Poder Judicial de la Nación

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///ta, 12 de noviembre de 2012.AUTOS Y VISTA:
Esta causa nro. 177/12 caratulada: “Armando,
Sergio- Baldovino, José –Vasallo, Damián- Vilardel, Horacio- Vilardel,
Ricardo Isaac s/Infracción a la ley 24.769 –penal tributario-” con trámite en el
Juzgado Federal N° 1 de Salta (expediente nro. 647/10), y
RESULTANDO:
I.Que se elevan las actuaciones de referencia a
USO OFICIAL
conocimiento de este Tribunal en virtud de los recursos de apelación
interpuestos por las defensas de Ricardo Isaac Vilardel, Horacio Aníbal
Vilardel, Damián Javier Vasallo, Sergio Armando y José Baldobino en contra
del punto I del auto de fs. 1922/2020 por el que se ordenó sus procesamientos
por el delito de asociación ilícita fiscal en calidad de miembros y convirtió en
prisión preventiva su detención (art. 15 inc. “c” de la ley 24.769).
II.Que las presentes actuaciones se inician con la
denuncia formulada por Martín Alfredo Knudtsen, Supervisor Interino de la
División Investigaciones de la Dirección Regional Salta de la Administración
Federal de Ingresos Públicos (AFIP-DGI), en la que señalaba una serie de
maniobras delictivas detectadas por el organismo fiscal consistentes en la
utilización de interpósitas personas –físicas y/o jurídicas- insolventes para
generar documentación respaldatoria que permitiera justificar el movimiento
físico o traslado de grano adquirido en el mercado marginal como así también
el cómputo de créditos fiscales apócrifos.
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Relató que de las tareas investigativas
realizadas por el organismo fiscal, se detectó que, a fin de obtener cartas de
porte que permitieran transportar por el territorio nacional granos –maíz, soja,
poroto, etc.-, vendidos en el mercado marginal, actores (profesionales,
gestores, etc.), procedían a la inscripción ante la propia administración fiscal
de nuevos “contribuyentes” que no poseían la capacidad económica y/o
financiera para desarrollar la actividad declarada ante la AFIP-DGI, esto es,
cultivo o comercialización de granos.
Consideró que existían suficientes elementos
para sostener que el contribuyente Ricardo Isaac Vilardel se encontraba
actuando del modo denunciado. Indicó que el antes mencionado si bien se
encontraba con la matrícula cancelada para ejercer la profesión de contador,
sin embargo declaraba como actividad principal el servicio de contabilidad y
teneduría de libros, auditoría y asesoría fiscal y, como secundaria, la actividad
de cultivo de legumbres secas; cuando en realidad no registraba inscripción
alguna en la ONCCA ni estaba incluido en el Registro Fiscal de Operadores
de Granos y Legumbres Secas.
Indicó que se trataría de una verdadera
organización delictiva que hace uso de sujetos prestanombres, insolventes,
empresas ficticias, etc. para dotar de una aparente legalidad el traslado y
blanqueo de granos comercializados en el mercado marginal y así evadir los
tributos derivados de la producción y comercialización de granos. Agregó que
a fin de obtener las cartas de porte que permitieran transportar por el territorio
nacional granos –maíz, soja, poroto, etc.-, procedían a la inscripción ante la
AFIP de nuevos “contribuyentes” o bien al reflotamiento y regularización de
obligaciones formales de empresas o personas que a la fecha no desarrollaban
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actividad comercial alguna, y que no poseían la capacidad económica y/o
financiera para realizar la actividad declarada ante el organismo fiscal: cultivo
o comercialización de granos.
Precisó que el investigado era titular de dos
cuentas bancarias las cuales no registraban acreditaciones superiores a los
$8.000, lo que a su modo de ver resultaba un monto insuficiente para
desarrollar la actividad de productor agropecuario que justifique el
movimiento de granos que se advirtió vinculado a Vilardel. Asimismo, señaló
que es integrante de 36 sociedades, destacando que ellas fueron inscriptas por
USO OFICIAL
el propio Vilardel, quien a su vez era el administrador de las claves fiscales.
Calificó como sospechoso que todas ellas
fueran inscriptas en menos de 2 meses –más precisamente entre el 30/07/2010
y el 29/09/2010-, lo que refuerza la idea de que se tratarían de sociedades
creadas con la sola intención de hacerse de cartas de porte para comercializar
granos de origen marginal, añadiendo que la totalidad de estas supuestas
empresas declaraban el mismo domicilio fiscal, que coincide con el domicilio
en que reside el investigado.
Precisó que las 36 sociedades de hecho que
integra, más las 15 personas físicas que tienen vinculación con aquél y una
SRL de la cual era apoderado, solicitaron un total de 7.188 cartas de porte
desde abril de 2010 al 2 de octubre de ese mismo año, las que permitirían
movilizar 16.140 toneladas de granos. Concluyó que en virtud de tales actos se
estaría ante una organización delictiva liderada por el contador Ricardo Isaac
Vilardel y aportó un número telefónico que sería utilizado por él.
III.-
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Conforme los hechos puestos en conocimiento,
se citó a prestar declaración testimonial al agente del organismo denunciante
Martín Alfredo Knudtsen, quien expuso que de las investigaciones practicadas
en el marco de la presente causa surgían contribuyentes que sin contar con
capacidad operativa para actuar como productores de granos, obtenían u
utilizaban cartas de porte para acreditar el traslado de mercadería adquirida en
forma marginal.
Afirmó que durante los meses de agosto y
setiembre, se inscribieron un total de 36 sociedades de hecho de las que
Ricardo Isaac Vilardel resulta ser integrante y administrador de sus claves
fiscales. Puso de relieve que las cartas de porte obtenidas habían permitido el
movimiento de granos a 46 localidades de 7 provincias, y que teniendo en
cuenta que tales contribuyentes no contaban con capacidad operativa,
presumía que el grano había sido adquirido en el mercado marginal (ver fs.
127 y vta.).
IV.En razón de lo indicios recabados en la
instrucción el a quo dispuso la intervención de las líneas telefónicas N° 0387155014557, utilizada por Ricardo Isaac Vilardel; Nº 0351-3897434 y 03515644628 que empleada por Damián Javier Vasallo y Nº 0387-4525555
utilizada por Sergio Armando. Asimismo, la Policía de Seguridad
Aeroportuaria, designada como fuerza de prevención en las presentes
actuaciones, presentó distintos informes conteniendo un análisis de
inteligencia respecto a las conversaciones interceptadas que resultan
relevantes a la causa, los que obran a fs. 98/126, 133/200, 201/286, 291/306,
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488/489, 495/545, 600/619, 683/702, 708/752, 806/814, 820/831, 835/855,
856/859, 895/896, 919/921, 922/937, 949/962 y fs. 965/981.
V.Que a fs. 1009/1109, la División Investigación
de la AFIP, en su carácter de auxiliar de la justicia, realizó a pedido del
Instructor un pormenorizado análisis acerca de la situación fiscal de cada una
de las personas investigadas.
Habiéndose valorado las pruebas colectadas, el
a quo consideró que existían sospechas objetivas suficientes para proceder a
USO OFICIAL
los registros de los domicilios denunciados, los cuales se realizaron en forma
simultánea y con apoyo del personal del organismo fiscal. En función de ello,
a fs. 1109/1116, se libró orden de allanamiento de los domicilios: 1) Dr. José
Miguel Urrutia Nº 261 -2º piso, departamento F de la Ciudad de Córdoba,
domicilio de Damián Vasallo (fs. 1220/1221); 2) calle Las Heras Nº 643 de la
localidad de Sampacho- Río Cuarto, Córdoba, residencia de José Manuel
Baldobino (fs. 1179 y vta.); 3) calle Pringles Nº 621 de igual localidad, donde
funciona la empresa de propiedad de José Manuel Baldobino; 4) Pasaje 1,
Casa 2, esquina Avenida Lisandro De La Torre, Barrio Santa Ana de esta
ciudad, domicilio de Ricardo Isaac Vilardel y Horacio Vilardel (fs.
1135/1136) y, 5) calle Facundo de ZuviríaNº 333, 4º piso A de esta ciudad,
lugar de trabajo de Sergio Armando (fs. 1157/1158).
VI.A fs. 1505/1506 se acumuló a la presente la
causa 790/11 caratulada “López, Laura Elizabeth s/Infracción a los artículos
292 y 296 del CP”, que se inició como consecuencia de la denuncia presentada
por la encartada al advertir que se encontraba inscripta como productora de
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soja y legumbres cuando, según sus dichos, nunca había realizado trámites al
respecto; además se advirtió que integraba una sociedad de hecho denominada
“Vilardel, Ricardo I y Vilardel, Horacio y López, Laura S.H.”.
