Año XXIV - Nº 244 - Septiembre 2009 REVISTA DE MÚSICA Año XXIV - Nº 244 - Septiembre 2009 - 7 € DOSIER Orquestas Españolas 2009-2010 ENCUENTROS Arcadi Volodos AGENDA La temporada que empieza ACTUALIDAD Andrés Orozco-Estrada aniversario El manifiesto futurista REFERENCIAS Stabat Mater de Pergolesi INT. PORTADA.indd 1 5/8/09 09:42:11 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 1 AÑO XXIV - Nº 244 - Septiembre 2009 - 7 € OPINIÓN 2 DOSIER Orquestas españolas, temporada 2009-2010 113 CON NOMBRE PROPIO 6 ENCUENTROS Andrés Orozco-Estrada Arcadi Volodos Íñigo Arbiza Juan García-Rico AGENDA 8 20 ACTUALIDAD NACIONAL 40 ACTUALIDAD INTERNACIONAL 58 ANIVERSARIO Las sordas vanguardias Blas Matamoro EDUCACIÓN Pedro Sarmiento Maurizio Pollini Ana Mateo Discos del mes 65 SCHERZO DISCOS 144 148 JAZZ ENTREVISTA 64 138 Pablo Sanz 150 LIBROS 152 LA GUÍA 156 CONTRAPUNTO Sumario Norman Lebrecht 160 Colaboran en este número: Javier Alfaya, Julio Andrade Malde, Íñigo Arbiza, Joaquín Arnau Amo, Emili Blasco, Alfredo Brotons Muñoz, José Antonio Cantón, Jacobo Cortines, Pierre Élie Mamou, José Luis Fernández, Fernando Fraga, Germán Gan Quesada, Joaquín García, Manuel García Franco, José Antonio García y García, Carmen Dolores García González, Juan García-Rico, Alberto González Lapuente, José Guerrero Martín, Wolfgang Hartmann, Fernando Herrero, Bernd Hoppe, Paul Korenhof, Antonio Lasierra, Norman Lebrecht, Fiona Maddocks, Santiago Martín Bermúdez, Joaquín Martín de Sagarmínaga, Enrique Martínez Miura, Aurelio Martínez Seco, Blas Matamoro, Ana Mateo, Erna Metdepenninghen, Juan Carlos Moreno, Antonio Muñoz Molina, Miguel Ángel Nepomuceno, Rafael Ortega Basagoiti, Josep Pascual, Enrique Pérez Adrián, Javier Pérez Senz, Paolo Petazzi, Víctor Pliego de Andrés, Francisco Ramos, Arturo Reverter, Barbara Röder, David Rodríguez Cerdán, Leopoldo Rojas-O’Donnell, Justo Romero, Andrés Ruiz Tarazona, Pablo Sanz, Pedro Sarmiento, Bruno Serrou, Carlos Singer, Franco Soda, Christian Springer, Luis Suñén, José Luis Téllez, Asier Vallejo Ugarte, Claire Vaquero Williams, Pablo J. Vayón, Juan Manuel Viana, José Luis Vidal, Albert Vilardell, Carlos Vílchez Negrín, Reinmar Wagner. Traducciones: Rafael Banús Irusta y Blas Matamoro (alemán) - Enrique Martínez Miura (italiano) - Barbara McShane (inglés) Juan Manuel Viana (francés) Impreso en papel 100% libre de cloro PRECIO DE LA SUSCRIPCIÓN: por un año (11 Números) España (incluido Canarias) 70 €. Europa: 105 €. EE.UU y Canadá 120 €. Méjico, América Central y del Sur 125 €. Esta revista es miembro de ARCE, Asociación de Revistas Culturales de España, y de CEDRO, Centro Español de Derechos Reprográficos. SCHERZO es una publicación de carácter plural y no pertenece ni está adscrita a ningún organismo público ni privado. La dirección respeta la libertad de expresión de sus colaboradores. Los textos firmados son de exclusiva responsabilidad de los firmantes, no siendo por tanto opinión oficial de la revista. Esta revista ha recibido una ayuda de la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas de Ministerio de Cultura para su difusión en bibliotecas, centros culturales y universidades de España, para la totalidad de los números del año. 1 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 2 OPINIÓN OPINIÓN EDITORIAL 2 UNA TEMPORADA DIFERENTE C omo es habitual cada año, SCHERZO dedica su dosier del mes de septiembre a la temporada de las orquestas y la Agenda a la de los organizadores privados españoles. Y esta vez parece que la próxima no va a ser una más sino que habrá de reflejar las distintas caras de una realidad no sólo artística sino también económica. La renovación de los abonos dará una pista acerca de si, una vez pasada la primera temporada de crisis, el mercado del clásico en vivo es, en efecto, el de un público fiel dispuesto a renunciar a otras cosas antes que a su pasión. La buena calidad, ya habitual desde hace años, de la oferta musical en España ha ayudado también a consolidar una audiencia entendida que sabe juzgar lo que se le propone y en la que cabe confiar como sostén de unos tiempos difíciles. La cara estrictamente artística es tan diversa como distintas son las políticas programadoras de cada una de nuestras orquestas que los lectores tienen a su disposición. Y en cuanto a los nombres hay que destacar, necesariamente, la presencia de tres nuevos directores titulares: el francés Lionel Bringuier en la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, el español Pablo González en la Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña y el colombiano Andrés Orozco-Estrada en la Orquesta Sinfónica de Euskadi. Los tres —que ya han pasado por nuestras páginas— suponen, a partir de un presente ya más que prometedor, apuestas de futuro por maestros bien preparados pero también mediáticos, buenos comunicadores y, naturalmente, decididos a hacer orquesta y a seguir creciendo con sus músicos. Pero la temporada más peculiar de todas es la que ofrecerá la Orquesta Filarmónica de Málaga. Tras la salida de su titular, Aldo Ceccato, la OFM no se ha precipitado a la hora de buscarle un sustituto sino que ha preferido —previsiblemente, pues no ha hecho oficial que sus intenciones sean esas, aunque lo parezca— que desfilen por su podio unos cuantos músicos españoles susceptibles de ser aspirantes al puesto vacante. Lorenzo Ramos, José Luis Temes, Edmon Colomer, Nacho de Paz, Manuel Valdivieso, José de Eusebio, Álvaro Albiach, Arturo Díez, Miguel Ángel Gómez Martínez, Rubén Gimeno, Salvador Brotons, Salvador Mas, Arturo Tamayo, Josep Caballé y Virginia Martínez se sucederán durante la temporada al frente de la orquesta. Una política que resulta cuando menos aleccionadora, arriesgada —a veces las audiencias prefieren lo foráneo aunque no sea igual de bueno—, coherente, probablemente económica y, desde luego, diferente y llena de sentido común. Salvo, quizá, Gómez Martínez, Tamayo y Mas —los dos primeros por su carrera internacional, el otro porque ya es titular en Granada— cualquiera podría aspirar a un puesto que conlleva, en algunos casos, la posibilidad de asentar su futuro al lado de una orquesta que igualmente debe ir a más después de una etapa presidida por un maestro como Ceccato, excelente años atrás pero hoy un poco de vuelta. Ya puestos, hubiera estado bien incluir algún nombre español de los que crecen poco a poco por Europa —Guillermo García-Calvo— y aquí siguen prácticamente inéditos, o haber ampliado un poquito la nómina femenina —Gloria Isabel Ramos— pero no vamos a ponerle pegas a una idea que hace años hubiera sido disparatada y hoy es coherente y digna de aplauso. Nunca hemos sido en SCHERZO partidarios a ultranza de lo hispano por el mero hecho de serlo sino de la igualdad de oportunidades, de que a nuestros músicos se les escuche y se les vea antes de juzgarlos en relación con la competencia internacional. Algunos de los que ya peinan canas podrían haber triunfado fuera mucho más de no haber sido españoles, de no pertenecer a una cultura a la que difícilmente se asocia en el extranjero con la música, excepción hecha de toda una legendaria generación de cantantes que no es preciso citar. Hoy la dirección de orquesta está en España en un buen momento. Por eso hay que tratar — como han hecho en Málaga— de que nuestros jóvenes maestros no se queden a verlas venir y tengan su oportunidad aquí, donde es debido. 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 3 OPINIÓN La música extremada PRESENCIA Y AUSENCIA DEL JAZZ Edita: SCHERZO EDITORIAL S.L. C/Cartagena, 10. 1º C 28028 MADRID Teléfono: 913 567 622 FAX: 917 261 864 Internet: www.scherzo.es E mail: Redacción: [email protected] Administración: [email protected] Presidente: Santiago Martín Bermúdez REVISTA DE MÚSICA Director: Luis Suñén Redactor Jefe: Enrique Martínez Miura Edición: Arantza Quintanilla Maquetación: Iván Pascual Fotografía: Rafa Martín Secciones Discos: Juan Manuel Viana Educación: Pedro Sarmiento Jazz: Pablo Sanz Libros: Enrique Martínez Miura Consejo de Dirección: Javier Alfaya, Manuel García Franco, Santiago Martín Bermúdez, Enrique Pérez Adrián, Pablo Queipo de Llano Ocaña, Arturo Reverter Departamento Económico: José Antonio Andújar Departamento de publicidad Cristina García-Ramos (coordinación) [email protected] Magdalena Manzanares [email protected] DOBLE ESPACIO S.A. 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Se prohíbe la reproducción total o parcial por ningún medio, electrónico o mecánico, incluyendo fotocopias, grabados, o cualquier otro sistema, de los artículos aparecidos en esta publicación sin la autorización expresa por escrito del titular del Copyright. C ada verano, en Riverside Park, a la orilla del Hudson, delante de una ladera de césped jugoso que está muy cerca de mi casa, hay conciertos gratuitos de jazz. Los músicos se ponen de espaldas al río, y la suave concavidad de la ladera en la que se sienta el público actúa como caja de resonancia. Los conciertos empiezan a las siete, todavía con luz del sol; cuando terminan, hacia las nueve, después de un largo crepúsculo que tiñe con los mismos rojos y púrpuras el horizonte boscoso de New Jersey y las aguas del río, ya están encendidas las farolas, y en las oquedades de negrura húmeda del parque vuelan grandes libélulas y se encienden y se apagan como señales de morse las puntas verdosas de las luciérnagas. El público es variado y atento, relajado, con una calma de tarde de picnic, con muchas parejas jóvenes que se tienden sobre la hierba tutelando las carreras de los niños. Una tarde de primeros de julio estuve escuchando al cuarteto del contrabajista Ron McClure; el verano pasado vi al saxofonista Bob Kindred, que toca con su grupo cada domingo a mediodía en el Café Loup, un restaurante digno y barato del Village. En ambos casos se trata de músicos excelentes que probablemente no llegan a ganarse la vida con su oficio: tienen un aire a la vez de profesionales cargados de experiencia y de aficionados entusiastas, y cuando uno los escucha con atención descubre de pronto en ellos esos arrebatos de talento sin red que saltan por encima de la pura solvencia técnica del jazz, pero que no son posibles sin ella. En un editorial de esta revista se reflexionaba hace unos meses sobre el posible estancamiento estético del jazz. En Nueva York uno se da cuenta hasta qué punto el jazz, casi invisible en los medios, y prácticamente sin ninguna difusión comercial, sigue siendo visible y estando presente en el tejido de la vida, perdurando a pesar que dejó de estar de moda hace ya medio siglo. Ya casi no quedan tiendas en las que un aficionado pueda abastecerse de novedades, y el gran festival de jazz de la ciudad se ha suspendido este año, porque JVC, la empresa que lo patrocinaba, ha decidido reducir gastos en tiempos de crisis. Y sin embargo, cada fin de semana, las páginas de espectáculos del New York Times enumeran una larga lista de locales en los que puede escucharse por igual a los grandes supervivientes y a las mejores promesas, y en Martine66 Diseño de portada Argonauta Foto portada: Mathias Bothor / DG muchos restaurantes, a la hora del brunch, o a la de las copas nocturnas, hay pequeños combos que lo reclaman a uno si pasa por la calle, trayéndole como una bienvenida esa mezcla magnífica de voces amortiguadas y rumores de platos y copas y música llena de sutileza y energía, reducida a la elementalidad de siempre —el piano, el contrabajo, la batería, un saxo, tal vez una guitarra— y también, muchas veces, completamente nueva, con un filo de invención y aspereza que no siempre llega a escucharse en los discos. Como la poesía, el jazz siempre tiene algo de confidencial y de impredecible, y aparece en su hermosa integridad donde menos se lo espera. En el corazón pijo del Upper East Side, en el bar del hotel Carlyle, donde yo me he tomado, en una penumbra exacta, algunos de los mejores dry martinis de mi vida, toca el trío del pianista Loston Harris, un hombre joven con una apostura a lo Denzel Washington. El público, con mucha frecuencia, está más atento a las bebidas y a los juegos de la seducción que a la música, pero da igual: aunque se escuchen risas y conversaciones en voz baja y el sonajeo del hielo picado en las cocteleras, Lostol Harris regala a quien quiera escucharlo la pasión intacta del jazz. Antonio Muñoz Molina 3 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 4 O AP GIENNI D ÓA N Prismas LA MUERTE DE UN AMIGO N unca se agotarán las palabras. La muerte siempre nos toma por sorpresa aunque lo que amenaza con cumplirse en realidad sea inminente y nadie cree que puede haber otra solución que nos deje tranquilos. En cierto modo todos, en casos así, queremos creer en los milagros. Pero los milagros no existen, son una emanación de falso remedio que nunca se cumple. La muerte aparece y entonces recordamos aquellas terribles palabras del Calígula de Albert Camus. “Pero los hombres mueren y no son felices”. Es nuestra carga y de ella viven las creencias religiosas. Aceptar la muerte como necesidad es, a pesar de toda la retórica que la envuelve —“fatalidad”, “resignación”, etc.— se quedan patéticamente cortas ante el suceso, lo más que podemos hacer es decir que la muerte es absurda, que no debería existir. Entonces, cuando muere un amigo te das cuentas de hasta qué punto todo es frágil y nadie está salvo. Luis Fernando Rupérez fue uno de los principales animadores de lo que para mí y para muchos otros ha sido y sigue sien- 4 do el más cercano de los festivales musicales españoles; la Quincena Musical de San Sebastián. Luis Fernando era vivaz, simpático, inteligente, reía, le encantaba hablar y escuchar, tenía cientos de temas que le gustaban más —la música naturalmente, pero también el cine, la literatura, el teatro, la política pasada, presente, y futura. Al final, después de una larga enfermedad que le tenía aislado de toda actividad, de ese estar siempre al lado de José Antonio Echenique, se ha extinguido como todos temíamos. Era un hombre bueno y decente. ¿Se puede pedir más de un destino? En mi lista de amigos y de amigas he borrado ahora un nombre para llevarlo escondido en mi memoria para siempre. No sé decir ni me interesa decir “Descanse en paz”, porque no creo en lo que hay detrás de esas palabras. Pero sí repetir que la muerte sigue siendo un atroz absurdo. Javier Alfaya 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 5 O AP GIENNI D ÓA N Música reservata MÚSICA POÉTICA T ítulos. El poema sinfónico, la música instrumental de propósito narrativo característica de la segunda mitad del s. XIX, pasó de ser la forma dominante de la escritura orquestal (y también pianística, entendiendo el término sinfónico como descripción de un desarrollo libre sobre ciertos motivos característicos al margen de toda forma normalizada, un desarrollo regido tan sólo por la dinámica de un relato extramusical) a convertirse en un género proscrito y desacreditado entre las vanguardias históricas por su obvia connotación romántica: cabría recordar la célebre divisa de Hanslick —“la música sólo puede hablar de sí misma”— reafirmada luego por Stravinski tanto en el plano teórico como en su propia práctica compositiva, bien que desde postulados estéticos diferentes. Sin embargo, y al margen de ciertos experimentos-límite como Atmosphères (György Ligeti, 1961), cuyo título es, pese a las apariencias, estrictamente formal en la medida en que refleja el proceso de micropolifonía de su escritura, en las últimas décadas se puede constatar la existencia de una buena cantidad de obras provistas de títulos de índole figurativa que (como sucedía con ciertas piezas pianísticas de Debussy tales como los Préludes) implican, si no un argumento strictu sensu, sí un ambiente poético, la sugerencia más o menos enigmática de una imagen visual o emotiva que resitúa el texto nuevamente al margen de la música absoluta y dirige la atención del espectador de un modo particular, predisponiéndole a una lectura sensualista, proyectiva: títulos de autores internacionales como Stimmen, verstummen (Sofia Gubaidulina, 1986) o Du cristal à la fumée (Kaija Saariaho, 1989), que toman como base textos poéticos preexistentes o españoles como Senderos del aire (Luis de Pablo, 1987) o Retorno a la luz (Eduardo Pérez Maseda, 1993), con independencia de su calidad — altísima— suponen el regreso de una música que intenta situarse en el territorio de la evocación más que en el de la abstracción, que reinterpreta nuevamente la dialéctica entre significado y sentido, entre figuración y sintaxis. La realidad es que todo título es inevitablemente poético: la palabra sonata fija igualmente el itinerario de la atención del oyente orientando su emotividad hacia una cierta forma de organización discursiva, una distribución que se percibe intuitivamente como una realidad dotada de un valor espacial a través de una configuración de escucha que se diría casi geométrica. Así, decir fuga, partita o sinfonía no es algo sustancialmente diferente de decir hexaedro, pirámide o hiperboloide. En el límite, el único título posible para una obra de propósitos ajenos a cualquier contingencia argumental es el asignado por Salvador Bacarisse a una composición orquestal fechada en 1931: Música sinfónica. Pero la realidad es que ese mismo título, en razón de su propia y harto provocativa rotundidad, de su opacidad insondable y deliberada, se transforma también en un enunciado poético: la simple posibilidad de asociar una palabra a una música convierte cualquier título en una metáfora. *** Tiempos. La música es tiempo en la medida en que es lenguaje, sucesión, articulación de partículas sonoras elementales que cobran un sentido (o una significación, en el caso de la palabra) por el modo de disponerse en un orden sucesivo (y también simultáneo en el caso de la música). La duración de esa serie es, en realidad, algo ajeno a su esencia más profunda, así como lo son, igualmente, esos elementos básicos, discretos y necesariamente irreductibles que llamamos fonemas en el caso de éste y notas en el de aquélla, pero asume diferente rango funcional en uno y en otra. Naturalmente, sería posible descomponer éste y aquélla fragmentándolos en un continuum sonoro indiferenciado: pero entonces atentaríamos contra la posibilidad misma del lenguaje, lo que mostraría su diferencia con la música, terreno en donde esa disgregación siempre sería posible (tal es el caso de los microintervalos o de la electroacústica, donde las fronteras entre las alturas pueden diluirse enteramente), toda vez que los límites de la significación son ajenos a su naturaleza. En la medida en que el lenguaje comienza a desligarse de la denotación (como sucede en la poesía) para gravitar sobre la nebulosa de lo connotativo, el tiempo de la música y el del lenguaje tienden también a coincidir: la poesía es una dimensión musical de la palabra. *** Significados. El tiempo transfigura las cosas: el objeto más cotidiano o más vulgar se recarga semánticamente con el simple paso de los días. Las gafas de Schubert que pueden verse en una vitrina del museo instalado en la que fuera su casa natal en el número 54 de la Nussdörferstraße, esos minúsculos espejuelos de los que no se desprendía ni aún para dormir, son para nosotros otra cosa muy distinta de un artificio óptico destinado a enderezar la mirada de un compositor aquejado de miopía que falleció en Viena a las tres de la madrugada del 19 de noviembre de 1828. Tras sus cristales quebrados palpita algo indefinible, algo que está mucho más lejos de la funcionalidad inherente al simple objeto, de la levedad nostálgica de su diseño biedermeier, de la propia memoria de su poseedor desdichado e ilustre: un hálito que trasciende el ayer o el mañana con la urgencia de un relámpago en las tinieblas que desvelase fugazmente un significado que rebasa todo intento de describirlo y que se desvanece en la misma medida en que pretendemos fijar sus contornos. La música es la cualidad poética del tiempo: por eso, el tiempo transforma los objetos en metáforas. José Luis Téllez 5 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 6 CON NOMBRE PROPIO ANDRÉS OROZCO-ESTRADA PROPIO CON NOMBRE El humanizador de la música R 6 ecuerda el maestro colombiano: “Cuando comencé a dirigir lo hacía desde el estómago. Al llegar a Viena, con mentalidad latina, entendí que era necesario combinar la claridad del discurso con la ilusión de probar cosas diferentes”. Acaba de finalizar un ensayo con la Sinfónica de Graz, formación con la concluye su trabajo para enfrentarse a partir de la presente temporada a la Sinfónica de Euskadi y la Tonkünstler Orchester Niederösterreich de Baja Austria. Habla de modo apasionado, como si al hacerlo le fuese la vida en ello. No pretende convencer con sus ideas, sólo las comparte. Aquellas que siendo niño le hicieron soñar en su Medellín natal con llegar a ser algún día un gran director de orquesta. OrozcoEstrada es un claro ejemplo de una vocación tan definida como temprana. En su Medellín natal, su madre le ponía casetes mientras él dibujaba música en el aire, hasta que con quince años dirigió a Mozart en el colegio. En Bogotá no existía la carrera de dirección orquestal, por tanto decidió ingresar en la Universidad de Música y Arte de Viena concluyendo la carrera dirigiendo a la Orquesta de Radio Viena. Trabajó duro, siempre en busca de la oportunidad que le introdujera en los grandes circuitos. “En abril de 2003 me llamaron para dirigir la Tonkünstler Orchester la víspera para suplir al maestro Wallberg, con la Cuarta de Bruckner y los Cuatro últimos Lieder de Strauss” —explica con una sonrisa cómplice. “Mi mánager me recomendó no aceptar, pero le mentí diciendo que de joven había dirigido esas obras. Sin perder el respeto ni al programa ni la orquesta, decidí aventurarme. Tenía algo que contar”. Tal fue el éxito que al día siguiente el diario Der Standar lo bautizó como “el milagro de Viena”. Desde entonces su carrera no ha hecho sino subir peldaños, dirigiendo 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 7 CON NOMBRE PROPIO ANDRÉS OROZCO-ESTRADA orquestas como la Sinfónica de Madrid, la Sinfónica Recreation de Graz, Filarmónica de Belgrado, Wiener Concert-Verein, Filarmónica de Bogotá, del Valle, la Antidogma-Música, Filarmónica de Luxemburgo, Nacional de Chile, del Teatro de Basilea o la Nacional de Bratislava, entre otras. A pesar de haber superado recientemente la treintena, tiene ya en su haber distinciones como la Cruz Oficial de la Orden de Isabel La Católica, y ha dirigido distintas producciones operísticas en Múnich, Bratislava o Viena. “Disfruto especialmente cuando el reparto varía de una función a otra” —reconoce, aludiendo a la última producción de El rapto en el serrallo que ha dirigido en Stuttgart. Dicen quienes trabajan con él que trae consigo cierto aire renovador. “Mi intención no es ser el protagonista, deben serlo el compositor y la orquesta. No pretendo renovar nada, tan sólo pasar la gamuza donde haya un poco de polvo y así limar asperezas. Cuando me enfrento a una nueva orquesta actúo como un médico, diagnostico aunque esté sana, y después intento establecer una empatía, sin dejar de ser humilde y honesto con los músicos y la propia música como tal”. Y lo dice mientras pone el ejemplo de la Orquesta de Leipzig de la que habla maravillas, o de la Sinfónica de Euskadi sentenciando que necesita aprovechar su madurez, sacando el máximo provecho de las individualidades de sus músicos. “Hay que humanizar la música” —asegura. Los sueños infantiles siguen en su mente. Es consciente que tras haber dirigido en salas como la Musikverein de Viena ha tocado ya ese pedazo de cielo musical al que siempre aspiró. Su carrera va por los derroteros deseados, pero sigue aspirando a poder cumplir algunos sueños como “dirigir la Filarmónica de Berlín y en fosos como los de la Scala o el Teatro Real”. Disfruta con su trabajo, aunque se lamenta de no haber llegado más lejos con la Sinfónica de Bogotá, mientras alude a su madre Nora, que siempre le apoyó y hoy en día le ayuda a seguir pisando tierra firme, haciéndole recordar que algunos sueños se han cumplido, pero que la música también tiene otro factor, “el humano” —concluye. Íñigo Arbiza 7 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 8 AGENDA AGENDA Albacete. Sociedad de Conciertos CON IMPULSO Leclère, Wasser, Hommage C uando el buen sabor del cierre de temporada, con un Haendel conmemorativo de lujo a cargo de Álvaro Marías y el Grupo Zarabanda, perdura en socios y amigos, la SOCA (Sociedad de Conciertos de Albacete) se dispone a seguir su curso en el que viene, fiel a los ciclos que ha convertido en sello de la casa y con nuevas iniciativas que dan fe de su permanente puesta al día. En el primer capítulo (el de los ciclos ya consolidados) procede anotar el Festival Internacional de Piano, que alcanza en la nueva temporada su novena edición con la presencia de Hugues Leclère (7 de octubre) y Frank Wasser (12 de noviembre). Sigue asimismo el Festival Lírico, con la presencia de la soprano Rosa Mateu. Para el 25 de octubre está prevista la actuación de Pierre Hommage, con la OSA (Orquesta Sinfónica de Albacete que dirige su titular, Fer- nando Bonete), en un concierto de violín de Bruch, previa a la cual el concertista impartirá una clase magistral a los alumnos de los dos conservatorios de esta ciudad, en el marco del ISLIM (Instituto Superior de Lenguaje e Interpretación Musical), recientemente creado por la Fundación SOCA mediante sendos convenios con la UCLM (Universidad de Castilla-La Mancha) y el ISEA (Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas) de la Comunidad Valenciana. Un baile de siglas e instituciones del que se espera óptimos frutos. Por otra parte, esta ciudad se dispone a celebrar en 2010 el Tercer Centenario de la confirmación por Felipe V (el vencedor de Almansa e instaurador de la vigente dinastía borbónica) del Privilegio de celebración de su secular Feria, en cuyo programa festivo SOCA se propone insertar diversos conciertos a cargo de la Banda Sinfónica Municipal. WASSER Albacete. Sociedad de Conciertos. http://www.websoca.com/. Por último y abundando en el mismo espíritu conmemorativo, SOCA proyecta la construcción de un órgano monumental (varios pueblos de la provincia, con Liétor en primera línea, cuentan ya con órganos históricos restaurados y en uso) para conmemorar el 350 aniversario del nacimiento de Sebastián Durón en la villa castellanomanchega de Brihuega. Joaquín Arnau Amo Barcelona. Ibercamera NUEVOS AIRES A 8 lgo está cambiando en la filosofía artística de Ibercamera. Ya no se puede seguir viviendo sólo de orquestas en gira, cada vez más caras y aburridas en sus propuestas, ni de grandes estrellas. No se trata de renunciar a ellas, y basta señalar el debut de Mitsuko Uchida (Mozart, Berg, Beethoven y Schumann), o el retorno de Martha Argerich formando dúo con Nelson Freire, para demostrar que los pianistas de referencia mantienen el protagonismo. Los cambios vienen por el lado de la renovación, con una apuesta por las producciones propias y los jóvenes valores que, en definitiva, son quienes garantizarán el futuro. En el primer caso, destaca el montaje de Carmina Burana en una adaptación de Carlus Padrissa de La Fura dels Baus que nace con atractivos para girar por muchos auditorios. En cuanto a los intérpretes emergentes, están Alexei Volodin (recital Chopin), la sensacional violonchelista Marie-Elisabeth Hecker, que tocará el Primer Concierto de Shostakovich con Valeri Gergiev y la orquesta del Mariinski (los Cuadros de una exposición completan el programa) o el violinista Sergei Khachatrian, que tocará el Concierto de Beethoven con la Sinfónica Javier del Real Volodin, Gergiev, Nott, Colom GERGIEV de Bamberg y Jonathan Nott (la Quinta de Mahler completa la sesión. Y atención a dos grandes propuestas: Décima de Mahler a cargo de Eliahu Inbal y la Filarmónica Checa, y un Falla de altura, Noches en los jardines 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 9 AGENDA Alicante. Sociedad de Conciertos EL PIANO SERÁ EL REY Zimerman, Demidenko, Volodin, Lupu Kirill Bachkirov S DEMIDENKO Sociedad de Conciertos. Alicante. http: //www.sociedaddeconciertos.es/. batuta al frente la Orquesta de Cámara de Berlín, junto a la que asimismo se oirá al trompetista Lars Ranch. Viviane Hagner vendrá con la Orquesta de Cámara Inglesa bajo la dirección de Kaspar Zehnder (28-IV). La habitual visita de la Orquesta de Valencia (27-V) se producirá en esta ocasión con John Storgards al violín y como director, una circunstancia verdaderamente muy inusual en esta formación. Alfredo Brotons Muñoz Richard Haughton i las programaciones de la Sociedad de Conciertos de Alicante suelen contar (la temporada pasada, sin ir más lejos) con el piano como instrumento base, la que se iniciará el próximo 7 de octubre lo tendrá como principal protagonista absoluto. Lo será, en concreto, en seis de las dieciocho convocatorias previstas. La nómina de sus intérpretes es realmente espectacular, pues incluye a figuras tan consagradas como son Krystian Zimerman (13-I), Nikolai Demidenko (1-III), Alexei Volodin (23-III) y Radu Lupu (8-IV). Ahora bien, interesantes serán también sin duda las actuaciones de Juho Pohjonen (21-XII), que tiene menos fama pero repite, y el joven estadounidense Jonathan Biss (15-X), una de las últimas estrellas lanzadas al mercado discográfico por EMI. Entre los solistas de otras especialidades destaca la violonchelista Natalia Gutman, que completará trío con el violinista Sviatoslav Moroz y el pianista Dimitri Vinnik (4-V), pero asimismo habrá que prestar atención a lo que sean capaces de hacer otro joven, el violinista inglés Daniel Hope (27-I), el guitarrista Manuel Barrueco (14-XII) y Clemens, violonchelista del Cuarteto Hagen (10-XI). Hablando de cuartetos, el Casals (1-II) habrá de medirse nada menos que con el Tokio (12-IV). La voz ocupará (volverá a ocupar) un lugar muy secundario, pero sólo desde el punto de vista cuantitativo. En efecto, la calidad la aseguran nombres de tan bien ganado prestigio como son los de María José Montiel (3-XI) y Matthias Goerne, éste con Pierre-Laurent Aimard al piano (13-V). Con la incógnita del ganador del concurso de interpretación organizado por la propia Sociedad, el cual como de costumbre cerrará el curso (18-V), se reservan tres días para el apartado orquestal, curiosamente siempre con solistas de violín. En la inauguración, Katrin Scholz empuñará además la COLOM de España con Josep Colom y Frühbeck de Burgos con la Filarmónica de Dresde (con la Segunda Sinfonía de Brahms). Viviane Hagner con la English Chamber Orchestra, y el Orfeón Donostiarra con la Staatska- pelle Weimar en una Segunda de Mendelssohn dirigida por Leopold Hager, completan la temporada, que, con un presupuesto de 1, 5 millones de euros, ofrecerá 11 conciertos en el Palau y el Auditori. Por su parte, el ciclo de cámara cuenta con el Trío de Gianluca Cascioli, el Cuarteto Pavel Hass y, de nuevo, Hecker, en un recital Beethoven junto a Martin Helmchen. Javier Pérez Senz NOTT Ibercamera. Barcelona. htttp: //www.ibercamera.es/. 9 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 10 AGENDA Barcelona. Palau 100 RECETA CONTRA LA CRISIS Simon Fowler Bartoli, Nézet-Séguin, Mehta, Spinosi NÉZET-SÉGUIN MEHTA L a fórmula puesta en práctica por Palau 100 para combatir la crisis económica sin renunciar a la presencia de estrellas mediáticas —Cecilia Bartoli, Lang Lang, Zubin Mehta, José Carreras y Kiri Te Kanawa figuran en su lujoso cartel— ha sido reducir el número de conciertos, que en la próxima temporada pasan de 16 a 12. Las cifras siguen siendo de infarto: un presupuesto de 2,1 millones de euros para hacer frente a una programación ciertamente más reducida, pero que incluye la visita de ocho orquestas sinfónicas. El ciclo se abre con la Filarmónica de Rótterdam dirigida por Yannick Nézet-Séguin, con Piotr Anderszewski (Primero de Beethoven y Novena de Mahler), en un desfile que cuenta con las Filarmónicas de Israel y Nueva York —dirigidas respectivamente por Mehta (Segunda y Cuarta de Brahms) y Alan Gilbert (Haydn, Schubert, Berg y Adams, con Thomas Hampson)—; la Sinfónica de Londres, de nuevo con Daniel Harding (Wagner, Dvorák y Aerial, de Gruber, con el trompetista Hakan Hardenberger; y la Filarmónica Nacional Rusa, con Vladimir Spivakov (Quintas de Chaikovski y Shostakovich). Atención al creciente protagonismo de las orquestas españolas: la Ciudad de Granada interpretará Las estaciones junto al Orfeó Català, con dirección de Salvador Mas, y la Sinfónica de Castilla y León actuará a las órdenes de Jean-Christophe Spinosi en una versión de concierto de El barbero de Sevilla en la que interviene el Barcelona. Euroconcert BODAS DE PLATA SIN DESPILFARROS London Handel Players, Orquesta de Cámara de Berlín, Frieder Bernius L 10 a continuidad y la fidelidad a su filosofía artística, en la que predominan la música de cámara y la apuesta por nuevos grupos y solistas, a los que presenta en muchas ocasiones en España, siguen siendo los pilares de Euroconcert, que celebrará la próxima temporada sus bodas de plata en un clima de austeridad, con contención en los gastos para paliar los efectos de la crisis, pero si rebajar ni la calidad ni el número de conciertos: se mantiene, por tanto su tradicional oferta de 10 conciertos en el Palau de la Música. El presupuesto global de su XXV temporada es de 550.000 euros, cifra que, además de la oferta en el Palau, incluye dos conciertos reservados a los abonados en el Monasterio de Pedralbes y dos ciclos ya consolidados, L’orgue a la catedral de Barcelona (gratuitos) y Música y músics de Catalunya, consagrado exclusivamente a la música catalana. Los London Handel Players abrirán el ciclo el 19 de octubre con un programa dedicado al barroco inglés. La Orquesta de Cámara de Berlín, con el violonchelista israelí Matt Haimovitz, el conjunto italiano Ensemble Aurora, los 12 violonchelistas de la Orquesta Filarmónica de Berlín y el incombustible conjunto italiano I Musici, siempre fiel al ciclo barcelonés. Uno de los puntos fuertes de la temporada tiene alma bachiana, nada menos que la monumental Misa en si menor, en una versión dirigida por Frieder Bernius al frente del Coro y la Orquesta Barroca de Stuttgart. El ciclo se completa con MARTIN STADTFELD un recital del joven pianista alemán Martin Stadtfeld y tres veladas de cámara protagonizadas por el cuarteto de cuerda austriaco Acies, el cuarteto con piano liderado por los hermanos andorranos Lluìs y Gérard Claret, y el alemán Mozart Piano Quartet. Javier Pérez Senz 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 11 AGENDA Bilbao. Sociedad Filarmónica CONMEMORACIONES Alessandrini, Barrueco, Kuijken, Zimerman SPINOSI Palau 100. Barcelona. http: //www.palaumusica.org/. Cor de Cambra del Palau. La Simfònica del Vallès cierra el desfile con el tradicional concierto de Navidad de Carreras, dirigido por David Giménez, que contará con Kiri Te Kanawa como invitada de lujo y el Orfeó Català. Bartoli regresa con su furia barroca, acompañada por Il Giardino Armonico (Haendel). Por su parte, Lang Lang vuelve al Palau con un recital (Beethoven, Prokofiev y Albéniz. La programación se completa con la Missa in tempori belli de Haydn, con La Petite Bande y Sigiswald Kuijken, y un programa Haydn/Mozart con Tafelmusik, Bruno Weill y el fortepianista Ronald Brautigam. Javier Pérez Senz FRIEDER BERNIUS Euroconcert. Barcelona. http: //www.euroconcert.org/. F. Nobile BARTOLI ALESSANDRINI Rafa Martín Serge Derossi L a nueva temporada de la Sociedad Filarmónica de Bilbao tendrá en la generación de compositores que nacieron en unos pocos años a partir de 1809 (Mendelssohn, Schumann, Chopin y Liszt, sobre todo, los cuatro grandes y románticos aunque cada uno a su manera) un faro alrededor del cual girará el resto de la programación, que no será en todo caso ajena a otras conmemoraciones como las de los centenarios de los fallecimientos de Albéniz y Tárrega. A estos dos compositores españoles dedicará el guitarrista cubano Manuel Barrueco su concierto, que será el último de este año. Sigue desde luego el recuerdo de Haydn, de quien sonará entre otras cosas la Misa en tiempos de guerra a cargo de Sigiswald Kuijken y La Petite Bande, y por supuesto el de Haendel, con un recital de la emergente Danielle de Niese y Giovanni Antonini con sus músicos de Il Giardino Armonico. Mucho interés tendrá también la lectura que traiga Rinaldo Alessandrini de Il ritorno d´Ulisse in patria (atención a la Penélope de Sara Mingardo), segunda parada en el ciclo de óperas monteverdianas iniciado hace un par de años con Orfeo. Hay que destacar también la presencia de otras primeras figuras mundiales como Krystian Zimerman, Arcadi Volodos, Daniel Harding (que vendrá con Isabelle Faust y la Mahler Chamber Orchestra), Leonidas Kavakos, Trevor Pinnock (al clave), Nelson Freire, Louis Lortie (que traerá nada menos que los veintisiete estudios de Chopin), Frans Brüggen o Andreas Staier. Podríamos añadir a esta lujosa lista nombres como los de Maxim Risanov, Enric Lluna, Susan Gritton, Sol Gabetta, Malin Hartelius, KUIJKEN Sociedad Filarmónica. Bilbao. http: //www.filarmonica.org/. Angela Hewitt, Julia Schröder o Jean-Guihen Queyras. Pianistas más jóvenes como Evgeni Sudbin y Eduard Kunz intentarán también estar a la altura. Amplio y preciado es a su vez el espacio ocupado por los cuartetos, entre los que encontramos al Ysaÿe, al Leipzig, al Pavel Hass, al Maggini, al Alexander, al Petersen o al Fine Arts, acompañados a menudo de músicos de similar valía que aportarán lo suyo a una temporada planteada, como es norma en esta sociedad, con muy buen tino. Asier Vallejo Ugarte 11 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 12 AGENDA Madrid. Liceo de Cámara ESENCIAS BEETHOVENIANAS Stephen Collector Takács, Tokio, Meta4, Capuçon, Braley CUARTETO TAKÁCS META4 T ras Bach y Haydn, que centraron el discurso programador de las tres últimas temporadas, la XVIII edición del Liceo de Cámara apoya los contenidos de catorce de sus veinte conciertos — cuatro menos que el pasado año— en la prodigiosa obra camerística beethoveniana, de la que se brindan tres integrales mayores: la de los Cuartetos de cuerda, que serán ofrecidos por una única agrupación, el Cuarteto Takács, a lo largo de seis veladas repartidas entre noviembre, enero y mayo, la de las Sonatas para violín, a cargo de las parejas Petra Müllejans/Kristian Bezuidenhout y Alina Ibragimova/Cédric Tiberghien y las Sonatas para violonchelo, que defenderá el dúo formado por Marie-Elisabeth Hecker y Martin Helmchen. Páginas de Mozart, Schubert, Prokofiev (Sonata nº 2), Watkins y el propio Beethoven serán los adecuados complementos. Entre las citas obligadas, los dos conciertos que conmemoran el 40 aniversario del Cuarteto de Tokio, con obras de Schumann (Cuarteto nº 3), Barber, Takemitsu (A Way a Lone), Schoenberg (Segundo con Sophie Daneman), Berg (Op. 3), Webern (Seis Bagatelas) y un estreno de Alberto Iglesias, o el original programa que traen los hermanos Capuçon y el pianista Frank Braley, que incluye el Archiduque y la transcripción para trío de la Noche transfigurada realizada por Eduard Steuermann, junto con obras de Webern (Tres pequeñas piezas para violonchelo y piano) y Schoenberg (la infrecuente Fantasía para violín y piano). Precioso el programa de Madrid. Ibermúsica CASI TODAS LAS BES Mehta, Gardiner, Jansons, Pappano, Barenboim 12 Santiago Torralba T an sólo falta Bach para completar los cuatro grandes nombres del universo sonoro germano en la opulenta cita madrileña de Ibermúsica que, una temporada más y, en esta ocasión, desde finales de octubre hasta primeros de julio, reparte sus generosos contenidos en dos abonos de doce conciertos cada uno. Para empezar, Zubin Mehta y la Filarmónica de Israel desgranarán en dos veladas consecutivas el ciclo sinfónico completo de Johannes Brahms. Como cierre de temporada, Daniel Barenboim y la Staatskapelle de Berlín ofrecerán otras tantas citas monográficas dedicadas al legado sinfónico de Bruckner. Y John Eliot Gardiner, que también se presenta por duplicado, ofrecerá al frente de la Sinfónica de Londres y el Coro Monteverdi una antología beethoveniana que incluye las sinfonías Primera, Pastoral y Novena más la obertura de Egmont y el Segundo con Pires. En medio, muchas cosas de interés y para todos los gustos. Pero apuntemos la doble presencia de Jansons con la Royal Concertgebouw ante obras de Mahler (Tercera, con el Orfeón Donostiarra y Fink), Sibelius (Concierto para violín con Jansen) y Rachmaninov (Segunda), la de Blomstedt y la suntuosa Staatskapelle de Dresde (Triple de Beethoven y Escocesa de Mendelssohn), la de Harding y la Sinfónica de GARDINER Ibermúsica. Madrid. htttp: //www.ibermusica.es/. 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:24 Página 13 AGENDA CUARTETO TOKIO sextetos de cuerda por Kavakos, Demenga y compañía con partituras de Dvorák, Schulhoff y Chaikovski y excelente la idea de incorporar un miniciclo dedicado al gran Karol Szymanowski que reúne lo mejor de su obra de cámara —los dos Cuartetos, Mitos para violín y piano y las Máscaras y Metopas pianísticas junto a algunas de sus canciones—, todo ello a cargo del Cuarteto Meta4, la soprano Anu Komsi y el pianista Henri Sigfridsson. Juan Manuel Viana Guillermo Mendo Liceo de Cámara. Madrid. Fundación Caja Madrid. http: //www.fundacioncajamadrid.es/. BARENBOIM Londres con obras de Wagner (Liebestod), Gruber, Dvorák (Séptima), Mozart (Concierto nº 19 con Aimard) y Suk (la desgarradora Sinfonía nº 2 “Asrael”, que supondrá, seguro, un feliz descubrimiento para buena parte del público) o, de nuevo, Mehta con “su” orquesta valenciana en un monográfico Richard Strauss. La Filarmónica de Nueva York con Alan Gilbert, Bronfman y Hampson (Lindberg, Prokofiev, Sibelius, Haydn, Adams, Schubert, Berg), la Joven Orquesta Gustav Mahler con Pappano al frente y Han-Na Chang (Primero de Shostakovich; Muerte y transfiguración y Una vida de héroe de Strauss) y la Filarmónica Nacional Rusa con Spivakov (Quintas de Chaikovski y Shostakovich) añaden lustre a la temporada entre otras muchas citas. Juan Manuel Viana 13 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 14 AGENDA Madrid. Ciclo Lied EL ÁUREO CLUB P ervive, por fortuna, uno de los hábitos más calificados de la melomanía madrileña, el Ciclo de Lied auspiciado por Caja Madrid y el Ministerio de Cultura español. Empezando por los debutantes, vaya por delante el barítono Gerald Finley, de rica discografía, expresivo y seductor, que se incorpora al áureo club actual de su cuerda al lado del programa Goethe de su colega Christopher Maltmann. También primeriza en el ciclo es la soprano Genia Kühmeier, que canta a dúo con la suprema compañera que es la mezzo Bernarda Fink en un menú de dúos centroeuropeos. También habrá conocidos. Anne Sofie von Otter propone una velada de músi- cos perseguidos por el nazismo, con un acompañamiento variopinto de alta sugerencia. Christian Gerhaher con Mahler y Matthias Goerne con su y nuestro bien amado Schubert ¿necesitan anuncios? No. Sigamos. Joyce DiDonato, la encantadora de turno, para subrayarlo prevé un programa de canciones amorosas, desde el barroco hasta el siglo XX. Isabel Rey es ecléctica en su elección pero cabe destacar que buena parte del cometido será dedicada a la canción española. Por fin, volverá Ian Bostridge, personalísimo y despertador de encontradas pasiones quien, para redondear su aureola de raro, no quiere adelantar su elección. La lista de acompañantes es tan lucida como la vocal. Sim Canetty-Clarke Finley, Maltmann, DiDonato, Rey FINLEY Baste desgranar algunos nombres, sin desmedro de nadie: Julius Drake, Gerold Huber, David Zobel, Roger Vignoles y el aquerenciado magisterio de Graham John- son. La nota de especial color la dan otros instrumentistas: violín, clarinete, acordeón y guitarra. Blas Matamoro Madrid. Juventudes Musicales LO MEJOR DE CADA CASA Tina Tahir Mathias Bothor Dohnányi, Ma, Muti, Pires, Mutter, Dudamel MUTTER DUDAMEL Andreas Garrels E 14 DOHNÁNYI l balance de la pasada temporada de JJMM fue brillante, con el violín irrompible de Anne-Sophie Mutter en portada, el regreso de la pianista Martha Argerich o del flautista James Galway (pese a su programa nada estimulante), el excelente Bach de Hélène Grimaud, un recital de Lang Lang de hechuras desaforadas y, sobre todo, el concierto de Gustavo Dudamel, que al frente de la orquesta de su titularidad firmó una histórica —es literal— Cuarta de Chaikovski. Juventudes, como hace a menudo, responde a un póquer con otro, de modo que casi siempre la vemos doblando apuestas, para regocijo de sus incondicionales. Por estéticas, como es también costumbre, atenderá al Barroco (Cuatro estaciones de Vivaldi, con Joshua Bell de solista, 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 15 AGENDA Madrid. Universidad Politécnica BARROCOS Y ROMÁNTICOS Csaba, Bernius, Meuhold Sheila Rock C DIDONATO Ciclo de Lied. Madrid. http: //teatrodelazarzuela.mcu.es/. Misa en si menor de Bach, con Jordi Savall, El Mesías de Haendel, con Hervé Niquet y Le Concert Spirituel); Clasicismo (Réquiem, Sinfonía concertante de Mozart, varios intérpretes), a Beethoven, Tercera Sinfonía, con Riccardo Muti, Tercero para piano, con Maria João Pires. Multitud de obras románticas, algún clásico del siglo XX (la fugaz aparición de Debussy), y poca o nula música de hoy. Habrá programas muy coherentes (al margen, es obviedad, de los de una sola obra), como el nuevo de Mutter/Orkis con obras de Mendelssohn, Brahms y Debussy, aunque Ravel haya caído de los carteles; otros estimulantes, como el del chelista Yo-Yo Ma, con Schubert, Franck, Shostakovich y Piazzolla. Por cierto que Ma, quien no tocaba en Madrid desde hace años, será la gran recuperación de 20092010, sin olvidar el regreso de los dos grandes directores del curso pasado: Christoph von Dohnányi y Gustavo Dudamel. La asignatura pendiente es la música contemporánea. Tal vez no se ha sabido explicar al público que sus exponentes no son marcianos. Schoenberg proviene de Beethoven y Brahms; Kurtág y Ligeti profesan amor a Bartók; Boulez arranca del segundo estudio de ritmo de Messiaen. ¡Que es la misma tradición, vamos! Joaquín Martín de Sagarmínaga Juventudes musicales. Madrid. http: //www.juvmusicales-madrid.com/. omo ya hiciera en la pasada edición, la Universidad Politécnica propone cinco conciertos para celebrar su XX Ciclo sinfónico en el Auditorio Nacional, que se inicia el 27 de noviembre con un programa de aires barrocos (Vivaldi y Las cuatro estaciones; Bach y su Concierto para oboe y violín BWV 1060) y románticos (la Sinfonía para cuerdas nº 8 de Mendelssohn). Lo interpreta la Orquesta de Cámara Gürzenich de Colonia dirigida por su concertino Torsten Janicke. La Orquesta del Teatro Olímpico de Vicenza y el Coro de la Politécnica, dirigidos respectivamente por Giancarlo di Lorenzo y Antonio Fauró, traen el 18 de diciembre un programa consagrado al romanticismo germano: La cantata Lauda Sion y la Italiana de Mendelssohn junto al Schicksalslied de Brahms. La Orquesta de Cámara Sony de la Escuela Reina Sofía, con Péter Csaba al frente, propone el 26 de febrero un programa de resonancias clasicistas: la stravinskiana Suite de Pulcinella, la Suite de El burgués gentilhombre de Strauss y el Concierto para dos pianos de Mozart con el Dúo del Valle como solistas. El 20 de marzo, el llamado Concierto de Semana Santa encierra la colosal Misa en si menor de Bach que correrá a cargo del hiperactivo Frieder Bernius y el disciplinado conjunto que forman sus habituales Orquesta y Coro de Cámara de Stuttgart. La sesión que, el 29 de abril, clausura la temporada está encomendada a la Sinfónica de Bilbao dirigida por Günter Neuhold. En los atriles un popular monográfico Chaikovski: Quinta y Concierto piano nº 1 con Alessio Bax. Completando la temporada sinfónica, la Politécnica ofrece dos interesantes ciclos de cámara en diversas escuelas universitarias. El primero, Un paseo por Europa de la mano del cuarteto de cuerda, aglutina obras de Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Arriaga, Mendelssohn, Dvorák, Chaikovski, Ravel, Bartók y Shostakovich. El segundo, dividido asimismo en cuatro sesiones, incluye bajo el epígrafe Albéniz y Chopin… no sólo piano diversas composiciones de Chopin, Schumann, Liszt, Chaikovski, Albéniz, Debussy, Granados y Ravel. Ciclos, conviene recordarlo, de entrada libre. Juan Manuel Viana CSABA Universidad Politécnica. Madrid. http: //www.upm.es/. 15 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 16 AGENDA Madrid. Universidad Complutense SOLISTAS DE RELIEVE MÄRKL L a drástica reducción presupuestaria que, en la pasada temporada, acarreó una disminución sustancial en la habitual oferta de conciertos de la Complutense —tan sólo cuatro conciertos, menos de la mitad de lo habitual en anteriores ediciones— se confirma, por desgracia, en ésta que ahora comienza. Un año después del que la Fundación UCM llamó “año de transición, marcado por la continuidad y la búsqueda de soluciones”, el escaso número de veladas sinfónicas en la acostumbrada sede del Auditorio Nacional se repite. El 22 de octubre, Jun Märkl al frente de la Nacional de Lyon inaugura el ciclo con un programa cien por cien francés: Debussy (Preludio a la siesta de un fauno), Saint-Saëns (Concierto para violonchelo nº1) y Berlioz (Sinfonía Fantástica), con la ayuda de Gautier Capuçon como solista en la Alex Bergel Märkl, Oramo, Harding, Foster página central. El 30 de enero, Sakari Oramo y la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo acompañan al pianista norteamericano de origen cubano Horacio Gutiérrez en el Primero de Chopin, de quien se celebra el bicentenario de su nacimiento. Exquisite Corpse de Anders Hillborg y el Concierto para orquesta de Bartók enmarcan la obra del polaco. Los jóvenes músicos de la Orquesta de Cámara Mahler con Daniel Harding al frente presentan el 11 de febrero un comprometido programa Beethoven-Brahms: Obertura de Egmont y Heroica del primero más el Concierto para violín Valencia. Sociedad Filarmónica CUANTAS MÁS ORQUESTAS MEJOR Collegium Musicum de Basilea, Sexteto de Cuerdas de Colonia, Cuarteto Vertavo 16 Coro de la Catedral de San Vito de Praga (22-III): las Litaniæ Lauretanæ y el Salus infirmorum de Zelenka además de la Misa “Nelson” de Haydn. En lo demás llama la atención el Cuarteto para el fin de los tiempos de Messiaen a cargo de Leticia Moreno al violín, Claudio Bohórquez al violonchelo, Katia Skavani al piano y Sasha Rattle al clarinete (2-XI). También por la coherencia de que se reviste el programa del Sexteto de Cuerdas de Colonia: Capriccio de Strauss, Noche transfigura- Yvonne Holth CUARTETO VERTAVO L a programación de la Sociedad Filarmónica de Valencia para la temporada 2009-2010 complacerá el gusto evidentemente muy mayoritario entre sus miembros por los conjuntos orquestales. Así, la mitad de las veinticuatro citas previstas se dedicarán a este apartado. La cantidad, sin embargo, no vendrá acompañada por un renombre parejo de las formaciones que ocuparán el estrado de la sala Iturbi. Muchas de ellas, además, repetirán pese a no haber dejado una huella especial en sus anteriores actuaciones. Tampoco en cuanto a los repertorios abordados se revela un gran interés por la ampliación de horizontes. Así, el Collegium Musicum de Basilea abrirá plaza (19X) con el Dumbarton Oaks como máxima prueba de atrevimiento. También de Stravinski es el Apolo y las musas con que vendrá la Orquesta de Cámara de Gürzenich (30-XI). Vistas las cosas bajo este aspecto, seguramente el programa más atractivo es el que presentarán la Orquesta y el da de Schoenberg y Op. 18 de Brahms. Sus colegas del Stradivari (3-V) repetirán ese Strauss, pero envuelto por Vivaldi y Chaikovski. Intriga al menos suscita el Nuevo Quinteto Italiano, grupo de viento que se anuncia como acompañante de una mezzosoprano y un tenor en arias de Mozart, Verdi, Bizet y Puccini que se interpretarán junto a sendas páginas instrumentales de Gershwin y Rota (23-XI). Ese clavo será remachado por el Spanish Brass Ensemble (29-III). El pianista Andrei Korobeinikov con Chopin y Debussy (9-XI), el pianista Rubén Sánchez y el Cuarteto Hermes (7-XII), y el violonchelista Peter Buck y el Cuarteto Lotus (19-IV) hollarán terrenos mucho más trillados. El Cuarteto Vertavo, al menos, pondrá a Janácek sobre los atriles (1-II). Alfredo Brotons Muñoz Sociedad Filarmónica. Valencia. http: //www.sfilarmonicavalencia.com/. 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 17 del segundo, en el que actúa como solista Isabelle Faust. La breve temporada se cierra el 16 de marzo con Lawrence Foster y la Gulbenkian lisboeta. En los atriles un programa ciertamente original que reúne los nombre de Montsalvatge (Desintegración morfológica de la Chacona de Bach), Weill (Los siete pecados capitales, con Angelika Kichschlager) y Prokofiev (Sinfonía nº 3). Juan Manuel Viana Harald Hoffmann FOSTER Luc Jennepin AGENDA HARDING Universidad Complutense. Madrid. http: //www.ucm.es/. Música en la Red MARTHA http://www.andrys.com/argerich.html M artha. Con eso basta. Todos los aficionados saben que Martha no hay más que una y quienes la adoran, que son muchos, dirían que nunca habrá otra como ella. La ventaja de estos grandes admiradores es que cuando se entregan de verdad comparten su amor a manos llenas. Y ese es el caso de Andrys Basten, un activo compilador de todo lo que hay que saber sobre Martha Argerich y que lo ofrece generosamente en una página llena de cosas. Argerich y Nelson Freire nos dan la bienvenida en una foto tomada en la casa bruselense de ella, una foto de esas que se anima al pasar por encima la flecha que se mueve con el ratón. A partir de ahí empieza la fiesta del admirador o la indagación del estudioso. La página no es un portento de diseño pero es muy cómoda de manejar, con los enlaces bien tratados y a la vista. Naturalmente, la discografía, puesta al día y con todas las rarezas imaginables, y una videografía igualmente completa que se acompaña con ilustraciones a veces muy interesantes y que, partiendo de un corpus general, nos lleva, como a través de distinto suple- mentos a conocerlo casi todo. A continuación las noticias sobre Martha que se han generado en los últimos diez años, pero no en resumen sino con su correspondiente enlace con el lugar de procedencia. Como en muchos casos se trata de conciertos podremos encontrar ilustraciones sonoras, pues hay enlaces con el Festival de Verbier —un pionero en el uso de las retransmisiones por internet— y el Proyecto Argerich de Lugano. Otras ilustraciones no son sonoras pero impresionan igualmente, por ejemplo la que se refiere al recital de Seúl del 6 de marzo de este año. Hay también un listado de todos los conciertos del 2009 —los ya dados y los todavía por llegar, incluidas las cancelaciones— e incluso alguna cita para el 2010. No es una mera sucesión de fechas, pues muchas veces podemos enlazar con la página del festival, la temporada de abono o la sala de conciertos de que se trate, animarnos, y sacarnos la entrada. Y en todo momento se nos invita a enviar información, datos, enlaces o cualquier cosa que pueda incrementar el acervo documental acerca de Martha Argerich. 17 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 18 AGENDA Se entregaron los Premios Campoamor OVIEDO, DE GALA TODO POR LA AUDIENCIA Carlospictures E B ajo la dirección escénica de Marina Bollaín y musical de Friedrich Haider, se entregaron en Oviedo los galardones correspondientes a la cuarta edición de los Premios Líricos Fundación Teatro Campoamor. Bollaín planteó la gala —que se ha convertido ya en una de las citas inexcusables del año— con excelente ritmo, introduciendo una acción divertida y eficaz en la que participaron las actrices Esperanza Pedreño —que fue la presentadora— y Paula Galimberti y los cantantes Ismael Jordi y Simón Orfila. Como ya sucediera el año pasado, no faltó a la cita ninguno de los premiados, incluida la gran Christa Ludwig, protagonista, como correspondía al reconocimiento a toda una carrera, de la mayor ovación de la noche y que lució con gracia sus espléndidos 81 años. Neopercusión ZAPPA EN GALILEO Scott Rockland T 18 Del Liceu al Palau ras quince años de actividad Neopercusión —Juanjo Guillem, Juanjo Rubio y Rafa Gálvez más sus invitados— es, sin duda, uno de los mejores grupos de su especialidad por el mundo adelante. Seguramente volverán a demostrarlo en Madrid en un programa que cierra su pequeña serie de actuaciones veraniegas en la capital y que se presenta apasionante. Primero porque ellos son de los que insisten en la importancia y la personalidad intransferible de la obra de Frank Zappa y por eso proponen arreglos de Inca Road o The Black Page. Y luego porque estrenarán en España una pieza de Karlheinz Stockhausen, Musik im Bauch, casi un ritual en el que los músicos deben ser también actores. Madrid. Centro Cultural Galileo. 24-IX-2009. Neopercusión. Obras de Zappa y Stockhausen. n una reciente entrevista, tras su último recital en el Liceu, el barítono Matthias Goerne me confesaba que, de los muchos peligros que se ciernen sobre el futuro de la música clásica —la insistencia en el repertorio más trillado, el envejecimiento de la audiencia, el creciente desinterés de los medios de comunicación por el hecho musical…— consideraba que el más temible era la búsqueda de grandes audiencias, que ya está causando estragos, advertía, en la programación de muchos festivales, auditorios y teatros obsesionados por captar público a toda costa. Y lanzó una contundente advertencia: “La obsesión por la audiencia acabará matando el arte”. No le falta razón a este excelente liederista que odia la superficialidad que hoy rodea el mundo de la música, desde ese Festival de Salzburgo, antaño meta para voces ya consagradas y hoy convertido en plataforma publicitaria de cantantes noveles, a la inconsistencia de esas nuevas estrellas del piano, el violín, la ópera o la dirección orquestal que se quedan en casi nada sin el descomunal aparato publicitario que les rodea. En esas peligrosas aguas nadan ya la mayoría de los festivales de verano que se celebran en Cataluña, tan empeñados en la búsqueda de grandes audiencias que están dispuestos a sacrificarlo todo para conseguirlas. Lo llaman eclecticismo, cuando lo único que se esconde bajo esa socorrida excusa es una absoluta falta de imaginación en las propuestas musicales y un cada vez más indisimulado desprecio hacia los repertorios e intérpretes que no tienen tirón popular en la taquilla. Ya casi han desaparecido buena parte de las señas de identidad de algunas de las citas con más solera del verano musical y, un año más, hemos visto como, donde antes reinaba la música clásica, ahora mandan las viejas estrellas del rock, el pop y el jazz más consumista, o las músicas del mundo más domesticadas por el mercado. Quedan algunas citas que no renuncian a su compromiso clásico: el Festival de Torroella de Montgrí y la Schubertiada de Vilabertrán, donde, por cierto, Goerne dice sentirse como en casa, encabezan una lista cada vez más reducida, en la que es de justicia incluir, pese a lo limitado de su presupuesto, el ciclo de Concerts de Mitjanit de Sitges o la oferta camerística del Festival Castell de Santa Florentina (Canet de Mar). El resto parecen clónicos, siempre al hilo de estrellas mediáticas capaces de lograr lo único que realmente parece interesar a sus promotores: unos minutos de gloria en el Telediario. La única novedad, nada tranquilizadora por cierto, es que algunos festivales de los que han renunciado a su compromiso con la ópera y los grandes conciertos, este año han incluido modestos ciclos paralelos en la programación en los que se cubre el repertorio clásico, en especial la música catalana, y a ser posible interpretada por solistas o grupos de cámara catalanes. No crean que esos ciclos han nacido por amor al arte ni por pasión divulgadora. Sólo son, simplemente, un trámite necesario para acceder al parque de las subvenciones, cada vez más limitadas, que para estos menesteres otorga la Generalitat de Cataluña. Lo que prima, digámoslo claramente, son bolos de lujo en busca de audiencias masivas, y por eso no debe extrañarnos que la música clásica, también en verano, atraviese un momento tan critico que, si nada ni nadie lo remedia, acabará en un doloroso entierro. Javier Pérez Senz 244-Pliego 1:207-pliego 1 27/07/09 16:25 Página 19 AGENDA Festival de Alicante 24 AÑOS, 25 EDICIONES E l Festival de Alicante celebra número redondo: su XXV edición aunque tenga veinticuatro años de vida y, por tanto, la posibilidad de que el año que viene haga lo propio con su primer cuarto de siglo. Para la efemérides de este se ha conseguido articular una excelente programación, equilibrada en las propuestas propias y foráneas y que recoge nada menos que el estreno de doce obras nuevas de Sotelo, Mendoza, Sodomka, Bru Casanova, Pellicer, Valero Castells, Megías, Iges —dos— y Torres, de las que cinco son encargos directos del Centro para la Difusión de la Música Contemporánea. Abrirá, el día 18, el Grup Instrumental de València con Joan Cerveró a la batuta y el guitarrista Cañizares; y cerrará, el viernes 25, Carles Santos con el Grup Instrumental Barcelona 216 y el Teatre Lliure en el espectáculo Piturrino fa de músic. A lo largo de la semana desfilarán por el Teatro Principal o el Arniches grupos como musikFabrik —con Anu Tali—, el Kronos Quartet —la gran atracción “para todos los públicos” de esta edición del Festival— y el Cuarteto Diotima, así como el clarinetista Joan Enric Lluna, el acordeonista Esteban Algora o la pianista Carmen Martínez. Como siempre, la creación radiofónica tendrá un lugar especial, esta vez con propuestas a cargo de Andrea Sodomka y Debashis Sinha. http://cdmc.mcu.es/ Publicado por la Residencia de Estudiantes LA BROMA WAGNERIANA DE PEPÍN L a Residencia de Estudiantes ha publicado Visita de Richard Wagner a Burgos, un texto de Pepín Bello bajo la forma de una carta que le escribe su amigo Alfonso Buñuel relatándole la estancia del compositor alemán en Castañares, localidad burgalesa en la que viviera una temporada el propio Pepín. La epístola es una deliciosa broma, surrealista desde luego pero también tierna con quien seguramente no lo era tanto. En su retrato burgalés Wagner sale muy favorecido y el lector pasa un rato estupendo, echando de menos al fin que el gran Pepín Bello no hubiera convertido la carta, al menos, en un relato corto. El libro incluye algunas ilustraciones así como una introducción y un apéndice a cargo de Andrés Ruiz Tarazona, quien anota igualmente esta divertidísima Visita. José “Pepín” Bello, Visita de Richard Wagner a Burgos. Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2009. 132 páginas, 11 euros. 19 AC T U A L I DA D Música Antigua Aranjuez BONNO VUELVE AL TAJO Thorn Castro Capilla del Palacio. 27-VI-2009. Klara Ek, Ruby Hugues, Jordi Domènech, María Hinojosa. La Compañía del Príncipe. Aranjuez. Director: Pablo Heras-Casado. Bonno, L’isola disabitata (versión teatralizada). NAC I O NA L ACTUALIDAD ARANJUEZ ARANJUEZ Jordi Domènech, María Hinojosa, Klara Ek y Ruby Hugues con la Compañía del Príncipe y Pablo Heras 20 La conmemoración en 2009 de los 250 años de la muerte de Fernando VI ha traído a la última edición del festival Música Antigua Aranjuez la programación de una obra muy interesante. Se ha recuperado en tiempos modernos una ópera que se estrenase, en 1753, en este mismo Palacio de Aranjuez; se trata de L’isola disabitata, en un acto, con libreto de Metastasio y música de Giuseppe Bonno. En tanto que proyecto de Farinelli, se movilizó al libretista más famoso de la época —que aquí, sin embargo, salió del paso aplicando tres o cuatro fórmulas de éxito y cerrando la acción de manera más bien brusca— y a un compositor ahora olvidado pero de más que obvio oficio. La recuperación musicológica y la dirección artística del proyecto se han debido a Juan Pablo Fernández Cortés. Por muy tópica que sea la historia, repleta de equívocos y supuestos abandonos, lo cierto es que el libreto de L’isola disabitata fue puesto en música por varios autores, lo que prueba su éxito, entre ellos Haydn. La música de Bonno es funcional, recorre los varios estados de ánimo que son imaginables y da ocasión de lucimiento a los cuatro cantantes. El reparto ha tenido un gran nivel, basculando en torno al matrimonio separado por extrañas circunstancias, la brillante Costanza de Klara Ek y el expresivo Gernando de Jordi Domènech. Luminosa e ingenua la Silvia de Ruby Hugues, encargada del papel posiblemente menos verosímil, pues se supone que nunca ha visto un hombre, y toda una revelación, por estilo y desempeño vocal, el Enrico de María Hinojosa. La versión se anunciaba como “teatralizada”, lo que era mucho decir, ya que los cantantes, partitura en mano, expusieron una versión de concierto amenizada con algunos gestos y entradas y salidas. No le importó demasiado al público, a juzgar por su muy entusiasta reacción al acabar la obra. Pablo Heras-Casado consiguió una estupenda respuesta de la joven orquesta, aunque quizá con mayor elocuencia en los acompañamientos enérgicos que en los delicados. Una velada deliciosa, en todo caso, que además contribuye a revivir un momento histórico del pasado de nuestra vida musical Enrique Martínez Miura 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 21 ACTUALIDAD BARCELONA Refinamiento, efusión SCHUBERT, DE OTRA MANERA BARCELONA Otras canciones de Schubert y, sobre todo, otra manera de interpretarlas. La alteridad se establece, inevitablemente, con respecto al concierto de Thomas Quasthoff, que reseñábamos en el anterior número de la revista. Y es que, si no es inevitable, al menos es muy difícil sustraerse a la comparación, no sólo porque el de Quasthoff fue el recital inmediatamente anterior en el Liceu, sino sobre todo porque Bostridge propuso un acercamiento a Schubert completamente distinto. En lugar de un ciclo completo y unitario de Lieder, Die schöne Müllerin, ofrecido sin interrupción, una serie de canciones sobre textos de diversos autores, en unos casos compuestas aisladamente, en otros entresacadas de grupos de ellas publicados bajo un mismo número de opus. Eso permitió la acostumbrada pausa entre dos partes convencionales, pues no había que respetar la integridad de un ciclo, pero, por otra parte, no Bofill Gran Teatro del Liceo. 3-VII-2009. Ian Bostridge, tenor; Julius Drake, piano. Schubert, Lieder. IAN BOSTRIDGE deparó el mismo grado de tensión emocional. Un recital, pues, que ofrecía mayor variedad y mayores posibilidades —no siempre aprovechadas, por cierto— de contraste y que supuso una elección hecha con otros criterios, entre los que el de unidad poética no era tan importante o, al menos, evidente, y el de lucimiento canoro ocupaba, en cambio, un lugar privilegiado. Porque, evidentemente, Ian Bostridge canta muy bien, maravillosamente. Su voz, básicamente una voz blanca muy característica y uniforme en el registro medio, cambia de color en el agudo y nos hace pensar a veces casi en un contratenor; su timbre, su línea de canto también a veces nos despista: nos ponemos a pensar —con más capricho que justicia— qué Monteverdi o qué Purcell o qué Britten debe cantar en lugar de pensar qué original Schubert sí estamos escuchando. Más que poemas en música a veces creemos escuchar pequeñas arias. Por supuesto que Bostridge sirve al texto poético —no podría ser de otra manera dada su inteligencia, su refinamiento—: el expresivo casi sotto voce con que ofreció Auf der Brück, el remanso lírico, apaciblemente declamado de Aus Helipolis II, la emoción lírica de Sei mir gegrüsst, entre otros bellas recreaciones, lo recordaron. Pero lo suyo es la efusión del canto, el cuidado exquisito de la emisión sonora y de la agilidad, desde la bravura contenida de Über Wildemann hasta la absoluta pureza canora de Totengräbers Heimweh. Y ahora párrafo aparte para el pianista Julius Drake, al que escuchábamos en directo por primera vez. Es sencillamente un pianista ideal para Schubert, en la línea de los grandes, un explorador artístico de toda la importancia del piano en los Lieder y al mismo tiempo un colaborador perfecto del solista. Ambos intérpretes hicieron una música concertante que siempre mantuvo alto el interés. José Luis Vidal Ciclo de Barcelona 216 TRAS LOS PASOS DEL LLIURE Barcelona. Auditori. 30-VI- 2009. Barcelona 216. Director: Diego Masson. Shostakovich, Nueva Babilonia. E l conjunto Barcelona 216 ha cerrado su temporada en el Auditori con una muy seductora propuesta, la interpretación de la música compuesta por Dimitri Shostakovich para la película muda Nueva Babilonia de Gregori Kozintsev y Leoniv Trauberg acompañando la proyección del histórico film de 1929. Es curioso, lo mejor que está haciendo Barcelona 216 desde que tiene temporada propia recuerda y mucho la línea programática que hizo famosa a la injustamente defenestrada Orquestra de Cambra Teatre Lliure. En esa línea se inscribe, por ejemplo, el monográfico Frank Zappa de hace unos meses y los que piensan dedicar la próxima temporada a Cage, Goebbels y Pärt. No es mal ejemplo a seguir, pero deben andarse con cuidado: si lo del Lliure funcionó bien fue por la implicación y el talento de Josep Pons a la hora de liderar el proyecto sin bajar el listón de calidad. Y lo que necesita Barcelona 216 para consolidar su futuro es, precisamente, un director capaz de entregarse en cuerpo y alma a esa tarea. De momento, el nivel de sus conciertos es demasiado irregular, en función de la calidad de los músicos reclutados para la ocasión y, naturalmente, del director que asume cada programa. Hizo un buen trabajo Diego Masson con la partitura de Shostakovich, en la que hay más oficio que inspiración en demasiadas escenas. Lo mejor, claro, suena cuando brotan la ironía y el sarcasmo y Shostakovich deforma hasta lo grotesco canciones revolucionarias francesas o el célebre Can Can del Orfeo en los infiernos: el choque de la música con las escenas, lejos siempre del mero acompañamiento, depara estupendos momentos. En cuanto a la proyección, el film se mueve dentro de los postulados estéticos de la Fábrica del acto excéntrico (FEKS) que habían fundado Kozintsev y Trauberg en San Petersburgo en 1922, y alterna con cinéfila ingenuidad imágenes de gran fuerza con una glorificación de la Comuna de París que roza el delirio. Javier Pérez Senz 21 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 22 ACTUALIDAD BARCELONA Virtudes y defectos de un montaje DIEZ AÑOS DESPUÉS Barcelona. Gran Teatre del Liceu. 21-VII-2009. Puccini, Turandot. Maria Guleghina, Marco Berti, Ainhoa Arteta, Stefano Palatchi, Gabriel Bermúdez, Eduardo Santamaría y Viçenc Esteve Madrid. Polifònica de Puig-reig, Coro Infantil de la Escuela de Música Nou Barris, Director musical: Giuliano Carella. Directora de escena: Núria Espert. Coproducción del Liceo y la ABAO. E l Liceu ha despedido su temporada con la reposición del montaje de Turandot que en 1999 inauguró el reconstruido teatro. Diez años después de su estreno y cinco desde su primera reposición, la producción dirigida escénicamente por Núria Espert mantiene el tipo, incluso sus virtudes se disfrutan ahora más —lujoso montaje, con decorados monumentales, brillante vestuario, fantástica iluminación…en fin, nada que ver con las propuestas minimalistas o transgresoras tan habituales en el coliseo barcelonés. Lo único que levanta ampollas —aunque ahora, curiosamente, con menos virulencia que hace diez años— es el nuevo final que propone Núria Espert, en el que la fría y cruel princesa china acaba suicidándose al ser incapaz de amar. La actriz y directora catalana, ya así lo manifestó en su día, no soporta el tradicional final feliz de la ópera, un final que, ciertamente, no funciona bien ni en lo musical —a pesar del oficio de Franco Alfano, el farragoso dúo final queda lejos de la inspiración y la brillantez de Puccini, ni en lo teatral: para imaginarse a la gélida y sanguinaria Turandot derretida de amor por Calaf tras un beso hay que tener unas inmensas tragaderas teatrales. Quizá con la música soñada por Puccini que la muerte le impidió escribir, ese gran dúo final habría sido algo absolutamente memorable. Pero no pudo ser. No salió Espert a saludar al final de la función —la última vez que lo hizo, en la temporada 2004-2005, se llevó un sonoro abucheo, así que en esta ocasión el único que se llevó un contundente varapalo por su labor en el foso fue Giuliano Carella: sonido áspero, vio- lento y confuso, escaso refinamiento y sentido del detalle, y demasiados altibajos en una respuesta orquestal absolutamente mediocre. Menos mal que el notable rendimiento de las voces solistas y la masa coral elevaron, y mucho, la temperatura del espectáculo. Lo mejor de la noche fue el debut escénico de Ainhoa Arteta —ya era hora, por cierto, tras tantos años de inexplicable ausencia— con una interpretación de Liù de conmovedores acentos líricos, matizada con buen gusto, elegancia y pianísimos de impecable factura. En lo teatral, la soprano vasca fue, de lejos, la mejor actriz del reparto, siempre en situación, sin cabos sueltos en la composición del personaje. Se llevó con toda justicia los aplausos más intensos, y con toda justicia, porque está en un momento vocal radiante. Maria Guleg- hina puso toda su artillería vocal, que no es poca, al servicio de una Turandot algo pasada de decibelios y con no pocas durezas, pero jugosa en colores vocales y de estremecedora potencia. Valiente, con aplomo y medios de gran consistencia, Marco Berti fue un Calaf de buena línea, firmes agudos y muy apreciables matices líricos. A muy buen nivel Stefano Palatchi, que domina sin problemas el papel de Timur —es, por cierto, el único solista que actúo en el estreno de este montaje—, e impecable labor del veterano Josep Ruiz en el papel de Emperador; en el otro lado de la balanza hay que situar la irregular y poco convincente actuación en el trío de ministros de Gabriel Bermúdez, Eduardo Santamaría y Vicenç Esteve Madrid. Javier Pérez Senz Conciertos del Camino de Santiago LA SENDA DE LA CONCORDIA 22 TON KOOPMAN Estos conciertos del Camino de Santiago son una pequeña maravilla. Desde el año 2004 unos extraordinarios coros han actuado en iglesias con un repertorio amplísimo, fijado mayoritariamente en el Barroco. Sesiones de una hora, sin aplausos, que dejan extasiado al personal en una comunicación estética insustituible. Este año le ha tocado el turno a Ton Koopman y su extraordinario coro. El músico holandés, que ha grabado todas las Cantatas de Bach, es un estupendo organista, lo demostró en los dos solos Jaap van de Klomp CARRIÓN Carrión de los Condes. Iglesia de San Zoilo. 16-VII-2009. Coro Barroco de Ámsterdam. Director: Ton Koopman. Obras de Cererols, Comes, Cabanilles, Romero y D. Scarlatti. que tocó, y un eficientísimo rector de un coro de veinte componentes, dúctil, versátil en los tutti y también en la descomposición de las voces (incluyendo los continuos cambios de posición de los cantantes) que enri- quece las partituras que interpreta: Misa de batalla de Cererols, los bellos villancicos de Comes, la música sacra de Romero o el Te Deum de Scarlatti. La poesía acudió a la cita en una sesión espiritual y artística que pasó como un soplo. Los dos regalos, Sweelinck y Johann Sebastian Bach colmaron otra de las sesiones del Camino que permanecen y hacen necesarias estas citas del mes de julio. Un regalo precioso y conmovedor dentro de la seriedad de la propuesta. Fernando Herrero 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 23 ACTUALIDAD BILBAO Gran éxito de Lluís Pasqual TIEMPOS DE RADIO Y DE ZARZUELA La pasada temporada del Teatro Arriaga, cuyo balance artístico no puede ser por cierto más esperanzador, se cerró con estas dos zarzuelas de Fernández Caballero que compartieron función en una noche marcada por la poderosa influencia de Lluís Pasqual en el devenir teatral de ambas. Lejos de sugerir un planteamiento escénico al uso, el director catalán se permitió la licencia de deconstruir los argumentos de las dos obras para insertarlas en un programa en directo de la radio española de los años cincuenta. Su intención fue obviamente ironizar en torno a lo ridículo de la propaganda torpe y paleta (pero en todo caso eficaz) dispuesta entonces por los medios públicos, para lo que convirtió Chateau Margaux en un cochambroso concurso de canto en tanto que retransmitía una función de La viejecita desde los mismos estudios de la radio. Una traslación de esta magnitud implica necesariamente el recurso de efectos un tanto forzados y una renuncia más que parcial a los aromas castizos inherentes a este sector del repertorio. Así y todo, como sátira y como espectáculo teatral el trabajo de Pasqual es de primerísimo orden, y lo que es obvio es que el público, sobre todo el más añoso, se lo pasó en grande riendo y sonriendo ante sí mismo y ante sus propios recuerdos. Dignos fueron a su vez los niveles alcanzados en el campo musical, con un Miquel Ortega capaz de Moreno Esquibel BILBAO Teatro Arriaga. 28-VI-2009. Fernández-Caballero, Chateau Margaux y La viejecita. Sonia de Munck, Borja Quiza, Emilio Sánchez, Valeriano Lanchas, José Manuel Díaz, Lander Iglesias, Jesús Castejón. Coro Rossini. Bilbao Philharmonia Orquesta. Director musical: Miquel Ortega. Director de escena: Lluís Pasqual. Nueva producción del Teatro Arriaga en coproducción con el Festival Grec de Barcelona y el Teatro Campoamor de Oviedo. La viejecita en el Teatro Arriaga sacar el máximo partido de la joven Bilbao Philharmonia. La soprano Sonia de Munck, de medios frescos, sanos y ligeros, no pudo en cambio evitar ciertos problemas de afinación, compensados en parte por su esmerado fraseo. Muy divertido y musical estuvo el tenor zamorano Emilio Sánchez en Chateau Margaux, igual que el gallego Borja Quiza en La viejecita, donde su pulida vis cómica nos dejó un segundo cuadro antológico. A su voz, eso sí, le falta recorrido para alcanzar una verdadera estatura baritonal, pues suena aún un tanto atenorada. La veterana pericia escénica de Jesús Castejón, unida a la solvencia de José Manuel Díaz, Valeriano Lanchas y Lander Iglesias, no hizo sino sumar enteros para que el mensaje de Pasqual llegase al fin con toda claridad y en todo su hilarante esplendor. Asier Vallejo Ugarte XXIX Festival de la Guitarra VIEJOS Y NUEVOS MAESTROS CÓRDOBA Gran Teatro. 1-VII-2009. Manolo Sanlúcar, guitarra. Orquesta de Córdoba. Director: Carlo Palleschi. 11-VII-2009. María Bayo, soprano; Pepe Romero, guitarra. Teatro Cómico. 3, 4 y 5-VII-2009. Marco Socías, Fernando Espí y Javier Riba, guitarra. Sala Orive. 2 y 7-VII-2009. Manuel Barrueco, guitarra. Cuarteto Latinoamericano. David Russell, guitarra. El Festival de la Guitarra de Córdoba es, con un total de veinticinco conciertos que abarcan todos los géneros, uno de los estandartes culturales más importantes de la ciudad de los califas, al convertirse en punto de encuentro de grandes artistas y foco de atención de los profesionales del instrumento hispánico por antonomasia. Su inauguración estuvo a cargo de una de figuras indiscutibles del flamenco como es el gaditano Manolo Sanlúcar que, desde su guitarra, ha querido hacer un homenaje sinfónico a su tierra con la obra Música para ocho monumentos en los que ha tratado de evocar la belleza de algunos de los lugares arquitectónicos andaluces más singulares. La obra respira jondo y contemplación, dejando un aroma flamenca muy bien captada por el maestro Palleschi dirigiendo la Orquesta de Córdoba. El concierto de clausura estuvo protagonizado por otro andaluz, el director y compositor cordobés Lorenzo Palomo (1938). Sus dos ciclos de canciones Mi jardín solitario y Madrigal y cinco canciones sefardíes fueron interpretados con gran sentimiento por María Bayo, que supo realzar la añoranza de los textos de Celedonio Romero en el primer cuader- no y cargó de sentimiento el segundo, haciendo que, junto a la virtuosa guitarra de Pepe Romero, la intimidad del canto adquiriera un elevado sentido estético. Manuel Barrueco, con el Cuarteto Latinoamericano, hizo un programa variado en géneros en el que destacó la obra Bay of Pigs de Michael Daugherty y los arreglos Tango Sensations, Milonga del Ángel y Muerte del Ángel del gran Piazzolla. Su presencia cada año en Córdoba se hace inevitable a la vez que natural. David Russell, maestro de la trascripción, mostró su virtuosismo en obras de Couperin, Bach y Vivaldi, sobresaliendo en las exquisitas piezas Paquito, Sueño, Las dos hermanitas y Alborada de Tárrega. Éste, junto a Rodrigo y Albéniz, de los que se cumplen aniversarios, han sido el eje conductor del apartado clásico con la intervención de tres jóvenes guitarristas: Marco Socías dominando la obra del maestro saguntino, especialmente en Junto al Generalife, Javier Riba disfrutando en su visión de Albéniz con una seria interpretación de Córdoba y Fernando Espí dando toda una lección magistral del arte de Francisco Tárrega en un monográfico que quedará para la historia de este festival. José Antonio Cantón 23 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 24 ACTUALIDAD GRANADA De la música en tiempos de la expulsión de los moriscos al Bruckner de Barenboim FESTIVAL EQUILIBRADO LVIII Festival Internacional de Música y Danza de Granada. 26-VI/14-VII-2009. Sentarse y sentir. GRANADA Esta LVIII edición del Festival Internacional de Música y Danza de Granada ha alcanzado el equilibrio entre rememoración e innovación, entre grandes orquestas e intimidad de la música de cámara. Y eso que sobre el papel las perspectivas eran mucho más modestas: reducción del número de formaciones orquestales, prácticamente olvido de las formaciones historicistas en los lugares de mayor aforo (salvo por la presencia de la Orchestre Révolutionnaire et Romantique en la ópera Carmen), escaso recurso a escenarios diferentes de los tradicionales y versión en concierto de la ópera de rigor. El concierto inaugural, el viernes 26 de junio, participó de la escasa fortuna que parece perseguir a semejantes ocasiones. La velada, más allá de la posible inadecuación de comenzar el Festival con un recital vocal en un lugar como el patio del Palacio de Carlos V, de notoria dificultad acústica para formaciones pequeñas, pudo acabar en catástrofe a juzgar por el trato que la soprano Edita Gruberova, acompañada al piano por Friedrich Haider, infligió a los Lieder de Mozart con los que comenzó. Schubert sufrió inicialmente parecida suerte, pero los últimos Lieder de la serie (Canción de Mignon, A Silvia, Margarita en la rueca y especialmente El pastor en la roca, acompañada por un excelente Carlos Gil al clarinete) revelaron a la Gruberova como insospechada liederista, como en su casa también en la segunda parte del recital, sobre todo en el Op. 83 de Dvorák y algo menos en las canciones de juventud de Richard Strauss. Por su parte, el a priori patito feo resultó ser un magnífico cisne. La cantante local Mariola Cantarero, arropada por la Orquesta y Coro Ciu- 24 dad de Granada dirigidos por David Parry, ofreció el miércoles 1 de julio un exigente recital con arias de Rossini, Donizetti, Bellini y Verdi, con punto culminante en las escenas de locura de I puritani y Lucia di Lammermoor y el final del acto I de La traviata. Parry confirmó su dominio de la música vocal italiana posrossiniana y la cantante superó las expectativas de un acontecimiento en principio puramente granadino, con un nivel que no desmerece del que en su tiempo tuviera Gruberova en los mismos roles. Relevo generacional, por tanto. Sin salir del apartado de voces, hay que reseñar la coproducción de Carmen que vimos el viernes 3 de julio, anteriormente estrenada en la Ópera Cómica parisina, ofrecida en Granada en versión de concierto que en nada hizo añorar forzadas puestas en escena, precisamente gracias al excelente trabajo escénico previo de Adrian Noble. El protagonista principal, tanto vocal como teatralmente, fue el Coro Monteverdi y tampoco debe desdeñarse el trabajo filológico llevado a cabo por Gardiner y su orquesta historicista sobre la partitura editada por Richard Langham-Smith, basada más en los materiales de las primeras ejecuciones que en los manuscritos, que restablece varios cortes tradicionales, entre ellos una argumentalmente interesante (no tanto desde el punto de vista musical) “Escena del inglés” previa al conocido coro de niños. Entre los solistas destacaron quienes cantaron los papeles principales: como Carmen, una Anna Caterina Antonacci de registro escasamente sonriente, de voz no muy grande pero grandísima presencia escénica; como Don José, Andrew Richards, que fue de menos a más; como Micaela, AnneCatherine Gillet, de voz muy bella y teatralmente nada ñoña, y algo más estereotipado como el “torero de Granada”, Nicolas Cavallier. Bajo el título colectivo La música en tiempos de la expulsión de los moriscos, en conmemoración del cuarto centenario del acontecimiento, se han desarrollado los conciertos matinales de los tres fines de semana del Festival. El título permite la confrontación entre músicas quexas?, especialmente basado en el prebarroco Cancionero de la Sablonara, pero con incursiones en cancioneros renacentistas anteriores, lo que perjudicó algo a la coherencia. Buena realización instrumental, aunque las voces de Celia Alcedo, Marta Infante e Isidro Anaya fueron sólo correctas. El 5 de julio en el crucero del Hospital Real, el grupo del violagambista Philippe Foulon Mariola Cantarero y David Parry con la Orquesta Ciudad de Granada “cristianas” y “moriscas”, en una alianza virtual de civilizaciones, correctora de una injusticia ya lejana. Otra cosa es el valor musical de la idea, realizada a través de una improbable “fusión”. No asistí a uno de los conciertos más prometedores de la serie, el del 4 de julio en San Jerónimo con el Réquiem de Victoria por el grupo Stile Antico. El sábado 27 de junio, el organista Andrés Cea, en la Parroquia del Salvador del Albaicín, ofrecía una visión de paz curiosamente nutrida con un hispánico repertorio de batalla de la época, con obras de Titelouze, Correa de Arauxo, Byrd, Cabanilles, Joseph Ximénez y Peeter Cornet. Al día siguiente, en el crucero del Hospital Real, el Grupo de Música Barroca La Folía dirigido por Pedro Bonet, ejecutó un programa con el título ¿A quién contaré mis presentaba bajo el rótulo de El jardín oscuro un programa de síntesis de las tres culturas de Al-Andalus, con la presencia del contratenor marroquí Rachid Ben Abdeslam. De todo el programa interpretado, destacaron los textos sefardíes y de los cancioneros renacentistas. La serie se cerró el fin de semana siguiente con la intervención de la Capella de Ministrers, con dos programas: uno, en San Jerónimo el sábado 11 de julio, acompañado del Coro de la Generalitat Valenciana, bajo el título de Música angélica, con un programa muy bien estructurado, en secuencia cronológica, desde Cantigas de Santa María de tema valenciano hasta el Canto de la Sibila del Breviario de Don Martín I de Aragón. Las mejores interpretaciones correspondieron a las intervenciones del coro en las piezas del Llibre Ver- 244-Pliego 2FILM.QXP:Actualidad 06/08/09 12:09 Página 25 AC T U A L I DA D GRANADA segundo día. Espléndidos los Ives dirigidos por Tilson Thomas y algo vacilante el Debussy del primer día. Probablemente hubiéramos disfrutado de un programa más coherente con un “todo Ives” o incluso si Barenboim hubiera dejado a Tilson Thomas la Décima (¿completa?) de Mahler. Por su parte, Barenboim se llevó la parte del león con tres conciertos heterogéneos sucesivos: el 10 de julio con el Adagio de la citada Décima de Mahler, la Obertura Ruy Blas de Mendelssohn y el Concierto para piano nº 3 de Beethoven, en que actuó como solista, con propina (Tilson Thomas, en Images de Debussy, Barenboim en la Sinfonía de Carter) con objeto de dejar al final las partes más brillantes o menos arduas. En otra división orquestal, la Orquesta de Córdoba proporcionó muy dignamente la música al Lago de los cisnes de Chaikovski que bailó el Royal Ballet londinense los días 7 y 9 de julio, a pesar de una amplificación que como en el antiguo teatro del Generalife distorsiona horriblemente los bajos. Dirección funcional y eficacísima de Valeri Ovsianikov. El capítulo de música de cámara ha sido parco para desconocida en conjuntos de instrumentos historicistas. Aún más atesorable fue la versión del Quinteto con clarinete de Brahms. El día anterior, el propio Hoeprich, sustituyendo al previsto Carles Riera, acompañaba a Maggie Cole, Corrado Bolsi, Jaap ter Linden, Alayne Leslie, Josep Borràs y Ab Koster en obras de Haydn y Mozart (los Tríos para piano nºs 24 y 25 del primero, la Sonata nº 11 y el Quinteto para vientos y piano K. 452 del segundo). En ambos casos se trataba de explorar el exotismo balcánico expresado en fórmulas como Alla turca, alla ongarese o alla zingarese. Pepe Torres mell de Montserrat. El domingo 12 de julio, en el crucero del Hospital Real, acompañado por el Ensemble Akrami, dirigido por Mohamed Amin El Akrami, en un programa titulado El jardín perdido sobre música y poesía andalusí en la Valencia de los siglos XII y XIII. Los momentos más interesantes fueron los dúos entre Abderrahim Abdelmoumen y Pilar Esteban, respectivamente en árabe y valenciano, aunque sea legítimo dudar acerca de la pervivencia real de una tradición musical andalusí en la actual escuela marroquí. Las grandes orquestas Momento del ensayo de Carmen de Bizet Daniel Barenboim con la Staatskapelle de Berlín estuvieron bien representadas: la Orquesta Sinfónica de Londres, bajo la dirección de Michael Tilson Thomas, y la Staatskapelle Berlin, bajo su titular vitalicio Daniel Barenboim. El primero, el sábado 27 de junio, con un programa predominantemente francés (Images de Debussy y Rhapsodie espagnole y Concierto para piano en sol menor de Ravel, Chôros nº 10 de Villa-Lobos como “intruso”) y otro, el 29 de junio, predominantemente ruso (Concierto para piano nº 3 de Prokofiev y ballet completo El pájaro de fuego de Stravinski, en este caso acompañados por dos obras de Ives). En ambas ocasiones tocó el piano una jovencísima Yuja Wang, deslumbrante en el Prokofiev y aún más en una doble versión MozartHorowitz del movimiento alla turca de la Sonata nº 11 que ofreció como propina el los gustos de quien suscribe, pero de enorme calidad. Por un lado, la extraordinaria ejecución integral el 6 de julio de la Iberia albeniciana por el joven y ya consagrado Luis Fernando Pérez, autor además de notas de extrema perspicacia. Interpretación musculada, que mira también hacia atrás, al romanticismo, y no sólo al folclorismo españolista. Sus propinas fueron generosas con la obra de Albéniz. Por otro lado, la ausencia de un cuarteto de cuerda en la programación estándar fue suplida con creces por la actuación el 14 de julio en el Patio de los Arrayanes del London Haydn Quartet, junto al clarinetista Eric Hoeprich, como conciertos extraordinarios de los Cursos Manuel de Falla. Y en verdad que su recreación de dos cuartetos de Haydn, el Op. 17, nº 6 y el Op. 54, nº 2, ha ido unida a una tersura chopiniana incluida. El 11 de julio, con la sinfonía Sum fluxæ pretium spei de Elliott Carter (cuyo primer movimiento como pieza independiente Partita encargó el propio Barenboim en su etapa en Chicago), el Preludio y muerte de Isolde y la obertura de Los maestros cantores de Wagner. Y el 12 de julio, clausurando el Festival “ordinario” con una imponente interpretación de la Sinfonía romántica de Bruckner. Como siempre, mejor Bruckner que Mahler, aunque en absoluto es Barenboim un mahleriano desdeñable, pero la ejecución aislada del Adagio de Mahler, desprovisto de puntos de referencia, y rodeado de compositores emocionalmente lejanos al maestro bohemio, hizo desear otra solución más apropiada. Como anécdota reseñable, ambos maestros realizaron alteraciones en el orden usual de algunas piezas Capítulo aparte merece el estreno, encargo del propio Festival en coproducción con el Instituto Valenciano de la Música, de la obra de Sánchez-Verdú Libro de las estancias. Obra pensada para un espacio concreto, el patio interior de la sede de Cajagranada, pero dotada de valores más allá de lo anecdótico que pueden asegurarle un puesto en el repertorio de la música contemporánea española. La realización electrónica y luminotécnica contribuyó enormemente al efecto de la obra, aunque pueda discutirse la pretensión de romper la distancia con el espectador haciéndole deambular, convenientemente provisto de patucos, por el espacio del zaguán de la sede de la institución de crédito granadina. Ejemplar prestación del contratenor Carlos Mena. Joaquín García 25 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 26 ACTUALIDAD LA CORUÑA XI Festival Mozart (y II) ÚNICOS EN EL MUNDO LA CORUÑA Miguel Ángel Fernández Museo de Bellas Artes. 14-VI-2009. José Mª Gallardo del Rey, guitarra; Anabel García del Castillo, violín. RossiniCarulli, Sinfonías de ópera. Teatro Colón. 16-VI-2009. Giuliano Carmignola, violín; Yasuyo Yano, fortepiano. Obras de Beethoven y Schubert. 19, 21-VI-2009. Sinfónica de Galicia. Giuliano Carmignola, violín y director. Obras de Mozart. 20-VI-2009. Cuarteto Asasello. Christoph Desjardins, viola. Obras de Mozart y Huber. Museo de Bellas Artes. 21-VI-2009. Cuarteto Scherzo. Obras de Beethoven. Teatro Colón. 26-VI-2009. Rota, La ardilla astuta. Paloma Silva, Axier Sánchez, Pablo Carballido, José Luís Vázquez. Coro de la OSG. Sinfónica de Galicia. Director musical: José A. Trigueros. Director de escena: Ángel Romero. 26 En el Museo de Bellas Artes, se completaron los tres conciertos con los interesantes fondos de la Biblioteca musical de Marcial del Adalid, que custodia la Real Academia Galega y en la que figuran partituras únicas en el mundo. Únicas, como único es el faro romano dedicado a Hércules, emblema de la ciudad, que justo cuando finalizaba el Festival Mozart recibió la confirmación oficial de que formaba parte del Patrimonio de la Humanidad. Se interpretaron diez oberturas de óperas de Rossini transcritas para dúo de guitarra y violín por Carulli; se trata de la única colección completa que existe en el mundo, está en admirable estado de conservación y es primera edición; las obras se escuchaban por vez primera en doscientos años; además la transcripción suena de manera excelente. Notable interpretación del matrimonio Gallardo Rey/García del Castillo, sobre todo teniendo en cuenta la evidente dificultad de una versión semejante. También se hallan en esta extraordinaria colección de partituras las sonatas para piano (Op. 28, “Pastoral”) y para violín y piano (Op. 24, “Primavera”), de Beethoven, transcritas para cuarteto de arcos. Magnífica, la primera (tal vez, de Antonio Pacini); más desigual, la segunda (atribuida a Ludwig Sina). El Cuarteto Scherzo, integrado por profesores de la Sinfónica de Galicia, realizó una extraordinaria labor al poner en pie unas obras que no son de repertorio, con la dificultad añadida de que se trata de versiones para instrumentos en los que no pensó el propio compositor. Escena de La ardilla astuta de Nino Rota en el Festival Mozart de La Coruña una dinámica de amplitud muy reducida; de ello resultaron sendas versiones tristes, aburridas, sin intensidad; porque además, tampoco ayudaron ni el pianista ni el instrumento, un fortepiano Brodmann de cinco pedales. La Sonata D. 574, de Schubert, llamada “Gran dúo”, interpretada con mayor convicción, elevó el nivel del concierto. En cambio, los dos actos musicales con la OSG, en que se tocaron los cinco conciertos para violín y orquesta, de Mozart, completados con el Adagio, K. 261 y Giuliano Carmignola y Yasuyo Yano el Rondó K. 373, fueron sendos éxitos. Orquesta y solisGiuliano Carmignola fue ta, al más alto nivel: hubo este año el artista en residen- brillo, entusiasmo, intensicia. Su impresionante currí- dad. El público reclamó una culum habla por sí solo; sin y otra vez el bis, recurriendo embargo, el primer concierto a los aplausos rítmicos. Interesante concierto del no fue del agrado de los aficionados: Carmignola tocó Cuarteto Asasello (palabra las Sonatas de Beethoven búlgara que se relaciona con (nº 4 en la menor, op. 23; nº los conceptos de polivalen5 en fa mayor, op. 24) prácti- cia y ambigüedad). Agrupacamente sin vibrato y con ción muy joven en edad media y en fecha de constitución; intérpretes procedentes de distintos países: Rusia, Polonia, Suiza; incluso, Francia, si incluimos al viola, Christophe Desjardins, que colaboró en el Quinteto K. 516, de Mozart. El programa se completó con el Cuarteto K. 156, también de Mozart, y Ecce Homines, para quinteto de arcos, de Huber. Versiones tan precisas y perfectas como llenas de refinamiento. Finalizó el Festival con la encantadora ópera infantil La ardilla astuta, con música de Nino Rota y versión en gallego (O esquío esperto). Cuatro funciones llenas de niños y padres que disfrutaron de esta obra breve y encantadora, que contó con el privilegio de la Orquesta Sinfónica de Galicia en el foso, muy bien dirigida por el joven percusionista Trigueros. Muy bien la soprano Paloma Silva como cantante y como actriz. Julio Andrade Malde 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:43 Página 27 ACTUALIDAD LAS PALMAS La provocación del feísmo TANNHÄUSER DE ROMPE Y RASGA LAS PALMAS Teatro Pérez Galdós. 