S. Spender /// Amor, Ausencia y Muerte en la Poesía de Stephen Spender En el presente trabajo intentaré, en primer lugar, situar la obra de Stephen Spender (1909 – 1995) en relación a su época, para distinguir luego, dentro de este marco, el lugar que ocupa su poesía de tema amoroso. Un motivo específico de la temática amatoria restringe la selección del corpus: la ausencia del otro amado, a partir del cual me propongo establecer relaciones temáticas con otros de sus poemas - amorosos o no - para definir algunos de los problemas fundamentales que recorren la poética spenderiana: la muerte y el problema de la dis/continuidad del ser, la percepción del tiempo, el sujeto ante el mundo, entre otros. Ser un poeta moderno conlleva la ardua tarea de encontrar y afirmar una postura – lingüística – frente a una realidad caótica y fragmentada, soportar el peso de la tradición cultural y literaria, atravesar las utopías y luego la desilusión, la muerte de esas utopías, para llegar, sólo en algunos casos, a una forma de pensamiento personal; hallar una solución poética frente a esta realidad ha sido uno de los grandes trabajos de los escritores modernos. En sus ensayos, Spender distingue entre dos opciones: controlar el caos, o vivirlo en lo que éste tiene de misterioso y oscuro, sensación inexplicable. Cada una implica una determinada posición del poeta frente a la realidad. Es en este sentido que la crítica ha rescatado a Stephen Spender como un autor "comprometido" con los conflictos socio-políticos de su época, interesado en llevar a la literatura el mundo que lo rodeaba – los rasgos de la modernidad urbana – , cuya obra resulta atravesada por lo que las múltiples guerras y sus consecuencias significaron para él y su generación. Pero, si bien esta tendencia ha sido demostrada por la crítica, me interesa aquí rescatar un elemento que tal vez no ha sido suficientemente marcado. A lo largo de su obra, la tendencia general apunta a una reflexión y elaboración poética y filosófica de las cuestiones socio-políticas, con un resultado más bien de contenidos y problemáticas de carácter universal y moral (tal es el caso de los temas que he citado al referirme a la poética spenderiana, más arriba). Las marcas de la modernidad aparecen, es cierto, tal como lo prueban sus numerosos poemas de tema bélico o post-bélico, pero están mediadas o sirven de partida y contexto a una reflexión más profunda. A ello apunta en su ensayo Chaos and Control in Poetry, (p. 14): "The world of the imagination is not just an instantaneous verbal reaction to some outside stimulus. It is the world of the poet´s mind the ultimate reality of all the world."1. El elemento de reflexión aparece priorizado frente al mero impulso poético de plasmar la realidad, pero al mismo tiempo instala un debate acerca de la posibilidad de sujeto de captar este afuera que lo rodea. Como señala Ferrer Vidal2, la concepción del ser spenderiana se desprende de las doctrinas respectivas de Parménides y Leibnitz. Es, por un lado, el ser como principio de unidad e indivisibilidad, única fuente válida de conocimiento, sumado, por el otro, a una concepción completamente pesimista en cuanto a la posibilidad de comunicación entre los seres, que son mónadas cerradas a todo contacto con Dios o con los otros seres. Este punto cobrará relevancia para nosotros en función de la relación amorosa, que gira alrededor de la posibilidad de contacto entre dos seres. Pero, sobre la relación ser / mundo, hacia el final del poema "Without that once clear aim" (ref. 5) vemos cómo se plantea la modernidad frente al poeta, a través de uno de sus íconos, la ciudad: "The city builds its horror in my brain,/ this writing is my only wings away.". El sujeto aparece como ajeno a su exterior, pero penetrado por éste en su carnalidad, puesto que "brain" presupone el aspecto material del proceso mental, reemplazando a "mind". Se introduce también el horror, elemento fundamental y recurrente en la poesía de Spender, como veremos. El miedo, en sus diferentes graduaciones, es la sensación primitiva y pura frente al mundo, y sobre todo ante la penetración, la invasión de los espacios interiores del sujeto. La escritura, entonces, constituye un espacio de liberación, de defensa y hasta evasión frente al caos del mundo, ya que permite, como hemos dicho, elevarlo a otro plano. En este sentido apela a un tópico tradicional de larga data en la literatura universal. Pero la huida nunca será definitiva, ya