son indisociables de la concepción de sujeto. En un principio, comenzamos este escrito preguntándonos acerca de qué es la Psicología, planteamos también la imposibilidad de responder desde una posición única; lo cual nos permitió pensar en la construcción de las escuelas, corrientes y sistemas como un campo heterogéneo de producciones que se encuentran en constante pugna y que se sostiene a partir de supuestos epistemológicos, metodológicos, filosóficos, políticos y éticos disímiles. Pretendimos dejar planteado un modo de abordaje que permita acercarse a la historia de la Psicología y de las escuelas, sistemas y corrientes de una forma no lineal ni de acumulación de datos o hechos históricos, sino desde el lugar del trabajo. Trabajo en el sentido de poner a trabajar, de ocuparse y producir; lo que implica tensionar, confrontar, problematizar, discutir y repensar los fundamentos que sostienen a cada una de las escuelas que se conocerán en el transcurso del primer año de la carrera, y que constituyen “eso” llamado “Psicología”.27 Bibliografía Ageno, R. (1992). “La enseñanza de la Psicología”, en Cuadernos de Psicología y Psicoanálisis, U.N.R. Bourdieu, P. Et Al (1975). El oficio del sociólogo, Buenos Aires, Siglo XXI. Chalmers, A: (1987). ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?, Madrid, Siglo XXI. Fernandez, Ana Maria (1989). “Introducción” y “Cap. II: Lo Singular y lo colectivo”, en El Campo Grupal. Notas para una Genealogía, Buenos Aires, Ed. Nueva Visión. Follari, R (2000). Epistemología y sociedad, Rosario, Homo Sapiens. Khum, T. (1996). La tensión esencial, México, F.C.E. Khum, T. (1980). La estructura de las revoluciones científicas, México, F.C.E. Khum, T. (1989). ¿Qué son las revoluciones científicas? Y otros ensayos, Barcelona, Paidós. Montero, Maritza (2004). “El paradigma de la Psicología Comunitaria y su fundamentación ética y relacional”, en Introducción a la Psicología Comunitaria. Desarrollos, conceptos y procesos, Buenos Aires, Ed. Paidós. Rose, N (1996). “Una historia crítica de la Psicología”, en NIKOLAS ROSE, Inventing our Selves, Cambridge University Press, 1996. Capítulo 2. (Traducción: Sandra De Luca y María del Carmen Marchesi. Trabajo final de Residencia en Traducción, I.E.S. en Lenguas Vivas "Juan Ramón Fernández", Buenos Aires, bajo la tutoría de la profesora Elena Marengo). No es el objetivo de este artículo avanzar sobre los contenidos que se desarrollarán en el primer año del ciclo lectivo, por ello no nos hemos detenidos en un análisis de los conceptos, objetos y métodos de las escuelas. 27 270 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Rossi, L (2000). “La construcción del discurso psicológico. Distintos modos de representar e interpretar en Psicología. El sujeto y lo real”, en Material de cátedra de la materia Historia de la Psicología. Cátedra II, Facultad de Psicología, Universidad Nacional de Buenos Aires. Venzzetti, H (2001). “Michel Foucault: apuntes para una arqueología de la Psicología”, en conferencia en el XXVIII Congreso Interamericano de Psicología, Santiago de Chile, 29 de julio al 3 de agosto 2001. Acerca de los Autores: Mariana Z. Arcanio es Profesora y Licenciada en Psicología. Se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba en el 2006 y 2007, respectivamente, y actualmente se encuentra cursando la carrera de Especialización en Psicopedagogía en la Universidad Nacional de Córdoba. Se desempeñó como ayudante alumna en numerosas materias de la carrera y en el presente se desempeña como adscripta en el Seminario de Práctica Docente y Residencia del Profesorado en Psicología. En los años 2006 y 2007 se desempeñó como Alumna Tutora dentro del Programa para el Fortalecimiento del Ingreso y Permanencia de los Estudiantes de Psicología (PROFIP) y actualmente integra el equipo de investigación abocado al estudio del ingreso a Psicología en el Centro de Estudios Avanzados de la U.N.C. En este marco posee presentaciones en congresos relacionadas con la posición construida en torno al conocimiento de los ingresantes a la Facultad de Psicología. Ariel G. Aybar es Licenciado en Psicología, recibido en la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba en el año 1999. Se desempeña desde el año 2002 como Jefe de Trabajos Prácticos de la cátedra de Psicología Social, en la U.N.C., y desde el corriente año como Docente Supervisor de las Prácticas Preprofesionales, en el Contexto socio-comunitario. Actualmente es responsable académico del curso de carácter extensionista “Aproximación al Teatro Espontáneo como una herramienta para el abordaje comunitario”, el cual se dicta en dicha entidad. Al mismo tiempo es docente investigador en el Centro de Investigación de la Facultad de Filosofía y Humanidades, en el proyecto de investigación: “Redes y capitales en las estrategias de reproducción social de familias pobres”, dirigido por la: Dra. Alicia Gutiérrez (años 2006/07). Por otra parte, ha participado como miembro investigador en diversos proyectos de investigación relacionados a jóvenes-pobreza-vulnerabilidad-trabajo, radicados en dicho centro de investigación. En este marco posee algunas publicaciones en presentaciones a congresos, artículos en revistas de Psicología y Ciencias Sociales, y en revistas de la Facultad de Psicología, U.N.C. Carla H. Falavigna es Profesora y Licenciada en Psicología. Se recibió en la Universidad Nacional de Córdoba en el año 2006. Actualmente se encuentra cursando el Doctorado en Estudios Sociales de América Latina, con mención en socio-antropología de la educación, en el Centro de Estudios Avanzados (U.N.C.), con una beca doctoral otorgada por CONICET desde agosto del 2007; su proyecto de investigación se enmarca en el área de articulación y des-articulación entre Escuela media y Universidad. Posee publicaciones y presentaciones en congresos, con temáticas relacionadas a la elección de una carrera universitaria, la continuidad y el abandono de los estudios superiores, y las relaciones de los sujetos con el conocimiento y la institución universitaria. Durante los años 2006 y 2007 se desempeñó como integrante del equipo docente del curso de 271 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea extensión “Vínculo docente-alumno. De la queja a la pregunta, de la pregunta la trabajo”, Facultad de Psicología, U.N.C. En el 2006 se desempeñó como Alumna Tutora dentro del Programa para el Fortalecimiento del Ingreso y Permanencia de los Estudiantes de Psicología (PROFIP). Actualmente integra el equipo de investigación abocado al estudio del ingreso a Psicología en el Centro de Estudios Avanzados de la Universidad Nacional de Córdoba y es Adscripta de la cátedra de Psicología Educacional, Facultad de Psicología, U.N.C. 272 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 2.9 Investigaciones en Psicología. Experiencias Locales en el Campo de la “Ansiedad ante los Exámenes” Luis Furlán Introducción Los primeros acercamientos que el estudiante realiza a una carrera universitaria le permiten construir una imagen personal acerca de las temáticas que conforman el campo disciplinar y profesional que eligió. También son oportunidades para conocer los procesos mediante los cuales se elabora y