Guion teatral de EL BARBERO DE SEVILLA Texto

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Guion teatral
de
EL BARBERO DE SEVILLA
Texto teatral de Fiorella Colombo y Laura di Biase
de la obra original "Il Barbiere di Siviglia"
libretto de Cesare Sterbini
Músicas de Gioachino Rossini
Músicas elaboradas y adaptadas por Romeo Lebole
Traducción de Sergio Marta
Las partes transcritas fielmente desde el libretto de Cesare Sterbini
han sido escritas en cursivo, para ser fácilmente localizables en el
libretto de la obra.
Los aires musicales del guion están incluidos dentro del CD anexo,
según la numeración progresiva.
Bases musicales:
• Ouverture
• Piano, pianissimo
• Ecco ridente
• Largo al factotum – Numero quindici
• La calunnia é un venticello
• Ehi di casa! – Mi par d’essere
• Pace e gioia
Aires musicales:
• Ouverture
• Piano, pianissimo
• Ecco ridente
• Largo al factotum
• Numero quindici
• La calunnia é un venticello
• Ehi di casa!
• Mi par d’essere
• Pace e gioia
PERSONAJES
CONDE DE ALMAVIVA,
enamorado de Rosina
DON BARTOLO,
médico, tutor de Rosina
ROSINA,
pupila de Don
Bartolo
FIGARO,
barbero en Sevilla
BASILIO,
maestro de música
FIORELLO,
criado del Conde de
Almaviva
BERTA,
camarera de Don
Bartolo
AMBROGIO,
mayordomo de Don Bartolo
NOTARIO
GUARDIA
2 MÚSICOS (NARRADORES si fuera necesario)
6 PAISANOS/AS (NARRADORES si fuera necesario)*
* En la obra original no son previstas las figuras de los paisanos,
cuyos partes han sido ideadas por las autoras para permitir la
puesta en escena con un grupo de actores formado por dieciocho
alumnos.
En caso de que se trabajara con un grupo mayor a otros paisanos
se sumen, dividiendo oportunamente las partes que fungen de
narración.
Base n. 1 / Aria n. 8: "Ouverture"
La escena: una plaza en Sevilla.
La primera parte de la ouverture se escucha a telón cerrado.
A la abertura del telón los paisanos de Sevilla entran.
PRÓLOGO
PAISANO 1:
PAISANO 2:
PAISANO 3:
PAISANO 4:
PAISANO 5:
PAISANO 2:
PAISANO 1:
PAISANO 6:
PAISANO 5:
PAISANO 3:
PAISANO 4:
noticia?
PAISANO 5:
PAISANO 1:
PAISANO 6:
PAISANO 3:
PAISANO 1:
Eh chicas, tengo una que
contarles…
¿De veras? ¿Y cosa?
¡Soy curiosa! ¡Soy curiosa!
¡no nos dejes en ascuas!
¡Ascuas! ¡Ascuas!
¿Se trata acaso de nosotros?
¿De nosotros? ¡Ojalá!
He aquí, que barba, a nosotros no
nos ocurre
nunca nada…
Nada, nada…
¡Escupe el sapo, que no resisto!
¿Pero es una bella o una mala
¡Noticia, noticia!
¡Qué va noticia! ¡Ésta es una
verdadera historia…e que historia!
Uff, pero que barba, yo nunca he
aguantado las historias.
¡Con que esté sabrosa y picante!
¡Picantísima!
ESCENA I
PAISANO 1:
Bello bellísimo sin esperar
un caso extraño tengo de contar:
hubo una vez, en la bella Sevilla,
un Conde, un barbero y una hermosa hija.
PAISANO 2:
Pero escuchad: para decir todo lo
vero
¡Hija de Bartolo… no era de a de veras!
PAISANOS 3, 4, 5, 6:
¿De veras?
PAISANOS 1, 2:
¡Seguro!
PAISANO 3:
¿Y Bartolo que tenía que ver?
PAISANO 1:
Don Bartolo era…
PAISANO 2:
¡... el que la amaba!
PAISANO 3:
¿Bartolo amaba la bella Rosina?
PAISANOS 3, 5, 6:
¡Pobrecita!
PAISANO 4:
A él había sido confiada…
El la había crecido…
PAISANO 2:
¡Y pronto la habría desposada!
PAISANO 1:
Eh sí, pero entre decir y hacer está
de por medio…
PAISANOS 2, 3, 4, 5, 6:
¡El Conde de Almaviva!
PAISANO 2:
¡Ya! Y justo hoy hemos sabido…
PAISANO 3:
Ya, nos han avisado…
PAISANO 4:
¡Que aquí en Sevilla ha sido
avistado!
PAISANO 5:
¡Avistado! ¡Avistado!
¡Conde a la vista! ¡Conde a la vista!
