La innovación y los principios de lo “suficientemente bueno” ▲ Glover T. Ferguson En el entorno económico actual, tener una idea mejor no es garantía de éxito. Por este motivo, es conveniente sopesar si para alcanzar un rendimiento óptimo es necesario invertir en lo “mejor” o si con lo “suficientemente bueno” basta. n los tiempos de expansión del comercio electrónico, se superaron muchos obstáculos inherentes a la innovación (entre los cuales cabe citar trivialidades administrativas como la elaboración de un plan de negocio) gracias al puro entusiasmo y la fe ciega. En su audacia, los innovadores se negaban a conformarse con lo “suficientemente bueno”; sabían que podían hacerlo mejor y creían con fervor que lo “mejor”, de algún modo, quedaría al final reflejado en un rendimiento de la inversión atractivo. De todas las innovaciones se desprenderían efectos de interconexión en red, derivados del aumento de las economías de escala y la participación de mercado, siempre que se fuera capaz de avanzar con la rapidez suficiente. E Sin embargo, en el actual entorno económico, los obstáculos para la innovación son mucho mayores. Por lo general, lo suficientemente bueno basta y sobra; cualquier otra cosa se considera un despilfarro y se reduce o se elimina. Tener una idea mejor no es garantía de éxito. Bienvenidos, entonces, a la economía de lo “suficientemente bueno”, en la cual la probabilidad de que una innovación tecnológica sea aceptada depende de la respuesta que pueda darse a seis preguntas esenciales. 1 La innovación y los principios de lo “suficientemente bueno” Pocas innovaciones son totalmente novedosas; lo más habitual es que sustituyan a tecnologías asentadas en parte o en su totalidad Las seis preguntas de lo “suficientemente bueno” ¿Hasta qué punto es mejor esta tecnología desde el punto de vista del coste, la funcionalidad, la “imagen” y el resto de los factores? Lo cierto es que muy pocas innovaciones son totalmente novedosas; lo más habitual es que sustituyan a tecnologías asentadas en parte o en su totalidad. Si una innovación no es espectacularmente mejor que la existente, es probable que la existente sea suficientemente buena. Hace algunos años, varios genios de las telecomunicaciones previeron con audacia que el ATM –asynchronous transfer mode (modo asíncrono de transferencia)– reemplazaría al antiguo Ethernet como protocolo de banda ancha para los ordenadores de sobremesa de oficina, porque... bueno, era mejor. Posteriormente se anunciaron y lanzaron muchas mejoras de Ethernet. El ATM sigue siendo mejor, pero Ethernet resulta suficientemente bueno y ha mantenido su relevancia. ¿Hasta qué punto es compatible la innovación con las capacidades, valores y prácticas de trabajo existentes? Ésta es una trampa habitual para los especialistas en tecnología: ellos definen “mejor” o “superior” de forma excesivamente restringida y pasan por alto (o desconocen) el coste personal y organizativo de volver a aprender y la incomodidad que genera el cambio en el ser humano. Cuando se tienen en cuenta estos costes (entre los cuales hay que incluir el esfuerzo que se necesita para romper la inercia de los viejos hábitos), es posible que la situación creada sea suficientemente buena. Cuando se introdujeron los cajeros automáticos, ofrecían claras ventajas frente al servicio prestado en el mostrador de la sucursal para transacciones sencillas. A pesar de todo, la aceptación fue muy lenta. Costó mucho acabar con el hábito de asociar “dinero” con “cajero del banco” y, para muchos, los bancos tradicionales y el horario bancario siguen siendo suficientemente buenos. ¿Hasta qué punto su innovación es difícil de entender y utilizar? Hace unos cuantos años, se formuló la hipótesis de que el principal mercado para la venta de productos de alimentación on-line serían las familias en las cuales ambos cónyuges trabajan fuera de casa, ya que suelen tener menos tiempo disponible para buscar sus alimentos preferidos en los pasillos de los supermercados. En realidad, las primeras que adoptaron esta innovación resultaron ser las familias en las que sólo uno de los cónyuges trabajaba fuera de casa a jornada completa y el otro se ocupaba de las tareas domésticas, o las familias en las que uno de los cónyuges trabajaba a jornada completa y el otro a tiempo parcial. Los progenitores que trabajaban fuera de casa y disponían de menos tiempo, que iban a toda velocidad del trabajo al partido de fútbol, al gimnasio y al teatro, consideraron que tendrían que dedicar demasiado tiempo a aprender cómo 2 La innovación y los principios de lo “suficientemente bueno” debían comprar en establecimientos on-line y, al final, llegaron a la conclusión de que la compra tradicional era suficientemente buena. ¿Puede probar la innovación de forma fácil y asequible o tiene que comprometer una inversión importante? Se puede poner a prueba el cajero automático hoy y volver al cajero del banco mañana. Sin embargo, un coche eléctrico es una gran inversión. Se puede probar fácilmente un servicio de entrega a domicilio, salvo que parte del modelo