Asimismo, se acumularon los expedientes Nº
367/11 caratulado “Guanuco, Aldo Néstor s/su denuncia s/infracción a la ley
24.769” (fs. 1564/1585) y el expediente Nº 809/11 caratulado “Méndez,
Luciano Jacinto s/su denuncia s/uso de DNI ajeno” (fs. 1604/1712), en los que
se
encuentran
involucrados
Sergio
Armando
y
Ricardo
Vilardel,
respectivamente.
VII.Convocados a prestar declaración indagatoria
en los términos del art. 294 del CPPN a fs. 1170/1171, 1172/1173, 1249/1250
y 1251/1252), Horacio Aníbal Vilardel, Ricardo Isaac Vilardel, Damián Javier
Vasallo y José Manuel Baldobino, respectivamente se abstuvieron de prestar
declaración indagatoria.
Oportunamente,
a
fs.
1378/1379
Sergio
Armando negó haber tenido conocimiento o haber participado de los hechos
que se le imputan, negando asimismo su intervención en las llamadas
telefónicas agregadas a la causa. Señaló que su relación con los hermanos
Vilardel era solamente de carácter laboral y ocasional, aclarando que los
conocía por su trabajo como auxiliar en un estudio contable.
Relató que solía cruzarse con ellos en distintos
organismos tales como Rentas, AFIP, Municipalidad, etc., y que en algunas
oportunidades Ricardo Vilardel lo llamaba para que le explique algunos
trámites impositivos. Agregó que por la condición de alcohólico y adicto de
Vilardel nunca tenía plata, por lo que solía llamarlo pidiéndole montos chicos
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de dinero. Sostuvo que desconocía que Vilardel se encontraba con su
matrícula de Contador Público suspendida, agregando que en algunas
oportunidades solía ir a verlo a su trabajo para pedirle dinero y solicitarle la
impresión de algunos trabajos, desconociendo el diciente de qué se trataban.
Respecto a la lista de sociedades obrantes a fs.
1062/1064, sostuvo que no participó en la inscripción de las mismas ni
asesoró sobre ello. Reconoció haberle aconsejado a Vilardel que fuera a ver a
un tal Javier en la AFIP, el cual podía asesorarlo para cualquier trámite en ese
organismo.
USO OFICIAL
Argumentó que solía asesorar contablemente a
otras personas que eran clientes del Contador Guaymás, para lo cual viajaba a
las localidades de Orán, Colonia Santa Rosa y Embarcación. Asimismo,
señaló que tenía clientes propios y que ninguno de ellos era agropecuario.
Negó conocer a José Baldobino y Damián Javier Vasallo, como así también
realizar contratos de arriendo, confeccionar carpetas relacionadas al sector
agropecuario y solicitar cartas de porte.
VIII.A fs. 1487/1489 Damián Javier Vasallo en la
ampliación de su declaración indagatoria manifestó que se dedicaba al
comercio de granos en general, siendo un intermediario entre comprador y
vendedor y obteniendo una comisión por tal operación. Sostuvo que tal
actividad la llevaba a cabo desde hacía 5 años aproximadamente y que en una
oportunidad al comentar a una amiga que necesitaba cartas de porte, le
suministró el número de teléfono de Mario Araoz, quien supuestamente le
podía proveer de tales documentos.
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Recordó que se comunicó con el nombrado por
primera vez aproximadamente en el mes de mayo de 2010, oportunidad en que
Aráoz le dijo que podía conseguirle cartas de porte. Explicó que necesitaba
tales documentos para cargar unos camiones que había adquirido en el
mercado marginal.
Sostuvo
que
posteriormente
empezó
a
comercializar las cartas de porte entre sus colegas. Señaló que la operatoria era
siempre la misma: obtenía las distintas cartas de porte que le solicitaban por
intermedio de Mario Aráoz, aclarando que recién cuando fue detenido tomó
conocimiento de que este último era en realidad Ricardo Isaac Vilardel.
Declaró que en un momento no pudo
comunicarse con Mario por lo que le envió un mail, recibiendo la respuesta de
un tal Horacio Vilardel quien le manifestó que lo estaba reemplazando, motivo
por el cual cuando necesitara cartas de porte debía comunicarse con él.
Relató que por la venta de cartas de porte
obtenía una ganancia de 20 a 30 pesos y que le enviaba el dinero producto de
la venta a Vilardel por giro, siendo él quien establecía el precio del
documento. Al ser interrogado acerca de si Ricardo Vilardel le vendía
carpetas, recordó que en una oportunidad iba a armar una carpeta para Cacho
Roldán por la suma de $ 5.000, pero nunca cumplió a pesar de que se había
enviado la suma por adelantado.
Reconoció venderle cartas de porte a José
Baldobino por $ 100 cada una, y que también adquiría cartas a Karina Silva.
Por otro lado, negó comercializar facturas, aunque reconoció que en alguna
oportunidad las vendió junto con las cartas de porte.
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Finalmente, manifestó que desconocía que
estaba cometiendo un delito tan complicado al vender las cartas de porte, que
si bien sabía que no estaba bien hacerlo, pensó que se trataba de una infracción
menor.
IX.Que en atención a las nuevas pruebas
colectadas (ver fs. 1378/1380 e informe de fs. 1715/1800), a fs. 1856/1857 y
vta.), Sergio Armando amplió su declaración manifestando que nunca conoció
a Guanuco, no lo asesoró ni atendió en carácter de Contador. Explicó que los
USO OFICIAL
trámites de inscripción en la AFIP son personales y la documentación que se
presenta tiene que estar debidamente certificada para lograr la obtención del
CUIT y clave fiscal.
Reconoció haber declarado deuda por $
58.982,35, que correspondía a la declaración jurada de ganancias del período
2010 y que se había originado producto del alquiler de máquinas,
mantenimiento y reparación de maquinarias y compra de mercaderías que tuvo
con las firmas citadas a fs. 1036, por lo que no resultaría un pasivo inexistente
como lo informa la AFIP.
Justificó
la
multiplicidad
de
actividades
detallada a fs. 1035, argumentando que se debía a la diversidad de
oportunidades comerciales y empresariales que tuvo desde sus inicios como
inscripto en la AFIP desde el año 2006.
X.a.- Que al expresar agravios en los términos
del art. 454 del Código Procesal Penal de la Nación, el Defensor Oficial de
Damián Javier Vassallo a fs. 2094/2102 señaló, en primer lugar, que el auto
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atacado carece de motivación, tornándolo arbitrario e insanablemente nulo.
Consideró que el procesamiento dictado en contra de su defendido está
desnudo de pruebas que avalen la conclusión a la que arribó el a quo respecto
de su responsabilidad en los hechos investigados.
Destacó que no se encuentra probado la
intervención de su defendido en la conformación de sociedad apócrifa alguna,
sino que su función se limitó a la comercialización de las cartas de porte ya
conformadas. Se agravió de la indeterminación de la imputación realizada,
toda vez que no se ha establecido la cantidad y magnitud de los hechos ilícitos
en los que habría intervenido.
Subsidiariamente, solicitó se modifique la
calificación impuesta en cuanto a su entender no se encuentra probado que
Vassallo se haya asociado con sus coimputados para conseguir falsos
contribuyentes y menos aún que se encuentre registrado o registrare terceros
prestanombres ante el organismo fiscal, ni tampoco colaboró en la creación de
las empresas mencionadas por la AFIP.
Manifestó que no se verifican los requisitos
objetivos y subjetivos del grado de participación como para considerarlo
coautor del delito que se le endilga.
Finalmente sostuvo que si bien la ley 24.769
no distingue la posible participación secundaria en el tipo penal previsto por el
art. 15, en virtud de lo cual toda colaboración que se preste a la organización
tendría en principio el alcance de complicidad, aun cuando no sea exigible que
la misma sea primaria, existen situaciones como la del sub judice en donde
resulta ajustado a derecho aplicar la referida figura.
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b.- Que a fs. 2112/2131el Defensor Oficial de
Ricardo Isaac Vilardel y Horacio Aníbal Vilardel planteó en primer lugar la
nulidad de la resolución que dispone la intervención de la línea telefónica bajo
el número 0387-155014557 con fundamento en la violación del derecho de
defensa y en la falta de motivación de dicha medida. Sostuvo que el art. 236
del CPPN dispone que sólo el imputado en un delito puede ser sujeto
legitimado para que recaiga esta medida de coerción, por lo que no podría ser
decretada en el marco del comienzo de una investigación en donde sólo existe
sospecha.