PAISANO 4:
Y desde antes de que nazca el sol
¡Gira acá alrededor y consume las suelas!
PAISANO 6:
Pero que aburrida esta nochecita:
debajo del balcón una serenata…
PAISANOS 1, 2, 3, 4, 5:
¡Guau!
PAISANO 3
¡Alguien llega!
PAISANO 1:
¡Hasta mañana!
Los paisanos se saludan y se van.
Base n. 2 / Aria n. 2: "Piano, pianissimo"
Fiorello, con linterna en las manos, introduce en la escena algunos
sonadores de instrumentos.
Después el conde envuelto en una capa.
FIORELLO:
Despacio, muy despacio,
(avanzando con tiento) sin hablar,
todos conmigo
vengan acá,
vengan acá.
CORO:
Despacio, muy despacio
¡acá estamos!
TODOS:
Todo es silencio;
¡nadie aquí está
qué nuestros cantos
pueda turbar!
Todo es silencio;
¡nadie aquí está
qué nuestros cantos
pueda turbar!
FIORELLO:
¡Sshhh!!!!
¡Despacio, muy despacio! ¡Sin hablar!
¡Hagan silencio, vengan acá!
Despacio muy despacio, nos
acercamos…
ya casi llegamos, hagamos más
silencio…
¿Acérquense… ya todos estamos?
¡Tu patrón nosotros no vemos!
¡Si él no está por cierto que no tocamos!
¡Que sólo de dinero nosotros
vivimos!
MÚSICO 1:
MÚSICO 2:
FIORELLO:
MÚSICO 1:
MÚSICO 2:
Entra en escena al Conde de Almaviva, busca Fiorello y no ve a los
músicos.
CONDE:
FIORELLO:
CONDE:
FIORELLO:
MÚSICO 1:
CONDE:
¡Fiorello! ¿Dónde estás?
¿Dónde están?
¿Músicos, amigos míos, me escuchan?
¡Dese la vuelta mi señor y nos
vera!
¡Oh, bien muy bien, sin
hablar!
Hagan silencio, sin Hablar.
¡Ahí está, toquen quien sabe si
abrirá!
Toquen, toquen, ¿pero qué esperan?
¿Nuestro compenso luego nos
darán?
Cuál sea la suerte he aquí:
¡tomen!
El Conde está por entregar las monedas a los músicos, pero se
para y hace la señal de tocar; entrega el bolso a Fiorello.
Base n. 3 / Aire n. 3 "Ecco ridente in cielo"
Los músicos afinan los instrumentos y el conde canta acompañado
por aquellos.
CONDE:
(canta)
MÚSICO 1:
MÚSICO 2:
MÚSICO 1:
He aquí, alegre en el cielo
brota la bella aurora
y tú no surges todavía
¿y puedes dormir así?
Surge mi dulce esperanza,
ven, mi bello ídolo;
vuelve menos crudo, ay Dios,
la flecha que me hirió.
¡Ay suerte! ya veo
aquel querido semblante;
este alma amante
consiguió piedad.
¡Ay instante de amor!
¡Ay dulce contento!
Suave momento
¡qué igual no tiene!
Así, dicho y hecho, él como un loco
canta:
junto a los músicos entona versos y
cantos.
No se abre el bello balcón de
Rosina,
mientras alrededor pronto avanza la
mañana.
Y después de una noche de música
desenfrenada
¡la espalda está toda rota, la cabeza
también
destrozada!
El Conde se dirige hacia los músicos y les entrega una moneda
cada uno, los felicita y trata de despedirlos.
No se percata de que Rosina se asoma al balcón.
ROSINA:
¡Que escucho! ¡Dulces notas!
¿Quién será que me las canta?
No será mi gran tutor,
pero de él alguien mejor!...
Ahor’ lo veo, allá está…
¡Guapo chico, en verdad!
Quien sea él quiero descubrir,
¡o tendré de amor morir!
Un recado escribiré,
¡a mi amor se lo daré!
Rosina toma pluma y papel y escribe. Llega Bartolo.
BARTOLO:
ROSINA:
BARTOLO:
¿Qué es aquel papelucho?
¡Ha volado en el jardín!
Ahor’ lo voy a recobrar,
¡aquel balcón quiero tapiar!
Si Don Basilio me viene a buscar,
aquel solemne embrollón de bodas,
qué me espere:
¡la bodas con Rosina quiero apurar!
¡Sí, dentro de hoy finir debo este asunto!
Bartolo baja a plaza para buscar el papelucho, ya tomado por el
Conde, luego vuelve a casa y hace cerrar enseguida el balcón.
CONDE:
FIORELLO:
CONDE:
MÚSICO 1:
MÚSICO 2:
CONDE:
¿Fiorello, dime, aparece?