que ante determinadas situaciones extremas, aún la poesía resultará ineficaz. Dejando momentáneamente estas cuestiones, la poesía de tema amoroso en Stephen Spender no abunda en poemas de plenitud del amor, de culminación feliz y satisfacción plena del deseo amoroso, en acuerdo con su concepción pesimista y escéptica del mundo. Estos aparecen como escasos instantes invalorables y efímeros. En cambio, los subtemas más recurrentes son: la separación momentánea o definitiva del otro amado, en relación con las circunstancias espacio-temporales de la relación amorosa, y la reflexión del yo ensimismado-solitario sobre los diferentes aspectos del amor. Sistemáticamente algún tipo de irrupción-interrupción es introducida, siempre desde el exterior al sujeto enamorado. Esta es, a pesar de todo, de una de las características fundamentales de la teoría amorosa de origen psicoanalítico lacaniano. "Hay, para los amantes, más probabilidades de no poder estar juntos largamente que de disfrutar de una contemplación extraviada de la continuidad íntima que les une", (Bataille, p. 34). El sentimiento y sobre todo el deseo amoroso hacia el otro, se enfrenta constantemente con lo terrible y real de nuestra condición humana mortal, que instala una pérdida irreparable, un vacío, condenándolo a una insatisfacción sempiterna (Broda, prefacio). Sobre este sentido, nuevamente aparece la escritura como intento, imposible por definición, de satisfacer el deseo y "escribir al otro" amado (al objeto del deseo, "la cosa"). Sobre esta base, la manifestación de la ausencia del otro amado en la poesía tiene relevancia temática e histórica al mismo tiempo. Una de las variantes del tema que elabora Spender es la del yo que se descubre abandonado por el otro amado, a quien no obstante se dirige. Esta circunstancia es propia del discurso amoroso que pone al otro ausente como referente y presente como alocutor, y transforma esta ausencia en prueba de abandono3. Alrededor de esta situación giran los poemas "Not to you", "The room above the square" y "Song" (los tres en ref. 1 y en anexo). No interesa tanto si refieren un episodio concreto, sino la intención del autor de construir una escena, la súbita toma de conciencia y el sentimiento de abandono. El poema "Absence" se conecta fuertemente con ellos, aunque presenta una grado más alto de elaboración temática. En el primer poema, la primer estrofa refiere a un estado de éxtasis amoroso que se manifiesta como armonía con la naturaleza. Más específicamente, en "Any feeling was / formed with the hills"4 aparece la construcción de un espacio propio y específico para el encuentro amoroso. Este locus ficticio está caracterizado por lo natural armónico y pacífico, casi pastoral, y se va a contraponer al espacio urbano y moderno donde tiene lugar el abandono (constituido por las escaleras "oscuras" como premonición, la puerta y la habitación misma, que descubrimos así como espacio real de la situación amorosa). Esto sucede en la segunda y última estrofa del poema, que introduce el descubrimiento del abandono y la desolación del yo, fuertemente marcada por la imagen de los despojos (restos de objetos de lo cotidiano, que nada refieren a una situación amorosa previa por sí mismos). Estos nuevamente tienen una penetración en la interioridad del sujeto ("all splintered inmy head"), casi provocando el sentimiento ("and cried for you"). Es un poema sintético que ilustra la contraposición de un antes y un después en la relación amorosa, de un estado de plenitud –pasajero- y la irrupción -no cuestionada- de la anomalía, la ruptura de la armonía. El segundo de los poemas remite desde el título a la misma escena, contraponiendo nuevamente los dos momentos en que se articula, establecidos en este caso por los tiempos verbales y el adverbio "Now" de la última estrofa. La imagen con la que juega en este caso es la de luz y oscuridad, estableciendo un correlato con los momentos de la escena. La luz se identifica con la situación previa de felicidad amorosa, representada por la iluminación –artificial- que desde la habitación ilumina la noche, tal como el amor ilumina el mundo para los amantes. La oscuridad corresponde al momento del descubrimiento de la pérdida, que cierra el paréntesis de paz y vuelve a abatir sobre el sujeto las circunstancias del mundo, signadas por lo efímero, lo desordenado e incognoscible. El sujeto se encuentra "a oscuras" afectiva, intelectiva y existencialmente5, diferenciado de aquellos