El canto gregoriano Y la música medieval Jesús Rodríguez Gómez Título: El canto gregoriano y la música medieval Autor: © Jesús Rodríguez Gómez I.S.B.N.: 84-8454-165-7 Depósito legal: A-348-2002 Edita: Editorial Club Universitario www.ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma Telf.: 965 67 19 87 C/. Cottolengo, 25 - San Vicente (Alicante) www.gamma.fm [email protected] Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. INDICE: Introducción histórica anterior al año 1000. .................................................. 5 Introducción al canto gregoriano, época histórica y sus relaciones sociales. 7 Historia de la Iglesia Medieval .................................................................... 10 El canto gregoriano o canto llano. Evolución.............................................. 13 Otras características del canto gregoriano ................................................... 24 Otros cantos y escuelas................................................................................ 26 Organología en la Edad Media. ................................................................... 27 La canción profana medieval....................................................................... 38 Polifonía medieval ....................................................................................... 48 Ars Nova...................................................................................................... 69 Ejemplo de Unidad Práctica. ....................................................................... 78 Bibliografia .................................................................................................. 83 El canto gregoriano y la música medieval Introducción histórica anterior al año 1000. Con la caída del Imperio Romano, la Europa occidental sufrirá una sacudida de invasiones por pueblos preferentemente del norte. La Hispania y el Sur de Francia fueron dominadas por los visigodos tras expulsar hacia el Norte de Africa a los vándalos. Gran Bretaña fue invadida por escotos, pictos, anglos y sajones, los francos en las Galias y burgundios en la zona de Lyón, los ostrogodos en Italia,etc. Estos pueblos a su vez venían con cierto empuje, debido a la presión que se recibía desde Asía por parte de los hunos con Atila a la cabeza. Grandes reinados se darán con Clodoveo y Teodorico, pero tras ellos las guerras fratricidas o expansivas continúan sucediéndose. Justiniano intentará unificar el imperio romano pero no llegará a conseguirlo en su totalidad, nos dejará en su intento el Corpus Juris Civilitis, que será base para el sistema jurídico de parte de Europa y de América. Eran momentos de aumento de poder de las aristocracias regionales, haciendo prácticamente desaparecer la administración central en algunos países como Italia. Justiniano se opuso a la supremacía papal de una parte del Imperio frente a la otra provocando más ruptura entre Oriente y Occidente. Cuando llega al poder el Papa San Gregorio Magno, coincide con un momento en que había un emperador con poca fuerza; se dará inevitablemente la escisión de la iglesia oriental. Europa vivirá en muchas zonas una etapa en la que la civilización urbana casi no existía, la incultura mandaba sobre la aristocracia terrateniente preocupada de los placeres y de la guerra. La gran masa de campesinos tenía un grado superior de analfabetismo, incluso en la misma Iglesia los clérigos de inferior nivel tenían graves problemas culturales, habiendo adquirido una educación lo más elemental posible para poder ejercer su labor, la cultura del mundo clásico estaba prácticamente olvidada. En este entorno triunfa la influencia y la autoridad papal, tan importante para la expansión posterior del canto llano. La rehabilitación cultural vendrá a partir del restablecimiento del reino franco, gracias a 5 Carlos el Grande o Carlomagno. Tras muchos reyes debilitados, surgen con fuerza los mayordomos poderosos con grandes latifundios, uno de ellos será Pipino que tras el inmenso poder acumulado reclamará el trono y será proclamado rey carolingio. De esta manera, tras el mayordomo