USO OFICIAL
Sobre el punto señaló que la solicitud de
intervención telefónica fundada en lo dispuesto por el art. 21 de la ley 24.769
no corresponde por no haber sido contemplada originalmente por el legislador
al proveer este remedio. En ese sentido indicó que la medida adoptada por el a
quo tiene por fin “producir prueba”, desvirtuando la inspiración original de la
medida, la cual es “obtención y resguardo” de elementos de juicio.
Asimismo precisó los argumentos vertidos en
la denuncia que consideró inexactos y tendenciosos: la no inclusión en el
Registro de Operadores en la Compraventa de Granos y Legumbres Secas así
como la no inscripción en la ONCCA; las situaciones impositivas de las
personas físicas que integran las Sociedades de Hecho; que las sociedades
tenían el mismo domicilio fiscal que Vilardel y, finalmente, que la inscripción
de las sociedades presuntamente apócrifas se concretó en un periodo de dos
meses.
Por
otra
parte
solicitó
la
nulidad
del
allanamiento practicado en el domicilio de sus defendidos por cuanto
consideró que los efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria se
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excedieron en las facultades conferidas por el magistrado al utilizar canes para
la búsqueda de sustancias estupefacientes cuando solo debían secuestrar
documentación.
Finalmente planteó la nulidad del auto
impugnado por falta de motivación al no encontrarse determinada
debidamente la imputación objetiva del hecho.
c.- Que a fs. 2135/2136 y vta. la defensa
técnica de José Manuel Baldovino negó que su defendido haya participado o
cometido el accionar delictivo que se le pretende incriminar. Indicó que, si
bien es cierto que realizó y recibió llamadas, las mismas estaban vinculadas a
su actividad laboral, desconociendo que existían hechos ilícitos.
Indicó que la documentación era obtenida de
manera lícita, por lo que pagaba un precio real y cierto por las cartas de porte
que adquiría a personas que tenían facultades para comerciarlas. Sostuvo que
no fue su propósito evadir ni hacer evadir tributos y que jamás constituyó ni
inscribió sociedades de hecho. En función de ello, solicitó se revoque el
procesamiento de su defendido y se dicte auto de falta de mérito.
d.- Que la defensa técnica de Sergio Armando
sostuvo que la prueba utilizada para determinar la imputación delictiva resulta
irrelevante a los fines del descubrimiento de la verdad real, toda vez que la
misma carece de eficacia para la comprobación del presunto hecho delictivo
imputado.
Consideró que la investigación instructoria
resultó incompleta y carente de medios de pruebas objetivos que demuestren
la real responsabilidad de su defendido. Más aún cuando, según su entender, la
resolución atacada se basa casi exclusivamente en las escuchas telefónicas
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presentadas a través de los informes de inteligencia de la Policía de Seguridad
Aeroportuaria. Sobre ese punto precisó que las escuchas telefónicas ordenadas
ab initio constituyeron una abierta violación al derecho de intimidad
contemplado en el art. 19 de la CN.
Señaló que por la especificidad de la Ley
Penal Tributaria y por exigencia de la propia norma, debe demostrarse que
mediante una asociación ilícita fiscal se logra consumar alguno de los tipos
previstos dentro del catálogo punitivo contenidos en esa ley, ya sea evasión
simple, agravada o cualquiera de las otras figuras previstas, a fin de demostrar
USO OFICIAL
la afectación de la hacienda pública, situación que a su entender no se verifica
en el auto atacado.
Indicó que la documentación incautada en el
allanamiento practicado en el estudio contable está vinculada a clientes de
dicho estudio y ajenas a los hechos investigados y a su defendido, quien sólo
realizaba tareas de auxiliar contable.
Sostuvo que las llamadas en que su mandante
niega haber intervenido revisten el carácter de meros indicios, en cuanto a su
utilidad para el proceso, ya que no fueron consentidas por el titular de la línea
telefónica intervenida, por lo que carecen de relevancia probatoria a los fines
de demostrar el hecho generador de la obligación.
Finalmente se agravió del embargo trabado
sobre los bienes del imputado, considerándolo desproporcionado (fs.
2137/2142).
e.- La querella a través de sus representantes
legales señaló a fs. 2145/2166 respecto a la situación de Baldovino, que
resulta ilógico pensar que desconocía la ilicitud de las cartas de porte, toda vez
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que las mismas no se deben comercializar, ya que deberían ser emitidas por
los productores en forma gratuita. Asimismo consideró que los elementos de
prueba de la causa dejan en evidencia su participación en los hechos
delictivos.
Sobre la situación de Damián Javier Vassallo,
señaló que el propio imputado reconoce el ánimo de facilitar a terceros que
realizan compras y ventas irregulares de granos defraudando al Fisco, a
cambio de una retribución pecuniaria, efectuando dicha actividad de manera
habitual con más de tres personas. Indicó que su aporte a la asociación era la
comercialización y en algunos casos la confección de la documentación
apócrifa, calificando su aporte como imprescindible, forzoso e indispensable
para la continuidad de la asociación.
Continuó analizando la situación de Sergio
Armando; señaló que existen elementos de prueba que acreditan su efectiva
participación en la asociación ilícita y la concurrencia de los elementos del
tipo penal, particularmente el dolo manifestado mediante la intención concreta
de contribuir a los fines, a sabiendas de que defraudaría al Fisco Nacional, con
el pleno conocimiento de que la organización estaba integrada por tres o más
integrantes.
Respecto a la situación de Ricardo Isaac
Vilardel y su hermano Horacio Aníbal Vilardel, señaló que los fundamentos
que se intentan hacer valer en nada podrían alterar la conjunción de las
pruebas arrimadas a la causa. Manifestó que las escuchas telefónicas
posibilitaron incorporar contundentes elementos probatorios respecto de los
sujetos que integraban la organización, la función y aportes de cada uno.
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Poder Judicial de la Nación
Consideró que la defensa intenta fallidamente
dar naturalidad a las acciones realizadas por los imputados, las que lejos de
asemejarse a las de un sujeto tributario, sólo develan una única finalidad que
es la de generar la documentación espuria que se comercializaba y era fuente
de ingresos pecuniarios. Aclaró que la creación e inscripción de sociedades no
tiene otro fin lícito que el de revestir de un ropaje jurídico a varios sujetos
(personas físicas) que se asocian con fines ilícitos, por lo que considerar
normal la inscripción de múltiples sociedades si no se ejerce actividad
comercial alguna abona el criterio seguido por el auto de procesamiento.
USO OFICIAL
Asimismo, señaló que Horacio Vilardel fue un
claro colaborador en la generación de documentación e inscripción de sujetos
tributarios, haciéndose cargo en forma individual y en su totalidad de la
empresa ilícita durante el tiempo que su hermano se encontraba privado de la
libertad.
Finalmente, dijo que las defensas de los
encartados no han ofrecido ni aportado prueba alguna de la actividad
comercial que legitimaría el accionar de los imputados. Formuló reserva del
caso federal y solicitó se confirme en su totalidad la resolución apelada, con
expresa imposición de costas.
f.- Que a fs. 2167/2173 el Fiscal General
Subrogante entendió que el auto de procesamiento es nulo cuando carece de
fundamentos o lo son sólo aparentes, circunstancia que a su entender no se da
en la presente causa. Indicó que el planteo de la defensa no refuta
acabadamente la prueba incorporada y valorada por el a quo, discrepando
únicamente con el criterio que se utilizó en el auto recurrido para
fundamentarlo.
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Consideró correcta la calificación efectuada en
el auto recurrido sobre la participación que le cupo a Vassallo en el hecho
investigado, toda vez que se encuentra acreditado que era el encargado de
comunicarse con los hermanos Vilardel, quienes establecían cuales eran las
sociedades de las cuales se podía obtener las cartas de porte y fijaban los
precios para que luego Vassallo las vendiera. Indicó que era un intermediario
necesario para la colocación de la documentación que generaba la
organización, por lo que su participación lejos de ser secundaria, resultaba
imprescindible para la continuidad de la asociación.
Sostuvo que la orden judicial que dispuso la
intervención telefónica se encuentra debidamente fundada en motivos
objetivos suficientes, los que fueron aportados por el organismo recaudador.
Sobre la situación de José Manuel Baldovino y
Sergio Armando sostuvo que el Instructor determinó con el grado de certeza
requerido en esta instancia, una serie de actividades que constituyen actos
preparatorios o de ejecución de evasiones impositivas que permiten inferir la
existencia de una organización conformada para cometer indeterminados
hechos ilícitos de la misma naturaleza.
