20-M-96. Martínez vrs. Tribunal del Servicio Civil SALA DE LO CONSTITUCIONAL DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: Antiguo Cuscatlán, a las quince horas del día doce de agosto de mil novecientos noventa y siete. El presente proceso de amparo se inició mediante demanda presentada por JUANA ORFELINDA MARTINEZ DE ALEMAN, de cuarenta y siete años de edad al presentar la demanda, empleada, del domicilio de Santa Ana, contra actos del Tribunal del Servicio Civil, por considerar que los mismos violan sus derechos constitucionales. Han intervenido en el proceso, además de la impetrante, la autoridad demandada, y el doctor René Mauricio Castillo Panameño, en su concepto de Fiscal de la Corte. LEÍDOS LOS AUTOS; Y CONSIDERANDO: I.- La impetrante en su demanda dijo: "Que en base a los artículos 247 inc. 1°, 174 inc. 1° y 182 ord. 1° de la constitución de la República, en concordancia con los artículos 3 y 12 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, vengo a promover proceso de AMPARO en contra del TRIBUNAL DE SERVICIO CIVIL; por el hecho de violentarme un derecho constitucional consagrado en nuestra Carta Magna en sus artículos 11 y 12, los que textualmente rezan: (...) Es el caso Honorable Sala, que en la comisión del Servicio Civil violentándome todos mis derechos sigo unas diligencias de Suspensión (sic) de un mes sin goce de sueldo, en la que se resuelve en mi contra; por lo que recurrí a la interposición de un Recurso de Revisión ante el Tribunal de Servicio Civil (...) Que con fecha diecinueve de octubre de mil novecientos noventa y cinco se me fue notificada una resolución emitida a las nueve horas y cinco minutos del diez de octubre de mil novecientos noventa y cinco en la cual se establecen las existencias de un sin número de nulidades de procedimiento; al mismo tiempo se me corre el respectivo traslado conforme a derecho para que ratifique o no lo actuado dentro del tercer día de la notificación antes señalada. Que contrariando lo mencionado anteriormente, en cuanto al traslado; se me notifica con fecha cinco de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, la sentencia que se dicta con fecha de nueve horas y cinco minutos del día diez de octubre de mil novecientos noventa y cinco, en el cual se confirma la resolución emitida por la Comisión del Servicio Civil del Hospital Nacional "San Juan de Dios" de Santa Ana; sin darme oportunidad de ratificar o no lo actuado ya que no se me corrió el término conforme a derecho; ya que en la misma hora y minutos del diez de octubre se resuelve sobre las Nulidades y traslado (fs.8) así como sobre la sentencia (fs.15), violándome con lo anterior mi derecho a un debido proceso legal (art. 11 y 12Cn.)". Por resolución de las diez horas y cinco minutos del día trece de marzo de mil novecientos noventa y seis, se previno a la impetrante para que señalar con toda claridad las autoridades o funcionarios que demandaba; lo que precisó mediante escrito presentado a las doce horas y treinta y cinco minutos del día dos de mayo del año recién pasado. Por resolución pronunciada a las nueve horas con diez minutos del día veinte de mayo de mil novecientos noventa y seis, se tuvo por cumplida la prevención, se admitió la demanda, se ordenó la suspensión del acto reclamado, y se solicitó informe a la autoridad demandada; y ésta contestó en el sentido de negar la existencia del acto reclamado. De conformidad al art. 23 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se confirió audiencia al señor Fiscal de la Corte, quien no contestó la misma. Por resolución de las once horas con cinco minutos del día veinticinco de julio de mil novecientos noventa y seis, se confirmó la suspensión del acto reclamado y se pidió nuevo informe a la autoridad demandada; la que - en lo pertinente - sostuvo: "advirtiéndose error en el procedimiento cometido por la Comisión de Servicio Civil respectiva que eran sancionadas con aquellas nulidades subsanables, por la ratificación expresa de las partes las cuales consistían en la omisión del término de prueba y la de recibir la prueba testimonial sin la citación en la omisión del término de prueba y la de recibir la prueba testimonial sin la citación de la parte