E L ESTÜD t A N T

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' ' ' -''•"- SíiMo * de él.tro d .
ABÜNAMAR -
E L ESTÜD t AN T
«olecclou de cárltM.
i:
iT
; Con qué amia esperibamot todb» el correo
de Francia qae nos traje»© el discurto da apertnra de tas Cámara»! Hésenos metido en ei iMM
gin qne donde hay gobierno representatiTO tío
pueden el rey ni los ministros traspasar la ley
ni burlarse de los pueblos: de aqui nacía el vito
deseo de ver qué cuenta daria su rey á los franceses de la manera floja y tibia , cuando no equíToca, con qne cumple el tratado de la cuádruple
alianza. Llegó por fin el famoso discurso, y he
aqni que en el párrafo relativo á España leímos,
146
»in poder afirmar si estábamos ó no soñando, la»
inesperadas, estrañas, provocativa», y siguientet palabra*:
» La España »igne entregada & lai mitmai devaitacioneay á las mismas calamidades. Nosotros
continuamos ejecutando, asi como nuestros aliados, todas las cláusulas del tratado de la cuádruple alianza. El gobierno de la RziltA RtGlJfTe no ha cesado de recibir de nosotros , no
solo los auxilios á que nos obligan los tratados,
sino también todo el apoyo que «1 interés de la
Francia nos permite prestarle.»
Pues , señor, ploma en mano... ¿Y qué se escribe ? ¿Y á quien se escribe ? Decir en España
que el tal párrafo es la burla mas completa que
puede hacerse del pueblo francés y del «spañol
á 1411 mismo tiempo, es decir lo que todo el mundo sabe, conoce , y siente. Pues nada de eso : al
tronco desde luego. Añádase una á las cartas de
nuestra colección, y sepa S. M. francesa que ne
ha consegnido comulgarnos con ruedas de molino.
CARTA 3 '
i
Er
ESTVDIÁNTI
al rey de los
m
franceses.
SlRB:
Ha tocado á V. M. el tercer lugar después del
diputado Olózaga y del supuesto tio Vivo entre
los personages con quienes yo desfogo mi monomanía epistolar: podrá ser que V. M. no lea está
carta, pero ni esto ni otra consideración alguna
me ha de quitar á mi el gustazo de escribirla', y
si á Y. M. se le da un bledo de cuanto yo dijere,
á mi se me da un pito del nacimiento del coiidé
de París , y vayase lo uno por lo otro: quiero
decir, que V. M. á no hacer caso de mis producciones , y yo á no curarme d« su descendencia^
veremos quién consigue mas pronto herir el amor
paternal del otro.
Entrando ya en materia, empezaré por a explicar quien es el ESTUDIANTE; porque podra ser
tan desconocida a V. M. esta voz y su significado
como al feuilletoniste del Journal de París M.
Horacio G....'de qnien Dios nos libre, otras
palabras y otras costbmbrés españolas, «obre la»
cuales "disparata bien á su sabor. Bien que, este
es achaqrie dé escritores franceses, que tratan las
14B
cosas de Etpiífia tali falp<t, errada, y raprichosamenUcomu ti de la» do la Chiua te tratara; y aun
lo» aTti»ta» no leí van en zaga, pues no iiace
mncho qne la gran capital de la Francia andaba
contemplando con tamaña boca abierta cuadroi de
la esposicion pública en donde se representa! a al
ejército, franpés pasando á nado el innatuble Manzanares, y. trepando por un escarpado eminente
para asaltar el trocadero que está ceno la palma
de Ja paño. Mai dejando etta digresión , qne de
buena gana hubiera yo alargado paxa dar sn merecido al menguado deVietor Hugo, por la desatinada pintara que de nueitra« costumbres b» hecho
últimamente en »n Ruy Blas, pasaré á decir á
V. M. que e»te pobre ESTÜDI4JJTÍ que Un dei-oarad^rriente le endereza tirj mas ni raas una epf*r
to'a j es nno de tantos como en e»ta tierra de miseria y desventura ha emprendido la para nosotros espinosa y árida carrera de las letras, llexaáa de su amor al estudio, y no de la esperanza de
otro galardón alguno i porque en España sucede
todo lo contrario que en Francia y en otras parte*, esto es; que dado caso que los qne estudiamos
lleguemos á «aber algo y á adquirir tal cual reputación de hembres entendidos y aprovechados,
el premio que coi aguarda es el de morirno» de
Jjanjbre en, nn oscuro lineen t al peso que cuaj-
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<jiiier ••clitor-znelo ó temi-ialiio frawcf»,
mala rapsodia qne pvbliqne, ótal'tnttl
Tobada m ¿raíase t i m e al Utoro iMgorWbta 'i*
nuestro antiguo teatro, en logrando un bnen eálros"
y loe elogio» Ae cuatro periodista1* At> feuitlettW,
romo mi amigo el d«l Journal dé Pdriri, f a»ti«A«
asegurada U «ubjutern-ia de »« í(ida.
