PONENCIA 1: DRA

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UN MODELO SEMIÓTICO TRANSDISCIPLINARIO
PARA EL ESTUDIO COMUNICATIVO DE LA CIUDAD
DRA. JULIETA HAIDAR
Conceptos clave: semiótica, cultura, ciudad, transdisciplinariedad, ciencias
del lenguaje
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Introducción
En este artículo procuramos sintetizar las problemáticas en torno a cinco núcleos:
1.Recuento histórico de los movimientos epistemológicos. Paradigmas hegemónicos; 2.
El macro campo de las ciencias del lenguaje; 3. Las categorías de práctica discursiva,
de discurso y de texto; 4. El modelo operativo transdisciplinario y 5. Aplicación del
modelo operativo transdisciplinario a la ciudad.
Como se puede observar, el recorrido parte de lo epistemológico, pasa por lo
teórico-metodológico y llega a lo analítico. Los objetivos de este trabajo son varios: en
primer lugar, desarrollar los problemas de la transdisciplina, como uno de los retos más
fuertes en la producción del conocimiento en los momentos actuales; en segundo lugar,
presentar los movimientos epistemológicos en el campo de las ciencias del lenguaje,
con el objetivo de explicar su constitución, sus cambios y las relaciones que debe
establecer ‘naturalmente’ con otros campos de las ciencias sociales, como es el de la
comunicación; en tercer lugar, explicar la construcción transdisciplinaria de las
categorías de práctica discursiva, discurso y texto; en cuarto lugar, desarrollar los ejes
analíticos del modelo operativo transdisciplinario y por último, aplicación del modelo a
la ciudad, entendida como un espacio cultural, en donde se libran todos los tipos de
luchas, todos los tipos de prácticas socio-culturales, que entendemos como prácticas
semiótico-discursivas.
1. Lo transdisciplinario y los movimientos epistemológicos. Repaso histórico de
los paradigmas hegemónicos y los emergentes.
En la actualidad, asumir una postura transdisciplinaria constituye un gran reto para la
producción de conocimientos. En otras palabras, desde esta perspectiva las disciplinas
deben abandonar sus fronteras y lograr un diálogo cognoscitivo para producir el
pensamiento complejo. Lo que se puede lograr con esta perspectiva, permite que
cualquier investigador se sienta atraído por las ventajas y los retos de la transdisciplina
y del pensamiento complejo
En este momento, me parece interesante plantear como fue mi trayectoria hasta
llegar a la transdisciplina, es decir, como logré una formación para insertarme en esta
perspectiva epistemológica. En primer lugar, realicé estudios de Licenciatura en
Lingüística y Literatura, seguí con un Posgrado en Literatura, después con una
Maestría en Ciencias Sociales y terminé con un Doctorado en Ciencias Políticas. Con
esta formación, he atravesado justamente este arco epistemológico, teóricometodológico que me ha permitido partir desde las ciencias del lenguaje hacia las
ciencias sociales, y así lograr analizar la producción del sentido desde el poder y de la
ideología. No podía haber hecho esto, si me hubiera quedado exclusivamente en la
lingüística estructural, funcional, por lo cual
tuve que lograr una formación
transdisciplinaria, en la cual estoy trabajando desde hace 25 años.
En este primer ítem, expondré el campo epistemológico y sus movimientos que
permiten la emergencia de lo transdisciplinario. Los movimientos que existen en
cualquier campo científico son tres: la acumulación, la ruptura y la convergencia, lo que
es un planteamiento de Gastón Bachelard (con algunas ampliaciones que he hecho),
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que a posteriori, se expande cualitativamente en la década de los ochentas con las
propuestas del pensamiento complejo de Edgar Morin.
El alcanzar la transdisciplinariedad implica un desafío, sin embargo, estamos en
la vanguardia del conocimiento, lo que es fascinante porque supone crear un mapa
conceptual a partir de varias tendencias y modelos. Para mi ha sido un placer, desde
hace 25 años formar intelectuales, profesionales en la República Mexicana en está
perspectiva cognitiva, que abarcan tanto antropólogos, historiadores, politólogos,
semióticos, comunicólogos y hasta médicos.
Lo más difícil de superar para llegar a la transdisciplinariedad es romper las
fronteras paradigmáticas, para lograr que las diferentes disciplinas, las diversas
tendencias logren dialogar entre si, con el objetivo de buscar la explicación de los
procesos complejos en todas sus dimensiones. Por ejemplo, los antropólogos dicen
que no pueden mezclar los problemas de la antropología con los de la comunicación, lo
que no puede sostenerse desde nuestra perspectiva. Si estamos viviendo una realidad
compleja, hay que aceptar que ésta necesita un pensamiento complejo que logre
explicar lo que pasa en este mundo globalizado.
