El periodismo en Cuba: La Revolución (Cap. 33) Antecedentes sobre la creación de la Upec Juan Marrero En 1962, la Comisión de Orientación Revolucionaria, dirigida por César Escalante, un comunista honesto, desinteresado y leal, según criterio de Fidel Castro dado a Ignacio Ramonet y que aparece en el libro “Cien Horas con Fidel”, da los pasos iniciales para instrumentar la creación de una organización de periodistas de nuevo tipo. Hay un documento de gran importancia que le remite a César Escalante, secretario de asuntos ideológicos y de propaganda de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), antecedente del Partido Unido de la Revolución Socialista (PURS), el periodista Ricardo Cardet Méndez, entonces interventor-presidente de la Asociación de Reporters de La Habana, y quien formó parte de la directiva del Frente Revolucionario del Periodismo Nacional. Ese documento tiene como fecha el 18 de enero de 1962, es decir dos días después de la clausura de la reunión del Comité Ejecutivo de la OIP en La Habana. Le plantea lo siguiente: “1.- Disolver todos los “pedacitos” de instituciones, entidades, asociaciones, agrupaciones, etc., en que el sistema capitalista tenía y mantenía divididos a los periodistas cubanos. “2.- Crear una sola institución de periodistas, nacional y sólida, cuyo sentido básico sea la superación profesional y cultural de los periodistas Se recomienda que sea nueva: en el nombre, en la estructura y en la finalidad. Sugiero que se denomine Unión de Periodistas de Cuba. “3.- Sugerir que el nuevo organismo periodístico estuviese encabezado por una junta directiva no convencional...Que tuviese una estructura diferente con un Presidium consultivo, una secretaría general, de enlace, y seis o más secretariados, de tareas. Que el Presidium pudiesen integrarlo los directores de los periódicos Noticias de Hoy, Revolución, Prensa Latina, Radio Habana Cuba y la Escuela de Periodismo “Manuel Márquez Sterling”.” Y en ese mismo documento se planteaba que para que se comprenda la necesidad y la urgencia revolucionaria de reestructurar los actuales organismos de los periodistas en uno solo, nacional y depurado, estúdiense los siguientes datos: “Ninguno de los grupos de periodistas existentes tiene hoy vida propia económica. El Colegio Nacional de Periodistas ni los seis Colegios Provinciales tienen fondos ni recaudaciones desde noviembre próximo pasado (1961). La Asociación de Repórters de La Habana no cubre ni la mitad de sus gastos...Físicamente tiene que cerrar sus puertas. “De los 900 socios periodistas que llegó a tener la Asociación de Repórters de La Habana, se puede calcular que ya la tercera parte, 300, se han ido para el exterior en actitud contrarrevolucionaria. El Colegio Nacional de Periodistas llegó a tener inscriptos hasta 2 800 colegiados en toda la Isla. ¿Sabe alguien cuantos de ellos están haciendo contrarrevolución desde el extranjero o conspirando en Cuba? “Véase lo desperdigaba que queda la función profesional del periodista en la nueva clasificación laboral cubana: periodistas de la prensa impresa en el Sindicato Nacional de Artes Gráficas; periodistas de radio y noticieros de TV en el Sindicato de Artes y Espectáculos; camarógrafos y guionistas de noticiarios de cine en el Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica; redactores y directores de los Departamentos de Prensa y Relaciones Públicas en el Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública; periodistas de las Fuerzas Armadas no pueden sindicalizarse...” Cardet también planteaba en su informe a César Escalante que deben ingresar a la Unión de Periodistas de Cuba. *los periodistas de diarios y revistas impresos *los periodistas de radiodiarios y noticiarios televisados *camarógrafos y guionistas de noticiarios cinematográficos *redactores de mesa de los Departamentos de Relaciones Públicas-Prensa de cualquier organismo. *corresponsales de Prensa y Radio de las provincias *corresponsales de la prensa extranjera en Cuba *responsables de los departamentos de Divulgación y Prensa e Información. *Cualquier persona