SIETE FORMAS DE "PARAR" A UN MARIDO FURIOSO Las mujeres que tienen esposos dóciles no los han elegido así desde el principio. Simplemente, ellas han demostrado que saben cómo manejarlos y cómo cultivar esta docilidad: ORANDO JUNTOS A DIOS. Cuando un hombre desea imponer su punto de vista recurre por instinto animal a la agresión, mientras que cuando una mujer quiere hacerlo recurre más frecuentemente a las lágrimas, es decir, a mostrarse indefensa. Por lo tanto, no es de extrañar que los hombres recurran a la fuerza en muchas de sus acciones para ganar la batalla del poder en el hogar. Pero, como quien conoce de boxeo, hay que aprender a distinguir cuáles golpes son certeros y cuáles son pura demostración para las cámaras. Y, por supuesto, a esquivar los golpes que van directo a la mandíbula. Estas son siete estrategias que ayudan a dar una buen batalla. 1. Ocúpese de una pelea a la vez: si el asunto es que él dice que la sopa está fría, evite involucrar otros temas como "y es que además tú nunca saludas a mi mamá". Sus argumentos, a lo que usted conteste, deben centrarse en ese único hecho: a él no le gusta la sopa fría y lo está manifestando. Hable de cómo se podría calentar la sopa o diga, por ejemplo, que usted no desea volver a calentarla. Pero no se refiera a nada más, por relacionado que parezca. Mientras más peleas enfrente a la vez, más difícil le será ganarlas todas, como a los karatekas de las películas que se enfrentan uno solo contra cinco adversarios. 2. No deje que su marido desvíe su atención hacia otros asuntos: Si es él quien desea, además, recordar que usted no asistió a la reunión de padres de familia en el colegio, a usted le corresponde regresarlo al tema de la sopa. Recuerde: una pelea a la vez. 3. No se ponga en contra suya: en especial, no interprete las palabras de él como intentos de agresión sino estrictamente en su contenido literal. Por ejemplo, si él dice que la sopa está fría, no le conteste: "ya se que soy la peor ama de casa para ti". Él hasta ahora no ha dicho eso; no le ayude dándole ideas. 4. No se preocupe por la incapacidad de expresión de su marido: ese no es su problema. Si él dice que la sopa está fría, cuando quiere en realidad expresar: "me siento mal y necesito que me consientas", usted hágase la desentendida, como cuando se trata de criar a un niño. Si usted interpreta todo lo que él dice, su esposo terminará señalando el plato para pedir comida. No lo mal acostumbre, o no lo mal acostumbre más. Cualquier día es bueno para empezar. Tal vez usted lo hace porque piensa que es considerado ahorrarle a los demás palabras, pero lo que él probablemente piensa es que usted es abusiva con sus interpretaciones y que a veces se extralimita pensando por él. 5. Tenga sentido de las proporciones: a veces una grosería, en cierto contexto, no es una ofensa sino un comentario despreocupado; en otras ocasiones, las palabras más correctas dichas con odio resultan muy agresivas. Pero, en general, no se lo tome a más, porque hoy día los hombres se dicen entre ellos cosas muy fuertes y hasta vulgares, cuando se tienen aprecio. No compartimos este proceder. ¿No les parece que está bien ser suaves o ser muy diplomáticos, porque piensan equivocadamente que es signo de debilidad frente a las demás personas? 6. No se indigne: la mujer que se indigna frente a un comentario pierde la pelea. Lo que el hombre interpreta inmediatamente es "con esto quedó vencida". En cambio, si deja la indignación a un lado y piensa con tranquilidad y hasta con humor, seguramente se le ocurrirán respuestas más acertadas que la hagan a usted ganar ese punto. Pero para jugar bien necesita tranquilidad. Recuerde: ningún deportista angustiado o atemorizado triunfa. 7. Si le parece pertinente, diga lo que piensa: si no es indispensable revelar sus sentimientos en ese momento, mejor quédese callada o desvíe la respuesta hacia algo que no tiene absolutamente nada que ver. Si se queda callada esto le causara a su esposo gran incertidumbre. De inmediato pensará: "y ¿esta por qué no responde nada, qué estará tramando?". Si desvía la conversación diciendo por ejemplo "vi un televisor que muestra cinco canales a la vez", usted lo forzará a repetir la pregunta o el comentario, lo cual le restará contundencia a sus palabras, porque se sabe que a la gente que se siente con el poder, no le gusta que le hagan repetir lo que dice. Con estas estrategias no se pretende declararles la guerra a los maridos. Solo busco que las mujeres adopten una defensa técnica, dirigida a la estructura mental y a la forma de amar típica de los hombres. Muchas mujeres se quejan de la frecuente agresión por parte de sus maridos. Esta agresión es a veces psicológica o verbal solamente, pero de todas maneras hiere y deteriora la vida. Como dicen en los cursos de defensa personal, 50% de la pelea es del agresor y 50% la colaboración de la víctima. La próxima vez que sienta que un hombre la ataca, no colabore, sea una mala víctima. Recuerde: ¡ la oración de los esposos hace milagros ! REFERENCIAS BIBLICAS Cristo afirma su carácter e indisolubilidad: Marcos 10, 1-12. -Es signo del amor entre Cristo y la Iglesia: Efesios 5, 21-23.