En principio, en la década de los setentas, Bachelard planteó que en todo campo
científico existe una acumulación del conocimiento: en la física, en la química, en la
matemática, en la lingüística, en la antropología, en la historia, en la política, en la
comunicación. Después de la acumulación viene un momento de ruptura que puede ser
espistemológico o teórico.
La ruptura epistemológica implica el quiebre paradigmático –este planteamiento
ya ha sido cuestionado por la categoría de paradigma y la ruptura teórica supone
avances y modificaciones, pero dentro del mismo paradigma. A inicios del siglo XX, se
produce la ruptura del paradigma histórico para pasar al estructuralista o estructural,
que empieza con la lingüística. En efecto, es Ferdinand de Saussure quien instaura la
reflexión de un paradigma estructuralista, mismo que mantiene la hegemonía hasta la
década de 1970. En el siglo XIX prevaleció el paradigma historicista, mientras que en la
primera mitad del siglo XX el paradigma estructural, iniciado en la lingüística, impregna
todas las disciplinas: la antropología, la historia, la literatura, el arte, las matemáticas.
Después de ese paradigma hegemónico estructural aparecieron los paradigmas
funcionales. Es a finales de los años sesentas, cuando se debilita el estructuralismo y
aparecen
articulaciones paradigmáticas, como son materialismo funcional, el
materialismo estructural, etc. En
los setentas, llegamos a la convergencia
epistemológica, que implica que las ciencias ya buscan relaciones interdisciplinarias.
En concreto, podemos afirmar que la construcción de la convergencia interdisciplinaria
empieza de manera sistemática en los sesentas, que fue cuando todos empezaron a
preocuparse con la interdisciplinaridad. Estos constituyen los tres movimientos del
campo epistemológico.
Derivados de estos tres movimientos, se desarrollan desde el siglo XIX la
constitución de las dimensiones: disciplinaria, multidisciplinaria, interdisciplinaria y
transdisciplinaria.
La delimitación de lo disciplinario empieza en el siglo XIX, cuando se establece
la división entre las disciplinas humanas y las naturales, que continúa vigente hasta
nuestros días, aunque los movimientos de vanguardia en la producción del
conocimiento quieran superarla. En la actualidad, las fronteras de las disciplinas se
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rompen para llegar a las teorías de la complejidad; sin embargo, todavía hay quienes
se encierran y no quieren abandonar el enfoque disciplinario, como un coto de poder, lo
que ya fue planteado, brillantemente, por Foucault (1969). En este sentido, el campo
disciplinario como tal, pierde importancia epistemológica.
Lo multidisciplinario se constituye cuando intervienen participantes de diferentes
disciplinas para la producción del conocimiento. Por ejemplo, para estudiar la extrema
pobreza pueden participar un político, un antropólogo, un historiador, un sociólogo, un
economista.
Lo interdisciplinario implica la relación de por lo menos dos disciplinas, para
iniciar, y a posteriori de más disciplinas. Desde un enfoque interdisciplinario, se plantea
que el objeto de estudio, las categorías, los datos sean interdisciplinarios. En términos
epistemológicos, esta dimensión constituye un avance en relación a la anterior.
Finalmente, lo transdisciplinario implica una reflexión que deriva del pensamiento
complejo de Edgar Morin, como mencionamos, y que involucra varios aspectos: a) en
primer lugar, se plantea que no deben existir fronteras entre las ciencias naturales y las
sociales, (lo que Yuri Lotman también defiende), y se propone la necesidad de construir
un continnum epistemológico entre ellas; b) en segundo lugar,
en las ciencias
sociales debe establecerse un continuo entre la arqueología, la antropología, la historia,
la política, así como entre las ciencias naturales y c) en tercer lugar, implica la
construcción en la investigación de un objeto de estudio, de modelos y de categorías
transdisciplinarios, para estas últimas hay que recurrir a premisas que sean
complementarias y no contradictorias. Por ejemplo, para definir el discurso, texto,
comunicación o sujeto podemos utilizar cinco, ocho o diez premisas, partiendo desde
varias perspectivas, como la psicoanalítica, psicológica, lingüística, filosófica, histórica,
etc. Esta es la posición actual, la posición de vanguardia en la investigación y en la
docencia, para la producción del conocimiento.
A pesar de esto, existen dos críticas hacia la transdisciplinariedad: unos dicen
que esta es una mezcla de todo y otros la critican como posición ecléctica. Sin
embargo, lo ecléctico es cuando uno usa de todo un poco a la manera de un collage.
Sin embargo, en la transdisciplina no ocurre esto, porque es obligatorio integrar en un
continuum cognoscitivo los aportes de varias campos científicos, lo que no constituye
una tarea nada fácil de construir, pero necesaria para la complejidad de nuestra
realidad.