''( J"' "
Aon arhora a»p»r¿bamoi v»r tíocafla en irjejór
proapecto y rail lisongeio porvenir e»tajc»Ddk?io<i
aflictiva de la gente da letra», ouandomadoraiv<!• la ilustración á favor de instituciones verdaieramente libres y de ira gobierno sabio, liObiera en Eapaña libertad ié esnribir y qwien'l»yeve. Mas tal condece Y. W. ei«8rro enya» ríen"
das para tn- desventura pusieron los #ranee**"! «n
mi manos (asta es en mi sentir, d» <jne soy dueño)
ifue los auxilia* qtia dice qu« rVa á 1« Reina R«gsoi*
te (tal gocen otros la salad) «1 fin y ni cabo kan
d«i traer á D. Carlea sobra «n titonov Y al Teíoltado da semejantes auxilias de V7. Sí., y del estrellado convenio de la cuádruple, alianea será qvit¿
•o croada una imprenta en toda 1» península , y
que loa que tsnonioala desgracia de sano* leer f
eacribiv vayamo», lo mas cerca, á la <íoni«rHf4
arranear piedlas con loa dieMet. •; : . • ; • ' i.«i--,n
Allí bendlsairemos el nombre d»kp«dpro»fiíli»rt
Felipe, rry comt'fctieional Ae los fr»noe»#s ,
150
de la revolucioB y aclamado en nn célebre levantamiento popular i mal año para el pueblo que
siempre nue se levanta no hace tino echarlo á
perder. Allí recordaremos con placer el día en
que Y. M. con toda en cara y con todas sus patillas y con toda su frescura, taro valor para decir
á los pares y diputados de la Francia, oyéndolo
el pueblo francés , España , Europa, el mundo
todo... que continua ejecutando todas las cláusulaf
del tratado de la cuádruple alianza.
Si á nuestro carácter nacional y natural mesara fuese dado usar el injurioso y bajo lenguaje
con que un Corsaire un Charivari y otros periódicos de la misma laya vomitan diariamente las
mas indecentes diatribas contra nuestras Reinas,
nuestras Cortes, y nuestras mas respetables y
sagradas cosas, ciertamente, Sire, que habí»
vasto campo para emplearle ahora. Los Pirineos
ban debido estremecerse cnando la copia del discurso de Y. M. ha pasado por sns gargantas en
la bal i ja del correo: los Pirineos, digo, porque
son buenos é irrecusables testigos de que lo que
de Francia viene para España no son auxilio*
para la Reina regente, sino para el príncipe
Pretendiente; no el apoyo que está en el interés de la Francia dar á la cansa liberal de España » sino el que por intereses de otra natnrale-
tst
» te <U á la causa del -absolutismo, d* ta inquisición,>y io que «B peor d»l vandalismo iy la desolación. ¡ A geno estaba el pueblo francvs cuando derramaba su sangre en julio de .830' por
afirmar sos libertades i «geno estaba de, tjn»' a l gunas gotas de aquella sangra habían de fluir
por tan estraños conductos para apacentar y nutrir las hordas del ieíox Cabrera ¡
,, ,,
Siró: V, M. es dueño de dirigir su. política
como mejor le pareciese, y como la debilidad de
las Cámaras se lo llegare á consentir,' pero sabrá á lo menos que al pueblo español no serle engaña con mentidas palabras, y que ese discurso
que habrá podido embaucar á muchos millones de
franceses, á ninguno de esto» pobres españoles, á
quienes se pinta tan ignorantes y tan rudos le ha
cabido por las tragaderas. £1 último labriego español sabe tan bien como Mr. Mole lo que bay
que esperar ya déla alianza de la Francia : el último de mis lectores se lo diria á V. M. con esta
misma franqueza que yo se lo repito.
Ni crea Y. M. qae es insignificante esta declaración mia y de todos los españoles. No todos los
españoles son como sus representantes en esa corte
de quienes Y. M. varias veces se ha reído; y si
el Sr. Campuzano dice que toda nación vale poco
ó vale macho, yo digo que ana nación que tiene
puertos £ do» m*T«», «no» mil legua» (marrada»
d« mperficie, variedad'• de «lima» y de producciones, una población Iwl irosa, frugal, endurecida en loi trabüjoi, nni jnrentNd an*¡»ta de
gloria y esperanzada ¿e prosperidad, vale algo y
ann algo»', mucho, j mncliítimo: y que el rey
•rn« tepíTB a la Francia de «n aliaiiM natural
obligando á Etpaña k echarse en brozo» de la I n glaterra , «era ««veramente ju»gadopor Ja po»teriiadi yaaa ante» de la perteridad puede que no
le falten, juece«.