Sr., nada…
¡Ya es vana cada
esperanza!
¡Sr. Conde, el día avanza!
¡Vuestra deuda pagad!
¡Ya les di! ¡Ahor’ presto,
váyanse!
Los músicos se molestan por el poco dinero recibido. Entonces el
Conde saca una bolsa y esparce monedas.
CONDE:
FIORELLO:
Ya de sonidos, ya de cantos
yo ya no necesito.
buenas noches a todo el mundo,
de ustedes que hacer yo ya no sé.
Los músicos rodean el conde agradecidos y le besan la mano y el
traje.
El molesto por el ruido que hacen los echa.
Lo mismo hace Fiorello.
MÚSICOS:
CONDE:
GUARDIA:
Mil gracias mi señor
del favor del honor
Ay, de tanta cortesía, obligados en verdad.
(¡Ay, qué encuentro afortunado!
¡Es un Sr. de calidad!)
Basta ya, basta ya, no hablen
pero no sirve, no griten
malditos, váyanse
Ay, canallas, afuera de acá.
Todo cuanto el vecindario
este alboroto despertará.
¡Callados, callados que ruido!
Si no termina este clamor
¡a la cárcel… por dos hor’!
Se salen de la escena.
El conde se esconde detrás del árbol.
ESCENA II
Entran en escena los Paisanos despertados por el ruido, sigue el
guardia.
PAISANO 1:
PAISANO 2:
PAISANO 3:
PAISANO 4:
PAISANO 6:
PAISANO 5:
GUARDIA:
PAISANO 1:
PAISANO 2:
¿Qué ocurre en harta noche?
¿Serán luchas? ¿Serán golpes?
¿Pero quién grita, quién alborota?
¿Justo aquí en media plaza?
Me han despertado en lo mejor.
¡Parece todo un carrusel!
En la plaza de Sevilla
¡Ha sucedido una gran bulla!
Luego de golpe todo enmudece...
Y pronto el día aparece.
Se forma una fila en la plaza, las Paisanas pasan con las bolsas
del mandado.
El notario, el guardia, Basilio, Ambrogio, Berta, Fiorello hay están y
esperan…
PAISANO 3:
PAISANO 4:
PAISANO 5:
PAISANO 6:
PAISANO 1:
PAISANO 5:
PAISANO 2:
Quién abre la ventana...
¡Quién prepara la sopa!
Quién persigue una gallina...
¡Quién trabaja por la mañana!
En común tienen una cosa:
Para que la hora sea gozosa,
todos esperan el buen Figaro.
¡Figaro, Figaro!
¡… y él allá estará, que fuma el
cigarro!
Los Paisanos empiezan a buscar Figaro.
PAISANO 3:
PAISANO 4:
PAISANO 6:
PAISANO 5:
PAISANOS Todos:
¡Todos lo buscan, todos lo quieren!
¡Mujeres, chicas, viejos y niñas!
Lo buscan chicas, por él todas
locas;
Lo buscan paisanos, por cierto algo
extraños.
¿Saben por qué?
¡Porque del país es él, el verdadero
rey!
Un Paisano abre un baúl que está en la escena y de ahí sale
Figaro.
Base n. 4 / Aria n.11: "Largo al Factótum”
FIGARO:
¡La ran la lera, la ran la lá!
¡La ran la lera, la ran la lá!
Largo al Factótum de la ciudad. ¡Largo!
La ran la lera, la ran la lá. ¡Lá!
Presto a la tienda,
qué el alba es ya. ¡Pronto!
La ran la lera, la ran la lá. ¡Lá!
Ay, qué buen vivir,
qué buen placer, que buen placer
para un barbero
¡de calidad, de calidad, de calidad!
FIGARO:
¿La tienda? No se
equivoca: ¡fíjese bien, ahí está!
(Indicando una calle lateral)
Base n. 4 (continuación) / Aria n.12: "Numero quindici"
FIGARO:
izquierda
Número 15 a mano
cuatro peldaños, fachada blanca,
cinco pelucas en la vitrina
sobre un cartel "Pomada fina",
enseña en azul a la moderna,
hay por insignia una linterna.
Allá sin falta me encontrará.
Cinco pelucas en la vitrina
sobre un cartel "Pomada fina",
enseña en azul a la moderna,
hay por insignia una linterna.
Allá sin falta, allá sin falta, allá sin falta
me encontrará.
Cinco pelucas, una linterna, allá sin falta
me encontrará.
Figaro se encamina muy lentamente hacia su tienda, saluda todos
los presentes, que se han formado esperando desde hace tiempo
su turno.
PAISANA 1:
FIGARO:
PAISANA 2:
NOTARIO:
Aquí está, llega con calma al
laboro,
¡Él sabe que vale mucho, más del oro!