reformula el conocimiento que conforma las teorías y fundamenta las aplicaciones en cada ciencia y ejercicio profesional. Por ello es que resulta interesante incluir entre los contenidos de un curso introductorio a la carrera de Psicología la reseña de algunas tareas de investigación que los psicólogos realizan para facilitar la comprensión de sus características básicas y finalidades. Puesto que el campo de conocimientos de la Psicología es extremadamente vasto y diversificado, se optó a los fines de este artículo por presentar investigaciones en una temática en particular (la ansiedad ante los exámenes) en la que la producción a nivel internacional se remonta a mediados del siglo XX y que en esta Facultad está conformándose como una nueva línea de trabajo con un equipo en vías de consolidación. De este modo se pretende dar a conocer algunos estudios que se vienen realizando a nivel local y mostrar cómo éstos se desprenden y relacionan con producciones de autores de otras latitudes, algunos de los cuales acompañan y asesoran a los docentes y estudiantes investigadores de esta Facultad. Antes de continuar resulta oportuno aclarar que el estudiante va a encontrar una serie de términos técnicos en cursiva, que serán definidos brevemente. No se profundizará en los mismos ya que esto corresponde a las asignaturas de los primeros años de la carrera, y en este artículo sólo se presentan de manera preliminar y descriptiva sin pretender que el ingresante logre aún la comprensión acabada de su significado. Ansiedad ante los Exámenes (AE) El término “Test Anxiety”, o AE, fue empleado por Sarason & Mandler (1952) para describir la tendencia de algunos estudiantes a experimentar elevados niveles de ansiedad en situaciones de carácter evaluativo. Un examen es el ejemplo típico de estas situaciones, aunque el término se hace extensivo, en algunas ocasiones, a dar un discurso, hablar en público, presentarse a una entrevista laboral o responder a pruebas psicológicas o test de aptitudes o inteligencia, todas situaciones de exposición social. La característica fundamental de la AE es la elevada preocupación por un posible mal desempeño en la tarea y las consecuencias negativas que una ejecución defectuosa pueda tener en la autoestima, la valoración social, o la pérdida de algún beneficio esperado que pueda conllevar (Gutiérrez Calvo y Avero,1995). Como toda respuesta 273 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea emocional, posee manifestaciones cognitivas, fisiológicas y conductuales. Entre las primeras figuran la preocupación, expectativas de fracaso, autodesvalorizaciones, pensamientos intrusivos y no relacionados con la tarea a realizar, y distracción, entre otras. A nivel fisiológico se produce un incremento de la frecuencia cardíaca, sudoración, tensión muscular, opresión en el pecho, temblores, aumento de la actividad intestinal, dificultad respiratoria, visión borrosa, etc. Los comportamientos más frecuentes son la evitación de la situación temida, la postergación de las tareas necesarias para hacer frente a la evaluación (estudiar), hiperactividad, comer y fumar más de lo habitual, y morderse las uñas, entre otras. Probablemente, todo estudiante experimentó alguna vez esta emoción, al enfrentarse a evaluaciones difíciles e importantes para sí mismo, cuyos resultados podrían tener consecuencias directas sobre sus proyectos. Cuando esta experiencia se limita a una situación particular y tiene un tiempo limitado se la denomina “estado de ansiedad”. En el caso de ser una forma habitual de responder ante las evaluaciones, un comportamiento personal típico y predecible, se la denomina “rasgo situacional y específico” (Spielberger, 1980). Quienes habitualmente experimentan altos niveles de AE presentan problemas en su rendimiento académico, debido a que, a pesar de haber estudiado la materia que planean rendir, llegada la fecha están tan inseguros y temerosos de fracasar que no concurren al examen, o lo hacen tan nerviosos que se “bloquean” y no logran recordar lo que saben o lo expresan de manera confusa y desordenada, obteniendo bajas calificaciones. Estos alumnos además de retrasarse o abandonar su carrera, con frecuencia empiezan a sufrir otros problemas emocionales: se deprimen, su autoestima disminuye, padecen afecciones gastrointestinales, bajan o suben de peso y pueden hacer abuso de alcohol u otras substancias, con la expectativa de aliviar su malestar. Frecuentemente ocultan el problema a sus familiares, temiendo desilusionarlos y hasta llegan a simular que han rendido bien aun cuando ni siquiera se presentaron. Investigaciones en AE Considerando la importancia de esta problemática hace 60 años que distintos grupos de psicólogos se han dedicado a estudiar la AE, buscando explicaciones para su origen; identificando factores que facilitan su aparición, permanencia o agravamiento; evaluando sus consecuencias; y buscando metodologías de intervención psicológica y educativa para revertirla o disminuir su impacto. Algunos autores realizaron importantes revisiones denominadas “estados del arte” que permiten conocer el nivel de avance logrado en el conocimiento de la AE a nivel internacional (Zeidner, 1998). Además, en algunas universidades europeas y norteamericanas existen servicios de asistencia que implementan programas específicos de tratamiento para los estudiantes con elevada AE e investigan al mismo tiempo su efectividad. En las universidades argentinas, el desarrollo de la investigación sobre la AE recién está comenzando, con pequeños grupos de trabajo que han realizado revisiones bibliográficas, adaptación de escalas para medir AE, estudios correlacionales y de prevalencia en diferentes facultades y algunas experiencias puntuales de tratamiento en estudios de caso. Se describirán a continuación algunos ejemplos. 274 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea A) Revisiones bibliográficas Un análisis exhaustivo de las publicaciones referentes a un tema específico de investigación es un procedimiento básico y necesario para poder familiarizarse con los conceptos, definiciones y teorías disponibles en el campo de estudio elegido. Generalmente es el punto de partida para quien se inicia en un tema nuevo de trabajo y necesita conocer qué es lo que se ha producido hasta el momento. La revisión bibliográfica es una estrategia denominada exploratoria que requiere la búsqueda, selección, obtención y procesamiento de artículos científicos, en versiones impresas o digitales, y que suele complementarse con entrevistas personales y/o comunicaciones por correo postal y electrónico con personas especializadas en el tema. Una alumna que estaba concluyendo la carrera (Ponzo, 2006) realizó para su Trabajo Final de Licenciatura (T.F.L.) un estudio con estas características. Buscó, obtuvo y sistematizó un importante número de artículos sobre AE publicados en revistas de Psicología, en inglés y en castellano, impresas o en versión digital. Su contenido se refiere a las definiciones y dimensiones de la AE, las explicaciones de su origen, los modelos teóricos sobre su relación con el rendimiento académico y los programas para su tratamiento. La tarea insumió dos años y generó un material