otros amantes ("unshattered lovers")6 para quienes la oscuridad representa el momento del amor, del yacer protegidos por la noche. La dicotomía luz / oscuridad, desprendida de la percepción visual, fue ampliamente elaborada a lo largo de toda la obra de Spender. Se relaciona estrechamente con la contraposición día / noche, como momentos distintos en la relación amorosa, y con la proyección hacia las cuestiones del ser ante el mundo y ante la muerte –oscuridad final y temida. En este sentido es relevante el poema "The Separation"7, en el que la oscuridad natural de la noche se vuelve tenebrosa y aterradora8. Los amantes que duermen juntos son separados, en tanto constituyen individualidades cerradas, con sueños y deseos propios y separados. La concepción del ser spenderiana encarna en la imagen de la isla9 como unidad cerrada y circundada por el océano que poco a poco la va destruyendo, como el mundo al hombre. La oscuridad, entonces, representa aquello que es inevitable y que causa espanto: el caos del mundo, la muerte, la incomunicación entre los amantes, el fin del amor. La noche no implica un reducto de sosiego e intimidad para el amor, como sugieren añorantes las dos últimas estrofas, sino la pesadilla o el insomnio10. En el poema "Song", finalmente, la situación se repite, con nuevos elementos. Aquí no está presente la particular espacialización de los poemas anteriores (la habitación en las alturas), pero el poeta, desde el vocativo del comienzo se dirige a un tú que está ausente. Lentamente, a través de repeticiones e imágenes (puesto que se trata de una canción, a pesar de que su tema no tiene nada de celebratorio o infantil, aunque sí una mirada más distanciada que en los poemas anteriores), va construyendo la figura de ese tú. Caracterizada como "Stranger", esta mujer le ha mentido, ha ocultado sus verdaderos propósitos "upon a tongue / of soft lies" , de ir a buscar otro amor (verso 15). Ahora, entonces, aparece la certeza del yo de haber sido abandonado por otro, como una inevitable circunstancia en la dialéctica amorosa, pero , además, como una instancia de la existencia misma del hombre. El énfasis, en este poema, está puesto sobre el hecho de que la acción de la mujer está justificada como parte de un instinto animal de búsqueda de placeres inmediatos, de nuevas experiencias, antes de la llegada de la muerte. Esta especie de "carpe diem"11 al que responde el otro y no el poeta, surge como reflexión del sujeto frente a las circunstancias de la vida. Como hemos mencionado, algunos de estos elementos planteados son retomados en el poema "Absence" (ref. 3, y en anexo), estableciendo un juego constante o vaivén12 entre las ideas de separación y unión entre los dos seres implicados en la relación amorosa. Desde el título este poema enlaza con los anteriores, aunque aquí la construcción de la escena gira alrededor de la meditación interior y subjetiva del yo, ante la angustia suscitada por la ausencia del tú, que nuevamente permanece presente como interlocutor. En la primer estrofa, la reflexión gira alrededor de la culpa y consuelo del yo, que busca alguna posible falla en su comportamiento, que pudiese haber causado la ausencia del otro, aunque aparece justificada desde el comienzo ("No one is perfection"), igual que en "Song", por la naturaleza humana. Sin embargo, la última frase introduce un elemento nuevo: el deseo, exacerbado por la ausencia, como una elección voluntaria13. La dialéctica amorosa, basada en la postergación e imposibilidad de la satisfacción del deseo, aparece aquí en su plenitud, ya que, como surgirá de la segunda estrofa, es el propio amante quien aleja a su objeto amado, sólo para poder seguir deseándolo14. La contradicción amorosa se presentifica en el poema, con la voluntad del yo que instala una barrera (un autodistanciamiento) para provocar el deseo. La consecuencia de este acto, sin embargo, es el desvanecimiento de esa barrera, puesto que los amantes se unen como sujetos deseantes. El pasaje le posibilita al yo, paradójicamente, acceder a la esencia del otro ("the pure you") a través de la mirada15. La imagen final vuelve sobre la contradicción: las distancias, abiertas como una puerta, "trhough which our mutual memories meet / uniting wishes". Los recuerdos, disparados por la separación, atraviesan la distancia y se equiparan, como elemento en común a los amantes, con los deseos pasados y presentes. Otra posibilidad de distanciamiento de los amantes, más