¡Barba y cabellos! ¡Barba y cabellos!
¡Aquí está hombres! ¡Háganse bellos!
¡Mujeres vengan, Aquí está!
¡Con él se despierta esta ciudad!
Yo por ejemplo, soy el notario,
el que firma todas las cartas.
Vean acá mi alcancía:
¡depende de firmas dadas con arte!
Y olor de bodas siento cercano:
¡corro con Figaro por un peluquín!
BASILIO:
AMBROGIO:
BERTA:
BASILIO:
BERTA:
Mira de acá, mira de allá:
¿Nadie se ve, por qué esperar?
Mira de arriba, mira de abajo
¡Y mi barba ya no puede más!
Un cura como yo necesita un sueldo,
de una buena rasuradita y…
¡Basilio está listo para la música para
Rosina!
Mayordomo es mi tarea,
vengo acá a todas las horas
para servir a mi patrón
¡tomo polvos y jabón!
Yo son Berta y soy vieja,
Quiero mucho a mi patrón,
vengo en busca del barbero
porque una orden me oprime.
Un Don Bartolo rasurado:
¡negocios sucios han tramado!
¿Tramado? Como osa…
¡Ay, Don Basilio! (¡Qué grosero!)
¡corro, corro a anunciarle al patrón!
Figaro entra en la tienda y abre la cortina.
NOTARIO:
BASILIO:
FIORELLO:
GUARDIA:
NOTARIO:
FIGARO:
BASILIO:
FIGARO:
¡Acá la peluca!
¡Pronto la barba!
¡Acá la sanguina!
¡Pronto el recado!
¡Figaro!
¡Estoy acá!
¡He, Figaro!
¡Estoy acá!
TODOS:
AMBROGIO:
BASILIO:
AMBROGIO:
BASILIO:
TODOS:
Figaro acá, Figaro allá,
Figaro acá, Figaro allá,
Figaro arriba, Figaro abajo
¡Figaro arriba, Figaro abajo!
¡Pronto a hacer todo¡
la noche y el día
siempre de en torno,
por ahí está.
mejor jauja
para un barbero,
vida más noble,
no, no se da.
Afeitadoras y peines,
manecillas y tijeras,
a su mando
todo aquí está.
hay el recurso,
luego, de la profesión
con la mujercita
con el caballero,
con la mujercita, la la la la lá
¡con el caballero, la la la la lá!!!
¡La la lá! ¡La la lá!.......
Salen poco a poco todos de la escena excepto Figaro.
El Conde llega.
CONDE:
de ti!
¡Mi querido Figaro, necesito
La bella Rosina el corazón me robó,
¡desde entonces no vivo, ayúdame un po’!'
¡Si también ella me ama saber yo quiero!'
FIGARO:
CONDE:
volcán,
FIGARO:
¡Conde dichoso! El amigo hallado
¡Te puede bien aconsejar qué se tiene que
hacer!
Dime, tú que eres un
¿Cómo atreverse pa’ su mano?
He aquí algo de oro que en el bolsillo baja,
¡Si tú lo das hay quien lo atrapa!
El Conde le entrega, una a la vez, algunas monedas de oro.
FIGARO:
Querido Conde estés sereno
¡Qué las ideas, muchas tendremos!
¿(Base n. x / Aria n. x: “All’idea di quel metallo")?
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
pensamos…
CONDE:
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
A la idea de aquel metal
portentoso omnipotente
en volcán mi grande mente
¡Ya se empieza a convertir!
Ya, veam’ de aquel metal
algún efecto sorprendente
del volcán que es tu mente
algún monstruo singular.
Entonces, entonces ahora
Cambiar de nombre, regla uno
Pa’ no ser inoportuno:
tu nombre ahora será
¡solo Lindoro, en verdad!
¿Lindoro?
Sí, sí, Lindoro, un
estudiante pobrecito,
sin arte ni parte, sin siquiera una
monedita…
Para ver ella me quiere
realmente…
¿Ahor’ bien? ¡Será... mi
primo!
Figaro le quita al Conde la capa y el sombrero, señal de demasiada
nobleza…
CONDE:
triunfante!
FIGARO:
sargento…
¡Pero qué astucia
Luego se viste como
Figaro le entrega al Conde un sombrero de oficial, barba y bigote.
CONDE:
¡Pero qué juego divertido!
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
Hoy llega un Regimiento.
¡Es mi amigo el coronel!
Con la barba sobre el
mentón
¡Se introduce en lo mejor!
¿Es la invención natural?
¡Ay que cabeza original!
Y me nace como en sueño
otra idea si se precisa.
Figaro abre la mano para pedir otras monedas.
El Conde le lanza una.
CONDE:
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
¡Habla presto, pronto, ya!
Borracho… sí borracho
mi Sr., se fingirá.