de palacio Pipino de Herstal (679-771) vendrá también el mayordomo Carlos Martel (714-741), luego estará Pipino I, primero mayordomo, después rey y su hijo Carlomagno, de quien hablaremos posteriormente. El papado vio con rapidez la necesidad de aliarse a esta dinastía poderosa. Roma concedió la aprobación a Pipino sobre la monarquía hacia los francos y éste a su vez cedió el terrero de los Estados Papales tras su conquista a los lombardos. Carlomagno verá el camino allanado con estas alianzas, conquistará más territorio a los lombardos, consiguiendo para sí la corona, llegando incluso hasta el sur de Roma, posteriormente conquistará el territorio de los sajones, bávaros y ávaros. Poco después su territorio llegaba desde el Adriático hasta el Báltico. Salvo la conquista de España a los musulmanes, todo lo demás fueron éxitos en las conquistas territoriales, y tras ayudar a León III a recuperar su papado, Carlos fue coronado emperador de los romanos, no sin protestas de la parte Oriental europea. En el futuro este poder acumulado del emperador frente al papado será fuente de abundantes conflictos. A partir de estos momentos, los esfuerzos de Carlomagno se desviaron hacia otro modelo, como pueden ser los educativos, así como el de conseguir la unidad política y religiosa junto a una clase de dirigentes con ciertas cultura. Carlomagno fomentó el trivium (gramática, retórica y lógica) y el quadriviun (aritmética, geometría, astronomía y música). En cuanto a la música, punto que ahora desarrollaremos, los escritos de algunos estudiosos como Boecio se preocuparon de planteamientos filosóficos, como la naturaleza de la música, sus efectos y sus posibles relaciones entre el hombre y el mundo que les rodea. 6 El canto gregoriano y la música medieval Tras los estudios pitagóricos sobre la relación entre los números, la música y los sonidos; la música en sí misma conseguirá un gran espaldarazo científico a la vez que se desarrollará las escuelas de canto. El saber fue fomentado por personajes cultos como pudo ser Alcuino entre otros. Se seguirán fomentando las escuelas monásticas y catedralicias, así como los scriptoria donde se desarrollará la minúscula (escritura carolingea). El imperio Carolingeo se desintegrará rápidamente por problemas con sus descendientes, presiones de invasiones externas (vikingas, majiares, sarracenas), rebeliones internas, etc. Introducción al canto gregoriano, época histórica y sus relaciones sociales. Por tanto el periodo medieval ha llegado a ser denominado por Edad de la Tinieblas, surgiendo a partir de Constantino, y desarrollándose espléndidamente en algunos momentos como los del Papa Gregorio el Grande (que llegó a alegar que las imagines eran útiles para la enseñanza)o con el mismo Carlamagno. Este es un periodo de gran inestabilidad con grandes enfermedades (peste negra, peste bubónica,), guerras, cataclismos y migraciones. Durante varios siglos medievales existieron personajes, sobre todo en los conventos y monasterios que amaron y defendieron las artes, y donde también influyeron en las cortes del momento. A raíz de la música cristiana primitiva y de las nuevas comunidades de la nueva fe cristiana se va formando un nuevo estilo musical con origen en las influencias musicales de la Roma imperial, así como de la salmodia hebráica. Estos hechos devienen como consecuencia del desplome del Imperio Romano y del auge del cristianismo. No obstante, no existió una ruptura total, sino más bien, una evolución controlada por los nuevos padres de la Iglesia. Se fundirá lo helénico y lo judaico-cristiano, consiguiéndose un beneficio muy positivo en cuanto a lo cultural y a lo musical en particular. 