Consideró que se encuentra suficientemente
probado que los hermanos Vilardel, Vassallo y Baldovino tomaron parte en la
organización ilícita que tenía como función producir documentación
respaldatoria que permitía el transporte por el territorio nacional de granos
adquiridos en el mercado negro, y de esa forma los verdaderos productores
mantenían oculta su real producción a los efectos de evadir los tributos.
Sostuvo que si se tiene en consideración que el
grupo estaría integrado por más de tres personas y que el desarrollo de la
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actividad consistente en utilizar personas insolventes con el objeto de generar
documentación respaldatoria que permita justificar el traslado de granos
adquiridos en el mercado marginal se había prolongado en el tiempo, cabe
inferir que se estaría dando el requisito de cantidad de personas y el de
permanencia que requiere el tipo penal en estudio.
Asimismo, señaló que la división de funciones
que se advierte a partir de los roles cumplidos por cada uno de los imputados,
acreditaría prima facie la existencia de un acuerdo o pacto entre aquéllos,
determinándose que el aporte de los cinco causantes resultó de gran relevancia
USO OFICIAL
para el funcionamiento de la organización. En base a lo expuesto solicitó se
confirme el auto de procesamiento de fs. 1922/2020.
CONSIDERANDO:
I.Que corresponde analizar en primer lugar la
deficiencia formal a la que aludieron las defensas de Damián Javier Vassallo,
Ricardo Isaac Vilardel y Horacio Aníbal Vilardel respecto de la falta de
motivación del auto en crisis.
Al respecto debe señalarse que este Tribunal
no comparte las afirmaciones expuestas, entendiéndose por el contrario que el
dispositivo criticado contiene una enumeración y análisis de las pruebas
colectadas, y la decisión de mérito a la que se arribó es una derivación
razonada de las constancias de la causa, por lo que no se advierte en la ilación
lógica del fallo, en su coherencia interna o en la correlación entre las pruebas y
las conclusiones, un defecto que pudiese generar una violación al derecho de
defensa que justifique su nulidad.
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En este punto bueno es resaltar que, tal como
lo sostiene la Cámara Nacional de Casación Penal, el requisito de la
motivación de los actos jurisdiccionales se cumple siempre que guarde
relación con los antecedentes que le sirven de causa y sean congruentes con el
punto que decide, suficientes para el conocimiento de las partes y para las
eventuales impugnaciones que se le pudieran plantear (confr. C. Nac. Cas.
Penal., Sala II, “Gaete Martínez, Rufo Edgar s/recurso de casación”, sentencia
del 03/06/99).
Cabe destacar en este sentido que en los
considerandos de la resolución el magistrado reseñó las distintas contingencias
procesales y las constancias probatorias colectadas en el expediente,
exponiendo las consideraciones fácticas y jurídicas que estimó pertinentes y
esgrimiendo los fundamentos en virtud de los cuales adoptó la decisión de
mérito, con lo cual puede concluirse que se encuentran cumplidas las
exigencias de motivación contenidas en el art. 123 del CPPN.
Asimismo, las críticas formuladas acerca del
modo de valoración de las constancias arrimadas a la causa por parte del juez
actuante constituyen materia de análisis para ser tenida en consideración al
momento de resolver la situación procesal de los imputados, pero la
divergencia acerca de los criterios de valoración de la prueba no pueden
justificar la anulación de un auto que cumple con las pautas requeridas por el
ordenamiento formal.
Por las razones expuestas, no puede prosperar
en esta instancia la crítica genérica que reposa en la falta de motivación de la
resolución apelada.
II.18
Poder Judicial de la Nación
Que, primeramente, cabe precisar que el hecho
investigado en la presente causa consiste en la presunta existencia de una
asociación ilícita integrada, al menos, por Ricardo Isaac Vilardel, Horacio
Aníbal Vilardel, Damián Javier Vassallo, José Baldobino y Sergio Armando,
quienes mediante la creación de entes societarios ficticios y carentes de
actividad real, así como de la utilización de la identidad de personas físicas sin
capacidad económica ni operativa para llevar a cabo la actividad que
declaraban, desarrollaban, coordinada y mancomunadamente una actividad
habitual con el objeto de obtener documentación respaldatoria –cartas de
USO OFICIAL
porte- que permitiera el traslado hacia distintos puntos del país, de granos
adquiridos
en
el
mercado
marginal,
en
condiciones
formales
de
comercialización.
Al respecto, debe resaltarse que a los fines de
realizar el transporte de granos se debe contar obligatoriamente con cartas de
porte generadas bajo el sistema informático previsto y reglamentado por el
Decreto 34/2009 y la Resolución Conjunta (AFIP- ONCCA- Subsec. de
Transporte Automotor) N° 2556-1173-3/2009, único documento válido para
cumplir dicha función. Ésta documentación no sólo justifica el traslado de la
mercadería sino que además identifica al productor, comercializador, etc. y
permite su eventual control impositivo, que es, justamente, lo que los autores
del ilícito investigado querían evitar.
Sentado ello, cabe adelantar que el cuadro
probatorio reunido en la causa, entre ellos, el informe presentado por el
Supervisor Interino de la División Investigación de la AFIP (fs. 6/54);
transcripción de las escuchas telefónicas (fs. 98/123, 133/195, 204/278,
312/463, 467/482, 495/541, 562/613, 640/700, 708/747, 758/799, 806/813,
19
820/829, 860/918, 952/962); informes de la AFIP (fs. 555/560, 1009/1039,
1045/1064); declaración testimonial de Martín Alfredo Knudsten (fs. 127 y
vta.); denuncia ante la AFIP de Coronel Carrazana (fs. 835); informe de la
Policía de Seguridad Aeroportuaria de Córdoba (fs. 922/945); denuncias de fs.
1041/1044; impresión de mails (fs. 1065/1107); allanamientos de fs.
1135/1136, 1157/1158, 1163/1165, 1179 y vta., 1190/1191, 1220/1221 y vta.,
1263 y vta.; informes de fs. 1330/1347; informe AFIP de fs. 1392/1413;
informes sobre la totalidad de los teléfonos celulares secuestrados (fs.
1414/1483); expediente Nº 790/11 (fs. 1505/1562); expediente Nº 367/11 (fs.
1564/1601); expediente Nº 809/11 (fs. 1604/1712); Informe de investigación
(fs. 1715/1800, 1807/1811, 1887/1916), y demás constancias de autos,
permiten tener por acreditado con el grado de probabilidad requerido en esta
instancia, la realización del tipo de la asociación ilícita previsto en el artículo
15 inc. “c” de la ley 24.769.
III.En efecto, las pruebas reunidas en la causa
permiten sostener que Ricardo Isaac Vilardel, Horacio Aníbal Vilardel,
Damián Javier Vassallo, Sergio Armando y José Baldobino integraban una
organización que tenía por objeto la generación de documentación
respaldatoria que permitía justificar el movimiento físico del grano adquirido
en el mercado marginal mediante la utilización de interpósitas personas
insolventes en forma individual como así también integrando sociedades
(denominadas por el organismo fiscal como usinas de facturas apócrifas).
Cabe destacar que, al momento de iniciarse las
investigaciones (octubre de 2010), el organismo fiscal informó que existían 36
Sociedades de Hecho y una SRL creadas por la asociación ilícita, las que, no
20
Poder Judicial de la Nación
obstante estar inscriptas ante la AFIP, no existirían más que formalmente,
pues no habrían tenido alguna actividad real comprobada. Posteriormente, se
pudo determinar que al 18 de marzo de 2011 existían inscriptas en la AFIP al
menos 70 sociedades de hecho vinculadas a las personas imputadas en la
causa y que evidenciaban irregularidades similares relacionadas con su
constitución y funcionamiento; así:
a) veintidós personas físicas (entre ellos
Emilio Sica, Cristóbal Alzogaray, Juan Daniel Quinteros, Mario Enrique
Aráoz, Carlos Adrián Ceballos, Javier Mario Vegas), figuraban como
USO OFICIAL
integrantes de sociedades diversas, destacándose la participación en su gran
mayoría del Contador Ricardo Isaac Vilardel (ver planillas de fs. 12/13,
1062/1064 e informe de fs. 555/560);
b) un mismo domicilio, Suboficial Carlos H.
