TEMA 9: TIEMPOS DE CONFRONTACIÓN EN ESPAÑA (1902-1939) 1. EL DECLIVE DEL TURNO DINÁSTICO (1898-1917) El reinado de Alfonso XIII (1902-1931) se inició con una fuerte crisis provocada por el desastre del 98 (pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico), lo que llevó a los partidos dinásticos: conservadores y liberales a iniciar un programa de reformas para regenerar la vida de la política española. Sin embargo, ningún político consiguió frenar el caciquismo y la corrupción en las urnas. Además, la oposición al sistema se iba fortaleciendo: republicanos en aumento, grupos nacionalistas catalanes, socialistas (PSOE) y su sindicato (UGT) y grupos de anarquistas, algunos de estos últimos, más radicales, defendían las acciones terroristas. El partido conservador, al mando de Antonio Maura, gobernó hasta 1909, cuando se produjo un hecho que llevó a su caída. Esto fue un levantamiento popular en Barcelona en contra del reclutamiento de soldados para la Guerra de Marruecos (guerra comenzada por los rifeños tras su negativa a que España construyera la línea del ferrocarril próximo a Melilla). El levantamiento fue aplastado por el ejército y la represión resultó desproporcionada (fusilamiento de su cabecilla Ferrer i Guardia). Estos sucesos se conocen como la Semana Trágica de Barcelona (1909) A partir de 1910 el partido liberal gobernó con José Canalejas intentando frenar el poder de la Iglesia católica (fomento de la enseñanza pública, limitación de las asociaciones religiosas…) y llevando a cabo una descentralización del Estado (Mancomunidad de Cataluña). El asesinato de Canalejas por parte de los anarquistas (1912) truncó el gobierno liberal, y los gobiernos conservadores posteriores se enfrentaron a todo el malestar social de la época. Finalmente, en 1917, se produjo una huelga general revolucionaria promovida por los sindicatos de CNT y UGT. 2. CRISIS DE LA RESTAURACIÓN Y DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1917-1931) Entre 1917 y 1923 el sistema monárquico entró en una situación crítica que se reflejó en tres ámbitos distintos: La inestabilidad parlamentaria: se intentó solucionar a través de breves gobiernos de concentración que también se mostraron incapaces de estabilizar el sistema. La conflictividad social: hubo movilizaciones en el campo andaluz, en las fábricas muchos trabajadores se afiliaron a sindicatos y además el pistolerismo se asentó en Barcelona. La guerra de Marruecos: ocurrió que en el año 1921 el ejército español sufrió una estrepitosa derrota en Annual, y más de 12.000 soldados perdieron la vida. Ante tal desastre la oposición de izquierdas pidió una investigación sobre las responsabilidades de la derrota (Expediente Picasso) que nunca llegó a la luz porque ciertos sectores del ejército llevaron a cabo un golpe de Estado para hacerse con el poder. LA DICTADURA DE MIGUEL PRIMO DE RIVERA (1923-1931) En 1923, el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, con el consentimiento de Alfonso XIII, protagonizó un golpe de Estado que dio paso a una dictadura militar inspirada en el fascismo italiano. El golpe de Estado se justificó con el argumento de que el sistema parlamentario y constitucional estaba desprestigiado y era incapaz de garantizar el orden y la revolución social que se avecinaba. El nuevo régimen dictatorial se caracterizó por: la suspensión de la Constitución, la disolución del Parlamento y la prohibición de los partidos políticos y los sindicatos. Se estableció una rígida censura de prensa y una gran represión sobre intelectuales, profesores universitarios y organizaciones de izquierda. Pero debido a la crisis de 1929, la presión de la oposición y falto de apoyos, Primo de Rivera dimitió y Alfonso XIII encargó el nuevo gobierno al general Berenguer, que debía instaurar la legalidad constitucional. 