de lectura sumamente útil para quien se inicia en el estudio de la AE. Paralelamente, un docente (Furlan, 2006) desarrolló una revisión de las características y propiedades psicométricas de las escalas e inventarios para evaluar AE en diferentes países. Los instrumentos de medición psicológica que se emplean en la investigación y práctica profesional requieren una serie de estudios para reunir evidencias sobre sus fundamentos teóricos y niveles de validez y confiabilidad que poseen, dos condiciones necesarias para un uso técnicamente adecuado y éticamente responsable de los mismos. Cuando se decide emplear una escala de medición psicológica en un contexto cultural distinto al originario resulta necesario además un proceso de adaptación. B) Adaptación de escalas de AE La mayoría de los inventarios de AE fueron construidos en países anglosajones, por lo que no pueden ser empleados en nuestro medio en forma inmediata. Es necesario realizar un proceso de adaptación, que incluye un análisis previo de las características de la cultura en que la prueba fue construida y aquélla a la que se piensa adaptarla, la traducción de los ítems, el análisis de equivalencia entre las versiones y los estudios psicométricos correspondientes. Furlan, Cassady, Pérez y Daniele (2007) adaptaron una escala de manifestaciones cognitivas de AE de origen norteamericano, trabajando en colaboración con el autor principal de la misma. Los ítems de la Cognitive Test Anxiety Scale (CTAS, Cassady y Johnson, 2002) fueron traducidos al castellano por los investigadores argentinos. Luego, éstos fueron traducidos nuevamente al inglés por otra persona que no participó del proceso anterior. Este método se llama traducción inversa. Ambas versiones fueron comparadas por el autor de la escala, quien formuló algunas observaciones y sugerencias para asegurar la equivalencia de las escalas original y adaptada. Ésta fue administrada a una muestra de 376 estudiantes de las Facultades de Psicología y Ciencias Químicas de la U.N.C. Empleando un paquete informático de 275 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea estadística, se realizó un Análisis Factorial Exploratorio, un procedimiento complejo que permite conocer la estructura interna de la prueba, reduciendo un número elevado de variables (en este caso ítems) a algunos pocos agrupamientos o factores latentes que luego conforman las sub-escalas de la prueba. Posteriormente se realizaron estudios de consistencia interna y estabilidad, dos dimensiones de la confiabilidad que requieren el empleo de otros índices estadísticos. Como resultado de este trabajo se obtuvo una escala más breve que la original, adaptada al idioma español, para utilizar en estudios de AE en poblaciones universitaria argentina. Esta adaptación al español se suma a una en árabe realizada en Kuwait (Cassady, Mohammed y Mathieu, 2004) y permitirá llevar a cabo estudios de carácter transcultural. En esta experiencia participaron dos estudiantes, incorporados bajo el sistema de créditos por prácticas en investigación. Este mecanismo permite incluir alumnos en proyectos de investigación, para lo cual deben presentarse a una convocatoria, y los que son seleccionados estudian en profundidad el tema del que trata el proyecto leyendo los mismos textos que los docentes y aprenden a utilizar las herramientas técnicas, estadísticas e informáticas necesarias para llevar a cabo la investigación. De este modo logran acreditar una o más materias electivas (lo cual depende de la carga horaria del proyecto) y obtiene también los créditos en tanto autores o colaboradores, cuando se presentan los resultados en un congreso o publicación. Otro ejemplo interesante de adaptación fue la del Reaction To Test (RTT, Sarason, 1984), otro inventario de AE compuesto por 4 escalas denominadas: preocupación, tensión, pensamientos irrelevantes y síntomas corporales (Perin, 2007). A diferencia del estudio previo, en este T.F.L. se hizo una traducción directa de los ítems, los cuales se administraron junto con la versión original a una muestra de 37 estudiantes bilingües (del traductorado en inglés) con un intervalo de dos semanas. La equivalencia se analizó mediante la correlación entre las puntuaciones de ambas versiones de la escala. Luego, la versión en español se aplicó a 300 estudiantes de las Facultades de Ciencias Exactas, Psicología y Derecho para estudiar sus propiedades psicométricas. Del RTT existen adaptaciones al idioma hebreo (Bienbaum y Montag, 1986) y al árabe (Nasser, Takahashi y Benson, 1997). Esta alumna desarrolló todas las tareas necesarias para el proyecto (traducciones, selección de las muestras de alumnos, toma de las pruebas, carga y procesamiento de datos, redacción de informe) con su asesor de TFL y la colaboración específica de otros docentes a quienes se solicitó que participaran de algunas etapas del proyecto. Actualmente, otros estudiantes (Heredia y Piemontesi, 2007) están adaptando el German Test Anxiety Inventory (TAI-G; Hoddap, 1996), una prueba de AE de origen alemán de 30 ítems agrupados en las escalas: preocupación, interferencia, emocionalidad y falta de confianza. Emplearon el método de traducción inversa para la cual lograron la colaboración de su autor principal, a quien le escribieron para comentarle sus planes y pedirle una opinión. Los resultados que obtuvieron son muy semejantes a los de la prueba en su idioma original. El TAI-G también fue traducido en estudios previos al inglés (Benson y Hoddap, 1997). El que se realicen trabajos de características similares se relaciona con la incorporación de estudiantes avanzados a un grupo de investigación, para participar de los proyectos en curso (mediante los créditos por prácticas en investigación o como recursos humanos en formación). Realizan un aprendizaje intensivo de tipo teórico y técnico trabajando junto a los docentes (investigadores en un ámbito de especialización, 276 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea por lo que es casi natural que los subproyectos que surjan, por ejemplo T.F.L., estén en la misma línea. El Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa contiene diferentes líneas de investigación que comparten el interés por construir o adaptar pruebas psicológicas, y hay otros proyectos a los cuales también pueden incorporarse los alumnos interesados en aprender las habilidades necesarias para realizar este tipo de investigaciones28. Si bien un T.F.L. puede iniciarse a partir del interés de los alumnos por un tema específico y vinculado a contenidos de alguna materia electiva que hayan cursado, a un área de ejercicio profesional o a un enfoque teórico que les resultó especialmente atractivo (de hecho un importante número de proyectos surgen de este modo); las posibilidades de transitar de una manera medianamente fluida y ordenada por este proceso de aprendizaje y producción de conocimiento aumentan al incluirse en una línea de trabajo preexistente, en la que puedan partir de desarrollos en curso y asegurarse el acceso a fuentes bibliográficas y el asesoramiento teórico y metodológico por parte de docentes que ya vienen realizando investigación en esa temática. Prescindir de esto implica el riesgo de trabajar