¡Tienes mente universal!
¡Así Bartolo se fiará!
… si después no basta aún
hay un recurso de ultim’ hora:
se disfraza pues de cura,
¡estarán todos sin aliento!
Figaro le pasa al Conde un cuello de cura.
CONDE:
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
¿Hasta el cura tendré que
hacer?
Pues sí, si lo del soldado
no surte efecto…
Tiene que saber que Don Basilio va a
enseñar
la música a Rosina.
Si fingimos un del mismo un desazón,
¡he aquí un sustituto de buen corazón!
¡Vía el embrollo
empezamos!
¡Debajo los bigotes
reiremos!
Se estrechan la mano y salen de la escena.
ESCENA III
Cambio de escena: en la casa de Don Bartolo y Rosina.
Allí hay 4 puertas.
De a lado la ventana con celosía.
A la derecha un escritorio y a la izquierda un pianoforte.
Rosina con una carta en la mano.
¿(Base n. x / Aria n. x: "Una voce poco fa")?
ROSINA:
Una voz hace poco
acá en el corazón me resonó.
Mi corazón herido ya está,
y Lindoro fue que el llagó.
Sí, Lindoro mío será;
lo juré, le ganaré.
El tutor rehusaré,
yo el ingenio aguzaré.
Y por fin se aplacará
¡y contenta yo quedaré!
Sí, Lindoro mío será;
lo juré, le ganaré.
Yo soy dócil, soy respetuosa,
soy obediente, dulce, amorosa;
me dejo sujetar, me dejo guiar.
Pero si me tocan dónde es mi débil
seré una víbora y ciento trampas
antes de ceder haré jugar.
Sí sí, le ganaré. Pudiera por lo menos
mandarle esta carta. ¿Pero cómo?
De ninguno aquí me fío;
el tutor tiene ciento ojos basta, basta;
sellémosla mientras tanto.
Se va al escritorio y sella la carta.
BERTA:
AMBROGIO:
BERTA:
ROSINA:
AMBROGIO:
BERTA:
Con Figaro, el barbero, por la ventana
discursar lo he visto más de una hora;
Figaro es un caballero,
un joven de buen corazón:
quien sabe que él no proteja nuestro
pasión.
¡Pero que se espera la
ilusionada!
¡Aquel viejo la tiene encerrada!
Como yo aquí está prisionera:
sin salir de mañana a noche,
siempre en casa tenem’ que estar:
¡pero qué vida de reventar!
Mujeres, mujeres: ¡cuál engaño!
Y servir todos los días mi dueño:
¡cuál preocupación!
Pero qué fea mi condición:
allá la anciana entorpecida,
acá la joven despistada.
Y el doctor siempre arrogante…
¿Qué es que dices
maleante?
Un Señor de tal estatura…
¡Ya me ha puesto en
sepultura!
¡Señorita!
¡Mi ama!...
Rosina se desmaya, Berta y Ambrogio se la llevan.
Don Bartolo entra.
Enseguida se siente tocar: Don Basilio entra.
BARTOLO:
BASILIO:
¡Oh, Don Basilio cuál buen viento!
Doctor, tutor… mi llegada
lleva desaliento.
BARTOLO:
BASILIO:
BARTOLO:
BASILIO:
BARTOLO:
BASILIO:
(en voz baja)
BARTOLO:
BASILIO:
BARTOLO:
AMBROGIO:
BARTOLO:
BASILIO:
BARTOLO:
BERTA:
BARTOLO:
BASILIO:
¡Caramba, caramba!
¿Cuál fechoría ha ocurrido?
he sabido muy temprano
qué en Sevilla está ese fulano.
¿Ese fulano? Dice justo…
¡Digo justo!... ¡el Conde de
Almaviva!...
¡Despacio, despacio! ¡No grite!
Los muros tienen ciertas orejas…
... ¡el Conde de Almaviva!...
¡Shhh!… ya entendí, ya entendí…
hágame un po’ pensar…
¡lo debemos aniquilar!
Mientras tanto echémonos
a rogar...
¿Pero qué hace? ¡No podemos
demorar!
¡Basta! He resuelto. ¡El notario pronto
advierto!
¡Ambrogio! Ve en busca de aquel notario
empeluqueado.
¡Ay, sí, el notario! Lo he visto hace
poco donde el barbero.
Donde el barbero, donde del
barbero…
nadie tendrá que saber.
¿A propósito, aquel barbero, no debería
estar ya aquí?¡Berta!
¡Lo tengo! ¡Una calumnia!
¡Shhhhhhhhhh!
¿Señor?
¡Vete, vete! … una calumnia… me
siento mal…
No se apure, no se esté a
BARTOLO:
BASILIO:
BARTOLO:
preocupar.