3. LA PROCLAMACIÓN DE LA II REPÚBLICA (1931-1936) Las elecciones municipales fueron convocadas el 12 de abril de 1931, y se presentaron como un plebiscito entre monarquía y república. La oposición al régimen monárquico (republicanos, socialistas y nacionalistas de izquierda) constituyó una coalición unida (Pacto de San Sebastián, 1930), mientras que los partidos monárquicos se presentaron divididos. Los resultados electorales otorgaron fueron similares para ambos, pero aunque los monárquicos mantuvieron su fuerza en gran parte de las zonas agrarias, la coalición republicana socialista triunfó en las grandes capitales y en las regiones industriales. El resultado evidenciaba un rechazo a la monarquía. El pueblo, espontáneamente, salió a la calle y demandó la república. Alfonso XIII suspendió momentáneamente sus poderes, abandonó el país, y el 14 DE ABRIL DE 1931 se proclamó la II República Española en medio del entusiasmo popular. La II República española se divide en tres etapas: a. GOBIERNO PROVISIONAL Y CONSTITUCIÓN DE 1931 Entre abril y junio de 1931 el poder estuvo en manos de un gobierno provisional integrado por republicanos, socialistas y catalanistas de izquierdas. Entre sus medidas cabe destacar una amnistía política, leyes sociales para reducir la jornada laboral a 8 horas y la creación de la Generalitat provisional de Cataluña. Fue una etapa muy convulsa, pues se quemaron conventos como respuesta al apoyo de la Iglesia a la monarquía, y además estallaron importantes huelgas obreras. La necesidad de tener una Constitución era evidente, así pues en junio de 1931 se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, con la tarea de elaborar una constitución: CONSTITUCIÓN DE 1931: principios básicos Sufragio universal masculino y femenino (Clara Campoamor y Victoria Kent 1 lucharon por conseguir el voto femenino. Desde 1933 la mujer podía votar en España) Aconfesionalidad del Estado. Amplias libertades públicas y privadas: derecho a la propiedad privada, aunque el gobierno podía expropiar bienes que considerara de utilidad pública. División de poderes: legislativo (Corte unicameral); ejecutivo (Presidente de la República y Consejo de Ministros) y judicial. Reconocimiento de algunos gobiernos autónomos en algunas regiones. Niceto Alcalá Zamora fue elegido Presidente de la República y Manuel Azaña Presidente del Gobierno. b. EL BIENIO REFORMISTA (1931-1933) El nuevo gobierno emprendió, durante dos años, la tarea de reformar el país en un sentido democrático, laico y descentralizado: 1 Victoria Kent pensaba que era necesario el voto femenino pero que aún no era el momento puesto que la mujer no estaba preparada aún para votar, votaría lo que quisiera el marido o su confesor (votaría a la derecha) Reforma militar: se modernizó el ejército y se redujeron los oficiales (Ley de retiros: posibilitó la jubilación de casi la mitad de los oficiales). Se sustituyeron los mandos considerados contrarios a la República. Reforma religiosa y educativa: se intentó disminuir la influencia de la Iglesia y se promovió una educación pública laica. También se introdujeron el matrimonio y el entierro civiles y se elaboró una ley de divorcio. Reforma territorial: se inició la descentralización del Estados abriendo diversos procesos autonómicos. Tanto Cataluña como País Vasco consiguieron sus Estatutos de Autonomía. Reforma agraria: la existencia de latifundios suponía que numerosos jornaleros no tuvieran opción de acceder a la propiedad de la tierra, lo que se intentó facilitar expropiando las fincas que no se cultivaban. El Instituto de Reforma Agraria (IRA) era el organismo encargado de indemnizar a los propietarios y de facilitar el asentamiento a las familias campesinas. Pero estas reformas no satisficieron a casi nadie: los sectores conservadores se opusieron a ellas (CEDA, partido de derechas; monárquicos; falangistas y carlistas), e incluso promovieron el golpe de Estado del general Sanjurjo (1932), que fracasó, y los sectores obreros también se radicalizaron ante la lentitud de algunos cambios (UGT y anarquistas de la FAI2) c. EL BIENIO CONSERVADOR (1933-1936) La represión del levantamiento de Casas Viejas3, donde tuvo lugar una matanza de campesinos por la Guardia Civil, hizo entrar en crisis al gobierno. Manuel Azaña presentó su dimisión, Alcalá Zamora disolvió las Cortes y convocó nuevas elecciones. Las elecciones fueron ganadas por la derecha y el centro y Alejandro Lerroux fue elegido presidente. La