El Pabellón de las Voces Distantes

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El Pabellón
de las
Voces Distantes
TOMO I
PRIMEROS ESCRITOS
LECTURA DE LA ANTOLOGIA DE
DIAO-ChUANG zhU-REN
吊床主人
«Señor de las Hamacas»
TRADUCCIóN y
COMENTARIOS DESATINADOS DE
José María Galán
Sisabianovenia
Buenos Aires
MMVII
El Pabellón de las Voces Distantes
El Pabellón de las
Voces Distantes
TOMO I
PRIMEROS ESCRITOS
LECTURA DE LA ANTOLOGIA DE
DIAO-CHUANG ZHU-REN
吊床主人
«Seño de las Hamacas»
TRADUCCIÓN Y
COMENTARIOS DESATINADOS DE
José María Galán
Sisabianovenia
Buenos Aires
MMVII
El Pabellón de las Voces Distantes
acá va el cuadradito con el ISBN
y esas cosas legales
Advertencia: este libro puede sufrir mayores
alteraciones en la ediciones futuras.
Esta copia es única.
El Pabellón de las
Voces Distantes
A la intención de Ezra y su Cathay
Quién es el auto de esta compilación, no tiene mucha importancia, ni su nombre se conoce. Se sabe que se la pasaba tirado en la
hamaca que colgaba bajo unos sauces junto al río, de ahí su apodo:
“El seño de las Hamacas”
澹乎若深渊之静
泛乎若不系之舟
«Plácido como el agua de un estanque profundo,
a la deriva despreocupado como un bote que soltó su amarra»
Indice
Introducción del Traductor, 17
Primeros Escritos, 35
Los huesos oraculares, 40
Las voces distantes, 49
El Libro de las Canciones, 51
Buen Mozo, 52
Un sombrero, 53
Viento norte, 54
Levántate ya!, 55
Se sacude el bote de ciprés, 56
Por encima el sol brillante, 58
Al salir el sol, 59
El bravo guerrero, 60
Las preguntas de Qu Yuan, introducción, 61
Las preguntas de Qu Yan, 62
El Libro de las Montañas y los Mares, 65
Los libros de historia, 69
Registro de los Estados Combatientes, 71
Zuo Chuan, 73
Li Ling, los testiculos de Si Ma Chien y el Shi Chi, 76
Entendiendo la Historia, 83
Shi Chi, Los cinco emperadores, 86
Lu Buwei, riqueza y poder, 88
El origen de la familia Zhou, 107
La historia del emperador Yao, 109
13
Anales de Bambú, 110
Código penal en la dinastía Qin, 113
Algunos delitos y sus penas, 114
Tratamiento a los penados, 116
El Corazón de la Literatura, 118
Del Lie Tzi, 119
Poseer el camino, 119
El modo de robar, 121
El señor de los monos, 124
Del Han Fei, 125
El observador del tocón, 125
Ceremonias nocturnas, 128
El viento del Soberano y el de la gente pobre, 133
Los Han, 137
La síntesis de los Han, 140
El Buen Mozo, 146
El control del tesoro, 148
Reeto a la autoridad, 149
La muerte del duque Jin, 150
La piedra que hala, 153
La paz de los dragones, 154
El Búho, introducción, 155
El Búho, 156
Cosas de la misma eecie, 161
Autobiografía de Ge Hong, 164
El debate de la Sal y el Hierro, introducción, 176
El debate, 177
Algunos poemas Han, 187
La canción es la misma, 189
14
El Huérfano, 190
Vieja Canción, 193
Combatieron al Sur de la Muralla, 194
Rocío sobre los crisantemos, 195
Una vida de deedidas, 196
El pasto y la rivera del río, 197
Transitoria, la vida humana, 198
No hay camino de vuelta, 200
Cantar triste, 201
Di de beber a mi caballo junto a la muralla, 202
Soportando el frío, 204
Abrevando los caballos frente a la Muralla, 206
Quiyue, 207
El Cantar de Mu-Lan, 208
¡Pobres nosotras!, 213
¡Pobre de mi!, 213
Horizonte perdido, 215
Canciones de la medianoche, 216
Un faisán voló hacia el sudeste, 221
15
Introducción del Traductor
China es un concepto construido y sostenido por un
puelo viejo. No hay tanto una China física como una
China ideal, construida y delineada a lo largo de ¿5000
años? Nadie se anima a poner una cifra. Y la que suelen
poner los mismos chinos, no es creíle. No porque los
guíe un ánimo de engañar, sino porque esa insondale
antigüedad forma parte de la idea que ellos construyeron, y en esa idea, China casi no tiene comienzos. Se
desdibuja en un pasado tenue, primitivo, virgen, inocente y anterior a cualquier otra idea. Y a esta China
ilimitada, eterna y en perpetua marcha es que nos referimos aquí. No a la geopolítica, con límites más o menos fijos, capital en Beijín, 1300 millones de habitantes
declarados y conformada por varias minorías aglutinadas más o menos a los Han, esos que podríamos llamar los primeros chinos. Esta China ‘real’ o concreta es
un subproducto de la China conceptual, de la que uno
imagina cuando dice ‘China’
Luego tenemos el otro concepto poco claro: el chino.
¿El idioma que se hala en China? No. En China se
halan diferentes idiomas. Hay lenguajes regionales
mutuamente incomprensiles, pero la mayoría se comunica en lo que llamaron Putonhua o idioma común.
También llamado Mandarín, y que lo hala el 70% de
17
la polación. A estos lenguajes regionales, para complicar más la cosa y porque tratándose de China nada es
simple, podemos sumarle los dialectos halados en distintas ciudades o los idiomas no chinos halados por
minorías como los tibetanos, uhigures y mogoles...
Además, los textos que veremos en este libro fueron
escritos en un tipo de idioma que podríamos llamar
literario o clásico, un idioma diferente al halado cotidianamente, regido por leyes surgidas de la estética
y gusto de quienes lo fueron trabajando. Pero antes de
entrar en el terreno del chino literario, veamos un poco
de lo más destacado de este idioma: sus caraeres.
Originalmente fueron pictogramas, dibujos que representaban objetos. Pero luego, estos dibujos se fueron
estilizando y cargando de otros sentidos, modificándose en nuevos que terminaban con otra significación
separándose por completo de su origen pictórico.
Las escrituras más antiguas encontradas son las que
están hechas sobre huesos y caparazones de tortugas,
y eran utilizadas con fines adivinatorios y provienen
de la dinastía Shang de 2000 años antes de nuestra era.
Estos son los signos precursores de la escritura, los más
antiguos hallados hasta ahora, representan a animales:
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Hay principios por los que podemos clasificar los tipos
de caraeres según cómo se crearon o fueron evolucionando. El primero de ellos es el pictográfico, vemos la
evolución del caraer para ‘ojo’:
Luego el indicativo:
一
二
三
下
上
uno
dos
tres
debajo
arriba
El tercero sería el indicativo compuesto, como en ‘amanecer’, compuesto por los caraeres ‘sol’ y salir’ unidos.
日出
El cuarto es el préstamo fonético: el caráer es utilizado porque su pronunciación es similar a la del objeto
que se quiere representar y que carece de una, entonces
se toma la del homófono. Es el caso del ideograma Lai,
‘llegar’ que es el que en la dinastía Shang se utilizaba
para el mijo:
来
19
El quinto principio es el semántico-fonético, que es
una extensión del anterior, según el cual, diferentes
palabras homófonas y representadas por el mismo caráer, son diferenciadas por el agregado de un segundo
elemento de tipo semántico. Como en el caso de la palabra ‘mercado ‘fang, que se formó uniendo el caráer
‘cuadrado’ más el caráer de’tierra’.
方
unido a
土
resulta:
坊
Como resumen, podríamos decir que los caraeres
comenzaron siendo pictóricos pero luego a medida
que se fue complejizando su uso fueron perdiendo esa
cualidad primitiva, al punto que hoy en día, el menor
porcentaje de los caraeres guarda una relación pictórica con lo que designa.
Y ahora podemos entrar en el tema de la poesía. En
China, como cabría esmerar, tiene una antiquísima
tradición. Por ejemplo podemos mencionar que una
compilación de poemas escritos antes del año 600
abarca tres volúmenes de unos 10 cm de eápesor cada
uno. Durante la dinastía T ang se escribió muchísimo,
se han conservado hasta nuestros días unos 50.000
poemas y se tienen datos de unos 2.000 poetas. Luego,
bajo la dinastía Song, ya con la imprenta estos números
se ven multiplicados. Se tienen registros de unos 4000
poetas, muchos de los cuales han escrito más de 10.000
poemas. Y durante la última dinastía los números se
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vuelven inabarcales... miles y miles de poetas escribiendo miles y miles de poemas cada uno.
En cuanto a las formas, las han clasificado en tres más
representativas: Fu, o rapsodia, Tzu, poesía lírica, Shi,
poesía común. El genero Fu corresponde a una eápecie de poema en prosa, una mezcla de prosa y poesía.
Fueron escritos, principalmente para exhibir conocimientos, para impresionar a la gente. Toda poesía está
compuesta por palabras, pero este género está centrado
en el disfrute de ellas, en el placer de utilizarlas.
La segunda de las categorías: Tzu, o poema canción
que, al menos durante la primera época, se ha llamado
boudoir: Nos dice T. Wixted de este estilo de poemas:
“hermosas mujeres con el corazón roto, en elegantes
habitaciones, yaciendo sobre frías y solitarias camas
mientras sus amantes han partido o pronto partirán.
Junto a una simple lámpara o un biombo, como exóticos pájaros en jaulas lujosas, son presentadas en el
contexto del pasaje del tiempo. La primavera está plena
o por terminar, las velas ya están gastadas, el reloj de
agua continúa goteando, los gorriones o las oropéndolas están anunciando el amanecer o marcan el paso
de la noche; rodeadas por símbolos de riquezas, están
empobrecidas de amor. El mundo de la naturaleza, la
primavera que recién ha pasado su cénit, juguetonas
abejas entre las flores y el pasto esplendoroso, forman
un entorno penosamente vivo al ser contrastado con
21
sus tristezas sombrías.” Con este contexto en mente es
que tenemos que acercarnos a estos poemas.
Ahora pasemos a la tercera de las categorías, el poema en forma que podríamos llamar ‘standard’, la más
conocida de las formas poéticas chinas. De este estilo
de poesía, la más comúnmente traducida en occidente,
tenemos que comentar una dificultad que a veces los
vuelve intraducibies: la alusión. Básicamente diremos
que la mayor parte de la buena poesía china es muy
difícil de leer porque en su mayoría, es alegórica.
Y para completar la idea, debemos tener en cuenta que
la poesía china emerge de un medio con bases estéticas
radicalmente distintas a las occidentales. Su sintaxis es
inseparale del terreno perceptivo. Y si imponemos lo
medios lingüísticos Indoeuropeos para traducirla se la
desvirtúa porque se alteran los procedimientos perceptuales-expresivos propios de la poética china.
Subyaciendo a toda la estética clásica china está la idea
fundamental de No-interferencia con el flujo de la naturaleza. Reflejada en el lenguaje poético, esta idea genera una cierta libertad que, en casi todos los idiomas
Indoeuropeos, es casi imposile de reproducir.
La sintaxis en el chino, aunque existente y muy precisa, cuando se lo requiere puede ser muy flexile y de
esa posibilidad se valieron siempre sus poetas. Aunque
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en chino existen artículos y pronombres personales, en
general se descartan a la hora de escribir poesía. Así se
logra la apertura de un espacio para que los lectores
reincorporen múltiples percepciones en vez de quedar
oligados a una visión definitiva o guiados en una sola
dirección.
Esta traducción está realizada desde textos en inglés de
modo que es una traducción de una traducción, con innumerales interpretación predeciédolas. A los inconvenientes de las traducciones entre idiomas ‘parientes’
estamos mal que mal acostumbrados, pero en este caso
se suma al tandem el prolema que significa traducir
del chino.
Las dificultades para traducir del chino son innumerales, comenzando con el significado. Por precisas que
sean las imágenes, por clara que se tenga le emoción
subyacente a que se hace referencia, qué fue lo que se
intentó expresar puede ser muy difícil de dilucidar, al
punto que, a veces, si de antemano no se sabe qué dice
un texto es imposile de deducirlo. El lenguaje mismo
está construido con ambigüedades. En general en los
poemas no hay tiempo verbal, no hay género, no hay
persona y para completar, los verbos son habitualmente omitidos. Algunos adverbios funcionan como verbos,
los pronombres son raramente usados, y práicamente jamás en poesía. No hay un solo punto de vista a que
atenerse, no hay unidades de tiempo ni de espacio.
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La puntuación es un fenómeno moderno, ni soñar su
existencia en los textos viejos, en donde ni siquiera se
reetan los versos sino que se escribe de corrido. El
final de algunas líneas, el paralelismo verbal, y algún
que otro elemento estructural ayudan a descifrar el
significado.
Y dentro de los estilos, el Tzu tiene menos eecificaciones aún lo que ayuda a que sean más oscuros a
nuestros ojos todavía. Una línea de tres caraeres, por
ejemplo:
這
春
来
´este´ ´primavera´ ´venir´
puede tener docenas de interpretaciones:
ha llegado la primavera - la primavera está llegando - llega
la primavera
desde que llegó la primavera - cuando llegue la primaveracuando llegó la primavera - cuando llega la primavera
si llegara la primavera - si hubiera llegado la primavera cuando esté po llega la primavera
Y hasta puede que la primavera ni siquiera sea el tema
en cuestión. No hay modo de saber si el poeta está
halando de un cambio en el clima, o si se refiere a la
posile visita de alguien. La línea puede tener tácito el
pronombre, cualquier pronombre:
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El llegó en primavera
Si yo llegara en primavera
Cuando ellos lleguen en primavera
Cuando usted llegó en primavera
Cuando ella llegó en primavera
El tiempo verbal y el pronombre pueden variar en
cada ejemplo. Quizá la línea que precede, o la que sigue
aportan la pista para acertar el sentido o abren nuevas
posibilidades. A veces el contexto ayuda. Otras, complica aún más en vez de solucionar las ambigüedades. Y
dado que tomar prestadas líneas enteras de otros poemas no es visto como plagiarismo sino como signo de
erudición y de elegancia, y no se utilizan comillas, toda
la línea puede estar tomada de otro poema… Lo que
puede abrir un nuevo eectro de posibilidades, siempre y cuando sea reconocida la sita y se sepa de quién
proviene…
Hasta la persona puede cambiar dentro del poema y a
veces ora hala él, ora ella, sin que se lo aclare, por supuesto. La línea entre la sobreinterpretación y el mero
balbuceo es muy delgada. Las ambigüedades que fueron intencionales muchas veces son difíciles de dejar
tal cual, y otras, es imposile de aclarar las que no son
intencionales.
El chino es un idioma netamente tonal, cosa que no lo
es el castellano y tampoco funcionan de igual modo en
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ambos idiomas el tema de la rima, mucho menos sonora en chino, que es un idioma muy homófono, que
en castellano que raramente lo es y en donde la rima
suena muy intencional, marcada y hasta arcaica.
La mayoría de las figuras a que se refieren los poemas,
son históricas y harto conocidas por los lectores cultos
chinos. Se entremezcla mucho la vida de las personas
con lo que hicieron en ella. Se puede apelar a el sentido
haciendo referencia a la vida de una persona y cuestiones biográficas se remiten al trabajo que realizó.
Se ha llegado a decir que sólo puede leer un texto clásico quien ya sabe qué dice tal texto con anterioridad,
y que es imposile encarar el estudio sin la guía de un
maestro que enseñe qué leer en lo escrito.
Y todos los esquemas varían de un estilo a otro, de una
época a otra. La estética durante la d. Sung despreciaba lo superficial. Lo que se valoraba era algo más bien
inefale, la esencia, y los intentos eran de transmitirla
por todos los medios. El chi era lo esencial, lo que diferenciaba el arte de la artesanía. La realidad interior: Sin
chi el poema es un mero conglomerado de palabras.
Las alusiones fueron muy comunes dentro de la poesía. Y si sumamos la homogeneidad de la cultura china,
que durante cientos de años se estudiaron y memorizaron el mismo grupo de poemas y se llevaron vidas muy
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similares, con ideales similares, concluimos que en este
contexto tan homogéneo, unas pocas palabras pueden
representar mucho, desde actuar por similitud o por
contraste y todo ello puede dar una nueva dimensión
al poema.
Cualquiera que no haya participado de esta cultura
puede quedar ajeno a cantidad de estas alusiones que
son quizá el alma de la obra. Durante la dinastía Sung
la naturaleza estaba presente en la vida cotidiana. Los
tiempos del día, los tiempos del año, plantas, animales,
el sol, la luna, las estrellas, todo ello era importante. La
mayoría de la simbología utilizada provenía de la naturaleza. Por ejemplo, flores y pimpollos, con su belleza
efímera sugieren la feminidad y el paso del tiempo. Las
flores del ciruelo, las primeras en aparecer, solas y en
un paisaje todavía nevado, también implican soledad
y reclusión. Un sauce solitario suele ser un símbolo
frecuente de mujer, pero sus ramas sacudidas por el
viento suelen representar una deedida. Tradicionalmente se plantaba a los sauces en las riveras de los
ríos y alrededor de los muelles en dónde se deedía a
quienes partían. Otro árbol del que se valían para expresar sentimientos es el banano, sobre cuyas hojas la
lluvia hace un ruido caraerístico, y es utilizado para
representar la pena. El wu t´ung, el último en perder las
hojas representa al otoño, el paso del tiempo, el fin de
la profusión, de la fragancia y a veces, de la juventud.
La pareja de patos mandarines, imagen que las jóvenes
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habitualmente bordan en seda, representan la felicidad
conyugal. Las golondrinas, por su costumbre de mantener una pareja simbolizan fidelidad, y por su hábito
migratorio, su ir y venir, lo mismo que el de los gansos
silvestres, simbolizan el cambio de las estaciones, la llegada del otoño, el fin del verano, el paso del tiempo. Su
libertad para volver contrasta con el lamento de quien
no puede regresar a su tierra, con quien extraña y no
puede regresar.
Los gansos silvestres también son tomados como mensajeros recordando a Su Wu, del s. 1 a. de C. quien, prisionero por 19 años, envió un mensaje a su casa atado
en la pata de un ganso silvestre. Un verso famoso, por
ejemplo, hace referencia a este acontecimiento: “los
gansos ya pasaron, me han quedado diez mil mensajes sin
envia”.
El cucú, el ruiseñor, el chotacabras, cantan en el final
de la primavera y su canto es onomatopéyico para: “tu
no puedes volver al hogar”. El canto del grillo y de la cigarra también son onomatopéyicos: para ´frío´ y para
´malo´. El p’eng es un pájaro que vuela a gran altura
y migra al sur, es representativo de la longevidad, una
historia que se remonta a Chuang Tzu.
En cuanto a la luna, primero hemos de tener presente
que el calendario chino es lunar. Las festividades consecuentemente se asocian a las fases de la luna. La luna
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llena une a quienes, separados la miran. Estas separaciones son particularmente sentidas durante el festival
de la luna llena en otoño, cuando es costumbre contemplarla y se recuerda a los ausentes, no necesariamente
amantes. Otro festival relacionado con las fases de la
luna es el de la primer luna del año, en donde la atmósfera es carnavalesca, plena de romances y juerga. Una
de las pocas ocasiones en que las mujeres confinadas a
sus habitaciones, las dejaban salir y se unían a toda la
polación en las calles, en donde deambulaban durante
tres días y tres noches en plena fiesta. Las calles estaban
iluminadas por miles de linternas que llevaban los paseantes, con formas de peces, dragones y flores.
En la cara de la luna los chinos ven un conejo, un sapo
y un árbol de laurel. Y la diosa de la luna, Ch´ang O,
voló a ella gracias a un elixir de la inmortalidad que le
robó a su marido, y se quedó a vivir allí con una corte
de seres etéreos.
Entre las estrellas, las más mencionadas son Altair y
Vega, El Cochero y La Joven Tejedora, una vez amantes
ahora separados por la Vía Láea, que se encuentran
una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, día en
que las jóvenes visten sus mejores ropas.
El Festival de la Comida Fría, en que se conmemora un
hecho desgraciado cuando un monarca mandó quemar
injustamente a uno de sus servidores más sabios, y ese
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día se apagaban todos los fuegos durante tres días en
que se vuelven a encender. También se conmemora todos los muertos y se celebra la llegada de la primavera
con la renovación de todos los fuegos. También se lo
celebra con paseos al campo a disfrutar de la naturaleza.
Los chinos tienen una eecial afección por las metonimias y las sinécdoques. Pequeños elementos pueden
estar haciendo referencia a una historia por todos conocida. Como por ejemplo las referencias que puedan
hacerse a la bella Wang Chao-chung, también conocida como Min-fei, cortesana bajo Han Yüan-ti 45 AD.
Al parecer en esa época era común que el emperador
eligiera sus concubinas luego de mirar los retratos que
habían hecho de ellas. Era costumbre sobornar a los
pintores para que disminuyan defectos o realcen bellezas y al parecer Chao-chung era demasiado pobre o
demasiado orgullosa para hacerlo, de modo que nunca
fue notada por el emperador quien un día la dio como
trofeo a un jefazo de frontera para celebrar un tratado.
Cuando se presentó frente al emperador para deedirse, éste se dio cuenta de la metida de pata pero ya
era tarde. Así fue representada en innumerales pinturas haciendo el largo viaje a la frontera de china para
vivir entre bárbaros. A partir del s. III una pintura muy
común de ella es a caballo tocando el pi pa. También
hay una leyenda que cuenta que su tumba en el desierto siempre tiene pasto verde encima. Representa la
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quintaesencia de la vida en el exilio.
Y debemos tener en cuenta que para cualquier poeta
chino, todos los poetas son sus contemporáneos. Puede
contestar a un poema escrito hace cientos de años tal
como si le hubiera llegado hoy enviado por un amigo
vecino. Y da por sentado que su respuesta es comprendida en ese tono, ya que para todos esto es así.
En cuanto a mi trabajo, lo que pulico en estas páginas,
no es algo terminado. Todo lo contrario, es un borrador
que debería ser corregido tantas veces como veces encuentre el modo de mejorar lo escrito.
No se aferren a las palabras, busquen lo que ellas están
indicando, lo que señalan. Como el dedo que apunta
a la luna no es la luna, estas palabras apuntan a una
experiencia y tratan de guiar lo mejor posile. Pido disculpas por las carencias de mi traducción y por el júbilo que hace que la comparta sin la paciencia suficiente
como para mejorarla.
Yi, incertidumbre, duda
31
Primeros Escritos
Primeros Escritos
Los textos más antiguos que se han encontrado hasta el
momento son de caraer oracular, preguntan
Debe el rey hace una ciudad
No debe el rey hace una ciudad
Ataquemos a los Hunos
No ataquemos a los Hunos
Eran apenas notas muy acotadas y necesariamente sintéticas porque debían tallarlas en caparazones de tortuga, o en huesos, pero a veces se las ingeniaban para
explayarse un poco más allá:
El terce día el rey salío a caza rinocerontes.
Un oficial manejaba su carroza.
Los caballos golpearon una piedra
La carroza se tumbó
También el príncipe Yang cayó
Pero en general, con esos tracitos como huellas de pájaros en la arena buscaban atajarse de lo que les deparase el mañana, o daban respuesta a grandes cuestiones
como fundar o no una ciudad y a veces, simplemente
pronosticaba cómo les iría en la cacería planeada para
35
el día siguiente, como en estos trazos que siguen:
o estos otros con los que preguntan al oráculo si seguirá
lloviendo…
Después se esmeraron más y empezaron a escribir
sobre bronce y los signos se estilizaron un poco, esta
inscripción en una vasija en la que agradecen la seguramente buena intersección de los parientes muertos
para conseguir algún favor:
36
¿Y qué dice?:
“Acompañado po mis ancestros
ofrezco carne cruda,
un poco de ino y granos”
Y debemos tener presente que en China, los caraeres
no eran meramente figuritas muertas sino elementos
dotados del poder de generar la realidad que representaban o alterarla al menos. De ahí el gusto por los
amuletos, como este utilizado para combatir los malos
sueños:
El reeto reverencial por la cultura siempre acompañó a los chinos y así como nosotros fuimos enseñados
que el pan es sagrado y no debe tirarse, a los niños en
China se les enseñaba que nada escrito era considerado
indigno, cualquier texto representa a su cultura, así sea
la lista de las compras.