que en cualquier lugar esté dedicada a redactar informaciones de prensa, de forma periódica. Ricardo Cardet Méndez había acumulado prestigio durante aquella etapa inicial del proceso revolucionario. El primero de enero de 1959 fue designado director-administrador del periódico Pueblo, que estaba en la calle Escobar 452; después estuvo en el diario Revolución, órgano del Movimiento 26 de Julio; fue nombrado Jefe Superior, encargado de Relaciones Públicas del Ministerio de Recuperación de Bienes Malversados; fue Interventor-Presidente de la Asociación de Reporters de La Habana y uno de los dirigentes de la Milicia Periodística Félix Elmuza. Lo esencial de las ideas de Ricardo Cardet Méndez sobre la reestructuración de las organizaciones periodísticas, expuestas en el documento que dirigió a César Escalante, fueron puestas en práctica por la Comisión de Orientación Revolucionaria en el mismo año 1962 cuando se creó el Comité Gestor para organizar la Primera Asamblea o Primer Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba. Ese Comité Gestor lo integraron los directores de los medios de prensa entonces existentes. CON MUCHO ENTUSIASMO, PERO SIN EXPERIENCIA Alguien proveniente de las filas del periodismo clandestino y quien estuvo entre los organizadores e impulsores de la creación de una organización periodística única y de nuevo tipo, me refiero a Ernesto Vera, hizo una narración medular sobre lo acontecido en aquellos días y la situación del periodismo y de los periodistas, en el libro “El Periodismo y la lucha ideológica”. Reproduzco algunos párrafos de su narración: “Al comenzar 1962 se perfila la necesidad de organizar a los periodistas en una institución única, que permitiera coordinar los esfuerzos aislados para alcanzar mejores resultados, para decir al mundo a una sola voz la enorme satisfacción y honor de ser soldados del partido y de nuestro máximo jefe, Fidel. Fueron iniciados los trabajos preparatorios, y la Crisis de Octubre retrasa la celebración del congreso constitutivo de la Unión de Periodistas de Cuba… “Las preocupaciones de entonces en el seno de los periodistas se relacionaban con la necesidad de elevar el nivel de escolaridad heredado del capitalismo –que no llegaba a secundaria como promedio--, garantizar la identificación con el proceso revolucionario de todos los que ejercían la profesión, impulsar el movimiento de corresponsales voluntarios y crear condiciones para avanzar en la línea de estar más capacitados para divulgar la obra de la revolución. “Era el inicio del despegue, de entrar en un proceso más profundo de nuestra prensa, lo que parecía entonces más cercano, más difícil, como todo lo que empieza con mucho entusiasmo pero sin experiencia. “La vieja escuela de periodismo, de nivel medio, que era buena en el aspecto técnico, ya no respondía a las nuevas exigencias y se convirtió en universitaria, aunque por poco tiempo y sin mucho éxito. “Eran tiempos en que debieron priorizarse muchas disciplinas universitarias vinculadas directamente con el desarrollo económico, en la medida en que avanzaba el seguimiento a los alfabetizadores y se luchaba por el derecho real al estudio pleno de niños y jóvenes. “Los periodistas tenían como escuela el trabajo, sin apenas universitarios en la profesión, sin cursos ni seminarios, sin especialización, sin concepción muy clara aún de las enormes exigencias de la profesión periodística en la construcción del socialismo, que es, sobre todo, un gigantesco esfuerzo de aprendizaje, una colosal enseñanza de cada día y para todos.” “Al comenzar 1963 se reanudaron los esfuerzos organizativos para la creación de la Unión de Periodistas de Cuba. Había que unir voluntades en el seno de una capa del sector intelectual que no se caracterizaba por gran cantidad de profesionales en relación con la población, sino por el alcance del resultado de su labor en la formación y desarrollo de la conciencia del pueblo. Era necesario definir el papel del periodista, la cualidad y compromiso de su ejercicio, la enorme responsabilidad política e ideológica que adquiere en las