entrada de tres miembros de la CEDA (Confederación Española de Derechas Autonómicas) al gobierno llevó al estallido de revueltas en todo el país, aunque fue en Asturias y Cataluña donde alcanzaron mayor gravedad. Ante las dificultades para gobernar, se convocaron nuevas elecciones en febrero de 1936: mientras que la derecha se presentó desunida, la izquierda se agrupó en el Frente Popular, que triunfó y Azaña fue nombrado de nuevo presidente. La división entre derecha e izquierda, plasmada en el resultado electoral, se dejó sentir en la calle. Los sectores más radicales de la izquierda propugnaban la revolución social. Los extremistas de derechas, que contaban con el apoyo de un sector del ejército, defendían la necesidad de un golpe de Estado que pusiese fin a la República y al proceso de reformas. Tales tensiones culminaron en el asesinato del diputado de derechas Calvo Sotelo, en represalia por la muerte del teniente Castillo, militante de izquierdas. Este clima de violencia fue el pretexto a partir del cual las fuerzas conservadoras, contrarias a la República, decidieron que había llegado el momento de interrumpir por las armas el proceso reformista republicano. 4. EL ESTALLIDO DE LA GUERRA CIVIL (1936-1939) Desde finales de 1935, un grupo de oficiales gestaban la conspiración, entre ellos se encontraban Mola, Franco y Goded. Emilio Mola, denominado el Director del golpe, transmitió desde entonces sus órdenes, y, aunque el gobierno republicano trasladó a Franco a Canarias, a Mola a Pamplona y a Goded a Baleares, la conspiración siguió su curso. En cualquier caso el golpe acabaría adelantándose en respuesta al asesinado de José Calvo Sotelo. De este modo, el 17 de julio de 1936 se sublevaban las fuerzas de la Legión y de los Regulares de Melilla. El alzamiento se extendió desde Marruecos a la Península entre los días siguientes. No obstante, el golpe de Estado fracasó, al no 2 FAI: Federación Anarquista Ibérica 3 Explicado en las hojas adjuntas poder controlar los centros del poder. La guerra civil se evidenció como un hecho inevitable, quedando España dividida en dos realidades sociopolíticas irreconciliables: - - Los sublevados, que se autodenominaron España nacional, controlaban Galicia, las provincias castellanoleonesas, el valle del Ebro, incluida Zaragoza, parte de Extremadura, Cádiz, Córdoba, Sevilla, las islas Canarias y el Marruecos español. Su dominio en el estrecho de Gibraltar permitiría el traslado a la Península de las tropas africanas. El Gobierno consiguió mantener la cornisa Cantábrica, Levante, Andalucía oriental, y la submeseta sur, incluida Madrid. Controlaba también los focos industriales y mineros más importantes y las zonas urbanas más densamente pobladas. En líneas generales el bando franquista siempre llevó la iniciativa estratégica de la guerra, debido principalmente a la unidad de sus fuerzas, cuantía y eficacia. Cuatro son las fases de la guerra: 1ª fase: el avance hacia Madrid La estrategia de los sublevados era avanzar desde el Sur hacia Madrid y tomar cuanto antes la capital. Sin embargo, Mola se quedó detenido en Guadarrama y Franco desvió su línea hacia Toledo para liberar a los sitiados en el Alcázar (27 septiembre), una operación que, si bien perjudicó sus posibilidades de tomar la capital, le ayudó a consolidarse como jefe indiscutido de la sublevación. En noviembre, las tropas franquistas intentaron el asalto frontal a Madrid. El Gobierno se trasladó a Valencia y dejó el mando a cargo de la Junta de Defensa de Madrid. En Madrid se desarrolló un sentimiento de resistencia con propuestas propagandísticas con el célebre lema “¡No pasarán!”4, convirtiéndose en símbolo antifascista. Entonces Franco decidió cambiar de frente. 2ª fase: la batalla del Norte Se trataba de una zona especialmente interesante, pues en ella se concentraban muchos de los recursos mineros e industriales del país. La superioridad rebelde se hizo evidente, sobre todo en el dominio del aire, donde la aviación alemana (Legión Cóndor) apenas encontró resistencia y bombardeó indiscriminadamente ciudades como Guernica, el 26 de abril. El ejército franquista n también Bilbao, Santander y Asturias. 