14-VII-2009. Wagner, Tannhäuser. Stephen Gould, Ricarda Merbeth, Evelyn Herlitzius, Markus Eiche, Reinhard Hagen. Coro Filarmónico Eslovaco. Filarmónica de Gran Canaria. Director musical: Pedro Halffter. Directora de escena: Katharina Wagner. Escenografía: Tilo Steffens. Vestuario: Thomas Kaiser. Con la polémica servida tras declaraciones acaloradas y una rueda de prensa candente, se levantó el telón sobre un Tannhäuser producido por el Pérez Galdós, con la dirección escénica de Katharina Wagner. Si este título ya de por sí encierra suficientes atractivos para despertar la atención del público, con los antecedentes citados, la expectación fue máxima y en pocas ocasiones se ha visto en los corrillos durante los largos entreactos, tanta indignación por parte de la inmensa mayoría del público, contrastada por los pocos que intentaban hallar una coherencia en el espectáculo. Volvamos sobre ello más adelante y comencemos por lo bueno, que en este caso nos llegó en lo musical. Si en algo destacó esta producción, fue en el equilibrado reparto, de voces muy adecuadas en estilo y en vocalidad a las exigencias de la partitura. El protagonista, Stephen Gould, se nos reveló como un auténtico titán, de instrumento poderoso y bruñido, que se hace escuchar a lo largo de toda la obra; evidentemente, la endiablada escritura motiva cierto cansancio y tiranteces especialmente al final, pero ello no empaña un éxito clamoroso entre el público, sólo equiparable al obtenido por el espléndido barítono Markus Eiche, que logró crear la atmósfera de mágico ensueño en la inmortal romanza de la estrella, la página de auténtico canto lírico-intimista de la obra, con una línea de canto de suma elegancia, amén de gran belleza de timbre, presente a lo largo de sus intervenciones en toda la ópera. No le fue a la zaga en cuanto a ovaciones Evelyn Herlitzius, cuyo poderoso instrumento, siempre convenientemente Escena de Tannhäuser de Wagner en el Teatro Peréz Galdós de Las Palmas proyectado, sirvió para componer una Venus de poderosos medios. No defraudó en lo vocal la Elisabeth de Ricarda Merbeth, que, si bien mostró algún agudo calante en el aria de presentación, interpretó con hondura conmovedora su famosa plegaria del tercer acto, el otro gran momento intimista de la partitura. Rotundo en el centro-grave, pero desigual en las incursiones en la zona aguda fue el Landgrave de Reinard Hagen. Destacaron de entre los caballeros el musical Walther interpretado por Gustavo Peña y el sonoro Biterolf de Felipe Bou, sobrado de medios. Soslayando algún desajuste en cuanto a empaste entre las féminas en el primer acto, resultó impactante la labor del Coro Filarmónico Eslovaco, poderoso en sonoridad y dúctil a las indicaciones de la batuta. Y ya que hablamos de ésta, celebremos la dirección de Pedro Halffter, que logró concertar con acierto una obra nada fácil en este sentido, y que condujo a la Filarmónica de Gran Canaria con pulso firme en marcada línea ascendente, pues, si bien los tempi de la obertura resultaron algo más lentos de lo habitual, a medida que tras- curría la obra ganó en juego de tensiones, para redondear un tercer acto rico en contrastes. Las diferentes secciones de la orquesta respondieron con la profesionalidad y alto nivel a que nos tiene acostumbrados habitualmente, con niveles de excelencia en cuerda, maderas y de forma especial, el arpa. Pero hasta aquí llegan las valoraciones positivas, consensuadas por la inmensa mayoría de los asistentes, que, como dijimos anteriormente, también coincidieron en reprobar tanto la dirección escénica como los decorados y vestuario. Si el objetivo de Katherina Wagner era provocar el desconcierto, cuando no la indignación a causa de la marcada tendencia al “feísmo”, y trastocar las expectativas que el respetable tradicionalmente tiene en esta ópera, logró plenamente sus intenciones. Otra cosa consiste en que ello sirva realmente para aumentar el interés o para realzar el mensaje original del autor (si es que lo tiene o si es que alguien realmente lo sabe) en un espectáculo en que lo visual y lo musical parecen andar en total desacuerdo. Desde la escena inicial, en un trastero cargado de una simbología tan superficial como innecesaria, con una Venus antitética de la diosa del amor, a la caracterización de una Elisabeth iracunda, a mitad de camino entre una posesa y Mary Poppins siempre a rastras con su maleta; la caracterización gestual de los caballeros en el segundo acto, con las manos cruzadas en aspa sobre el pecho, (no sabemos si en signo de sumisión o a guisa de ensayo de una coreografía a lo Aserejé) por no hablar del desfile de drags y personajes que parecían salir de Tom de Finlandia, con un papa incluido. ¿Provocación a lo “enfant terrible”? Con recursos más antiguos que la humedad, no creemos que la intención fuese la de sorprender por moderna; lo que sí consiguió, al igual que la mayor parte de las acciones de los personajes, que no hacían otra cosa que romper y rasgar cuantos objetos caían entre sus manos, fue destrozar la ilusión de un público ansioso de disfrutar de una producción de más que abultado presupuesto y que sólo satisfizo en lo musical. Y para ese viaje, no hacían falta tan costosas alforjas. Leopoldo Rojas-O’Donnell 27 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:44 Página 28 ACTUALIDAD LEÓN Una edición de transición ALBÉNIZ Y FALLA EN EL RECUERDO LEÓN Auditorio. 12/29-VI-2009. XXII Festival de Música Española. 28 Aunque la duda se mantuvo hasta casi el último momento a la espera de la subvención institucional que diera respiro y seguridad a un festival que lleva, con esta, 22 ediciones consecutivas, pronto esta incertidumbre se desvaneció ante la seguridad ofrecida por los diversos patrocinadores de que el veterano acontecimiento seguiría su andadura, con un presupuesto de 80.000 euros, los suficientes para programar ocho conciertos en la capital y dos en la provincia que marcarían la pauta para soslayar este año de incertidumbres. Una exposición dedicada a Manuel de Falla en París, que permaneció abierta a lo largo de todo el mes de junio y a la que cada día asistía numeroso público, abrió esta transitoria edición en el Auditorio Ciudad de León, nueva sede a partir de ahora del Festival, con el fin de soslayar los imprevisibles cambios climáticos que obligaban cada año a molestos traslados desde el patio del Palacio de los Guzmanes al Auditorio del Conservatorio. La programación se inició el 12 de junio con la compañía de Mayte Bajo, que hizo un recorrido muy personal por la danza española, a través del piano, la guitarra, la flauta, la percusión y el cante, tocando todos los estilos para crear un conjunto de formas a la que tres bailarines dotaron de esa magia especial para unir los diferentes bailes. Siguió la programación con la esperada actuación de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, a las ordenes de Alejandro Posada con el excelente Iván Martín al piano, quien ofreció una correcta versión de la Rapsodia española para piano de Albéniz, mientras la orquesta recorrió el sinfonismo de Villa-Lobos, Gómez y Castellanos, en una, como siem- Iván Martín y Alejandro Posada al frente de la Orquesta Nacional pre, cuidada y preciosista lectura de Posada. Fue el Cuarteto Novalis de Múnich quien se adentró por la música de cámara de Arriaga, Issasi y el astorgano Evaristo Fernández Blanco, antes de que el Dúo Orpheo, María Eugenia Boix, soprano y Jacinto Sánchez, guitarra, volvieran a rendir homenaje a Albéniz, al que se sumaron obras de Granados y Lorca. Voz importante, transparente y hermosa la de María Eugenia que plasmó un excelente recital que el público supo premiar con cerradas salvas de aplausos. Entrequatre, cuarteto de guitarras, dedicó su programa a la guitarra étnica mientras que Ángel Luis Castaño (acordeón) y David Del Puerto (guitarra) ponían en atriles el 27 de junio obras de Chaviano, Laborda, Falla, Piazzolla y Del Puerto y el estreno de la compositora con raíces leonesas Consuelo Díez, Sad. El 28 y dentro de la Tribuna de Jóvenes Intérpretes fue el Ensemble de Percusión de la Joven Orquesta de Euskadi, con obras de Chávez, Ibarrondo y Kagel, quien dio colorido a este final de programa y, ya por último, el 29 de junio, la Orquesta de Cámara Ibérica a las ordenes de José Luis Temes, con Aldo Mata como solista de violonchelo, clausuró esta equilibrada edición con el estreno, de Leonardo Balada Caprichos nº 5, homenaje a Albéniz, así como obras de Joaquín Rodrigo, Evaristo Fernández Blanco, Barja, Bacarisse y Julio Gómez, en un concierto que aunó estilos y estéticas muy similares pero de incuestionable belleza tímbrica e instrumental. Una edición que si no atrajo a numerosos espectadores sí aunó calidad y rigor. Miguel Ángel Nepomuceno 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:44 Página 29 ACTUALIDAD MADRID Fiesta de éxito EROTISMO ENTRE AZULEJOS Javier del Real Teatro Real. 11-VII-2009. Mozart, Le nozze di Figaro. Ludovic Tézier, Barbara Frittoli, Isabel Rey, Luca Pisaroni, Marina Comparato, Jeannette Fischer, Carlos Chausson, Raúl Jiménez, Enrique Viana, Soledad Cardoso, Miguel Sola. Director musical: Jesús López Cobos. Director de escena: Emilio Sagi. Nueva producción del Teatro Real, la ABAO y el Teatro Pérez Galdós. MADRID Ludovic Tézier, Jeannette Fischer, Carlos Chausson, Isabel Rey, Luca Pisaroni y Miguel Sola en Las bodas de Fígaro de Mozart en el Teatro Real Un buen triunfo el conseguido en esta última producción de la temporada para los todavía actuales rectores del Teatro Real, el director artístico, Antonio Moral y el musical, Jesús López Cobos, en excelente sintonía con el director escénico para la ocasión, el también español Emilio Sagi. Diez minutos de ovación premiaron el trabajo. Musicalmente hubo fluidez, inteligente construcción rítmica, de acuerdo con lo explicado aquí por el responsable del foso. Los finale han funcionado estupendamente gracias a la claridad expositiva de la batuta y a la espléndida concepción de los tempi. Es cierto que hemos encontrado a veces a la orquesta un poco contraída y que las gradaciones dinámicas no han sido todo lo variadas que hubiéramos deseado, lo que se notó singularmente en una obertu- ra un tanto plana y en una falta general de acentos bufos o semibufos. Y citaríamos al respecto a Pisaroni, voz de bajo-barítono oscura y homogénea, un tanto pobre tímbricamente, pero resultona; y buen músico; pero en exceso sobrio, serio, monolítico. Fígaro es un personaje más espumoso, en la senda de la ópera napolitana. Nos gustó la condesa de Frittoli, de timbre carnoso de lírica ancha, de canto ceñido, que exhibió algún apurillo en el sobreagudo (do5 del primer finale) y episódicos bamboleos de emisión. Pero compuso una figura aristocrática y recreó con mucha fortuna la definitiva frase que da paso al concertante final; la frase del perdón. Como conde se defendió bravamente, con un canto en ocasiones poco ligado, con ataques demasiado impulsivos, Tézier, que es un barítono lírico de clase. La tie- ne, qué duda cabe, Rey, que, en mejor estado vocal que el año pasado y con un timbre ahora más lleno, delinea una Susanna bien provista de sensualidad y de picardía. Comparato viste un Cherubino frágil y eficaz desde una voz de mezzo muy lírica, mientras que Chausson no tiene problemas —si acaso alguna nota grave— para bordar un Bartolo convincente, ni Giménez para destacar en un Basilio agudamente matizado, del que únicamente eliminaríamos ciertas sonoridades nasales. Fischer, Viana, Cardoso y Sola estuvieron bien en sus respectivos papeles, bajo la férula de un Sagi entusiasta, que nos ofrece una acción cargada de resonancias eróticas y humanistas desarrollada en una mansión sevillana —muy bien diseñada por Daniel Bianco— de época goyesca. Nos parecen discu- tibles la forma en la que la condesa y Susanna empinan el codo durante la Canzonetta sull’aria y el manejo no siempre eficaz de un telón a veces translúcido, que sube o baja según el momento y que sirve, por ejemplo, para dar pie a Figaro a cantar su misógina aria del cuarto acto, Aprite un po’ quegl’occhi, en el borde del escenario con las luces de la sala a medias encendidas; un buen efecto. Los juegos nocturnos del jardín —uno de verdad, con fuente y olor a azahar incluidos—, los movimientos estratégicos de todo el primo finale están en general bien organizados, con lo que se puede seguir la compleja acción con transparencia. El coro, no siempre empastado, y la orquesta, falta de brillo general, cumplieron y colaboraron al éxito de la fiesta. Arturo Reverter 29 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:44 Página 30 ACTUALIDAD MADRID Un regreso no del todo convincente MADRID LIBERAL Y CONSPIRATORIO Jesús Alcántara Madrid. Teatro de la Zarzuela. 3-VII-2009. Alonso, La calesera. Isabel Monar, Leticia Rodríguez, Marina Rodríguez-Cusí, José Antonio López, Luis Varela, Enrique Ruiz del Portal, Miguel Mota, Antonio Medina, Luis Perezagua. Director musical: Álvaro Albiach. Director de escena: Carles Alfaro. Escena de La calesera de Francisco Alonso en el Teatro de la Zarzuela S 30 erá 1925 un año sin grandes estrenos, a excepción de La calesera que constituye el triunfal retorno del maestro Francisco Alonso, algo relegado desde 1919 y que ya en 1924 con La linda tapada y La bejarana, dos éxitos seguidos, anunciaba su vuelta con fuerza a los escenarios. La calesera, presentada el 12 de diciembre en el Teatro de la Zarzuela, con obvias limitaciones del libreto de González del Castillo y Martínez Román, fue el primer éxito notable de Alonso dentro del género grande de zarzuela en tres actos y se mantendrá en el repertorio gracias al buen hacer de su autor como compositor por la sucesión de temas inspirados —aunque no haya un verdadero trabajo de cohesión musical—, de marcado españolismo, a los que dota de garbo y donaire que les hace atractivos al público. Ya las memorias de Marcos Redondo nos hablan de esta obra con la que el teatro de la calle de Jovellanos despide la temporada, como de “alegría deslumbradora” en la que se mezclan gracia y picardía. Ha tardado casi treinta años —temporada 19791980— en reaparecer La calesera con una nueva producción en el teatro que la vio nacer; por otra parte, es una zarzuela siempre esperada y bien recibida por el público, como se hizo notar el día de su presentación. La dirección escénica ha venido de la mano de Carles Alfaro que no siempre pudo resolver la inconsistente acción dramática que de por sí arrastra el libreto, no pudiendo competir con la frescura y vitalidad que se dan en muchos de los números de la partitura. Plantea un teatro muy realista pero poco renovado. Destacable el trío cómico formado por Calatrava, presentado con cierto amaneramiento, fue del gusto del público la interpretación que del personaje realiza el veterano Luis Varela, reído también en su número de farsa del segundo acto, en la Canción del bajo profundo, nada adecuada para sus inexistentes dotes de cantor. Acertados y solventes Leticia Rodríguez (Pirulí) y Enrique Ruiz del Portal (Gangarilla), a los que se unen Luis Perezagua (Mendienta) y el resto del reparto circunstancial de la obra. Luego está el trío de personajes serios que desarrollan su protagonismo más en la parte vocal: Isabel Monar, soprano, —Maravillas, la calesera—, protagonista de un amor imposible por Rafael, un liberal revolucionario, papel que asume José Antonio López, barítono, enamorado a su vez de la marquesa Elena, interpretada por Marina Rodríguez-Cusí, soprano. Tres cantantes de una misma escuela. La música dispuesta para ellos no es nada fácil y susceptible de ser cantada por su variedad de gamas y riqueza de matices que no puede dar más que el artista intérprete. Si hubo motivos de la obra que pudieron solventar, otros fueron deficitarios. Se echó de menos en el personaje de Maravillas una soprano líricodramática y el barítono no pudo evitar algún que otro altibajo. Álvaro Albiach se encargó de la dirección de la Orquesta de la Comunidad de Madrid, una dirección afectada, excesiva en ocasiones para la sencillez, la chispa y el garbo que algunas de sus piezas requieren. Aplausos entusiastas al final, pero nos hubiera gustado que esta Calesera, de ambiente romántico, hubiera hecho un retorno más triunfal y convincente. Manuel García Franco LU 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:44 Página 31 Hazte del Temporada equipo 09|10 Recitales DIRECTOR: LUIS OLMOS Temporada Lírica XVI Ciclo de Lied COPRODUCEN FUNDACIÓN CAJA MADRID Y TEATRO DE LA ZARZUELA RECITAL I ANNE SOFIE VON OTTER, MEZZOSOPRANO DANIEL HOPE, VIOLIN* BENGT FORSBERG, PIANO BEBE RISENFORS, CLARINETE, ACORDEÓN, Danza Danza GUITARRA Y CONTRABAJO* Ballet Nacional de España DIRECTOR: JOSÉ ANTONIO DEL 10 AL 27 DE SEPTIEMBRE DE 2009 (EXCEPTO LUNES) PROGRAMA CLAUSURA 30 ANIVERSARIO BODAS DE SANGRE INSPIRADO EN LA OBRA BODAS DE SANGRE DE FEDERICO GARCÍA LORCA COREOGRAFÍA, ILUMINACIÓN Y DIRECCIÓN: ANTONIO GADES ADAPTACIÓN PARA BALLET: ALFREDO MAÑAS MÚSICA: EMILIO DE DIEGO, ¡AY, MI SOMBRERO!, PERELLÓ Y MONREAL, RUMBA, FELIPE CAMPUZANO COREOGRAFÍA CEDIDA POR LA FUNDACIÓN ANTONIO GADES PARA CONMEMORAR EL 30 ANIVERSARIO DEL BNE RITMOS RECITAL II COORDINACIÓN EDITORIAL Y GRÁFICA: VÍCTOR PAGÁN - COORDINACIÓN DE TEXTOS: GERARDO FERNÁNDEZ SAN EMETERIO - DISEÑO GRÁFICO Y CONCEPTO: ARGONAUTA DISEÑO PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA, 2006 Música Clásica RECITAL III CHRISTIAN GERHAHER, BARÍTONO DISPARATE CÓMICO-LÍRICO EN UN ACTO (EN CONMEMORACIÓN DEL CENTENARIO DEL FALLECIMIENTO DE RUPERTO CHAPÍ) GEROLD HUBER, PIANO MÚSICA DE RUPERTO CHAPÍ LIBRO DE JOSÉ ESTREMERA RECITAL IV ESTRENADA EN EL TEATRO DE LA COMEDIA DE MADRID, EL 20 DE SEPTIEMBRE DE 1880 LUNES, 21 DE DICIEMBRE DE 2009 JOYCE DIDONATO, MEZZOSOPRANO COPRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA Y LA FUNDACIÓN CAJA MADRID, 2008 DEL 4 DE DICIEMBRE DE 2009 AL 3 DE ENERO DE 2010 RECITAL V MATTHIAS GOERNE, BARÍTONO DEL BNE» NOVELA CÓMICO-LÍRICO-DRAMÁTICA EN CUATRO ACTOS Y DIECIOCHO CUADROS, BASADA EN LA OBRA DE JULES VERNE LOS HIJOS DEL CAPITÁN GRANT RECITAL VI MÚSICA DE MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO LIBRO DE MIGUEL RAMOS CARRIÓN LUNES, 1 DE FEBRERO DE 2010 GENIA KÜHMEIER, SOPRANO* BERNARDA FINK, MEZZOSOPRANO ROGER VIGNOLES, PIANO DEL 30 DE SEPTIEMBRE AL 4 DE OCTUBRE DE 2009 PROGRAMA ALEJANDRO ZABALA, PIANO* SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS» MÚSICA ORIGINAL: ALBERTO ARTIGAS Y JOAQUÍN PARDINILLA COREOGRAFÍA: MIGUEL ÁNGEL BERNA COREÓGRAFO INVITADO: CHEVI MURADAY Compañía Nacional de Danza DIRECTOR: NACHO DUATO ESTRENADA EN EL TEATRO PRÍNCIPE ALFONSO DE MADRID EL 25 DE AGOSTO DE 1877 VERSIÓN TEATRAL EN TRES ACTOS Y DOS PARTES DE PACO MIR PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA, 2001 ISABEL REY, SOPRANO LUNES, 22 DE MARZO DE 2010 RECITAL VIII CHRISTOPHER MALTMAN, BARÍTONO* DEL 12 DE FEBRERO AL 28 DE MARZO DE 2010 Doña Francisquita COMEDIA LÍRICA EN TRES ACTOS GRAHAM JOHNSON, PIANO LUNES, 3 DE MAYO DE 2010 MÚSICA DE AMADEO VIVES LIBRO DE FEDERICO ROMERO Y GUILLERMO FERNÁNDEZ-SHAW, BASADO EN LA COMEDIA LA DISCRETA ENAMORADA DE LOPE DE VEGA RECITAL IX ESTRENADA EN EL TEATRO APOLO DE MADRID EL 17 DE OCTUBRE DE 1923 IAN BOSTRIDGE, TENOR JULIUS DRAKE, PIANO 1990 - 2010 XX ANIVERSARIO DEL 24 DE JUNIO AL 4 DE JULIO DE 2010 PROGRAMA Los Sobrinos del Capitán Grant ALEXANDER SCHMALCZ, PIANO* LUNES, 22 DE FEBRERO DE 2010 http://teatrodelazarzuela.mcu.es ESTRENADO EN EL TEATRO TIVOLI DE BARCELONA, EL 6 DE ABRIL DE 1936 REVISIÓN DRAMATÚRGICA DE LUIS OLMOS MARTES, 3 DE NOVIEMBRE DE 2009 RECITAL VII NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA LUNES, 28 DE JUNIO DE 2010 NUEVA COREOGRAFÍA DE NACHO DUATO NUEVA COREOGRAFÍA DE GENTIAN DODA ESTRENO ABSOLUTO MÚSICA DE PABLO SOROZÁBAL LIBRO DE FEDERICO ROMERO Y GUILLERMO FERNÁNDEZ-SHAW DÍAS 11, 12 Y 13 DE NOVIEMBRE DE 2009 (DOS FUNCIONES PEGAGÓGICAS DIARIAS) JULIUS DRAKE, PIANO Compañía de Danza Miguel Ángel Berna ESTRENO ABSOLUTO ROMANCE MARINERO EN TRES ACTOS LUNES, 18 DE ENERO DE 2010 COREOGRAFÍAS DE PILAR LÓPEZ, ANTONIO, JOSÉ GRANERO, VICTORIA EUGENIA, MERCHE ESMERALDA, FERNANDO ROMERO Y JOSÉ ANTONIO. ARTISTAS INVITADOS: MERCHE ESMERALDA, LOLA GRECO, ANTONIO MÁRQUEZ, ANA Mª BUENO, CARLOS RODRÍGUEZ, FRANCISCO VELASCO Y PRIMITIVO DAZA GOYA «EL La Tabernera del Puerto GERALD FINLEY, BAJO-BARÍTONO* DAVID ZOBEL, PIANO* COREOGRAFÍA: ALBERTO LORCA MÚSICA: JOSÉ NIETO ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID (DEL 10 AL 20 DE SEPTIEMBRE) RETROSPECTIVA «30 ANIVERSARIO LUNES, 5 DE OCTUBRE DE 2009 DEL 16 DE OCTUBRE AL 8 DE NOVIEMBRE DE 2009 * POR PRIMERA VEZ EN ESTOS CICLOS DE LIED Ballet Nacional de España DIRECTOR: JOSÉ ANTONIO DEL 7 AL 18 DE JULIO DE 2010 (EXCEPTO LUNES) PROGRAMA (A DETERMINAR) DEL 29 DE ABRIL AL 30 DE MAYO DE 2010 Los Diamantes de la Corona ZARZUELA EN TRES ACTOS VIII Ciclo de Jóvenes Intérpretes de Piano COPRODUCEN FUNDACIÓN SCHERZO Y TEATRO DE LA ZARZUELA CONCIERTO I MÚSICA DE FRANCISCO ASENJO BARBIERI LIBRO DE FRANCISCO CAMPRODÓN, BASADO EN EL TEXTO DE EUGÈNE SCRIBE Y JULES-HENRI VERNOY DE SAINT GEORGES PARA LA OBRA HOMÓNIMA DE DANIEL-FRANÇOIS-ESPRIT AUBER ESTRENADA EN EL TEATRO DEL CIRCO DE MADRID, EL 15 DE SEPTIEMBRE DE 1854 ALICE SARA OTT (JAPÓN-ALEMANIA) NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA CONCIERTO II DÍAS 10 Y 12 DE JUNIO DE 2010 MARTES, 15 DE DICIEMBRE DE 2009 Ciclo de YUJA WANG (CHINA) MARTES, 22 DE DICIEMBRE DE 2009 Conferencias CONCIERTO III CON LA COLABORACIÓN DE LA COMUNIDAD DE MADRID, FUNDACIÓN CAJA MADRID E INAEM (INSTITUTO NACIONAL DE LAS ARTES ESCÉNICAS Y DE LA MÚSICA) MARTES, 23 DE FEBRERO DE 2010 PROGRAMA DOBLE EN COLABORACIÓN CON LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE LA ÓPERA DE MADRID JUDITH JÁUREGUI (ESPAÑA) MARTES, 13 DE OCTUBRE 2009 NEITHER La Tabernera del Puerto DE PABLO SOROZÁBAL A CARGO DE JAVIER SUÁREZ PAJARES ÓPERA EN UN ACTO PARA SOPRANO Y ORQUESTA Venta de Abonos LUNES, 30 DE NOVIEMBRE DE 2009 Los Sobrinos del Capitán Grant DE MANUEL FERNÁNDEZ CABALLERO A CARGO DE BLAS MATAMORO LUNES, 8 DE FEBRERO DE 2010 Venta libre de Abonos de Zarzuela: Del 6 se Julio al 11 de Septiembre de 2009. Doña Francisquita DE AMADEO A CARGO DE VIVES JOSÉ LUIS TÉLLEZ VENTA TELEFÓNICA 902 332 211 LUNES, 26 DE ABRIL DE 2010 Los Diamantes de la Corona DE FRANCISCO ASENJO BARBIERI A CARGO DE EMILIO CASARES WORDS AND MUSIC OBRA RADIOFÓNICA PARA DOS ACTORES Y ENSEMBLE MÚSICA DE MORTON FELDMAN TEXTOS DE SAMUEL BECKETT PRODUCCIÓN DE OPERADHOY DÍAS 19 Y 20 DE JUNIO DE 2010 a·Babel Op.70 Historias de un Manicomio ÓPERA CÓMICA MÚSICA Y LIBRETO DE CARLOS GALÁN ESTRENO ABSOLUTO LUNES, 14 DE JUNIO DE 2010 a·Babel DE CARLOS GALÁN ENCUENTRO CON EL AUTOR MODERADO POR JUAN Festival Operadhoy NUEVA PRODUCCIÓN DEL TEATRO DE LA ZARZUELA ÁNGEL VELA DEL CAMPO 244-Pliego 2:Actualidad 27/07/09 16:44 Página 32 ACTUALIDAD MADRID Veranos de la Villa musicadhoy DE BROADWAY A LA CASA DE CAMPO SONIDO SCELSI Madrid. Escenario Puerta del Ángel. 25-VI-2009. Bernstein, West Side Story. Chad Hilligus o Scott Sussman, Ali Ewoldt o Kendall Kelly, Oneika Phillips, Michael Jablonsky, Emmanuel de Jesus Silva. Music Theatre International. Director musical: Donald Chan. Director de escena y coreografía: Joey McKneely. Escenografía: Paul Gallis. D 32 entro de la gira con motivo del 50 aniversario del estreno de esta especie de ópera-ballet a la norteamericana llegó a Madrid la hermosísima partitura bernsteiniana, estrenando escenario al aire libre en la Casa de Campo. Obra necesitada de un buen equipo de cantantes, que a la vez se comporten como preparados actores, además de ser, en la mayoría de los casos, excelentes bailarines, todos estos requisitos fueron totalmente cumplimentados por una extraordinaria compañía. El montaje de McKneely (quien fuera asistente del mítico Jerome Robbins) retoma el original de Broadway, a base de una sugestiva y sencilla escenografía, con los mínimos elementos y con el apoyo de algunas proyecciones del West Side neoyorquino de la época, con una magnífica iluminación cómplice, es capaz de contar sin tropiezos, claramente, la trágica historia. El espectáculo muy trabajado y rodado funciona, a partir del enérgico impulso que sube del foso, como un perfecto mecanismo que avanza implacable hasta su final, gracias también a la adecuación de cada actor-cantante-bailarín a la respectiva parte. Todos merecerían cita, del último de los papeles hablados al menor de los cantados. Concretándonos en el quinteto protagonista, el matizado canto de Sussmann (me inclino por que Tony fuera éste y no Hilligus, a falta de precisión en el programa) se acopló espléndidamente a la musicalidad y dulzura de la Kelly (misma consideración que en el caso anterior, en cuanto que ésta fuera Maria en lugar de la Ewoldt). La Phillips, extraordinaria bailarina con potente voz, impactó en Anita tanto por la desenvoltura y sensualidad de su gran número I like to be in America como luego en el tenso dúo con Maria A boy like that who’d kill your brother. Riff y Bernardo encontraron, respectivamente, en Jablonsky y Silva el adecuado complemente al terceto anterior, como en los demás casos, también muy adecuados desde el punto de vista físico. Somewhere, página que está tan bien colocada dentro de la acción, resultó muy bien interpretada, en sonido pregrabado, por una voz anónima. Broadway en estado puro. Fernando Fraga Madrid. Auditorio Nacional. 23-VI-2009. Coro y Orquesta de RTVE. Director: Luca Pfaff. Obras de Scelsi. C on este concierto se cerró el interesantísimo ciclo Universo Scelsi que ha vertebrado la pasada temporada de musicadhoy. Una sesión monográfica que lamentablemente atrajo a muy pocos aficionados, pero que suponía una ocasión única de acercarse a la obra orquestal de Scelsi, lo que en sí mismo era primicia en Madrid. Se pudieron oír obras tan representativas del pensamiento musical de Scelsi como Hurquaglia, Aión y, sobre todo, Knox-Om-Pax, con su dimensión mántrica. Luca Pfaff evidenció un profundo conocimiento de esta música, explotando con elocuencia el rico mundo de timbres y sonidos scelsianos. Atendió igualmente a la dimensión entre mítica y encantatoria, muy en especial en Uaxuctum, que contó con una eficaz participación de los solistas vocales y el intérprete de las ondas Martenot, cuyos nombres incomprensiblemente no figuraban en el programa de mano. La Orquesta de RTVE se mostró en buena forma, adaptada sin problemas a un lenguaje que practica muy rara vez. El coro cumplió. Enrique Martínez Miura Siglos de Oro CHAPÍ DE CÁMARA Madrid. Teatro Lara. 22-VI-2009. Cuarteto Modigliani. Chapí, Cuartetos nºs 1 y 3. L os Siglos de Oro ha propuesto una buena manera de recordar a Chapí en el centenario de su muerte, oyendo algo de su música no zarzuelística, aunque sólo sea para comprobar que sus mejores logros siguen estando en La revoltosa, El rey que rabió y El tambor de granaderos. Los cuartetos representan un esfuerzo serio, pero en muchos sentidos simbolizan el “quiero y no puedo” que durante tanto tiempo ha aquejado a la práctica del género de cámara por excelencia en España. Sin llegar a la dureza de la crítica de Adolfo Salazar, que tildaba las obras de descuidadas y vulgares, bien que reconocía la existencia de hallazgos geniales aquí y allá, lo difícil de rebatir es que una obra como el Primer Cuarteto —tocado en vez del inicialmente anunciado Segundo—, pese a su atractivo melodismo, hace una dejación casi total de las CUARTETO MODIGLIANI posibilidades de autonomía de los cuatro instrumentos. Más elaborado e interesante se presenta el Tercero, sin que la música llegue a alcanzar tampoco el carácter orgánico y el equilibrio propios de la forma. El Cuarteto Modigliani hizo una convencida defensa de las obras, pero sus carencias en cuanto a virtuosismo fueron patentes en no pocos momentos. Enrique Martínez Miura 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:50 Página 33 ACTUALIDAD MÁLAGA Ante una nueva etapa lírica UN ANTICIPO PROMETEDOR La última ópera de Mozart, posiblemente la más paradigmática de su repertorio, ha servido de carta de presentación a Lorenzo Ramos, nuevo responsable de la actividad lírica del Teatro Cervantes de Málaga y que asumía desde el foso la dirección musical de esta última representación de la temporada 2008-2009, dejando gratas sensaciones como un prometedor anticipo de futuras producciones. Su actuación hay que considerarla como el principal factor de conjunción, ya que a través de una clara lectura supo, desde la belleza de la música, mantener el hilo conductor del simbolismo de esta obra genial, en cierto modo, anticipo de lo que sería el surrealismo en el primer tercio del siglo XX. Se sirvió de un sonido claro, carente de estridencias, fundiéndolo como un elemento más de la acción escénica. Ésta fue dirigida con acierto por Francisco López en un claro intento de Daniel Pérez MÁLAGA Teatro Miguel de Cervantes. 26-VI-2009. Mozart, La flauta mágica. Ofelia Sala, José Luis Sola, Enric Martínez-Castignani, Ana Nebot, Francisco Santiago, Milagros Poblador y José Canales. Coro de Ópera de Málaga. Filarmónica de Málaga. Director musical: Lorenzo Ramos. Director de escena: Francisco López. Ofelia Sala en La flauta mágica de Mozart en el Teatro cervantes unir orgánicamente todas las claves que inspiran esta ópera. Introdujo una figuración de carácter infantil muy colorista y de agradable efecto que supo contrastar con la empleada en los momentos de mayor seriedad, sirviéndose a su vez de una iluminación que acentuaba las emociones de los personajes. La traducción de los recitados, facilitó la continuidad de la acción permitiendo al público un mejor entendimiento del argumento. En las voces, hay que destacar de manera especial la actuación de Ofelia Sala (Pamina) por su afinación, expresión vocal y delicada interpretación dramática. Le secundó en este último sentido el bajo Enric MartínezCastignani (Papageno) poseedor de amplios recursos que sabe proyectar en el escenario, realzando así su canto. Milagros Poblador (Reina de la Noche) se mostró segura tanto en afinación como en expresión, dejando una grata sensación en el público que tanto espera siempre de su personaje. José Luis Sola (Tamino) supo rehacerse de su inestable intervención en el inicio de la ópera cuajando finalmente una buena actuación ante la enorme calidad de Pamina, con él, los protagonistas de la historia. Ana Nebot (Papagena), Francisco Santiago (Sarastro) y, con una marcada caracterización “punk”, José Canales (Monostatos), mantuvieron siempre un equilibrio entre musicalidad y expresión escénica. Tanto el Coro de la Ópera de Málaga como el Coro de Niños de la Comunidad de Madrid como la OFM se integraron perfectamente en el espectáculo. José Antonio Cantón La flauta barroca ESPECTACULAR Málaga. Auditorio Museo Picasso. 19-VI-2009. Sharon Bezaly, flauta. London Baroque. Obras de Telemann, Bach, Pergolesi, Haendel y Blavet. D entro de su escogida línea de programación musical, el Museo Picasso ha contado con la actuación de una de las intérpretes más prestigiosas del actual panorama internacional, la flautista israelí Sharon Bezaly. Con el título de La flauta barroca, ofreció un recital en el que se pudo disfrutar de su depuradísima técnica aplicada a un atractivo repertorio, escogido con criterios artísticos de contrastada excelencia. Su flauta “Muramatsu”, nombre del taller japonés que la ha fabricado especialmente para ella, supone desde su muy calculada aleación de oro la más fiel aproximación a la dulzura del sonido propio del “traverso” barroco. Contó con la colaboración de un experimentado London Baroque, uno de los más prestigiosos cuartetos barrocos de los últimos treinta años, pleno garante de estilo y musicalidad. Con estos mimbres, la expectación del público se palpaba antes de fluir las primeras notas del Concierto en sol mayor de Telemann que abría el programa, poniéndo- se de inmediato de manifiesto la calidad del fraseo, siempre bien articulado, el dominio del estilo y la cuidada presencia dinámica de cada uno de los instrumentos, entre los que destacaban, generando una delicada atmósfera de bajo continuo, el violista Charles Medlam y sobremanera el clavecinista Terence Charlston. Por un lado éste brilló en la Sonata para flauta y clave BWV 1031 de Bach, así como en el Concierto para flauta en sol mayor de Pergolesi; por otro, la flexibilidad dinámica de Medlam sustentaba la conjunción del grupo en un discurso que realzó siempre la diáfana claridad interpretativa de una solista de excepción. La Sonata HWV 367b y el Trío “Dresde” HWV 393 de Haendel aumentaron las dosis de espectacularidad y asombro, que llegaron a su culminación en el Concierto para flauta en la menor de Michel Blavet, virtuoso flautista francés del siglo XVIII, donde apareció el gran arte que atesora Sharon Bezaly. José Antonio Cantón 33 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:50 Página 34 ACTUALIDAD MÁLAGA / SALAMANCA V Festival de Música Antigua UNA REALIDAD Málaga. 29-VI/10-VII-2009. Capilla Real de Madrid, La Trulla de Bozes, Zéjel, Capella de la Torre, La Folía, Coral Carmina Nova. Orquesta Filarmónica de Málag. Director: Michael Thomas. S e ha cumplido el primer lustro de un acontecimiento musical que ha calado en el público malagueño, estando llamado a ser un referente en el panorama cultural andaluz en el inicio del verano. Organizado por la Filarmónica de Málaga con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga y la Junta de Andalucía, el festival ha programado diez conciertos que han cubierto distintas épocas de la historia de la música antigua hasta el final del barroco. Dos aniversarios han sido el pretexto para los conciertos estelares del festival, el del nacimiento de Purcell (1659) y el de la muerte de Haendel (1759). En el primer caso se hizo una semirrepresentación de la ópera Dido y Eneas por la Capilla LA TRULLA DE BOZES Real de Madrid en la restaurada Sala María Cristina con notable éxito, destacando la mezzosoprano Marta Infante (hechicera) y la protagonista a cargo de Evelyn Tubb, escrupulosa y delicada en estilo pero con cierta debili- dad en la emisión vocal. El conjunto funcionó bajo la dirección de Óscar Gershensohn, dejando una magnífica Festival Florilegio INMERSION BACHIANA SALAMANCA Iglesia de San Esteban. Teatro Liceo. 11-VII-2009. Daniel Oyarzábal, clave. Zhu Xiao-Mei, piano, Boris Garlitski, violin; Natalia Chich, viola; Orfeo Mandozzi, violonchelo. Bach, Variaciones Goldberg. Iglesia de San Blas. 12-VII2009. Hervé Joulain, trompa; Sophia Hase, piano. Obras de Strauss, Beethoven, Schumann, Mompou, Ravel, Messiaen y Chabrier. Patio barroco de la Universidad Pontificia. 12-VII-2009. Isaac Rodríguez, clarinete; Daniel Oyarzábal, clave; Julia Gallego, flauta; Gisella Curtolo, violín; Elena Bashkirova, piano. Orquesta Joven Fundación Caja Duero. Director y viola: Gérard Caussé. Obras de Bach, Mozart y Bruch. 34 Florilegio es un festival peculiar. Durante quince días se reúnen magníficos solistas con una orquesta joven e interpretan excelente música en espacios artísticos insustituibles. La entrada es gratuita, lo que en principio no supone un acierto, aunque hay que decir que los días que estuve propició un público ejemplar en el silencio y la atención. Interesante programación que tuvo su culmen en la sesión dedicada a las Variaciones Goldberg que escuchamos en tres versiones. Se demostró que la obra bachiana es todo un mundo. En su hora de dura- ción ejerce una acción inmersora excepcional. Estas treinta variaciones, en su gran multiplicidad, son escalones que van elaborando un testimonio musical único del que parten todos los compositores posteriores. Total y absoluta fijación contrapuntística, que admite, paradójicamente, todas las versiones posibles. El clave, con su prístino sonido, ofrece un tono íntimo, poético que Daniel Oyarzábal obtuvo en muchos momentos al encarar la difícil empresa, mejorará en el aspecto técnico, con celo y entrega. La pianista china, especialista en la obra, dio una continuidad absoluta con una fuerte pulsación y unos tempi y rubatos personales y discutibles. Magnifica la versión del trío desde la adaptación de Sitkovetski con un esplendido violonchelo sosteniendo el discurso mientras que los no menos excelentes violín y viola van desgranando las variaciones. Una jornada intensa e interesantísima. La noticia de la muerte de un íntimo amigo comunicada antes del concierto mañanero del 12 influyó en mi audición. Dos buenos intérpretes me emocionaron en los tiempos lentos de Strauss, Chabrier y Ravel (Elegías y la Pavana maravi- llosa) Curioso concierto de una combinación instrumental no muy común que funcionó bien en estas breves piezas y en los preludios de Mompou (la pianista) y el solo virtuosista de Messiaen para la trompa. Clausura con un Bach muy serio (otra vez nota para los solistas). Un Concierto nº 21 de Mozart exquisito, sobre todo en el segundo tiempo y un concierto para viola y clarinete de Bruch en el que Gérard Caussé, el alma de este Florilegio, mostró su clase como viola. La Joven Orquesta de la Fundación Caja Duero estuvo muy bien desde esa relación con 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 35 ACTUALIDAD SANTANDER Encuentro de Música y Academia Katharina Bäuml al frente, tuvo una actuación estelar en el Patio de los Naranjos de la Catedral, derrochando saber y calidad artística en un programa de música instrumental europea de los siglos XVI y XVII, con tres magistrales interpretaciones: Pange lingua de Juan de Urreda, Tiento para dos tiples de Correa de Arauxo y Tantum Ergo de Francisco Guerrero. El grupo La Folía, interpretando música de los archivos de las catedrales españolas en la Iglesia de San Agustín, y el concierto dedicado a Haendel (Rinaldo (obertura), Música para los reales fuegos de artificio y Anthems de la coronación) por la Filarmónica y la Coral Carmina Nova en el Teatro Cervantes con ejemplar dirección de Michael Thomas, cerraron un festival que, dados los contenidos y la gran asistencia de público, satisfizo con éxito las expectativas que había suscitado. MIRANDO AL FUTURO SANTANDER Palacio de Festivales. 10-VII-2009. Wolfram Christ, viola; Radovan Vlatkovic, trompa; Participantes y Orquesta de Cámara del Encuentro. Director: Hansjörg Schellenberger. Obras de Haydn, Sibelius, Beethoven y Schumann. 11-VII-2009. Fou Ts’ong, piano. Obras de Haydn. José Antonio Cantón David Arranz impresión en el público. Con otro gran resultado se presentó en el Santuario de Nª Sª de la Victoria. La Trulla de Bozes con el brillante acompañamiento de Juan Carlos de Mulder (vihuela) en un programa dedicado a Sonetos y Villancicos de Juan Vásquez y obras de autores contemporáneos como Luys de Milán y Antonio de Cabezón, en donde se demostró por qué esta considerado posiblemente como uno de los mejores cuartetos vocales de España en su especialidad. La delicada voz de la cantante marroquí Iman Kandoussi puso el mejor contraste al espectacular virtuosismo de Juan Manuel Rubio (ud y santur) y a la versátil percusión de Álvaro Garrido, componentes del trío Zéjel, que entusiasmaron al público que asistía en la Torre del Horno de la Alcazaba con un programa dedicado a música medieval de oriente. El grupo alemán de ministriles Capella de la Torre, con su directora los estupendos solistas que hemos citado en una idea magnifica que confiere a este ciclo una consideración muy importante. Aprender desde la práctica y la colaboración es fundamental. Los méritos de Florilegio miran al futuro desde un presente lleno de promesas. Fernando Herrero Casi un centenar de jóvenes músicos procedentes de distintas escuelas superiores de Europa se reúnen cada año en Santander, bajo los auspicios de la Fundación Albéniz, la Escuela Reina Sofía y el Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid, es decir, gracias al esfuerzo constante de Paloma O’Shea y al criterio de quien los selecciona: Péter Csaba. Maestros y discípulos se unen para tocar juntos tras las clases en las que aquellos transmiten su saber a quienes atisban su propio futuro desde un presente más que prometedor. Quien esto firma tuvo la oportunidad de asistir a algunas de esas clases magistrales y la experiencia es verdaderamente única. No puede imaginar el lector, por ejemplo, cómo las gasta —sincera, eficaz, directa y estimulante— Isabel Charisius —quien fuera viola del Cuarteto Alban Berg— con sus entregados alumnos. Y tras las clases, el concierto. Escuchar, por ejemplo, a Wolfram Christ —otro viola de leyenda— llegar al colmo de la expresividad en las alucinadas Märchenbilder de Schumann, con ese final, ya definitivamente escrito desde el otro lado. O a Radovan Vlatkovic liderando un sexteto de trompas en un arreglo de música de Sibelius con un afinación y un empaste ejemplares. El Nocturno nº 4 de Haydn y el Sexteto op. 81b de Beethoven fueron modélicos y, para final de la sesión del 10 de julio, una Sinfonía nº 49 de Haydn que Schellenberger dirigió con la inteligencia y el bagaje estilístico propios de quien ya es un músico sabio y no sólo un extraordinario oboe, que ya sería bastante. H. SCHELLENBERGER Y alguien muy especial pasó también por Santander: Fou Ts’ong, el pianista chino de tan dura peripecia personal, aquel que sorprendiera hace muchos años con un Chopin distinto y que trajo al Encuentro un programa íntegramente dedicado a Haydn, con algunas de sus más hermosa sonatas —nºs 32, 33, 49 y 50— y las maravillosas Variaciones en fa menor. Ts’ong hace un Haydn que da que pensar al oyente, que nace en Scarlatti y desemboca en Beethoven mientras manifiesta un lenguaje tan personal y tan hondo que lo coloca en la primera fila de quienes escribieron para piano en cualquier época. Y personales son igualmente las maneras del intérprete, capaz de dejar detalles inolvidables, siempre la expresividad por encima de la técnica, con gestos de músico de otro tiempo como diciéndole a los más jóvenes dónde empieza ese camino que ellos han de enriquecer. Luis Suñén 35 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 36 ACTUALIDAD SANTIAGO DE COMPOSTELA Progresos del festival STELLÆ, SCINTILLATE SANTIAGO Miguel Ángel Fernández Festival Via Stellæ. 2/14-VII-2009. Sandrine Piau, soprano; Sara Mingardo, contralto. Concerto Italiano. Director: Rinaldo Alessandrini. Arias y dúos de Haendel. Obras de Vivaldi. Sinfónica de Galicia. Director: Graeme Jenkins. Obras de Boyce, Arne, J. C. Bach y Haydn. Zefiro Baroque Orchestra. Director: Alfredo Bernardini. Obras de Haendel y Telemann. Ann Hallenberg, Karina Gauvin, Krystian Adam, Maarten Engeltijes. Modo Antiquo. Director: Federico Maria Sardelli. Haendel, Ariodante. Farran James, violín; Marju Vatsel, clave; Santi Mirón, viola da gamba. Obras de Bach. Tuva Semmingsen, Svetlana Doneva, Christine Brandes, Clara Ek. Il Complesso Barocco. Director: Alan Curtis. Jommelli, Ezio. Guillemette Laurens, mezzo; Manuel Vilas, arpa. Canciones amorosas del s. XVII. Manuela Custer, mezzo. Dolce & Tempesta. Obras de Monteverdi, Bach, Conte y Mitchell. Gli Incogniti. Amandine Beyer, violín y dirección. Obras de Purcell y Matteis. La Magnifica Comunità. Isabella Longo, violín; Enrico Casazza, violín y dirección. Conciertos de Vivaldi. Ensemble Clément Janequin. Director: Dominique Visee. Obras de Janequin y Sermisy. Romina Basso, Roberta Invernizzi, Patricia Bardon, Christophe Dumaux. Orchestra of the Age of Enlightenment. Director: Laurence Cummings. Haendel, Giulio Cesare. 36 El Auditorio de Galicia, dos teatros, cinco iglesias, la capilla del Hostal, dos claustros, dos museos, el paraninfo de la Universidad y hasta la plaza de abastos, toda Compostela inundada por la música que genera el Via Stellæ, a lo que hay que añadir los conciertos que se celebran en localidades de los diferentes caminos que a ella conducen. Como en ediciones pasadas, incontestable calidad de los intérpretes, con muchas primeras figuras vocales, instrumentales y de dirección. Abundante barroco, con Haendel y Vivaldi en cabeza, pero también los grandes del clasicismo y particularmente Haydn en este año, han tenido o tendrán (ahora comentamos sólo la primera mitad) importante representación, sin que falte obra contemporánea con especial atención a la de compositores gallegos. Inauguración por Rinaldo Alessandrini y su Concerto Italiano, con un recital de arias y dúos de Haendel a cargo de Sandrine Piau y Sara Mingardo que, ya grabado en disco, tenían absolutamente dominado. En vivo, ante la brillantez de una voz como la de Piau, la contralto quedó un poco oscurecida, aunque ambas fueron justa y fervorosamente aplaudidas. Sara Mingardo se desquitó dos días después en un monográfico Vivaldi, donde los componentes de Concerto Italiano estuvieron aún mejor que en Haendel, interpretando cinco conciertos del pelirrojo cura veneciano, Giulio Cesare de Haendel mientras Mingardo lucía con una perfecta dicción sus grandes dotes canoras en la cantata Cessate omai, cessate y en el salmo Nisi Dominus. Siguiendo con la música vocal no operística, en una tarde de mezzos se pudo escuchar a Guillemette Laurens con el arpista Manuel Vilas en un recital de canciones amorosas españolas e italianas de los siglos XVI y XVII, magnífico por parte de ambos, con una muy digna dicción española de la cantante, aunque se sintiera más a gusto con el italiano, culminando el recital con dos soberbios ejemplos de Monteverdi y otros dos de Frescobaldi. En cuanto a la un tanto desenfadada sesión prevista con Manuela Custer, una laringitis impidió que pudiera ofrecer lo planeado, aunque con gran voluntad subió al escenario para cantar lo menos complicado en lugar de cancelar y aunque dejó una cierta frustración, con ayuda del conjunto acompañante Dolce & Tempesta se salvó la tarde. El singular concierto del Ensemble Clément Janequin en una nave de la plaza de abastos supuso un éxito redondo, encandilando al público con sus versiones de Janequin y Sermisy, especialmente en los grandes frescos polifónicos del primero como Les cris de Paris (de ahí lo de la plaza), La guerre o La chasse. El capítulo óperas (en versiones de concierto) se abrió también con Haendel. De su Ariodante podemos decir Sardelli triumphans, como ocurrió el año pasado con la Juditha de Vivaldi. Contó con la mezzo Ann Hallenberg en estado de gracia, sensacional en el papel protagonista desde su primera intervención, muy bien secundada por Karina Gauvin, particularmente en la segunda mitad, así como por el joven contratenor Maarten Engeltijes y los demás, pues todos recibieron su ración de aplausos y bravos. Alan Curtis vino este año con el Ezio de Jommelli en su cuarta versión sobre el libreto de Metastasio. Tiene interés dar a conocer obras olvidadas, pero con ésta consiguió aburrir a la mayoría y hay que buscar las razones en unos jóvenes cantantes limitados, a que la obra es bastante plana y monótona y a que Curtis contribuye poco a que lo parezca menos. Días después, se volvió con Haendel y su Giulio Cesare a alcanzar una de las cotas más altas, al mando de Laurence Cummings con la soberbia, en conjunto y en individualidades, Age of Enlightenment y un reparto procedente del Festival de Glyndebourne con excepción de las dos voces protagonistas, Roberta Invernizzi y Romina Basso, que se integraron casi sin ensayos, pero como clase les sobra a las italianas, ni se notó, salvo en el detalle de la partitura en mano. Como siempre en Santiago y en todas partes, maravillosa Invernizzi en una antológica Cleopatra. Excelente también el Cesare de Romina Basso, exquisita pero con una emisión más débil que en otras ocasiones, de lo que estuvo sobrada Patricia Bardon como Cornelia. Desparpajo teatral y estupendas intervenciones de Christophe Dumaux como Tolomeo y bien el resto del reparto. Lleno a rebosar en el Auditorio, que es seguro no se hubiera alcanzado en el primer año del Via Stellæ, otra prueba más del progresivo éxito y consolidación del festival. En el apartado orquestal, la Sinfónica de Galicia, dirigida por Graeme Jenkins, dedicó la primera parte de su programa a sinfonías de músicos (Boyce, Arne y J. C. Bach) que trabajaban en Londres poco antes del primer viaje que allí hizo Haydn. 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 37 ACTUALIDAD SANTIAGO / SEVILLA Ensemble Clément Janequin Interesante por poco habitual y bien tocada la primera parte, aunque en la Sinfonía nº 100 de Haydn se echó en falta una mayor dosis de transparencia y resultó una versión un tanto espesa, anticuada. La Zefiro Baroque Orchestra dedicó su concierto a músicas acuáticas de Haendel y de Telemann, con las tres suites de la Water Music y la bastante menos frecuentada obertura Wassermusik, que les salió redonda, aunque no puede decirse otro tanto de las suites de Haendel, carentes de la chispa que apareció en la propina de Fireworks. La música de cámara incluyó monográficos Bach y Vivaldi, más otro con obras de Purcell y Matteis, que trabajaron en Londres en la misma época. De Bach, tres de las sonatas para clave y violín con basso da gamba y una de las sonata para viola da gamba y clave, de las que la violinista Farran James, la clavecinista Marju Vatsel y Santi Mirón ofrecieron unas versiones quizás en exceso italianizantes y un equilibrio sonoro entre los tres instrumentos no suficientemente ajustado, aunque esta apreciación puede depender del lugar ocupado. Estupendo el concierto de Amandine Beyer y Gli Incogniti, donde destacaron las tres suites de los Ayrs for the violin del casi desconocido Nicola Matteis, del que acaban de grabar un disco, más tres obras de Purcell. Esa misma tarde, Enrico Cassazza, Isabella Longo y los miembros integrantes de La Magnifica Comunità entusiasmaron con un programa Vivaldi formado por dos conciertos originales y otros reelaborados por Pablo Queipo de Llano formando un conjunto de conciertos de solemnidad, entre los que destacó el soberbio della lingua di San Antonio en Padua, RV 212. El Via Stellæ 20/21 se desarrolló en el auditorio del Centro Galego de Arte Contemporánea, lugar muy adecuado aunque de problemática acústica. Las dos primeras sesiones fueron monográficas, cuatro obras de Fernando Buide en el primero y el estreno de Vencido polo horizonte de Paulino Pereiro en el segundo. En otros, el guitarrista José Manuel Dapena y el dúo formado por el flautista Luis Soto y el pianista Diego García dedicaron sus respectivos conciertos a obras de sus compatriotas, ante un público entusiasta que, aunque no abundante, fue progresivamente creciente. Por último, en el apartado Música y Arte destacó la interpretación en el monasterio de Santa Mariña de Augas Santas (Orense) que el joven tenor Juan Sancho y Manuel Vilas hicieron de tonos humanos del llamado manuscrito Guerra, que están grabando para el sello Naxos. Y la versión de las cantigas del rey portugués Don Dinis incluidas en el pergamino Sharrer, a cargo del Grupo de Música Antiga Meendinho en el Monasterio de Poio (Pontevedra), supuso otra interesante aportación del Via Stellæ. José Luis Fernández Una zarzuela grande LA EXTRAÑA BRUJA SEVILLA Guillermo Mendo Teatro de la Maestranza. 7-VII-2008. Chapí, La bruja. Nancy Fabiola Herrera, José Bros, Susana Cordón, Julio Morales, Fernando Latorre, Marta Moreno. Coro de la AA del Teatro de La Maestranza. Real Sinfónica de Sevilla. Director musical: Miguel Roa. Director de escena: Luis Olmos. Posiblemente para la mayoría de los espectadores de óperas y zarzuelas de repertorio la primera impresión de La bruja sea la de una obra extraña; una extrañeza implícita en el género al que pertenece: la zarzuela grande, con sus aspiraciones a convertirse en el espectáculo que desplazara en España las modalidades de la ópera italiana, francesa o alemana. Pretensiones legítimas que no llegaron a cuajar en el tiempo, pues tras los éxitos iniciales de algunas de aquellas obras, pronto cayeron en el olvido hasta las recuperaciones actuales. El caso de La bruja es llamativo. El libreto de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza pudo gustar el día de su estreno, en 1887, y en la sucesivas representaciones José Bros y Nancy Fabiola Herrera en La bruja de Chapí que se dieron por toda la geografía española de la época, pero hoy ese texto resulta insufrible por ripioso, localista, rancio e irresuelto. No hay una integración de lo fantasioso y lo realista, ni de lo trágico y lo cómico. Con esa base era difícil que el versátil Chapí consiguiera hacer una música coherente. La orquesta está bien nutrida, pero el sonido en buena parte nos resulta pobre, aunque en otros momentos se vislumbren las posibilidades del género. Todo es muy desigual en esta Bruja. El primer acto va por un lado: el cómico; el segundo por otro: el trágico; y el tercero es una rara mixtura que se inclina decididamente hacia lo grotesco. Y a pesar de todo esto, la recuperación del Teatro de la Zarzuela funciona como espectáculo. En primer lugar por la excelente dirección musical de Miguel Roa; luego por la espléndida pareja protagonista: Herrera-Bros, y el buen hacer de los otros y del coro; y en tercer lugar por la experta puesta en escena de Olmos y su equipo. El público, encantado. Cuatro funciones más con doble reparto. Está bien conocer nuestra historia lírica de primera mano, y no sólo por libros y discos. Jacobo Cortines 37 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 38 ACTUALIDAD VALENCIA / VALLADOLID Miniciclo de lied ENVOLTORIO DE CÁMARA PARA WAGNER Palau de les Arts. 14-VI-2009. Catherine Wyn-Rogers, mezzosoprano; Klaus Sallmann, piano. Obras de Brahms, Wagner, Strauss y Mahler. 17-VI-2009. Albert Dohmen, barítono; Adrian Baianu, piano. Obras de Schubert, Brahms, Pfitzner, Strauss y Schoenberg. VALENCIA El Palau de les Arts envolvió el Anillo del nibelungo con un miniciclo de cámara que nos aproximaba por esa vía al contexto en que Wagner se desenvolvió. El recital de Wyn-Rogers y Sallmann lo centraron las Canciones Wesendonk. En las brahmsianas Nicht mehr zu dir zu gehen o An eine Äolsharfe se oyeron armonías en Wagner genialmente aplicadas a otros parámetros ideológico-musicales. El alarde de lo mucho conseguido con tan poco como sucede en Im Triebhaus arrojó diáfana luz sobre el Strauss de Mein Herz ist stumm o Morgen. Fue en esas descarnadas traducciones del desamparo humano ante el dilema amor o muerte donde la voz bien timbrada de la mezzosoprano y la servicial contribución del pianista produjeron sus destellos más brillantes de CATHERINE WYN-ROGERS talento interpretativo. De las Canciones Rückert de Mahler la más destacable fue Ich bin der Welt abhanden gekommen, ofrecida en último lugar como compendio. Albert Dohmen nos llevó del Schubert más avanzado al primer Schoenberg con el Brahms tardío como punto ALBERT DOHMEN de refracción. Las cuatro páginas más sombrías del Schwanengesang supusieron el arranque de un recital que ya no abandonó ese tono patético para, por ejemplo en Atlas, hacer sentir la carga planetaria del titán o, en La ciudad, con dinámicas mínimas aunque siempre percep- tibles pasar de las luces percibidas a través de la neblina al grito de desesperación final. Los cuatro cantos serios apenas rebajaron el nivel interpretativo. Antes de llegar a Schoenberg, oímos a sus contemporáneos Pfitzner y Strauss. Del primero, De noche y En Danzig nos confirmaban en una senda “progresista” traicionada por su ópera más famosa, Palestrina. Del segundo llamó la atención cómo, a un tempo algo más rápido, Todos los santos se escanció con paladeo más intenso que tres días antes sobre el mismo estrado. Los vectores brahmsiano (piano de peso orquestal, avance por grados armónicos) y wagneriano (gestualidad violenta) convergieron en un Opus 1 de Schoenberg ideal como cierre de una magnífica velada lírica. Alfredo Brotons Muñoz Fin de etapa POSADA SE DESPIDE COMO TITULAR VALLADOLID Auditorio. 27-VI-2009. Anna Samuel, soprano; Ekaterina Gubanova, mezzo; Marius Brenciu, tenor; Christian van Horn, bajo. Orfeón Pamplonés. Sinfónica de Castilla y León. Director: Alejandro Posada. Verdi, Réquiem. 38 cia cuando es requerida. Después de una serie de avatares y sustituciones, el cuarteto solista cumplió sobradamente, con una mezzosoprano excepcional, una magnífica prestación de la soprano en el último tiempo y una sensación de coherencia que originó una interpretación global del Réquiem de alta calidad. Uno de los grandes éxitos, con ovaciones y bravos que se prolongaron en cinco salidas, y una despedida emotiva al viola Luis Thau, el primer maestro jubilado de la joven Orquesta de Castilla y León. ALEJANDRO POSADA El concierto de despedida como director titular de Alejandro Posada fue uno de sus mayores triunfos, aunque volverá como principal director invitado. La trayectoria de Alejandro Posada en estos siete años ha sido ascendente, comprobándose en el nivel del conjunto, capaz de abordar todo tipo de repertorio, incluido este Réquiem operístico. Estuvo magnífico, desde el conocimiento de su director, que interpretó la obra desde la contención en lo lírico y la espectacularidad en los momentos brillantes. Con gesto claro y contundente, hizo que el estupendo coro pamplonés se adaptara a su idea de la obra, con pianisimos extraordinarios y poten- Fernando Herrero 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 39 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 40 ACTUALIDAD Estreno de Hamlet de Jost UN MUNDO DE ARTE EN BLANCO Monika Rittershaus Komische Oper. 21-VI-2009. Jost, Hamlet. Stella Doufexis, Jens Larsen, Gertrud Ottenthal, Karolina Andersson, Robert Heimann. Director musical: Carl St. Clair. Director de escena: Andreas Homoki. Peter Renz, Caren van Oijen y Stella Doufexis en el estreno de Hamlet de Christian Jost Pocas veces una obra recién estrenada recibe la aprobación calurosa del público como ocurrió el pasado 21 de junio en la Ópera Cómica con Hamlet de Christian Jost. Buena parte del éxito se debió al director Carl St. Clair, al frente de la orquesta de la casa. Claridad y transparencia sirvieron a un perfecto equilibrio entre foso y escenario, de modo que los cantantes pudieron desenvolverse con total holgura. El lenguaje de Jost es muy interesante: instrumentación colorida, armonías sugestivas, alternancias de humor que culminan en agresivas sonoridades, nerviosismo vocal, poderosas erupciones. La obra se subtitula Doce cuadros dramático-musicales y tiene como libreto un texto del mismo compositor, basado en la traducción romántica de Shakespeare, debida a Schlegel y Tieck. El protagonista corre BERLÍN INTERNACIONAL ACTUALIDAD ALEMANIA 40 a cargo de una mezzosoprano —en el caso, Stella Doufexis— y señala el notorio primado de la parte vocal. La cantante lució una voz pareja y cálida, consiguiendo en el agudo, muy exigente en su parte, una milagrosa trascendencia. Alternó una emisión agresiva con momentos de plácido lirismo y de canto “hablado” de sorprendente colorido. Inolvidable resultó su final, donde la palabra “entwerfen” (imaginar, esbozar) fue repetida con incontables matices. Ideal fue igualmente su aspecto, andrógino y de reticente juego escénico. El conjunto estuvo a la altura. Jens Larsen hizo un autorizado Claudio con voz de bajo profundo capaz de exquisitos falsetes; Gertrud Ottenthal trazó un poderoso retrato de su Gertrud; Karolina Andersson resolvió con brillo de coloratura su Ofelia; el coro aportó sus voces solis- tas y su conjunto, dirigido por Robert Heimann, supo dar entidad fantasmal tanto en bambalinas como en el escenario, al personaje colectivo. La escenografía de Wolfgang Gussmann se valió de un espacio en negro dividido por un plafón oval blanco que sirvió para alterar los ambientes, subiendo y bajando, a la vez que una apertura a la izquierda daba entrada a una escalera que llegaba a los extremos de altura y profundidad del proscenio. Un vestuario de indumentos y pelucas en blanco dio al conjunto un aire clínico, matizado mágicamente por los azules de la iluminación a cargo de Franck Evin. La dirección de actores de Andreas Homoki subrayó a los personajes en una suerte de viaje interior que, en la segunda mitad, alcanzó una notable tensión poética. Bernd Hoppe 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 41 ACTUALIDAD ALEMANIA Una comedia de equívocos AMORÍO Y PROFUNDIDAD Eludiendo su estancia en Salzburgo, el joven y genial adolescente Mozart escribió para el carnaval muniqués de 1774-1775 el “dramma giocoso” La finta giardiniera. La compuso con rapidez. “Sólo oigo hablar de una ópera, me paso el tiempo en el teatro, oyendo voces, estoy ya del todo fuera de mí” escribe a su padre. El intendente de la corte proporcionó el tema y el libro, ya puesto en música con éxito por Pasquale Anfossi en Roma. El estreno mozartiano ocurrió en enero de 1775, con plena aprobación de público y crítica, pero sólo se representó tres veces. La comedia de equívocos La jardinera del amor se volvió una hermosa pieza decorativa, redescubierta por la obra de Mozart. Se mezclan en ella dos parejas, una noble y otra servil, iluminadas mutuamente por el poder de la música. Confusiones, protestas de amor, líos y locuras del corazón dominan a los amantes. Ilusiones y sueños se entretejen en las invenciones de Mozart con virtuosismo y brillo vocal. La emoción impregna sonoramente el lenguaje de los sentimientos. Tres horas y media dura el torbellino de estos amoríos profundizados. A pesar de la duración, la puesta en escena de Katherina Thoma con soberbia fantasía e histriónico talento, crea un show genialmente burlesco, una mascarada del equívoco que hechiza el escenario. La orquesta secunda con esplendor las acciones de los comediantes. W. Runkel FRÁNCFORT Bockenheimer Depot. 4-VII-2009. Mozart, La finta giardiniera. Michael McCown, Brenda Rae, Jussi Myllys, Anna Ryberg, Jenny Carlstead, Nina Bernsteiner, Yuriy Tsiple. Director musical: Hartmut Keil. Directora de escena: Katherina Thoma. Al empezar, un chelista despistado toca en el proscenio Little hobbits y los enanitos del jardín lo siguen y lo empujan a su lugar en el foso. De ocurrencia en ocurrencia, esta Finta se va convirtiendo en una pieza de conocimiento y seriedad. En la escena, una estructura de madera recordó al Festival de Bayreuth en clave rústica. El diseño fue de la misma Katherina Thoma y Herbert Murnauer. El vestuario era contemporáneo y debido a Irina Bartels. Dentro de un elenco homogéneo destacaron Anna Ryberg como Arminda y Brenda Rae como Sandrina, voces jubilosas y desenvoltura escénica. Los demás se vieron algo cohibidos en su desempeño y alguno, falto de habilidad cómica. La Orquesta del Museo de Fráncfort fue dirigida por Hartmut Keil quien obtuvo rapidez de rayo, bella sonoridad y hondura expresiva. Este profundizado drama jocoso resultó una maravillosa clausura de temporada y anuncia nuevas e intensas funciones en la próxima. Barbara Röder Festival del Castillo UN HALLAZGO IRRITANTE LUDWIGSBURG Residenztheater. 1-VII-2009. Mozart, Die Entführung aus dem Serail. Simone Kermes, Bernhardt Berchthold, Daniel Johannsen, Chen Reiss, Guido Jentjens. Director musical: Michael Hofstetter. Director de escena: Peer Boysen. En el Teatro de la Residencia puso en escena, con escenografía propia, Peer Boysen el mozartiano Un rapto en el serrallo, intentando revivir la teatralidad del barroco: cigüeñales, nubes pintadas en los plafones, imitación de la luz de candilejas. Lamentablemente, el vestuario de Ulrike Schlemm resultó inadecuado pues mezcló lo histórico con lo actual. Sólo Constanza conservó un atuendo barroco y rojo, en tanto Belmonte salió con un impermeable y un uniforme de marinero como si fuese Peter Grimes. Junto a una Blonde igualmente marinera, el Bajá vistió de chaqué y plastrón. Muchas escenas se jugaron con meditabunda serie- dad, sin matices, dejando en vilo a los personajes. Blonde y Osmín están juntos desde el principio, durmiendo en un diván, en plena rampa y despertando amablemente. Esta exageración se duplica en los emotivos encuentros del Bajá y Constanza. El aria de los martirios la canta ella con la cabeza del monarca en su regazo y la culmina en estrecho abrazo. No se entiende por qué, previamente, Blonde se muestra atormentada ni por cuál razón Osmín amenaza con los peores castigos a las dos parejas cristianas en cuanto descubre su intento de fuga. El hallazgo final consiste en adelantar el de Così fan tutte: los amantes se repelen y se alejan airadamente. Musicalmente, la velada fue un acierto. Michael Hofs- tetter obtuvo todo el fuego y el impulso que tiene la partitura, la tensión dramática que la anima, sus cortantes perfiles y su color oriental cuando aparece el “aparato turco”. Con bello sonido y pregnante articulación, el coro del Festival, dirigido por Jan Hoffmann, cantó entre las filas del público. Simone Kermes hizo una Constanza en plena crisis existencial, con un primer acto que pareció una larga escena de locura. Lució un registro de gran amplitud y una coloratura que se constituyó en el juego de un alma atormentada. Acompañada por la decisión expresiva del director, en el aria mencionada llevó un tempo especialmente lento en el recitativo que explosionó con mayor fuerza en el cantable. Bernhardt Berchthold dio a Belmonte el debido lirismo en los dúos con aquélla pero luego jugó con un timbre bufonesco más digno de Pedrillo, que personificó Daniel Johannsen como simpático gamberro, tanto en el habla, el canto como el juego escénico. Blonde fue Chen Reiss, hechizadora tanto en lo dulce como en lo sentimental, marrullera o íntima, según correspondiera. Guido Jentjens propuso un Osmín de caricatura, con una voz de bajo estrecha, de buen color y mesurada gravedad. Heio von Stetten hizo un Bajá efectivo, sonámbulo y ausente, aplicando una notable expresividad en su parte hablada. Bernd Hoppe 41 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 42 ACTUALIDAD ALEMANIA / ARGENTINA El mundo de Haydn SILLAS DE PLÁSTICO Y GUANTES DE BOXEO Una estética opuesta al teatro de marionetas pusieron en práctica el director Jakob PetersMesser y el escenógrafo Markus Meyer en la “burletta” L´infedeltà delusa de Haydn, llena de absurdos chistes. La escena mostraba un redondo horizonte floral, con plantas ejemplares y cuidadísimas, apetitosas y a la espera del beso, sobre las cuales volaban sillas de plástico y dos ángeles dorados, con camisetas blancas y rojos guantes de boxeo, portadores de carteras con escritos tal vez notariales. La pareja central de amantes se expidió en dialecto florentino y actuó cambiando constantemente de poses. La comedia de Vespina se jugó en clave grotesca, mostrando una versión vulgarizada de la Despina mozartiana: astuta, silbadora, refranera. Apareció disfrazada de viejecita, con Monika Rittershaus POTSDAM Potsdam-Sanssouci. Festival. 25-VI-2009. Haydn, L´infedeltà delusa. Gemma Bertagnolli, Raffaela Milanesi, Christian Senn, Daniel Auchincloss, Andreas Karasiak. Capella Augustina. Director musical: Andreas Spering. Director de escena: Jakob Peters-Messer. Escenografía: Markus Meyer. Bertagnolli, Milanesi y Karasiak en L’infedeltà delussa de Haydn plástico azul, luego de marquesa, con robe de soirée en paillettes y, por fin, de nota- rio. Gemma Bertagnolli la encarnó como una suerte de muñeca, cantando tanto con sólidos graves como con aéreas coloraturas. Contrastó con la soprano Raffaela Milanesi, de voz algo ruda, impulsiva, dramática y, a la vez, capaz de suave lirismo. Christian Senn, con indumentaria deportiva, lució un sonoro y triunfal órgano de bajo barítono. De frac, a la manera de un director circense, apareció el tenor Daniel Auchincloss, con problemas en el agudo de su acariciante instrumento, en contraste con Andreas Karasiak: enérgico, poderoso, aunque también con alguna inquietud en el registro alto. Andreas Spering con la Capella Augustina consiguió llevar la amable música haydniana hasta efectos muy bien conseguidos de fuerza y de ímpetu, que decayeron por falta de concentración en la segunda parte. Bernd Hoppe Se completó la trilogía de títulos monteverdianos EL ARRIBO DE ULISES A LA ARGENTINA BUENOS AIRES Teatro Avenida. 17-VII-2009. Monteverdi, Il ritorno d’Ulisse in patria. Víctor Torres, Franco Fagioli, María Cristina Kiehr, Evelyn Ramírez, Carlos Ullán, Osvaldo Peroni, Damián Ramírez, Jaime Caicompai, Pilar Aguilera, Oreste Chlopecki, Pablo Pollitzer. I Febiarmonici. Director musical: Juan Manuel Quintana. Director de escena: Alejandro Bonatto. 42 Merced a la pujanza de una institución privada pionera como es Buenos Aires Lírica, se pudo asistir al estreno sudamericano de la única ópera de Monteverdi que nos faltaba conocer. Un estreno signado por la idoneidad, empuje y sabiduría de quienes en él participaron. El extenso y variopinto elenco vocal osciló entre lo bueno y lo notable. En el máximo nivel estuvieron el barítono Víctor Torres (Ulises), intenso y con excelente línea de canto, de descollante labor; el contratenor Fran- co Fagioli (Telemaco) de emisión potente y pareja, afinadísimo y con un fraseo exquisito; y el tenor Carlos Ullán, impecable como Eumete. Distinguida por voz y actuación la pareja de amantes de los chilenos Aguilera y Caicompai mientras su compatriota Evelyn Ramírez componía con buenos medios una atormentada Penelope. Eficiente aunque algo desequilibrado el trío de pretendientes (con la potencia de Chlopecki, que también encarnó a Neptuno, el promisorio trabajo de otro contratenor, Damián Ramírez —Fragilidad Humana en el Prólogo— y el buen decir pero escaso volumen de Pablo Pollitzer). Osvaldo Peroni quizás se excedió en el tono grotesco de Iro pero agradó, en tanto María Cristina Kiehr (Minerva y Fortuna) tuvo pasajes muy logrados frente a otros algo erráticos. Juan Manuel Quintana lució su reconocido dominio de este repertorio, escogiendo tiempos fluidos y otorgando vivacidad al soporte sonoro, a cargo de un conjunto de unos quince músicos con instrumentos de época, de grato sonido y buen empaste, al que no logró empañar algún fugaz desliz. Adecuada la escenografía, con un cilindro central que se abría o cerraba para las numerosas escenas, curioso el vestuario (de etiqueta en el Prólogo a telón cerrado; inspirado en la antigüedad para humanos y dioses; renacentista para los pretendientes) y eficaz la dirección escénica de Bonatto, que quizás podría haber sido un poco menos explícito en la lujuriosa escena de la orgía del acto segundo. Carlos Singer 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 43 ACTUALIDAD ARGENTINA Cuidadas producciones de dos óperas breves MENOTTI JUVENIL Buenos Aires. Teatro Avenida. 26-VI-2009. Menotti, Amelia al ballo. Eleonora Sancho, Gustavo Feulien, Norberto Fernández, Pablo Basualdo. Escenografía y directora de escena: Florencia Sanguinetti. Menotti, The Old Maid and the Thief. Eugenia Fuente, Laura Penchi, Sebastián Sorarrain y Vanesa Tomas. Escenografía y directora de escena: Ana D’Anna. Vestuario: María Jaunarena. Coro y Orquesta Juventus Lyrica. Director musical: Leandro Valente. Escena de Amelia al ballo de Giancarlo Menotti J uventus Lyrica ofreció un interesante programa doble, combinando sendas páginas juveniles del compositor ítalo-norteamericano. Amelia se había visto ya, pero La solterona y el ladrón era un virtual estreno, dado que antes se la había presentado una vez al piano y algo abreviada. Con dos directoras escénicas, era dable esperar enfoques disímiles, que se adecuaron de maravillas a las notorias diferencias entre ambas obras. En la primera brilló el lujo y el glamour hollywoodense; en la segunda una visión más enraizada en Nueva Inglaterra: despojada y severa, aunque con amplio despliegue de vestuario (la protagonista y su chismosa vecina lucen distintos modelos en cada aparición) e incluso utilizando un diminuto automóvil verdadero en la huída final. Cabe añadir a favor de D’Anna un original y muy festejado gag enlazando ambas obras: que Miss Todd y Laetitia, cuando salen para asaltar la licorería, vean a Amelia y al Jefe de Policía, todavía danzando y muy amartelados, volviendo del baile. En Amelia al ballo destacó Norberto Fernández, cuyos medios parecen ideales para el amante. Feulien cantó con idoneidad pero resultó algo tieso como marido mientras Sancho se movió con gracia y tiene un buen instrumento, al que sólo le falta dotarlo de mayor variedad y colores. En el otro título, excelente por voz y actuación Eugenia Fuente (la solterona), bien complementada por Vanesa Tomas como su vecina. Laura Penchi (Laetitia) lució su habitual solidez y picardía (en otra función que presencié este papel estuvo encarnado por Sonia Stelman, cuya labor canora me pareció digna de elogio). Correcto el supuesto ladrón de Sorarrain. Bien el Coro en su breve presencia al final de Amelia y competente la tarea del conjunto orquestal, con lucido desempeño de maderas y trompas. Leandro Valente se mostró eficaz, aunque yo hubiese preferido por momentos tiempos más vivos y una mayor cuota de mordacidad e ímpetu en su trabajo. Carlos Singer 43 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 44 ACTUALIDAD AUSTRIA / BÉLGICA La penúltima ópera de Donizetti vuelve al lugar de su estreno DONIZETTI INFRECUENTE VIENA Opernwerkstatt. 13-VII-2009. Donizetti, Maria di Rohan. Ingrid Kaiserfeld, Taylan Memioglu, Javier Franco, Stefan Tanzer. Director musical: Tiziano Duca. Director de escena: Wolfgang Schilly. Decorados: Manfred Kronbichler, Konstantin Talbi. La penúltima ópera de Donizetti, Maria di Rohan, tuvo su estreno absoluto el 5 de junio de 1843 en el Kärntnertortheater de Viena. La primera vez que el compositor pensó en escribir una ópera sobre el tema de la exitosa pieza teatral Un duel sous le Cardinal de Richelieu de Lockroy y Edmond Badon (1832) fue en el año 1837, cuando solicitó el libreto a Salvatore Cammarano. Pero sólo a comienzos de los años 40 se puso finalmente a ello, cuando era maestro de capilla en la corte imperial de Viena. El papel titular fue interpretado por Eugenia Tadolini (la especialista en Donizetti que, contra la voluntad de Verdi, cantó en Nápoles en 1848 Lady Macbeth), el de Chalais por Carlo Guasco (el tenor de las premières de las verdianas I lombardi, Ernani y Attila) y el de Chevreuse por Giorgio Ronconi (el protagonista de otros seis estrenos donizettianos en los años 1833-1841, y en 1842 el primer Nabucco). La obra fue recibida por el público vienés con entusiasmo. Una versión ampliada fue presentada el 10 de noviembre de 1843 en el Théâtre Italien de París y se representó en las siguientes décadas en toda Europa, antes de caer en el olvido. Recientemente ha sido recuperada en escenarios y salas de conciertos. El Taller de la Ópera de Viena, una institución que pone en escena todos los años un título infrecuente, se ha decantado en esta ocasión (pese a una drástica reducción de las subvenciones) por esta obra que no se ofrecía en la capital austriaca desde 1910. Se optó por la versión vienesa, sin las partes añadidas para París, en la que Armando di Gondi (que aquí es un personaje secundario) es cantado por un tenor y no por una contralto. La única excepción fue la inclusión de la cabaletta final de Maria Onta eterna? Io non t’amai, publicada en el libreto original de 1843 pero que no llegó entonces a interpretarse. Ingrid Kaiserfeld defendió el papel titular con fuerte expresividad y una segura técnica, que le permitió brillar en agudos y coloratura. Taylan Memioglu encarnó a Chalais con un bello timbre de tenor lírico, seguridad estilística y musicalidad, y Javier Franco a Chevreuse con una timbrada voz de barítono y un cuidadoso y variado fraseo. En la orquesta, que tuvo que sufrir aún más que las voces la inclemente acústica del escenario al aire libre, encontramos desajustes en las cuerdas y en la primera trompa, pero Tiziano Duca garantizó una inspirada y segura coordinación musical de todo el conjunto. Pese a los recortes presupuestarios, la producción no dejó nada que desear, con sus sencillos trajes en rojo y negro, sus acertados efectos de luz y sus poderosas proyecciones. Christian Springer Opera XXI EL CAMARERO Y EL AMOR Vlaamse Opera. 23-VI-2009. Brackx, Die Entführung aus dem Paradies. Steven van Watermeulen, Hannelore Muyllaert, Anne Mastriau. Currende. Spectra. Director musical: Filip Rathé. Director de escena: Steven van Watermeulen. AMBERES Por primera vez, la Vlaamse Opera, el Centro de las Artes deSingel (Amberes), Music LOD (Gante), y Muziektheater Transparent han organizado un festival de teatro musical contemporáneo, Opera XXI, que se celebrará a partir de ahora cada dos años. Esta colaboración explorará las posibilidades de un teatro musical creativo, teatro dramático y de danza y presentará las obras de compositores y escritores flamencos que han colaborado a menudo en producciones internacionales. El Festival se inauguró con La casa de las bellas durmientes (Kris Defoort), una producción que también ofreció el Teatro de la Monnaie, y luego Aquarius de Karel Goeyvaerts, una producción de la Opera Flamenca que también fue vista 44 en el Holland Festival de Holanda. El estreno mundial de Die Entführung aus dem Paradies del joven compositor Joachim Brackx (n. 1975), una producción del Muziektheater Transparent y del Festival de Flandes, que clausuró el festival. Die Entführung aus dem Paradies, basada en un texto holandés y alemán de Oscar van den Boogaard, dura aproximadamente una hora y media y fue descrita como “una ópera sobre la organización del amor”. No hay mucha acción en esta ópera de un actor, dos cantantes femeninas, un pequeño coro de mujeres y un reducido grupo de músicos (flauta, clarinete, violín, viola, chelo, piano percusión y electrónica). Un hombre (el actor Steven van Watermeulen) que es un camarero en un café de Berlín, rememora los florecientes amores de los que ha sido testigo y sus propias relaciones pasadas y luego empieza a hacer preguntas sobre la naturaleza e influencia del amor mismo. Cuenta su historia de amor con Tosca, la mujer que dejó por su nuevo amor, Alpha. Tosca (Hannelore Muyllaert) se expresa en canciones al estilo de Kurt Weill, y Alpha (Anne Mastriau) canta como una muy expresiva soprano. Hay una confrontación entre las dos mujeres que se parecen la una a la otra mucho y por fin el hombre se decide por Alpha. Muchas cuestiones fundamentales que la ópera plantea permanecen sin respuesta y el libreto no consigue combinar los diferentes elementos (texto hablado, arias, canciones de cabaret y música ins- trumental) en una unidad dramática. La puesta en escena de Steven van Watermeulen no ayudó en absoluto, Los efectos visuales más atractivos eran los decorados de B-Architecten, compuestos de unas mesas suspendidas y sillas de café que oscilaban. Aunque a veces la música se parecía más bien a una banda sonora y no parecía esencial para hacer avanzar la obra, era el único elemento que aunaba la obra. La partitura de Joachim Brackx es bastante económica, sencilla, muy tonal e incorpora hasta un tango. Desprende cierta melancolía que sugiere el carácter elusivo del amor. Los solistas, el coro Currende y el grupo instrumental Spectra dirigido por Filip Rathé estuvieron muy bien. Erna Metdepeninghen 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 45 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 46 ACTUALIDAD FRANCIA Festival de Radio France ZAÏRA, UN ACONTECIMIENTO MONTPELLIER Opéra Berlioz. Ermonela Jaho, Varduhi Abrahamyan, Wenwei Zhang, Shalva Mukeria, Carlo Kang, Marianne Crebassa. Coro de la Radio Letona. Orquesta Nacional de Montpellier. Director: Enrique Mazzola. Bellini, Zaïra. Para su inauguración, el Festival de Radio France y de Montpellier ha recuperado una gran página belcantista curiosamente ensombrecida, Zaïra de Bellini. Hacía mucho tiempo que esta cita indispensable del verano, volcada principalmente en el descubrimiento de partituras desconocidas u olvidadas, no tenía un comienzo tan satisfactorio. Estrenada en Parma en 1829, Zaïra se inspira en el drama de Voltaire adaptado por Felice Romani. Esta “tragedia lírica” en dos actos, que no se encuentra entre las obras más conocidas del siciliano, anuncia ya sus partituras mayores, hasta la más justamente célebre, Norma, y los postreros Puritanos. Si la versión de concierto es reductora, al menos presenta la ventaja de permitir el descubrimiento y de calibrar cuánto puede aportar la escena a esta obra. Romani y Bellini han respetado el marco histórico, tomando libertades respecto del original y concentrando la ópera en torno a los conflictos interiores. La acción se desarrolla en Tierra Santa, tras la reconquista de Jerusalén por Saladino. Su sucesor ha sojuzgado las orillas del Jordán y el hijo de este último, Orosmane, teme el regreso de los cristianos. Romani no conserva más que lo esencial de la acción, destacando al visir Corasmino que reprocha al sultán su ceguera amorosa. Orosmane, en efecto, se dispone a casarse con Zaïra, joven franca cautiva, pero Corasmino interrumpe la fiesta: para él, ese día de alegría es un día de vergüenza, pues el peligro amenaza a Egipto. La invocación del espectro de Saladino moviliza todos los recursos del canto belliniano, roto por un himno guerrero imperioso. La obra fue defendida por un reparto brillante y homogéneo. La soprano albanesa Ermonela Jaho encarnó a un Zaïra emotiva y soberana. De voz cálida y refinada vocalización, privilegió como Maria Callas el teatro a la plástica del canto, haciendo de la heroína un ser de carne y hueso. A su lado, la mezzo armenia Varduhi Abrahamyan impuso su voz suntuosa de graves abisales, logrando una Nerestano viva y cálida. Frente a estas dos soberbias siluetas, el bajo barítono chino Wenwei Zhang revela una voz plena y coloreada que sólo necesita un poco más de disciplina. He aquí a un gran cantante con futuro. El tenor Shalva Mukeria, venenoso confidente, el barítono Carlo Kang y la mezzo Marianne Crebassa completan con excelencia un equipo de primera fila, llevado con firmeza pero de forma demasiado monolítica por Enrique Mazzola. Bruno Serrou Sensible y sofisticado UNA PASTORAL URBANA 46 Gérard Pesson, nacido en 1958, es el artista de lo esquivo, de las alusiones a numerosos private jokes sonoros, del refinamiento extremo. Lo que explica por qué numerosos espectadores abandonaron la sala antes y durante el entreacto. Se equivocaron, porque la “recompensa” sonora se ofreció tras la pausa, como pudieron constatar los valerosos resistentes, en una escucha más concentrada, de este universo a fin de cuentas lúdico. En el fondo, la música de Pesson no es quizá, sencillamente, para todo el mundo; pero qué de alegrías sonoras prodiga este arte magistral de las pequeñas cosas. Contemplando el pie de Céladon, uno de los personajes principales de esta Pastorale basada en un precio- sista libreto de Martin Kaltenecker y Philippe Beck, más la ayuda del compositor, a partir de la novela pastoral L’Astrée, de Honoré d’Urfé, una joven exclama: “¡Mirad, mirad! Es todo un paisaje. Para perderse en él. ¡Mirad!”. De un silbato, de un piano de juguete o de una armónica, Pesson crea un mundo sobrenatural, repleto de espectros sonoros, constituido por cuarenta y dos números repartidos en cuatro actos de una duración total de dos horas y media, como en una revista —el compositor la presenta así— a priori sin forma. De hecho, Pesson no persigue una verdadera progresión dramática. A semejanza del método del compositor, que incorpora ingredientes heterogéneos en su aparato sonoro, la pro- Marie-Noëlle Robert PARÍS Théâtre du Châtelet. 20-VI-2009. Pesson, Pastorale. Judith Gauthier, Olivier Dumait, Ivan Geissler, Marc Labonnette, Pierre Doyen, Marie-Ève Munger, Hoda Sanz, Raphaelle Dess. Coro del Châtelet. Sinfónica Région Centre-Tours. Director musical: Jean-Yves Ossonce. Director de escena, vídeo, decorados, vestuario, iluminación: Pierrick Sorin. Coreografía: Kamel Ouali. ducción de Pastorale parecía un poco improbable: dos cantantes procedentes de la televisiva Star Ac’, el videoartista Pierrick Sorin, ya responsable en este mismo Théâtre du Châtelet de la escenografía de La pietra del paragone de Rossini, para la puesta en escena, y el coreógrafo Kamel Ouali, habitual en comedias musicales de gran espectáculo. Los sistemáticos primeros planos de los minúsculos decorados cansan enseguida, mientras que la coreografía apenas suscita la atención del espectador. Aunque parezca demagógica la idea de recurrir a cantantes populares, el conjunto del reparto es homogéneo, sobre todo Olivier Dumait (Céladon) y Judith Gauthier (Astrée). En el foso, al frente de la orquesta de la Ópera de Tours, demasiado ácida y no muy segura, Jean-Yves Ossonce no ofrece la quintaesencia de esta música sensible y sutilmente dosificada. Bruno Serrou 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 48 ACTUALIDAD FRANCIA Bizet original REGRESO AL HOGAR Pierre Grosbois París. Opéra Comique. 28-VI-2009. Bizet, Carmen. Anna Caterina Antonacci, Andrew Richards, Anne-Catherine Gillet, Nicolas Cavallier. Coro Monteverdi. Orquesta Revolucionaria y Romántica. Director musical: John Eliot Gardiner. Director de escena: Adrian Noble. Decorados y vestuario: Mark Thomson. E strenada el 3 de marzo de 1875 en la Opéra Comique, Carmen regresó en junio a su mismo lugar de nacimiento. La celebridad de la obra es ya tal que la sala Favart, con sus mil doscientos asientos, resultó demasiado pequeña para acogerla. Incluso una decena de representaciones, sin un solo día de descanso, no bastaron para satisfacer la demanda. Lejos de ser revolucionaria, la producción presentada en la Opéra Comique ha Anna Caterina Antonacci y Andrew Richards en Carmen de Bizet en la Opéra Comique de París seducido. Todos los que intervienen en ella aman evi- dentemente la obra, desde el foso hasta el reparto. La puesta en escena de Adrian Noble, situada en el interior Mortier se despide de París COMIENZO Y FIN París. Opéra Bastille. 7-VII-2009. Widmann, Am Anfang. Geneviève Boivin, Geneviève Motard. Director musical: Jörg Widmann. Concepción, director de escena, decorados y vestuario: Anselm Kiefer. 48 Charles Duprat E ncargo de la Ópera de París para el vigésimo aniversario de la apertura de la Bastilla, Am Anfang (Al comienzo) es también la última producción de Gérard Mortier como director de la Ópera de París antes de su marcha a Madrid. Un espectáculo en consonancia con las ideas de este intelectual iconoclasta que considera el espectáculo vivo como un útil de reflexión, de innovación, de aventura. Así, Am Anfang se presenta como una especie de OVNI: ni ópera ni teatro ni ballet, sino un objeto inclasificable concebido por un artista plástico alemán de renombre, Anselm Kiefer. La música repetitiva e invertebrada del clarinetista bávaro Jörg Widmann se sitúa a mil leguas de lo que defiende generalmente Mortier. Indudablemente, está claro que éste ha querido molestar a un público que le ha abucheado con gusto tras haberle esperado como a un mesías, y desorientar a sus incondicionales. Las profecías de Jeremías e Isaías que forman lo esencial del texto, recitados de desesperación y 244-Pliego 3FILM.QXP:Actualidad 27/7/09 17:51 Página 49 ACTUALIDAD FRANCIA de un arco de círculo, es eficaz y la dirección de actores confiere verosimilitud dramática a todos los personajes. La escena de las cigarreras constituye un momento de puro teatro de los más convincentes. Hay que decir que la Carmen encarnada por Anna Caterina Antonacci resulta de una suprema belleza. Emana de la mezzosoprano italiana una sensualidad, una espontaneidad, una presencia de extraordinaria autenticidad. Esta cantante domina todo el espectáculo; su timbre carnoso, la línea de canto de sorprendente belleza, la solidez y frescura de su voz hacen de esta Carmen una de las más seductoras que cabe imaginar. A su lado, Andrew Richards es un Don José algo pálido pero finalmente bastante sólido, lo mismo que Nicolas Cavallier como Escamillo. Por el contrario, Anne-Catherine Gillet impuso una Micaela decidida, mujer cariñosa pero no fatalista. Su radiante presencia y su voz luminosa otorgaron a este personaje demasiado a menudo empalagoso una fuerza infrecuente. El Coro Monteverdi confirma sus inmensas cualidades, su homogeneidad, su solidez, la plasticidad de sus voces, su articulación francesa sin mácula, su habilidad sobre el escenario; cada uno de sus miembros rinden como auténticos solistas. En el foso, John Eliot Gardiner dirige con precisión y empuje una partitura que adora, otorgando al conjunto de la representación una vida singular, sin falla, al punto de redescubrir cada página de una obra que se creía, sin embargo, haber asimilado hace mucho tiempo. Pese a algunas imprecisiones en los metales, la Orquesta Revolucionaria y Romántica es una maquinaria bien engrasada, a la medida de esta partitura. violencia ciega, inspirarán a algunos pero no a todo el público. La voz de la recitadora queda enmascarada, no siempre audible, cubierta por la música pese a los micros. Parece lógico que estos textos permanezcan en un segundo plano y sólo se les preste una atención distraída, que estén ahí para enmarcar la escena a grandes rasgos. Conviene olvidar las referencias históricas y considerar Am Anfang como una celebración de la ruina, lejana reminiscencia del siglo XVIII o eco de los escombros provocados por las guerras modernas, de Dresde a Gaza. El decorado no es más que cascotes y se espera que todo se desplome al final, algo que no sucede. Tras un telón que representa el Creciente fértil entre Mesopotamia y Egipto, el espectáculo se abre con dos mujeres vagando entre las ruinas, como después de una guerra. Los hombres están ausentes, muertos o prisioneros, y son ellas las que reconstruyen, escribiendo la historia, dando testimonio de los horrores y de las violencias ejercidas sobre sus hijos, sus carnes, su tierra. Poco importa que Kiefer las llame Chekhina y Lilith: son intemporales. Otras mujeres construyen, apilando ladrillos, un muro irrisorio, débil protección contra la violencia. El momento más hermoso se sitúa al final, cuando vestidas con largas túnicas de color arena, cubiertas con turbantes o semiveladas, avanzan desde el fondo hacia el proscenio para el saludo final: dieciséis mujeres duras como el granito, dieciséis heroínas que nadie doblegará, dieciséis sombras sin hombres que avanzan hacia el público, agrupadas, como para una manifestación silenciosa, una afirmación de la esperanza en la renovación. El tiempo se estira entonces, no sucede nada, la letanía prosigue, la guerra no tiene fin, las ruinas son eternas… Bruno Serrou Bruno Serrou 49 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 50 ACTUALIDAD GRAN BRETAÑA Sirenas ante los años sesenta NINFAS Las sirenas, criaturas eróticas con llamativas colas, atrajeron la imaginación de pintores, poetas y escritores de finales del XIX. Dvorák sucumbió a su llamada y compuso su Rusalka —el nombre significa ninfa del agua— en 1900. Al contrario de sus otras óperas olvidadas desde hace mucho, ésta ha vuelto discretamente al repertorio y la nueva producción de Glyndebourne fue recibida con gran entusiasmo. La ópera fue dirigida por Melly Still, con decorados de Rae Smith y la música soberbiamente dirigida por Jirí Belohlávek que disfrutó con todos los matices y acentos checobohemios de esta fluida partitura. Muchos consideran esta ópera una obra maestra que parte el corazón. Otros como yo —aunque con los ensordecedores aplausos de la noche del estreno me parece que era la única persona con reservas— que la encuentran encantadoramente melódica a la vez que francamente horripilante, prefieren la jubilosa intensidad de las formas más sólidas en las que Dvorák sobresalía: las Danzas eslavas o sus cuartetos de cuerda. La partitura está llena de ecos de Wagner sin su peso o imperativo, y de Debussy sin la magia primordial simbolista. La escena del lago del bosque, el cazador, las hermanas sirenas a lo walkyrias son materia de las leyendas nórdicas. Still y Rae han situado la trama en el año 1959, a punto de estallar la revolución sexual de la década de los 60, cuando aún era posible que las niñas ninfas vistieran calcetines blancos y faldas con Bill Cooper GLYNDEBOURNE Festival de ópera. 5-VII-2009. Ana María Martínez, Brandon Javanovich, Tatiana Pavlovskaia, Mischa Schelomianski, Larissa Diadkova. Filarmónica de Londres. Director musical: Jirí Belohlávek. Directora de escena: Melly Still. Escenografía: Rae Smith. Ana María Martínez en Rusalka pliegues y se menearan inocentemente. Por el contrario, las mujeres sofisticadas en el baile del Príncipe pertenecían a otro mundo, desfilaban con vestidos cortos, abombados y ceñidos de fuertes colores. Esta fue la escena más efectiva de la ópera, en la que la humillada y mojada Rusalka aprende lo que son los celos al ver que su Príncipe se lo arrebata una princesa extranjera de sangre caliente. Ana María Martínez, en el papel titular, cantó con una belleza precisa y su indiferencia se adaptaba bien a la frialdad del tema. Brandon Jovanovich mostró una elegancia aflautada en el papel del irresponsable Príncipe. Larissa Diadkova (la bruja) y Mischa Schelomianski (duende acuático) ofrecieron un buen apoyo. La Filarmónica de Londres sobresalió y la producción era inteligente y osada, aunque algo oscura y lúgubre. Si no sentí grandes emociones, el problema era mío. Sin duda, me ayudaría un poco de psicoterapia. Fiona Maddocks Tras los pasos de Glyndebourne ÓPERA EN UN JARDÍN GARSINGTON Oxfordshire. Festival de Garsington. 25/27-VI-2009. Beethoven, Fidelio. Director musical: Douglas Boyd. Director de escena: John Cox. Rossini, La Cenerentola. Director musical: David Parry. Director de escena: Daniel Slater. Martinu, Mirandolina. Director musical: Martin Andre. Director de escena: Martin Duncan. 50 Esta versión más joven y fresca de Glyndebourne mejora cada año. Esta temporada fue la más ambiciosa de todas con tres ofertas de primera. Hubo un Fidelio de Beethoven, pro primera vez para Garsington y para su veterano director John Cox, que dirigió la obra con una sencillez franca y directa y con una puesta en escena de la época de la revolución. Encabezó el estupendo reparto Rebecca von Lipinski que cantó Leonore/Fidelio con un tono osado y seguro, preciso e intenso. Claire Ormshaw, Marzelline de luminosa voz, Peter Webb un ardiente Florestan y, una celebridad de añadidura, Sergei Leiferkus en el papel del gruñón Don Pizarro, hicieron excelentes contribuciones. El coro y la orquesta se mostraron soberbios. al igual que los solistas, muy disciplinados gracias a la esmerada preparación del director Douglas Boyd. Por el contrario, La Cenerentola, fue elegantemente puesta al día en la producción de Daniel Slater, con unos vibrantes decorados de Angela Davies y coreografía de Arthur Pita. Angelina, y sus zafias hermanas que se mueven bamboleándose, viven en una mugrienta caravana. Alidoro es un director de cine de Hollywood buscando desesperadamente a una primera estrella para el héroe del príncipe. Encabezó el reparto Ezgi Kutlu, como la virtuosa Angelina. Eliana Pretorian y Lisa Crostato se mostraron deliciosas tanto física como vocalmente, en los papeles de las hermanastras. Henry Waddington sobresalió en el papel del buffo Don Magnifico. lo mismo que Joshua Bloom como Alidoro y Antonis Koroneas en el papel del Príncipe Ramiro. David Parry dirigió una rutilante interpretación de esta brillante producción. La tercera ópera presentada por el Festival fue una rareza, el estreno en el Reino Unido de Mirandolina de Martinu, un cuento sexista basado en una obra de Goldini de una hermosa posadera capaz de conquistar a cualquier hombre con sus encantos, incluso el misógino Cavaliere. Mark Wilde y Goeffrey Dolton dominaron el estilo cómico a la perfección y Juanita Lascarro, en el papel titular, mostró unos ojos chispeantes y una manera seductora. aunque su peso vocal no fue suficiente para hacerse oír por encima de la orquesta en pleno. Mirandolina es una frivolidad brillante. La historia es un disparate pero la música es exquisita. Martin Andre consiguió una interpretación musical exuberante aunque no del todo pulida y Martin Duncan y el escenógrafo Francis O’Connor crearon una producción briosa y ligera. Fiona Maddocks 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 51 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 52 ACTUALIDAD HOLANDA Festival de Holanda UNA CARMEN EN DOS DIMENSIONES 52 Por razones de salud, Mariss Jansons tuvo que abandonar por segunda vez la dirección musical de Carmen, una ópera que llevaba tiempo deseando dirigir, pero la Ópera de los Países Bajos encontró un sustituto, Marc Albrecht, que será el director musical de esta compañía y también de la Orquesta Filarmónica de los Países Bajos a partir de 2010. Sin embargo, la cooperación con la Orquesta del Concertgebouw no tuvo tanto éxito como se podía haber esperado. La dirección careció de flexibilidad y la orquesta no parecía a gusto, y tocó la partitura de forma algo aburrida, sin chispa ni emoción. El estilo característico de la opéra-comique, con los serios elementos entrelazados con momentos más ligeros y cómicos faltaba en el escenario donde la mayoría de los solistas (no franceses) cantaron y actuaron como si estuvieran interpretando un gran dramón del verismo. Con su oscura voz de mezzo, la búlgara Nadia Krasteva fue una madura Carmen, que parecía una figura trágica más que una seductora juguetona. Aparte del hecho que casi no se entendieron sus monólogos, al surcoreano de tipo Corelli Yonghoon Lee, una promesa para los papeles más potentes de óperas como las de Verdi o Puccini, no le va el lirismo francés. Más convincente fue la calurosa y emotiva Micaela de la soprano austríaca Genia Kühmeier, y Kyle Ketelsen tuvo la desenvoltura adecuada para el papel de Escamillo. El problema principal fue la producción de Robert Carsen, que, por una vez, no mostró interés en personajes bien equilibrados. Desde el Monika Rittershaus ÁMSTERDAM Het Muziektheater. 