• DOSSIER. PORQUE ES NAVIDAD José Manuel Pedrosa Este profesor de Teoría de la literatura y lileratura Comparada de lo Universidad de Alcalá descubre y ahondo en atractivos ternas que transitan por los tierras de la oralidad, que fluyen por fuentes escritos y lo mismo emanan en una obro del Siglo de Oro que reaparecen en el hffp o viajan junto a los poteros. En su prolífico produccián deslacamos La Nochebuena de las brujas Cuentos y leyendas inmigrantes (Guadalajara Palabras del Candil, 20081. La vuelto 01 mundo del ratón Pérez (Madrid: Páginas de Espumo, 2006) y Lo autoestopista fantasma y otras leyendas urbanos españolas (Madrid: Páginas de Espuma, 2004) En el imaginario de los pueblos han fiestas del equinoccio de primavera (que ocupado siempre un papel relevante, crí­ en España están representadas, por ejem­ tico, las situaciones de transición (climá­ plo, por la festividad de San José y por la tica-estacional, o cronológica, o espacial, celebración de las Fallas de Valencia), o en o vital). las del equinoccio de otoño (que en Es­ La reacción más comprensible y ele­ paña coinciden con las innumerables fies­ mental de los seres humanos ante tales tas de finalización y celebración de la épocas o situaciones de cambio es el miedo cosecha que tienen lugar en torno al día a las perturbaciones y peligros que podrían de San Miguel). poner aún más en precario la estabilidad Todo tipo de ritos de carácter eviden­ siempre difícil de cualquier comunidad tra­ temente mágico, relacionados con el agua dicional. Y la reacción socialmente más y el fuego, con las lustraciones rituales o articulada se realiza, sin duda, con los lla­ con el salto de hogueras, dan fe de unos mados ritos de paso o de tránsito, que efervescentes trasfondos paganos que la reglamentan la actitud que se asume ante Iglesia Católica apenas ha podido borrar, tales procesos de cambio, con el fin de in­ ni atenuar o disimular, a pesar de los mu­ tentar desactivar, o al menos atenuar, má­ chos siglos de condena o de presión que gica o simbólicamente, sus dimensiones y ha ejercido contra esas heterodoxias. efectos más desestabilizadores. Los ciclos de las estaciones del año y [®] lKl . EDUCAClON y BIBLIOTECA N. 180 - Un aspecto escasamente conocido de las fiestas navideñas es su asociación a las de las edades del hombre, de naturaleza brujas, seres que la iglesia católica oficial esencialmente temporal, se hallaban arti­ considera hoy ensueños de la superstición, culados sobre un entramado de ritos de pero que han estado hasta hace poco muy paso que proponían estrategias mágico-re­ vivas, y en algunos casos siguen estándolo, ligiosas para intentar neutralizar los peli­ dentro de ese mundo mental y cultural gros y las amenazas que, en muchísimas complejísimo, lleno de paradojas y con­ tradiciones, quedan en mayor libertad du­ rante tales días de cambio, y por tanto, de tradicciones, que englobamos bajo la eti­ queta de la religiosidad popular. En confusión. muchos pueblos españoles ha sido creen­ En la tradición cristiana occidental las cia habitual, y por tanto amedrentadora, fiestas del solsticio de invierno, que coin­ casi terrorífica, que la Nochebuena o el día ciden con las celebraciones cristianas de la de San Silvestre eran fechas predilectas Navidad, o las fiestas del solsticio de ve­ (seguramente por su carácter transicional: rano, que coinciden con las de San Juan cambio de estación, cambio de año) para Bautista, son las más interesantes del año. la irrupción en el más acá de todo tipo de y no sólo por su carácter ortodoxamente brujas y de demonios que se colaban por religioso, sino también por su carácter he­ los intersticios que ese tiempo liminal que terodoxamente mágico. Un rasgo que se el solsticio dejaba en comunicación con el aprecia también, muy fácilmente, en las más allá. NOVIEMBRE·DIClEMBRE 2010 PORQUE ES NAVIDAD. Los cuentos, las leyendas, las supersti­ ciones, los relatos "vividos" por uno mismo, vecino, A l verle y oírlo, e l criado s e abalanzaba prueba de ello un episodio cómico de Los sobre el gato y, con un garrote, le daba un pazos de Ul/oa, la gran novela publicada o golpe que le rompía una pata al gato; sin por doña Emilia Pardo Bazán entre 1886 abuelo, nos abrumarían si nos pusiéramos embargo, el gato conseguía escabullirse de y 1887, con su burla de las supersticiones brujeriles y demoníacas que el vulgo ga­ por algún familiar a coleccionar andanzas de brujas navide­ la cuadra. La noche pasaba sin más inci­ ñas. Trasladémonos, por ejemplo, al mi­ dentes, pero al día siguiente la abuela de la llego asociaba y asocia aún hoy a la navi­ núsculo pueblo de Naval, en