Medina 2 -Barrio Santa Ana-, se repite para todas las sociedades integradas
por Vilardel, siendo coincidente con su domicilio fiscal;
c) fueron inscriptas en el período que va desde
el 30/07/2010 al 23/02/2011, con excepción de la firma Cristal SRL que fue
dada de alta en fecha 27/12/2000;
d) no declaran empleados en relación de
dependencia;
e) las declaraciones juradas por los impuestos
a las ganancias y al valor agregado de las personas físicas y las sociedades
fueron presentadas en su mayoría sin movimiento, por lo que no podrían
justificar
la
plantación,
recolección
de
cultivos
ni
su
posterior
comercialización (ver fs. 23/39);
f) no poseen retenciones de IVA y Ganancias
21
tanto sufridas como practicadas;
g) las sociedades no son titulares de cuentas
bancarias, y si bien algunos de los contribuyentes vinculados a las mismas
registran cuentas, los movimientos de fondos no resultan acordes con el
desarrollo de una actividad agraria;
h) declararon la actividad de cultivo agrícola,
no surgiendo de las bases informáticas que hayan adquirido granos para su
posterior comercialización;
i) registraron movimientos de granos a los
pocos días de su inscripción, lo que no condice con los tiempos propios de la
actividad;
j) No registran pagos a la AFIP en ningún
concepto.
IV.Las circunstancias detalladas permiten inferir
prima facie y con el grado de certeza requerido en esta instancia que, tal como
lo sostuvo el a quo, la creación e inscripción de las sociedades tenía como
único objetivo emitir documentación (cartas de portes, facturas, etc.) que
permitiera registrar operaciones de venta y/o traslado de granos a fin de
ocultar a los verdaderos operadores que permanecían en situación marginal, no
existiendo constancias de una actividad real de las mismas.
Con idéntico fin se habrían inscripto, además,
falsos productores (entre ellos César Omar Gonzalez, Rodrigo Ariel Coronel
Carranza, Emilio Nicolás Coronel Carranza, Rene Miguel, Arturo Raúl
Orlando) quienes, según surge de las constancias de la causa, no contaban con
la capacidad operativa ni solvencia económica necesaria para operar en los
22
Poder Judicial de la Nación
niveles que la totalidad de las cartas de porte solicitadas le permitirían hacerlo
(ver informe AFIP fs. 1715/1729).
Corrobora
lo
expuesto
las
denuncias
formuladas por René Miguel Soto Guanca (fs. 1042), Raúl Orlando Arturo (fs.
1043), Laura Elizabeth López (fs. 1505), Aldo Néstor Guanuco (fs.
1582/1585), Luciano Jacinto Méndez (fs. 1604), quienes manifestaron que la
inscripción realizada en el organismo fiscal como productores de granos no
reflejaba su real situación económica y que además fue efectivizada sin su
consentimiento.
USO OFICIAL
Pues bien, el desarrollo de las maniobras antes
descriptas habría posibilitado a la asociación ilícita solicitar al 23 de febrero
de 2011 un total de 23.684 cartas de portes, de las cuales sólo 2015 fueron
autorizadas (ver informe de fs. 557 in fine), las que posibilitaron el traslado de
una gran cantidad de grano prima facie de manera ilegal.
Asimismo,
se
pudo
determinar
que
la
maniobra se habría prolongado, por lo menos, durante los años 2010 y 2011,
teniendo en cuenta la fecha de constitución de las sociedades apócrifas, el
análisis de las casillas de correos donde surge que durante dicho período los
imputados habrían negociado una gran cantidad de cartas de porte (ver fs.
1065/1107), la documentación reservada en Secretaría de las que surge el
volumen de granos transportados durante esos períodos y las planillas
impresas desde la computadora de Damián Vassallo que dan cuenta de los
nombres de los clientes y cantidad de cartas de porte (ver análisis de la
documentación de fs. 1333/1346); lo que denota la permanencia en el tiempo
de la organización con proyección al futuro.
23
Así las cosas, se pudo establecer algunos
destinatarios del grano movilizado que confirmaron la recepción de
documentos de traslado emitidos por las usinas de documentación apócrifas,
encontrándose entre los principales Vincentin SAIC, Marlenheim SA y
Molinos Río de la Plata (ver informe de fs. 1055); debiéndose destacar que en
algunas cartas de porte el destinatario de la mercadería resultaba coincidente
con el remitente, circunstancia comúnmente utilizada para impedir la
identificación del verdadero destinatario del grano (por ejemplo carta de porte
de fs. 1067).
En este marco, se aprecia que la calificación
legal asignada al sub lite resulta prima facie ajustada a las probanzas de la
causa, con independencia de la efectiva acreditación del delito posterior que se
vincula con los planes delictivos de la asociación ilícita, extremo que deberá
ser objeto de investigación.
En efecto, como ya lo dijo esta Cámara en la
causa “Jerez, Sandra Esther y otros s/Infracción a la ley 24.769”, resolución de
fecha 24/11/2011, el tipo penal de asociación ilícita previsto por el art. 15 inc.
“c” de la Ley Penal Tributaria no requiere la existencia de otros delitos
tributarios consumados y resulta un delito independiente de los delitos que en
ejecución de lo pactado, todos o algunos de sus miembros pudieran cometer,
es decir que lo que aquí se reprocha es la voluntad de conformar e integrar una
asociación destinada a cometer delitos tributarios, circunstancia que tiene
significación jurídico penal independientemente de si esos delitos fueron
ejecutados, consumados o no, ya que en tal caso se darían las hipótesis
concursales respectivas, lo cual no puede descartarse si se profundizan las
investigaciones en tal sentido.
24
Poder Judicial de la Nación
V.Que efectuadas dichas consideraciones y en
atención a las características de la resolución recurrida por la cual se examinó
la situación procesal de numerosos imputados, y con la finalidad de alcanzar
una mayor claridad expositiva de los agravios señalados por las defensas de
las partes recurrentes, se analizará en primer término los elementos vinculados
a la situación de Damián Javier Vassallo.
Así, resulta oportuno precisar que los agravios
de su defensa se centraron en alegar la nulidad por falta de motivación de la
USO OFICIAL
resolución apelada -circunstancia que ya fue tratada en el considerando II-, y
la falta de pruebas que acreditaran la asociación de Vassallo con sus consortes
de causa para conseguir falsos contribuyentes o constituir sociedades
apócrifas, señalando que su participación se limitaba a la venta de las cartas de
porte.
Ahora bien, el análisis de las numerosas
conversaciones telefónicas recabadas en autos permiten inferir que el
imputado habría tenido activa participación en la confección, venta y entrega
de las cartas de porte (ver por ejemplo transcripciones de fs. 467, 475/476,
478/479, 480/482, 495/496, 500, 502/505, 508/510, 513, 514/516, 521/523,
526/527, 528/527), a cuyo fin se comunicaba cotidianamente con José
Baldobino, Ricardo Vilardel y Horacio Vilardel. Lo expuesto es corroborado
por el propio imputado en su declaración indagatoria de fs. 1488 en la que
manifestó que la operatoria era siempre la misma, que los intermediarios de
compra y venta de granos se comunicaban para requerirle cartas de porte y él
las obtenía de Mario Aráoz (nombre ficticio utilizado por Ricardo Isaac
25
Vilardel) y, posteriormente las vendía a sus clientes a un precio que oscilaba
entre los $70 y $120, agregando que también comercializaba carpetas.
En efecto, la documentación vinculada a la
actividad investigada y que fuera encontrada en el domicilio de Vassallo (ver
acta de procedimiento de fs. 1220/1221 y vta.y acta de fs. 1332/1334), acredita
lo expuesto, debiéndose destacar que del análisis de sus computadoras fue
posible obtener la impresión de una gran cantidad de cartas de portes
pertenecientes a las firmas denunciadas como “prestanombres”, entre ellas
Tamer Borys y Quispe Delfor Daniel SH; Méndez Albino Javier y Vilardel
Ricardo Isaac SA, Tamer Borys y Cardozo Juan José SH; Vilardel Ricardo
Isaac y Cardozo Juan José y Araoz Mario Enrique SH (ver fs. 1333/1334 e
informe de fs. 1062/1064). Asimismo, se secuestraron distintos comprobantes
de depósitos bancarios y giros de dinero entre Ricardo Vilardel, Mario Aráoz,
Horacio Vilardel y José Baldobino, entre otros sujetos, lo que evidencia la
vinculación entre los encausados.
Además, debe destacarse que en el marco de
su empresa “Negocios Agropecuarios”, el imputado no sólo preveía de
documentación apócrifa a sus clientes sino que también asesoraba sobre
distintas formas de regularizar mercadería adquirida en el mercado marginal
(ver fs. 469/471, 497/499, 502/505, 766), además de evacuar consultas
referidas a las sociedades apócrifas (ver por ejemplo fs. 664/665 y 666/667),
por lo que, contrariamente a lo sostenido por la defensa, las maniobras
utilizadas para la generación de la documentación que luego vendía no le
resultaban extrañas sino que participaba activa y coordinadamente en su
ejecución. Más aún, alentaba a sus consortes de causa a preparar carpetas que
les permitieran obtener otro tipo de documentación (ver transcripción de fs.
