PROYECTO DE INTERCAMBIO DE CENTROS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS “APRENDER CONOCIÉNDONOS” 4-5-6-7 de Mayo de 2009 LA PUEBLA DE LOS INFANTES La Puebla de los Infantes es una localidad de la provincia de Sevilla con una rica variedad paisajística. Se encuentra localizada entre la Vega del Guadalquivir y las primeras estribaciones de la Sierra Norte de Sevilla, a cuyo Parque Natural pertenece una pequeña parte del término. Su extensión superficial es de 155 km² y tiene una densidad de 21,39 hab/km². Se encuentra situada a una altitud de 230 metros y a 78 kilómetros de la capital de provincia (es prácticamente equidistante de Sevilla y de Córdoba). En su término municipal se encuentran dos embalses: el de “José Torán” (con una superficie de 462 hectáreas y una capacidad de embalse de 113 hm3) y el del “Retortillo”, sobre el río del mismo nombre, en los que se pueden practicar deportes como la pesca, parapente y paramotor, deportes náuticos y senderismo. En el año 2008 contaba con 3.299 habitantes. Esta gran variedad de paisajes abarca desde la campiña del sur del término, con sus cultivos de naranjos, hasta sus dehesas de alcornoques protegidas como Reserva de la Biosfera, pasando por la bien conservada vegetación mediterránea de sus montes, con bosques de encinas, acebuches y algarrobos, y por los verdaderos bosques de olivos de la variedad lechín de su sierra, a cuyo pie se sitúa la población. Los ecosistemas que abarca albergan una gran variedad de flora y fauna que merece ser apreciada. PROYECTO DE INTERCAMBIO DE CENTROS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS “APRENDER CONOCIÉNDONOS” 4-5-6-7 de Mayo de 2009 El núcleo urbano se localiza en una altiplanicie que hace las veces de valle rodeado de montañas, siendo estructurado por un eje este-oeste, que constituye la travesía de las carreteras que le comunican con Constantina y Lora del Río (al oeste) y con Peñaflor (al este). El asentamiento originario se corresponde con el sector de manzanas irregulares de pequeño tamaño existente al sur del núcleo, que se corresponde con la zona más alta del mismo. Los desarrollos históricos posteriores se han producido fundamentalmente hacia el norte, hasta alcanzar y más tarde superar el trazado de la citada travesía este-oeste. En el extremo septentrional se localizan los grandes equipamientos públicos de carácter deportivo y educativo. Economía: La economía local se sustenta fundamentalmente de la agricultura, la ganadería, la explotación forestal y, en menor medida, del turismo. El cultivo más importante es el del olivo, que ocupa la mayor parte de la población. La localidad ha contado históricamente con una importante bolsa de trabajadores temporales en el sector agrario, teniendo especial importancia la emigración interior para campañas de recolección de diversos cultivos. Gastronomía: La gastronomía es rica y variada, aprovechando sus platos los recursos de la tierra como los productos cárnicos y de caza (cerdo ibérico, cordero, venado, jabalí, conejo), el excelente aceite virgen extra de oliva, miel, tagarninas, setas, etc. Destaca también la excelente repostería casera de la localidad (pestiños, flores, gañotes). Entre sus platos más tradicionales se encuentran la perdiz con pimiento de pique, el venado en adobo y las tagarninas con habas. Como muy apreciados en esta población se encuentran los faisanes (boletus), que desde antaño se vienen cocinando tanto a la plancha como guisados en aceite de oliva, ajo y guindilla. Artesanía: La artesanía de la localidad es muy antigua, pasando sus artes de padres a hijos. Destacan los productos elaborados en madera, hierro, varetas, enea, empleita, ... Historia: Las tierras en que se asienta la actual Puebla de los Infantes han sido ocupadas por el hombre desde tiempos muy remotos, como lo atestiguan los restos arqueológicos hallados que han dejado constancia de la existencia de asentamientos en los momentos finales de la prehistoria (Bronce tardío) y en época romana (desde Augusto al Bajo Imperio). Por este estratégico emplazamiento han ido pasando diferentes culturas, siendo para algunos autores el lugar donde se encontraba la localidad celta de Celsita, que sería transformada en campamento militar por los romanos. PROYECTO DE INTERCAMBIO DE CENTROS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS “APRENDER CONOCIÉNDONOS” 4-5-6-7 de Mayo de 2009 De la época romana se han localizado en el término municipal restos de importantes "villae" entre las que merece la pena destacar: Cañuelo o Tejero, así como asentamientos romanos en torno a explotaciones mineras. En cualquier caso, los visigodos llaman a la