Maquetación 1

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VIAJES AL
MISTERIO
Entre los caballeros de la nueva y poderosa orden templaria y los nobles de la ciudad se desató por esta causa un odio profundo. Los
primeros tenían acotado este monte donde reservaban caza abundante para satisfacer sus
necesidades y contribuir a sus placeres; los segundos determinaron organizar una partida de
caza en el coto a pesar de las severas prohibiciones de los clérigos-guerreros.
Cundió la voz del reto y no hubo manera de detener a los unos en su manía de cazar y a los
otros en su empeño de estorbarlo. La proyectada caza se llevó a cabo, y se convirtió en una
matanza espantosa. El monte quedó sembrado
de cadáveres, los lobos tuvieron un sangriento
festín. Por último tuvo que intervenir el rey poniendo paz y el maldito monte antes tan disputado por los odios, ahora quedó abandonado, y
la capilla de los Templarios, situada en el mismo
monte, comenzó a arruinarse por el paso del
tiempo.
Desde entonces dicen que cuando llega la noche de difuntos se oye doblar la campana de la
capilla, y que las ánimas de los muertos, envueltas en jirones de sus sudarios, corren como en
una fantástica cacería entre los árboles y zarzales. Los ciervos braman espantados, los lobos
aúllan, y al otro día se han visto impresas en el
suelo, las huellas de los descarnados pies de los
esqueletos. Por eso en Soria le llamamos el
Monte de las Animas, y por eso hay que salir de
él antes de que llegue la noche.
Una vez en casa de los Condes y reunidos junto
a la lumbre, sólo Beatriz y Alonso permanecían
ajenos a la conversación general, hasta que el
joven rompió el largo silencio comunicándole a
su prima que pronto se separarían y que antes
de ello le quería regalar una joya.
Beatriz le contestó que aceptar un regalo suyo
podía comprometer su voluntad, y entonces
Alonso le contó que era el día de todos los san-
EXPERIENCIAS + VIAJES | 30 |
tos y que por lo tanto, un día de celebración
para todos. Ella, sin decir nada, aceptó el regalo
y él le pidió alguna cosa suya. Beatriz estuvo de
acuerdo y le dijo que en el monte de las ánimas
perdió la banda azul que llevaba en la cacería,
y que justamente quería regalársela.
A estas palabras, Alonso, aún sintiéndose capaz de luchar contra los lobos, no era lo suficiente valiente como para ir de noche al monte y
buscar aquel objeto perdido. Pero al ver una
sonrisa irónica de Beatriz, se levantó, y muerto
de miedo se dirigió hacia el monte en su caballo, diciéndole adiós a la hermosa. Fueron pasaron las horas hasta llegar la media noche y
Beatriz no pudiendo dormir se levantó a rezar
creyendo oír su nombre cuando sólo era el
viento que azotaba su ventana. Así, asustada y
con insomnio, oyendo las campanas de la ciudad de Soria, hasta que llegó el amanecer.
Cuando se levantó, estando a punto de reírse de
ella misma por haberse asustado tanto la noche
anterior, vio su banda azul rota y ensangrentada
en su mesilla de noche. Beatriz quedó paralizada, sus ojos se desencajaron y cuando vinieron sus sirvientes para avisarla que Alonso
había sido devorado por los lobos del monte, la
encontraron inmóvil y muerta de horror.
Dicen que después de este suceso, un cazador
logró estar una noche dentro del monte de las
ánimas, y que antes de morir pudo narrar que
vio los esqueletos de los antiguos Templarios y
de los nobles sorianos enterrados en la capilla, y
además, pudo ver también como una mujer desmelenada y con los pies ensangrentados daba
vueltas alrededor de la tumba de Alonso
Esto nos hace ver la riqueza de nuestro país en
cuentos populares, un país lleno de supersticiones y de historias que se han ido transmitiendo
de boca en boca hasta llegar a nuestros días
con la misma actualidad y que sigue produciendo los mismos recelos.
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