Además, en el momento actual, es necesario complementar la reflexión
epistemológica, con dos movimientos importantes: las ciencias cognitivas y las ciencias
de la emoción. La importancia de estos dos campos científicos, es que surgen, o se
insertan en la perspectiva transdisciplinaria, con lo cual penetran la reflexión de las
ciencias sociales, naturales, así como de la filosofía. Estos dos campos adquieren tal
importancia, que casi es una moda en el desarrollo actual. En otras palabras, surgen
las reflexiones e investigaciones sobre la historia y cognición, retórica y cognición,
semiótica y cognición, cultura y cognición, comunicación y cognición, etc. Del mismo
modo, por otro lado, se relaciona la historia, la antropología, la literatura, el arte con la
emoción. En síntesis, estos dos campos científicos constituyen dos ejes que cruzan la
producción del conocimiento, a fines de la última década del siglo XX y siguen hasta
los momentos actuales.
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Las ciencias cognitivas trabajan con los procesos cognitivos con ayuda de la
computación, y se retoman a partir de los trabajos de la inteligencia artificial, desde la
cual se plantea que hay una retroalimentación (para los que creen en la inteligencia
artificial) entre los procesos del lenguaje cibernético computacional y los del cerebro.
En la inteligencia artificial, se cree que se pueden producir softwares, para reproducir
los circuitos neuronales del habla y la comunicación; es a partir de estas búsquedas
que hay una emergencia muy importante de la cognición.
Por otro lado, están las ciencias emotivas, en donde se destaca el libro de la
inteligencia emocional de Goleman que introduce la discusión con la inteligencia
entendida sólo como la dimensión racional-cognitiva. Es interesante, sin embargo,
destacar que se plantea una lingüística cognitiva, pero no una emocional. En otras
esferas, podemos hablar de discurso y emoción, arte y emoción, semiótica y emoción.
pero no existe como una rama la lingüística emocional. La mayoría de los lingüistas no
aceptan trabajar la emoción en la lengua, quienes lo hacen son los analistas del
discurso, los filósofos, los comunicólogos, los pragmáticos. El discurso filosófico
considera la emoción, pero fuera de la razón, de la ciencia. En la actualidad, el
redescubrimiento de la pasión en el discurso político, publicitario o amoroso es desde
una perspectiva científica, como hemos planteado.
Retomando lo expuesto, desde el macro-campo de las ciencias del lenguaje,
podemos concretar muchos planteamientos. Desde esta posición, nosotros
proponemos que se puede establecer entre el análisis del discurso y la semiótica de la
cultura un continuum epistemológico, porque en ambos campos se desarrollan varios
modelos que permiten abordar diversos tipos de investigación en las ciencias sociales,
del lenguaje, y articular incluso las ciencias sociales con las ciencias naturales en
algunos proyectos. En nuestra propuesta, el análisis del discurso y la semiótica de la
cultura constituyen campos condensadores transdisciplinarios, lo que vamos aclarando
durante esta exposición.
La diferencia de la postura disciplinaria o interdisciplinaria frente a la
transdisciplinariedad, que es el reto del siglo XXI, es que esta última supone la
integración de un pensamiento complejo, de teorías de la complejidad. Por ejemplo,
para investigar sobre las producciones discursivas hay que utilizar varias tendencias,
autores de diversos campos que permitan construir modelos operativos
transdisciplinarios. Los que aplican bien esta postura epistemológica, deben construir
un objeto de estudio transdisciplinario, las preguntas y las hipótesis deben ser
transdisciplinarias, las categorías deben ser transdisciplinarias, así como los datos,
para que se logre una coherencia teórico-metodológica en la investigación.
Por ejemplo, en el tema de cultura y consumo en los medios masivos, los datos
ya no son abordados sólo con el modelo de la comunicación, sino también con los de la
semiótica visual, del discurso, de la antropología, de la socio-antropología francesa, y
otros que puedan ser pertinentes. Lo transdisciplinario es un desafío, porque plantea la
necesidad de articular la comunicación, con lo discursivo, lo semiótico, lo antropológico,
lo social, lo histórico, etc. Los investigadores de la comunicación que tomen este
Seminario de Cultura y Ciudad, y quieran aplicar estas propuestas a sus trabajos,
deben conocer la teoría antropológica y socioantropológica, como las planteadas por
Thompson, Bourdieu y otros. Un comunicólogo no puede dejar de estudiar la cultura,
desde una perspectiva inter o transdisciplinaria, articulando la comunicación con la
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cultura, con el discurso, la semiótica y otras disciplinas, para lograr alcanzar un
pensamiento complejo. Sin embargo, estas propuestas no pueden ser obligatorias,
sino persuasivas, ya que pienso que hay que respetar los aportes de los autores y su
momento, es decir, considerar sus condiciones de producción y de recepción. Los
investigadores buscan cada vez más la transdisciplinariedad no por moda, sino por
necesidad, porque los campos de las ciencias sociales y naturales no están agotados,
y la complejidad del mundo globalizado actual exige la aplicación del pensamiento
complejo transdisciplinario. El pensamiento complejo se tiene que elevar a un
pensamiento crítico y este constituye otro desafío importante. En estos momentos, la
historia se adelanta a las teorías. Posteriormente expondré lo que es y como se
construye un modelo operativo transdisciplinario; finalmente mostraré la aplicación
práctica de dicho modelo al trabajo denominado “Cultura y ecología. Semiótica de una
ciudad contaminada”.