la provincia casa no se levantaba. "¿Qué le pasa a la deña noche de San Silvestre: de Huesca, para conocer cómo se cele­ abuela?", se preguntaban todos. Todos El hocico de ratón tiene la palabra: braba en él, hasta casi hoy mismo, la No­ iban a visitarla y, cuando le llegó el turno -iPueda que no me lo crean y es tan chebuena. Durante esa noche, de tanta significa­ ción familiar, se teme la acción de brujas y demonios, de tal modo que son múltiples al criado, al preguntarle a la abuela por su cierto como que habemos de morir y la estado de salud, obtenía esta respuesta: tierra nos ha de comer! Para más verdá fue un día de San Silvestre. . . -Ya lo sabes bien tú lo que me hiciste -Andarían las brujas sueltas -interrum­ anoche. los "remedios" que intentan oponer para Con lo que la historia termina q:m la no caer víctimas de sus acciones. Noche­ poco tranquilizadora posibilidad de que las -Si eran meigas o era el trasno, yo no buena es la noche de las brujas. Un dicho brujas sean las abuelas de las casas. Casos lo sé: pero lo mismo que habemos de dar pió el cura de Boán. que nadie olvida es muy elocuente al res­ como éste son los que obligan a poner cuenta a Dios nuestro señor de nuestras pecto: freno a las brujas con las bolsitas de sal acciones, me pasó lo que les vay a contar. mencionadas. Andaba yo tras de una perdiz agachadito, De las doce a la una 2�. Esta segunda historia es verídica -o anda la Mala Fortuna, agachadito (y el ratón se agachaba en y de la una a las dos como tal se me ha contado- y yo así lo efecto, siguiendo su inveterada costumbre anda el Alma de Dios. creo. Ocurrió en una casa de Casolas de de representar cuanto hablaba) porque no llevaba perro ni diaño que lo valiese, y es­ dejar Naval. Se reunieron las familias de dicha desatendido a nadie, sobre todo a los casa para celebrar la Nochebuena y cenar taba, con perdón de las barbas honradas niños, con quienes al parecer la historia se juntos. Al acabar marcharon los hombres que me escuchan, para montar a caballo ha cebado durante la misma. No es raro a la cantina, quedando las mujeres solas. Y de un vallado, cuando oigo ¡tras tris, tras colgar del cuello de los niños una medalla un gato negro -otra vez el gato- que no tras! ¡tipirí, tipirá! el andar de una liebre; de plata con la convicción de que los sal­ quería salir de debajo de la "cadiera" ¡más lista venía . . . que las zantellas! Pues (banco de la cocina). Lo intentaron de señor. . . viro la cabeza mismo asÍ. .. ¡con Esa noche se procura no vaguardará. Al parecer, las brujas suelen atacar a los todas las maneras y seguía sin salir. Lla­ perdón de las barbas! con mi escopeta niños indefensos, animales y personas so­ maron a los hombres de la cantina, subie­ más agarrada que la Bula. . . y de repente ¡pan! me pasa una cosa del otro mundo litarias cargadas de temor. Recordemos ron e hicieron lo imposible hasta que al que en esa noche tiene lugar la tradicional fin, después de muchos garrotazos, lo ti­ por encima de la cabeza, y me caigo del misa del Gallo, que propicia mucho el que raron clavado en una horca por el balcón, vallado abajo. . . queden gentes solas o niños pequeños en dándolo por muerto, claro está. A la ma­ la casa con el consiguiente peligro. ñana siguiente corrieron a ver si perma­ Es todavía frecuente colocar unas bol­ sitas o saquitos de sal en el collar o cabe­ necía donde lo echaron, Explosión d e preguntas, d e risas, de protestas. pero había -¿Una cosa del otro mundo? desaparecido . . . -¿Un ánima del Purgatorio? zana de las caballerías para su protección. 3�. Este relato, también supuestamente Son muchas las historias que narran muer­ verídico, se sitúa de nuevo en Naval, y al tes de mulos en esta noche, y ése es el parecer sucedió en la casa Banastón. Fue mejor modo de evitar que suceda. toda la familia a la consabida misa de -¿Pero él era persona o animal o qué mil rayos era? -Abrir la puerta, que esta mentira no cabe en la habitación. También es muy frecuente prolongar la Gallo quedando en casa tan sólo un crío -¡Así Dios me salve y me dé la gloria celebración de la cena de Nochebuena, al durmiendo en la cuna. Al volver de la igle­ como es verdad! -clamó el hocico de calor del fuego del hogar, hasta bien en­ sia se encontraron con el niño llorando al ratón, poniendo el semblante más com­ trada la madrugada, contando sucesos re­ lado de la puerta, junto a la gatera. La ga­ pungido del mundo-o ¡Era con perdón la lacionados con todo esto que, lejos de tera es un orificio para que puedan entrar descarada de la liebre, que brincó por riba calmar al personal, avivaba en ellos el y salir los