Cápsula 13 - Culto Eucarístico

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San José, 10 de setiembre de a.D. 2012
Muy queridos hermanos en el presbiterado:
Dios es Amor y nos concede el privilegio de ser instrumentos de su amor.
Hoy nos corresponde analizar qué niveles de compromiso se dan entre las personas
autorizadas o habilitadas para exponer y reservar el Santísimo Sacramento. Partimos,
entonces, del n. 91 de las Notas Previas.
III. EL MINISTRO DE LA EXPOSICIÓN DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
91. El ministro ordinario de la exposición del Santísimo Sacramento es el sacerdote o el
diácono, que al final de la adoración, antes de reservar el Sacramento, bendice al pueblo
con el mismo Sacramento.
En ausencia del sacerdote o diácono, o legítimamente impedidos, pueden exponer
públicamente la santísima Eucaristía a la adoración de los fieles y reservarla después, el
acólito u otro ministro extraordinario de la sagrada comunión, o algún otro autorizado
por el Ordinario del lugar.
C: En este caso, como también en lo que atañe a la distribución de la sagrada
comunión, se hace la diferencia clara entre lo que es un ministro ordinario, y lo que es
un ministro extraordinario. En la exposición, bendición y reserva del santísimo
Sacramento, estando presente el ministro ordinario (presbítero o diácono) no debe
delegar su función en un ministro extraordinario. En este caso el ministro
extraordinario sólo puede ejercer su función en ausencia del ordinario. (Conviene
advertir que, cuando se trata de la distribución de la comunión dentro de la celebración
eucarística, el ministro extraordinario sólo entra en acción cuando el ministro
ordinario se lo pide, pero nunca en suplencia de éste último, sino colaborando con él,
que es, en primer lugar, quien debe actuar).
Todos éstos pueden hacer la exposición abriendo el sagrado, o también, si se juzga
oportuno, poniendo el copón sobre el altar, o poniendo la hostia en la custodia. Al final
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10)
Tel. (506)2258-1015 Fax: 2221-2427 Apdo: 497-1000 San José, Costa Rica Dirección electrónica: [email protected] / www.arquisanjose.org.
de la adoración guardan el Sacramento en el sagrario. No les es licito, sin embargo, dar
la bendición con el Santísimo Sacramento.
C: Las últimas cuatro líneas se refieren, obviamente, al ministro extraordinario (un
acólito, un ministro de la comunión, u otra persona autorizada por el obispo). Tres
formas se proponen, a saber: 1) dejar el copón “asomado” a la puerta del sagrario; 2)
colocar el copón sobre el altar; 3) colocar el píxide en la custodia. La reserva se hará
sencilla, sin bendición.
92. El ministro, si es sacerdote o diácono, revístase del alba (o la sobrepelliz sobre el
traje talar) y de la estola de color blanco.
Los otros ministros lleven o la vestidura litúrgica tradicional en el país, o un vestido que
no desdiga de este sagrado ministerio y que el Ordinario apruebe.
C: En lo que respecta a la vestidura, cuidémonos de no “clericalizar” a los laicos con
vestiduras que no les corresponden; respetémosles la condición de tales. Se dio varias
veces en alguna parroquia el abuso de que un seglar, a la hora de hacer la reserva del
santísimo, vestía alba, cíngulo y ¡¡¡paño de hombros (velo humeral)!!! Véase el párrafo
siguiente.
Para dar la bendición al final de la adoración, cuando la exposición se ha hecho con la
custodia, el sacerdote y el diácono pónganse además la capa pluvial y el velo humeral
de color blanco; pero si la bendición se da con el copón, basta con el velo humeral.
C.: Como se ve claro en estas últimas líneas, el velo humeral es ornamento que sólo
pueden usar los ministros ordinarios, a saber, el presbítero y el diácono. Bien, vamos
ahora a iniciar algunas constataciones y reflexiones en torno a
2. LAS PROCESIONES EUCARÍSTICAS
101. El pueblo cristiano da testimonio público de fe y piedad religiosa hacia el
Santísimo Sacramento con las procesiones en que se lleva la Eucaristía por las calles
con solemnidad y con cantos.
Corresponde al Obispo diocesano juzgar sobre la oportunidad, en las circunstancias
actuales, acerca del tiempo, lugar y organización de tales procesiones, para que se lleven
a cabo con dignidad y sin desdoro de la reverencia debida a este Santísimo Sacramento.
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10)
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C: A este respecto, es una bendición del Señor que todavía, en nuestros pueblos, se
guarda respeto hacia estas manifestaciones y, salvo algún caso rarísimo, no se corre el
riesgo de profanación. En las ciudades populosas y de mucho tránsito de vehículos,
todos sabemos que conviene calcular bien la conveniencia, el recorrido, y tener en
cuenta la solicitud de los permisos correspondientes de los poderes civiles.
Con un cordial saludo, les invito a que continúen compartiendo con nosotros
estas breves reflexiones, y que, con lenguaje catequético, las compartan con el pueblo
de Dios.
En Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote,
PBRO. ALFONSO MORA M.
Coordinador de la Comisión
“La Liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza” (S.C. 10)
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