22-VI-2009. Bizet, Carmen. Nadia Krasteva, Genia Kühmeier, Renate Arends, Nora Sourouzian, Yonghoon Lee, Marcel Reijans, Roberto Accurso, Kyle Ketelsen. Real Orquesta del Concertgebouw. Director musical: Marc Albrecht. Director de escena: Robert Carsen. Decorados: Michael Levine. Vestuario: Falk Bauer. Royal Theater Carré. 26-VI-2009. Dusapin, Medea. Caroline Stein. Vocalconsort Berlin. Akademie für Alte Musik Berlin. Director musical: Marcus Creed. Coreografía: Sasha Waltz. Nadia Krasteva y Kyle Ketelsen en Carmen de Bizet en el Festival de Holanda primer momento, parecía concentrarse en el gigantesco espectáculo de la última escena, que tenía —aparte de un coro grande— unos quinientos figurantes. Se perdieron muchos detalles, sobre todo durante el segundo acto, que sugirió un sórdido prostíbulo, donde Carmen y sus amigos tenían un aspecto apático, a pesar de la animación de la música. Ya en el primer acto, un corte significativo indicó las intenciones de Carsen: el dúo entre José y Micaela fue reducido a la mitad, dejando fuera la sugerencia de que en aquel momento José había experimentado un conflicto psicológico. Justo lo contrario ocurrió con Medea (Medeamaterial) sobre un texto de Heiner Müller. El monólogo dramático para soprano y orquesta barroca tuvo una puesta en escena de Sasha Waltz, que usó un grupo de danza para realzar el efecto del monólogo interior. El resultado fue deslumbrante, desde el primer point d’orgue, que empezó cuando los espectadores iban entrando, hasta la escena final cuando Medea triunfa en un escenario ensangrentado. Es admirable la forma en la que Dusapin combina una orquesta barroca (tocando a 415 Hz) con un idioma completamente moderno. Para acentuar la escena, Sasha Waltz añadió seis enormes ventiladores, tres a cada lado del escenario, para crear un ruido abru- mador, que proporcionó una especie de sonido a lo tsunami a la venganza inhumana de Medea. Los intérpretes se mostraron soberbios, empezando por la soprano Caroline Stein, que durante más de una hora tuvo que interpretar el papel de espeluznante coloratura que hace que Lucia di Lammermoor parezca una colegiala. Marcus Creed y la Akademie für Alte Musik Berlin tocaron como si hubieran conocido a Dusapin desde que eran niños, pero lo mejor de todo fue la compañía de danza. Si se puede considerar el ballet como drama, fue en esta asombrosa interpretación. Paul Korenhof 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 53 ACTUALIDAD ITALIA El Bolshoi en la Scala SOLEDAD Y DESESPERACIÓN Mientras los conjuntos de la Scala están de gira por Israel con Barenboim, el teatro milanés ha albergado el espectáculo más significativo de la historia reciente del Bolshoi, la nueva producción de Evgeni Onegin que se ha convertido casi en un símbolo de la renovación del teatro moscovita. El año pasado se llevó a París, donde incluso se grabó un DVD, publicado poco antes de la llegada del Bolshoi a Milán. La dirección de escena y la escenografía de Dimitri Cherniakov (muy admirado el año pasado por El jugador de Prokofiev) han sido los aspectos más interesantes de este nuevo Onegin, que parece ambientado a comienzos del siglo XX (de manera atemporal, sin connotaciones muy precisas). Cherniakov excluye todo exterior, cierra la ópera en una habitación Marco Brescia MILÁN Teatro alla Scala 13-VII-2009. Chaikovski, Evgeni Onegin. Tatiana Monogarova, Andrei Dunaev, Vasili Ladjuk. Coro y Orquesta del Teatro Bolshoi de Moscú. Director musical: Alexander Vedernikov. Director de escena: Dimitri Cherniakov. donde está siempre presente una gran mesa de comedor. Alrededor de esa mesa se consuman los grandes ritos de las convenciones sociales, el ambiente conformista al que es ajeno la verdad interior de los protagonistas (ni siquiera se baila la polaca del acto tercero, sino que se toca durante una comida). De manera genial, la dirección muestra la soledad de Tatiana, la verdadera protagonista de la ópera de Chaikovski, ya desde la escena inicial, en la que no está sentada a la mesa con los otros. Luego, en la escena de la carta, no se retira a su habitación, sino que permanece sola junto a la gran mesa; la intensidad de su actuación tiene la violencia de un delirio visionario que pudiera pertenecer a un peersonaje femenino de Bergman. Sólo en el tercer acto podrá sentarse junto a su marido, al lado de los otros, pero ya no será la misma. No menos intensa es la definición de la soledad y desesperación de Lenski, que no muere en duelo. El duelo no tiene lugar: sin salir de la habitación, Lenski provoca a Onegin fusil en mano, los dos se enzarzan y del arma se escapa accidentalmente un tiro. Todos interpretaron como grandes actores en los dos repartos (ambos de nivel) que se alternaron en la Scala. La noche del estreno Tatiana Monogarova fue la espléndida protagonista, Andrei Dunaev un intenso Lenski, Vasili Ladjuk un válido Onegin. La dirección de Alexander Vedernikov fue sólida, no particularmente rica en claroscuros, pero en ciertos momentos, por ejemplo la fiesta del segundo acto, parecía alzarse en relación con la violencia visionaria de la concepción escénica. Paolo Petazzi Primera ópera italiana de Barenboim en la Scala EL DIRECTOR ES LA ESTRELLA Marco Brecia Milán. Teatro alla Scala. 20-VI-2009. Verdi, Aida. Walter Fraccaro, María José Siri, Anna Smirnova, Juan Pons, Carlo Cigni. Director musical: Daniel Barenboim. Director de escena y decorados: Franco Zeffirelli. P rotagonista absoluto de la reposición de Aida en la Scala ha sido el director Daniel Barenboim. Para la primera ópera de repertorio italiano que Barenboim iba a dirigir en la Scala estaba prevista una nueva producción (se hablaba de Tosca), pero problemas de naturaleza económica hicieron inevitable renunciar a ello y así se escogió (también para llevarla de gira) Aida en el horrible montaje de Zeffirelli que inauguró la temporada 2006-2007 y que más que nunca ha parecido vulgar e hipertrófica (la eliminación de algunas decenas de comparsas no ha bastado para mejorarlo). Por su parte, la Juan Pons y María José Siri en Aida de Verdi en la Scala dirección de Barenboim ha sido un modelo de refinamiento y exaltaba, sobre todo en los actos III y IV, los aspectos camerísticos e intimistas de la escritura de Verdi, pero también las tensio- nes dramáticas con gran intensidad. Como ocurrió en el Réquiem, Barenboim tuvo en cuenta la fuerte tradición verdiana de la orquesta de la Scala y la respetó sin caer en la rutina: así ha podido escu- charse una relectura de Aida en profundidad, con una tensión sin caídas e infinitos detalles nuevos. Diversos repartos se alternaban en las funciones y la gira. En la primera, no todos estuvieron a la altura del director, pero pareció estupenda la uruguaya María José Siri, una musicalísima Aida, y Juan Pons ha sido una vez más un Amonasro de fuerte relieve. Walter Fraccaro tiene los medios vocales para un sólido Radames, pero los usa de manera más bien dura. Anna Smirnova hizo una Amneris vocalmente débil. Dignos los otros. Paolo Petazzi 53 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 54 ACTUALIDAD ITALIA Semana Musical de Siena LA MOMIA EVAPORADA SIENA Mimado por el maestro Aldo Bennici, el programa de la LXVI Semana Musical de Siena ha sido refinado como de costumbre. Dos las propuestas operísticas, en equilibrio entre lo contemporáneo y el siglo XVIII: el monograma jocoso en una acto de cámara El embalsamador (en su estreno italiano) de Giorgio Battistelli y La isla deshabitada de Haydn con motivo del segundo centenario de la muerte del compositor. Battistelli se ha hecho cargo también de la dirección de escena y por primera vez el resultado ha marcado la diferencia como sólo cuando se hace desde dentro de la partitura. El doctor Miscin, traicionado por su mujer, se equivoca de fórmula y la momia de Lenin, de cuya conservación es responsable, se evopora trocito a trocito delante de sus ojos. Decide autoembalsamarse y colocarse en su lugar en el mausoleo. El texto de Renzo Rosso se ha quedado anticuado. La dirección escénica puso de relieve con leve ironía el lado paradójicamente cómico de tan improbable situación, subrayando la partitura, que tiene una cerrada tensión de principio a fin. La ópera se sostuvo en el estupendo Paolo Calabresi (Miscin), voz narradora del largo monólogo, inesperadamente un actor que viene de la tan denigrada televisión. Erasmo Gaudiomonte dirigió con incisividad a la inspirada Orquesta de la Toscana. La acción teatral La isla pietro cinotti Teatro dei Rozzi. 12-VII-2009. Battistelli, L’imbalsamatore. Paolo Calabresi. Orquesta de la Toscana. Director musical: Erasmo Gaudiomonte. Director de escena: Giorgio Battistelli. Escenografía y vestuario: Angelo Linzalata. 15-VII-2009. Haydn, L’isola disabitata. Irini Karaianni, Anna Rita Taliento, Bruno Taddia, Michele Angelini. Orquesta de la Toscana. Director musical y de escena: Gianluigi Gelmetti. Escenografía y vestuario: Tommaso Lagattolla. Escena de L’imbalsamatore deshabitada (libreto de Pietro Metastasio), tuvo una interpretación admirable, de manual de Gianluigi Gelmetti, con un bello equilibrio entre la edulcorada gracia rococó, las picantes disonancias Sturm und Drang y la ligera armonía mozartiana. Le corresponde a la música comunicar los sentimientos de las palabras dichas, y Gelmetti lo hizo con maestría, cada expresión del ánimo, aun la más leve, fue exaltada. La dirección de escena, también del maestro, trazó un viaje iniciático al oriente, mientras la escenografía de Tommaso Lagattola se refería a la simbología masónica. En el reparto, brilló Anna Rita Taliento, voz rica en pathos e intensidad dramática. Gestualidad vagamente wilsoniana y coreografía de ingenua sencillez de Alfonso Paganini. Ambas veladas valieron la pena. Franco Soda Festival de los Dos Mundos PUCCINI EN BLANCO Y NEGRO SPOLETO Teatro Nuovo. 28-VI-2009. Puccini, Gianni Schicchi. Thomas Allen, Laura Tatulesco, Jill Grove, Stephen Costello, Gregory Bonfatti. Sinfónica de Milán Giuseppe Verdi. Director musical: James Conlon. Director de escena: Woody Allen. Escenografía y vestuario: Santo Loquasto. San Nicolò. 3-VII-2009. Guitry-Hahn, Mozart. Sophie Haudebourg, Jean Sorel, Adrien Melin, Gheorghe Iancu, Alexandre Marcelli. Orquesta Juvenil J. Futura. Director musical: Jean-Luc Tingaud. Director de escena, escenografía y vestuario: Pier Luigi Pizzi. 54 El Festival de los Dos Mundos ha llegado a su segunda edición con dirección artística de Giorgio Ferrara y parece haber encontrado una nueva dimensión después de los problemas de la traumática transición de la gestión de Francis Menotti. Ha habido dos propuestas operísticas, o mejor dicho, una y media: el estreno europeo de la producción de Los Angeles del Gianni Schicchi pucciniano y la comedia musical Mozart (nueva producción) de Sacha de Guitry con música de Raynaldo Hahn. La obra maestra en un acto del luqués se ofrecía en la inspi- rada dirección cinematográfica (casi íntegramente en blanco y negro) de Woody Allen, por primera vez en la lírica (irónicamente presente de manera virtual en un vídeo antes de la representación), donde acoge la lección del neorrealismo, casi como una comedia de Eduardo de Filippo. Allen ambienta la acción en una casa florentina que presenta todavía las señales de los bombardeos del 45. El ritmo cerrado de la dirección hace de contrapunto de la pimpante acción: una familia italiana como una little Italy, encarnando el tópico del emigrado italiano en Améri- ca. Funciona y de qué manera. Allen se toma una licencia poética: Zita planta un cuchillo de cocina en la panza del pérfido Schicchi. Excelente el homogéneo reparto, todo de hermosas voces, secundando con rara y perfecta dicción el ritmo frenético de la comedia. James Colon estuvo impecable a la cabeza de la estupenda Sinfónica de Milán Giuseppe Verdi, dirigiendo con atención y exaltando con pasión tanto los elementos líricos como los momentos narrativos, siempre en equilibrio con lo cómico que penetra la composición. Por su parte, de mucha menor fuerza Mozart. Si la dirección fría y la escenografía rigurosamente déco de Pier Luigi Pizzi son lo mejor del espectáculo, junto con la interpretación musical de Jean-Luc Tingaud, que dirigió la precisa orquesta Futura en su pequeño papel, el reparto era de estupendos actores pero no tan estupendos cantantes. Por lo demás, la obra es de un aburrimiento mortal, empezando por el argumento y acabando por el comentario musical. ¿Por qué resucitar esta obra? Cayó en el olvido y desde luego fue por algo. Franco Soda 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 55 ACTUALIDAD ITALIA Sigue el Anillo de Tate y Carsen OCASO EN LA NIEBLA VENECIA Teatro La Fenice. 25-VI-2009. Wagner, Götterdämmerung. Stefan Vinke, Jayne Casselman, Gidon Saks, Gabriel Suovanen, Nicola Beller Carbone, Natascha Petrinsky. Director musical: Jeffrey Tate. Director de escena: Robert Carsen. Decorados y vestuario: Patrick Kinmonth. Después de un año de interrupción, ha seguido en Venecia el Anillo wagneriano dirigido musicalmente por Jeffrey Tate y en lo escénico por Robert Carsen. La producción (escenografía y vestuario de Patrick Kinmoth, iluminación de Manfred Voss) es la de Colonia, donde se realizó entre 2000 y 2003 y se ha retomado varias veces. Al volver a ver en Venecia Götterdämmerung se admira otra vez en Carsen el minucioso cuidado de la actuación y las luces, la capacidad de narrar la acción como un drama humano (acercado a nosotros por una ambientación que alude a la actualidad o épocas no lejanas) con gestos teatrales de sobria e intensa evidencia: por ejemplo, en el segundo acto, la desesperación de Brunilda tuvo una intensidad y una fuerza estremecedoras. La directa inmediatez de la narración escénica se obtiene quizá al precio de una cierta simplificación de la complejidad del mundo de Wagner, porque el director canadiense tiende a eliminar la dimensión del mito. En una visión de negro pesimismo, la brutalidad y el horror del mundo se reflejan, con insistente sensibilidad ecológica, en la destrucción de todas las bellezas naturales. Los paisales de este Ring están desgarrados y naturalmente el Rin del tercer acto aparece repleto de objetos abandonados, aunque ya al inicio del Rheingold, que sin embargo en Venecia se representará el último, en 2010, el Rin aparecía contaminado, como si la devastación hubiera ocurrido todavía antes del robo del oro, una idea muy discutible. En el Prólogo, las Nornas se mueven entre mue- bles mal apilados, los mismos que hacían parecer el Walhalla un salón de los años treinta. El palacio de los guibichungos es un salón con una gran escribanía en la que se sienta Gunther con uniforme militar. Sobre esta escribanía se depositará el cadáver de Sigfrido: luego Carsen hace cantar el adiós de Brunilda delante de un telón bajado. Cuando sube el telón, la escena ha cambiado. En Colonia, un sugestivo conjunto de pequeños fuegos sustituía a la pira y el incendio devastador; en Venecia, Carsen ha ideado un efecto distinto, Brunilda se lanza hacia el fondo y desaparece en medio de una lluvia que parece disolverse en humo neblinoso. En ambos casos, el cierre es de la más intensa sugestión, precisamente gracias a renunciar a los efectos espectaculares. La dirección de Jeffrey Tate reveló con profunda adhesión y cuidado analítico todos los aspectos de la partitura, exaltando la variedad de caracteres y definiendo con incisiva intensidad los aspectos más tenebrososos: fue memorable, musical y teatralmente, el comienzo del segundo acto con la aparición de Alberich y Hagen, también gracias a la excelencia de Werner van Mechelen y Gidon Saks. Del reparto (todo él notable, incluidas las Nornas y las Hijas del Rin) sobresalieron el flexible Sigfrido de Stefan Vinke, la gran Brunilda de Jayne Casselman, que en la primera función tuvo algunas dificultades al no estar en perfectas condiciones físicas. Hay que citar también la Waltraute de Natascha Petrinsky. Paolo Petazzi 55 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 56 ACTUALIDAD SUIZA José Cura marcó con su sello a las dos gemelas del verismo italiano SICILIA DE TARJETA POSTAL El último cuarto de hora de Pagliacci fue una verdadera exhibición de José Cura. Con su intensidad y su presencia, el tenor argentino arrastró consigo a todos. El modo en que representó al celoso Canio en su mortífera locura fue un acontecimiento teatral. Pero ya como Turiddu en Cavalleria rusticana había mostrado el lado solar de su poderosa voz, llena de fuerza, sustancia y brillo, todo ello unido a la variada e inteligente aplicación de los medios vocales. Con ello, el cantante convirtió a todos los demás en simples comparsas, incluso al director musical Stefano Ranzani, que la mayor parte del tiempo se limitó a dejar fluir la música y a reflejar el elaborado dramatismo de estas obras. Grischa Asagaroff basó su montaje en un verismo de tarjeta postal. Sobre un abstracto decorado de Luigi Perego presentó una Sicilia pintoresca y posiblemente con más tópicos de los que podríamos encontrar en la vida real, y que en ocasiones rozaba la parodia. Mejor funcionó el mundo artificial de los comediantes con sus coloristas personajes, que pudieron moverse — ellos sí— con una absoluta teatralidad. Como ya hemos señalado, los otros artistas no lo tuvieron fácil para destacar, pero especialmente Gabriel Suzanne Schwiert ZÚRICH Opernhaus. 6-VI-2009. Mascagni, Cavalleria rusticana. Leoncavallo, Pagliacci. José Cura, Paoletta Marrocu, Cornelia Kallisch, Liliana Nikiteanu, Cheyne Davidson, Fiorenza Cedolins, Carlo Guelfi, Martin Zysset, Gabriel Bermúdez. Director musical: Stefano Ranzani. Director de escena: Grischa Asagaroff. Decorados y vestuario: Luigi Perego. José Cura en Pagliacci Bermúdez como Silvio no permitió que lo dejasen en la sombra. Paoletta Marrocu como Santuzza tuvo la misma presencia vocal y escénica que su oponente, aunque con algunas asperezas en su canto. Era lógico, por lo tanto, que dejase los tonos más delicados de Nedda a Fiorenza Cedolins, quien sin embargo también mostró algunas acritudes en el agudo y un oscilante vibrato, aunque se fue creciendo claramente a lo largo de la representación. Un valor seguro —en lo vocal, aunque no tanto en lo escénico— fue el barítono Carlo Guelfi como Tonio, mientras que Cheyne Davidson compuso un Alfio bastante unidimensional. Reinmar Wagner Franz Welser-Möst y Sven-Eric Bechtolf terminan su ciclo Mozart-Da Ponte TEATRO POPULAR AL MÁS ALTO NIVEL Zúrich. Opernhaus. 28-VI-2009, Mozart, Così fan tutte. Malin Hartelius, Anna Bonitatibus, Martina Janková, Javier Camarena, Ruben Drole, Oliver Widmer. Director musical: Franz Welser-Möst. Director de escena: Sven-Eric Bechtolf. Decorados: Rolf Glittenberg. Vestuario: Marianne Glittenberg. 56 Suzanne Schwiert L a escabrosa pregunta al final de Così fan tutte reza así: ¿volverán a reunirse las dos parejas después de este cruel juego de confusiones, y si lo hacen, bajo qué constelación? El director de escena tiene algo muy claro: como mucho queda una pareja. Fiordiligi se ha matado. No de manera consciente, sino casual, con el veneno que Guglielmo en su furia había vertido en su vaso y se había quedado allí. Una amarga solución, después de que la desgraciada apuesta anteriormente ya hubiera roto emocionalmente tantos platos que apenas pudimos creer en el final feliz celebrado por la música. A pesar de que Bechtolf cuenta toda la obra desde un tono de comedia, eliminando las profundidades psicológi- Escena de Così fan tutte de Mozart en la Ópera de Zurich cas. Incluso en su derrota, los personajes resultan cómicos en su furia y desesperación. Esto tiene como contrapartida que no haya ningún momento de descanso. Desde el punto de vista de la artesanía teatral, el espectáculo está magníficamente realizado, y la historia está relatada de un modo colorista y dinámico, sin la menor laguna en el discurso: teatro popular al más alto nivel. Bajo la batuta de Franz Welser-Möst, la orquesta de la Ópera lució un sonido transparente y camerístico, siempre alerta a las menores indicaciones. Y el equipo mozartiano de Zúrich volvió a brillar bajo cualquier aspecto, por su calidad vocal, su impecable estilo y su presencia escénica. Anna Bonitatibus fue una Dorabella muy segura en el canto y de cálidos matices. Malin Hartelius tuvo un excelente debut como Fiordiligi, al igual que Javier Camarena como Ferrando, quien nos encandiló con sus bellísimos momentos líricos pero, al igual que Ruben Drole como Guglielmo, también destacó en los pasajes de mayor dramatismo. Pero fue sobre todo en los numerosos conjuntos donde el reparto demostró una admirable homogeneidad. Reinmar Wagner 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 57 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 58 ENTREVISTA MAURIZIO POLLINI: Fotos: Mathias Bothor “FIDELIDAD AL AUTOR NO QUIERE DECIR FIDELIDAD AL TEXTO” H 58 ablar con Maurizio Pollini es hablar con un hombre sabio, mesurado y respetuoso, que parece tener todas las respuestas. Y sin embargo, Pollini no está de vuelta de nada, sigue siendo un hombre comprometido con su tiempo, con la música tanto como con la política; sigue emocionándose al hablar de sus amigos compositores, de las obras de Schumann o de Chopin, que cambió su vida y que lo ha acompañado siempre. Es agudo, preciso e inteligente. Y sigue siendo enormemente curioso cuando se trata de música. Ya con catorce años era capaz de discutir y diseccionar con los amigos de su padre, el arquitecto racionalista Gino Pollini, la partitura y la grabación que acababa de salir al mercado del Wozzeck de Alban Berg, dirigido por Mitropoulos. Puede que en ese ambiente en el que creció, rodeado de arte y de artistas, aprendiera ese respeto infinito que tiene por cada nota que toca. Puede que para él sea válida también la proclama del manifiesto del Gruppo 7, fundado por su padre, entre otros: “Queremos, exclusiva y exactamente, pertenecer a nuestro tiempo y nuestro arte debe ser ése que nuestro tiempo requiere”. Su último encuentro ha sido con Bach. 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 59 ENTREVISTA MAURIZIO POLLINI Imagino que cuando comenzó a estudiar fueron sus padres quienes eligieron el instrumento por usted, pero, siendo desde pequeño un apasionado de la música, ¿cuándo tuvo claro que era eso lo que quería, que el piano era definitivamente su instrumento? Como usted dice a mí siempre me gustó la música. Mis padres también la amaban y la practicaban. Así que me llevaron a tomar clases con un profesor de piano cuando yo tenía cinco o seis años. Por supuesto, además de las clases de música, yo seguía yendo normalmente al colegio. La idea de dedicarme profesionalmente al piano me fue viniendo de un modo gradual, aunque la decisión definitiva la tomé cuando gané el Concurso Chopin en 1960, con dieciocho años. Sin embargo, la repercusión que este concurso tuvo en su vida lo llevó a parar y a detenerse, a reflexionar sobre su vida y a dedicarse a estudiar para ampliar su repertorio. Sí. No fue tanto el ganar el concurso como todo lo que vino después. Tras el concurso me encontré con que los conciertos se sucedían uno tras otro y durante un año seguí por ese camino, pero llegó un momento en que comprendí que era demasiado pronto para mí, que necesitaba tener tiempo para estudiar, para reflexionar, para madurar musicalmente, en definitiva. Así que interrumpí durante un año y medio aproximadamente todos los conciertos y cuanto los retomé lo hice mucho más pausadamente y así es como he ido haciendo mi carrera hasta hoy. Estamos hablando de que esta decisión la toma un joven de entre dieciocho y veinte años. Detenerse para tener tiempo de estudiar y reflexionar es ya de una madurez extraordinaria, sobre todo si pensamos en tantos músicos jóvenes que hoy en día tienen tanta prisa por labrarse una carrera lo antes posible. Sí, realmente hoy en día el sistema, si se piensa, es de verdad preocupante. Porque, desde un cierto punto de vista, tenemos jóvenes músicos dotados y muy capaces, que, sin embargo, tienen muy pocas perspectivas de encontrar trabajo. Y esto es malo para ellos, para la música y para que puedan alcanzar su madurez. Sin embargo, hay otros ya conscientes de la vida musical oficial, por llamarla de alguna manera, que se convierten súbitamente en estrellas y se comprometen con un número desorbitado de conciertos, están tan ocupados que esa vida puede arrollarlos sin que se den cuenta. Creo que actualmente no existe esa “calle de en medio” que sería la mejor y la que más se adaptaría a una carrera, a un desarrollo musical de un joven artista. ¿Dónde diría usted que reside el problema, en los profesores, las agencias, las casas de discos, en el sistema? Porque en torno a un artista hay todo un negocio que se sustenta. Sin duda es así, sin duda. Los profesores no son el problema, no lo creo. Es la organización musical en sí. Cuando encuentra un joven músico con talento lo adopta y lo lleva a realizar una actividad que, quizá, es exagerada para su edad, para su desarrollo que, evidentemente, todavía no ha terminado. Naturalmente estas son consideraciones muy generales. Un artista es diferente a otro y aquello que va bien para uno no vale para el otro. No puede haber reglas generales concretas. Yo le doy mi punto de vista, mi impresión, pero cada uno tiene sus características y hay artistas ya maduros que dan ciento cincuenta conciertos al año, otros que hacen muchos menos y cualquiera de ellos se encuentra bien con su elección. No hay una regla general. ¿Para usted ha sido importante mantener una cierta distancia con este sistema? Yo he encontrado desde hace ya bastantes años un equilibrio que me hace mucho bien. Es decir, un número, por descontado regular, de conciertos que me permite seguir estando presente en la vida musical, pero desde luego un número de conciertos nada exagerado, unos cuarenta al año más o menos. Si volvemos de nuevo la vista atrás, ¿qué diría hoy que le dejaron sus maestros, qué ha perdurado de ellos en usted? Lonati me dio la base, el fundamento de la técnica del piano porque era un niño cuando estudiaba con él. También me dejó tocar un número extraordinario de obras de la literatura musical, porque yo, en lo que se refiere a la música, era extremadamente curioso, tenía una cierta facilidad y tocaba muchas, muchas piezas variadas, a veces importantes. Todo esto me sirvió para tener una formación general y un buen conocimiento del repertorio pianístico. Con Viduso la relación era más técnica. Una de las primeras cosas que estudié con él fueron los 24 Estudios de Chopin. Digamos que con Viduso adquirí una técnica más sólida. También, aunque el número fue reducido, tomé algunas lecciones con BenedettiMichelangeli. ¿Esa capacidad suya de comprender con mayúsculas la música, de analizarla, de presentarla tal cual es, desnuda y sin añadidos, hasta qué punto es algo que se aprende? Gracias. Digamos que siempre he tenido una enorme curiosidad por cualquier género de música, especialmente de la gran música. Me ha gustado mucho estudiar por placer, no de manera sistemática, y así he conocido muchas partituras de épocas muy diferentes. Recientemente, incluso, he estudiado partituras de música bastan- te antigua para tener una idea de algunos grandísimos compositores del pasado que, hoy en día, son apenas conocidos por el gran público porque apenas se tocan. Y, naturalmente, no puedo dejar de lado la música contemporánea hacia la cual he sentido siempre una fuerte atracción y que, desgraciadamente, en la vida musical actual ocupa un lugar muy reducido con el perjuicio que esto provoca a compositores relevantes y con el daño grave que provoca en la madurez del público, que debería conocer esta música y ser capaz de seguir el lenguaje moderno y de apreciarlo. Este sí es un problema de educación. Los niños pequeños, por ejemplo, son capaces de escuchar este tipo de música sin ningún prejuicio, sin sorprenderse, de forma completamente natural. Somos los adultos quienes vamos poniendo filtros y trabas para la escucha de algo a lo que, posiblemente, no estamos habituados. Creo que es, absolutamente, un problema de educación y de hábito, sobre todo. Si siempre se escucha en concierto música tonal nuestro oído se acostumbra a eso. Se ve también en la música antigua, que no es tonal sino modal, como seguramente usted sabe. El gran público tiene una cierta dificultad para entender el sentido y el carácter, siempre por el hecho de que no está acostumbrado a escuchar un lenguaje determinado. Naturalmente con la música contemporánea pasa lo mismo. No me sorprende en absoluto que un niño pequeño sea capaz de escucharla con naturalidad y sucedería lo mismo con todos si existiera una costumbre diferente. Escuchándole no sorprenden los programas que ha elaborado para el Progetto Pollini de Salzburgo. En ellos conviven Gesualdo con Stockhausen y Monteverdi con Nono. ¿Diría que existe una relación entre músicas tan separadas en el tiempo? Los cuatro son grandísimos compositores de épocas muy diferentes. La relación, los hilos son muy variados y hay que encontrarlos. A veces se trata, sencillamente, de contraposiciones entre músicos muy distintos, simples contrastes. Actualmente hay un ciclo de conciertos en la Salle Pleyel de París interesante, a mí parecer, pero en el que no hay música antigua. Estos programas de Salzburgo pretendían ser un estímulo para el público, pretendían mostrar hasta qué punto es rico nuestro patrimonio musical a lo largo de los siglos, de cómo para apreciar la música de todo tipo que nos ha llegado es necesaria una ductilidad por parte del público, un interés, una escucha atenta, probablemente más de la que normalmente se percibe en los conciertos; una escucha más activa, en definitiva. 59 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 60 ENTREVISTA MAURIZIO POLLINI Además de su preocupación por los programas, por el repertorio, usted se ha mostrado siempre interesado por el sonido, por la búsqueda del sonido perfecto para cada música. Nono decía que usted es capaz de hacer siete pianissimi diferentes. ¿Es toda esta enorme búsqueda constante, sea del repertorio, sea del sonido, un modo de escapar de la rutina en que finalmente puede convertirse la vida del intérprete? No debe convertirse en rutina. Digamos que tocar siempre Chopin no debería ser rutina sino todo lo contrario. Debería ser lo menos rutinario posible, porque es un grandísimo compositor tremendamente difícil que necesita siempre de mucha frescura. Sus composiciones no dejan de entusiasmarnos en todo momento. No se trata en modo alguno de que haya algo en los clásicos que no esté bien o que no funcione. Los clásicos son, evidentemente, extraordinarios. Lo que no me gusta es la fosilización en un determinado repertorio de una época concreta. Eso para mí es negativo. ¿Cómo cambia su visión de un compositor a lo largo de los años? Chopin, por ejemplo no puede verse a los dieciocho con la misma mirada que puede usted tener ahora. Sin duda cambia, es cierto. El conocimiento de los grandes autores, porque, a pesar de toda mi curiosidad, es a ellos a los que dedico la mayor parte de mi estudio, no deja de ofrecerme constantemente ocasiones de descubrir algo nuevo. Y sin duda la visión de Chopin que yo pueda tener hoy es mucho más rica que la que tenía cuando era joven, cuando gané en Varsovia, por ejemplo; es infinitamente más rica hoy. Y sucede lo mismo con el resto de compositores. Se va dando un enriquecimiento gradual y muy fuerte. En esa enorme puerta al mundo que es internet se le puede ver, jovencísimo, cuando ganó el concurso de Varsovia. Entonces, como ahora, respiraba profundamente antes de comenzar a tocar y en una entrevista declaraba que estaba muy nervioso cada vez que tenía que salir al escenario. ¿Se sigue poniendo nervioso? ¿Eso es algo que se pasa con el tiempo? Sí. Siempre he sentido esa responsabilidad antes de cada concierto y precisamente por eso, en una ocasión, le pregunté a Artur Rubinstein si a él le pasaba lo mismo, si tenía eso que llamamos miedo escénico. Y me respondió: “Sí, lo he tenido y lo sigo teniendo antes de cada concierto.” Eso me consoló. Si él lo tenía… Pero no parecía nervioso jamás. Usted tampoco. 60 Lo sé. Rubinstein parecía en escena la persona más segura del mundo y me sorprendió de verdad cuando me dijo aquello. Usted habla de responsabilidad antes de cada concierto. Antes hemos hablado de su búsqueda del sonido correcto. Tanto una cosa como la otra dicen mucho de su, digamos, obsesión por la calidad, que es para usted algo esencial, sean cuales sean las condiciones del concierto. La calidad para usted debe ser la misma en una gran sala que en aquel famoso concierto de la Paragon, o en tantos otros que ha ofrecido para trabajadores o para público no habitual en los conciertos. Absolutamente. De varias maneras he intentado siempre buscar las sonoridades que me satisfacían y que se adaptaban perfectamente a la música que tocaba en ese momento. Más que un sonido hermoso en términos generales he buscado el sonido para la música que debía interpretar y que es diferente para cada autor. Desde luego sí, esta ha sido una búsqueda constante durante toda mi vida y ahora puedo decirle que tengo un conocimiento más profundo de este problema. No quiero pensar en los afinadores que deban prepararle los pianos en los que toca. ¿Suele eso ser un problema? Bueno, hay afinadores que son capaces de preparar el piano mejor que otros, o que con una simple afinación, sin necesidad de otro tipo de trabajo en la mecánica, son capaces de mejorar sensiblemente la calidad de sonido de un instrumento. ¿Puede que esta búsqueda suya del sonido le haya llevado a sentirse ligado a compositores como Nono o Stockhausen, que también se han caracterizado por tener esa misma inquietud? Por supuesto. Digamos que todos los compositores llamados modernos, desde Debussy hasta hoy, han concedido al sonido una importancia enorme; de algún modo mayor que la que hasta entonces habían venido dando los compositores precedentes. La búsqueda del sonido es esencial en la música moderna. También el instrumento permite esa búsqueda. Imagino que con un fortepiano o con un clave ese tipo de juego sería más complicado. Ciertamente las posibilidades tímbricas del piano moderno son mucho mayores. Puede que sea interesante hacer experimentos con los instrumentos antiguos, pero yo me quedaría con el instrumento de más riqueza, de posibilidades mayores. Con Nono comparte también un compromiso con su tiempo. Ha luchado y se ha expresado contra aquello que no le parecía justo, y no ha dudado en ofrecer conciertos por causas que consideraba que debía defender. En un momento en que en Italia la cultura sufre recortes tremendos, ¿no se plantea lo que está sucediendo? ¿Qué pasa en Italia donde la cultura ha sufrido un revés mayor, posiblemente, que en el resto de Europa? Como usted naturalmente sabe, el gobierno de derechas en Italia nunca ha sido generoso con la cultura. Con la crisis todavía menos, como era de esperar. Puede entenderse que haya prioridades básicas para la vida de una nación y es difícil convencer a las personas de que la cultura comporta beneficios evidentes e intangibles y que es, en definitiva, un elemento fundamental para el alma de una nación, para la formación de las personas. La cultura tiene una función difícil de definir, pero posee una fuerza extraordinaria y esencial. ¿No cree que, aun a pesar de la crisis, estamos viviendo en un momento en el que se confunden conceptos como ocio o cultura, en que el esfuerzo ha pasado a ser secundario? Hay desde luego una idea del entretenimiento que no tiene nada que ver con la cultura y que mezcla los valores. Apenas encuentro en la música ligera valores artísticos, por ejemplo. Debería hacerse una promoción mucho más importante de la música verdadera que, desgraciadamente, tiene en la vida moderna un lugar marginal. Esto es terriblemente negativo. Además está la escuela, que debería jugar en esto un papel importante para que todo el mundo pudiera tener una cultura musical básica. Estamos todavía muy lejos de ciudades como Viena, donde podemos encontrar a la misma hora cinco o seis conciertos excelentes. ¿No está mal, no? Es estupendo. Pero no sucede lo mismo en otras ciudades de Europa. Viena es una ciudad de una grandísima riqueza musical, por supuesto. Y allí se escucha también música contemporánea. Existe, por ejemplo, el festival Wien Modern que durante muchos años ha jugado un papel importante en la ciudad. Creo que en Viena hay una división clara del público. Están los amantes de la música contemporánea, los amantes de la música clásica, etc. En mi opinión esto debería superarse y poder conseguir un público único que estuviese abierto a la música de cualquier periodo. ¿Se siente especialmente defensor de la música contemporánea de su país? Sí, sí. Admiro mucho a compositores como Sciarrino o Manzoni y tengo intención de dedicarme a algunas de sus nuevas obras en un futuro. ¿Considera que esta es una obligación suya como artista, como músico? Digamos que, como músico, no siento excesivamente el hecho nacional y me interesa mucho la relación con cualquier compositor sea de donde sea. 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 61 ENTREVISTA MAURIZIO POLLINI Naturalmente, los mejores compositores italianos salen beneficiados. Usted hizo también sus pinitos como director. El sonido de la orquesta siempre le ha fascinado. ¿Qué le atrae de ella? Como usted sabe hace ya bastantes años que abandoné la dirección porque encontraba que no se conciliaba con mi actividad como pianista. La dirección me hubiese exigido una enorme atención que no podía dedicarle. Y no tanto por los conciertos que hice yo, pero en las ocasiones infinitas en las que he podido escuchar a grandes directores y grandes orquestas el estímulo ha sido enorme. Llegó incluso a dirigir una ópera en el Festival de Pésaro. La donna del lago, sí. En aquella época decía usted que había redescubierto a Rossini gracias a esta ópera. Sobre todo, para mí fue el descubrimiento de la ópera seria de Rossini que, francamente, no conocía en aquella época. Y descubrí también la particular dramaturgia rossiniana; particular, extraña y misteriosa. No se parece a nadie en el modo de tratar un texto dramático. Rossini no se parece a ningún otro como compositor, posee una manera extremadamente libre de concebir el hilo dramático. En ocasiones la música se opone al texto, otras lo completa y dice aquello que el texto calla. Este fenómeno despertaba mi curiosidad y me interesaba mucho y por esta razón, una sola vez, dirigí una ópera. Imagino que no ha olvidado todavía el escándalo que supuso su lectura antes de un concierto de un manifiesto firmado por usted y varios colegas suyos, entre ellos Claudio Abbado, sobre la guerra de Vietnam. La reacción del público fue tan virulenta que el concierto no llegó a celebrarse. Usted leyó aquello con la mejor intención posible y la reacción fue inesperada e incontrolada. ¿Cómo lo siente ahora? ¿Volvería a hacerlo? Nunca imaginé que fueran a reaccionar así. Era una respuesta característica de un momento político en Italia en el que había una tensión enorme y la tensión se desahogó de esa manera, en ese momento. Usted me pregunta si volvería a hacer algo así y yo le diría que es algo que tiene un sentido evidente sólo si se hace en momentos particulares, de todo punto excepcionales. No creo que se deba hablar sistemáticamente en todos los conciertos. Eso sería absurdo. Pero pueden darse esos momentos particulares, graves, en los que una intervención sui generis como ésta es aceptable. Por eso no descarto que pueda volver a ocurrir en un futuro. También hacia esa época comenzaron a ofrecerse en un bastión de la burguesía milanesa como era y es la Scala los conciertos para trabajadores y estudiantes en los 61 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 62 ENTREVISTA MAURIZIO POLLINI nuestros días, no hayan encontrado una continuidad en el tiempo, con sus cambios y sus modificaciones, pero una continuidad al fin y al cabo. Han quedado como experiencias de un cierto momento histórico y no han tenido ningún desarrollo. Este hecho es muy extraño, pero sucede demasiado a menudo. ¿Piensa que hoy en día una actividad de este tipo tendría la misma respuesta? Hace unos treinta años esta música formaba parte de mi repertorio. Después dejé de tocarla durante bastante tiempo. Ahora la he retomado, la he interpretado en algunos conciertos y he hecho este disco que creo que saldrá en otoño. ¿Por qué he esperado? Debería citarle tantas obras de mi repertorio que todavía no he grabado… Esto ha pasado con Bach como con cualquier otra música. No, de ninguna manera. Pero porque creo que no tiene sentido volver a revivir algo con lo que ya se ha experimentado. Podrían, eso sí, surgir ideas nuevas con una cierta vinculación a la que generó la experiencia primera; ideas por supuesto actualizadas y conscientes de la situación que vivimos. Está a punto de publicarse su última grabación. Usted ha dedicado al disco una parte importante de su actividad como músico y ha escuchado durante toda su vida mucha música grabada. ¿Hasta qué punto son importantes los discos? que tanto usted como el intendente del teatro tomaron parte muy activamente. 62 Era un momento interesante en Italia. El intendente de la Scala era Grassi y la idea de hacer estos conciertos dedicados a los trabajadores y a los estudiantes fue, en realidad, suya. Estaba también el Doctor Severgnini que conocía a muchos directores de fábricas, de industrias cercanas a Milán y que tenía también la capacidad de llenar el teatro de un día a otro con sus contactos. El público que asistía a estas sesiones era muy interesante y en ellas participaban también otros músicos como Claudio Abbado, el Cuarteto Italiano, el Trío de Trieste. Era una ocasión de buscar un público nuevo y de dar, digamos, una especie de servicio musical a personas que posiblemente asistían a un concierto por primera vez. En Italia había además otras iniciativas como las que por ejemplo se llevaron a cabo en ReggioEmilia, donde se organizaban una serie de encuentros y de conciertos en la ciudad, en los pueblos vecinos, por los barrios. Hay algo que puede disgustar o molestar de estas iniciativas y es que, aunque evidentemente no habrían podido permanecer idénticas hasta Pienso que los discos tienen una importancia enorme. Como usted dice, no hablamos sólo de los míos, sino del disco en general. Nos abre posibilidades de estudio y de escucha de composiciones que raramente se tocan en concierto, ya sean de música antigua o contemporánea. Es también un testimonio único de grandes ejecuciones históricas de música más célebre. El disco ha jugado un papel formidable y muy importante y me parece peligroso que este papel cultural de la industria discográfica se esté orientando cada vez más hacia una comercialización del fenómeno que conlleva, desgraciadamente, una cierta exclusión del repertorio menos conocido y, por tanto, de más difícil difusión. Esperemos que este carácter cultural del disco permanezca en el futuro, pero hoy me parece que está, más bien, amenazado. De un cierto tiempo a esta parte lo que también percibo, no sé si usted lo ve también así, es que la curiosidad por escuchar a otro se ha perdido en quienes deberían ser los primeros en sentir esa necesidad, en los estudiantes, a los que no sé hasta qué punto se anima además a hacerlo; o en algunos profesionales, incluso. Es difícil verlos en conciertos, es difícil que conozcan a los grandes maestros del pasado, que pierdan tiempo en buscar y rebuscar por las tiendas. Es cierto. Y en esto el disco tiene una función extremadamente importante porque es, de algún modo, la memoria de momentos extraordinarios e irrepetibles de la historia de la interpretación. Para eso, es fundamental. Por otro lado eso que usted dice ha sido una constante en los conservatorios de música. Los profesores y los maestros no han sugerido jamás, o muy raramente, a los alumnos que fueran a escuchar tal o cual concierto, que participasen en la vida musical, que escuchasen discos. Volviendo a su nueva grabación del Primer libro del Clave bien temperado, han pasado muchos años desde que lo tocase por primera vez. ¿Por qué ha esperado hasta ahora para grabarlo? ¿Y cómo consigue encontrar su equilibrio entre lo objetivo y lo subjetivo en sus interpretaciones? Creo que el único modo de hacerlo sea reflexionar largamente sobre los signos escritos, sobre lo que pueden significar. No basta, naturalmente, con reproducir exactamente lo que está escrito. Se debe hacer, sí, pero es también indispensable interpretarlo, comprenderlo. Para mí la fidelidad al autor es fundamental, pero la fidelidad al autor no tiene por qué coincidir exactamente con la fidelidad al texto. A veces el autor deja indicaciones que son, realmente, fruto de una meditación, así que hay que intentar comprender cuál era su intención. Estamos ya terminando, pero tengo una curiosidad. Hemos hablado de varios compositores contemporáneos, pero hay uno que escribió una enorme literatura para piano que, sin embargo, no forma parte de su repertorio. Olivier Messiaen. Es cierto, no lo he tocado nunca. Hay muchos compositores importantes que jamás he interpretado. Probablemente porque para nuestro instrumento la riqueza del repertorio es gigantesca y no es posible, al menos no lo es para mí, poder tocarlo todo. Evidentemente, termino por elegir aquellos compositores que me son indispensables. Una última pregunta, aunque creo que indirectamente ya la ha contestado. ¿Qué le queda por hacer, musicalmente hablando? Las posibilidades son infinitas. Acabo de grabar el Primer libro del Clave bien temperado, y me queda el segundo que no he tocado jamás. A lo largo de mi vida he tocado un buen número de Conciertos de Mozart, pero no todos y me faltan algunos importantes que me gustaría hacer. Y así podría hablarle de tantas otras realidades de repertorios, tantas obras de Schumann que no he tocado, de la increíble y riquísima literatura de Schumann; tantas mazurcas de Chopin… Ana Mateo 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 63 244-Pliego 4:Actualidad 27/7/09 18:12 Página 64 D I S C O S EXCEPCIONALES LOS DISCOS XCEPCIONALES DEL MES DE SEPTIEMBRE La distinción de DISCOS EXCEPCIONALES se concede a las novedades discográficas que a juicio del crítico y de la dirección de la revista presenten un gran interés artístico o sean de absoluta referencia. ABEL: Manuscrito Drexel. PAOLO PANDOLFO, viola da gamba. GLOSSA GCD 920410 ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. Director: RICHARD EGARR. Sonido de extrema delicadeza, con una extraordinaria riqueza de matices, en especial en las dinámicas más leves, que a menudo rondan el silencio. P.J.V. Pg. 80 2 CD HARMONIA MUNDI HMU 907465.66 CARTER: Cuartetos de cuerda MENDELSSOHN: Sinfonía nº 2. nºs 2-4. CUARTETO PACIFICA. NAXOS 8.559363 Una integral imprescindible por la altura impresionante de las obras y por las interpretaciones magistrales del Pacifica. Y el precio es muy asequible. S.M.B. Pg. 84 CHOPIN: Nocturnos op. 48, nºs 1 y 2; op. 15, nº 2, do sostenido menor op. post. y op. 27, nº 2. 4 Scherzos. FantasiaImpromptu op. 66. ELISABETH LEONSKAIA, piano. MDG 943 1558-6 Un disco que se cuenta desde ya entre los mejores del año y que hay que considerar una referencia en la discografía chopiniana. R.O.B. Pg. 85 Uno queda atrapado por la fuerza interpretativa y la fascinante imaginación del gran clavecinista británico, que convierte estas Sonatas en auténticos dúos. P.J.V. Pg. 88 CORO DE CÁMARA DE STUTTGART. DEUTSCHE KAMMERPHILARMONIE BREMEN. Director: FRIEDER BERNIUS. CARUS SACD 83.213 La batuta de Bernius está conociendo un momento dorado, debido en gran medida a los espléndidos resultados que viene ofreciendo este ciclo Mendelssohn. J.G.-R. Pg. 68 EWA PODLES. Contralto. Obras de Chopin, Rachmaninov, Chaikovski, Szymanowski y Musorgski. GARRICK OHLSSON, piano. WIGMORE HALL LIVE WHLive0027 Impresionante y recomendable recital de una contralto de prestaciones y talento artísticos hoy día insuperables. S.M.B. Pg. 103 CLEMENTI: Sonatas para piano. Vol. 3. HOWARD SHELLEY, piano. IL PIANTO DI MARIA. 2 CD HYPERION 67729 BERNARDA FINK, mezzosoprano. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. En cada nueva entrega los valores positivos siguen sumando, y a estas alturas la recomendación de las versiones de Shelley es ya más que obligada. E.B. Pg. 85 FELDMAN: For Bunita Marcus. STEFFEN SCHLEIERMACHER, piano. MDG 613 1522-2 Schleiermacher borra, por así decir, toda traza de piano convencional. El resultado se podría considerar como el más cercano al ideal de Feldman. F.R. Pg. 86 64 HAENDEL: 12 Sonatas op. 1. Obras de Ferrandini, Vivaldi, Monteverdi y Conti. L’OISEAU-LYRE 478 1466 Cuando el disco empieza a sonar ya se presiente que nos vamos a encontrar ante algo extraordinario. J.L.F. Pg. 106 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 65 DISCOS I. Evangelista Patricia Díez Año XXIV – nº 244 – Septiembre 2009 Cristóbal Halffter Francisco Guerrero Jesús Rueda Mauricio Sotelo César Camarero J. M. Sánchez-Verdú Nuevo sello ANEMOS E SUMARIO ACTUALIDAD: Anemos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 65 REFERENCIAS: Pergolesi: Stabat Mater. J.G.-R.. . . . . . . . . . . . 66 ESTUDIOS: Aluvión Mendelssohn. J.G.-R. . . . . . . . . . . . . 68 Tres óperas contemporáneas. S.M.B. . . . . . . . 69 Cinco oratorios haendelianos. A.B.M. . . . . . . 72 Dos Mozart-Da Ponte en DVD. A.R. . . . . . . . 73 Adorable Bystrouska. S.M.B. . . . . . . . . . . . . . 74 Nuevas y viejas caras de Glass. D.R.C. . . . . . 75 REEDICIONES: Audite. E.P.A.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76 Immortal. F.F.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77 Hänssler. E.P.A. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 78 Gala. A.V. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 79 DISCOS de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . 80 DVD de la A a la Z . . . . . . . . . . . . . . . . . 108 NEGRO MARFIL. P.E.M.. . . . . . . . . . . . . . . 111 ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS . . . . . 112 n el delicado panorama discográfico actual, el nacimiento de un sello siempre es bienvenido. Si hablamos del alumbramiento de una nueva casa discográfica nacida en nuestro país y consagrada además, por completo, al repertorio contemporáneo español, su llegada merece ser recibida con verdadero entusiasmo. La gestación de Anemos —que tal es el nombre de la criatura, en referencia al dios griego del viento y, a la vez, homenaje a Francisco Guerrero, protagonista parcial del primer lanzamiento— ha sido posible gracias al apoyo del INAEM y la iniciativa del Ministerio de Cultura en la convocatoria de un concurso para subvencionar la creación de una discográfica que tuviera como objetivo difundir la música española actual. Anemos, propuesta ganadora auspiciada por Glossa y Diverdi, sale a la luz pública con el propósito de dar cabida a la enorme vitalidad creadora de la composición española de hoy, en las más exigentes condiciones técnicas e interpretativas. Como ejemplo, valgan los seis ejemplares que configuran la primera entrega de esta encomiable aventura editorial. Cristóbal Halffter, Francisco Guerrero, Jesús Rueda, Mauricio Sotelo, César Camarero Y José María Sánchez-Verdú son los elegidos y tanto el repertorio de obras escogido como el plantel de intérpretes hablan por sí solos. De Halffter, Irvine Arditti y sus tres compañeros de grupo firman el primer volumen de su obra integral para cuarteto de cuerda (Tres piezas de 1955 y Cuartetos nºs 3 y 6); de Guerrero, único compositor ya fallecido, el Grup Instrumental de València a las órdenes de Joan Cerveró ofrece una antología de piezas de cámara que incluye Anemos C, Vâda, Concierto de cámara, Delta Cephei, Ars Combinatoria e Hyades; el grupo de percusión Drumming dirigido por Miquel Bernat interpreta Perpetuum Mobile, Luna nueva, Estudios expresivos, Marimba Estudio y Pocket Paradise de Rueda; Arcángel, Fabricciani, Scodanibbio y el Ensemble Residencias hacen lo propio con De oscura llama de Sotelo; las obras elegidas de Camarero (Mosaico 1, Reverso 2, Monólogo 1, Nostalgia de un paisaje futuro, Monólogo 2, 34 maneras de mirar un vaso de agua, Trayecto líquido, A cada momento y Siete imágenes de Saturno) están defendidas por el conjunto Taller Sonoro; y de Sánchez-Verdú se ha escogido Gramma, grabada en Múnich con la Sinfónica de Lucerna dirigida por Rüdiger Bohn. Música de cámara, electrónica e, incluso, repertorio lírico se dan cita por tanto en esta primera entrega formada por seis atractivos libro-discos de lujosa y original presentación que — comercializados a precio de serie media-alta, es decir, algo más asequibles que muchos registros análogos de la competencia— se pondrán a la venta próximamente. Esperemos que el éxito acompañe a esta singular aventura y, más pronto que tarde, nuevos ejemplares se sumen a estos seis registros inaugurales. 65 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 66 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS Giovanni Battista Pergolesi STABAT MATER Estaba la Madre sufriendo, llorando junto a la Cruz de la que pendía su Hijo. Su alma dolida, atravesada por la espada, languidecía viendo las penas del Unigénito. D e esta forma absolutamente estremecedora comienza la plegaria Stabat Mater, una secuencia cuya intensidad dramática ha fascinado a docenas de compositores a lo largo de la Historia. Desde Palestrina hasta Penderecki o Pärt, pasando por Haydn, Rossini, Schubert, Dvorák, Kodály, Szymanowski o Poulenc, todos se dejaron capturar por el poder de una escena que atraería también a centenares de artistas plásticos. En toda una serie de momentos iconográficos referentes a la Pasión de Cristo — ya sean calvarios, crucifixiones o descendimientos, por ejemplo— encontramos la figura doliente y trágica de La Madre. Evidentemente, un tema con tal potencial expresivo no podía haber sido ignorado por la creación barroca. Varios fueron, como veremos, los compositores que le dedicaron atención y entre ellos, uno, Giovanni Battista Pergolesi (1710-1736), firmó la versión que eclipsó a todas las demás. Su Stabat Mater alcanzó rápidamente un lugar mítico entre aquellas obras, consiguiendo conmover emocionalmente al oyente, aún hoy, de forma irresistible. Así se forjó la leyenda 66 Muy pocas son las certezas documentales que tenemos de aquel napolitano medio desfigurado y de mala salud, formado en un conservatorio destinado a niños sin recursos, que pasó una breve estancia en Roma como compositor para, finalmente, ingresar en un convento capuchino poco antes de morir, con tan sólo 36 años. Dejando aparte el papel clave que su ópera La serva padrona vino a jugar en la transformación del género, su Stabat Mater conoció desde el primer momento un éxito que sobrevivió con mucho al propio compositor. El hecho de que, según parece, la pieza fuese terminada prácticamente en el lecho de muerte difícilmente podía dejar de suscitar todo tipo de leyendas que se extendieron por Europa como un reguero de pólvora y que, paradójicamente, hicieron cobrar a Pergolesi más fama una vez muerto que en vida. Pero, aparte de ese romántico halo de misterio, ¿qué tenía la última composición de aquel joven agonizante para provocar tal grado de fascinación, incluso en colegas como el mismísimo Bach? Las claves del éxito Con esta asombrosa simplicidad y, a la vez, demoledora carga de tensión da comienzo nuestro Stabat Mater. A priori, ni el formato ni su escasa instrumentación —dos voces solistas, cuerda y continuo—, venían a descubrir nada nuevo. El encargo que impulsó su composición — hecho por la cofradía napolitana de la Virgen de los Dolores para sustituir a otro Stabat Mater, firmado hacia 1710 por Alessandro Scarlatti— dejaba probablemente al joven compositor poco margen de maniobra. Sin embargo, a diferencia del antecedente, veremos cómo Pergolesi adopta el aria da chiesa para estructurar la alternancia de solos y dúos, consiguiendo así mayor efectismo en el discurso al liberarlo de recitativos. Novedosa era también la ligereza de la textura, con dos únicas líneas melódicas —a menudo las de la voz, con la cuerda simplemente doblando— sustentadas sobre el bajo. De esta manera Pergolesi logra una transparencia que contrarresta la densidad polifónica del estilo de su predecesor, caduco ya para los gustos del momento, y al que tan sólo recurre puntualmente condicionado por el carácter religioso de la obra. Esta inobservancia del tradicional binomio sacralidad/polifonía y el tratamiento de varios momentos con recursos propios del estilo de la ópera bufa fue —lo es aún— el aspecto que, de hecho, despertó mayores controversias. Sin embargo, ¿quién diría que ésta no es una obra intensamente dramática? El secreto se encuentra, a nuestro juicio, en tres recursos que Pergolesi supo manejar con maestría. Mencionémoslos, siquiera brevemente. El primero de ellos sería la sutileza de sus efectos retóricos, sin ponerlos en primer plano sino infiltrando la partitura de principio a fin y dejando que éstos afloren en momentos sagazmente repartidos a lo largo de la obra. Dejemos que el lector descubra esos momentos clave del texto y escuche atentamente su traducción sonora. En segundo lugar, la utilización de una armonía lineal, alejada del estilo precedente y que vendría a ser considerada en aquel momento como un rasgo de modernidad. Basta comparar el aria Quis est homo con la escrita veinticuatro años antes por Vivaldi en su Stabat Mater para dejar al descubierto, incluso por encima de las llamativas semejanzas temáticas, la simplicidad armónica del napolitano. Y por último, el principal rasgo distintivo de la obra: el tratamiento de la disonancia como catalizador de una tensión que apela directamente a las emociones. Obras anteriores, como el Salve Regina atribuido al ya mencionado Scarlatti, habían señalado ya en esta dirección que Pergolesi llevará hasta sus últimas consecuencias. Disonancias encadenadas como las que inauguran la obra, o resoluciones tan osadas como estas otras fue- ron auténticos atrevimientos de estilo que se convertirían en el código genético de un éxito capaz de desafiar al paso del tiempo. Seis enfoques, seis referencias Ni el manuscrito original ni las infinitas copias y ediciones de la obra nos ofrecen pistas sobre la cuantificación de la plantilla instrumental o vocal requerida. Por ello la discografía dispone de enfoques interpretativos para todos los gustos. Propondremos a continuación las seis versiones que, en nuestra opinión, mejor representan las distintas líneas interpretativas. De esas seis magníficas versiones que consideramos referenciales, la única que utiliza un conjunto de instrumentos modernos es la firmada por Anderson/Bartoli/Montreal/Dutoit (Decca, 1991). La ligereza de la ejecución echa por tierra cualquier prejuicio contra los medios usados. Ambas voces se muestran excepcionales, elegantes y con carácter. La majestuosidad de June Anderson encuentra el contrapunto perfecto en una Cecilia Bartoli que nos sorprende tomando prestados detalles escritos para la cuerda. La intensidad y las fermatas de la mezzo italiana resultan especialmente sobrecogedoras, como en ese Fac ut portem difícil de mejorar. Dutoit consigue una versión fluida, con tempi sabiamente planteados, prestando menor atención a los aspectos retóricos que al preciosismo sonoro. El empaste del conjunto canadiense es magnífico y —lo que aquí resulta fundamental— providencialmente etéreo. Versión, en resumen, de belleza apolínea e intemporal a la que siempre apetece volver. Otras versiones tradicionales, en su día míticas, han sufrido un irreparable envejecimiento estilístico: Marshall/ Terrani/Londres/Abbado (DG) o Freni/Berganza/Nápoles/ Gracis (DG), insoportablemente pesantes y sobreactuadas. Curiosamente la opción que propone Haenchen (Berlin Classics) puede sorprender gratamente a más de uno. En 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 67 D D I SI CS O C O S S REFERENCIAS el montón de lo obsoleto se acumulan versiones como las de Guest (Decca), Gardelli (Hungaroton), Grohs (Arte Nova) o Loehrer (Erato). La combinación de soprano y contratenor ofrece un atractivo que hace de esta opción la más frecuente en los últimos tiempos. Muchos de nosotros llegamos por vez primera a esta partitura de la mano de Christopher Hogwood (Decca, 1988). La buena prestación de Kirkby y Bowman como solistas —pese al cierto desequilibrio entre ambos— acompañados por una Academy of Ancient Music no escasa de población, no logra hoy superar un nivel de insípida perfección. Si no cedemos ante el valor sentimental que nos despierta el disco, habremos de reconocer que lo timorato de su enfoque dinámico, su falta de incisividad y su conservadurismo agógico dejan la versión en un punto de prudencia que hoy ha sido completamente superado. Algo semejante le ocurre, curiosamente, a la más reciente de Bonney/Scholl/Talens Lyriques/Rousset (Decca, 1999). Su excesiva discreción ensombrece un resultado que podría haber sido más que brillante a juzgar por la calidad de los medios empleados. La claridad imaginativa de Scholl y la pasta velada de Bonney, más algunos aspectos de especial atractivo en el continuo, difícilmente contrarrestan el fraseo amplio y sosón que Rousset extrae del 5-5-3-3-1 instrumental. Con distinto enfoque orgánico —un instrumento por parte y continuo— encontramos la opción protagonizada por Véronique Gens e Il Seminario Musicale, con Gérard Lesne actuando como contratenor y director (Virgin, 1997). Pese a la indudable calidad de las voces en momentos como el hermoso duetto final, tampoco resulta especialmente destacable, plana y anodina se mire por donde se mire y con una toma sonora excesivamente resonante que no contribuye a embellecer el poco cuidado timbre de la cuerda. Para deleitarnos con una versión fluida y contrastada, excepcionalmente plasmada desde el punto de vista instrumental, exquisita en su fraseo, valiente en sus arcos, variada en sus tempi y primorosamente grabada hay que llegar a Rial/Mena/Ricercar Consort/Pierlot (Mirare, 2005). Ella dosifica su vibrato, canta con transparencia y con una naturalidad que no evita ligerísimos portamentos. Carlos Mena se adapta con generosidad en los dúos, asumiendo en sus solos un virtuosismo providencial, ágil y seguro. La belleza global de la versión es tal que puede hacernos olvidar la ridícula duración del disco. Aunque carecemos de documentación que lo certifique, podríamos apostar que el estreno de la obra se produjo en las voces solistas de castrati. Acercarse lo más posible a aquello es lo que pretenden Waschinski/Chance/Colonia/Müller-Brühl (Naxos, 2003) al ofrecer la única versión discográfica protagonizada por dos voces masculinas. El sello blanco sustituye en su catálogo la irrelevante versión de Michael Halasz con esta grabación que ofrece una lectura inmersa en un clima de oscuridad anímica y pesadumbre. La batuta rehúsa el dramatismo, narrando la escena desde el distanciamiento emocional con tempi lentos y articulación muy moderada. El trabajo de René Jacobs (Harmonia Mundi, 1983) supuso, durante largo tiempo, la única opción de escuchar el tiple en la voz de un niño. Sebastian Henning rendía a un nivel suficiente, afinado, ágil e incluso voluntarioso en las ornamentaciones. Sin embargo la versión, además de francamente pobre en lo instrumental, se escucha hoy rutinaria en lo expresivo e injustificable- mente caprichosa en la inversión agógica con la que languidecen los allegros y se precipitan los lentos. Aunque no persigamos la peculiaridad de la voz infantil no podremos dejar de sorprendernos con la versión de Los Pajes de la Chapelle/Poème Harmonique/Schneebeli (Alpha, 2000). Completamente distinta a las demás, la opción consiste en afrontar los duettos a tutti, reservando las arias a distintos solistas del conjunto. Sin entrar en lo convincentes o no de las razones aducidas para ello, lo cierto es que el efecto tímbrico es todo un hallazgo. Percibiremos la espiritualidad que nos transmite esa masa empastada, de afinación inmaculada y milimétricamente precisa. Excelentes también los distintos solistas, chispeantes unos, intrépidos y creativos otros. Schneebeli plantea su visión desde una dimensión sobrenatural, ligera en tempi pero emocionante gracias a la expresividad que le aportan los arcos, colorida por la riqueza del continuo, y con la asombrosa cualidad de transformar los controvertidos números “bufos” (4 y 11) en pasajes de ingenuidad angelical. Y hemos dejado para el final los dos bocados más exquisitos, ambos sobre la opción de voces solistas femeninas. El primero no puede ser otro que Mei/Lipovsek/Concentus musicus Wien/Harnoncourt (Teldec, 1993). Aunque quisiésemos evitar los lugares comunes referidos al director alemán, no podemos eludir hablar de su ultraexpresividad teatral, de su atención a los más recónditos detalles de la partitura y su espectacular capacidad para crear contrastes de claroscuro. El desparpajo de la acentuación y la renuencia a un legato que no sobrepasa nunca el compás son aspectos que escuchamos sobre un rendimiento orquestal excepcional. Lipovsek entona afinando hacia abajo, con lo que tensio- n a al máximo la cimbra, mientras Mei se flexibiliza desde la inocencia hasta el desgarro. Dos detalles impresionantes: el primero, la sorprendente lentitud con la que se convierte al Eia, Mater en una auténtica plegaria interior; el segundo, la manera en la que Harnoncourt asume con valentía las consecuencias de la indicación allegro —que la mayoría de directores tiende a neutralizar— del Quæ morebat llevando a la contralto hasta una exultación casi paranoica, mezcla de dolor y euforia. Pero si impactante es todo lo anterior, esperen a escuchar lo que ocurre con Bertagnolli/Mingardo/Concerto Italiano/Alessandrini (Naïve, 1998). El grado de dramatismo lacerante de esta versión nace de una austeridad que rompe las costuras de la contención y se desborda en un grito desgarrador. El minimalismo instrumental no es un fin sino el mejor medio para destacar lo esencial. Y lo esencial está, justamente, donde tiene que estar: en el texto. Para entenderlo baste escuchar el grito de dolor punzante que traduce las palabras “per transivit” en este pasaje. Globalmente, Ales- sandrini mira de reojo a Harnoncourt pero plantea una mayor definición estructural al marcar con el acorde final del número 6 el punto de inflexión entre la primera parte narrativa y la implorante segunda. La bellísima sonoridad instrumental y su continuo, y el perfecto equilibrio de todos los elementos rubrican la que, sin duda, podría tenerse por la referencia absoluta. Juan García-Rico 67 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 68 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Pieter-Jelle de Boer, Antonio Meneses, Gewandhaus ALUVIÓN MENDELSSOHN MENDELSSOHN: Rondó capriccioso op. 14. Sonata op. 6. Preludio y fuga op. 35, nº 1. Variaciones opp. 54, 82 y 83. PIETER-JELLE DE BOER, piano. BRILLIANT 93912 (Cat Music). 2008. 74’. DDD. N PE Obras para violonchelo y piano. ANTONIO MENESES, violonchelo; GÉRARD WYSS, piano. CARUS SACD 83.216 (Diverdi). 2008. 69’. DSD. N PN Cuartetos de cuerda. CUARTETO GEWANDHAUS. Paulus. SABINE GOETZ, soprano; DORETHÉE ZIMMERMANN, contralto; MARKUS BRUTSCHER, tenor; KLAUS MERTENS, bajo. CANTORES DE LA IGLESIA ANTIGUA DE WEILBURG. CAPELLA WEILBURGENSIS. Directora: DORIS HAGEL. 4 CD NCA MEMBRAN 60205 (Harmonia Mundi). 2000-2008. 225’. DDD. N PE 2 CD HÄNSSLER PH 09008 (Gaudisc). 2008. 131’. DDD. N PN Quintetos de cuerda nºs 1 y 2. CUARTETO FINE ARTS. DANILO ROSI, viola. D AVIE AV2140 (Gaudisc). 2007. 73’. DDD. N PN NAXOS 8.570488 (Ferysa). 2007. 71’. DDD: N PE Sinfonía Italiana. Sinfonías de cuerda nºs 7 y 12. SINFÓNICA DE HEIDELBERG. Director: THOMAS FEY. HÄNSSLER CD 98.281 (Gaudisc). 2007. 69’. DDD. N PN Sinfonías de cuerda nºs 1, 2, 3, 4 y 9. SINFÓNICA DE HEIDELBERG. Director: THOMAS FEY. HÄNSSLER CD 98.536 (Gaudisc). 2008. 73’. DDD. N P MENDELSSOHN: Sinfonía nº 2. CHRISTIANE KARG Y MARIA BERNIUS, sopranos; WERNER GÜRA, tenor. CORO DE CÁMARA DE STUTTGART. DEUTSCHE KAMMERPHILARMONIE BREMEN. Director: FRIEDER BERNIUS. 68 Magnificat. Gloria. Jesu meine Freude. Tu es Petrus. Wir glauben all an einen Gott. CORO DE CÁMARA DE STUTTGART. DEUTSCHE KAMMERPHILARMONIE BREMEN. Director: FRIEDER BERNIUS. CARUS SACD 83.213 (Diverdi). 2008. 62’. DSD. N PN edicamos de nuevo un espacio en estas páginas a un conjunto diverso de lanzamientos discográficos que ponen el foco de atención sobre la obra de Felix Mendelssohn. Los resultados serán tan heterogéneos como el propio abanico de discos que comentaremos, destacando por su excepcionalidad los dedicados por el sello Carus a distintas obras sinfónico-corales en interpretación de Frieder Bernius. Comencemos nuestro análisis por un modesto disco dedicado a plasmar una selección de obras para piano a cargo del holandés Pieter-Jelle de Boer: Rondó capriccioso op. 14, Sonata op. 6, Preludio y fuga op. 35, nº 1 más tres colecciones de Variaciones: las Op. 54, Op. 82 y Op. 83. Un repertorio muy semejante al de la mítica grabación de Perahia para CBS, con el que este joven valor del sello económico muestra un destello de sagacidad sabiendo que obtendrá necesariamente mayor notoriedad que la alcanzada con otros repertorios donde la competencia sea mucho mayor. Estamos ante un pianista de mecanismo suficiente, capaz de una destacable línea cantabile y una gama dinámica amplia y variada. En paralelo a estas virtudes, se percibe un cierto encorsetamiento rítmico al afrontar las lecturas bajo el yugo de una literalidad métrica que difícilmente logra escapar hacia los terrenos de la flexibilidad. Esto, unido a un demasiado frecuente recurso al ritardando, lleva sus versiones a provocar una sensación de estatismo que no embellece la claridad y la limpieza articulatoria de su discurso. Dicho esto, hay que añadir que el disco sí cuenta con suficiente interés para servir de puerta de entrada a estas obras, máxime si tenemos en cuenta su precio. El segundo de los volúmenes nos trae la práctica totalidad de la producción de Mendelssohn para chelo y piano, a cargo de dos nombres ya veteranos como son los de Antonio Meneses y Gérard Wyss. Correcto, en líneas generales, el disco nos deja oír versiones muy vivas, cuando no sencillamente aceleradas, de un repertorio de sobra conocido. Meneses ofrece un sonido sin especial relevancia tímbrica, con un fraseo ágil y afinado pero seco y poco detallista. Wyss acompaña con atención y solvencia en su exigente papel, pero sus esfuerzos por imprimir vitalidad acaban por sobreactivar la fluidez natural de las obras. Unas Variaciones concertantes op. 17 apreciablemente fogosas dejan paso a las dos espléndidas Sonatas, en las que ambos músicos apuestan decididamente por una impulsividad que no siempre serán capaces de mantener bajo control. Endulzando el galope atropellado que nos deparan ambas obras, se intercalan diversas versiones de conocidísimas Romanzas sin palabras en arreglos para ambos instrumentos a dúo. Una nueva integral de los Cuartetos de cuerda viene a poblar la oferta discográfica de este ciclo que se escucha siempre con agrado. En este caso es el Cuarteto Gewand- haus el artífice de los cuatro discos que recogen todo lo escrito por el compositor alemán para esta plantilla, incluyendo el conformado Op. 81 y el cuarteto sin número de opus, no siempre presentes en otras integrales. Nos vendrá bien recordar que este mismo conjunto alemán nos presentaba hace algunos meses un Beethoven completo. Sus parámetros comentados entonces respecto a la seriedad de sus planteamientos y a la solidez estructural de sus interpretaciones, vienen a ser las mismas que ahora escuchamos. Detectábamos, no obstante, un apego excesivo a la literalidad, sumado a una permanente prudencia dinámica, que, de la misma manera, volvemos a constatar ahora, en su Mendelssohn. Sin embargo, pueden observarse mejoras considerables en cuanto a la variedad de tempi y de caracteres anímicos que inspiran las partituras. El reemplazo de Volker Metz por Olaf Hallmann en la viola ha contribuido a cohesionar y homogeneizar al grupo en cuanto a su color tonal y sus ataques. Tenemos, en definitiva, un Mendelssohn notable, expuesto sobre un buen equilibrio entre voces, de tempi nunca caídos, y con algunos momentos en los que se alcanza un nivel que roza lo sobresaliente, como en los Op. 44, nºs 1 y 3, o en el extraordinario y desasosegante Op. 80. Recurriendo a la frase hecha podremos definir este álbum de manera elocuente: bueno, bonito y barato. Especialmente recomendable, de nuevo, para acercamientos primerizos a cambio de un desembolso mínimo. Y sin dejar el terreno de lo económico, Naxos nos ofrece otras dos obras maestras: los Quintetos para cuerda. Para ello echa mano del Cuarteto Fine Arts, aumentado para la 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 69 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS ocasión con la viola de Danilo Rossi. Sonoridades compactas, correcta afinación, suficiencia dinámica y ortodoxia en los gue de la plantilla sinfónica un rendimiento disciplinado, haciendo desaparecer su vibrato, siguiendo la estela La batuta de Bernius está conociendo un momento dorado, debido en gran medida a los espléndidos resulta- tempi son las características que dotan a estas versiones de la eficacia suficiente para una escucha sin sobresaltos. Habrá quien pueda poner objeciones al vibrato amplio e intenso del primer violín, un tanto démodé, pero no pasa de ser un aspecto que no ensombrece la dignidad del disco. Llegamos al bloque orquestal de este ramillete mendelssohniano con dos discos protagonizados por la Sinfónica de Heidelberg y Thomas Fey. En el primero de ellos escuchamos la Sinfonía Italiana y tres de las llamadas Sinfonías para cuerdas. La toma sonora adolece de poca profundidad y mal equilibrio, superponiendo las maderas a todas las demás secciones. Por ello su valoración parte ya con un insoslayable inconveniente. Fey se aplica con notoria capacidad rítmica, incluso con arriesgadas decisiones no siempre justificables desde el respeto a lo escrito. Menor interés parece ofrecerle el aspecto dinámico, en el que no se detiene más allá de lo estrictamente necesario. Consi- Norrington. El resultado global es una Cuarta veloz —descabellada incluso en algunos momentos— de sonoridades no bien equilibradas, sencillamente acumuladas unas sobre otras. Las Sinfonías para cuerda, al igual que las que ocupan la totalidad del segundo volumen, ofrecen un mejor tratamiento acústico. Veloces también, la mayor exploración del interés que encierra su acentuación nos apelará con más posibilidades de éxito. La cuerda de Heidelberg adquiere sonoridades ácidas que no carecen de interés, pero olvida contrarrestar la ausencia de vibrato con un mayor trabajo de arco, de lo que resulta un fraseo rectilíneo y pobre en expresividad. Dos álbumes, por tanto, con menores virtudes de las que parecían augurar. Tras ellos, como curioso contraste, descubriremos las dos maravillas que anunciábamos al encabezar estas líneas. Se trata de dos discos firmados por Frieder Bernius y sus huestes habituales: el Coro de Cámara de Stuttgart y la Kammerphilharmonie de Bremen. dos que viene ofreciendo este ciclo Mendelssohn, al que se suman los dos volúmenes que ahora comentamos. En el primero tenemos la oportunidad de encontrar una referencia de la Segunda Sinfonía op. 52, ese híbrido con más de cantata que de sinfonía propiamente dicha, que lleva por título Canto de alabanza. El director alemán consigue hacer digerible una partitura cuya grandiosidad suele derivar frecuentemente en una grandilocuencia indigesta. El rendimiento de la plantilla sinfónico-coral y los solistas que han venido trabajando para él a lo largo de todo el ciclo, es soberbio. La sonoridad orquestal, muy cercana a la de los conjuntos de instrumentos originales más habituales, consigue aunar luminosidad, transparencia y calidez. Cuerda y viento — especialmente un metal sensacional— son los excelentes mimbres con los que acompañar a un conjunto vocal idóneo en dimensiones y cantidades sonoras, tanto en la citada obra como en las otras más breves que nutren el segundo de los discos. En éste escucharemos dos puntales en la producción sinfónico-coral de Mendelssohn, como son el Magnificat en re mayor y el Gloria, además de tres obras de menor entidad como las cantatas Wir Glauben all an einen Gott, Jesu meine Freude y Tu es Petrus. En todas ellas el estilo anacrónico que el compositor alemán alimentaba buceando en la producción de Bach y Haendel, es tratado con toda pureza y sentido por las interpretaciones de Bernius. Sabemos lo que hay, no busquemos novedad en el estilo de esa escritura, pero, puestos a escuchar —y a disfrutar lo mucho que, aun así, es posible— esta es la manera óptima de hacerlo. Concluyamos nuestro análisis con un último álbum que resultará completamente insípido tras escuchar los dos anteriores. Se trata de una flojísima versión del oratorio Paulus op. 36 a cargo del Coro y la Capella Weilburgensis bajo la dirección de Doris Hagel. La irrelevancia de esta versión viene determinada por una lectura anodina y monótona, completamente ramplona en términos estilísticos, ejecutada por un conjunto orquestal mediocre y un coro que no va más allá de lo voluntarioso. Se salvan de la quema los cuatro solistas —especialmente el tenor, Brutscher, y el bajo, Mertens— pero poco más hay que añadir a un producto discográfico irrelevante. Está visto que el aluvión que nos está dejando este año Mendelssohn tiene de todo. Juan García-Rico Stewart Robertson, Jonas Alber, JoAnn Falletta ATENCIÓN A ESTAS TRES ÓPERAS CARLSON: Anna Karenina. KELLY KADUCE (Anna), CHRISTINE ABRAHAM (Dolly, Princesa Daria Oblonskaia), WILLIAM JOYNER (Stiva, Príncipe Stepan Oblinski). BRANDON JOVANOVICH (Kostia, Konstantin Levin), ROBERT GIERLACH (Conde Vronski), SARAH COBURN (Kitty, Principe Scherbatskaia), CHRISTIAN VAN HORN (Karenin). ÓPERA DE SAINT LOUIS. SINFÓNICA DE SAINT LOUIS. Director: STEWART ROBERTSON. 2 CD SIGNUM SIGCD154 (LR Music). 2007. 140’. DDD. N PN MERNIER: Frühlings Erwachen. KERSTIN AVEMO (Wendla Bergmann), THOMAS BLONDELLE (Melchior Gabor), NIKOLAI BORCHEV (Moritz Stiefel), GAËLE LE ROI (Ilse). CORO JUVENIL LA CHORALINE Y SINFÓNICA DE LA MONEDA DE BRUSELAS. Director musical: JONAS ALBER. Director de escena: VINCENT BOUSSARD. Escenografía: VINCENT LEMAIRE. 2 CD + DVD CYPRES CYP4628 (Diverdi). 2007. 158’ DDD. N PN HAGEN: Shining Brow. ROBERT ORTH (Frank Lloyd Wright), BRENDA HARRIS (Mamah Cheney), ROBERT FRANKENBERRY (Louis Sullivan), MATTHEW CURRAN (Edwin Cheney), ELAINE VALBY (Catherine Wright). CORO Y FILARMÓNICA DE BUFFALO. Directora: JOANN FALLETTA. 2 CD NAXOS 8.669020-21 (Ferysa). 2006. 138’. DDD. N PE E l azar nos proporciona tres títulos operísticos plenamente contemporáneos, uno europeo y dos estadounidenses. Hubo una generación, la de la vanguardia, que se impuso durante años y años, y que todavía consigue que nadie tosa a sus supervivientes, a menudo muy conectados con el poder de turno. Esa generación no ha logrado crear óperas de un mínimo de envergadura. Sí ha sido capaz de impedir que estrenen algu- nos de los que sí sabían hacerlo. Como decimos siempre, el gran operista de la generación de la vanguardia es Hans Werner Henze, que no es vanguardista y por ello le boicotearon sus compañeros e incluso amigos. Bernd Alois Zimmermann, algo mayor que los de aquella generación, sí fue capaz de componer una ópera contra la que el espíritu de cuerpo de los de la edad de Stockhausen no pudo arremeter, Soldados (1965), tal vez porque pretendieron apoderarse de él. Pero si hubo un tiempo en que cualquier atre- 69 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 70 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS 70 vimiento te cerraba las puertas de un teatro, desde cierto momento fue preciso, imprescindible, todo el contrario: el atrevimiento o su simulacro para tener francas esas puertas y, al mismo tiempo, para cerrárselas a cualquier rival que no fuera de la secta (ocurre en otros gremios, no crean). No confundamos, la generación posterior a la vanguardista sí ha dado algunos operistas de fuste, como el radical Sciarrino (1947), del que acabamos de ver en Madrid una bellísima puesta de Luci mie traditrici; o Aribert Reimann (1936), de un nervio teatral versátil y sabio; o como Eötvös, o el no siempre igual Philippe Boesmans. No, la ópera no se ha acabado. Lo que se está acabando es la farsa de la vanguardia, por mucho que haya títulos de gran interés entre los de esa edad (Intoleranza, de Nono, entre otras). Ese permanente partir del vacío que caracteriza a la vanguardia, el orgulloso carecer de raíces, el continuo ardid del ingenio, la exploración de lo inaudito, la atrevida interválica de ascensos, descensos y glissandos de vértigo, el más difícil todavía repetido y refrendado cada vez, el invocar en vano y de manera abusiva la herencia vienesa (qué habría dicho Schoenberg del concepto de serialismo integral, por favor)… Todo eso da para obras de interés grande o enorme en lo orquestal, lo camerístico o lo vocal; acaso para óperas breves (y, si es pastiche, mejor, como el Satiricón de Maderna), pero no para la gran forma del teatro lírico, salvo que ésta se descomponga en unidades breves y autosuficientes, esto es, salvo que cada obra parezca varias obras. Gran forma no significa tamaño de Parsifal o de San Francisco (qué bofetada le dio don Olivier, sin pretenderlo, a los vanguardistas), sino a lo corriente en la segunda mitad del siglo XX, esto es, unas óperas de más o menos dos horas, como las de Henze o Reimann. Las tres óperas que reseñamos tienen raíces, tienen continuidad dramática y lírica, teatralidad verdadera, tienen desarrollo y líneas vocales caracterizadoras de los personajes (hay personajes, claro). Para los vanguardistas, señores de edad a estas alturas, mayores incluso que los chicos del 68 (unos veinte o veinticinco años más, caramba), estas tres óperas tienen un estigma: se les nota la escuela. Gran pecado, seguir unas pautas que han demostrado muy a menudo su eficacia, dependiendo del talento de cada operistas concreto. Como si la vanguardia no hubiera dado lugar a unas maneras que han llevado a algo demasiado parecido al academicismo: todo el mundo componía igual, y a veces lo mismo, como decían muchos, y entre ellos lo recuerdo haber oído a Gonzalo de Olavide. El despertar de la primavera, de Benoît Mernier (belga de 1964), es una ópera claramente post-vienesa. La herencia de Viena, y concretamente la de Alban Berg, se interrumpió por los años turbulentos posteriores a la muerte del compositor y al estreno en 1937, en Suiza, de la Lulu inconclusa en dos actos. Ha habido que recuperar esa tradición mucho más tarde. Incluso uno de los vanguardistas ha tenido el detalle de reanudar esa herencia, abandonando lo que en sus compañeros de generación “pesa” y “posa” en exceso. Se trata de Friedrich Cerha, que después de terminar él mismo la Lulu de Berg (1979, París), inspirado por Jarmann y con destino a Boulez y Chéreau, estrenaba Baal (Salzburgo, 1981), ópera basada en el primer texto del terrible joven Brecht. Ahí estaba Berg, ahí estaba también el Schoenberg de Moisés y Aarón. Y cierta cosa que había escrito Dominique Jameux dejó de ser cierto (lo había sido durante mucho tiempo): que Wozzeck era la última ópera, que ésta no había dejado descendientes y que después de todo no hacía falta. Lamentablemente, no hay registro de esta ópera espléndida, Baal. Con el tiempo, una ópera de continuidad vienesa será La ronda (Reigen), de Boesmans, basada en el conocidísimo texto de Arthur Schnitzler. Mernier se basa en un texto de Frank Wedekind, el autor de las dos piezas que dieron lugar a la Lulu de Berg (Erdgeist y Die Büchse der Pandora). El idioma, la línea vocal, el equilibrio entre tradición y serialismo, el toque expresionista, todo en la ópera de Mernier evoca a Berg, a Viena. Un mundo perdido por el que cada vez sentimos más nostalgia, y que tratamos de recuperar siquiera en pequeñas partes, como los restos del Titanic. Recuerdo una espléndida puesta en escena de Josep Maria Flotats, en Barcelona y en catalán, de El despertar de la primavera. La temática nos queda lejos en sociedades como la nuestra: la represión sexual de los jóvenes, transmitida por unos padres que a su vez la sufrieron, y con resultados a veces trágicos, como la muerte por un aborto que podría haber sido una operación sencilla, o el suicidio de un joven a vueltas con su virilidad. Hoy estamos en un mundo muy diferente, y el sexo e incluso la promiscuidad son algo cotidiano entre los jóvenes y menos jóvenes, si hablamos en general. Lo que no impide que este texto haya servido para un espléndido debut de Mernier en el mundo de la ópera. El álbum tiene una particularidad: en formato sólo audio se nos ofrece una toma excelente en dos CDs; además, un DVD nos permite ver una magnífica puesta en escena, sugerente y a menudo misteriosa y hasta con toques siniestros, de Vincent Boussard. El elenco es joven, y los cantantes consiguen en general dar esa juventud, aunque lo que reclaman los cometidos, las líneas, está lógicamente muy por encima de las posibilidades de unos hipotéticos cantantes adolescentes. Hay una línea lírica permanente, que sólo en algunos momentos eclosiona o estalla en violencia. Se trata de una auténtica tragedia, matizada por una poética encendida. Excelente reparto para estos atormentados jóvenes que se inician en la sexualidad mediante los retorcimientos de una época que acaso no esté del todo superada, pero que nos suena a antigua. Magnífica concertación de Jonas Albert. Este Despertar de la primavera es fruto de un encargo. Por los resultados diríamos: qué envidia. Sólo cabe esperar que en su próxima ópera Mernier eche mano de un texto más adecuado, contemporáneo o no, pero que no trate como si fueran de hoy cuestiones que a la juventud europea tienen que parecerles desconocidas, cuando no pintorescas. Anna Karenina, del californiano David Carlson (1962), es una obra de escuela. Esto es, sigue determinadas pautas para establecer situación-canto-acompañamiento sin necesidad de mímesis ni mucho menos de plagio. Es la escuela tan americana que adaptó al lenguaje “americano”, digámoslo así, a la sensibilidad del momento ciertas pautas del verismo (Menotti, Barber, incluso Thomson, es decir lo que no es folk-ópera; folk ópera es de Porgy and Bess en adelante) y esa herencia británica que no se limita a Britten, pero que tiene en Britten el ejemplo más brillante y el antecesor más notorio; y al mismo tiempo esa escuela aplicó las dos grandes lecciones de la ópera del siglo XX: el recitativo cantabile continuo entreverado a veces de cantoconversación; y la orquesta como personaje diferenciado, que para serlo no tiene necesidad de ser abrumador como en Richard Strauss, Schreker, Zemlinsky, Korngold y toda esa tradición germánica en algunos de cuyos títulos la música que surge del foso es un verdadero diluvio sonoro; esta última tradición todavía boquea y colea después de la guerra. En ella había surgido y crecido Alban Berg, menor que Strauss y que Schreker, discípulo de Zemlinsky, mayor que Korngold (al que no podía ni ver, y probablemente no sólo porque fuera un compositor “retardatario”). Podríamos añadir una tercera pauta americana: la tonalidad es un referente importante, no sólo un invitado ocasional o un definidor de acordes tratados luego de forma no tonal. Luego no es cierto lo que aseguran algunos vanguardistas a sus discípulos no siempre incautos: la tonalidad pasó a la historia. En cualquier caso, nadie pretenderá devolverle su papel central. Sólo que en ópera es muy útil y permite la gran forma, el amplio aliento; y es, además, 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 71 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS un elemento de autodisciplina que trata de evitar tanto el caos como el capricho. Si Prokofiev dejó Guerra y paz en algo menos de cuatro horas, David Carlson tiene todo el derecho del mundo a reducir Anna Karenina a dos y media. En ambos casos se trata no sólo de concentrar y elegir lo esencial, sino también de prescindir de personajes, tramas, detalles y matices, por importantes que sean. El libreto de Colin Graham es de gran interés y adopta tanto los cambios de secuencia en el tiempo como el flash-back. Graham puso en escena casi todas las óperas y obras escénicas de Britten, según se nos indica; lamentablemente, este director británico murió ese mismo año del estreno de Anna Karenina, 2007, y no pudo ver la función que él dirigía ni escuchar estas tomas. La partitura de Carlson es de gran intensidad y de mucha tensión. A pesar de que el tiempo ha pasado desde que apareciera esta maravillosa novela, la historia de los Karenin, los Oblonski, de Vronski, de Levin, de Kitty sigue siendo apasionante, y la narración continúa situada entre las grandes de todos los tiempos, como Guerra y paz. La elección de Carlson no sólo es legítima, es también de una enorme ambición. El resultado es de muy alto nivel. Carlson, autor de importantes obras sinfónicas, camerísticas y vocales, estrenaba esta Karenina en Saint Louis, pero ya había compuesto otras dos, The Midnight Angel y Dreamkeepers. Se le nota esa maestría, esa habilidad y hasta esa artesanía de quien sabe tensar las líneas vocales y elevar el sonido del foso para matizarlas, combatirlas o apoyarlas. Los conjuntos alcanzan un grado de tensión tal que vibra el teatro, la orquestación tiene una magia tanto straussiana como francesa, y a menudo no parece el compositor tener empacho alguno en parecer de otro tiempo. Ni más ni menos que eso es el secreto de la ópera, aunque llevarlo a cabo es más difícil, como bien sabemos. No es Anna Karenina la ópera que revolucionará nuestra manera de oír y sentir el teatro lírico, pero es una obra maestra en sus códigos y sus objetivos. El reparto responde a las ambiciones de esta ópera de amplio alcance: una espléndida Kelly Kaduce en el cometido titular, con buenos oponentes como Joyner (Stiva Oblinski, el hermano, contrafigura de Vronski), Gierlach (Vronski, el amante) o Van Horn (Karenin, el marido). O las voces femeninas, excelentes de Gayer, Abraham y, en especial, Sarah Coburn. Concertación nerviosa, llena de garra y de sentido teatral de Stewart Robertson. El cual se basa en una puesta en escena de Mark Streshinsky y una producción del propio Colin Graham, que sin duda no se limitaba a hacer posible que otros dirigieran y cantaran. En fin, una ópera de ahora mismo, lejana, ajena y fuera de la vanguardia. Además, una toma en vivo con esa verdad propia del directo cuando hay calidades así. Shining Brow, del wisconsiniano (¿se dice así?) Daron Hagen, nacido en Milwaukee en 1961, es una ópera estrenada en 1993, que nos llega ahora de la mano de Naxos gracias a una versión de concierto en Buffalo, Nueva York, de noviembre de 2006. Vaya por delante el reconocimiento de la batuta de esta espléndida directora, JoAnn Falletta, que concertó este dramón que pasa de comedia a tragedia por sus pasos contados. Shining Brow es la primera ópera de Hagen, y se ve que su logro animó al compositor a continuar por ese camino. Hay que tener en cuenta que no basta con eso, tiene que haber alguien que te lo encargue y que no te lo rechace por no ser lo bastante moderna. Porque, digámoslo desde el principio, seguimos en esa tradición anglosajona tan del siglo XX que supo librarse de la vanguardia, de las gramáticas, de las sectas y los dogmas estéticos. Shining Brow, historia conmovedora, humanísima, es de nuevo una de esas obras, como Anna Karenina, que no tiene un estilo especial ni se adscribe a una escuela; pero que sí sigue una pauta para convertir un libreto, una historia, unos personajes y unas situaciones en teatro lírico. ¿Acaso Richard Strauss era “de escuela” o de tendencia? Después de Shining Brow, compuesta a los 30 años, Hagen dio, entre obras orquestales y camerísticas, otras cinco óperas, que sepamos (lamentablemente, las desconocemos): Vera of Las Vegas (1997), Bandanna (1998), The Antient Concert (2005), New York Stories (2008) y Amelia (2009). ¿Tendrá que ver esta última Amelia con Amelia al ballo, de Menotti? Quién sabe, hay ya unas cuantas Amelias en la historia del teatro cantado, como, por encima de todas, la del Ballo de Verdi. El libreto de Paul Muldoon, escritor y periodista que cuenta con el Premio Pulitzer, cuenta la historia del arquitecto Frank Lloyd Wright y Mamah Cheney entre 1903 y la muerte de ésta en 1914. Mamah fue una feminista y una intelectual. Abandonó a su marido para unirse a Wright, y murió asesinada por uno de los sirvientes de la flamante Taliesin, diseñada por el arquitecto, junto con los hijos que había tenido con su anterior marido. Wright era un hombre de 36 años cuando empezó su relación con Mamah, y la acumulación de dinero y fama relegó a la mujer a un segundo plano algo humillante. Además, no podían casarse porque los cónyuges abandonados no concedieron los divorcios. Y eso estaba muy mal visto entonces, hasta el punto de que Wright no recibía encargos de ciertas instituciones. ¡El arquitecto más grande, qué cosas! La orquesta de Hagen es rica, pero se pone al servicio de la historia y las voces. Hagen no se muestra especialmente atrevido en esta primera ópera suya. Muestra prudencia, pero es una prudencia sabia y conocedora de lo que es el canto y el drama. Falletta saca mucho partido de esta bella historia, y dirige con acierto y gran capacidad de análisis tanto a la Orquesta y Coro de Buffalo como de un excelente plantel de solistas. El drama lo viven y sufren, sobre todo tres personajes (Wright, Mamah, Edwin Cheney), a los que hay que añadir el contrapunto de Louis Sullivan, que echa de menos los tiempos en que el joven Wright trabajó con él, y con quien busca una reconciliación. También Kathy Wright, primera mujer del arquitecto, de menor presencia en la obra. Los otros personajes son episódicos: las cotillas que critican a la pareja que vive en pecado, los periodistas que parecen más cotillas aún, los servidores de Taliesin, etc. El barítono Robert Orth compone un muy adecuado Wright; Brenda Harris, soprano, construye ese personaje enternecedor y de gran personalidad que es Mamah Cheney (Martha Borthwick, 1869-1914); Matthew Curran, bajo-barítono, y Robert Frankenberry, tenor, más la soprano Elaine Valby, completan el quinteto protagonista con altura y dignidad vocal y puramente teatral. En resumen: un título operístico más de nuestro tiempo, pero de gran altura artística, ningún riesgo mas tampoco coartada en cuanto a estéticas presentadas como opciones éticas. No teman, no hay nada de eso. Sólo buen teatro cantado, y con un muy buen equipo, como ya queda dicho. Santiago Martín Bermúdez 71 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 72 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS Thomas Fey, Hermann Max, Martin Haselböck CINCO ORATORIOS HAENDELIANOS HAENDEL: Judas Macabeo, HWV 63. JÖRG DÜRMÜLLER, ROBERT WÖRLE, tenores; FRANZ-JOSEF SELIG, bajo; MONIKA MEIER-SCHMID, soprano; ELISABETH VON MAGNUS, mezzosoprano. CORO DE MOTETES. ORQUESTA DE CÁMARA DE SCHLIERBACH. Director: THOMAS FEY. FRIEDRICH, barítonos; MICHAEL SLATTERY, tenor. CORO DE LA NDR. ORQUESTA DEL FESTIVAL DE GOTINGA. Director: NICHOLAS MCGEGAN. 