contraria. Este Tribunal hizo saber a las partes, las nulidades antes referidas, mediante la resolución emitida a las nueve horas y cinco minutos del día diez de octubre del año recién pasado; notificándosele a la señora MARTINEZ DE ALEMAN, el mismo día diecinueve del mismo mes y año antes mencionado, el respectivo traslado de tres días a la parte perjudicada por las nulidades antes señaladas; pero es el caso que durante dicho término la señora JUANA ORFELINDA MARTIMEZ DE ALEMAN, no hizo uso del mismo, rectificando así, lo actuado por la Comisión de Servicio Civil competente". De conformidad al artículo 27 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se le confirió traslado al Fiscal de la Corte; quien sostuvo que se estaba en presencia de un supuesto de sobreseimiento, pues no se ha demandado a todas las autoridades responsables del acto reclamado. Por resolución de las diez horas con diez minutos del día treinta de septiembre de mil novecientos noventa y seis; se confirió traslado a la parte actora; quien reiteró los conceptos vertidos en la demandada; y por decreto de substanciación de las diez horas con cincuenta minutos del día uno de noviembre de mil novecientos noventa y seis, se abrió a pruebas el proceso, etapa procesal en la que la parte demandada presentó certificación de las diligencias que contiene el recurso de revisión, y la parte actora el original de las notificaciones a que hizo referencia en su demanda. De conformidad al artículo 30 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, se confirió traslado al Fiscal de la Corte, parte actora y autoridad demandada, el cual fue evacuado por el Fiscal de la Corte y la autoridad demandada, no así por la parte actora. Al respecto, tanto el Fiscal de la Corte como la autoridad demandada, reiteraron lo sostenido en sus anteriores intervenciones. II.- Si bien es cierto que en el presente proceso existió plazo probatorio y se aportó prueba instrumental durante el mismo, en el caso subjúdice no existe controversia sobre hechos sino que se trata de un proceso de mero derecho y, siendo así, esta Sala estima conveniente concretar el elemento fáctico de la pretensión, punto sobre el que no existe controversia, pero sí constituye el presupuesto para el análisis estrictamente jurídico del asunto: (a) que ante la Comisión del Servicio Civil de Hospital "San Juan de Dios" de Santa Ana, se siguió procedimiento administrativo para imponer a la demandante del amparo, sanción consistente en suspensión de un mes sin goce de sueldo; (b) que dicha comisión resolvió en contra de la demandante en este proceso; (c) que la señora Martínez de Alemán interpuso, contra la resolución desfavorable, recurso de revisión para ante el Tribunal del Servicio Civil; (d) que, a las nueve horas y cinco minutos del diez de octubre de mil novecientos noventa y cinco, el Tribunal del Servicio Civil dictó resolución en la que, advirtiendo actos viciados de nulidad, dispuso hacer saber a las partes del procedimiento sancionatorio tales nulidades, para que si la parte a quien perjudica estas nulidades ratifica lo actuado dentro de tercer día de notificada esta resolución, se continuará conociendo sobre el fondo de la causa; en caso contrario, se mandará a reponer dichas diligencias"; (e) que la señora Martínez de Alemán fue notificada de dicha resolución - el día diecinueve del mismo mes y año citados -, pero no declaró voluntad sobre las nulidades advertidas por el Tribunal del Servicio Civil; (f) que por resolución de las once horas del día veintidós de noviembre de mil novecientos noventa y cinco el Tribunal del Servicio Civil dispuso; que habiéndose notificado la resolución de fecha diez de octubre de 1995 y "sin que ninguna de las partes haya hecho uso" del traslado, tener por subsanadas las nulidades"; (g) que por resolución de las doce horas y treinta minutos del día treinta de noviembre de 1995, el Tribunal del Servicio Civil confirmó la resolución emitida por la Comisión del Servicio Civil mencionada. A partir de tales hechos, la parte demandante formula una- argumentación jurídica para impugnar la decisión de la autoridad demandada: que la actuación del Tribunal del Servicio Civiles violatoria del derecho a un