Quiero decir una pequeña calumnia…
pequeñita chiquitita… justo para hacerlo
alejar… y ponerlo a la berlina…
¡sabe, ya las calumnias son… en la boca
de todos!
¿De todos?
Beh, exactamente de todos no,
pero ya se sabe: a quién hoy día quiera
mandar, para tener poder, pues...
¡muchas calumnias se necesitan: lo hago
como profesión!
¡Pues bien, que así sea!
Base n. 5 / Aria n. 13: “La calunnia"
BASILIO:
muy gentil
La calumnia es un vientecito, un airecito
qué insensible y sutil, ligeramente dulcemente
empieza, empieza a susurrar.
Poco a poco, tierra tierra, en voz baja, silbando,
va escurriendo, va escurriendo, va zumbando, va
zumbando,
en el oído de la gente
¡se introduce, se introduce hábilmente!
Y las cabezas y los cerebros y las cabezas y los
cerebros
¡hace aturdir, hace aturdir, hace aturdir y hace inflar!
De la boca afuera saliendo, el alboroto va creciendo;
¡toma fuerza poco a poco, ya corre de lugar en
lugar!
Parece un trueno, la tempestad que en el seno de la
selva
¡va silbando, gruñendo, y te hace de horror helar!
Y por fin desborda y estalla, se propaga y se duplica
y produce una explosión…
¡Como un golpe de cañón! ¡Como un golpe de
cañón!
Un terremoto, un temporal, un terremoto, un
temporal,
¡un tumulto general que hace el aire rimbombar!
Un terremoto, un temporal, un terremoto, un
temporal,
¡un tumulto general que hace el aire rimbombar!
BARTOLO:
BASILIO:
¡Ay! ¡Qué susto!
¡Llamemos al notario, ándale, pronto, de a
prisa!
¡Afloja los cordones de tu bolsa!
Un costalito lleno de oro podría bastar….
Soy fiel, aconsejo, la molestia yo me
agarro…
Pero sin monedas, sabe Usted cómo es…
¡No le encuentro gran placer, para mi
cierto no es!
ESCENA IV
Se escucha tocar, un soldado borracho entra (el Conde disfrazado).
BARTOLO:
¡Tocan! ¡Ambrogio, Berta, abran!
Base n. 6 / Aria n. 14: "Ehi di casa"
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
¡Eh de la casa! ¡Buena
gente! ¡Buena gente!
¡Eh de la casa! ¡Eh de la casa! ¡Nadie
contesta!
¿Quién es ése? Qué fea cara
¡Está borracho! ¿Quién será?
¡Eh, de la casa! ¡Malditos!
BARTOLO:
¿Qué quiere, Sr. soldado?
CONDE:
¡Ah! Sí, sí, bien obligado.
(viéndolo busca en su bolsillo)
BARTOLO:
(¿Aquí ése que, pues, querrá?)
CONDE:
¿Es Usted, espera un poco,
es Usted el doctor Torpe?
BARTOLO:
¿Qué torpe? ¿Qué torpe?
CONDE:
¿Ah, ah, Bertoldo?
(Leyendo)
BARTOLO:
¿Qué Bertoldo? ¿Qué Bertoldo?
¡Eh, váyanse al diablo! ¡Eh, váyanse al
diablo!
¡Doctor Bartolo! ¡Doctor Bartolo, Doctor
Bartolo!
CONDE:
Ay, muy bien; doctor
bárbaro; muy bien, hay poca diferencia.
BARTOLO:
¡Yo ya pierdo, yo ya pierdo la
paciencia, aquí prudencia, aquí prudencia
se requerirá, aquí prudencia se requerirá,
aquí prudencia se requerirá!
Se escucha tocar con violencia a la puerta.
¿(Base n. x / Aria n. x: “La forza")?
TODOS:
BARTOLO:
TODOS:
Callados, que golpean.
¿Quién, pues, será?
¿Quién es?
La fuerza, la fuerza, abran
acá, abran acá.
¡La fuerza! ¡Oh diablo!
Base n. 6 (continuación) / Aria n. 15: "Mi par d’essere con la testa"
BARTOLO:
Me parece de estar con la sien
en una horrorosa fragua,
dónde crece y nunca se detén
de los yunques sonoros
el importuno estrepitar.
Alternando este y aquello
pesadísimo martillo
hace con bárbara armonía
muros y veces rimbombar.
Y el cerebro, pobrecito,
ya aturdido, ya pasmado,
no razona, se equivoca,
se reduce a enloquecer.
Se salen todos de la escena, saludando Bartolo que se ha quedado
pasmado y petrificado.
Figaro le entrega una silla y sale.
ESCENA V
En escena Bartolo delirante, Berta y Ambrogio lo cuidan después
del desbarajuste traído por el soldado.