condiciones de un país con revolución verdadera. “En el propósito de fundar una institución de esta índole era imprescindible tener bien orientadas las concepciones y las bases que le darían nacimiento, lo que era determinante para ubicar correctamente su razón de existir y consecuente la acción que generaría. “El lema que presidió el congreso constituyente “!Tiene tanto el periodista de soldado!”, sintetizaba el sentir de los profesionales de la información y comprobaba la vocación martiana y la decisión de cumplir ese mandato. “Aunque el clima político y revolucionario entre los periodistas tenía un tono positivo en general, las asambleas previas al congreso y muchas posteriores demostraron que existían aún contradicciones evidentes en parte de los compañeros, las que estaban relacionadas con la actitud combativa que asumían de apoyo al gobierno revolucionario, y las ideas inconsecuentes heredades del llamado cuarto poder y la libertad de prensa burguesa. “Se trataba del difícil y a veces imposible aprendizaje de hacer concurrentes la acción y la conciencia, debido al tránsito vertiginoso de los primeros tiempos en un nuevo vivir, con la mente cargada de fórmulas profesionalistas dirigidas con toda intención por el imperialismo en su línea muy conocida del apoliticismo para los periodistas, y el derecho a la opinión política reservada para los dueños de los medios informativos que, por cierto, deben respetar y apoyar todos los que aspiren a no quedar cesantes. “Anteriormente, Fidel había definido que “los intereses del periódico deben estar subordinados a los intereses de la revolución”, concepción clara, abierta, de carácter militante de la prensa y los periodistas, que representa la piedra angular de nuestro periodismo y destruye mitos que prevalecieron durante mucho tiempo en las redacciones y sociedad cubanas. “Comenzaba el largo camino de hacer un periodismo capaz de divulgar la obra revolucionaria, señalar críticamente los errores y deficiencias que la entorpezcan, explicar los problemas objetivos sin soluciones inmediatas, combatir permanentemente la propaganda y la agresión imperialistas. Estas líneas de trabajo, que parecen tan sencillas, tienen la complejidad de que deben realizarse bien, porque de lo contrario sería una dificultad más para el proceso revolucionario, con la agravante de carácter público del error o deficiencia del hacer periodístico. Además, no bastaba con saber qué decir, sino decirlo bien, ni saber decir, sino conocer lo dicho. Sin juego de palabras: rigor en los conocimientos y creación expresiva, ciencia y arte, compromiso y responsabilidad con las exigencias mayores que tienen por nombres política e ideología.” REINICIO DEL TRABAJO DEL COMITÉ GESTOR Fue en mayo de 1963 cuando se reiniciaron los trabajos de preparación del Primer Congreso. Hubo una nueva reunión del Comité Gestor que acordó impulsar las tareas que se habían interrumpido. Entonces se designó una Comisión de Trabajo integrada por Guillermo Santiesteban, Edel Suárez, Honorio Muñoz y Ernesto Vera, quienes tendrían las tareas centrales. Y se designaron los compañeros que organizarían el trabajo en las provincias: Hernán Pérez, Hugo Falcón y Roberto Pavón, en Oriente; Luisa Mariana Arteaga, en Camagüey; Sergio Rodríguez y Aldo Isidrón del Valle, en Las Villas; Joaquín Benavides y Humberto Castro, en Matanzas; y Pedro Abreu, en Pinar del Río. La Comisión de Trabajo Central dio los pasos para organizar una asamblea informativa por cada provincia con el propósito de explicar el Anteproyecto de Estatutos y convocar a las asambleas por colectivos y núcleos periodísticos para que estos se pronunciasen sobre la siguiente agenda: 1) Elección de delegados a la Asamblea Nacional; 2) Sugerencias sobre candidatos al Consejo Directivo y al Consejo de Control, 3) Sugerencias sobre el Anteproyecto de Estatutos. Entre el 10 y 16 de junio de 1963 se efectuaron las asambleas informativas en las seis provincias existentes entonces: Oriente, Camagüey, Las Villas, Matanzas, Pinar del Río y La Habana. A ellas asistieron 589 compañeros. Las más nutridas