DESCUBRIENDO EL AIKIDO

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Aikido Sen´Yokai
DESCUBRIENDO EL AIKIDO
Cuando en el año 1192 Yoritomo Minamoto primer shogun de Japón, decidió aceptar para su clan el Ju
Jutsu como sistema de defensa, no pensó que siglos después evolucionaría de tal modo que acabaría
llevando estos principios a las distintas artes consideradas marciales, estando entre ellas el Aikido creado a
la postre por Morihei Ueshiba, quien añadió toda su experiencia personal y humana a fin de crear un arte
marcial que fuera conciliador, basado en sus principios filosóficos de la propia naturaleza y la no agresión.
No obstante a diferencia de otras artes marciales, el aikido no solo está considerado como un arte marcial
meramente dicho de auto defensa, sino que debido a la propia evolución humanística transmitida por su
fundador, aporta a la sociedad un valor intrínsecamente ligado a sí misma.
El aikido mostrado por Morihei Ueshiba trascendía mas allá de la comprensión marcial, añadiendo el auto
control y la colaboración mutua entre los practicantes, lo cual unido al respeto tanto del compañero como del
profesor y al no existir la competición, el único deseo se transforma en la propia superación personal de cada
uno, si a esto unimos la coordinación del cuerpo y la respiración a través de la mente, nos hayamos ante el
complemento ideal para la evolución física , mental y humana de cualquier persona sin importar la edad.
A nivel físico sus movimientos de biomecánica, de rotación y traslación unidos al centro de gravedad y al
eje del movimiento entre ambos oponentes, la absorción de la fuerza atacante a través de los
desplazamientos en círculo, la proyección de la energía a través de la concentración de la misma en un solo
punto, hacen de la práctica del Aikido una experiencia única.
Así mismo la autodisciplina en la realización de las diferentes técnicas, nos prepara para afrontar cualquier
situación que pudiera condicionarnos, ya que al depender única y exclusivamente de uno mismo, el
autentico aikidoka se va formando de manera continua para poder controlar sus impulsos, sentimientos y
deseos, de manera que nada o muy pocas cosas puedan afectar a su estabilidad emocional.
Esta actitud de seguridad en uno mismo, hace que la búsqueda de la felicidad sea a través de su propio
interior, liberándose del egocentrismo de la victoria y evitando el riesgo de caer en la trampa de la búsqueda
de una la felicidad por vía de agentes contaminantes de su propio cuerpo, los cuales al final solo aportan una
falsa felicidad tan efímera como irreal.
Como toda disciplina de una arte marcial, el Aikido utiliza sus propios medios para la formación de sus
practicantes, los cuales podrían resumirse en los siguientes puntos.
1ºBeneficios de los ejercicios de preparación física.
Aumento de la capacidad pulmonar.
Mayor fondo físico.
Mayor elasticidad de los músculos.
Mayor fortalecimiento de la zona lumbar y abdominal.
Desarrollo de las muñecas, antebrazos y piernas.
Movilidad de zonas del cuerpo que habitualmente no se utilizan en la vida diaria.
2ºSistemas de defensa utilizados en la práctica del aikido.
Defensa contra cualquier ataque de manos o pies.
Defensa contra ataques de cuchillo (tanto) palo largo (jo) sable de madera (boken)
Defensa contra varios atacantes.
3ºBeneficios físicos y mentales, tanto para la vida diaria como para el estudio.
Mayor rapidez de reacción.
Mejora de la coordinación.
Aumento de la autoestima.
Seguridad en uno mismo.
Mayor poder de concentración.
4ºIncremento de los valores humanos.
A través de las experiencias humanísticas de grandes pensadores.
Kobayashi Shihan
"Cualquiera de nosotros que abra su alma puede sentir y disfrutar la belleza y la fuerza de la naturaleza.
La naturaleza como el Aikido son creados únicamente por su propia energía vital. La naturaleza al igual que
el Aikido son por esencia naturales, no son el resultado de algo construido, por eso, si practico el Aikido, no
tengo ideas egocéntricas, mi alma se une con la naturaleza. En ese instante “los espíritus de la tierra” y yo
mismo, somos solo uno y todo se vuelve posible."
II Doshu Kisshomaru Ueshiba
Si ponemos la victoria como nuestra principal prioridad, nos encontraremos ligados a la competición, y
tendremos que poner nuestra meta en algo que está lejos del mundo de la armonía, contraponiendo con ello
la realidad de la naturaleza.
Ezequiel Zayas
5º dan
Maestro Nacional Especialista
Experiencias personales de alumnos
¿Qué me ha aportado el Aikido?
Aunque no hace mucho que practico Aikido, y aunque mi opinión es la de una mera principiante,
si tuviera que destacar lo que más me gusto en un principio del Aikido sería la disciplina con la
que se practica. Algo, que por lo que tengo entendido, está muy ligado a la cultura japonesa.
Desde el principio, con el saludo al fundador, al “O-Sensei “Morihei Ueshiba, te hace aprender un
respeto hacia lo que practicas y lo que haces. Y creo que es algo que se ha perdido hoy en día y
que indudablemente vale la pena recuperar.
Otra de las cosas que me ha aportado el Aikido es confianza y seguridad. A diferencia de otras
artes marciales, el Aikido es un deporte prácticamente defensivo. No hace falta ni ser muy fuerte
ni muy musculoso, sino más bien saber concentrarse absorbiendo el ataque del compañero y
proyectándolo, que dicho así parece fácil, pero no se puede estar más equivocado. Mientras más
lo practicas, más te das cuenta de lo te queda por aprender. El hecho de ser un arte marcial tan
instintivo y tan natural te da una sensación de seguridad y protección, que es muy importante en
el día a día. Esa seguridad se transforma en confianza en ti mismo, y eso es algo que te ayuda a
mejorar como persona. Por otra parte el Aikido no fomenta la violencia, sino que por el contrario,
te enseña a ser más tolerante, intentando paliar las situaciones de conflicto en vez de fomentar
nuestra victoria y la derrota del oponente. Y en mi opinión esto es una de las cosas que más te
beneficia del aikido, y algo que en multitud de situaciones vas a necesitar. No a dejarte llevar por
los nervios y las emociones de un primer momento, sino a analizar la situación lógicamente, y
enfrentarte a todos los problemas que te rodean con sensatez.
También me da la sensación de que aporta disciplina a la mente, a ser más cabal, te hace
aprender a concentrarte más íntegramente en las cosas. Principalmente con los ejercicios de
respiración y de proyección. Aprender a concentrarse es esencial en muchos aspectos, sobre
todo para gente universitaria como yo, que suele estar tan inmersa en exámenes y otros asuntos
académicos.
En resumen, mi opinión es que el Aikido no solo aporta un beneficio físico y defensivo, como
cualquier otro arte marcial, sino que te enseña a “armonizar” tu cuerpo con tu mente y a ser una
persona más íntegra y respetuosa contigo mismo y con el mundo.
Carmen Herráez
4º kyu
Especialidad - Mecánica
Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño
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