gatos, insuficiente -por tanto­ de mí y me tiró patas arriba! (2) temor a estas supersticiones. Veamos las historias referidas a la No­ chebuena: 1�. En una casa todos los años esa noche moría una caballería -siempre la para poder pasar por allí al niño, por lo Muchos más cuentos, leyendas, relatos que quedó allí tirado en el patio. Al pare­ (incluso pretendida y pintorescamente "au­ cer, las brujas (que sí podían pasar convir­ tobiográficos") acerca de brujas y de de­ tiéndose en gatos) no habían podido monios que logran entrar, procedentes de llevarse al crío (1). su oscuro mundo, en el nuestro, correr mejor- sin ninguna razón aparente. Deci­ Abrir por completo la caja de los cuen­ dían que aquel año un criado se quedara a tos y leyendas acerca de brujas navideñas daño a los humanos y a todo lo que en pasar la noche despierto en la cuadra y así entrañaría el peligro de que no la pudiése­ nuestro mundo es signo de fecundidad, de tal vez podría averiguar el misterio. Así lo mos cerrar. Cientos, miles, podríamos prosperidad o de futuro (los cultivos, los hacían y el criado se quedaba a vigilar en traer a colación si dispusiésemos de espa­ ganados, las propiedades, los niños), du­ por aquí en libertad y dedicarse a causar un lugar estratégico. A las doce en punto cio para ello. Tantas han sido las que han rante el tiempo de la Navidad, podríamos veía a un gato plantado encima de la llenado de miedo y de temblores las frías seguir trayendo a colación. mejor caballería -una mula preciosa- y le noches del final del año que no han faltado Igual que podríamos pasar larguísimo decía: -Mucho te quiero, pero tienes que los ingenios escépticos, incluso críticos, que han cargado contra ellas, aunque sea rato analizando la pintoresca y muchas veces excéntrica terapéutica (oraciones, morir. . . con las armas de la ironía. Es buena conjuros, amuletos, reliquias, exorcismos, EDUCACiÓN Y BIBLIOTECA N. 180 - NOVIEMBRE·DIClEMBRE 2010 I�I • DOSSIER. PORQUE ES NAVIDAD /lustración cortesía de Carlos Arrojo todo tipo de ritos estrafalarios) con que la amplio y profundo de estas creencias na­ religiosidad popular católica, e incluso los videñas que, vivas hasta hace no muchos sacerdotes y las iglesias más contempori­ años, perviven hoy en las memorias de zadores con las supersticiones del pueblo bastantes personas ancianas. Desde la se han empeñado en poner coto a tan in­ educación y desde la biblioteca se podrían cómodos y sobrenaturales invitados. y se deberían articular (así se está haciendo Pero tendremos que conformarnos, en algunos centros de enseñanza: por des­ por ahora, con intentar explicar este tipo gracia, no en tantos como se debiera) pro­ de creencias y de relatos recordando que gramas en el mundo cristiano, muy especialmente profesores y alumnos en labores de regis­ en el católico (porque las iglesias protes­ tro, de recuperación, de reivindicación, de eficaces, que implicasen a tantes han procurado mantener siempre estudio, de publicación de los relatos que la mayor distancia con respecto a estas aún podrían ser salvados del olvido. creencias), el calendario de fiestas y el san­ Su preservación (aunque sea en el puro toral han sido edificados sobre el anterior nivel documental) por las generaciones calendario estacional mágico-pagano. Tan que hoy constituyen un puente entre una íntimo y evidente contacto ha dado lugar a cultura tradicional que se nos va y una cul­ mezclas, hibridismos, intersecciones entre tura futura que no sabemos muy bien las órbitas de lo religioso y de lo mágico adónde se dirige, nos permitiría legar a las que han llenado la imaginación popular de miedos y de inquietudes, de personajillos y generaciones que vendrán después de las nuestras conocimientos y saberes esencia­ de engendros absolutamente heterodoxos, les para entender en qué creían, qué te­ y ha obligado a la iglesia católica a convi­ mían, cómo vivían nuestros mayores. �� vir durante siglos con ellos y, muchas veces también, a entrar en su juego, pro­ poniendo incluso terapéuticas que, si tu­ viésemos espacio para analizarlas en Notas (1) cogidas en Naval (Huesca). En V Jornadas de cultura a/toaragonesa. Huesca: Instituto de Estudios Altoara­ detalle, vedamos que tienen tanto de má­ gico como de religioso (o más de lo pri­ mero que de lo segundo). Falta mucho todavía por hacer para que alcancemos a tener un conocimiento I�I EDUCACIÓN Y BIBLIOTECA N. 180 - NOVIEMBRE-DICIEMBRE 20 10 FUSTER SANTAUESTRA, Vicente. Supersticiones re­ goneses, (2) 1986. pp. 105-204; pp. 196-200. PARDO BAZÁN. Emilia. Los pazos de Ulloa. Edición de Nelly Clémessy. Madrid: Espasa Calpe, 316-317. 1987. pp.