26
Poder Judicial de la Nación
430/431, 443/446), demostrando cabal conocimiento de la operatoria ya que
reconoció que tenía conciencia de que lo que hacía no estaba bien (punto VIII
del RESULTANDO in fine)
Pues
bien,
las
circunstancias
expuestas
permiten concluir, con el grado de certeza que se requiere ante esta instancia
que la participación de Vassallo no era circunstancial o aislada, sino que por el
contrario se ensamblaba dentro del esquema organizativo permanente, donde
cada uno de los integrantes cumplía un rol determinado, configurándose el
dolo requerido por la figura imputada, consistente en la intención de
USO OFICIAL
pertenecer a la asociación ilícita, el conocimiento de la ilicitud de sus planes y
de que está integrada por tres o más personas.
VI.a.- Que corresponde avocarse al conocimiento
de las cuestiones que fueron articuladas por la defensa oficial de los imputados
Ricardo Isaac Vilardel y Horacio Aníbal Vilardel. En primer lugar se analizará
aquellos argumentos que por su naturaleza, de prosperar, impedirían analizar
la existencia material del presunto hecho ilícito y la participación penalmente
responsable de los imputados.
La defensa, alegó la nulidad de la resolución
que dispuso la intervención telefónica fundamentando su pretensión en base a
que la AFIP no se encuentra autorizada para solicitar este medio de prueba en
particular en virtud de lo dispuesto por el artículo 21 de la ley 24.769.
Debe precisarse que el artículo 21 del texto
legal citado habilita al organismo recaudador a solicitar al juez competente en
la materia, determinadas medidas de obtención y/o resguardo de los elementos
de prueba probablemente relacionados con la presunta comisión de algunos de
27
los delitos previstos por la Ley Penal Tributaria. Este tipo de presentaciones
no requieren la convicción administrativa acerca de la comisión de un hecho
ilícito, porque, como se ha entendido, esta medida no involucra la formulación
de denuncia por parte del organismo recaudador , ni la previa promoción de la
acción penal respectiva por parte de su titular.
Ahora bien, el artículo bajo análisis debe ser
interpretado de manera restrictiva y limitado a las medidas de obtención y
resguardo de elementos de juicio; de lo contrario se concedería a la AFIP una
facultad de intromisión excesiva en la intimidad a la cual sólo podría arribarse
por vía de una interpretación extensiva, inadmisible cuando se trata de
restringir derechos constitucionales (en igual sentido Cámara Federal de
Apelaciones de Córdoba, “Seri, Miguel Angel- Gasparini, Diego Nazareno y
otros s/Infracción artículo 15 inc. “c” Ley 24.769”, resolución del
13/10/2011); por lo que debe entenderse que no podría requerir por sí mismo
la intervención telefónica de un particular, pues tales facultades de prevención
están reservadas exclusivamente al Ministerio Público Fiscal y Fuerzas de
Seguridad.
Sentado ello, surge del análisis de la causa que
si bien el organismo recaudador puso en conocimiento los hechos
presuntamente ilícitos y solicitó órdenes de intervención telefónica, estas se
canalizaron a través del Fiscal Federal quien recondujo dicha presentación y, a
los efectos de corroborar las maniobras, solicitó la intervención del teléfono
celular utilizado por Ricardo Isaac Vilardel (ver fs. 73/81 y vta.), cumpliendo
con su obligación legal de persecución de delitos como representante del
Ministerio Público Fiscal.
28
Poder Judicial de la Nación
Por otro lado, no se advierte vicio alguno en el
proceder del magistrado instructor que conlleve la nulidad de la medida
ordenada, toda vez que de las constancias de la causa se desprende que las
resoluciones que ordenaron la intervención de las líneas telefónicas, se
fundaron en la existencia de indicios serios que daban cuenta de posibles
maniobras delictivas en violación a la ley 24.769, sustentando dicha
afirmación en la amplia investigación llevada a cabo por el organismo fiscal y
que indicaba a Ricardo Isaac Vilardel como una de los principales implicados.
En este sentido cabe señalar que los arts. 123 y
USO OFICIAL
236 del CPPN en cuanto establecen la obligatoria fundamentación del auto
que ordena una intervención telefónica bajo pena de nulidad, deben ser
analizados con arreglo al principio de razonabilidad, atendiendo a los fines
que persiguen las normas bajo análisis y el interés general en el afianzamiento
de la justicia. De ahí que si bien la exigencia de motivación es el modo de
garantizar que la intromisión en la intimidad de los individuos aparezca como
fundadamente necesaria, no es dable exigir a lo magistrados una semiplena
prueba de la culpabilidad de la persona que debe soportarla (v. Cámara
Nacional de Casación Penal, sala IV, “De Sousa Martins, Rodrigo”, resolución
de fehca 12/05/2006), bastando la existencia de sospechas bastantes y
fundadas que justifiquen la medida.
b.- Que tampoco se hará lugar a la nulidad
planteada por la defensa con fundamento en que la preventora se excedió en
las facultades conferidas por el instructor al revisar el domicilio de sus
defendidos por un can detector de estupefacientes.
Cabe señalar que el artículo 224 del CPPN,
faculta al juez a ordenar por auto fundado el registro del lugar en caso de
29
presumir que existen elementos vinculados a la investigación del delito,
circunstancia que no implica que durante la producción de un registro la
autoridad preventora carezca de facultades para incautar bienes no
especificados en la orden de allanamiento y relacionados con la comisión de
otro delito (cfr. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y
Correccional de Capital Federal, Sala V, “New Idea”, sentencia del 20/04/05).
Sin perjuicio de ello, analizando el caso
particular, la búsqueda de sustancia estupefaciente en el domicilio de Ricardo
Vilardel arrojó resultado negativo (ver acta de fs. 1135 y vta.), por lo que no
se advierte la existencia de un perjuicio concreto que amerite la declaración de
nulidad del acto atacado, puesto que de ser así importaría un manifiesto
exceso ritual no compatible con el buen servicio de justicia (Fallos: 295:961;
302:221; 306:146; 310:1412, entre otros).
c.- Que en cuanto a la cuestión de fondo, cabe
precisar que la ley 25.874 sustituyó el art. 15 de la Ley Penal Tributaria,
incorporando como delito independiente en el inc. “c” de dicho artículo a la
denominada asociación ilícita tributaria, cuya conducta típica consiste en
formar parte de una organización o asociación compuesta por tres o más
personas que habitualmente esté destinada a cometer cualquiera de los delitos
tipificados en la ley 24.769. Al respecto, se entiende que la tipificación de la
asociación ilícita tributaria como delito especial autónomo, tiene por objeto la
protección de la Hacienda Pública Nacional, Provincial y de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires (cfr. modificación introducida por ley 26.735),
tanto de los recursos como de los gastos, y las Rentas de la Seguridad Social,
es decir el mismo bien jurídico protegido por la ley que lo cobija,
distinguiéndose del tipo previsto en el art. 210 del Código Penal.
30
Poder Judicial de la Nación
Sentado
ello,
cabe
señalar
que
las
investigaciones preliminares realizadas por la AFIP arrojaron como dato
relevante que el Contador Público Nacional Ricardo Isaac Vilardel declaraba
como actividad principal el servicio de contabilidad y teneduría de libros,
auditoría y asesoría fiscal y como secundaria la de cultivo de legumbres secas,
sin perjuicio de no encontrarse incluido en el Registro Fiscal de Operadores de
Granos y Legumbres Secas y no registrara inscripción en la ONNCCA.
Asimismo, se pudo determinar su participación
en numerosas sociedades (105 en total) que tenían como común denominador
USO OFICIAL
carecer de capacidad económica para llevar adelante la actividad comercial
que denunciaban, debiéndose destacar que en todas estaba autorizado al
mismo Ricardo Isaac Vilardel para solicitar y/o retirar cartas de porte, además
de integrar 5 fideicomisos en calidad de fiduciente, fideicomisario y
beneficiario.
En igual situación se encuentra su hermano,
Horacio Aníbal Vilardel, quien figura como integrante de 35 Sociedades de
Hecho que fueron inscriptas desde el 13/01/11 al 16/06/11, a través de las
cuales se solicitaron 3.228 cartas de porte, habiendo sido autorizadas en
función de las irregularidades detectadas sólo 230 (ver informes de fs. 12/13;
1021/1030; 1062/1064 y 1715/1729).