terrible y definitiva, es la de la muerte del otro amado. Sobre ello giran "Poor girl", "Already"16 y "Elegy for Margaret"17, tres poemas en los cuales surge plenamente la reflexión sobre este tema filosófico y espiritual. La muerte instala, por un lado, el debate sobre las dis/continuidad del ser que atraviesa esta experiencia (y por lo tanto del sentimiento amoroso que lo acompaña), pero también es una de las caras del deseo amoroso, que necesita de una pérdida para continuar proyectándose sobre el objeto amado. Este cobra aquí más que nunca su carácter de "cosa", cuerpo sin vida, pretexto para el deseo y para la escritura. Los tres poemas comparten una misma escena particular: frente a la muerte del otro causada por una enfermedad18, el poeta se sitúa en los momentos previos, junto a la cama del enfermo, intentando captar esos instantes en que aún hay vida, aunque la muerte es una certeza absoluta y evidente. Esta escena le permite captar el pasaje vida / muerte como un proceso, y representar el dolor y desesperación de, por un lado, presenciar la desaparición del objeto amado, y por el otro tener plena conciencia de que todo ser se halla en camino hacia su propia muerte, con la consecuente ruptura de la unidad y continuidad de su ser. En "Poor Girl" nuevamente aparecen muchos de los elementos que ya hemos señalado, como la concepción negativa de la noche ("the skull-like glitter of night"), que se contrapone a la luz vital, o la penetración a través de la mirada, en este caso por la muerte misma ("where death stares through your gaze") hacia los ojos de ese tú que pronto dejarán de reflejar vida. También aparece el tema del sueño como muerte insomne (vs 18-19). La desintegración del cuerpo, el avance de la enfermedad es descripto mediante la fragmentación de sus partes: los ojos hundidos, el corazón como un pozo, labios, mente y finalmente células. Frente a esta realidad, afirmada brutalmente por la sentencia del verso final como un hecho granítico, el llanto del yo, la expresión del sentimiento, cobra una importancia reveladora: "It can only prove That extremes of love Stretch beyond the flesh to the hideous bone Howling in hyena dark alone." (vs. 24 a 27) El amor que atraviesa la carne (como cuerpo erótico y corps, cuerpo sin vida) hasta el hueso implica un pasaje a otro plano, que es el de la emoción y el lamento animal, cargado por la connotación de lo oscuro y la soledad, aún cuando todavía no ha muerto. Pero a continuación introduce un nuevo pasaje de nivel, hacia el pensamiento, que se corresponde con el movimiento realizado por su poesía. Toda la situación se convierte, desde estos versos finales, en un sueño-pesadilla del que no se despierta hasta la muerte, puesto que esta es la realidad del mundo. "Already" se construye de la misma manera, enfatizando desde el título este doble estado: cuerpo aún vivo y ya muerto, ruptura de la lógica temporal. Es interesante notar que en la primera estrofa aparecen elementos de carácter primitivo y natural, un monumento funerario ("tribal bones / encircled by encroaching ritualistic stones") de lo que queda de ese otro, de ese cuerpo y de ese amor, frente a la muerte-enfermedad presentada por medio de una metáfora tecnológica ("the flails", "like a steam hammer" v. 16 a 18). Nuevamente aquí tenemos el cuerpo fragmentado y los motivos de la mirada, el recuerdo y la noche-muerte que llega ("your last sunset throws / shadows" v. 20-21), tan próxima y dolorosa, que culmina, en la última estrofa, con una metáfora de animalización (los perros, como la hiena, animales carroñeros y aulladores). En "Elegy..." también confluyen muchos de los elementos característicos de la poética spenderiana, como la mirada, o la concepción del ser como isla ("islands of flesh") devastadas por el mar de la muerte-enfermedad: "the thick night of ultimate sea", imagen donde se une con el motivo de la noche y la oscuridad. Esta superposición de elementos rige a lo largo de todo el poema, cargando el acento sobre este proceso de desgaste y fragmentación que la enfermedad ha producido sobre el cuerpo. Las imágenes de la muerte que predominan son de origen natural, no tecnológicas: la marea que arrastra y ahoga, y la enfermedad que se alimenta del cuerpo como de una pradera o como buitres de un despojo (nuevamente los animales carroñeros). Condensan fuertemente los elementos, con una riqueza léxica que produce un efecto de énfasis, no de mera repetición. Entre los vs. 17 a 24 establece