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La Organización del Tratado del Atlántico Norte (North Atlantic Treaty Organization
NATO) ha articulado la política del bloque occidental durante la guerra fría. En los
últimos años ha acometido una redefinición de sus objetivos
Definición y estructura
El 26 de agosto de 1949 tomó fuerza el Tratado que define la misión de la OTAN.
Este organismo internacional cuyas bases se asientan en una alianza política y
militar para los países del Atlántico Norte. Por esto su objetivo principal es la
defensa conjunta de cualquiera de sus miembros ante el ataque armado de un
tercer país en cuestión a través de los medios que ellos crean necesarios. Esto
último está sentado en la Carta de las Naciones Unidas, con presición en su artículo
51. El lugar en que puede ser ejecutado el mismo incluye el territorio y
dependencias de los países miembros: en Europa y América del Norte, así como
también las aguas, islas, navíos y aeronaves bajo su jurisdicción en el Atlántico al
norte del trópico de Cáncer.
Los firmantes originales del Tratado fueron Bélgica, Canadá, Dinamarca, Estados
Unidos, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal y
Reino Unido. Posteriormente, en 1952 se unieron Grecia y Turquía. Tres años
después se adhirió la República Federal Alemana. Mientras tanto España lo hizo en
1982 y finalmente en 1999, ingresaron Hungría, Polonia y la República Checa.
Actualmente, la OTAN es una alianza que se compone de 28 países miembros
independientes y 22 países Socios. “Los países socios están representados por los
Jefes de Misiones Diplomáticas u Oficinas de Enlace en la Sede de la OTAN. El jefe
y el personal de las misiones asistir a las reuniones del Comité de la OTAN en los
formatos de cooperación y representar a sus países en las reuniones de la
Asociación Euro-Atlántico del Consejo (EAPC), o en las reuniones del Consejo
OTAN-Rusia del Consejo Conjunto Permanente OTAN-Ucrania o de la Comisión,
respectivamente.
Las reuniones de estos órganos también tienen lugar en nivel
ministerial o de la Cumbre, cuando los países socios están representados por sus
Ministros de Relaciones Exteriores o de Defensa o de su Jefe de Estado o de
Gobierno” (Fuente: http://www.nato.int/)
Estructuralmente, quien se encarga de la dirección política de la organización es el
denominado Consejo del Atlántico Norte. Su máxima autoridad es el Comité Militar,
quien depende a su vez de un Comité de los Planes de Defensa. Sin embargo, un
secretario General de la organización, quien es elegido por rotación entre los
Estados miembros, es el que preside tanto el Consejo como el Comité. Quien ocupó
este cargo durante muchos años fue el español Javier Solana, sustituido tras una
elección en septiembre de 1999 por el británico, George Robertson.
La sede principal del Organismo se encuentra en Bruselas y cuenta con
representantes permanentes, en donde sus diversas comisiones se encargan de
estudiar y analizar los problemas que afectan a la alianza, como ser políticos,
económicos, nucleares, de infraestructura, entre otras.
Sin embargo, dos o tres
veces al año, el consejo reúne a los ministros de todos los países aliados.
Cada país miembro a su vez, tiene un representante del jefe del Estado Mayor, que
en su conjunto integran el Comité Militar. Cabe aclarar que el único miembro que
decidió no hacerlo entre 1966 y 1996, fue Francia. La función esencial de este
comité es coordinar las fuerzas militares que se utilizarían en caso de un posible
conflicto y además diseñar planes estratégicos para tal suceso.
Todo esto se
efectúa a través de la formación de una estructura de mandos integrados
interaliados. Por ejemplo, el Supreme AIIied Commander Atlantic (SACLANT) con
sede en Norfolk, Estados Unidos, es el Mando Supremo aliado del Atlántico. Seguido
por el Mando Supremo aliado en Europa (SACEUR), localizada cerca de Mons
(Bélgica). Cada uno de ellos, por cuestiones diversas se subdividen
en unidades
más pequeñas, denominados Mandos regionales. También podemos mencionar
como importante por su función, al Mando aliado del Canal de la Mancha, el
CINCHAN o Commander-iflChief Channel and North Sea, emplazado en Northwood,
Reino Unido y finalmente situado en Washington, el Grupo estratégico regional
Canadá- Estados Unidos.