7 Otro hecho a destacar en la rápida extensión de la cultura musical del momento se produce gracias a la conversión que se había dado en el Estado, quedando en esos mismos momentos la iglesia como único bastión cultural. Los primeros cantos cristianos asimilaron estos y otros elementos culturales que les rodeaban. Destacaron los elementos grecorromanos, prueba de ello es el himno griego que representa al primer himno cristiano encontrado. Ante las dudas iniciales de la liturgia cristiana, sobre si se debía prescindir de la música, se optó por utilizar ésta para sus actos religiosos, pero diferenciándose de la música pagana. No obstante, la música debía ser de carácter austero para no “movilizar” los sentidos, y estar al servicio de la espiritualidad. Se optó por el uso de la música cristiana primitiva, heredera de la anterior cultura romana, e inicialmente se extendía de forma oral en unos momentos de “inferioridad” en cuanto a la notación. Textos litúrgicos y salmos del siglo tercero, a modo de plegarias, ya constan de esquemas fijos en su estructura. El propio y el ordinario de la misa se fueron enriqueciendo con la música del momento, gracias a textos como los del “Liber sacramentorum”, finalizando con diversos himnos y con el “Missale plenarium”. La expansión fue rápida potenciada por importantes personas del momento como San Ambrosio (padre del rito ambrosiano de Milán), por la regla de San Benito, etc. Cerca de las grandes invasiones, la iglesia querrá valerse de todos los recursos posibles. Utilizará la música y las demás artes para educar a la población con poca cultura en general, por tanto el alma de los cristianos ha de verse impulsada por la música medieval, aunque siempre con el debido cuidado ante el contenido sensual de ésta. Se debía luchar contra las herejías, para ello la Iglesia del momento utilizó el autoritarismo. La unificación cultural vendrá de mano de diversos papas, destacando como ya se ha referido la figura de Carlomagno. De este modo las demás liturgias se verán amenazadas e incluso extinguidas. 8 El canto gregoriano y la música medieval Topamos con ideas con cierto carácter imperialista, pero muy eficaces en su momento para la expansión del cristianismo y de su cultura adyacente. Son por tanto ideas que se reflejarán en el Sacro Imperio Romano Germánico por parte de Otón III. No siempre el “canto” gozó del apoyo de los Santos Padres y de otras personalidades del momento, sobre todo recordando el efecto que producía la música en el anterior pueblo romano. Muy crítico fue por ejemplo el Abad Silvano. Con una tendencia racionalista, empírica y formalista Guido diferencia el músico sabio del cantor bestia y dice que el músico conoce la ciencia, el cantor sólo la practica. Con una tendencia mística, cosmológica, divina y ética San Isidoro de Sevilla piensa que el cielo y la tierra son regidos por la música, y añade que es más deshonroso no saber cantar que no saber leer. En cuanto a la música como arte, San Agustín confiesa que observa un hedonismo sospechoso y que rezar cantando es rezar dos veces. Apoyándose en los resultados beneficiosos para el alma (San Agustín), los Santos Padres apoyarán la música impulsada igualmente por los Santos Isidoro de Sevilla, San Ambrosio, San Juan Crisóstomo, San Basilio, etc. El apoyo se realizó hacia la parte vocal, en detrimento de la instrumental, cargados de simbolismo. Si el cristianismo nació del judaísmo, esa misma influencia (junto a otras) se ha de notar en la música cristiana, sobre todo en relación a la liturgia hebraica. Es de sobra sabido que los primeros oficios cristianos se realizaron conforme al culto hebraico. Algunos autores resaltan los caracteres análogos entre los cánticos judíos y los cristianos del siglo I. El tono melódico no estaba muy marcado salvo al final de la frase, a modo de los salmos judaicos. También el estribillo antifonal posterior al canto del solista es de base judaica. Basta recordar el origen de los aleluya, hosanna y amen. 9 A San Efrén se le atribuye el origen sirio de la himnodia cristiana de los primeros momentos, y al patriarca de Constantinopla San Gregorio Nacianzeno, el logro de haberla introducido en Asia Menor. La incorporación en Occidente se debe al obispo de Poitiers Hilario. En el siglo XVI Gregorio XIII quiere prescindir de lo que él llamó “estos barbarismos y estas oscuridades”, mandando evitar de su presencia los libros gregorianos. El “destructor” que debía hacer esta tarea por encargo papal, era el genial polifonista del Renacimiento Palestrina, que