Trompetas, sangre, nube y fuego

IV Trimestre de 2009
Un pueblo en marcha: El libro de Números
Lección 4
(17 al 24 de Octubre de 2009)
Trompetas, sangre, nube y fuego
Pr. Alfredo Padilla Chávez
Versículo para Memorizar: "Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis una
nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros" (1 Corintios 5:7)
INTRODUCCION
Los hijos de Israel recibieron ejemplos del cuidado y conducción divina. De maneras
concretas Dios reveló su presencia, su poder guiador y protector a su pueblo. Hoy nosotros también estamos conectados con Dios por medio del reconocimiento de su presencia divina y nos invita que salgamos con fe, en respuesta al poder guiador de Dios.
El propósito de la lección es mostrar como Dios conduce y protege a su pueblo en su
peregrinaje rumbo a Canaán
I. DIOS CONDUCTOR
En las manifestaciones de la conducción, la presencia divina y protección, Dios usó
medios visibles y audibles. Por la vista (la nube y el fuego), por el sonido (las trompetas)
a. Nube (Visual)
 “Cuando se alzaba la nube del tabernáculo, los hijos de Israel partían;
y en el lugar donde la nube paraba, allí acampaban los hijos de Israel”
(Números 9:17).
 “Partían… acampaban”
La nube visible los guió en su peregrinaje por el desierto, no siempre los
siguió por caminos en los que era fácil avanzar. Jeremías registra que él
los guió "por el desierto, por una tierra desierta y despoblada, por tierra
seca y de sombra de muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni
allí habitó hombre" (Jeremías 2:6).
La existencia de la nube durante el día y del fuego por la noche también
era para ellos un recordativo poderoso de la presencia permanente de
Dios. De acuerdo con Números 9:16: "Así era continuamente: la nube lo
cubría de día, y de noche la apariencia de fuego".
El camino más rápido de Egipto a Canaán pasaba por la costa, siguiendo "el camino de la tierra de los filisteos". Pero Dios sabía que Israel no
estaba preparado para la guerra (Éxodo 13:17). En consecuencia la nuRecursos Escuela Sabática ©
be los condujo hacia el este y el norte, al desierto de Paran (Números
10:11, 12), un viaje de tres días (Números 10:33).
Hoy el Espíritu Santo conduce a su Iglesia como dirigió a Israel. En manos del Espíritu Santo están nuestras vidas. Fue enviado por Cristo para
conducirnos a la Canaán celestial. Muchas veces el camino nos puede
parecer difícil y que Dios está equivocado, pero él nos conoce y sabe lo
que es mejor para nosotros.
b. Trompetas (Sonido)
 “Hazte dos trompetas de plata; de obra de martillo las harás, las cuales
te servirán para convocar la congregación, y para hacer mover los
campamentos” Núm. 10:2
 “Convocar… mover”
Israel tenía dos clases de trompetas: el cuerno común de carnero ( shofar) y las dos trompetas de plata, que esencialmente pertenecían al Santuario y solo los sacerdotes las tocaban (Números 10:8).
Tenía un significado profundo en la cual Dios llama y convoca a su pueblo con un propósito: conducirlos a la tierra de Canaán donde fluye leche
y miel. Hoy tenemos la revelación del Nuevo Testamento que nos muestra lo que Dios ha hecho por nosotros por medio de Jesús quien nos
cuida y conduce a la Canaán celestial.
II. DIOS PROTECTOR
a.
La Pascua
 “Los hijos de Israel celebrarán la pascua a su tiempo” Núm. 9:2
 “la pascua”
(Hebreo Pesaj; Fiesta instituida en ocasión del éxodo para conmemorar
la noche en que fueron muertos todos los primogénitos de los egipcios y
los israelitas salieron de Egipto. Inmediatamente antes de su salida de
Egipto, Dios instruyó a Moisés que "este mes" ( Abib, más tarde llamado
Nisán) debía de ser el primer mes del año; que el décimo día del mes
cada familia o grupo mayor tenía que separar un cordero, matarlo el día
catorce al atardecer y comerlo a la noche. Se dieron las instrucciones
detalladas (Éxodo 12:1-28) para esta comida ceremonial que debía ser
una fiesta anual. El cordero tenía que ser degollado por cada familia,
presumiblemente en su casa, y la sangre se debía asperjar en el dintel y
parantes de la puerta como señal de que ese hogar estaba protegido
cuando el ángel de la muerte pasara por Egipto para destruir a todos los
primogénitos de los hogares egipcios.
Israel debía esconderse detrás de los postes de las puertas marcadas
con la sangre del cordero, a fin de que el ángel destructor pasara por alto esa casa.
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En tiempos de Cristo, se registra que Jesús asistió a varias Pascuas
(Juan 2:13; etc.), la última de las cuales fue aquella en que instituyó la
Cena del Señor (Mateo 26:18-30). "El rito de la Cena del Señor fue dado
para conmemorar la gran liberación obrada como resultado de la muerte
de Cristo... Es el medio por el cual ha de mantenerse fresco en nuestra
mente el recuerdo de su gran obra en favor nuestro" (El Deseado de todas las gentes, p. 608). Además de ser un recordativo del éxodo, la fie sta de la Pascua, centrada alrededor del cordero, apuntaba hacia Cristo,
"el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo" (J uan 1:29).
b.
Trompetas
 “Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que
os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados
por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos”
(Números 10:9)
 “Salieres a la guerra”
Durante la guerra, les aseguraba que serían "recordados por Jehová
vuestro Dios" y que serían salvados de sus enemigos (Números 10:9).
De este modo, el sonido de estas trompetas servía como "memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios" (Números 10:10).
La iglesia hoy en su peregrinaje a la Canaán celestial logrará vencer los
obstáculos que se presenten solo con el Poder del Espíritu Santo “"No
con ejército, ni con fuerza, sino con mi espíritu, ha dicho Jehová de los
ejércitos” (Zacarías 4:6). Con nuestras fuerzas no lograremos nada.
Nuestra fe cimentada en Dios moverá montañas desafiando toda lógica
humana.
RESUMEN:
Dios quería que no olvidaran su maravillosa redención de la esclavitud egipcia, in stauró la pascua. La marcha fue ordenada con las señales de las trompetas de plata. La
nube los condujo y aunque a veces esta conducción parecía severa la clave era confiar en él.
Alfredo Padilla Chávez
Pastor IASD Puente Piedra “A”
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