Desde sus comienzos los caraeres chinos no fueron
un simple soporte para el hala, se desarrollaron en
un constante esfuerzo por mantener una autonomía y
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libertad de combinación. Siempre estuvieron ligados
a la poesía. Ellos son poesía.
A ver si con un ejemplo lo muestro más claramente.
Leo un poema y buscando entender bien su sentido buceo un poco en sus caraeres. Estas búsquedas
suelen traer un premio adjunto, resultan en un paseo
que no se sabe a dónde nos lleva. En este caso, el carácter que me intrigó era: 默, MO, silencio, y al buscar
en los diccionarios, descubro que está compuesto por
HEI, 黑 , negro, oscuro, siniestro y QUAN, 犬, perro.
Entonces tendríamos algo así como ‘perro caminando en
la oscuridad’. ¿Un perro siniestro?, pienso.
Ahora bien, 黑 HEI, es a su vez la suma de dos caraeres: CONG, 囪, ventana, en el que vemos claramente una ventana con celosías, más YAN, 炎 llama,
que a su vez se escribe sumando dos veces el caráer
HUO, 火, fuego y que es un pictograma que representa a unas llamas que surgen… De modo que HEI nos
estaría diciendo que la ventana está tiznada por el fuego, ergo, tiznada, de color negro.
¿Y QUAN, perro, 犬?, Creo que también tiene su historia… En este caraer tenemos a 人, REN, persona,
hombre, que se le agrega un trazo y tenemos a DA 大,
grande, y luego se le suma otro trazo: un punto junto a
él… Miren, ¿no es un perro quien anda siempre junto
a un hombre grande que sale a cazar?, ahí lo tenemos:
38
犬. Pero también perro puede escribirse así: 狗, GOU
犭
y en este caráer tenemos:
que no es otra cosa que
un perrito echado descansando en el piso, y 句, GOU,
boca, que se lo juntó a ‘perrito echado’ nada más que por
su sonido: ‘Gou’, para mostrarnos cómo se pronuncia.
Mo
El silencio es una ventana con las celosías entornadas,
un perro furtivo en la noche,
lo que queda después de un incendio en la aldea,
un perrito echado a mis pies,
el modo en cómo se fue mi tade
conmigo pedido dentro del diccionario.
Ojos cansados, contento,
y el agradecimiento po todos aquellos sonidos
que ya no llegan junto a mi puerta.
Carae Primitivo ‘Perro’
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Los Huesos Oraculares
Como tales se descubrieron en 1899 y de una manera
que podríamos describir como particularmente china. Un erudito mandó comprar a una botica huesos
para moler y hacer con ellos un mejunje para curarse
de alguna enfermedad. A esa terapia se la llamaba ‘la
cura de los huesos de dragón’. Y era muy estimada por
aquella época. Cuando el sirviente le acercó los huesos
para moler, el erudito vio que en una escápula, probalemente de cordero, había unas marcas que no parecían naturales. Limpió el hueso y se dio cuenta de que,
en realidad, eran marcas talladas, que era un texto. Al
conocerse esto, se pusieron a buscar más huesos y lo
que terminaron descubrieron al fin fue la hasta ese entonces perdida ciudad de Hanyang, la que fuera capital
de los Shang.
escápula de codero con inscripciones
40
Que un erudito del s. XX la haya reconocido como
escritura implica que hacia la d. Shang (1200 antes de
nuestra era) la escritura ya había adoptado un desarrollo bastante evolucionado, al punto que no es demasiado complicado saber qué decía. Esto nos hace pensar
en que hubo un desarrollo previo, pero del que aún no
sabemos nada.
Luego de un tiempo de escribir sobre la superficie plana
de algunos huesos, comenzaron a realizar tallas sobre
objetos de bronce. Estos ya son típicos de la dinastía
Zhou (1150-771) aunque también se han encontrado
algunos de la dinastía anterior, la ya mencionada Shang.
Claro que como estas inscripiciones quedaron en vasijas destinadas a ceremonias eecíficas, el contenido de
sus textos quedó así determinado y nos halan de rituales, conmemoraciones. En cuanto al lenguaje y a su
gramática, es muy similar al de los huesos oraculares.
El comienzo de lo que podríamos llamar escritura moderna se daría en unos 500 años antes de nuestra era,
en las inscripciones hechas en talillas de bambú. Se
cortaban tiras del bambú sobre la que se escribía y luego se anudaban una junto a otra para formar el texto.
Este nuevo medio permitía otro tipo de registros: administrativos, históricos, textos filosóficos y poemas.
Además de las talillas de bambú, también se utilizaban talitas de otras maderas, y telas de seda.
41
Y para esta altura, el idioma utilizado ya era el que luego se concería como Chino Clásico, y que se mantuvo
más o menos sin cambios hasta estos días. Y esto fue
resultado de la estandarización que ordenó el primer
emperador Shihuan Di en el s. II antes de nuestra era
cuando ordenó por primera vez que se utilizase un sólo
idioma para todo el territorio. El estilo caligráfico de
este período, llamado clerical, todavía es legile en la
actualidad.
De estos primeros registros escritos veamos uno de alrededor del año 1200 antes de Cristo. Nos cuenta de un
un rey que preguntó a su adivino acerca del nacimiento
próximo de su hijo. Todo señalaba a la buena suerte:
42
Ch´üe adivinó:
La dama Hao dará a luz y será bueno.
El rey mismo leyó en los huesos y pronosticó:
si nace en tal día, será buena suerte.
Si nace en tal otro, será mejo, una suerte prolongada.
Luego de 31 días, ella dio a luz.
No fue buena suerte.
Era una niña.
Esa gente que preguntaba al cielo observando rajaduras
en los huesos y caparazones de tortuga puestos al fuego.
En las figuras resultantes, leían. Miles de estos huesos
se han encontrado y nos podemos dar una idea de las
preocupaciones que los movían. Fueron los que empezaron a contar China. Yo me quedo pensando, ¿qué habrá sido de aquella niña no deseada? Todavía está aquí
a pesar de la ´mala suerte´. Lo mismo, para vergüenza
de Ch´ue, su yerro. ¿Cuántas inscripciones se habrán
perdido molidas en las boticas?
Cuanto más antiguo, más venerale. Al punto que los
historiadores chinos comenzaron a fabular y fabular
sus origenes remontándolo cada vez más atrás y atrás
hasta que perdieron toda referencia, de modo que inventaron dinastías completas, herederos, fechas de subida al trono y de caída del mismo, y terminaron ellos
mismos creyéndolo. Hoy no sabemos cuándo comenzaron a ciencia cierta. Y en estas épocas no se llamaban
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chinos sino Shang y como detalle, podemos contar que
cada uno de los soberanos y los miembros de la clase
dominante, llevaba adosado el nombre de uno de los
días al suyo propio, como llamarse José Miércoles.
Y leo de un tal T´ang que fundó una dinastía al derrocar a un soberano malvado y corrupto, pero ahí ya
empieza la imaginación china a trabajar: tan afectos al
órden son que del único modo en que se podían explicar las revueltas y tomas del poder era si el jerarca era
un dechado de vicios y productor de desgracias para el
puelo y de modo tal que perdía el favor del cielo, con
lo que ‘debía’ se derrocado…, de ahí que cada dinastía
se origine en uno de estos ´saneamientos´. Pero bueno,
al parecer, este T´ang, fundador de la dinastía Shang,
sí existió. Y se lo conoce como Ch´eng T´ang, o T´ang
el Perfecto. Eran guerreros, conquistaban vecinos para
procurarse esclavos para trabajar sus tierras y tenerlos
de asistentes en sus hogares. Ya nacía la clase de burócratas encargados del gobierno y ceremonial.
Me detengo un momento y trato de ponerme en la piel
de aquellos Shang… Sus incertidumbres no serían muy
diferentes de las mías. Sus apetitos, sus temores básicos.
También deertarían algunas mañanas sin ganas de
salir de la cama, también se juntarían alrededor de un
fuego a escuchar historias, reirían, bromearían, beberían y sentirían el juego del vino en la sangre, cantarían,
persiguirían mujeres y correrían carreras siendo niños.
44
Extrañarían a sus madres, a sus hermanos, tropezarían,
correrían al baño y pedirían a su mujer ese buen plato
que tan rico sale… Sentados a la sombra a atardecer en
el verano soñarían y mirarían azorados el cielo una vez
llegada la noche. Con frío se taparían de madrugada, se
levantarían a hacer pis medio dormidos por la noche y
se maravillarían ante la luz de la luna en el patio, sentirían celos, enojo, temerían a lo que la edad trae consigo.
Por eso podemos leerlos y disfrutar de sus penas y alegrías. Son las mismas.
La escritura era un proceso sagrado. Escribir era coparticipar de la gestación del universo. No escribían a
la ligera, jamás. Los preparativos previos eran varios.
Todo un ritual precedía el dibujo de los carateres mágicos: Limpieza, rigor, concentración, síntesis, armonía y
a veces se requería de ayuno y abstinencia. Hasta no
hace mucho, yo lo ví, se enseñaba a los niños a no tirar
ni un papel que contuviera un caráer escrito. Con
cuanta liviandad vivo, pienso yo.
Se levantaba antes del amanece
para sentarse junto a una dama de día
y la acompañaba hasta que se marchitaba
llegada la noche,
conciente de cada uno de los procesos de la flo.
Vivía impecalemente.
No podría contarlo siquiera.
Entiendo perfectamente que ya no he de temer el
45
sarampión en mi hijo, pero tampoco sabré como era
aquella vida tan ajustada a la naturaleza.
Quienes registraban eran letrados. Una minoría muy
cultivada. Todo lo que podemos leer sobre aquellos
días, está contado por ellos. Fueron el filtro, los que
decidieron qué contarnos. Y había motivos para hacer
una selección: Cualquiera que intentase describir las
miserias con las que se topaban debían camuflarlas, las
contaba como sucedidas, lejos de allí, en otro sitio y a
veces hasta las ubicaban distantes en el tiempo porque temían la reacción de los poderosos... en aquellas
épocas no se contenían a la hora de elegir castigo. A
una mujer que se atrevió a usurpar el poder y ejercerlo
cruelmente en contra de su hijo y natural heredero,
cuando fue derrocada la colgaron de las tetas. Era
común que cortaran por la mitad, empalasen, o degollasen a los reos luego de torturas insoportales.
No estoy muy seguro de con qué ojos verían lo que
veían. El tiempo que ha pasado es mucho, las culturas
harto diferentes. De todos modos, lo que registraron
me sirve para acercarme a aquellos días en que miles
de desgraciados, apilaban piedra sobre piedra para
construir lo que después los identificaría y separaría
del resto del mundo, la primer muralla. Y lo peor de
todo es que sabemos que, quienes ordenaban construirla sabían de lo inútil de su esfuerzo, que esa no era
la medida adecuada para detener las hordas de salva-
46
jes... pero la idea les parecía justa quizá pro otra causa: Construían un imperio y ese era el límite entre la
cultura y la barbarie que los rodeaba. Y así lo siguieron
considerando. Hasta el día de hoy, ‘extranjero’ y ‘bárbaro’ se confunden.
Antes de seguir adelante he de mencionar que dejo fuera de mis notas ex-profeso algunos temas: El I-Ching,
Confucio, Lao Tze y el Budismo Chino. No por falta de
interés, simplemente sigo el consejo del Tao Te Ching o
el de Wittgenstein: de lo que no se puede halar… mejor callar. Además, ¡se ha dicho tanto disparate ya! No
está en mi ánimo desasnar a nadie. Dejemos el ocultismo a los ocultistas. Por sus obras los reconoceréis.
Sigamos con los atardeceres bajo las ramas de los sauces, miremos lo que el agua lleva, ¡tan poco el tiempo
que tenemos! Gotas de rocío a la salida del sol, ¿cuánto
dura una flor en su rama, la belleza de aquella jovencita
airosa? Estemos atentos, eso es todo.
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Las Voces Distantes
El Libro de las Canciones
Anónimo
Nos cuenta Stephen Owen, en la Introducción de la
traducción de Arthur Waley del Shi Chi (詩經),o
Libro de Canciones, que sorprende en el mundo en que
vivimos, en donde la complejidad de las causas hacen
que todos los eventos no sean del todo claros, la lectura
de un libro de la simplicidad mágica del Shih Chin (se
pronuncia de manera similar, pero no se lo ha de confundir con el libro de historia de Si Ma Chien). Al leer
estos poemas, recuperamos el contacto con la magia
perdida de las palabras. La alegría que nos poseía de
niños con los primeros cantos, la casi concretud de las
palabras. En donde los deseos básicos son expresados
sin vergüenzas ni culpas. En donde la alegría y pena de
la vida es cantada directamente, desde el corazón.
51
Buen mozo
Un caballero
muy buen mozo
me eera al costado del camino
¡tanto deseo poder estar con él!
Vestida con mis mejores ropas,
tan bonitas, tíos, jóvenes y
viejos, ¡dejen
que me vaya con él a su casa!
52
Un sombrero
La mera visión de un sombrero
me perturba con tanto deseo que
¡duele de sólo pensarlo!
Que la simple visión
de un sombrero
me lastime así
es demasiado:
¡llévame contigo!
Qué la mera visión
de unos pantalones
pueda sacudir así mi corazón,
¡Basta! ¡Que los dos nos volvamos uno!
53
Viento Norte
Sopla frío el viento norte,
gruesa cae la nieve.
Se buena conmigo, ¡ámame!
Toma mi mano y ven conmigo.
Todavía dudas y te demoras
No hay tiempo que perder.
Nada más rojo que un zorro,
nada más negro que un cuervo.
Se buena conmigo, ¡ámame!
Toma mi mano y ven conmigo.
Todavía dudas y te demoras
No hay tiempo que perder.
54
Levántate ya!
Reflejaban una vida en armonía con los deseos y la
conformidad con ellos, una vida feliz y distendida
entre hombres y mujeres. El marido puede remolonear
un rato más en la cama y la mujer le canta para hacer
que se levante con la promesa de más alegrías:
La mujer dice: El gallo cantó,
el hombre dice: Aún no amaneció
Levántate igual, mira al cielo
el lucero está brillando.
Debes ir al bosque y cazar un pato.
Cuando lo tengas, lo traes a casa
yo voy a estar vestida para vos
y cuando estés de vuelta, beberemos vino y
seré tuya hasta que nos volvamos viejos.
55
Se sacude el bote de ciprés
A veces no es tan alegre el sentimiento que impulsa
a cantar, a veces es para expresar la pena, como en el
caso de esta joven a quien su familia oliga a casarse
con quien ella no quiere:
Es sacudido el bote de ciprés,
sacudido por las olas, flota.
Mi corazón alterado, no puedo dormir,
pero mi pena es un secreto.
Tengo vino, tengo todo lo
necesario
para jugar.
Mi corazón no es un eejo
que refleje la voluntad de los demás.
Hermanos también tengo,
no puedo se echada fuera.
Pero ¡ay!, cuando conté mis penas
todos se volvieron contra mí.
Mi corazón no es una piedrita
que pueda ser rodada.
Mi corazón no es una manta
que pueda ser dolada.
Me he conducido con corrección
en más ritos que los que pueden contarse.
56
Mi corazón apenado se consume, y soy acosada
por una sarta de hombres menores.
He pasado por vejaciones de todo tipo,
y no pocos insultos me llegaron.
En la quietud de la noche los repaso,
a la hora de levantarme no da más mi corazón.
Ah, sol, ah, luna,
¿cómo es que se han vuelto tan tenues?
La pena se pega a mí
como un vestido sucio.
En la quietud de la noche medito en ello y
quiero alas y volar lejos de aquí.
57
Por encima el sol brillante
Oh, por encima el sol brillante
envía sus rayos a la tierra de aquí abajo.
Nuestra marcha el oeste
nos ha traído a este desierto.
Desde los primeros días del segundo mes,
hemos pasado hambre y frío,
la tristeza de mi corazón
su veneno es demasiado amargo.
Pensar en quienes me criaron
hace caer mis lágrimas como si lloviera.
Claro que me quiero volver a casa,
pero temo el brazo de la ley.
Tiempo atrás, cuando partimos,
los días estaban mejorando,
¿cuándo podré volver?
El año está llegando a su fin,
tanto que hacer y estoy solo,
ay, ¡qué pena la de mi corazón!
Es cierto, no puedo irme
y pienso en aquellos que me criaron
apenado miro a lo lejos...
claro que quiero volver a casa
pero temo a las consecuencias.
58
Al salir el sol
Al salir el sol nos levantamos
al ponerse nos vamos a descansar.
Cavamos un pozo para tener agua que beber
trabajamos los campos para comer,
el emperador y su poderío,
¿qué son para nosotros?
59
El bravo guerrero
El bravo guerrero yace
su pecho atravesado de parte a parte,
el caballo
como ignorando todo
pasta a su lado.
Pienso en ustedes,
buenos muchachos,
salieron esta mañana rumbo al frente
cayó la noche y no volvieron…
Siempre fue y es la misma gente, en todo el mundo:
chacareros, obreros y soldadesca sostienen la pirámide
que los pisa
y quienes buscan un cambio no es por amor a la justicia sino porque quieren
su parte de la torta.
60
Las preguntas de Qu Yuan
Introducción
En un tiempo, al comienzo, el cielo lo era todo. Hoy,
leo en el diario, apenas representa dos capas de barniz
sobre una pelota de fútbol… (Y de una fragilidad y
fugacidad apabullantes.) El cielo a punto de deteriorarse irreparalemente, con todo lo que nos ha significado…
Ahí tenemos a Qu Yuan, el primero de los poetas
conocido por su nombre. Formaba parte de la casa
real de Chu y sirvió en la corte del rey Huai (329 - 299
a. de C) pero como a tantos le fue mal en ese nido de
tejedurías y trampas, un celoso fue con cuentos y el
rey lo echó de la corte, y como todo desterrado, Qu
Yuan anduvo deambulando con grandísimas penas en
su corazón, y de esa pena hizo un poema que es muy
famoso, Encuentro con la tristeza, se llama y es demasiado largo como para transcribirlo en estas páginas mías.
En él Qu Yuan relata la pena de verse separado del rey
a quien servía con entera devoción.
Cuentan que en su viaje al exilio exhausto del trajín
del viaje llegó a un templo tiempo ha abandonado y
se puso a contemplar las imágenes que algún otro viajero había dibujado en sus paredes: representaban los
61
misterios del cielo y la tierra. Y él, como un modo de
aliviar la pena que sentía, escribió bajo los dibujos lo
que sentía en su corazón.
Murió cerca de allí poco después, se suicidó ahogándose en el río vecino y los habitantes del lugar conmovidos recopilaron sus preguntas y por eso es que a veces
su orden está alterado…
(esto nos lo cuenta Wang Yi, allá po el año 150)
62
Las Preguntas de Qu Yuan,
del libro Cantos del Sur, Chu Chi
¿Quién nos transmitió la historia lejana,
el antiquísimo comienzo de las cosas?
¿Cómo podemos saber cómo fueron las cosas
antes de que el cielo y la tierra tomaran su forma?
Y dado que nadie puede penetrar la opacidad de
cuando
oscuridad y luz aún no estaban divididas,
¿cómo es que podemos saber acerca del caos
y las formas insubstanciales?
¿Qué tipo de cosas son luz y oscuridad?
¿Cómo fue que Yin y Yan se reunieron y
ahora pueden originar todo tipo de cosas?
¿Hubo compás?,
¿de quién, quién fue el que dimensionó todas las
cosas?
¿Y cómo fue que lo pudo realizar?
¿Dónde se afirman las nueve cuerdas
que mantienen todo unido?
¿Dónde están los nueve campos celestes?
¿Cómo coordina sus movidas el cielo?
¿Cómo es que el sol y la luna mantienen su curso?
Partiendo del Golfo Brillante y yendo hacia el
Valle de lo Opaco,
del amanecer al anochecer…
¿qué distancia recorreríamos?
63
Todo tiene un cuento, todo encierra una historia porque no podemos dejar de contar historias. Cada uno de
nosotros atraviesa el mismo origen de todos los mitos.
Somos un Edipo al que no fue necesario cegar y todos
alguna vez nos plantamos delante de la efigie aunque más no sea para sufrir preguntas vanales. Todos
habitamos el drama, no hay protagonista privilegiado.
A nuestro modo, todos defendimos las Termópilas,
todos volvimos a casa luego de destruir Troya y sufrir
tamaña derrota por un cuello bien formado, unos
ojos que nos miran fijos y una sonrisa que apenas se
insinúa. ¡Nada nos es ajeno! Por eso es que podemos
disfrutar de la lectura de las historias de todas las culturas. Porque estamos ahí, con ellos ahí.
64
El Libro de las Montañas y los Mares
Introducción
Y entre los textos primeros, me encanta este, en el que
su autor, Liu Xin, unos 50 años antes de Cristo, recopila los cuentos de un tal Yu quién supuestamente viviera unos cuantos siglos antes que él, claro, y de quien
se decía que gracias a todos sus viajes, por ejemplo,
había reunido los conocimientos necesarios como para
lograr atenuar el efecto de las inundaciones cíclicas que
afectaban la zona.
En esos viajes conoció gente, animales y dioses por
completo diferentes a los de su tierra y los describió
con sumo cuidado. Su diario fue recopilado luego por
sus ayudantes en 34 secciones y editado mil años después por Lu Xin en la forma que tiene hoy día. Es el
ancestro de todo libro que describa cosas extrañas, el
abuelo de los famosos “cuentos chinos”.
65
El libro de las Montañas y los Mares
Hay cantidad de lugares más al norte
de donde anduve,
la Tierra sin Vacas, por ejemplo,
en la que no hay vacas.
Allí habita el Espíritu Antorcha Oscura que
cuando tiene los ojos abiertos, es de día,
y cuando los cierra se hace de noche.
Cuando exhala es invierno y cuando inspira
llega el verano.
Pero en realidad
no come, ni bebe ni respira.
Su cuerpo es enorme, más de mil lis y
vive al este de la Tierra sin Vacas.
Cuando se manifiesta corporalmente
tiene la cara de un hombre
pero el cuerpo de una serpiente.
Un poco más al este,
está la Tierra Suave y Simple,
allí vive gente con una mano y un pie y
su ministro Gon Gon se llama Sauce y
tiene nueve cabezas y allí donde cava
aparecen pantanos y bañados.
Yu mató a Sauce y esto produjo tal inundación
que no pudo cultivarse nada por muchos años.
Tres veces lo intentó Yu, plantar cualquier cosa,
66
pero las tres veces brotó sangre del suelo.
Entonces capturó a Ta Shie, quien padecía
de tremenda sed y lo llevó a los pantanos y
toda su agua no logró calmar la sed del monstruo,
pero la tierra pudo ser cultivada y
Ta Shie hubo de ser expulsado
para que no ocasionara sequías.
67
Los Libros de Historia
Zhanguoce
Registro de los Estados Combatientes
Con este nombre, Estados Combatientes, se conoce al
período de la historia de China que fue desde el 400
al 221 a. de C. en que el estado de Chin conquistó al
resto de los reinos a su alrededor. Estos documentos
regristran el momento en que el estado de Zhou era el
predominante y su rey el mandamás de turno.
Veamos una de sus historias:
Un hombre de Wen llegó a Zhou y los guardianes de la
ciudad no lo dejaron entrar. Fue interrogado, ¿quién es
usted? Un ciudadano de Zhou, pero no tenía parientes
ni nadie quien lo conociese. ¿Usted nació aquí? No, en
Wen, pero no soy un extranjero. Tanto porfió que llegó a oídos del rey el prolema y este quiso saber más.
¿Cómo es que no siendo de esta ciudad dices que no
eres extranjero? Contestó el extranjero: «Cuando era
chico estudié el Libro de los Poemas y uno de ellos decía:
Bajo el inmenso cielo
Toda la tierra pertenece al rey
En todo el territorio que bodea el ma
los habitantes son siervos del rey
71
Ahora es el estado del Zhou el que controla el mundo, de modo que yo soy un súbdito del rey de Zhou,
no soy un extranjero, por eso afirmo que pertenezco
a Zhou.»
El rey mandó que lo dejasen pasar.