BARTOLO:
BERTA:
Me han dejado sin aliento…
¡Me han tomado por el pelo!
¿Frío, inmóvil y enyesado?
AMBROGIO:
ROSINA:
BARTOLO:
BERTA:
AMBROGIO:
ROSINA:
¡Un médico!
Es justo el caso…
¡Yo voy! Salgo, lo busco, lo
encuentro y…
¡pronto me regreso! ¡A más tarde, chao
chao!
¿Pilluela dónde crees escapar?
¡Ya está curado!
… también a mí parece…
Si también hoy no me hace salir
¡moriré de aburrimiento! ¡Se lo juro! ¡Más
bien, ya estoy a punto de morir!
Se escucha tocar.
BARTOLO:
¡Tocan otra vez! ¿No escuchan?
¡Abran!
¡Será Figaro el barbero, finalmente!
Necesito descanso, vía la gente…
Sale de la escena Berta y Ambrogio.
Rosina va a abrir, esperando escaparse, entra Don Alonso (El
Conde disfrazado).
Base n. 8 / Aria n. 16: “Pace e gioia sia con voi"
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
Paz y alegría sea con usted.
Mil gracias, no se moleste.
Alegría y paz por mil años.
Obligado de verdad.
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
BARTOLO:
CONDE:
BARTOLO:
CONDE:
ROSINA:
BARTOLO:
ROSINA:
Paz y alegría sea con usted.
Mil gracias, no se moleste.
Alegría y paz por mil años.
Obligado de verdad.
Este rostro no me es desconocido.
Ah, si un golpe ha
fracasado...
No reconozco no recuerdo, pero
aquel rostro pero aquel vestido
A engañar este torpe...
¿no entiendo quién será?
¡Un nuevo disfraz!
¡Más propicio a mí será!
¡... más propicio a mí será!
¡Sí, sí, propicio a mí será!
¡Alegría y paz, paz y
alegría!
He entendido. ¡Ay cielo! ¡Qué fastidio!
Alegría y paz, de muy buen corazón.
Basta ya, basta ya. Basta ya, basta ya.
¡Basta ya, basta ya, por piedad!
Alegría…
Alegría…
Paz…
Paz…
Ya entendí, ya entendí. ¡Ay! ¡Cielo! ¡Qué
tedio!
De muy buen corazón, paz y alegría...
Basta ya, basta ya. ¡Por piedad!
¡Pero en fin! ¿Quién es Usted?
Don Alonso, maestro de
música en lugar de Don Basilio.
¿En lugar?
Don Basilio se ha
enfermado, impartiré yo la lección…
¡Sì, sí, sí sí! ¡… de la "Inútil precaución!"
¿"Inútil… precaución?"
¡El nuevo drama en música!
(Buscando entre las cartas arriba del pianoforte)
Entra Figaro con palangana, brocha, navaja y una toalla.
FIGARO:
BARTOLO:
¡Aquí estoy Don Bartolo!
¡En hora buena! ha sucedido de todo:
primero un soldado, luego un borracho,
¡y por fin un entero Regimiento!
¡Y ahora Don Basilio enfermo… tengo un
desmayo!
FIGARO:
¡Ay! La mejor medicina
para Usted en este estado
(Dirigiéndose al Conde) es un buen afeitado…
¡Apártense mientras inicia la tortura!
Figaro le pone a Bartolo una toalla, cubriéndole toda la cara.
Berta se acerca para curiosear, tiene una sarta de llaves atada en
vida y Figaro le roba las llaves.
CONDE:
(Dice a Rosina
en voz baja)
ROSINA:
A la medianoche en punto
para Usted aquí seremos:
ahor’ que la llave tenemos
no hay que dudar.
A la medianoche en punto,
¡mi alma, te espero!
De repente entra Don Basilio.
BARTOLO:
BASILIO:
FIGARO:
BARTOLO:
BASILIO:
CONDE:
BASILIO:
ROSINA:
BASILIO:
FIGARO:
¿Usted aquí?
¡Para la lección de música!
¿Pero que se espera?
Esta barba bendita¿Le hacemos sí o no?
¡Se ha aliviado de prisa!
¿Yo enfermo? ¡Señor no!
¿Don Basilio, con la fiebre?
¿Con la fiebre?
¡Está amarillo como un muerto!
¿Como un muerto?
¡Vaya! ¡Qué espanto!
¡No es fiebre, es escarlatina!
BASILIO:
¿Escarlatina?
El Conde le da a Basilio un bolso lleno de dinero.
CONDE:
FIGARO:
CONDE:
BASILIO:
TODOS:
BASILIO:
Justo aquí tengo una medicina,
si agradece…
¡Qué color!
¡Qué fea cara!
¿Fea cara?
¡Fea!
Me voy…
¿(Base n. x / Aria n. x: "buona sera mio signore")?