3ª fase: la batalla del Ebro Durante el crudo invierno, la ciudad aragonesa se convirtió en el punto central de la guerra. La batalla de Teruel, se convirtió en una nueva derrota republicana. Franco desvió el eje de la guerra hacia el Mediterráneo, que se saldó con la toma de Castellón y a continuación comenzó el ataque sobre Valencia que degeneró en una cruenta guerra de desgaste. En un último intento, el gobierno de la República concentró todas sus fuerzas en la Batalla del Ebro, para hacer retroceder al enemigo, pero no lo consiguió. Barcelona fue tomada el 26 de enero de 1939. 4ª fase: fin de la guerra En el seno del Gobierno de la República surgieron entonces fuertes discrepancias: ¿continuar con la resistencia o negociar la rendición? El gobierno, dividido, entabló negociaciones de paz con los franquistas, pero Franco rechazó cualquier acuerdo e impuso la rendición incondicional. El 28 de marzo sus tropas entraban en Madrid y el 1 de abril de 1939 las calles de la capital eran testigos del Destile de la Victoria. La guerra había terminado. 4 Lema acuñado por Dolores Ibárruri, “La Pasionaria”, durante la defensa de Madrid. Es evidente que el golpe de estado iniciado el 18 de julio provocó diferentes reacciones en ambos bandos: En el bando republicano pervivió el caos. El verano de 1936 fue un tiempo de dura represión y terror: se asesinó sin juicio en los descampados y cunetas de las carreteras; se persiguió a la aristocracia y la burguesía, a los militares y políticos derechistas; la Iglesia sufrió la más grave persecución de su historia, ya que murieron unos 7.000 católicos. El hambre y la necesidad se hicieron con los habitantes de las grandes capitales. El temor a la quinta columna, con las tropas franquistas a las puertas de la ciudad de Madrid, produjo la intensificación de la represión, que alcanzó su punto más álgido con la ejecución de entre tres y cinco mil personas en Paracuellos del Jarama. El gobierno de José Giral, nombrado el 19 de julio y compuesto exclusivamente por los partidos republicanos de izquierda, carecía de fuerza y autoridad por lo que pronto fue sustituido por el líder socialista Largo Caballero, quién formó un gobierno de unidad “antifascista”. Se adoptaron la forma de tribunales populares, las temibles “checas”. El número total de asesinados en zona republicana durante todo el conflicto rondó los 50.000. En la zona sublevada se articuló un nuevo Estado bajo la figura del general Franco, que tomó muchos 5 aspectos del fascismo: partido único (FET y la JONS); obediencia ciega al “Jefe”, desprecio a la democracia, exaltación de la violencia e ideología ultraconservadora . Tras la liberación del Alcázar del Toledo, Franco se postuló como la figura más popular entre los generales. Sin apenas oposición, el 1 de octubre de 1936 se publicó el decreto por el que Franco fue nombrado Generalísimo de los Ejércitos y jefe del Gobierno del Estado español, es decir, se concentraba todo el poder político y militar en una sola persona. Mientras tanto, al igual que en la zona republicana, las primeras semanas después del alzamiento militar estuvieron presididas por el caos y la violencia. Los militares que no se sumaron a la sublevación fueron las primeras víctimas y a estos les siguieron los líderes sindicales y políticos de izquierdas, profesionales e intelectuales de ideas republicanas. Se calculan unos 80.000 muertos en la zona franquista durante el tiempo que duró el conflicto. Aunque la Guerra Civil debe explicarse fundamentalmente por factores internos, desde sus orígenes estuvo condicionada por la situación internacional de su tiempo: crisis de los sistemas democráticos y el ascenso de los totalitarismos: - El sector sublevado fue apoyado por Alemania e Italia y, en menor medida, por Portugal. Pese a las claras coincidencias ideológicas, hay que interpretar la ayuda de Hitler también como una maniobra interesada por cuestión de prestigio y estrategia por el control del Mediterráneo. El aporte alemán más decisivo fue el envío de la Legión Cóndor, unidad de élite compuesta por un centenar de aviones y 5.000 hombres, además de los temibles