un correlato entre la vista (nuevamente la luz de los ojos debilitados por la enfermedad) con la esperanza que se aleja poco a poco, ante el avance de la enfermedad, la cual se refleja en ellos. En la estrofa final apela a un juego de palabras que condensa los sentidos de todo el poema. Por un lado, "Heart" y "breath" aparecen como lo afectado por la muerte ("Death"), y por el otro, "word" y "love", que se relaciona con "life", representan aquello deseado, que atraviesa la experiencia de la muerte. Gracias a la muerte del otro, la desfalleciente palabra del yo puede vivir en su escritura. La condensación de elementos introduce aquí una reflexión poética del sujeto que es testigo de este proceso respecto a su funcionalidad y a la dis/continuidad del sentimiento amoroso puesto a prueba por esta experiencia límite que significa la muerte. En función de todo lo anteriormente dicho, la poesía amorosa de Stephen Spender surge más como una reflexión sensible –de tono pesimista, en absoluto idealizado- en torno a su propia época, en un intento por alcanzar problemáticas de carácter universal, filosóficas y espirituales, que como una expansión lírica del sentimiento o de la relación amorosa con el otro. Guillermina Ballero NOTAS 1-El subrayado es mío, en todos los casos. Asimismo, las citas de los poemas se hacen por la numeración de referencia de la bibliografía. 2-En el prólogo introductorio a su selección de poemas (1), p. 11 y ss. 3-Barthes, Fragmentos... , p. 45 y ss. 4-El encabalgamiento entre versos y aún entre estrofas, cabe mencionar, es un recurso reiteradamente utilizado por el autor, en un intento de captar, mediante la forma, la fragmentación, la imposibilidad de comunicación plena y directa de sus ideas. 5-Barthes, op. cit. , p. 185. 6-La expresión podría significar, tanto aquellos amantes cuyo amor se encuentra aún intacto, de una sola pieza (no agredido por las circunstancias del mundo), como que conforman una unidad (similar al andrógino platónico) de la cual no se han desprendido las individualidades. Ferrer Vidal la traduce como “incólumes amantes”. 7-Ref. 3, y en anexo. 8-Vs. 7, 14 y ss., 34 y ss. 9-Vs. 8 y ss., 38 y ss. 10-Temas elaborados en el poema “Sleepless” (ref. 3), y en los poemas “VI”, “XXI” y “XXV” (ref. 2). 11-Vs. 6 a 9 y 16 a 19. 12-Aunque no lo menciona la crítica de Spender, y a pesar de no ser un objetivo del presente trabajo, es interesante mencionar que, en este punto (el vaivén entre dos imágenes o conceptos opuestos), como en algunos otros, es posible rastrear la imfluencia de los poetas metafísicos ingleses, como John Donne. El tratamiento de la muerte en relación al amor, el tema de la corrupción del cuerpo, la imagen del cristal / espejo (“glass”) frente a la mirada, la oscilación sensitivo / espiritual, podrían ser algunos de los puntos para realizar un análisis en común. 13-En “The Separation”, la voluntad funcionaba en un sentido diferente, negativo, como un fútil intento de enfrentar las circunstancias de la vida. 14-En ello radica el único placer posible – amoroso y de la escritura- , puesto que la satisfacción del deseo y la unión de los amantes sólo son, como hemos visto, efímeras y circunstanciales. 15-La significación de la mirada es triple, en términos de información, de relación y de posesión, y en la relación amorosa, lo que intenta es atravesar el secreto de ese cuerpo que se desea. Barthes, Lo obvio..., pag. 305 y ss. En Spender, como en Donne, el juego con la mirada frente al cristal / espejo del otro, se desarrolla recurrentemente. 16-Ref. 3, y en anexo. 17-Ref. 2, y en anexo. 18-“The wrongly multiplying cells / al the root of your life” (vs 22-23) en “Poor Girl”; “a doomed, hidden disease” (v. 36) en “Elegy”..., remiten esta enfermedad innominada y oculta hacia el cáncer, por lo menos en lo que éste significa social y culturalmente, como símbolo de la civilización destruyéndose desde dentro, de la entropía interna. BIBLIOGRAFIA BARTHES, R., Lo obvio y lo obtuso. Imágenes, gestos, voces, Barcelona, Paidós, 1986. BARTHES, R., Fragmentos de un discurso amoroso, Madrid, Siglo XXI, 1997. BATAILLE, G., El erotismo, Bs. As., Tusquets, 1985. BRODA, M., L’amour du nom. Essai sur le lyrisme et la lyrique amoureuse. París, Corti, 1997. PUJALS, E. Poetas ingleses de entreguerras: El grupo de Oxford, en Atlántida. Revista del Pensamiento Actual, Madrid, vol. I, nº 6, nov.- dic. 1963. Pag. 619-628. REVOL, E. 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