3 SACD CARUS 83.425 (Diverdi). 2006. 167’. DDD. N PN 2 CD CHRISTOPHORUS 77128 (Diverdi). 1992. 156’. DDD. N PN Israel en Egipto. Versión de Mendelssohn. MONIKA FRIMMER, VERONIKA WINTER, sopranos; HEIKE GRÖTZINGER, contralto; HANS JÖRG MAMMEL, tenor; EKKEHARD ABELE, GREGOR FINKE, bajos. CANTORES RENANOS Y EL PEQUEÑO CONCIERTO. Director: HERMANN MAX. 2 CD CPO 777 222-2 (Diverdi). 2001. 83’. DDD. N PN Acis y Galatea HWV 496. LINDA PERILLO, soprano; MARK BLEEKE, WILLIAM HITE, GERALD THOMAS, tenores; FLORIAN BOESCH, barítono. ORQUESTA BARROCA MUSICA ANGELICA. Director: MARTIN HASELBÖCK. 2 SACD NCA 60183 (Harmonia Mundi). 2007. 90’. DSD. N PM 72 Sansón HWV 57. THOMAS COOLEY, tenor; SOPHIE DENEMAN, soprano, FRANZISKA GOTTWALD, mezzo; WILLIAM BERGER, WOLF MATTHIAS La resurrección HWV 47. KLAARTJE VAN VELDHOVEN; STEFANIE TRUE, sopranos; KRISTINE GETHER, contralto; MITCHELL SANDLER, bajobarítono. CONTRASTO ARMONICO. Director: MARCO VITALE. 2 CD BRILLIANT 93805 (Cat Music). 2008. 123’. DDD. N PE H aendel no inventó el oratorio, pero la forma en que recogió las sucesivas tradiciones italianas que se remontan a san Felipe Neri y los jesuitas acabó de definirlo como el género que hoy en día conocemos: ópera sin acción escénica. En realidad, fue una adopción por necesidad, pues la ópera le resultaba demasiado costosa: aquí no había que presupuestar vestuario y atrezzo, y no teniendo que memorizarse los textos se reducía el número de ensayos necesarios. Entre las ventajas “inmateriales” no era la menor la ampliación del repertorio temático con la puerta que se abría a la alegoría sonora: a ningún creyente le gustaría ver a su Dios encarnado en escena por un rollizo tenor con barba postiza, mientras que el sonido sin acompañamiento visual resulta idóneo para encarnar tanto las figuras sacras como los conceptos y sentimientos abstractos; en realidad, cuando más abstractos, mejor. Por otro lado, el recurso a los argumentos bíblicos y de la antigüedad clásica proveía de un revestimiento muy cómodo como protección frente a la posible, probable o segura censura cuando lo que se trataba de transmitir eran ideas vinculadas a acontecimientos políticos o situaciones sociales del momento. En las cinco muestras que a continuación se comentan por orden cronológico de grabación se encontrarán abundantes ilustraciones de lo dicho. Así, por ejemplo y para empezar, Judas Macabeo celebra simbólicamente el aplastamiento, en 1745, de la segunda Rebelión Jacobita a manos del duque de Cullendon. Su objetivo ideológico se centra en la captación del espíritu patriótico y la sensación de alivio ante su futuro que sintió la Inglaterra protestante de entonces. El libreto, de Morell, resalta la toma de partido de la divinidad en favor de los israelitas sobre sus enemigos bíblicos, pero no contiene una trama ni tampoco una caracterización de personajes propiamente dichas: el “reparto” apenas consiste en Judas, su hermano Simón y un par de israelitas anónimos, más el sacerdote que finalmente entona la acción de gracias; lo que se cuenta es una secuencia en sí bastante anodina de victoria, derrota, victoria final y acción de gracias del pueblo elegido. Los climas son alternativamente triste, conmovedor y jubiloso, es decir, ideales para inspirar al genio de Haendel, que cosechó uno de los mayores éxitos de su carrera. La grabación de Christophorus ha esperado tres lustros largos a ver la luz, posiblemente porque en su momento se encontró con la fuerte competencia de MacGegan (ya entonces), King y compañía. En general, la versión dirigida por Fey parece temer ir demasiado lejos en todo: ninguna alegría es desbordante ni los lamentos transmiten angustia de manera convincente. Los solistas no ayudan en ningún sentido, como a ellos mismos no les ayudan unas tomas que los sacan constantemente del espectro sonoro: las voces femeninas no llegan a resolver sus cometidos con holgura técnica, los tenores sólo llegan a cumplir con discreta corrección, de modo que únicamen- te el bajo da más que mínimamente la talla. El coro se queda en la formulación de buenas intenciones interpretativas sin llegar más que esporádicamente a emocionar. Seguramente, si no conoce ninguna otra uno puede llegar a acostumbrarse a esta versión, pero será difícil encontrar un punto en que la comparación le resulte favorable. Israel en Egipto fue la página barroca más y con más fortuna frecuentada por Mendelssohn como director de orquesta… “naturalmente”, en su propio arreglo y traducción alemana. Parte de la versión original bipartita, a la que añade varios números (empezando por una obertura totalmente nueva), omite varios otros y reorquesta lo que queda. Como era de esperar, el resultado no sirve para conocer ni siquiera aproximadamente la obra de Haendel, pero constituye un documento histórico de gran valor para la apreciación de lo que significó la figura del compositor berlinés en la conservación, recuperación y, lo que es más importante, concepción del repertorio anterior al romanticismo del que él mismo fue representante y heredero destacado. Oído como Mendelssohn, el oratorio es precioso, y lo mismo cabe decir de una versión live en la que Hermann Max subraya de preferencia las emociones íntimas de los personajes al mando de una orquesta de prontas y precisas respuestas. Así, en el primer disco, correspondiente a la primera de las dos partes en que se divide la obra, el tenor y el bajo sostienen toda la secuencia narrativa con hermosas voces y sentido expresivo, secundados por un coro que comenta la acción con sentimiento y calidad hasta el tierno remate en la pista 17. La continuación arranca con una estupenda fuga, que da pie a que el coro luzca un tono de conmovedora profundidad (II-2). En II-3 las sopranos dialogan con máxima delicadeza. Una de ellas (no se especifica) apenas compensa con squillo y sentido de la expresión dramática algún apuro de coloratura en II-10, mientras que en II-11 no consigue mantener templada la línea cantabile. Como punto seguramente culminante de todo el registro, en II-14 el 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 73 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS coro transmite muy convincentemente los sentimientos combinados de preocupación, serenidad y esperanza. La primera redacción de Acis y Galatea preveía cinco cantantes y entre siete y doce instrumentistas. Martin Haselböck dispone de cinco y ocho efectivos respectivamente, de manera que ve facilitado el cumplimiento de su intención de despojar a esta obra de la carga de solemnidad con que tantas veces se traiciona el espíritu tanto de su texto como de su música, en favor de la vuelta a una concepción de la obra más fresca a fuer de bucólica. Y la extensión de los tintes elegíacos sobre la base general de sensualidad espontánea va produciéndose de manera calculadamente progresiva. Los solistas están sin excepción irreprochables al servicio de ese enfoque interpretativo. Destacan sobre todas sin embargo la argentina materia y dulce expresión de la soprano Linda Perillo, así como el noble timbre y la facilidad para “correr” de la del bajo Florian Boesch: el tono de “Bella y Bestia” que tiene su encuentro no pasa inadvertido, y es para bien. El tenor Mark Bleek pone a contribución medios no tan distintivos, pero sin tener nada que envi- diar en cuanto a buen gusto para cantar. La más recomendable de estas cinco grabaciones es el Sansón de McGegan. Aunque con cierta frecuencia montado como ópera (narra las últimas horas del héroe israelita que debió su sobrenatural fortaleza primero a sus cabellos, luego a su fe), hasta ahora no disponíamos de un registro discográfico que captase tan vívida al tiempo que cálidamente la componente dramática de este oratorio. En medida nada desdeñable, ello se logra gracias al cuidado que se pone en el tratamiento de unos recitativos exhaustivamente estudiados hasta en sus más mínimos matices para que las inflexiones sonoras guarden estricta correspondencia con los acontecimientos que se suceden y, en especial, con los sentimientos que éstos provocan. En el papel del título, el tenor Thomas Cooley encuentra el tono adecuado para hacer justicia plena por una parte al virtuosismo vocal, por otra a la pasión puesta en canto, como se demuestra principalmente en la gran aria del acto I Why does the God of Israel (I-24). La soprano Sophie Daneman, que aproximadamente una década antes había grabado el mismo papel para William Christie, vuelve a componer una delicada Dalila. Los dos bajos caracterizan fuertemente a Manoah y Harapha, pero es este último quien, personificado por Wolf Matthias Friedrich, se lleva uno de los momentos gloriosos del registro cuando en Honour and arms dialoga con una cuerda convertida por el director en un personaje más. Entre los solistas la más impresionante es sin duda la contralto Franziska Gottwald. Su carnosa, vibrante y a la vez maleable voz ya produce un enorme impacto cuando se lamenta en Oh mirror of your fickle state! (I-11), pero los dos números que primordialmente se quedan en el recuerdo son Return, oh God of hosts (II-2) y Ye sons of Israel (III-16), las dos intervenciones en que es secundada por el coro. Y es que éste, el coro, constituye, junto con la dirección de McGegan y la solvente respuesta que también obtiene de la orquesta, el otro gran atractivo del álbum, sobre todo de su tercer disco. La Resurrección es una de las obras de Haendel más raramente interpretadas y, a fortiori, grabadas. Una pena, pues, siendo su segundo oratorio, todavía escrito en Italia (en 1708, por encargo de un noble en una época en que la ópera al parecer estaba prohibida), está lleno de nuevas y osadas ideas, con líneas melódicas y bajos que hacen toda clase de cosas inesperadas, así como con una orquestación que explora el poder expresivo del color tímbrico de modos sumamente originales y frescas. Esa frescura es la que primordialmente parece haber interesado transmitir a Marco Vitale, cuya versión vuelve a merecer más o menos la misma valoración que su Acis (véase SCHERZO, nº 232, pág. 85): aciertos parciales, sólo que esta vez esporádicos hasta el exceso. El problema principal lo plantea el equipo vocal, donde son demasiados los casos de impostación defectuosa y, por consiguiente, timbres extraños hasta lo estrafalario (el de la contralto Kristine Gether como caso extremo), entonaciones inseguras cuando no falsas y frases discutiblemente moldeadas. Lo más positivamente destacable vuelve a aportarlo el bajo Mitchell Sandler, pero sin que en esta ocasión ni él mismo ni sus compañeros compensen de tantos momentos en que el oyente queda cuando menos desconcertado. sión, acaban agotando un tanto la atención. Es en todo caso un fino encaje del que no hay que perderse detalle. Bechtolf disfruta con las gansadas de los personajes, que por ello pueden quedar en exceso caricaturizados. Al conde, por ejemplo, lo convierte en un prestidigitador aficionado que no para de hacer jueguecitos de magia casera; y acentúa, por supuesto, su rijosidad. Otro apunte: Cherubino exhibe una suerte de catálogo similar al de Leporello y ve su sexualidad muy reforzada. Hay toqueteos y coqueteos constantes entre unos y otros y hasta Marcellina se queda en Alfredo Brotons Muñoz Franz Welser-Möst, Charles Mackerras IMPULSOS Y JUEGOS MOZART: Las bodas de Fígaro. ERWIN SCHROTT (Fígaro), MARTINA JANKOVÁ (Susanna), MICHAEL VOLLE (Conde), MARLIN HARTELIUS (Condesa), JUDITH SCHMID (Cherubino), IRENE FRIEDLI (Marcellina), CARLOS CHAUSSON (Bartolo), MARTIN ZYSSET (Basilio), EVA LIEBAU (Barbarina), ANDREAS WINKLER (don Curcio), GIUSEPPE SCORSIN (Antonio). Director musical: FRANZ WELSER-MÖST. ÓPERA DE ZÚRICH. Director de escena: SVENERIC BECHTOLF. Director de vídeo: FELIX BREISACH. 2 DVD EMI 2 34481 9. 2007. 192’. N PN Don Giovanni. SIMON KEENLYSIDE (don Giovanni), KYLE KETELSEN (Leporello), ERIC HALFVARSON (Comendador), MARINA POPLAVSKAIA (doña Anna), JOYCE DIDONATO (doña Elvira), RAMÓN VARGAS (don Ottavio), MIAH PERSON (Zerlina), ROBERT GLEADOW (Masetto). COVENT GARDEN DE LONDRES. Director musical: CHARLES MACKERRAS. Directora de escena: FRANCESCA ZAMBELLO. Director de vídeo: ROBIN LOUGH. 2 DVD OPUS ARTE OA 1009 D (Ferysa). 2008. 202’. N PN D os óperas “sevillanas”, una cuestión en cualquier caso menor, ya que, desde luego, ese dato geográfico no es el meollo, bien que, según con qué óptica, pueda dar juego. Un juego: eso es lo que significa fundamentalmente para el regista Bechtolf todo el trasiego de la primera ópera, en la que, con una perfecta sincronía, Mozart aireó pasiones, sentimientos y vivencias a través de un prodigioso tejido melódico, armónico y rítmico. La acción parece ubicarse en una rica mansión hacia los años treinta del siglo XX. Todo está movido por la mano rectora con endiablada habilidad, con un pormenorizado estudio del gesto y con permanentes guiños y sobreentendidos que, por su profu- 73 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 74 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS sostén durante su aria del cuarto acto, que no es aquí suprimida. Basilio, que canta asimismo la suya, es convertido en un mariquita, lo que se nos antoja muy discutible. El último acto, que se desarrolla, a plena luz, entre unos caballitos de feria, no acaba de funcionar. No existe el umbrío jardín que facilita el engaño y el disfraz, algo básico en este punto de la ópera. El único espacio escénico del montaje es un gran salón modernista con delicados motivos florales en las paredes, en el que cambian los enseres. En la larga escena de los celos entre conde y condesa del segundo acto las acciones de los personajes van en contra de texto y música. El foso, gobernado por un concertador experimentado como Welser-Möst, suena bien engrasado y sostiene con viveza la trama, manteniendo la adecuada correspondencia, aunque la orquesta es casi siempre un poco seca y algo constreñida de respiraciones. Las voces se pliegan con entusiasmo a estos dictados. Nos gusta especialmente la condesa de Hartelius, una lírica consistente de excelente metal y ajustado fraseo. La fina Susanna de Janková es demasiado liviana de timbre, aunque delinea un personaje creíble, lo mismo que Schrott, en un Fígaro bien provisto y bastante sobrio, que abusa bastante de los sonidos de gola. Volle resulta en lo actoral un conde bien visto, pero en lo canoro está muy engolado y pronuncia mal el italiano. Muy sensual y simpático el Cherubino de Schmid. Borda su papel Chausson. Nada especialmente destacable en el resto. La propuesta para Don Giovanni de Francesca Zambello es más clásica, podríamos decir, pues se ajusta a los planteamientos, ya tradicionales, de situar la acción en un imaginario siglo XVIII. La regista exagera algunas tintas y viste al conquistador con las características de un auténtico rufián, pendenciero y cruel, que goza con la vil muerte del Comendador, cuyo cadáver besa tras haberse ensañado con él. Keenlyside, un barítono muy flexible —lo que debe ser el protagonista—, que ha perdido algo de fuelle y abusa de sonidos nasales, que dice hasta cierto punto bien el recitativo, sigue tales pautas casi con delectación. La escena está presidida por un decorado giratorio bastante feo de azulejos translúcidos y opacos. En lo alto de esa construcción, una Virgen Dolorosa con sus velas. ¿Alusión al entorno?; ¿la divinidad que vigila?; ¿un rasgo de piedad?; ¿un capricho inexplicable? Vaya usted a saber. Siempre hay poca luz. El convidado no es de piedra pero aparece aludido por un gigantesco guantelete de cetrería. Junto al buen trabajo general, aunque con limitaciones, de Keenlyside, hay que situar la excelente prestación de DiDonato, una mezzo muy lírica que canta con soltura y perfila adecuadamente la nada fácil aria Mi tradì quell’alma ingrata, aunque a su timbre le falte un poco del deseable tinte dramático. La Anna de Poplavskaya tiene entidad vocal y un timbre penetrante, pero no evita sonidos fijos y algunas estridencias en el agudo. Estupenda la Zerlina de Persson, una lírico-ligera bien dotada. Huye con fortuna del toque soubrette. Es un gusto escuchar en don Ottavio a un tenor de verdad como Vargas, no al acostumbrado tenorino. El mexicano ventila con profesionalidad, con algún apuro, la larga volata de Il mio tesoro, aria en la que incluye un inesperado adorno que lo lleva al la agudo. Tanto Ketelsen como Halfvarson y Gleadow poseen una emisión espuria, con frecuentes sonoridades guturales, y no cantan un buen italiano. El primero exhibe en Leporello una buena y oscura voz de barítono. El segundo, más recio y sombrío, está ya algo cascado y evidencia su acostumbrada debilidad en graves. El tercero, muy joven, posee un instrumento muy compacto que habrá de mejorar con el tiempo. Mackerras, que sabe lo que se trae entre manos, imprime unos tempi rapiditos sin perder la básica claridad de voces. Como es habitual en él se apoya mucho en los bajos de la orquesta, emplea trompetas naturales, que dotan de claridad a las texturas, y acentúa con vigor, a veces en exceso ásperamente. Es amigo de que los cantantes realicen apoyaturas y adornos; de ello, afortunadamente, nadie abusa. En el continuo de los recitativos secos emplea clave y chelo. Welser-Möst, en Bodas, usaba fortepiano. Arturo Reverter Dennis Russell Davies ADORABLE BYSTROUSKA musical: DENNIS RUSSELL DAVIES. Director de escena: ANDRÉ ENGEL. Director de vídeo: DON KENT. MEDICI ARTS 3078388 (Ferysa). 2008. DDD. N PN U JANÁCEK: La zorrita astuta. 74 ELENA TSALLAGOVÁ (La zorrita), JUKKA RASILAINEN (El Guardabosques), MICHÈLE LAGRANGE (Su esposa y El búho), HANNAH ESTHER MINUTILLO (El zorro), DAVID KUEBLER (El maestro), ROLAND BRACHT (El cura), PAUL GAY (Harasta, el furtivo). CORO Y TALLER LÍRICO DE LA ÓPERA NACIONAL DE PARÍS. ESCOLANÍA DE HAUTS-DE-SEINE. CORO DE NIÑOS Y ORQUESTA DE LA ÓPERA NACIONAL DE PARÍS. Director na producción muy reciente de la Ópera de París. París ya había visto Bystrouska en el Châtelet (en DVD, Mackerras, Arthaus, 1995), con puesta en escena de Hytner que se pudo ver en el Real en 1998. Estamos en octubre-noviembre de 2008, y en el bonus explica Mortier por qué ha elegido esta ópera para la Bastilla. Poco más de un mes después se presentaba en Madrid como futuro director artístico del Real. André Engel y la protagonista también explican sus puntos de vista, y el bonus sirve además para ver a los cantantes preparándose y maquillándose (un maquillaje complicado, desde luego). La joven soprano rusa Elena Tsallagova es todo un descubrimiento para el papel de la zorrita Bystrouska, pero ya tiene una amplia experiencia como mozartiana (Ilia, Susana, Despina), como straussiana (Sophie, y papeles secundarios en Capriccio y La mujer sin sombra) y en otros repertorios. Y no es sólo cómo canta y cómo construye el personaje, sino también cómo se mueve, con qué elegancia y exactitud, como si fuera lo más natural; estudió ballet, y se nota. Vocal y escénicamente, Tsallagova domina un reparto que es de muy alto nivel, como demuestran algunas escenas clave como la del corral y el gallinero, o como su última burla, ante el cazador furtivo. Hannan Esther Minutillo, en el Zorro, con ese gracioso atuendo de golfante (o de modernazo, quién sabe), con esas patillas, parece realmente un muchachote irresistible, y sus prestaciones vocales, aunque el papel es limitado en duración, son excelentes. Pero si el Zorro es la pareja de Bystrouska, el oponente de ésta es el Guardabosques, cuya manía y testarudez por la zorrita describe esta puesta en escena como una auténtica historia de amor. Jukka Rasilainen ha hecho todo Wagner (desde el Holandés hasta Amfortas, pasando por Wotan y Kurwenal), pero también papeles como Scarpia, Escamillo, Amonasro, Falstaff, Wozzeck, Jochanaan, Leporello, Pizarro, Jago, Nick Shadow… No era nuevo el año pasado en el papel del Guardabosques, ya lo había hecho en la Ópera de Dresde. Su construcción vocal y dramática es espléndida, y el personaje pasa de una idílica paz campestre a una comprensión de la gran pregunta de la naturaleza, pasando por toques de locura en su obsesión por encontrar a Bystrouska. Que para el Guarda, según Engel, representa la feminidad. Magnífico Rasilainen. En el amplísimo reparto habitado por los animalitos del bosque hay que mencionar el buen hacer de los cantantes 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 75 D D I SI CS O C O S S ESTUDIOS que asumen papeles humanos como Kuebler, Grach, Gay o Lagrange. El conjunto funciona perfectamente en cuanto a solistas y coro, del mismo modo que la orquesta demuestra estar en muy buena forma, con habituales solos o fragmentos de cámara. Como siempre en Janácek, la orquesta es protagonista, es exigente y resulta endiablada en cuanto a exposición general y en cuanto a detalles. Lo que vemos en escena es bello y muy alejado de la iconografía habitual para el mundo de los animales. La figurinista Elizabeth Neumuller ha conseguido un bello y sencillo desfile de modelos animalescos (suponemos que en colaboración y complicidad con André Engel), con sugerencias deliberadamente ingenuas, como para niños, como para adultos dispuestos a imaginar, sin ninguna tentación realista, pero con riqueza de colores y de sugerencias. Los decorados de Nicky Rieti son sencillos, pero abundan en detalles. Una vía de tren que acaso sugiera que estamos en un lugar o región cualquiera por donde otros pasan, mientras la vida sigue allí en su abundancia, riqueza, diversidad; pero también se trata de un elemento extraño a la trama, esto es, un signo ajeno e incluso agresivo en medio de la naturaleza desbordante de la ópera. Esa naturaleza es aquí un campo de girasoles en lugar del bosque. La puesta en escena de Engel es bella, sencilla y también con muchas pinceladas, una pequeña maravilla en la que cada animalillo y cada humano forma parte de un conjunto que es toda una coreografía. Es, como no podía ser menos en esta obra, un canto panteísta, y así lo reclama Engel en sus notas y en la entrevista del bonus. En su filmación, Don Kent realiza unas transiciones muy cinematográficas sobre los intermedios, con filmaciones en blanco o negro o viradas a amarillo y sepia de escenas anteriores, que motivan cada cuadro siguiente y le da mayor más sentido. Es una verdadera suerte poder acceder tan pronto, en DVD, a esta puesta en escena, que al parecer pasó por Internet al tiempo de su estreno. Es otra referencia excelente en formato visual de esta obra que ya cuenta con varias, incluida una realmente bella y algo abreviada en formato de dibujos animados (Nagano, Dunbar, Opus Arte) y la muy antigua de Felsenstein, con Václav Neumann de la Komische Oper (Inmortal). Además de la ya citada del Châtelet. Una sola pega para nosotros en esta Bystruska parisiense: los títulos son sólo en inglés, francés y alemán. Santiago Martín Bermúdez Richard Pittmann NUEVAS Y VIEJAS CARAS DE GLASS GLASS: In The Upper Room. Director: MICHAEL RIESMAN. ORANGE MOUNTAIN MUSIC OMM 0056 (Harmonia Mundi). 2009. 38’. DDD. N PN The Juniper Tree. JAYNE WEST (La Esposa), SANFORD SYLVAN (El Marido), LYNN TORGOVE (El Hijo/Pájaro Junípero), VALERIE WALTERS (La Madrastra), JANET BROWN (Hija de la Madrastra). THE JUNIPER TREE OPERA ORCHESTRA. Director: RICHARD PITTMANN. ORANGE MOUNTAIN MUSIC OMM 0057 (Harmonia Mundi). 2009. 74’. DDD. N PN A Portrait of Philip in Twelve Parts. VARIOS INTÉRPRETES. ORANGE MOUNTAIN MUSIC OMM 0054 (Harmonia Mundi). 2009. 71’. DDD. N PN O range Mountain Music no para. El objetivo prioritario del sello es ver toda la fonoteca glassiana publicada bajo su insignia, y en éstas anda, editando a diestro y siniestro, sin dar tregua a los seguidores del compositor neoyorquino. Lo mismo puede decirse del ritmo de su muy mediático pater familias, quien acaso, sintiéndose del todo acomplejado por su lentitud a la hora de componer (“escribo muy lentamente”, ha afirmado en varias ocasiones) haya optado por trabajar a cuatro, seis u ocho manos. Y es que no hay que llevarse a engaño: la consigna del emporio Glass —por mucho que se nos venda otro discurso—, ha sido la de convertir una estéti- ca en una industria, una operación de marketing pura y dura que tiene al personal de los estudios Looking Glass echando humo y sellando contratos a tumba abierta. De entre los últimos lanzamientos del “sello naranja” nos llega una oferta variada: una ópera, un ballet y una banda sonora. Sin duda, el más importante de ellos, al menos por su relevancia historiográfica, es la grabación íntegra —y enteramente acústica— del ballet, otrora sin título, In The Upper Room (1986), de cuyo programa en nueve movimientos sólo conocíamos hasta el momento —discografía mediante— una selección de cinco números grabada en el conocido Dance Pieces. Escrito originalmente para una formación acústica de cámara (cuerda, trío de metales y percusión) y concebido para ser reproducido —originalmente— en los diferentes pases del Saratoga Arts Center Little Theater, aunque finalmente adensado con texturas electrónicas (la versión que recala en el registro Sony), In The Upper Room es una de esas obras glassianas de los 80 que se benefician del ensanchamiento estético de su lenguaje (elevación del sentimiento sobre el concepto, de la melodía sobre el procedimiento constructivo) tras la gresca contracultural y bohemia de la década anterior; lamentablemente no estamos ante una ampliación de esa metamorfosis (a diferencia de las vecinas Com- pany o Koyanisquatsi), sino de una insípido afianzamiento de sus características sistémicas. Puede que su elementalidad, en todo caso, se deba al hecho de que Glass —por honestidad o pereza— centre y concentre los esfuerzos en la pura especificidad coreográfica del género —esto es, en la sustancia rítmica, puramente propalante—, de lo cual resulta una composición formulaica sin destacables invenciones. Sólo en los dos últimos movimientos (Dance VIII y Dance XI), y contra todo pronóstico, se rompe la paraplejia melódica con un material distintivo —un tema en los violines sobre una inspirada célula interválica en el VIII y una vocalise para soprano en el IX— que no le bailan el agua a una obra castrada por su elementalidad y cerrada sobre su disposición pulsátil. En otro nivel, en todos los aspectos, está la ópera infantil The Juniper Tree (1985), escrita al alimón por Glass y Robert Moran a partir de un libreto de Arthur Yorinks basado en el cuento de los hermanos Grimm. Glass se encarga de unos fragmentos y Moran de otros; pero éste, curiosamente, no propone su aportación como una extensión del lenguaje glassiano —de hecho, su estética nada tiene de minimalista—, sino que abunda en sus propios —y conservadores— convencimientos. Esta amalgama, que a priori podría engendrar una obra inconsistente —no es fácil calzar en una misma obra, y menos si se trata en una ópera, lenguajes disímiles— no resulta en absoluto desatinada; los compositores solucionan sus diferencias de estilo atándolo todo en una tonalidad compartida, de la cual emanan los diferentes temas y motivos. Por otro lado, la música de Glass gana 75 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 76 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES siempre con la presencia de líneas vocales —cosas de la metafísica repetitiva— y aunque no sea ésta una obra de hallazgos, de proezas líricas (despunta, con todo, el aria maravillosa de Bird Song) posee un considerable interés al margen del atractivo del canto glassiano, lleno de sugerencias épicas. Destaca en ella una esforzada escritura orquestal recorrida por inspirados apuntes contrapuntísticos, que refulgen especialmente en las partes para metal, así como una lograda sinergia entre el universo ornitológico del libreto y la estructura silábica de la lírica glassiana (elocuentes son las primeras líneas vocales del libreto —la de soprano y barítono—, que titilan con el fraseo y los ornamentos fonéticos). Los cantantes, a quienes no se les exigen grandes exhibiciones ni facultades, salvo por lo que respecta a los rápidos pasajes silábicos, poseen unas bellas voces y solventan las durezas del lenguaje glassiano —que a menudo son una simple cuestión de fiato— con expresividad y bonhomía. Una obra, en conjunto, más que digna. Por último, hay que comentar la banda sonora del documental que el cineasta australiano Scott Hicks (Shine, Mientras nieva sobre los cedros) rodó hace un par de años sobre el compositor — aún pendiente de estreno en nuestro país— y en el cual, con una cámara al hombro, se le sigue en sus andanzas y quehaceres familiares y profesionales con una aparente intención desmitificadora. Como era de esperar, la banda musical —incidental, la diegética está justificada— de la película está jalonada por una selección de piezas del repertorio glassiano extraídas de grabaciones oficiales, de acuerdo con la fastidiosa convención cinematográfica del biopic musical, que desde los años cuarenta no conoce otra solución de secundar la narrativa —se trate de ficción, docudrama, o documental— con las propias elaboraciones musicales del biografiado para, aunque sea por analogía lógica, espesar el retrato. En cualquier caso, poco interés puede tener este recopilatorio para cualquiera que haya tenido un cierto contacto con la obra del compositor neoyorquino; está claro que una selección como la presente depende enteramente del contenido y del montaje de la película, y no puede exigírsele representatividad ni coherencia (de las cuales adolece) a la hora de resumir o inventariar la trayectoria del compositor —no es éste el fin, ni tiene por qué serlo—, si bien el programa toca todos los palos (ópera, obras a solo, música sinfónica, repertorio cinematográfico) a la par que plantea una audición agradable, bien equilibrada y aglutinadora de piezas tan soberbias como el Primer Movimiento de la Octava Sinfonía, el Aria de Einstein of the Beach o el número Floe del álbum Glassworks. Por lo que respecta al resto del programa —una selección más que discreta del catálogo glassiano— bien podrían haberse escogido otras piezas para engrosar el minutaje, que el resultado final no habría supuesto una gran diferencia. Un disco, en resumen, sólo recomendable para fetichistas o coleccionistas irredentos. David Rodríguez Cerdán Audite FURTWÄNGLER DEFINITIVO C 76 on la competencia técnica habitual del sello alemán Audite, nos llegan ahora las grabaciones que Furtwängler y su orquesta berlinesa hicieron en la capital alemana durante los años comprendidos entre el final de la segunda guerra y el fallecimiento del director. Fueron doce conciertos registrados entre 1947 y 1954 por la RIAS, la radio de los Aliados en Berlín financiada por los americanos (RIAS es el acrónimo de Radio in the American Sector), y ahora remasterizados por primera vez procedentes de las cintas originales por los técnicos de la Deutschlandradio con el mejor de los niveles posibles de calidad. En el libreto de este álbum, Rüdiger Albrecht, el editor responsable de estos importantes documentos, nos cuenta la historia y características de estas grabaciones, así como su actualización técnica para los oyentes de hoy, y en el mismo cuadernillo Habakuk Traber nos ilustra en un interesantísimo artículo sobre el último período artístico de Furtwängler (alemán y traducción inglesa). Ahí remitimos a los interesados en estas cuestiones, que quedarán debidamente informados sobre estos dos aspectos fundamentales de los registros que se comentan. Por lo que respecta a los conciertos (de los que faltan algunas cosas que sin embargo el sello francés Tahra ha publicado, por ejemplo el stravinskiano Beso del hada, o los Valses nobles y sentimentales de Ravel, o las Sinfonías Séptima y Octava de Beethoven que Furtwängler dirigió a los berlineses en 1953, aunque es posible que estas interpretaciones fuesen grabadas por otras radios como la SFB, la Sender Freies Berlin, por eso esta información hay que tomársela con las debidas cautelas), como decíamos, de todos estos conciertos ya hemos hablado en numerosas ocasiones en SCHERZO, incluido el Concierto de Fortner publicado en su momento por MDG (Dabringhaus und Grimm), por lo que ahora sólo reseñaremos en una breve cita algunas de las recreaciones furtwänglerianas más significativas contenidas en este álbum. De Beethoven encontramos dos Heroicas (1950 y 1952), dos Quintas y dos Pastorales (1947 y 1954), además del Concierto de violín (con Menuhin, 1947), recreaciones alabadas hasta la saciedad desde estas páginas. De Brahms, dos magníficas Terceras (1949 y 1954, creo recordar que Furtwängler decía que por fin había encontrado en la interpretación de esta obra el equi- librio perfecto entre música de cámara y música sinfónica), una intensa, lírica y trágica Cuarta (1948), y las profundas y paladeadas Variaciones Haydn (1950). De Bruckner, una imponente Octava (edición Haas, 1949). De Schubert, nadie como Furtwängler para esta música, dos Incompletas (1948 y 1953), la obertura de Rosamunda (1953) y la Grande (1953). De Schumann una alucinada obertura de Manfred (1949). De Wagner, páginas orquestales de Maestros cantores (Preludio I, 1949), Ocaso (Marcha fúnebre, 1949) y Tristan (Preludio I y Muerte de amor de Isolda, 1954). Y en fin, otras obras de Hindemith, Blacher y Fortner, por no hablar de las recreaciones románticas de Bach, Haendel y Gluck, cuyas intensísimas aunque discutibles aproximaciones para los oyentes de hoy no dejarán de causar bien evidente placer o bien argumentos para la polémica. Además, el bonus CD incluido en el álbum nos informa sobre Furtwängler y el arte de la interpretación, un coloquio celebrado en la Escuela Superior de Música de Berlín en el que Werner Egk y sus estudiantes dialogan con Furtwängler sobre múltiples cuestiones (algunas de ellas: criterios para la elección de cantantes, el tempo musical, la obertura de WILHELM FURTWÄNGLER, LAS GRABACIONES COMPLETAS DE LA RIAS. Obras de Bach, Beethoven, Blacher, Brahms, Bruckner, Fortner, Gluck, Haendel, Hindemith, Mendelssohn, Schubert, Schumann, Strauss, Wagner y Weber. YEHUDI MENUHIN Y GERHARD TASCHNER, violín. FILARMÓNICA DE BERLÍN. 13 CD AUDITE 21.403 (Diverdi). 1947-1954. 938’. ADD/Mono. H PE La flauta mágica, inteligencia musical, pausas generales en las obras de Bruckner, principios de la sinfonía, el futuro de la música, música emocional, volumen de sonido y tamaño de las salas de concierto, acústica en las salas de concierto y en los teatros de ópera, la elección de papeles wagnerianos, el arte del acompañamiento y otros muchos 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 77 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES temas —obviamente, todos los diálogos están en alemán y no hay traducción inglesa en el libreto). En suma, reediciones definitivas de todos estos conciertos dados por Furtwängler en Berlín entre 1947 y 1954 grabados por la RIAS y reprocesados excelentemente por la Deutschlandradio. Documento histórico de valor inestimable con un precio de salida al mercado muy razonable (56 euros en la página de Diverdi en internet) recomendable para todo el mundo. Sólo hay una pequeña pega, y es que la fotografía de la portada del álbum ha sido retocada bas- tante chapuceramente y el pobre Furtwängler parece Rafael el Gallo o si nos apuran un poco Curro Jiménez (un amigo catalán me comenta que los patillones que le han puesto a Furti podrían ser similares a los que luce Puigcercós, de ERC, aunque jamás habría caído tan bajo el teutón ni escalado tan alto el ilustre prócer de Esquerra Republicana). En fin, un feo detalle impropio de un sello como Audite que a pesar de todo no estropea para nada la sublime calidad musical de este álbum imprescindible. la vulgaridad y Marcello Curtis acerca el Podestà a una entidad de ópera bufa a la italiana. Alfredo Simonetto no pasa de dar una lectura de digna rutina y entre los cantantes de apoyo figuran profesionales bien conocidos como Nestore Catalani, Mario Carlin o Walter Artioli, dando a la partitura massenetiana un inconfundible sabor mediterráneo. Lanfranchi tuvo una carrera televisiva m á s fecunda que la de D’Anza, llegando incluso a estrenar en cines una bonita Traviata protagonizada por la que era entonces su esposa, la sensual Anna Moffo. Su Cavalleria (IMM 960024) ya desde la introducción instrumental, evidencia que su relato está planteado desde un punto de vista muy cinematográfico, un clima que se extiende también a la dirección de actores quienes responden con más o menos eficacia a las detalladas directrices del regista. Algunas puntuales exageraciones en obra de esta índole casi hasta parecen bienvenidas. La imagen es bastante más nítida que en la edición anterior, en un tono sepia que parece adecuarse al documento, y musicalmente pueden disfrutarse la digna dirección de Arturo Basile manejando con pericia a un equipo vocal creíble, incluso por la parte física. Carla Gavazzi, activa en las emisoras de la RAI entre 1948 y 1957 dejó algunos otros testimonios interesantes (mejor Minnie o Nedda que, por ejemplo, la Lecouvreur). Su Santuzza está bien fraseada y cantada aportando un físico muy oportuno. El Turiddu de Mario Ortica, a quien luego encontraremos en disco como el Arrigo verdiano junto a la Cerquetti y Chistoff, es el de un tenor de esencias más bien líricas que suple las necesidades más enérgicas del personaje con la veracidad de sus intenciones. Giuseppe Valdengo es un auténtico lujo para el casi episódico Alfio. A destacar también la Mamma Lucia de Maria Amadini, voz de contralto algo por encima de otras colegas a las que suele distribuirse este papel, y la creíble, visualmente hablando, Lola de Rosita Gilardi. En general, si la situamos en el tiempo de su realización y pensamos en el medio para el que fue ideada, resulta una muy disfrutable filmación de Cavalleria que puede competir con las posteriores, con medios mejores y concepción más moderna, de StrehlerKarajan (1968) y Zeffirelli-Prêtre (1982). Las dos obras no vienen subtituladas. El cine italiano, no podía ser otro, pronto tuvo en cuenta el enorme caudal de posibilidades facilitado por su popular repertorio lírico. No sólo muchas películas italianas de cierto periodo creativo deben mucha de su estética a la ópera, y hay que recordar aquí a Carmine Gallone, sino que son abundantes los filmes dedicados a compositores o cantantes italianos y de nuevo se impone como su máximo representante aquel director italiano que entre 1939 y 1962 filmó no menos de dos docenas de títulos directa o indirectamente relacionados con el género operístico. Pero fue en los años cincuenta del pasado siglo cuando se concretaron Enrique Pérez Adrián Immortal IMÁGENES DEL PASADO L a RAI, o sea la Radio Italiana, funcionó primero como EIAR, durante alrededor de medio siglo, entre 1931 y 1980, ofreciendo interpretaciones operísticas, en directo o diferido, a través de tres centros principales de difusión (Milán, Turín y Nápoles). Títulos de repertorio o raros, a veces estrenos, consiguiendo reunir en tan largo periodo de actividad una documentación de altísimo nivel, tanto por las obras programadas como por los intérpretes convocados. Numerosas de esas sesiones han logrado superar el paso del tiempo o la desidia funcionarial y primero el LP y luego el CD se han hecho eco de las mismas. A partir de 1954 esta difusión lírica pasó a un medio entonces en ciernes, la televisión, y si el dato no es erróneo parece ser que fue un Barbero de Sevilla rossiniano, dirigido musicalmente por Giulini y escénicamente por Franco Enríquez, el título que abrió la marcha en abril de aquel año. Una labor tan pionera como única en la historia de la televisión, adelantándose a las producciones que en los años sesenta y setenta Rolf Liebermann y Joachim Hess realizarán basándose en varios montajes de la Ópera de Hamburgo donde el primero de los dos era director y también a la serie de tomas televisivas de la BBC inglesa de algunas obras de Britten, actualmente publicadas en DVD tanto aquéllas como éstas. Volviendo a la RAI, tras publicarse en soporte vídeo he aquí dos de estas veladas retom a d a s por el DVD (distribuidos por Diver- di), tales son el Werther de abril de 1955 y la Cavalleria rusticana de julio de 1956, dirigidas para TV respectivamente, ambas en Milán, por Daniele D’Anza y Mario Lanfranchi. Producciones lógicamente en blanco y negro que reflejan con férrea fidelidad el contenido de las obras y, si tanto decorados como actores resultan un tanto acartonados y rígidos, la ópera aparece contada con enorme claridad y eficacia. Las imágenes no siempre comparten esa nitidez narrativa, pero el producto esta destinado a un público muy concreto que ya sabe lo que va a encontrar en él. Sobre todo un testimonio de cómo se cantaba la ópera en el pasado más inmediato, aparte de reencontrarse o descubrir por fin el rostro de algunos cantantes hasta entonces sólo accesibles auditivamente. Werther (Immortal IMM 960023), ofrecido en italiano como era habitual en la época (en la presentación hasta se italianiza el nombre del compositor, Giulio), consigue enganchar por la presencia como Carlotta de una bien joven Leyla Gencer, ya soberbia actriz y cantante camaleónica, quien se erige en el mayor atractivo de la publicación (la turca cuatro años después seguía empeñada en el personaje, tal como testifica una lectura escénica en Trieste, pirateada por el disco). No es que su Carlotta sea de referencia, ni que se acerque al ideal, pero la personalidad de la artista impone una atenta escucha y, como consecuencia, un disfrute subsiguiente sobre todo para los muchos fans de la soprano. Juan Oncina acierta en algunos matices incapaz de dar una visión global del personaje; el Alberto de Enzo Sordello destaca sólo por el buen material vocal empleado; la Sofia de Sandra Ballerini se mueve entre la cursilería y 77 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 78 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES algunos especiales proyectos entre los que destaca por su gran difusión la Aida de Clemente Fracassi (IMM 960023). Fracassi, quien dos años después filmaría Andrea Chénier (con la bellísima Antonella Lualdi, Raf Vallone y Michel Auclair) contó para la banda sonora con un equipo de nivel (Tebaldi, Stignani, Campora, Bechi y Neri con la Ópera de Roma y el funcional Giuseppe Morelli) y, para la parte actoral, con el Radamès de Luciano Della Marra, un delicado gua- peras pronto hundido en el anonimato, beneficiándose asimismo de dos actrices con espléndida trayectoria posterior. Aunque luego la más conocida sería Sophia Loren (Aida), de físico entonces un tanto opulento, no hay que desdeñar la carrera de la inglesa, la también muy bella además de elegante Lois Maxwell (Amneris), durante años la socarrona secretaria de “M” en muchas películas de James Bond. Curiosamente, Amonasro está actuado por un baríto- no, Afro Poli, que pone cara y cuerpo a la voz de otro barítono, Gino Bechi y otro cantante, ahora el bajo Antonio Cassinelli, hace lo propio con el malogrado Giulio Neri, El Rey de Egipto, al contrario, está representado y cantado por la misma persona, Enrico Formichi. Esta Aida, reducida temporalmente para poder ser exhibida en cines (92 minutos, o sea casi una hora menos de su duración normal), aparte de sus indudables valores musicales, tiene un irresistible encan- to kitsch. Por el sistema technicolor, la ambientación, el vestuario, el maquillaje, el improvisado narrador, la narración en sí, todo integrado en un espectáculo muy en plan peplum. En eso está, pues, su especial atractivo, además de, claro está, por su protagonista, de físico algo montaraz, muy lejos de su más sofisticada imagen posterior, pero de enorme presencia y fuerza. Los subtítulos, sólo en inglés. Fernando Fraga Hänssler EDICIÓN FESTIVAL DE SCHWETZINGEN L 78 a Radio de Stuttgart SWR y el sello Hänssler nos traen los tres primeros volúmenes de una serie (Schwetzinger Festspiele) que promete infinitos tesoros procedentes de las más de 550 retransmisiones fonográficas que la SWR hizo de este Festival de Schwetzingen desde que se inauguró a principios de la década de los cincuenta hasta nuestros días, un proyecto ambicioso que si logra consolidar sus grabaciones (ya se sabe que se empieza con mucho entusiasmo y después todo está sujeto a las implacables leyes del mercado), puede ser uno de los testimonios culturales y musicales más importantes dentro de las retransmisiones radiofónicas, similar al que está haciendo Orfeo con el Festival de Salzburgo o con las grabaciones de la Radiodifusión bávara. Todos los conciertos grabados se celebraron en el Castillo de Schwetzingen, en un agradable paraje cercano a Heidelberg. Los tres primeros volúmenes están protagonizados por Claudio Arrau, el dúo Gidon Kremer-Oleg Maisenberg, y Fritz Wunderlich respectivamente. Vayamos a por ellos. Claudio Arrau. Dos recitales del gran pianista chil e n o dados en 1963 y 1973 con obras de Beethoven y Brahms forman este doble álbum (2 CDs 93703). El primer recital estaba compuesto por el Rondó op. 51 de Beethoven, la Sonata op. 101 del mismo autor y las Variaciones Haendel de Brahms. El segundo, íntegramente dedicado a Beethoven, lo conformaban las Sonatas op. 10, nº 3 y Op. 57. Dos recitales extrañamente breves si tenemos en cuenta los kilométricos programas de Arrau en muchos de sus conciertos, aunque cabe la posibilidad de que no se hayan incluido todas las obras tocadas para no incrementar el número de discos. El sonido es aceptable, sin el brillo especial que tienen sus grabaciones de estudio en Philips y con un piano que da la sensación de cierta vetustez, pero que no supondrá ningún problema para el oyente experimentado. Y las interpretaciones, como siempre, marca de la casa: sonoridad muy bella de calidad y muy bien graduada en la dinámica, ejecuciones sólidas y técnicamente rozando la perfección, fraseo cuidado y romántico (magníficas Variaciones de Brahms en las que todo canta, cual si Arrau fuese un inspirado poeta, incluso más profundo y expresivo que el imbatible en esta música: Julius Katchen). En fin, dos recitales debidos a uno de los mejores pianistas beethovenianos y brahmsianos del siglo XX, dos documentos especialmente indicados para conocedores, aunque cualquier público disfrutará con ellos. Gidon KremerOleg Maisenberg, recital de violín y piano en el Festival de Schwetzingen de 1977. Obras de Prokofiev (Sonata nº 1, op. 80), Schubert (Rondó, D. 895), Webern (4 Piezas, pp. 7) y Beethoven (Sonata nº 10, op. 96), completando el concierto un Allegro grazioso de Kreisler de propina (CD 98.702). En la actualidad el virtuoso originario de Riga es uno de los violinistas más famosos y apreciados del orbe, pero en el año de este recital, con 30 años y unas condiciones artísticas y técnicas deslumbrantes, todavía era conocido solamente en círculos restringidos a pesar de haber ganado en Moscú con solo 23 años el Concurso Chaikovski de 1970. Oleg Maisenberg, originario de Odessa, también es un notable músico que asimismo, como Kremer, tuvo que emigrar a Occidente en circunstancias difíciles. En la segunda mitad de la década de los 70, Kremer y Maisenberg intentaron hacer música juntos como dúo fuera de la URSS, pero, como siempre, sufrieron toda clase de impedimentos, restricciones y limitaciones financieras. En 1977, Kremer logró intervenir por primera vez en la Schubertiada de Voralberg, y poco después en el Festival de Schwetzingen con Oleg Maissenberg, cuyo recital es el que ahora comentamos. Sensacional la versión de Prokofiev, meditativa, violenta, poética y exaltada, siguiendo a pies juntillas el espíritu de sus cuatro movimientos. Igual cabría predicar del expresivo Schubert o de la perfectamente construida última Sonata de Beethoven para violín y piano. Depuradísimo y controlado ejercicio estilístico el de las Piezas de Webern. Memorable recital, en suma, muy recomendable para cualquier público. Buen sonido y acertados comentarios (alemán e inglés). Fritz Wunderlich-Hubert Giesen, Liederabend, Festival de 1965 (93.701). Un breve recorrido por el Lied alemán a cargo de una de las más bellas voces de tenor de todos los tiempos, el malogrado Fritz Wunderlich, que falleció en trágicas circunstancias el 16 de septiembre de 1966, diez días antes de su trigésimo sexto cumpleaños (la versión oficial es que cayó por una escalera; otros dicen que fue la ruleta rusa, siguiendo la estela del suicidio de su padre cuando el joven Fritz contaba solamente cinco años de edad). El precioso recital que aquí nos llega, Amor de poeta, de Schumann; tres Lieder de Beethoven y seis de Schubert, es un cúmulo de emociones, colorido, matices, bellísimo timbre y total naturalidad que enamorará a cualquier amante de la canción de cámara, aunque Wunderlich no se libró en sus recitales de ciertos reproches de ingenuidad y de no pasar de la superficie expresiva. En opinión del firmante, en pocas ocasiones como aquí podrán disfrutar de una voz tan bella como ésta. Hagan la prueba y desde luego que no se arrepentirán. Por tanto, los tres primeros documentos sonoros procedentes del Festival de Schwetzingen nos llegan en magníficas condiciones de la mano de Hänssler Classic. Los tres son sobresalientes, aunque el sonido de Arrau no esté tan conseguido como el de sus grabaciones oficiales en Philips. A juicio del firmante, Kremer y Wunderlich, imprescindibles. Enrique Pérez Adrián 244-Pliego 5:Actualidad de Discos 24/07/09 15:59 Página 79 D D I SI CS O C O S S REEDICIONES Gala LAS GRANDES VOCES DEL PASADO C ontinuando con su importante labor de la recuperación de las voces del pasado, Gala (distribuidor: Diverdi) nos presenta tres ejemplos muy significativos. El primero es La Gioconda, de Ponchielli (GL 100.637) procedente de una representación en el Metropolitan neoyorquino, del 3 de enero de 1953, con un brillante reparto donde se alternan cantantes americanos e italianos. La protagonista está a cargo de Zinka Milanov, soprano que hizo prácticamente su carrera en Estados Unidos y que nos ha dado varias versiones de la desgraciada Gioconda, pero yo diría que la que nos ocupa es una de las más conseguidas, si no la mejor, ya que sabe destacar por la belleza de su voz, por su visión del personaje, por la transparencia de su lirismo y por la fuerza de su dramatismo, con una interpretación modélica. A su lado Leonard Warren es el impactante barítono que es capaz de identificarse totalmente con el personaje, con su fraseo espectacular, donde da vida al corrosivo Barnaba, expresando el deseo, el odio y la venganza de una forma muy profundizada. Fedora Barbieri sobresale por la rotundidad de su voz, por la entereza que imprime a Laura, remarcando el miedo por la situación, pero también la fuerza de su amor en un impresionante dúo o la alegría por reencontrar a Enzo, mientras que su esposo esta a cargo del gran Cesare Siepi, que refleja el carácter altivo de Alvise, con unos medios brillantes y a la vez refinados. Kurt Baum, que da vida a Enzo, es un tenor de buena voz y seguro registro agudo, aunque su fraseo queda algo lineal, completando el reparto Jean Madeira en una Cieca de gran humanidad, dirigidos por Fausto Cleva, con su habitual profesionalidad. Como bonus hay una selección de la misma obra y lugar, de 1945, donde es posible oír a un Leonard Warren, brillante en lo vocal, expresivo en un personaje que años más tarde había madurado aún más, acompañado por Stella Roman, Bruna Castagna, Margaret Harshaw, Frederick Jagel y Nicola Moscona, en una versión correcta, dirigida por Emil Cooper. Anton Dermota (GL 100812) era uno de los grandes cantantes mozartianos de su generación; había nacido en Eslovenia, pero fue vienés de adopción desde su debut en 1936. Su carrera fue muy larga y su última actuación fue a los 72 años, con un rol tan difícil como el Tamino de Die Zauberflöte. Su voz quizá no era espectacular en una primera impresión, como pude comprobar en vivo en sus prestaciones liceístas de Die Entführung aus dem serail y Martha, pero en seguida impactaba por su organizada técnica, que le permitía medias voces, reguladores y asegurar la zona de paso y con un fraseo que emanaba pureza de estilo, elegancia y una capacidad de identificación que emocionaba. Este álbum permite comprobar su amplia gama de posibilidades y su evolución, ya que los primeros registros son de 1941 y alcanzan hasta 1950, época de su plena madurez. Dermota cantó, además de Mozart, un amplio repertorio, como se puede comprobar en esta selección, desde la delicadeza en Falstaff, a la intensidad de El príncipe Igor, siendo emblemáticas sus varias intervenciones en La novia vendida, de Smetana o su clara visión del cantante italiano en Der Rosenkavalier. Paradójicamente sólo hay una obra mozartiana, con una muestra impecable de las arias de Don Giovanni, cantadas en alemán. Se incluyen además fragmentos de óperas y operetas de autores centroeuropeos, donde su forma de interpretar es de una calidad suprema y también obras del repertorio italiano, en cuyas interpretaciones llenas de musicalidad, pero donde la estructura de su voz es más válida para Arlequín que para Canio en Pagliacci. El tenor fue también un impecable liederista y por tanto en unos discos de estas características, no podía faltar, como se demuestra en las lecciones de canto que son sus interpretaciones de canciones de Schumann, Wolf y Richard Strauss. L a última propuesta se refiere a Bernd Aldenhoff, ( G L 100.807) una de las voces de tenor wagneriano más penetrantes y brillantes que he oído, con un registro agudo espectacular, como pude comprobar en la magnifica versión de Götterdämmerung en el Liceu en 1957, dos años antes de su prematura muerte, con la excelsa Astrid Varnay y aún recuerdo el impacto de su timbre. Fue el Siegfried habitual en Bayreuth entre 1951 y 1957, además de cantar en muchos teatros alemanes. Su técnica era segura, pero su expresividad era algo lineal, y sus interpretaciones quedaban espectaculares vocalmente, pero algo limitadas de intención. Este álbum incluye grabaciones del periodo de Bayreuth y quizá el disco no hace justicia al carácter impactante de su voz, pero podemos oír sus versiones de Die Walküre, con Helena Braun, Götterdämmerung, Rienzi, Tannhäuser y Lohengrin, dirigidas por Hans Knappertsbusch y Parsifal, donde muestra las características antes descritas. Se incluyen además obras poco conocidas como la interesante ópera Don Juan de Mañara de Henri Tomasi, con André Cluytens al podio y unos Lieder con orquesta de HansHendrik Wehding, partituras en las que muestra su fuerza y su canto extrovertido. Albert Vilardell 79 244-DISCOS:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:03 Página 80 D D I SI CS O C O S S CRÍTICAS de la A a la Z DISCOS ABEL-BACH Paolo Pandolfo INTEMPORAL ABEL: Manuscrito Drexel. PAOLO PANDOLFO, viola da gamba. GLOSSA GCD 920410 (Diverdi). 2008. 79’. DDD. N PN P roveniente de los fondos musicales de la biblioteca del famoso pintor británico Thomas Gainsborough, el Manuscrito Drexel incluye 29 piezas numeradas para viola debidas al último gran gambista del siglo XVIII (los hubo posteriores, pero no tan importantes), Carl Friedrich Abel (17231787), buen amigo de Gainsborough y de los Bach, pues fue alumno de Johann Sebastian, que había sido compañero de su padre en Cöthen, y socio de Johann Christian en los primeros conciertos públicos de abono de la historia, que los dos músicos pusieron en marcha en Londres en 1764. El manuscrito es de fecha imprecisa, aunque todas las obras parecen datar de la larga estancia londinense del compositor, de 1752 ALBÉNIZ: Obras para piano. Vol. 3. Seis danzas españolas op. 37. Seis pequeños valses op. 25. Seis mazurkas de salón op. 66. GUILLERMO GONZÁLEZ, piano. NAXOS 8.572196 (Ferysa). 2008. 70’. DDD. N PE D espués de un largo tiempo transcurrido entre la aparición de un primer volumen en 1996 (una Iberia sensacional) que no parecía serlo y un segundo que ya asumía su condición de parte de una integral, entre a 1782. Es música muy moderna, sin apenas rastros de la escritura barroca, aunque las enseñanzas de Bach aparezcan por ejemplo en una fuga soberbia; sin embargo, los Adagios, alguno ya muy conocido, apuntan al expresivo estilo empfindsamer, y otras piezas son de carácter plenamente clásico. Hay también preludios de carácter improvisado, un par de arias, una de ellas con variaciones y diferentes diseños danzables (especialmente, minuetos). Paolo Pandolfo ha grabado todas estas piezas (salvo la nº 16, seis simples compases que parecen el esbozo de alguna improvisación), recurriendo a la tradicional ordenación en suites, la más venerable y reconocible forma utilizada por los cultivadores del instrumento durante siglos, lo cual no deja de ser una mera anécdota en un trabajo que está dominado por el estilo característico y bien conocido del gran gambista italiano: sonido de extreese segundo y el tercero que presentamos hoy ha pasado mucho menos tiempo (menos de un año) y la edición de Naxos de las obras para piano de Albéniz por Guillermo González ya va siendo una realidad, de modo que pronto, sin duda, llegarán un cuarto, un quinto, etcétera. En este volumen tenemos al Albéniz más amable y ligero, al compositor de música de salón que poco o nada tiene que ver con el de las grandes obras, que por supuesto está a años luz del genio que escribió Iberia. Se trata de composiciones juveniles realizadas probablemente (si no todas, sí la mayoría) para satisfa- ma delicadeza, con una extraordinaria riqueza de matices, en especial en las dinámicas más leves, que a menudo rondan el silencio; una insinuante variedad de colores tornasolados, en un juego muy intenso con las posibilidades tímbricas de la viola; imaginativa ornamentación y fraseo flexible y relajado, con algunos momentos de suspensión del ánimo, casi de raptos místicos, que terminan por situar esta música en una especie de intemporalidad que acentúan su acuciante modernidad. Pablo J. Vayón cer demandas de la burguesía y a la vez para ganar con ellas algún dinero. Las dedicatorias, siempre femeninas con alguna rara excepción, no dejan lugar a dudas acerca del carácter de música de circunstancias que tienen y de la motivación más económica que artística que llevó a Albéniz a crearlas, ya que los editores buscaban proveer de repertorio “accesible” a las señoritas de la burguesía que tocaban el piano en casa ante las visitas. Evidentemente, Albéniz no podía dejar de ser él mismo y advertimos, sobre todo en las Seis mazurkas de salón, detalles de interés, sobre todo en lo armónico y en un contexto que, TIPO DE GRABACIÓN DISCOGRÁFICA N H R Novedad absoluta que nunca antes fue editada en disco o cualquier otro soporte de audio o vídeo Es una novedad pero se trata de una grabación histórica, que generalmente ha sido tomada de un concierto en vivo o procede de archivos de radio Se trata de grabaciones que ya han estado disponibles en el mercado internacional en algún tipo desoporte de audio o de vídeo: 78 r. p. m., vinilo, disco compacto, vídeo o disco video digital PRECIO DE VENTA AL PÚBLICO DEL DISCO PN Precio normal: cuando el disco cuesta más de 15 € PM Precio medio: el disco cuesta entre 7,35 y 15 € PE Precio económico: el precio es menor de 7,35 € 80 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 81 D D I SI CS O C O S S ABEL-BACH en este sentido, es a menudo muy previsible. Guillermo González, magnífico como siempre, se toma muy en serio la interpretación de este repertorio casi irrelevante pero de innegable encanto ya que como parte de la integral en curso aporta un mayor conocimiento de la personalidad de Albéniz. Elegante y cantable, González nos brinda unas versiones inmejorables, sin caer en el almibaramiento y elevando estas piezas modestas más allá del salón e intentando vincularlas con el romanticismo de Chopin y Schumann con quienes tienen evidentes puntos de contacto. Josep Pascual punto en las fugas y una expresión trabajadamente espontánea también en los preludios. De esta forma el intérprete consigue unas interpretaciones personales basadas en el equilibrio musical a través de una sensibilidad totalmente avezada al universo barroco, donde la singularidad está presente y por lo tanto su valía está asegurada. La ductilidad de los estados anímicos en estas versiones es innegable, ya que el clavecinista alterna tempi intencionadamente lentos (e introspectivos) con los de más agilidad y extroversión. Se trata pues de unos Preludios y fugas tocados con una sensibilidad singular cuyo principal valor es este, además de lo dicho. Emili Blasco BACH: El clave bien temperado. PIETERJAN BELDER, clave. BACH: BRILLIANT 93892 (Cat Music). 2008. 269’. DDD. N PE 6 Suites para violonchelo. TATIANA VASSILIEVA, violonchelo. E ste reputado clavecinista, al que parece que no hay compositor barroco que se le resista (pues ha grabado además de muchísima obra del mismo Bach, sonatas de Corelli y del padre Antonio Soler, al mismo tiempo que partituras de Purcell, Telemann, y está preparando la integral de la obra para tecla de Rameau) acaba de ofrecer una nueva versión de los Preludios y fugas de Johann Sebastian Bach. De entrada uno se cuestiona la necesidad de tal grabación, teniendo en cuenta las múltiples versiones ya existentes, algunas de ellas verdaderamente inolvidables. La conclusión es que si ha de ser una interpretación que aporte algo nuevo (teniendo en cuenta que esto sea realmente posible), bienvenida sea. El caso es que Pieter-Jan Belder no defrauda en su enfoque y ofrece un Bach rico en ideas y realizaciones, un Bach que ahonda sin reparos en el mundo de la articulación y la ornamentación y que se construye sólidamente través de un rigor inapelable. Belder sabe lo que se tiene entre manos y firma unas versiones llenas de humanidad y consecuencia, unas interpretaciones que combinan la disciplina con la libertad retórica. Utiliza dos instrumentos, uno para cada volumen, y en ambos casos el sonido de estos es carnoso y transmisor de los valores que precisamente el solista ilustra en sus versiones; estos son la preponderancia exigente del contra- 2 CD MIRARE MIR 086 (Harmonia Mundi). 2008? 143’. DDD. N PN 6 Suites para violonchelo. GAVRIEL LIPKIND, violonchelo. 3 CD LIPKIND 0016132GLP (Gaudisc). 2006? 155’. DDD. N PN Dos nuevas versiones de las célebres suites violonchelísticas de Bach por dos intérpretes de la misma edad y similar origen, pues ambos nacieron en 1977, Tatiana Vassilieva en Novosibirsk y Gavriel Lipkind en Tel Aviv, pero de padres rusos. La edición de Lipkind es singularísima, original y bella, e incluye un minilibro en el que el intérprete hace un muy interesante análisis (sólo en inglés) de las obras. Sorprende la publicación en tres discos, que deriva obviamente del uso de tempi muy lentos (sobre todo, en alemanas y zarabandas, pues las danzas rápidas son bastante ligeras), aunque eso no es lo esencial en unas versiones de extrema personalidad, hechas con todo tipo de excesos, que llegan a rozar lo caprichoso y efectista, muy temperamentales, a ratos frenéticas e impetuosas, pero con pasajes de trascendido éxtasis. El sonido es siempre poderoso, robusto, lo que hace suponer que el chelo boloñés de 1702 que Lipkind emplea ha sido modificado modernamente; la acentuación, muy variada y algo errática, enfatizando algunos pasajes incluso con brusquedades (esa correnta Vittorio Ghielmi, Lorenzo Ghielmi EL ARTE DE LA AVENTURA BACH: El arte de la fuga BWV 1080. Coral BWV 641. VITTORIO GHIELMI, viola da gamba; LORENZO GHIELMI, clave y fortepiano. IL SUONAR PARLANTE. WINTER & WINTER 910 153-2 (Diverdi). 2009. 75’. DDD. N PN N uevo acercamiento a esta obra maestra inagotable. Los Ghielmi e Il Suonar Parlante nos proponen un Arte de la fuga mediterráneo, de sedosas texturas en las partes tocadas por violas da gamba —un camino que ya escogiera Savall para su versión pionera— y a cargo de fortepiano o clave en las más obviamente teclísticas. Es precisamente el empleo del fortepiano lo que más puede chocar en el marco de la tradición reciente de las interpretaciones históricamente informadas, pero no hay más que rendirse ante la claridad expositiva y la variedad articulatoria de Lorenzo Ghielmi. Los contrapuntos 4 y 9 son, a este respecto, muy ilustrativos. También al clave el ejecutante se muestra plenamente idiomático, extrayendo en ambos casos un gran partido de los instrumentos, copias de los que estuvieron cercanos a Bach. Por lo demás, musicología y música viva confluyen en esta lectura indudablemente atípica pero palpitante y natural. En el primer apartado hay que situar la reconstrucción del final del contrapunto inacabado, que aquí suena totalmente convincente, sin roces con lenguajes ajenos al del original. La sono- espectacular de la nº 2); los contrastes dinámicos, muy marcados, con tendencia a las exageraciones (casi efectos de eco consigue con ellos en el Preludio de la nº 6); la ornamentación, originalísima, pero no demasiado ajustada a estilo. El chelista israelí se engolfa de manera especial en las danzas lentas (¡la alemana de la Suite nº 6 le dura más de 12’!), con un manierismo en articulación y fraseo que, si uno no es un obseso de la autenticidad, puede lo mismo irritar que resultar atractivo, pero que le permite conseguir un sonido de naturaleza muy especial, sensual y ancho hasta lo hedonista. Visión pues personalísima, inclasificable, que hay que escuchar, aunque no garantizo que guste a todos, y que se sitúa en ridad del grupo de violas es extraordinaria, aterciopelada y cristalina —óiganse las oleadas de sonido en el contrapunto 5—, dotada de personalidad propia, buena prueba, si hiciera falta, de que la por lo demás enorme influencia de Savall ha dejado de marcar a los más jóvenes. Ello enriquece sin duda el panorama actual de la viola da gamba. El coral BWV 641, que los editores colocaron al final de la magna composición, también aquí presentado, suena un tanto melancólico. Lo tiñe ligeramente la flauta de Marcello Gatti en su única intervención. Un viaje apasionante, en suma, por una obra enigmática, transformada en una experiencia hedonista. De conocimiento obligado para todos los bachianos. Como es habitual en Winter & Winter, el diseño prima sobre los contenidos en la presentación, de modo que no hay una sola palabra sobre la obra o los intérpretes, pero a cambio se ofrecen unas ilustraciones cuya relación con Bach es un misterio impenetrable. Enrique Martínez Miura las antípodas de la de Vassilieva, que toca un instrumento de la segunda mitad del siglo XIX y se ajusta mucho más a una tradición reciente, la de síntesis entre románticos e historicistas. Su propuesta es bastante menos original e intensa; técnicamente bien resuelta, se asienta en ritmos muy uniformes, articulación con una adecuada combinación entre legato y staccato y ornamentación sobria. Incluye momentos brillantes (en especial las danzas rápidas, sobre todo gigas), incisividad en ataques y acentuación (Preludio de la nº 6), pero también caídas de tensión notorias (zarabanda de la nº 2). Las dos ediciones omiten las fechas de las tomas sonoras, feo detalle. Pablo J. Vayón 81 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 82 D D I SI CS O C O S S BACH-BRUCKNER BACH: Cantatas BWV 131, 182 y 4. KATHARINE FUGE, soprano; CARLOS MENA, contratenor; HANS JÖRG MAMMEL, tenor; STEPHAN MACLEOD, bajo. RICERCAR CONSORT. Director: PHILIPPE PIERLOT. MIRARE MIR 057 (Harmonia Mundi). 2007. 68’. DDD. N PN Tres cantatas bachianas anteriores a los ciclos de Leipzig, si bien la BWV 4 (Christ lag in Todesbanden), una de las más conocidas del Cantor, fue revisada en 1724-25. Interpretaciones minimalistas, con solistas tanto vocales como instrumentales. Los cantantes se cuentan entre lo mejor que hoy por hoy puede oírse en este repertorio y el conjunto de Pierlot, con François Fernández de primer violín y Kees Boeke en las fundamentales partes para flauta dulce de BWV 182, rinde a un nivel soberbio. Las cantatas abundan en secciones corales, que no tienen obviamente la densidad de las interpretaciones de Herreweghe, Koopman o Gardiner, todas con equipos vocales más nutridos, pero sí una nitidez y una transparencia impecables. La disposición de fuerzas permite también a Pierlot llevar tempi rápidos y concentrarse en destacar todo tipo de detalles que refuerzan la retórica de las obras. El tono es ligero y directo, sin honduras místicas, pero de cálida y franca afectuosidad. Magnífica opción para estas obras. Pablo J. Vayón bien, pero otra cosa es el sentido que pueda tener llevar estas tres cantatas al disco, entrando en competencia con las numerosas posibilidades que el mercado ofrece para su adquisición y que encabezan las integrales de Gardiner, Suzuki, Koopman, además de la pionera de Harnoncourt y Leonhardt, así como otras muchas grabaciones no completas de gentes como Herreweghe, Jacobs y otros reputados especialistas. Las pequeñas editoras independientes como Arsis tienen como uno de sus principales méritos dar a conocer obras inusuales pero de indiscutible interés, esa es su trayectoria normal y por ello este disco ha resultado un tanto sorprendente por su contenido, bastante más tradicional de lo habitual. Bien, también permite ofrecer, para los que estén interesados, las posibilidades que ofrece un conjunto como Hippocampus cada día más consolidado en la interpretación de música de los siglos XVII y XVIII, dado que las obras elegidas contienen partes bastante exigentes para algunos instrumentos como solistas obligados, particularmente para violín, oboe y oboe de amor. Dan, a su vez, oportunidad a tres tipos de voces diferentes sin necesidad de agrupación coral en ninguna de las tres. Los tres solistas vocales cumplen con dignidad su cometido, aunque hay que poner una nota especialmente destacada al contratenor Jordi Domènech, una de las voces más bellas y naturales en su cuerda que pueden escucharse actualmente. A pesar de ello, no puede decirse que el disco sea una primera opción, cosa que se supone tampoco pretendían ni los intérpretes ni la editora. BACH: Cantatas BWV 170, 199, 82. RACHEL ELLIOTT, soprano; JORDI DOMÈNECH, contratenor; JESÚS GARCÍA ARÉJULA, barítono. HIPPOCAMPUS. Clave y director: ALBERTO MARTÍNEZ MOLINA. ARSIS 4224 (Diverdi). 2008. 63’. DDD. N PN Grabación en 82 vivo de tres cantatas sagradas de Bach llevada a cabo en la histórica iglesia de San Pedro ad Vincula de la villa de Vallecas. Tres cantatas para voz solista de soprano (BWV 199), contralto (BWV 170) y barítono/bajo (BWV 82) cuya interpretación formó parte de un ciclo de interpretativo de la integral de las cantatas de Bach que se viene desarrollando desde 2004 en diferentes iglesias de Madrid. Eso puede estar muy José Luis Fernández BACH: Misa en si menor BWV 232. LA PETITE BANDE. Director: SIGISWALD KUIJKEN. 2 CD CHALLENGE CC72316 (Diverdi). 2008. 102’. DDD. N PN E sta Misa en si menor — por cierto que grabada en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial— podría definirse como minimalista con correcciones. En efecto, Kuijken aplica el método de un intérprete por parte, pero lo amplía, duplicándolo, cuando los desequilibrios de fuerzas pueden hacerse más palpables, no olvidemos que hay números con tres trompetas y timbales. Todo se fía, por lo tanto, en lo vocal, a unos solistas que son musicales y eficaces, pero no de primerísima fila. No hay sino que oír la entonación no perfecta de las sopranos en el “Et in terra pax” del Gloria o los bajos más bien descoloridos del “Quoniam” de esta misma sección o, especialmente, del encargado del “Et in Spiritum Sanctum Dominum” del Credo. Pero la sabiduría bachiana de Kuijken sale a flote, a pesar de todo, en instantes como la maravillosa claridad del Kyrie, el equilibrio — aunque no parezca del todo natural— de los números inicial y final del Gloria, la unción general o algún que otro curioso hallazgo, como el apunte se diría que galante dado al “Et resurrexit” del Credo o la concisión asertiva del Sanctus, bien que aquí el magro tejido perjudique al resultado global. El tono se recupera en la magnífica, jubilosa y transparente, lectura del Osanna in excelsis y el delicado Benedictus, con una notable prestación, aquí sí, del tenor Christophe Genz. Pese a las desigualdades y defectos —algunos surgidos más de un planteamiento teórico que musical—, una versión que no carece de interés. Enrique Martínez Miura BÁGUENA SOLER: Diafonías. Preludio a la magia. Sincronía. Lejanía. Recitativo adornado. Tricromía. Sollievo. Transformaciones polifónicas. Pizperina. ENSEMBLE ART’S XXI. PILES GCD 1683. 56’. DDD. N PN Posiblemente el nombre de José Báguena Soler (19081995) diga muy poco a muchos. Fue el patriarca de la música contemporánea valenciana y el introductor del lenguaje serial en la ciudad del Turia. Detalles que tampoco es que aporten demasiado al personaje, pues ya se sabe que la técnica, por sí sola, no hace buena una obra… Como tampoco sus declaraciones, reproducidas en la carpetilla de este disco, acerca de “la teoría combinatoria” y “los programas de relaciones aritméticas de operaciones simples con los números representativos del número relativo de frecuencias de cada sonido”, frase que por sí sola ya espanta al más pintado. Y, sin embargo, basta empezar a escuchar este disco para olvidarse de toda esa palabrería tecnológica y disfrutar de un creador que no busca descu- brir la cuadratura del círculo, pero que tampoco quiere seguir los caminos más trillados de la tradición. Las obras aquí recogidas están comprometidas con su tiempo y a la vez buscan sorprender, en el sentido positivo, al oyente. Escúchese, por ejemplo, el Preludio a la magia, para piano, un juego lleno de sugerencias tímbricas, o Sincronía, para flauta y piano, en la que el serialismo no significa desprecio de la melodía. Las versiones son excelentes y nos dejan con ganas de escuchar más cosas de este compositor. Y es que no será el colmo de la originalidad, pero sabía lo que hacía, y lo que hacía, lo hacía bien. Juan Carlos Moreno BALBOA: Hércules en Brigantia. Ausente cronoloxia. Habanera y Dos preludios. Rapto de la indiferencia. Quasi notturno. Tres estancias del palacio de la razón. Homenaje a Foster. Solamente. Tombeau. Bagatela. Inminencias. Yukel II. GRUPO INSTRUMENTAL SIGLO XX. Director: JOSÉ LUIS TEMES. VERSO VRS 2068 (Diverdi). 2006. 56’. DDD. N PN Con la garantía de la solvencia de José Luis Temes, responsable de la iniciativa de este CD y buen conocedor de la obra de Manuel Balboa (19582004), estamos aquí ante la obra completa para conjunto instrumental de este compositor gallego desaparecido prematuramente. Obra completa autorizada por el propio autor, quien para ello hubo de dejar fuera de catálogo una decena de piezas, algunas de las cuales importantes en su carrera tiempo ha. Se somete a nuestra consideración un conjunto de doce composiciones cuya impresión global es la de una música muy sentida, surgida de las entrañas, reflejo seguramente del presentimiento continuo de una muerte cercana provocado por una enfermedad crónica. Una música de gran belleza, de trazos líricos sin concesiones, que produce emoción por las vías más legítimas y consecuentes. Una música brillante, seductora, que siempre suscita el interés y nunca provoca la indiferencia, y en la que continuamente encontramos una acertada utilización del instrumento que mejor pueda acentuar el sentimiento predominante en cada momento. Todo ello se traduce en un resultado sonoro 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 83 D D I SI CS O C O S S BACH-BRUCKNER que rezuma gran sensibilidad, tristeza, languidez, melancolía, desolación y nostalgia por un mundo feliz perdido, donde la luz franca es escasa, fugaz, excepcional. Nunca son piezas de más de siete minutos y medio de duración y en ellas prevalece el fogonazo sobre el desarrollo. Sobresaliente la interpretación a cargo del Grupo Instrumental Siglo XX, creado en 1996 por su actual director artístico Florian Vlashi e integrado por solistas de la Orquesta Sinfónica de Galicia. Matices, contrastes, virtuosismo cuando es preciso… todo está integrado con precisión en un todo de gran altura en cuya labor hay que reconocer a Temes la parte que le corresponde. José Guerrero Martín BEETHOVEN: Concierto para piano nº 3 en do menor op. 37. Concierto para piano en re mayor op. 61a (transcripción del Concierto para violín). TAPIOLA SINFONIETTA. Piano y director: OLLI MUSTONEN. ONDINE ODE 1123-5 (Diverdi). 2007. 75’. DSD. N PN Cuando reseñamos el primer volumen de esta integral en curso referimos algunas virtudes que merecían el aplauso, sobre todo en lo relativo a la agilidad del planteamiento general y al inconformismo que denotaba. Sin embargo, concluíamos entonces, y desgraciadamente hemos de constatar igualmente ahora, que la extravagancia del fraseo terminaba por dar al traste con la buena voluntad que se supone a quien toca y que tiene quien escucha. En esta nueva entrega beethoveniana, con el Tercero y el arreglo del Concierto para violín, todo marcha bien hasta que entra el sr. Mustonen al piano y empieza a hacer cosas raras. No se trata de rechazar lo nuevo, ni muchísimo menos, pero es que aquí, de buenas a primeras, se reconvierte lo escrito en cualquier cosa, se alteran fraseos, se hacen guiños dinámicos que no van hacia ninguna parte, se ataca con desigualdad sin venir a cuento o se transforman ritmos de forma caprichosa y gratuita. Para escuchar el arreglo del Concierto en re —que no es, todo hay que decirlo, de lo mejor del sordo genial— hay otras alternativas; para el Tercero, casi todas son más recomendables. Juan García-Rico N. BERG: Sinfonía nº 1 “Alles endet was entstehet”. Sinfonía nº 2 “Las cuatro estaciones”. DEUTSCHE STAATSPHILHARMONIE RHEINLAND PFALZ. Director: ARI RASILAINEN. CPO 777 324-2 (Diverdi). 2007. 61’. DDD. N PN Sueco, sí, pero por lo visto alérgico a todo lo que fuera bruma nórdica. Ése fue Natanael Berg (1879-1957), un compositor enamorado de la luz cuya obra intentaba devolverle a la música una ligereza que la trascendencia y el pathos posrománticos, unidos a la adusta seriedad de las vanguardias, le habían quitado. Simplemente, luchó por hacer que el arte de los sonidos recuperara toda su capacidad de cautivar el oído, sin por ello menospreciar su capacidad de expresión, como puede verse en el dramático y sorprendente Finale de su Sinfonía nº 1, marcado por la noticia del hundimiento del Titanic. Por tanto, que nadie piense que estamos ante un creador de vodevil o revista, ni mucho menos. Las cuatro etapas de la vida, tomando como fuente de inspiración uno de los sonetos de Miguel Ángel, y las cuatro estaciones son los motivos programáticos que inspiran este par de sinfonías. La Primera de ellas fue escrita en 1912 y, hasta que cambia brutalmente el tono en la mencionada conclusión, es una obra luminosa y optimista, con un sinuoso primer tema que podría haber firmado el mismísimo Nino Rota y una orquestación que seduce por su refinamiento y brillantez. La Segunda, de 1916, aún acentúa más ese carácter hedonista y vivaz, introduciendo motivos de danza que le prestan un encanto irresistible. Las arrebatadoras versiones de Ari Rasilainen y sus músicos hacen el resto, resaltando esa riqueza de colores de la paleta de Berg. ¿Estamos ante una integral sinfónica de este maestro? Esperemos que sí… Juan Carlos Moreno BRAHMS: Cuarteto de cuerda op. 51, nº 1. Quinteto con piano op. 34. SILKE AVENHAUS, piano. CUARTETO ARCANTO. HARMONIA MUNDI HMC 902000. 2007. 72’. DDD. N PN Nuevo compacto (el segundo) del Arcanto Quartett tras publicarse sus excelentes versiones de los Cuartetos nº 5 y nº 6 de Bartók que han sido tan bien recibidas por la crítica entre la indeferencia habitual y ya previsible del público. Los cuatro miembros del Arcanto son reconocidos solistas (los que más “suenan” al aficionado medio son, quizá por este orden, Tabea Zimmermann y Jean-Guihen Queyras) que en 2002 se constituyeron en cuarteto estable y ya en su primer concierto, celebrado en Stuttgart dos años después, conocieron su primer éxito, lo cual supuso el inicio inmediato de una brillante carrera de proyección internacional. En esta ocasión nos ofrecen una intensa y a la vez equilibrada versión del Op. 51, nº 1 de Brahms, obra compuesta bajo la poderosa influencia de Beethoven, como la célebre Sinfonía nº 1, y que, como en ésta, el autor se afirmó continuador de la gran tradición clásico-romántica. Este Op. 51 de aspecto claramente camerístico, más introspectivo que íntimo, adquiere en la versión del Arcanto una apariencia genuinamente clásica sin negar lo que de romántico tiene (que es mucho) e incluso lo que hay en ella de audaz (que es más de lo que parece). No es esta una versión que venga a romper esquemas ya que es del todo fiel al espíritu original, ni tampoco viene a hacer tambalear las referencias (pero sí a situarse junto a ellas), de modo que se trata de una interpretación tradicional aunque no es una más ni mucho más dado su altísima calidad. Completa el programa el Op. 34, que cuenta con el concurso de la pianista Silke Avenhaus, una muestra del aliento sinfónico que en ocasiones tiene la música de cámara del romanticismo en general y la de Brahms en particular. Obra apasionada e intensamente dramática, propia del Brahms más vehemente y sincero, y de amplio vuelo poético, conoce aquí una versión que, como la del Op. 51, nº 1, destaca por su fidelidad al espíritu propio de la obra si bien en ningún momento es rutinaria ni aséptica, ni siquiera objetiva; es pura vitalidad desde el profundo conocimiento. Y, por lo tanto, como la anterior, intachable. Josep Pascual BRAHMS: Seis canciones y romanzas. Tres cuartetos. Cinco cantos. Canciones gitanas. Del oscuro seno de la Tierra Santa. CONSORTIUM. CHRISTOPHER GLYNN, piano. Director: ANDREW-JOHN SMITH. HYPERION CDA 67775 (Harmonia Mundi). 2007. DDD. 67’. N PN A parte del Brahms canónico —uno de los grandes grandísimos— hay otro, más modesto y funcional, si se quiere, el de director de coros más o menos legos o profesionales, en la tradición centroeuropea de reunir a la gente en los templos protestantes y las sociedades filarmónicas, para probar que músicos somos todos por la gracia de Dios y de Brahms. En efecto, nuestro compositor dirigió en su adolescencia un coro masculino en Winsen, cerca de su natal Hamburgo, luego en la Corte de Detmold, para llegar en los años de 1860 a la Academia de Canto de Viena y seguir en esta suerte de vida paralela hasta el final de sus días como intérprete y escritor musical. Estas páginas pertenecen a un Brahms menor, deliberadamente sencillo y amable, con sus notas de color gitano, su devoción existencial cristiana, su amor a los paisajes solitarios del romanticismo. Pero no le falta ciencia a este ligero Brahms porque se sabe su Bach, sus polifonistas venecianos, sus cancioneros corales del Ochocientos (Schubert y Mendelssohn, por ejemplo). En fin que uno, cuando es Brahms, no puede con el genio y resulta fatalmente Brahms. El coro es impecable: deleitoso de timbres, equilibrado de voces, aseado en el decir, sutilmente expresivo. En fin, para una excelente velada en el pueblo, después de los corales luteranos y antes de la cerveza. Blas Matamoro BRUCKNER: Réquiem. DURUFLÉ: Réquiem. ELKE JANSSENS, soprano; PENELOPE TURNER, mezzosoprano; ROEL WILLEMS, tenor; ARNOUT MALFLIET, bajo; BENOÎT MERNIER, órgano. LAUDANTES CONSORT. Director: GUY JANSSENS. CYPRÈS CYP1654 (Diverdi). 2008. 73’. DDD. N PN 83 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 84 D D I SI CS O C O S S BRUCKNER-DELIUS Este disco es el tercero de un empeño editorial denominado Una historia del réquiem, y en sus resultados me parece un disco desigual aunque recomendable. Ahora veremos por qué. El Réquiem de Bruckner, sombrío pero sonoro, en la vía de misticismo de su autor, recibe un tratamiento que parece que desborda un tanto a los ejecutantes. Está bien planteado por la batuta y bien resuelto, pero el coro está forzado y los cantantes solistas están discretos, excepción hecha del bajo, que no tiene timbre ni pastosidad para su cuerda. Ahora bien: distinto es lo que sucede en el Réquiem de Duruflé. Una vía de misticismo totalmente distinta, en la que se tocan etéreas profundidades e intemporales ensimismamientos. En él es una delicia escuchar al coro y entrar en esa atmósfera grave y liviana a la vez, con un especialísimo encanto sonoro. José Antonio García y García BUXTEHUDE: Obras para órgano. Vol. 5. BRUHNS: Obras para órgano. TON KOOPMAN, órgano. 2 CD CHALLENGE CC72249 (Diverdi). 2008. 115’. DDD. N PN 84 Sigue la obra completa de Buxtehude por Koopman a buen paso. Este quinto y último volumen de la de órgano y décimo de la serie general se beneficia del hermoso instrumento de St. Wilhadi de Stade, obra de 1736 debida al organero Bielfeldt y estupendamente restaurado en 1990. Koopman le saca un gran partido mediante su experta manera de registrar —que por cierto bordea lo experimental en Ich dank dir BuxWV 194—, de lo que es una excelente muestra el espectro de timbres del Te Deum BuxWV 218. Pero no sólo es colorista el Buxtehude de Koopman, sino que el intérprete se preocupa por igual de los cruciales aspectos arquitectónicos que hacen del compositor danés un antecedente inexcusable de Bach. Así, la exposición tan nítida de la fuga del Præludium en mi menor BuxWV 142, o la del Præludium en la mayor BuxWV 151, entreverada ésta de efectos de lejanía. Koopman se mueve Cuarteto Pacifica PESAR SIN POSAR CARTER: Cuartetos de cuerda nºs 2-4. CUARTETO PACIFICA. NAXOS 8.559363 (Ferysa). 2008. 74’. DDD. N PE S e completa con este CD la integral de los cinco cuartetos de cuerda de Elliott Carter, que cumplirá 101 años a finales de este año. Es inevitable referirse a la edad de este compositor cuando nos referimos a él, disculpen ustedes. Por lo demás, esta grabación se reclama ella misma del centenario. Ya escuchamos en el anterior volumen el Quinto Cuarteto de Carter, flamante, no tenido en cuenta, claro está, por anteriores integrales, como la del Juilliard o la del Arditti. Elliot Carter es vanguardista en 1959 (año del chancho), con los nueve breves movimientos del Segundo Cuarteto, un vanguardista al que se le puede adivinar influencia vienesa, pero nunca mimetismo de sus colegas europeos, radicales a menudo, en ocasiones con esa carga que pesa y que posa, como diría el poeta. Carter no posa. Carter ha podido dejarse llevar por las influencias, los gestos y las vigencias inevitadas de lo efímero. Pero nunca se dejó llevar hasta la mímesis. La mímesis, como sabemos, es el sustituto del mundo propio. Y, como quería D’Ors para las por un amplísimo margen expresivo, de la solemnidad del Præludium en sol menor BuxWV 150 al nervio del BuxWV 153. Por si fuera poco, los discos incluyen las obras completas para órgano de Bruhns. El organista holandés las defiende con absoluta convicción, evidenciando la grandeza de piezas como el Præludium en sol mayor. Magnífica entrega. Enrique Martínez Miura CHABRIER: España y otras obras orquestales. ORQUESTA NACIONAL DEL CAPITOLIO DE TOULOUSE. Director: MICHEL PLASSON. 2 CD BRILLIANT 93773 (Cat Music). 1987. 133’. DDD. R PE M ás de veinte años tiene ya este atractivo álbum dedicado a Emmanuel Chabrier, un autor artes plásticas: lo primero, un cosmos propio. Si no hay mundo propio, puede darse la mímesis. Disfrazada de vanguardia, gran coartada. No así Carter, que tiene apellido de hombre honesto entre dos felones. Doce años después, otra vez en el año del chancho, Carter aporta un nuevo cuarteto, ahora dividido entre dúos de la propia formación camerística: el Dúo I lo constituyen violín segundo y viola; el Dúo II lo forman violín primero y chelo. Y cada uno de los dúos toca de manera específica, no podemos dar tantos detalles. Tenemos así un continuo que aquí dura casi 22 minutos y que el CD nos divide en seis pistas, cada una de ellas teóricamente divisible en sendos dúos con indicaciones de tempo, de matiz y más cosas (Scorrevole, Furioso… caramba). Ese cambiar permanente de tempo, de medida, de intensidades; y, desde luego, de línea, es característica de esta espléndida obra de 1971. Comenzamos la escucha del Cuarteto nº 4, posterior en quince años, y nos da impresión de que la agresividad de corte vienés y sin duda incubación privada y muy americana se ha apoderado de la expresividad del compositor. Poco menos de media horas, casi 28 c u a n d o menos singular al que tocó vivir y de algún modo liderar al lado de músicos como Fauré, SaintSaëns, Franck o Massenet un renacimiento musical francés que caminase por sí solo al margen de la inmensa presencia wagneriana del momento. Naturalmente es su obra España la que da título al disco, pues es de lejos la más célebre de todas, también la más colorista y exuberante. Muy vitalistas y briosas son también las dos páginas extraídas de la ópera Le roi malgré lui (Danse slave y Fête polonaise), la Joyeuse marche, la Bourrée fantasque y el ScherzoValse de la Suite pastorale. Otras obras nos llegan en cambio con un raro y hermoso remanso lírico, juvenil en el Larghetto para trompa y orquesta y abandona- minutos en el timing del Pacifica, y ahora tenemos una secuencia de cuatro movimientos más o menos ortodoxos, de duraciones equilibradas, con dos movimientos extremos animaditos, un scherzo y un movimiento lento. Ortodoxia aparente en equilibrio y en inspiración (vienesa, ya dijimos; o eso creemos). La agresividad no cede demasiado, pero se matiza a lo largo de este relato en cuatro capítulos. En fin, hay que recomendar con calor esta integral, este CD y el anterior. Por la altura impresionante de las obras y por las interpretaciones magistrales y cálidas del Pacifica Quartet. Y el precio es muy asequible. Una integral imprescindible (para aficionados que no se hayan quedado en etapas anteriores, ya me entienden). De belleza creemos que incuestionable. Santiago Martín Bermúdez do en paisajes brumosos y en armonías ambiguas en la exótica escena La sulamite para mezzo, coro femenino y orquesta. Los músicos del Capitole de Toulouse vivían cuando grabaron estos discos una etapa dorada y Michel Plasson sabía sortear el empuje dramático de Chabrier con elegancia francesa y educada finura. Es incomprensible en todo caso que la edición, por más que venga a precio de orillo, se olvide de siquiera citar los nombres de la mezzo Suzanne Mentzer, del trompa Pierre del Vescovo y de la soprano Barbara Hendricks, que canta con su proverbial musicalidad una escena de la ópera Gwendoline y la solemne Ode à la musique, pieza que pasa por dejarnos algunos de los momentos más bellos que encontramos en estos dos discos. Asier Vallejo Ugarte 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 85 D D I SI CS O C O S S BRUCKNER-DELIUS CHARPENTIER: Motetes para el Gran Delfín. MARCHAND: Piezas para órgano. ENSEMBLE PIERRE ROBERT. Director: FRÉDÉRIC DESENCLOS. ALPHA 138 (Diverdi). 2007. 68’. DDD. N PN El disco incluye seis motetes de Charpentier dedicados al Gran Delfín Luis, el primogénito de Luis XIV, que nunca llegó a reinar pues murió antes que su padre. O salutaris hostia H 248, Gratiarum actiones pro restitua delphini salute H 326 y Supplicatio pro defunctis H 328 son para una voz sola; Sola vivebat in antris H 373, para dos; y Precatio pro filio Regis H 166 y Quemadmodum desiderat cervus H 174, para tres; todas ellas con acompañamiento de dos instrumentos superiores (flautas o violines) y continuo, dándose la curiosidad de que H 326 y H 328 incluyen además una flauta baja en el acompañamiento, lo que les otorga una muy singular sonoridad. La soprano Anne Magouët, la contralto Sarah Breton y el bajo Edwin Crossley-Mercer ponen las voces al programa y el continuo se forma a base de viola da gamba, fagot y tiorba. Frédéric Desenclos toca además al órgano de la basílica de Tongres en Bélgica cuatro piezas de Louis Marchand, que por potencia y exuberancia sonora ponen el contrapunto a la delicadeza y la ternura de la música de Charpentier, presentada aquí en interpretaciones de extremada finura, transparentes, muy cuidadas en la prosodia y la ornamentación, con un trabajo muy detallado tanto sobre la mezcla tímbrica como sobre los matices más nimios en materia de articulación y dinámicas. Pablo J. Vayón DELIUS: Sonatas para violín y piano. SUSANNE STANZELEIT, violín; GUSZTÁV FENYÖ, piano. NAXOS 8.572261 (Ferysa). 1994. 77’. DDD. R PE La música de Frederick Delius suscita, incluso entre los aficionados británicos, opiniones encontradas. Hay quien piensa que es un Debussy de recuelo y no soporta algunas de sus obras más ambiciosas —A Mass of Life, por ejemplo— Elisabeth Leonskaia LECCIÓN MAGISTRAL CHOPIN: Nocturnos op. 48, nºs 1 y 2; op. 15, nº 2, do sostenido menor op. post. y op. 27, nº 2. 4 Scherzos. Fantasia-Impromptu op. 66. ELISABETH LEONSKAIA, piano. MDG 943 1558-6 (Diverdi). 2008. 76’. DDD. N PN La veterana pianista georgiana sigue, gracias a Dios, dejando muestras de su grandísimo arte. El disco que se comenta es de lo mejor que ha llegado a mis manos últimamente en lo que a Chopin se refiere. Con un magnífico Steinway D de 1901, Leonskaia construye un recital bellísimo en torno a los cuatro Scherzi, desgranados con tanto poderío como claridad (muy austero el pedal de resonancia, con lo que la claridad exquisita de su articulación resulta más palpable) y con una riqueza de expresión y de canto absolutamente gloriosas. ¡Cómo canta esta mujer el segundo tema del Scherzo op. 54! Emociona la delicadeza de sus pianissimi, la sobria elegancia de su rubato, en el punto justo de expresión pero sin sobrecargar, sin amaneramiento. Un fraseo siempre sentido, nunca sentimentaloide. Basta escuchar el comienzo del Nocturno en do sostenido menor para apreciar la emocionante nostalgia de este canto excepcional. Formidable el manejo de la dinámica, como en el colosal crescendo del Nocturno op. 48, nº 1. Bellísimo el sonido, redondo, lleno, jamás hiriente. Perfectos los pasajes de bravura, con toda la energía que cabe pedir pero sin átomo de confusión o pérdida de control, con tempi vivos pero sin arrebatar, sin perder nunca el sentido de la cantabilità, tan imprescindible en esta música. El recital se cierra con una inolvidable lectura, hermosísima en su irresistible nostalgia, de esa página maravillosa que es el Nocturno op. 27, nº 2. La toma de sonido de MDG responde no sólo en espaciosidad y presencia sino en naturalidad del sonido a las maravillas de esta interpretación magistral. Un disco que se cuenta desde ya entre los mejores del año y que hay que considerar una referencia en la discografía chopiniana. No se lo pierdan. Rafael Ortega Basagoiti Howard Shelley MUCHO MUZIO CLEMENTI: Sonatas para piano. Vol. 3. HOWARD SHELLEY, piano. pertenecientes a la integral de las sonatas de Muzio Clementi que está llevando a cabo Howard Shelley con Hyperion. ¿Qué más decir que no se haya dicho ya? La verdad es que en cada nueva entrega los valores positivos siguen sumando, y a estas alturas la recomendación de las versiones de Shelley es ya más que obligada. Éste, aborda las partituras desde una frescura natural, con un discurso fundamentalmente extrovertido y brillante, amenizado con una paleta emocional repleta de tintes y caracteres diferentes. Porque las sonatas de Muzio Clementi bajo su óptica son poliédricas, creativas y atrevi- das, explosivas y arrebatadoras. Los cuidados que le estampa el artista son los justos; así, a pesar de que no queda nada en el tintero y el control sobre todo es prácticamente total, consigue unas interpretaciones frescas y espontáneas que priman precisamente esta sensación de libertad expresiva. Shelley imprime rigor y lógica, equilibrio y gracia a unas músicas que desgraciadamente no forman parte del repertorio en las salas de conciertos actualmente, pero que antaño sí gozaban de este privilegio. No son partituras menores, su virtuosismo prueba por qué Clementi fue uno de los más ilustres pianistas de su tiempo; arriesgadas y con una gran flexibilidad melódica muestran la evolución también en el plano técnico del compositor, quien utiliza recursos pianísticos que después usarían alumnos mientras otros creen que es un miniaturista de primera magnitud y que ahí revela una inspiración de la mejor ley. Este disco con sus sonatas para violín y piano lo muestra como un camerista de altura, sobre todo —curiosamente— en la arrebatadora en sol mayor (1892), sin numerar y publicada póstumamente, muy romántica en su discurrir, con dos tiempos extremos que vuelan libres. La Primera está escrita bajo la impresión de 2 CD HYPERION 67729 (Harmonia Mundi). 