consista en disponer de un buzón de almacenamiento seguro instalado a la entrada de su casa. Cuanto mayor es la inversión adicional o el cambio, más probable será que la forma existente de hacer las cosas sea suficientemente buena. Efectos de la innovación ¿Pueden las ventajas de su innovación observarse y comunicarse con facilidad? ¿Se acuerda del emperador sin ropa? ¿Cuánto pagaría usted por un guardarropa diseñado por sus sastres? Resulta realmente difícil pensar en ejemplos reales de innovaciones que murieron como consecuencia de esta dolencia concreta; no son precisamente memorables. A lo largo de los años, varias compañías petrolíferas han inventado “importantes e innovadores ingredientes” que mantienen más limpias las piezas de nuestros motores. No obstante, salvo que metamos la cabeza bajo el capó para comprobar la limpieza, estas ventajas son difíciles de detectar. Cuando el depósito se queda vacío y nos encontramos cerca de una gasolinera de otra marca, lo más probable es que lleguemos a la conclusión de que su producto es suficientemente bueno. ¿Muestra la tecnología existente efectos de red y tiene una base grande y madura instalada? “Tengo un formato de procesador de textos que es mejor que Microsoft Word”. ¿Es eso cierto? Bueno, yo tengo 70.000 colegas que pueden recibir, leer y corregir documentos de Word. Puedo enviar un documento de Word casi a cualquier parte del mundo y estar seguro al 90% de que el receptor podrá leerlo. ¿Qué puede usted ofrecerme que mejore semejante impulso? ¿Facilidad de uso? ¿Mejores fuentes? ¿Fusión de correo más sencilla? No, gracias; Word es suficientemente bueno. Es conveniente esperar hasta que haya logrado reunir un conjunto suficiente de innovaciones conexas que representen una innovación digna del precio de una revolución Está bien, el entusiasmo se ha acabado. Sin embargo, el imperativo de la innovación sigue ahí. Es necesaria la mejora de los resultados. Podemos conseguirlo durante un tiempo exprimiendo más el limón, pero al final necesitaremos nuevos productos y servicios (y una tecnología para exprimir novedosa y más potente). Y esto tiene que ser fruto de la innovación. Así que vamos a avanzar teniendo en cuenta lo siguiente: Las innovaciones más pequeñas pueden incorporarse a un programa de mejora continua. Es posible que tenga usted una idea que no se limite a mejorar la situación existente, sino que realmente sea una innovación, 3 La innovación y los principios de lo “suficientemente bueno” aunque no sea lo suficientemente grande como para llevar a cabo una revolución por sí misma. Debería usted patentarla y después esperar hasta que haya logrado reunir un conjunto suficiente de innovaciones conexas que representen una innovación digna del precio de una revolución. La innovación no es sólo tecnología. También guarda relación con las personas que utilizan la tecnología; por tanto, incluya las capacidades, la formación y las prácticas profesionales en su diseño y evaluación. Los innovadores deben prevalecer por el bien de las empresas y de las sociedades en las que trabajan Si las personas no prestan atención cuando usted explica su innovación, es muy probable que no haya dado en el clavo. Si no es capaz de llegar al punto en el que la innovación se puede explicar y utilizar con facilidad, posiblemente no esté lista para tener su momento de gloria. No obstante, antes de descartarla, trate de encontrar algún comunicador eficaz para que la defienda (o, al menos, para que prepare su guión); es posible que se halle usted demasiado cerca de la tecnología para explicarla bien. Esfuércese todo lo posible para incorporar la “posibilidad de prueba” a la innovación. Habrá más personas dispuestas a iniciar su propuesta de travesía a nado si las convence en la parte poco profunda que si las invita a empezar con un salto desde un acantilado de 15 metros de altura. Piense en la posibilidad de incorporar mediciones a su innovación. Los nuevos productos y servicios tienen unos costes y unos ingresos identificables. Sin embargo, hay más probabilidades de que los potenciales usuarios de su innovación crean que sus clientes van a regresar como consecuencia de su aportación si es usted capaz de incorporar al programa una medición que cuantifique sus ventajas. Glover T. Ferguson Socio de Accenture. Si su innovación tiene efectos de interconexión en red y no se enfrenta a una situación existente con esa característica, ¡bravo por usted! No obstante, ahora debe moverse con rapidez para conseguir masa crítica. Si se enfrenta a una situación existente muy sólida, pero, aun así, su innovación representa un avance importante, aproveche para resaltar las ventajas de la “uniformidad” y la “apertura” e intente conseguir que un par de gigantes del sector con gran peso se sitúen detrás de usted y expliquen sus virtudes. ¡Y buena suerte! Es posible que la situación existente sea suficientemente buena de momento, pero no es suficientemente buena para el futuro. Los innovadores deben prevalecer por el bien de las empresas y de las sociedades en las que trabajan. ■ © Accenture. 4