Resulta indicativo del fin ilícito que habría
tenido la sistemática inscripción de sociedades, la circunstancia de que
declaraban el mismo domicilio fiscal, el que además precisamente resulta
coincidente con el de Ricardo y Horacio Vilardel. En efecto, para una
organización como la que es objeto de la presente causa, fijar como domicilio
fiscal de las personas jurídicas que se pretenden utilizar con fines ilícitos un
31
domicilio al cual no tuvieran acceso los miembros de la organización,
implicaría el riesgo que, ante posibles requerimientos o notificaciones de la
AFIP, se pudiera alertar a las autoridades respecto de la inexistencia en el
domicilio en cuestión de aquellas sociedades espurias. En efecto, en el
allanamiento practicado en el domicilio de los imputados fue posible
secuestrar 209 intimaciones de obligaciones tributarias efectuadas por la AFIP
a nombre de sociedades integradas o vinculadas por Ricardo Vilardel (ver
allanamiento de fs. 1135/1136 y acta de fs. 1335/1337).
Asimismo, corrobora la hipótisis delictiva las
denuncias presentadas por Laura Elizabeth López y Luciano Jacinto Méndez
(ver fs. 1507/1561 y 1604/1683) quienes manifestaron no haber realizado
ningún trámite a los fines de su inscripción ante la AFIP, sin perjuicio de lo
cual figuraban como integrantes de varias sociedades junto con Ricardo y
Horacio Vilardel (ver anexo de fs. 1062/1064).
Así también cabe incluir las denuncias
realizadas ante el organismo fiscal por Emilio Nicolás Coronel Carrazana (fs.
835) y César Omar González (fs. 843) quienes manifestaron haber aportado
sus datos al Contador Vilardel para ser inscriptos como productores de granos
a cambio de una suma determinada de dinero, siendo que nunca desarrollaron
dicha actividad.
Pues
bien,
las
circunstancias
expuestas
ostentan en alto grado de verosimilitud en orden a demostrar que, tal como fue
alegado por el querellante, la maniobra consistía en la inscripción de nuevos
contribuyentes ante la AFIP, ya sea personas físicas o constituyendo
sociedades sin capacidad económica y/o financiera para desarrollar solo en
apariencia la actividad declarada -comercialización de granos-, a efectos de la
32
Poder Judicial de la Nación
obtención de cartas de porte que permitieran transportar por el territorio
nacional granos vendidos en el mercado marginal.
En ese sentido, las numerosas escuchas
telefónicas obrantes en la causa corroboran lo expuesto, toda vez que
analizadas con los demás elementos de prueba permiten presumir con el grado
de certeza requerido en esta instancia, tanto la participación de los imputados
en el hecho investigado como la hipótesis delictiva detallada por el a quo en la
resolución atacada (ver transcripciones de fs. 102/103; 113/116; 220/222;
228/231; 232/234; 244/245; 263/266; 340/341; 350/351; 359/360; 363/365;
USO OFICIAL
381/383; 384/386; 406/410; 428/429; 583), siendo del caso destacar que
mantenían relaciones comerciales con productores de distintas partes del país,
evidenciándose un claro conocimiento de la metodología de trabajo tanto
respecto a los vendedores de la documentación apócrifa como de sus usuarios.
Ahora bien, cabe indicar que si bien la
participación de Ricardo Isaac Vilardel en la organización resulta más activa,
generada presumiblemente por sus conocimientos en la materia en atención a
su profesión, los elementos de prueba reunidos en la causa permiten sostener
también la intervención de su hermano Horacio Vilardel en la actividad ilícita
(ver transcripciones de fs. 322; 367/368; 458; 604; 898/899; 918), debiendo
destacarse que asumió mayores responsabilidades y funciones ante la ausencia
transitoria de su hermano (ver transcripciones de fs. 884/885; 886).
Resulta oportuno aclarar que a los fines de las
actividades desplegadas por la asociación, Ricardo Isaac Vilardel se daba a
conocer como Mario Aráoz, circunstancia que es corroborada por Damián
Javier Vasallo en su declaración indagatoria de fs. 1487/1489 y por las
33
escuchas telefónicas de fs. 567/569; 592/594; 595; 605/606; 607; 726, entre
otras.
Conforme lo expuesto, cabe concluir que
existen elementos de prueba suficientes para sostener que Ricardo Isaac
Vilardel y Horacio Vilardel tenían un entendimiento cabal de la organización
delictiva señalada, de la cual habrían formado parte por medio de la
realización de aportes concretos para el cumplimiento de la finalidad de la
asociación con base en la existencia de un acuerdo previo.
V.Que, en cuanto a la situación de José
Baldobino, cabe precisar que la defensa no se agravió de la acreditación de la
materialidad del hecho ilícito investigado sino que únicamente cuestionó su
participación, alegando que la documentación era obtenida de manera lícita
por la cual pagaba un precio real y cierto.
Que del análisis de las pruebas reunidas en la
causa se pudo constatar con el grado de certeza requerido en esta instancia que
que José Baldobino encargó a Ricardo Isaac Vilardel y Damián Vasallo la
confección de una gran cantidad de cartas de porte, las que posteriormente
vendía a clientes de distintas partes del país para el traslado de grano
adquirido de manera marginal (ver transcripciones de fs. 246/253; 256/257;
259/260; 533; 670/671; 770/771).
La metodología de trabajo utilizada por los
encausados resultaba siempre la misma: se remitían por correo electrónico los
números de CUIT y claves fiscales de las usinas de documentación apócrifa y
José Baldobino completaba la información, circuito que claramente no
corresponde a un método normal toda vez que el responsable de solicitar y
34
Poder Judicial de la Nación
proceder al llenado de las cartas de porte es el productor agropecuario, quien
además es el titular de la clave fiscal con las que se efectúan dichas
operaciones (ver transcripciones de fs. 777; 783/786; 787/790; 795/796;
797/799). Corrobora lo expuesto la documentación secuestrada en el domicilio
particular y en la empresa del imputado en la provincia de Córdoba, así como
los mails obtenidos de su casilla de correo [email protected], de las
que surge documentación relativa a los sujetos utilizados como prestanombres,
entre ellos Ricardo y Horacio Vilardel, Tamer Borys y Agrocapital SA, entre
otros (ver impresiones de la casilla de correo de fs. 1065/1107).
USO OFICIAL
En efecto, las pruebas mencionadas, así como
la circunstancia de que Baldobino tenía conocimiento y participación en
operatorias de comercio de granos –nótese que es titular de la empresa
Agroservicios del Sur-, dejan al descubierto prima facie que no desconocía las
maniobras desplegadas por la asociación, sino que por el contrario habría
actuado como vínculo entre Vilardel y Vassallo con los potenciales usuarios
de las cartas de porte, siendo su función primordial toda vez que no se
generaría documentación apócrifa si no existieran interesados en adquirirlas.
Sentado ello, lo alegado por la defensa
respecto al pago de un precio real por la documentación resulta un argumento
meramente defensista que lejos de mejorar la situación del imputado
confirman la hipótesis delictiva esgrimida por el juzgado instructor. En efecto,
debe valorarse que el imputado se dedicaba a los negocios agropecuarios y
que tenía un claro manejo de la operatoria comercial (ver informe de fs.
922/923 y vta. de la Policía Aeroportuaria de Córdoba y escuchas telefónicas
de fs. 783/786; 787/790; 867/868; 880), por lo que no pudo desconocer que de
conformidad con la normativa legal aplicable sólo pueden solicitar
35
formularios de cartas de porte los titulares de los granos a transportar (a.- los
productores de granos inscriptos en la AFIP, es decir quienes tengan declarado
un código de actividad vinculado a la producción de granos y b.- los
operadores del comercio de granos que se encuentren inscriptos en el Registro
Único de Operadores de la Cadena Comercial Agropecuaria Alimentaria); por
lo cual, el precio pagado por dicha documentación estaba establecido por la
ilicitud de la maniobra y los riesgos que asumían, pues de otra forma no se
entendería que los usuarios paguen por documentos a los que accederían
normalmente y de forma gratuita de encontrarse en regla.
VIII.Que respecto a la situación de Sergio Armando
quien también se encuentra procesado como miembro de la asociación ilícita
fiscal (art. 15 inc. “c” de la ley 24.769), cabe confirmar lo dispuesto por el a
quo conforme las consideraciones que a continuación se efectúan.
a.- En primer lugar resulta importante destacar
como elemento de prueba relevante la documentación secuestrada en el
estudio contable de calle Zuviría 333 -4º piso A- donde el imputado trabaja
como auxiliar contable, la que analizada junto a los demás elementos de
prueba, entre ellos los informes de la AFIP de fs. 1/54, 555/560, 1009/1109;
1715/1729, dejan al descubierto la utilización reiterada de los sujetos
denominados por el organismo fiscal como “usinas, carpetas o prestanombres”
para la utilización de documentación apócrifa.