2008. 122’. DDD. N PN Tercer volumen con dos discos suyos, entre otros Beethoven. Precisamente pueden percibirse las primeras fragancias del romanticismo a través de la fluctuación rítmica de la que se sirve el compositor en el primer tiempo de la Sonata en fa menor. Verdadero ejercicio creativo, estas piezas en manos de Shelley encuentran feliz destinatario, quien las asume como grandes y demuestra su singularidad y verdadera valía. Emili Blasco la Gran Guerra y oscila entre lo melancólico y lo trágico. La concentrada Segunda podría perfectamente alinearse con sus piezas orquestales más idílicas mientras la Tercera —hecha con la ayuda de su amanuense Eric 85 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 86 D D I SI CS O C O S S DELIUS-HAYDN Fenby— presenta un magnífico tiempo lento marca de la casa. Este disco había sido ya publicado por la firma ASV y recoge versiones impecables, a colocar sin problemas entre las mejores de estas obras, con Tasmin Little y Piers Lane (Conifer) a la cabeza. Es verdad que Little es idiomática a más no poder, pues no en vano es experta estudiosa de la vida y la obra del autor. Pero, como Conifer cerró, seguramente su disco es difícil de encontrar y este de Stanzeleit y Fenyö lo suple con garantías. Claire Vaquero Williams DIETRICH: Sinfonía en re menor op. 20. Concierto para violín en re menor op. 30. Introducción y romance para trompa op. 27. ELISABETH KUFFERATH, violín; MARIE LUISE NEUNECKER, trompa. ORQUESTA ESTATAL DE OLDENBURG. Director: ALEXANDER RUMPF. 2 CD CPO 777 314-2 (Diverdi). 2007. 86’. DDD. N PN 86 Y quién será Albert Dietrich… A los conocedores de la producción de Schumann y Brahms posiblemente les suene una obra conjunta conocida como Sonata FAE (del lema Frei aber einsam, “libre, pero solo”), ofrecida al violinista Joseph Joachim por tres amigos que la habían escrito en colaboración: Schumann, Brahms y precisamente este Dietrich que ahora nos ocupa. Estamos, pues, ante un compositor del círculo de discípulos y amigos que rodeaba al primero de esos maestros en Düsseldorf, pero con quien la historia no se ha portado demasiado bien. ¿Con justicia? Pues habría que escuchar más creaciones suyas (como la ópera Robin Hood, que parece que fue uno de sus mayores éxitos), aunque estas tres ya despiertan el interés por conocer más. Sobre todo la Sinfonía en re menor op. 20, compuesta en 1869 y realmente enjundiosa y dramática, como no podía ser menos dada su tonalidad. El primer movimiento es una forma sonata bastante ortodoxa, pero con un nervio y una intensidad que atrapan la atención de inmediato. Lo mismo que el pastoral Andante o el imaginativo Scherzo, éste el movimiento más schumanniano de todos, tanto por su estructura, que incluye dos tríos, como por el mismo carácter de los temas. Sólo falla el previsible y académico Finale, lastrado por Steffen Schleiermacher APUNTANDO AL INFINITO FELDMAN: For Bunita Marcus. STEFFEN SCHLEIERMACHER, piano. MDG 613 1522-2 (Diverdi). 2007. 72’. DDD. N PN Probablemente, ninguna otra obra de Morton Feldman queda atrapada en la memoria del receptor como For Bunita Marcus. Tras la escucha, los sonidos, que han ido desgranándose lentamente, vuelven una y otra vez, muy posiblemente porque quizás aquí Feldman fue donde estuvo más cerca del ideal de esa portentosa combinación de sonido y silencio que le caracteriza. La longitud de For Bunita Marcus, 72 minutos, la hace más abordable que otras obras de esta última época de su carrera (1985) y el empleo de una parca cantidad de notas en constante repetición, variando únicamente la perspectiva (filiación pictórica), la convierte en una pieza absorbente, muy fácil de seguir, pues la complicación técnica, como siempre en este autor excepcional, no existe. La forma, todo resto de estructura, quedan en un plano secundario, privilegiándose la presentación del material a modo de escala. De ahí que se tenga la impresión de asistir a una música aparentemente improvisada, en donde un exceso de trabajo temático y contrapuntístico que le resta vida. No es una obra redonda, pero anda cerca. Y lo mismo cabe decir de las otras dos composiciones, en especial del Concierto para violín (1854), sin el empaque sinfónico de la literatura concertante de su tiempo, pero de inspiración fresca y musicalidad fluida, perfecta para el lucimiento del intérprete. Las interpretaciones sólo merecen parabienes, con el interés añadido de que la orquesta fue la misma que Dietrich dirigió a lo largo de treinta años. Tienen brío y gracia suficientes, y están siempre al servicio de la música. Poco más se puede pedir. Juan Carlos Moreno ELIASSON: Desert point. Ostácoli. Sinfonia per archi. ORQUESTA DE CÁMARA ARCOS. Director: JOHN-EDWARD KELLY. NEOS 10813 (Diverdi). 2008. 66’. DDD. N PN la duración deja de importar, pues el receptor asume con delectación un mundo en donde el tiempo suspendido parece apuntar a la eternidad, al infinito. No es, por tanto, la técnica lo que constituye un reto para el instrumentista a la hora de abordar una pieza como esta, que parece deambular entre la ensoñación y un estado de duermevela (filiación debussysta). Precisamente es la capacidad para mantener la atención sobre unos sonidos que tienden al apagamiento donde el pianista ha de poner especial cuidado. Tras la formidable presentación de la pieza en el sello Hat Art, a cargo de Hildegard Kleeb, de una extraordinaria claridad, solamente Sabine Liebner la había abordado de un modo distinto, abundando en largas secuencias, a veces de doloroso tenebrismo. Ahora, Schleiermacher, en su segunda entrega del ciclo Feldman, consigue una lectura que, estando más cerca de la pausa y el despojamiento de Liebner, aporta una visión que habría que calificar de radical, pues en el empleo de unas dinámicas excepcionalmente suaves es donde está su mayor aporte. Siguiendo a rajatabla la consigna de Feldman, de interpretar su música tan lenta y Saludada en su momento como una de las propuestas más interesantes de las surgidas en el norte de Europa en los años ochenta, la música del sueco Anders Eliasson (n. 1947) no se sostiene ya apenas. Si esa estética, entre conservacionista del eje que proporciona la tonalidad y la expresividad recargada derivada de Shostakovich, podía sorprender hace más de veinte años, ahora aparece poco menos que hinchada, desprovista de personalidad y, en lo meramente sonoro, de una evidente pobreza, debido, sobre todo, y a tenor de este programa del sello Neos, a un uso demasiado uniforme del material instrumental, aquí, una orquesta de cuerdas. Si aun Desert point (1981) mantiene algo de su potencial, es porque el autor domina la expresión y no se deja llevar por falsos sentimentalismos. La fuerte tensión se suavemente como sea posible, Schleiermacher borra, por así decir, toda traza de piano convencional y logra que los sonidos estén tan recubiertos de silencio y estén recogidos en la grabación con tal sensación de lejanía, que el resultado se podría considerar como el más cercano al ideal de Feldman, si no fuera porque en esta propuesta hay algo que la hace desaconsejable para el aficionado aún no habituado a tal estética. Se trata de una versión más para conocedores del universo sonoro del autor americano que para aquellos que se acerquen por primera vez a Feldman, pues la ingrávida presencia del piano, como nunca antes se había escuchado en grabación fonográfica, quizás pueda tener un efecto de distanciamiento. Francisco Ramos debe a que el discurso se presenta de una vez, sin fisuras y sin solución de continuidad. El trazo es firme y las cuerdas evitan cualquier expresión añadida. Es una música consistente, lo que no se puede decir de la muy débil composición Ostácoli, de 1987, una breve, pero insustancial pieza de corte abiertamente neoclásico en la que el prometedor arranque, muy conectado con el Shostakovich del Cuarteto nº 8 y sus varias transcripciones a orquesta de cuerdas, se diluye en un entramado de escaso fuste. Muy emparentada con el gusto por los extensos adagios de un Robert Simpson, derivados a su vez de Bruckner, pero también de la tonalidad expansiva de Sibelius, el tema de cierre, la extensa Sinfonia per archi, se pierde en una duración excesiva, en un mantenimiento obcecado de un mismo plano sonoro, con lo que el resultado está lejos de ser atractivo. El autor parece sentirse esclavo de la vehemencia expresiva, lo que trae como con- 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 87 D D I SI CS O C O S S DELIUS-HAYDN secuencia un uso reiterado de débiles secuencias melódicas. Compuesta esta música en pleno 2001, pareciera que, en realidad, el fundamento tanto sonoro como expresivo que la sostiene, procediera de tiempos muy lejanos. Francisco Ramos FEO: Misa. Confitebor. ANJA ZÜGNER Y DOROTHEA WAGNER, sopranos; DOMINIKA HIRSCHLER, contralto; TOBIAS HUNGER, tenor; TOBIAS BERNDT, bajo. SÄCHISCHES VOCALENSEMBLE. BATZDORFER HOFKAPELLE. Director: MATTHIAS JUNG. CPO 777 333-2 (Diverdi). 2007. 58’. DDD. N PN F rancesco Feo (16911761) fue un destacado compositor napolitano, reconocido autor de óperas en toda Europa, que sin embargo pasó la mayor parte de su vida trabajando dentro del sistema de los conservatorios de su ciudad natal. Este disco presenta una misa que era típica en su época en la ciudad partenopea, con Kyrie y Gloria de amplios desarrollos, escritos para solistas y coro con una exuberante orquestación, Credo y Agnus Dei de notable brevedad para cinco voces, dos violines y continuo y Sanctus y Benedictus apenas declamados coralmente. Se añade un Confitebor para solistas y coro, con una orquesta de cuerdas como acompañante. Música de alto virtuosismo que el quinteto vocal aquí convocado defiende con solvencia, pese a algún problema en las voces femeninas, algo pequeñas, blanquecinas y con falta de apoyo y de fiato en puntuales momentos de su actuación. El joven coro luce buen empaste, correcto equilibrio y brillantez cuando corresponde y la Batzdorfer Hofkapelle suena con la consistencia y la prestancia media que han alcanzado los buenos conjuntos barrocos en Europa en los últimos años. Un repertorio poco transitado en versiones plausibles. Pablo J. Vayón FLAMMER: Interferenza mente sovrapposizione. das erschwiegene Wort!…ausgeweitet… WERNER F. SELGE, violonchelo; YUKO SUZUKI, percusión. SINFÓNICA DE LA SWR BADENBADEN Y FRIBURGO. ESTUDIO EXPERIMENTAL DE FRIBURGO. Directores: ERNST HELMUTH FLAMMER Y OLAF HENZOL. NEOS 10803 (Diverdi). 1995. 74’. DDD. NPN E rnst Helmuth Flammer (n. 1949) figura en el catálogo de la Deutscher Musikrat, el conocido ciclo del sello Wergo dedicado a monografías de los autores alemanes contemporáneos. La presente grabación de Neos supone la primera oportunidad para el conocimiento de la obra de Flammer fuera del ámbito germano. Antiguo alumno de Huber y Ferneyhough y artista interesado en la relación de la música con otras disciplinas, Flammer muestra en las dos obras aquí recogidas un profundo conocimiento de las técnicas musicales derivadas del clasicismo (hay una muy evidente huella de formas consolidadas por la tradición en la primera de las piezas, como el uso del rondó o la variación temática) y de la tecnología actual. Así, Flammer concibe su Interferenza mente sovrapposizione como un concierto con solista al modo clásico, mas dispone enseguida el material a un tratamiento que, por momentos, puede remitir al utilizado por Luigi Nono en sus piezas orquestales, del tipo Das Atmende Klarsein. Se trata de aportar al arsenal instrumental convencional y al formato del concierto clásico un tono de gran extrañeza, de inestabilidad, con lo que la obra entera deja de corresponder al discurso unidireccional y previsible para instalarse en los límites del ruido. En lugar de un instrumento, en este caso, el violonchelo, enfrentado a la orquesta, Flammer opta por ampliar el papel de solista a la misma sonoridad electrónica, la generada por el material tomado en el estudio de Friburgo. Se obtiene, en realidad, un concierto para dos “solistas” y orquesta. Si en el inicio, el discurso se plantea desde la convención y el enfrentamiento de los timbres deriva en un fuerte clima dramático, el desarrollo de la pieza potencia ese aire sinuoso que hace de la obra un experimento si no logrado plenamente, sí a tener, al menos, en cuenta. El problema que arrastra la obra es la poca inventiva de esa parte electrónica, que, en muchos casos, se inserta a modo de grandes adagios o zonas de cierto estatismo, de lo que deriva una falta de tensiones que lastran el resultado final. Al lado de esta obra ambiciosa, escrita a gran escala y de más de 50 minutos de duración, la pieza das erschwiegene Wort!….ausgeweitet…, parte de textos de Celan y evidencia el afán de Flammer por airear el arsenal convencional: aquí se sustituye la electrónica por la percusión. El concierto con solista deja también de ser literal al descomponerse el material en pequeñas estructuras contrastantes, pero el resultado sonoro no es mucho más feliz que en la pieza anterior. Francisco Ramos GUASTAVINO: Indianas. CASTELNUOVOTEDESCO: Fantasía op. 145, Romancero gitano op. 152. CUARTETO VOCAL CAVATINA. JOSÉ ANTONIO GARCÍA FUERTES, guitarra; AURELIO VIRIBAY, piano. COLUMNA MÚSICA 1CM0215 (Diverdi). 2008. 51’. DDD. N PN E n su tenaz búsqueda de nuevas fórmulas discográficas, Columna Música reúne en este CD unas piezas para cuarteto vocal y piano de Carlos Guastavino (1912-1997) y dos obras de Mario CastelnuovoTedesco (1895-1968): una Fantasía para guitarra y piano, op. 145, y el Romancero gitano op. 152, sobre poemas de García Lorca, para cuarteto vocal y guitarra. El nexo común, en este caso, de los compositores argentino e italiano es la canción hispánica, popular y con ecos folclóricos autóctonos en el primero, y la querencia por lo español en el segundo. Las Indianas del autor de Santa Fe, de ascendencia italiana, gran representante del nacionalismo romántico argentino, son un buen ejemplo de su quehacer inspirado en temas surgidos del pueblo, que trata a través del filtro de su poderosa inspiración. En el autor de Florencia, de ascendencia judeo-hispana, es notable la música que escribió para guitarra, aquí representada en un diálogo con el piano (Fantasía op. 145) y en el Op. 152 que toma como base el Romancero gitano lorquiano, en ambas muestras haciendo gala de un desarrollado melodismo. El muy joven Cuarteto Vocal Cavatina (Mercedes Lario, soprano; Marta Knörr, mezzosoprano; Felipe Nieto, tenor; José Bernardo Álvarez, barítono) se propone interpretar el repertorio para conjunto vocal de cámara desde el Renacimiento hasta nuestros días, llenando el vacío existente de formaciones estables de estas características, y aquí se entrega con profesionalidad y entusiasmo. Les acompañan, con gran nivel, dos frecuen- tes colaboradores suyos, el guitarrista José Antonio García Fuertes y el pianista Aurelio Viribay. José Guerrero Martín HASSE: Cantatas. Vol. 1. LIA SERAFINI, soprano; GABRIELLA MARTELLACI, contralto. ACCADEMIA DEL RICERCARE. Director: PIETRO BUSCA. BRILLIANT 93636 (Cat Music). 2008. 64’. DDD. N PE B rilliant inicia una serie dedicada a las cantatas de Johann Adolf Hasse (1699-1783) con una primera entrega que incluye una con acompañamiento de bajo continuo (Chiggio ai gigli ed alle rose), otra que añade un instrumento melódico obligado (una flauta dulce; Il nome) y otra orquestal (dos violines y viola junto al continuo; È ver, mia Fille, è vero). El disco se completa con dos arias con orquesta sueltas (Come l’ape di fiore in fiore y Mute è l’imago dell’idolo amato) y dos Sonatas en trío (para dos flautas dulces y continuo) de la Op. 3 (nºs 2 y 3). Todas las obras, salvo la cantata Il nome y las dos sonatas, se graban por primera vez. Interpretaciones equilibradas e intimistas, de acentos no especialmente punzantes ni articulación excesivamente marcada. Martellaci tiene una línea de canto algo irregular, pero es cálida y expresiva, igual que una Serafini de timbre penetrante, y ambas ofrecen un buen trato, antes sobrio que exuberante, de las ornamentaciones. Pablo J. Vayón HAYDN: Sonatas para piano en la bemol mayor Hob. XVI:46 y en do menor Hob. XVI:20. Andante con variaciones en fa menor Hob. XVII:6. Variaciones sobre el Himno imperial “Gott erhalte” Hob. III:77. Adagio en fa mayor Hob. XVII:9. PAUL BADURA-SKODA, fortepiano. ARCANA A 352 (Diverdi). 2008. 68’. DDD. N PN Es buena noticia la vuelta de Arcana, y buena también poder disfrutar del espléndido instrumento que emplea el vete- 87 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 88 D D I SI CS O C O S S HAYDN-HENNIG ranísimo Badura-Skoda (82 añitos ya) en este disco, un fortepiano construido por Johann Schantz posiblemente en torno a 1790, propiedad del artista y conservado en el museo del Castillo de Kremsegg, donde se grabó el disco. El fortepiano se encuentra en un magnífico estado de conservación, sin que sean en exceso evidentes los ruidos mecánicos que uno esperaría en un instrumento de más de doscientos años. Y sin duda es un instrumento que conviene en extremo a la bellísima música pianística de Haydn, música que no me cansaré de decir que aún tiene por encontrar, excepciones aparte, la justa valoración de intérpretes y audiencia. Badura-Skoda se acerca a estos pentagramas con el conocimiento enciclopédico de sobra sabido, pero, ay, ahora con limitaciones físicas evidentes. Aunque el gusto está ahí, qué duda cabe, y sobre la expresión, la elegancia, la gracia y el sentido cantable caben pocas dudas a estas alturas, lo cierto es que la articulación muestra demasiada dificultad y desigualdad, especialmente en los movimientos rápidos, cuyo tempo parece en alguna medida condicionado. La grabación es tal vez demasiado próxima, de forma que el semicanturreo de fondo del artista se torna demasiado prominente. Con todo, disco que hay que apreciar sobre todo por el magnífico fortepiano y porque, al servicio de una música extraordinaria se encuentra un artista conocedor y sensible, aunque la agilidad, como es natural, le haya abandonado. Rafael Ortega Basagoiti SONATAS O DÚOS HAENDEL: 12 Sonatas op. 1. ACADEMY OF ANCIENT MUSIC. Director: RICHARD EGARR. 2 CD HARMONIA MUNDI HMU 907465.66. 2007. 148’. DDD. N PN Los problemas sobre la autenticidad y la instrumentación original de las doce Sonatas op. 1 de Haendel están lejos de resolverse, pues existen no sólo dos ediciones de la época del compositor que presentan variaciones entre sí, la primera supuestamente hecha por Roger en Ámsterdam en fecha inconcreta y la segunda por John Walsh en Londres en 1732 (es casi seguro que detrás de la edición de Roger estaba el propio Walsh, que pretendía con la impostura eludir el pago de derechos), sino también numerosos manuscritos, algunos autógrafos del propio compositor, que ofrecen otras alternativas. En cualquier caso, ambas ediciones presentan cuatro sonatas para flauta dulce, tres uno queda atrapado por la fuerza interpretativa y la fascinante imaginación del gran clavecinista británico, que convierte estas Sonatas para instrumentos solistas con bajo en auténticos dúos. La imbricación entre los dos instrumentos es en efecto, junto al virtuosismo sin mácula de todos los participantes y un tratamiento tan refinado como expresivo del fraseo y la articulación, las principales bazas que colocan a esta edición en la cima de la discografía de las obras. Pablo J. Vayón DOMINIO Y LIBERTAD HAYDN: Sonatas para piano. Vol. I. ALAIN PLANÈS, piano. 3 CD HARMONIA MUNDI 2961761.63. 2001. 208’. DDD. R PM Sonatas para piano. Vol. II. ALAIN PLANÈS, piano. Cuartetos opp. 33 y 42. CUARTETO FESTETICS. HARMONIA MUNDI 2961994. 2007. 73’. DDD. N PN L a desigualdad de los resultados del ciclo de cuartetos de Haydn por el Festetics queda elocuentemente ejemplificada en estos dos discos. La más que dudosa afinación del primer violín aparece más de lo aconsejable aquí y allá —Vivace assai del Op. 33, nº 5, Andante del Op. 33, nº 1, Presto del Op. 33, nº 4—, no está completamente resuelto el equilibrio entre los cuatro instrumentos (Allegro moderato del Op. 33, nº 1), tampoco faltan las caídas de tensión que entorpecen la exposición— Largo e sostenuto del Op. 33, nº para traverso, tres para violín y dos para oboe y su diferencia principal estriba en las números 10 y 12, que son para violín en los dos casos, pero completamente distintas unas de las otras. Egarr y los solistas de la Academy of Ancient Music han grabado aquí la edición oficial de Walsh, añadiendo las Sonatas nºs 10 y 12 en las versiones de Roger y la nº 5 (en origen para traverso) en una variante para oboe conservada en un manuscrito no autógrafo. Pese a que es normal añadir algún otro instrumento al bajo continuo, Richard Egarr ha optado por interpretar las obras acompañando las voces superiores con un clave, el suyo, con el que consigue una increíble variedad de colores y de matices, hasta el punto de que, a pesar de que los otros solistas son primeras figuras del Barroco (Pavlo Beznosiuk es el muy lírico violinista; Rachel Brown, la explosiva flautista y Frank de Bruine, el delicado oboísta), Alain Planès HAYDN: 2 CD ARCANA A 414 (Diverdi). 2006. 145’. DDD. N PN 88 Richard Egarr Al cabo ya de unos años de la primera aparición de tres volúmenes que contenían Sonatas de Haydn por Alain Planès (1948), Harmonia Mundi lanza ahora la última incursión de este versátil pianista con un disco que reúne las últimas Sonatas del compositor, junto a las anteriores grabaciones (ahora en forma de estuche con tres CDs). Desde ya, su recomendación y por diversos valores. Primeramente por el interés de las obras de este nuevo volumen (las últimas Sonatas, nºs 58-60 y 62), todas de una gran belleza que trasciende de alguna forma el clasicismo más tradicional y se acerca un poco a lo que sobrevino en el siglo XIX, y después por las interpretacio- nes, todas de un gran rigor y una sobriedad impactantes. Planès domina la fuerza expresiva que caracteriza al autor austriaco e imprime en sus versiones un carácter heroico y poderoso (escuchen la Sonata nº 62), curiosa mezcla de pianismo sinfónico con una conmovedora sensibilidad. Sabe dotar a las versiones de intimidad y recogimiento y procura un timbre bello a través de un lirismo de alta intensidad. Son unas versiones que responden con sagacidad y espontaneidad a las exigencias de la partitura, donde la sensación de libertad y flexibilidad expresiva es total en cada momento. El intérprete, que cui- da con nobleza, vitalidad y equilibrio cada pieza, aporta siempre refinamiento y exquisitez, y fiel a su reflexión sabe interpretar lo que encierran las partituras: “Pienso como Mahler, que decía que en una partitura todo está escrito menos lo esencial. La interpretación siempre es un reto…”. Y si aún dudan, hay que decir que la edición está hecha aprovechando el centenario conmemorativo de la muerte del compositor, y que tal y como nos tiene acostumbrados en estos casos Harmonia Mundi, la presentación es especialmente selecta e impecable. Emili Blasco 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 89 D D I SI CS O C O S S HAYDN-HENNIG 2—, aun se incurre en amaneramiento (Trío de esta misma obra) o un cierto marasmo (Scherzo del Op. 33, nº 3). Claro que hay aciertos esporádicos, como es desde luego el estilo general, la finura del trazo, la ligereza ocasional (Finale del Op. 42), el agudo tratamiento rítmico —Finale del Op. 33, nº 5— , el buen humor (movimiento análogo del Op. 33, nº 2), pero la impresión de conjunto es que las versiones no terminan de cuajar. Una lástima, puesto que el planteamiento de partida es interesantísimo. Enrique Martínez Miura HAYDN: Conciertos para piano Hob. XVIII: 3 en fa mayor, Hob. XVIII:4 en sol mayor y Hob. XVIII:11 en re mayor. PAUL BADURA-SKODA, piano. WIENER CONCERTVEREIN. GENUIN GEN 89145 (Gaudisc). 2008. 59’. DDD. N PN I ncesante actividad la del veteranísimo BaduraSkoda, del que nos llega este segundo disco haydniano grabado también el pasado año, esta vez con un piano moderno y una orquesta de cámara tradicional, por cierto nueva para mí. La grabación, nítida y con presencia, parece un poco seca, corta de reverberación y ambiente. Por lo demás, aquí tenemos al inefable pianista austriaco desplegando su sabiduría, humor y buen hacer, aunque ya comentamos, con ocasión del disco de Arcana, sobre sus ahora evidentes limitaciones físicas en cuanto a la articulación, que si aquí parecen más disimuladas (la mejor mecánica del instrumento también ayuda) no dejan de ser bastante evidentes (Presto del Concierto Hob. XVIII:3), aunque en el más conocido, el Hob. XVIII:11, parece algo más en forma (si exceptuamos el desarrollo del Allegro assai final). Pero para compensar tenemos su exquisito y matizadísimo fraseo en el Largo cantabile del primero de los conciertos, de una elegancia impagable. El acompañamiento del — para mí— desconocido conjunto vienés es correcto sin más. Disco, en suma, que deja algunos hermosos detalles de expresión musical, pero en el que la ejecución, por el mismo protagonista, ha conocido mejores momentos. Rafael Ortega Basagoiti Terpsycordes DRAMATISMO Y DULZURA HAYDN: Las Siete últimas Palabras de Jesucristo en la Cruz Hob. III:50-56. CUARTETO TERPSYCORDES. RICERCAR RIC 281 (Diverdi). 2008. 65’. DDD. N PN N o es una partitura fácil Las Siete Palabras, como habitualmente denominamos a esta obra de Haydn. No lo es, ciertamente, en su versión para coro y orquesta, por la extraña forma seccional a la que obliga su texto, distribuyendo el contenido musical en siete fragmentos lentos precedidos de una introducción y un brevísimo presto final. Pero si difícil es equilibrar esos pesos y mantener viva la tensión de esa anómala falta de alternancia agógica en tales condiciones, más complejo es aún hacerlo careciendo de texto argumental en las versiones para tecla o para cuarteto de HAYDN: Sinfonías nºs 93-98. ORQUESTA DE CLEVELAND. Director: GEORGE SZELL. 2 CD SONY 88697 489042 (Sony-BMG). 1967-1969. 139’. ADD. R PM S ony parece despertar de su letargo y de su errática política de publicaciones acudiendo por fin a los tesoros ocultos de su fondo de catálogo. En esta oportunidad es una adecuada reedición de estas fenomenales recreaciones, que por cierto podían haber sido completadas con la versión de la Sinfonía nº 99 que Szell grabó también en Cleveland por esos años y que estaba (o está) disponible en un CD de la serie Sony Masterworks Heritage. Como quiera que sea, la reedición es bienvenida, el sonido parece más claro y limpio que en la anterior publicación en un feo álbum de serie económica de la colección CBS-Maestro, y las interpretaciones, de una perfección técnica, brillantez, claridad, construcción y estilo inconfundibles, a veces con una sequedad que no obstante cuadra perfectamente con esta música, son de lo más atractivo que hoy se puede encontrar en ella. Por supuesto que muchos pensarán que el talante cartesiano y eminentemente intelectual de la batuta es un inconveniente para disfrutar de Haydn, lo cual es un cuerda. Se trata, por lo tanto, de una auténtica prueba de fuego. Sin embargo, la escritura maestra de Haydn —que por aquella época sabía ya muy bien cómo urdir los mimbres de un cuarteto— evita cualquier atisbo de monotonía pasándoles la patata caliente a los intérpretes, obligándoles a saber diversificarse en colores, ataques y dinámicas. No son tantas, por todo esto, las grandes versiones cuartetísticas que tenemos de esta obra. Dicho todo esto, se podrá comprender mejor la grandeza de la que aquí nos ocupa. Con una toma de sonido de auténtica antología, asistimos a la puesta en escena de una visión variada, desde el dramatismo a la dulzura de un memento, y tímbricamente impactante. La paleta que muestra el Terpsycordes resulta asombrosamente rica y jugosa. craso error, sería muy raro que no se dejasen atrapar por la intensidad y virtuosismo instrumental de esta orquesta y este director únicos. La pena es que Szell no tuvo tiempo de terminar la serie completa de las Sinfonías Londres y hoy sólo disponemos de estas que comentamos (más la citada nº 99 y otras grabaciones antiguas de las Sinfonías nºs 88, 92 y 104 reeditadas en United Archives y comentadas asimismo en estas páginas). Por tanto, recomendación entusiasta para todo el mundo y dos mensajes para Sony: en primer lugar, felicidades por la recuperación de estas legendarias grabaciones, y después, un recordatorio: actualmente la casi totalidad de la discografía de George Szell se halla descatalogada e imposible de localizar. Quizá sería el momento de replantearse esta situación. Enrique Pérez Adrián HENNIG: Ausflug nach Sing-Sing. Aperioden mit 7 Faltungen. Kadenzes-13 fälle. Massen. Synonym. LUXEMBOURG SINFONIETTA. ENSEMBLE KÖLN. SINFÓNICA DE LA RADIO DE BAVIERA. DEUTSCHE KAMMERPHILHARMONIE BREMEN. ENSEMBLE ALEPH. Directores: MARCEL WENGLER, ERIC OÑA, FRIEDRICH GOLDMANN. WERGO 6565 2 (Diverdi). 2007. 64’. DDD. N PN Tanto sus arcadas como sus pizzicattos nos ofrecen un sonido fibroso y tangible, inflamado apenas por un mínimo aporte de vibrato y una opulenta capacidad de profundización en las crines. Sin lugar a dudas, se trata de una versión que se sitúa entre la escasa media docena de referencias de la obra. Ahora bien, con esta calidad de sonido, casi ninguna. Juan García-Rico A l mismo tiempo que el disco de Andreas Dohmen, el sello Wergo publica dentro de la colección de música contemporánea alemana un registro consagrado a obras recientes del compositor Carsten Hennig, nacido en Dresde en 1967. Poco que ver, sin embargo, este Hennig con el sorprendente Andreas Dohmen, quien sugería en sus obras para conjunto y orquesta un mundo sonoro en donde se tendía a descubrir cosas. En cambio, Hennig deja que las sonoridades y el plan formal que ya viene bendecido por la tradición académica se instalen plenamente en sus obras, no aportando ninguna variante. Pertenecería Hennig a una tendencia actual que gusta de practicar una especie de estilo internacional en donde la música brota sin personalidad, sin que haya distinción posible entre un autor y otro. No es tanto una postura abiertamente neoclásica como la asunción de un lenguaje derivado de la vanguardia al que le hubiéramos despojado de cualquier poso combativo, de un mínimo gesto de disconformidad. Una vez establecidos ciertos códigos, un autor como Hennig, a falta de un sello propio, pone en circulación un catálogo de efectos tímbricos y de masas en choque que podrían pasar por modernos si no fuera 89 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 90 D D I SI CS O C O S S HENNIG-LINBERG porque detrás de toda esa exuberancia no hay apenas sustancia. La parte más llamativa del programa la constituye el tema de apertura, Ausflug nach Sing-Sing, de 2002, en la que la orquesta procede a separarse en tres grupos y la percusión tanto actúa de solista como de tinte puntillista, lo que nos retrotrae al mundo fundacional de un Stockhausen solamente en la forma. La sensación ante este cúmulo de puntillismo sin gracia y la de la orquestación tan aparatosa como intrascendente en el tema Synonym, es que Hennig, en realidad, traza su discurso con un plan que no descuida la alternancia de tensiones del clasicismo, con lo que obtenemos un lenguaje que se quiere vestir de nuevo con ropajes usados. Todas las pausas e inserción de breves cadencias en temas como el antes citado o la misma Kadenzes-13 Fälle, muestra esta debilidad por el subrayado, por hacer ostensible un material que sólo vive en la retórica. Francisco Ramos HONEGGER: La obra para piano. JEAN-FRANÇOIS ANTONIOLI, piano; JU-YING SONG, segundo piano. TIMPANI 1C1138 (Diverdi). 2007. 72’. DDD. N PN H onegger, 90 que fue pródigo en todos los géneros, escribió poco para el piano solo. Menos los dos movimientos de Toccata y variaciones (en especial el segundo) y la obra que cierra el disco, la Partita para dos pianos, estamos ante una amplia serie de miniaturas. Y es sabido que Honegger se sentía a gusto, sobre todo, en la gran forma; o, si acaso, en el sinfonismo a medio alcance, en el que cierto tipo de experimentación parecía sobreponerse a una de las tendencias del músico suizo: el respeto al pasado; no su parálisis, sino eso, el respeto. Así, pues, en obras como Pacific o en miniaturas como las Siete piezas, los dos Esbozos, el Cuaderno, etc., nos encontramos ante un Honegger que acaso lucha contra ese otro Honegger que levanta monumentos y se atiene a la tradición, hasta el punto de enfrentarse a los otros miembros del Grupo de los Seis porque no le iban nada ciertas poses “modernas”. Tal vez por eso compone un Homenaje a Roussel, breve pero muy clásico tri- buto a un compositor riguroso (a veces más riguroso que inspirado, y con esto no queremos decir nada contra Roussel, habitual de estas páginas y del disco). De todas maneras, el Honegger pianístico de obras como la Partita o las Variaciones del díptico inicial se muestra cómodo y pródigo, inspirado, fácil y verbal, dispuesto al compromiso de la media distancia, aliviado de que no se trate de nuevo de miniaturas. Pero el resto del CD atestigua que también era posible y adecuado “lo otro”: lo pequeño como expresión, lo sugerido como afirmación. A veces con ingenuidad, como en Scenic railway, con ese tren que arranca y echa a correr, qué gracia. A veces con verdadero clasicismo, como en la Sarabanda. En ocasiones, con deliberada sencillez, como en la Berceuse o en la Petite pièce en sol. Atención a esos títulos que surgen de algunas películas en que colaboró el compositor: Souvenir de Chopin, Matamore). En fin, el disco es rico, es abundante, contiene 30 pistas y es generoso en minutaje. Pero, además, nos encontramos ante un pianista excelente, que busca con virtuosismo e inteligencia el sentido de cada página. Sus interpretaciones exquisitas, contrastadas y ricas en color se refuerzan en la última pista, la dedicada a la Partita, con el concurso de la magnífica y joven pianista de origen chino Ju-Ying Song. Otro tanto que se apunta Timpani en su serie de compositores franceses (o que pudieron serlo y acaso ejercieron como tales: es el caso de Honegger). Santiago Martín Bermúdez IRELAND: Phantasie Trio en la menor. Tríos nºs 2 y 3. Berceuse. Cavatina. Bagatelle. The Holy Boy. GOULD PIANO TRIO. NAXOS 8.570507 (Ferysa). 2008. 60’. DDD. N PE S on muy hermosos los tríos con piano de John I r e l a n d (1879-1962), fruto de una inspiración que bebe de las fuentes románticas con inequívocos toques británicos, cercanos a veces a lo tan característicamente idílico de esa música en sus tiempos lentos. Uno sólo tiene el formidable Phantasie Trio, de 1908, una pieza redonda. El Trío nº 2 refleja, como sucede en tantos de sus contemporáneos y compatriotas, el dolor de la Primera Guerra Mundial. El Trío nº 3 —estrenado por Antonio Brosa, Antoni Sala y el autor— es una reelaboración con piano del inicialmente escrito para clarinete y presenta en el segundo tema del primer movimiento uno de los motivos más memorables escritos por Ireland. Berceuse, Cavatina y Bagatelle son piezas de salón para violín y piano que recuerdan a las pequeñas joyitas elgarianas. Y The Holy Boy es la música más famosa del autor, escrita originalmente para piano —aquí se ofrece en arreglo para violín y piano— en la Navidad de 1913 como una parte de sus Preludios. La prestación del Gould Piano Trio —en el que forman tres músicos tan solventes como Benjamin Frith, Clio Gould y Alice Neary— es irreprochable. Claire Vaquero Williams IVES: Songs. Vol. 6. LIELLE BERMAN, soprano; DANIEL TREVOR BIRCHER, PATRICK CARFIZZI, barítonos; JENNIFER CASEY CABOT, soprano; MICHAEL CAVALIERI, barítono; DOUGLAS DICKSON, LAURA GARRITSON, J. J. PENNA, ERIC TRUDEL, piano. NAXOS 8.559274 (Ferysa). 2005. 66’. DDD. N PE La impaciencia castigada. Parece un título de comedia del Siglo de Oro con su guiño edificante. Eso nos ha pasado a nosotros. Reseñábamos aquí hace poco las dos primeras entregas de las canciones de Ives de Naxos. Varios artistas, varias propuestas y enfoques, pero una sola causa verdadera, la de Ives. Aquellos dos volúmenes nos provocaron eso, impaciencia. Y ahora las distribuidoras, por las razones ignotas que suelen empujarlas (no diré guiarlas), nos hacen llegar el volumen sexto. ¿No estaba usted tan impaciente por ver concluir el ciclo? El caso es que llega este bello y estimulante volumen sexto y final sin que conozcamos tres de ellos (tercero a quinto). Ahora que oímos a esta amplia serie de artistas de nuevo (con algún refuerzo) y vemos que el orden alfabético de las canciones llega hasta un título de 1923, la fugaz Yellow Leaves (que, por cierto, es de lo más bello de este álbum), abandonamos la impaciencia y nos entra el nerviosismo. Es lo que tiene Ives, que no sirve para apoltro- narse ni “relajarse”. Confiamos en que Ferysa traiga esos otros tres volúmenes, caramba. Mientras, oigamos el casticismo con sentido cómico de They are there! (1942; tardía, pues), en el que cantan todos juntos, o al menos siete, acompañados por Dickson; o el canto dedicado a Thoreau a partir de textos del propio trascendentalista que fue para Ives un inspirador principal (no único) de la Sonata “Concord”. O ese canto con tres pianos y un tenor, Vote for names, que es una burla, una sátira, en la que el votante expresa su decepción, frente al “canto” de los tres pianos o candidatos. Habría mucho que decir de todas estas canciones, pero en este CD hay nada menos que 23, así que no podemos sino constatar lo evidente: el lirismo, el dramatismo sugerido, el congregacionismo (por llamarlo así), la ética protestante y el espíritu del pionero de la costa este, la herencia liederística europea y sobre todo alemana (con algunas canciones en alemán, como Wiegenlied, de 1906) pero con abandono de cualquier languidez so capa de belleza. La hímnica y hasta el coral se codean con el retrato y la caricatura. La concepción vanguardista se advierte a menudo en la oposición y hasta lucha de línea vocal y acompañamiento. Se despliega la poesía nacional (desde Whitman hasta los propios Ives, Harmony y Charles) y no sólo nacional (Kipling, Bulwer-Lytton)… Estas son, entre otras, las características estéticas de este “sexto Ives”, lo que no lo diferencia apenas de los ya comentados aquí. Es un cierre espléndido, aunque sea al azar de lo alfabético. Lo cual quiere decir que el auténtico cierre está por llegar, con esos otros tres volúmenes. Los intérpretes vocales son numerosos. En la ficha relacionamos algunos, también por orden alfabético, según propone el propio editor. El equipo es excelente, con verdadero idiomatismo, con un sentido y alcance hondos y bellos. Si los dos primeros eran una maravilla, no había razón para que el sexto no lo fuera. Y a un precio realmente sugestivo. Santiago Martín Bermúdez JANÁCEK- BREINER: Suites orquestales de las óperas. VESA-MATTI LEPPANEN, violín. SINFÓNICA DE NUEVA ZELANDA. Director: PETER BREINER. 2 CD NAXOS 8.570555 / 8.570556. (Ferysa). DDD. 2007. 141’. N PE 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 91 D D I SI CS O C O S S HENNIG-LINBERG La discusión podría ser la siguiente. Janácek compuso poco para la orquesta; la integral de Jílek apenas consigue llenar tres discos: Taras Bulba, Sinfonietta, sobre todo, más las Danzas de Laquia y otras danzas como la serbia, la obertura Celos, poco más (algún poema sinfónico oculto, por ejemplo). Y, sin embargo, vienen ustedes y nos hacen suites de sus óperas, ¿cómo es posible? Sí, pero esas óperas contienen demasiada buena música orquestal como para dejarla ahí, en medio de las limitaciones de los teatros líricos y los de la discografía. Se trata de una música rica en lo tímbrico, en lo temático, en su desarrollo a partir de sugerencias de motivo, eso que se ha llamado células. No se puede dejar tanta riqueza fuera de las salas de conciertos, ni hacerlas depender siempre de cantantes y coros. Por otra parte, es una práctica no caprichosa, propia de grandes directores dedicados a Janácek, como el propio Mackerras. Está bien, pero esto que nos ofrece Naxos no es sólo la música orquestal de tal o cual ópera, sino la conversión de partes vocales en música sinfónica, como el canto de los reclutas de Jenufa, entre otros. Eso no hace sino reforzar la idea de que las suites de óperas de Janácek, sencillamente, no son obras de Janácek. No nos parece caprichosa ni imposible una discusión así. Algo por el estilo hemos oído en alguna ocasión. Hemos reseñado discos de Mackerras con contenidos semejantes, y nos han parecido de lo más adecuado. También lo son los contenidos de estos dos CDs que vienen de lejos, de las antípodas, arreglos del eslovaco Peter Breiner con la orquesta de Nueva Zelanda. Breiner, no lo olvidemos, es un conocidísimo y cotizado arreglista, que entre otras cosas tiene en su haber la hazaña de haber arreglado los himnos nacionales para las Olimpíadas de Atenas en 2004. Ahora bien, ¿cuál es el resultado de estos discos con respecto a Janácek? La escucha lleva a una conclusión más o menos así: Janácek permanece en la línea, pero no tanto en la tímbrica ni en la agresividad del discurso; se lo cinematografiza, se lo edulcora no poco. Janácek queda bonito. A menudo, en plan “música de las praderas”. Es de esas veces que uno reconoce la musiquilla (a veces, ni eso), pero se dice: este no es mi Janácek, me lo han cambiado. Habrá quien diga que esto es actitud rígida de quien se cree con el copyright espiritual del compositor moravo. Pero todo el mundo sabe lo fácil que es adulterar y tergiversar un discurso musical sin apartarse demasiado de la línea horizontal, de la melodía, de manera que se pierde la carga de la exposición original del autor. Es más difícil potenciar ese discurso; Ravel mismo lo hacía con sus propias obras cuando las orquestaba: las convertía en otras, pero equivalentes en altura artística. En fin, luego no digan que no se lo hemos advertido. trumentales en varios momentos del disco, bien como acompañante bien a solo. Tras la misa escuchamos una serie de motetes y chansons que, en su mayoría, conectan con ella por su relación con el motete Tu solus qui facis mirabilia, introducido en el Sanctus a modo de secuencia. En otros casos se trata de obras de presencia fundamental en el periodo —Mille regretz, Cela sans plus o Adieu mes amours— que, a su vez, inspiraron misas por idéntico procedimiento. La mezcla de cohesión y variedad del repertorio grabado resulta, de esta forma, un factor que contribuye a incrementar el interés del disco. Santiago Martín Bermúdez Juan García-Rico JOSQUIN: KHACHATURIAN: Misa D’ung aultre amer, motetes y chansons. ANDREW LAWRENCE-KING, arpa. ALAMIRE. Director: DAVID SKINNER. Concierto para violín y orquesta. Suite de Masquerade. ARA MALIKIAN, violín. SINFÓNICA DE EXTREMADURA. Director: JESÚS AMIGO. OBSIDIAN OBSCD701 (Diverdi). 2007. 69’. DDD. N PN NON PROFIT MUSIC 8437005650022 (Diverdi). 2008. 55’. DDD. N PN I ngleses a voz por parte. Con eso casi está dicho todo. Puede parecer tópico pero, en realidad, es la mejor forma de sintetizar el contenido del disco. Como todo, va en gustos. Si el lector es de aquellos que buscan expresividad y calidez, aun hablando de polifonía, mejor no siga leyendo. Si, por el contrario, es de los que disfruta con impolutas afinaciones justas, texturas transparentes, fraseos lineales con mínimos engrosamientos centrales y fluidez natural del pulso, éste puede ser un Josquin más que apetecible. El conjunto Alamire está formado por ocho voces procedentes, a su vez, de distintos consorts bien conocidos en la esfera vocal inglesa. Ofrecen por ello la rigurosa solvencia que se les presupondría y, como contrapartida, una estandarización tímbrica que les niega un carácter propio. Ahí es donde entrará en juego el gusto de cada cual. Haciendo referencia al programa, éste tiene su epicentro en la Misa D’ung altre amer, ejemplo de misa parodia basada en el tema homónimo de Ockeghem. Previamente, el programa acierta a ofrecerlo como tal en interpretación de la soprano del conjunto acompañada al arpa por Lawrence-King. Las intervenciones de este último aportan breves pinceladas ins- A ram Khachaturian (1903-1978), georgiano de padre armenio y que padeció los rigores del régimen estalinista, conoció el éxito máximo con su ballet Spartacus pero su música ya había penetrado en occidente por su integración de lo popular en partituras de corte más intelectual, buscando siempre el camino más directo para llegar al gusto del oyente. Otro armenio por familia, aunque nacido en Líbano, el violinista Ara Malikian, nacido en 1968, se erige aquí en figura máxima de este CD. Sobresaliendo por encima de versiones un tanto grises, más bien planas y casi siempre sin brillo, de una discreta corrección diríamos, Malikian se siente a gusto con lo que tiene entre manos, el Concierto para violín y orquesta, de 1940, cuya parte solista le permite exhibir todas sus cualidades virtuosísticas. Malikian, que como quien dice nació con el violín incorporado, se ve capaz de abordar cualquier repertorio, incluyendo el jazz, el flamenco y lo que se tercie, y aquí se identifica plenamente con una música que tiene muchos elementos de la tierra origen de autor e intérprete. La cadenza, modificada por David Oistrakh cuando estrenó la obra con el fin de propiciar un mayor lucimiento del ejecutante, le permite a Malikian explayarse a su gusto y el Allegro vivace supone la apoteosis final. Pero también hay expresividad por todo lo alto. Y sentimiento, como corresponde a música con ecos orientales. Completa el compacto la Suite de Masquerade, de 1944, que incluye el conocido y pegadizo vals inicial, seguramente una de las piezas más famosas del autor, con el Adagio de Spartacus y la archidifundida Danza del sable, del ballet Gayaneh. José Guerrero Martín LINDBERG: Sculpture. Campana in aria. Concierto para orquesta. ESA TAPANI, trompa. SINFÓNICA DE LA RADIO DE FINLANDIA. Director: SAKARI ORAMO. ONDINE ODE 1124-2 (Diverdi). 20072008. 64’. DDD. N PN Cada nuevo disco con obras de Magnus Lindberg (1958) es una demostración de poderío orquestal. No en balde, y junto a su compatriota Kaija Saariaho, el finlandés es uno de los pocos maestros actuales que puede permitirse la composición de partituras a gran escala, tanto en lo que respecta a sus dimensiones temporales como al gigantesco orgánico empleado en muchas de ellas. Por otro lado, es también uno de los pocos que puede presumir de gozar del favor de un público relativamente amplio. Las cualidades comunicativas de su música, su riqueza tímbrica y su modernismo antidogmático facilitan esa favorable y totalmente merecida recepción. Y como botón de muestra, este trabajo que recoge la primera grabación mundial de tres composiciones que nos traen al mejor Lindberg, a un maestro que construye sus obras a partir de pequeños motivos en continua transformación que dan lugar a un sinfín de ideas armónicas, melódicas y, sobre todo, tímbricas. Un procedimiento muy propio de Sibelius… A veces es difícil captar su estructura, tal es la sensación de heterogénea abundancia que desprenden, pero a pesar de ello no dejan nunca de sorprender. Es el caso de Sculpture (2006), una composición que evoluciona de la oscuridad a la luz en un deslumbrante tour de force sonoro, y lo es sobre todo del ambicioso Concierto para orquesta (2003), la mejor página del programa, pura música orquestal en la que cada idea, cada detalle, cada elemento 91 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 92 D D I SI CS O C O S S LINBERG-MOZART estructural alcanza todo su sentido en términos de textura instrumental. Las versiones de Sakari Oramo son dignas de elogio por su admirable virtuosismo, por su implicación y generosidad, y por mostrarnos todo lo que esta música tiene de cerebral, pero sin descuidar su no menos importante carácter sensual y evocador. Juan Carlos Moreno LUKASZEWSKI: Via Crucis. IESTUN DAVIES, contratenor; ALLAN CLAYTON, tenor; ANDREW FOSTERWILLIAM, barítono; ROGER ALLAM, narrador. POLYPHONY. BRITTEN SINFONIA. Director: STEPHEN LAYTON. HYPERION CDA67724 (Harmonia Mundi). 2008. 55’. DDD. N PN La mayor parte de la producción del compositor polaco Pawel Lukaszewski (n. 1968) es religiosa; además, es el director del Coro Musica Sacra de la catedral de Varsovia. Su lenguaje, como se aprecia de inmediato, es fundamentalmente tonal y esta característica, junto a su dedicación preferente a la música coral religiosa, puede dar pistas de cómo es su música a quienes no la conozcan. En la música de Lukaszewski encontramos al espiritualidad profunda cercana al mundo de lo popular habitual en Gorécki, pero también ciertas tendencias medievalizantes como las de Tavener o Pärt, una artificiosidad próxima a lo cinematográfico (que cansa) y unos contrastes dinámicos en la línea de un Kancheli pero algo más mesurados y sosegados, sin llegar a la en ocasiones extrema violencia que caracteriza buena parte de lo más significativo del compositor georgiano. Puede incluso establecerse cierto parentesco con Penderecki y en los momentos más plácidos hasta con Fauré; eso sí, un Fauré aristado y tenso aunque conserve cierta serenidad. El poliestilismo y la heterogeneidad, pues, son parte sustancial del lenguaje de Lukaszewski aunque según avanza la audición nos parezca paradójicamente todo igual a sí mismo. Obra ambiciosa, un tanto pretenciosa y rimbombante, escrita con innegable oficio pero repetitiva y con evidentes ganas de impresionar, es objeto de una interpretación que sin duda habrá satisfecho por completo al compositor, con unos efectivos entregados que se toman muy en serio el dar vida a esta música. 92 Josep Pascual Jean Tubéry EXQUISITO LASSO: Magnum Opus Musicum. CORO DE CÁMARA DE NAMUR. LA FENICE. Director: JEAN TUBÉRY. RICERCAR RIC 283 (Diverdi). 20072008. 57’. DDD. N PN No anda este disco muy sobrado de extensión para los tiempos que corren y, sin embargo, lo grabado es tan bueno que no merece perder su recomendación. El disco recoge una selección de la antológica Magnum Opus Musicum, en la que Di Lasso reunió multitud de canciones y motetes de formas y cometidos diversos. Su título, Los humores de Orlando, hace referencia a los múltiples transfondos anímicos y afectos que las piezas reflejan, motivados de manera directa por el también mudable carácter del compositor. Jean Tubéry escoge piezas entre las tres y las seis voces, y se lanza con impulso y extroversión. Su traducción de este universo polifónico se diversifica a la par que lo hacen MARTINU: Obra para piano. Vol. 5: Polkas H 101; Cinco Valses H 5. GIORGIO KOUKL, piano. NAXOS 8.572175 (Ferysa). 2008. 51’. DDD. N PE N o, no era el último el anterior volumen, el cuarto de la serie pianística de Martinu por Koukl. Martinu compuso mucho y bastantes cosas se perdieron. Y de pronto aparecen cosas por ahí, como estos cinco Valses de 1910, cuando Martinu era autodidacta y tenía sólo 20 años; o estas seis Polkas de la época de la guerra. La importancia de estas piezas no debe ser exagerada. Tienen interés, claro está; pero a veces ese interés es sólo documental, o para impenitentes seguidores, buscadores y amantes de la obra de este checo imprescindible. Que en estas obras no lo es tanto. No es el caso del Trío que se ha descubierto hace poco y han grabado para Alpha los de Calliopée. Desde luego, Koukl y Naxos cumplen con su deber al recuperar estas obras y darlas como primicias fonográficas mundiales. Koukl se porta y se comporta como en los cuatro volúme- las obras, conjugando las lecturas vocales con el colorido instrumental. Éste, ya como subrayado de las líneas del canto, ya como sustitutivo parcial o total de éstas, viene dado por la amalgama de flautas, cornetas, sacabuches, bajón, órgano, virginal y archilaúd que sabemos —Hans Mielich, 1570— formaban la propia Capilla de Di Lasso en Baviera. La variedad tímbrica que presenta su combinatoria enriquece el resultado general del disco. Pero si interesante resulta ese aspecto, más aún lo es el extraordinario rendimiento del conjunto vocal: una plantilla mixta, formada por diecisiete voces distribuidas en seis secciones —diferenciando contraltos femeninas y contratenores—, de magnífico empaste, tanto a tutti como en la reducción a pequeño grupo solista. El resultado global, tanto del conjunto como de los pasajes individuales, está perfumado de exquisitez sin, por ello, dejar de lado la naturalines anteriores, que tanta buena música incluían: virtuosismo, humor y capacidad lúdica. La introspección, con estas danzas juveniles, estaría fuera de lugar. En fin, por lo que leemos en las notas, cabría la posibilidad de que Koukl nos aportara nuevos discos a esta serie. Al parecer, ha encontrado mucho material, y lo ha grabado o está dispuesto a hacerlo. Santiago Martín Bermúdez MENDELSSOHN: Obras completas para órgano. Vol. 1. MARTIN SCHMEDING, órgano. ARS 38 046 (Gaudisc). 2008. 79’. SACD. N PN Obras completas para órgano. Vol. 2. MARTIN SCHMEDING, órgano. ARS 38 047 (Gaudisc). 2008. 76’. SACD. N PN A l contrario que Johannes Brahms, cuya integral para el rey de los instrumentos comentábamos en estas mismas páginas hace poco, Felix Mendels- dad. Siguiendo esa tercera vía que en los últimos años está cuajando entre los conjuntos vocales especializados, la pureza de líneas y la homogeneidad de la pasta sonora no es óbice para encontrar un alto grado de expresividad. Escuchamos así un Di Lasso luminoso, pletórico incluso en muchos momentos, que contrasta poderosamente con ópticas polifónicas más ensombrecidas. Quedando aún cientos de obras en la colección, hubiésemos agradecido veinte deliciosos minutos más. Juan García-Rico sohn sí sintió un sincero interés por el órgano durante toda su vida. Admirador como era del arte de Bach, bajo la dirección de su maestro Zelter tuvo oportunidad de estudiar en profundidad tanto sus obras instrumentales como las vocales, de tal modo que su propio estilo acabó viéndose contaminado por el del kantor de Leipzig. Sobre todo en lo que concierne a sus oratorios y motetes, sin olvidar sus composiciones organísticas, que ahora nos ofrece Martin Schmeding desde el órgano de la Filarmónica de Essen. Los Tres preludios y fugas op. 37 tienen todo el sello bachiano, como también el ciclo de Seis Sonatas agrupadas bajo el Op. 65, sólo que aquí el compositor, si bien utiliza como base unos materiales no tan alejados de los de Bach, entre ellos los corales y el contrapunto, consigue una expresividad netamente romántica que explota todos los recursos de su instrumento. Como propina, la transcripción, realizada por el organista, de las Variaciones serias op. 54, original para piano, pero que suena particularmente bien al órgano. Las interpretaciones de Schmeding son inobjetables. Estamos ante un organista capaz, ante un músico que conoce perfectamente 244-DISCOS 27/7/09 12:34 Página 93 D D I SI CS O C O S S LINBERG-MOZART las posibilidades de su instrumento y su historia, de tal modo que nos entrega unas lecturas fastuosas, frescas, muy musicales, que evitan esa molesta retórica que muchas veces acompaña al repertorio organístico. La toma de sonido es excelente, por lo que sólo cabe recomendar este registro. Juan Carlos Moreno MENDELSSOHN: Auf Flügeln des Gesanges. Lieder. HANS JÖRG MAMMEL, tenor; ARTHUR SCHOONDERWOERD, fortepiano. CARUS 83.430 (Diverdi). 2008. 62’. DDD. N PN E n su semblante más romántico, Mendelssohn se acercó al mundo del lied con la entereza de un amante de la literatura situado en el centro mismo de la crema social y cultural de su tiempo. Versos de Heine, Eichendorff, Geibel, Hölty, Lenau, Schiller, Willemer y Goethe, entre otros, suenan en este disco musicados con suaves aromas florales, elegantes y poemáticos en sus melodías, fáciles y risueños en sus armonías. El tenor Hans Jörg Mammel se mueve bien en este romanticismo feliz, pues es un artista sensible que frasea con finura, se recrea en las inflexiones del idioma, tiene un centro claro y agradable, sabe regular el sonido y matiza con muy buen gusto. Pero cuando la música se agita, pide cantar en forte y se vuelve algo más exigente en la zona alta (como en las canciones Neue Liebe o Hexenlied), la voz tiende a perder brillo, aparecen notas abiertas, sonidos nasales y la musicalidad lógicamente se resiente. Nos quedamos por tanto con la recogida intimidad de páginas como Schilfield, Die Sterne schau’n in stiller Nacht o Auf Flügeln des Gesanges, por citar tres ejemplos en los que el tenor emerge como un liederista de primera. Sensacional es la labor de Arthur Schoonderwoerd desde el fortepiano, nada seco de sonoridad, fiel al cantante y hábil en el dibujo de los paisajes, ya sea en la quietud o en la tempestad, en el campo rosado o en la mar inmensa, en la noche silenciosa o en el reino de los elfos. Asier Vallejo Ugarte MESSIAEN: MOZART: La Nativité du Seigneur. Le banquet céleste. WOLFGANG SIEBER, órgano. Obras para teclado vol. 9. Marcha K. 408, n º1. Variaciones K. 265. Sonatas K. 280 y 533. Rondó K. 494. Fantasía (fragmento) K. 396. SIEGBERT RAMPE, clave y fortepiano. ARS 38 037 (Gaudisc). 2007. 60’. DSD. N PN La belleza de la música para órgano de Messiaen está en la dialéctica de serenidad y exaltación. El banquete celestial, pieza temprana de 6 minutos, la desgrana Sieber con los atributos de la música incidental, como si esta secuencia fuera una banda sonora, un anticipo de imágenes, un comentario dramático. Pero es sólo el comienzo, claro está. Es la introducción a las nueve piezas de la Navidad, donde nos espera la secuencia de la Virgen y el Niño y los pastores hasta la llegada de los Magos y el relato Dios entre nosotros (“y habitó entre nosotros”). Es una de las grandes obras para órgano de quien tan excelentes recitales daba, allí subido, en su órgano de la Trinité, una de esas obras compuesta de piezas hondas y hermosas. Es un canto de celebración, claro está. Nueve cantos, para ser exactos. De distinto carácter, pero secuencia de celebración, porque para eso es la Navidad, para celebrarla. Y para eso canta Messiaen su fe, para exaltar y celebrar. Ni el compositor ni este intérprete suyo (ni creemos que los que hasta ahora lo han sido, incluido el propio Messiaen) pretenden que haya una correspondencia entre cada música y la evocación que hace su título; hay una correspondencia espiritual anterior: la de la fe del compositor y su alcance humano, por una parte, y la escritura de una secuencia de sonidos que de allí surgen. Encontrarse en estos títulos (por ejemplo, la pieza más amplia, que se llama El Verbo) es posterior. Así lo comprenden intérpretes tan destacados de la obra de Messiaen como Wolfgang Sieber, que presenta esta secuencia, grabada en vivo en el órgano de Kuhn de la Filarmonía de Essen. Era un 23 de diciembre, era el año 2007. Víspera de Nochebuena. En fin, un disco bello para una música de belleza penetrante, con un sonido espléndido de SACD. Santiago Martín Bermúdez MDG 341 1309-2 (Diverdi). 2006-2007. 77’. DDD. N PN El proyecto GuadianaRampe sigue su curso sin novedad en el frente, gracias. Los volúmenes 7 y 8 han debido ser engullidos por algún tsunami, de forma que henos aquí, comentando el volumen 9 de una serie de la que sólo cinco ejemplares (los volúmenes 1 a 3, el 6 y ahora éste) han llegado a nuestras manos. Contenido, como en anteriores ocasiones, variado, que el artista alemán desgrana desde el clave (K. 408, nº 1, K. 265, K. 280) de Shudi utilizado en algunos volúmenes previos y (resto de las obras) desde el fortepiano construido por Barbara y Thomas Wolf en Washington (1992) a partir de un original de Schantz (c. 1795). Rampe tiene cierta tendencia a hacer de estos discos una suerte de demostración instrumental, y no es este volumen la excepción. Así, las famosas Variaciones K. 265 se erigen en un ejercicio de continuos cambios de registro cuyo resultado estético, al menos a quien esto firma, le convence sólo a medias. Variaciones, por lo demás, muy bien ejecutadas y adornadas con profusión en las repeticiones, como acostumbra este artista. En algún caso la cosa parece algo desequilibrada (más volumen en los acordes acompañantes de la mano izquierda que en el tema variado en la derecha, como en la variación 11). Al escuchar la Sonata K. 280 la forma de adornar, como ya ocurriera en ocasiones anteriores, parece excesiva. Rampe cambia demasiado lo que Mozart escribió, y eso, creo, es un paso más allá del adorno. En algún momento (Adagio de esta obra) hay algún unísono cuya afinación debiera haberse cuidado más. Las cosas van algo mejor en las obras con fortepiano, aunque Rampe no logra escapar a cierta asepsia expresiva (el hermoso Andante de la Sonata K. 533 pide bastante más enjundia en este sentido). Muy buena www.scherzo.es grabación para este nuevo ejemplar de una serie con algunas cosas de interés pero que no termina de convencer plenamente. Rafael Ortega Basagoiti MOZART: Le nozze di Figaro. VICTORIA DE LOS ÁNGELES (Contessa), NADINE CONNER (Susanna), MILDRED MILLER (Cherubino), CESARE SIEPI (Figaro), GIUSEPPE VALDENGO (Conte). CORO Y ORQUESTA DEL METROPOLITAN DE NUEVA YORK. Director: FRITZ REINER. 2 CD COLUMNA MUSICA VDA-5 (Diverdi). 1952. 158’. ADD. H/R PN La Fundación Victoria de los Ángeles y Columna Música están haciendo una gran labor en la difusión de las grabaciones procedentes de teatro o salas de concierto de la gran soprano catalana. Uno de sus grandes éxitos en el Metropolitan neoyorquino fue su actuación en la Contessa de Le nozze di Figaro que tuvo lugar en el Met neoyorquino el 1 de marzo de 1952, que ya había circulado en versiones de AS y Arlecchino, que ahora ha sido reeditada con un sonido mejorado. Victoria de los Ángeles se erige en la gran protagonista de la velada, con su voz de una pureza infinita, un fraseo comunicativo, de claridad meridiana y una elegancia natural con una interpretación sublime, donde muestra su impecable legato y su visión donde alterna tristeza y alegría, coquetería y estilo, con un estilo aristocrático. Otro punto álgido de la función es Cesare Siepi, con su timbre oscuro que desgrana con toda la intención las intervenciones del pícaro Figaro, rol que más tarde grabaría, en una versión de referencia, con Kleiber, mientras que Giuseppe Valdengo, el barítono preferido de Toscanini, sabe dar la elegancia necesaria al Conde, aunque a veces a su hermosa voz lírica le falta una cierta densidad en la zona grave. Completan el reparto la musical Nadine Conner, la poco ingenua Mildred Miller en Cherubino, destacando además la presencia del veterano Salvatore Baccaloni, impecable Bartolo, Jean Madeira, todo un lujo como Marcellina y Roberta Peters, en una delicada Barbarina, con una dirección muy profunda de Fritz Reiner, que sabe dar carácter y transparencia, manteniendo unos tempi muy adecuados. Albert Vilardell 93 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:17 Página 94 D D I SI CS O C O S S G.MUFFAT-PURCELL Mitzi Meyerson OTRO MUFFAT G. MUFFAT: Componimenti musicali per il cembalo. MITZI MEYERSON, clave. 2 CD GLOSSA GCD 921804 (Diverdi). 2006. 150’. DDD. N PN S orpresa, grata sorpresa. No es un disco de Georg Muffat, lo que tampoco sería mala cosa, sino de su hijo Gottlieb o Theofilo en versión italiana (1690-1770), que a pesar de haber vivido tantos años ocupando durante sus últimos treinta el puesto de primer organista de la Corte de Viena y haber realizado una contribución básica a la música para tecla de su época, ha sido prácticamente olvidado y su discografía era casi nula hasta ahora. NIN CASTELLANOS/NIN CULMELL: Canciones catalanas y del resto de España. VICTORIA DE LOS ÁNGELES, ANNA BRULL, MARTA GARCÍA CADENA, LAIA FRIGOLÉ, CHRISTINA KOCH, EULÀLIA FANTOVA, SHEILA GRADOS, sopranos; BEGOÑA NAVARRO, mezzosoprano; JORGE ABARZA, tenor; JOSEP RAMON OLIVÉ, barítono; PAUL BERL, MIGUEL ZANETTI, GERALD MOORE, MAGDE WILMOTTE, ALAN BRANCH, piano. COLUMNA MÚSICA 1CM0196 (Diverdi). 1950-1960, 2008. 68’. DDD. N PN 94 S exto volumen de la colección dedicada a Victoria de los Ángeles, editada por el sello Columna Música y promovida por la Fundación que lleva el nombre de la extinta soprano barcelonesa, que ha querido rendir homenaje a Nin Culmell en el centenario de su nacimiento. En grabaciones hechas entre los años 1950 y 1960, algunas de ellas registros en directo y ahora en primicia mundial en CD, la voz de la cantante catalana nos vuelve a deleitar con su dulce timbre, su delicada línea, su sensibilidad y su exquisita musicalidad, aunque con un irregular sonido como consecuencia de las, a veces, no idóneas condiciones de la toma que se hizo en su día. ¡Qué delicia su interpretación de El cant dels ocells, tantas veces oído en distintas versiones, grabación en directo de 1960, derroche de finura y emotividad! De Joaquín Nin Castellanos Mitzi Meyerson, a quien debemos varias excelentes grabaciones de obras alejadas del repertorio habitual, nos ofrece en este doble digipack la integral de los Componimenti musicali per il cembalo, editados en Augsburgo sobre 1736, cuando el emperador era Carlos VI, el que en su día había sido pretendiente a la Corona de España, gran amante de la música y admirador de Vivaldi y que murió al poco de llegar éste a Viena. Los Componimenti son una colección de siete suites, aunque más propio sería decir de seis más una Ciacona, única pieza que integra la séptima. Su interés y sus peculiaridades están perfectamente descritos por la cla(1878-1949) y de su hijo Joaquín Nin Culmell (1908-2004) se han escogido piezas de Veinte cantos populares españoles (segundo cuaderno), Cançons populars catalanes (volúmenes 1 y 2), Cuatro canciones andaluzas y Veinte cantos populares españoles (primer y segundo cuadernos). Y junto a la maestra, un puñado de nuevos y jóvenes intérpretes becados por su Fundación, esperanza cierta de un relevo gozoso en el mundo de las voces hispanas, entre las que nos parece oportuno destacar las de las sopranos Anna Brull, Marta García Cadena, Laia Frigolé, Christina Koch, Eulàlia Fantova y Sheila Grados, con su amplio abanico de colores tímbricos dentro de una misma tesitura. Variados motivos, pues, que potencian el interés del presente compacto, una prueba más de la afanosa búsqueda de nuevos alicientes y de huida de la rutina por parte de Columna Música. José Guerrero Martín PAGANINI: 24 Caprichos para violín solo op. 1. TANJA BECKER-BENDER, violín. HYPERION CDA67763 (Harmonia Mundi). 2007. 80’. DDD. N PN E l músico que creó el nuevo ideal del virtuoso pertenecía a una generación anterior a la de los románticos, pues nació en 1782, y no era pianista vecinista en las notas que en formato de entrevista se incluyen en la edición, con la correspondiente traducción española habitual en las ediciones de Glossa. Es difícil comprender cómo una obra tan personal, tan variada, que va de lo didáctico a lo casi extravagante pasando por intisino violinista. Pero logró impresionar a los miembros de este movimiento con su personalidad, misteriosa y dotada de un gran magnetismo. Interesaba más a los pianistas que a los propios violinistas, quienes se veían incapaces de imitarle y de alcanzar sus invenciones técnicas. Schumann y Liszt sí realizaron transcripciones para piano de algunos de los 24 Caprichos, op. 1, materia del presente CD. Se deduce fácilmente, pues, que estas dos docenas de piezas necesitan un intérprete calificado, virtuoso y maduro tanto en la técnica como en la expresión. La alemana Tanja Becker-Bender reúne todas esas condiciones y añade además un sonido pleno, limpio, poderoso, comunicativo. De una gran belleza e irresistible atractivo. Hipnotizador por momentos. Los valores de que hacía gala el violinista de Génova, que hicieron decir a las gentes que estaba poseído por el diablo (el Capricho nº 13 lleva precisamente el sobrenombre de La risa del diablo), los desarrolla aquí con suficiencia la joven violinista de Stuttgart, con la ayuda de su Guarneri del Gesù (Cremona, 1728), haciéndonos caer en el espejismo de que todo parece más fácil de lo que realmente es, aunque al mismo tiempo, si se profundiza, nos haga sentir las dificultades de la empresa abordada. Por supuesto, como quería el autor, la pirotecnia y lo circense priman sobre lo demás, pero no excluyen la expresividad, justificada precisamente en los alardes técnicos, cuyo despliegue mistas adagios o sarabandes y que además conoció la imprenta, haya caído en tal olvido. Pero fueron tantos los casos… No hay más que recordar al citado Vivaldi. Otra notabilidad de estos Componimenti es la gran cantidad de “préstamos” que de ellos tomó Haendel para varias de sus obras, particularmente para la Ode for St. Cecilia’s Day y otras más que vienen especificadas en la página 14 del librillo. Una verdadera diversión para los haendelianos, incentivo a añadir a esta grabación de Meyerson en la gloria nacional que es el sello escurialense Glossa. José Luis Fernández practicó hasta la saciedad Paganini, en una exploración sin fin de las posibilidades sonoras y de las maneras de utilizar el instrumento, en un ciclo cuya apoteosis es el famoso Capricho nº 24 (un tema, once variaciones y un final), tema, el más célebre de su autor, que ha sugerido variaciones a Liszt, Schumann, Brahms, Rachmaninov, Blacher, Lutoslawski y Andrew Lloyd Webber, entre otros. Una excelente toma de sonido completa el interés de este compacto. José Guerrero Martín PFITZNER: Quinteto con piano op. 23. Sexteto op. 55. ENSEMBLE ULF HOELSCHER. CPO 777 395-2 (Diverdi). 2003-2004. 68’. DDD. N PN Hay compositores capaces de dormir a las ovejas, tal es la seriedad y el afán de trascendencia de su obra. Hans Pfitzner es uno de los más insignes, la representación más palmaria de cómo una aportación tan revolucionaria como la de Richard Wagner puede convertirse en puro y reaccionario sopor académico. Y, no obstante, Pfitzner dista mucho de ser un creador mediocre. El segundo acto de su ópera Palestrina es magistral de principio a fin, y en su amplio catálogo encontramos más de una partitura que merece ser 244-DISCOS 27/7/09 12:38 Página 95 D D I SI CS O C O S S G.MUFFAT-PURCELL destacada. Y no sólo por un interés puramente histórico. Una de ellas la encontramos en este disco: el Sexteto en sol menor op. 55, para piano, clarinete, violín, viola, violonchelo y contrabajo, de una ligereza sorprendente, tanto más cuanto que Pfitzner lo escribió en un hospital en 1945, cuando el Reich nazi veía que su autoproclamada eternidad era sólo un espejismo. Se trata de una pieza luminosa, espontánea, pero no insustancial, que mira a los inicios del romanticismo y saca un extraordinario partido del original instrumentario sin caer en pedanterías. En cambio, el Quinteto con piano, de 1908, se acerca mucho más a la imagen tradicionalmente espesa de Pfitzner. Y eso que ideas no le faltan, tanto en el plano armónico como en el formal. Pero en él hay también muchas zonas muertas e indefinidas, en las que el discurso se estanca o se alarga innecesariamente. El Ensemble Ulf Hoelscher, liderado por el violinista del mismo nombre, ofrece una lectura coherente y ajustada, respetuosa en todo momento con esta música magistral en el caso del sexteto y que no acaba de alzar el vuelo en el del Quinteto. Juan Carlos Moreno PFITZNER: Del alma alemana. SOLVEIG KRINGELBORN, soprano; NATHALIE STUZMANN, mezzo; CHRISTOPHER VENTRIS, tenor; ROBERT HOLL, bajo. CORO DE LA RADIO DE BERLÍN. SINFÓNICA ALEMANA DE BERLÍN. Director: INGO METZMACHER. 2 CD PHOENIX 145 (Ferysa). 2007. 95’. DDD. N PN En su momento, cuando se reeditó en P r e i s e r Records el viejo registro de Clemens Krauss tomado en vivo en la Musikvereinsaal en enero de 1945, ya hablamos largo y tendido de esta cantata romántica de Pfitzner basada en textos y poemas de Josef von Eichendorff, una obra que refleja todo lo que es considerado como típico del alma alemana, es decir, “su carácter a la vez meditativo, exaltado, profundo, grave, enérgico y heroico”, términos utilizados por Pfitzner para justificar la elección de su título. Mientras el compositor trabajaba en ella, las diferentes partes de la obra, llamadas respectivamente Hombre y Naturaleza, Vivir y cantar y Lieder, fueron ensamblándose y adquiriendo mayor consistencia, profundidad y matización hasta conseguir la tensión armónica, los colores instrumentales y las características de una obra de gran envergadura. La cantata se estrenó en 1921 dirigida por Selmar Meyrowitz y tuvo inmediato éxito, hasta el punto de que Bruno Walter y Furtwängler la dirigieron a menudo en Alemania, y Arthur Bodanzky la llevó a Nueva York con gran repercusión, aunque la conflictiva personalidad de Pfitzner, que decía siempre la verdad fuera cual fuese la situación, es decir, nulo como diplomático, y además, y lo más grave, un abierto antisemita, furibundo ultranacionalista alemán y baluarte incansable contra la amenaza futurista, no le ayudaron a que tanto sus contemporáneos como las generaciones posteriores apreciasen su notable obra, de la que su ópera Palestrina (preciosa versión de Kubelik en CD DG), su Sinfonía, algunos Cuartetos y Lieder y justamente esta cantata que ahora se comenta, son los pilares fundamentales de su creación. El concierto que recoge esta versión grabada en 2007 como celebración del día de la Unidad alemana, engendró violentos debates públicos debido precisamente a la conflictiva personalidad del compositor. Pero hay que agradecer que un director como Metzmacher, actual titular de la Sinfónica Alemana de Berlín y siempre preocupado tanto por todas las obras del siglo XX como por cualquier obra de vanguardia, eligiese esta bella cantata sin juicios preconcebidos y atendiendo únicamente a la calidad musical y literaria de la misma. Una agradable sorpresa de todas formas, ya que la obra es más apta para el conservador Thielemann que para Metzmacher, que aun así imprime su sello con algunos matices interpretativos que la conectan más con el Mahler de la Octava Sinfonía o el Schoenberg de los Gurrelieder que con una obra más afín al mundo de Schumann y los románticos, tal y como Clemens Krauss nos dejó demostrado en su citada versión. Los solistas cumplen sin problemas, coros y orquesta son de primera calidad, lo mismo que la buena grabación, el libreto viene con los textos originales de Eichendorff y su traducción inglesa, más un texto alemán-inglés que nos habla del compositor y su obra. Por tanto, acertada versión moderna de Von deutscher Seele, una encomiable decisión de Ingo Metzmacher al desempolvar esta bella obra del olvido. Su audición se recomienda sin reservas y cualquier oyente sin prejuicios disfrutará de ella con los debidos respeto y admiración, aunque la personalidad de su creador no se los mereciese (el propio Pfitzner decía de sí mismo: “Soy un bichejo de cuidado”). Enrique Pérez Adrián que interviene el compositor como segundo piano— Keys to the City (1983), que juega con la ambigüedad del título oscilando entre la rotación tonal y materiales dodecafónicos (key: tecla / tonalidad) y que se propone como celebración del puente de Brooklyn en su perceptible revisitación del pianismo y perfume jazzístico de Gershwin. PICKER: Obras para piano. URSULA OPPENS, piano. WERGO WER 6695-2 (Diverdi). 2007. 72’. DDD. N PN A falta de Pianorama (1984), Wergo propone la integral de la música para piano — apenas dos obras contaban ya con referencia discográfica en sellos estadounidenses de escasa distribución europea— del neoyorquino Tobias Picker, nacido en 1954 y que en los últimos tiempos se ha forjado una gran reputación como operista (Thèrese Raquin, 2000; An American Tragedy, 2005) en su país natal. El propio compositor brinda en sus notas al disco información detallada sobre el proceso de gestación de las composiciones y, en muchas ocasiones, sobre su vinculación con la pianista protagonista de las versiones, la veterana y comprometida con la creación contemporánea Ursula Oppens, dedicataria y primera intérprete de varias de ellas y testigo cómplice —como prueba su ejecución precisa y rica de paleta cromática— de una evolución estilística que nos lleva desde …when soft voices die… (1977), cuya concepción abstracta y gusto por el contraste expresionista responde más a los estudios de Picker con Elliott Carter que a la insinuación poética del título, tomado de Shelley, a los Four Etudes for Ursula (1996), en que el homenaje a Nancarrow convive con un pathos scriabiniano (Legato espressivo del tercero); un balance entre una perspectiva neorromántica y el interés por la complejidad rítmica que perdura en el resto del repertorio, en el interior de la misma obra (así, el Liberamente central de las Three Pieces for Piano de 1990) o decantándose hacia alguno de sus extremos, ya hacia el universo armónico relajado y suave discurso tímbrico de Old and Lost Rivers (1986), continuado en Where the Rivers go (1995), ya hacia el swing más descarado, a manera de divertimento (The Blue Hula, 1990) o en obras de mayor ambición formal, como en el dúo —en Germán Gan Quesada PISADOR: Libro de música de vihuela. JUAN CARLOS DE MULDER, vihuela; OLALLA ALEMÁN, soprano. CONSORT DE VIOLAS DA GAMBA DE LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA. VERSO VRS 2071 (Diverdi). 2007. 59’. DDD. N PN Bajo el título de Gentil caballero se r e c o g e n músicas fundamentalmente del protagonista del disco, pero también de Cabezón, Venegas de Henestrosa y Ortiz. El programa es un buen ejemplo del magnífico nivel que está tomando la interpretación de la música renacentista por los grupos y solistas especializados españoles. Así, no hay sino que escuchar la dulce intervención de la soprano y el refinamiento del acompañamiento en Mal ferida va la garça para percatarse de ello. El trabajo vihuelístico de Juan Carlos de Mulder es limpio, musicalísimo y virtuosístico, como es caso paradigmático Sparci sparcium. El grupo de violas toca piezas como Flérida para mi dulce y sabrosa con seductora sonoridad y excelente idioma. Otras varias obras pueden citarse por la sobresaliente participación de todos los intérpretes; en especial, la serena introspección de Si la noche haze escura, la sencillez de Con qué la lavaré o la tristeza de la segunda versión de Si la noche haze escura. Disco de gran interés. Enrique Martínez Miura PURCELL: Fantasías para viola. FRETWORK. HARMONIA MUNDI HMU 907502. 2008. 50’. DDD. N PN E l conjunto inglés Fretwork interpreta la integral de Fantasías para violas de Purcell, culminación de todo un 95 244-DISCOS 27/7/09 12:38 Página 96 D D I SI CS O C O S S PURCELL-SCHUBERT género crucial en el desarrollo de la música británica. Son tres piezas a tres voces, nueve a cuatro, una a cinco y dos In Nomine (uno a 6 y otro a 7) que han sido objeto de innumerables registros. Fretwork ofrece de estas obras una visión apolínea, equilibrada, serena, algo monótona en colores, que mira más a la claridad y la precisión abstracta del contrapunto que a la teatralidad que tan bien han sabido destacar conjuntos como Hespèrion XX (histórica grabación para Astrée, recientemente transferida a Alia Vox), Ricercar Consort (Mirare) o Il Suonar Parlante (Winter & Winter). Pablo J. Vayón RACHMANINOV: Preludio op. 3, nº 2. Preludios opp. 23 y 32. STEVEN OSBORNE, piano. HYPERION CDA67700 (Harmonia Mundi). 2008. 79’. DDD. N PN T ras 96 experiencias discográficas tan dispares como los conciertos para piano y orquesta de Michael Tippett y las partituras completas para piano y orquesta de Benjamin Britten, el pianista Steven Osborne ha grabado obras de Messiaen, Liszt y Debussy. Y ahora firma este nuevo disco con Hyperion en el que ofrece los Preludios op. 23 y op. 32 de Sergei Rachmaninov. Aquí, sus interpretaciones no se distinguen precisamente por su vehemencia y emoción, bien al contrario: su Rachmaninov es cerebral y hasta puede considerarse distante. Con todo bajo control, Osborne dibuja unos Preludios de carácter tranquilo y de expresión retraída, donde la dicción pianística brilla por su precisión y cada ataque está realizado desde la más justa mesura. Lejos de la efervescencia interpretativa de los mismos rusos, el suyo es un fraseo contenido pero también explícito, donde la asimilación de los detalles salta a la vista, pero en el que falta la calidez necesaria. El pianista escocés apuesta por la distancia y sus Preludios ahondan siempre en la misma dirección, incluso cuando la música lo suplica descaradamente (escuchen el archiconocido Preludio en si bemol op. 23, nº 2), él aparece dispuesto a apaciguarla. Las versiones tienen su interés, porque Osborne toca y mucho, eso salta a la vista (cualidades como la nitidez y un Lan Shui ESPECTACULAR RACHMANINOV: Sinfonía nº 2 op. 27. Vocalise op. 34, nº 14. SINFÓNICA DE SINGAPUR. Director: LAN SHUI. BIS SACD-1712 (Diverdi). 2008. 68’. DSD. N PN Sí, espectacular. Esa es la palabra que le vendrá a más de uno a la mente cuando escuche este compacto. Algo tendrá que ver la apasionada música de Rachmaninov y su brillante orquestación, por supuesto, pero también las prestaciones de una orquesta sensacional, el esmerado trabajo de un más que convincente director y la calidad del sonido. Todo ello, por separado y en conjunto, espectacular. La orquesta oriental celebra este año el trigésimo aniversario de su fundación, y lo hace en un momento dulce de su todavía breve historia ya que tiene como director artístico sonido siempre cuidado acompañan a un virtuosismo impecable), pero no destacan musicalmente por una expresividad florida ni ardiente. Emili Blasco RAVEL: L’enfant et les sortilèges. Schéhérazade. JULIE BOULIANNE (El niño), GENEVIÉVE DESPRÉS (Mamá), KIRSTEN GUNLOGSON (La taza china), PHILIPPE CASTAGNER (La tetera), IAN GREENLAW (El gato). MIEMBROS DE CORO SINFÓNICO DE CHICAGO. CORO DE NIÑOS DE CHATTANOOGA. MIEMBROS DEL CORO SINFÓNICO DE NASHVILLE. SINFÓNICA DE NASHVILLE. Director: ALASTAIR WILLIS. NAXOS 8.660215 (Ferysa). 2006-2007. 65’. DDD. N PE U na nueva versión de El niño y los sortilegios, ópera exquisita, de abundante y rico reparto, breve (tres cuartos de hora), conocida y aceptada, aunque nunca provoca entusiasmos; acaso porque esta belleza que renuncia a toda ganga sentimental es renuente por sí misma a ese tipo de aceptaciones. Tal vez por eso la discografía de esta obra no es copiosa. También tenemos, de nuevo, esa serie de tres cantos juveniles de Ravel, desde 1997 a Lan Shui, quien la ha situado en el panorama internacional. David Zinman ya reparó en el talento de este músico chino en 1992 cuando le invitó como director asociado a la Orquesta Sinfónica de Baltimore. A partir de ahí ocupó puestos similares en Detroit con Järvi y en Nueva York con Masur y empezó a frecuentar orquestas de Europa y América y a realizar grabaciones al frente de centurias de prestigio, como la Sinfónica de Malmö. En Singapur halló “su” orquesta y la felicísima colaboración entre director y orquesta ha dado frutos bien conocidos, como la estupenda (y pionera) integral sinfónica de Cherepnin. La intensidad expresiva de Rachmaninov halla en estos músicos orientales unos intérpretes poco menos que ideales. ¡Quién lo diría! Y luego hay quien dice que los músiSchéhérazade, obra grabada una y otra vez más allá del mérito, indudable pero no excesivo, de estas tres piezas bellas sin más. La mezzo canadiense Julie Boulianne (que ha cantado papeles tan distintos como Rosina o Zerlina) hace frente a los dos desafíos con elegancia, con acierto, con rigor. Y con inspiración. Hacer de niño en versión de concierto o en fonografía es mucho más sencillo que enfrentar en el mismo medio el tríptico de Schéhérazade. Por eso, en L’enfant el que tiene un buen problema es el maestro concertador, con todo ese desfile de personajes (o lo que sean), con esas intervenciones orquestales que pasan del tutti al camerismo de un momento a otro, con transiciones tan sabias y sutiles como inmediatas. O esos conjuntos corales de niños o de adultos. Por suerte, el estadounidense Alastair Willis aúna a todos estos conjuntos, que parece que provienen de toda la Unión, y que son de un nivel medio muy sólido, con prestaciones de buen rendimiento. Sabemos que la discografía ha dado algunas referencias insuperables del Enfant (Bour, Ansermet, Maazel, por mencionar sólo los más antiguos), pero no creemos que Willis, Boulianne y sus equipos hagan ni mal ni regular papel junto a esos nombres míticos. Quien quiera iniciarse en esta obra, aquí tendrá una refe- cos orientales son fríos por muy bien que toquen… Pues nada, a dejar prejuicios a un lado y a no dejarse llevar por las inercias, es decir, por la pereza mental, y a escuchar, a disfrutar, de este Rachmaninov extraordinario que nada tiene que envidiar a mucho de lo ya conocido. Si empieza con este volumen una nueva integral sinfónica de Rachmaninov, no podía iniciarse con mejor pie. Josep Pascual rencia sólida y bella. Quien ya la conozca, la reconocerá con placer y acaso con sorpresa. En fin, Boulianne y Willis salen muy airosos en las tres pistas de cierre del CD, los cantos de Schéhérazade. Aquí la discografía es todavía más abundante, todas las mezzos (y algunas sopranos) han querido cantar este tríptico. Pero Boulianne las desgrana con talento y naturalidad, de manera que sin duda quedarán como otra referencia importante en el parnaso de las musas de Ravel y el llamado Tristan Klingsor. De mucho interés. Santiago Martín Bermúdez REBEL: Los elementos. RAMEAU: Suite Castor et Pollux. L’ORFEO BAROCKORCHESTER. Director: MICHI GAIGG. PHOENIX 110 (Gaudisc). 2007. 55’. DDD. N PN S e presta fácilmente Los elementos de Rebel a una interpretación llena de colorido y vigor rítmico como la que plantea en este disco Michi Gaigg al frente de su estupenda orquesta barroca, que suena densa y robusta, no siempre igual de clara, es cierto, pero tampoco 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 97 D D I SI CS O C O S S PURCELL-SCHUBERT por ello descontrolada ni estentórea en los números más delicados, como en una Siciliana de trazo refinado y lírico. El estilo se aplica igualmente a la Suite de Cástor y Pólux de Rameau, con contrastes muy marcados entre las danzas más rápidas, en las que los ritmos se enfatizan con generosa presencia de la percusión, y las más lentas, que pueden resultar un poco pesantes (por ejemplo, en el Preludio del Acto I), pero que en general suenan más firmes y rotundas que melosas o lánguidas. Extraordinariamente intensa la Chacona de salida. Pablo J. Vayón RINCÓN: El Noveno Día de la Creación. SINFÓNICA DANUBIA DE BUDAPEST. Director: ALEXIS SORIANO. WARNER MUSIC HUNGARY. 2008. 24’. DDD. N PM Músico autodidacto y muy personal, el cántabro Eduardo Rincón (Santander, 1924), afincado en la Costa Brava catalana desde hace años, sigue su camino lleno de intuiciones y de impulsos de su espíritu y de su corazón. Obra muy reciente es El Noveno Día de la Creación, que se mueve entre la sinfonía y el poema sinfónico, inspirada — como tantas otras composiciones del autor— en la pintura, en este caso la singular decoración mural que el joven Jesús Mateo —artista asimismo autodidacto— ha hecho en el interior de la antigua y desacralizada iglesia de San Juan Bautista de la localidad conquense de Alarcón, bajo el patrocinio de la UNESCO. Imágenes que parecen ser hijas de El Bosco, Brueghel el Viejo y Picasso, y que Rincón ha llevado al pentagrama a través de un tema único que varía continuamente, consecuencia de las sensaciones que cada una de las paredes y las bóvedas le han sugerido musicalmente al compositor, quien considera a esta obra una de las dos más importantes que ha concebido en su vida artística. Variación, decíamos, pero entendida como se trata a partir del atonalismo y sobre todo del dodecafonismo. Extensión, por lo tanto, en lugar de repetición. Variación continuada, en definitiva. Creación, vida y muerte. Un ciclo eterno. Que aquí obtiene un resultado sonoro sumamente atractivo — cuyo estreno oficial tuvo efecto en el Festival de Verano de Torroella de Montgrí (Gerona)—, con una notable versión a cargo de Alexis Soriano al frente de la Orquesta Sinfónica Danubia de Budapest, brillante tímbricamente, equilibrada estructuralmente y medida en cuanto a color. José Guerrero Martín SCELSI: Preludios: series 1-4. ALESSANDRA AMMARA, piano. ARTS 47721-8 (Diverdi). 2008. 73’. DDD. N PN Aunque no son abiertamente de corte neoclásico, los Preludios para piano de Giacinto Scelsi toman este carácter general, para deslizarse, puntualmente, por estéticas que obsesionaban al autor italiano en la primera época, marcada por la dispersión estilística, pero con un manejo extraordinario de la técnica del piano y el interés por desmarcarse de las tendencias dominantes. Por vez primera se graban en disco estos Preludios, que abarcan una veintena de años y se dividen en cuatro cuadernos: ya se sabe la costumbre del músico por extender en el tiempo sus piezas pianísticas. Faltas de la cualidad sonora que distingue al Scelsi maduro, en este ciclo de obras para piano hay que buscar otros matices y la intérprete, Alessandra Ammara, las dispone tras un sencillo, pero aclaratorio análisis en el libreto que acompaña al CD y en una ejecución que pareciera más ligada al modo en que se transmite el legado romántico que a la obra moderna. Ammara describe en pocas, pero pertinentes palabras, cada una de las piezas, con lo que el receptor tiene una idea cabal de los fines que perseguía Scelsi. A pesar de no abordar el instrumento como un objeto de masas, Scelsi ya dibuja tejidos sonoros que buscan el efecto del sonido único, compacto, que será una de sus obsesiones. Las piezas 17, 20 y 24 muestran ese tono hierático, de la misma forma que las números 12 y 32 son de un tono que el mismo autor llama “místico”. Se encuentra también la fuerte deuda de Scelsi con el puntillismo weberniano, como demuestra largamente toda la cuarta serie. Lo más llamativo se da en aquellos momentos que anuncian lenguajes de un tiempo futuro, como es el caso de la sección 32, “estática”, que muy probablemente tomara Ligeti como modelo para algunas de las páginas más melancólicas de sus Florian Boesch, Malcolm Martineau COMPROMISO SCHUMANN: Canciones sobre poemas de Heine. FLORIAN BOESCH, barítono; MALCOLM MARTINEAU, piano. ONYX 4041 (Harmonia Mundi). 2007. 60’. DDD. N PN Conocida es la trayectoria, aún breve pero apretada en repertorio, de Boesch: Mozart, oratorio, ópera barroca. Ahora se lo puede juzgar como liederista y, con todo derecho, incluirlo en la brillante tropa de colegas que circulan por nuestros escenarios. Posee una voz de barítono claro, con un sólido grave y, si hace falta, un decidido agudo, registros que trata con homogeneidad. Es musical y domina la graduación de volúmenes desde el susurro confidencial hasta la exaltación dramática. Una dicción implacablemente clara se pone al servicio de una extraordinaria paleta de recursos expresivos, acorde con el complejo mundo de esta dupla Schumann-Heine. En efecto, una empatía de temperamentos unió a los dos poetas, el de la letra y el del teclado, en la síntesis de la canción. Un humor corrosivo unido al dolor de vivir, un sentimentalismo lánguido y desaguado en patetismo, el estremecimiento del delirio hecho arte, la calidad narrativa de la impresión romántica, discurren en los versos y en las notas. La selección exige una amplitud interpretativa de alto Estudios para piano. Igualmente, es reseñable la curiosa cita que hace en la sección nº 14 el músico italiano del Cuarteto para el fin de los tiempos, de Messiaen: las sucesiones de acordes están claramente inspiradas en la página del autor francés. En la pieza número 34, los rápidos clusters que abren la pieza y que dan paso a distintos arpegios, son una forma de puente con la cita de Messiaen. Otra influencia clara es la de Bartók, que queda evidente en las piezas de ritmos más martilleantes (las números 1, 28 y 31). Un largo abanico expresivo y de técnicas contemporáneas, aunque sin llegar al lenguaje de madurez, hacen, pues, atractiva esta edición de una de las pocas obras de Scelsi que, en su integridad, aun quedaban inéditas en la fonografía. Francisco Ramos compromiso, que elude cualquier repetición o aridez: Ciclo de canciones op. 24, tres piezas de la serie Mirtos, el par Tragedia op. 64, cinco Baladas y canciones y cinco piezas de opus tardíos, donde el sesgo schumanniano se decanta por anticipos expresionistas. El recogimiento y la interioridad con que Boesch sirve Bella cuna de mis penas o La flor del loto, el arresto novelesco de Los dos granaderos y Baltasar, el exaltado lirismo de Con mirtos y rosas y la evocación popular de El pobre Pedro, resultan de memorable referencia. Schumann demanda tanto de la voz como del piano, o a la inversa. Martineau, sabemos que sabe y vuelve a demostrarlo. El canto paralelo que fluye junto al poema, las valientes respuestas del teclado, los posludios decisivos, son Schumann de supremo nivel en la certera y bella sonoridad que consiguen sus manos. Blas Matamoro SCHUBERT: Sinfonía nº 8 en si menor D. 759, “Inacabada”. CHAIKOVSKI: Sinfonía nº 4 en fa menor op. 36. FILARMÓNICA DE LENINGRADO. Director: EVGENI MRAVINSKI. PRAGA PRD/DSD 350 053 (Diverdi). 1959. 66’. DDD. H PN Atención a este concierto moscovita de Mravinski y Leningrado en el Moscú de 1959, 24 de abril, ¡hace justo medio siglo! No hace falta olvidar por completo lo siniestro que era aquello en aquellos momentos. Pero en este caso se trata sobre todo de escuchar a uno de los viejos maestros de la intensidad, de la expresividad y de la exposición insuperable. ¡Cómo sonaba la Filarmónica de 97 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 98 D D I SI CS O C O S S SCHUBERT-SWEELING 98 Leningrado en manos de su eterno titular! Los hemos escuchado y visto aquí, en nuestro país, en varias ocasiones. Daba la impresión de que en ellos todo era inolvidable. Traer ahora, gracias al milagro del sonido grabado, este Schubert y este Chaikovski nos lleva al mundo de antaño, al sonido de aquellos tiempos, que puede ser distinto al de los Furtwängler o los Klemperer, pero que se hermana con ellos en intensidad y altura artística. Esa Sinfonía inacabada de Schubert es la mitad de lo que podría haber sido una obra semejante a la Grande, con ese alcance sinfónico que iba más allá del legado beethoveniano. Esa grandeza, esa profundidad, esa emoción es la que da Mravinski a este salto más allá del clasicismo último, que tanto se vincula al romanticismo primero, ese estar entre el Comendador y Brahms, sin dejar de intuir las todavía inéditas construcciones de Bruckner. Ese es el sentido que Mravinski le da a esta obra que en sus manos adquiere una dimensión que realmente impresiona y conmueve. Es decir, le da un sentido romántico que puede resultarnos lejano, pero no inactual, por lo que tiene de manera histórica de dirigir, de exponer; y al mismo tiempo le da un sentido que va más allá del nivel de conciencia artística inmediata de la fecha de composición. La consecuencia, más que la inminencia de su momento. Más conocido aún es el Chaikovski de Mravinski. Recordemos aquella referencia una y otra vez reeditada de las tres últimas sinfonías, que constituyen una referencia insuperable; esto es, que nadie la ha superado jamás, ni los grandes como Markevich, cuya integral es sin duda de lo más elevado que ha podido dar el sonido grabado en el repertorio chaikovskiano. Esta lectura de la Cuarta que ahora recibimos engrandece la obra misma. Pensábamos, al recibir el disco: lástima que no sea la Quinta, o la Sexta. Pero al oírla pensamos que da lo mismo, que no importa, que la Cuarta, siendo acaso menor y más gesticulante comparada con las obras dos, acaba aquí resultando una obra maestra del equilibrio dramático y la densidad de propuesta. El enfoque es el del gran director del antaño ante una obra sinfónica ambiciosa de gran alcance. Con eso se dice casi todo. Pero hay más, claro está. No sólo Mravinski era una de las batutas grandes comparable a las de sus colegas centroeuropeos; era algo más, algo distinto, algo diferente en su propio nivel de grandeza. Es que la Helmchen, Bronfman e. a. BUENA PESCA SCHUBERT: Quinteto con piano en la mayor D. 667 “La trucha”. Variaciones sobre “Trockne Blumen” para flauta y piano D 802. Trío con piano en mi bemol mayor D. 897. MARTIN HELMCHEN, piano; CHRISTIAN TETZLAFF, violín. ANTOINE TAMESTIT, viola. MARIE-ELISABETH HECKER, violonchelo; ALOIS POSCH, contrabajo; ALDO BAERTEN, flauta. PENTATONE PTC 5186334 (Diverdi). 2008. 69’. SACD. N PN Quinteto en la mayor D. 667 “La trucha”. MOZART: Cuarteto con piano en mi bemol mayor K. 493. YEFIM BRONFMAN, piano; PINCHAS ZUKERMAN, violín; JETHRO MARKS, viola; AMANDA FORSYTH, violonchelo; JOEL QUARRINGTON, contrabajo. RCA 88697160442 (Sony-BMG). 2007. 