población Cañebolo, denominación que permanece durante el dominio musulmán, periodo con una población predominantemente bereber, en el que vive un periodo de decadencia. Se han encontrado importantes yacimientos prerrománicos, con algunas alhajas de oro y plata, como los restos expuestos en el Museo Arqueológico Nacional del llamado Tesoro de Cañebolo. Comienza a recobrar su esplendor a partir de la conquista castellana, realizada por Fernando III "el Santo" en 1247. En el Repartimiento de Sevilla de 1253, Alfonso X "el Sabio" concede estas tierras a sus hermanos y descendientes ("los infantes"), otorgándoles una Carta Puebla. El rey constituyó un núcleo de mayor importancia al que llamó La Puebla de los Infantes. De esta primera época cristiana (s. XIII) se conservan dentro del núcleo restos de murallas y torreones que pertenecieron a un castillo de tipología cristiana. La pequeña fortaleza tendría cuatro torres construidas con esquinales de cantería y tapial cerrando también con tapial un recinto cuadrangular, y formaría parte de uno de los puestos fronterizos occidentales a defender de posteriores ataques, como los castillos de Almenara, Constantina, Alanís y Guadalcanal. En el siglo XVII, por enajenaciones y herencias, estas tierras pasaron a manos de un descendiente de aquellos infantes, Luis Jiménez de Góngora y Castilla, que recibió en 1654 el título de Vizconde de la Puebla de los Infantes (título creado por Felipe IV), Marquesado de Puebla de los Infantes a partir de 1716. En el siglo XVIII se reconstruye la iglesia parroquial, configurando una nueva apariencia dieciochesca, y en la misma línea se articula el barrio y las nuevas construcciones. Existe una zona cuya preponderancia decimonónica es indudable documentalmente: es la zona oeste desde la Iglesia Santa María de las Huertas hasta la Ermita de Santa Ana. La actual calle Mesones, absorbe entonces la centralidad urbana. Rebasada esta barrera, en esta zona los primeros asentamientos se producen apoyados en caminos: son las actuales calles Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Gredal, que conforman los bordes de grandes manzanas cuyos interiores permanecerán como vacíos urbanos hasta época reciente. El primer plano del núcleo urbano que conservamos, fechado a finales del s. XIX recoge esta situación, así como el desdoblamiento que se produce del eje Constantina-Palma del Río hacia el norte, a las afueras del núcleo, y un primer crecimiento apoyado en la Calle de la Cruz. Los siguientes crecimientos conforman una trama compacta al nordeste, entre la Calle de la Cruz y la salida hacia las Navas de la Concepción. En la periferia norte se sitúan los equipamientos: el actual Recinto ferial, la zona deportiva y el colegio. Puntos de interés: • El Castillo El Castillo, de estilo gótico-mudéjar, está ubicado en la parte más elevada, y fue una defensa militar. PROYECTO DE INTERCAMBIO DE CENTROS DE EDUCACIÓN DE ADULTOS “APRENDER CONOCIÉNDONOS” 4-5-6-7 de Mayo de 2009 Quedan lienzos de muralla y dos torreones, pero las viviendas ocupan parte de sus lienzos. • Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Huertas De finales del siglo XV y perfeccionada en el XVI y XVIII. Posee una esbelta torre de cantería de la época de los Reyes Católicos, de aspecto castellano, aunque fue rematada tras el terremoto de Lisboa de 1755 por un airoso chapitel de azulejos sevillanos y por pináculos de cerámica. Destacan varias esculturas de los s. XVI, XVII y XVIII. Entre ellas destacan la imagen de María Santísima de las Huertas, imagen renacentista atribuida a la escuela de Pedro Millán y datada hacia 1530; un Crucificado obra de la escuela de Roque Balduque, del XVI; un San Pedro in cátedra del XVIII, y de este mismo siglo una Santa Ana enseñando a leer a la Virgen Niña. • Ermita de Santa Ana La Ermita de Santa Ana, mudéjar de finales del XV que presenta en su estructura arcos transversales apuntados típicos de la Sierra Norte. Fue reformada en el s. XVIII. • Ermita de Santiago La Ermita de Santiago fue la primera iglesia de la localidad. Data del s. XIV y es también de estilo mudéjar. Posee arcos de herradura apuntados. Ha sufrido diversas reparaciones a lo largo de los siglos. • Ermita de Nuestra Señora de las Huertas La Ermita de Nuestra Señora de las Huertas, situada en un atractivo paraje serrano a unos 4 kilómetros de la localidad. Es el punto de peregrinaje obligado el primer domingo de junio de cada año, donde se celebra la romería a Nuestra Señora de las Huertas, patrona de la localidad. • Los lavaderos públicos Conocidos como “Las pilas”, son de mediados del siglo XIX (1881), únicos en la provincia de Sevilla.