72
Zuo Chuan
Los Comentarios de Zuo es el libro de historia más antiguo de China, atribuido a un tal Zuo Qiunming, y en
él, según veo, se relatan cantidad de sucesos acaecidos
entre el 722 y el 468 antes de Cristo. Que, como para
ubicarnos, era cuando vivían Confucio y sus discípulos
y el área Noroeste de China estaba dividida en algo así
como 120 estados feudales, algunos del tamaño de una
provincia pero la mayoría apenas comprdían dos o tres
ciudades amuralladas, y los campos de labranza entre
ellas. Todos estos estados reconocían la hegemonía del
Rey Chou, Hijo del Cielo, con su corte en Luo Yang en
el valle del Río Amarillo, quien fuera el que terminó
con los Shang anteriores y estos a su vez con los Hsia,
y ahí tenemos a las tres dinastías de la antigüedad
China.
En esa época, cruel por caraerizarla en una palabra,
las intrigas y guerras entre los poderosos mantuvieron
en vilo a toda la sociedad China. Y comprometían además con sus ambiciones cortas a toda su familia, como
veo en una de las historias:
Resulta que un tal Zhai Zhong
se las había ingeniado para acumular
el suficiente poder como para inquietar
73
al mismo monarca del reinado de Zheng.
A éste se le ocurrió entonces
complotar con un yerno de Zhai
del que ya había escuchado
algunas historias y
encargarle su asesinato.
Planearon llevar a cabo el crimen
en una cena que celebrarían
en los arrabales de la capital
en un sitio poco decoroso
donde gustaban divertirse.
Pero la esposa de Young,
el futuro asesino,
se enteró de lo planeado y
quedó atrapada con la duda
¿a quién serle fiel:
a su padre o a su marido?
Entonces fue y
le preguntó a su madre:
-Madre,
¿a quién debemos más fidelidad las mujeres,
al padre o al marido?
La madre, muy práica,
no olvidemos que era china,
le dijo:
-Hija,
maridos se consiguen en todos lados,
padre tenés uno sólo.
74
Eso bastó.
La chica fue y
le contó todo a su padre.
Zhai agradeció a su hija y
concurrió al banquete pero
atacó antes a su yerno
lo liquidó y tiró su cadáver
al lago del palacio.
El rey al enterarse
comentó:
-¡Si el muy idiota cuenta todo a su esposa,
no me maravilla que termine muerto!
Esto ocurrió en el año 697 antes de Cristo.
75
Li Ling, los testículos de Si Ma Chien
y el Shi Chi
En algún momento de la dinastía Han (206 a. C. - 220
d. C.), exaamente en el año 125, crearon un Buró
de Música que debía recopilar canciones populares
antiguas ya que los intelectuales estaban preocupados porque se pudiera perder el legado del pasado.
También se recuperaron los textos confucianos que la
dinastía anterior había mandado quemar. Y comenzó
a escribirse la propia historia luego de la unificación
del imperio. De allí resultará el Shi Chi, por ejemplo,
libro que recopila información de unos dos mil años
atrás, y que sería el modelo para todos los escritos
históricos venideros.
La historia de este libro comenzó con una campaña que comenzaron los chinos contra unos vecinos
molestos, unos turcos muy salvajes, lejísimos, más allá
de Mongolia. El general Li Ling comandaba una fuerza de unos cinco mil soldados que arrasaron con los
bandidos fronterizos. Pero cuando volvían a casa los
alcanzó el invierno y, debilitados por las penurias del
viaje y la falta de los refuerzos pedidos, los enemigos se
volvieron cada vez más audaces y la ayer exitosa campaña terminó en una calamidad y Li Ling capturado.
En la espléndida capital, el emperador se enojó sobre-
76
manera con las noticias y echaba furias contra Li Ling,
«¡Oficialucho, inepto, más le valdría haber muerto
peleando, cobarde de mierda,!», decía mientras se tiraba de los pelos y daba vueltas enloquecido alrededor
de la clepsidra. Uno de los consejeros del emperador,
conocedor del caráer bravo de Li Ling, sugirió a su
majestad que quizá Li Ling se había dejado capturar
vivo para poder elaborar una estrategia mejor para
terminar con esos salvajes. Y en cuanto a la derrota,
agregó con un tono más suave de voz, su majestad
no debía olvidar el hecho de que los refuerzos que
hubieran cambiado la historia fueron detenidos por
su gracioso cuñado, hermano de la emperatriz, y muy
celoso de Li Ling…
El emperador, indignado ante la impertinencia del
consejero lo castigó, no haciéndolo cortar por la mitad
como era costumbre en aquellos días tan… ¿silvestres?,
sino que, en reconocimiento por los servicios prestados
a esa Corte que eran muchos, a la clemencia de su
graciosa y compasiva Majestad, y dado que había tanta
gente que lo apreciaba, mandó hacer el tajo poco más
abajo: lo castraron. Algo más que vergonzante y que le
aseguraba que su consejero, llamémoslo por su nombre, Si Ma Chien, tomaría la nobilísima decisión de
suicidarse de inmediato, con lo cual se lo quitaba de en
medio sin cargar con las culpas... Pero no fue así.
Si Ma Chien había prometido a su padre terminar
77
con la desmesurada obra que éste había empezado: la
compilación de la historia del reino. Así pues, Si Ma
Chien tragó su orgullo, soportó miradas compasivas y
risitas a sus espaldas, se arremangó, siguió trabajando y
completó el trabajo que le encomendara su padre…
Dejo de leer, doy otra vuelta por esta diminuta habitación y al mirar todos los libros abiertos a mi alrededor
¡cantidad de tareas empezadas y en veremos!, me
pregunto
¿¡Hará falta
que me capen
para que me ponga
a trabaja!?
Volvamos al general cautivo, puedo imaginar lo que
sentía, llegado el otoño, al ver los gansos volar a su
patria. Y un día habrá levantado su cabeza como tantas veces y se le ha de haber ocurrido la idea, ¿y si uno
de ellos llevara un mensaje? A partir de ahí tuvo una
meta, cómo escribir concisamente todo lo que tenía
que decir y cómo hacerlo para que, si el ganso caía en
manos equivocadas, no develara el secreto.
No se guardó registro de qué escribió Li Ling, ni de
como logró atar a la pata del pajarraco su aviso, pero
me place leer que llegó. Un cazador sorprendido vio
el mensaje en el ganso abatido y lo llevó al principal
78
de su aldea y éste imaginó su importancia -casi nadie
leía en aquellos días-, y despachó un jinete a la capital
del distrito, en donde dudaron si llevarlo a la ciudad
imperial o no. Eran tiempos muy turbulentos y los
gobernantes eran crueles, de ahí las dudas, todo dependía de quienes detentasen el poder y qué gustasen o no
de enterarse.
Al fin, uno de los viejos se ofreció a llevar él el mensaje
«Soy viejo, si me condenan no importa, si me premian,
tendré algo para mostrar orgulloso a mi regreso.» No
sabemos qué ocurrió con el viejo, sí que para cuando el
mensaje de Li Ling fue leído en la corte, ya eran otros
los intereses que por ahí movían las cuerdas. Quedó
guardado como un importante documento, se registró
su ingreso a la bilioteca del palacio, y eso fue todo.
Li Ling nunca lo supo y hubiera muerto de pena de
haber supuesto siquiera el destino que sufrió su mensaje… Murió en brazos de la joven huna que le asignaran
sus captores, ya viejo, eerando siempre la llegada del
ejército que lo rescataría. Y fue llorado por sus nuevos
hijos, herederos de su extraño color de pelo y de cierto
reeto y rechazo de sus vecinos.
Y volvamos a su fiel amigo, Si Ma Chien; escribió una
carta a un amigo, Ren An, en la que le cuenta el por
qué de su decisión de seguir con su humillada vida a
cuestas:
79
“El hombre muere una sola vez. Puede ser una muerte
pesada como la montaña Tien Tai o tan liviana como
la pluma de un ganso. Todo depende de cómo se la
aproveche.
Está en la naturaleza de todo hombre el amar la vida y
temer a la muerte, pensar en sus parientes y cuidar a
su familia, mujer e hijos. Sólo cuando lo que lo mueven
son los más grandes principios no se conmueve por
esto. A veces hay cosas que debemos hacer...
Así todo no necesariamente tiene una muerte honorale el valiente y a veces hasta el cobarde tiene una
muerte digna. Cada uno tiene un modo particular de
actuar. Aunque puedo ser cobarde y débil y buscar
sin ninguna vergüenza prolongar mi vida, se perfectamente bien las diferencias entre un curso que debería
seguirse y uno que debería evitarse. ¿Cómo he podido
caer a este pozo de vergüenza? Si incluso hasta el
más bajo de los esclavos o de las damas de la cocina
son capaces de, llegado el momento, terminar con su
propia vida, ¿cómo es que no lo he hecho yo? Tengo
motivos por los cuales decidí seguir con mi vergüenza
a cuestas. El motivo que tengo en mi corazón y que no
he expuesto a nadie es que temo que después de mi
muerte, mis escritos no serán conservados.
Fue antes de terminar con mi manuscrito que me
encontré con esta dificultad en el camino. Y por eso
80
decidí no tomar la medida que hubiera querido tomar.
Cuando haya completado este trabajo lo depositaré en
el Archivo de la Montaña Famosa. Si luego alcanzara
a llegar a los hombres que lo aprecien, si llegase a otras
ciudades y países, entonces, así sufriera yo mil más de
estas mutilaciones avergonzantes, ¿qué podría importarme?”.
En el año 92, a los 56 años, dejó de escribir. No añadió
más nada a sus textos. No se sabe cómo ni cuándo fue
que murió.
Hoy en día podríamos decir que en realidad no hay
Historia sino historiadores, de todos modos, el libro
que nos legara Si Ma Chien bien podría calificarse
como un libro de historia. Un gran estudioso de él dijo:
Es un libro de historia, es más que nada, un libro chino
y para terminar: tiene dos mil años de antiguedad. Es
un libro de historia porque nos cuenta la historia de
China hasta el siglo segundo antes de nuestra era, es
un libro chino en el sentido de que está estructurado
de forma distinta a los libros de occidente: el decidió
dividir su obra en cinco partes
- doce anales
-diez talas cronológicas,
-ocho tratados,
-treinta familias hereditarias,
-setenta biografías
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Lo cual suma un total de 130 artículos con unos
526.000 caraeres, y si bien no es el primero de los
libros, su influencia fue muy importante al punto que
hasta en la dinastía Tang se lo tenía como modelo de
texto y se ha mantenido como un best seller hasta
nuestros días.
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Entendiendo la Historia
Liu Shiji, 661 - 721, en honor a Si Ma Chien
El hombre vive en su forma corporal
entre cielo y tierra
y su vida dura tanto
como la de la mosca del verano,
como el paso de una
yegua lanca
vista por una ranura en la pared.
Así todo,
durante esos pocos años
vive apenado
pensando que sus méritos
no serán reconocidos y
lamenta que
luego de su muerte,
su nombre
pronto
será olvidado.
Por eso,
desde los grandes emperadores,
a los reyes menores y
el más común
de los mortales,
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desde los cortesanos hasta
los ermitaños
en sus alejadas cuevas y chozas,
todo el mundo
de un modo u otro
se preocupa por estas cuestiones.
¿Y por qué?
Porque todos tienen robado su corazón
por el ansia de la inmortalidad.
¿Y qué es, al fín,
la inmortalidad?
No es más que tener el propio nombre
inscripto en un libro.
Si el mundo no tuviera libros,
si cada época no tuviera sus historiadores,
entonces esos hombres sabios como Yao y Shun,
o los tiranos como Jie o Zhou
una vez muertos y
perdida su forma,
antes de que la tierra de sus tumbas
vuelva a emparejarse,
lo bueno y malo de ellos
se habría mezclado,
esfumado,
y ambas,
belleza y maldad,
se habrían perdido para siempre.
Pero, mientras exista la
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Oficina de Historia,
mientras los libros continúen existiendo,
aunque los hombres mueran
y entren en la noche y silencio eternos,
sus actos permanecerán,
brillarán como las estrellas de la vía láea.
De modo que,
cuando alguien quiera estudiar el pasado
lo único que tendrá que hacer es
quitar un libro de su estante y
su espíritu entrará en contacto con el pasado.
No necesitará salir de su casa y
su vista alcanzará los mil años.
Verá lo que hicieron
los buenos
y querrá emularlos,
verá lo que hicieron
los perversos
y sus pensamientos
se volverán introectivos.
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Shi Chi
Si Ma Chien
Los Cinco Emperadores, Anales Básicos, I
El Emperador Amarillo fue el hijo de Shao Tien. Su
nombre era Kung-sun y se lo llamaba, Hsuan-yuan.
Desde su nacimiento se destacó por su perspicacia.
Aprendió a halar de muy pequeño, y ya de niño era
muy rápido, de jóven industrioso y de adulto muy
inteligente.
Durante su reinado uno de los clanes, el Shen, venía
en decadencia. Los clanes guerreaban entre sí y tiranizaban a las familias por dónde pasaban y los Shen no
eran capaces ya de dominarlos, de modo que Hsuanyuan armó un ejército con lanzas y escudos para sojuzgarlos y que vuelvan todos bajo el dominio del clan
Shen. Todos se subordinaron menos el irrefrenale
Chi-yu. Luego de varias batallas, con la ayuda de otros
señores venció y terminó con Chi-yu y los señores lo
nombraron Hijo del Cielo y Hsuan-yuan atacó a los
Shen y se hizo con todo el poder y fue el ‘Huan Ti’.
Si había alguien en el mundo que no le obedecía, Huan
Ti marchaba contra él con su ejercito. Una vez pacificada la zona, la dejaba. Construyó caminos a travez
de las montañas y jamás descansaba. Viajaba sin cesar
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y no tenía residencia fija. Nombró los Oficiales de
Izquierda y Derecha para que se encargase de los asuntos del estado. Los estados bajo su dominio crecieron
en paz y con abundancia hacían sacrificios agradeciendo a todos los espiritus la bonanza ypaz que gozaban.
Adquirió un trípode precioso y mediante la manipulación de las talillas de contar ideó un calendario.
Escogió personalmente quienes gobernarían los estados. Enseñó a la gente sobre la periodicidad de los
moviemientos de los astros y sobre las alternancias
entre luz y sombras. Fue quien hizo posile la siembra
de cientos de granos, la crianza de cantidad de animales. Se valió de fuerzas espirituales para lograr todas
estas maravillas. Y por eso fue llamado Huan Ti, el
Emperador Amarillo.
Tuvo 25 hijos y se estaleció al fin en las laderas de
Hsuan-yuan y se casó con la hija del jefe del Clan Hsi
y con ella tuvo a sus dos herederos quienes se repartieron el mundo.
Cuando Huan Ti murió fue enterrado en la colina
Chiao y su nieto Chang-yi subió al trono y fue conocido como el Emperador Chuan-hsu.
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Lu Buwei, Riqueza y Poder
Lu Buwei fue un mercader muy hábil
de Yangdi quien,
viajando de acá para allá,
comprando barato y vendiendo caro,
acumuló una buena fortuna.
En el año cuarenta
del reinado de Zhaoxiang de Qin
(267 d. de Cristo),
el príncipe heredero murió y
dos años después,
el rey designó como heredero
a su segundo hijo, Anguo.
Este príncipe tenía veinte hijos y
una concubina
de quien estaba muy enamorado
y a la que había designado
Princesa Consorte
con el título de
Señora Huayang, pero
con ella no había tenido hijos.
De otra de sus concubinas,
una joven de la familia Xia,
de la que ya se había distanciado
tenía un hijo llamado Zichu;
uno de los más jóvenes.
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Este Zichu
había sido enviado a un estado vecino, Zhao
como rehén y garantía
de que no serían invadidos,
pero sin mucha coherencia en el gesto
ya que Qin seguía haciendo de las suyas
con los Zhao.
De modo que los Zhao
no tenían gran reeto por el pobre Zichu,
al que trataban bastante mal y
tenía que conformarse
con lo poco que le daban
para su sustento.
Un día
Lu Buwei visitó Handan,
la capital de Zhao
y se enteró de la suerte de Zichu
y pensó:
He aquí una rara mercancía
que merece terminar en mis arcones.
Buscó contaarse con él y
una vez reunidos,
y luego de beber unas copas, halar
del tiempo y demás prolegómenos,
fue al grano y le dijo:
-Yo podría acrecentar tus puertas...
Zichu se rió y contestó:
-¿No sería más conveniente que te ocupes
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de que crezcan la tuyas, amigo?
-No entiendes lo que quise decir:
puedo mejorar las mías
si alargo las tuyas,
le contestó Lu Buwei.
Zichu entendió
y le pidió silencio.
Buscaron un lugar más seguro
para seguir conversando y
dijo Zichu:
-Explicate bien.
-El rey de Qin está ya muy viejo
y su hijo Anguo es el heredero del trono.
Sé que Anguo está muy enamorado
de la señora Huayang y,
como no tuvo hijos con ella,
con ella decidirá quién será
su sucesor.
Tienes veinte hermanos y
por una simple cuestión de orden en la sucesión
difícilmente llegues a heredero.
No tienes grandes simpatías en tu reino,
te han enviado aquí de rehén,
y ya se olvidaron de vos.
No tienes ninguna chance,
y menos estando tan lejos de la corte,
de poder tramar algo en tu favor.
-Es cierto, dijo Zichu, pero,
¿qué puedo hacer?
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Lu Buwei le dijo:
-Eres pobre y vivís en tierra extranjera.
No tienes nada
para enviar de presente a tu familia o
para atraer seguidores de tu causa.
También yo soy pobre,
pero si me lo permites,
te puedo ofrecer mil monedas de oro y
viajar a Qin en tu nombre,
en donde me presentaré
ante el señor Anguo y
la señora Huayang y les demostraré
que eres un heredero apropiado.
Zichu bajó su cabeza y
le dijo:
-Si llegara el día,
tal como tu lo pronosticas,
eero me permitas compartir
el gobierno de Qin contigo.
Entonces Lu Buwei tomó
500 monedas de oro y
se las dio a Zichu para que
las utilizace para ganar seguidores y
con otras 500 compró objetos valiosos,
regalitos y juguetes
y marchó con ellos rumbo a Qin.
Una vez allí sobornó a
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unos sirvientes de la corte y
logró tener una entrevista
con la hermana mayor de la señora Huayang
y a ella le dio los presentes
para que sean entregados
a la señora Huayang
de parte de Zichu,
del cual contó lo virtuoso,
amale,
bien preparado y
educado que era, cómo
había logrado cantidad de amigos
entre los Señores de los otros estados y cómo
lo había escuchado exclamar
en cantidad de ocasiones
la admiración por la Señora y
cuánto extrañaba a su padre y
al hermano heredero...
La Señora Huayang quedó muy satisfecha.
Luego Lu Buwei fue trabajando
a la hermana mayor
de modo que,
como si fuera cosa de ella,
le sugiriera algunas ideas a la Señora:
“Todo el mundo sabe que
cuando uno tiene solo su belleza
como moneda de cambio,
cuando la belleza se esfuma,
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el amor que antes le tuvieron
se enfría.
Ahora puede que se sienta
protegida por el príncipe,
pero cuando el tiempo pase,
más teniendo en cuenta
que no le dio un heredero,
el príncipe buscará a
otra dama.
Es ahora que debería buscar,
la Señora,
el apoyo de algún heredero
entre los hijos del príncipe,
pero uno que sea leal
a ella.
Alguien a quien proteger y cuidar
como a un propio hijo.
De modo tal que,
mientras el príncipe siga vivo,
sea honrada,
pero cuando se terminen
los cien años de vida
a que ojalá llegue
y el que la Señora llamaba ´hijo´
herede y sea Rey,
no tendría que temer
a la pérdida de favor
en la corte.
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Esto es lo que se llama
´Deci palabras que valen
po mil años de ganancias´.
Este es el momento
de estalecer con firmeza
las raíces
para que cuando la belleza
se esfume y el amor se enfríe,
sólo sea necesario estar ahí
con las palabras justas,
y ser escuchada.
Zichu es un hombre valioso
y está en los últimos puestos,
sabe que no tiene ninguna chance
de acceder al trono
por sucesión normal.
Además,
su madre no goza de ningún favor
y ya fue olvidada,
de modo que ofrecerá
toda su devoción a vos.
Si usas tu poder
para quitarlo a él de la
desgraciada situación en que está y
convertirlo en heredero,
entonces vos,
hasta el fin de tus días,
contarás con los favores
del estado de Qin.”
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La señora Huayang
quedó convencida de inmediato y
eeró a encontrarse a solas con su marido y,
luego de un momento en silencio,
casualmente comentó que Zichu,
aquel hijo enviado como rehén a Zhao,
había resultado ser un muchacho notale y
que todos los que venían de aquel estado
halaban muy bien de él.
Entonces,
ella estrechó su abrazo y
con lágrimas en sus ojos,
le dijo:
“Yo tuve la inmensa fortuna
de haber sido traída
a tus habitaciones,
pero no la suficiente
como para haber podido darte
un hijo.
Te lo ruego,
dame a Zichu como hijo
y nombralo a él como heredero
de modo que yo tenga
a quién poder confiar mi vida!”
Como era de eerar
el señor Anguo,
consintió y mandó tallar un sello de jade
con su promesa,
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lo dividió en dos como era costumbre
y entregó una de las mitades
a la Señora Huayang.
Prometió que en su momento,
nombraría a Zichu su heredero.
Luego le enviaron presentes al exilio
y pidieron a Lu Buwei
que oficiase de tutor del joven
quien de pronto
se volvió muy famoso
en el reino.
Para ese entonces,
Lu Buwei había conocido a
una damita,
la más bella de Handan,
muy graciosa y experta bailarina,
y la había llevado a su casa.
Al tiempo quedó embarazada de él.
Un día,
durante una fiesta Zichu
le echó el ojo a la joven y
en un momento,
bastante borracho,
se puso de pie,
propuso un brindis por Lu Buwei
y pidió que se le concediese
la compañía de la
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encantadora señorita.
A Lu Buwei
no le gustó nada la idea,
pero recordando que tenía invertido
en Zichu
todos sus recursos
con la eeranza de una mejor cosecha,
tuvo que hacer de tripas corazón y
le presentó la dama a Zichu.
La joven no habia dicho nada
de su preñez y
llegada la fecha
tuvo un hijo que pasó por hijo de Zichu
al que llamó Zheng.
Al poco tiempo,
Zichu la hizo su consorte.
En el año 50 de su reinado
(257 a. de C.)
el rey Zhaoxiang de Qin
atacó y mantuvo asediada
la ciudad de Handan y,
cuando la situación se volvió crítica,
los hombres de Zhao
amenazaron con matar a su rehén, Zichu.
Zichu y Lu Buwei
complotaron juntos
distribuyendo 600 monedas de oro
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entre los oficiales que los custodiaban
y lograron escapar de la ciudad,
llegar a las fuerzas de Qin
y regresar a casa.
Entonces los hombres de Zhao
pensaron en matar a
su esposa e hijo pero,
como la joven era hija
de una familia acomodada de Zhao,
ambos, madre e hijo
escaparon a la venganza.
El rey Zhaoxiang de Qin
murió en el año 56 de su reinado
(251 a. de C.)
y fue sucedido por el príncipe Anguo
y la señora Huayang como reina
y Zichu fue coronado como
príncipe heredero.
El estado de Zhao
se vio oligado a enviar
a la mujer de Zichu y su hijo
al estado de Qin.
El rey Anguo de Qin murió
al año de subir al trono
y fue sucedido por Zichu
con el nombre de
rey Zhuangxiang,
quien de inmediato nombró a Lu Buwei
su canciller
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y a su madre adoptiva
Reina Madre Huayang.
Luego nombró a Lu Buwei
marqués de Wenxin
con el salario equivalente al de
100.000 hogares en Henan y Luoyang.
Pero le duró poco el éxito
a Zichu,
murió misteriosamente
a los tres años de su reinado
y su hijo, el príncipe Zheng
lo sucedió en el trono,
quien nombró primer ministro a
Lu Buwei y le dio
el honroso nombre de
Zhonchu Lu,
‘el tío Lu’.
El nuevo rey era joven
y su madre
ahora la reina madre,
volvió a ser amante,
en secreto,
de Lu Buwei, quien,
para entonces ya contaba con
10.000 sirvientes bajo sus órdenes.
Por esa época,
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los otros reinos vecinos
estaban en franca competencia
por lograr la supremacía y
acopiaban armas y
ejércitos
y a Lu Buwei le pareció una buena idea
montarse en la competencia
antes de que los otros
los superasen en poderío.