mucho y en forma poco productiva, necesitando del auxilio de asesores externos o teniendo que cambiar de planes a mitad de camino, lo que prolonga el egreso y genera un importante desgaste emocional. C) Estudios de prevalencia Cuando se desea conocer la magnitud en la que una condición patológica se presenta en una determinada población se realizan estudios de tipo epidemiológicodescriptivo. Esto permite estimar en forma aproximada la cantidad absoluta o el porcentaje de casos que presumiblemente están bajo dicha condición. La AE no constituye una condición clínica en sí misma, al estilo de los demás trastornos de ansiedad (fobia social, ansiedad generalizada o ataques de pánico). Sin embargo puede conceptualizarse como un conjunto de síntomas o indicadores que están presentes en otros cuadros y poseen en sí mismos la capacidad de generar intenso malestar en quien los experimenta. Por ello la AE constituye un motivo de consulta frecuente y que interesa a los profesionales que asisten a poblaciones estudiantiles. En conjunto con el gabinete psicopedagógico de la Facultad de Ciencias Químicas, se realizó una evaluación de los niveles de AE de los estudiantes de bioquímica, farmacia y química. Alumnos de diferentes cursos (N=476, 67% femenino) completaron una escala de manifestaciones cognitivas de ansiedad ante los exámenes (Furlan, Pérez y Daniele, 2006) más una serie de preguntas sobre a su desempeño académico. Los resultados mostraron que 1 de cada 10 alumnos presenta niveles considerablemente elevados de AE (puntajes Z ≥ 1,5). La media de las puntuaciones del grupo femenino (M= 38,22, DS= 9,71) fue superior a la de varones (M= 35,19, DS= 9.70), y la diferencia entre las medias resultó estadísticamente significativa (t (474)= 3,204 p<,001) en concordancia con lo señalado por diversos autores (Hembree, 1988; Gutiérrez Calvo, 1996). Más de la mitad de los casos con niveles elevados de ansiedad ante los exámenes se concentra en la Licenciatura en Bioquímica. De acuerdo al año de cursado, De hecho, se invita a los alumnos a ingresar a la página web del laboratorio para conocer las líneas de investigación actuales y la revista Evaluar (www.revistaevaluar.com.ar), cuyos textos son de acceso libre y gratuito. 28 277 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea la mayor concentración de casos con elevada ansiedad correspondió al primero y al último año. Actualmente se está extendiendo esta evaluación a otras unidades académicas, incorporándose, además de la escala de AE, una de afrontamiento y otra de estrategias de aprendizaje. D) Estudios correlacionales: Los estudios correlacionales se basan en la medición de dos o más variables, y en el análisis del grado en que los cambios en una de ellas se acompañan de cambios en la(s) otra(s). Buena parte de la investigación en Psicología se desarrolla con este tipo de diseños que comprende análisis bivariados y multivariados. Se describen algunos ejemplos de estudios realizados a nivel local. D1) AE y rendimiento académico La literatura sugiere, de manera coincidente, que AE y rendimiento se relacionan en forma negativa (Hembree, 1988; Gutiérrez Calvo, 1996; Zeidner, 1998). En esta clase de estudios suelen emplearse como instrumentos de medida para la AE autoinformes como los descriptos en el apartado previo. Para el rendimiento se emplea una amplia diversidad de indicadores como, por ejemplo, las puntuaciones en pruebas de habilidad, tareas de comprensión lectora, resolución de problemas, notas obtenidas en exámenes generales de aptitud académica (frecuentes en sistemas educativos como el norteamericano), calificaciones finales o parciales en materias particulares, o promedio general. En un estudio realizado en la Facultad de Ciencias Químicas (Sánchez Rosas, Heredia y Furlan, 2007) se constató el impacto negativo de la AE en el rendimiento académico, observándose correlaciones moderadas y negativas (r -,302 p<,001) entre las puntuaciones obtenidas en una escala de AE y el promedio general de calificaciones autoinformado. Sin embargo, se encontró también un grupo de alumnos con promedios altos y niveles elevados de ansiedad ante los exámenes, lo que indica la presencia de, al menos, dos subtipos de estudiantes con elevada ansiedad ante los exámenes, que difieren en función de su rendimiento y probablemente también en sus habilidades para estudiar (Naveh-Benjamin, Mc Keachie y Lin, 1987). D2) AE y estrategias de estudio El hecho de que los estudiantes con elevada AE presenten bajo rendimiento académico ha sido explicado por algunos autores como un efecto producido por el uso de estrategias poco eficaces para estudiar. Numerosos estudios indicaron que la AE se asocia a estrategias poco elaboradas y memorísticas de estudio, dificultades en la autorregulación del aprendizaje, en la comprensión y organización de conceptos, en la diferenciación del material relevante y accesorio, y en el establecimiento de relaciones y 278 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea procrastinación (Culler y Holohan, 1980; Naveh-Benjamin, Mc Keachie y Lin, 1987; Cassady y Johnson, 2002). Desde esta perspectiva, la AE es una señal que aparece cuando se percibe una inadecuada preparación, siendo este déficit el factor explicativo primario del bajo desempeño. En consecuencia, la disminución en el rendimiento puede deberse a la interferencia de pensamientos adversos durante la recuperación del material, a una carencia de adquisición del material relevante por déficit en las habilidades de estudio o a una combinación de ambos factores. Para Naveh-Benjamin, et al. (1987) existirían dos tipos de estudiantes con elevada AE: aquéllos con estrategias de estudio inefectivas, que tienen problemas para codificar, organizar y recuperar la información; y los que tienen problemas para recuperar la información durante el examen, quienes mejoran su rendimiento en situaciones no amenazantes, presumiblemente a causa de poseer un conocimiento adecuado. Actualmente se está iniciando un estudio orientado a caracterizar las estrategias de aprendizaje que emplean los estudiantes con elevada AE y a explorar los contenidos de sus preocupaciones relacionadas a la evaluación y su influencia en la elección de las estrategias de trabajo intelectual cuando se preparan para rendir un examen final (Furlan, Heredia, Piemontesi y Sánchez Rosas, 2007). En el año 2008 se presentará una propuesta para incluir estudiantes al proyecto bajo la modalidad de créditos por prácticas de investigación. D3) AE, estrategias de afrontamiento y autoeficacia para el aprendizaje. El comportamiento de la AE se relaciona con el de otras variables cuyo estudio resulta de interés para lograr una mayor comprensión de los complejos procesos psicológicos en contextos de aprendizaje y estrés evaluativo. Los exámenes constituyen eventos estresantes ya que demandan la puesta en juego de los recursos personales para hacerles frente de modo exitoso. Desde el modelo transaccional del estrés, se los puede definir como eventos que poseen cierto valor para el estudiante y contienen un determinado grado de dificultad o amenaza percibida (evaluación primaria) que puede superar o no las capacidades personales (evaluación