lo realizó tan sólo en parte. El rey Felipe II, animado por el renacentista español Fernando de las Infantas, viajó a Roma, y ante las protestas de tan poderoso monarca la situación contra el canto llano se paralizó. Historia de la Iglesia Medieval No se puede concebir ningún movimiento artístico como es el musical, o cualquier otro arte medieval, sin la influencia de la Iglesia durante siglos. Influencia que ha perdurado durante otras épocas posteriores, pero que nunca ha llegado a tener tanto poder cultural, llegando a tenerla prácticamente en exclusividad. Matthew opinará que “hasta el siglo XII no hubo ninguna posibilidad de crear una dirección central de la iglesia occidental. En ese tiempo, la necesidad de fijar y poner en vigor la ley eclesiástica otorgó al obispo de Roma una nueva autoridad en los asuntos eclesiásticos. Al propio tiempo, la necesidad de promover un nivel superior de observancia monástica, apuntando a una mayor uniformidad y a una supervisión más atenta de los monasterios específicos, condujo a la creación y a la organización de monjes como Cluny y Citeaux. Estas reformas consolidaron el movimiento a favor de la centralización. A partir de este momento el papado trabajó a favor de la uniformidad de la doctrina, de la ley, de la enseñanza, de la organización y, he hecho, de la oportunidad espiritual que ofrecía la iglesia. Cobró una gran influencia en todas las instituciones monásticas y el papa se convirtió en patrono y promotor de varias órdenes nuevas, como la de los franciscanos. También convocó concilios eclesiásticos, definió herejías, predicó cruzadas y nombró y castigó obispos”. 10 El canto gregoriano y la música medieval Continuará alegando que “subsistían muchas imperfecciones, y el sistema, del que se consideraba responsable al papado, suscitó un gran descontento expresado verbalmente y no siempre guiado por las mejores intenciones. Una parte de este descontento estaba provocado por el sistema, pero otra podía atribuirse también a la imposibilidad de imponer unas condiciones uniformes en las iglesias occidentales, que se habían desarrollado siglos antes de que pudiera pensarse en los movimientos reformistas. Los ideales de la nueva época también atraían más a la gente educada y a los funcionarios que a las demás personas. A medida que la nueva religión iba ganando terreno entre los bárbaros, el deseo de establecer unos lugares locales para el culto tendía a disminuir la importancia de los grandes centros monásticos como foco de devociones religiosas. Así pues, cada localidad tenía un sacerdote residente que se ocupaba de atender sus necesidades sacramentales, mientras que las iglesias parroquiales estaban dotadas de acuerdo con los recursos y munificencia locales. Este aspecto no sólo era altamente variable, sino que ni siguiera fue necesariamente apropiado en épocas posteriores. Hubo intentos de supervisar estas parroquias, pero lucharon contra todo tipo de dificultades. Algunos obispos no contaron nunca demasiado en la organización de su diócesis. El papado, que abogaba por la uniformidad, no podía ceder a los obispos las iglesias que tenía bajo su protección especial. Estos obispos, que habían sido eficaces en la creación de una administración diocesana y habían nombrado un clero auxiliar, como por ejemplo los archidiáconos, afín de que inspeccionaría zonas más manejables y más pequeñas que la diócesis, se daban cuenta de que se hacían esfuerzos para boicotear su acción, no ya sólo por parte de los pecadores, sino también de los monjes, clero, patronos y laicos, todos ellos con reivindicaciones y derechos que no podían ser desechados así como así. El poder de Roma no llegó a ser nunca tan grande como para imponer un orden enteramente nuevo. Más que incitar a soluciones radicales, prefería alentar nuevos movimientos de celo religioso, siempre que fuera posible confiar en su ortodoxia, y dejar que los movimientos más antiguos fueran sumiéndose en la decadencia o en la descomposición. Debido a ello, la iglesia medieval, aunque unida superficialmente bajo la autoridad de Roma, en la práctica constituía un ente muy complejo, que albergaba en su seno abusos de todo tipo”. 