debido proceso legal", porque la resolución confirmándola sanción impuesta por la Comisión del Servicio Civil, se dictó "sin darme oportunidad de. ratificar o no lo actuado ya que no se me corrió el término conforme a derecho". Frente a esta argumentación, la autoridad demandada expresa que se notificó "el respectivo traslado de tres días a la parte perjudicado por las nulidades antes señaladas", pero que habiendo transcurrido dicho lapso sin que se hiciera uso del mismo, se entiende que la señora Martínez de Alemán ratificó lo actuado por la Comisión del Servicio Civil. De lo expuesto, queda claro que la infracción constitucional a examinar en este proceso se concreta en el fundamento jurídico de la resolución pronunciada en grado de revisión por el Tribunal del Servicio Civil, a las once horas del día veintidós de noviembre de mil novecientos noventa y cinco, el cual consiste en afirmar que, transcurrido el plazo concedido para ratificar o no actos viciados de nulidad, si la parte afectada omite declaración de voluntad al respecto, las "nulidades quedan subsanadas". Aclarado el punto anterior, este Tribunal pasa a examinar el supuesto acto lesivo de la Constitución, confrontándolo con el parámetro de análisis jurídico que se aduce en la demanda; y para mejor comprensión de la presente decisión, el estudio se ajusta al siguiente orden: (a) en primer lugar, debe determinarse si existe infracción procesal cuando una autoridad considera que el silencio de la parte afectada por una nulidad procedimental frente a la resolución que requiere su ratificación del acto- supone la subsanación del acto viciado; y (b) en segundo lugar, en el supuesto de entender que efectivamente existió tal infracción, si ésta es de tal gravedad que trasciende al ámbito constitucional. El orden de los aspectos, a analizar no es caprichoso o arbitrario, sino que está condicionado lógica y jurídicamente, constituyendo el primero presupuesto del segundo, de tal manera que sólo en el caso de concluirse que la notificación por tablero contra la cual se reclama supone una infracción procesal, podrá pasarse, al examen del segundo punto. Y, por su parte, el segundo se justifica en razón. que, como se ha expuesto en resoluciones anteriores, la vulneración del derecho de audiencia - expresión que se utiliza de modo omnicomprensivo para referirse a las nociones de garantía de audiencia o garantía del debido proceso- no puede equipararse con cualquier infracción o inobservancia de normas procesales o procedimentales. III. En- el punto relativo a determinar si existe o no infracción, procedimental, es indispensable - en razón del tratamiento dado en la normativa procesal -, referirse a las nulidades procesales, que es precisamente el tópico en el que fundamentó la autoridad demandada su decisión. Es conveniente aclarar que si bien en el caso de la señora Martínez de Alemán se trata de un procedimiento administrativo, tanto por disposición legal referencias como por la integración que realizó la autoridad demandada, le es plenamente aplicable las consideraciones que son predicabas respecto de las nulidades en el derecho procesal común. En derecho procesal, la nulidad es entendida como sanción que priva al acto procesal de sus efectos normales; esto, es, cuando el acto. procesal no llena los requisitos de forma, aparece un defecto o un vicio formal, que en el proceso puede coexistir con defectos de fondo tales como los errores en la actividad razonadora. Los errores de forma pueden referirse a los actos de las partes o del juez, o afectar la expresión del objeto litigioso, o la forma del acto o el tiempo. Más, aún, por la mayor o menor trascendencia del vicio, puede viciar un solo acto o producir efectos en una serie de ellos, o en todo el procesó. Para mayor claridad del fallo a dictarse en este proceso, esta Sala estima necesario consignar una breve consideración sobre:,(a) las nulidades procesales y los principios que las rigen; (b) su incidencia, en la protección de los derechos constitucionales procesales; y (c) el derecho de audiencia, denominado indistintamente por la jurisprudencia constitucional, garantía de, audiencia o debido proceso; como derecho, que puede ser violado a consecuencia