Este Tratado desde su firma hasta hoy, puede revisarse cada diez años y pasado
veinte años de su firma cualquiera de sus miembros puede denunciarlo voluntaria e
individualmente. Sin embargo su duración no tiene límites precisos, tiene un
carácter incierto.
Evolución histórica
Los países Europeos, más precisamente los del occidente, comenzaron a ver gran
desconfianza el mantenimiento de colosos contingentes del ejército en suelo
europeo, tras la segunda Guerra Mundial cuando desmovilizaron sus fuerzas. Entre
1946 y 1948, URSS ejerció una presión tal sobre el establecimiento de regímenes
socialistas en la Europa central y oriental, desembocando en un clima de total
suspicacia mutua entre los antiguos aliados contra la Alemania nazi. Como
resultado de ello y tras un enorme escenario de temor se desató lo que conocemos
como Guerra Fría. Así el 17 de marzo de 1948, entre Bélgica, Francia, Luxemburgo,
los Países Bajos y el Reino Unido, se firma el Tratado de Bruselas, motivo de los
acontecimientos acaecidos en Grecia y Turquía en manos del poder soviético y su
ambición de extensión del poder.
En este Tratado los países se prometieron
mutuamente asistencia ante un caso de agresión. Tres meses después esta firmeza
tomada por este-oeste quedó plasmada en el bloqueo soviético en Berlín.
En este contexto de soslayar la extensión del comunismo, Estados Unidos comienza
a rever su rol tradicional de aislamiento en tiempos de Paz, para pasar a poder
asumir junto a otros países responsabilidades y compromisos con un plazo mayor.
Esto se logró gracias al levantamiento del veto constitucional en Junio de 1948, por
el presidente Truman. Así Estados Unidos junto a los países de Europa Occidental
comenzaron con negociaciones inserto en un plan de cooperación más amplio,
incluyendo en el mismo la reconstrucción económica de Europa consecuencia de la
Guerra, conocido este procedimiento como Plan Marshall. Cabe aclarar, que los
países europeos dependían del poder militar y del monopolio de la bomba atómica
de Estados Unidos, para su defensa ante la amenaza militar soviética. Sin embargo,
finalmente, los denominados “Cinco Bruselas”, en 1949 firmaron el Tratado del
Atlántico Norte. Ellos eran Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Islandia, Italia,
Noruega y Portugal.
La guerra de Corea (1950-53) endureció el enfrentamiento este-oeste, y la OTAN
se amplió con el ingreso de Grecia y Turquía (1952>. Al mismo tiempo, los
norteamericanos colaboraron en el rearme de sus aliados europeos, incluyendo la
recién creada República Federal Alemana (RFA) a pesar de la desconfianza inicial
europea. De hecho, popularmente se comentaba que la Alianza se había diseñado
para «mantener a los americanos dentro, a los alemanes abajo y a los rusos
fuera». Pero una Alemania occidental sólida era clave para la defensa europea,
sobre todo teniendo en cuenta la superioridad de las fuerzas convencionales
soviéticas desplegadas en Europa.
El ingreso de la RFA en la OTAN (1955) provocó la respuesta soviética con la
creación del Pacto de Varsovia, una organización simétrica que englobaba a la
URSS y sus satélites europeos.