70’. DDD. N PN M agnífica pesca la que nos deparan estas dos Truchas, más los complementos que rellenan la cesta. Aun teniendo ambos discos sobrados méritos, hemos de comenzar hablando de la excepcionalidad del registro Pentatone. Ya desde el principio, con esa prueba del algodón que supone para la afinación la peligrosa inocencia de la introducción, nos encontramos ante una plasmación inmaculada del celebérrimo Quinteto plena de vitalidad juvenil. El Allegro vivace, óptimo en temde Leningrado era una orquesta con un sonido peculiar, con la fuerza de base de la cuerda, con la agresividad de los metales, y por eso Chaikovski le suena así tanto a Mravinski como a otros que, parcialmente, han acometido las sinfonías del gran Piotr Ilich. Estos 41 minutos chaikovskianos son densos, son emotivos, son poderosos y con garra; mas también con ese alcance artístico del equilibrio sinfónico imprescindible para interpretar una obra realmente grande. po, brilla especialmente por el diálogo juguetón de los arcos con el piano. Éste colorea levemente las líneas habituales para el oyente incorporando a la ejecución de la primera sección ligeros detalles extraídos de la re-exposición. La espontaneidad dinámica apuntada ya por el conjunto en ese primer movimiento aumentará hasta convertirse en auténtica voluptuosidad durante el Andante, llegando al ppp final con total naturalidad. Tras un Scherzo ligeramente incisivo y un trío delicioso, la sonoridad del tema con variaciones gana en atractivo por el matiz de ensoñación que imprimen mediante la dosificación del vibrato y el levísimo peso del arco. El chispeante y humorado Allegro giusto concluye una de las Truchas más frescas de cuantas se pueden escuchar en disco. Los complementos al disco gozan de factura impecable, si bien la entidad del repertorio es menor. El segundo de los discos goza de una calidad instrumental individual realmente impresionante, incluso superior al primero. La traducción se decanta por una factura más pulida, de fraseos realmente majestuosos, excelente empaste de conjunto y milimétrica planificación de todos los detalles. Sin embargo —tal vez por eso mismo—, no consigue transmitir el mismo grado de ilusionado optimismo que contagia el registro anterior. El resultado es, técnicamente impecable, pero más conformista. A ello hay que sumarle un cierto desequilibrio en la toma a favor de los graves y en detrimento de las líneas superiores —al violín hay que intuirlo en muchos momentos. El Cuarteto mozartiano, al igual que ocurre con Schubert, está rubricado con pulcritud. En resumen: recomendables ambos discos; sobresaliente sólo el primero. Edición Deutsche de las canciones. Vol. 32. Canciones para varias voces, primera parte. SIBYLLA RUBENS, SILKE SCHWARZ, sopranos; REGINA JAKOBI, INGEBORG DANZ, contraltos; MARKUS SCHÄFER, MARCUS ULLMANN, tenores; THOMAS BAUER, MARKUS FLAIG, MARCUS SCHMIDL, bajos; ULRICH EISENLOHR, piano. manejarla con cabalidad y hasta permitirse eficaces detalles heterodoxos: notas blancas, vocales muy abiertas, sonidos velados. Todos valen porque hay una expresividad de incontables matices en sus lecturas que las legitima. Henschel destaca por la autoridad con que dice los textos, especialmente señorial cuando se trata de Goethe porque a tales señores corresponden tales honores. Orilla entonces el escenario operístico, la escena dramática de bolsillo, servida por la broncínea presencia del dios weimariano. También están Schiller y, al final, Mayrhofer. Todos merecen a Henschel la misma y pugnante atención. Canto del cisne es un programa en sí mismo y el cantante despliega allí su poderosa imaginación de intérprete. Va del contenido patetismo de El doble a la consabida declaración lírica NAXOS 8.570961 (Ferysa). 2008. 60’. DDD N PN Santiago Martín Bermúdez SCHUBERT: Prometeo. Ganimedes. Hundimiento voluntario. Grupo del Tártaro. Elíseo. Canto del cisne. DIETRICH HENSCHEL, barítono; FRITZ SCHWINGHAMMER, piano. AMBROISIE AM 138 (Harmonia Mundi). 2007. 76’. DDD. N PN En esta suerte de dorada edad (perdón por el abuso de las des) de la cuerda baritonal de cámara (siguen las des) también brilla Henschel. Su voz es suficiente aunque no especialmente bella ni personalmente timbrada. Sabe Juan García-Rico 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 99 D D I SI CS O C O S S SCHUBERT-SWEELING de Serenata, de la explosión sentimental de Mensaje de amor a la gravedad introspectiva de Pausa. Y suma y sigue. Es cierto que lo ayuda el magisterio del pianista, que apoya con sus acordes y, cuando Schubert ordena y deja, canta con tanta decisión y esplendor sonoro como su compañero. No era para menos. Schubert, que tantas páginas abismales y patéticas nos ha dejado, era un jocundo camarada, un buen bebedor de cerveza y un melómano, un aficionado a organizar cantatas entre coleguitas en su casa o en casa de cualquiera, con él al piano y cuantos se sumaran al fiestuco. Es claro que la música la ponía él mismo, en plan Biedermeier, amable y talentoso porque era, inevitablemente, nada menos que Schubert. Esta colección de canciones con voces superpuestas nos lleva a ese mundo, quizá menor en el repertorio del músico pero no por ello menos schubertiano. Que Franz sabía de armonizar voces, trenzar versos cantados y redactar acompañamientos, parece superfluo de recordar. A veces recurría a poetas prestigiosos (Klopstock y La Motte-Fouqué), a veces se contentaba con nombres más modestos (Eberhard, Kosegarten), a veces echaba mano de anónimos. Siempre conseguía algo. Los intérpretes pertenecen a la feliz cantera de esta edición, capitaneados por el magistral señor Eisenlohr. Son voces frescas, suficientes, musicales. Son, asimismo, cantantes estudiosos y schubertianos cabales y habituados. Blas Matamoro SCULTHORPE: Port Essington. Sonatas para cuerdas nºs 1-3. Irkanda IV. RICHARD TOGNETTI, violín. ORQUESTA DE CÁMARA DE AUSTRALIA. Director: RICHARD TOGNETTI. ABC 454 504-2. (Diverdi). 1996. 75’. DDD. N PN Port Arthur: In memoriam (versiones con trompeta y con oboe). Djilile. The Fifth Continent. Lament. Little Suite. Night-Song. SUE-ELLEN PAULSEN, violonchelo; PETER SCULTHORPE, recitador. SINFÓNICA DE TASMANIA. Director: DAVID PORCELIJN. P eter Sculthorpe (Launceston, Tasmania, 1929) forma con Brett Dean y Douglas Lilburn la trilogía de compositores australianos más significativos. Estos dos discos nos ofrecen su faceta de compositor para conjunto de cuerdas y la primera de las obras que reúnen Port Essington es ya toda una carta de presentación, con su evocación de la tierra —igualmente clara en The Fifth Continent, con el autor recitando, o en Irkanda IV—, el intento por dar fe de lo aborigen en oposición o como complemento a la tradición digamos occidental. Sculthorpe pretende siempre la comunicación, explica sus obras —son impagables sus notas al programa de cada uno de estos discos— como una constante puesta en sintonía de su propio yo con la tierra y sus ritos sin ninguna clase de complejo expresivo, sin que la posible dificultad formal pase cuenta a la evidente claridad expositiva, en buena medida porque ha ido alcanzando con el tiempo un magisterio tan sólido como seguro de sí mismo. Es verdad que en algún momento hay aquí un cierto roce con una sentimentalidad un tanto obvia, como sucede en Port Arthur, que hace pensar igualmente en la evolución de un compositor que escribiría años después una obra como su Réquiem para violonchelo solo. O que a veces nos remite en demasía a modelos británicos bien conocidos, como ocurre en Little Suite. El comprador de estos discos que no conozca a Sculthorpe haría bien en acudir también al que publicara Naxos incluyendo Earth Cry y Kakadu, el del Cuarteto Brodsky con los Cuartetos nºs 8, 13 y 11 o el de la española Verso que, bajo el título Spirits of Place, reúne distintas piezas de cámara. Claire Vaquero Williams STRAUSS: Don Juan. Tod und Verklärung. Till Eulenspiegels lustige Streiche. Träumerei am Kamin. FILARMÓNICA DE ESTRASBURGO. Director: MARC ALBRECHT. PENTATONE PTC 5186 310 (Diverdi). 2007. 64’. DDD. N PN A los veinticuatro años de edad, Strauss compuso una de sus obras más hermosas, Don Juan, que ha llegado a ser favorita del público con toda justicia. El mismo año, el todavía joven músico empezó a escribir otra obra extraordinaria también célebre, Muerte y transfiguración. Ambas son defendidas con ardor en esta grabación por el joven director Marc Albrecht al frente de una espléndida Filarmónica de Estrasburgo. Pero hay algo que no termina de convencernos del todo. Bien, cuidado, se trata de excelentes versiones, que quede claro, si bien resulta preferible, por ejemplo, Solti con sus contrastes, a veces casi brutales, de climas y ambientes, o el nervio dramático de un Bernstein, o la belleza de sonido y la fluidez de un Karajan. Y en ningún sentido Albrecht se acerca a ellos, y para muestra un Don Juan que hacia la mitad ya se nos empieza a hacer largo tras una temprana decepción al aparecer el encantador tema lírico (hacia 2’20’’), de contrapunto poco perfilado y expresivamente falto de vehemencia. Curiosamente, hacia 2’40’’ en Tod und Verklärung, donde hay también contrastes contrapuntísticos como en ese inicio de Don Juan al que aludíamos, la cosa queda más clara, se expone todo con mayor nitidez pero echamos en falta una mayor tensión. En Till Eulenspiegel, Albrecht resulta más convincente y aporta una vivacidad que antes no habíamos encontrado y unos contrastes que enriquecen una lectura interesante pero que es simplemente correcta. Termina el programa con el interludio de la ópera Intermezzo, una página tan bella y poética que hay que ser muy bruto o muy incompetente como para no exponerla con sensibilidad. Por supuesto, Albrecht no es ni lo uno ni lo otro y nos conquista con una interpretación que hace plena justicia a tan hermosa página. Así pues, un compacto un tanto desigual que da cuenta del buen hacer de un director de interés aunque, al menos en Strauss, no siempre resulte ideal. S e conoce relativamente bien la obra para tecla de Sweelinck, de la que Ton Koopman realizó en 1981 una estupenda integral. Ahora Glossa edita estas grabaciones de hace ya un lustro en lo que es un importante proyecto para reubicar correctamente la aportación creativa del compositor holandés. Las Chansons revelan, en las versiones de Harry van der Kamp, una fortísima conexión con la polifonía flamenca renacentista, de la que al fin y al cabo son una manifestación tardía. Un ejemplo de esto es la puesta en música de Susanne un jour, tal vez la canción renacentista más famosa. En Tous as tout seul, por el contrario, Sweelinck se aproxima a la escuela francesa de raíz más popular. Bouche de Coral parece destilar la melancolía del final de toda una época. Lecturas cargadas de poesía y expresividad que sirven a las mil maravillas a la revalorización de música tan injustamente olvidada. Interesantísimas las Rimas italianas, que los del grupo de Ámsterdam pronuncian con un italiano razonable, bien que aquí, aunque la defensa de las obras sea igualmente válida, podría echarse en falta algo más de pasión meridional. La seriedad, por ejemplo, de Dolci labri amorosi posiblemente sea excesiva, algo más de chispa habría beneficiado a la pieza. La variedad de registros compositivos de Sweelinck aparece finalmente remachada en las Rimas francesas, los cánones y las obras para laúd (Lee Santana). Vuelve a encontrarse una solemnidad un punto recargada en Las! que me sert, pero en general las interpretaciones resultan plásticas y entregadas. Una publicación de notable interés. Josep Pascual Enrique Martínez Miura SWEELINCK: Obras profanas. GESUALDO CONSORT AMSTERDAM. Director: HARRY VAN DER KAMP. 3 CD GLOSSA GCD 922401 (Diverdi). 2003-2004. 203’. DDD. N PN ABC 476 5922. (Diverdi). 1997. 63’. DDD. N PN 99 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 100 D D I SI CS O C O S S TOMKINS-ZEMLINSKY TOMKINS: Pavana I. Almighty God, the fountain of all wisdom, Hear my prayer, o Lord, The heavens declare, Te Deum (The Fifth Service), A Fancy, Jubilate (The Fifth Service), O Lord, how manifold, Pavana VII, I heard a voice from heaven, Magnificat (The Fifth Service), Pavana “for these distracted times”. Nunc dimittis (The Fifth Service). Pavana VIII. Remember me, o Lord. When David heard. My help cometh from the Lord. ALAMIRE. CORO SIDNEY SUSSEX COLLEGE, CAMBRIDGE. FRETWORK. OBSIDIAN CD702 (Diverdi). 2007. 67’. DDD. N PN La vida de Thomas Tomkins (15721656) transcurrió en una de las épocas más turbulentas de la historia del entonces todavía no conocido como el Reino Unido. Su música, sin embargo, aspira por contraste a la creación de ambientes sonoros de serena tersura. Él se dijo discípulo de William Byrd, a quien sucedió como organista en la catedral de Worcester. En esta selección de obras corales e instrumentales se halla, no obstante, una variedad de géneros y formas que sin duda obedece a los diversos puestos en que el músico se vio empleado por sucesivos patronos, los cuales a menudo eran enemigos entre sí no sólo en el terreno político, sino también en el de la estética musical. Como introducción al compositor o panorámica de su contribución, la recomendación es calurosa, pues las versiones se ajustan a parámetros muy elevados de calidad técnica y fidelidad estilística.El coro (mixto) empasta con belleza. Cuando les corresponde, sus solistas y los de Alamire (el cuarteto de voces masculinas fundado por Skinner en 2005) asumen el protagonismo con prestancia, algo que también se puede decir con toda justicia del organista Jamal Sutton. Algunas transcripciones del órgano al cuarteto de violas (en el Quinto servicio) son musicológicamente discutibles, pero, ahí y en el resto, Fretwork propone versiones de suma elocuencia. Alfredo Brotons Muñoz TURINA: Música para piano, vol. 5: Contes d’Espagne, series 1 y 2. Souvenirs de l’ancienne Espagne. Silhouettes. JORDI MASÓ, piano. 100 NAXOS 8.570370 (Ferysa). 2007. 73’. DDD. N PE Q u i n t a entrega de la integral pianística de Turina a cargo de Jordi Masó con el nivel de excelencia de los volúmenes anteriores (también habitual en Masó en general y no sólo en Turina) y, de nuevo, con un programa cuyas obras tienen algo en común formando así un todo coherente. En este caso, como dice Justo Romero en las notas a la grabación, es “España, la vieja nueva España, el centro de gravedad” de este disco, “un detallado recorrido musical por la geografía del país natal de Turina, teñido de ese toque inconfundible, de esas armonías, modulaciones y ritmos que distinguen la creación del compositor sevillano”. Probablemente sea en obras como éstas donde más claramente apreciamos el impresionismo de Turina por su poder de evocación y por las imágenes que en sus pentagramas se reflejan pero, como siempre, hay algo del rigor del neoclásico que llevaba dentro el compositor andaluz que les confiere su peculiar acabado, auténtico Turina. De nuevo admiramos el dominio de la escritura pianística de Turina sin que nos abrume con efectos ni efectismos, del mismo modo que su “nacionalismo”, tan estilizado y refinado, siempre presente, no llega tampoco a abrumarnos y escuchamos “más cosas”, y se conforma así la propia voz del compositor a través de influencias y afectos identificables. Masó extrae toda capacidad expresiva y evocadora de esta música con su brillantez habitual y con el rigor de siempre que, en absoluto, excluye la sensibilidad en la ejecución ni una sensación de fluidez que la beneficia. Así pues, nuevo acierto de Masó en esta ya imparable colección que será sin duda toda una referencia en la interpretación del repertorio pianístico español. Josep Pascual VALEN: El cementerio marino. La Isla de las Calmas. Oda a la soledad. Sinfonía nº 4. Concierto para piano. EINAR HENNING SMEBYE, piano. SINFÓNICA DE STAVANGER. Director: CHRISTIAN EGGEN. BIS CD-1642 (Diverdi). 2006-2007. 49’. DDD. N PN La integral de las obras orquestales de Fartein Valen (18871952) llega ya a su fin con esta tercera entrega, en la que se incluyen tres miniaturas de una gran densidad expresiva: El cementerio marino (19331934), La Isla de las Calmas (1934) y Oda a la soledad (1939). Las dos primeras fueron concebidas a raíz de una visita a Mallorca, donde Valen encontró la serenidad que necesitaba después de las polémicas que había tenido que soportar sobre su música en su país natal. La segunda de ellas incluso presenta su título original en castellano. En cuanto a la Oda a la soledad, es una de las composiciones más sentidas de este ermitaño, que vivía en su granja de Valevag sin recibir apenas visitas y sin teléfono. Valen la compuso cuando Europa se precipitaba hacia un aquelarre de muerte y destrucción, de ahí también el tono pesimista y amenazador de la partitura. Las otras dos obras son ya posteriores a la Segunda Guerra Mundial. La Cuarta (1947-1949) es la más clásica de sus sinfonías, la más camerística también en sus sonoridades. Su Chacona conclusiva encierra todo el secreto del arte de este creador en esa combinación suya tan especial de maestría contrapuntística y expresividad a flor de piel. Y de ahí, al Concierto para piano (1949-1950). Valen quería una obra ligera, pero consiguió una enigmática, antivirtuosística e hiperconcentrada: apenas ocho minutos de duración. Quien busque grandes contrastes, explosiones dramáticas o momentos arrebatadores en estas páginas se sentirá decepcionado ante unos pentagramas hechos de silencios, matices y tonos medios. Es más, una escucha superficial puede dar una sensación excesivamente homogénea de todas estas partituras, pues una vez encontró su lenguaje (basado en la atonalidad y el contrapunto, en Schoenberg y en Bach), Valen se mantuvo fiel a él hasta sus últimas consecuencias. Pero escuchadas con calma y atención, revelan a un creador singular, hábil constructor, original instrumentador y con una rara capacidad poética. Christian Eggen es un traductor admirable de esta música por su capacidad de ir más allá de los aspectos técnicos y adentrarse en el mundo secreto del ya de por sí secreto Valen. Todo un hallazgo. Juan Carlos Moreno VERACINI: Oberturas nºs 1, 2, 3, 4 y 6. MUSICA ANTIQUA KÖLN. Director: REINHOLD GOEBEL. BRILLIANT 93893 (Cat Music). 1993. 70’. DDD. R PE E ste es un disco a cuya su primera edición (para A r c h i v ) Rafael Ortega Basagoiti dedicó en su día un estudio tan entusiasta como merecido (véase SCHERZO, nº 91, pág. 66). Casi tres lustros más tarde, su descripción como “una verdadera maravilla de principio a fin” no ha perdido vigencia. De las seis Oberturas para la corte de Dresde, fechadas hacia 1716, se omite la quinta, incluida en un disco posterior. Las cuatro primeras se atienen el modelo francés (obertura más danzas), las dos últimas al del concerto grosso italiano (Allegro-Largo-Allegro) ampliado con un minueto. La música, armónicamente restringida a tres tonalidades (si bemol, fa mayor y sol menor) debido a la limitada capacidad de los oboístas italianos, es vital, virtuosista, original. Las interpretaciones son “puro fuego” (como decía Ortega), a la vez agresivas y elegantes. Y, para colmo de dichas, la grabación (con el sistema 4D) no es menos asombrosa. En consecuencia, sigue valiendo la misma recomendación: “Vayan a por él, y cuanto antes, mejor”. Alfredo Brotons Muñoz VERDELOT: Madrigales para un Rey Tudor. ALAMIRE. Director: DAVID SKINNER. OBSIDIAN CD703 (Diverdi). 2006. 67’. DDD. N PN No sabemos demasiado de Philippe Verdelot, compositor francés afincado desde 1521 en Florencia, donde ocupó el puesto de maestro de capilla del Battisterio de Santa Maria dei Fiore y más tarde el de la propia catedral, aunque su rastro se pierde a partir de 1630. Durante ese tiempo fue uno de los pioneros del género madrigalesco y gracias a su prestigio, la ciudad le encargó la recopilación de 30 motetes y 30 madrigales para integrar un libro con el que obsequiar al rey inglés Enrique VIII, siendo muy probable que los madrigales fueran compues- 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 101 D D I SI CS O C O S S TOMKINS-ZEMLINSKY tos por el propio Verdelot. Como en otros muchos casos, los cinco manuscritos que contenían cada una de las cinco partes vocales de los madrigales fueron pasando de mano en mano hasta que la biblioteca Newberry de Chicago adquirió cuatro de ellos en 1935. Faltaba el manuscrito con la parte de altus, que apareció en el St. Mary’s Oscott College en 1978 y treinta años más tarde se ha procedido a grabar por primera vez los treinta madrigales de Verdelot con los que Florencia obsequió al rey Tudor, incluidos en los ahora llamados manuscritos Newberry-Oscott, aunque físicamente estén sus partes muy alejadas. De ello se responsabiliza David Skinner al frente del conjunto vocal Alamire y con Lynda Sayce tocando un laúd o un arpa renacentistas. Las treinta obras, que responden a las variadas formas de canzona, ballata y propiamente madrigal, se interpretan a varias voces o a voz sola con acompañamiento instrumental. Ocho de ellas se ofrecen en versión puramente instrumental, pues en la época era costumbre realizar estas diferentes variantes interpretativas, incluidas las tablaturas de laúd de las canciones a varias voces y por una vez el oyente puede seguir el texto correspondiente a éstas, que no se ha suprimido como suele ocurrir. El resultado es un hermoso disco, absolutamente recomendable dado el gran interés histórico de las obras y que además se escucha con gran placer por la variación del discurso musical y la calidad de los intérpretes, típico conjunto inglés de voces muy bien ensambladas y de transparentes líneas vocales. José Luis Fernández WAGNER: Preludio al tercer acto de “Los maestros cantores de Núremberg”, Canciones de Matilde Wesendonk, Murmullos del bosque de “Sigfrido”, Margarita en la rueca, Los adioses de María Estuardo e Idilio de Sigfrido. MARIA RICCARDA WESSELING, mezzo. FILARMÓNICA DE CÁMARA DE GRAUBÜNDEN. Director: MARCUS BOSCH. COVIELLO COV 30901 (Gaudisc). 2009. 58’. DDD. N PN E l presente compacto es, al menos, curioso. La ejecución musical resulta de buena calidad por la agradable timbra- ción del conjunto y una dirección equilibrada y limpia de detalles y matices. La mezzo no está cómoda en estas canciones y debe dar demasiada voz al discurso, restándole intimidad y sugestión. Su tarea no es incorrecta pero queda fuera de una ilustre hilera de referencias como Lemnitz, Farrell, Flagstad, Crespin y Norman entre otras. En tanto concepto es, dicho suavemente, audaz y discutible. Corregir la orquestación de Wagner para que no suene wagneriano —salvo en el delicioso idilio que fue escrito como una suerte de serenata y bautizo— sino camerístico, supone que don Ricardón fallaba como orquestador y conviene ayudarlo para que no resbale. Algo similar ocurre con las canciones de la Wesendonk, ya orquestadas por maestros tan diversos como Mottl y Henze. Completan el menú dos páginas olvidables a las cuales se las ha instrumentado porque Wagner las dejó para una justa amnesia de su catálogo. Los adioses de María Estuardo recuerdan inevitablemente a Meyerbeer, un demonio familiar wagneriano. Vale como eso, como demonio. Blas Matamoro WEISS: Sonata re mayor. Preludio y fuga en do mayor. Sonata en sol menor. YASUNORI IMAMURA, laúd barroco. CLAVES 50-2809 (Gaudisc). 2007. 73’. DDD. N PN E ste es el segundo volumen de una integral que por fin hace justicia al que seguramente fue el más grande laudista contemporáneo de Bach: Silvius Leopold Weiss (16871750). De nuevo se sigue el esquema de ofrecer dos sonatas (de la treintena que de este compositor se conservan) separadas por una obra más breve. Lo que sí ha cambiado es el instrumento empleado, y se nota: para bien o para mal, eso dependerá de gustos, pero se nota. Si se ha perdido aquella cualidad nasal para no pocos seguramente bellísima que tenía el laúd construido en 1993 por Stephen Gottlieb, con el firmado por Cezar Mateus en 2007 se ha ganado en riqueza armónica sobre unos timbres más claros, menos agresivos. A saber si como consecuencia de ello, las versiones de Imamura también parecen aún más serenas, más paladeadas, más recreadas en los giros e inflexiones, como dejando que cada acorde, cada nota, cada acento hagan su efecto plenamente antes de seguir adelante; como contrapartida, quizá se eche en falta algo del calor interpretativo por el que se distinguía la primera entrega (véase SCHERZO nº 216, pág. 92), pero aun así sigue siendo una propuesta muy interesante de recuperación de uno de los laudistas más importantes de la historia, de conocimiento y reconocimiento urgente no sólo para los especialistas. Cuarto una colección de marchas, y el Quinto una fuga, o una “experiencia sobre la fuga”, que reclama la presencia de una soprano, aquí una entregada Juliane Banse. Las lecturas tienen garra, superan los obstáculos técnicos y virtuosísticos con eficacia y tienen tiempo incluso para que las peligrosas onomatopeyas del Cuarteto nº 3 no suenen grotescas y desafortunadas. Un gran disco. Juan Carlos Moreno ZEMLINSKY: Alfredo Brotons Muñoz WIDMANN: Cuartetos de cuerda nºs 1-5. JULIANE BANSE, soprano. CUARTETO DE LEIPZIG. MDG 307 1531-2 (Diverdi). 2008. 77’. DDD. N PN A sus 36 años, Jörg Widmann es uno de los compositores jóvenes más interesantes del momento. Y de los más completos, cabría decir, pues a su faceta como creador añade la de intérprete de clarinete, para quien han escrito obras maestros como Aribert Reimann o Wolfgang Rihm. Como muchos otros de su generación, Widmann se ha forjado un lenguaje que parte de la tradición moderna para luego reinterpretar a su luz el pasado más lejano. Prueba de ello son estos cinco cuartetos de cuerda que, en un rasgo muy propio de Widmann, pueden verse tanto como obras independientes o como partes de un ciclo que da lugar a un monumental cuarteto en cinco movimientos. Sea como sea, el resultado es en todo momento fascinante, sobre todo por lo que estas piezas suponen de exploración, no exenta de ironía, de los gestos, vicios y grandezas de la tradición del género. Y es que, como dice el propio compositor, “la elaboración del primer cuarteto de cuerda representa para el músico un desafío particular, pues constantemente tiene en la cabeza las obras ‘grandiosas’ escritas para esta distribución”. Superado ese obstáculo, la libertad es plena. Así, si el Primer Cuarteto funciona como una introducción fragmentada, pero de gran intensidad expresiva, el Segundo es un Largo con referencias a Las siete palabras de Cristo en la cruz, de Haydn; el Tercero un Scherzo trufado de ecos de caza y danzas alla Schubert; el Lieder: BARBARA BONNEY, soprano; ANNE SOFIE VON OTTER, mezzo; HANS PETER BLOCHWITZ, tenor; ANDREAS SCHMIDT, barítono; CORD GARBEN, piano. 2 CD BRILLIANT 9009 (Cat Music). 1988. 140’. DDD. R PE A finales de los 70 se descubría a Zemlinsky a través del disco. Era la Sinfonía Lírica, dirigida por Gabriele Ferro, para el sello Italia. Poco a poco se impuso esa obra y acabaron imponiéndose otras de este compositor olvidado durante décadas. Y hasta se han grabado sus nueve óperas. Hemos llegado a reconocer a Zemlinsky como uno de los cuatro de la Escuela de Viena, que hasta entonces sólo contaba, para nosotros, con tres miembros. Deutsche Grammophon editó algunas obras orquestales y, con un interés especial, los Cuartetos de cuerda (LaSalle) y los Lieder, que es este álbum que ahora recibimos. Si los Cuartetos aparecieron todavía en época del LP, estos Lieder son de tiempos plenamente digitales y compactos. El Lied es fundamental en Zemlinsky, es base de sus siete óperas y también del canto más o menos notorio de otras obras suyas. Después de todo, la Sinfonía Lírica no deja de ser un ciclo de canciones con acompañamiento de un buen aparato orquestal, y no en vano se ha señalado el parentesco de esta preciosa secuencia sinfónico-lírica con La canción de la tierra, del primero de los “vieneses”, el maestro reconocido por todos ellos, Gustav Mahler. Sumados sus Lieder con piano y los orquestales (atención a aquellos registros dirigidos por Conlon y cantados por un buen plantel de voces, EMI) Zemlinsky compuso mucho para la voz; un ciclo como las Canciones de Maeterlinck op. 13 puede acompañarse 101 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 102 D D I SI CS O C O S S ZEMLINSKY-RECITALES de una u otra manera, y en este álbum de sabor camerístico, de lirismos tensos y contenidos, lo escuchamos en la voz delicada y al tiempo poderosa de la mezzo Anne Sofie von Otter, cuya belleza de timbre y alcance dramático son bien conocidos del aficionado. Como en el caso de Berg, su buen amigo de todas las épocas, pero sobre todo de los tiempos en que Zemlinsky dirigía el Teatro Alemán de Praga y Berg iba por allí cuando le estrenaban algo (y se enamoraba de cierta dama, caramba); como en el caso de Alban, decimos, Zemlinsky tiene compuestos un buen montón de Lieder juveniles posrománticos cuando se pone a escribir su serie de Lieder op. 2, a partir de poemas dispares de poetas de todo tipo, algunos traducidos. Lo escuchamos aquí casi completo en las tres voces que reseñamos en la ficha. De ahí a los ciclos finales —los Seis Lieder op. 22 y los Doce Lieder op. 27, de 1934 y 1937, tiempos de preparación del horror, vísperas del exilio del músico— tenemos una importante evolución estética, porque Zemlinsky nunca dejó de ir hacia adelante. Un año después del ciclo Op. 27 se le incluía a él y se incluía a un buen montón de compositores en la exposición nazi de Música degenerada. Ahí se selló su olvido, porque los que tendrían que haberlo reivindicado tras la derrota nazi no lo hicieron, y sí rescataron a Webern y a Schoenberg (recordemos que, al principio, incluso intentaron ningunear a Berg). Zemlinsky, Schreker, Korngold, Krenek, Krása, Schulhoff y tantos otros renacieron décadas después por la fuerza de sus obras y porque hubo quien no aceptó los olvidos del nazismo y de la vanguardia, que parecían de acuerdo al menos en eso. Y así pudimos conocer tardíamente obras como las que enriquecen este doble álbum, que Deutsche Grammophon le ha cedido ahora al benéfico sello Brilliant. No es necesario ponderar voces como la de Barbara Bonney, que borda los Lieder que le corresponden del Op. 5, el Op. 6 (aquí, en alternativa única con Otter, qué pareja insuperable), el Op. 10, el Op. 22 y el Op. 27. O su bella exposición de esa preciosa línea para Ahnung Beatricens, poema de Werfel, el buen amigo de Praga, el último compañero de Alma, loco amor frustrado de juventud de Zemlinsky, que la amó entre dos Gustavos (Klimt y Mahler). En fin, del cuarteto vocal no podemos olvidar al espléndido tenor Hans Peter Blochwitz y al indiscutible barítono Andreas Schmidt, bien conocidos de los aficionados; acaso, más este último. No, no crean ustedes que se trata de favoritismo hacia las voces femeninas. En fin, quien da cuerpo y quien da envoltura y quien da incluso vivienda a este recital es un acompañante magistral, Cord Garben. Escribimos así, como si fueran registros de ahora estas grabaciones que tienen ya dos décadas cumplidas, pero la verdad es que se mantienen con una frescura, una gracia y un sentido tan profundo (todo, todo junto) que el presente de indicativo no es sólo una licencia de estilo. Un álbum excepcional y a precio de saldo, aunque esto sea un auténtico lujo. Marc Minkowski, Fernando con Alan Curtis, Orlando furioso, Griselda y La fida ninfa con JeanChristophe Spinosi. La voz, cálida, sensual y de gran personalidad, siempre afinada y en su sitio, es capaz de recorrer toda la tesitura a velocidades verdaderamente asombrosas, como demuestra, bien que a costa de eventuales y bruscos cambios de color, en arduas partes de Catone in Utica de Vivaldi y de Gli orti esperidi de Porpora. Pero la artista sabe cantar con dulzura y serenar el fraseo para someterse con la debida emotividad y con un estilo por momentos algo abstracto al lirismo porporiano de Polifemo, al vivaldiano de La fida ninfa o al haendeliano de Rinaldo e Il trionfo del Tempo e del Disinganno. Rico de colores y de alcance camerístico es el acompañamiento de los pocos músicos de Una Stella Ensemble, liderados por el guitarrista Philippe Spinosi, hermano de Jean-Christophe. Por cierto que su arreglo para violonchelo y guitarra de la cantinela de Villa-lobos deja junto al etéreo canto de la soprano una de las versiones más hermosas que recordamos de la cautivadora página a la vez que pone fin de la mejor forma posible a este singular pero bello recital. C ontempo- XXI. Necesario e instructivo, y convenientemente servido a través del sonido incisivo y refulgente del clarinete y ese gran lecho madre que es el piano. El uno y el otro asimismo en impecable y elocuente diálogo, para goce del oído sensible. Santiago Martín Bermúdez RECITALES VERÓNICA CANGEMI. Soprano. Italia 1600, Argentina 1900. Obras de Porpora, Vivaldi, Monteverdi, Piazzolla, Haendel, Caccini, Guastavino, Broschi, Paisiello y Villa-Lobos. UNA STELLA ENSEMBLE. NAÏVE OP 30466 (Diverdi). 2008. 65’. DDD. N PN Un 102 programa atractivo, atípico y amplio de miras sirve de base para que la soprano argentina Verónica Cangemi pueda asegurar su espacio en la primera línea de la escena lírica actual. La cantante vuelve por un lado a sus orígenes latinoamericanos por medio de páginas como la Milonga en ay menor de Piazzolla, la canción Se equivocó la paloma de Guastavino sobre versos de Alberti y la Cantinela de las Bachianas brasileiras nº 5 de Villa-Lobos, y por otro lado a los orígenes de la ópera a través de Tu ch’ai le penne Amore de la Euridice de Caccini. Aparece a medio camino, al lado del madrigal Si dolce è’l tormento de Monteverdi y del aria Nel cor più non mi sento de La molinara de Paisiello, el barroco de Haendel, Porpora y Vivaldi, campo natural de la soprano y eje fundamental de su carrera tal y como prueban sus excelentes aportaciones en algunas de las aventuras discográficas más importantes de los últimos años: Ariodante con Asier Vallejo Ugarte JOSEP FUSTER. Clarinetista. Obras de Rossini, Bataller, Zulema de la Cruz, Kovács, Medina y Weber. ISABEL HERNÁNDEZ, piano. COLUMNA MÚSICA 1CM0197 (Diverdi). 2008. 76’. DDD. N PN ráneos, aunque de estilos diferentes, Gioacchino R o s s i n i (1792-1868) y Carl Maria von Weber (17861826) forman en este CD el eje en torno al cual gira el contenido del mismo, basado en dos instrumentos de brillante timbre y adecuada conjunción: el clarinete y el piano, que aquí cuentan con dos excelentes intérpretes españoles, el valenciano Josep Fuster (miembro de la OBC) y la canaria Isabel Hernández, ambos dedicados también a la pedagogía en sus respectivos dominios. Sobre la cavatina Una voce poco fa (Il barbiere di Seviglia) del compositor de Pésaro, en arreglo para piano de su contemporáneo el estonio Yvan Müller, el valenciano Arnau Bataller (Alcira, 1977) edifica sus Tre movimenti alla Rossini. Lo mismo le ocurre a Zulema de la Cruz (Madrid, 1958) con su Evocazione rossiniana, basada en la Fantasía para clarinete y piano en mi bemol del autor belcantista. Y Juan Antonio Medina (Huesca, 1971) hace lo propio a partir del Gran Dúo concertante op. 48 de Weber. Finalmente, el húngaro Béla Kováks (Budapest, 1937) aporta un homenaje a Rossini regodeándose con descaro en el estilo característico del italiano. Diálogo, pues, entre la música de dos compositores del siglo XIX y las correspondientes réplicas a caballo de los siglos XX y José Guerrero Martín JOHANNES TONIO KREUSCH. Guitarrista. Art of the Guitar. Obras de Kreusch, Stockhausen, Barrios, Tárrega, Albéniz, Rodrigo, Brouwer, Villa-Lobos, Ginastera y Peramo. NAN-MARO BABAKHANIAN, mezzo. CUARTETO GRIFFIN. MARKUS STOCKHAUSEN, trompeta, trompeta piccolo y fiscorno. 4 CD OEHMS OC 107 (Galileo MC). 1999-2002. 253’. DDD. N PM Discípulo de dos nombres ya míticos de la guitarra actual, Eliot Fisk y Joaquín Clerch, Johannes Tonio Kreusch es uno de los más destacados guitarristas del momento, tanto por su técnica como por su versatilidad y, por supuesto, por su musicalidad. Su repertorio es amplísimo y está siempre abierto a nuevas experiencias, habiendo estrenado gran cantidad de obras, algunas de las cuales creadas por él mismo ya que también es compositor. Aparte de las piezas tituladas Inspiración, de Kreusch, que abren y 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 103 D D I SI CS O C O S S ZEMLINSKY-RECITALES Ewa Podles UNA VOZ DE LEYENDA EWA PODLES. Contralto. Obras de Chopin, Rachmaninov, Chaikovski, Szymanowski y Musorgski. GARRICK OHLSSON, piano. WIGMORE HALL LIVE WHlive0027 (Diverdi). 2008. 79’. DDD. N PN La voz de la contralto polaca Ewa Podles es asombrosa. Para quien creyera que este tipo de voces de la tradición rusa había desaparecido, aquí llega, desde el Wigmore Hall, esta capacidad de descenso a las oscuridades sin que la voz se oscurezca en esmalte ni en extensión. Esas transiciones en la voz, esos descensos repentinos que sin embargo se abren radiantes, esos juegos que son como saltos mortales de una laringe privilegiada y dada a las agilidades, esa amplitud de tesitura y ese colorido espeso de ancho alcance… Todo esto, y más atributos que podamos adjudicarle con toda justicia, hacen que estas lecturas en vivo de Ewa Podles la coloquen junto a voces legendarias del pasado, ésas que se encierran, al menos en parte, en viejos tesoros fonográficos rusos, y que conducen a voces como cierran el primer disco, los dos primeros compactos de este estuche constituyen una fiel y, sin contar con alguna que otra libertad que se permite el intérprete (quizá podríamos decir que se acerca a cierta excentricidad), significativa muestra de la música de España y Sudamérica para guitarra de finales del siglo XIX y buena parte del XX abordada desde la tradición y desde un profundo conocimiento. Pero, repetimos, pueden detectarse sin gran dificultad detalles sorprendentes que no todo el mundo recibirá bien. Desde luego esto va más allá de determinadas elecciones del repertorio, como la Asturias de Albéniz según la versión (discutible) del propio Kreusch o la versión anterior a la edición (es decir, la manuscrita) de los Estudios de Villa-Lobos; y no podemos decir que no arriesgue, y no sólo por determinadas soluciones interpretativas sino también, como apuntábamos, por el repertorio elegido que puede llegar a incluir obras que son todo un desafío, como la muy exigente Sonata de Ginastera. Es evidente que este hombre, que quizá año- la de Marjana Lipovsek, por mencionar alguien que vimos y escuchamos entre nosotros. Podles, que ha hecho en escena grandes papeles del Barroco (Giulio Cesare y otros Haendel), del belcantismo tardío (Rossini, Donizetti), Verdi e incluso Stravinski (Iocasta), se muestra en este impresionante y recomendable recital como una contralto de prestaciones y talento artísticos hoy día insuperables. Es un recital de polacos y rusos, desde luego. En la voz asombrosa y el acompañamiento muy eficaz de una polaca y un neoyorquino, porque la segunda patria de la contralto parece que es Estados Unidos, como no podía ser menos. El odio secular de polacos y rusos se diluye aquí, porque esto es el dominio del arte. Es cierto que los grandes compositores rusos hicieron a veces en sus obras propaganda antipolaca desvergonzada (La vida por el zar, Boris Godunov, obras maestras ambas, obras ambas compuestas durante en la época en que el mayor trozo de la Polonia repartida —el Reino— lo ocupaba precisamente Rusia), pero para eso están el tiempo y el arte, no para olvidar, sino para demostrar que una cosa son los pueblos y otra los políticos, las supuestas élites y los artistas al servicio del poder. La dulzura de las canciones de Chopin; las no siempre dolientes romanzas de Chaikovski y Rachmaninov, casi diríamos que “tal para cual”; hasta el bellísimo tríptico Máscaras, sólo pianístico, del polaco Karol Szymanowski, todo parece conducir a esa inquietante, conmovedora y a veces fantasmal lectura de los cuatro Cantos y danzas de la muerte de Musorgski. Hay una progresiva tendencia del que escucha a asombrarse, desde Chopin hasta Musorgski. Tal vez por eso nos da Ewa Podles un respiro, y se lo da a sí misma, dejando en los dedos esplendorosos de Ohlsson una secuencia triple de obras del grandísimo Szymanowski, compositor cada vez más valorado: Máscaras, obra de tiempos de guerra, que fueron de conmoción y aprendizaje acelerado para el ya maduro compositor polaco (nacido, precisamente, en el Reino, en una parte que pronto iba a dejar de ser Polonia para ser Ucrania). Para terminar, una nueva romanza de Rachmaninov. Es hora de quitarle a este compositor el sambenito de conservador. Hay tantas cosas que es Rachmaninov (artista, virtuoso, genial) que parece un poco ridículo reprocharle a estas alturas su carácter epigonal. Al fin y al cabo, administró esa característica con mucho talento. En fin, un espléndido disco que enriquecerá cualquier discoteca. Y que será un placer para el aficionado. Uno de esos placeres que te hacen respirar más deprisa y preguntarte, inquieto: madre mía, ¿esto qué es? Aunque la mayor parte del repertorio sea más que conocida. ¿No será porque Ewa Podles es una de las grandísimas voces de hoy? Santiago Martín Bermúdez André Previn PREVIN EN LONDRES ANDRÉ PREVIN. Director. Obras de Messiaen, Debussy, Rachmaninov, Shostakovich, Prokofiev, Chaikovski, Walton, Vaughan Williams, Holst, Orff y Gershwin. SINFÓNICA DE LONDRES. 10 CD EMI 2 67969 2. 1971-1980. 760’. ADD/DDD. R PE Para conmemorar el 80 cumpleaños del director y compositor americano, el sello británico reedita alguna de las grabaciones realizadas junto a la London Symphony durante el período tan fructífero, artísticamente, que compartieron. Diez discos que recogen una amplia selección del repertorio que grabaron juntos. Aquí se encuentra recogido su exuberante Rachmaninov con su espectacular lectura de la Segunda Sinfonía. O la pionera grabación de la Sinfonía Turangalila junto a Michel Béroff y Jeanne Loriod, una opción que no se suele recordar mucho, pero que se mantiene fresca después de más de 30 años. También resulta demoledora la interpretación de la Octava Sinfonía de Shostakovich. Opresiva, magnética, exquisitamente ejecutada. Junto a la elegancia de su Vaughan Williams (Fantasía Greensleves) se encuentra la capacidad analítica exhibida en las Variaciones Enigma de Elgar o la musicalidad del Belshazzar’s Feast de Walton. Los Planetas resultan espectaculares y los Cuatro Interludios marinos de Britten, bellísimos. Repertorio inglés marca de la casa. De Chaikovski, una selección de los tres ballets. Muy escaso para unas versiones de referencia. Prokofiev viene representado por una amplia selección de Romeo y Julieta y por una delicada lectura de la Sinfonía Clásica. Un disco con música de Debussy y Ravel, Carmina Burana de Orff y un monográfico Gershwin con lo más popular (Rapsodia, Obertura cubana, Un Americano en París y el Concierto para piano) completan este caja-chollo a precio de risa. Si no tienen las versiones, no lo duden. Carlos Vílchez Negrín 103 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 104 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS re a Gould y quiera ser como él, no piensa grabar lo ya conocido de un modo digamos ortodoxo; quiere dejar bien claro que tiene una voz propia y, gustará más o menos, pero no deja indiferente. El tercer compacto incluye obras de Tulio Peramo como exponente de la nueva música cubana. Colaboran con el guitarrista otros intérpretes, todos ellos convincentes en sus respectivos cometidos, y así, de manera insospechada, este volumen se convierte en el más interesante de los cuatro. Sí, porque el cuarto, con obras firmadas por el propio Kreusch, por otro Kreusch (de nombre Cornelius Claudio) y por Markus Stockhausen (que toca con el guitarrista) no pertenece al ámbito estricto de “lo clásico” y quizá sí a la new-age o al jazz. Y no es que esté mal este cuarto volu- men, pero es otra cosa y, eso sí, sirve una vez más para admirar la versatilidad de este intérprete singular y personalísimo. Josep Pascual DAVID THEODOR SCHMIDT. Pianista. Obras de Mendelssohn, Schubert y Brahms. SONY 88697431592 (Sony-BMG). 2008. 67’. DDD. N PN P or lo que se escucha en este disco, al pianista David Theodor Schmidt (1982) aún le falta por madurar y para alcanzar ese estado diferencial que le convierta en un pianista atractivo. Y no es porque sus versiones carezcan de calidad y cuidados, muy al contrario: son líricas, con virtuosismo y dotadas de buen hacer. Pero de momento, inmerecedoras del calificativo superlativo que las tilde de imprescindibles. ¿Qué falta en estas interpretaciones? Simplemente eso intangible y de difícil definición, ese halo que posibilita el viaje hacia las profundidades de cada uno; esa evocación de la perfección (no únicamente técnica) a la que nos remiten las versiones de intérpretes referenciales. Schmidt, que es correcto pero demasiado académico, exhibe momentáneamente también falta de ideas en su tocar. Sus rubati son los absolutamente predecibles, al igual que los cambios de dinámicas, que aun- que traducen fielmente lo pedido en la partitura, no pasan por el cedazo de una gran personalidad. Su Op. 118 de Brahms resulta demasiado ligero e imaginable, sus sonoridades en él tampoco buscan demasiados matices, y los tempi pasan con demasiada rapidez. Las Variaciones serias de Mendelsshon también adolecen de demasiada ligereza y sentimentalismo, al igual que las piezas de Schubert (D. 946), donde no se presiente la trascendencia esperada. Posiblemente con los años esto cambiará pero de momento lo que hay es el recital de un jovencísimo pianista que no destaca precisamente por ser diferente de la mayoría, sino que se suma al montón. fonia Varsovia con una dirección de Christophe Mangou muy adecuada en sus contrastes agitados o tensamente líricos. Un disco realmente bello. gando la atención a las líneas melódicas con el colorido armónico. La expresividad del fraseo es mimada gracias a la lujosa materia prima con la que cuenta —como simple muestra, escuchen cómo trata los retardos armónicos y comprenderán el porqué de tanto elogio. El repertorio picotea, fundamentalmente, en el catálogo de Mendelssohn, complementándolo con un par de títulos de los restantes autores citados en la ficha. Las diversas combinaciones del coro en tutti, en divissi, en acoplamiento a un cuarteto solista o acompañado por órgano —en el Ave María de Brahms—, son una muestra de versatilidad que nos pone el caramelo en los labios, incitándonos a la búsqueda de las respectivas grabaciones completas de tales obras. Por cierto, que la portada de ésta es inapropiada con ganas. Da igual: es un disco de los que se escuchan una y otra vez. Emili Blasco VARIOS CANTOS DEL ESTE. Canciones de países eslavos. Obras de Rachmaninov, Dohnányi, Cherepnin, Krawczyk, Prokofiev, Martinu y Mahler. SONIA WIEDER-ATHERTON, violonchelo. SINFONIA VARSOVIA. Director: CHRISTOPHE MANGOU. NAÏVE V 5178 (Harmonia Mundi). 2007. 61’. DDD. N PN E ste 104 CD es un muy bello programa en el que un chelo canta. Y canta de verdad. Y canta de manera que a veces te conmueve. Si ustedes lo prefieren, es música menor para cursis como el que suscribe. Si no, puede ser un recital de canto sin palabras en el que una chelista impresionante, Sonia Wieder-Atherton, canta como los ángeles, o hace cantar como un ángel a ese instrumento suyo que vibra y que diseña líneas hermosísimas. Atención, se nos dice por los títulos que se trata de Cantos del este y de países eslavos. Pero Dohnányi es húngaro, y hay varias presencias judías. Además, ¿qué es eso del este, caramba? ¿Seguimos con la terminología de la guerra fría? Checos, húngaros y polacos son Europa Central. No digamos Mahler, austriaco, judío y nacido en tierra checa, porque en aquel entonces las poblaciones estaban entreveradas. En las notas del interior de este CD lo acaban de fastidiar, refiriéndose a Mittleuropa, ese concepto que siempre encerró o paternalismo germánico o imperialismo alemán. No aceptamos esos títulos, ni los artistas necesitan esta aceptación ni los comentarios del álbum. Basta con el precioso contenido de estas 21 pistas. Hay adaptaciones muy bellas, y puede que infieles en el espíritu: el fragmento de las Vísperas de Rachmaninov que abre el disco; o esa lectura lírica y como de fondo amoroso de El campo de los muertos, de Alexander Nevski. El polaco Franck Krawczyk (1969) adaptaba él mismo hace dos años siete cantos moravos de Janácek en una suite que es el corazón de este recital. Pero hay obras enteras, también, como la Ruralia hungarica, pequeño díptico, pequeña joya de Dohnányi; o esa maravilla formada por la Variaciones sobre una canción popular eslovaca, compuesta por Martinu en el último año de su vida, 1959. La danza de origen popular equilibra los cantos líricos o dolientes; así, la Danza tártara de Cherepnin, o la Danza popular judía que cierra el disco, con todo su sabor klezmer, el de un mundo que ya pasó, aunque estos sonidos se reproduzcan en otras geografías. Atención a los seis minutos y medio del Lied de Mahler, Ich bin der Welt abhanden gekommen, qué intensidad de canto, qué manera de retener, contener, detener el tiempo y la melodía. Sonia Wieder-Atherton es una virtuosa de su instrumento, y tiene un sentido cantabile que ha querido exponer y lucir en este recital. La acompaña la Sin- Santiago Martín Bermúdez A CAPPELLA. Obras corales de Mendelssohn, Brahms, Rheinbeger y Homilius. CORO DE CÁMARA DE STUTTGART. Director: FRIEDER BERNIUS. CARUS 83.221 (Diverdi). 2008. 71’. DDD. N PN Setenta minutos deliciosos. Carus homenajea con este disco al Coro de Cámara de Stuttgart en su 40º cumpleaños. Llega el conjunto vocal alemán a su madurez con un sonido, un empaste, una flexibilidad dinámica y una estabilidad tímbrica que refleja precisamente eso: absoluta madurez, en su acepción más elogiosa. Esto, que en realidad no es más que pura metáfora —la plantilla actual, como conjunto, no ha cumplido, evidentemente, esos años— sirve para simbolizar su altísimo nivel de cohesión y homogeneidad. Bernius, por su parte, a juzgar por éste y por otros discos recientes, está en un momento dorado de su vida profesional. Aquí demuestra de nuevo el porqué. Variado, tan sutil y detallista como enérgico y estructural, encuentra en estas obras breves el punto idóneo de equilibrio conju- Juan García-Rico CONCIERTOS PARA OBOE EN LA CORTE DE DRESDE. Obras de Pisendel, Valentini, Heinichen y anónimas. XENIA LÖFFLER Y MICHAEL BOSCH, oboes; DANIEL DEUTER, violín. BATZDORFER HOFKAPELLE. ACCENT 24202 (Diverdi). 2007-2008. 71’. DDD. N PN Las primeras décadas del siglo XVIII constituyeron una época de notable esplendor para Dresde como ciudad cultural, sobre 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 105 D D I SI CS O C O S S RECITALES-VARIOS todo desde que en 1716 Johann David Heinichen se hiciera cargo del puesto de maestro de capilla de la corte. El magnífico artículo de Reinhard Goebel que viene con el disco en las tres lenguas habituales entra de lleno en esta esencial etapa de su orquesta, cuyo auge y declive estuvieron evidentemente sujetos a los avatares políticos del momento. Es sorprendente la elevada calidad musical de estas obras recopiladas por su Konzertmeister Johann Georg Pisendel, uno de los mayores violinistas de su tiempo, todas ellas sobrias, brillantes, de reconocibles hechuras barrocas y temples centroeuropeos. El oboe de Xena Löffler canta con gran delicadeza en el Adagio que abre el anónimo Concierto en mi bemol, aunque ya en el animado Allegro que le sigue demuestra que también puede sonar ligero e igualmente bello. Del mismo modo, el Concierto en re de Valentini le permite pasar de la emotividad del Largo a la moderada vitalidad del Allegro. Más contenida aparece la Obertura en sol mayor de Fasch, en contraste con la frescura del Concierto en sol menor que la precede, escrito probablemente por el mismo Pisendel, cuyo Adagio plantea un precioso diálogo entre los dos oboes solistas. Sí está confirmada la autoría del bávaro en la jubilosa Sinfonía en si bemol que abre el disco, que evidencia la deuda con el modelo del propio Heinichen, a la sazón su maestro, representado aquí por su Concierto en do menor. Una segunda obra anónima, un Concierto en fa menor, vuelve a dar prueba del alto vuelo lírico de la oboísta, secundada en todo momento por unos músicos de la Batzdorfer Hofkapelle que dominan el estilo y que dan certera trascendencia a estas obras que vienen a dar voz a una breve pero fundamental parcela de la historia de la música occidental. Asier Vallejo Ugarte CONCIERTOS PARA VIOLONCHELO. Obras de Mantovani, Schoeller y Amy. JEAN-GUIHEN QUEYRAS, violonchelo. SINFÓNICA DE LA RADIO DE SAARBRÜCKE. Director: GÜNTHER HERBIG. FILARMÓNICA DE RADIO FRANCE. Director: ALEXANDER BRIGER. ORQUESTA DE PARÍS. Director: GILBERT AMY. HARMONIA MUNDI HMC 901973 2005-2006, 2008. 69’. DDD. N PN Stefano Grondona y Laura Mondiello REDESCUBRIENDO A LLOBET HUMORESQUE. Llobet y Anido en los años veinte. Obras de Albéniz, Granados, Aguirre, López-Chavarri, VillaLobos, Torres, Rogatis, Daquin, Mozart, Beethoven, Brahms, Mendelssohn y Chaikovski. STEFANO GRONDONA Y LAURA MONDIELLO, guitarras. fundizando en la personalidad de su admirado Llobet en esta nueva grabación, centrada en obras para dos guitarras que formaron parte del mítico dúo que formó éste con María Luisa Anido. La totalidad del repertorio del dúo lo constituyeron transcripciones con una sola excepción, una obra original debida a Eduardo Torres (que también escuchamos en este compacto). La experiencia que Llobet adquirió en el arte de la trascripción se hace patente en este heterogéneo programa que aúna una cierta ambición orquestal de efectos a menudo sorprendentes (aunque nunca caiga en el puro efectismo) con un intimismo revelador que trasciende el universo salonnier al que podría asociarse. Por supuesto que el dúo GrondonaMondiello nada tiene que envidiar al de Llobet-Anido ya que cuesta imaginar (si es que es posible) que esto pueda sonar mejor. La riqueza de matices, el dominio técnico, la perfecta unión y la total compenetración de ambos guitarristas hacen que estas interpretaciones nos parezcan poco menos que ideales. Y más allá de las sonoridades plenas y de la espectacularidad, fijémonos sobre todo en la delicadeza “clavecinística” que en sus manos adquiere el bellísimo Le coucou de Daquin, o el aliento romántico y canta- Tres compositores de distintas generaciones y un violonchelista joven y capaz son los protagonistas de este disco, uno de esos capaces de reconciliar a cualquiera con la música contemporánea y hacerle olvidar tantas tomaduras de pelo como en este campo hay. Porque si algo se demuestra aquí es que se puede escribir en un lenguaje moderno y al mismo tiempo tener presente que de lo que se trata es de comunicar, no sólo de satisfacer el ego. Así lo entiende, por ejemplo, el más joven de los compositores aquí reunidos, Bruno Mantovani (1974), cuyo Concierto para violonchelo (2003) es una partitura extremadamente accesible, con pasajes fáciles de retener por parte del oyente. La orquesta es la misma del Concierto de Schumann, una obra por otro lado muy presente en Mantovani, al menos en su aliento rapsódico y en su construcción como un largo monólogo del solista ante el cual el resto de instrumentos actúa como una caja de resonancia que transforma y completa el timbre del vio- lonchelo. The eyes of the wind (2005) es la propuesta de Philippe Schoeller (1957), una composición más radical si se quiere, hecha a base de silencios, de timbres fragmentados, de clusters y extrañas combinaciones armónicas sobre las que el violonchelo se desliza en todo su registro. El tratamiento sonoro, del solista y de la orquesta, es de un refinamiento extremo, siempre en busca de una transparencia camerística, incluso en los momentos de más paroxismo. Por último, el Concierto para violonchelo (2000) del veterano Gilbert Amy (1936) destaca por su pujanza emocional, los ecos de la música tradicional japonesa, su riqueza tímbrica y una escritura para el solista diabólicamente virtuosística. Tres obras, pues, muy diferentes, pero de un atractivo incuestionable que se ve enriquecido por la labor de un portentoso Queyras. Violonchelista durante diez años del Ensemble Intercontemporain, es de esos solistas que si aborda la música contemporánea es por convencimiento, no porque toca. Y eso se nota en la pasión que muestra, en la implicación con la que se vuelca a traducir estas páginas en absoluto fáciles y a las que, STRADIVARIUS STR33815 (Diverdi). 2007. 69’. DDD. N PN Stefano Grondona sigue pro- ble de las Romanzas sin palabras de Mendelssohn. Además, cabe decir que se sirven de instrumentos “históricos”, dos guitarras de Antonio de Torres de 1887 con bordones de seda entorchada y el resto de cuerdas de tripa, algo que contribuye a crear una sonoridad especial de la que estos dos magníficos guitarristas consiguen extraer el máximo partido. Un disco bellísimo. Josep Pascual lamentablemente, no tendrá oportunidad de rodar demasiado por los escenarios. Otros repertorios le procurarán más público y fama, pero discos como éste son necesarios. Juan Carlos Moreno A FRENCH COLLECTION. Obras de Marchand, Duphly, A. L. Couperin, Balbastre, Corrette y Royer. SKIP SEMPÉ, clave. PARADIZO PA0007 (Diverdi). 2006. 62’. DDD. N PN S alvo Louis Marchand, que pertenece a la generación de François Couperin, los compositores cuya música ha sido grabada por Skip Sempé para este disco forman parte del último grupo de cultivadores del clave en la Francia prerrevolucionaria (Jacques Duphly y Armand-Louis Couperin fallecieron en el mismo 1789 y Michel Corrette y Claude-Bénigne Balbastre sobrevivieron hasta 1795 y 1799 respectivamente). Se trata, en rigor, de música contemporánea del gran Rameau, marcada sin duda por su personalidad, y que se mueve entre una naturaleza en buena medida teatral y danzable y su florida ornamentación, tan del gusto rococó. 105 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 106 D D I SI CS O C O S S VARIOS Las chaconas y los rondós se mezclan aquí con las piezas descriptivas o de carácter, los movimientos de deslumbrante fiereza (La de Caze de Balbastre, La Marche des Scythes de Royer, La de Belombre de Duphly) se alternan con la gracia y la ternura (Les Grâces, La Félix de Duphly, La d’Héricourt de Balbastre). Con un instrumento brillantísimo y de gran potencia sonora, Sempé deslumbra en las piezas más rápidas por su asombrosa precisión técnica y conquista en las más lentas por su elegante y flexible fraseo, que no hace ascos al rubato ni a la más exuberante disposición de los adornos. Pablo J. Vayón MÚSICA DE LOS LIBROS DEL CASTILLO DE CHIRK. Obras de Mundy, Deane, Byrd, Parsons, Tallis y otros. THE BRABANT ENSEMBLE. Director: STEPHEN RICE. HYPERION CDA67695 (Harmonia Mundi). 2008. 71’. DDD. N PN El Castillo de 106 Chirk es una impresionante fortaleza estratégicamente situada en la parte norte del País de Gales. Entre guerra y guerra, en 1630 se prepararon cinco manuscritos de partes separadas para los servicios corales de la capilla, así como un libro de órgano. Uno de los manuscritos se perdió durante el transcurso de los trescientos años de olvido en la biblioteca del castillo, hasta que adquiridos en una subasta pasaron a ser propiedad de la Biblioteca Pública de Nueva York, mientras que el libro de órgano se conserva en Oxford. El encargado de preparar los manuscritos fue William Deane, organista de la iglesia parroquial. Algunas obras suyas y otras de William Mundy se prepararon específicamente para la capilla del castillo de Chirk, pero otras, las de compositores más conocidos como William Byrd, Thomas Tallis o John Sheppard fueron copiadas o transcritas. En resumen, música o estilos musicales del siglo XVI copiados casi un siglo después. Puede que tenga mucho interés comprobar cómo se mantenía viva la llama de la música isabelina en un castillo dotado de una pequeña capilla, no más de doce voces, durante la época jacobina, pero tal interés disminuye bastante fuera del Reino Unido. Los miembros del Bra- Bernarda Fink, Giovanni Antonini LAMENTOS IL PIANTO DI MARIA. Obras de Ferrandini, Vivaldi, Monteverdi y Conti. BERNARDA FINK, mezzosoprano. IL GIARDINO ARMONICO. Director: GIOVANNI ANTONINI. L’OISEAU-LYRE 478 1466 (Universal). 2008. 61’. DDD. N PN Hay discos que ya muestran su interés antes de escucharlos por razón de sus intérpretes y la composición de su contenido. Naturalmente, no me estoy refiriendo a una sinfonía de Beethoven dirigida por Furtwängler, sino a uno como éste que ahora comento, con un programa que respondiendo al título genérico de Il pianto di Maria, incluye una serie de obras tanto instrumentales como vocales en directa o indirecta relación con la muerte de Cristo y cuyos intérpretes son la exquisita mezzosoprano Bernarda Fink y Giovanni Antonini con su Giardino Armonico. Y cuando el disco empieza a sonar y se escucha la Sonata Al Santo Sepolcro de Vivaldi, ya se presiente que nos vamos a encontrar ante un disco extraordinario. La segunda obra que conbant Ensemble (cuatro sopranos, cuatro contraltos, dos tenores y dos bajos) son excelentes cantores. Todo está muy bien interpretado, con claridad y entonación, pero destacan particularmente por su singularidad el Te Deum y el Benedictus de William Mundy (1529-1591), así como The Litany para voces agudas, atribuida a un tal Parsons, pero que es una libre adaptación de la obra del mismo título debida a Thomas Tallis. José Luis Fernández SONES DE PALACIO, BAILES DE COMEDIAS. Gallardas, jácaras, jotas, seguidillas y fandangos. CINCO SIGLOS. GUITARRA, archilaúd y director: MIGUEL HIDALGO. FONORUZ CDF 2117 (Gaudisc). 2008. 48’. DDD. N PN E l conjunto instrumental Cinco Siglos, que ya posee una importante experiencia en la interpretación de música rena- tiene y le da título genérico es Il pianto di Maria de Giovanni Battista Ferrandini, subtitulada “Cantata sacra da cantarse dinanzi al Santo Sepulcro” y que ofrece el interés añadido de haber estado atribuida a Haendel (HWV 234 en el catálogo), hasta hace muy poco tiempo. Recoge el dolor de la Virgen como madre ante el sufrimiento y muerte de su hijo y está cantada por la mezzo argentina con una ternura, expresividad y delicadeza conmovedoras. Lo mismo puede decirse de Il pianto de la Madonna, el contrafacto sobre el Lamento d’Arianna que Monteverdi escribió treinta años después del estreno de la desaparecida ópera e incluyó en su veneciana Selva morale e spirituale y que puede ser considerada la madre de todos los lamentos del barroco. Acompañada Fink por viola da gamba y archilaúd, no se cae en el error de que Monteverdi suene como el resto de la música, muy posterior, que el disco incluye. La tercera obra con intervención vocal es el aria Sento già mancar la vita, perteneciente al oratorio Il martirio di San Lorenzo de Francesco centista y barroca, nos ofrece en este su más reciente disco una selección de danzas y otros aires del barroco español que gustaban tanto en los ambientes palaciegos como en los populares corrales de comedias. A base de peninsulares gallardas, jácaras, jotas, seguidillas y fandangos, a los que se añaden los aires de una jota, un fandango y el singular zarambeque de Santiago de Murcia que aparecen en el célebre Códice Saldivar y una tarantela española para terminar, el contenido de la grabación es sumamente atractivo. Particular interés ofrecen las tres primeras obras incluidas en el disco, una jácara, una gallarda y un pasacalle, que muchos musicólogos atribuyen a Góngora, aunque otros disientan de tal atribución. Lo cierto es que son varias las referencias literarias al gusto de Don Luis por la bandurria y la guitarra, pues era mucho más amante de la jarana que lo que su culterana poesía puede dar a entender. Por otra parte, en el manuscrito 4118 de la Biblioteca Nacional que contiene parte de su obra poética, aparecen en los folios 433 a 438 Conti, cuya inclusión se justifica por el martirio de los santos como imitación de la Pasión. La delicada aria precisa de un chalumeau obligado, tocado por el propio Antonini y, al parecer, se graba aquí por primera vez. El resto de las obras incluidas son la Sinfonia Al Santo Sepulcro de Vivaldi, una sonata de Pisendel y una passacaglia de Biagio Marini, cuya relación con la temática principal del contenido es más indirecta. Grabado en el Auditorio del Centro Cultural Miguel Delibes de Valladolid, el sonido es realmente fantástico, lo que añade el punto que le faltaba para que el disco sea absolutamente recomendable. José Luis Fernández varias obras musicales en cifra que bien podrían ser de su autoría. Así lo dan por bueno los componentes de Cinco Siglos, uno de cuyos integrantes, el violinista barroco Gabriel Arellano, ha realizado la transcripción para su interpretación por el grupo. Y aunque sea bastante más tardío, también llama singular atención el ejemplo de tarantela española del manchego José Recuero, un violinista ciego experto en curar o aliviar los efectos de la picadura de la tarántula, que además de dominar las formas importadas de Nápoles, también tenía su propia receta musical. En conclusión, interés histórico y placer musical es lo que ofrece este disco de contenido bastante más popular que cortesano, aunque también pudiera gustar en los medios palaciegos. José Luis Fernández www.scherzo.es 244-DISCOS 27/7/09 12:47 Página 107 D D I SI CS O C O S S VARIOS LA TIRANA CONTRA MAMBRÚ. La tonadilla escénica en España hacia 1800. Obras de Laserna, Esteve y Valledor. RAQUEL ANDUEZA, soprano; MARTA INFANTE, mezzo; JUAN SANCHO, tenor; JORDI RICART, barítono. EL CONCIERTO ESPAÑOL. Violín y director: EMILIO MORENO. GLOSSA GCD 920309 (Diverdi). 2008. 63’. DDD. N PN F ruto de varios conciertos de las celebraciones de los hechos de 1808 del pasado año, este disco no contiene posiblemente obras de gran trascendencia para la historia estética de la música, pero es enormemente divertido e ilustra muy bien la época y el género tonadillesco, crucial para la evolución de nuestro teatro lírico. La gracia y el buen humor son palpables de principio a fin ya desde la Tirana del Trípili de Blas de Laserna que abre el programa. El tratamiento instrumental, por ejemplo en Favor a esta pobre de El desengañado, también de Laserna, refuta la presunta penuria de la tonadilla en este aspecto. El disco, que debe la edición de las músicas al propio Moreno, parece proponer la tonadilla como antecedente directísimo de la zarzuela decimonónica; así lo sugieren, desde luego, los hablados. Graciosísima la pintura de la lucha en la Batalla y muerte de Malbrú de La cantada vida y muerte del General Malbrú de Esteve, cuya parte final, Malbrú quedó difunto, roza un surrealista humor negro. Disco, en fin, para pasar un buen rato y que no carece, por otro lado, de valores histórico-musicales. Enrique Martínez Miura VENEZIA 1625. Obras de Fontana, Uccellini, Merula, Castello y Piccinini. C ONJUNTO INSTRUMENTAL . Flauta dulce y director: MAURICE STEGER. HARMONIA MUNDI HMC 902024. 2008. 68’. DDD. N PN Con el abreviado título de Sinfonie … per poter sonare a due, a tre, a quattro conforme piacerà se editó la Op. 8 de Marco Uccellini, una de las fuentes escogidas para la grabación de una serie de obras instrumentales representativas del stile moderno que se impone en Venecia desde los albores del siglo XVII. Es muy ilustrativo de la libertad interpretativa que caracteriza el temprano barroco frente a la rigidez constructiva de la polifonía, el stile antiquo. La basílica de San Marcos, con sus peculiaridades constructivas, facilita la utilización de los dobles coros con mezcla vocal e instrumental y el surgir de una dualidad concordancia-oposición que representa el nacimiento del stile concertato. Ello da lugar también a la prioridad del violín como instrumento principal de este nuevo estilo, aunque intercambiable con otros y particularmente con la flauta, pues hasta que Corelli sentara las reglas del concierto instrumental coexistió lo antiguo con lo nuevo, como en toda época de transición. Está claro que el “conforme piacerà” es para el flautista Maurice Steger sustituir en todos los casos el violín por el instrumento del que es un gran virtuoso, la flauta dulce. Para ello ha adaptado cuatro sonatas de Giovanni Battista Fontana para violín, entre las que ha intercalado otras adaptaciones de sinfonías o canzonas menos retóricas, más atractivas, de Marco Uccellini y Tarquinio Merula, conjunto de obras que conforma la parte básica del disco, completada con otras de compositores de la misma época, incluso un par de ellas que no requieren de la flauta dulce, pues son una para clave y otra para tiorba. El conjunto de instrumentistas que colabora con Steger en esta particular ocasión es abundante y variado (órgano y clave, viola da gamba, violonchelo barroco, chitarrone, tiorba, guitarra barroca, arpa y en algunas casos, otras flautas dulces), todos ellos músicos de gran calidad interpretativa, con el soberbio flautista a la cabeza. Un disco que da una panorámica del stile concertato en el primer cuarto del siglo XVII en Venecia, aunque vista con la lente de un instrumento excesivamente protagonista, que acaba fatigando un tanto. José Luis Fernández LA VIDA DE ESTE MUNDO. Cancioneros hispanos del Renacimiento. LA REVERENCIA. Órgano y director: ANDRÉS ALBERTO GÓMEZ. TAÑIDOS SRD-376 (Several Records). 2008. 48’. DDD. N PN Cuarto disco del grupo musical albaceteño La Reverencia, dedicado éste a cancioneros del Renacimiento español y particularmente a obras incluidas en el Cancionero musical de Palacio, un total de nueve y entre ellas De la vida de este mundo que da título al disco. Juntamente con dos obras para vihuela de Diego Pisador y otras dos instrumentales de la recopilación de 1593 llamada Ramillete de flores, constituyen la totalidad del contenido del CD, cuya duración de 48 minutos es un tanto escasa, sin que parezca haber motivos para ello dada la índole de su contenido, al que se hubieran podido añadir sin problemas varias obras más. El comentario no pretende solamente señalar un hecho objetivo, quiere también lamentar la breve duración ante la constatación de la calidad de lo grabado. Desde su disco dedicado a Diego Ortiz, quizás no demasiado convincente por las razones expuestas en el comentario publicado en el número 226 de esta revista, el conjunto La Reverencia ha tenido la lógica evolución positiva. Así, esta grabación posee un gran atractivo vocal, encarnado en las voces de Paloma Gallego y Francisco Fernández, especialmente destacable la de la soprano, además de un notable brillo instrumental en general bien equilibrado, aunque el equilibrio se rompe en alguna ocasión por la percusión de Miguel Ángel Orero, cuya labor no acabamos de ver claro en un conjunto de ministriles de bajas, a pesar de su calidad como instrumentista. Otro aspecto positivo es la selección de obras del Cancionero de Palacio, interesante por no caer en el vicio de repetir las más conocidas, sin que por ello las incluidas tengan un menor valor. Lo dicho, lástima que se acabe tan pronto. José Luis Fernández guitarrista brasileño Fabio Zanon reúnen aquí obras de cuatro autores bien distintos entre sí pero que coinciden en la fórmula interpretativa que ambos representan en este CD. Más allá de su calidad cierta, el Coro Cervantes ofrece la peculiaridad de ser el único grupo profesional británico —pues en Gran Bretaña fue creado, bajo los auspicios del Instituto Cervantes de Londres— dedicado a la música clásica de la península ibérica y de Latinoamérica. En cuanto al contenido de este compacto, Mario CastelnuovoTedesco (1895-1968), italiano de ascendencia judía española, brinda con Romancero gitano un homenaje a Granada, a García Lorca y a la Semana Santa andaluza; Carlos Suriñach (1915-1997), catalán de Barcelona, deja traslucir asimismo en Via Crucis la influencia que el flamenco ejerció en su música. El uno y el otro acabaron nacionalizándose estadounidenses: el español desapareció de este mundo después de una prolongada e injustificada indiferencia por parte de su país de origen. También Fernando Moruja (1960-2004), argentino de Buenos Aires, se desenvuelve con sus Piezas sacras en el terreno religioso. Y el brasileño Marlos Nobre (Recife, 1939), Premio Iberoamericano de Música Tomás Luis de Victoria, dedica Yanomami a la lucha por la supervivencia del pueblo indígena de este nombre a orillas del Orinoco, entre Venezuela y Brasil. Pieza que se sale de la ortodoxia de sus acompañantes y penetra en el terreno étnico, que no nacionalista (término que detesta el autor por considerar que la música es creada para toda la humanidad), con una incursión en la técnica serial dodecafónica. Junto a la notable prestación del Coro ya mencionada, Fabio Zanon hace gala de una gran finura y sensibilidad, poniendo su musicalidad al servicio de la peculiaridad de cada una de las obras. YANOMAMI. Obras de Castelnuovo-Tedesco, Suriñach, Moruja y Nobre. JULIAN STOCKER, tenor; FABIO ZANON, guitarra. CORO CERVANTES. Director: CARLOS FERNÁNDEZ ARANSAY. José Guerrero Martín SIGNUM SIGCD166 (LR Music). 2008. 79’. DDD. N PN El Coro Cervantes, fundado en 1995 por Carlos Fernández Aransay —tarraconés de padre murciano y madre riojana—, y el 107 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 108 D V I SD C O S D CRÍTICAS de la A a la Z D V D ADAM-VARIOS ADAM: BELLINI: Giselle. ALINA COJOCARU (Giselle), JOHAN KOBBORG (Albrecht), MARIANELA NÚÑEZ (Myrtha, reina de las willis), MARTIN HARVEY (Hilarión). ROYAL BALLET. ORQUESTA DEL COVENT GARDEN. Director musical: BORIS GRUZIN. Coreografía: PETER WRIGHT. Director de vídeo: ROSS MAC GIBBON. Norma. FIORENZA CEDOLINS (Norma), SONIA GANASSI (Adalgisa), VINCENZO LA SCOLA (Pollione), ANDREA PAPI (Oroveso). CORO Y ORQUESTA DEL GRAN TEATRO DEL LICEO. Director musical: GIULIANO CARELLA. Director de escena: FRANCISCO NEGRÍN. Director de vídeo: PIETRO D’AGOSTINO. OPUS ARTE OA 0993 D (Ferysa). 2006. 112’. N PN 2 DVD ARTHAUS 101 465 (Ferysa). 2008. 169’. N PN He aquí una Giselle convenida del más alto nivel. ¿Vale la pena repetir las excelencias de toda la vida? Sí, por dos razones: porque si esta obra ha perdurado es porque tiene una identidad; y porque vivimos una época en que caminar patas arriba se ha vuelto un divertimento barato e ineficaz. Si usted ama Giselle de Gautier-Heine-AdamCoralli-Petipa, se encantará con esta versión, donde la choza es la choza, los campesinos son campesinos (con zapatillas de baile, eso sí), el bosque mágico lo es y etcétera. El vestuario, en tonos pastel, elegante y suntuoso. La masa, excelente. La orquesta, correcta. Los solistas, excelentísimos. Y si de primeras figuras se trata, vaya por delante la protagonista, de una soltura y una exactitud estelares, una corporeidad descarnada ideal y una capacidad histriónica que nos lleva de la aldeana ingenua y seductora a la loca de amor que muere frenética y al bienhechor fantasma nocturno que salva, empecinada y dulce más allá de la muerte, la vida de su amante. En perfecto contraste, la regia willi, dominada por una técnica que la patentiza como mecanismo de la ley. En el otro género, el conde Albrecht va servido por la galanura esbelta del bailarín, señorial en sus actitudes y desplazamientos, de un salto lento como si pilotara una nube, caídas y rebotes de una blandura afelpada y unas baterías incansables. De menor compromiso pero de pareja eficacia es la del guardabosque Hilarión. Tradición viva, que le dicen. C uatro años separan a Cedolins de su primera Norma documentada (CD, Ancona, 2004). En este tiempo la soprano ha adquirido mayor dominio de sus magníficos recursos eminentemente líricos, mejor expansión de sus posibilidades dramáticas, superior conocimiento de los entresijos de tan difícil y exigente papel. El resultado de esta lectura liceísta es muy notable. Si resulta impecable de canto en los instantes más acordes con sus capacidades vocales, en los momentos donde se necesita otras cualidades interpretativas, o sea, dramáticas, la soprano carga las tintas en un fraseo áureo, de intencionada proyección, mientras las partes más decididamente belcantistas quedan resueltas con holgura y hasta brillo. Se puede afirmar que su retrato, donde la parte femenina del personajes es más evidente que la sacerdotal, la mujer herida se impone sobre la vengativa, convence algo más que la de otras colegas actuales que se miden con esta dificultosa heroína belliniana —dejando de lado a Gruberova, Norma sui generis—, desde la más activa Hasmik Papian (a la que Cedolins gana sobre todo por belleza vocal) a la fugaz Daniella Dessì (de un canto y entrega demasiado prudentes). Sólo a su altura puede equipararse, con diferentes recursos instrumentales y ejecutivos, a Dimitra Theodossiou. Ganassi encuentra en Adalgisa un papel por tesitura totalmente idóneo. A su favor obra también un canto matizado, pleno de hallazgos que pueden remitir incluso a los ofrecidos años ha por Marilyn Horne. No pueden sumarse los elogios al Pollione de La Scola, aunque claro está el tenor sigue exhibiendo el atractivo timbre cuando no está forzada la voz y un canto de similar cariz en las partes líricas, las del dúo con Adalgisa o en el final de la obra. Su valiente concepto choca a Blas Matamoro 108 menudo con la insuficiencia de medios. El Oroveso de Papi (también presente, igual que La Scola, en la Norma discográfica de Cedolins) saca adelante con cierta autoridad, pese a que suena engolado a veces y al principio corto de fiato, sus dos momentos solistas. Carella tiene a sus espaldas una buena experiencia con la partitura y lo demuestra en una lectura limpia y penetrante, sacando un buen juego de una orquesta y coro por lo general dignos. El sencillo montaje de Negrín tiene a su favor el hecho de hacernos ver con suficiente claridad el desarrollo de la historia, respetando su contenido sin acudir a extravagancias ni licencias, sin que exista desfase entre lo que se oye y lo que se ve y moviendo a los actores con discreta eficacia. Fernando Fraga DONIZETTI: Maria Stuarda. MARIA PIA PISCITELLI (Stuarda), LAURA POLVERELLI (Elisabetta), ROBERTO DE BIASIO (Leicester), SIMONE ALBERGHINI (Talbot), MARIO CASSI (Lord Cecil). CORO LÍRICO MARCHEGIANO VINCENZO BELLINI. ORQUESTA LÍRICA MARCHEGIANA. Director musical: RICCARDO FRIZZA. Director de escena, escenografía y vestuario: PIER LUIGI PIZZI. Director de vídeo: DAVIDE MANCINI. NAXOS 2.110268 (Ferysa). 2007. 122’. N PE A la chita callando ya hay cuatro lecturas en DVD de esta partitura donizettiana, una añeja (la de Janet Baker en inglés, 1982) y tres recientes, incluida la que se comenta, las de Bergamo 2002 y la Scala 2008, con la que comparte mismo y triple responsable escénico ésta que nos ocupa de Macerata: Pizzi. El veterano director de escena, escenógrafo y figurinista, sitúa personajes y acción en una enorme jaula o cárcel que simboliza el estado interior de aislamiento que viven las dos reinas, rivales en política y en amor, muy bien caracterizadas en sus respectivos vestuarios, sobriamente hermosos. El buen uso de la luz (el habitual colaborador del regista, Sergio Rossi) permite delimitar espacios y definir escenas. Los cantantes se mueven de acuerdo a los condicionantes de la acción y Pizzi relata la historia, como es su costumbre, con provechosa senci- 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 109 D V D ADAM-VARIOS llez. La Piscitelli se apoya en su sólido y robusto centro de soprano lírica para lograr un aceptable retrato de la ambigua Stuarda, más cercana en resultados, por poner dos gloriosos ejemplos, a Leyla Gencer (sin su carisma ni capacidad dramática, claro está) que a Beverly Sills (exuberante en agudos y coloraturas), aportando un equivalente trabajo escénico. Polverelli, asimismo, basa su juego en un buen centro de mezzo tipo falcón, más cómoda en el registro alto que en el grave. Su, en general, buen canto traduce una Elisabetta algo austera de temperamento en personaje de agresivo bagaje dramático. De Biasio se puede disfrutar su hermoso y sonoro timbre tenoril, en voz no del todo bien resuelta en alguna zona, pero no es tan disfrutable un canto a menudo entre superficial o monótono, algo indiferente a las reglas belcantistas. El Talbot de Alberghini (también presente en la edición de la Scala 2008) es notable. Es curioso lo que sucede con tal cantante: en papeles como éste se echa de menos que el personaje no tenga más dimensión, mientras que en otros roles más comprometidos este típico bajo “cantante” se queda corto de posibilidades. Frizza dirige a favor de los solistas y con la experiencia que ya tiene en el repertorio. Mario Cassi y Giovanna Lanza como Anna Kennedy, la nutrice de Stuarda, se suman cómodamente a la velada. entre modestas y mendicantes, sobresale la muy bella sonoridad de Erda. En cuanto a la puesta, dígase que al principio aparecen tres nenas que recitan un resumen, añadido por Wolfgang Willaschek, en plan cuento infantil, como si a Wagner le faltaran palabras. Pero luego vemos una comedia burguesa, realista y contemporánea, que parece haberse equivocado de proscenio. En efecto, el mito que invoca Wagner es intemporal y no acepta situarse en lugares y tiempos concretos. Los actores están cuidadosamente dirigidos, mas no sirven a la empresa, que no es una telenovela de costumbres. Porque si Alberico no roba el oro sino que apaga la luz, luego no se hace invisible sino que se pone una bayeta en la cabeza, los gigantes tienen zancos y manoplas de cabezudos que se ve son zancos y manoplas, para rematar con la corte de Wotan subida a un tingladillo del Teatro del Molino barcelonés, es muy difícil que esté en juego el dominio del mundo en forma de anillos y espadas prodigiosos. Aparte de la complejidad de símbolos y motivos conductores propios de Ricardón, estas soluciones del actual operismo germánico nos acercan al desconcierto y a la migraña. Recomendable para todo aficionado a los documentos de una época. Blas Matamoro Fernando Fraga VARIOS WAGNER: El oro del Rin. MARIO HOFF (Wotan), ERIN CAVES (Loge), TOMAS MÖWES (Alberico), RENATUS MESZAR (Fasolt), CHRISTINE HANSMANN (Fricka), NADINE WEISSMANN (Erda). CAPILLA ESTATAL DE WEIMAR. Director musical: CARL ST. CLAIR. Director de escena: MICHAEL SCHULZ. Director de vídeo: BROOKS RILEY. ARTHAUS 101 353 (Ferysa). 2008. 166’. N PN E mpecemos por lo mejor: la dirección de orquesta, brillante de timbres, de una extrema claridad en cuanto a planos, equilibrada con la escena, variadísima de canto e intenciones expresivas, capaz de diversos climas, demostrando que es la verdadera protagonista de esta partitura, latosa de texto y escasa de despliegues vocales. De las voces, ALFRED DELLER, RETRATO DE UNA VOZ. Un film de BENOÎT JACQUOT. SOLO SONG. Obras de Morley, Dowland, Purcell y otros. HARMONIA MUNDI DVD + CD HMD 9909018. 1976, 1967-1979. 65’, 76’. N/R PN A los treinta años de la muerte de Deller, se edita en DVD esta filmación para televisión. La calidad de la imagen es modesta, dado el mucho tiempo transcurrido, pero el testimonio es inapreciable. Se recogen momentos de conciertos, ensayos y una entrevista, algo envejecida, porque Deller todavía tiene que explicar en qué consiste cantar en falsete, pero que sitúa elocuente- mente al espectador en la época en que se hizo. Lo más interesante se encuentra posiblemente en las palabras que Deller dedica a Purcell y a la interpretación como algo comunicativo. Hay un instante de auténtico cine cuando la cámara sigue a Deller, evidentemente cansado y que parece no percatarse, durante un ensayo, mientras los otros miembros del Deller Consort cantan. El CD acompañante, de soberbio sonido, contiene sobre todo música inglesa, pero también algunos ejemplos italianos. Una selección que cubre toda la etapa de colaboración de Deller con Harmonia Mundi. Ahí puede recordarse la maravilla del arte vocal del hombre que inventó el contratenor moderno, su timbre, su capacidad constante para comunicar, sus inflexiones de música y palabra. Por qué, en suma, era único. Enrique Martínez Miura CALLAS. ofreciendo filmaciones operísticas (de las pocas, lamentablemente, que nos ha dejado la soprano, testimonios no siempre reflejo de un saneado estado vocal aunque siempre fascinantes), a las que consigue encajar con el relato de su existencia, logrando esa especie de interrelación entre arte y vida, que en el caso de la Callas parece haber tenido una comunicación más profunda que en el caso de otros artistas. Ni que decir tiene que esta hora y media de filmación se sigue sin desmayo, con un interés acrecentado, dejándonos finalmente un triste resquemor frente una existencia insólita que tiene mucho de cuento de hadas con un rápido y desesperanzado epílogo. Fernando Fraga CELIBIDACHE: “YOU DON’T DO ANYTHING, YOU LET IT EVOLVE”. Director de vídeo: TONY PALMER. Un documental de JAN SCHMIDTGARRE. GOLD MEDAL TPDVD103 (Ferysa). 1987. 92’. R PN ARTHAUS 101 365 (Ferysa). 1992. 100’. R PN E dición pro- Esta película puesta con motivo del treinta aniversario de la desaparición de la Diva, la película de Palmer, bien adicto a este tipo de realizaciones, hace el esperado recorrido a la vida personal y artística de la Callas, valiéndose de una certera selección documental que se va intercalando con opiniones de colegas, directores musicales y de escena, estudiosos de su arte (en cabeza John Ardoin, quién menor entendió su significado y mensaje), la modista de alta costura Biki que tanto colaboró en su cambio de imagen a raíz de su espectacular adelgazamiento a lo Audrey Hepburn, testigos directos de los aconteceres, etc. Se hace hincapié, claro está, en momentos muy llamativos de su carrera (el famoso escándalo de la Norma en la Ópera de Roma en enero de 1958, en el que la cantante fue injustamente atacada, teniendo que esperar varios años para que los jueces le dieran la razón) y de su vida privada, cuyo momento más difundido será aquí y siempre el desgraciado encuentro y su posterior y agitada relación sentimental con Onassis. Gracias a la habilidad propia de un experto cineasta, Palmer acierta a combinar los dos aspectos del mito cuyo título en inglés se podría traducir como “No hagas nada, déjalo nacer” (desarrollarse, en traducción literal), ya fue comentado en su día desde estas páginas al ser publicado en Laserdisc (echamos de menos aquí la Nuevo Mundo que acompañaba entonces a aquella edición). En conjunto, como ya se dijo en su momento, es un compendio de todos los fundamentos creadores e intelectuales de Celibidache, a quien vemos aleccionar a una orquesta de jóvenes, a sus músicos de Múnich o a diversos alumnos que aquí hacen las veces de entrevistadores, cien minutos de fascinantes lecciones de música que comprenden muchos conceptos y definiciones que ya hemos visto numerosas ocasiones en las páginas de SCHERZO. El documento comienza con un breve fragmento de la interpretación de la Misa nº 3 de Bruckner en San Florián (DVD Arthaus comentado en estas páginas en dos ocasiones), sigue con una clase del maestro a un joven cuarteto de cuerda que ensaya el Cuarteto en la mayor de Brahms. A continuación vemos la visita que Celibidache y su orquesta de Múnich hicieron a Rumanía dos 109 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 110 D V I SD C O S D VARIOS meses después de la caída de Ceaucescu, con las correspondientes ruedas de prensa, coloquios y conferencias en las que el director arremete contundentemente y sin piedad contra la mediocridad imperante en el país durante la dictadura comunista, con la inevitable bronca “a todos ustedes por haberlo permitido” (sic). Después volvemos a los ensayos de la Tercera Misa de Bruckner en la Philharmonie de Múnich, vemos asimismo su visita a Israel en la que rememora con varios músicos de la Filarmónica de ese país sus conciertos a finales de los cincuenta. También hay que hacer hincapié en sus sabias lecciones a una orquesta juvenil de cámara italiana, con la que ensaya el Divertimento de Béla Bartók, haciendo también una demostración muy graciosa y muy veraz de lo que es una obra contemporánea de las que hoy aparecen en nuestros conciertos muertas antes de nacer (se cuenta, al parecer con cierto fundamento, que un conocido compositor español le enseñó una obra suya en una de sus visitas a España y Celibidache le mandó a casa con cajas destempladas a hacer una escala de do mayor, lo mismo que le sucedió en su momento al joven Henze en Berlín en los tiempos en que Celibidache era titular de la Filarmónica antes de la llegada de Furtwängler). Tampoco hay que olvidar el ensayo con una orquesta de jóvenes, la del Festival de Schleswig-Holstein, de un fragmento del segundo movimiento de la Cuarta de Bruckner y de la coda final de la sinfonía con su característico ostinato, inexistente en la partitura y que una vez oída así no se acepta de otra forma. En fin, de todo esto ya hablamos en su momento y no es cuestión de volver a repetirlo; añadamos solamente que el documento viene con adecuados subtítulos en español y que es obligatorio para cualquier seguidor de este querido e inolvidable mago. Enrique Pérez Adrián THE CITY. El film documental clásico de 1939 con una nueva banda sonora de la partitura de Aaron Copland. POST-CLASSICAL ENSEMBLE. Director: ÁNGEL GIL-ORDÓÑEZ. Narrador: FRANCIS GUINAN. NAXOS 2.110231 (Ferysa). 2007. 132’. N PE 110 E s The City un mediometraje documental del año 1939, firmado por Ralph Steiner y Willard Van Dyke, con argumento y guión de Pare Lorentz y Lewis Mumford. La banda sonora era de Aaron Copland, la voz narradora era la de Morris Carnovsky, y se describía el crecimiento de una ciudad como Nueva York, al tiempo que se idealizaba la vida de las barriadas del pasado mediante una crítica no demasiado acre de aquel crecimiento. Eran otros tiempos. A muchos les sorprenderá ver ese enorme atasco de automóviles de la secuencia Sunday Traffic en un año tan temprano como 1939, y no será esa la única sorpresa o revelación de este film realmente interesante. Estamos en una época en la que la música para el cine es la impuesta por un artista como Korngold —que da alguna partitura para el cine de vez en cuando— o un artesano como Steiner —prolífico y menor. La música de Copland es todo lo contrario. Es la modernidad clasicista y a veces estatuaria frente a la supervivencia del espíritu tardorromántico. Este DVD nos permite ver esa misma película, pero ahora con una banda sonora que suena como cabría esperar en una producción de nuestros días, con la calidad que le corresponde a aquellas imágenes, de turbadora belleza, imágenes sugerentes de un mundo que se fue, aunque en realidad no fuera del todo así. Ángel Gil-Ordóñez y el PostClassical Ensemble dan la suficiente calidad artística y sonora a esta partitura poco conocida del Copland cinematográfico, una partitura amplia, una auténtica obra maestra de la especialidad, que es mejor oír con las imágenes para las que se compuso. De todas formas, el DVD también nos permite ver la película con la banda sonora original. Y si en la nueva grabación escuchábamos la voz de Francis Guinan, en la de 1939 regresamos a la de Carnovsky. La doble propuesta de bandas sonoras para la misma película se completa en este DVD con otro film, el corto Your Child: Greenbelt or Gutter?, de 15 minutos, en el que se entrevistas a varios pioneros de Greenbelt (literalmente: cinturón verde), Maryland, y en el que aparece, sesenta años después, uno de los chavales que están presentes en The City. Y también con una charla de media hora de George Stoney con Joseph Horowitz en tanto que historiador del cine documental y como estudioso de la música. En esta charla se tratan temas como la estructura narrativa de The City, el uso de la metáfora visual, y desde luego la música de Copland para el film. Este DVD tiene mucho interés y se ofrece a muy buen precio. Lamentablemente, no hay subtítulos, y todo lo que oímos está en inglés. Es cierto que partes muy amplias de The City no incluyen comentarios, y que en esta película no hay diálogos, sino sólo voz en off. Pero Your Child y la charla con Horowitz son entrevistas. Salvado el escollo del idioma, este DVD es plenamente recomendable. Santiago Martín Bermúdez THE SALZBURG FESTIVAL. Una película sobre el Festival de Salzburgo. Director de vídeo: TONY PALMER. ISOLDE FILMS TP-128 (Ferysa). 2006. 195’. R PN Reedición de la película del mismo título que apareció en DVD hace tres años en el sello Kultur Video y que ahora se presenta con el copyright de Isolde Films en la contraportada, si bien en el disco vemos que el copyright es de Voiceprint Records. El hecho de que en la referencia aparezcan las iniciales del director (TP, Tony Palmer) hace sospechar que se trata de una edición de éste, pero podría no serlo. En todo caso, este DVD vuelve a circular y, lo mismo que en la edición anterior, también con subtítulos en español. A pesar de su fama y prestigio, el Festival de Salzburgo no fue objeto de un documental serio hasta la realización de este. La historia del acto es esplendorosa, no lo descubrimos ahora, jalonada de éxitos, de actuaciones realmente históricas, inolvidables, y sigue siendo un sueño para los intérpretes y directores acudir a él. Pero, claro está, también hay sombras, no sólo luces, en la historia del festival y, como dice Gabi Burgstaller, gobernador del land de Salzburgo, “al fin y al cabo la historia del festival es también la historia de nuestro país, la historia de Austria. Esta historia, incluso si a veces es difícil y antisemita, debe ser explicada”. La presidenta del festival, Helga Rabl-Stradler, coincide con él al decir que “esta película debía hacerse, a pesar de que pueda resultar incómoda”. Se mencionan las abiertas críticas a Salzburgo del salzburgués Thomas Bernhard, puede entenderse cierta crítica en la intervención de Plácido Domingo (la primera voz que escuchamos en el documental) y, por supuesto, no falta la más que previsible referencia a los bombones de Mozart y, en general, a lo que el Festival y Salzburgo tienen de frívolo y a la vez de glamouroso (sobre todo durante el “reinado” de Karajan). Pero también aparece la fascinación por las grandes figuras del mundo musical que han dejado huella en el Festival, una fascinación que apreciamos desde que aparece Ann Murray hablando de ello y que sigue con los comentarios de otros ilustres intérpretes, a los que vemos en ensayos, en actuaciones o expresando sus opiniones acerca del acontecimiento, a veces mezclándose con ese componente sombrío al que aludíamos. Así vemos y/o escuchamos a Netrebko, Vengerov, Gergiev, Rattle, Barenboim, Abbado, Uchida, Freni, FischerDieskau, Schwarzkopf, Lipp, Muti y un larguísimo etcétera. Naturalmente hay en el documental una panorámica histórica del Festival y por extensión de la propia ciudad de Salzburgo. Todo es realmente interesante, con intervenciones de personas directamente implicadas en los acontecimientos históricos que presenciaron y que, en más de un caso, sufrieron. Otros que estuvieron al margen y sobrevivieron como pudieron en tiempos de barbarie, afectos o desafectos a los vaivenes de la historia con, evidentemente, una atención especial al período nazi. A este respecto, las palabras de Karlheinz Böhm, hijo del célebre director de orquesta, son reveladoras: “Él era consciente de lo que estaba pasando. No hablemos de ello. Esto es política. Nosotros somos artistas. Trabajemos”. Por supuesto, y en este contexto, hay referencias a Furtwängler, a Karajan, a Strauss… En fin, un pedazo de la historia de Europa. Josep Pascual 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 111 NEGRO MARFIL ALREDEDOR (ES UN DECIR) DE TUTTO DEMESTRES TUTTO DEMESTRES. Chamber works I. Escenas tristes. Davan del mirall. El despertar de Anna. Nana para Anna. Pensaments abans de la mort. Canço francesa. Dona que crida. MIREIA VENDRELL, piano; OPHÉLIE DERIEUX, flauta; MARÍA JESÚS ÁVILA, arpa. D+3 07007. 2007. 43’. DDD. N PN TUTTO DEMESTRES. Chamber works II. Immagini amorose. No puedo. Tu mañana de grises. Amor de otoño. Sardana para Joan Miró. Poemas para pintar. Per Cristina. ANTONI COMÁS, tenor; DAVID CASANOVA, piano; ALBERTO DEMESTRES, voz recitada. D+3 07008. 2007. 44’. DDD. N PN TUTTO DEMESTRES. Chamber works III. Set cançons de solitud. Dämmerungen ohne Dich: Montag, Mittwoch, Freitag. Llunas i peixos. Reise des Herbstes. Sobre el beso. Moviment erotic. OPHÉLIE DERIEUX, flauta; JOSEP FUSTER, clarinete; ALEJANDRO FERREIRA, fagot; PAULA CARRILLO, saxo tenor; PERE BARDAGI, viola; PAU CODINA, chelo; ALBERTO DEMESTRES, voz recitada, piano. D+3 07009. 2007. 