secundaria). Un desequilibrio entre amenaza y recursos se expresa, entre otras formas, como ansiedad. Esta emoción actúa como señal que activa el proceso de afrontamiento (Zeidner, 1998). El afrontamiento se refiere a aquellos esfuerzos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas y/o internas que son valoradas como excedentes o desbordantes respecto de los recursos del individuo (Lazarus y Folkman, 1984). Se pueden distinguir tres tipos de afrontamiento en función de que las estrategias utilizadas se orienten a resolver la situación generadora de estrés, a evitarla o a buscar apoyo externo para aliviar el malestar emocional. La autoeficacia para el aprendizaje hace referencia a la capacidad propia, percibida por los estudiantes, de comprometerse en procesos de aprendizaje, tales como planificación, organización y memorización, durante el estudio académico (Zimmerman, Bandura, y Martinez-Pons, 1992). Los estudiantes que obtienen mejores rendimientos poseen mayores capacidades de autorregulación de sus procesos de aprendizaje y suelen experimentar menores niveles de AE (Pintrich y De Groot, 1995). 279 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Las relaciones entre estos tres conceptos están siendo exploradas en un T.F.L. (Heredia y Piemontesi, 2007), para lo cual se ha realizado la adaptación de una escala de AE y otra de Afrontamiento en una muestra de 300 estudiantes. Emplearán también una escala de autoeficacia para el aprendizaje, denominada SELF-A, la cual ya fue adaptada en otro T.F.L. por Bugliolo y Castagno (2005) con la colaboración del Dr. Zimmerman, un profesor norteamericano autor de la escala. Uno de los objetivos de este estudio es estimar la contribución que cada variable independiente realiza a la predicción del rendimiento académico, para lo que emplearán un análisis estadístico complejo llamado regresión múltiple En base a los ejemplos previos podrá advertirse que un estudiante interesado en la investigación necesita manejar, de manera medianamente fluida, las herramientas informáticas, para buscar y obtener artículos científicos mediante bases de datos en Internet, analizar amplios volúmenes de datos con programas de estadística (para lo cual, obviamente, debe poseer los conocimientos de estadística), leer y comprender textos escritos en otro idioma (en inglés principalmente, aunque no de modo exclusivo) y “animarse” a establecer contacto con científicos de otras universidades (nacionales o extranjeras) para formularles preguntas y solicitarles artículos y opiniones relacionadas al trabajo que planean desarrollar. Éstas son sólo algunas de las competencias necesarias para la investigación y se relacionan a las actividades que realiza el autor de este artículo, pero no representan todas las variantes existentes. El ingresante debe saber que las competencias difieren de acuerdo a las áreas de trabajo, al tipo de problemas que se abordan, a los enfoques teóricos, a los estilos y contextos de investigación, y esto lo irá descubriendo a medida que avance en la carrera. D4) Distorsiones cognitivas en estudiantes con elevada AE. Los enfoques cognitivos en psicoterapia postulan que los pacientes ansiosos presentan ciertos patrones de pensamiento con los que, al analizar sus experiencias, obtienen conclusiones irracionales que les generan intenso malestar. Entre estas formas de procesar información se encuentran el pensamiento catastrófico, dicotómico o todo o nada; el filtraje de experiencias que confirman sus creencias; y la sobregeneralización, entre otros. Peralta y Peralta (2007) están estudiando en su T.F.L. estos patrones de pensamiento en estudiantes de segundo año de Psicología con elevada y baja AE. Luego de realizar una entrevista individual se procede a desgrabar y transcribir la conversación, y se aplica un análisis de contenido, que es una técnica para procesar material verbal, organizándolo y agrupando las respuestas. Si la hipótesis de trabajo es correcta, se encontrará una mayor cantidad y variedad de distorsiones en el discurso de los estudiantes con elevada AE, en comparación con los de baja AE. Que se aborde el problema desde este enfoque teórico obedece a la formación clínica del asesor del T.F.L. Hay muchas escuelas psicoterapéuticas (psicoanalíticas, gestálticas, sistémicas, etc.), y desde cada una de ellas se va a conceptualizar el problema de una manera específica, empleando términos propios, siguiendo su lógica particular y recurriendo a sus propias herramientas de evaluación y análisis. Sería provechoso que la producción de conocimientos se ampliara, incluyendo a algunas de estas perspectivas. 280 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea E) Tratamientos de la AE Durante los últimos 30 años se han elaborado diferentes programas de intervención para disminuir los elevados niveles de AE y sus efectos negativos en el rendimiento y la salud de los estudiantes. Ponzo (2006), en una amplia revisión, caracterizó un buen número de ellos, detallando sus fundamentos, aspectos técnicos y niveles de efectividad informada. Existen programas simples enfocados al control de la ansiedad mediante técnicas de relajación o respiración, de revisión y modificación de las creencias disfuncionales que la sostienen y de exposición a situaciones temidas, entre otras. También hay programas multicomponentes, que dedican una fase al entrenamiento en estrategias de estudio, al desarrollo de habilidades sociales o a la resolución de problemas en combinación con las técnicas para el control de la ansiedad (Escalona y Miguel Tobal, 1996). Recientemente se han publicado trabajos novedosos en los que se emplean, para el tratamiento de la AE, estrategias tales como el EMDR o desensibilización, y el reprocesamiento por movimiento ocular (Maxfield y Melnick, 2000); la realidad virtual (García Ruíz, Bustos Mendoza, Luquín Pérez, Pérez Ruvalcaba, Patiño Cardenas y Vera Noriega, 2004) o la danza-terapia (Erwin-Grabner, Goodill, Hill y Von Neida, 1999). En la Argentina hay pocos estudios clínicos publicados. Arana (2002) presentó un estudio de caso con un tratamiento cognitivo-conductual para la fobia social circunscripta. El síntoma principal en este trastorno era el temor acusado y la evitación de una situación social particular: los exámenes orales. Aplicó técnicas de reestructuración cognitiva y modelado encubierto, y obtuvo buenos resultados terapéuticos. En este artículo se discute el papel central de las creencias perfeccionistas en el surgimiento de esta fobia social. A nivel local se han realizado algunas experiencias de tipo preventivo, mediante talleres psicoeducativos de corta duración (Mías, 2005, comunicación personal) y estudios de caso con un enfoque de tratamiento integrativo (Furlan, 2007). La participación de estudiantes en este tipo de estudios resulta un poco más compleja, ya que demanda un entrenamiento más prolongado y profundo, y requiere especial cuidado y respeto de cuestiones éticas del ejercicio profesional. La Facultad de Psicología recién está empezando a implementar algunos servicios de tipo clínico a la comunidad, en los cuales progresivamente los estudiantes podrán incorporarse, para realizar prácticas preprofesionales y tareas de investigación. Conclusiones El desarrollo de investigaciones en el ámbito de la AE a nivel local es incipiente y a la vez promisorio. Durante el presente año lectivo se está desarrollando un seminario electivo para estudiantes avanzados de Psicología denominado Ansiedad ante los Exámenes: Taller de Investigación; con la participación de un entusiasta grupo de 20 alumnos que está dando forma a sus proyectos de investigación. Probablemente, éstos se implementen en el año 2008 como T.F.L., lo que ampliará considerablemente las producciones locales sobre la AE, con perspectivas de trascender las fronteras de la facultad mediante presentaciones a congresos y envío de artículos para publicación en revistas científicas arbitradas, nacionales e internacionales. 