COLOR Caravagio

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Caravaggio
Mítico, místico y violento
Merisi pasará a la historia como Caravaggio, acaso el iniciador más
emblemático de la pintura moderna. Su fascinante biografía, su
desmesurada manera de entender la vida y su definitiva huida hacia
delante llenan su existencia de luces y sombras, con predominio de
estas últimas. Se pone en duda incluso cuál era su verdadero apellido: Merisi, Amerigi, Amerighi, Amarisi...
Se supone que tomó su nombre de Francesco Sforza, marqués de Caravaggio, para el que trabajó su padre como
arquitecto y administrador (otras fuentes lo degradan a maestro de obras e, incluso, albañil).
Martírio de San Mateo.
Entre los personajes incluyó también su autorretrato.
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Diversos detalles de Martírio de San Mateo.
El domingo 28 de mayo de
1606 era día de fiesta en
Roma. La ciudad celebraba el
primer aniversario de la
elección de Pablo V como
Sumo Pontífice. Sin
embargo, al caer la tarde,
surge una trifulca en el
campo de Marzio por un
lance durante un juego de
pelota y un tal Ranuccio
Tomassoni muere
desangrado al recibir una
puñalada en la femoral de
manos de su compañero
de juergas, Michelangelo
Merisi. El asesino, que
también resulta herido, es
condenado a muerte por
decapitación y deberá huir
precipitadamente de la
Ciudad Eterna,
emprendiendo un largo
peregrinar que terminará
cuatro años después con su
prematura muerte, cuando
contaba 37 años, en la playa
de Porto Ercole.
Texto: Javier Granda
a biografía del maestro, nacido en 1571, parece más una ficha
policial: llega a Roma con 18 años, donde sobrevive como
“negro” de pintores afamados rematando cuadros casi terminados con detalles como frutas o flores. En 1600 ya es considerado
uno de los grandes maestros romanos y hay constancia de una
primera reyerta a bastonazos con su colega Spampa, al que no
mató de no mediar unos carniceros que acudieron a separarlos.
Poco después, hiere a un soldado al que señala de por vida con
una cicatriz. Es encarcelado al ser denunciado por Baglione, su
biógrafo. El embajador de Francia intercede y es liberado, lo que
no impedirá que vuelva a pelear con Baglione, con el que tendrá
una extraña relación amor-odio durante toda su vida.
L
JANO 14-20 ABRIL 2006. N.º 1.603
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www.doyma.es/jano
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Desmanes sin fin
En 1604 volverá a ser juzgado por agresión
a la autoridad y por arrojar un plato de verdura al camarero al considerar no haber sido tratado con cortesía suficiente. Los desmanes no cesan, y apedrea la pensión en la
que residía al quedarse la patrona con sus
pertenencias como pago a las mensualidades debidas. Mil seiscientos cinco comienza con un arresto por portar armas sin permiso, posteriormente es encarcelado por
un lío de faldas y, por culpa de otra mujer,
lesionará a un escribano, lo que motivará
una primera huida hacia Génova. En 1606
encontramos a Caravaggio en la cama con
heridas de arma blanca en la oreja y en el
cuello. Al serle tomada declaración, alega
haberse caído en la calle y clavarse accidentalmente su propia espada. La justicia
le impondrá un arresto domiciliario que,
por supuesto, no cumplirá, hasta que una
trivial discusión durante una partida de pelota trastoque su vida por completo...
Los cuatro últimos años de la vida de Caravaggio serán un largo peregrinar que le
llevarán de Colli Albani a Malta, de allí a Sicilia y vuelta a Nápoles, donde fallecerá intentando regresar a Roma, implorando un
perdón papal. En este último y poco conocido período de su vida, su estilo alcanza la
madurez que tanta admiración despertó en
sus contemporáneos, que realizaban el entonces penoso viaje a Malta para admirar
únicamente su Degollación del Bautista,
considerada mejor obra de arte de su época.
Degollación del Bautista, 1608.
Cristo coronado de espinas, 1603.
La obsesión de Caravaggio de morir decapitado explica, según algunos ex
David con la cabeza de Goliat, 1606 o 1610.
Caravaggio usa su autorretrato en la figura de Goliat.
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Judit y Holofernes, 1599.
decapitado explica, según algunos expertos, la proliferación de personajes sin cabeza en su pintura.
“Miembro
pútrido y fétido”
Todo por
un perdón
En Nápoles, Caravaggio pinta El martirio
de Santa Úrsula y Salomé con la cabeza
del Bautista, prestados por la Banca Intesa y el Palacio Real de Madrid para la exposición, obras que, con sus claroscuros, presagian la llegada del barroco. La promesa
de ser nombrado caballero de la orden de
Malta y recibir en la isla mediterránea credenciales que le permitan regresar a Roma,
le animan de nuevo a embarcar. Pintará allí
numerosos retratos de caballeros de la orden y la ya citada Degollación. Pero es traicionado de nuevo por su temperamento:
agrede a un alguacil y es encarcelado. Huye de la cárcel hacia Sicilia siendo expulsado como caballero de Malta “como miembro pútrido y fétido” de la orden. En la isla
del Etna pinta una rupturista Adoración
de los pastores, en la que la virgen y el niño
yacen en el suelo.
En su vuelta a Nápoles cae herido en otra
reyerta de taberna. La leyenda reza que sus
agresores fueron dos caballeros en busca
de la recompensa que los malteses prometían por su cabeza. Esta obsesión por morir
decapitado explica, según algunos expertos, la proliferación de personajes sin cabeza en su pintura y del que David con la cabeza de Goliat es un soberbio ejemplo.
Pintado durante su segunda estancia napolitana, se ha querido ver un autorretrato del
propio Caravaggio en la cabeza del gigante.
Su final no podía sino tener resonancias míticas. Convencido del perdón papal, enfermo de malaria y con el miedo de ser finalmente asesinado por los sicarios de los malteses, vende todo lo que tiene excepto tres
pinturas, una Magdalena y dos Bautistas,
con las que espera comprar futuros favores
y adquiere una barca para dirigirse a Porto
Ercole (otras fuentes citan Civitavecchia)
y de allí llegar a Roma. Es confundido con
un fugitivo y encarcelado. Dos días después, al comprobarse que se trata de un
error, descubre que los marineros que ha
contratado han huido con la embarcación y
sus pocas posesiones. Baglione, su biógrafo, relata los últimos días de la vida de Caravaggio hasta su muerte el 18 de julio de
1610: “Furioso y desesperado andaba por
aquella playa bajo el látigo del sol de estío,
mirando si podía divisar la nave... Llegado a
cierto lugar de la costa, se echó con la fiebre maligna y, sin ayuda humana, a los pocos días murió tal como había vivido”. Poco
después, llegaría el perdón de Pablo V.J
Martirio de Santa Úrsula, 1610.
Salomé con la cabeza de Juan Bautista, 1609.
Adoración de los pastores, 1609.
JANO 14-20 ABRIL 2006. N.º 1.603
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