44’. DDD. N PN Obras de juventud en las que la soledad, la muerte, la quietud y las diferentes intensidades de la luz eran —junto al sexo, la risa desmesurada y la música— las obsesiones cotidianas. (Alberto Demestres) En Tutto Demestres vol I, el compositor pregunta: ¿estás seguro de querer abrir la ventana? No lo estoy, pero abrí, tímidamente, quise saber que, afuera, mi país estaba allí y seguía pareciéndose a mí, quise ver los colores, reconocer el amarillo de Nápoles, el Azul de Kios, el rojo Tennesse, el rosa de Mogadiscio, el malva profundo de Mahdia, el nácar de Kerkena… una materia sonora lisa, calma, se despliega, una suerte de melodía, de alfombra perezosa, se extiende sobre la ciudad, las ciudades donde vivió el compositor, como trazos, trazados, al ralentí (Molto lento, casi estático, casi imperceptible al oído pero que se vea el infinito indica el compositor), recubriendo los tejados, los domos, la superficie de las fachadas, los parques… Una música de la ausencia que habla de amor, o al revés, pues ausencia y amor son indisolubles en la obra del compositor paseando durante horas, horas, horas, pesadamente, y de ahí su extraña expresión de niño extraviado, a lo largo del río, del mar (Melancólico, con lentitud infinita) por las calles vacías y silenciosas, a paso lento fuera de los pasos fuera del paisaje, en el tiempo dividido, de Módena o Barcelona, donde anda su amor, andan sus amores, junto a él y los paseos tienen sabor de otoño: los Dämmerungen ohne Dich, los atardeceres sin ti: lunes, martes, miércoles, jueves… las mañanas de ocres y grises, la desdicha el duelo el exceso de ausencia y en ese punto preciso de la ausencia, ni siquiera el recuerdo, ni siquiera las cenizas, nada sino el viento tierno del olvido… (este pasaje se hará eterno — puede durar varios minutos— De lo más rápido posible a notas muy muy muy espaciadas en el tiempo. No temerle a la soledad). Durante la niñez jugaba a la música, en la adolescencia soñaba con la genialidad, en la juventud hubo momentos que presagiaban saber hacer, ya en la madurez he comprendido la mediocridad. No quiero ni imaginarme lo que puede depararme la vejez. (Alberto Demestres) … tendría que haber empezado por el principio, decir que Alberto Demestres nació hacia las 5 de la madrugada, que se aferraba a su almohada —almohada imposible del tiempo— como agarrará más tarde sus notas rogando que el tiempo del amor no pase nunca, y que sus ojos fueron muy azules durante veintisiete días y que se veía el mar en sus ojos, decir que muy pronto se propuso conocer cosas de reputada inaccesibilidad como la traza del sonido en el cielo, la traza de la serpiente en la roca, la traza de la nave en el seno del mar y la traza del hombre en la mujer; añadir también que es poeta, pintor, músico, o un poeta fenómeno, poeta energúmeno que pinta, escribe, canta y compone, un actor, un hombre de radio, un promotor y provocador de concursos, vocaciones y talentos que reúne en su casa discográfica D+3… Ecléctico, curioso, poco manejable, inquieto, inconformista, cabezota, políticamente incorrecto, convencido de que es necesario sonreír a pesar de todo, aunque algo harto de tanta sonrisa. Espero llegar a saber quién soy algún día. (Alberto Demestres) Tutto D+3 es mucho: recoge una obra inmensa (ópera, oratorio, cámara, banda sonora…) muy poco identificada, siempre desfasada en la estela de los días, altanera y frágil, con un tempo de funámbulo, una obra grave y feérica que se recibe o escucha en la resonancia de la voz del compositor, su swing de boxeador de sonidos, de encantador de sonidos: una música-marea, música-lava entre la ultranza y la tragedia, sin freno, sin remordimientos… sus meditaciones explosionan entre los suspiros de ángeles irónicos, lejos de aquí, en ese horizonte hecho de ecos que no acaban nunca. Demestres no se preocupa de ser un compositor totalmente “contemporáneo”. Ser total le basta. Pierre Élie Mamou 111 244-DISCOS.FILM:nueva maqueta Discos 24/07/09 16:18 Página 112 ÍNDICE ÍNDICE DE DISCOS CRITICADOS 112 Abel: Manuscrito Drexel. Pandolfo. Glossa. . . . . . . . . . . . . . . . . .80 A cappella. Obras de Mendelssohn, Brahms y otros. Bernius. Carus. . . . . . . . . . . . . . . . . .104 Adam: Giselle. Gruzin. Opus Arte. . . . . . . . . . . . . . . . . . .108 Albéniz: Obras para piano, vol. 3. González. Naxos. . . . . . . . . .80 Aldenhoff, Bernd. Tenor. Obras de Wagner, Tomasi y otros. Gala.79 Alfred Deller, retrato de una voz. Jacquot. H. Mundi. . . . . . . .109 Arrau, Claudio. Pianista. Obras de Beethoven y Brahms. Hänssler. 78 Bach: Arte de la fuga. Ghielmi. Winter & Winter. . . . . . . . . . .81 — Cantatas. Elliott, Doménech/Martínez. Arsis. . .82 — Cantatas. Fuge, Mammel/Pierlot. Mirare. . . . . . . . . . . . . . . .82 — Clave bien temperado. Belder. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . .81 — Misa en si menor. Kuijken. Challenge. . . . . . . . . . . . . . . . . . .82 — Suites para violonchelo. Vassilieva. Mirare. . . . . . . . . . . . . .81 — Suites para violonchelo. Lipkind. Lipkind. . . . . . . . . . . . .81 Báguena Soler: Diafonías. Art’s XXI. Pak. . . . . . . . . . . . . . . . .82 Balboa: Obra para conjunto. Temes. Verso. . . . . . . . . . . . .82 Beethoven: Conciertos para piano 3 y re mayor. Mustonen. Ondine. 83 Bellini: Norma. Cedolins, Ganassi/Carella. Arthaus. . . . . . . . .108 Berg, N.: Sinfonía 1. Rasilainen. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83 Brahms: Canciones corales. JohnSmith. Hyperion. . . . . . . . . . .83 — Cuarteto 1. Quinteto con piano. Avenhaus/Arcanto. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83 Bruckner: Réquiem. Janssens. Cyprès. . . . . . . . . . . . . . . . . .83 Buxtehude: Obras para órgano, vol. 5. Koopman. Challenge. .84 Callas. Palmer. Gold Medal. . .109 Cangemi, Verónica. Soprano. Obras de Porpora, Vivaldi y otros. Naïve. . . . . . . . . . . . .102 Cantos del Este. Obras de Prokofiev, Martinu y otros. Mangou. Naïve. . . . . . . . . . . . . . . . . .104 Carlson: Anna Karenina. Kaduce, Joyner/Robertson. Signum. . . .69 Carter: Cuartetos 2-4. Pacifica. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . .84 Celibidache. Schmidt-Garre. Arthaus. . . . . . . . . . . . . . . . .109 Chabrier: España y otras obras para orquesta. Plasson. Brilliant. . . .84 Charpentier: Motetes para el Gran Delfín. Desenclos. Alpha. . . .85 Chopin: Nocturnos. Scherzos. Leonskaia. MDG. . . . . . . . . . .85 City. Gil-Ordóñez. Naxos. . . .110 Clementi: Sonatas para piano, vol. 3. Shelley. Hyperion. . . . . . . .85 Conciertos para oboe en la corte de Dresde. Obras de Pisendel, Heinichen y otros. Löffler. Accent. . . . . . . . . . . . . . . . .104 Conciertos para violonchelo. Obras de Mantovani, Schoeller y Amy. Queyras/Brigier. H. Mundi. . .105 Delius: Sonatas para violín y piano. Stanzeleit/Fenyö. Naxos. . . . . .85 Dermota, Anton. Tenor. Obras de Verdi, Smetana y otros. Gala. 79 Dietrich: Sinfonía. Rumpff. CPO. 86 Donizetti: Maria Stuarda. Piscitelli, Polverelli/Frizza. Naxos. . . .108 Eliasson: Desert Point. Kelly. Neos.86 Feldman: For Bunita Marcus. Schleiermacher. MDG. . . . . .86 Feo: Misa. Jung. CPO. . . . . . . .87 Flammer: Interferenza. Flammer. Neos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87 French Collection. Obras de Balbastre, Royer y otros. Sempé. Paradizo. . . . . . . . . . . . . . . .105 Furtwängler, Wilhelm. Director. Obras de Bach, Beethoven y otros. Audite. . . . . . . . . . . . . .76 Fuster, Josep. Clarinetista. Obras de Rossini, Bataller y otros. Columna Música. . . . . . . . .102 Glass: In the Upper Room. OMM. 75 — Juniper Tree. Pittmann. OMM. 75 — Portrait of Philip Glass. Varios. OMM. . . . . . . . . . . . . . . . . . .75 Guastavino: Indianas. Cavatina. Columna Música. . . . . . . . . .87 Haendel: Acis y Galatea. Perillo, Thomas/Haselböck. NCA. . . .72 — Judas Macabeo. Dürmüller, Selig/Fey. Christophorus. . . . .72 — Israel en Egipto. Frimmer, Mammel/Max. CPO. . . . . . . .72 —Resurrección. True, Sandler/ Vitale. Brilliant. . . . . . . . . . . .72 —Sansón. Cooley, Deneman/ McGegan. Carus. . . . . . . . . . .72 — Sonatas op. 1. Egarr. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . .88 Hagen: Shining Brow. Orth, Harris/Falletta. Naxos. . . . . . .69 Hasse: Cantatas, vol. 1. Busca. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87 Haydn: Conciertos para piano 3, 4, 11. Badura-Skoda. Genuin. . .89 — Cuartetos op. 33, 42. Festetics. Arcana. . . . . . . . . . . . . . . . . .88 — Siete últimas palabras. Terpsycordes. Ricercar. . . . . . . . . . .89 — Sinfonías 93-98. Szell. Sony. 89 — Sonatas para piano. Planès. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . .88 — Sonatas para piano. BaduraSkoda. Arcana. . . . . . . . . . . .87 Henning: Massen. Wengler. Wergo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89 Honegger: Obras para piano. Antonioli. Timpani. . . . . . . . .90 Humoresque. Obras de Albéniz, Granados y otros. Grondona/Mondiello. Stradivarius. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .105 Ireland: Tríos 2, 3. Gould. Naxos. 90 Ives: Canciones. Berman e. a. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . .90 Janácek: Zorrita astuta. Tsallagová, Lagrange/Russell Davies. Medici. 74 Janácek-Breiner: Suites de óperas. Breiner. Naxos. . . . . . . . . . . .90 Josquin: Misa, motetes, canciones. Skinner. Obsidian. . . . . . . . . .91 Khachaturian: Concierto para violín. Malikian/Amigo. NPM. . .91 Kremer, Gidon. Violinista. Obras de Prkofiev, Schubert y otros. Hänssler. . . . . . . . . . . . . . . . .78 Kreusch, Johannes Tonio. Guitarrista. Obras de Kreusch, Stockhausen y otros. Oehms. . . .102 Lasso: Magnum Opus Musicum. Tubéry. Ricercar. . . . . . . . . . .92 Lindberg: Concierto para orquesta. Oramo. Ondine. . . . . . . . . . .91 Lukaszewski: Via Crucis. Layton. Hyperion. . . . . . . . . . . . . . . .92 Martinu: Obras para piano, vol. 5. Koukl. Naxos. . . . . . . . . . . . .92 Mascagni: Cavalleria rusticana. Gavazzi, Ortica/Basile. Immortal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77 Massenet: Werther. Gencer, Oncina/Simonetto. Immortal. . . . .77 Mendelssohn: Cuartetos. Gewandhaus. Membran. . . . . . . . . . . .68 — Lieder. Mammel/Schoonderwoerd. Carus. . . . . . . . . . . . . . . .93 — Magnificat. Bernius. Carus. .68 — Obras para órgano. Schmeding. Ars. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92 — Obras para piano. Boer. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68 — Obras para violonchelo y piano. Meneses/Wyss. Avie. . . . . . . .68 — Paulus. Hagel. Hänssler. . . .68 — Quintetos. Fine Arts/Rosi. Naxos. . . . . . . . . . . . . . . . . . .68 — Sinfonía 2. Bernius. Carus. . .68 — Sinfonía Italiana. Fey. Hänssler. 68 — Sinfonías de cuerda. Fey. Hänssler. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68 Mernier: Despertar de la primavera. Avemo, Blondelle/Alber. Cyprès. . . . . . . . . . . . . . . . . .69 Messiaen: Natividad. Sieber. Ars. . . . . . . . . . . . . . . . . . .93 Mozart: Bodas de Fígaro. De los Ángeles, Siepi/Reiner. Columna Música. . . . . . . . . . . . . . . . . .93 — Bodas de Fígaro. Schrott, Janková/Welser-Möst. EMI. . . . . . . .73 — Don Giovanni. Keenlyside, Keteksen/Mackerras. Opus Arte. . . . .73 — Obras para teclado, vol. 9. Rampe. MDG. . . . . . . . . . . . .93 Muffat, G.: Componimenti. Meyerson. Glossa. . . . . . . . . . . . . . .94 Música de los libros del castillo de Chirk. Rice. Hyperion. . . . . .106 Nin Castellanos/Nin Culmell: Canciones. De los Ángeles e. a. Columna Música. . . . . . . . . .94 Paganini: Caprichos. Becker-Bender. Hyperion. . . . . . . . . . . . .94 Pergolesi: Stabat Mater. Varios. 66 Pfiztner: Del alma alemana. Metzmacher. Phoenix. . . . . . . . . . .95 — Quinteto con piano. Hoelscher. CPO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .94 Pianto di Maria. Obras de Ferrandini, Vivaldi y otros. Fink/Antonini. Decca. . . . . . . . . . . . . . .106 Picker: Obras para piano. Oppens. Wergo. . . . . . . . . . . . . . . . . .95 Pisador: Libro de música de vihuela. Mulder/Alemán. Verso. . . .95 Podles, Ewa. Contralto. Obras de Chopin, Rachmaninov y otros. Wigmore Hall. . . . . . . . . . . .103 Ponchielli: Gioconda. Milanov, Warren/Cleva. Gala. . . . . . . .79 Previn, André. Director. Obras de Messiaen, Debussy y otros. EMI. . . . . . . . . . . . . . . . . .103 Purcell: Fantasías. Fretwork. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . . . .95 Rachmaninov: Preludios. Orborne. Hyperion. . . . . . . . . . . . . . . .96 — Sinfonía 2. Shui. BIS. . . . . . .96 Ravel: Niño y los sortilegios. Boulianne, Despres/Willis. Naxos. 96 Rebel: Elementos. Gaigg. Phoenix. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .96 Rincón: Noveno Día de la Creación. Soriano. Warner. . . . . . .97 Rossini: Barbero de Sevilla. Giulini. Immortal. . . . . . . . . . . . . .77 Salzburg Festival. Palmer. Isolde. . . . . . . . . . . . . . . . . .110 Scelsi: Preludios. Ammara. Arts. 97 Schmidt, David Theodor. Obras de Mendelssohn, Schubert y Brahms. Sony. . . . . . . . . . . .104 Schubert:Lieder. Henschel/ Schwinghammer. Ambroisie. .98 — Lieder, vol. 32. Rubens/Eisenlohr. Naxos. . . . . . . . . . . . . . .98 — Quinteto “La trucha”. Helmhen e. a. Pentatone. . . . . . . . . . . .98 — Quinteto “La trucha”. Bronfman e. a. RCA. . . . . . . . . . . . . . . .98 — Sinfonía 8. Mravinski. Praga.97 Schumann: Lieder sobre Heine. Boesch/Martineau. Onyx. . . .97 Sculthorpe: Port Arthur. Porcelijn. ABC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .99 — Port Essington. Tognetti. ABC. . . . . . . . . . . . . . . . . .99 Sones de Palacio. Hidalgo. Fonoruz. . . . . . . . . . . . . . . . . . . .106 Strauss: Don Juan. Till. Albrecht. Pentatone. . . . . . . . . . . . . . . .99 Sweelinck: Obras profanas. Van der Kamp. Glossa. . . . . . . . . .99 Tirana contra Mambrú. Andueza, Infante/Moreno. Glossa. . . . .107 Tomkins: Obras corales. Alamire. Obsidian. . . . . . . . . . . . . . . .100 Turina: Obras para piano, vol. 5. Masó. Naxos. . . . . . . . . . . . .100 Valen: Sinfonía 4. Eggen. BIS. .100 Venezia 1625. Obras de Uccellini, Merula y otros. Steger. H. Mundi. . . . . . . . . . . . . . . . .107 Veracini: Oberturas. Goebel. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . . . .100 Verdelot: Madrigales. Skinner. Obsidian. . . . . . . . . . . . . . . .100 Verdi: Aida. Fracassi. Immortal. 77 Vida de este mundo. Cancioneros. Gómez. Tañidos. . . . . . . . . .107 Wagner: Obras para orquesta. Bosch. Coviello. . . . . . . . . .101 — Oro del Rin. Hoff, Mowes/St. Clair. Arthaus. . . . . . . . . . . .108 Weiss: Obras para laúd. Imamura. Claves. . . . . . . . . . . . . . . . . .101 Widmann: Cuartetos. Leipzig. MDG. . . . . . . . . . . . . . . . . .101 Wunderlich, Fritz. Tenor. Obras de Beethoven, Schubert y Schumann. Hänssler. . . . . . . . . . . .78 Yanomami: Obras de Suriñach, Moruja y otros. Fernández Aransay. Signum. . . . . . . . . . . . .107 Zemlinsky: Lieder. Bonney e. a. Brilliant. . . . . . . . . . . . . . . . .101 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 113 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada . . 114 ANDALUCÍA Orquesta Filarmónica de Málaga . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. . . . . . . . . . . . . . . . . 115 Orquesta de Córdoba . . . . . . . . 116 ARAGÓN Al Ayre Español . . . . . . . . . . . . . . 118 Grupo Enigma OCAZ . . . . . . . . . 118 ASTURIAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias. . . . . . 120 Orquesta Sinfónica Ciudad de Oviedo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120 BALEARES Orquesta Sinfónica de Baleares 121 CANARIAS Orquesta Filarmónica de Gran Canaria . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122 Orquesta Sinfónica de Tenerife. 122 CASTILLA YdeLEÓN Orquesta Sinfónica Castilla y León . . . . . . . . . . . . 123 CATALUÑA Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña . . . . . 126 Orquesta de Cadaqués . . . . . . . 126 Orquesta Sinfónica del Vallés . . 127 EXTREMADURA Orquesta Sinfónica de Extremadura . . . . . . . . . . . . . . 128 GALICIA Orquesta Sinfónica de Galicia. . 128 MADRID Orquesta Nacional de España . . 130 Orquesta de la Comunidad de Madrid . . . . . . . . . . . . . . . . 130 Orquesta Sinfónica de RTVE . . . 131 Orquesta Sinfónica de Madrid . 132 MURCIA Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia. . . . . . . . . . 132 NAVARRA Orquesta Sinfónica de Navarra . 135 PAÍS VASCO Orquesta Sinfónica de Euskadi . 134 Orquesta Sinfónica de Bilbao . . 135 VALENCIA Orquesta de Valencia. . . . . . . . . 136 113 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 114 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Ciudad de Granada PISTAS RENACER www.orquestaciudadgranada.es T ras las turbulencias del último año y medio y con el Auditorio Manuel de Falla aún en obras (no estará disponible hasta enero), la OCG trata de recomponer el gesto. El segundo año de titularidad de Salvador Mas (en realidad, el primero en el que ha podido hacer la programación) se estructura en catorce conciertos sinfónicos (uno de los cuales está reservado a una orquesta invitada, la de Sevilla, que vendrá con Halffter y la violinista Akiko Suwanai), dos conciertos de otoño, cuatro conciertos familiares (didácticos), un extraordinario de Navidad y tres citas con el llamado Festival OCG, que esta temporada lleva el título genérico de El Mar. Mas dirigirá siete programas, entre ellos el especial navideño (tres primeras can- tatas del Oratorio de Navidad de Bach), Las estaciones de Haydn y la Novena de Beethoven, y los dos principales directores invitados, uno cada uno: Pablo González combinará la Eroica con Arriaga y un Concierto para chelo de Haydn (Asier Polo) y Harry Christophers a Mozart con Britten. Otros directores formados en el Barroco siguen teniendo presencia en la temporada, de modo que Hogwood hará un monográfico Mendelssohn y Fabio Biondi nada menos que una Norma de Bellini en versión de concierto. Vasili Petrenko, Marc Soustrot, Víctor Pablo Pérez, Aldo Ceccato y Josep Pons serán también algunas de las batutas más conocidas de la temporada, y entre los solistas, además de Polo, estarán los pianistas Elisabeth Leonskaia (¡los dos conciertos de Brahms en un mismo día!) y Cedric Tiberghien (Primero de Mendelssohn), el violonchelista Guillermo Pastrana (Primero de Shostakovich) y el clavecinista Jordi Reguant (Falla, Poulenc). Aparte Falla (Amor brujo, Concierto, selección de El fuego fatuo) y la obertura de Arriaga, la presencia de música española es casi testimonial (Impresión nocturna de Gaos, un estreno de Lluís Vidal). Mendelssohn (Tercera, Quinta, otra sinfonía por determinar, Ruy Blas, Mar en calma y viaje feliz, Concierto para piano), Beethoven (Tercera, Sexta, Novena), Schumann (Segunda, Cuarta, Manfred) y Brahms (Canto del destino, Obertura académica, Conciertos para piano) son en cambio los compositores mejor representados. SALVADOR MÁS. O. Ciudad de Granada SALVADOR MAS PEDRO HALFFTER 114 Pablo J. Vayón 10 de octubre de 2009. Salvador Mas, director. Coro de la OCG. Schubert, Canto de los espíritus sobre las aguas. Brahms, Canto del destino. Beethoven, Sinfonía nº 6. 15 y 16 de enero de 2010. Fabio Biondi, director. Coro de la OCG. Kattia Pellegrino, soprano. Carlo Allemano, tenor. Lucia Cirillo, soprano. Ugo Guagliardo, bajo. Donatella Lombardo, mezzosoprano. Magnus Staveland, tenor. Bellini, Norma. 29 y 30 de enero de 2010. Salvador Mas, director. Coro de la OCG. Julia Sophie Wagner, mezzosoprano. Brickner Szabolcs, tenor. Markus Volpert, barítono. Haydn, Las estaciones. 21 de mayo de 2010. Harry Christophers, director. Mozart, Pequeña música nocturna. Britten, Cuatro interludios marinos de Peter Grimes. Preludio y fuga. Mozart, Sinfonía nº 40. O. F. de Málaga 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 115 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Real Orquesta Sinfónica de Sevilla PISTAS ARREGLOS www.rossevilla.com D e los 18 programas de abono en que se estructura esta temporada de la ROSS, tres los ofrecen orquestas invitadas: la Barroca de Sevilla, que con Diego Fasolis de director y María Espada de solista ofrecerá música de Iribarren y Torrens; la Orquesta de Extremadura, dirigida por Jesús Amigo (Glinka, Sibelius, Shostakovich) y la de Córdoba, que con Manuel Hernández Silva al frente brindará un programa a base de Dvorák, Revueltas y Ginastera. Halftter se reserva seis programas y entre los directores invitados hay algunos ya habituales (Soustrot, Rilling, Albrecht) e interesantes incorporaciones de nombres vinculados mucho tiempo a la música historicista (Bruno Weill, Paul Goodwin). Gran desfile de solistas, sobre todo de violín (Gringolts: Brahms; Renaud Capuçon: Korngold; Belkin: Segundo de Prokofiev; Suwanai: Primero de Bruch) y de piano (Martín: Segundo de Chopin; Leonskaia: Schumann; Rudi: Fantasía del caminante de Schubert-Liszt; Angelov: Primero de Chopin; Thibaudet: Khachaturian), aunque también repiten la violonchelista Anne Gastinel (Haydn) y la contralto Nathalie Stutzmann (Noches de verano de Berlioz). En las programaciones dominan las obras del más conocido repertorio, con un peso muy considerable del período clásico, aunque también se incluye alguna pieza poco conocida, pero muy estimulante (Sinfonía nº 2 de Schulhoff). Escasa presencia, en cambio, de la música contemporánea. Otra nota distintiva es la gran cantidad de piezas que se presentan en arreglos (Boccherini-Berio; Brahms-Schoenberg; BachWebern; Bach-Stokowski; SchubertLiszt; Schumann-Mahler; Gluck-Wagner), capítulo en el que puede incluirse también la primera obra que la orquesta presenta del propio Pedro Halffter: Paráfrasis, pieza escrita a partir del Lamento de Dido. Entre la música vocal, destaca el Elías de Mendelssohn, que dirigirá Rilling, las Canciones de un camarada errante de Mahler, que cantará Monica Groop, y Correspondances de Dutilleux, que interpretará la soprano Henriette Bonde-Hansen bajo la batuta de Soustrot. Por primera vez, la ROSS programa un extraordinario de Año Nuevo con la típica parafernalia de valses, polcas y aledaños. Pablo J. Vayón 16 y 17 de octubre de 2009. Pedro Halffter, director. Miguel Domínguez Infante, clarinete. Javier Aragó Muñoz, fagot. Alexandre Da Costa, violín. Strauss, Dueto concertino. Daugherty, Fire and blood. Schumann-Mahler, Sinfonía nº 4. 28 y 29 de enero de 2010. Gerd Albrecht, director. Elisabeth Leonskaia, piano. Schulhoff, Sinfonía nº 2. Schumann, Concierto para piano. Smetana, Vysehrad, Vltava y Sárka de Mi patria. 15 y 16 de abril de 2010. Paul Goodwin, director. Nathalie Stutzmann, contralto. Mendelssohn, Obertura Las Hébridas. Berlioz, Les nuits d’été. Delius, In a summer garden. Stravinski, El pájaro de fuego (Suite 1919). 6 y 7 de mayo de 2010. Helmuth Rilling, director. Coro Gächinger Kantorei. Letizia Scherrer, soprano. Claudia Mahneke, mezzo. Dominik Wortig, tenor. Markus Eiche, barítono. Mendelssohn, Elías. Orquesta Filarmónica de Málaga ESPAÑA PISTAS www.orquestafilarmonicademalaga.net T ras la marcha este año de Aldo Ceccato, la Filarmónica malagueña afronta una temporada sin titular y con una iniciativa que merece destacada mención: quince programas de abono con quince directores españoles diferentes (Lorenzo Ramos, José Luis Temes, Edmon Colomer, Nacho de Paz, Manel Valdivieso, José de Eusebio, Álvaro Albiach, Arturo Díez, Miguel Ángel Gómez Martínez, Rubén Gimeno, Salvador Brotons, Salvador Mas, Arturo Tamayo, Josep Caballé y Virginia Martínez), lo que se traduce en una presencia no abrumadora, pero sí mayor de lo habitual de la música de nuestro país. Hay un par de especiales dedicados a Chapí y Albéniz por sus respectivos centenarios (el segundo, compartido con Wagner, y en ambos casos con obras sin confirmar), del músico catalán se ofrecen en otro programa orquestaciones de Arbós, se programa La Orestiada de Manrique de Lara y además se incluyen obras de Fernández Blanco, García Román (un estreno) y García Abril. La españolización de la temporada la completan los solistas, entre ellos, Lluís Claret (Elgar), Jesús Reina (Mendelssohn), Claudio Martínez Mehner (Variaciones sinfónicas de Franck), María Espada (Berlioz y Mendelssohn, además del Mesías de Haendel en un elenco que completan Mena, Sancho, López y el Cor Madrigal de Mireia Barrera), Milagros Martín (Chapí) o el Dúo Scarbó (Carnaval de los animales de Saint-Saëns). Otros solistas dignos de mención serán el violinista Julian Rachlin (Primero de Shostakovich) y el pianista Eric Le Sage (nº 12 de Mozart). Aparte los centenarios de Chapí y Albéniz y los oratorios navideño (Mesías) y pascual (Pasión según San Mateo de Bach), el repertorio resulta bastante tradicional, ligeramente volcado hacia los grandes clásicos del siglo XX y de un extraordinario eclecticismo, hasta el punto de que sólo los nombres de Mendelssohn y Albéniz repiten en programas diferentes. Pablo J. Vayón 18 y 19 de septiembre de 2009. José Luis Temes, director. Ian Fountain, piano. Fernández Blanco, Obertura dramática. Chopin, Concierto para piano nº 1. Manrique de Lara, La Orestiada. 9 y 10 de octubre de 2009. Edmon Colomer, director. Lluís Claret, violonchelo. Delius, Un paseo por el jardín del paraíso. Elgar, Concierto para violonchelo. Nielsen, Sinfonía nº 4. 9 y 10 de abril de 2010. Arturo Tamayo, director. Copland, Quiet City. García Román, De Civitate maris. Ives, Sinfonía nº 2. 115 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 116 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Córdoba BEETHOVEN www.orquestadecordoba.org U no de los ciclos más interesantes de los que proponen esta temporada las orquestas andaluzas es sin duda el que plantea la Orquesta de Córdoba por Navidad, cuando Javier Perianes tocará en dos sesiones extraordinarias la integral de los Conciertos para piano y orquesta de Beethoven. El maestro alemán tiene también una sólida presencia en los programas de abono (Sinfonías Segunda y Séptima, Obertura Leonora III, Concierto para violín). Se trata de un año especialmente viajero para el conjunto, que se ha consolidado en los últimos años de la mano del venezolano Manuel Hernández Silva, pues además de la cita habitual en noviembre con el Festival de Música Española de Cádiz, la orquesta visitará Santander, Sevilla, Madrid y Pamplona, PISTAS 17 y 19 de dic. de 2009. Manuel Hernández Silva, dir. Javier Perianes, piano. Beethoven, Conciertos para piano y orquesta. 27 y 28 de febrero de 2010. Manuel Hernández Silva, director. Javier Riba, guitarra. Guillermo Pastrana, violonchelo. Turina, La oración del torero. García Aguilera, Páramos del Infierno de El Bosco. Khachaturian, Concierto para violonchelo. Kodály, Danzas de Galanta. 3 de junio de 2010. Michael Nesterowicz, dir. Rafhael Chretien, violonchelo. Brahms, Variaciones sobre un tema de Haydn. Offenbach, Concierto para violonchelo. Chaikovski, Sinfonía nº 5. 116 además de desarrollar un ciclo por diferentes pueblos de la provincia cordobesa. De los doce programas de abono, el titular se reserva cinco, y entre los maestros invitados se cuentan algunos bien conocidos de otras centurias patrias como Adrian Leaper, Manuel Galduf o Ernest Martínez Izquierdo. Entre los solistas destacan los pianistas Ludmil Angelov (Primero de Chopin), Alberto Nosè (Ravel) y Larissa Tedtoeva (Primero de Chaikovski) y los violinistas Katrin Scholz (Beethoven), Francisco Montalvo (Primero de Paganini) y Alexandra Soumm (Bruch). Los programas compensan bien las obras clásicas con las del siglo XX, y hay algunas propuestas originales como el Concierto para violonchelo de Offenbach (con Raphael Chretien de solista), una Suite porteña, con diversas piezas de Piazzolla que tocará al bandoneón Pablo Mainetti, y un par de programas vocales: uno, preparado para el tenor César Augusto Gutiérrez, que cantará arias belcantistas y romanzas de zarzuela; otro, con la soprano Beatríz Díaz y el barítono Iñaki Fresán, que harán páginas de Mozart. Entre los estrenos, Gerok de Isabel Urrutia y un concierto para guitarra y orquesta de Juan de Dios García Aguilera (Páramos del Infierno de El Bosco), que tocará como solista Javier Riba coincidiendo con el extraordinario del Día de Andalucía. Pablo J. Vayón 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 117 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 118 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Enigma Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza EL ANTÍDOTO CONTRA EL MEDIO www.alayreespanol.com N o cabe aquí razonar el divorcio entre las posibilidades técnicas de acceder fácilmente a casi toda la historia musical —lo que obliga a preguntarse para qué sirve hoy un concierto—, y el grueso de una vida musical afectada por un sorprendente miedo a la novedad que revisa lo mil veces visado en un cansino déjà vu. Juan José Olives y la Orquesta de Cámara del Auditorio de Zaragoza poseen en cambio el antídoto contra el miedo y nos los suministran cada año: programas origina- les e interesantes que reúnen estrenos u obras muy recientes y los clásicos modernos mayores con sorprendentes pero cabales incursiones en repertorios anteriores. Stravinski, Schoenberg, Berg, Webern, Hindemith, Lutoslawski, Boulez, Schreker, pero también Mozart —la soberbia y no muy trillada Gran Partita— se verán acompañados esta XV temporada de un homenaje a los 80 años de Luis de Pablo, de oportunos ejemplos de compositores españoles hodiernos (Guinjoan, Tomás Marco, Cruz de Castro), del estreno de una obra de José María Bru ganadora del concurso de composición de la Universidad de Zaragoza, y de unas Variaciones del propio Olives sobre un tema de Alban Berg. Algunas obras en programa, por su rareza se antojan francamente apetecibles: tal el arreglo schoenbergiano de los Lieder eines fahrenden Gesellen de Mahler, las Catorce maneras de describir la lluvia de Eisler, y la Fantasía de Henze. Tedio y rutina quedan excluidos de la programación, admirable, ideada por Olives para un grupo cuya calidad no es ningún enigma. Antonio Lasierra PISTAS 27 de octubre de 2009. Juan José Olives, director. Julio Pallás, fagot. Eisler, 14 maneras de describir la lluvia. Guinjoan, Concierto para fagot. Bru, Rosa. Lutoslawski, Preludios de danza. Hindemith, Música de cámara nº 1. 19 de enero de 2010. Juan José Olives, director. Trino Zurita, violonchelo. Cruz de Castro, Ofrenda a Miguel Hernández. Marco, Laberinto marino. Olives, Variaciones sobre un tema de Berg. Henze, Fantasía. GRUPO ENIGMA 18 de mayo de 2010. Juan José Olives, director. Alfredo García, barítono. Webern, Sinfonía. Mahler-Schoenberg, Lieder eines fahrenden Gesellen. Schreker, Sinfonía de cámara. Al Ayre Español PLAN B CORREGIDO Y AUMENTADO www.alayreespanol.com C 118 uatro años atrás, por estas fechas, escribí: “la conversión de Al Ayre Español en orquesta ha revelado su plan B: crear una orquesta española capaz de manejarse en el repertorio internacional”. Y debo corregir: crear una orquesta española competente en el repertorio no español, sí, y competente allende nuestras fronteras. En sus veintiún años de vida, Al Ayre Español ha cambiado en efecto de manera sorprendente. Primero fue un pequeño grupo revelador de la música española. Vino luego el conjunto historicista español. Hace cinco años, la conversión en orquesta permitió abordar los grandes monumentos barrocos, con alguna incursión en los clásicos. Pero Eduardo López Banzo, siempre inquieto, no ha dicho la última palabra y sueña en ampliar sus medios para asomarse al XIX, empezando por Beethoven. En la ciudad de su residencia, Zaragoza, si la pasada temporada miró íntegramente a Haendel, la próxima, rozando la linde del XIX, propone dos obras maestras del clasicismo de finales del XVIII, vinculadas ambas a España. En el ciclo de otoño ofrecerá la versión orquestal —la original de las varias posibles— de Las siete palabras de Cristo en la Cruz de Haydn, todavía dentro del bicentenario de su muerte. Y en el de primavera, un verdadero acontecimiento: Las bodas de Fígaro, la ópera de Mozart no dada en Zaragoza desde hace decenios, que contará, amén de con voces duchas en colaborar con Banzo — como María Bayo—, con la novedad de Carlos Chausson, el veterano cantante aragonés que, quién sabe por PISTAS 3 de diciembre de 2009. Eduardo López Banzo, dir. Haydn, Las siete palabras de Cristo en la cruz. 3 de mayo de 2010. Eduardo López Banzo, dir. María Bayo, Condesa. Ludovic Tézier, Figaro. Ainhoa Garmendia, Susanna. Lorenzo Regazzo, Conde. Maite Beaumont, Cherubino. Mozart, Le nozze di Figaro (versión de concierto). qué, apenas ha cantado en su ciudad natal. Antonio Lasierra 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 120 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias EL AÑO DE MAX VALDÉS PISTAS www.ospa.es M aximiano Valdés inaugura su última temporada al frente de la OSPA junto a la mezzo Barbara Hölzl (16 de octubre, Wesendonk Lieder de Wagner y la Sinfonía nº 9 de Schubert). El 7 de enero estrena en España el Concierto para violín op. 94 de Miguel del Águila, con Guillermo Figueroa como solista. Dirigirá la Sexta de Bruckner (8 de abril), la Sinfonía nº 38 “Praga” de Mozart (29 de octubre), la Sinfonía nº 4 de Brahms (12 de marzo), la Sinfonía nº 8 “Danza de Gaia” de Tomás Marco (15 de abril), la Sinfonía nº 10 de Shostakovich (27 de mayo) y la Sinfonía nº 5 de Chaikovski (4 de junio). También dirigirá al coro El León de Oro (12 de marzo, Rapsodia para contralto, coro masculino y orquesta op. 53 de Brahms) y estrenará en España Paisaje con ruinas de Philippe Hersant (12 de marzo). De los solistas invitados destaca la presencia de Mikhail Rudi (27 de mayo, Concierto para piano nº 1 de Chaikovski), Carmen Yepes (29 de octubre, Concierto para piano en la menor de Schumann), Jean Philippe Collard (14 de enero, Concierto para la mano izquierda de Ravel), Howarth Griffiths (5 de noviembre, Concierto para violonchelo en la menor de Schumann), Emanuel Abbuhl (25 de febrero, Concierto para oboe de Martinu) Alexander Vasiliev (8 de abril, Concierto para violín nº 5, K. 219 de Mozart). También dirigirán la orquesta Johannes Moser (5 de noviembre, Sinfonía nº 8 de Dvorák), Michal Nesterowicz (11 de febrero, Sinfonía nº 1 de Beethoven), Roberto Forés (25 de febrero, Sinfonía nº 1 “Primavera” de Schumann), Pablo González (4 de marzo, Sinfonía nº 12 “El año 1917” de Shostakovich), Carlos Miguel Prieto (22 de abril, Sinfonía nº 2 “India” de Chávez y la Sinfonía fantástica de Berlioz). Dentro de la temporada de ópera de Oviedo, la OSPA participará en dos producciones, Ariodante (14 de diciembre), bajo la dirección de Andrea Marcon y Don Giovanni, con Pablo González en el atril. La Real Filharmonía de Galicia ofrecerá un concierto bajo la dirección de Cristoph König, con Alban Gerhardt como solista (29 de enero, Concierto para violonchelo nº 2 de Shostakovich). 22, 24, 26 y 28 de noviembre de 2009. Pablo González, director. Bo Skovhus, barítono. Felipe Bou, bajo. Cinzia Forte, soprano. Celso Albelo, tenor. Lioba Braun, mezzosoprano. Simón Orfila, barítono. Joan Martín-Royo, tenor. Ainhoa Garmendia, soprano. Mozart, Don Giovanni. 4 de marzo de 2010. Pablo González, director. Shostakovich, Sinfonía nº 12. Strauss, Don Juan. 4 de junio de 2010. Maximiano Valdés, director. Mozart, Sinfonía nº 41. Chaikovski, Sinfonía nº 5. Aurelio M. Seco PISTAS Oviedo Filarmonía FILARMONÍA LÍRICA www.oviedofilarmonia.es L 120 a Oviedo Filarmonía ocupará buena parte de su temporada musical con interesantes labores de foso. Dentro de la temporada de ópera del Teatro Campoamor de Oviedo participa en tres títulos, Simon Boccanegra, Tosca y Ariadne auf Naxos, esta última con dirección de Sachio Fujioka (13, 15, 17 y 19 de septiembre). También participará en todos los títulos del Festival de Teatro Lírico Español de Oviedo: Los sobrinos del capitán Grant (16, 17, 19, 20, 21 de febrero, Álvaro Albiach); La viejecita y Chateaux Margaux (16, 17, 19, 20 de marzo, Miquel Ortega); Doña Francisquita (13, 15, 17, 19 de abril, Juanjo Mena); Los Gavilanes (11, 12, 14, 15 de mayo, Henry Raudales); y La Gran Vía, Agua, azucarillos y aguar- diente (15, 16, 18, 19 de junio, Marzio Conti). Dentro del ciclo de Los Conciertos del Auditorio, Friedrich Haider dirigirá a la orquesta de la que es titular en varias ocasiones. El 12 de octubre acompañará a Edita Gruberova en un recital que se repetirá en el Teatro de los Campos Elíseos de París (17 de diciembre). El 31 de octubre profundizará en el repertorio de Wolf-Ferrari junto al Cuarteto de guitarra Entrequatre (Serenata para cuerdas y Sinfonía brevis de Wolf-Ferrari, y Concierto andaluz para cuatro guitarras y orquesta de Rodrigo). Junto al coro asturiano El León de Oro, Joan MartinRoyo, Martin Mitterutzner, José Bros y María Gallego, interpretará Talita Kumi de Wolf-Ferrari y una selección de Lieder de Strauss (29 de abril). El violinista Ilya Gringolts tocará el Concierto para violín y orquesta en re menor op. 61 de Beethoven (27 de marzo). El programa se completa con Petruschka de Stravinski y la Obertura “Egmont” de Beethoven. Dentro de las Jornadas de Piano “Luis G. Iberni”, la directora Julia Jones acompañará a la pianista Jue Wang en el Concierto para piano y orquesta nº 1 de Chaikovski. Además, ofrecerá su versión de Una noche en el monte pelado de Musorgski y la Sinfonía nº 2 de Sibelius. La Filarmonía participa en un concierto benéfico (7 de noviembre) organizado por la Asociación Lírica Asturiana “Alfredo Kraus”, bajo la dirección de Elena Herrera. Aurelio M. Seco 12 de octubre de 2009. Friedrich Haider, director. Edita Gruberova, soprano. Obras de Mozart, Donizetti y Wolf-Ferrari. 8, 11, 14 y 17 de octubre 2009. Friedrich Haider, director. Hasmik Papian, soprano. Roberto Aronica, tenor. Juan Pons, barítono. Miguel Ángel Zapater, bajo. Luis Cansino, barítono. Mikeldi Atxalandabaso, tenor. José Manuel Díaz, barítono. Puccini, Tosca. 23, 25, 28 y 30 de enero 2010. Daniele Callegari, director. Carlos Álvarez, barítono. Ángeles Blancas, soprano. Vitali Kovaliov, bajo. Giuseppe Gipali, tenor. Paolo Pecchioli, bajo. Víctor García, barítono. José Tablada, tenor. Vanessa del Riego, soprano. Verdi, Simon Boccanegra. 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 121 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Baleares Ciudad de Palma O.S. PRINCIPADO DE ASTURIAS SIN EL DIRECTOR TITULAR www.simfonica-de-balears.com C MAXIMIANO VALDÉS FRIEDRICH HAIDER PHILIPPE BENDER SALVADOR BROTONS atorce programas, a desarrollar entre el 15 de octubre del presente año y el 20 de mayo del que viene, componen la nueva temporada de la Orquesta Sinfónica de Baleares Ciudad de Palma, cuya nota más llamativa es quizás la ausencia de su director titular, el francés Philippe Bender, que sólo tendrá a su cargo uno de los conciertos. Salvador Brotons, que fue director titular de la OSB entre 1997 y 2000, asume la dirección de siete programas (Chausson, Musorgski, Schumann, Barber, Gershwin, Lamote de Grignon, Beethoven, Dvorák, Glazunov, Shostakovich, Rachmaninov, Kalinikov, Richard Strauss). Un concierto cada uno dirigirán Adrian Leaper (Haendel, Lalo, Vaughan Williams), Matthias Aeschbacher, Olivier Cuendet, Pavel Baleff (Marqués, Brahms, Mozart, Schumann), Víctor Pablo Pérez y Miguel Roa, éste con un repertorio enteramente español: Bretón, Albéniz, Falla y Turina. Se producirá un estreno absoluto, de la obra Lalibela (para cuatro saxofones y orquesta), de Xavier Carbonell (Barcelona, 1952), compositor y pedagogo que desarrolla su labor profesional en Palma. Entre los solistas invitados, la violinista Ala Voronkova; los pianistas Alfredo Oyagüez, Silvia Torán, Vitali Samoshko, Josep M. Colom, Carmen Deleito, Carmen Yepes y Pierre Reach; los violinistas Nitai Zori, Shunsuke Sato y Smerald Spahiu; la soprano Isabel Rey y el violonchelista Hillel Zori. Cuadros de una exposición, en la instrumentación que Ravel hizo de esta obra de Musorgski, inaugurará el ciclo, dentro de un programa que incluirá obras de Mas Porcel, Chausson, Saint-Saëns y Bizet/Zori (Carmeniana, fantasía para violonchelo y orquesta). La música mallorquina estará representada por los compo- sitores Jaume Mas Porcel, que vivió entre 1909 y 1993 (Konitenci); Baltasar Samper, 1888-1966 (Ritual de pagesia); Antonio Torrandell, 1881-1963, Sinfonía nº 1 para violín y orquesta; Josep Prohens (Música per a orquestra nº 1); Pedro Miguel Marquès, 1843-1918 (Gran marcha imperial) y Mercè Pons (Expectatives). José Guerrero Martín PISTAS 14 de enero de 2010. Matthias Aeschbacher, director. Schubert, Sinfonía nº 8. Bruckner, Sinfonía nº 9. 4 de febrero de 2010. Olivier Cuendet, director. Rodrigo Vila, José Miguel Cantero, Josetxo Silguero y Andrés Gomis, saxofones. Josep Francesc Palou, flauta. Carbonell, Laibela. Rodrigo, Concierto para flauta. Beethoven, Sinfonía nº 6. 30 de marzo de 2010. Víctor Pablo Pérez, director. Martha Mateu, soprano. Agustín Prunell, tenor. José Antonio López, barítono. Coral Universitat de les Illes Balears. Cor Infantil Universitat de les Illes Balears. Britten, War Requiem. 13 de mayo de 2010. Philippe Bender, director. Josep Maria Colom, piano. Carmen Deleito, piano. Schumann, Manfred (obertura). Mendelssohn, Concierto para dos pianos. Wagner, Lohengrin (Preludio del tercer acto). Wagner, Tristán e Isolda (Preludio y Muerte de Isolda). Strauss, Salomé (Danza de los siete velos). 121 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:39 Página 122 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Filarmónica de Gran Canaria EN TORNO A MAHLER www.ofgrancanaria.com E l hilo conductor de la temporada 2009-2010 de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, cuya batuta titular sigue asumiendo Pedro Halffter, viene en esta ocasión de la mano de Gustav Mahler, de cuyo nacimiento se cumple el 150 aniversario. Así, figuran tres de sus sinfonías en los atriles de los profesores canarios: la Cuarta, la Quinta y la Novena, amén de otras dos obras concebidas para voz y orquesta: Canciones de un camarada errante y la monumental Canción de la tierra. También aparecen entre las obras programadas otras de compositores más o menos relacionados con el homenajeado músico bohemio, tales como Korngold, (Concierto para violonchelo o Concierto para piano), Richard Strauss (Así habló Zaratustra), Arnold Schoenberg (orquestación del Preludio y fuga BWV 552 de Bach) o Anton Bruckner (Cuarta Sinfonía “Románti- PEDRO HALFFTER, O. Filarmónica de Gran Canaria ca”), así como otros que presentan en común el haber tenido en Viena la residencia en algún periodo de sus vidas, como es el caso de Mozart (Sinfonía “Linz” y Concierto para piano nº 18), Schubert (Quinta Sinfonía), Ludwig van Beethoven (Sinfonías Tercera y Octava) o, especialmente Johannes Brahms, al que se presta un especial interés, toda vez que se ofrecen seis obras del genial autor de Hamburgo: Concierto para vio- lín, Concierto nº 2 para piano, Doble Concierto para violín y chelo, Obertura trágica, Rapsodia para contralto y Sinfonía nº 2. No faltan otros grandes autores no relacionados con el hilo conductor, tales como Chaikovski, Prokofiev, Khachaturian, Shostakovich o Dvorák, como es normal en cualquier temporada sinfónica. Vuelve, tras varios años de ausencia, por Navidad, El Mesías, con la prestación del Coro de la Filarmónica de Gran Canaria, dirigido por Luis Santana. O. Sinfónica de Tenerife Orquesta Sinfónica de Tenerife INNOVACIÓN Y ORIGINALIDAD www.ost.es O 122 riginal y sugerente se presenta la programación de la temporada 20092010 de la OST. Casi la mitad de las obras programadas de los dieciocho conciertos de la temporada de abono, obras del repertorio clásico, romántico y en su mayoría de creadores del siglo XX, serán interpretadas por primera vez por la orquesta: Alma grande e nobil core, K. 578 o Serenata nº 9 en re mayor “Posthorn”, K. 320 de Mozart, Dos episodios del Faust de Lenau, S 110 de Liszt, Les illuminations, op. 18 de Britten, Serenata en sol mayor, op. 141 de Reger, Der Rosenkavalier Suite, op. 59 de Strauss, Sinfonía nº 6, op. 23 de Miaskovski, Bachianas brasileiras nº 7 de Villa-Lobos, Cinco canciones negras de Montsalvatge, Concierto para percusión de Takemitsu, Preludios de danza de Lutoslaws- ki, Concierto para clarinete y orquesta de Guinjoan, Concierto para violín y orquesta nº 4 de Schnittke o Gerok de Urrutia. Por otro lado, conciertos y sinfonías de Beethoven, Schumann, Rachmaninov, Dvorák, Mahler, Bruckner, Shostakovich o Brahms entre otros, completarán la programación de la tercera temporada de Lü Jia como director titular de la orquesta. Lü Jia dirigirá siete conciertos entre los cuales desta- ca la inclusión en la programación de Aranfaybo y Las rosas de Hércules de los compositores canarios Gustavo Díaz Jerez y Emilio Coello, la interpretación de obras de Ravel y Debussy y de la Sinfonía nº 3 en mi bemol mayor “Heroica” de Beethoven considerada como un “reto” para el director. La orquesta contará además con directores invitados como Pablo González, Josep Caballé-Domenech, Jesús 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:40 Página 123 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS PISTAS 18 de septiembre de 2009. Pedro Halffter, director. Frank Peter Zimmerman, violín. Copland, Rodeo. Brahms, Concierto para violín. Bernstein, Danzas de West Side Story. Ginastera, Estancia. 4 de octubre de 2009. Nicolaj Znaider, violín y director. Mendelssohn, Concierto para violín, Obertura Ruy Blas. Schumann, Sinfonía “Primavera”. López Cobos, el director honorario Víctor Pablo Pérez, el maestro chino Muhai Tang o el británico Christopher Hogwood. En el apartado de solistas invitados destacan los violinistas Frank Peter Zimmermann, Janine Jansen y Gidon Kremer, el trombonista Christian Lindberg en el discográficas para el sello Warner Music. Entre las batutas invitadas señalemos la presencia como principal invitado del habitual Günther Herbig, así como las de Ros-Marbà o Leopold Hager, entre otros; y en cuanto a solistas, subrayemos los nombres de violinistas como Znaider o Frank Peter Zimmermann o la contralto Monica Groop. Leopoldo Rojas-O’Donnell 25 de octubre de 2009. Günther Herbig, director. Mahler: Sinfonía nº 9. 30 de abril de 2010. Leopold Hager, director. Janine Baechle, contralto. Brahms, Obertura trágica, Rapsodia para contralto. Vaughan Williams, Magnificat. Debussy, Tres Nocturnos. Ravel, Alborada del Gracioso. 7 de mayo de 2010. Pedro Halffter, director. Monica Groop, contralto. Mahler, Canciones de un camarada errante. Bruckner, Sinfonía nº 4 “Romántica”. Concierto para trombón, op. 4 de David, la soprano Ainhoa Arteta, los pianistas Javier Perianes, Rosa TorresPardo y el tinerfeño Guillermo González, quien actuará por primera vez con la orquesta interpretando Images de Debussy. Carmen D. García González PISTAS 20 de noviembre de 2009. Víctor Pablo Pérez, director. Ainhoa Arteta, soprano. Obras de Ginastera, Ovalle, Guinovart, Moure, Montsalvatge, Villa-Lobos. 26 de marzo de 2010. Lü Jia, director. Gidon Kremer, violín. Schnittke, Concierto para violín nº 4. Beethoven, Sinfonía nº 7. 5 de marzo de 2010. Cristopher Hogwood, director. Mozart, Serenata nº 9. Britten, Serenata para tenor, trompa y cuerda. Reger, Serenata en sol mayor. 23 de abril de 2010. Muhai Tang, director. Mozart, Don Giovanni (Obertura). Brahms, Variaciones sobre un tema de Haydn. Chaikovski, Sinfonía nº 1. Orquesta Sinfónica de Castilla y León INTERESANTE Y DESCOMPENSADA www.orquestacastillayleon.com E l flamante nuevo titular Lionel Bringuier dirigirá siete conciertos, tres Alejandro Posada, tres Vasili Petrenko y uno Marc Minkowski, John Neschling, Jean-Christophe Spinosi y Pietari Inkinen. Solistas importantes como los pianistas Thibaudet, Bax, Nebolsin, Angelich, los violinistas emergentes Kraggerud, Hanslip y los consagrados Capuçon y Zimmermann, los cantantes Angelika Kirchschlager y Sergei Aleksashkin entre otros cubren con buena calidad la temporada. Una nota negativa en la programación es la casi absoluta ausencia de música española, la única excepción es una obrita telonera de Jesús Rueda, lo que no es permisible en un conjunto como la Orquesta de Castilla y León. El director titular ha prometido una presencia importante en los próximos años, incluso con estrenos encargados. No es suficiente, ya que existe mucho repertorio no puesto en atriles y esta temporada no debía haber quedado casi en blanco. En la programación prepondera el romanticismo, el posromanticismo y obras importantes de comienzos del siglo XX. Música francesa LIONEL BRINGUIER En el capítulo de estrenos, hemos de destacar la obra que el Auditorio Nacional encargara a Juan Artero, titulada Una lámina blanca o el Concierto para violín nº 3 “Tres culturas” de Zulema de la Cruz (obra dedicada al añorado Rafael Nebot). No podemos pasar por alto la gira por la Península, en la que la OFGC actuará en Madrid, Castellón y Valladolid, en el mes de noviembre, así como sus grabaciones abundante, Ravel en cabeza y también Roussel, Berlioz, Poulenc o Dutilleux, este con un estreno. También el repertorio ruso está muy bien representado con Chaikovski, Shostakovich, Khachaturian y Prokofiev. Dos Mahler y un Bruckner. Ausencia de músicos barrocos y escasa presencia de Mozart y Beethoven. Pocos estrenos, Martinu, Salonen, Pasculli, Camargo… y una cierta descompensación como resumen, aunque el repertorio del conjunto se enriquecerá al abordar obras de gran envergadura. La única ópera en concierto es El barbero de Sevilla que me parece poco apropiada para ser interpretada fuera de la escena. Fernando Herrero PISTAS 22 y 23 de octubre de 2009. Lionel Bringuier, director. Henning Kraggerud, violín. Sibelius, Concierto para violín. Roussel, Sinfonía nº 3. Ravel, La valse. 8 y 9 de enero de 2010. Lionel Bringuier, director. Jean-Yves Thibaudet, piano. Glinka, Obertura de Ruslan y Ludmila. Khachaturian, Concierto para piano. Dutilleux, Métaboles. Scriabin, Poema del éxtasis. 10 y 11 de febrero de 2010. Vasili Petrenko, director. Mahler, Novena. 10 y 11 de marzo de 2010. Vasili Petrenko, director. Sergei Aleksashkin, bajo Mozart, Sinfonía nº 40. Shostakovich, Sinfonía nº 14. 123 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:41 Página 126 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña ADIÓS A OUE www.obc.es versión de concierto) y Salvador Mas, Paul Mann, Víctor Pablo Pérez, John Nelson, Alfons Reverté, Josep Pons, James Judd, Dimitri Kitaienko, López Cobos (dos programas), Michel Plasson, Pablo González (probable sustituto como titular de Oue), Encinar, Salvador Brotons, Stephane Déneve, Fabien Gabel, Ilan Volkov, Martínez Izquierdo y Marc Minkowski serán directores invitados. Asimismo actuarán la Jove Orquestra Nacional de Catalunya, con Manuel Valdivieso (director) y José Menor, piano (Dutilleux, Franck, Messiaen y Debussy) y la Orquesta Sinfónica de Bilbao, con Günter Neuhold (director) y Asier Polo, violonchelo (Arriaga, Haydn, Bruckner). Sarah Chang, Lisa Batiashvili, F. P. Zimmerman, Gérard Claret (violín); Paul Lewis, Piotr Anderszewski, Leif Ove Andsnes, Nikolai Luganski, Josep Colom, Javier Perianes, José Menor (piano); Antonio Meneses, Lluís Claret (violonchelo) y Anna Larsson (contralto) figuran entre los solistas. Carles Guinovart y Montserrat Torras estrenarán sendas obras encargo de la OBC-Obra Social Caixa Catalunya. Y Joan Guinjoan estrenará otra obra encargo de sendos organismos científicos. El Concierto de Reyes (Alfons Reverté) abordará música de musicales. Brotons dirigirá un programa de música para películas de Shostakovich. Y Oue dirá adiós a cuatro años de adhesiones y críticas, y cerrará la temporada, con la Sinfonía “Resurrección” de Mahler. José Guerrero Martín Orquesta de Cadaqués VIAJANDO www.orquestradecadaques.com D 126 espués de sus actuaciones estivales, la Orquestra de Cadaqués ofrecerá su temporada 2009-2010 entre el 13 de diciembre de este año y el 30 de abril de 2010. Sabido es que sus componentes se reúnen por proyectos a desarrollar y no por temporadas convencionales como hacen otras orquestas. Con su director titular Gianandrea Noseda y su principal director invitado sir Neville Marriner (que tendrán a su cargo un programa cada uno), su artista en residencia Ainhoa Arteta (que asumirá dos programas, uno de ellos el último del ciclo) y el compositor residente Jesús Rueda, seis serán los programas a interpretar. Abrirá la serie el homenaje al muy querido Philippe Entremont, pianista y director de orquesta, en su 75 aniversario, con un concierto a base de obras de Granados y Albéniz, y en el que el propio Entremont actuará al piano, acompañado por solistas de la Orquestra de Cadaqués. Seguirá una actuación de la soprano Ain- hoa Arteta, con un programa de polcas, mazurcas y romanzas de las mejores zarzuelas, a desarrollar entre el 19 y el 28 de diciembre próximo en Reus, San Lorenzo de El Escorial, Zaragoza, Valladolid y Gerona. Tomará el relevo Mendelssohn (del 6 al 10 de febrero de 2010 en Gerona, Lérida, Barcelona y Oviedo, sucesivamente). La música contemporánea estará asimismo representada, en esta ocasión por obras del catalán Agustí Charles y del veterano inglés sir Peter Maxwell Davies, bajo la dirección de Jaime Martín. Para la Semana Santa (29, 30 y 31 de marzo de 2010) se ha previsto un programa todavía por determinar, bajo la dirección de sir Neville Marriner. Y para cerrar la temporada, de nuevo Ainhoa Arteta se encargará de ofrecer su arte, esta vez con fragmentos de ópera, bajo la dirección de Gianandrea Noseda, con el complemento de una sinfonía de Robert Schumann. José Guerrero Martín PISTAS 6 de noviembre de 2009. Víctor Pablo Pérez, director. Alexandrina Pendatchanska, soprano. Steve Davislim, tenor. José Antonio López, barítono. Cor de Cambra del Palau de la Música. Haydn, La Creación. 19 de febrero de 2010. Jesús López Cobos, director. Mahler, Sinfonía nº 10 (versión Mazetti). 19 de marzo de 2010. Pablo González, director. Javier Perianes, piano. Beethoven, Concierto nº 5. Shostakovich, Sinfonía nº 10. 14 de mayo de 2010. Marc Minkowski, director. Mendelssohn, Sinfonía nº 3. Bruckner, Sinfonía nº 0. AINHOA ARTETA U n concierto en torno a la Guía de orquesta para jóvenes, de Britten, completado por una muestra de música catalana de nuestro tiempo (R. Lamote de Grignon, Charles, Gasull, A. Guinovart y Amargós), abrirá la nueva temporada con 32 programas (del 16 de este septiembre al 8 de junio próximo), marcada por la despedida del actual director titular Eiji Oue, quien tendrá a su cargo nueve de esos programas (Nin-Culmell, Bruch, Albéniz, Debussy, Bruckner, Beethoven, Rachmaninov, Mozart, Korngold, Stravinski, Sor, Mendelssohn, Hindemith, R. Strauss, Berlioz, Chaikovski, Saint-Saëns, Kodály, Borgunyó, Musorgski, Mahler). Christian Zacharias dirigirá el tradicional Festival Mozart (dos programas, con El rapto del serrallo en PISTAS 13 de diciembre de 2009 (Zaragoza). Philippe Entremont, piano. Solistas de la Orquestra de Cadaqués. Granados, Trío en do mayor. Albéniz, Azulejos. Granados, Quinteto con M S piano en sol menor. 15 (Madrid), 16 (Granada) y 17 (Sevilla) de marzo de 2010. Jaime Martín, director. Ensemble de la Orquestra de Cadaqués. Charles, Unstable surface. 2 3 2 G d A P S 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:41 Página 127 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica del Vallès PISTAS NUEVA ETAPA www.osvalles.com L (Casablancas, Beethoven, Shostakovich, Falla, Bernstein). Los seis restantes estarán a cargo, respectivamente, de Manuel Hernández Silva (Mendelssohn), Pablo González (Hoffmeister, Dvorák), Jaime Martín (Rachmaninov, Beethoven), Christian Lindberg (Lindberg, Sibelius), Salvador Brotons (Vilamanyà, Grieg, Garreta, R. Lamote de Grignon) y David Giménez Carreras (Weber, Beethoven). Entre los artistas invitados, las violinistas Alexandra Soumm y Mirela Lico; la cantante Pasión Vega; el violista Joaquín Riquelme; los pianistas Bruno Vlahec y Vestard Shimkus; el trombonista Christian Lindberg y el clarinetista Darío Mariño. Cinco de los programas mencionados serán repetidos en Saba- PHILIPPE ENTREMONT a Orquestra Simfònica del Vallès emprende una nueva etapa en la que su director titular es el joven Rubén Gimeno (Valencia, 1972), quien sustituye a David Giménez Carreras, que queda como director emérito. Además, cuenta con Jordi Godall como artista residente, quien desde su faceta de actor y director de escena se encargará de una mayor aproximación al público haciendo que los asistentes vivan con emoción cada concierto, estableciendo en cada representación una comunicación real e intensa con los espectadores. Diez serán los programas a desarrollar en el Palau de la Música Catalana de Barcelona entre el 19 de este septiembre y el 13 de junio de 2010, de los cuales cuatro serán dirigidos por Rubén Gimeno dell, alternativamente en los teatros La Faràndula y Principal, más uno dedicado a los ganadores del Concurso Jaume Aragall 2010 en concierto (voces extraordinarias) bajo la dirección de Miquel Ortega. Otras dos novedades a señalar son un nuevo plan estratégico que define el compromiso de la Orquestra con la sociedad defendiendo un modelo empresarial de gestión participativa basado en la calidad, la proximidad y la innovación; y la oportunidad que unos pocos tendrán de gozar de los conciertos desde dentro del escenario, en medio de los músicos (proyecto Les cadires de la Simfònica, Las sillas de la Sinfónica). José Guerrero Martín 20 (Sabadell) y 21 (Barcelona) de noviembre de 2009. Manuel Hernández Silva, director. Mirela Lico, violín. Jordi Godall, narrador. Desconocido, Obertura sorpresa. Mendelssohn, Concierto para violín. Sinfonía nº 4. 12 (Sabadell) y 13 (Barcelona) de febrero de 2010. Christian Lindberg, trombón y director. Desconocido, Obertura sorpresa. Lindberg, Helikon Wasp. Sibelius, Sinfonía nº 5. 12 y 13 (Barcelona) de junio de 2010. Rubén Gimeno, director. Rocío Ignacio, soprano. Jorge de León, tenor. Ramón Ribalta y el Teatre del Sol, coreografía. Jordi Godall, narrador. Bernstein, West Side Story (selección). EIJI OUE Maxwell Davies, Eight Songs for a mad King. y 28 (Valencia), 29 (Madrid) y 30 (Zaragoza) de abril de 2010. Gianandrea Noseda, director. Ainhoa Arteta, soprano. Puccini, Arias. Schumann, Sinfonía nº 2. RUBÉN GIMENO 127 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 16:41 Página 128 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Extremadura PISTAS ANIVERSARIOS BIEN NUTRIDOS www.orquestadeextremadura.com L a siempre creciente Orquesta de Extremadura plantea la nueva temporada cargada de citas interesantes y casi siempre con detalles novedosos. Es el caso de la versión orquestal que el estupendo y no tan valorado director israelí Yoav Talmi realizó de las pianísticas Escenas de niños de Robert Schumann. Bajo la dirección del propio Talmi, el programa se completa con el Concierto para piano de Schumann y la Tercera Sinfonía de Brahms. Al piano, el valor siempre seguro del catalán Josep Colom. Interés y mucho despierta también el tercer programa de abono, en el que dos de los mejores trombonistas de la actualidad, el sueco Christian Lindberg y el valenciano Ricardo Casero, estrenarán, con carácter absoluto, Ecos de eternidad (Concierto para dos trombones y orquesta), del sueco Jan Sandström. En el mismo programa, dirigido todo él por Lindberg y de repertorio nórdico, se escucharán la Obertura Helios, de Nielsen, y la Segunda Sinfonía de Sibelius. Cabe resaltar, como símbolo feliz de la nueva vida sinfónica extremeña, el estreno de un encargo efectuado a la compositora local Iluminada Pérez, en un programa inteligente que combina lo nuevo y lo de siempre, representado por el Réquiem de Mozart. En el podio, Jesús Amigo, director titular de la Orquesta de Extremadura desde su fundación. Nombres como los de los violinistas Ara Malikian, Caroline Goulding, Viviane Hagner, Benjamin Schmid o Félix Ayo; Nils Mönkemeyer (que interpretará el Concierto para viola “Der Schwanendreher”, de Hindemith); los pianistas Ludmil Angelov (Primero de Chopin) y Paula Coronas (Rapsodia Española de Albéniz); el violonchelista Joaquín Fernández o los directores Miguel Romea, Charles Olivieri-Munroe, Tan Lihua, Maximiano Valdés, Anne Manson, Carlos Miguel Prieto, forman parte de la bien nutrida temporada. Justo Romero 23, 24 de octubre de 2009. Yoav Talmi, director. Josep Colom, piano. Schumann-Talmi, Escenas de niños. Schumann, Concierto para piano. Brahms, Sinfonía nº 3. 27, 28 de nov. de 2009. Christian Lindberg, director y trombón. Ricardo Casero, trombón. Nielsen, Obertura Helios. Sandström, Ecos de eternidad. Sibelius, Sinfonía nº 2. 18, 19 de junio de 2010. Jesús Amigo, director. Viviane Hagner, violín. Britten, Concierto para violín. Shostakovich, Sinfonía nº 10. O. de Extremadura Orquesta Sinfónica de Galicia CONSERVADORA Y PROGRESISTA www.sinfonicadegalicia.com C 128 onservar y progresar. Eso parece pretender la Sinfónica en esta nueva temporada. En agosto, mantiene sus tradicionales conciertos populares en María Pita y en el Festival Internacional de Santander. En septiembre actuará de nuevo en el Festival coruñés de Amigos de la Ópera, y en octubre irá una vez más a León. Pero también hay novedades: el estreno absoluto en versión de concierto de la ópera de Andrés Gaos, Amor vedado; y, en diciembre, la grabación de obras del compositor coruñés. Además, la OSG realizará una gira por Alemania y Austria y estará presente en el Ciclo Ibermúsica de Madrid. La programación de la temporada 2009-2010 es innovadora: más de la mitad de las obras son nuevas para la orquesta. Los compositores gallegos están bien represen- tados: Rodríguez Losada, Bal y Gay, Groba, Vara, Durán y Alonso. A ello hay que añadir el homenaje al músico coruñés, Andrés Gaos, en el cincuentenario de su fallecimiento. Dará continuidad a la Tetralogía wagneriana un Sigfrido en versión de concierto que promete mantener el altísimo nivel de los dos años precedentes. Este año se confían sendas obras concertantes a tres solistas de la OSG —Castelló, Ferrer y Trigueros— y se organiza una gira por Galicia para dar a conocer a los tres coros —niños cantores, jóvenes y adultos— que integran el proyecto coral de la Sinfónica y que también tendrán protagonismo en la sede coruñesa con obras como la Sinfonía del mar, de Vaughan Williams y la Sinfonía de los salmos, de Stravinski. Habrá importantes solistas omo Arcadi Volodos, Gidon Kremer y Frank Peter Zimmermann. Empuñarán la batuta directores ya conocidos de la OSG como López Cobos, Carlo Rizzi, Carlos Kalmar. Su titular, Víctor Pablo Pérez, sólo dirigirá seis conciertos en la tempo- rada. Como sucede cada año, nos visitará la orquesta compostelana, Real Filharmonía, con su titular, Ros Marbà, al frente. Julio Andrade Malde PISTAS 24 de octubre de 2009. Víctor Pablo Pérez, director. West, Baird, Titus, Siegel, Bryjak, Jun, Grove, Moreno. Wagner, Sigfrido. 26 de febrero de 2010. Carlo Kalmar, director. Castelló, trompa; Evans, soprano; Ramón, barítono. Coro de la OSG. Coral Universitaria de Baleares. Bal y Gay, Don Quijote. Strauss, Concierto para trompa nº 2. Vaughan Williams, Sinfonía del mar. 19 de marzo de 2010. Víctor Pablo Pérez, director. Gidon Kremer, violín. Vázquez, mezzo; Padulés, tenor. Chaikovski, Concierto para violín. Scriabin, Sinfonía nº 1. 23 de abril de 2010. Víctor Pablo Pérez, director. Arcadi Volodos, piano. Brahms, Obertura trágica. Marco, Sinfonía nº 9 “Thalassa”. Brahms, Concierto para piano nº 2. 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:04 Página 130 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Nacional de España PISTAS MÚSICA Y NATURALEZA www.ocne.mcu.es E l lema al que se acoge la nueva temporada de la ONE, Música y naturaleza, da amplísimas posibilidades para que se luzca la fantasía programadora, de la que nunca ha andado mal Josep Pons, titular de los conjuntos dependientes del INAEM. Quince de los 24 programas del abono oficial están ungidos de ese aroma a naturaleza, que tan claramente asoma en las Sinfonías nº 1 de Brahms y nº 4 de Bruckner, tan bañadas en raíces populares austriacas. Más directamente ancladas en un entorno paisajístico están la Pastoral de Beethoven, la Fantástica de Berlioz, la Renana de Schu- mann, la obertura Las Hébridas de Mendelssohn, Peter Grimes (Interludios marinos) de Britten, la Sinfonía alpina de Strauss… Todo un filón. A Mahler se dedican varias sesiones con motivo del 150 aniversario de su nacimiento, con los cantos del Wunderhorn y las Sinfonías Segunda y Novena. Cristóbal Halffter, que cumple los 80, es protagonista de la habitual Carta blanca. Desaparecido el ciclo América-España, se da paso a la segunda edición del ciclo coral y se prevén cuatro estrenos absolutos firmados por Salvador Brotons, Fabián Panisello, Joan Albert Orquesta de la Comunidad de Madrid EN TORNO A ALBÉNIZ www.orcam.org L 130 a doble onomástica albeniciana —centenario de la muerte y ciento cincuenta aniversario de su nacimiento— centra algunos programas de la presente temporada que la ORCAM desarrollará, por primera vez a caballo entre dos auditorios, el Nacional y los Teatros del Canal, desde el 21 de septiembre hasta el 7 de junio de 2010. Del maestro de Camprodón podrán escucharse Catalonia, Suite española, Concierto fantástico, Poèmes d’amour y Últimas canciones además de una selección de Iberia en diversas orquestaciones. Al lado de obras básicas del repertorio sobresale la presencia de piezas infrecuentes de notable valor: Segunda de Nielsen (a cargo de Pablo González, próximo titular de la OBC), Cuarta de Glazunov (Serebrier) o los preciosos Frescos de Piero della Francesca de Martinu defendidos por Encinar. Entre los estrenos hispanos, Gabrieli según San Juan de Colomer, Senderos de la risa de Eslava, Pórtico de la quimera de Igoa y Concierto para piano de Panisello (con Rosado). Junto con Las estaciones de Haydn —dirigidas por Harry Christophers— y El Mesías haendeliano de López Cobos, el repertorio coral está representado por composiciones como el Stabat Mater de Dvorák, a cargo de Isaac Karabtchevski, la Misa nº 2 de Bruckner y Passio de Pärt, ambas con Jordi Casas, más páginas breves de Schubert, Brahms, Stravinski, Poulenc y Janácek (Hradcany), además de un programa muy atractivo que reúne partituras de Martin, Fauré y Elgar dirigido por Víctor Alonso. A destacar, finalmente, la presencia solista de Beate Altenburg (Sinfonía concertante de Prokofiev), Alexandre da Costa (Primero de Bruch), Guillermo González (Concierto en sol de Ravel) y Luis Fernando Pérez (Concierto fantástico de Albéniz) y, entre las batutas invitadas, la finlandesa Susanna Mälk- Amargós y el mencionado Halffter. Pons dirige ocho programas, lo que está bien. Detectamos algunas solventes batutas: Varga, Eötvös (que dirige una obra propia para violín y orquesta), Kalmar, el joven y ascendente Pablo González, Conlon, Kreizberg, Fedoseiev, Andrew Davis, Ono, Koopman y, una vez más, Slatkin. El emérito Frühbeck de Burgos sólo dirige una sesión. A citar la presencia de Tan Dun, en un programa monográfico que incluye un concierto para piano (con su electrizante compatriota Lang Lang). Arturo Reverter PISTAS 18 de octubre de 2009. Coro de la Comunidad de Madrid. Víctor Alonso, director. Karina Azizova, piano. Martin, Misa para doble coro. Fauré, Madrigal. Elgar, From the Bavarian Highlands. 9 de marzo de 2009. Coro de la Comunidad. Harry Christophers, director. Ailish Tynan, soprano. Jeremy Budd, tenor. Christopher Purves, bajo. Haydn, Las estaciones. 7 de junio de 2010. Coro de la Comunidad. José Ramón Encinar, director. Beate Altenburg, violonchelo. Stravinski, El rey de las estrellas. Prokofiev, Sinfonía concertante. Igoa, Pórtico de la quimera. Debussy, Iberia. ki, titular del Ensemble Intercontemporain de París. Juan Manuel Viana 30, 31 de octubre, 1 de noviembre de 2009. Peter Eötvös, director. Carolin Widmann, violín. Panisello, Mandala. Eötvös, Seven. Schoenberg, Noche transfigurada. 6, 7 y 8 de nov.de 2009. Carlos Kalmar, director. Nicolas Hodge, piano. Webern, Seis piezas para orquesta op. 6. Halffter, Concierto para piano. Vaughan Williams, Fantasía sobre un tema de Tallis. Halffter, Tiento y batalla imperial. 11, 12 y 13 de dic. de 2009. Kazushi Ono, director. Lars Vogt, piano. Brahms, Concierto para piano nº 1. Strauss, Sinfonía alpina. 7, 8 y 9 de mayo de 2010. Josep Pons, director. Frank Peter Zimmermann, violín. Jane Irwin, mezzosoprano. Willard White, barítono. Bartók, Concierto para violín nº 2, El castillo de Barbazul. ORQUESTA DE LA COMUNIDAD DE MADRID 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:05 Página 131 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de RTVE ¿TRANSICIÓN HACIA DONDE? PISTAS www.rtve.es E nésima temporada de transición hacia no se sabe muy bien dónde la anunciada en el avance de la ORTVE, y caracterizada por la continuidad. Adrian Leaper seguirá un año más, renovando su titularidad al frente de la misma hasta el 31 de agosto de 2010. No obstante, es justo reconocer que la pasada dejó un reguero de buenas actuaciones, a cargo de Rilling (Haydn), Herbig (Wagner, Debussy), Ros Marbà (Fauré, Mendelsshon), o el propio Leaper (Poulenc, Janácek). Una parte considerable de esas veladas implicaron al coro, que rayó a gran altura en La Creación, dirigida por Rilling, o en el sprint final con Luca Pfaff (monográfico Scelsi). Con crisis o sin ella, repetirán algunos de los músicos que confirieron interés a las dos últimas temporadas. Léase Herbig, que hará la imponente Décima Sinfonía de Shostakovich; o Steinberg, que tendrá a su cargo la mucho más popular Quinta. Rilling, por su parte, habrá de encararse con Paulus, el oratorio preterido de Mendelssohn, cuyas formas arcaizantes a buen seguro dibujará con finura, mientras que con Weller —que dirigirá dos conciertos— destaca la Segunda de Mahler con una de esas solistas vocales de fama aquí infrecuentes: la delicada soprano Ruth Ziesak. Aparte de ella, y del tenor Endrik Wottrich (en el Réquiem verdiano de clausura), hay que destacar, cómo no, a la gran pianista Elisabeth Leonskaia en el Primero de Chopin con un entusiasta —a veces demasiado— Juanjo Mena. Matthias Bamert, batuta de cierta reputación, bregará con un tapado: el largo oratorio de Frank Martin Golgotha, oído hace años en Radio Clásica con Ludwig, Dieskau…, e insólito por la ecléctica libertad de muchos pasajes, aunque otros sirvieran en bandeja un fácil juego de palabras. Sorprende también la programación del oratorio La infancia de Cristo, de una mansedumbre rara en Berlioz, que dirigirá con oficio Enrique García Asensio, un director veterano y no muy exaltador. 11, 12 de febrero de 2010. Juanjo Mena, director. Elisabeth Leonskaia, piano. Chopin, Concierto para piano nº 1. Nielsen, Sinfonía nº 4. 18, 19 de febrero de 2010. Günther Herbig, director. Beethoven, Sinfonía nº 8. Shostakovich, Sinfonía nº 10. 22, 23 de abril de 2010. Pinchas Steinberg, director. Kuba Jakowicz, violín. Chaikovski, Concierto para violín. Shostakovich, Sinfonía nº 5. 29, 30 de abril de 2010. Helmuth Rilling, director. Coro de RTVE. Lothar Odinius, tenor. Georg Zeppenfel, bajo. Mendelssohn, Paulus. J. Martín de Sagarmínaga ORQUESTA NACIONAL DE ESPAÑA ADRIAN LEAPER 131 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:05 Página 132 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Madrid AIRES ESLAVOS www.osm.es L os repertorios checo y ruso, junto a un puñado de páginas clave del territorio romántico centroeuropeo, dominan buena parte de los contenidos de los siete conciertos — uno menos que el pasado año— de que consta la presente temporada a desarrollar por la Sinfónica de Madrid entre el próximo 5 de noviembre y el 23 de junio del año que viene. Si en la última temporada pudo escucharse el Quijote operístico halffteriano en versión de concierto, ésta se inaugura con otras dos atractivas evocaciones instrumentales del personaje cervantino. La célebre straussiana y la, mucho menos prodigada, escrita por Gerardo Gombau en 1945. Como complemento, la Octava de Dvorák. Todo ello bajo la batuta de su titular, López Cobos. La acostumbrada cita navideña con la Novena beethoveniana estará a cargo esta vez de Miguel Ángel Gómez Martínez, el Coro Nacional y un cuarteto vocal integrado por Marussa Xyni, María José Suárez, José Ferrero y Attila Jun. Si la monumental Tercera de Mahler, dirigida por López Cobos, inaugura el nuevo año, la visita de la directora Eun Sun Kim conjuga dos clásicos rusos (Cuarta de Chaikovski y Suite del Teniente Kijé de Prokofiev) con la reciente Gerok de Isabel Urrutia, obra ganadora de la cuarta edición del pre- mio de Composición AEOS. El estreno del Concierto para violín nº 2 (2006) de Luis de los Cobos a cargo de Ara Malikian queda enmarcado por dos páginas coetáneas que su defensor, José Luis Temes, ha llevado recientemente al disco: Maese Pérez, el organista de Julio Gómez y La Orestiada de Manuel Manrique de Lara. Las firmas de Janácek (Taras Bulba), Mozart y Brahms (Segunda) aparecen en el concierto que tiene en el podio a Tomas Hanus mientras que Pinchas Steinberg plantea, como cierre de temporada, un interesante monográfico checo: Carnaval de Dvorák y Mi patria de Smetana. PISTAS 5 de noviembre de 2009. Jesús López Cobos, director. Dragos Balan, violonchelo. Jing Shao, viola. Gombáu, Don Quijote velando las armas. Strauss, Don Quijote. Dvorák, Sinfonía nº 8. 21 de enero de 2010. Coro de Niños de la Comunidad de Madrid. Jesús López Cobos, director. Ekaterina Gubanova, mezzosoprano. Mahler, Sinfonía nº 3. 23 de junio de 2010. Pinchas Steinberg, director. Dvorák, Obertura Carnaval. Smetana, Mi patria. Juan Manuel Viana Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia CRECIENDO EN CONTENIDOS www.sinfonicaregiondemurcia.com 132 Valle y los jóvenes directores Cristóbal Soler con unas siempre, por sus contrastes, atractivas Metamorfosis sinfónicas de Hindemith, y Pablo Heras-Casado en la Sinfonía nº 5 de Prokofiev. En cuanto al cartel internacional, son varios los nombres a tener en cuenta, destacando los directores Amos Talmon, con su peculiar libertad de conducción, Johannes Rieger, siempre eficaz en el repertorio contemporáneo y, especialmente, Vladimir Valek, una de las batutas de más prestigio en el panorama musical checo, y que actuará en el concierto de clausura de la temporada. El primero contará con el último ganador del Premio Internacional de Santander de Piano, el chino Jue Wang interpretando la Rhapsody in blue, el segundo acompañará a Marian Lapsansky, destacada figura en el mundo pianístico checo, en el popular Concierto para piano y orquesta de Grieg y, final- mente, el tercero dirigirá a la violinista británica Chloe Hanslip, muy considerada por sus recientes trabajos discográficos, en el Concierto para violín y orquesta de Beethoven, completando el programa con El duende de las aguas de Dvorák y Taras Bulba de Janácek. José Antonio Cantón JOSÉ MIGUEL RODILLA D entro de la constante inquietud de llevar la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia a nuevos repertorios, su titular, el maestro José Miguel Rodilla, ha pensado una temporada 20092010 con diez programas que rotará en sus habituales ciclos de conciertos de Murcia, Cartagena y Lorca, aumentando la presencia de compositores españoles como Isabel Urrutia con la obra Gerok, ganadora del IV Premio de Composición AEOS, Javier Artaza con El contorno del ángel y el maestro granadino José García Román con De Civitate spei. Agamenón del cartagenero Manrique de Lara y el Concierto pastoral de Joaquín Rodrigo complementarán este apartado de la programación que contará también con la actuación de jóvenes valores de la interpretación española como los violinistas Eva León y Joaquín Riquelme, el Dúo del PISTAS 29 de abril de 2010. Pablo Heras-Casado, dir. Joaquín Riquelme, viola. Walton, Concierto para viola. Prokofiev, Sinfonía nº 5. 14 de mayo de 2010. José Miguel Rodilla, dir. Tedi Papavrami, violín. García Román, De Civitate spei. Lalo, Sinfonía española. Ravel, Alborada del gracioso. Pavana para una infanta difunta. La valse. 27 de mayo de 2010. Vladimir Valek, dir. Chloe Hanslip, violín. Beethoven, Concierto para violín. Dvorák, El duende de las aguas. Janácek, Taras Bulba. 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:05 Página 133 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:05 Página 134 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Euskadi MÚSICA QUE DEJA HUELLA www.orquestadeeuskadi.es 23, 24, 26, 27, 29 de octubre de 2009. Andrés Orozco-Estrada, director. Orfeón Donostiarra. Indra Thomas, soprano. Nancy Fabiola Herrera, mezzo. Stuart Neill, tenor. Carlo Colombara, bajo. Verdi, Réquiem. 14, 15 de abril de 2010. Lawrence Foster, director. Schumann, Sinfonía nº 2. Brahms, Sinfonía nº 2. 10, 11, 12 de mayo de 2010. Andrés Orozco-Estrada, director. Janine Jansen, violín. Ravel, Alborada del Gracioso. Bruch, Concierto para violín nº 1. Stravinski, La consagración de la primavera. O. SINFÓNICA DE BILBAO 134 C realizará una única salida, al Auditorio Nacional de Madrid, donde participará en el homenaje que se tributará a Luis de Pablo con motivo de su 80º aniversario. A la presencia estable de OrozcoEstrada se suma la de Andrei Boreiko como Director Principal Invitado. Mientras el colombiano acometerá repertorios sinfónicos más clásicos y románticos como Beethoven o Mahler, el ruso se decantará por Shostakovich. Además de ellos, se suman a la temporada maestros invitados como Paul McCreesh, Yakov Kreizberg, Lawrence Foster o Christian Lindberg. Volverá el excotitular Cristian Mandeal y Günter Neuhold dirigirá a la Sinfónica de Bilbao, que acude como formación invitada. La nómina de Larrayadieu 23, 24, 25, 28, 29 de septiembre de 2009. Andrés Orozco-Estrada, director. Beethoven, Sinfonía nº 1. Mahler, Sinfonía nº 1. MARÍA BAYO PISTAS on este lema la Sinfónica de Euskadi se enfrentará a la temporada bajo la figura de su nueva batuta titular a cargo del maestro colombiano Andrés Orozco-Estrada, y lo hará a partir del 23 de septiembre en el Baluarte pamplonés. La OSE pretende mostrar la “construcción de un lenguaje común entre la orquesta y el nuevo maestro para mostrar nuevos resultados sobre la base de parámetros como la calidad, la flexibilidad y el dinamismo”. Para ello ofrecerá catorce programas diferentes y un total de 57 conciertos distribuidos en Bilbao, San Sebastián, Vitoria y Pamplona. Sin embargo, los tiempos de crisis también afectan a la Orquesta de Miramón, por eso esta vez solistas viene avalada por la presencia de reconocidos intérpretes como la pianista gala Hélène Grimaud, la violinista Janine Jansen, el trompetista David Guerrier o la mezzo Nancy Fabiola Herrera, además de grandes coros como la Coral Andra Mari o el Orfeón Donostiarra. Unido a la temporada de abono, que tiene en su haber 7.000 abonados ya consolidados, y una lista de espera que supera los 800, la OSE pondrá en marcha un Laboratorio, estará en el foso de la temporada de ópera de la ABAO con Faust (Gounod) y Un ballo in maschera (Verdi) y realizará la grabación discográfica de la ópera Mirentxu (Guridi). Íñigo Arbiza O. SINFÓNICA DE EUSKADI 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:05 Página 135 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta Sinfónica de Bilbao ESCEPTICISMO PISTAS www.bilbaorkestra.com E l austriaco Günter Neuhold tiene en su segunda temporada al frente de la BOS el deber de implicarse a fondo en la mejora del bordado artístico de la orquesta para lograr que ésta recupere el camino ascendente alcanzado en la etapa de Juan Mena y para evitar que se termine acomodando en una rutina funcionarial indeseada y de todo punto rechazable. Dado que estará al frente de siete de los dieciocho conciertos (la pasada temporada sólo fueron cuatro) el público podrá dictaminar si el director merece estar en el lugar que corresponde a su fama o si por el contrario lo suyo con esta orquesta es aire y poco más. Los primeros tres conciertos serán de hecho esenciales para atisbar por dónde podrán ir los tiros en adelante. Neuhold traerá en ellos obras de autores tan dispares como Rueda, Dorman (Frozen in time, con Martin Grubinger), Holst, Verdi, Paganini (Primer Concierto para violín y orquesta, con Kyoko Yonemoto), Mozart, Bach, Respighi, Panni, Erkoreka (el estreno de Tres sonetos de Michelangelo) y Hindemith. Ahí es nada. En el sexto concierto del curso se medirá con la Quinta de Chaikovski, en el decimotercero con la Segunda de Mahler, en el decimosexto con el Emperador de Beethoven y la Sexta de Shostakovich, y en el de clausura con obras Guridi, Falla y Prokofiev. Vemos además nombres de reconocida solvencia, así los de José Ramón Encinar, Antoni Ros-Marbà, el propio Juanjo Mena, James Judd, Joan Enric Lluna, Miguel Ituarte, Josep Colom, Truls Mørk o Rudolf Buchbinder, entre otros. Voces sanas y bien llevadas son las de Carlos Mena, María Espada y Marifé Nogales. Hay por otro lado programas particularmente interesantes, como el que gira en torno a China, con obras de Yuankai Bao, Qigang Chen, Yuan Liu, Bright Sheng y Béla Bartók; Ju Hee Suh se sentará entonces al piano y Muhai Tang empuñará en el podio la batuta. Será uno de los cuatro conciertos incluidos en el ciclo temático Miradas sonoras. Los restantes mirarán a Italia, a Estados Unidos y a Inglaterra. También los compositores españoles tienen su espacio, pues a los citados Rueda, Erkoreka, Guridi y Falla se suman dos grandes del siglo pasado: Pablo Sorozábal y Joaquín Rodrigo. 8 y 9 de octubre de 2009. Günter Neuhold, director. Martin Grubinger, percusión. Coro de mujeres de la Sociedad Coral de Bilbao. Rueda, Tierra. Dorman, Frozen in time. Holst, Los planetas. 15 y 16 de abril de 2010. Muhai Tang, director. Ju Hee Suh, piano. Bao, Las estaciones en las montañas de Taihang. Chen, L’eloignement. Liu, Train Tocata. Sheng, Red silk dance. Bartók, El mandarín maravilloso, suite. 6 y 7 de mayo de 2010. Günter Neuhold, director. Rudolf Buchbinder, piano. Beethoven, Concierto para piano y orquesta nº 5. Shostakovich, Sinfonía nº 6. Asier Vallejo Ugarte Orquesta Sinfónica de Navarra PASARELA DE ARTISTAS INVITADOS www.orquestadenavarra.es L a próxima temporada de abono de la Orquesta Sinfónica de Navarra ofrecerá en el emblemático Auditorio del Baluarte un total de 14 programas diferentes repartidos en casi una treintena de conciertos. En cualquier caso se trata de una interesante temporada en la cual podrán ver y escucharse a una larga lista de intérpretes solistas, directores, además de varias orquestas invitadas. Algo así como una gran pasarela de la música donde, además, los gestores han sabido dar la merecida cabida también a intérpretes de la tierra. Y para muestra un botón, ya que será la soprano de Fitero María Bayo la encargada de dar inicio a la temporada los días 14 y 16 de octubre con un recital donde interpretará canciones españolas de autores como Montsalvatge, Esplá, Toldrá y Falla. Al frente de la OSN continuará quien desde 1997 viene siendo su titular, el maestro Ernest Martínez-Izquierdo, cuya batuta dirigirá hasta cinco programas diferentes. Además de la suya pisarán el Baluarte batutas invitadas como las de Cristóbal Soler, que dirigirá al Orfeón Pamplonés con los Chichester Psalms de Bernstein; adePISTAS 14, 16 de octubre de 2009. Ernest Martínez-Izquierdo, director. María Bayo, soprano. Montsalvatge, Esplá, Toldrá, Falla, Canciones españolas. 21, 22 de enero de 2010. Orquesta de Córdoba. Manuel Hernández Silva, director. más de otros maestros como François-Xavier Roth, Antoni Wit, Manuel Hernández Silva, Michi Gaigg, Christopher Campestrini o Jacques Mercier. Larga es también la lista de solistas como los violinistas Tianwa Yang, Alexis Cárdenas u Olivier Charlier, el violista Miguel da Silva o los pianistas JeanEfflam Bavouzet y Benedetto Lupo. El Orfeón Pamplo- nés actuará por partida triple, incluyendo La Creación de Haydn con la destacable presencia de la soprano María Espada, además, habrá ocasión de escuchar a orquestas invitadas como la Orquesta de Córdoba, L’Orfeo Barockorchester y el grupo Saraband junto al Concerto Köln. Alexis Cárdenas, violín. Saint-Saëns, Introducción y rondó caprichoso. Chausson, Poema. Ravel, Tzigane. Schubert, Sinfonía nº 4 “Trágica”. Zhebg-Ma, Buenas noticias de Beijing. Mingxin, Destacamento de mujeres. Dun, The Map. 29, 30 de abril de 2010 Ernest Martínez-Izquierdo, director. Anssi Karttunen, violonchelo. Stravinski, El canto del ruiseñor. Íñigo Arbiza 10, 11 de junio de 2010. Ernest Martínez-Izquierdo, director. Orfeón Pamplonés. María Espada, soprano. Gustavo Peña, tenor. José A. López, barítono. Haydn, La Creación. 135 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:16 Página 136 D O S I E R ORQUESTAS ESPAÑOLAS Orquesta de Valencia CON ABONO PROPIO www.palaudevalencia.com D 136 urante la temporada 2009-2010, la Orquesta de Valencia introducirá como novedad el ofrecimiento de un abono propio e independiente, formado en cinco de sus seis convocatorias por otros tantos conciertos desgajados de su participación en el abono del Palau de la Música y en su mayoría repetidos al día siguiente. Como dice Yaron Traub, titular de la orquesta, en el libro que recoge la programación, “¿quién hubiera imaginado que la Orquesta de Valencia disfrutaría de tal confianza y demanda de público?”. La selección recoge al menos tres de los conciertos más atractivos que sobre el papel dirigirá el maestro israelí: Tercera de Mahler con la mezzosoprano Nathalie Stutzmann (23 y 24-X), Novena de Beethoven con solistas locales (11 y 13-XI) y segundo acto de Parsifal con la soprano Waltraud Meier, el tenor Simon O’Neill y el barítono Roman Trekel (10 y 12-VI). La Coral culminará el ciclo sinfónico beethoveniano que se desarrollará durante la primera quincena de noviembre. El reto es, indudablemente, de primera magnitud, una auténtica prueba de fuego, tanto para el director como para sus músicos. Compromiso de no menor importancia constituirá la versión de concierto de la ópera de Francis Poulenc Diálogos de carmelitas (6-III). En cuanto a otros directores, salvo alguna novedad se seguirá la tónica habitual en los últimos años, con una serie de conciertos reservados para el anterior titular, Miguel Ángel Gómez Martínez, y Walter Weller en calidad de director asociado y Enrique García Asensio en la de director principal invitado. Merecen mencionarse, sin embargo, las visitas de Josep Pons con El castillo de Barbazul de Bartók (27-III) y Michel Plasson con un programa francés (18-VI). La lista de solistas instrumentales será este año amplia y variada, e incluye unos cuantos nombres de probada solvencia, como son el violista Gérard Caussé (20-XI), los pianistas Marc-André Hamelin (27-XI) y Jean-Yves Thibaudet (7-V), el violinista Gidon Kremer (11-XII) y el violonchelista Asier Polo (16IV). En cambio, los más atractivos entre los vocales ya han sido citados. Alfredo Brotons Muñoz PISTAS 30 de octubre, 6, 7, 13 de noviembre de 2009. Yaron Traub, director. Beethoven, Sinfonías. 6 de marzo de 2010. Yaron Traub, director. Lisa Larsson, Kathryn Harries, Janice Watson, Isabel Monar, sopranos. Marina Rodríguez Cusí, mezzo. Roger Padulles, tenor. José Antonio López, barítono. Poulenc, Diálogo de carmelitas (versión de concierto). 27 de marzo de 2010. Josep Pons, director. Willard White, bajo. Jane Irwin, mezzo. Bartók, El castillo de Barbazul. 10 de junio de 2010. Yaron Traub, director. Waltraud Meier, soprano. Simon O’Neill, tenor. Roman Trekel, barítono. Coral Catedralicia. Strauss, Metamorfosis. Wagner, Parsifal, acto II. ORQUESTA DE VALENCIA 244-Pliego dosier.film:Dosier Orquestas 24/07/09 17:16 Página 137 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 138 ENCUENTROS “TOCAR EL PIANO ES MARAVILLOSO, SER PIANISTA ES UNA DESGRACIA” A 138 rcadi Volodos (Leningrado, 1972) nos recibe relajado después de un ensayo que para cualquiera sería, como poco, extenuante. Con una coca-cola en la mano se arrellana en el sofá a la vez que se esfuerza por hacernos sentir cómodos. Se apresta, incluso, a sustituir el inglés de la conversación por un castellano que habla con envidiable facilidad y un dulce acento centroamericano. La pasmosa facilidad con la que este pianista —que ama la música tanto como detesta las servidumbres de su profesionalización— afronta desafíos técnicos inauditos, le ha convertido en un artista que despierta la admiración y el escepticismo casi a partes iguales. El virtuosismo que de manera prodigiosa parece surgir en sus manos le persigue como una sombra que, para muchos, amenaza su capacidad interpretativa. Sin embargo, él insiste en que la técnica es tan sólo el vehículo para conseguir afrontar el hecho musical con naturalidad, concediendo más valor a lo intelectual que a lo físico. Cuando aún no ha cumplido los cuarenta, Arcadi Volodos —que actúa el día 29 en el Ciclo de Grandes Intérpretes de la Fundación Scherzo— confiesa estar de vuelta de muchas cosas pero, al mismo tiempo, sentirse en un camino de exploración musical que espera no termine nunca. Fotos: Uwe Arens ARCADI VOLODOS: 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 139 ENCUENTROS ARCADI VOLODOS ¿Cómo ha evolucionado en estos últimos diez años, desde que visitara por primera vez el Ciclo Grandes Intérpretes? Las personas cambiamos día a día, es ley de vida, pero estoy convencido de que la evolución para un músico es siempre mejor cuando ocurre sin que te des cuenta de ello. Es como aquel chiste del ciempiés: mientras iba corriendo a toda velocidad, se puso a pensar en el orden en el que tenía que mover sus patitas y se cayó. Así nos pasa. Cuando intentamos planificar demasiado sobre la mejor manera de hacer las cosas éstas no salen naturalidad. Las mejores cosas son las que surgen de forma espontánea. La frescura es lo más importante para mí. He ido creando una manera de vivir basada, sobre todo, en eso. Tengo, si podemos decirlo así, un sistema propio. ¿Cómo es ese sistema? Para empezar, cada año paso, al menos, tres o cuatro meses sin acercarme a un piano. Es el momento en el que me recupero. No tocar ni una sola nota es fundamental para mantener esa espontaneidad de la que le hablaba, para conseguir que mi percepción se mantenga fresca. Los cambios bruscos los percibimos con facilidad y reaccionamos ante ellos, pero no nos solemos percatar de los pequeños cambios. Cuando las circunstancias van cambiando poco a poco es cuando corremos peligro de caer en la rutina sin darnos cuenta. Después de un largo descanso, te acercas al piano y percibes todo como si fuese la primera vez en tu vida. Cada detalle, cada modulación, cada nota te parece un pequeño milagro. Eso es muy importante. Fotos: Uwe Arens Después de esas vacaciones le costará entrar en dedos, ¿no? No, no crea. Empiezo lento, sin esforzarme mucho. Tengo ahora treinta y siete años. No podría llegar a los cincuenta si no hiciese las cosas de esta forma. Se suele exagerar mucho con respecto a los problemas técnicos y musculares que le aparecen a un pianista con el paso del tiempo. Yo creo que, más bien, son en realidad problemas mentales, fatiga y cansancio por aburrimiento de hacer siempre lo mismo. Le voy a poner un ejemplo muy claro: si tocar fuese tan duro como jugar el Torneo de Wimbledon, todos los pianistas tendrían que retirarse a los treinta y cinco años, como muchos deportistas. Sin embargo, los pianistas consiguen alcanzar tocando los noventa años. Es cierto que pueden existir problemas musculares, pero en la mayoría de los casos los inconvenientes se presentan en la cabeza más que en los dedos. ¿Sigue pensando que los concursos pianísticos carecen de interés? Yo tuve claro, desde el principio, que nunca participaría en un concurso de piano. No digo que los concursos sean malos, pero sabía que esa manera de plantear las cosas no iba conmigo. Reconozco que, para un pianista joven, que necesita oportunidades de hacerse oír, el concurso puede representar un estímulo de preparación. Sin embargo, en mi opinión, el ambiente de competición que se da en estos actos destruye el alma musical. Para tocar música pura necesitas que tu interior esté limpio, y el concurso lo envenena. Por otra parte, la musicalidad, como tantas cosas hermosas, no se puede medir. ¿Se puede decir si el mar es más bello que el bosque o que el sol? Hablando de artistas del máximo nivel, no es posible establecer comparaciones entre ellos. Es imposible decidir si uno es mejor que otro. Otro aspecto absurdo de los concursos es tener la obligación de hacer cosas que a un artista pueden no apetecerle en ese preciso momento de su vida. En la rutina de los concursos, este mes tienes que ser especialista en Bach, el que viene, en Chopin, y el siguiente, en Rachmaninov. ¡No!, el músico sólo puede dar todo de sí cuando le está permitido hacer lo que quiere en cada momento. Es triste, para un músico, tener que hacer lo que no quiere. Reconocerá que, para la mayoría, no es fácil tener la suerte de lograr una carambola como la suya para iniciar una carrera… Eso es verdad. Fue todo por pura casualidad, ciertamente. Hay cientos de pianistas con talento, y cualquiera de ellos podría estar ahora en mi lugar. Cuando empecé a pensar profesionalmente, soñaba con poder vivir en algún país agradable, consiguiendo alguna plaza como profesor y poco más. Sin embargo, por mero azar, alguien hizo llegar una casete a un directivo de una compañía discográfica y, a partir de ahí, todo fue muy rápido. ¿Recuerda qué había en aquella casete? No exactamente, pero debía de tratarse de un típico programa de concierto. Era un recital privado con obras de Schubert, Beethoven, Rachmaninov, Liszt… y algunas propinas. Fue hace mucho tiempo. Lo que sí recuerdo es que todo cambió bruscamente a partir de ese momento. De un día para otro se acabó la vida feliz del estudiante. Tuve que enfrentarme a una agenda de ochenta o noventa conciertos por año, viajar a países que no me gustaban, permanecer semanas metido en hoteles en medio de ciudades sin zonas peatonales, sin cafeterías ni nada, donde tenías que ir en coche a cualquier sitio.… Tenía la sensación, sobre todo en Estados Unidos, de llegar en avión siempre a la misma ciudad, con los mismos hoteles, los mismos periódicos, las mis- mas camas… ¡Todo igual, todo estándar! A veces me llegaba a deprimir tanto ese estilo de vida que incluso tenía impulsos de dejarlo para no acabar volviéndome loco. ¿El pianista es un animal solitario por naturaleza? Depende mucho de cada cual. Conozco a muchos que sí, especialmente durante sus viajes, pero no se puede generalizar. Cierto que, también, el piano es un instrumento muy distinto del viento o la cuerda, y eso también marca. Además, no se olvide de algo: tocar el piano es una cosa; ser pianista profesional es algo completamente distinto. Tocar es maravilloso, pero la profesión tiene muchos inconvenientes que pueden ser horrorosos. El recital es el objetivo, lo que ansías. Si estás en forma, es delicioso. Pero para llegar a esa hora de felicidad, todo lo demás son problemas. Remontándonos a su etapa de formación, ¿había diferencias entre la manera de entender el piano en París y en Moscú? En mi caso, lo más difícil fue el comienzo porque empecé tarde. Yo comencé a estudiar el piano como instrumento de trabajo, en lo que se llama “piano complementario”. En Rusia, con ocho y nueve años, los estudiantes de piano profesional ya están tocando Preludios y fugas de Bach, Sonatas de Beethoven, Estudios de Chopin. Mientras, ahí estaba yo, en San Petersburgo, estudiando dirección coral y tocando en el piano, a lo más, una piececita de Schumann por curso. Imagínese. De repente, casi de la noche a la mañana, me invadió una pasión juvenil hacia el piano. Mi padrastro era un gran aficionado a la música y coleccionaba multitud de discos. Gracias a él, yo había escuchado permanentemente grabaciones de Schnabel, de Rachmaninov… y poco a poco me había ido enamorando del instrumento. En aquel momento supe que tenía que intentar entrar en una escuela profesional. Debía presentarme a la prueba de ingreso y busqué a un profesor que me preparase para ello. Sus palabras exactas fueron: “olvídate. No tienes nivel y nunca entrarás. Ya eres demasiado mayor”. [En aquel momento, Volodos tenía dieciséis años]. Busqué a un segundo profesor que, afortunadamente, me alentó y me dijo que aún tenía posibilidades pero que me iba a costar mucho esfuerzo. Montamos un programa y, finalmente, logré entrar a estudiar piano profesional. Más tarde marché a estudiar a Moscú. Allí tuve la primera oportunidad de estudiar con una gran profesora: Galina Egizarova, que trabaja actualmente aquí, en la Escuela Superior Reina Sofía. Ella me amplió los horizontes hacia otros campos, como la música de cámara o la 139 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 140 ENCUENTROS ARCADI VOLODOS música sinfónica. En Moscú había en aquel momento una gran atmósfera creativa que alentaba e inspiraba a los jóvenes a trabajar. El traslado a París se me hizo difícil por lo que tenía de nueva vida, nueva mentalidad y nuevo idioma. Yo no hablaba francés y, al principio, andaba a vueltas con las palabras. Había veces que no entendía lo que me decían en las clases y buscaba ayuda en otros compañeros que hablaban algo de ruso. Allí estudié con Jacques Rouvier. Fue interesante. Después aquí, en Madrid, en la Escuela Superior Reina Sofía. ¿Qué buscaba en Madrid? Vine, como quien dice, de la mano de Galina Egizarova. Ella fue quien me presentó ante Bashkirov. Estuve aquí dos o tres años y lo recuerdo con cariño. Fue una experiencia bonita. Me gustó mucho España, especialmente su ambiente relajado y su clima. Muchas veces ahora, cuando estoy viviendo en París, echo de menos todo eso. Le parecerá curioso, pero el sol es algo que necesito para mantener alto mi estado de ánimo. Los rusos somos siempre un poco… tristes, diría yo. Ya que lo menciona, ¿hay una manera rusa de entender la música? 