Teoría de la localización Von Thünen Modelo de von Thünen de usos del suelo agrícola. El punto negro representa una ciudad. 1) Agricultura intensiva (en blanco). 2) Bosques para leña. 3) Agricultura extensiva, campos de cultivo. 4) Ganadería extensiva. La teoría de la localización de von Thünen es una hipótesis general sobre la distribución de los usos agrícolas del suelo. Contenido 1 Origen 2 Planteamiento 3 Modelo matemático simple 4 Modelo matemático compuesto 5 Validez del modelo en el mundo real 6 Referencias Origen Tienen su origen en los trabajos que hizo en Alemania en 1820 Johann Heinrich von Thünen, «El estado aislado». Su modelo estudia las diferencias de renta con respecto al mercado, es el paradigma para todas las teorías posteriores. No en vano usa el método deductivo en sus razonamientos, esto una apuesta por el método científico. La idea central es que la renta varía con la distancia con respecto al mercado, en un espacio isótropo y aislado. A este tipo de renta se le llama renta de localización o renta de ubicación. Von Thünen reconoció que el hombre trata de resolver sus necesidades económicas en el entorno inmediato, reduciendo sus desplazamientos al mínimo. Von Thünen se preguntó por qué los lotes de tierra, con las mismas características tenían diferentes usos. Concluyó que se explicaba por la distancia al mercado. 1 Planteamiento Imaginemos un poblado muy grande en el centro de una planicie uniformemente fértil; un espacio isótropo. Tras el espacio fértil se extiende un desierto que incomunica el poblado del resto del mundo. No hay otras poblaciones. El único mercado compra toda la producción agrícola de la región, y se transporta por el camino más corto (una línea recta). En estas condiciones todos los hombres se comportan de manera semejante en asuntos económicos, es decir, tienen las mismas necesidades y habilidades, producen por igual y poseen un conocimiento total del espacio y se conduce racionalmente para alcanzar el máximo rendimiento, es el hombre económico. Sí se tienen en cuenta las diferencias en el coste del transporte dependiendo de la distancia, la cantidad y lo perecedero de la mercancía. Modelo matemático simple En estas condiciones Von Thünen empleó la variable única: distancia desde la granja hasta el pueblo central de comercio. Si la actividad agrícola es pudiese concentrar, como la producción industrial, se situaría cerca del mercado y la distancia sería un coste insignificante en el precio del producto. Pero como la agricultura requiere grandes cantidades de superficie para cada granja es necesario que se sitúen a diferentes distancias. Por lo tanto, los productos se transportarán desde diferentes distancias, lo que provoca un aumento del coste para los productos más lejanos. Es decir, la renta de localización es: la renta (U) es igual al rendimiento (r) multiplicado por el precio (p) menos el coste (c), menos el rendimiento por la tasa de embarque (t) y la distancia (d). En esta ecuación existe una sola variable, la renta, que depende de un solo factor que puede variar, la distancia; el resto de los parámetros varían para cada tipo de mercancías pero son constantes en todas partes para un mismo tipo de mercancía. La ecuación da la siguiente gráfica: 2 Esto quiere decir que un incremento de la renta; generada bien por el aumento de precio en el mercado, bien por la disminución del coste de producción; provoca un alejamiento de la distancia al mercado, y viceversa. Si lo que varía es la tasa de embarque la distancia al mercado aumenta con la disminución de la tasa de embarque; y disminuye con su aumento. 3 Modelo matemático compuesto La renta de localización, a cualquier distancia del mercado, depende de cuatro parámetros: rendimiento, precio, coste y tasas de embarque. Dependiendo de las características de los productos se creará un sistema gradado de cosechas. Por ejemplo: el precio de un kilo de tomates es mayor que el de un kilo de trigo porque los tomates son más perecederos y su manipulación produce más costes, por lo tanto se cultivarán más cerca. Pero ¿hasta dónde? Se cultivarán tomates mientras la renta de ubicación sea mayor que la renta de ubicación del trigo. El modelo se puede complicar con cuantos cultivos necesitemos y generará un esquema en el que los usos del suelo se sitúan concéntricamente alrededor del mercado, como se ve en la gráfica que encabeza la página. Los usos de las franjas interiores serán más intensivos que los de las franjas exteriores. Esto permite que las granjas interiores tengan más mano de obra y puedan ser más pequeñas. Por el contrario, en las franjas exteriores, donde la renta de ubicación es menor las granjas deben ser mayores para obtener rentas similares, a las del interior. Validez del modelo en el mundo real Evidentemente en el mundo real no se dan las condiciones de espacio isótropo planteadas, existen diferencias de feracidad de la tierra, diferencias de topografía y de acceso a los mercados a causa de las vías