11 Mattew, describe por tanto a la sociedad religiosa medieval como una gran lucha de poder entre los estamentos eclesiásticos, en cambio en cuanto a lo musical, la iglesia tendrá una posición más unida sobre todo a raíz de San Gregorio Magno, así como de Carlomagno. No obstante pervivieron y se defendieron de este elemento unificador musical, escuelas como la ambrosiana, la galicana, hispano visigótica mozárabe, etc. Previtée en cambio piensa que “el auge de la iglesia medieval se consigue tras las conversiones que se hicieron desde el momento en que el emperador fue cristiano, y no se debieron siempre a ambiciones egoístas o a moda, ni tampoco exclusivamente al atractivo moral de la fe, sino también por la activa benevolencia de las iglesias en atraerse a los pobres oprimidos. El obispo intercedía por los infortunados, su iglesia era un asilo para los condenados injusta o cruelmente; su arbitraje era más amable y menos costosos que los juicios de los tribunales; Constantino parece haber estimulado sus poderes judiciales, y el pueblo lo escogía; el obispo podía argumentarle libremente desde el púlpito. ¿Podemos extrañarnos pues del ardor que se ponía en las disputas en este terreno liberal de la Iglesia, que no estaba embridado como el resto de su vida por el poder del César?. Mientras en cada ciudad su iglesia bajo el obispo estaba efectivamente organizada, no ocurría lo mismo con el cuerpo entero de los cristianos. Sin embargo, las relaciones locales subsistían mutuamente por medio de cartas y visitas personales. Los obispos de una provincia e incluso de una misma diócesis civil estaban acostumbrados a actuar de consuno. Cada vez eran más frecuentes las reuniones de obispos para tratar cuestiones discutidas”. Nuevamente hay que hacer hincapié en el poder eclesiástico y en sus relaciones internas que de hecho afectaron a la música medieval. En cuanto al arte de la época medieval surgirá a partir del arte romano dándose el arte paleocristinao y futuros estilos por todo el occidente, destacando el arte prerrománico que se da tras la ruina del Imperio romano de Occidente, momento en el cual se establecen varios pueblos denominados bárbaros en sus respectivas provincias, y que acabarán con la unidad artística occidental creando nuevos símbolos debido a sus artes propias, muchas veces anteriores a la conquista romana y de su conversión al cristianismo, consiguiéndose una importante fragmentación cultural. Azcárate llega a decir: “ En realidad, la fecha del 476 – la de la deposición del último emperador romano de Occidente- marca un hecho que 12 El canto gregoriano y la música medieval vino a dar significación política a lo que culturalmente ya estaba realizado. Ya desde antes, la debilidad del poder central era notoria: cada región europea, dominada por un pueblo germánico, seguía un rumbo propio tomando por base sus recursos, en un período que ve la rápida desaparición de los caminos y del comercio. Este contexto es indispensable para entender el porqué de un proceso que llevará a nuevos conceptos funcionales y estéticos. El periodo prerrománico comprende aproximadamente desde el último cuarto del siglo V hasta fines del siglo X. Se puede considerar estructurado en dos etapas, de las cuales la primera se extienda hasta mediados del siglo VIII: se caracterizará por la pobreza de medios y, especialmente, por el predominio del elemento germánico, lo que va a constituir un factor esencial en la elaboración de todo arte medieval. Será, importante el carácter cristiano de la mayor parte de estos pueblos establecidos en las provincias imperiales... “. El canto gregoriano o canto llano. Evolución. Una preocupación constante del papa Gregorio I, fallecido en 604 tras veinticuatro años de papado, fue la ordenación musical que existía en la liturgia romana. No es el creador del canto llano, aunque se le debe mucho al respecto. El rito romano consiguió imponerse incluso al canto galicano, como consecuencia de las presiones carolingias a favor de la unificación. Algo parecido sucedió con