del incumplimiento de las formas esenciales del procedimiento. Según Beatriz Quintero Eugenio Prieto "si un acto procesal es perfecto en su forma pero equivocado en su contenido, es un acto injusto, contrario a derecho, pero no un, acto nulo. La nulidad procesara nace del apartamiento de las formas, jamás tiene referencia con el contenido del acto. La nulidad procesal es un error en las formas, no en los fines de la justicia queridos por la ley o la Constitución, sino en los medios para obtener esos fines. Si el acto procesal es equivocado en su contenido será materia propicia para los recursos. Si, en cambio, se aparta de la forma procesal, se está en el terreno que corresponde a la declaración de la nulidad procesal." En otros términos, es preciso distinguir la actividad dinámica del juzgador y la actividad razonadora del mismo; en ese sentido, el error o los vicios en la primera, denominados también, in procedendo, dan lugar a la declaratoria de nulidad; y, en la segunda, también conocidos. como in iudicando, dan lugar a la interposición de un recurso, es decir, a la impugnación de la resolución por considerarla que no se encuentra apegada a derecho. Para comprender a cabalidad la incidencia o impacto de las nulidades procesales, debe atenderse a los principios que las regulan, que esencialmente son: (a) principio de especificidad o legalidad, el cual señala que no hay nulidad sin texto legal expreso;. (b) principio de trascendencia, el que establece que, en virtud del carácter no ritualista del derecho procesal moderno, para que exista nulidad no basta la sola infracción a la forma, sino que debe producirse perjuicio a la parte; y (c) principio de convalidación, en virtud del cual se entiende que, por razones de seguridad y certeza del derecho, una vez transcurrida una etapa procesal no, se puede retroceder a la. anterior, o que cuando todas las etapas se han concluido, por regia general ha precluído la oportunidad de reclamar contra las nulidades, lo que supone la convalidación del acto viciado. A efectos del presente proceso, interesa referirse - con un mayor nivel de detalle -, a los dos últimos. El principio de- trascendencia implica que la nulidad no persigue esencialmente la eliminación de defectos o imprevisiones formales, sino que tiene por objeto evitar la afectación de la situación procesal de las partes. Al respecto, afirma Véscovi: "La nulidad tiene por fin no el solo interés legal en el cumplimiento de las formas y ritualidades que la ley fija para los juicios, sino la salvaguardia de los derechos de las partes. En consecuencia, no basta para declarar nulo un acto, que existan vicios de forma, sino que es menester que el mismo no haya alcanzado los fines propuestos". Respecto del principio de convalidación; debe tenerse en cuenta que su enunciación sólo resulta válida para las nulidades subsanables cuya reclamación se confía a la parte como carga. Esto significa que en el transcurso del proceso, la preclusión para alegar nulidades sólo opera respecto de las oportunidades confiadas a las partes como cargas, porque la vigilancia de los formalidades procesales imperativas, se confía al juez. Esta significa que a las partes corresponde la carga de alegar las nulidades que le afecten; pero el ente decisor corresponde la obligación ex-oficio, de apreciar las nulidades que la normativa procesal estima inciden de modo más gravoso, sea en el ejercicio de la potestad jurisdiccional, sea en la, situación procesal de las partes. Por otro lado, y siempre, en relación al principio de convalidación, ya que ésta sólo se predica respecto de las denominadas nulidades subsanables, es de advertir que para que opere la figura de la convalidación, es Indispensable la - exteriorización de la voluntad de la parte afectada por la nulidad, sea mediante una - manifestación convalidación tácita- o declaración del voluntad - convalidación expresa -.. En este sentido, para que se produzca la convalidación expresa o tácita de la nulidad, es menester una exteriorización de voluntad, como lo es expresar su asentimiento o la realización de un acto posterior que produzca la imposibilidad de retroceder a etapas anteriores; en consecuencia; i no cabe la posibilidad