mos ocupándonos de este asutì^ Circunstancia de la grando esto con la oportunidad que ohé- -tracción de capullo que 6e hace cimos en uno de nuestros nú- para Francia, y la de haberse meros anteriores. Sin ensbargo^ perdido la de Valencia, motiva aunque eran del caso las cbser* la escasez y la subida en los prevaciones que entonces hubléra- cios de las diferentes labores â naos hecho para que la autoridad que se presta la seda de este competente interviniese en lan pais. interesante cuestión^ aplicando (ín sü lugar corféspondiente el remedio que esluviese à su al- verán nuestros lectores los precance á fin de evitar la adulte- ! cios á como se vendieron ayer ración de nuestras sedasj hemos algunas partidas. visto con agradable sorpresa qùc^ Hay varias opiniones sobre las sin recurrir á los medios que iba» altíTnativas â quo eslá sUgfto esmos à indicar) se ha conseguido te ramo en ocasiones como la nuestro obgeto. présent'»; nosotros reservaremos Con efecto, en esla cosecha sei la nüfstra porque asi conviene â ba hilado en lo general sin mez- les intereses de todos. cla alguna, y las partidas que has» ta hoy se han introducido en esta PARTE L\DIFERE.\TE. capital para sU venta, no dejarf nada que desear por su igualdad T o m a m o s d e la O p i n i o n P ú b l i c a : y esmero en la hllaía. Asi se po— Poeta de in tilo tempore. Anodrá presentar este tico producto c h e l u v i m o s p a c i e n c i a para ser o c u l de nuestra industria en todos los tos e s p e c t a d o r e s d e una e s c e n a d i g mercados de Europa sin temof na d é los m e j o r e s t i e m p o s del r o de que se nos eche en cara et m a n í i c l s r a t j . I n t e r n ó s e eh lo m a s e s - I atraso que se viene observando; p e s o de las a i b o l e d a s d e lá f u e n t e j asi podremos aumentar también C d s í e l i o n á ü n j o v e n a l t o , s e c o , m e el valor de este ramo con reco- d i t a b u n d o , de largas m e l e n a ' , d e voz nocido provecho para nuestra cabernosa^ c o n una m u c h a c h u e ' a l a agricultura. d i n o j y picaresca si las h a y . S e n t a La cosecha, aunque no ha sído tan abundante como la del año anterior, podremos Considerarla mas que mediana; pero la —Sea tigo de el a s t r o de la b o c h e t e s lo profundamente q u e te amo. — ¡Que mala está ya m i s o m b r i - lla! r e s p o n d i ó la Q ü s . - ^ ¡ C ó m o g o z o á t u ladoí El c h o que de t u m a n t i l l a c o n t r a m i r o s - tro me estremece aliento dulcemente, tu m e abrasa, y cuando te e s - trecho á mi corazón me parece q u e se recoocentran e n t i , y q u e m i vida todos lo» placeres adquiere in- tensidad para p o s e e r l o s .«* — M e sofoca del va e s t e Vestido: e í a ñ o pasado. —¡Noche será delicioso! ta inestinguible: estar Laura, es cuanto —Si, Febo, recuerdo á t u lado» apetezco. vivir j u n t o s , y j u n - tos atravesar el m u n d o ahora e n t r a j a r d i n é s j d e s p u é s e o los t e a t r o s , m a t t a r d e e n los b a i l e s y s a r a o s , y s i e m pre contigo y en el lujo!... P i u b o una corta p a u s a : á p o c o r a lo se separaron; F e b o quiso saber ta hora q u e e r a , y él reloj habia d e s aparecido; para el bebió u n vaso de q i i é n o tuviera agua consecuencias sustoj y se halló sin fortuna l u e - go... ¿pero á q u é proseguir? D e s e s - perado, furioso empezó á dar g r a n - des voces, diciendo: «¡Cruel, ingra- d o s a m b o s i n l e r l o c u t o r e s On u n ban^ ta! co l e a l t a d ! ¡ M u s a s . . . d a d m e a c e n t o s de de césped^ mancebo, dijo el aróarlelado s e ñ a l a n d o la luna q u e sa d e s c u b r í a por e n t r e el verde f o l i a g e . J ¡e! mal g e n i o ira para confunda cantor su Las gentes tu d e s - villanía!,..» lo t u v i e r o n por loco jas lie espumas avanzar casi hasta la parecí, con grupos de malino?, de vagabundos r i - y retirarse alternativamente como para lea- cos y Ociosos, y de familias de negocian- lar y engañaren un juego esterno a l a toa- das da los golfos, y que se complacen en tes de la ciudad tjua iban á bañarse ó á no que hubiese querido bañarse en la o n - jugar sentarse enlre la sombra de la costa y las da. Pasaba yo hora y horas sentado sobre nativo. olas, tin murmullo de bombres, de muge- una piedra grande, bajo res y de niños, felices con el sol, y el d e s - una higuera, al lado de aquella puerta, contemplando esa luz y ose movimiento que se llama el mar. De cuando en cuando, una vela de pescador, ó el humo doblado como uo penacho sobre la chimenea de ün vapor, se deslizaba sobre la cuerda del arco que formaba el golfo, iüterrumpia la monotonia del horizoáté. IIL LCs dias do trabajo, la playa estaba casi desierta; pero lös domingos se animaba jas de Marsella, bijas de Foceo, enamora' coa las espumas de su elemeuto IV. canso, se mezclaba al rumor do las aguas Á escepcion de la familia pstríarcal da ligeras y finas como hojas de acero pulido los Rostand,, esos grandes armadores quo sobre la arena. Multitud de barquicbuelos Unená lismirna Atenas, la Siria, y el Egip- doblaban con ayuda de la Vela ó del r e - to á la Francia cmi sus empresas, y a l o * mo la punta del cabo de la Virgen da la que yo babia debido lodos los goces de m' Guardia, sombreado Atravesaban de pinos marítimos. el golfo tocando casi con la primer viaje á Oriente; á escepcion da Mr. Miégo, agento general de toda la d i - lierra, para ir á abordar la opuesta orilla. plomacia marítima francesa en el Mediter- Oíanse las ondulaciones de la vela, la c a - ráneo; á escepcion dencia de los ocho remos, las conversacío- oriental que no quiere salir de su horizon- ties, de las bellas te por que prefiere su país á la gloria, ramilleteras, ó de las vendedoras de naran- conocía á pocas personas en Marsella. los cantos, las risas de José Autran, pe^l* ^