nuestro rito hispano-mozárabe. Todo ello fue propiciando una unificación musical en la cristiandad, y más en unos momentos en que la escritura musical era prácticamente desconocida. El repertorio oral era aprendido memorísticamente. El canto llano va a representar un lazo de unión entre lo griego, romano, judío bizantino, mozárabe, ambrosiano, galicano y medieval. Todo ello desembocará en unas melodías con cierta similitud que impulsan a los fieles a realizar cánticos espirituales, himnos y sálmos, muy influenciado por la anterior cultura judía. Por tanto Sadved opinará: “El canto llano se basa en los modos de la Iglesia, y, tiene una base tonal distinta de los tonos mayor y menor actuales. La melodía carece de tono, nota directriz, tal y como esto se interpreta generalmente, y tiene más bien el carácter de una oscilación libre y ondulatoria en torno a una nota central. Paralelamente a esta libertad de tono 13 va el ritmo libre que no está limitado por -latidos- regulares, sino que es el ritmo de la conversión en prosa.El canto llano se interpretaba, por lo general, en forma de antifonía y de responsorio. En cuanto al estilo, hay que hacer una distinción entre la melodía “silábica” más sencilla y el estilo más rico en melodía que se aproxima a la coloratura. El canto llano tiene una importancia enorme en la Historia de la música europea, habiendo influido grandemente sobre el carácter tonal de la música folklórica ”. Aunque no coinciden exactamente con los ocho modos griegos por un antiguo error de transcripción. Algunos teóricos piensan que el ritmo gregoriano no tenía medida, que era libre y que lo importante es el ritmo, fusionándose por tanto en un ritmo libre. Algunos teóricos piensan que el ritmo gregoriano no tenía medida, que era libre y que lo importante es el ritmo fusionándose por tanto en un ritmo libre. Roma y sus papas deciden intentar unificar las liturgias al máximo consiguiéndose con San Gregorio, en agradecimiento se le llamará Gregoriano, anteriormente se le había denominado “figurado” o canto llano. Como se aprecia en una representación del antifonario Hatker, se puede observar a la paloma mística con inspiración divina dictar al oído de San Gregorio las melodías del canto romano. Como expondré más tarde San Gregorio no fue el creador del canto Gregorio sino el compilador principal. Expansión del canto gregoriano España: Inicialmente estaba extendido el canto hispano-visigodo o mozárabe, pero a partir del siglo XI por decisión papal se impone el canto romano. Italia: Como es lógico su propagación fue rápida y bastante contundente (aunque no del todo como en la zona de Milán y otros territorios que posteriormente comentaré). Francia: La extensión del canto gregoriano fue frenada temporalmente como consecuencia de la implantación anterior del rito galicano. Hay que destacan la implantación de las escuelas catedralicias y de la Schola Canthorum. 14 El canto gregoriano y la música medieval Tropos y secuencias. Intercalando nuevas frases entre las palabras de una obra gregoriana se conseguirá un tropo con el fin de recordar nemotécnicamente las grandes vocalizaciones de la misa y sobre todo del Kyrie. Nacen en Saint Gall a partir del siglo X. A cada sílaba de la melodía se le aplicaba una nota, y posteriormente cuando la frase estaba finalizada se sustituía por las vocales, aunque mentalmente se estuviese recordando la frase silábica. Una de las importancias mayores de los tropos son las influencias musicales posteriores. Por ejemplo los conductus provienen de los “versus tropizados”. También los utilizaron a menudo los trovadores al usarlos mediante la lengua vulgar. La secuencia como variedad del tropo consiguió éxito, sobre todo con la vocalización de la última vocal del aleluya. La independencia la conseguirá al ampliarse la frase en estrofas. Ante tal invención, el éxito estaba asegurado, se hicieron muy populares hasta el punto de que en poco tiempo se realizaron miles de secuencias. Según Milá “Las secuencias y los tropos reflejan el cansancio creativo en que había caído el canto cristiano después de la codificación