140 No sabría decirlo, pero creo que no. Si observo a Sofronitski, Richter o Gilels veo muy pocas cosas en común entre ellos. El problema de generalizar es caer en la estandarización y, en última Tampoco lo sé. Nunca he pensado mucho en la técnica. Toco más con el cerebro que con las manos y, si algo no funciona, trato de analizar mentalmente qué es lo que falla. Para mí, tocar es algo fundamentalmente intelectual. Noventa y cinco por ciento, cerebro; cinco por ciento, dedos. Las manos sólo realizan lo que está en tu cabeza y en tu corazón. de años habiéndolo tocado en concierto cientos de veces, no he conseguido aún sentirme satisfecho con mi interpretación. Penetrar en la atmósfera de una obra puede ser cuestión de una vida entera. ¿Cuánto tiempo es necesario para profundizar en el Opus 111 de Beethoven? Yo aprendo una obra y la toco durante toda una temporada. Cada vez que salgo al escenario me adentro más y más en ella. Es como un gran barco que va recalando en sucesivos puertos a lo largo de la travesía. Para grabar esa obra necesito haber pisado antes todos esos puertos. Por eso no entiendo cómo hay pianistas o directores que graban un repertorio antes del concierto. Me han contado que Karajan lo hacía. Primero grababa y después montaba una gira con esas obras. Cierto que así vendes muchos discos, pero no hay profundidad ninguna en lo que has hecho. No me interesa. Hay un aspecto por el que siento especial curiosidad: ¿cómo estudia? ¿Lleva al escenario todo lo que estudia o hay cosas que se quedan en casa? Para mí estudiar no significa aprender notas. En eso soy muy rápido. Puedo aprender una obra en cinco o seis días. Sin embargo, eso es sólo el inicio; interpretar es un proceso mucho más largo. Le voy a dar un ejemplo muy claro: el Tercer Concierto de Rachmaninov lo aprendí entre el lunes y el sábado de una semana y, a continuación, lo toqué en público. Bien, pues incluso después Me gusta tocar obras para mí que, de momento, no he tocado nunca en público. Por ejemplo, toco todas las Sonatas de Schubert de las que tan sólo tengo cuatro o cinco en repertorio, o los Preludios de Debussy. instancia, en la falacia. Hoy, que todo está tan internacionalizado, es difícil encontrar esas marcas de identidad. Cuando ves centros, por ejemplo en Estados Unidos, donde profesores rusos dan clase a estudiantes coreanos, ¿se puede hablar entonces de una “escuela americana”? En Alemania, por citar otro caso, hay más profesores rusos que alemanes. Glenn Gould no necesitó ser alemán para tocar maravillosamente a Bach, o Walter Gieseking para tocar música francesa. ¿Y una técnica pianística rusa? Hablemos acerca de su repertorio… Cada temporada elijo un repertorio nuevo pero no es fácil. Tengo tantos intereses y tantos gustos que me resulta 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 141 ENCUENTROS ARCADI VOLODOS ras distintas. Para mí, lo más difícil luego es escoger entre todas ellas. Hay gente para quien usted es un pianista solamente virtuoso. ¿Le interesa cambiar esa imagen? difícil escoger. Le doy mucho valor a no mezclar compositores que no resulten afines por época. Por ejemplo, nunca podría poner en la misma parte de un recital a Scriabin con Mozart. Trato de confeccionar programas que, en conjunto, tengan un desarrollo dramático unitario. En marzo, por ejemplo, grabé en Viena un disco que recogía esa visión, con obras de Scriabin, Ravel, Schumann y Liszt. Lanzarse a grabar implica una gran responsabilidad. No es como hace cincuenta u ochenta años. Hoy, uno puede tocar lo que quiera en su casa pero, cuando se sale al público con sentido de la responsabilidad, debes tener algo propio que decir. Antes era fácil poder grabar integrales de este o aquel compositor; sin embargo hoy, hay tantas grabaciones de cualquier cosa que aportar una nueva versión es sólo aceptable si realmente añades algo nuevo. Intuyo que no le gusta grabar en estudio… Depende. Registrar un concierto es dejar un documento. Puedes tener días mejores y días peores, pero hay siempre un componente de espontaneidad que no tiene la grabación. En estudio puedes grabar diez veces lo mismo y después elegir, o incluso combinar. Lo que no me gusta es repetir fragmentos aislados. Prefiero tocar las obras completamente. Creo que en la edición de fragmentos se pierde mucha naturalidad, así que toco la obra de principio a fin varias veces e, incluso, de mane- Horowitz”… Sí, creo que ellos de alguna manera pretendían encauzar una figura en esa línea. En aquellos años trabajé con quien fuera su productor, Thomas Frost, y yo era realmente muy joven, apenas un estudiante al que le decían haz esto o aquello. Era mi primer trabajo, téngalo también en cuenta. En ese primer disco de transcripciones había varias referencias a Horowitz y, por tanto, resulta inevitable la comparación. He de reconocer que le admiro profundamente pero, si quiere saber la verdad, hay muchos pianistas que siento más cercanos que él: Schnabel, Cortot, Rachmaninov, Sofronitski… El concepto que se tiene de un pianista se debe tanto a su trabajo como al marketing con el que llega al público. Parte de la culpa de esa imagen que menciona se debe a toda la publicidad de mi primer disco de transcripciones. El pianista puede afrontar repertorios completamente distintos y no por ello deja de ser él mismo. Parece haber una necesidad de clasificar al músico en campos que son absolutamente falaces. Mucha gente cree que si tocas Sonatas de Schubert eres un gran artista, pero si tocas los Estudios transcendentales de Liszt eres sólo un virtuoso. Mentira. Eres el mismo, haciendo cosas, simplemente, distintas. Tu repertorio no te representa, o no debería. ¿Liszt es un compositor solamente virtuoso? ¡Qué estupidez! No me cabe en la cabeza que todavía haya quien piense así. Incluso en las Rapsodias húngaras, que se tienen por obras de exhibición, puedes encontrar partes de sufrimiento, de tensión, de increíble tristeza húngara… Si alguien ve en ellas sólo velocidad es fruto de su poca capacidad de profundización y de su pobreza interior. No lo sé. Sólo recuerdo aquel debut rodeado de muchos problemas. Tuve muchas discusiones respecto al programa. En ese momento yo ya era un poco más consciente del repertorio que me interesaba. Quise tocar Scriabin y Rachmaninov pero aquello no parecía conveniente. Aducían razones tan peregrinas como que el público no iba a entenderlo o que había demasiadas obras en tonalidades de modo menor. Después de mucho pelear conseguí poder tocar un programa que, al menos, no era de los que llamaríamos “para gran público”. La época de las paráfrasis y los arreglos, ¿ha pasado ya a la historia? ¿Nota diferencias entre las audiencias de distintos lugares? No. A mí me gustan porque te dan libertad. Hay transcripciones que tratan de seguir al pie de la letra la idea original del compositor y otras que, por el contrario, suponen una variación muy importante de ese material. Coges un tema y juegas con él. Permiten fantasía y creatividad, y yo le doy mucho valor a eso. Claro, y no sé por qué hay quien habla de esas diferencias cuando ve su reacción tras una actuación. Donde realmente se ve el tipo de público que tienes es durante la actuación, no después de ella. En el silencio es donde puedes entrar en contacto con quien te escucha. En los gritos y los bravos no hay más que un trámite previsible. Le digo más: gritar después de una sonata de Schubert o de Liszt, es algo horriblemente vulgar. Hay muchas obras que no necesitan aplausos. Su mejor ovación sería el silencio. Parece que a usted no se le perdona el hacer con piezas clásicas lo mismo que se espera que un pianista de jazz haga con un standard… Hago paráfrasis como divertimento. No se puede pensar que estoy tratando de imitar al compositor. En absoluto. Lo que hago es tomar una idea musical y divertirme. ¿Qué hay de malo en ello? Por ejemplo, se ha criticado mucho mi paráfrasis sobre el Rondó alla turca de Mozart. No es más que una diversión juvenil. No intento acercarme al estilo de Mozart ni por asomo. Tan sólo jugar con polifonías, cambiar un poco las armonías… Es una de mis primeras paráfrasis. Además, es realmente muy cómoda de tocar. Lo digo porque hay muchos pianistas que la tocan como muestra de virtuosismo. No es para tanto… Llegados a este terreno no puedo dejar de mencionar a Vladimir Horowitz. ¿Sony quiso encontrar en usted el recambio del mito? [Sonriendo con sorna] “El nuevo Debutar en el Carnegie Hall, ¿sigue teniendo el mismo valor simbólico que antaño? Y, hablando de diferencias, ¿qué grado de importancia concede al tipo de piano en el que ha de tocar? Eso es algo muy interesante, en lo que casi nunca se repara. Vengo notando un aumento de la capacidad dinámica de los pianos desde hace algunos años. Tengo idea de que Steinway, a partir de 2009, ha aumentado el tamaño de los macillos, consiguiendo un sonido más ancho, más potente. Esto puede ser magnífico para cierto repertorio con orquesta, pero fatal para la música de cámara. Puede llegar un momento en el que tengamos problemas en ese sentido. También se notan diferencias entre los pianos europeos y americanos. Incluso dentro de Steinway, entre los de Hamburgo y los de Estados Unidos. Los americanos siempre fueron más poten- 141 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 142 ENCUENTROS ARCADI VOLODOS Casi nunca. Generalmente no tengo tiempo para ello. Como espectador, además, también tengo mis manías: me molestan mucho las toses o los perfumes intensos. Tampoco considero que estar sentado sea la posición más natural para escuchar música; prefiero de pie o tumbado. tengo proyectos definidos aún. Lo que sí tengo claro es la manera en la que no quiero tener que vivir. De verdad, acabé tan harto de viajar constantemente, de un lado para otro… La gente no se imagina la soledad que se siente cuando has terminado el concierto, después de los aplausos y las flores, y te quedas en tu habitación del hotel, solo, entre cuatro paredes. El mundo se te viene encima. Es una profesión muy desgraciada, se lo aseguro. Sé que muchos colegas coinciden conmigo en esta opinión. Por suerte, ahora tengo la posibilidad de decidir a qué tipo de sitios no quiero volver. Además, desde hace ocho años, me acompaña siempre mi esposa, y eso es algo que hace que todo sea muy distinto. Supongo que no me daría nombres que puedan parecerle interesantes… Usted parece añorar la tranquilidad. No parece persona nerviosa… Es que no sería justo, porque apenas escucho a otros. Lo que sí puedo es hablarle de algún pianista que me haya impactado. Por ejemplo, hace años, cuando era estudiante en París, asistí a un concierto de Radu Lupu tocando a Mozart. No olvidaré nunca la impresión tan honda que me causó. También recuerdo unas Variaciones Diabelli por Alexandre Rabinovich inolvidables. No nervios en ese sentido, pero sí siento mucho el estrés que provoca la responsabilidad. Hace pocos meses, por ejemplo, debía tocar en una ciudad muy importante un programa para el que sólo tuve una semana de preparación. Nunca había tocado esas obras y ver acercarse el día del concierto sin poder sentarme frente al piano con ellas me producía auténtica desazón. tes pero, muchas veces, sonaban como una cacerola. Tocar a Schubert o a Ravel, por citar dos ejemplos, en esas condiciones puede ser terrible. ¿Pide algún tipo de afinación especial? No me gusta que chillen mucho. Prefiero una preparación —entonación, creo que dicen ustedes— que responda de manera matizada, sin demasiado brillo. ¿Acude a escuchar recitales o conciertos de otros colegas? La dirección, que fue su objetivo musical inicial, ¿quedó para usted como algo del pasado? Por el momento no me interesa. La dirección de orquesta es un trabajo para el que se necesita mucho poder. Cuando tocas un instrumento, la respuesta es inmediata, obtienes el resultado que quieres. Sin embargo, con una orquesta el resultado no está: hay que sacarlo, construirlo con muchas horas de trabajo, de un trabajo pesado. Y para eso hay que tener poder sobre los músicos, y eso no me gusta. Detesto el poder sobre las personas. ¿Ha sentido sobre usted ese poder de la batuta? No, nunca. Yo creo que cuando se acompaña a un solista, el director debe estar completamente a su servicio. Los buenos directores son siempre como esclavos para un solista, en el sentido figurado, entiéndame. Cuando he tocado y grabado con grandes directores jamás han mostrado objeciones a mi punto de vista. Si yo he de dirigir acompañando a un solista, tengo que tener claro que mi papel debe ser ése. Ya que nos hemos metido, en cierta forma, en posibilidades de futuro, ¿qué novedades nos depara el Volodos de los próximos años? 142 En el terreno del repertorio, no tengo planes concretos. Hay grabaciones que me gustaría hacer, pero no ¿Está diciéndome que en una semana puede preparar un programa? ¿Partiendo de cero? Sí, así es. Pero no es ningún mérito. Cuénteme el truco… Lo primero que hago es ver la estructura de la obra a vista de pájaro, toda por completo. Si no ves ese esqueleto de la pieza antes de empezar, y vas tocando página por página, el resultado es un desastre porque puedes eternizarte y perderte sin llegar a saber dónde estás. Después de esa panorámica, la obra ya está en la cabeza, ya la comprendo, podríamos decir. Esa es la parte más importante para mí. Me tranquiliza sentir que ya tengo la pieza aquí [golpeándose con el dedo índice sobre la sien]. Toco la pieza durante un rato, veinte minutos tal vez, y lo dejo. Me voy a hacer otra cosa. A pasear, por ejemplo. Durante ese tiempo de descanso la obra está trabajando en mi cabeza. Luego regreso y toco ya, casi de memoria. Dominar una obra es como hablar un idioma. Si no puedes improvisar, recrear, sobre la pieza es que no hablas esa lengua. Si sólo puedes tocarla, tal cual, es como si hubieses aprendido una poesía en japonés y no puedes más que repetirla: evidentemente, no hablas japonés; no puedes preguntar y responder, expresarte. Lo mismo ocurre con un Preludio de Rachmaninov, por ejemplo. Si tú puedes hablar su idioma, comprender por qué escribió eso así o, en un determi- nado punto, cambiarlo y hacerlo de otra manera improvisando sobre ello, entonces puedes decir que dominas esa pieza. Si el pianista no puede hacer esto, es que aprendió las notas como un papagayo que sólo es capaz de recitar en japonés. Le confieso mi asombro. ¿Hay algo que le haya asombrado a usted durante un concierto, por ejemplo? [Riendo] Creo que lo que más me ha sorprendido fue la reacción del público tras un recital en China, hace cuatro años. Tras el programa toqué varias propinas y ellos seguían el ritmo de las piezas dando palmas. Apenas si podía escuchar el sonido del propio piano. No sabía qué hacer, ¡imagínese! La verdad es que, después, me reí mucho recordándolo. En otro plan, recuerdo con muchísimo cariño un recital en Barcelona, en el Palau, donde me sentí tan a gusto con el público, que no quería que aquello terminara. Toqué doce o trece propinas. Hubiese estado tocando toda la noche. Al terminar, la gente se acercaba al escenario agradeciéndome todo aquello. Nos despedíamos en persona… Fue inolvidable. Dígame un par de cosas muy difíciles de hacer en un piano y que suelan pasar inadvertidas para el público. Pues, sin ir más lejos, el trasfondo filosófico de algunas obras. Es muy difícil para el pianista poder reflejarlo y, tristemente, suele pasar inadvertido. Obras que están cargadas de mística, como las últimas Sonatas de Scriabin, con tanta filosofía, tanta poesía, que parece música que no fuese de este mundo. Muchas veces las tocas y ves que aquello no se capta. En fin, piensas, para qué… Otro de esos detalles sobre los que me pregunta se da cuando tocas obras de compositores no pianistas, como Chaikovski o Brahms. En ese caso, la escritura puede ser infinitamente más difícil que la de un compositor-pianista. Rachmaninov, Chopin, Liszt, pueden escribir pasajes muy complejos pero, a la vez, cómodos para la mano. Sin embargo, los primeros, encierran pasajes-trampa que no son idiomáticos para el piano, y resultan muy peligrosos. De no haber sido pianista, ¿qué le gustaría haber sido? Cualquier cosa dentro de la música. Ser pianista es una profesión, pero ser músico es un estilo de vida. La música se convierte en algo que te rodea completamente, como si fuese una especie de religión. Músicos somos todos, independientemente de que seas concertista, profesor, crítico… Para mí es eso, una religión. Juan García-Rico 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 143 244-Pliego final:Pliego final 24/07/09 17:25 Página 144 ANIVERSARIO LAS SORDAS VANGUARDIAS El centenario del primer manifiesto futurista nos ha llevado a una curiosa conclusión: nuestro presente no es el futuro de los futuristas. Sus ídolos —el Ford a 80 km p/h, un gasómetro, un trasatlántico prontamente hundido, un avión planeador— ya tienen sus lugares en los museos y fueron los museos, justamente, los objetos privilegiados de la destrucción futurista. Había que demoler Venecia, rellenar con escombros sus canales, construir allí carreteras para los Isotta-Fraschini y sustituir la Venus de Milo por el obelisco de Buenos Aires. E 144 l tiempo ha mostrado que no se puede saltar sobre la historia y vaciar las fechas para empezar de nuevo desde cero porque así, más que cimentar el futuro, se regresa a los mitos del origen. Los futuristas marcharon a la guerra del 14 en un batallón de bicicletas, se adhirieron al fascismo y su caudillo Marinetti acabó presidiendo la Academia Italiana. Mussolini no atacó a las vanguardias por degeneradas, judaicas y cosmopolitas (Hitler) o decadentes, pequeñoburguesas y formalistas (Stalin). Adoptó su racionalismo monumentalista en la arquitectura y dio a sus pintores amplios espacios para sus murales. Y los vanguardistas, en lugar de arremeter contra el Duce, que proyectaba restaurar el Imperio de Roma, levantaron ante él su brazo derecho. Un saludo más estético, más nacional y más higiénico que dar la mano. Con todo, el futurismo inventó lo que podríamos llamar estrategia de las vanguardias. Dio a éstas una organización disciplinada y jerárquica, exaltó el manifiesto sobre la obra puntual hasta convertirlo en todo un género literario, trató de incorporar conscientemente las nuevas técnicas de producción a las artes tradicionales, cuestionó los lenguajes desde los propios lenguajes, proponiendo una autocrítica de los signos. Su ambición de regenerar radicalmente la historia las opuso a la modernidad, que es la maduración y actualización de los tiempos históricos (la orteguiana “altura de los tiempos”) y, por ello, no ha de confundirse innovación con vanguardia. La innovación es siempre algo presente y sostiene el proceso de la historia. La vanguardia desdeña la historia y se sitúa por delante del presente. Por eso es futurista. No moderniza porque es posmoderna o ultramoderna. En este sentido, estrictamente, sólo serían vanguardias el futurismo italiano, el ruso y el dadá fundado en Suiza durante la Primera Guerra Mundial. El surrealismo reivindicará antecedentes desde Dante Alighieri y, en ese sentido, privilegiará su elemento histórico. Si bien la conducta vanguardista es del siglo XX y cabe atribuirla a los futuristas, las categorías de futurismo y vanguardia ya se manejaron en la centuria anterior. Baudelaire, en Mi cora- sido normalmente indiferentes, despectivas o francamente fóbicas ante la música. Han dejado huellas perdurables en las letras y las artes visuales, incluidos el cine y la arquitectura, pero apenas nada en el mundo musical. Ha habido músicos de vanguardia pero no música en las vanguardias. Surrealismo sin música zón al desnudo, se manifiesta contrario al uso de la palabra avant-garde por pertenecer al vocabulario militar, incompatible con la vida pacífica del arte. En cuanto al futurismo, le parecía un absurdo lógico, pues el ser humano vive siempre en el presente y es moderno por fatalidad histórica. Sin embargo, la postura del artista como quien llega al futuro antes que el resto de los mortales, el artista como vate o profeta, está en la sustancia del wagnerismo, del cual Baudelaire fue un adalid francés. En efecto, Wagner propuso una obra de arte del porvenir, colocando al arte en el sitio que la religión y la política habían abandonado: la redención de la humanidad. Bueno, apenas eso. Cabe atribuir, entonces, al dios de Bayreuth, la paternidad del invento. Personalmente, su trayectoria anticipa lo que harán tantos vanguardistas del Novecientos: un joven libertario, perseguido por la policía de la Restauración y amigo del anarquista Bakunin, terminará siendo un partidario del imperialismo militar prusiano y un exaltador de la liturgia católica en Parsifal. Quien arremete contra todo acaba teniendo que refundar el tiempo en el desierto y su nihilismo se transforma en el autoritarismo del fundador y el orden nuevo. No deja de ser paradójico el hecho de que, siendo un músico el padre del vanguardismo, las vanguardias hayan El ejemplo extremo, aunque relativo, por lo antes dicho, es el surrealismo. André Breton, su jefe —que no fundó un batallón como Marinetti sino algo más: una iglesia en busca de un Papa— , consideraba la música una cuestión de esnobismo burgués y no distinguía autores ni tendencias, ni siquiera dos notas diversas. El surrealismo fue, sobre todo, visual, y consideró el sonido como una mera sensación apenas cuasiartística. Por eso Breton se divertía con las operetas de Offenbach, los estribillistas cabareteros como Dranem y el canto gregoriano, que más que música es una manera de plegaria. A sus fieles les prohibía ir a conciertos —Max Ernst y Masson lo hacían a escondidas—, y puso verde a Louis Aragon cuando lo sorprendió con unas partituras de Bach y a Robert Desnos por sus artículos sobre el jazz. Tal vez haya un vínculo entre esta agresividad fóbica bretoniana y la indiferencia de Freud —uno de los posibles, aunque fallido, Papas del surrealismo— por la música. La imposibilidad de atrapar el signo musical por medio de la palabra, su carácter vago y confuso, impregnado de elementos emotivos, lo volvían ajeno al psicoanálisis. Jacques Lacan, que sintetiza ambas tendencias, también mira y oye con reticencia a la música. Volvemos a la paradoja: la música es puesta en cuarentena por las vanguardias, que proclaman liberaciones y emancipaciones, justamente por ser más libre, semánticamente, que el lenguaje verbal, y por no ser visible y “nítida” como la pintura, la fotografía o el cine. El futurismo, organizador de la conducta vanguardista, también dio el ejemplo. Contó en sus filas con un solo músico, Francesco Balilla Pratella (18801955), autor de varios textos donde intentó fundar una doctrina musical 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 145 ANIVERSARIO SORDAS VANGUARDIAS futurista: Manifiesto de los músicos futuristas, Manifiesto técnico de la música futurista, Destrucción de la cuadratura. El primero de ellos, se dice, está en parte redactado por Marinetti, a quien Borges, otro sordo ilustre, adjetivó musicalmente de cacofónico. Es una crítica vitriólica a la música italiana de la época, chata y provinciana. Hay también defensas puntuales de los intervalos microtonales, la propia atonalidad, los ritmos irregulares y superpuestos, pero poco y nada de eso pasó a la música del doctrinario, aunque le cabe el título de antecesor del concretismo de Pierre Schaffer, pues ensayó registrar en discos los sonidos de la ciudad, atribuyendo valor artístico a los rugidos de los motores, las alarmas de los silbatos policiales, las campanas y el rumor de los zapatos y las voces de la multitud. Pratella transitó, tras la guerra, las huellas del nacionalismo regionalista promovido por el fascismo de la llamada “cultura popular”. En concreto, siguió las líneas del neoclasicismo pizzettiano, rescató y editó a compositores antiguos y fundó la etnofonía, disciplina cercana al folclore, que aplicó a su región romañola, la tierra de Mussolini. Sus obras han quedado como curiosidades aunque la crítica rescata su intento de sintetizar futurismo y nacionalismo en la ópera El aviador Dro (escrita entre 1911 y 1914, estrenada en 1920). Pound y la música Un caso singular y paradigmático, pues reúne en una persona al músico y al escritor, es el de Ezra Pound, otro anarquista transformado en fascista, tránsito que le costó cárcel y humillaciones tras la Segunda Guerra Mundial, por haber promovido la deserción en el ejército de su país. Norteamericano de avanzada, buscó en Europa la tierra favorable a la experimentación, como sus paisanos Henry James, T. S. Eliot y los novelistas de la “generación perdida”. Se afilió al imaginismo, poética basada en el ritmo del cual surgen los versos y también las melodías y armonías de la música. Luego se incorporó al vorticismo, creado por el pintor Wyndham Lewis en 1914, y que reconoce su cercanía con la pintura futurista (Boccioni, Severini) que intentó pintar el movimiento. Vórtex es, en efecto, un punto de irradiación energética donde confluyen el espacio estático del presente y el movimiento del tiempo, fragmentos intermitentes que se alinean en la sucesión de sus momentos. Pound los denomina ideogramas, acaso inspirándose en las por él amadas escrituras ideográficas de China y Japón, y trata de plasmarlos en la serie de sus Cantos. Su concepción de la música se sustenta asimismo en la horizontalidad de los ritmos imprevistos con lo cual, tras arrasar con toda la música pasada y presente, vuelve a la remota, idealizada y, por fin, inventada Edad Media de los trovadores. Así se advierte en su ópera El testamento de François Villon (1926). Pound tocaba un poco el piano, el clave y la flauta de pico, pero su preparación técnica no pasaba de la afición. Escribió textos doctrinarios sugestivos mas imprecisos en cuanto a nociones como bajo continuo y armonía. Su defensa de la horizontalidad va en contra de las auténticas innovaciones musicales coetáneas, el polirritmo stravinskiano o la disolución armónica atonalista, que trabajan, justamente, con la “verticalidad”. En cuanto a sus mencionados poemas, donde se labora con la ausencia temática, ¿son comparables a la falta de armonía tonal de Schoenberg y Webern? Los paralelos música/verbo son siempre conjeturales. Pound escribió crítica musical en The New Age de Londres y la italiana Il mare. El musicólogo Arnold Dolmetsch lo instruyó en cuanto a lo medieval pero su vínculo musical fuerte lo anudó con George Antheil en 1923. Americano de origen polaco y radicado en Europa, le inspiró su Tratado de armonía (1924). La obra más señera de Antheil es su Ballet mecánico, escrito para 16 pianolas y una orquesta, dispositivo impracticable, y que fue estrenada en 1926 en el proverbial teatro de Champs Élysées con cuatro pianos, percusión y un motor de aeroplano que aventó la sala, haciendo volar la peluca de un espectador. La pelotera fue gorda y, afortunadamente, la filmó de incógnito el director de cine Marcel L’Herbier. La podemos ver en su filme La inhumana, donde enmudecen Georgette Leblanc e Ivan Moujouskine. Quizás fue la seducción de ese arte flamante, el cine, lo que atrajo a estos vanguardistas como promesa de un ideograma que reuniera a todas las artes en un espacio-tiempo, con lo que volvemos a Wagner y a su obra de arte total. Así es que el operador Dudley Murphy, incitado por Pound, concibió un filme nunca realizado, con cuadros de Fernand Léger deformados de modo “vorticista” por el vortoscopio, invento de un tal Coburn. Antheil haría la música. En rigor, la cosa resultó mejor: Erik Satie escribió la partitura para el ballet Rélâche que valió de fondo sonoro al memorable corto de René Clair con fotografía de Man Ray Entreacto. Es la historia de un vertiginoso cortejo fúnebre, cuya carroza es tirada por un camello, y al cual va eliminando los personajes un mago dotado de una varilla igualmente mágica que los borra hasta que se borra a sí mismo. No hay tema, si se quiere, sino objetos fuera de contexto, lo cual apela a la surrealidad de los surrealistas y anticipa el pop de los años sesenta. Algo que se pudo hacer a partir del montaje cinematográfico, entonces con una máquina llamada moviola. Antheil, harto de agitaciones vanguardistas, abandonó Europa y se instaló en Hollywood, donde se ganó la vida componiendo bandas sonoras. En 1945 publicó unas memorias, El muchacho malo. Pound estaba en desgracia por su tremebundo fascismo y Antheil trató de desligarse de él. Consideró que los elogios escritos por el poeta eran exagerados y ridículos y que Pound, en verdad, lo que había hecho era usarlo para disparar contra sus enemigos, defendiendo una estética vieja y caduca: el cubismo. Quizás Antheil, a pesar del título de su libro, se había convertido, como dijo el compositor Virgil Thompson, en un “muchacho bueno”. La escena da que pensar acerca del destino histórico de las vanguardias, el lado despótico y autoritario de todo anarquismo y la imposibilidad de los artistas de salirse del tiempo, aunque el arte verdadero siempre logre escabullirse de su época y situarse en ese futuro inédito y vacuo al cual nos dirigimos inexorablemente. Blas Matamoro 145 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 146 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 147 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 148 EDU GC UA Í AC I Ó N UN PUENTE DIFÍCIL DE ATRAVESAR... P reguntado Zoltán Kodály sobre cuándo debería tener lugar el inicio de la experiencia musical en la vida de un niño, contestaba al respecto algo así como: “Tan pronto como sea posible, lo mejor, nueve meses antes de su nacimiento”. Es decir: la Música es una forma de expresión tan básica del ser humano que debería acompañarle durante toda su vida, pero el mejor modo de hacerlo sería introducirla en un “ambiente musical” dentro la familia. La preparación de los pequeños y la realidad de la enseñanza instrumental 148 Sabemos que no existe un “ambiente musical” en muchas familias medias en las que prima la televisión y una serie variada de actividades de ocio. Pero para suplir esta carencia existen en muchos lugares programas con el fin de acercar a los niños a la música. Con cuatro años pueden empezar las clases de Música y Movimiento en las Escuelas de Música, aunque algunas instituciones comienzan ya con niños de dos o tres años, a veces con bebés, incorporando a los padres a estas actividades. Se presupone que en estos cursos se trata a los niños de un modo adecuado, acorde con su edad, es decir, el desarrollo personal del niño está en el centro y no se piensa sólo desde un principio tan temprano en una posible carrera profesional. También presuponemos que no se considera el leer y el escribir notas como el único acceso a la música y como contenido de estas clases, sino que se ofrece a los niños la posibilidad de cantar, bailar y tocar con instrumentos senci- llos, que estimula la improvisación, la adquisición lúdica de experiencias auditivas propias y la experimentación con distintos materiales para generar sonidos. Afortunadamente, hay profesores de Música y Movimiento que reconocen la importancia de estas actividades, y hay también cada vez mayor número de profesores que amplían sus estudios en este campo en el que su formación académica no les ha preparado suficientemente. En este sentido, vemos que las condiciones que se dan para que nuestros niños se inicien en el mundo de la música no son malas para la adquisición de un medio de expresión artística que forme parte de sus vidas para siempre. Por regla general, los niños que han recibido estas clases de Música y Movimiento han disfrutado verdaderamente de ellas y muchos tienen una gran ilusión por aprender un instrumento. Pero es aquí precisamente donde empieza el problema: Muchos profesores de instrumento no están preparados para proporcionar a estos niños una iniciación instrumental apropiada, es decir, una continuidad en esta forma de preparación o iniciación. Para evitar malentendidos: no es posible aprender un instrumento sólo de modo lúdico tal y como los niños están acostumbrados en las clases de Música y Movimiento. Estudiar un instrumento requiere también empeño, perseverancia, dedicación y, a veces, no se puede evitar la frustración. Pero esta transición tiene que ser fluida, tiene que dejar tiempo a los niños y tiene que señalarles o mostrarles “que no parten de cero”, que pueden basarse en algo que ellos han experimentado y aprendido antes. Por suerte, hay profesores que “comprenden” a los niños gracias a una sensibilidad natural y actúan adecuadamente, o bien son profesores que han estudiado pedagogía del instrumento en el extranjero o han realizado algún curso de formación al respecto en países con tradición en este campo, ya que la pedagogía del instrumento en España aún no ha experimentado el desarrollo profundo que sería necesario para facilitar una iniciación instrumental de alta calidad, en todas partes y con igual desarrollo del aspecto musical y pedagógico en la formación del profesor. La estructura de la educación instrumental todavía está basada casi exclusivamente en la perspectiva profesional: los niños entran en un sistema de conservatorios, que prevé para todos como objetivo último el examen final en un Conservatorio Superior. Está claro que de todos los que entran en este sistema sólo un porcentaje mínimo culmina y completa los estudios superiores. Tendríamos que decir: ¡por suerte!, porque de no ser así, ¿qué haría España con todos estos músicos? Pero hablando en serio, si este examen fin de carrera en un Conservatorio Superior es el único objetivo definido, todos los alumnos que abandonan antes esta formación instrumental tienen que sentirse personas fracasadas , o, dicho de forma más suave, que “terminan”, o sea, abandonan —a falta de objetivos alternativos— sus carreras instrumentales con un sabor amargo. Hay que cuestionar también la enseñanza del instrumento en sí misma. Casi siempre se coloca el dominio técnico del instrumento en el centro, y se dedica la mayor parte del tiempo a la ejecución de una literatura que demuestra el nivel técnico instrumental del alumno. En este sentido, la pieza u obra siguiente siempre es más difícil que la anterior, y cuanto más rápidamente se superan las dificultades técnicas, cada vez mayores, , más reconocimiento reciben tanto alumno como profesor . Que el estudiante haya comprendido esa música o no, es asunto de menor interés. Improvisa- 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 149 GAUCÍ A EDUC IÓN ción, experimentación y un análisis profundo de la obra son actividades que muchas veces se marginan por razones de tiempo, aunque mediante éstas la personalidad del futuro músico podría madurar mejor. . El todo se completa con una asignatura que se enseña en muchos lugares de un modo totalmente formalista, Lenguaje musical. Esperamos que haya profesores que cumplan con los objetivos planteados en esta asignatura, pero la mala imagen que proyecta es alarmante. Parece evidente que se presenta con demasiada frecuencia como una enseñanza que entiende como objetivo general que los alumnos puedan recitar los nombres de las notas en un ritmo escrito, tan rápido como sea posible. El contexto musical, la melodía, no importa (aunque eso sería “leer” verdaderamente: la comprensión del texto). Por ello, se trata, planteada de esta manera, de una actividad completamente superflua, ya que un músico al tocar pasajes rápidos no piensa en los nombres de las notas, sino que transfiere la señal visual directamente a un movimiento, o sea, a una posición manual en su instrumento. Resumimos la situación de la iniciación instrumental que se ofrece a los niños en España: por un lado, hay un inicio lo más temprano posible, un principio que se funda en la curiosidad y en la experimentación lúdica; por otro, tenemos una enseñanza instrumental que se centra en la técnica del instrumento limitándose al estudio de una música escrita. Es fácil imaginarse la dificultad de los principiantes en el instrumento para transitar de la primera parte de su educación musical a la siguiente. De algún modo viene a nuestra mente la imagen de un puente que se construye desde ambas orillas de un río, pero los arcos no se encuentran bien situados en el medio como consecuencia de una construcción en la que uno de los lados no incluyó o pensó en el otro. Podemos tomar nota de esta situación y continuar como hasta ahora. Desgraciadamente se perderían muchos niños y jóvenes que tienen interés y talento para la música, pero justamente no consiguen dar el salto sobre esta “construcción de un puente tan difícil…”. Cambios que parecen inevitables Deberíamos reflexionar seriamente acerca de esta “discontinuidad” en la enseñanza instrumental y considerarlo como síntoma de una situación que necesita correcciones . Debería ser un asunto en el que tendrían que emplearse a fondo la Pedagogía musical y la política educativa. Hay tres asuntos que, a mi juicio, necesitan solución: 1.— Una reevaluación de la pedagogía instrumental acorde con nuestro tiempo. 2.— Una reestructuración de la teoría musical acompañada de un énfasis en la educación auditiva. 3. — La pregunta fundamental: ¿Qué función cubre la educación musical, y con ella la enseñanza instrumental, en la sociedad occidental actual? 1.— La búsqueda de talentos, es decir, la estimulación y ayuda sólo a los alumnos más talentosos, no puede ser el objetivo prioritario, o incluso, el único objetivo. Esta es sólo una de las tareas de la enseñanza instrumental. La competencia del profesor de instrumento no se demuestra por la gran cantidad de futuros músicos que “produce”, sino por su manera de enseñar, por su capacidad de adaptarse al perfil de cada alumno, por su aptitud al incluir conocimientos psicológicos de la teoría de enseñanza en su trabajo diario. De este modo, el profesor es capaz de proporcionar alternativas interesantes también a los alumnos que no intentan incorporarse o entrar en una carrera o itinerario profesional. Por supuesto, esta flexibilidad del profesor exige de una preparación didáctica y metodológica que no puede ofrecer un diploma exclusivamente artístico. El hecho de que alguien pueda considerar a un alumno que ha concluido sus estudios en un Conservatorio Profesional capacitado para enseñar en una Escuela de Música debería escandalizarnos. ¿Podríamos aceptar que un alumno que acaba de concluir sus estudios de Bachiller estuviera capacitado para impartir clases a alumnos de Educación Primaria? La pedagogía instrumental debería impartirse en los Conservatorios Superiores con un currículo y diploma propio. 2. El Lenguaje musical formal debería ser suprimido, o al menos modificado de modo que los conocimientos adquiridos se empleen para tocar el instrumento. ¿Cómo se puede explicar a alguien el hecho de que los alumnos aprendan a decir las notas de pasajes escritos en clave de do (de nuevo, sin captar el contexto musical) y sin el propósito de tocar un instrumento que usa esta clave?. Sería mejor ubicar la educación auditiva en el centro de la teoría musical poniendo el acento en el empleo de la voz para experimentar y aplicar su conocimiento teórico. 3. El papel de la enseñanza instrumental no es el mismo hoy que hace más de cien años cuando se originó este sistema de conservatorios. Probablemente una educación musical en la sociedad actual, incluyendo la enseñanza instrumental, es más importante que nunca. Por este motivo existen en muchos países Escuelas de Música públicas (municipales o regionales) que no sólo proveen de los futuros músicos profesionales1 del país, sino que también actúan como centros culturales con sus conjuntos musicales, orquestas y bandas. Estas estructuras están todavía demasiado poco desarrolladas en España. En resumen, debemos decir que hay aún pendientes algunas cuestiones básicas por afrontar en la Educación musical actual. La solución de estos asuntos supuestamente, exige un cambio de pensamiento de algunos profesores de instrumento. Si el profesor se ve a sí mismo como un sacerdote en el templo de la música, que dirige un grupo escogido hacia una carrera profesional y admirado por la población, no será suficiente en un futuro. Las Escuelas de Música y Conservatorios tienen que ser instituciones que apoyan y fomentan en la población un interés por la música. No olvidemos que esta actitud positiva de la ciudadanía hacia la música es de importancia vital también para los músicos profesionales. Si volvemos a nuestra imagen anterior del puente: ¿qué podemos hacer para que tanta gente como sea posible consiga atravesarlo? Wolfgang Hartmann 1 En Alemania y en Austria el 80% de los aspirantes de los Conservatorios Superiores provienen directamente de las Escuelas públicas de música. 149 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 150 JAZZ Janite Lafuente AN OU EL L AR AU BR D I AH ST A EM FE , LI Z S 150 atisfecho ya el prurito jazzístico de los festivales veraniegos, donde la mayoría de los programadores atiende más al artificio que al alma o al corazón, queda en nuestra memoria el paso del laudista tunecino Anoaur Brahem por el Imaxina Sons de Vigo. Ya desde estas mismas páginas se ha identificado a este certamen como la mayor contestación jazzística de este tiempo estival, gracias a su apuesta nacional y europea por las músicas de vanguardia. Así, no extraña que en sus cinco años de existencia se haya quedado solo en la defensa y difusión de los artistas y proyectos más audaces, sacándole los colores al resto de citas estivales que durante el pasado mes de julio inundaron de jazz nuestra geografía. Incluidos los festivales vascos de Getxo, Vitoria y San Sebastián, cuya hegemonía ha ido perdiendo enteros conforme han ido cumpliendo años. Tampoco sorprende, por tanto, que el laudista tunecino sólo ofreciera un recital a su paso por nuestro país, subrayando el marcado diseño de autor que sostiene al festival gallego, algo, por otra parte, que no puede ser de otra manera si se cuenta que el director artístico es el contrabajista Baldo Martínez, una de las grandes referencias de nuestro jazz más experimental. Anouar Brahem (Túnez, 1957) presentó los avales de una de sus últimas producciones discográficas, Le voyage de Sahar, registrado en el reputado sello alemán ECM (2006). Mediante este trabajo, el laudista consolida el singular trío que forma junto al pianista François Couturier y el acordeonista de JeanLouis Matinier, y que es continuación de esa otra combinación instrumental a tres bandas que es Le pas du chat noir (ECM, 2002). En ambos casos, el itinerario propuesto desempolva varios de los pasajes de la música tradicional árabe, aunque también reserve su rasgueo para agitar las entrañas de otras estéticas artísticas, principalmente europeas y mediterráneas. El resultado final nos emplaza ante uno de los discursos más hipnóticos y minimalistas de cuantos nos han visitado recientemente, gracias a la exposición constante de una belleza extraña y extrema. Así pues, Le voyage de Sahar se apoya en la maestría interpretativa de quien está considerado como una de las sensibilidades creativas más evolucionadas de la música árabe actual. El fraseo de su laúd es un permanente juego de versos armónicos embellecidos por el concurso del pianista Couturier y, sobre todo, el acordeonista Matinier, quien acaba reclamando igual papel protagonista en esta formulación de trío. Junto a ellos, Brahem muestra su querencia por la improvisación y el jazz, y alcanza dibujos redondos en esa búsqueda particular del sonido que sueña para la mencionada alineación de trío. “Se trata de uno de los mejores respaldos instrumentales para mis composiciones”, afirma el tunecino. “El laúd se acopla muy bien a la respiración del piano y el acordeón, en representación de las secciones rítmica y melódica, respectivamente. Y acaso esto suceda porque el laúd participa de ambas peculiaridades: conduce la melodía, pero también puede ser rítmico. No obstante, lo verdaderamente importante es que cuento con dos excelentes músicos que hacen que todo sea mucho más fácil”. Anouar Brahem ha sido osado en muchas de sus formulaciones, aunque ya tenía el mérito de haber situado al laúd como instrumento solista, cuando habitualmente comparece como herramienta de acompañamiento. Su actividad discográfica ha sido especialmente intensa durante los años noventa, siempre vinculada a la anteriormente mencionada compañía germana ECM, donde el tunecino es uno los líderes de su catálogo, junto al saxofonista Charles Lloyd y el pianista Keith Jarrett. Del mismo modo, a esta década corresponde sus composiciones para cine, participando en las bandas sonoras de pelícu- 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 151 JAZZ ANOUAR BRAHEM las como Asfour stah de Férid Boughedir (1990), Bezznes de Nouri Bouzid (1992) y Samt el qusur de Moufida Tlatli (1994). Incluso él mismo se colocó detrás de las cámaras para dirigir el documental Mots d’après la guerre (Palabras después de la guerra, 2007), protagonizado por artistas e intelectuales libaneses. Habitual de las programaciones jazzísticas, Brahem no deja de investigar y reflexionar sobre la espiritualidad y el perfeccionismo de la música árabe. “Esos rasgos ya no sirven tanto para definir la música actual, como para la que se elaboró durante la edad de oro de las artes y las ciencias árabes, que hoy son apenas un recuerdo en nuestra cultura. La actual música árabe está dominada sobre todo por un modelo de canción, que ha terminado convirtiéndose en un género fundamentalmente de variedades. Por fortuna, hubo entre principios del siglo XX y los años 50 un movimiento de renovación musical muy importante en Egipto, Libia y Túnez, del que hoy todavía vivimos algunos compositores”. En las elaboraciones musicales del laudista hay constantes puntos de confluencia con nuestro flamenco y el singular toque de Paco de Lucía. Las relaciones entre el flamenco y la música árabe son motivo de frecuentes especulaciones entre teóricos y músicos, pero, ¿puede Brahem sustraerse a esta idea? “¿Y cómo hacerlo, constatando la estrecha vinculación musical y modal que existe entre ambas expresiones? Me siento extraordinariamente próximo al flamenco, a su manera de sentir y de concebir unas ideas, que, ya en mi adolescencia, escuché en algunos discos tradicionales. Más tarde, llegó Paco de Lucía y orientó definitivamente mis esquemas, pero antes estuvieron mis inclinaciones hacia el universo gitano en general y hacia el del flamenco en particular”. Anouar Brahem es ante todo un creador del paisaje, un artista empeñado en poner banda sonora a una tierra, la árabe, que por momentos hoy parece muerta. Para ello el tunecino renueva los cimientos de esta gran arquitectura cultural, atendiendo a todos los flancos de su inspiración, que, como se ha dicho, van desde el jazz a la tradición sufí, pasando por la escuela laudística de Bagdad o los latidos mediterráneos y magrebíes. Su compromiso con la renovación de ese mundo árabe, hoy en entredicho, nos sitúa ante un artista especial de sensibilidad infrecuente, un músico erudito que lleva varios años haciendo delicados borradores para devolver todos los colores y perfiles de ese gran dibujo musical que tiene en su memoria, sí, pero al que también quiere darle un futuro. Y ofrecérselo al resto del planeta, porque sabe de la altura emocional y mística que guarda. Hoy Occidente y Oriente viven crispados, pero en la paradoja de su confrontación, surge el eco de un laúd invitando al entendimiento por la vía de la belleza. El eco de un creador con alma islámica y piel jazzística que apuntala la necesidad de una convivencia pacífica. Pablo Sanz ESTER ANDÚJAR: PROFETA EN SU TIERRA E ster Andújar (Valencia, 1976) se nos va. La joven cantante valenciana acaba de ser becada por el prestigioso Berklee Collage of Music de Boston para enriquecer y madurar las texturas vocales de su canción. La chica se marcha con sentimientos encontrados, ya que en este tiempo, en el que se ha consolidado como la mejor vocalista de nuestra escena, la industria jazzística española le ha dado la espalda. Por otro lado, el reto de abrirse camino en la cuna del jazz, Estados Unidos, no le aporta más que satisfacciones e ilusiones. Muy pocos artistas consiguen una beca total de esta gran institución académica del jazz, y ella ha sido una de las merecedoras. Hace tres años, tras ganar la medalla de plata en el VII Concurso de Solistas de Jazz de Mónaco y recibir el Premio del Jurado del certamen Shure Montreux Voice Jazz de manos de su presidenta, la soprano Barbara Hendricks, la joven vocalista ya se hizo con un buen lote de piropos a raíz de la presentación neoyorquina de su disco Celebrating Cole Porter (Omix Records), acompañada por amigos como el saxofonista Dave Schnitter o su paisano y mentor musical, el guitarrista Ximo Tébar. En este tiempo la chica ha firmado otros dos discos hermosos, Tristeza de amar, y el recién publicado Páginas preciosas, donde, en el primero libera algunos clásicos de la literatura de oro del jazz, y en el segundo da rienda suelta a su propio instinto compositor. Una vez más, esta última circunstancia nos emplaza ante una intérprete que es mucho más que cantante: es, sencillamente, músico, y músico eminentemente de jazz. A pesar de su juventud, la de Andújar es una voz que ya forma parte de la aristocracia de nuestro jazz vocal en femenino. Su técnica depurada y su capacidad expresiva contrastan con un riguroso conocimiento del lenguaje y un sorprendente dominio de la escena, como siempre han confesado algunos de sus primeros colaboradores: Jorge Pardo, Carles Benavent, Ramón Cardo o Ximo Tébar, entre otros. Ester Andújar se va y nos deja con algo de pena. Y lo que es más importante, nos deja huérfanos de una voz necesaria, que hubiera colocado a nuestro jazz vocal, si es que no lo ha hecho ya, en la delantera de esta expresión a nivel europeo. Se suele decir que nadie es profeta en su tierra, pero aquí la injusticia roza el delirio. Ahora, ante su marcha, nos queda el consuelo de que un día regresará a nosotros, aunque sea como profeta de tierras ajenas. Por último, y como contraprestación ante tan dolorosa noticia, confirmar que estos días el contrabajista Javier Colina y el armonicista Antonio Serrano por fin graban su esperado disco. El rumor de su colaboración discográfica venía siendo un grito en los últimos meses, pero carecía de calendario concreto. La buena nueva es que, tras meterse este mes en el estudio, el trabajo de estos dos gigantes de nuestro jazz llegará a las estanterías el próximo mes de noviembre. Pablo Sanz 151 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 152 LIBROS Una edición incompleta LA HISTORIA “MÚSICA” DE LA MÚSICA U 152 n problema fundamental de un libro sobre música es elegir el lector al que se dirige la obra. El público universitario, de cultura general, no suele tener los suficientes conocimientos técnicos sobre la materia como para poder entender los arcanos encerrados en una partitura; por su parte, los músicos prácticos, a quienes el monje Guido llamó “bestias” en el siglo XI, no suelen ser muy dados a la lectura. Felipe Pedrell observó, más recientemente, que en casa de muchos “obreros de la solfa” no se encontraba otro libro que no fuera el horario de trenes. Así pues, la difusión de un libro de música queda, por lo general, restringida a los círculos de los musicólogos o de los melómanos eruditos, reducidos y escasamente rentables. Afortunadamente para los editores, siempre pueden conseguir clientes “cautivos” en el sector de la enseñanza, editando libros de texto que sirvan para la enseñanza de ciertas materias. Tal es el caso de La historia de la música occidental de Donald Jay Grout (19021987). Desde que apareció en 1960, publicada por W. W. Norton en Nueva York, se ha convertido en el manual más difundido entre los estudiantes de música de todo el mundo. También es el más empleado desde hace años en nuestros conservatorios para enseñar la historia de la música, aunque aquí también goza de prestigio y difusión el Universo de la música, que escribió Mariano Pérez Gutiérrez pensando especialmente en sus alumnos. La prosa del profesor Grout es concisa, exacta, un poco seca. Su lectura no resulta muy amena; hay otras historias que están mejor escritas: por ejemplo la que firma Roland de Candé, editada en español por Aguilar en 1981, tres años después de su aparición en francés. Es un libro estupendo, agotado hace mucho y nunca reimpreso. ¿Cuáles son, entonces, las razones que explican el éxito del libro de Grout? En primer lugar, se trata un libro que habla de música, de cómo evolucionan el estilo, las formas o el lenguaje de la música en el transcurso de los siglos. Si bien el formalismo apareció en la segunda mitad del siglo XIX, su impacto en la historiografía musical, muy lastrada por la afición a las biografías de los compositores, ha tardado en sentirse y en ampliarse al “estilo”. Aún hoy podemos encontrar algu- nos libros y profesores inspirados que elucubran sobre cuestiones anecdóticas, eludiendo entrar en la materia que supuestamente pretenden explicar: la música. El acierto del profesor Grout, como también el de Roland de Candé más tarde, fue dar un enfoque “musical” a su historia, combinando la información especializada con otros datos contextuales, pero sin abusar de ellos, elaborando una excelente síntesis: rigurosa, equilibrada y pedagógica. Posteriormente, la editorial Norton ha sabido actualizar el libro de Grout con sucesivas ediciones, acertadamente revisadas y ampliadas. Lo que empezó siendo un modesto trabajo didáctico ha crecido hasta convertirse en un libro de referencia. Para la tercera edición, la editorial Norton encargó a Claude V. Palisca (1921-2001) que elaborara una antología histórica de ejemplos musicales, de partituras y grabaciones, como complemento ilustrativo del manual. Esa combinación fue excelente y tuvo un éxito inmediato, pues escuchar ejemplos sonoros es una experiencia fundamental, previa y necesaria para poder hablar de música. La antología de Palisca facilitó el acceso a un panorama sonoro completo, llenando los huecos que el repertorio de concierto no suele atender. Hubo un antes y un después de la aparición de ilustraciones en los libros de arte; la enseñanza de la historia del arte se revolucionó en su momento al incorporar ilustraciones y diapositivas. Del mismo modo, hay un antes y un después en la historia de la música con ejemplos sonoros. La idea de ejemplificar con música el libro de historia fue en su día una revolución que ayudó a que los estudiantes, además de escuchar discursos, pudieran escuchar durante las lecciones la música de la que se estaba hablando. Palisca también añadió unas breves y acertadas notas analíticas, que enlazan los ejemplos musicales con el texto y que sirven como guías de audición. En 2005 apareció la séptima edición que ahora edita Alianza en castellano, completamente revisada y actualizada por J. Peter Burkholder, que ha ampliado los contenidos con datos sobre el contexto social, histórico y biográfico, así como con cuadros e ilustraciones. También ha incluido apartados sobre la música española, aunque la atención a este capítulo sigue siendo injustamente deficitaria. No aparecen en J. PETER BURKHOLDER, DONALD J. GROUT, CLAUDE V. PALISCA: Historia de la música occidental. Madrid, Alianza Editorial, 2008. Séptima edición. 1272 págs. esta edición las guías correspondientes a las audiciones de Palisca, ni se hace mención a su antología. El formato del libro ha crecido de 918 a 1272 páginas; los dos tomos anteriores aparecen ahora en un único volumen, en tapa dura, pesado, poco manejable y caro para ser un libro de texto. Alianza Editorial ha omitido, como ya hizo en las anteriores ediciones, los materiales complementarios que han hecho de esta obra una referencia mundial: la antología histórica de la música occidental, las grabaciones correspondientes y la guía de estudio y audición, entre otros. La edición española aparece de nuevo sin estos complementos esenciales, sin la música, y se queda truncada, especialmente en su dimensión pedagógica. Hubiera sido un acierto publicar también en España la antología que, además de las partituras y grabaciones, incluye la traducción de los textos cantados. Gracias a su utilización en las aulas de los conservatorios y universidades, se ha convertido en el libro de historia de la música más vendido en España. Su mercado potencial, su interés y utilidad justificarían la publicación completa de todo el material que conforma el proyecto. Alianza Editorial ha perdido, de momento, la oportunidad de subsanar antiguas omisiones. Víctor Pliego de Andrés 244-Pliego final.film:Pliego final 28/07/09 16:06 Página 153 LIBROS UUna mirada global sobre Jesús Villa Rojo LA EXPRESIVIDAD COMO FIN E l libro que sobre la figura de Jesús Villa Rojo ha publicado el Instituto Complutense de Ciencias Musicales ha de ser recibido como una aprovechable aportación de la bibliografía española al panorama de nuestra música actual. La autora, Noelia Ordiz, lo plantea con un tono más cercano a una tesis “hinchada” que a una biografía al uso, no en vano Ordiz ya dedicó un estudio a este compositor e intérprete como parte de su labor de investigadora en la Universidad de Oviedo (Jesús Villa Rojo. Estudio crítico de su pensamiento estético y su obra). Ordiz opta por presentar los acontecimientos importantes de la carrera del músico de Brihuega en paralelo con los comentarios y análisis de su obra, con lo que obtenemos una mirada global de este significativo autor de la vanguardia española que ha de servir sin duda de fuente de indudable valor para futuras investigaciones en la música de Villa Rojo. La sencillez de escritura, por parte de Ordiz, y las referencias casi periodísticas de los eventos que tienen lugar en la vida del músico, hacen del libro un objeto de fácil lectura, incluso para los no familiarizados con las técnicas musicales tan novedosas que aquí se plantean, pues nunca el análisis toma caminos inescrutables. Es en las opiniones que la autora hace de Villa Rojo y su papel en el devenir de la moderna música española, sobre todo en el capítulo final del libro, donde la obra refleja más claramente ese tono de tesis, pues todo parece obedecer más a la necesidad de recapitular con un cierto énfasis las bondades de su figura que a un análisis más profundo, esto es, se obvia valorar la verdadera aportación del autor a la modernidad desde la misma musicalidad de su obra y la importancia real que esta pueda tener. En lugar de una crítica severa del auténtico alcance de esta música, en tantos aspectos especulativa y pensada en buena parte para ser tocada y disfrutada únicamente por los mismos instrumentistas para la que está compuesta, Ordiz refuerza un cierto carácter “trascendentalista” (el capítulo final del libro se titula “La trascendencia como objetivo”) y alinea a Villa Rojo entre los compositores que hacen de un sistema propio y, en este caso, del lenguaje gráfico, su razón de ser. De esta forma, Villa Rojo se situaría, según Ordiz, en NOELIA ORDIZ: Jesús Villa Rojo. La lógica del discurso. Madrid, Colección Música Hispana. Ediciones del ICCMU, 2008. 217 pgs. un plano similar al de Cruz de Castro y su “concretismo”, Acilu y los “potenciales”, Darias y su “sistema de cuartas”, Barce y el “sistema de niveles”, Murail y el “cálculo espacial” o la “concreción temporal” de Grisey. Con todo, el tiempo fue riguroso con Villa Rojo, quien hubo de aligerar su posición experimental y el régimen de autoreferencia al que están, de una forma u otra, ligadas todas esas posturas teóricas, para pasar de un “sonido puro”, abstracto, a un sonido que la propia Ordiz califica de “musical”, sin duda, advertido ya Villa Rojo de que la expresividad también era un fin necesario. Una partitura especialmente feliz es fruto de esos años, Canta, pájaro lejano, en clara alusión al mundo de Messiaen, y que Ordiz evoca en el capítulo “Transformación y desarrollo”. El homenaje a Messiaen no es único en la carrera del compositor castellano. A lo largo del libro se tiene la ocasión de conocer tanto las distintas influencias que compositores como Stravinsky o Bartok (Recordando a Bartok, de 1985) y el maestro Petrassi han ejercido en el músico, como la fuerte relación que tuviera con nombres de peso en la modernidad y es ahí donde el escrito de Ordiz más merece la pena, pues abundan las páginas en las que se nos desvela, por ejemplo, el trabajo con los intérpretes-músicos del colectivo de improvisación Nuova Consonanza. Fru- to de esa interrelación entre el compositor y el trabajo con los intérpretes nació el que fuera el ensemble por excelencia de Villa Rojo, el LIM. Se concreta así una de las constantes de la modernidad, cual es la ventaja de disponer de un grupo cercano y conocedor de la obra propia para tocarla y difundirla. Es esta una característica que se da en la música contemporánea casi al alimón en muy distintos puntos geográficos y que sólo aparece una vez que se han consolidado los rasgos fundacionales de la vanguardia y se busca, ya en un momento de bonanza económica (años sesenta y setenta), una salida a la forma cerrada por medio de la improvisación y el virtuosismo instrumental. La aportación de Villa Rojo a este campo instrumental queda ampliamente tratada en las páginas que recogen los trabajos sobre el clarinete y sus posibilidades. En el capítulo “Especulación e investigación” se recogen con fino análisis tanto la parte didáctica como la compositiva que tiene en la obra de Villa Rojo al clarinete como instrumento faro. Una detallada presentación del catálogo de obras de Villa Rojo, que llegan hasta el mismo 2008, una amplia bibliografía y una concisa discografía, además del índice onomástico, completan el volumen. Francisco Ramos 153 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 154 LIBROS Una visión abarcadora de la cultura y la música PLANTEAMIENTO TOTALIZADOR E 154 s sabido que Tomás Marco (Madrid, 1942), además de un excelente y personalísimo compositor, es un hombre de gran cultura. Una cultura de muy amplios saberes humanísticos que le ha llevado también a interesarse por numerosos aspectos de la ciencia, entre los cuales más de uno ha encontrado reflejo en su propia obra creadora. Bastaría repasar los títulos del catálogo de la producción de Marco para hacerse una idea de cuán extenso es el mundo que lo impulsa o lo suscita. Por otra parte, estamos ante un artista implicado desde su juventud en la vanguardia, pero siempre sin renunciar a las válidas consecuciones del pasado y dispuesto, a la hora de crear, a tenerlas en cuenta como elemento de una tradición que necesita ser actualizada. Tomás Marco es además ensayista, crítico musical e historiador de nuestra música. Así lo demuestran sus libros Música española de vanguardia (Madrid, 1970), Historia de la música española, siglo XX (Madrid, 1989), Historia general de la música. El siglo XX (Madrid, 1978), o sus biografías de Luis de Pablo (1971), de Cristóbal Halffter (1972) y de Carmelo A. Bernaola (1976) y Pensamiento musical del siglo XX. Ahora publica esta gigantesca Historia cultural de la música ciertamente extraordinaria por cuanto podría ser titulada Historia universal de la cultura, entendida esta, según quiere el autor, como unión de sus vertientes artísticas y científica. Para Tomás Marco, la música, al igual que la pintura, la filosofía, la historia o cualquier otra disciplina intelectual o artística, no se desarrolla aisladamente sino relacionada con el entorno cultural y social donde tiene lugar. Su libro, cuyo texto supera las mil páginas, de tamaño intermedio entre el volumen grande y el de bolsillo (22 cm de alto por 15 de ancho), al referirse muy preferentemente a la historia de la música occidental, se inclina también, en sus “digresiones” (sobre la ciencia —geografía, botánica, medicina, física, química, matemáticas, geometría, arqueología, etc.—, la filosofía, la literatura —teatro, novela, poesía—, la arquitectura, la escultura, la pintura, la historia —aspecto importantísimo del libro—) hacia lo europeo y americano. Pero eso no significa que margine a culturas orientales, al mundo ára- TOMÁS MARCO: Historia Cultural de la Música. Madrid, Ediciones Autor, 2008. 1158 págs. be o al africano, cuando su música culta se ha manifestado a buen nivel a partir del siglo XX, o bien su historia y aportaciones, en algún sentido lo merecen. Es verdaderamente imposible repasar, tras una primera y rápida lectura, la enorme dimensión cultural de este libro, pues Marco, cual Menéndez Pelayo moderno, quiere ser totalizador en sus planteamientos y no ceñirse a los países que habitualmente monopolizan estas cuestiones. Así podemos encontrar datos suficientes de la música en Bolivia, Paraguay o Corea, y del cine iraní o del hindú, en este caso porque se dan personalidades tan relevantes como Abbas Kiorastami o Satyajit Ray, este último autor de una bellísima película, Salón de música, muy apropiada al objeto del libro. No faltan ni siquiera referencias a la música llamada ligera, o ahora pop, más próxima a eso definido por Marco así: “estadio musical anterior o diferente de la música como arte”, que a obras muy elevadas o complejas, del tipo de la Pasión según san Mateo, Parsifal o La consagración de la primavera. Historia cultural de la música es un libro colosal, omnicomprensivo, donde junto a una resumida trayectoria política del mundo encontramos una historia exhaustiva de la música y el resto de las artes y de la ciencia. España tiene un lugar muy presente en el libro, hasta el punto de que, en lo referente a la música, no creemos pueda hallarse nada más completo y certero en sus apreciaciones. Era de todos modos imposible no encontrar alguna laguna o error en trabajo tan inmenso y total. Por ejemplo, San Ignacio de Loyola se llamó Íñigo López Loyola. Uno de sus hermanos se llamó Juan Pérez de Loyola y otro Martín García de Oñaz, pero el apellido Onza no aparece para nada entre sus ascendientes. El Cancionero de Uppsala y el Cancionero del duque de Calabria son la misma cosa y de ambas maneras puede ser llamado; la Missa pro victoria no surge de la batalla de San Quintín, sino de la de Lepanto. El año de San Quintín, su autor, Tomás Luis de Victoria, contaba, como bien sabe Marco, con sólo ocho años de edad; el Teatro Olímpico, obra de Andrea Palladio, no está en Verona sino en la cercana ciudad de Vicenza. Scamozzi realizó otro Teatro Olímpico en Sabbionetta, no lejos de Mantua, encargo de Vespasiano Gonzaga, capitán del rey Felipe II, del que el museo de Como guarda un excelente retrato, obra de Antonio Moro. Son pequeños lapsus, o despistes, normales en un producto tan denso, en el que se puede asegurar que “son” todos los que están. En todo caso puede reprocharse a Tomás Marco alguna omisión también lógica por lo mismo, como es el caso para España de músicos como Bartolomé Escobedo, José Marín, Urbán de Vargas, Domingo Terradellas, Mariano Rodríguez de Ledesma o Luis de los Cobos, por citar compositores de peso en diferentes momentos de la historia. Pero insisto, son insignificantes máculas que él mismo se encargará de rectificar en una próxima edición, que debería llegar pronto si este libro se declarase obligatorio en todos los centros de enseñanza de nuestro país. La prosa de Tomás Marco, siempre clara y escueta, a veces teñida de coloquialismos que se aproximan a la limpia y castiza de Galdós, se presta a ser leída y bien entendida por cualquier persona medianamente culta. Se puede comprender incluso en las más enrevesadas explicaciones de teorías filosóficas o avances científicos. Confieso haber disfrutado mucho leyendo estas páginas. Marco se muestra sumamente objetivo, sin esas filias y fobias que tan enfadosas resultan en libros de este tipo (por supuesto, casi siempre centrados en una sola materia y no como este). Sin embargo, no deja Marco de hacer valoraciones de infinidad de artistas, políticos, científicos, etc. siempre ponderadas y, en nuestra humilde opinión, plenas de acierto. Andrés Ruiz Tarazona 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 155 MUSICALIA SCHERZO De próxima aparición: Novedad: CHOPIN RAVEL Vladimir Jankelevich Raíces de futuro Justo Romero Este riguroso libro es la primera obra dedicada al genial compositor francopolaco tras el clásico estudio del musicólogo español Jesús Bal y Gay. Justo Romero, con erudición y soltura, aporta una visión diferente y nos demuestra que cada época añade nuevos atributos a los clásicos. GUSTAV MAHLER José Luis Pérez de Arteaga Títulos anteriormente publicados en esta colección: POR QUÉ BEETHOVEN TIRÓ EL ESTOFADO. Y muchas más historias acerca de las vidas de grandes compositores. Steven Isserlis Con un tono humorístico y en apariencia despreocupado, Isserlis nos introduce en el mundo mágico y fascinante de seis autores. BACH. LA CANTATA DEL CAFÉ. La seducción de lo prohibido. Domingo del Campo Acompañándola de una extensísima discografía, Pérez de Arteaga ha escrito una rigurosa y erudita biografía. Domingo del Campo, experto en el mundo bachiano, nos transmite en este libro una imagen rica y plural de la obra de Bach. EL VELO DEL ORDEN Conversaciones con Martin Meyer. E L FUROR DEL PRETE ROSSO. La música instrumental Alfred Brendel de Antonio Vivaldi. Pablo Queipo de Llano Un libro revelador para los que les interese entrar en los aspectos técnicos y emocionales de la interpretación musical. Un estudio de la obra instrumental de Vivaldi, la parcela más revolucionaria y emblemática de su producción. J. S. BACH CANCIONES DE VIAJE CON QUINTAS BOHEMIAS. Una estructura del dolor. Josep Soler Noticias biográficas. Una reflexión sobre el sentido último de la obra del genial compositor alemán. Un acercamiento musical, existencial y metafísico. Un apasionado y fascinante recorrido en el tiempo, con episodios de su vida y claves de gran parte de su producción artística. Hans Werner Henze 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:27 Página 156 GUÍA LA GUÍA DE SCHERZO NACIONAL CÓRDOBA MADRID ALICANTE XXV FESTIVAL DE MÚSICA DE ALICANTE CDMC.MCU.ES 18-IX: Grup Instrumental de València. Joan Cerveró. Cañizares, guitarra flamenca. Hurel, Sotelo, Mendoza, Posadas. 19: musikFabrik. Anu Tali. Rihm, Sotelo, Lanza, Francesconi. 20: Cuarteto Kronos. Dessner, Naraysn, Gordon. 21: Sinha, Kailash (obra radiofónica). — Ensemble Espai Sonor. Esteban Algora, acordeón. Cattaneo, Posadsa, Megías. 22: Cuarteto de Clarinetes Atempo. Casanova, Marco, Brotons. — Calíope. Iges. 23: Sodomka, Intimate space (obra radiofónica). — Cuarteto Diotima. Hosokawa, Sotelo, Pintscher, Berg. 24: Carmen Martínez, piano. Manchado. — Cuarteto Aron. Joan Enric Lluna, clarinete. Olavide, Torres, MacMillan, Carter. 25: Carles Santos. Grup Instrumental BCN 216. Teatre Lliure. Piturrino fa de músic. BARCELONA 16-IX: Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña [www.obc.es]. Cristóbal Soler. Stravinski, Charles, Britten. (Auditori [www.auditori.com]). 26,27: Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña. Christian Zacharias. Moliner, Sabatel, Tomé, Álvarez. Mozart, El rapto en el serrallo (versión de concierto). (Auditori). MADRID 5-IX: Orquesta Nacional de España. Joep Pons. Noche de boleros. (Auditorio Nacional [www.auditorionacional.mcu.es]). 12: ONE. Josep Pons. Coros y oberturas de óperas (A.N.). ORCAM www.orcam.org Lunes 21 de septiembre de 2009 19,30 h. Sala Sinfónica. Auditorio Nacional ORQUESTA Y CORO DE LA COMUNIDAD DE MADRID Jordi Casas, director del coro Isaac Karabtchevsky, director A. Dvorak Stabat Mater 156 ORQUESTA DE CÓRDOBA TEATRO REAL www.orquestadecordoba.org Teléfono: 957 491 767 Información: 91/516 06 60. Venta Telefónica: 902 24 48 48. Venta en Internet: www.teatro-real.com Temporada de Conciertos 2009-10 Ciclo de conciertos en la provincia de Córdoba Día 11 de septiembre – 09 CASTRO DEL RÍO Egmont, obertura L. v. Beethoven Concierto para marimba y orquesta nº 2 N. Rosauro Cristina Llorens Esteve, marimba Sinfonía nº 4 L. v. Beethoven Orquesta de Córdoba Director: Leonardo Martínez Cayuelas Día 12 de septiembre - 09 VILLAVICIOSA Egmont, obertura L. v. Beethoven Concierto para trompa y orquesta R. Strauss Antonio Mompó Gil, trompa Sinfonía nº 4 L. v. Beethoven Orquesta de Córdoba Director: Leonardo Martínez Cayuelas Día 18 de septiembre - 09 HINOJOSA DEL DUQUE Egmont, obertura L. v. Beethoven Concierto para trompeta y orquesta J. K. Neruda Arturo García Espinós, trompeta Sinfonía nº 4 J. Brahms Orquesta de Córdoba Director: Manuel Hernández Silva Día 19 de septiembre - 09 VILLA DEL RÍO Egmont, obertura L. v. Beethoven Concierto para trompa y orquesta nº 3 W. A. Mozart Francisco Fermín Galduf Cervera, trompa Sinfonía nº 4 J. Brahms Orquesta de Córdoba Director: Manuel Hernández Silva Día 30 de septiembre - 09 Concierto de inauguración del curso universitario Gymnopédies, III y I E. Satie/C. Debussy Concierto para piano y orquesta en Sol mayor M. Ravel Alberto Nosè, piano Sinfonía nº 4 P. I. Chaikovsky Orquesta de Córdoba Directora: Irina R. Trujillo Ballet del Teatro Bolshoi de Rusia. Espartaco. Septiembre: 5, 6, 7, 8, 9 , 10. 20.00 horas. Música: Aram Jachaturián. Coreografía: Yuri Grigorovich. Escenógrafo y figurinista: Simon Virsaladzé. Director musical: Pavel Sorokin. Orquesta Titular del Teatro Real. Orquesta Sinfónica de Madrid. Gala de Estrellas de la Danza. Director artístico: Julio Bocca. Septiembre: 12. 20.00 horas. Lulu. Alban Berg. Nueva producción del Teatro Real, en coproducción con la Royal Opera House, Covent Garden de Londres. Septiembre: 28, 30. Octubre: 2, 5, 8, 10, 12; 14, 16. 20.00 horas. Director musical: Eliahu Inbal. Director de escena: Christof Loy. Escenógrafo y figurinista: Herbert Murauer. Solistas: Agneta Eichenholz (Sept. 28. Oct. 2, 5, 8, 10, 14, 16) / Susanne Elmark (Sept. 30. Oct. 12). Jennifer Larmore. Gerd Grochowski. Paul Groves. Franz Grundheber. Gerhard Siegel. Orquesta Titular del Teatro Real. Orquesta Sinfónica de Madrid. [www.scherzo.es]. A.N.). TEATRO DE LA ZARZUELA Jovellanos, 4. Metro Banco de España. Tlf.: (91) 5.24.54.00. Internet: http://teatrodelazarzuela.mcu.es. Director: Luis Olmos. Venta localidades: A través de Internet (servicaixa.com), Taquillas Teatros Nacionales y cajeros o teléfono de ServiCaixa: 902 33 22 11. Horario de Taquillas: de 12 a 18 horas. Días de representación, de 12 horas, hasta comienzo de la misma. Venta anticipada de 12 a 17 horas, exclusivamente. Ballet Nacional de España. Del 10 al 27 de septiembre de 2009 (Excepto lunes). Compañía de Danza Miguel Ángel Berna. Del 30 de septiembre al 4 de octubre. 26: Ensemble Plvs Vltra. Michael Noone. Victoria. Siglos de Oro [www.fundacioncajamadrid.es]. Monasterio de las Descalzas). 29: Arcadi Volodos, piano. Scriabin, Ravel, Liszt. (Grandes Intérpretes PAMPLONA BALUARTE WWW.BALUARTE.COM 23-IX: Sinfónica de Euskadi. Andrés Orozco-Estrada. Beethoven, Mahler. SAN SEBASTIÁN QUINCENA MUSICAL DONOSTIARRA WWW.QUINCENAMUSICAL.COM 1-IX: Orquesta de los Campos Elíseos. Collegium Vocale de Gante. Philippe Herreweghe. Saturova, Stotjin, Schmitt, Boesch. Mendelssohn, Elías. 2: Joven Orquesta Gustav Mahler. Jonathan Nott. Ligeti, Mahler, Bruckner. 3: Josep Colom, piano. Albéniz, Falla, Mompou. 4,5: Orquesta Nacional de Lyon. Michel Plasson. Fauré, Franck, Ravel. / Orfeón Donostiarra. Arnet, Edelmann. Debussy, Bizet, Fauré. SINFÓNICA DE EUSKADI WWW.EUSKADIKOORKESTRA.ES 28,29-IX: Andrés Orozco-Estrada. Beethoven, Mahler. INTERNACIONAL ÁMSTERDAM ORQUESTA DEL CONCERTGEBOUW WWW.CONCERTGEBOUWORKEST.NL 16,17,19,20-IX: Mariss Jansons. Shostakovich, Beethoven. 25,26: Neeme Järvi. Truls Mørk, violonchelo. Tüür, Prokofiev, Hindemith. 30: Daniel Harding. Janácek, Mahler. DE NEDERLANDSE OPERA WWW.DNO.NL LA JUIVE (Halévy). Rizzi. Audi. Blancas, O’Neill, Osborn, Massis. 4,8,12,16,20,23,27-IX. BERLÍN FILARMÓNICA DE BERLÍN WWW.BERLINER-PHILHARMONIKER.DE 8,9-IX: Simon Rattle. Coro de la Radio de Berlín. Oelze, Ainsley, Quasthoff. Haydn, Las estaciones. 12,13: Simon Rattle. Angela Denoke, soprano; Lars Vogt, piano. Berg, Des- 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:28 Página 157 STAATSOPER WWW.STAATSOPER-BERLIN.ORG IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Vitlin. Berghaus. Lopera, Girolami, Kammerloher, Martirossian. 5,11,18,28-IX. LA TRAVIATA (Verdi). Callegari. Mussbach. Lungu, Frenkel, Schröder, Shtoda. 6,10,13,20,27-IX. DIE ENTFÜHRUNG AUS DEM SERAIL (Mozart). Jordan. Thalheimer. Lehmann, Bengtsson, Prohaska, Breslik. 7,9,12,16,19,22-IX. COSÌ FAN TUTTE (Mozart). Salemkour. Dörrie. Gortsevskaia, Persson, Queiroz, Kataja. 15,17-IX. DER ROSENKAVALIER (Strauss). Jordan. Brieger. Schwanewilms, Muff, Kammerloher, Gantner. 23,26,30IX. BRUSELAS LA MONNAIE WWW.LAMONNAIE.BE OPER FRANKFURT WWW.OPER-FRANKFURT.DE NABUCCO (Verdi). Shanahan. Giese. Lucic, Kim, Grümbel, Munteanu. 2,5,12,19-IX. SIMPLICIUS SIMPLICISSIMUS (Hartmann). Nielsen. Nel. Mahnke, Aken, Lazar, Volle. 6,10,13,17,25,27-IX. ARABELLA (Strauss). Boër. Loy. Reinter, Döse, Nylund, Lascarro. 11,18,20,26-IX. GINEBRA GRAND THÉÂTRE DE GENÈVE WWW.GENEVEOPERA.CH SIMON BOCCANEGRA (Verdi). Pidò. Gómez. Frontali, Stoyanova, Prestia, Biasio. 9,12,15,18,20,22,24-IX. LONDRES PROMENADE CONCERTS WWW.BBC.CO.UK/PROMS/2009 1-IX: Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Mariss Jansons. WIGGLESWORTH PELLÉAS ET MÉLISANDE (Debussy). Wigglesworth. Audi. Degout, Piau, Henschel, Lemieux. 4,6,9,11,14,16,18,21,23-IX. DRESDE SEMPEROPER Haydn, Shostakovich. 2: Sinfónica de la BBC. David Robertson. Xenakis, Shostakovich. 3: Filarmónica de Londres. Vladimir Jurowski. Pierre-Laurent Aimard, piano. Mozart, Zimmermann, Brahms. 4: Joven Orquesta Gustav Mahler. Jonathan Nott. Ligeti, Wagner, Schoenberg, Strauss. 5: Sinfónica de la BBC de Gales. Jac van Steen. Janácek, McCabe, Dvorák. 6: Northern Sinfonia. Coros de la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, Hallé y Nacionales de Gran Bretaña y Gales. Nicholas McGegan. Labelle, ROYAL OPERA HOUSE COVENT GAR- PAPPANO FRIZZA FRÁNCFORT Rossini, Mendelssohn, Ponchielli, Respighi. 10: Academia del Festival de Lucerna. Pierre Boulez. Boulez, Debussy, Berio. 11,12: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Mahler, Décima. / Mendelssohn, Musorgski. 13,14: Sinfónica de Chicago. Bernard Haitink. Mozart, Shostakovich, / Haydn, Brusckner. 15: Filarmónica de Oslo. Jukka-Pekka Saraste. Sibelius. 16: Sinfónica SWR de Baden Baden y Friburgo. Sylvain Cambreling. Weber, Widmann, Mozart. 18,19: Sinfónica de Pittsburgh. Manfred Honeck. Weber, Beethoven, Mozart. / Strauss, Bruckner. MILÁN DEN WWW.ROH.ORG.UK DON CARLO (Verdi). Bichkov. Hytner. Kaufmann, Poplavskaia, Keenlyside, Furlanetto. 15,18,21,23,27-IX. TRISTAN UND ISOLDE (Wagner). Pappano. Loy. Heppner, Stemme, Koch, Salminen. 29-IX. LUCERNA LUCERNE FESTIVAL WWW.LUCERNEFESTIVAL.CH 1,2-IX: Filarmónica de Berlín. Simon Rattle. Coro de la Radio de Berlín. Simon Rattle. Oelze, Ainsley, Quasthoff. Haydn, Estaciones. / Britten, Saariaho, Berlioz. 3,4: Orquesta del Concertgebouw de Ámsterdam. Mariss Jansons. Sibelius, Duparc, Ravel. / Haydn, Shostakovich. 5: Orquesta de los Campos Elíseos. Collegium Vocale de Gante. Philippe Herreweghe. Zander, Schmitt, Boesch, Brook. Mendelssohn. — Academia del Festival de Lucerna. Pierre Boulez. Boulez. 6: Joven Orquesta Gustav Mahler. Jonathan Nott. Ligeti, Wagner, Strauss. — Cuarteto Emerson. Mendelssohn, Saariaho, Bach. 6,7: Filarmónica de Viena. Zubin Mehta. Strauss, Brahms. / Brahms, Bartók. 7: Filarmónica de Viena. Nikolaus Harnoncourt. Haydn, Schubert. 9: Orquesta de la Academia Nacional de Santa Cecilia. Antonio Pappano. TEATRO ALLA SCALA WWW.TEATROALLASCALA.ORG L’ORFEO (Monteverdi). Alessandrini. Wilson. Nigl, Invernizzi, Mingardo, Spotti. 19,21,23,25,28,30-IX. MÚNICH FILARMÓNICA DE MÚNICH WWW.MPHIL.DE 23,24,25,27-IX: Juraj Valcuha. Anna Vinnitskaia, piano. Webern, Rachmaninov, Chaikovski. BAYERISCHE STAATSOPER WWW.BAYERISCHE.STAATSOPER.DE MEA CULPA (Waschk). Schlingensief. 13,14-IX. ARIADNE AUF NAXOS (Strauss). Fisch. Carsen. Schulte, Sindram, Vogt, Archibald. 19,22,24,27-IX. LUCREZIA BORGIA (Donizetti). Reck. Loy. Vassallo, Gruberova, Breslik, Oprisanu. 20,25-IX. NUEVA YORK METROPOLITAN OPERA WWW.METOPERA.ORG SALOME (Strauss). Summers. Flimm. Mattila, Komlosi, Begley, Kaiser. 23,26,30-IX. LA GIOCONDA (Ponchielli). Callega- MATTILA DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). Foremny. Krämer. Hagen, Kang, Carlson, Pauly, Fleischer. 11-IX. LA CENERENTOLA (Rossini). Arrivabeni. Hall. Bruns, Pauly, Bracci, Donose. 16,19-IX. LA TRAVIATA (Verdi). Letonja. Friedrich. Harteros, Pittas, Brück, Benzinger. 18-IX. TANNHÄUSER (Wagner). Runnicles. Harms. Hagen. Seiffert, Brück, Bieber. 20,26-IX. CARMEN (Bizet). Campellone. Schuhmacher. Gubisch, Fleischer, Benzinger, Shicoff. 25,30-IX. DIE FRAU OHNE SCHATTEN (Strauss). Schirmer. Harms. Brubaker, Uhl, Soffel, Bronk. 27-IX. Frizza. Asagaroff. Brownlee, Oprisanu, Eder, Capitanucci. 3,6,11-IX. OTELLO (Verdi). Zanetti. Nemirova. Lotric, Gavanelli, Kim, Martinsen. 4,7,10-IX. SALOME (Strauss). Weigle. Mussbach. Michael, Schmidt, Soffel, Marquardt. 5,9,13-IX. DER FLIEGENDE HOLLÄNDER (Wagner). Prick. Wagner. Eder, Johansson, Simpson, Lorentzen, Oliver. 12,20,27-IX. IL TROVATORE (Verdi). Luisi. Hampe. Ragatzu, Hoene, Frontali, Zeppenfeld. 16,18,26,29-IX. BALSOM DEUTSCHE OPER WWW.DEUTSCHEOPERBERLIN.DE IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Bardon, Ainsley, Rosw. Haendel, Mesías. 7: Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Riccardo Chailly. Mahler, Décima. 8: Real Orquesta Filarmónica. Peter Maxwell Davies. Mendelssohn, Maxwell Davies, Sibelius. 9: Sinfónica de la BBC. Jirí Belohlávek. Mendelssohn, Read Thomas, Beethoven. 10: Filarmónica de Viena. Nikolaus Harnoncourt. Haydn, Schubert. 11: Filarmónica de Viena. Zubin Mehta. Strauss, Brahms. 12: BBC Singers. Coro y Sinfónica de la BBC. David Robertson. Sarah Connolly, soprano; Alison Balsom, trompeta. Última noche de los Proms. KAUFMANN sau, Shostakovich. 17,18,19: Gustavo Dudamel. Ensemle Gloriosus Percussion. Gubaidulina, Shostakovich. 22: Simon Rattle. Beethoven, Shostakovich. WWW.SEMPEROPER.DE JANSONS DUDAMEL GGUUÍ A ÍA ri. Wallmann. Voigt, Borodina, Podles, Machado. 24,27-IX. DON GIOVANNI (Mozart). Langrée. 157 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:28 Página 158 GRAHAM Keller. Stoyanova, Graham, Leonard, Polenzani. 27-IX. IX. WOZZECK (Berg). Haenchen. Marthaler. Le Texier, Margita, Moreno, Conrad. 17,20,23,26,30-IX. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). Campanella. Serreau. Siragusa, Rinaldi, Deshayes, Petean. 18,21,24,27IX. PALAIS GARNIER WWW.OPERA-DE-PARIS.FR OPÉRA BASTILLE WWW.OPERA-DE-PARIS.FR MIREILLE (Gounod). Minkowski. Joël. Mula, Castronovo, Ferrari. MUSIKVEREIN WWW.MUSIKVEREIN.AT 14-IX: Joven Orquesta Gustav Mahler. Jonathan Nott. Webern, Wagner, Bruckner. 16,18: Sinfónica de Chicago. Bernard Haitink. Haydn, Bruckner. / Mozart, Shostakovich. HAITINK 15-IX: Le Concert Français. Gustav Leonhardt. Purcell, Blow. (Cité de la Musique [www.citedela musique.fr]). 17: Gustav Leonhardt, órgano. Muffat, Purcell, Blow. (C.M.). 19: Café Zimmermann. Gustav Leonhardt, Purcell. (C.M.). 24: Orquesta Nacional de Francia. Kurt Masur. Vadim Repin, violín. Brahms, Beethoven. (Teatro de los Campos Elíseos). 25: Orquesta del Siglo XVIII. Coro de Radio Francia. Frans Brüggen. Mozart. (T.C.E.). 28: Le Cercle de l’Harmonie. Les Éléments. Jérémie Rhorer. Coku, Pokupic, Bruns, Wolf. Mozart, Così fan tutte (versión de concierto). (T.C.E.). 29: Les Paladins. Jérôme Correas. Visse, Léger, Panzarella. Cavalli, Xerxe (versión de concierto). (T.C.E.). 30: Ensemble Intercontemporain. Susanna Mälkki. Varèse, Jodlowski, Berio. (C.M.). MINKOWSKI PARÍS VIENA 14,19,22,26,30-IX. THÉÂTRE DES CHAMPS ÉLYSÉES WWW.THEATRECHAMPSELYSEES.FR DIE SIEBEN TODSÜNDEN (Weill). Rhorer. Deschamps. Ensemble Modern. Kirchschlager. 12,14-IX. 19: Joven Orquesta Gustav Mahler. Franz Welser-Möst. Sibelius, Prokofiev, Chaikovski. 22: Kremerata Baltica. Gidon Kremer. Serksnyte, Mendelssohn. 29: Ian Bostridge, tenor; Julius Drake, piano. Schubert. STAATSOPER WWW.WIENER-STAATSOPER.AT VENECIA LA FENICE WWW.TEATROLAFENICE.IT LA TRAVIATA (Verdi). Chung. Carsen. Ciofi, Grigolo, Stoyanov, Sborgi. 6,8,9,10,11,12,13,15,16,17,18,19- MANON LESCAUT (Puccini). Carignani. Havemann, Daniel, Shicoff. 4,8,12,16-IX. FAUST (Gounod). De Billy. Isokoski, Beczala, D’Arcangelo, Eröd. 5,7,10,13-IX. IL BARBIERE DI SIVIGLIA (Rossini). DAMRAU GUÍA Carignani. Damrau, Camarena, Bankl, Yang. 6,9-IX. DIE ZAUBERFLÖTE (Mozart). García Calvo. Durlovski, Reinprecht, Anger, Németl. 11,14,17-IX. MADAMA BUTTERFLY (Puccini). Nelsons. Angeletti, Talaba, Unterreier. 19,22-IX. DON CARLO (Verdi). Carydis. Ruriakova, D’Intino, Milling, Licitra. 20,24,28-IX. PIKOVAIA DAMA (Chaikovski). Ozawa. Silja, Ushakova, Antonenko, Dohmen. 23,26,29-IX. ZÚRICH OPERNHAUS WWW.OPERNHAUS.CH LA GROTTA DI TROFONIO (Salieri). Boyd. Pontiggia. Polgár, Rey, Malfi, Mathey. 2-IX. ERNANI (Verdi). Santi. Asagaroff. Licitra, Ferretti, Pescucci, Hoffmann. 4-IX. MOSÈ IN EGITTO (Rossini). Carignani. Leiser. Schrott, Guo, Camarena, Mei. 19-IX. EVGENI ONEGIN (Chaikovski). Fedoseiev. Asagaroff. Hampson, Hartelius, Beczala, Nikiteanu. 26-IX. BOLETÍN DE SUSCRIPCIÓN c/ Cartagena 10, 1ºc - 28028 MADRID Tel. 91.356 76 22 - Fax 91.726 18 64 E-mail: [email protected] - www.scherzo.es Deseo suscribirme, hasta nuevo aviso, a la revista SCHERZO por períodos renovables de un año natural (11 números) comenzando a partir del mes de ………………… nº…… El importe lo abonaré de la siguiente forma: Transferencia bancaria a la c/c 2038 1146 95 6000504183 de Caja de Madrid, a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Cheque a nombre de SCHERZO EDITORIAL, S.L. Giro postal. Rellene y envíe este cupón por correo, fax o correo electrónico. O llámenos por teléfono de 10 a 15 h. También está disponible en nuestra página en internet. Nombre………………………………………….......... .................................................NIF……………….... Domicilio…………..……………………………......... ................................................................................ CP………Población………………………………...... Provincia……………………………..……………...... Teléfono……………………………………………..... 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The sound of opportunities Make connections • Source business • Find solutions • Gain knowledge FREE! MidemNet is now included in MIDEM registration. One price. One place. More value. To accelerate your music business. REGISTER EARLY AND SAVE www.midem.com MIDEM: 24 - 27 January 2010 | MidemNet: 23 - 27 January 2010 Cannes, France MIDEM® is a registered trademark of Reed MIDEM. All rights reserved. 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:28 Página 159 244-Pliego final.film:Pliego final 24/07/09 17:28 Página 160 CONTRAPUNTO HISTORIA DE DOS CIUDADES E 160 sta es la historia de las óperas de dos ciudades que ofrecen arte serio a precios populares, una posible contradicción que ha metido a las dos compañías en apuros. Pero mientras que la English National Opera (ENO) de Londres ha podido darle la vuelta a su fortuna y ya disfruta de buena fama, la New York City Opera (NYCO) se enfrenta a una pésima temporada que muchos temen pudiera ser la última. No es ninguna sorpresa que la ENO haya pasado por la mayoría de los problemas que ahora están afectando a la compañía de Nueva York, pero la insularidad de ésta es tal que ni siquiera ha intentado estudiar lo que ocurrió en Londres y aprender de sus redentores resultados. A ver si podemos ayudarles. La ENO fue creada en 1931, como Sadlers Wells Opera, por Lilian Baylis, una altruista solterona que se ponía de rodillas durante las reuniones dedicadas a los presupuestos para pedir consejo divino. Sus apogeos históricos fueron el estreno mundial de Peter Grimes de Benjamin Britten, seis semanas después del final de la Segunda Guerra Mundial, y la década de vitalidad y proyectos inagotables de los 1980 con el director musical Mark Elder, el director artístico David Pountney y el gerente Peter Jonas, que promocionaron un estilo de producción contemporáneo que se hizo célebre por la vía rápida. Así, el cartel para anunciar La flauta mágica de Mozart exhibió a un hombre desnudo con una serpiente rodeando su torso, toda una temporada fue dedicada exclusivamente a la ópera del siglo XX y el espectáculo para toda la familia de Hansel und Gretel se convirtió en un thriller psicológico utilizando el sencillo recurso de usar la misma cantante para los papeles de madre y de bruja. Pero después de que Jonas se marchara para dirigir la Ópera Estatal de Baviera en 1993, apareció un agujero negro en las finanzas que, a pesar de unas “subvenciones de estabilización” concedidas por el Arts Council gubernamental, hundió a la compañía en una crisis financiera tras otra. Un ensayo de Jenufa casi reventó toda la producción cuando un novato director de escena tuvo a los cantantes cogiendo pelotas de tenis en el escenario. Una directora musical, Sian Edwards, fue echada durante un golpe de estado de los propios músicos. Un capaz director general, Nicholas Payne, fue eliminado por el consejo por no haber compartido información. Su sustituto fue un ingenuo irlandés, Sean Doran, cuya máxima experiencia profesional se limitaba a un festival en Perth, Australia. El director del consejo de administración, Martin Smith, era un dinámico banquero especialista en inversiones, un directivo de NewStar Asset Management que hacía donaciones de un millón de libras a las compañías que presidía. Lo malo fue que trataba a los artistas como a sus empleados, describiendo a Paul Daniel como el hombre que “se encargaba del lado musical del negocio”. Daniel se marchó poco después y fue sustituido por Oleg Caeteni, un amigo de Doran de Australia. Cuando echaron a Doran debido a una estrepitosa caída de taquilla, Smith y Caetani también fueron barridos y el Arts Council advirtió que más perdidas significarían el cierre de la compañía. Comparen y contrasten los apuros de la New York City Opera. Fundada en 1943 por el alcalde Antonio La Guardia, con entradas que costaban 75 centavos, la NYCO disfrutó de su apogeo bajo los muy apreciados Julius Rudel (1957-1979) y Beverly Sills (1979-1988), que alimentaban el talento nacional, ponían óperas norteamericanas y promocionaban el debate público de una forma inimaginable para el altivo Met. La City fue la ópera del pueblo, un lugar donde se podía ir a disfrutar de las buenas voces sin tener que vestirse de etiqueta o pagar millones por una entrada. Los problemas empezaron cuando el consejo de la City jugó con la idea de trasladar la ópera del Lincoln Center a un nuevo lugar en la Zona Cero. Cuando se jubiló Paul Kellogg, su susti- tuto fue el pavo real belga Gerard Mortier, exdirector del Festival de Salzburgo y de la Ópera de París, hombre de altos vuelos y pródigo en gastar. La propuesta de Mortier era desafiar al Met con unas atrevidas óperas modernas pero el año pasado se marchó quejándose del limitado presupuesto y dejó a la City sin director y económicamente mal. Luego llegaron las vacas flacas y la denegación de crédito… La presidenta de la compañía, Susan L. Baker, una financiera que antes trabajaba en Goldman Sachs, respondió al abandono de Mortier contratando al novato George Steel, un reciente fichaje de la Dallas Opera. Steel, de 41 años, se enfrentó con un déficit de 11 millones de dólares y una subvención que en 2001 fue de 51 millones de dólares y que había menguado desde entonces a la ínfima cantidad de tres millones. Consiguió presentar apresuradamente una temporada de sólo cinco óperas, entre ellas un nuevo Don Giovanni, con Christopher Alden de director de escena y una reposición de Esther de Hugo Weisgall, una epopeya bíblica que cuando se estrenó tuvo escaso éxito fuera de Manhattan. Las finanzas del año que viene tendrán un aspecto todavía más lamentable, ya que Baker y su consejo han decidido prescindir de las óperas escenificadas mientras duren las obras de ampliación del foso de la orquesta, una temporada entera. Hay gente que ha pedido la dimisión de Baker y pocos creen que el remiendo presentado por Steel vaya a conseguir muchos aficionados. Pero, con todo, aún hay tiempo para que la City evite su derrumbe si sigue los pasos marcados por la ENO. Lo que dio nueva vida a la ENO después de quince años de desorden y tres de constante crisis fue la administración de un presupuesto férreo por parte del nuevo presidente Vernon Ellis. Luego, el valor de contratar a un director musical de treinta años, Edward Gardner, y la desesperada dedicación de un improvisado equipo de gerencia compuesto por el director artístico, John Berry, y la directora ejecutiva, Loretta Tomasi. Las primeras muestras de éxito llegaron con el acuerdo de coproducción con el Met de Nueva York de la puesta en escena de Madama Butterfly de Anthony Minghella, que resultó un éxito de taquilla, y de Doctor Atomic, la epopeya nuclear de John Adams. La próxima temporada la ENO cuenta con doce nuevas producciones, empezando con Le Grand Macabre de György Ligeti y la primera puesta en escena de la compañía desde hace más de cincuenta años del Idomeneo de Mozart. La ENO ha arrasado en los premios de ópera de la Royal Philharmonic Society y termina esta temporada con más público que nunca. Visto lo visto, ¿es posible que la City se recupere? Después de haber sido testigo de la decadencia y resurrección de la ENO, creo que hay tres lecciones que la City podría aprender. En primer lugar: la cautela siempre falla. La única manera de salvar una compañía de ópera es gastar en audaces producciones nuevas. Incluso si fracasan siempre llaman la atención. En segundo lugar: más es menos. Cuanto más producciones se ofrecen, mejores posibilidades de reducir el déficit al atraer más público y recibir subvenciones de más entidades. Han pasado por alto este mensaje en la City donde Steel ha proyectado 31 funciones con un presupuesto de 30 millones de dólares: un millón por noche por nada especialmente interesante. La última temporada la ENO ofreció 130 funciones por 46 millones de dólares: gran calidad a buen precio. Y en tercer lugar: la función no termina hasta que canta el alguacil. Arrastrada hasta casi la misma puerta de entrada de los tribunales de quiebra, la ENO evitó su cierre gracias al triunfo artístico. El camino de vuelta para la City debe ser nombrar a un presidente que no tenga un fracaso en su historial y a un director general dispuesto a correr riesgos operísticos calculados. Norman Lebrecht Organizado por la FUNDACIÓN SCHERZO, con el patrocinio del diario EL PAÍS y la colaboración del Ministerio de Cultura (INAEM) y la Fundación Hazen-Hosseschrueders ORGANIZA: ARCADI VOLODOS piano 14 PATROCINA: 8 CONCIERTO Martes, 29 de septiembre 19:30 horas MITSUKo UCHIDA piano A. SCRIABIN Preludio en si bemol menor, op. 37, nº1 Preludio en si bemol menor, op. 11, nº16 Dance languide, op. 51, nº4 Guirlandes, op. 73 Sonata nº7, op. 64, «Misa blanca» M. RAVEL Valses nobles y sentimentales I. ALBENIZ La Vega F. LISZT Années de pèlerinage, duexième annee: Italie, S. 161: nº2: Il penseroso nº7: Après une lecture du Dante, fantasía quasi sonata www.scherzo.es MADRID, 2009 9 CONCIERTO Martes, 10 de noviembre 19:30 horas MOZART Rondo en La menor K. 511 BERG Piano Sonata op. 1 BEETHOVEN Piano Sonata Nº28 en La Mayor, op. 101 SCHUMANN Fantasia en Do, op. 17 PIERRE-LAURENT AIMARD piano 10 CONCIERTO Miércoles, 2 de diciembre 19:30 horas MOZART Sonata para piano nº6 en re mayor, K. 284 “Dürnitz” GEORGE BANJAMIN Piano Figures DEBUSSY. Suite Bergamasque BEETHOVEN Variaciones Eróica op. 35 AUDITORIO NACIONAL DE MÚSICA sala sinfónica plácido domingo El mejor tenor del mundo. Director de orquesta. Director artístico. Mentor. Autor. Mundialmente reconocido. La mayoría se conformaría con destacar sólo en uno de estos papeles, él lo ha hecho en todos. OYSTER PERPETUAL DAY-DATE II EN PLATINO rolex españa s.a. - tel. 900 41 43 45 SCERZO 200X280.indd 1 28/07/09 11:09