fueron La Habana (310) y Oriente (125). “En mayo de 1963 fue que el comité organizador se reactiva y, su primera reunión, dónde se da, es en el periódico La Tarde; es ahí donde ya ese comité arranca con el congreso y se va reuniendo sucesivamente en diferentes lugares, incluso ya en la etapa final en cada una de las provincias .La primera reunión fue en el periódico La Tarde, también hubo otra reunión en el periódico El Mundo…” (Testimonio de Edel Suárez, entonces director de Radio Reloj). La primera asamblea provincial fue la de Oriente. “Fue algo sorprendente el resultado de aquel encuentro en la sala principal de la Sala del Gobierno Municipal en Santiago de Cuba, frente al parque Céspedes. Estuvieron presentes 150 periodistas orientales, combativos, entusiastas, fieles trabajadores ideológicos de la revolución. Se apreciaba en esta reunión algo que ya era general en todo el país: en la misma trinchera estaban unidos periodistas que ya peinaban canas y jóvenes, formando lo que pudiéramos llamar una nueva generación, unida en un ideal común. Con nosotros estuvo impulsando el trabajo un grupo del Comité Gestor Nacional encabezado por Ernesto Vera. Fue muy valiosa su contribución.” (Testimonio de Roberto Pavón, quien era entonces director del periódico Surco y subdirector de Sierra Maestra).” “Recuerdo que la reunión en Santa Clara se dio en la emisora. Allí estuvo Aldo Isidrón del Valle. Aprovechando las posibilidades de que se dio en un estudio, fue la única del Comité Gestor que se grabó. No se si se conservara la grabación. Todas las reuniones provinciales se dieron en el mes de junio de 1963, las seis reuniones.” (Testimonio de Edel Suárez) Tras cada asamblea provincial se convocaban las asambleas de los colectivos periodísticos. A ellas asistieron 1 326 periodistas que discutieron el Anteproyecto de Estatutos, sugirieron candidatos al Consejo Directivo de la organización nacional y eligieron 282 delegados a la Asamblea Nacional o Primer Congreso. “La asistencia masiva a estas asambleas, el entusiasmo y el interés demostrado por los periodistas de todo el país, fue el hecho más elocuente de que se estaba trabajando en algo que era una necesidad y anhelo del sector de la prensa”. (Testimonio de Ernesto Vera) Se hicieron 237 sugerencias al Anteproyecto de Estatutos, lo que fue prueba del espíritu crítico con que procedió la masa periodística. La Comisión de Trabajo tomó en cuenta cada una de las sugerencias, las desglosó entre las que eran de contenido y las que eran de forma, recogió aquellas más interesantes y las incorporó al documento. En la víspera del inicio del Congreso, el Comité Gestor Nacional aprobó las modificaciones hechas al documento que fue llevado a la Asamblea para su consideración. Las asambleas de base también propusieron 147 nombres para integrar el Comité Directivo de la organización. De esas propuestas nació la candidatura que se integró con un criterio verdaderamente unitario y tomando en cuenta la representatividad de los distintos medios (prensa escrita, radio, televisión y cine). Se acordó también por el Comité Gestor Nacional que el Buró Ejecutivo de la organización quedase constituido momentos después de conocerse la composición del Consejo Directivo, el que deberá reunirse a tal efecto antes de la clausura de la Asamblea o Primer Congreso. En fin, como resultado de tales prácticas democráticas nació la UPEC . Ese era el reto en 1963. El primer problema consistía en que no todos tenían conciencia de ello y que algunos no llegaron a alcanzarla o no lo desearon. Los niveles de escolaridad de la mayoría de nuestros periodistas era lo que hoy denominamos secundaria y no pocos tenían niveles de primaria. Salvo los graduados de la Escuela Manuel Márquez Sterling y las decenas de egresados universitarios en diversas disciplinas, la situación en este aspecto básico era expresión elocuente de que casi todo estaba por hacer. Así comenzó el trabajo de la Unión de Periodistas de Cuba. El tema requiere más información y profundización. Lo continuaremos, pues, desarrollando en los capítulos siguientes.