de comunicación (más rápidas o más baratas), y suele haber más de un mercado en la región. Todo ello provocaría que el modelo concéntrico adopte un aspecto irregular, aunque 4 básicamente válido. Pensemos que el modelo de Von Thünen pertenece a los comienzos del siglo XIX, cuando aún no estaban creados los mercados nacionales. Curiosamente el modelo es más válido en los grandes mercados, con capacidad para transportar la mercancía de muy lejos, que en los pequeños. La distribución de las actividades económicas en los países menos desarrollados se explica en gran medida con este modelo; pero también en los países desarrollados: así se explica el patrón de zonificación económica (a escala continental) dentro de Estados Unidos y Canadá, y también buena parte de la localización de las actividades económicas en la península Ibérica. Pero además, también explica los usos del suelo en la agricultura de subsistencia, como en la industrial. En los alrededores inmediatos del pueblo se encontraban las huertas de frutas y hortalizas, las mejor regadas y abonadas, que se cultivaban de forma intensiva. Luego se situaban las tierras dedicadas a las leguminosas y los cultivos de regadío, más lejos estaba el cereal de secano, trigo y escanda, más allá los pastos y baldíos, y por último el bosque, que proporcionaba leña y caza. Y en el arrozal asiático organiza el paisaje rural en campos de arrozales regulares en las tierras llanas, en contraposición con las tierras de secano, que se sitúan a continuación. Tras ellas encontramos las pendientes cubiertas de bosques. Es en la tierra de secano, que periódicamente se queda en barbecho, donde pasta el ganado. Aunque no es muy intensa la integración de la ganadería en la agricultura. Las parcelas no son muy grandes, entre 5 y 10 áreas. Las más grandes son las granjas, seguidas de las parcelas de secano y las más pequeñas son los arrozales intensivos. Hoy en día los usos agrícolas tienen un fuerte comportamiento industrial. La agricultura sin tierra, los invernaderos y sobre todo las granjas se sitúan cerca de los mercados, como si fueran plantas industriales. Teoría de la localización industrial Alfred Weber Ya desde comienzos del siglo XIX se intenta buscar un modelo teórico que explique la localización industrial. Será el alemán Alfred Weber quien en 1909 desarrolle una teoría pura sobre la localización industrial en el espacio. 5 Para su teoría Weber supone un espacio isotrópico, pero, con recursos localizados en un punto y con un mercado en otro punto. En general su teoría se aplica a la industria pesada, aunque puede aplicarse a la industria ligera. El factor fundamental del que trata la teoría es la distancia: la distancia de la planta de producción a los recursos y al mercado. Lo que se localiza es la planta de producción, que es el lugar de fabricación. También considera que los costes de producción son los mismos en todas partes. Con estos supuestos, lo ideal es que la planta se ubique en el lugar donde los costes de transporte estén minimizados. Weber representará su teoría en un triángulo, en el cual, dos vértices corresponden a los productos que necesita en su elaboración y otro vértice es el lugar de mercado. Lo normal es que, en la elaboración de cualquier bien, se necesite más de un producto. Incluso productos elaborados por otras empresas. Weber distingue entre: materiales puros que se venden tal y como se encuentran en la naturaleza, como los tomates; y los materiales brutos, que han sufrido algún tipo de elaboración y han perdido peso, como la madera para muebles. Según Weber la ubicación de una planta industrial está relacionada con cuatro factores fundamentales: la distancia a los recursos naturales, la distancia al mercado, los costes de la mano de obra y las economías de aglomeración. Estos dos últimos factores están modificados por decisiones políticas. Weber no considera en su teoría las fuentes de energía, aunque pueden incluirse como materia prima, ya que es posible considerarlas como un coste más de producción, y tiene características muy similares a las materias primas. En la teoría se consideran dos tipos de materiales de producción: los ubicuos, como el agua, la arena o cualquiera que pueda encontrarse en cualquier parte; y los recursos localizados, que sólo se encuentran en un determinado punto y son esenciales para la elaboración. Estos últimos son los que tendrán más peso en la localización de la planta, aunque existen regiones en las que, lo que Weber considera materiales ubicuos, no lo son tanto. En el primer supuesto Weber considera que los costes de producción son iguales en todas partes, por lo que sólo es posible una variación del precio unitario debido a los costes de transporte. La ubicación de la planta será allí donde los precios de transporte 6 sean mínimos. Estos precios están en función de la pérdida de peso en el proceso de elaboración, de la fragilidad o del aumento del valor añadido. Weber elabora un índice, índice de