Para lo cual
comenzó a reclutar aliados,
llegando a tener unas
3.000 personas que vivían
de lo que él les daba.
También fue una época
de florecimiento cultural,
con varios sabios escribiendo libros
y a Lu Buwei se le ocurrió
que él también tenía que dejar uno
para la posteridad,
de modo que mandó transcribir
todo lo que había aprendido
en esos años de lucha y esfuerzo,
en unos 20.000 caraeres y,
como creía haber dejado sentado
todo lo posile en su obra,
la llamó
“Los anales
de la primavera y el otoño
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del Señor Lu”,
obra que,
crean o no,
ha llegado hasta nuestros días.
Tan orgulloso de su obra estaba que
mandó colgar un ejemplar
en el mercado de la ciudad
con un cartel en el que se ofrecían
1000 monedas de oro
al letrado que encontrara
que faltaba o sobraba algo.
El tiempo pasó
y el jovencito rey llegó a hombre
y como hombre a Emperador de Qin,
pero su madre,
la Reina Madre,
no dejó de actuar torcido.
Al punto que Lu Buwei
comenzó a temer
que todos sus logros
se fueran por la borda
a causa de la conducta impropia
de su amante cada vez más descarada.
Así que buscó
un modo de quitársela de encima.
Se enteró de que había un muchacho,
un tal Lao Ai,
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que cargaba el cipote
más grande de todo el imperio
y se las ingenió para que
el rumor del portento
llegara a los oídos de
la Reina Madre,
muy seguro de cuál sería
el efecto de tal conocimiento.
Cuando ella se enteró
de la demasía de Lao Ai,
tal como supusiera Lu Buwei,
empezó a exigir
que le fuese llevado
a sus habitaciones.
Lu Buwei consintió,
pero primero lo hizo acusar de traición
o algo por el estilo
y mandó que lo castracen
y le dijo a la reina madre
que la castración sería
una estratagema para que después
pudiese ser llevado al harén
como un eunuco más,
pero que no preocupara,
que las pertenencias de Lao Ai
quedarían intaas.
Así entonces,
la reina sobornó a los oficiales
encargados del castigo y
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el reo fue llevado enterito
a su cuarto.
Del que no salían
en todo el día y,
al poco tiempo,
la reina madre
¡quedó embarazada!
Temiendo se castigada,
armó toda una historia
por la cual ella tenía que ir,
a causa de un oráculo,
a una ciudad alejada
por un tiempo para purificarse
de unas malas influencias espirituales.
Lao Ai,
como miembro de su corte,
iría con ella, por supuesto,
y sus mil sirvientes.
En el año noveno del reinado
(238 a. de C.)
alguien denunció al rey
que Lao Ai no era realmente
un eunuco,
sino que era el amante de
la Reina Madre,
quien había ya tenido
dos hijos de él,
los cuales habían sido escondidos y,
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que ya había sido acordado que,
cuando mueriese el actual rey,
uno de ellos
sería nombrado su sucesor.
El rey ordenó a sus oficiales
que investigaran la verdad de la denuncia,
incluso el rumor que indicaba que Lu Buwei
estaba al tanto de todo.
A los nueve meses Lao Ai
y todos sus parientes
fueron ejecutados,
sus hijos fueron encontrados
y también asesinados,
todos los seguidores de Lao Ai
que no fueron ejecutados
fueron deportados
y las propiedades de él y de
la reina madre,
confiscadas.
También quería el rey
(sin saber que en realidad
era su propio padre)
mandar a matar a Lu Buwei,
pero como sus servicios
habían sido ejemplares,
y cantidad de gente importante
intercedió por el perdón,
no se atrevió a ordenarlo,
104
en cambio lo destituyó
y le ordenó dejar
la ciudad imperial
y trasladarse a Henan.
Un tiempo después
el rey fue persuadido
de que perdonara a
la reina madre
y le permitiese retornar
a su residencia en Xianyang.
Al año,
más o menos,
llegó a oídos del rey el rumor
de que muchos seguidores
y gente importante
estaban viajando a Henan
para reunirse con
Lu Buwei.
Temiendo que hubiera
un complot en puertas,
el rey le mandó una carta
en la que le decía:
“¿Qué es lo que has hecho por Qin
que Qin deba pagarte con
100.000 sueldos en Henan?
¿Qué relación tienes con el rey de Qin
como para que seas llamado Tío Lu?
Sería bueno que tomaras a tus gentes
y te trasladaras a Shu.”
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Lu Buwei,
temiendo que este fuera
el comienzo de una serie
de insultos y humillaciones,
decidió acortar sus sufrimientos,
bebió veneno y
murió.
Poco tiempo después
murió la Reina Madre,
quien fue enterrada junto a su esposo,
el Rey Zhuanxiang en Zhiyang.
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El origen de la familia Zhou
(Fundadora de unos de los antiguos estados chinos)
Se cuenta que el famoso duque de Zhou escribió una
oda con el relato de sus andanzas. Cantaba el duque
que una mujer llamada Jian Yuan oraba y pedía:
“Desgraciada soy que no quedo preñada, ¡quiero un
hijo!” y de pronto sintió algo extraño en el aire y vio
que delante de ella se formaban unas huellas que se
acercaban, «Seguramente es un dios», concluyó eeranzada. Siguieron acercándose las huellas del dios ‘y
fue revuelta’, dice el texto. Y cuando llegó el tiempo
tuvo a su hijo que vino:
‘como vienen los corderos,
sin complicaciones,
sin dolores ni molestias’
y ella pensó que era una mala señal de modo que dejó
al bebé al costado del camino pero una vaca lo cuidó, y
cuando pasó de vuelta por ahí lo vio rozagante, entonces lo tomó y lo abandonó en el bosque, pero unos
leñadores lo encontraron y lo cuidaron. Ella se enteró
y se los pidió de vuelta y lo tiró en el río helado, pero
un pájaro lo recogió y abrigó con sus plumas y el niño
le pidió a los gritos de quedarse con él. Cuando pudo
gatear se vió que era el más inteligente y cuando creció
lo suficiente para poder alimentarse sin ayuda, se puso
a sembrar habas y también logró hileras de agradecido
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arroz, también crió ganado que pacíficamente fue
aumentando. Fue él quien enseñó a los granjeros:
“Ayuden a la naturaleza en lo que puedan,
y ella lo agradecerá con sus frutos”.
Y nos cuenta Zhou que ese fue el primer ministro de
Agricultura y Ganadería.
108
La historia del emperador Yao
Era muy capaz e inteligente y había logrado paz y prosperidad para el imperio pero inevitalemente llegaron
los días en que su vejez lo oligó a buscar un descendiente. Sus ministros le dijeron:
-¡Excelencia, vuestro hijo ya demuestra cierta inteligencia!
-¡Naaa!, es un inepto, peleador y poco sincero…
Y como no encontraban entre los miembros de la
corte un sucesor, Yao ordenó que también buscaran
entre los comunes del puelo. Uno de sus consejeros le
recomendó a Shum de Yu, que vivía solo, en un lugar
apartado.
-¿Y qué cualidades tiene?, preguntó el emperador.
-Es hijo de un ciego, su padre, además, es estúpido, su
madre una arpía y su hermano un pendenciero arrogante, pero Shum logró que vivan en armonía gracias a
su piedad, paciencia e inteligencia, de modo que ellos
fueron mejorando y vivieron cada vez más virtuosamente…
-No necesito saber más, casaré a mis dos hijas con él y
veré cómo se las arregla.
Así mandó a sus hijas al norte y al deedirlas les dijo:
-Chicas, tengan cuidado…
109
Anales de Bambú
Otro libro muy antiguo -que encontraron en la tumba
de un rey con la que se toparon de pura casualidad
no hace mucho, haciendo un pozo para construir una
carretera-, y que se llama Anales de Bambú, recopila la
historia desde el mítico Emperador Amarillo hasta el
año 300 antes de C., más o menos.
Ahí se cuenta que la madre del que fuera el Emperador
Amarillo vio en el cielo un resplandor que rodeó a
la estrella Chu de la Constelación de la Osa Mayor
que fue notoria por su enorme luz (hoy se cree que
fue la explosión de una supernova) y en el instante
quedó embarazada y luego de 25 meses dio a luz a
El Emperador quien ya halaba al nacer y del que se
enumeran cantidad de virtudes y hechos heroicos un
tanto disparatados pero lo que me encanta de este libro
es que junto a esas hazañas también registraron que el
magnifico Emperador Amarillo durante su primer año
de reinado inventó el sombrero con pendientes y una
túnica que hacía juego con él…
Y otra: cuando un día aparecieron en el cielo unas
nubes portentosas y extraordinarias puso nombres
a sus ayudantes de acuerdo con los colores de dichas
nubes…
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También encontramos a viejos conocidos:
‘En el primer año de su reinado encomendó cálculos
sobre ciertas estrellas,
en el quinto año salió de inección por las montañas,
en el año 29 vino el jefe de unos pigmeos a presentar
sus reetos,
en el año 42 apareció una estrella brillantísima en el
cielo
en el año 50 viajó por placer,
en el 52 exiló a su hijo Zhou,
en el 70 ordenó que su sucesor fuera Shun el de las
montañas,
en el 71 ordenó a sus hijas casarse con Shun,
en el 73 resignó su trono a Shun
en el 74 Shun llevó a cabo su primer viaje de
inección
en el 89 Yao mandó construir un palacio en Tao
donde se retiró a descansar y allí murió
a los 100 años de su reinado.’
A ver, qué más nos cuenta esta libro...
‘El rey Mu, de la dinastía Zhou,
decidió salir de paseo por el mundo
“para marcar a todos los países
con las huellas de su carro y
las pisadas de sus caballos…”
Llegados a Chu,
111
antes de cruzar el río y entrar en el puelo
los recibió un anciano.
El general Wang presentó al emperador y
el anciano se encogió en el piso
en señal de reeto.
El emperador mandó preguntar
si podían cruzar por allí
rumbo a las montañas y
el viejo respondió que tanto soldado
asustaría a los poladores
¿no sería tan amale su majestad de cruzar el río
un poco más lejos del puelo...?
El general Wang lo increpó con fiereza
-¡Cómo te atreves!
-No es atrevimiento, Señor,
respondo la pregunta del Emperador.
El emperador sofrenó a su general
y le dijo:
-Vamos, general, bien podemos rodear el puelo
¡andando!
y cruzaron el río un poco más allá.
Cuando estaban a unos kilómetros
del puelo,
llamó el emperador a Wang, su general
y le dijo:
-Ahora vuelve,
destruye el puelo,
¡y no dejes a uno con vida!
112
Código Penal en la dinastía Qin
El estado de Qin, que unificó a China en el año 221
a. de C. fue recordado, sobre todo, por la extrema
severidad de sus leyes y el uso indiscriminado del trabajo forzado. Se premiaba a quien denunciara a los que
transgredían las leyes, y los transgresores eran severamente castigados, con su muerte, amputación o trabajo
forzado, según su crimen.
Muy poco se conocía de Qin hasta que se hallaron
los Anales de Bambú. Por ellos conocemos algunos
detalles: Había cuatro grados de trabajo forzado, de los
cuales, el de ‘convicto deudor’ era el menos severo. Y se
lo implementaba para castigar a deudores que no pagaban sus cuentas, o quienes eran multados. También
podía elegirse este castigo en vez de ir a prisión por
faltas menores. Los otros tres niveles de castigo eran
mucho más severos y se los llamaba: ‘convicto siervo’,
‘convicto obrero’ y ‘convicto penado’. En esta última
categoría se podía incluir la mutilación, que iba desde
marcas en la cara, hasta el corte de algún miembro
o ambos. Los hombres eran enviados a proseguir las
obras en la muralla, algún canal o abrir caminos. Las
mujeres eran enviadas a cosechar o moler grano.
113
Algunos delitos y sus penas
‘Aquellos que deban multas o tengan otras deudas con
el Estado deberán pagar de inmediato. Aquellos que
no lo puedan hacer, deberán trabajar hasta saldarla.
Cada día de trabajo equivaldrá a ocho pesos, y seis si es
que el Estado debe proveerle la comida.’
‘Cuando se junten cinco personas y roben algo que
valgo 1 peso o más, se les amputará el pie izquierdo,
serán tatuados en su cara y trabajarán forzadamente.
Si fueran menos de 5 los ladrones, pero robasen más de
600 pesos, serán tatuados, se les cortará la nariz y trabajarán forzadamente. Cuando lo que roben equivalga
a una suma entre 200 y 600 pesos, serán tatuados y trabajarán forzados. Si es menos de 200, serán exiliados.
Supongamos que un esclavo con su esposa roban un
buey a su dueño y lo venden y escapan y son atrapados
¿cómo serán castigados? Se los hará trabajar forzadamente y tatuados en la cara. Y al término de su castigo
serán devueltos a su dueño.’
‘Supongamos que Fulano roba un buey cuando su
altura llega a 1,40 m, pero luego de su detención crece
hasta 1,60 (llega a adulto), ¿cómo será sentenciado
Fulano? Se lo dejará intacto y hará trabajo forzado.’
‘Cualquiera que mate a un niño sin autorización
será condenado a trabajos forzados. No se aplicará
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si se mató a un recién nacido subnormal o deforme.
Supongamos que un niño es normal al nacer y lo matan
porque ya son demasiados niños en ese hogar, ¿cómo
será tomado este crimen? Como uno normal.’
‘Supongamos que alguien, al arrestar a otro que era
punile sólo de multa, lo lastima o hiere con una espada o cuchillo, ¿cómo será castigado? Si lo mata, será
dejado intacto pero habrá de servir como convicto
trabajador. Si sólo lo hiere, será afeitado y castigado a
cumplir como siervo en la casa de otra persona.’
‘Supongamos que Mengana huye de su esposo y se
casa con Fulano que también huyó de su matrimonio
y Mengana no le dice que anteriormente ella era casada, y se lo dice dos años después, cuando ya tienen un
hijo y él no la repudia. Luego son apresados, ¿cómo se
los castigará? Serán tatuados en la cara y trabajarán
forzadamente.’
‘Cuando alguna persona deba pagar una multa, o una
deuda, podrán hacer que sus esclavos, o bueyes o caballos trabajen por ellos.’
‘Los prisioneros de guerra serán siervos.’
115
Tratamiento de los penados
‘Aquellos convictos sirvientes y trabajadores que no
lleguen al metro y medio, varones, y las mujeres al
metro cuarenta, serán considerados como ´menores´.
Cuando los convictos alcancen el metro veinte, ya se
pondrán a trabajar.’
‘Los convictos trabajadores vestirán prendas rojas y
pañuelos rojos en sus cabezas. Pueden ser esposados o
encadenados. Serán supervisados por agentes y no por
otros convictos. Si son enviados a trabajar a otra parte,
no podrán entrar a los mercados y deberán mantenerse del lado de afuera de las murallas de la ciudad. En
caso de que en su camino pasasen por un mercado,
deberán rodearlo, no pueden entrar en él.’
‘Cuando trabajen para el gobierno, el trabajo de los
varones equivaldrá a dos bolsas de grano al mes. El
trabajo de una mujer convicta equivaldrá a una bolsa
y media. Si no trabajan no ganarán nada. Los menores
ganarán una bolsa y media. Los menores que no tengan edad de trabajar ganarán el equivalente a una bolsa
al mes. Los niños a cargo o no de una madre, recibirán
media bolsa. Quien pague de más o asigne trabajos
demasiado sencillos serán sancionados de acuerdo a
las leyes.’
‘Los convictos sirvientes, los convictos supervisores y
116
trabajadores deudores, no deberán ser cargados con el
precio de su comida o sus ropas.’
‘Los oficiales no necesitarán de un petitorio para valerse de convictos trabajadores para extender o reparar
murallas, edificios gubernamentales o graneros.’
‘Cuando los convictos rompan alguna herramienta de
trabajo o partes de un carro serán castigados con 10
azotes por cada peso que cueste lo que ha roto. Un
oficial que no aplique el castigo de inmediato, será
multado con la mitad del precio.’
‘Una persona común que tenga a su madre o esposa
trabajando como convicta podrá comprar su libertad
cumpliendo con 5 años en la frontera sin sueldo.’
‘Si tiene algún cargo podrá comprar la libertad de un
padre o madre bajando en dos el grado de su puesto
de trabajo. Si un convicto sirviente permite la fuga de
un convicto trabajador, él ocupará su puesto y toda su
familia será confiscada.’
‘Los trabajadores deudores podrán volver 10 días a sus
hogares en época de trabajar la tierra o de cosechar.’
117
El Corazón de la Literatura y
el Tallado de Dragones
Revisando un poco más mis papeles, me topo con un
título que haría irresistile la compra del libro:
El corazón de la literatura y el tallado de dragones.
Lo escribió Liu Xie, en el año 500 a. de C., más o
menos. Y leo en una de sus páginas:
Si uno escribe de acuerdo a
los Clásicos,
tiene que estar inbuido de
cinco caraerísticas:
un profundo sentimiento
no manchado por la artificiosidad,
pureza de formas,
verdad empírica,
ideas moralmente correctas,
estilo simple sin verbosidad y
belleza literaria
sin excesos.
118
Lie Tzi
Así se conoce a este libro, por el nombre de su autor.
Poco más se sabe, incluso se duda de su historicidad.
Algunos lo ubican en el 600 a. de C. pero, historiadores
más modernos creen que el libro comenzó a circular
en el año 300 de nuestra era aunque esté referenciado
a la antigüedad.
Poseer el Camino
Preguntaron al ministro:
-¿Puede poseerse el Camino?
-Si ni siquiera ese cuerpo es tu propiedad,
¿cómo habrías de poseer el Camino?
-¡Cómo que no es mi cuerpo!,
¿de quién es entonces?
-Es la forma que te fue dada por cielo y tierra.
La vida que te anima no es algo que te pertenezca,
es una armonía entre fuerzas,
que seguirá su curso por un tiempo
que es dado por el cielo y la tierra.
Tu naturaleza y destino
tampoco son tus posesiones,
sino el curso trazado por cielo y tierra.
Los hijos tampoco son tus posesiones,
te los han cedido cielo y tierra,
119
sacándolos de tu cuerpo
del mismo modo que un insecto
se arranca su vieja piel.
De modo que viajas
sin saber a dónde vas,
permaneces
sin saber sostenido por qué y
te alimentas
sin saber cómo lo haces.
Eres el aliento de cielo y tierra
que va de aquí para allá,
eres el poseído
no el poseedor.
120
El modo de robar
El señor Cuo era muy rico,
el señor Chiang, muy pobre.
Este último visitó a Cuó y
le preguntó el método que había utilizado.
-Soy muy bueno robando, le contestó,
al año de empezar a robar,
ya me podía mantener a mí mismo,
después de tres años,
tenía más que suficiente y
empecé a ayudar a los vecinos...
Chiang se fue muy contento con la respuesta
pero no entendió el modo
en que debía robarse y
empezó a entrar en casas saltando tapiales,
rompiendo puertas y ventanas y
metía en una bolsa los objetos de valor
que encontraba.
Al poco tiempo fue descubierto y castigado.
Cuando cumplió su pena
fue a ver al señor Cuo y
le contó lo mal que le había ido...
-Es que no entendiste...
Te voy a contar con más detalle:
Escuché por ahí:
El cielo tiene sus estaciones y la tierra sus beneficios.
Esos beneficios que la tierra obtiene
121
de las estaciones del cielo
es de lo que yo me apropio:
Del beneficio de la lluvia sobre la tierra
obtengo cosechas;
levanto paredes y techos y
encierro animales que crecen de la tierra,
robo peces y tortugas al agua,
pájaros al aire,
todo lo cual es posesión del cielo,
por eso digo que las robo,
pero no son de otra gente ni mías,
así,
tomando lo que es del cielo
no sufro represalias.
En cambio joyas,
objetos de oro, monedas y billetes,
y las prendas de seda,
todos son productos de los hombres,
no son producto del cielo,
y por tanto
si los robas
sufrirás las represalias de los hombres.
Chiang no quedó muy conforme
con la respuesta y
consultó a Tonguó,
quién le dijo:
-¿Pero acaso no es ese cuerpo que usas
un robo?
122
Si hasta cuando te nutres con corrección
del yin y el yang que te mantienen vivo
estás robando,
¿cómo no va a ser un robo
el apropiarte de cosas tan ajenas a ti?
En realidad,
la miríada de cosas que puelan cielo y tierra
no son sino una sola,
de modo que reclamar cualquier cosa
como propia,
¿no es una estupidez?
El modo en que roba Cuo
está en armonía con ese todo,
de modo que no hay represalias para él,
pero lo que vos robabas
eran objetos privados
y por eso fuiste castigado.
Pero de todos modos,
distingas o no
entre común y privado,
siempre estás robando.
123
El señor de los monos
Un año la cosecha no fue muy buena y
hubo que racionar un poco la comida.
El hombre avisó a sus monos:
-Monos,
las cosas no van bien,
a partir de mañana
comeremos tres cazos de arroz por la mañana,
pero sólo dos por la noche...
Los monos protestaron mucho y
el hombre les dijo entonces:
-Bueno monos,
tienen razón,
vamos a aumentar la comida:
por la mañana comeremos dos cazos
pero por la noche
¡comeremos tres!
Y todos los monos aplaudieron contentos.
124
El Han Fei
Han Fei fue un estudioso, pensador, escritor y aspirante a funcionario que deertó la atención del rey de
Qin, pero ni bien comenzó su carrera en el estado, fue
víctima de los tejes y manejes de un adversario celoso,
acusado de conducta impropia y oligado a cometer
suicidio en el año 233 a. de C.
Veamos un relato de su libro:
El observador del tocón
En la antiguedad,
cuando los hombres eran unos pocos y
las criaturas salvajes abundaban,
apareció un sabio que con maderas
armó unas construcciones
que sirvieron a los hombres
para guarecerse de los lobos, tigres y leones
que los atormentaban.
La gente estaba tan feliz que
lo nombraron rey del mundo,
llamandoló el Gran Constructor.
Por aquella época la gente comía frutas,
algunas verduras, mejillones y almejas.
Pero los alimentos que almacenaban se pudrían,
los enfermaban y muchos morían.
125
Entonces un sabio,
frotando dos maderas,
logró hacer fuego y cocinó los alimentos y
a partir de ahí la gente no se enfermó más
y el sabio fue reverenciado
y se lo llamó El Hombre del Fuego.
Ya en la edad media las inundaciones
arrasaban con polaciones enteras pero
Cun y Xia hicieron unos canales
que desviaron el agua y
así evitaron grandes calamidades.
No hace mucho,
hubo unos reyes sumamente crueles,
pero fueron destituídos por Tang y Zhou.
Ahora bien,
si se hubieran construido chozas de paja o
frotado palos para hacer fuego
en la época de las inundaciones
hubiera sido ridículo por completo.
Y si alguien hubiera sugerido
construir canales para
evitar las atrocidades de los reyes violentos,
también hubieran sido tenido por inútiles.
Los sabios en realidad
no toman los logros del pasado
e intentan aplicarlos a la época actual,
lo que hacen es analizar las necesidades actuales
y actuar en concecuencia.
126
Había un granjero en Zhou
quien araba la tierra y en su campo
había quedado el tocón de un árbol.
Un día,
un conejo salió corriendo y
chocó contra el tronco y
se quebró el cuello.
Al verlo,
el granjero dejó el arado y
se quedó sentado cerca del tocón
eerando que otro conejo
corriera la misma suerte.
Pero no obtuvo más conejos,
ese invierno no tuvo qué comer
porque descuidó sus tareas y
fue motivo de bromas
de todos sus vecinos.
Por eso les digo que todos aquellos
que se valen de las normas del pasado
para governar hoy en día,
pueden se llamados con justeza
Observadores del Tocón.
Lástima que esta anécdota
luego sirviera de refuerzo
para la gran quema de libros y
asesinato de letrados,
«para que no se quede la gente
observando el tocón», dijeron.
127
Ceremonias Nocturnas
Es media noche.
El Gran Salón de Ceremonias
está iluminado por cantidad de faroles
que proyectan largas sombras.
Hace frío.
En el centro del salón
un cuadrado iluminado por
cuatro faroles de madera laqueada
y finísima seda, más grandes
y brillantes que los demás.
El cuadrado alfombrado de verde
rodeado por una balaustrada de maderas
en color bordó,
contrasta con los dorados y rojos
de las paredes.