de Gregorio Magno, que había enervado y paralizado toda posibilidad de invención. Dedicados al comentario de cantos preexistentes, a los que se sujetan como parásitos, secuencias y tropos se aproximan a la naturaleza jurídica, típicamente medieval de la glosa y de la apostilla, y alcanzan tales excesos que sólo el credo permaneció íntegro. La iglesia tuvo que intervenir de nuevo para expurgar tropos y prosas que no tardaron en pasar al patrimonio profano”. Debieron de llegar pronto las prohibiciones para que en la actualidad queden las cuatro secuencias inicialmente aceptadas más el Stabat Mater de Japone da Todi (1220-1306) o de San Buenaventura, que influyó en Pergolesi en el siglo XVIII. El Stabat Mater estaba inspirado sobre un himno latino que describe los Siete Dolores de la Virgen al pie de la cruz: toma su nombre del primer verso: Stabat Mater Dolorosa. Esta secuencia 15 forma parte del ritual católico romano durante la Semana de Pasión y para el 15 de septiembre. “Músicas famosas” para esta secuencia han sido compuestas por Josquín des Prés, Palestrina, Victoria, Pergolesi, Haydn, Rossini, Verdi, Dvorak, Szymanwsky y Poulenc. Las cuatro secuencias son: - Victimae pascahali Laude para Pascua de Wipo de Borgoña. - Veni Sancte Spiritus para Pentecostés de Stephan Lagton. - Laudia Sión, para el Corpus Christi de Santo Tomás. - Dies Irae, cuyas palabras sirven de introducción a una representación del día del juicio final, escrita y compuesta por Tomás de Celano (hacia 1250), el amigo y biógrafo de San Francisco de Asís. Esta secuencia en el siglo XIV entró a formar parte de la misa de difuntos, Misa de Requiem, de la Iglesia católica. El texto anuncia la resurrección de los muertos el día del Juicio. Empieza expresando temor, para acabar con un canto de esperanza y devoción. El canto llano del Dies Irae ha sido utilizado en sus obras por muchos compositores entre ellos Berlioz con un Sinfonía Fantástica, Listz en la Danza de la muerte y Sinfonía de la Divina comedia de Dante, Reipighi con los pinos de Roma, Saint-Saëns en Danza macabra, Verdi en su Requiem, Gounord en Mors et vita, Mozart en el Requiem y Rachmaninoff en la isla de la muerte. Decadencia del Gregoriano Cuando comienza la deformación de la melodía, con varias voces, más la música ficta y mensurábilis, se da un declive del canto llano que comienza en el siglo XI. Durante el siglo XVI con la Edición Medicea se intenta regular el ritmo del canto gregoriano. Restauración del Gregoriano. Los monjes benedictinos de Solesmes del siglo XIX hacen lo posible por restaurar el canto y que sea lo más puro dentro de los parámetros 16 El canto gregoriano y la música medieval del momento. Destacan Dom Pothier y Dom Moquerau con la edición Baticana de libros oficiales de Gregoriano. Pio X lo convierte en canto oficial de la Iglesia en 1903 cuando se publica el Liber Usualis. Notación Las notas musicales mediante letras provienen de los griegos y llegará hasta la Edad Media gracias a Boecio, correspondiendo A con La, B con Si, C con Do, D con RE, E con Mi, F con Fa y G con Sol, quedando esta tradición para los países del Norte de Europa. Tenemos por tanto la escritura de música por medio de símbolos especiales. Durante la Edad Media se puso en práctica un sistema de signos conocidos por “neumas” para conservar las melodías del canto llano. La dificultad estaba en encontrar la altura exacta. Se pasará entonces a hacer una línea que intente representar el nombre del sonido convencional, ascendiendo o descendiendo la línea según los sonidos sean agudos o graves. La idea era muy buena, pero no conseguía reflejar con exactitud la altura del sonido. Por tal motivo se irán añadiendo líneas de colores a modo de pentagramas. Guido D´Arezzo utilizó la primera sílaba de cada verso de la “fiesta de San Juan”: Ut –que – ant –la -xis re –so –na –re –fi -bris mi –ra –ges –to -rum fá -mu -li -tu -o -rum sol -ve -pol -lu -ti la -bi -i -re -a -tum Quedando por tanto las siguientes notas: Ut, re, mi, fa, sol, la. Ut pasará a ser Do en el siglo XVII. Podemos encontrar la traducción de la siguiente manera: 17