281 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Generar y sostener una línea de investigación supone apuestas a largo plazo, ya que el estudio en profundidad de una temática requiere tiempo, dedicación, algunas condiciones materiales y apoyo institucional. La Facultad de Psicología de la U.N.C. vive un momento favorable y propicio para la multiplicación de experiencias como las relatadas en este artículo debido a la existencia de numerosos grupos emergentes de trabajo impulsados por colegas jóvenes y altamente motivados, quienes desarrollan sus proyectos de doctorado y maestría en diversos centros y laboratorios, con el asesoramiento de docentes e investigadores más experimentados de esta unidad académica y de otras, nacionales o extranjeras. Por otra parte, el disponer de acceso a bases de datos con artículos a texto completo mediante Internet (Sciencedirect o Ebsco) permite conocer la producción mundial sobre el tema de interés, en forma rápida y económica. A la vez, la incorporación de estudiantes avanzados a los proyectos en desarrollo facilita la formación de nuevos recursos humanos, que por un lado adquieren entrenamiento intensivo y colaboran en la ejecución de diversas tareas, y por otro enriquecen el trabajo del equipo con sus aportes y mirada crítica. Esto aumenta las probabilidades de que las líneas de investigación se consoliden y profundicen con el tiempo. Lo presentado en este artículo pretende ser sólo una muestra de lo que se hace en materia de investigación a nivel local, con escasos recursos y una buena cuota de entusiasmo y creatividad. El panorama es mucho más amplio y diverso. Se invita a los ingresantes a descubrirlo. Bibliografía Arana F. G. (2002) Fobia social como problema de alto perfeccionismo: estudio de caso aplicando un tratamiento cognitivo conductual. Revista Argentina de Clínica Psicológica Vol XI, N.º 3,.191-209. Bienbaum, M. y Montag, I. 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(1992). “Self-motivation for academic attainment: The role of self-efficacy beliefs and personal goal setting”, en American Educational Research Journal, 29, 663-676. Acerca del Autor: Luis Furlán es licenciado y profesor en Psicología, egresado de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. en 1994. Actualmente se desempeña comoJefe de Trabajos Prácticos por concurso y con dedicación exclusiva en la cátedra de Metodología de la investigación psicológica y dicta un seminario de investigación sobre el tema de la ansiedad ante los exámenes. Ha publicado artículos en revistas de Psicología, presentado ponencias y pósters en diferentes congresos y participado en la elaboración de manuales y guías de actividades prácticas en el curso de nivelación y las materias de Psicometría y Metodología de la Investigación Psicológica. Ha realizado tareas de extensión en escuelas rurales y dictado cursos de formación docente. Asesora numerosos trabajos finales de licenciatura y actualmente participa en la Comisión de extensión del H.C.D., como representante de los auxiliares docentes. 284 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Actividad Nº 2 1) ¿Cuál es la definición o idea de Psicología que usted poseía al empezar este Curso de Nivelación? ¿Qué similitudes o diferencias encuentra entre dicha definición y aquella que Cosacov propone al inicio del texto “Problemáticas de la Psicología Contemporánea”? 2) ¿Cuáles son los principales puntos de discusión y desacuerdo en la Psicología actual, los cuales fundamentan el mote de “pre-paradigmática” que Cosacov emplea en el texto de referencia? 3) Cosacov describe en el texto de referencia varias discusiones (metodológicas, epistemológicas, conceptuales, etc) existentes en la Psicología contemporánea. Sin embargo, afirma Cosacov, un punto de acuerdo entre las principales escuelas es el considerar que la conducta humana está reglada, es decir, que no existe la libertad o el libre albedrío ¿Cómo y porqué la mayoría de las escuelas psicológicas arriban a este acuerdo? ¿Hay alguna de ellas que no acuerde? ¿Cuál es su opinión al respecto? 4) Cosacov afirma que actualmente la división por escuelas ha perdido algo de su importancia en la Psicología; con la excepción de un campo de aplicación específico ¿A que área de aplicación nos estamos refiriendo y cómo se da la división por escuelas en el mismo? 5) En el texto “Procesos Psicológicos Básicos: Sensopercepción”, su autor, Marchetti menciona dos formas de clasificar el procesamiento de información sensorial, “procesamiento de abajo hacia arriba” y “procesamiento de arriba hacia abajo”. Explique las diferencias entre cada uno de ellos. 6) Supóngase que usted se encuentra caminando por una calle céntrica y, de repente, ve a su pareja abrazándose y besándose con otra persona. En ese momento usted experimenta una gran sensación de frustración, enojo y rabia y, asimismo, siente que sus latidos cardíacos se incrementan, su respiración aumenta y sus músculos se contraen. ¿En cuál de las categorías de procesamiento sensorial nombradas en la pregunta previa (hacia arriba o hacia abajo) entraría mejor esta situación? Fundamente. 7) En el texto “Procesos Psicológicos Básicos: Sensopercepción”, Marchetti define por separado a los términos sensación y percepción pero marca que, en realidad forman parte de un mismo proceso. Señale los parecidos y diferencias entre cada uno de esto términos. 8) En el artículo "“Procesos Psicológicos Básicos: Aprendizaje” (Pautassi) se describe una forma de aprendizaje por la cuál un estímulo previamente neutro adquiere la capacidad para evocar o generar un comportamiento en el sujeto. Esta forma de aprendizaje se denomina condicionamiento clásico. Tenga en cuenta el artículo mencionado para analizar la siguiente situación Juan es joyero y habitualmente realiza adecuadamente su trabajo, disfrutando de ello. Sin embargo, una tarde unos ladrones entran a su negocio y violentamente roban su mercadería, situación que, mientras tenía lugar, generó en Juan 285 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea una intensa sensación de miedo. A partir de allí Juan empezó a experimentar potentes sentimientos de ansiedad al estar en su negocio y, particularmente, al tocar las joyas. Esta situación se prolongó por aproximadamente un mes, hasta que luego, poco a poco, Juan volvió a sentirse como siempre. Sin embargo, aún hoy, mas de dos años después de los sucesos, Juan experimenta una o dos veces por trimestre sensaciones de ansiedad parecidas a la original, si bien la misma desaparece rápidamente. 