Digne«e V. M. ofrecer mi» re»p«to»a MM. Patay , Thier», y dama» indiridooa de la comwion,
de contestación al célebre di«cttr»o objeto de eita
oaxta, ydÍBpen»ar la oíadia con que le dirige • » ta> observaciones nn humilde escritor e»p»fiol,
amante de »u pai», enemigo de »u« enemigos por
poderoset qne sean, y i qnien llaman por alii
actualmente
EL
EsTVDfjtATE.
La aleta.
No et de la Helvética de la que yo hablo, ni
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153
par loa cerro» ti* Uheda:, ainu de aquella dieta
de la cual decía un poeta :
Poco* dial Via leí
que la dieta natural
preserva de todo mal;
y dije con impaciencia :
si ea apgiira esta sentencia
yo debo ser inmortal.
Inmortalea se lea llama á nuestro» ej«'rc!toa, y
yo creo que á fuerza de dieta Vían de llegar í
serlo. Nuestros ministros de Hacienda aou lot
Broueiataa ma« remátadoa que puede verse, y en
verdad qne tienen razón. La limpieza e» nna virtud, y aplicada á loa estómagos es el manjar mar*
sano que te conoce. l a ademaa un aperitivo y
un Tomi-poTga que no liay mas qne pedir ni
que' desear. El método antiflogístico no solo ha
turnado el cetro de la medicina , sino el de la
política, y li no ramo» a cuentas. Guando empr?ó esto que llamamos revolución 1ml>ia 6,000 :
empleadoa , por ejeüiplo , que cernían carne;
pn«a de esoa 6,000 ea aeguro que lúe 4,000 no
aolo no comen ya carne, aino qtte ni- Vineros ni
laticinioi. De modo que 1* ba.'a (lo carne eatá
154
rotpecto A ettoi individuo* lo mUino que la to»
de Elia reipecto £ »u» encía*.
Cuatro diente» te quedaron ,
•i bien me acuerdo; mat do*,
Elia, de una to» volaron,
lo* otro* do* de otra to».
Con seguridad toser
puedes ya todo* los días ,
pue* no tiene en tus encías
la tercera tos que hacer.
•
y
' Ya no tiene que hacer la Lula de carne entiu
la turba multa de esclaustrados, viuda», jubilado* y cesante* j *e ha quedado cesante como
ellos; pero aun no e« esto lo peor, sino que lo
propio va sucediendo ya con algunos cuerpos del
ejército. Sabemos qne la benemérita guarnición
de la plaza de San Sebastian há ya tiempo que
anda á rio-pelo para procurarte una miserable
pitanza, y ahora escriben d« allá que desde i."
de este añe ya no hay pitanza, ni miserable ni
pródiga. Vean ustedes aquí el punto culminante,
el pináculo, el término , lo mas sublime del método antiflogístico: no comer.
La* ventaja* que de esto resaltan ton inmensa»: I. 1 no tener que pagar racione*; 2. a verte
155
libras de cólico* y de irritaciones dé estómago
los individuos de aquella guarnición ; J.a que
con «so dormirán poco yfestarán»alerta para no
ser sorprendidos por los facciosos^ 4. a librar al
ministro de Hacienda de calentarse los cascos en
discurrir medios de racionar las tropas. Preciso
es convenir en que esos bárbaros dé face ¡oíos,
que engrillen como frailes Gerónimos, y beban
como unos tudescos , son unos rinocerontes inca-*
paces de conocer las inmensas ventajas del método antiflogístico. Ellos, como tienen la andorga llena, necesitan hacer mnebo ejercicio
para digerir lo que comen , y por eso hacen esas
marchas rápidas, que no son en realidad otra
cosa que paseos de digerir; mientras que nuestros soldados, estándose quietecitos y sin moverse de su rincón tienen la digestión hecha y un
cuerpo como un reloj. E*te adelantamiento de la
época se debe eseucialmente á nuestro» ministros
de Hacienda , que á fuerza de ensayos han resuelto el gran problema de tener un ejército que
no coma.