TODOS:
afuera!
BASILIO:
FIGARO:
¡Váyase, váyase! ¡Váyase
Buenas tardes, mi señor,
pronto, váyase lejos de acá.
(Maldito inoportuno)
Paz, sueño y salud.
buenas tardes de corazón
luego mañana se hablará.
No gritáis, he entendido ya...
¡Ay, estoy por estallar de la risa!
Bartolo echa todos afuera.
Rosina hace por seguirlos, pero Bartolo llama enseguida a los
criados y la hace atar.
BARTOLO:
¡Ya se acabó la lección! ¡Buenas
tardes a todos!
¡No me siento muy bien, también a mí la
fiebre vien’!
¡Berta! Ata bien apretada mí protegida.
¡Ambrogio! Basilio vuelve a llamar, si se
cura.
Dile que lo espero inmediatamente,
luego ve con el notario súbitamente.
Yo voy con la fuerza y de regreso
¡a mi novia daré los buenos días!
Bartolo sale de la escena.
BERTA:
¡Qué viejo sospechoso!
Que se vaya y allí esté hasta que muera.
Siempre gritos y alborotos en esta casa;
se pelea, se llora, se amenaza…
¡No hay una hora de paz con este viejo
avaro,
gruñón!
¡Ay, qué casa! ¡… ay qué casa en
confusión!
ESCENA VI
Bartolo sale de la escena.
Figaro y el Conde entran con la escalera.
La apoyan al balcón y se suben.
FIGARO:
ROSINA:
CONDE:
FIGARO:
La escalera sobre el muro
tenemos que apoyar
si la querida Rosina queremos liberar.
Yo pobre, yo mezquina…
(En voz baja) ¡Rosina!
¡Rosina!
¡Psst! Aquí al fin estamos,
BERTA:
CONDE:
en casa ya entramos.
¡Aquí no hay ninguno!
¡más fuerte llamamos!
Rosina, contesta, querido amor:
¡Soy yo, Lindoro! ¡No tu tutor!
Los dos entran en la casa.
Don Bartolo regresa y ve la escalera sobre la pared, la quita
convencido de haber atrapado en su casa al Conde y satisfecho va
a llamar a la fuerza.
FIGARO:
CONDE:
FIGARO:
CONDE, ROSINA:
CONDE:
FIGARO:
NOTARIO:
CONDE:
NOTARIO:
FIGARO:
BASILIO:
FIGARO:
¡Llega el notario con Basilio por detrás¡
¡Mí querida Rosina
escapamos por allá!
¡La escalera ha desaparecido!
¡Vaya!
¿Qué hacemos?
Déjenme hacer:
¡Señor notario, lo esperábamos!
¿Quién es que se casa?
He aquí… nosotros somos…
¿Quién firma los papeles? ¿Quién
hace el testigo?
¡Nuestro cura, llega aquí
por la ocasión!
¿Pero Bartolo? Debería llegar…
Sí… ehm… está con retraso,
¡Pues, también él quería celebrar!
El Conde se acerca a Basilio y se quita el anillo apuntándole con
una pistola.
CONDE:
Querido hermano, firme y
para Usted un bello anillo.
¡De otro modo están listas dos balas en su
cerebelo!
BASILIO:
NOTARIO:
ROSINA:
FIGARO:
NOTARIO:
CONDE:
NOTARIO:
ROSINA:
Tomo el anillo…
Antes de firmar los papeles en cuestión
De una cosa Usted debe tener la razón:
vuestro Lindoro otro no es
qué el Conde de Almaviva, por su propia fe.
¡Quién lo hubiera sospechado!
¿Pero por qué se ha parado?
¡Adelante continuamos!
Quiere Usted aquí presente Señor Conde
¿Tomar como esposa Rosina, que tiene
de frente?
¡Sí!
Y quiere Usted Señorita Rosina
unirse a este Conde
¿aún más rico y feliz que antes?
¡Sí!
Bartolo por fin llega con los guardias, convencido de hacer detener
al Conde pero… se queda aturdido.: la boda ya se ha celebrado.
GUARDIA:
BARTOLO:
FIGARO:
TODOS:
¡Alto todos! ¡Están todos detenidos!
Grr… ¡Figaro, me ganaste también
esta vez!
¡Y yo, tonto, la escalera incluso he
quitado!
Desenlace feliz por lo menos para ellos,
¡Aplaudamos todos en coro!
De Almaviva es un
verdadero ganador,
la Rosina muy elegante…
Aprovecho del relajo y del rumor
y me escapo en un instante:
quien quiere ser feliz, que sea,
¡buscaré la novia mía!
¡Viva! ¡Viva!
¿(Base n. x / Aria n. x: "Di si felice innesto")?
EL FIN
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