8.1) Cuál es el estímulo condicionado en esta situación? Es decir, identifique un estímulo previamente neutro que adquiere capacidad para evocar una respuesta debido a presentarse al mismo tiempo que una situación que innatamente ya genera una reacción. 8.2) ¿Que estímulo o circunstancia cumple el rol de estímulo incondicionado en la situación? 8.3) ¿Cuál es la respuesta condicionada? ¿Es igual o similar a la incondicionada? 8.4) El texto ilustra también el fenómeno de la recuperación espontánea. Identifique la sección en que lo hace. 9) Observe el gráfico que se encuentra a continuación. En él se representan las investigaciones sobre condicionamiento operante realizadas por Thorndike (detalladas en "Procesos Psicológicos Básicos: Aprendizaje" (Pautassi). Puntualmente, se presentan las curvas de aprendizaje de tres sujetos experimentales (un perro, un gato y un pollo), las cuáles reflejan el tiempo que necesitaron para realizar la respuesta correcta y, por lo tanto, escapar de la caja problema. Latencia de escape (segundos) 160 140 120 Pollo Perro 100 Gato 80 60 40 20 0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 Ensayos experimentales 286 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 9.1) ¿Cuál es el reforzador en esta situación? ¿Es de tipo positivo o negativo? Fundamente. 9.2) ¿Es exitoso el procedimiento de aprendizaje? Justifique su respuesta señalando aspectos puntuales de las curvas gráficas. Si efectivamente el procedimiento es exitoso, ¿Cuál de las tres especies parece aprender mejor? Justifique. 9.3) En el texto “Procesos Psicológicos Básicos: Aprendizaje”, Pautassi afirma, refiriéndose a los experimentos de Thorndike, “Se hace clara aquí la concepción del aprendizaje, en este caso operante, como un rasgo común a las diferentes especies, que trasciende las diferencias superficiales que estas poseen.” A la luz de los resultados presentados en el gráfico ¿Es justificada esta afirmación del autor? 10) Revise la figura que aparece en el texto “Procesos Psicológicos Básicos: Memoria” (Pautassi). En ella se grafica como se almacena un concepto según el modelo mutidimensional de la memoria semántica. Intente construir un diagrama análogo al allí descripto pero que haga referencia a una hipotética memoria de “medios de transporte” (trenes, barcos, etc). Si lo desea, puede utilizar el diagrama que se encuentra abajo como punto de partida. Luego de ello intente explicar con sus propias palabras y empleando su diagrama como ejemplo, la forma en que, según el modelo, está estructurada la memoria semántica en los humanos. Medios de Transporte Que se usan en tierra Que se usan en el agua Que se usan en el aire 11) En el artículo “Procesos Psicológicos Básicos: Memoria” (Pautassi)” se explican diversos factores que facilitan o impiden la expresión de una memoria. Trataremos de aplicar dichos conocimientos en el análisis de una situación problema. Analice la siguiente situación problema: Supóngase un experimento en que a diferentes grupos de sujetos se le enseñan listas de palabras. Las palabras que componen las listas se refieren a animales (gato, perro, etc) o frutas (pera, manzana, etc). Con posterioridad los sujetos son evaluados en relación a la cantidad de palabras que recuerdan. Cada uno de los grupos es sometido a procedimientos de evaluación levemente diferentes. Específicamente: Grupo A: se les enseña la lista de palabras en un cuarto azul (A). Posteriormente, son evaluados en un cuarto rojo (B). Grupo B: se les enseña la lista de palabras en un cuarto azul (A). Posteriormente, son evaluados en el mismo cuarto (A). 287 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea Grupo C: se les enseña la lista de palabras en un cuarto azul (A). Posteriormente, son evaluados en el mismo cuarto (A). Asimismo, momentos antes de entrar los sujetos son expuestos a un breve documental en el que observan los diferentes procedimientos que se usan para la cosecha de la manzana. Grupo D: se les enseña la lista de palabras en un cuarto azul (A). Posteriormente, son evaluados en el mismo cuarto (A). Asimismo, momentos antes de entrar los sujetos son expuestos a dos breves documentales. En uno se observan los diferentes procedimientos que se usan para la cosecha de la manzana, en el otro se ilustra con imágenes la diversidad animal que posee el África. Teniendo en cuenta las características de la memoria señaladas por Pautassi en el texto de referencia, ordene de mayor a menor los 5 grupos en la siguiente tabla de acuerdo a la cantidad de palabras que deberían recordar. En otras palabras, ¿Cuál será la magnitud de la memoria en cada uno de los grupos? ¿Cuál de los grupos recordará mejor? Fundamente dicha decisión en la tercera columna de la tabla. Posición Grupo Fundamentos 12) Analice el ejemplo de Juan, el joyero, planteado en el punto 9) desde la perspectiva de las reacciones emocionales: 12.1) ¿Cómo explicarían James y Lange la aparición de la ansiedad en el momento del atraco? 12.2) ¿Cuál sería la utilidad de las emociones en este caso? 12.3) Explique la conducta de Juan, el joyero, a partir de las dimensiones atribucionales. 13) Los humanos diariamente experimentamos emociones y sentimientos. Dichas vivencias son habitualmente recogidas y descriptas en la literatura de ficción. En el siguiente fragmento (extraído y adaptado del libro “La edad de Hierro”, del autor sudafricano J.M. Coetzee), se describen las sensaciones que experimenta la protagonista al enterarse que está enferma de cáncer. Lea cuidadosamente el texto: “Ayer el doctor me dio la noticia. No era una buena noticia, pero la recibí yo, era mía y no podía rechazarla. Quería tomarla en mis brazos y apretármela contra el pecho y llevármela a casa, sin negar con la cabeza, sin lágrimas… Solamente empecé a temblar cuando, de vuelta a casa, salí del coche. Después de cerrar la puerta del garaje me tiritaba todo el cuerpo: para recuperarme tuve que apretar los dientes y agarrar el bolso con fuerza.” 13.1) A partir de la descripción que realiza Coetzee, cómo ordenaría Ud. la cadena de sucesos (a la manera de un diagrama de flujo) tales como a) las reacciones fisiológicas, b) la valoración cognitiva del evento, c) la valoración cognitiva de las reacciones 288 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea fisiológicas, d) la percepción e interpretación del evento, e) la conciencia de las reacciones emocionales (puede Ud. agregar otros sucesos o mecanismos). 13.2) Intente describir lo experimentado por la protagonista a partir de las dimensiones afectivas mencionadas por Murillo en el texto de referencia (tono, intensidad, duración). 