UN DÍA EN EL BOSQUE de Pablo Duarte Flórez.

Anuncio
UN DÍA EN EL BOSQUE de Pablo Duarte Flórez.
Mi historia comienza en un pequeño y tranquilo pueblo de Asturias y su protagonista es
Juan, un niño normal de 11 años, de mediana estatura y un poquito flaco. Su cabello es
rizado y negro y sus ojos azules como el mar.
Antes de quedarse ciego era un niño muy feliz, jugaba mucho con sus amigos y era muy
estudioso; pero una repentina ceguera le apartó de la sociedad. Sus amigos ya no
jugaban casi nada con él, no lo pasaba tan bien como antes y la mayor parte del tiempo
estaba encerrado en casa.
Juan se estaba esforzando mucho en aprender el braille, el idioma de los ciegos, y se
pasaba casi todo el día en su habitación con su madre que era la que más le ayudaba.
Antes, su mejor amigo Luis iba a jugar a su casa casi todos los días y jugaban mucho a la
video consola, pero ahora apenas le veía. También jugaba en un equipo de fútbol y leía
mucho. Todo eso se había acabado para él.
A sus padres les gustaría que Juan tocara el piano, así que un día fueron a preguntar
para apuntarle a las clases, pero a todos los sitios que iban siempre les decían:
- Lo siento, no puede.
Y siempre se iban decepcionados a casa.
Un día les dieron una nota en la escuela explicando que iban a realizar una excursión a
un bosque. Juan se puso muy contento, aunque no pudiera ver el paisaje, pero
disfrutaría de la compañía de sus amigos y lo pasaría bien.
La profesora le dijo a Luis que fuera de compañero de Juan y que lo llevara siempre
agarrado de la mano para que no se perdiera. Se montaron en el autobús y se fueron al
bosque.
Llegaron en media hora y se dispusieron a caminar.
Hacía un día precioso, soleado y con una temperatura que invitaba a pasear por el
bosque.
Juan y Luis caminaban tranquilamente cuando de repente oyeron a un compañero gritar:
- ¡¡Eh!!, ¡venid todos aquí, mirad lo que he encontrado!
Todos fueron allí corriendo, incluido Luis, que dejó descuidado a Juan. Todos estaban
muy entretenidos mirando y nadie se dio cuenta de que Juan
seguía caminando. Se adentró en el bosque, sin darse cuenta de que estaba solo, hasta
que le dijo algo a Luis y este no le contestó. En ese momento J
uan se dio cuenta de lo que pasaba, llevaba más de media hora caminando y se había
perdido.
Juan se estaba empezando a preocupar, no veía y no sabía como volver, hasta que oyó
algo: parecían los ladridos de un perro, ¡era un perro!
El perro se acercó hasta tocar a Juan, este le acarició y el perro tiró de él como si
quisiera que le siguiera.
Juan se agarró a él y comenzó a caminar. Caminaron un buen rato hasta que oyó las
voces de sus amigos y de su profesora. Una vez con ellos el
perro se fue y Juan y sus compañeros volvieron al colegio.
Esta experiencia sirvió a sus compañeros para que recapacitaran y tuvieran a Juan más
en cuenta.
Volvieron a jugar con él, hablar con él, incluso se animaron a aprender algunas palabras
en braille.
La excursión había servido a Juan para poder llevar una vida casi normal y casi igual de
divertida que antes de quedarse ciego. A esto contribuyó
mucho el nuevo miembro de la familia, “Coli”, su perro guía que se convirtió en su mejor
amigo y la mascota de toda la familia.
Descargar