Pues bien, es preciso analizar que entre la
documentación secuestrada e identificada por cajas A, B y C se hallaron
documentación de la firma CONYSER SRL que incluye constancia de
administrador de clave fiscal a favor de Ricardo Isaac Vilardel; contrato de la
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firma CONSTRUCTORA NORTEÑA SRL y acta de reunión de socios por la
que se designa a Ricardo Isaac Vilardel como gerente; documentación relativa
a la firma SARAVIA SA y poder otorgado a favor de Isaac Vilardel para
actuar en su representación; recibo de sueldo de Sergio Armando
consignándose como empleador la firma antes señalada (dicha sociedad tiene
domicilio fiscal inexistente, no declara ingresos que justifiquen el origen de
fondos para abonar sueldos y además declara un pasivo con las firmas Cristal
SRL y Vega y Vilardel SH, de las que Vilardel resulta ser apoderado e
integrante respectivamente, ver fs. 1051/1052); talonario de facturas tipo A de
USO OFICIAL
la firma Transporte El Gaucho SH correspondiente a la razón social Vilardel
Ricardo Isaac, Alzogaray Cristóbal y Villagra Daniela Alejandra SH (los
sujetos que integran esta sociedad fueron denunciados por la AFIP por
integrar en distintas combinaciones sociedades, ver fs. 1046), evidenciándose
la vinculación entre todos los sujetos que hasta el momento fueron sindicados
como miembros de la asociación.
En igual sentido, cabe valorar las escuchas
telefónicas de fs. 348/349; en las que Armando solicita a Vilardel cartas de
porte para proveer a sus clientes, y las escuchas de fs. 689/693 que revelan que
el imputado no sólo se encargaba de la venta de las cartas de porte sino que
intervenía además en la inscripción en el organismo fiscal de los
prestanombres y realizaba los trámites relativos a la obtención de talonarios de
facturas de las sociedades apócrifas (ver fs. 455/457 y 683, 686), siendo
consultado en varias oportunidades por Horacio y Ricardo Vilardel.
Por otro lado, y corroborando la hipótesis
delictiva, cabe destacar la denuncia formulada por Aldo Néstor Guanuco a fs.
1565/1567 y 1582/1585 contra Sergio Armando por la inscripción sin su
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consentimiento ante la AFIP como productor de granos cuando en realidad
solo desarrollaba actividad ganadera de pequeña envergadura. Resulta
ilustrativo lo manifestado por el denunciante respecto a que no posee cuentas
bancarias, nunca efectuó declaraciones juradas, no solicitó cartas de porte y no
autorizó a terceras personas el uso de su clave fiscal, de la que sólo tenía
conocimiento de ella solamente su contador Sergio Armando. Sin perjuicio de
ello, surge de los datos aportados por la AFIP que se le autorizaron 11 cartas
de porte con las que se habría amparado el traslado de granos, consignándose
como destinatario del grano el mismo sujeto emisor, sin contar con la
capacidad operativa ni solvencia económica para operar en los niveles que la
totalidad de cartas de portes solicitadas le permitían hacerlo (ver fs.
1592/1596).
b.- En cuanto al argumento esgrimido por
Armando en su declaración indagatoria respecto a que no conocía a los demás
imputados en la causa, cabe aclarar que si bien de las escuchas telefónicas
surge que con las únicas personas con las que mantuvo conversaciones y que
están imputadas en la presente causa son Ricardo y Horacio Vilardel; a los
efectos de la configuración del delito de asociación ilícita no se exige que
exista trato directo entre todos los asociados y ni siquiera que se conozcan
entre sí, así como tampoco es necesario que cada miembro integre la
asociación durante toda su existencia toda vez que no se requiere que el grupo
se mantenga inmutable, ni que todos sus autores la hayan integrado
simultáneamente (v. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico,
Sala B, “V.R.G y otros”, sentencia del 24/02/2006), bastando que cada uno
conozca que es parte integrante de la asociación, lo que surge evidente de su
adhesión y cohesión al orden orgánico.
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c.- Por otro lado, esta Cámara tiene dicho que
el delito de asociación ilícita fiscal –art. 15 inc “c” de la ley 24.769- conforma
un tipo penal autónomo, cuya consumación se produce con independencia e,
inclusive, sin que exista el comienzo de ejecución de los delitos previstos por
la ley penal tributaria vinculados a los planes delictivos de aquélla, pues lo que
se reprime es la calidad de miembro de la asociación por el mero hecho de su
creación. Su razón de ser radica en que la conformación de una asociación
ilícita genera una mayor peligrosidad por tratarse de crimen organizado,
cometido en grupo, con ánimo de reiteración, además de tener un mayor
USO OFICIAL
potencial lesivo y generar alarma no sólo por los delitos cometidos, sino por la
indefinición de los que eventualmente puedan cometerse (ver esta Cámara in
re “Jerez, Sandra Esther y otros s/Infracción a la ley 24.769”, resolución de
fecha 24/11/2011).
En igual sentido, la Cámara Nacional de
Casación Penal sostuvo que el delito de asociación ilícita es independiente de
la comisión o no de delitos, bastando que se compruebe el acuerdo de
voluntades entre los componentes, en el sentido de cometer delitos en cuanto
ello sea posible y se presente la oportunidad; pues la punibilidad del pacto no
está en la punibilidad de los autores de los ilícitos que los asociados en su
cumplimiento cometan, sino en el peligro que por sí implica una organización
criminal de cierta permanencia (C. Nac. Cas. Penal., Sala IV, in re
“Bernasconi, Hernán Gustavo s/recurso de casación, resolución del 29/08/03 y
“Membrives, Carlos Antonio s/recurso de casación”, resolución del 30/10/03;
en igual sentido C. Nac. Penal Econ., Sala B, in re “Viazzo, Roberto G. y
otros, resolución del 21/07/2006).
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En efecto, su criminalización no podría
depender de la cantidad de delitos que se cometan cuando, justamente, parte
de la idea consiste en el adelantamiento de la punición hasta el momento de la
lesión misma. Precisamente, la pena puede ser aplicada aún cuando la
asociación ilícita no haya logrado cometer todavía ni un solo ilícito (Orce,
Guillermo- Trovato, Gustavo Fabián, “Delitos Tributarios. Estudio analítico
del régimen penal de la ley 24.769”, Abeledo Perrot, Buenos Aires, 2008, pág.
262).
De ahí que pretender que la existencia de una
presunta asociación ilícita en los términos del artículo 15 de la Ley Penal
Tributaria requiera de la efectiva ejecución de delitos tributarios, como alega
la defensa, no se ajusta a las exigencias del tipo penal en estudio.
d.- Finalmente, respecto a la nulidad de las
escuchas telefónicas alegada por la defensa, cabe remitirse a lo resuelto en el
considerando VI punto “a” del presente decisorio.
IX.Que respecto a los montos de los embargos
dispuestos en contra de los imputados, como se sostuvo en reiterados fallos de
este Tribunal, el art. 518 del Código Procesal Penal faculta a los jueces a fijar
una suma de dinero que garantice la eventual pena pecuniaria, indemnización
civil y costas a que diera lugar una posible condena de la procesada por lo que
el monto del embargo fijado no resulta desproporcionado o arbitrario.
Por todo lo expuesto, se
RESUELVE:
I.- RECHAZAR el recurso de apelación
interpuesto por las defensas de los imputados y, en consecuencia
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CONFIRMAR el punto II del auto de fs. 1922/2020 que dispuso el
procesamiento de Ricardo Isaac Vilardel, Horacio Aníbal Vilardel, Damián
Javier Vassallo, Sergio Armando y José Baldobino, de las demás condiciones
personales obrantes en autos, como autores prima facie responsables del delito
de asociación ilícita fiscal (art. 15 inc. “c” de la ley 24.769).
II.- CONFIRMAR el punto III del auto de fs.
1922/2020 en cuanto trabó embargo sobre los bienes de los procesados en la
suma de dos millones de pesos ($ 2.000.000) cada uno, conforme lo dispuesto
por el art. 518 del CPPN).
USO OFICIAL
III.- DEVOLVER las presentes actuaciones al
Juzgado de origen.
REGISTRESE y notifíquese.
Fdo. Dres. Rabbi-Baldi Cabanillas, Villada y Loutayf Ranea.
Secretario: Dr. Guillermo Elías.
mjp
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