PROSPECCIONES Miguelina Soif er I Sí que a veces a nuestros el mundo aire sentidos: de confirmarse a sí mismo. claros. de objetos empujados por llamaradas de transparente lluvias de azul , se precipitan ¿Donde lanzan también en los días Contornos se ojos a nuestros tiene necesidad Ocurre las cosas a nuestras las retinas pupilas minúsculas. para comprenderlo todo? El ser, solito y anonadado repliégase primero a los campos últimos de la consciência y termina por ahogado por naufragar los claros objetos. I I El ser, armado del coraje de un nino que juega a ser gigante sale su mundo. a desafiar Encuentro jubiloso: el sol y la pupila 98 coinciden. luz Equilibrio total de la luz meridiana. Recreación de un Dios sobre lo creado. III VIAJE A EUROPA Sirvió para comprobar que el mundo no existe sólo en las letrillas que se agrupan en pjí ginas de libros. Atónito se verifica que hay Alpes suizos sembrada de pinos muy cubiertos de nieve blanquísima verdes, y que Tánger esta realmente habitada por los marroquíes . Pero a la vuelta, cuando yace el pasaporte en el último cajón del es- critorio y uno va a tocar las paredes de su h a b i t a c i ó n , se ve que estas ascienden por el aire; queda en su lugar una vaga neblina No hay cimiento cenicienta. abajo sino el éter donde ruedan soles, lunas y un que dieron en llamar planeta Tierra, 99 IV La t r a n s p a r e n c i a era tan radiante puntillando que tuve que la d e s i n t e g r a c i ó n el de tu imagen aire, retroceder para no conocerte demasiado. Demasiado más de lo a la espesa unicidad Todo tanta, permitido que fue asignada al átomos - ojos cabellos era igual al piel - aire al aire elemental al aire que Igualada ya penetra y conoce a ti la atmósfera te todos los objetos. recibe. Mirarte cada mez mas los enigmas 100 hombre. es disolver de la sobrehumanamente Creación.