panzers (carros de combate). La ayuda italiana se centro la aportación de tropas, el llamado Cuerpo de Tropas Voluntarias (CTV). La aviación italiana también participó en acciones concretas, como en la conquista de Málaga, además de la flota italiana (especialmente los submarinos). - La República contó con el respaldo de la URSS y las Brigadas Internacionales (voluntarios). La Unión Soviética de Stalin fue el de principal suministrador de material militar para la República. - Las democracias europeas (Gran Bretaña y Francia), para no agravar la tensión entre democracia y fascismo, no intervinieron. De este modo se creó un Comité de “no intervención”. 5 Falange Española Tradicionalista TEXTOS E IMÁGENES PARA COMENTAR "Los hechos se iniciaron el 26 de julio de 1909 con una huelga general organizada como protesta por el envío de obreros en edad militar a Marruecos para combatir en una impopular guerra colonial, injusticia muy extendida en aquella época imperialista y denunciada repetidamente (…) Pero en Barcelona, ilógicamente, la huelga se convirtió, en veinticuatro horas, en un feroz ataque contra la propiedad del clero. Fueron incendiados cuarenta conventos y Gerona doce iglesias parroquiales, y murieron un sacerdote, un hermano marista y un franciscano. En menor escala, estos hechos se repitieron en toda la provincia. La amenaza el orden establecido que supuso la Semana Trágica desencadenó una dura represión por parte del gobierno, y ambas acciones afectaron profundamente la dinámica de la política y de las relaciones trabajo-capital". Ioan CONNELLY ULLMAN, "La Semana Trágica", Ariel, Barcelona, 1972. Las elecciones celebradas el domingo, me revelan claramente que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más críticas coyunturas. Un Rey puede equivocarse y sin duda erré yo alguna vez, pero sé bien que nuestra patria se mostró siempre generosa ante las culpas sin malicia (…) pero resueltamente quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota contra otro, en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos (…) Mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del Poder Real reconociéndola como única señora de sus destinos. 14 de abril de 1931 Alfonso, Rey “Españoles: a cuantos sentís el santo amor a España, a los que en las filas del Ejército y la Armada habéis hecho profesión de fe en el servicio a la Patria, a cuantos jurasteis defenderla de sus enemigos hasta perder la vida, la nación os llama a su defensa. La situación de España es cada día más crítica, la anarquía reina en la mayoría de los campos y pueblos (…)” Manifiesto del general Franco. Tetuán, 17 de julio de 1936. Creo que no es el momento de otorgar el voto a la mujer española. Lo dice una mujer que, en el momento crítico de decirlo, renuncia a un ideal (…) Y es necesario, Sres. Diputados, aplazar el voto femenino, porque yo necesitaría ver a las madres en la calle pidiendo escuelas para sus hijos; yo necesitaría haber visto en la calle a las madres prohibiendo que sus hijos fueran a Marruecos; yo necesitaría ver a las mujeres españolas unidas todas pidiendo lo que es indispensable para la salud y la cultura de sus hijos. KENT, V: Discurso parlamentario, 1 de octubre de 1931. Artículo 1. España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia (…). La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones. Artículo 26. Todas las confesiones religiosas serán consideradas como Asociaciones sometidas a una ley especial. El Estado, las regiones, las provincias y los Municipios, no mantendrán, favorecerán, ni auxiliarán económicamente a las Iglesias, Asociaciones e Instituciones religiosas. Fragmento de la Constitución de 1931. En los primeros días de 1933 estalló una revuelta en la localidad gaditana de Casas Viejas. Algunos vecinos, movidos por las duras condiciones de vida e inspirados por una precaria interpretación del anarcosindicalismo, destituyeron al alcalde e hirieron de muerte a dos guardias civiles. La presión posterior, centrada en la choza del instigador Francisco Cruz, el Seisdedos, se saldó con la muerte de numerosos vecinos de la localidad. ABC, 12 de enero de 1933