de convalidar una nulidad mediante una actitud que no, implique exteriorización de voluntad. IV. En la perspectiva de las anteriores consideraciones, corresponde ahora examinar si en el caso subjúdice existió infracción procesal en la actuación del Tribunal del Servicio Civil. Al respecto, entre los hechos acreditados mediante la prueba que, consta en el expediente cuya relación ya se hizo en, el Considerando II de esta sentencia -, aparece que el Tribunal del Servicio Civil advirtió una serie de nulidades en el procedimiento ante la Comisión del Servicio Civil del Hospital "San Juan de Dios" de Santa Ana, y que luego de hacer caber tal circunstancia a los participantes en el procedimiento, transcurrido que fue el plazo que se concedió para la ratificación de los actos viciados por la parte afectada, dicho Tribunal tuvo por convalidadas las nulidades sin, la exteriorización - ni tácita ni, expresa- de voluntad de la señora Martínez de Alemán. La autoridad demandada - según consta en, la resolución lesiva y en su informe entendió que, frente al silencio de la señora Martínez de Alemán, parte afectada por la nulidad, se suscitaba la convalidación de las nulidades; esto es, frente a la actitud de la demandante del amparo, el citado Tribunal concedió un contenido determinado a la inacción de aquélla. Al respeto, esta. Sala entiende que no existe base normativa para conceder sentido o actitud favorable a la, convalidación al silencio de la parte afectada por la nulidad, sino que - por el contrario -,: en base a lo expresado en relación al régimen normativo de las nulidades procesales, al no haber exteriorizado la señora Martínez de Alemán su voluntad, ni de modo tácito ni expreso, la nulidad advertida por el Tribunal del Servicio Civil no fue convalidada y, en consecuencia, la autoridad demandado debía haber declarado la nulidad y procedido a la reposición de los, actos viciados de nulidad. Aún si nos atenemos a la formulación lingüística, de la resolución del Tribunal, del Servicio Civil, se llega a la misma conclusión, pues en aquélla se expresa "que si la parte a quien perjudica estas nulidades ratifica lo actuado dentro, de tercero día de notificada esta resolución, se continuará conociendo sobre el fondo de la causa; en caso contrario, se mandará a reponer dichas diligencias". Aparece evidente de, lo transcrito, que la misma autoridad demandada planteó como presupuesto o exigencias previa para la continuación del trámite, la ratificación de lo actuado por la parte afectada, y que ante la ausencia de tal ratificación, se ordenaría, -para ocupar la misma expresión que utilizó el Tribunal del Servicio Civil- "la reposición de las diligencias". Es dable concluir, de lo expuesto, que al haber tenido la autoridad demandada por convalidadas las nulidades cometidas en el trámite ante la Comisión del Servicio Civil del Hospital "San Juan de Dios" en las diligencias de suspensión sin goce de sueldo; sin existir previamente exteriorización de voluntad por parte. de la señora Martínez de Alemán, se ha incurrido en infracción procesal, colocándola en una situación jurídica procesal de desventaja. V. Habiéndose determinado que ha existido infracción procesal, en la actuación del Tribunal del Servicio Civil, corresponde ahora examinar si la misma trasciende al ámbito constitucional. Como reiterada jurisprudencia constitucional lo ha señalado, no toda infracción procesal supone -por sí- una transgresión al derecho de audiencia consagrado en el Art. 11 de la Constitución. Para que el incumplimiento de las formalidades procesales trascienda al ámbito constitucional, es indispensable que se aprecie -a consecuencia o con motivo de la infracción-, consecuencias gravosas de tal nivel que supongan la injustificada reducción de los medios o posibilidades de defensa, o que se suscite la enervación del citado derecho de audiencia. Sobre este punto, ya en la sentencia pronunciada a las doce horas del día diecisiete de diciembre de mil novecientos noventa y dos, se expresó que parar que la indefensióntrascienda al ámbito constitucional, y puede entenderse transgredida la garantía de audiencia contemplada en el artículo 11 de la Constitución, no basta la mera infracción a reglas