Está todo en silencio.
En el sector norte están los músicos,
tan inmóviles
que podrían tomarse por estatuas.
Resplandece el enorme gong dorado
con el signo del Ying Yang en su centro.
De pronto se percibe un susurro,
unas puertas que se abren
y entra el emperador
y parte selecta de su corte.
128
Todos vestidos de gala,
sus ropas son majestuosas,
difíciles de llevar,
impresionantes.
Sus movimientos son suaves,
estudiados.
Caminan con la vista fija en un punto
delante,
cada uno absolutamente consciente del momento
y de cada uno de sus movimientos.
Parecieran respirar al unísono.
Todos se ubican en silencio en sus sitios.
Al sur el emperador,
al este los ministros
y al oeste el resto de los cortesanos
invitados a la ceremonia.
Vuelve la quietud a la inmensa sala.
Suavemente
se escucha como un lamento,
pero es el sonido de una flauta.
Se suman otros instrumentos de viento.
El sonido hiela la sangre.
Irrumpe un gong, acompasado,
y luego un tambor un poco más quedo.
Una impresionante sombra
cubre de pronto el escenario:
Se aproxima el shamán
que llevará a cabo la ceremonia.
129
Su cara está cubierta
por una máscara aterradora.
Sus ropas son finísimas,
con bordados complejos,
en los que predominan los colores
rojo y dorado.
Se mueve lentamente,
primero levanta un pie,
baja suavemente,
apoya el talón,
y luego toda la planta
siguiendo el rimo
que marca el gong.
Pareciera haber robado
el alma de los presentes.
Todos los ojos fijos en él.
Todas las mentes fijas en él.
La música y sus movimientos
son lo único que sucede
y allí se encuentra el corazón
de cada uno de los eectadores.
No es cualquier evento.
Se representa la creación del universo
luego de haber dado muerte a la serpiente
que devoraba todos los intentos previos,
el caos.
130
El Shamán rodeará a la serpiente,
la encantará con su danza,
se aproximará a ella
en círculos
y tomándola en sus manos,
le cortará el cuello.
Mostrará la serpiente decapitada,
a las cuatro direcciones,
la dejará en las sombras
y se retirará de escena.
Comienza el año apropiadamente.
El ritual fue realizado.
Tanto se ha dicho de esta danza,
tanto se ha escrito.
Tan solo el emperador,
algunos miembros de la corte y
los grandes ministros
podían presenciarla
luego de una purificación previa
de varios días,
en los que se llevaban a cabo
ayunos y baños rituales.
Se decía que
si algún indeseale presenciara la escena,
moriría en el acto.
131
Otros decían que nada vería,
ni siquiera el sector sagrado sobre el que
se la representaba.
Hoy,
empequeñecido el mundo,
pude presenciar una parte de esa representación.
Es cierto lo que decían.
132
El viento del Soberano
y el de la gente pobre
Estaba un día el emperador en su sala,
bebiendo y escuchando música
con algunas chicas del harén,
y su espíritu se sintió tan ´alto´
que exclamó con un suspiro:
“Ah, esta brisa,
cuán magnánima es la tierra
que nos cobija,
esta brisa que nos trae consuelo a todos,
sin importar el rango,
ni el poder…”
Uno de sus allegados
no pudo contenerse y,
con el debido reeto,
contestó a su majestad el emperador:
-No son el mismo
el viento del Soberano y el de la gente pobre,
para uno es una brisa que refresca,
pasa entre flores y ramas de pino y
con sus suave aroma,
cruza el salón de jade
y llega a la sala majestuosa,
133
disipa la borrachera
aguza ojos y oídos,
relaja el cuerpo y trae bienestar
y por eso es llamado el viento de Su Excelencia.
El otro
llega silbando
por corredores y callejones hediondos
levanta polvo, golpea puertas
y hiela la espalda,
tartamudea y grita
no sabiendo si está muerto o vivo...
y por eso es el viento de los pobres.
134
Los Han
Los Han
La crueldad de los Qin, si bien permitió unir el imperio
más allá de lo que pretendían los señores feudales, no
fue buena receta para hacerlo perdurar. Los crueles
Qin cayeron tan estrepitosamente como subieron.
La historia China empieza mucho, mucho más atrás.
Dado el estilo chino de contarla no podemos saber con
certeza cuándo. Imaginan, luego sistematizan. Y una
vez sistematizado, lo creen y reverencian. Podemos
revisar su historia a partir de sus primeros registros
escritos y ver allí cómo construyen esa maravillosa idea
que aún hoy prosigue su camino: China.
Veremos que ya se consideraban ‘chinos’ unos 1500
años antes de Cristo. Tenemos tres grandes dinastías:
Hsia, Yan y Chou que llega hasta el año 200 antes de C.
O sea, mil quinientos años, más o menos de estar ahí,
peleando y construyendo, peleando y construyendo.
Eran señores feudales sin mucha imaginería imperial
hasta que llegaron los Qin, los primeros que, a fuerza
de violencia y terror, lograron que todos esos señores
combatientes quedaran bajo el poder de una sola familia. Ahí comenzó a rodar la idea de una China grande,
de una China única, no dividida. No es que antes no
haya habido épocas de gran desarrollo, claro, lo que
decimos es que fue en esta etapa que se cristalizó el
137
concepto ´china´. Se podría decir que con los Quin
comenzó la China Imperial.
Fue una dinastía que duró muy poco tiempo pero
marcó el terreno. Se unió todo el territorio por primera vez administrado por un mismo gobierno centralizado y con un poder hasta antes nunca reunido, controlando una enorme cantidad de recursos y desplegando una magnificencia hasta antes nunca vista, que
inspiraba maravilla y pavura entre sus súbditos. Fue la
primera vez que la suma de las partes resultaba en algo
más que la mera reunión de todos ellos. Pero el empeño que pusieron sus fundadores a través de sangrientas
campañas, el logro magnifico conseguido, no les sirvió
de mucho. Así como surgió, cayó, violentamente, pero
dejaron a sus sucesores, los Han, un importantísimo
legado: la idea de un imperio y de una administración
del mismo. Los cuatrocientos años que siguieron luego
fueron de ejercicio y perfeccionamiento de esa idea
que se manifestó en todos los aectos de la vida en
China, no sólo en la esfera intelectual. Este proceso
merece nuestra atención porque delineó gran parte
de la tradición intelectual china (japonesa y coreana
también) que ha llegado hasta nuestros días.
Los primeros gobernantes Han dedicaron grandes
esfuerzos en asentar el logro de los Qin: mantener al
imperio unido. Los Qin habían abolido de un salazo
al feudalismo, pero este intentó resurgir dentro de los
138
mismos integrantes de la familia Han gobernante y sus
miembros debieron contentarse con los derechos que
les correspondiesen a la hora de subir al trono y ceder
a sus pretensiones como señores feudales en los territorios en donde eran poderosos. La red gubernamental
de los Qin se había desintegrado y les llevó un buen
tiempo a los Han volver a cimentarla y estandarizarla.
Lo mismo en el terreno de las ideas, pero con sistemas
muy distintos a los de sus anteriores gobernantes. Y
no debemos pasar por alto que en esta revuelta que
terminó con los Ch´in murió la mitad de la polación, por la guerra y el hambre que la guerra trajo. La
reconstrucción del Imperio fue costosa y se debieron
tomar una serie de medidas urgentes para revertir la
situación. En uno de los edictos imperiales dicen: “...
hemos de entender qué sucedió, si analizamos vemos
que el terreno cultivale que poseemos es el mismo, y
la gente disminuyó, ¿por qué hay hambre, por qué hay
tanto sufrimiento? Algo hemos hecho mal.”
139
La síntesis de los Han
En reflejo del horizonte que se expandía en el imperio
se desarrollaron una serie de intereses intelectuales
concernientes tanto a la cosmología como al orden
natural. Han Tzu, cien años antes había escrito: “El
Cielo opera con una regularidad constante. No prevalece con un sabio como Yao ni cesa de prevalecer con
un tirano como Chieh. Si se actúa en consonancia con
él, resulta un buen gobierno, si se actúa a contrapelo, la
desgracia será el resultado.”
Así, la necesidad de conocer las leyes naturales que
rigen al universo era una necesidad no de la persona
común, sino de los gobernantes. Las materias que
ocupaban a los filósofos de aquella época comprendían, indudalemente, una cantidad de ideas absurdas, pero tomadas en su conjunto nos demuestran la
urgencia que se sentía en aquellos días por organizar
al conocimiento en un todo coherente, incluyendo
meras conjeturas en donde hiciere falta. Eran unos
convencidos de que el orden existe en todas las cosas,
y de que ese órden de la naturaleza debía reflejarse
en la sociedad. Sus esfuerzos constantes apuntaron a
descubrir y clasificar en un orden jerárquico a todo el
cosmos, “de modo que los hombres puedan entender
a todo su entorno, actuar en consecuencia y no verse
sorpendidos por lo ineerado.”
140
En el Chu Yu (El Sentido), de Tzu Su, leemos:
“Únicamente aquel que se conduce con absoluta sinceridad puede desarrollar completamente su naturaleza.
Y siendo que logra desarrollar su naturaleza, puede
contribuir a que otros la desarrollen. Logrando que
otros hombres se desarrollen, pueden hacer que todos
los seres la desarrollen. De ese modo es que contribuyen a los poderes celestiales y terrenos. Y es así que
puede, junto a Cielo y Tierra, formar un trío.”
Este concepto de trinidad entre Hombre, Tierra y Cielo
es básico en el pensamiento de los Han. Era un deber
oligatorio de todo hombre conocer las leyes del Cielo
y de la Tierra. Y el cielo debe tomarse tanto como lugar
espiritual como material. Y así de fuerte también es la
convicción de que el hombre, eecialmente aquellos
que gobiernan, deben tener un acabado conocimiento
de las leyes concernientes a la tierra, particularmente
en cuestiones de regadío, inundaciones, distribución
de la tierra, construcciones, etc. Los pensadores Han
se esforzaron mucho en hacer entender que el bienestar económico es la base de la moral del puelo. Un
estudioso o sabio, bien puede elegir ser pobre porque
ya tiene un sentido de los valores y una formación que
le impedirán hacer dinero por métodos no decentes.
Pero a la gente común no se les puede exigir que tengan
estos valores. Desean bienestar y riqueza, y si no los
consiguen por medios apropiados, lo intentarán por
todos los medios. Por eso el sabio, el hombre ilustrado,
141
el gobernante, deben ver que los medios que se utilice
la gente sean los apropiados. La gente busca el provecho como el agua el nivel; pero lo virtud no se sigue
por simple declive. Deben buscar que ambos sigan un
mismo curso, el provecho y la virtud. Y por ello es que
el gobernante, el Emperador mismo, es el responsale
por la conducta moral de su puelo. Si un pobre roba
es porque no puede vivir honestamente. No es su falta
sino el resultado de un sistema económico y social
errado y por tanto, el responsale es el Emperador
que lo dirige. De ese modo, mejorando su conducta y
dando el ejemplo, el Emperador mejora la de sus súbditos y a su Imperio.
Los confucionistas siempre insistieron en que era un
deber de los gobernantes el transformar la naturaleza
del puelo; esto es, civilizarlo. Y el primer paso es brindar paz y proeridad. El segundo paso es la educación
y ejercitación moral. Y esto se logra a través de los
ritos (que incluye todo, desde las ceremonias religiosas
a las simples cortesías diarias), la música (y danza) y
la literatura. Rituales y música pueden ser aprendidos
hasta cierto grado, por todo tipo de personas, pero la
literatura es más difícil, un estudio que sólo puede ser
emprendido por gente muy capaz y con tiempo libre.
El resultado final de este proceso es el sabio, el hombre
con una educación completa, aquel que por su educación a logrado desarrollar el sentido moral más agudo
posile. Idealmente, él sería el más adecuado para
142
gobernar, pero dada la estructura imperante y el caos
que implicaría cambiarla, lo que debe hacer el sabio es
aconsejar al que gobierna. Ese es el lugar del estudioso,
del sabio, el gobierno. No predica en el campo, no se
retira al desierto a trabajar en su salvación personal
(salvo que las condiciones de ingobernabilidad sean
tales que le sea imposile hacer nada por mejorarlas).
Su deber es trabajar a través de la maquinaria gubernamental estalecida para mejorar el orden económico,
social y espiritual de su nación.
Esta es la filosofía del sistema confuciano. Durante
la dinastía Han este tipo de pensadores llegaron al
máximo de dominio sobre el sistema social chino,
remplazando por completo a la aristocracia feudal de
antes. Aliados al sistema imperial, lograron declarar al
confucionismo el sistema de pensamiento oficial del
estado chino, con un sistema universitario y de exámenes de aptitud, que durante los tiempos de paz les
aseguró una posición predominante en la burocracia
gubernamental.
El filósofo más renombrado de este período, Hsün
Tzu, dijo: “El Cielo tiene sus estaciones, la tierra sus
medios, el hombre tiene el gobierno. De ese modo es
que el hombre forma parte de la tríada con el Cielo y
la Tierra. Si el hombre descuida su tarea en la triada y
deja todo en manos de Cielo y Tierra, está cometiendo
un gravísimo error.”
143
La caída de los Qin, tan estrepitosa como sangrienta,
dejó una profunda huella en los pensadores de aquellos
días. Probó para su satisfacción que el poder absoluto y
el terror no eran suficientes para llevar a buen puerto
a un gobierno. La fuerza que terminó con los crueles
Qin no fue la de señores feudales ambiciosos descontentos, sino la del puelo raso. Ch’en-She, quien lideró
la mayor revuelta, era un peón de campo. Liu Chi,
quien erigió la dinastía Han luego de destruir a los Qin
y a las facciones rebeldes que peleaban por el poder, era
de origen humilde, como la de todos sus camaradas
que terminaron venciendo a la fuerzas imperiales y a
la de los señores feudales.
Y como gente común que eran, sabían perfectamente
de los sufrimientos y necesidades de la gente común.
Por eso actuaron rápidamente aboliendo las leyes
más crueles y dejaron intacto el aparato burocrático.
Y mediante su liderazgo el gobierno de los Han fue
influenciado por la sinceridad y esfuerzo, simplicidad
y frugalidad y el rechazo al mero legalismo que había
predominado durante los Qin.
Y algo más, que es interesante: Durante la dinastía
Han se encontraron libros que permitieron recuperar
varios textos de Confucio que no se conocían. ¿Y saben
por qué no se los conocía? Porque en China ya había
habido quema de libros. Ya se les había ocurrido una
idea de esas que tanto gustan a los chinos: Borremos
144
todo el pasado y empecemos de cero. Y del único modo
que lo lograremos es eliminando todo vestigio de cultura del pasado.
Pero siempre que se les ocurrió semejante idea hubo
quien, a riesgo de terriles torturas antes de ser muertos, escondieron todos los libros que encontraron.
Jefe Mao, hubo unos cuantos intentos antes que el tuyo
de borrar la cultura china del mapa y,
gracias a dios
ninguno tuvo éxito.
Seguramente hemos perdido unos cuantos textos y
autores gracias a los imbéciles de siempre. Pero la idea
contraria está bien arraigada y siempre habrá quien
guarde un papel escrito, aun sin saber muy bien qué
dice en él, y arriesgando su vida y la de su familia con el
gesto. Y ese amor por la cultura también es China.
145
El Buen mozo, el tesoro y el reeto por la
autoridad, tres relatos de la d. Han
El buen mozo
Zon Ji era alto y elegante.
Se vistió para concurrir a la corte y
se miró al eejo.
Preguntó a su esposa que lo ayudaba:
-¿Soy tan buen mozo como el señor Tardy?
-Mucho más, contestó su esposa.
Zon Ji preguntó luego a una concubina y
esta le dijo que era mucho más agraciado
que el señor Tardy, por supuesto.
Y luego preguntó
a unos invitados que estaban en su casa, y
estos también le respondieron que
era mucho más buen mozo que el señor Tardy.
Cuando Zon Ji
se encontró con el señor Tardy
vio con sus propios ojos
que el señor Tardy era
más buen mozo y elegante que él.
Entonces pensó:
“Mi mujer dijo
que yo era más buen mozo
porque es cercana a mí,
146
mi concubina,
porque me teme, y
los invitados porque
me quieren pedir algo...”.
Entonces
en la siguiente audiencia con el rey,
le contó la anécdota y
le dijo:
-En todo el reino
las mujeres que el rey tiene y sus asistentes
son muy cercanos a su majestad,
en la corte no hay ministro,
secretario o consejero que no le teman, y
en todo el reino
no hay quien no quiera pedirle algo:
¿no es eso peligroso para su majestad?
147
El control del Tesoro
El señor Jin Guo
quería para sí el puesto de
controlador del tesoro,
entonces se acercó al rey y le dijo:
-Señor,
es absolutamente necesario que
vuestra majestad escuche el reporte
de los cinco encargados del tesoro
todas las mañanas y que
tan frecuentemente como pueda
usted mismo haga los controles.
-Así se hará, le dijo el rey,
pero cuando lo hizo una vez,
lo llamó a Jin Guo y
le dio el puesto.
148
Reeto a la autoridad
La zorra
para no ser comida por el tigre
le dijo:
¡Alto!,
yo soy el encargado del reino de los animales...
¡no puedes comerme!
Ven conmigo y
verás el reeto que
todos me demuestran
a pesar de mi tamaño.
Efectivamente,
en cuanto los animales veían al tigre,
huían y
el tigre creyó en la palabra de la zorra.
149
La muerte del duque Jing y
la paz de los dragones
Una noche
el duque tuvo un sueño espantoso:
se le aparecía un ogro
con el pelo todo revuelto y
largo hasta el suelo que,
furioso, le gritaba:
“¡mataste a mis nietos, y
dios me ha prometido venganza!”.
El ogro destruía los portones del palacio y
el duque corría a esconderse
en su habitación pero
el ogro lo perseguía y
tiraba la puerta abajo y se le iba encima.
En el momento en que lo levantaba
del cuello,
el duque se deertó.
Muerto de miedo por el sueño
mandó a llamar al hechicero.
El hechicero antes que el duque halase
le contó el sueño tal como había sido...
«¿Qué será de mí?», le preguntó el duque.
«No vas a vivir para comer el grano
de la próxima cosecha!»,
le contestó el shamán.
150
Luego de esto el duque se enfermó
gravemente.
Durante un acceso de fiebre
soñó que la enfermedad se apersonaba
bajo la forma de dos niñitos y
uno le decía al otro:
«El duque va a llamar a un médico excelente,
¿cómo hacemos para salvarnos?»
El otro niño le contestó:
«Escondámonos entre el pulmón
y el corazón,
nada podrán hacer contra nosotros ahí».
Cuando deertó
el duque mandó llamar a su médico.
El médico lo examinó
y le dijo:
«No puedo hacer nada,
su enfermedad está
entre el pulmón y el corazón».
La enfermedad, de todos modos,
pareció aliviarse y
llegó la época de la cosecha y
el duque decidió enfrentar la profecía:
se hizo cocinar un plato de cereales y
lo comió con gusto.
Al ver que no sucedía nada,
mandó matar al hechicero por mentiroso.
Pero al momento
su estómago se dio vuelta y
151
comenzó a vomitar y
corrió al baño porque
se cagaba encima.
Cuando llegó al baño,
cayó muerto en agujero de la letrina.
Uno de sus servidores
haciéndose el importante,
contó que había soñado,
que el duque moría y
que él lo llevaba cargado en sus espaldas.
Entonces lo enviaron a la letrina y que
cargara con el cuerpo
para llevarlo a enterrar.
Luego lo ahorcaron
para que acompañara a su amo
tal como lo había soñado.
152
La piedra que hala
En la primavera del octavo año
una piedra haló en Weiyu.
El duque consultó y
le dijeron que las piedras no halan,
pero como lo vieron desilusionarse,
completaron:
«A no ser que un espíritu
se encarne en ellas»,
y al duque se le iluminó la cara.
No sabemos
qué dijo o qué contaron que decía
la piedra,
pero el consejero del duque
aprovechó la volada
para censurar el comportamiento del duque:
estaba construyéndose un nuevo palacio y
los estados vecinos se frotaban las manos
eerando
que gaste todo lo que tenía
para atacarlo después.
Digamos que la piedra haló justo a tiempo.
153
La Paz de los Dragones
Un día le fueron con el cuento a Zichan
de que dos dragones
se estaban peleando en el río Wei,
cerca de la capital
«y por eso seguramente que tal y tal y tal»
y empezaron a sermonearlo
pero Zichan los cortó de cuajo:
«Si es que se están peleando dos dragones,
déjenlos en paz,
si nosotros dejamos en paz a los dragones,
ellos nos dejarán en paz a nosotros».
154
El Búho
Jia Yi (200 – 168 a. de C.)
Es la obra más antigua que se conserva en formato de
rapsodia, fu, cuyo autor y época de composición son
más o menos fidedignos. El texto completo está recogido dentro de la biografía de su autor en Los Anales
de la Historia, de Si Ma Chien, compilado alrededor
del año 100 antes de Cristo. Jia Yi lo compuso siendo
el consejero de un reyezuelo del sur, un puesto al que
había sido ´desterrado´ por alguna metida de pata en
la corte. Jian Yi lamentaba profundamente su suerte,
no era fácil la vida lejos de la corte para quien se había
habituado a ella. Y recurrió a todas las práicas del
taoísmo para encontrar consuelo. Estaba convencido
de que no viviría mucho tiempo más si seguía en esa
zona pantanosa e insalubre. Y un día entró por la ventana de su habitación un búho y se posó sobre una de
las sillas, un signo de mal agüero.
El poema es un poco largo, a mi gusto, claro, pero refleja bien el estilo de las rapsodias, siendo esta del búho, la
más agradale de todas las que pude leer, la mayoría de
ellas un largo enumerar de objetos y lugares elegantes
cuyo único fin pareciera ser
el placer
de largar al ruedo
palabras bonitas.
155
El Búho
En el año dan-e,
el cuarto mes y el primero del verano,
el día gu-zi,
cuando el sol estaba bajo en el oeste,
un búho entró en mi habitación
y sin demostrar temor alguno
se posó a un costado de donde yo estaba.
Muy preocupado
consulté en un libro para descubrir
el significado de la inusitada visita.
El oráculo dijo:
«Pájaros salvajes que entran a un salón:
el amo pronto partirá»
Hubiera querido poder preguntar al búho
«¿A dónde es que iré?
¿me traes buena suerte?
Dime,
¿alguna desgracia?
¡Cuéntame lo que me sucederá!
¿Deberé partir de inmediato?
Dímelo, ¡dímelo de inmediato!».
El búho tomó aire y suspiró,
levantó su cabeza y batió las alas
pero de su pico no salió una palabra.
Dejen que les cuente qué hubiera dicho
de haber halado:
156
«Todas las cosas se alteran y cambian
nunca hay un descanso,
revolviéndose, girando, y rodando por ahí,
yéndose y volviendo de lejos,
forma y aliento se intercambian
como las formas de una chicharra,
profunda, sutil e ilimitadamente,
¿quién puede describirla acabadamente?
La buena suerte es seguida por la mala,
lo malo sigue a lo bueno,
pena y alegría se alternan,
proeridad y miseria
se suceden en la misma tierra,
Wu fue un gran estado pero
bajo Fu Chia se hundió por completo,
Yue fue aplastado en Kuaiji,
pero Goujian lo convirtió en Regente,
Li Shi, que buscó siempre la grandeza
terminó descuartizado en cinco,
Fu Yue fue enviado cautivo
pero Wu Ting lo hizo su ayudante.
De modo que fortuna y desgracia
se entremezclan como las hebras
de una cuerda.
La suerte no puede predecirse
¿quién es capaz de conocer
el fin de la historia?
El agua, revuelta, corre salvaje,
la flecha bien lanzada va directa.
157
Todas las cosas
girando y corriendo
empujando y forzándose
unas a otras.
Las nubes suben altas,
la lluvia cae en confusión toda mezclada.
La Gran Olla que produjo todas las criaturas
es infinita, ilimitada,
no hay cálculo posile que dé cuenta del Cielo,
ni forma de precisar el Tao.
El ciclo de la vida está jugado,
el hombre no puede percibir su fin
Cielo y Tierra son el horno,
el obrero, el creador,
sus carbones son el ying y el yang,
su cobre todas las cosas creadas,
uniéndose, partiéndose,
fluyendo y expandiéndose,
¿dónde hay persistencia o límite?