A partir de 1956, el desarrollo de arsenales nucleares cada vez más poderosos por
parte de ambas superpotencias (Estados Unidos y la URSS) aseguraba la mutua
destrucción si se empleaban; fue entonces cuando surgió la idea de la política de
«coexistencia pacífica». Los miembros europeos de la OTAN empezaron a dudar de
que Estados Unidos se comprometiera plenamente en un conflicto de gran des
proporciones para de denderles en caso de un ataque convencional soviético. Ante
esta situación, el presidente francés De Gaulle propuso la creación de un mando
conjunto para el control de las armas nucleares desplegadas en Europa. La negativa
norteamericana decidió a Francia a Soldados españoles de la OTAN desplegados en
la ciudad de desarrollar su propio pro Mostar (Bosnia-Herzegovina) para garantizar
la paz en la zona grama nuclear. Finalmente, ante la falta de acuerdos, Francia se
retiró del Comité
Militar de la OTAN (1966), aunque siguió formando parte de la Alianza, participando
en sus organismos políticos y manteniendo observadores en las estructuras
militares.
Tras esta crisis, la sede de los principales organismos de la Alianza se trasladó de
Francia a Bélgica (1967) y se elaboró la estrategia de «respuesta gradual», lo que
significaba alcanzar la equiparación de las fuerzas convencionales con las del Pacto
de Varsovia para evitar el recurso a las armas nucleares.
La invasión soviética de Checoslovaquia (1968) renovó los temores europeos y
logró acallar temporalmente las disensiones en el seno de la OTAN, pero pronto
surgieron nuevos puntos de conflicto, especialmente por la tensión entre Grecia y
Turquía, ambos miembros de la Alianza.
En 1969 se recuperó el clima de distensión con las Conversaciones sobre limitación
de armas estratégicas (StrategicArmS Limitation Talks, SALT) entre la URSS y
Estados Unidos, y la Conferencia de Helsinki (1972), que en 1975 daría lugar a una
organización permanente, la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en
Europa (CSC E), que hoy en día incluye a más de cincuenta miembros.
El despliegue de misiles tácticos en Europa por ambos bandos y la invasión
soviética de Afganistán (1979) volvieron a enrarecer las relaciones entre ambos
bloques. Esta «segunda guerra fría» no terminaría hasta la nueva distensión
propiciada por el dirigente soviético Mijaíl Gorbachov a finales de la década de ¡os
ochenta.
La disolución del bloque soviético y de la propia URSS entre 1989 y 1991, junto con
la reunificación alemana (1 990), modificaron radicalmente el panorama europeo.
El enemigo tradicional de la OTAN ya no existía y no parecía probable que
resurgiera su amenaza a corto o medio plazo. La Alianza tuvo que replantearse sus
objetivos, cosa que hizo en las conferencias de Londres (1990), Roma (1991) y
Bruselas (1994). Fruto de las mismas fueron el nuevo énfasis puesto en su faceta
de cooperación política y el compromiso con el mantenimiento de la estabilidad en
todo el continente. Muchos de los socios europeos, integrados en la UEO (Unión
Europea
Occidental,
heredera
del
tratado
de
Bruselas),
incrementaron
su
participación militar, incluida Francia, que en 1996 se reintegró en la estructura
militar. También se creó un Grupo Combinado de Operaciones de Combate
(Combinedioint Task Force, CJTF) para desempeñar misiones militares fuera del
territorio de los Estados miembros, dentro de operaciones dirigidas por la ONU o la
CSCE, como sucedió en la guerra de Bosnia-Herzegovina (1994).
Por otro lado, se establecieron relaciones con los antiguos miembros del Pacto de
Varsovia y la extinta URSS, creando la Asociación para la Paz (1994), con vistas a
una futura ampliación de la Alianza. La oposición inicial rusa a estos proyectos trató
de vencerse mediante el establecimiento de un Consejo conjunto OTAN-Rusia y de
una asociación de la Alianza con Ucrania (mayo de 1997). En marzo de 1999
ingresaron en la OTAN Hungría, Polonia y la República Checa, mientras otros países
de la Europa oriental y mediterránea establecían conversaciones para su futura
adhesión a la Organización.
Tras la desaparición del denominado Pacto de Varsovia y la disolución de la URSS.
La OTAN se replantea sus objetivos. Las labores de defensa pasaron a un plano
secundario y la Organización se centró en las labores de cooperación política al
tiempo que se consolidó como garante de la paz y la estabilidad en el continente
europeo, especialmente durante los conflictos en los países de la antigua Unión
Soviética
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