Procesales o procedimentales, sino, que ello se produce únicamente cuando la persona ve cerrada, de modo irrazonable, la posibilidad de impetrar la protección de sus intereses jurídicamente protegidos; o cuando la vulneración de las normas procedimentales lleva consigo la privación del derecho de defensa, con el perjuicio real y efectivo para los intereses la persona. Dicho en otra forma, y siendo que el derecho de audiencia está determinado, en la praxis administrativa y judicial, por la, concreción que de las normas procedimentales y procésales sé hace, tal aplicación no debe ser tal que vuelva nugatoria la garantía. Desde esa perspectiva, en el caso subjúdice, el Tribunal del Servicio Civil advirtió que en el trámite ante la Comisión del Servicio Civil se incurrió en infracciones procesales que podían originar la declaratoria de nulidad específicamente la omisión del plazo probatorio no obstante tratarse de un procedimiento de hecho y la recepción de prueba, testimonial sin citación de la parte contraria. Sin embargo, respecto de la primera infracción, de la relación hecha en la resolución dictada por el citado Tribunal -que consta en certificación remitida a este Tribunal- y de lo manifestado por la señora Martínez de Alemán en varios escritos, ésta presentó prueba testimonial, es decir, ejerció la facultad procesal de aportar medios probatorios que sirvieran de apoyo a su defensa; por lo que la omisión del plazo probatorio no incidió en los derechos de los participantes en el procedimiento; y, respecto de la segunda infracción -la no citación de la parte para la recepción de la prueba testimonial, la citada señora Martínez de Alemán no alegó tal circunstancia en el escrito de interposición del recurso de revisión -que consta a fs. 58 de este expediente-. Por otro lado, debe tenerse en cuenta que, en virtud de la regulación del recurso de revisión -según aparece en el Art. 57 de la Ley del Servicio Civil-, no existe la oportunidad de aportar medios probatorios en el trámite ante el Tribunal del Servicio Civil, pues éste debe resolver el recurso con la sola vista de los autos y dentro de tres días contados desde el siguiente al de su recibo. De lo expuesto, este Tribunal concluye que si bien es cierto que el Tribunal del Servicio Civil cometió una infracción procesal, al entender por ratificados actos procedimentales por parte de la señora Martínez de Alemán, sin que ésta hubiere exteriorizado su voluntad, la misma no trasciende al ámbito constitucional, ya que las supuestas nulidades que advirtió el citado Tribunal no afectaron de modo grave los derechos constitucionales procesales de la mencionada señora en el procedimiento ante la Comisión del Servicio Civil. Y es que, en el caso específico de la protección, del amparo por violaciones al derecho de audiencia, no basta que se alegue, por parte del sujeto activo de la pretensión, la existencia de un transgresión a las formas del procedimiento y que ésta se encuentre prevista en la ley, sino que es menester que la infracción haya provocado - efectivamente - una enervación de las posibilidades y/o oportunidades de defensa; o, dicho de otro modo, en el caso que se examina, se posibilitó la intervención efectiva de le la señora Martínez de Alemán, quien conoció los hechos que se le atribuían y la sanción que se le pretendía imponer, y tuvo la oportunidad de desvirtuar tanto uno como otros; por lo que, a efectos del derecho de audiencia, éste no puede entenderse infringido y, en consecuencia, es procedente dictar sentencia desestimatoria, denegando el amparo solicitado. Por tanto, con base en las razones expuestas, artículos 33, 34 y 35 de la ley de Procedimientos Constitucionales, a nombre de la República, esta Sala falla. (a) Declárase que no ha lugar al amparo solicitado por la señora Juana Orfelinda Martínez de Alemán, (b) déjase sin efecto la suspensión de la ejecución del acto reclamado, ordenada provisionalmente a fs. 9 y confirmada a fs. 16,, (c) condenase en las costas, daños y perjuicios a la parte demandante; y (d) notifíquese a las partes.---HERNANDEZ VALIENTE---MARIO SOLANO---E. ARGUMEDO---O. BAÑOS---PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---ORTIZ--RUBRICADAS. AS020M96.96