Miles, miríadas de mutaciones
careciendo de un fin o comienzo
de pronto forman al hombre:
¿cómo es que se logra esto?
Y una vez más
es transformado a su muerte:
¿acaso esto te deja perplejo?
el obtuso siente orgullo de ser,
se ríe de otros
enamorado de sí.
158
El hombre sabio ve la vastedad
y sabe que todas las cosas
son impermanentes.
El mísero corre tras riquezas
el héroe por un buen nombre.
El orgulloso se esfuerza por reunir poder,
mientras que la gente común
se aferra a su vida,
buscando placer, empujados por la aversión,
corren enloquecidos de este a oeste.
El hombre grande no se comporta así,
para él un millón de cambios son
un mismo cambio.
El estúpido está atado a las costumbres,
sufre como un prisionero encadenado.
El sabio abandona las cosas
y sólo anhela la unión con el Tao mientras
las masas vacilan
arrastradas por el quiero-no quiero
en sus corazones.
Límpido e inamovile, el verdadero hombre
sólo encuentra la paz en el Tao.
Trascendiendo,
destruyendo el ego,
vasto y vacío,
rápido y silvestre
vuela en alas del Tao.
Descarta la sabiduría,
se olvida de las formas,
159
nacido en los rápidos
navega y descansa entre los islotes,
abandonado a su suerte,
despreocupado de sí,
su vida es un flotar,
su muerte un descanso.
Plácido como el agua
de un estanque profundo,
a la deriva despreocupado como un bote
que soltó su amarra,
no se complace en estar vivo
y cultiva el vacío y la deriva.
El hombre virtuoso
vive desapegado,
acepta el destino y
no se preocupa,
prolemas,
yuyos y espinas
¿qué son para él?»
No sabemos si Jia Yi siguió los consejos del búho. Como
él temía, murió de disentería poco tiempo después.
160
Cosas de la misma eecie
Dong Zhongshu (195 - 115 a. de C.)
Cuando se vierte agua en el suelo,
ésta evita las partes secas
y va hacia las que están húmedas.
Si dos troncos se colocan en el fuego,
éste evita el mojado y enciende el seco.
Todas las cosas rechazan
lo que les es distinto
y se unen a lo que es igual.
Por eso,
cuando dos «Chi» son similares,
coalescen;
cuando dos notas se corresponden,
resuenan.
La prueba empírica de esto
es muy clara:
prueba de afinar un chin.
La nota Kong o la Shang
de otros instrumentos de cuerda
resonarán por si mismas.
Del mismo modo,
las cosas hermosas
llaman a otras cosas
en la clase de las hermosas,
161
las repulsivas llaman a otras
en la clase de las cosas repulsivas.
Esto proviene del modo complementario
en que se corresponden
las cosas de la misma clase.
Las cosas se llaman unas a otras,
lo igual con lo igual,
un dragón trayendo lluvia,
un abanico apartando el calor,
el sitio donde ha estado un ejército,
llenándose de zarzas.
Las cosas hermosas o repulsivas,
todas tienen un origen.
Si se cree que construyen el destino
es porque nadie conoce
dónde esta su origen.
No hay ningún suceso
que no dependa para su inicio
de algo anterior al que responde
porque pertenece a la misma categoría
y por eso se mueve.
Como he dicho,
cuando se toca la nota Kong en el chin,
otras cuerdas Kong cercanas
reverberan por si mismas
en resonancia complementaria;
es un caso de cosas comparales,
afectadas de acuerdo
162
con la clase a que pertenecen.
Son movidas por un sonido
no provocado en ellos,
y acompañando al movimiento y la acción,
describen el fenómeno
como un «sona espontáneo» y,
dondequiera que hay reacción mutua
sin nada visile para explicarlo,
suelen describir el fenómeno como sucedido
«espontáneamente así».
Pero en verdad no hay nada
«espontáneamente así.»
Cada cosa en el universo
está sintonizada con ciertas otras,
y cambia cuando éstas cambian.
Cambio Constante
163
Autobiografía
Ge Hong
En los siglos tercero y cuarto, la vida política en
China era excepcionalmente turbulenta, marcada por
la guerra entre distintos estados, golpes de estado
internos, conspiraciones entre familias aristócratas
y, como si fuera poco todo esto, la invasión desde el
norte de distintas tribus no chinas. Dado este estado
de las cosas varios estudiosos le dieron la espalda a
la escuela Confuciana y a los intereses políticos, buscando un desarrollo intelectual y espiritual en otros
entornos, poesía, taoísmo, misticismo y búsqueda de la
longevidad a través de práicas gimnásticas y diversas
alquimias.
Ge Hong (283-343), de quien sigue un raconto autobiográfico, fue por varios motivos, una figura típica
de este periodo. Provenía de una familia pudiente y
cantidad de veces fue requerido para evaluar a familiares y conocidos antes de presentarse estos a los
exámenes para ocupar un puesto oficial. También fue
llamado en su momento a prestar sus servicios en la
milicia. De todos modos, la vida de funcionario lo dejó
insatisfecho, y aunque nunca renunció a las virtudes
tradicionales del confucionismo, se fue interesando
más y más en el taoísmo y en la búsqueda de elixires
164
que ayudasen en la adquisición de la libertad espiritual
y la longevidad.
El relato de su vida no fue pulicado como una obra
separada, sino como apéndice a sus obras completas.
Todavía no habían desarrollado los chinos la costumbre de escribir una autobiografía ni el comentario de
los propios progresos en el desarrollo espiritual. Pero,
desde que Sima Quian escribiera una breve autobiografía en el comienzo de su obra magna, algunos autores comenzaron a escribir de ellos mismos en tercera
persona, como si lo hicieran acerca de un otro. Aquí,
dado que sabemos que el autor es el propio Ge Hong,
ha sido cambiado su texto a primera persona.
***
Soy el tercero de los hijos de mi padre. Como nací
tardíamente mis padres me consintieron demasiado y
no me mandaron a estudiar. Cuando contaba con trece
años mi padre murió, quedé sin guía y tuve que vérmelas con todo tipo de contratiempos, hasta pasar hambre
y frío. Me dediqué yo mismo a las tareas de la granja.
Al no haber heredado nada, tan solo tenía las estrellas
para contemplar y el pasto para tirarme sobre él.
Como la bilioteca familiar se había perdido durante
las continuas guerras, no había nada que pudiese leer
en mi tiempo libre y luego de trabajar la tierra me veía
165
oligado a cargar un hato sobre el hombro y caminar
largas distancias para conseguir quien me prestase
libros. Y como difícilmente podía conseguir un libro
entero en una casa, esta aividad me consumía mucho
tiempo. Más aun: tenía que procurar leña en un bosque
y venderla como para tener el dinero suficiente como
para comprar pinceles, papel y tinta para poder copiar
textos a la luz de un fuego en el campo o en el jardín
de alguna casa. Esta fue la razón por la que no accedí a
la literatura en una edad temprana. Y como constantemente me quedaba sin papel, debía escribir en ambas
carillas y nadie podía descifrar qué decía allí.
Recién cumplidos mis dieciséis años pude leer Los
Clásicos de la Piedad Filial, Las Analectas, el Libro de
las Odas y el Libro de los Cambios. Y como era muy
pobre para viajar buscando quién me instruyese, ya
sean maestros o amigos más ilustrados, mi interpretación de lo que leía era muy rudimentaria. Y si bien
no entendía muy cabalmente lo que leía, esa misma
dificultad me mantenía ávido de más lectura. Recitaba
en silencio los textos y cuidadosamente memorizaba
los puntos clave. El rango de libros por los que fui
pasando va desde los clásicos a las historias y cantidad
de ensayos filosóficos y, juntando todo, sumarían unos
diez mil capítulos. Como era lento y olvidadizo por
naturaleza, y como tenía muy pocas ideas propias,
mis conocimientos eran muy pobres y tenía dudas
acerca de cantidad de puntos. No obstante esto, en mis
166
escritos he tenido la posibilidad de citar mis fuentes
de lectura.
De acuerdo con el catálogo de la bilioteca imperial y
al Tratado Biliográfico, hay 13.299 libros en total (en
la dinastía Han), y, desde la dinastía Wei se ha dolado
tal número. Teniendo en cuenta esto, fui consciente de
la cantidad de libros que hay y que jamás había visto.
Como hay muy pocos de estos libros al sur del río Yang
Tze, decidí marcharme a la capital en busca de libros
raros y difíciles de conseguir. Pero, por aquel entonces
se levantó una revuelta y muy a mi pesar tuve que
regresar cuando ya estaba a mitad de camino.
Ahora, que me aproximo a los cuarenta años, mis eeranzas de una vida larga se están desvaneciendo; tan
solo pienso en ir disminuyendo aun más mis ambiciones y limitarme tan sólo a que los míos sean actos sin
consecuencias (no-acción, Wu Wei). Todos mis esfuerzos están destinados a mantenerme con vida y cada
día disminuyen más mis ansias de erudición. Soy una
persona muy poco refinada, mi naturaleza es perezosa,
mi charla muy pobre y mi apariencia poco agraciada.
Nunca trato de ocultar mis falencias. Llevo un viejo
sombrero, zapatos sucios y gastados y un traje raído
pero no me avergüenzo por ello. Son muy frecuentes
los cambios de moda. A veces veo a la gente llevar
cinturones anchos y colgantes, y un tiempo después
unas ropas muy sobrias con largas mangas y ajustadas
167
al cuerpo. A veces las túnicas son tan largas que arrastran por el suelo mientras que otras veces no alcanzan
a cubrir los pies. Yo, de todos modos, me mantengo en
un solo estilo y no sigo los caprichos del mundo.
Cuando halo voy derecho a lo que tengo que decir
y nunca soy sarcástico ni halo en broma. Si no estoy
en la adecuada compañía, puedo mantenerme callado
todo el día. Quizá por esto la gente me llame “El estudioso que gusta de la simplicidad”, un sobrenombre que
yo adopté para firmar mis escritos.
Nací con un físico débil y por tanto padecí cantidad
de enfermedades. Y, además de ser demasiado pobre
como para tener caballo o carruaje, mi debilidad me
impide hacer largos viajes a pie. Pero los viajes, por
suerte, no son algo que me atraiga sobremanera. La
perversa costumbre de descartar lo fundamental en
pos de mantener lo trivial, el poner tanto énfasis en
mantener amigos y visitarlos a menudo no me interesa. Por estos motivos he vivido recluido y apartado en
mi humilde choza y no me he esforzado en visitar a la
gente. Incluso no me he relacionado con mis vecinos
ricos e influyentes.
Mis ropas no me protegen del frío, mi techo no me
aísla de las lluvias, mi comida no alivia mi debilidad y
soy desconocido fuera de mi casa. Y nada de esto me
causa gran preocupación. Soy demasiado pobre como
168
para tener un sirviente, las cercas de bambú se han
derruido, un yuyal crece en mi jardín y han cubierto de
tal modo la puerta de salida que tengo que apartarlos
para salir. Para llegar a mi habitación debo esquivar el
pastizal. La gente critica mi atención por lo lejano y mi
abandono de lo inmediato, cuando en realidad lo que
sucede es que no tengo a nadie que se ocupe de estas
tareas en la casa.
Como ignoro las mínimas normas de etiqueta nunca
visito a los altos funcionarios. Pero sí hago el esfuerzo
de realizar visitas para dar el pésame a familias que han
perdido a alguno de sus miembros o a visitar a quienes
se enferman. Pero a pesar de mi intención, no siempre
puedo llevar a cabo mis deseos debido a mis propias
enfermedades. Es frecuente que se me critique por ello
y admito mis faltas, pero no me preocupa demasiado.
Siento mucho el que se hayan enfermado, pero mis propios males me impiden expresarlo debidamente según
es mi intención. Y mientras no tenga cargos de conciencia, ¿por qué habría de discutir con aquellos que
no me entienden? Aquellos con dos dedos de frente
entienden mis limitaciones y saben que no lo hago por
creerme superior y darme aires de persona elevada.
(...)
Honor, puestos elevados, poder y beneficios son como
las visita de duelo, no hay modo de conservarlos con
uno cuando han decidido marcharse. La proeridad y
la gloria llegan a su fin, tal como les sucede a las flores
169
primaverales que tan pronto se marchitan. Cuando los
he tenido nunca me he regocijado de los logros; tampoco me lamenté al perderlos. No valen la pena que causan, las preocupaciones y ansiedad que generan. Más
aún, me creo por naturaleza un holgazán sin talentos.
Con estas dos caraerísticas, por más que me esfuerce
y preocupe en obtener tales mundanalidades, no lograría fama y cargos importantes, más allá de que jamás
podría oligarme a hacerlo. Mucho mejor para mí es
praicar el camino taoísta y depender tan solo de mí.
Solo eero subir a una de las montañas afamadas y
quedarme allí a regular mi dieta y cultivar mi naturaleza. No es que quiera abandonar los deberes mundanos,
pero sin hacerlo, ¿cómo praicar la difícil y quieta vía?
Además, comprender tales asuntos es cosa harto difícil, requiere de considerales esfuerzos. Por tal razón
no visitaré ni mantendré correspondencia con poderosos gobernantes. De todos modos, aquellos estudiosos que buscan refugio nunca se ven libres de recibir
visitantes que consultan sus dudas y dificultades, lo
que es un obstáculo para mantener la concentración
adecuada. No es que el Camino sólo se halle en montañas y bosques; el motivo por el cual los praicantes
a lo largo de la historia se han dirigido a bosques y
montañas, es para mantenerse alejados del ruido del
mundo y así mantener en paz sus mentes. Ahora estoy
cerca de lograr un viejo deseo; abandonaré mi ciudad
natal y me dirigiré al monte Song para seguir los pasos
de Fangping y del maestro Liang.
170
Afortunadamente he logrado centrar mi mente en esto
y completado mis trabajos filosóficos, incluidos sus
capítulos interiores y los exteriores y hoy tan solo necesito terminar de ordenar la disposición de los capítulos
como para que los futuros lectores lo encuentren más
sencillo. Fueron escritos durante una época de guerras
y rebeliones. Y como deambulé de lugar en lugar sin
un hogar fijo, cantidad de mis obras se perdieron. De
todos modos, nunca abandoné mis pinceles. Esto continuó así por más de una década, hasta el año 304, en
que finalmente pude terminar mis trabajos. Consisten
en veinte capítulos de los Interiores, cincuenta de los
Exteriores, cien de inscripciones en piedras, elegías,
poesía y verso libre, treinta capítulos que versan en
estrategias militares y proclamas memorales así como
sus comentarios. También escribí diez capítulos con
biografías de Inmortales, diez que tratan de aquellos
que usualmente no se los recuerda y diez con biografías
de reclusos famosos, aquellos con elevadas mentalidades que huyeron de los puestos oficiales. Como apéndice, agregué extractos de los Cinco Clásicos, algunas
historias, tratados filosóficos y militares, habilidades
esotéricas, misceláneas y sucesos extraños. Esto suma
un total de 310 capítulos. También armé un índice
aparte para mi antología. Los capítulos Interiores de
mi obra versan sobre la escuela Taoísta y sus temas,
inmortales, longevidad, medicina, fantasmas y demonios, transformaciones, la naturaleza y extensión de
la vida humana y la aversión al mal y la mala suerte.
171
Los capítulos Exteriores tratan de los éxitos y caídas
del hombre, lo bueno y malo que hay en el mundo, y
pertenecen a la escuela Confucionista.
Al final de sus notas autobiográficas, el emperador
Wen de Wei (202-227), menciona artes tales como
estrategias de ajedrez y esgrima. Esto me dio la idea
de hacer algo similar. Pero, más que orgulloso de mis
habilidades que son por cierto muy modestas, haré
un raconto de lo que no sé. Soy físicamente débil y
lento por naturaleza y tengo muy pocos pasatiempos y
habilidades. De niño no podía lograr lo que otros niños
en sus juegos. Durante toda mi vida jamás participé
de peleas de gallos, carreras de perros o de caballos.
Cuando veía gente abocada a juegos de azar trataba
de evitarlos, pero si no me quedaba más remedio, no
prestaba atención a lo que hacían. Así, hasta hoy en día
ni sé cuantos cuadros hay en un talero de ajedrez o los
nombres de las piezas. Otro de los motivos por los que
me mantuve alejado de esto es por observar el modo
en que estos juegos alteran la vida de las personas,
como pierden el tiempo y disturban sus pensamientos,
haciendo que los gobernantes dejen sus tareas pendientes, los estudiantes olviden sus estudios, granjeros
pospongan sus trabajos, mercaderes pierdan sus negocios. Cuando se trenzan en un juego en la plaza, los
jugadores están perturbados internamente y así se los
ve de afuera. Pierden su sentido de lo que es correcto y
la vergüenza y se transforman en enemigos. Se quitan
172
el dinero unos a otros creando resentimientos y deudas. Tiempo atrás, el duque Min de Song y el príncipe
de Wu, tremendos jugadores, terminaron muertos de
manera violenta en medio de una rebelión que derivó
en guerra que estuvo a punto de arrasar con toda una
dinastía. Ese ejemplo debería ser más que suficiente
para la posteridad.
Me he detenido a observar a los jugadores de ajedrez.
Desbordados por la vergüenza y el odio, se empujan y
patean, se gritan groserías y se maltratan de manera
que terminan con su amistad. Y dado que el resentimiento puede comenzar en pequeñeces, no vale la
pena una aividad que puede causar tantos arrepentimientos. Confucio nos prevenía acerca de lo malo que
podía resultar de dormir durante el día, algo que no
comparto totalmente. Si bien dormir durante el día no
trae beneficios, tampoco trae males. Incluso los santos
han debido estudiar tres veces los clásicos antes de
verse familiarizados con ellos por completo. ¿Cuánto
le llevaría entonces al común de la gente en nuestros
días? Yo creo que dedicarse a jugar trae menos beneficios que leer un ensayo. Así, como no hallo ningún
placer en el juego, no me dedico a ello. Solo la gente
vulgar puede verse atraída por ellos.
Cuando era joven aprendía arquería, pero no tenía la
fuerza suficiente como para tensar el arco al estilo de
Yan Gao. Lo praiqué porque la arquería es uno de los
173
seis artes de un caballero y permite a uno defenderse
de malandras y ladrones además de poder cazar algún
animal para comer. Estando en el campo de batalla le
di al conductor del carro que me perseguía. Y al matar
a dos rebeldes y a un caballo, escapé de la muerte.
También recibí instrucción en el uso de la espada y el
escudo. También aprendí palabras y habilidades necesarias como para vencer a un oponente y los métodos
secretos, tan eficaces como la magia, que garantizan la
victoria. También aprendí el arte de manejar el palo de
dos metros que puede servir para peleas con hombres
armados de puñales o lanzas. Pero, de todos modos,
estas son artes triviales no muy necesarias, tan poco
utilizales como el cuerno del unicornio. Además de
lo antes mencionado, nada más sé.
Debido a que carezco de talento y de conocimientos,
por más que me esfuerzo, mis práicas están siempre a
contramano de los tiempos, mis acciones se enfrentan
a las de todo el mundo, mis palabras desentonan con
las acostumbradas y mi paso va cambiado con el de
la mayoría. En casa, no tengo las ventajas de ser rico,
como lo eran Jin y Zhang; en el mundo no tengo amigos influyentes. Aunque los caminos que he recorrido
son extensos, carezco de los miembros de un unicornio; aunque el universo es amplio, no tengo las alas del
gran ave. De modo que no puedo elevarme a las alturas
como lo hace un halcón y así ayudar en el gobierno del
país, ni tampoco podré acarrear gloria a mis ancestros
174
o ser recordado por la posteridad. Mis cualidades no
serán registradas por historiadores, mis palabras no se
grabarán en campanas y paredes. Por todo ellos es que,
al terminar mis escritos, compuse estas notas autobiográficas que, aunque no evitarán mis debilidades, son
un intento de que algo quede en un futuro.
175
El Debate de la Sal y el Hierro
Aunque las ideas de Confucio fueron tenidas en
alta estima desde la época de los Han (200 a. de C.)
en adelante, sus seguidores raramente estuvieron en
acuerdo con el modo en que se implementaban. Sobre
todo durante el gobierno del emperador Wu, cuyas
medidas fueron muy criticadas por los Confucionistas.
Para generar los medios para subvencionar sus campañas militares, este emperador manipuló la emisión de
moneda, confiscó tierras a los noles, vendió puestos
y títulos, y subió los impuestos. También estaleció el
monopolio gubernamental sobre la sal, el hierro y los
licores, empresas que anteriormente estaban en manos
privadas. También el negocio de la comercialización
de los granos fue fiscalizado buscando estalecer un
sistema más equitativo y supuestamente, para evitar
la eeculación con el grano, proveer un precio más
constante y que la ganancia que brindaba su comercio
quedase en manos del gobierno.
Desde sus estalecimiento estas medidas fueron muy
controvertidas. Los Confucionistas cuestionaron de
entrada su moralidad y el efecto que acarrearía sobre
la polación. Ellos pensaban que la agricultura era fundamental, la raíz de toda aividad y que las artesanías
y el comercio no producían un beneficio real y por lo
176
tanto lo desalentaban. Aunque el gobierno proclamaba
que las medidas habían sido tomadas para proteger al
puelo de la explotación de los mercaderes, sus críticos
argumentaban que enseñaba al puelo los trucos mercantiles para el propio estalecimiento en el negocio.
En el año 81 antes de Cristo, luego de la muerte del
emperador Wu, eruditos confucionistas que se oponían a la política fiscal estalecida por él, fueron invitados a debatir el caso con el primer ministro, el hombre
que había instrumentado tales medidas. Un registro de
24 capítulos de tal debate se conserva, el primero de los
cuales se presenta aquí.
El Debate
En al año 81 antes de C. por un mandato imperial, se
encomendó al canciller y primer ministro que debatiese con un grupo de hombres sabios y preparados acerca
de las dificultades por las que pasaba el puelo.
Los estudiosos dijeron: —Entendemos que el modo
de gobernar se basa en la prevención de la frivolidad
al tiempo que se promueve la moralidad, en terminar
con la búsqueda del beneficio a la vez que se deeja
el camino a la benevolencia y al trabajo. Cuando no se
enfatiza el beneficio, una civilización florece y mejoran
las costumbres de los hombres.
177
Recientemente el monopolio de la sal y el hierro, el
impuesto sobre los licores y el mercado equitativo fue
estalecido en el país. Esto implica una competencia
financiera con la gente lo cual mina su natural honestidad y corrompe el espíritu solidario. Como resultado,
unos pocos se volcarán a lo fundamental (el cultivo de
la tierra), y la mayoría hacia los secundario (el comercio y la industria). Cuando lo artificial proera la simplicidad declina; cuando lo que es secundario florece,
lo básico decae. El acento en lo secundario hace a la
gente decadente, el énfasis en lo básico mantiene a la
gente sin sofisticaciones. Cuando la gente no es sofisticada la riqueza abunda; cuando son extravagantes, el
frío y el hambre tienen lugar.
Nosotros proponemos que los monopolios de la sal,
el hierro y el licor, así como el mercado equitativo,
sean abolidos. De este modo se revitalizará lo básico
y la gente dejará de abocarse a lo secundario. De este
modo la agricultura volverá a proerar. Esto es lo
apropiado.
El ministro: —Los rebeldes Xionghu continuamente
atacan nuestra frontera. Para la defensa de nuestras
fronteras se requiere del esfuerzo del ejercito de nuestra nación. Si no se toman medidas, estos ataques
nunca terminarán. El anterior emperador tenía en
cuenta las penurias de nuestros asentamientos fronterizos, gente que vive con el continuo temor de los
178
ataques bárbaros. Como medida defensiva, entonces,
mandó construir fuertes y estalecer bases militares
y cuando fueron escasos los medios para tal empresa
fue que ordenó el estalecimiento de estas medidas, el
monopolio de la sal y el hierro, los impuestos sobre las
bebidas alcohólicas y la regulación del mercado. De ese
modo se obtuvieron las ganancias para mantener los
puestos fronterizos.
Ahora nuestros críticos quieren abolir estas medidas. De este modo menguará el tesoro y los puestos
fronterizos quedarán desatendidos. Expondrán a privaciones, hambre y frío a quienes defienden nuestras
fronteras ya que no hay otro modo de mantenerlos. La
abolición no es apropiada.