materiales, en el que se divide el peso de los recursos utilizados entre el peso del producto elaborado. El resultado indicará la dependencia de la planta para localizarse cerca de los recursos o cerca de los mercados. En los materiales puros el resultado es 1, en los materiales brutos serán mayor que 1; cuanto más alto sea el índice material más dependencia tendrá la planta de la localización de los recursos, ya que el producto elaborado pierde más peso, y por lo tanto cuesta más transportar la materia prima que el producto elaborado; cuanto más bajo sea el índice material más cerca del mercado se situará la planta. Weber consideraba como peso de ubicación al índice de materiales más uno (PU=IM+1). En este modelo no se tienen en cuenta ni la energía empleada ni el valor añadido del producto. En el segundo modelo Weber introduce cambios en función del coste de la mano de obra y de las economías de aglomeración. Estos factores pueden hacer que el coste de producción descienda en algún otro punto; y la planta tendería a instalarse allí donde producir le saliera más barato, siempre y cuando el ahorro en los costes de producción superen el aumento de los costes de transporte; a los que se ha de hacer frente, ya que la nueva localización no es el óptimo de reducción de los costes de transporte. El triángulo que Weber utilizó en el primer modelo aparece ahora rodeado de círculos concéntricos que representan el coste del transporte en un área, cada círculo se llama isodapán. Si situamos un punto en el que los costes de la mano de obra son menores que los costes del transporte, dentro del isodapán, la planta se ubicará en ese punto, pero si los costes de la mano de obra quedan fuera del isodapán la planta no se trasladará. El límite entre los costes de transporte y el ahorro en la fuerza de trabajo es el isodapán crítico. Weber también tuvo en cuenta el efecto de las economías de aglomeración. Por el hecho de estar situada en una región industrial, una planta puede beneficiarse de ahorros en cuestiones como el acceso a los mercados, a las vías de comunicación, a la mano de obra especializada, a los servicios comunes y a los proveedores. Sin embargo, estos ahorros pueden desencadenar 7 una competencia por la tierra y dispararse el precio del suelo, anulando los posibles ahorros. Como ocurre en todos los modelos la teoría es más simple que la realidad, pero es muy útil para comprender muchos fenómenos de localización industrial. La crítica más grave que se le puede hacer a este modelo es que no tiene en cuenta ni los costes de extracción del recurso, ni las limitaciones y costes del almacenamiento; dos factores que pueden hacer subir mucho el precio unitario del producto. Tampoco tiene en cuenta que cuanto mayor sea el valor añadido a un producto menos depende del transporte para generar plusvalías y crear beneficios. La Teoría de los Lugares Centrales. Walter Christaller En 1933 se publica en Alemania el trabajo clásico de Walter Christaller, dando pauta a la Teoría del Lugar Central. Si bien continúa en la línea de los anteriores teóricos alemanes como von Thünen, con su escenario agrícola, y Weber, con la localización manufacturera, Christaller retoma en su trabajo la forma en que se distribuyen en el espacio las actividades económicas y las poblaciones. Por lugar central se entiende a la reagrupación (o concentración) en un mismo lugar de empresas que poseen áreas de mercado comparables. Entonces, ¿podríamos pensar que los lugares centrales tienen el mismo tamaño? No, los lugares centrales pueden ser de tamaños diferentes, y esto dependerá de la diversidad de los bienes y servicios que produce una determinada economía (o región). Es en esta distinción donde aparece el concepto de “jerarquía” (de lugares centrales). Considerando las condiciones de producción y de consumo de los “diferentes” bienes y servicios, es como se construye la jerarquía de bienes y servicios. El concepto de jerarquía se aplica sobre todo al sector terciario. De esta manera, la teoría de los lugares centrales se presenta como una teoría de localización de actividades terciarias en oposición a las teorías de localización industrial. 8 La teoría de los lugares centrales ayuda a explicar dos aspectos interrelacionados del desarrollo urbano: 1) la ubicación de los asentamientos humanos como centros óptimos de distribución para los servicios y ciertas mercancías y, 2) la forma en la cual estos servicios y mercancías se distribuyen dentro del sistema espacial de los lugares urbanos (Butler, 1993: 110). Por lo que se trata de plantear cómo una economía que se basa en la producción y distribución de una gran gama de bienes y servicios diversos se encuentra organizada espacialmente. Es posible indicar que toda empresa busca normalmente localizarse en el centro geográfico del mercado, en virtud del principio de la centralidad geográfica, y a su vez tienen interés en reagruparse. La decisión de centralizar o no la producción en un único lugar es consecuencia