Violencia patronal Extraído de Viento Sur http://www.vientosur.info/spip.php?article751 Francia Violencia patronal - solo en la web - Fecha de publicación en línea: Miércoles 22 de abril de Fecha de redacción: 22 de abril de 2009 2009 Copyright © Viento Sur - Todos derechos reservados Copyright © Viento Sur Page 1/3 Violencia patronal ¡Habrá bastado con que media docena de patronos sean retenidos-¡algunas horas!- por sus asalariados para que se desencadene una vasta campaña político-mediática sobre los "secuestros", las "tomas de rehenes", el "clima de violencia" y los "ataques al Estado de derecho"! E incluso quienes, en la izquierda, afirman "comprender" a los asalariados encolerizados se creen obligados a desmarcarse de ellos y de condenar estas formas de acción. Pues bien, ¡nosotros no!. Dirigentes y accionistas que se atiborran de stock-options, dividendos, bonos y contratos blindados, cuando cada vez más gente ordinaria conoce fines de mes más difíciles: ¡eso es violento!. Asalariados que han trabajado diez, veinte o treinta años por salarios mediocres, a los que se despide de un día para otro, que se encuentran en la calle, en medio de regiones devastadas, sin esperanza de encontrar un empleo: ¡eso es violento! Trabajadores agotados, rotos por las cadencias y el estrés, que mueren en el trabajo, bien por accidente, bien por suicidio: ¡eso es violento!. "Cuadros estratégicos" enviados por la multinacional, que desembarcan en una empresa, sacan un montón de gráficos y cifras, hacen comprender a los asalariados que no son más que un "coste de producción" que hay que reducir con urgencia, que anuncian brutalmente el cierre de la fábrica, y luego se largan para actuar en otro lugar: ¡eso es violento!. Cuando desesperados porque ya no tienen nada que perder, cuando en un arranque de dignidad algunos asalariados deciden "retener" a su patrón -lo más a menudo únicamente para obtener la apertura de negociaciones -¿es posible imaginar la suma de sufrimientos y exasperación, frente a la rapacidad y la arrogancia patronales, que les hace falta para pasar al acto? Entonces, francamente, cuán ridículos son los gritos de buitre de las buenas almas hipócritas que confunden los debates educados y mundanos a los que son aficionados con ... ¡la lucha de clases!. 16/04/2009 Las luchas se radicalizan NPA Al final de la primera semana de abril, cuando los asalariados de Sony, de 3M, de Caterpille y de Scapa, que van a ser echados a la calle porque los patronos de esos grupos decidieron cerrar su fábrica, habían ya retenido durante varias horas a varios de sus cuadros, Sarkozy amenazaba: "No dejaré hacer las cosas así". La ministra de Enseñanza Superior, Valérie Pécresse, por su parte, hablando del movimiento de las universidades, condenaba "la violencia, el secuestro de los presidentes y las amenazas de boicot a los tribunales de bachillerato". Pero las acciones en las universidades movilizadas así como las de los asalariados despedidos o en paro parcial no han cesado por ello, extendiéndose, al contrario, como una mancha de aceite. En una de las fábricas de Faurecia, una filial del grupo automóvil Peugeot que prevé suprimir 1215 puestos de trabajo, tres cuadros han sido retenidos durante varias horas. En AcelorMittal, los sindicatos de la fábrica de Florange (Moselle), cuyo trust cierra los dos altos hornos por una "duración indeterminada" han decidido ocupar el centro de cambio de agujas. En Valenciennes, donde una huelga había comenzado en Toyota el pasado 6 de abril para el pago al 100% del paro parcial, los asalariados han bloqueado los accesos a la fábrica. Como también los de Caterpille en Grenoble y en Echirolles. Y he aquí que, gracias a su determinación, los asalariados de ERDF-GRDF, cuya huelga era ignorada de una forma escandalosa por los medios, han logrado romper el muro del silencio. Fillon (primer ministro francés) y Hortefeux han atacado violentamente a los huelguistas y a los "cortes de servicio salvajes" cínicamente tachados de Copyright © Viento Sur Page 2/3 Violencia patronal "sabotajes" por quienes no han dejado de sabotear el servicio público y mimar a los accionistas de los grandes grupos responsables de la crisis y de los despidos. Sin embargo los huelguistas gasistas y electricistas no efectúan cortes al azar, sino que buscan los edificios administrativos, los centros comerciales o las zonas industriales. Mejor aún, en algunos lugares han realimentado viviendas privadas de electricidad por no haber pagado la factura o hecho pasar a algunos barrios a tarifa de horas de baja actividad, como en Morlaix. Con lo que van a hacer que las calumnias de los ministros se vuelvan contra el gobierno, lo que esperamos que no tardará en ocurrir. Lo que inquieta tanto al gobierno, como a los dirigentes del PS o Bayrou que han condenado la "violencia" a la vez que decían comprender la "desesperación" de los asalariados, es que estas acciones, estas ocupaciones o bloqueos de fábricas, la huelga de los gasistas y de los electricistas, salen de los marcos institucionales en cuyo interior querrían que se quedaran, bajo el control de la dirección de los aparatos sindicales. Es por otra parte, para las clases dirigentes, el reverso de la pasividad de las direcciones sindicales. Los asalariados, que están hartos de jornadas de acción sin continuidad, toman iniciativas por si mismos y se organizan. Y no es una casualidad si la editorial de le Figaro [periódico de derechas] del 9 de abril expresaba el odio contra el LKP (colectivo guadalupeño que ha dirigido la Huelga General) en Guadalupe o la coordinadora nacional de las universidades, "colectivos de individuos que logran imponer sus diktats a la mayoría". Pues, para toda esa gente, contestar la libertad de hacer daño de la minoría riquísima que decide sobre la suerte de millones de asalariados, no puede ser más que manipulación y dictadura. Frente a las amenazas de la patronal y del poder, es más necesario que nunca que se de un apoyo unitario, lo más amplio posible, a estas luchas, ayudar a su convergencia y a que puedan desembocar en una huelga general. 22/04/2009 Traducción: Alberto Nadal para VIENTO SUR Copyright © Viento Sur Page 3/3