¿Y de dónde, me dirán SS. EE. , de dónde
hemos de sacar recursos ?—|De donde '• de donde
los hayaj de donde los sacan los facciosos.—Pero
los pueblos...—No hay pueblos que valgan. Los
pueblos deben convencerse de que para acabar
con t u ladronera f»m¡o».i y gnr.Hr los he
del gobierao reprMentatiro, o» pirciio l>»cer nn
gran eafoerxo y dar 1 n nutra» tropo» la mrtxl
de lo que lo» facoio»»» Ira lian ><• roh»r. Mientra» qoe lo» pnebla» no «0 ronrt-nznn de «»to, y
mientras so tfngamo* minittrot qne t#paM p*—
aerlo en ejecución , no no» faltarán p<6rrazM f
dieta.
'
t
..I1'.
Juicio del aüi».
No señor, no lia de ser *•>!»
• 1 bueno dal Calemiario
el que en verio» reme»<lui)«»
no» aopla el juicio dtl año.
Que también lo* periodittas
tormenta» vatieinainoí,
y teaoano» nuextrae luna*
de vientos, nieve» y -vario.
También nosotroi mentímo»,
y tambitni no» •nguñsino» ,
y también lot ignoeantae
no* tienen poi hombree nrbic*.
Ea. pin» , lueia pereía ,
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157
Venga popel, pluma en mnm>,
y en mono» q"« cauta un pollu
tendretnos juicio..: Mol año. • ' > •
Ya ie pasó... raya «a pat,
y para siempre el patado \
¡ qué doce metes dé borrorei ,
qué doce m n u , hermano* !
Preiidió al invierno Venus;
y al equinoccio de marzo ,
las galai de aquella diota
iban val viéndote harapot.
Llegó el verano , y entonces
ya se quedó sin zapatos ,
y en agosto «1 sol entró
en el signo da D. Garlos.
¡ Qué verano tan faccioso !
¡ y qué frailunos ohuvatcoa •
Allá en Morella pedriscos,
aquí en Castilla , nublados.
Llegó el otoño y con é l ,
setenta plagas llegaron;
llegó la quinta y llegó
la requisa de caballos.
Y también llegó á ministro
un inocente muchacho,
y llegó Umbi«to Alaix,
,
y también Fita PUarro..
.
158
Y ti hubiera andado listo
ya dabia haber llegado,
el bastonero del baile,
el Sr. Peraz de Castro.
Y también llegó E«partero
á los arrabales de Haro ,
y también ae e»tá en Logroño
quietecito como un tanto.
Que el movimienta et dañoso,
no hay que moveTsn. . i cuidado •
que reina el 'viento del noy te •
y... Diog not libre..¡es muy malo.
Dejemos pasar la nube ,
post nubila...'*\ »ol msi claro 4
y entonce»...'e» natural
'••.•••
que mucho mejor veamos.
Y mientra» alumbra Febo
con sus rutilante! rayos,
oid atentos mi juicio,
favete linguis... naranjos.
¿Lo creeréis?.. También allá
tienen intrigas los astros ,
y hay partidos y l»ay pandillas,
persecuciones y amaños.
Por derecho de a b o l e n g o ^ 1 n É
debió presidir" al afio , ' '
'
Nada meno» qae Mercurio,
159
que •• un gnapote muchacho.
Pero vino el tenor Marte
muy erguido y mny ufano,
retorciéndole el TÍ goto
y la charratca arrastrando ,
y pidiendo la palabra
en tono estentóreo y bajo ,
remeciendo la estatura
asi les dijo á los astros :
«Donde estoy y o , no hay tu fía,
nadie manda, que yo mand» ;
y si me replica algnno
le rompo la crisma: ¿estamos?«
A razón tan poderosa
¿quú habían de hacer? callaron ;
y el señor Marte en seguida
tomó las riendas del año.
Teniendo tal presidente
fácil es juzgar , hermanos ,
que ha de ser año fecnndo
en jaranas y porrazos.
Quien tenga fusil «n casa
comerá pan de 1» blanco ,
y el que no tenga fusil,
ni moreno ni azulado.
Por un quita allá esas pajas
se armarán sendos fandaugos ,
160
y granizada! de plomo
será el TÍogo (le lo» campo).
Tendremos justicial presas,
piendidas por presidario»
y con eito había jaleo
entre tirio» y troyano».
Tendremos á Luii Felipe
con el cuádruple tratado ,
y lot voto» de Mole ,
y loi planes de Pizario,
y tendremos á Cabrera,
y por fin tendremos tanto ,
qne DO nos ha de faltar
mai qne sarna que rascarnos.
Si mis tristes vaticinios
saliesen tal vez errados ,
entonces... Dios ¿obre todo
y buenas noches, hermanos.
AstXAMAg.
Editor responsable GBKOKIMO CACHAPiao.
MAI»IB : ImpieuUd* 1»
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