de la intermediación entre economías de escala y costos de transporte. Dicho de otra manera, si más significativas son las economías de escala y menores los costos de transporte, será mayor la probabilidad de optar por centralizar la producción en un solo lugar. Volviendo a la idea de jerarquía de bienes y servicios, ésta parte entonces de la noción de que todos los bienes y servicios no tienen la misma importancia: existen bienes o servicios de rango superior los que se encuentran en el nivel más alto de dicha jerarquía- y bienes o servicios de rango inferior. La clasificación de estos servicios en superiores o inferiores permite un arreglo jerárquico que refleja las relaciones económicas entre el sistema de ciudades. Por lo tanto, se considera que las diferencias de jerarquía urbana en función de sus lugares centrales son resultado de economías de aglomeración, lo que permite una oferta eficiente del servicio. La jerarquía urbana se refiere al tamaño de los centros urbanos y de acuerdo a la teoría del lugar central, existe una relación directa entre los bienes y servicios de orden superior y los centros urbanos de mayor tamaño. Por lo que los lugares centrales además de asociarse a las actividades económicas y funciones urbanas centrales, se asocian a la existencia de las grandes ciudades debido a que requieren mercados de mayor tamaño que coinciden con los principales centros de población. Entonces las teorías de Christaller apuntarían hacia la solución de la localización óptima de los vendedores en una región cualquiera. 9 Para ello emplea dos conceptos fundamentales: el alcance físico del mercado y el umbral de la demanda. El primero consiste en cuanto está dispuesto el consumidor para comprar un producto, con relación a la distancia en que se encuentra, por su parte se entiende por umbral de demanda a las ventas mínimas que permiten a una empresa para permanecer dentro de un negocio, a ello una empresa no se ubica en un lugar despoblado pues este no le conviene para desarrollar tales ventas mínimas, pero si puede ubicarse en un lugar densamente poblado, entonces sus resultados serían satisfactorios. Ahora bien se comprende que no solo hay una empresa en el ámbito regional ni mucho menos mundial sino que por el contrario son cientos por decir poco que se agruparían en el mismo ambiente urbano es en este punto en donde la teoría de Christaller alcanza plenitud al denominarse la teoría de los lugares centrales. En ella Christaller expone que los lugares centrales se les denomina así a las áreas donde se realiza el consumo (oferta) ósea las empresas o negocios donde la demanda prolifera para adquirir tales bienes, ahora bien si se denomina lugares centrales debe haber una relación de distancia, a ello el factor humano resulta fundamental para ello ya que son estos los que se agrupan en un ambiente urbano aglomerándose en el mismo ambiente urbano. Por lo tanto con respecto al párrafo anterior surgen dos conclusiones, la primera que a raíz de la gran cantidad de consumo y a su vez de competencia entre los lugares centrales surge una baja considerable en los precios ya que el umbral de demanda es demasiado y a su vez la cantidad de empresas u lugares centrales resulta colmada por lo que para adquirir el mayor número de ventas se debe bajar los precios ahora bien el segundo punto rompe con el análisis de Von thünen puesto que ahora los transportes son los que suben los precios ya que no hay una noción directa con el lugar central – consumidor, sino mas bien con la distancia de por medio, por lo tanto es el transporte el que es beneficiado por la gran proliferación de consumo externo (quizá de origen rural que migran constantemente a las zonas urbanas para comprar mercancías. Ahora bien en un aspecto más nacional la teoría de los lugares centrales resulta de singular participación, ya que posee una relación jerarquía entre el os lugares centrales esto es claro por 10 ciudades que se relacionan por la disponibilidad de bienes que poseen a ello una capital regional depende de la capital nacional y a su vez la capital regional es más que una ciudad dentro de la región produciendo relaciones diversas entre las ciudades que dependen entre unas y otras. El lugar central por su parte es el que posee más grado de especialización productiva es decir mayor disposición a las manufacturas, este posee regiones de influencia o Hinterland las cuales presentan el apoyo directo a los lugares centrales en cuanto a bienes y servicios. Christaller adopta la forma de hexágono para emprender el estudio asemejándolo al desarrollo completo del crecimiento u áreas de influencia de los lugares centrales y de la población misma. Ahora bien Christaller adopta una teoría de enfoque holístico es decir de forma general que puede ser aplicado a cualquier caso de ahí que sea tan criticado, sin embargo resulta una teoría que es posible ser demostrada y resulta más una ley de comportamiento de las urbes a una teoría por sí misma 11