Los estudiosos: —Confucio dijo: “Quien maneja un
reino o encabeza una familia no ha de preocuparse
por alejar la pobreza, sino más bien por una equitativa
distribución de los bienes. No se preocupa porque sean
humildes, sino porque no estén insatisfechos.” Por eso
opinamos que el emperador no debe halar acerca
de mucho o poco, ni los señores feudales de ventaja y
desventaja, ni los ministros de pérdidas y ganancias. En
cambio ellos deben estalecerse en ejemplos de benevolencia, trabajo y virtuoso cuidado de su gente, de
tal modo, quienes están cerca los seguirá y aquellos de
lejanos lugares se someterán con júbilo a su autoridad.
Por cierto, quien es un maestro conquistador no nece-
179
sita pelear, el guerrero experto no precisa de soldados y
el gran comandante no necesita ordenar sus tropas.
Si se logra un alto nivel en templos y en la corte, solo se
necesita demostrarlo y traer de vuelta a casa las tropas,
ya que el rey que es benevolente no tiene enemigos
en ningún sitio. ¿Qué necesidad habría de recaudar
fondos entonces?
El ministro: —Los Xionghu son salvajes y arteros.
Cruzan las fronteras y atacan los puelos, matando
gobernantes y oficiales militares fronterizos. Y mereciendo un castigo ejemplar, su majestad el emperador
se compadeció de la carga financiera que ello representaría en su gente, así como tampoco quiso exponer
a sus oficiales a semejante salvajismo. De todos modos
insisto en que necesitamos del ejercito fronterizo, fortalecerlo y expulsar a los Xionghu de vuelta al norte.
De nuevo afirmo que terminar con el monopolio, los
impuestos y el control de mercado debilitaría nuestro
ejército en la frontera y sería desconsiderado para con
los poladores de fronterizos. Por ello esta propuesta
es desapropiada.
Los estudiosos: —Los antiguos honraban la práica de
la virtud y desdeñaban el uso de las armas. Confucio
dijo: “Si la gente de tierras lejanas no se somete,
entonces el gobernante ha de atraerla aumentando su
180
refinamiento y virtud. Y una vez que son atraídos, les
da la paz.”
Ahora se desdeña la moralidad y la confianza está
puesta en la superioridad militar. Se reclutan tropas
para campañas y se estalecen bases defensivas. Son
estas interminales campañas y el incesante transporte
de provisiones, los que complican a nuestra gente en
casa y la causa del sufrimiento de nuestros soldados
en la frontera.
El estalecimiento del monopolio de la sal y el hierro,
y el decreto de que los funcionarios de finanzas sostengan al ejército fue una medida temporaria. Y ha llegado
el momento de que estas medidas sean abolidas.
El ministro: —Los antiguos fundadores de nuestro país
sentaron las bases para ambas ocupaciones, primaria y
secundaria. Facilitaron la circulación de bienes y crearon mercados y cortes para armonizar las demandas.
Se juntó gente de todas las clases y bienes de todo tipo
fueron reunidos de modo que granjeros, mercaderes
y trabajadores pudieron obtener lo que necesitaban.
Cuando el intercambio de productos se llevaba a cabo,
cada uno volvía a su casa. El I Ching dice: “Facilitad el
intercambio de modo que la gente no se vea sobrepasada en su trabajo.” Esto sucede cuando los granjeros no
cuentan con herramientas y mercaderías, y no se logran
las comodidades mínimas. Cuando los granjeros care-
181
cen de herramientas no se siembra, del mismo modo
que cuando no hay mercaderías, decae la riqueza.
El monopolio de la sal y el hierro, y el mercado equitativo, fueron estalecidos para mejorar el intercambio
de la riqueza acumulada y para regular el consumo
de acuerdo a las necesidades. Es desapropiado que sea
abolido.
Los estudiosos: —Si por medio de la virtud se dirige
a la gente, el resultado será la honestidad, pero si es
tentada por el afán de obtener ganancias, se tornará
vulgar. Y la vulgaridad la alejará de sus deberes; y
pronto se aglomerarán en caminos y mercados. Lao
Tse dijo: “Un país pobre parecerá tener abundancia”.
Pero no es que sus posesiones sean abundantes, sino
que cuando se multiplican los deseos, la gente se torna
inquieta. Por eso es que un buen gobernante promueve
lo básico y desalienta lo secundario. Refrena los deseos
de la gente mediante los principios del ritual y el trabajo, y arregla que el grano sea intercambiado por otras
mercaderías. En sus mercados los comerciantes no
trafican con mercaderías superfluas ni sus artesanos
fabrican cosas inútiles.
El propósito de los comerciantes es el intercambio y el
de los artesanos la fabricación de útiles y herramientas.
Esto no se transforma en algo de incumbencia para el
gobierno.
182
El ministro: —Guanzi dijo: “Si un país tiene tierras fértiles y aún así su gente está mal alimentada, la razón es
que no hay suficientes herramientas. Si tiene riquezas
naturales en sus montañas y mares y aún así su gente
es pobre, es que no hay los suficientes artesanos y mercaderes.” La laca escarlata y las plumas de los reinos de
Long y Shu; los artículos de cuero, hueso y marfil de Jin
y Yang; el cedro, bambú, teca y los juncos de jiangnan;
el pescado, la sal y las pieles y fieltro de Yan y Qi; la
seda, el lino y otras telas de Yan y You— todo esto es
necesario para mantener nuestras vidas o ser utilizados en los rituales. Dependemos de los comerciantes y
mercaderes para la distribución y de los artesanos para
su elaboración. Por esto fue que los antiguos construyeron los barcos y puentes; domesticaron las vacas y
los caballos para poder viajar a través de montañas y
llanuras. Viajando a territorios remotos podían intercambiar todo tipo de mercaderías para el beneficio de
la gente.
Por esto es que el emperador encomendó a los funcionarios del hierro que suplan las necesidades de los
campesinos y reguló el mercado para que los bienes
sean distribuidos equitativamente. La mayoría de la
gente toma al monopolio y al mercado equitativo como
su fuente de recursos. Por eso sostengo que abolirlo es
inapropiado.
Los sabios: —Si un país tiene tierras fértiles y aún así su
183
gente está mal alimentada, es debido a que los comerciantes y obreros han proerado en detrimento de la
agricultura. Del mismo modo si tiene riquezas naturales en sus montañas y mares y aún así su gente es pobre,
es que las necesidades básicas han sido descuidadas al
tiempo que los lujos se han multiplicado. Un arroyo
jamás puede llenar una copa que esté agujereada;
montañas y mares jamás pueden satisfacer ilimitados
deseos. Por esto es que el antiguo emperador Pan Geng
praicaba la vida comunitaria, el antiguo emperador
Shun ocultó el oro y el fundador de la dinastía Han
prohibió que mercaderes y comerciantes ocuparan
cargos púlicos. El propósito fue desalentar los hábitos
ambiciosos y aumentar la sencillez y sinceridad de
espíritu. En la actualidad, aún con todas las trabas al
comercio, la gente sigue actuando malamente. Cuanto
peor sería si los mismos gobernantes buscasen obtener
beneficios.
En la Crónica Zhuo se lee: “Cuando el señor feudal se
aficiona a sacar provecho, los funcionarios se vuelven
desconsiderados y la gente se torna ambiciosa; cuando
la gente es ambiciosa, el puelo llano roba.” De este
modo, abrir las puertas a la búsqueda de beneficios es
auspiciar que la gente se vuelva delincuente.
El ministro: —Normalmente los señores feudales y
reinos menores envían los productos de sus regiones
como tributo. El transporte es prolemático y desor-
184
ganizado y muchas veces estos productos carecen de
calidad y es más caro su transporte que el valor que
ellos representan. De modo que funcionarios de transporte fueron empleados en todas las comandancias y
reinos para que asistan al envío de impuestos y tributos
desde las regiones más alejadas. A esto es lo que llamamos mercado equitativo. Una oficina de recepción fue
creada en la capital para todos estos bienes. Y a causa
de que se los compra cuando los precios bajan y se los
vende cuando suben, el gobierno no tiene pérdidas
y los mercaderes no pueden eecular buscando un
mayor beneficio. A esto es a lo que llamamos un standard balanceado. Se protege a la gente del desempleo
y el mercado equitativo distribuye el producto de
su trabajo equitativamente. Ambas medidas fueron
implementadas para la buena distribución y en beneficio de la gente. ¡Y no es lo que abre las puertas a la
delincuencia!
Los estudiosos: —Los antiguos estalecieron las levas e
impuestos sobre lo que la gente estaba en condiciones
de proveer. Así los campesinos contribuían con su
cosecha y las mujeres tejedoras con el producto de su
habilidad. En la actualidad el gobierno ignora qué tiene
y de qué carece el puelo. De ese modo la gente se ve
oligada a vender sus productos por muy poco dinero
para poder satisfacer las demandas del gobierno. Hace
muy poco algunas provincias y reinados ordenaron
a su puelo que tejiesen ropas. Con este mandato los
185
gobernantes causaron enormes dificultades a los productores y luego negociaron con ellos. Requisaron no
solo la seda de Qi y Tao y los bordados de Shu y Han,
sino que confiscaron hasta las ropas más comunes
que hace la gente. Y luego se los vendieron ‘a precios
equitativos’. De ese modo los campesinos y tejedores
sufrieron dolemente. ¿Dónde está la equidad del
mercado?
Los funcionarios gubernamentales se aplicaron a obtener un mayor control sobre el mercado y almacenaron
productos. De ese modo faltó mercadería y los precios
subieron y mediante la eeculación los funcionarios
pudieron efectuar negocios en beneficio propio. Los
funcionarios negociaron en secreto con los comerciantes las mercaderías almacenadas. Los gobernantes
compran cuando la mercadería está barata, pero inescrupulosamente y movidos por la ambición de mayor
riqueza. ¿Dónde está el standard balanceado?
Si el mercado equitativo de la antigüedad ayudó y
brindó una justa división del trabajo y facilitó la distribución de sus productos, con seguridad que no fue
con funcionarios buscando beneficios personales ni
comerciando con esos bienes.
186
Algunos poemas Han
La canción es la misma
Introducción
El emperador Wu de los Han (140-87 a. de C.) ordenó que se constituyese la oficina Yue Fu, Oficina de
Música, que debia encargarse de recopilar los viejos
cantares a fin de que no se perdieran en el tiempo.
Gracias a su decisión, nos han llegado algunos cantares
de aquellas épocas lejanas y por ellas sabemos del huérfano, del encanecido veterano de guerra que vuelve al
que fuera su puelo, del que no tuvo esa suerte y sus
huesos quedaron esparcidos por el campo, de la mujer
que se quedó eerando y del amor, claro, que correspondido o no, siempre estuvo presente en el cantar de
la gente.
189
El Huérfano
Anónima
Cuando un niño queda huérfano
está destinado a una vida miserale y
solitaria.
Mientras mi padre y madre vivían
viajábamos en un carruaje
tirado por cuatro caballos.
Ahora que ya no están
mi hermano mayor y su mujer
me envían lejos a
vender mercancías,
de aldea en aldea
y luego de tantos días y penas,
cuando retorno a casa
ni siquiera puedo lamentarmemi cara y ojos llenos de tierra,
sucio y cansadotodo lo que me dicen es:
-¡Ve a preparar la comida!
-¡Ocúpate de los caballos!
Corro de una habitación a otra,
lágrimas cayendo como un torrente.
Me hacen levantar al amanecer
para buscar agua y
al atardecer otra vez
debo llenar los tanques.
Mis manos están ajadas
190
mis pies sin calzado,
duelen de caminar entre espinos
y debo seguir aún con la helada,
las pantorrillas me duelen tanto
que no puedo contener los gemidos.
Lagrimeo y lagrimeo,
no puedo parar de llorar.
En invierno no me dan abrigo
ni en verano una ropa liviana.
Vivo tan infeliz que no me preocupa
la idea de morir.
Apura la primavera,
los brotes ya aparecen,
en el tercer mes me ocupo de la morera y
de los gusanos de seda;
en el sexto cosecho melones y
cuando vuelvo a casa empujando
el carro cargado de melones.
se me vuelca y
nadie me ayuda a cargarlo;
en vez de eso
se aprovechan y me los roban,
les pido me los devuelvan
ya que mi hermano y cuñada
son muy estrictos.
Y he de apurarme por volver
aun con las manos vacías
para recibir un castigo...
191
Ya se escuchan los sonidos del puelo,
tan solo quisiera mandar al otro mundo
una carta para mis padres contándoles
que a cargo de mi hermano y cuñada
no voy a durar mucho entre los vivos.
192
Vieja Canción
anónima, del s. V a. de C.
Recién había cumplido mis 15 años
cuando me reclutaron en el ejército.
Ya viejo vuelvo al hogar.
En el camino de entrada
me encuentro con un paisano y
le pregunto por los míos, mi casa...
-¿Tu casa?, es aquella,
la que está entre los yuyos y plantas silvestres...
Conejos se han metido por las endiduras,
faisanes vuelan desde las vigas del techo.
En lo que fuera el jardín
crecen algunos granos silvestres y
en el estanque nadan unos pobres patos.
Con ese grano me pongo a hacer una sopa
y cazo uno de los patos para cocinarme un guiso...
Sopa y guiso están listos,
pero he de comerlos solo.
Aparto los platos y salgo al patio.
Miro al este y seco las lágrimas que
humedecen mis mangas.
193
A los que combatieron al sur del castillo
Anónimo, del s. II A. de C.
Combatieron al sur del castillo,
murieron del lado norte de la muralla,
en el pantano,
y no fueron enterrados.
Su carne alimentó a los carroñeros.
“Digan a los buitres que no les tememos,
hemos muerto en el pantano y no fuimos enterrados,
¿cómo escaparían nuestros restos a sus picos?”
Las aguas corren rápidas, los juncos son oscuros.
Los jinetes dieron lo mejor de sí pero
fueron abatidos y
sus caballos aún deambulan relinchando.
Más allá del puente había una granja.
¿Era al sur o al norte?
No alcanzaron a cosechar el grano,
no eeremos ofrendas.
Sirvieron a su señor con valentía,
pero todo fue en vano.
Yo los recuerdo, soldados valientes
vuestro servicio no será olvidado.
Por la mañana salieron a dar batalla,
ninguno de ustedes regresó esa noche.
194
Rocío sobre los crisantemos
Sobre los crisantemos
¡qué rápido se seca el rocío!
El rocío seco esta tarde,
nuevamente aparecerá
durante el crepúsculo.
El hombre muerto... una vez ido,
¿retornará?
195
Una vida de deedidas
(Anónimo)
Una y otra vez, siempre,
una y otra vez lejos tuyo,
partido por una vida que se va en partidas.
En viaje otra vez, ¡diez mil leguas!,
esta vez a la otra punta del mundo.
El camino que nos separa es largo y difícil,
¿cuándo volveremos a vernos,
cara a cara?
El caballo de los tártaros prefiere el viento norte,
El pájaro Yue anida en las ramas que dan al sur.
Tanto hace que nos deedimos,
cada día que pasa más suelta queda mi ropa,
nubes viajeras oscurecen el sol,
el viajero casi ha olvidado lo que es el hogar y
pensar en ti me vuelve un anciano.
Meses y años corren rápidos a su fin,
mis lamentos no disminuirán esta distancia,
más vale que comas tu arroz
y florezcas...
196
El pasto y la rivera del río
(Anónimo)
Verde, verde
el pasto de la rivera
frondoso, frondoso
el sauce en el jardín.
Triste, triste,
la dama en la torre.
Blanca, lanca,
sentada en el marco de la ventana.
Agradale, tan agradale
su cara empolvada.
Pequeña, pequeña
saluda su mano pálida.
Alguna vez fue una bailarina
ahora es la esposa de un viajero.
El viajero se marchó y no regresa,
qué dolorosa es esta cama vacía, permanecer sola...
197
Transitoria, la vida humana
(Anónimo)
Conduje mi carro hasta la entrada del Este,
de lejos contemplé el cementerio frente a la muralla
norte,
Murmuran,
murmuran los olmos lancos,
pinos y cipreses flanquean los senderos y
bajo ellos tiempo ha
yacen hombres muertos.
Negra,
negra es la noche extensa que los cobija.
Hace miles de años que yacen quietos
bajo la primavera que verdea.
En una infinita sucesión de luz y sombras
los años se desvanecen como el rocío de madrugada.
La vida del hombre es transitoria,
carece de la firmeza de la piedra o el hierro.
Desde siempre y a su turno, sean santos o sabios,
a todos les ha tocado lamentarse–
todos estamos atrapados.
Buscando la inmortalidad en pócimas
al final terminan intoxicados,
mientras se pueda es preferile
darle a la botella de vino y
cubrirse con ropas cómodas.
198
Siempre el miedo mordiéndonos los talones,
sentados miramos las tumbas
o el vacío que dejan
seres queridos que mueren y
no sabemos muy bien qué hacer...
Buscamos algo firme pero
corremos a los placeres inmediatos,
traigan vino, comida, mujeres, música...
Nada de eso nos engaña, nada nos consuela,
las tumbas siguen con su canto mudo,
eeran al Norte de la muralla.
199
No hay camino de vuelta
(Anónimo)
Los muertos partieron,
ya no podemos conversar con ellos.
Los vivos están aquí,
a ellos debemos dar nuestro amor.
Dejo las murallas de la ciudad, miro adelante y
veo ante mí tan solo montículos y tumbas.
Las más viejas fueron aradas y
volvieron a ser campos de cultivo,
sus cipreses y pinos derribados para hacer leña.
El viento triste en las casuarinas canta su canción,
su largo quejido estruja mi corazón,
quiero volver a casa,
correr a la puerta de mi hogar,
quiero volver atrás, pero
no hay camino de vuelta...
200
Cantar Triste
(Anónimo)
¿Puede una canción tomar el lugar del llanto?
¿Puede el mirar a la distancia tomar el lugar del
regreso a casa?
Con gran pena recuerdo mi vieja aldea,
mi ánimo decaído, maltratado, desolado.
Quiero volver a casa pero allí no hay nadie,
quiero cruzar el río, pero ya no hay botePensamientos para los que no tengo palabras
¡ruedas de carro ruedan dentro mío!
201
Di de beber a mi caballo junto a la muralla
Ch´ien Lin (d. 217)
Di de beber a mi caballo junto a la muralla.
El agua está tan fría que hielan los huesos.
Pedí halar con el Jefe:
“Somos soldados de Tai Yuan, le dije,
¿nos tendrán aquí para siempre?”
“El trabajo pulico se ejecuta según las órdenes,
mueve tu maza, guarda tus palabras,
ve con el resto de los trabajadores!”, fue su respuesta.
Para un hombre es preferile morir en batalla
que masticar su corazón junto a esta muralla.
La Gran Muralla, curva tras curva, sigue y sigue,
sube y baja colinas por miles de leguas.
Aquí, en la frontera,
cantidad de muchachos saludales,
en sus casas, cantidad de mujeres solas y viudas.
Le escribí en una carta a mi mujer:
“Mujer, es mejor que me olvides y te vuelvas a casar,
sirve con cariño a tu nueva familia
y de vez en cuando recuerda al marido
que alguna vez tuviste”.
Llegó hasta la frontera una carta suya respondiendo
“Que estupideces me escribes?
ahora, cuando estás en tu peor momento
¡¿cómo podría buscar refugio junto a otro hombre?!”
Contesto:
202
“Si parieras un varón, no lo alimentes,
si fuera mujer sí, dale buena carne para que coma.
¡Si vieras junto a la muralla
la pilas de huesos de los hombres que caen!”
Me dice:
“Cortaré mi pelo y me reuniré contigo,
constante, constante es lo que siento en mi pecho.
demasiado bien imagino tus prolemas en la frontera
y yo... ¿crees que yo soportaré esto mucho más?”
203
Soportando el frío
(Tsao Tsao, 155 -220)
Rumbo al norte, cruzando las montañas T’ai Hang,
¡es lento el progreso por sus escapadas laderas!
Los caminos son imposiles,
los barrancos y zanjas
rompen los ejes de los carros.
Desolados, cubiertos de nieve los bosques,
el viento norte tiene un tono tristísimo;
osos pardos detrás de las ramas espían nuestro paso;
leopardos y tigres aúllan un poco más allá de la senda.
Estos montes escarpados y valles cubiertos de nieve
están desiertos, nadie vive por aquí.
Doy un largo quejido y estiro mi cuello,
una campaña tan extensa da mucho en qué pensar.
¿Por qué mi corazón está tan entristecido?
Todo lo que quiero es volver al este,
pero las aguas son profundas y
los puentes fueron derribados.
A mitad de camino no sé si seguir adelante.
Confundido y sin guías perdimos el camino,
nos ha alcanzado la noche y
no tenemos un lugar en que refugiarnos,
seguimos y seguimos, cada día
204
nos alejamos un poco más,
hombres y caballos hambreados, tal como yo.
Cargando a nuestras espaldas leña
que juntamos a nuestro paso,
cortamos hielo para hervir nuestro potage.
Aquella canción sobre Las Montañas del Este…
es triste,
un relato triste que me abruma de pena...
205
Abrevando los caballos frente a la Muralla
Tsai Yung (133-192)
Verde, verde el pasto de las orillas,
madejas, madejas de memorias para el largo camino.
Es largo camino, no puedo soportar la añoranza.
Por la noche, acostada, lo veo en mis sueños,
en sueños lo veo a él a mi lado.
De repente me despierto en otra ciudad,
una otra ciudad apartada de la mía,
lo busco, doy vueltas y más vueltas,
pero no lo vuelvo a ver.
Las flores secas conocen lo que es el viento helado,
las aguas del océano conocen la helada que baja
del cielo.
Entro en casa,
todo el mundo ocupado en sus cosas,
¿quién querría halar conmigo?
Un viajero llega de muy lejos
y trae para mí un sobre.
Llamo a los niños y abro el sobre,
dentro hay un mensaje escrito sobre seda.
Me arrodillo y leo los trazos sobre la seda lanca.
¿Y qué es lo que dice la carta, entonces?
Al comienzo dice:
“Esfuérzate y come!”,
Al final:
“Siempre te amaré!”.
206
Quiyue
El hombre –-bicho miserale-cruza la puerta aterrado por la muerte,
un cadáver tirado en el desfiladero,
huesos lancos que nadie junta.
Paciencia
207
El Cantar de Mu-Lan
Anónimo
El cantar de Mu-Lan es una balada norteña de Yue.
Cuenta la historia de la joven guerrera que viviera en
la dinastía Wei (386 – 534), cuando el norte de China
estaba regido por los Toba.
Dando un suspiro tras otro
estaba Mu-Lan sentada tejiendo en la puerta.
No se escuchaba el sonido del telar
sino los gemidos de la joven.
“Oh, jovencita, ¿te lamentas por tu amado?”
“En realidad, no tengo amante en quién pensar,
pero anoche escuché los preparativos por la guerra
que se avecina.
El Khan está llamando a sus hombres,
han pulicado las listas y en todas
figura en nombre de mi padre.
Mi padre no ha tenido hijos varones,
yo no tengo un hermano mayor.
Compraré una espada y un caballo,
yo tomaré el lugar de mi padre en esta campaña.”
En el mercado del este compró un buen caballo,
en el mercado del oeste compró una espada,
en el mercado del norte compró riendas y aperos
en el mercado del sur compró un buen látigo.
Al amanecer abandonó a su padre y a su madre,
208
al atardecer había acampado
a la vera del río Amarillo.
No escuchó los gritos de sus padres llamándola,
sólo escuchó el murmullo de las aguas
del río corriendo.
Al amanecer del día siguiente
abandonó el río Amarillo,
al anochecer estaba junto a las montañas Negras.
No escuchó los gritos de sus padres llamándola,
sólo escuchó el relincho
de los caballos de los nómades de Yan.
Diez mil leguas cabalgó en misión de guerra,
pasos y colinas cruzó como un pájaro.
Con el viento norte
llegaron los sonidos de los tambores y
el viento del invierno chocó contra su armadura.
Luego de un centenar de batallas
murió el general que los comandaba.
Diez años pasaron antes de que los guerreros
pudieran retornar a casa.
A su regreso fue llamada a comparecer
ante el Hijo del Cielo en el Palacio de la Luz.
Por sus actos de valentía fue ascendida 12 rangos y
le fue entregada una recompensa de 100 talegos
de oro.
El Khan le dijo: Puedes pedir lo que quieras.