14) En el texto “Procesos Psicológicos Básicos: Motivación”, su autor menciona muchas y diferentes teorías de la motivación. Intente crear un cuadro comparativo de las mismas. A continuación se le propone una estructura tentativa del mismo con algunas categorías de comparación. Nombre de la Año Autores o Conceptos teoría aproximado de figuras que la principales aparición desarrollaron Ejemplo de explicación 15) Todos los artículos que componen el manual que usted esta leyendo son artículos científicos o académicos. Este tipo de artículos poseen usualmente una forma y estructura diferente a otros tipos de comunicación escrita. Trataremos de analizar estas diferencias en la presente actividad. Lea con atención los siguientes extractos de artículos de este manual: “El estudio del aprendizaje implica, obviamente, el estudio de la memoria. Sin embargo, los estudios que se han revisado en la sección sobre aprendizaje se preocupan más por los procesos de adquisición y expresión de las respuestas aprendidas (Tarpy, 1997)”. Extraído de: Pautassi, “Procesos Psicológicos Básicos: Memoria”. “Si la forma de las sensaciones sobre la piel fueran el “dato en crudo” de la percepción (como los investigadores Gestalt hubieran sostenido), entonces la condición en que los moldes eran presionadas sobre la palma de la mano debería haber producido el mejor reconocimiento porque esta era la única condición que los sujetos sintieron la forma completa de los moldes. En las otras condiciones experimentales..”. Extraído de: Marchetti, “Procesos Psicológicos Básicos: Sensopercepción”. “Para algunos autores, tales como R.Zajonc (1984) las emociones son procesos claramente biológicos. Simplemente hay que observar que no es posible el desarrollo de una emoción si no se dan ciertos acontecimientos biológicos. No es posible sentir miedo si no hay aumento de la frecuencia cardíaca, aumento de la tensión arterial, activación de ciertas regiones cerebrales (por ejemplo, la amígdala), etc. Son reacciones anteriores o posteriores a la cognición, pero claramente distintas a estas.” Extraído de Murillo, “Procesos Psicológicos Básicos: Emoción”. 289 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 15.1) Analicemos algunos aspectos formales de la redacción ¿Cuál es persona más utilizada en los textos, primera (hemos señalado, encontrado, revisado, etc), segunda (han señalado, etc) o tercera (se ha encontrado…). 15.2) ¿Cuál parece ser el principal propósito de los autores en los párrafos? ¿Convencer al lector sobre una posición? ¿Describir un proceso? ¿Informar sobre hechos? 15.3) Observe que en algunos de los textos se hacen citas o referencias [por ejemplo, cuando se menciona a Esquirol (1838)]. ¿De que año datan? ¿En que lugar del texto se ponen? ¿Cuál le parece que es la función de las mismas? Al final de los textos encontrará una lista con bibliografía. Trate de encontrar las citas nombradas en el texto en dicha lista. En el caso de encontrarlas ¿Qué tipo de información adicional le provee dicha lista? 15.4) Compare los extractos de los artículos que acaba de leer con un extracto del cuento “Delia Elena San Marco”, de Jorge Luis Borges. Considere todas las características señaladas en los puntos 15.1, 15.2 y 15.3. “Nos despedimos en una de las esquinas del Once. Desde la otra vereda volví a mirar; usted se había dado vuelta y me dijo adiós con la mano. Un río de vehículos y de gente corría entre nosotros; eran las cinco de una tarde cualquiera; cómo yo iba a saber que aquel río era el triste Aqueronte, el insuperable. Ya no nos vimos más y un año después usted había muerto. Y ahora yo busco esa memoria y la miro y pienso que detrás de la despedida trivial estaba la infinita separación. Anoche no salí después de comer y releí, para entender mejor estas cosas, las palabras que Platón pone en boca de su maestro…” 16. Actividades para el artículo “El problema del objeto de estudio de la Psicología”: 16.1 Explique qué entiende de la siguiente afirmación que realiza el autor: “La visión sociológica permite reconocer que el objeto de estudio es una construcción de una porción de la realidad... se sigue que si es una construcción, (nos alejamos de la concepción positivista de objeto de estudio) entonces es algo afectado por el devenir histórico...” 16.2 ¿Por qué, al realizar un abordaje del objeto de estudio de la psicología, el autor apela a la etimología de las palabras? 16.3 Explique qué quiere decir el autor con las expresiones “idea nominal” e “idea praxiológica”. 16.4 Explique qué se entiende por supuestos epistemológicos, ontológicos y metodológicos. 16.5 Identifique las distintas corrientes de pensamiento que confluyen en el debate sobre el objeto de estudio de la Psicología. 16.6 Identifique distintas concepciones del objeto de estudio de la Psicología. 17. Actividades para el artículo “La multiplicidad de Escuelas en Psicología. La unidad como ilusión y las contradicciones como efectos”: 290 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 17.1 Explique los conceptos de Ciencia normal y Paradigma. 17.2 Analice la diferencia entre pensar a la Psicología como a-paradigmática o como preparadigmática. 17.3 Explique qué significa decir que la psicología es “un campo de saberes no unificado/ ble”. 17.4 Realice un recorrido bibliográfico por las diferentes escuelas de la Psicología, buscando ejemplos que den cuenta de las contradicciones y oposiciones entre las mismas. Para esta actividad puede consultar los libros de Psicología utilizados en la secundaria. 17.5 Reconstruya el sentido del título del artículo: “La unidad como ilusión y las contradicciones como efectos”. 18. Actividades para el artículo “Objeto y método de la Psicología: un análisis epistemológico desde el marco general de las ciencias”. 18.1 Identifique los argumentos de los principales representantes y fundadores de las distintas corrientes de la psicología a partir de Wundt. 18.2 Compare y discuta estos argumentos. 18.3 Identifique las principales críticas a las diferentes corrientes de la Psicología. 18.4 Comparare y discuta esas críticas. 18.5 En artículo de D. Duero se lee: “…las pretensión de que la ciencia se desarrolla sólo construyendo explicaciones legaliformes sobre causas y efectos”. - Explique con sus propias palabras. - Formule alternativas a esta pretensión y expréselas con sus propias palabras. - Busque “explicaciones legaliformes sobre causas y efectos” en materias del secundario como por ejemplo física o biología. 19. Actividades para el artículo “Investigaciones en Psicología, Experiencias locales en el campo de la “ansiedad ante los exámenes”: 19.1 Realice una lista con algunas de las ideas que posees acerca del tema. Ordénelas según el aspecto del problema al que se refieren (características, causas, efectos, etc.) 19.2 Marque con algún color las palabras cuyo significado no comprenda. Busque sus definiciones y discútalas con tus compañeros. 19.3 ¿Qué otras características, síntomas o efectos de la AE conoce que y no estén citadas en el texto? 19.4 Enumere y describa brevemente los diferentes tipos de investigación informados en el artículo. 291 La Psicología: Objeto de Estudio y Problemática Contemporánea 19.5 ¿En qué clase de tareas han participado los estudiantes? Descríbalas. 19.6 ¿Qué conocimientos cree que debe poseer un alumno para colaborar en alguna de estas investigaciones? 19.7 Reúna información sobre alguno de los grupos de investigación existentes en nuestra Facultad y realice un breve informe consignando sus integrantes, temas de trabajo, las técnicas de evaluación que emplean, los sujetos que participan de sus estudios y la forma en la que incluyen a los estudiantes en sus actividades 292