“Oh, no quiero ser un oficial de la corte,
pero si me entregas un camello,
209
viajaré 1000 leguas por día
para regresar a mi vieja casa!”
Cuando el padre y la madre se enteraron
que regresaba su hija
abrazados el uno al otro fueron
hasta la puerta de las afueras,
Cuando la hermana mayor oyó
que volvía su hermana pequeña
corrió a ponerse rouge en su cara,
Cuando la hermanita pequeña
escuchó que la hermana mayor regresaba,
tomó su cuchillo y comenzó
a sacarle filo y corrió donde cabras y ovejas.
“Abrí las puertas que dan a las habitaciones del este,
me senté sobre la que fuera mi cama
en las habitaciones del oeste,
y luego me quité mis ropas de soldado
y me puse el vestido que había soñado lucir.
Me quedé junto a la ventana
para arreglar mi pelo hecho un desastre,
me acerqué al eejo y con cuidado
me puse maquillaje,
salí a la calle y me encontré
con los viejos compañeros de guerra,
y cómo se sorprendieron al verme!”
“Oh, vivimos junto a ti durante 12 años,
y jamás soechamos que eras una chica!”
210
El conejo macho dola sus pies
hacia adentro cuando se sienta y
la conejo hembra es reconocida
por sus ojos más brillantes,
pero cuando dos conejos corren uno junto al otro
¿cómo distinguir el macho de la hembra?!”
211
¡Pobres nosotras!
Introducción
¿Qué volvía tan malas y amargas a las madres en
China? ¿Por qué eeraban que su hijo se casasen para
maltratar casi sin excepción a sus nueras, al punto que
algunas se suicidaban o volvían a sus casas paternas
si allí eran recibidas...? ¿Por qué ese malhumor, ese
odioso malhumor que las trastornaba, las volvía brujas, llenas de odio y celos, harpías y traicioneras? Son
tantas las historias de su ruindad como los años que se
vienen contando.
Quizá el verse sometidas sin miramientos a una tiranía
marital sin cuestionamientos, quizá saberse el último
orejón del tarro. Quizá el desamor, la caída en desgracia, el desprecio o el simple olvido de sus maridos. No
debería ser fácil ser mujer. Tan deseada en primavera
como olvidada a comienzos del verano. Podemos escuchar sus razones:
212
¡Pobre de mi!
Fu Hsuan (217-278)
Pobre de mí,
mi cuerpo es el de una mujer,
la consideración que me tienen
es tan baja que es difícil de describir.
Un niño baja a la tierra
con el derecho natural a ser nacido.
Su corazón masculino palpita
con la fuerza de los cuatro mares y
no teme a los vientos de diez mil leguas.
Una niña nace y no hay celebración alguna,
ella no es la joya preciada de la familia.
Cuando crece es confinada a los cuartos internos,
su cabeza gacha,
demasiado tímida como para mirar a otros a la cara.
Guardándose las lágrimas es casada en otra aldea,
sin avisarle,
como una tormenta lo cubre todo con lluvia.
Con la cabeza gacha se dedica a sus tareas,
dientes lancos apretados tras una línea de labios
rojos.
Se inclina tantas veces
ante mucamas y concubinas
como si fuera un invitado no deseado.
El amor feliz es como una nube en el desierto,
corazones en conflicto son peor que agua en el fuego,
cien errores son achacados a la joven.
213
Su cara se arruga con el paso del tiempo,
y el marido busca amores nuevos,
y si alguna vez fueron forma y sombra
hoy son hunos y chinos.
Y si hunos y chinos se encuentran de vez en cuando,
el amor una vez cortado,
queda más separado que Orión de Antares.
214
Horizonte perdido
Durante el reinado del emperador Wu, de la dinastía
Han, durante los años 110 a 104 a. de C., el emperador
mandó casar a la princesa Hsi-chun con el rey de una
tribu Wusun como un modo de cimentar un poco la
paz y mantener en calma a esos salvajes. Cuando la
princesa llegó a las tierras de los Wusum, fue ubicada
entre las pertenencias del rey, pero en todos los años
que estuvo en tierra extranjera, tan solo una o dos
veces fue visitada por su consorte y en esas ocasiones
él ni siquiera le dirigió la palabra.
Compuso una canción que dice así:
Mi familia
me unió a un horizonte perdido,
fui enviada lejos,
a las tierras del rey de los wusum.
Una tienda es mi palacio, de cuero sus paredes,
carne por comida, leche de cabra por bebida,
extraño a mi hogar,
mi corazón es una herida dentro de mí,
¡cómo quisiera ser uno de esos gansos silvestres
que vuelven a su viejo hogar!
215
Canciones de la medianoche
Anónimas
1
El sol cae,
voy hasta la puerta de entrada,
miro a lo lejos y
allá te veo
pasar.
Bonita,
tantos encantos¡ese pelo!y dejas un perfume
suave
que se huele
en el camino...
2
¿Mi perfume?
¡Sólo unas hojas
de sándalo!
¿Bonita?
¿Realmente lo crees?
Es el cielo
que no nos libra de nuestros
216
deseos:
por eso me envía
pasar por aquí,
por eso es que tu
me miras.
3
¡Noche tras noche!
Ni siquiera arreglo mi cabello,
Hebras como de seda
caen por sobre mis hombros.
Estiro mis piernas y
rodeo con ellas la cadera
de mi hombre.
¿Hay alguna parte de él
que no desee?
7
Cuando comencé a anhelar
algún día conocerlo,
eeraba que nuestros corazones
alguna vez se reunieran en uno.
Hebras de seda,
deseos tejidos sobre un
telar roto-
217
quién hubiera pensado
que tan pronto vendrían
las penas?
9
¡Tan pronto! Hoy, amor,
nos separamos.
Y nuestra reunión,
¿cuándo crees que
será?
Una lámpara brillante
alumbra un lugar vacío,
apenada y deseosa,
no todavía, no todavía
no todavía...
12
Por la puerta del frente
mis pensamientos vuelan
esta mañana...
De unos islotes más allá
vuelven a casa
al anochecer.
Charlas y risas,
¿con quién compartir?
218
En lo hondo de mí,
oscuro y húmedo,
sólo pienso en ti.
16
¡No dejes pasar el momento!
Mientras eres joven,
si yerras tu oportunidad,
un día,
¡y ya eres vieja!
Si no crees
mis palabras,
mira
ahí esos pastos
marchitos por la helada.
28
La noche,
¡tan larga!
No puedo
dormir, me
doy vuelta, y escucho
el sonido de la clepsidra.
Sin razón alguna,
amor,
219
y así, ¡tan pronto!
todos nos encontramos;
deja un gusto amargo,
abajo en mis tripas.
33
La noche,
¡tan larga! No puedo
dormir. Brilla
la luna
¡todo florece!
Perdida en pensamientos
escucho llamar,
una voz
llevada por el viento.
Y el cielo, vacío,
responde al vacío
¡Sí!
220
Un Faisán Voló al Sudeste
Anónima
Esto ocurrió a fines de la dinastía Han, durante los años
196 a 220 de nuestra era, en la prefectura de Luchiang.
Un poeta de por aquellos días se sintió conmovido por
la historia y compuso el poema que la cuenta.
Estos faisanes son originarios de Asia. Su hábitat es el
sur de China y probalemente llegaron a esa zona procedentes de la península malaya. Es el emlema de la
belleza y de la dignidad. La condecoración con plumas
de faisán era reservada para importantes servicios al
estado hasta que en la dinastía Ming llegó a utilizarse
para distinguir a los funcionarios del gobierno. Bueno,
ahora que nos damos mejor una idea del significado
del título veamos el poema: Una rara belleza, con gran
dignidad, vuelve a su lugar de origen.
Un faisán voló hacia el sudeste,
luego de cinco leguas, vaciló.
«A los 13 podía bordar seda lanca,
a los 14 sabía cocer vestidos.
A los 15 tocaba el chin,
a los 16 recitaba el libro de poemas
a los 17 me hicieron tu esposa
y mi corazón estaba partido de pena y tristeza.»
221
«Fuiste nombrado funcionario,
yo me mantuve casta, mi amor nunca se desvió.
Cantaban los gallos y yo ya estaba junto al telar,
día a día, noche a noche, sin descansar.
En tres días tejía cinco cortes de tela.
No era mi tejido que iba lento,
sino que es difícil ser una esposa en tu hogar.
No quiero ser echada,
pero no hay modo en que pueda quedarme.
De modo que, por favor, hala con tu madre
para que pueda ser devuelta a mi hogar pronto.»
Cuando el joven funcionario escuchó estas palabras
se dirigió a las habitaciones de su madre y
haló con ella.
“De niño mi carta astral decía que sería
desafortunado,
pero tuve gran suerte en tener una esposa como ella.
Nuestra cabellera se unió (nos casamos),
compartimos almohada y cama,
nos prometimos amor eterno hasta nuestro fin,
ambos te servimos con esmero durante estos años.
Desde que llegó aquí
la conducta de esta mujer ha sido impecale,
entonces,
¿por qué la tratas tan mal?»
La madre dijo al joven funcionario:
«Cómo puedes ser tan débil!,
222
¡esa mujer no tiene el menor sentido del decoro!,
todo pretende hacerlo a su manera,
he contenido mi rabia por mucho tiempo,
¡y no la defiendas!
Nuestro vecino del este tiene una hija
buena, digna de vos, se llama Chin Lofu,
¡tan bonita, imposile de comparar!
Yo te la conseguiré como esposa,
mejor que nos deshagamos de esta bien pronto,
repúdiala,
no pienso dejar que se quede aquí!»
El joven funcionario se inclinó ante su madre,
«Sólo esto puedo decirte, madre,
si tu echas a mi esposa,
no me volveré a casar en mi vida!»
La madre escuchó sus palabras,
saltó de dónde estaba sentada y gritó
«¡Mi hijo me falta el reeto!
¡Cómo te atreves a defender a tu esposa!
He perdido todos mis sentimientos hacia ti,
¡no permitiré que me desobedezcas!»
El joven funcionario guardó silencio,
se inclinó dos veces y volvió a sus habitaciones.
Tartamudeando, no pudiendo articular una frase,
se dirigió a su esposa
«Jamás te pediría que te vayas de mi lado,
pero ahí está mi madre, resongando a los gritos,
223
será mejor que te vayas a tu casa por unos días,
yo me tengo que ir por trabajo.
No será por mucho tiempo, pronto estaré de vuelta,
y en cuanto regrese mandaré por ti.
Mejor tranquilizate, no te preocupes más,
ten confianza en mí, todo se va a arreglar...!»
Le dijo la joven esposa,
«¡Basta con este disparate!
Hace mucho, comenzada la primavera,
dejé mi hogar para venir a tu lado.
Todo lo que hice fue obedecer a tu madre,
jamás hice las cosas como me parecían.
Día y noche me esforcé en el trabajo de la casa,
sin parar hasta que la fatiga me paralizaba,
yo sé que no me comporté mal,
hice todo lo que pude por pagar
la deuda contraída con tu madre.
Y ahora me echa de su casa¿cómo podés decirme
que luego de un tiempo vuelva?
Tengo un vestido bordado,
tan precioso que brilla con su propia luz.
Tengo cortinas doles para la cama matrimonial,
con pequeñas bolsitas con esencias perfumadas,
una para cada esquina,
tengo cajas y cestas, sesenta o setenta de ellas,
atadas con cintas de colores,
cada una de una forma diferente,
224
y en ellas todo tipo de artículos útiles y preciosos.
Pero si una persona no tiene valor alguno,
seguramente sus cosas tampoco,
no creo que le sirvan a quien venga a reemplazarme.
De todos modos dejo todas mis cosas
quizá puedan utilizarse como regalos.
No volveremos a vernos,
de vez en cuando míralos, si te place,
y a lo largo de los años, por favor, ¡no me olvides!»
Los gallos comenzaron a cantar, amanecía;
la esposa se levantó, se vistió con cuidado,
se puso su pollera bordada,
realizando cada movimiento cuatro o cinco veces
Calzó en sus pies los zapatos de seda
sobre su cabeza la peineta de carey,
sobre su cintura ató un lazo de seda,
en sus orejas colocó aros de perlas.
Sus dedos eran alargados, su boca
como si fuera delineada por bermellón,
graciosamente caminó con pasos cortos,
con una gracia inigualale en el mundo.
Subió al hall, se arrodilló frente a su suegra y
la suegra dio el consentimiento a su partida,
no la detuvo.
«En el pasado, cuando yo era pequeña,
habiendo nacido en el campo carecí
de una instrucción y educación apropiada,
225
y se sumó a mi mala suerte
el haber entrado a su familia.
Recibí generosamente de usted
cantidad de presentes y ropas pero
nunca pude servirla como se merecía.
Hoy vuelvo a mi antiguo hogar,
y lamento si con mi partida quede usted escasa de
ayuda.”
Luego fue a deedirse de su pequeña cuñada,
las lágrimas le caían como un rosario de perlas.
“Cuando llegué aquí como una novia
recién aprendías a ponerte de pie y te sostenías de la
cama,
y hoy, cuando me devuelven a mi antigua casa
¡estás tan alta como yo!
Sé diligente, cuida de tu madre,
y cuida de ti del mismo modo.
Cuando lleguen los días festivos
recuerda lo juegos que jugábamos juntas.”
Luego salió por la puerta, subió al carruaje y partió,
sus lágrimas cayendo como cien torrentes, o más.
El funcionario ya había partido en su caballo,
antes que la mujer en su carruaje,
rumle rumle, traca traca las ruedas iban,
y a la entrada de la ruta ambos se encontraron.
El joven desmontó de su caballo y subió al carruaje,
con la cabeza gacha así le haló al oído:
«Juro que jamás te dejarésólo ve a casa por una temporada.
226
Tengo que ocuparme de asuntos del gobierno
lejos de aquí, pero volveré pronto.
Juro al Cielo que no seré desleal!»
La joven esposa dijo al marido:
«Estoy agradecida por tu preocupación.
Si es así que tanto te intereso,
puedo eerar que tu regreso sea pronto.
Tienes que comportarte como una roca y
yo ser ligera como un junco.
Los juncos son fuertes por su capacidad de ceder,
las rocas son inamoviles.
Pero yo tengo a mi padre y un hermano mayor
con temperamento violento como el trueno.
Dudo que me dejen en paz,
se sólo pensarlo mi corazón tiemla!»
Y dejaron que sus manos se despidan con mil cariños,
dos almas unidas por un solo deseo…
A través del portón entra a su antigua casa la joven
esposa,
no sabiendo cómo enfrentar a su familia.
Su madre juntó su manos al cielo y exclamó
«De todos los hijos,
¡jamás creí que ella sería rechazada!
a los 13 le enseñé a tejer,
a los 14 ya sabías cómo coser un vestido,
a los 15 tocabas muy bien el chin,
a los 16 comprendías las normas de comportamiento
227
y decoro,
a los 17 te envié como prometida,
convencida de que jamás faltarías a tus votos.
¡¿Cómo, entonces, si no te has comportado mal,
cómo es que te mandan de vuelta a casa?!»
Lanzhi se avergonzó ante su madre y
sólo alcanzó a contestar:
«En verdad, madre, no he hecho nada malo»,
y su madre se apenó enormemente por ella.
Cuando habían pasado unos diez días más o menos,
el magistrado del lugar envió un casamentero:
«Es por el tercer hijo del magistrado, dijo,
un muchacho muy buen mozo, como pocos se han
visto,
recién cumplidos los dieciocho o diecinueve,
brillante cuando hala, un chico con mucho talento!»
La madre le dijo a su hija,
«Mira, es una propuesta que merece contemplarse»
Pero la hija, cubierta de lágrimas, respondió:
«Cuando regresé a casa,
mi esposo me lo pidió una y otra vez
y juntos nos juramos que jamás nos separaríamos.
Si hoy tuviera que faltar a tal juramento,
qué podría eerarse de mi?
Rompamos estas negociaciones,
o digamos que necesitamos más tiempo para
pensarlo.»
La madre le dijo al casamentero:
228
«La chica de nuestra pobre y humilde casa
recién ha sido devuelta de su primer matrimonio.
Si no fue encontrada acorde para mujer de un
funcionario menor,
cómo va a ser ahora la esposa del hijo del magistrado?
Les ruego que busquen alguien más apropiado,
nosotros nunca podríamos consentir.»
A los pocos días de que el casamentero pasara,
tocó a la puerta un enviado del gobernador
con la siguiente propuesta,
ya que la familia de la joven Lanzhi
había sido por varias generaciones miembros del
gobierno,
el gobernador había pensado en que su quinto hijo,
el favorito, y todavía soltero,
podría unirse a la joven y de ese modo las familias
sumar poder y conveniencia, que por eso venía,
«En la familia del gobernador
está este joven caballero al que quieren casar
con vuestra hija y por tal motivo he sido enviado
a vuestra honorale casa.»
La madre se disculpó ante el enviado:
«Mi hija ya ha dado su palabra en otro lugar,
qué puede decir ahora una vieja como yo?»
Cuando el hermano mayor de Lanzhi se enteró,
se enojó muchísimo y le dijo a su hermana menor:
«Qué es esta insensatez por parte tuya,
229
qué manera de manejar tu futuro es esta!
Estabas casada con un oficial menor y ahora
puedes unirte a un caballero tan fino,
¿cómo se te ocurre rechazar esta oferta?
Lanzhi levantó su cabeza y le contestó:
«Lo que decís es razonale, hermano.
Dejé a mi familia para servir a un marido,
pero estoy acá devuelta a la casa de mi hermano.
Tus deseos deberían ser ley en estas cuestiones,
¿cómo podría yo intentar imponer mis ideas?
A pesar de que mi antiguo marido y yo hicimos
promesas,
es seguro que ya jamás volveré a verlo.
Demos consentimiento a este pedido, entonces,
y comencemos con los arreglos para el matrimonio.»
El casamentero tuvo que sentarse ante la sorpresa
y solo decía: «Muy bien, qué bien, sí, claro, sí, sí!»
Y volvió con la respuesta afirmativa a casa del
gobernador,
«Vuestro sirviente ha cumplido con lo encomendado,
la charla terminó en un espléndido arreglo!»
Cuando escuchó el gobernador,
su corazón se llenó de alegría y entusiasmo.
Miró al calendario, consultó los libros,
y llegó a la conclusión de que ese mismo mes era
apropiado.
«Todo dice que es una época propicia,
el día 30 es muy apropiado, veamos, hoy es 27,
230
vuelve y arregla todo para la boda!»
Se haló, los preparativos comenzaron,
incesantes corridas, como ríos de nubes,
gorriones y gansos corriendo en el viento,
carros dorados con ruedas coronadas en jade,
iban y venían mensajes y presentes,
un regalo de bodas de tres millones en efectivo,
todas las monedas doradas en cordones verdes,
tres cientos rollos de tela en ropas de distintos
colores,
exóticos pescados comprados en las lejanas
ciudades costeras sureñas de Jiao y Guang,
sirvientes, cuatrocientos o quinientos de ellos,
todo saliendo en tandas de las puertas del
gobernador.
La madre le dijo a su hija:
«¡Has recibido una carta del gobernador.
Mañana se acercará a saludartepor qué no vas preparando las ropas adecuadas?
No vayas a estropearlo todo ahora!»
La hija guardaba silencio, nada decía,
con un pañuelo enjugaba sus lágrimas
que rodaban como si fuera una cascada.
Movió su precioso asiento junto a una ventana
en sus manos una regla y una tijera y
un rollo de tela satinada y gazas.
Para la mañana ya había terminado su camisa,
para la tarde la pollera, y al atardecer
su chaqueta y al terminar el día y ocultarse el sol,
231
con pensamientos sombríos se dirigió
a la puerta de entrada, llorando.
Cuando llegó a oídos del joven funcionario
pidió permiso para regresar por un tiempo a su hogar,
y cuando aún estaba a dos o tres kilómetros
su caballo comenzó a relinchar lastimeramente.
La joven esposa reconoció de lejos al caballo,
calzándose sus zapatos salió a recibirlo,
mirando ansiosa a la distancia,
y entonces lo supo: su marido había regresado!
Levantó su mano y golpeó la montura,
con lágrimas que brotaban de su corazón.
«Desde que nos apartamos
innumerales cosas han ocurrido!
No pude sostener mi promesa,
pero creo que vas a entender cómo sucedió.
Tengo padres a los que obedecer,
y mi hermano presionó también,
y lograron que diera mi palabra a otro hombre¿cómo podía saber yo que volverías por mi?»
El joven funcionario dijo a su esposa:
«Debo felicitarte por tu modo de proerar en el
mundo!
La roca es sólida y permanentepuede permanecer inalterale por miles de años.
Pero los juncos –su fuerza dura de la mañana
al atardecer!
Te volverás poderosa y muy reetada día a día-
232
yo viajaré solo al Otro Mundo!»
Su esposa dijo al joven funcionario:
«Qué estás queriendo decirme al halar así?!
Ambos fuimos forzados contra nuestra voluntad,
tanto vos como yo lo fuimos!
Y si tiene que ser en el Otro Mundo en dónde
nos vamos a encontrar… ¡pues que así sea!»
Dieron por terminada la discusión y
cada uno siguió volvió con su familia.
Aún vivos estaban separados como lo hubieran estado
muertos,
con grandísimo dolor y resentimiento, tan solo
pensando
en cómo abandonar este mundo desgraciado,
conscientes de que no podían seguir así mucho más.
El joven funcionario regresó a su casa y
subió a las habitaciones de su madre,
se arrodilló frente a ella y le dijo:
«Hoy los vientos soplan fieros y fríos,
estos vientos lastiman los tres miembros y
las orquídeas del jardín quedaron sepultadas por el
hielo,
(el nombre de su esposa, en chino significa orquídea)
vuestro hijo hoy camina en las tinielas rumbo
y quedarás sola ahora, y esto lo hago por propia
voluntadno culpes a dioses o a espíritus.
Ojalá los años que te quedan sean firmes como rocas
en las montañas y
233
vuestros cuatro miembros se mantengan fuertes y
firmes.»
Cuando la madre escuchó estas palabras,
con lágrimas en los ojos, le respondió:
«Eres el hijo de una gran familia
que ha servido en las oficinas gubernamentales desde
siempre.
No seas tonto, no mereces morir por esa mujer,
cuando ella es tanto más inferior a ti!
Nuestros vecinos del este tienen una hija preciosa,
su belleza no tiene igual en toda la ciudad.
Tu madre hará los arreglos para que sea tuya,
y lo haré antes de que termine el día!»
El joven se inclinó una vez ante su madre y dejó la
habitación.
Una vez solo, entre lamentos desgarradores,
pensó en lo que haría,
volvió su cabeza y miró a través de la puerta
mientras el dolor le oprimía el pecho más que nunca.
Ese día las vacas mugieron, los caballos relincharon
cuando la novia entró al compartimiento nupcial.
Y luego de que cayera la noche
cuando todo estaba quieto y la gente descansaba
ella dijo: «Mi vida termina hoy,
mi alma se va, mi cuerpo quedará.»
Levantó su pollera, se quitó los zapatos de seda,
y se tiró al lago traslúcido.
Cuando el joven funcionario se enteró
comprendió que estarían separados para siempre.
234
Dio unos pasos alrededor del árbol,
y se colgó de una rama que daba al sudeste.
Las dos familias accedieron a enterrarlos juntos,
los enterraron en la ladera de la
Montaña de las Flores.
Al este y oeste fueron plantados cipreses,
izquierda y derecha plantaron otros árboles.
Las ramas crecieron y se unieron formando un
pabellón
hojas tras hojas entremezcladas.
Y en el medio de ellas, dos pájaros,
dos patos mandarines,
que levantaron sus cabezas y gritaron uno a otro
durante toda la noche hasta que despuntó el día.
Los viajeros detenían su marcha para escuchar,
y esto les digo a ustedes, oyentes de tiempos futuros:
recuerdenla, jamás olviden esta historia!
235
BIBLIOGRAFIA DEL TOMO I
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Chinese, Norman, Cambridge
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Sources of Chinese Tradition, De Bary et al, Columbia
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A History of Chinese Civilization, Gernet, Cambridge
Chinese Civilization, a Sourcebook, Buckley, Free Press
Inscribed Landscapes, Strassberg, California
Lieh-tzu, tr. Graham, Columbia
Oracle Bones, Hessler, Harper Collins
The Great Wall, Lovell, Grove
238
Perplejo ante las palabras de los antiguos,
escuchándolos
todos los
días
Descargar