2. El macro campo de las ciencias del lenguaje
En el marco de las ciencias del lenguaje (ver Cuadro 1), podemos observar que existen
movimientos disciplinarios, interdisciplinarios y transdisciplinarios, como hemos
mencionado en relación al análisis del discurso y la semiótica de la cultura. Dentro del
macro-campo de las ciencias del lenguaje, cuando planteamos que cualquier práctica
cultural es una práctica semiótico-discursiva, estamos desafiando un poco al campo de
la comunicación. Planteamos, sin querer provocar mucho, que los modelos de la
comunicación deben pasar por los discursivos; y esto ya está asumido por varias
tendencias, porque los modelos más actuales de la comunicación, ya tienen influencia
del análisis del discurso. Del mismo modo, en el caso del campo de las ciencias del
lenguaje, no hemos integrado ni la comunicación ni la pragmática porque son campos
que no aceptan socializarse, integrarse, aunque los últimos modelos de la
comunicación y de la pragmática ya contienen una interdiscursividad orgánica con el
análisis del discurso.
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CUADRO I: CAMPO DE LAS CIENCIAS DEL LENGUAJE
Del signo
De la lengua
DISCIPLINAS
De la narrativa
Del texto
Del cine
Cognitiva
Del teatro
Computacional
De la danza
De los objetos
Del espacio, etc.
CAMPO DE LAS CIENCIAS DEL LENGUAJE
Verbal/Paraverbal/No verbal
Etnografía de la comunicación
Etnolingüística
Lingüística y pragmática
Sociolingüística
Psicolingüística
INTERDISCIPLINAS
Primer grado
Segundo grado
Filosofía del lenguaje
Psicoanálisis y lenguaje
Análisis del discurso
Semiótica de la cultura
Este macro-campo no pretende ser exhaustivo, toda vez que yo no abordo la
comunicación propiamente dicha (ya que la consideramos dentro de los procesos
discursivos), ni la pragmática, ni el lenguaje artístico. Para ser más completo este
cuadro, hay que insertar estos otros tres campos que constituyen lenguajes. Sin
embargo, el recorte teórico-metodológico que he realizado, tuvo como principal objetivo
señalar y explicar los movimientos de la disciplina a la transdisciplina, así como ubicar
epistemológicamente el análisis del discurso y la semiótica de la cultura. Los lenguajes
pueden presentar los siguientes registros: lo verbal, lo paraverbal y lo no verbal: lo
verbal es la palabra y lo no-verbal es toda producción sígnica que se encuentra fuera
de la palabra -por ejemplo, los museos, el teatro, el cine, la televisión, etc.; lo
paraverbal, por último, abarca toda la gestualidad que acompaña a las prácticas
semiótico-discursivas, además de otros aspectos entonacionales, etc.
En este macro-campo, tenemos las dos disciplinas fundantes de las ciencias del
lenguaje, que son la lingüística estructural y la semiótica, con Saussure y Peirce, que a
posteriori se transforman en campos. En el campo de la lingüística se pueden observar
los siguientes cambios significativos: la lingüística de la lengua, de carácter sistémico-
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estructural; la lingüística del texto, de la Escuela alemana, donde se ubica en sus
primeros momentos van Dijk y otros, propuesta importante porque deja la oración y
toma como unidad analítica el texto, para estudiar las reglas de la cohesión y la
coherencia; y actualmente, las dos tendencias lingüísticas más importantes, que son la
lingüística cognoscitiva y la computacional.
En la semiótica también hay saltos teórico-metodológicos importantes: de la
semiótica del signo, con Saussure a la semiótica de las ideas, con Peirce, a quien
considero un gran pensador, porque a finales de siglo XIX plantea elementos de
vanguardia analíticos, que después son retomados por los lingüistas, la dimensión
deíctica de la lengua (trabajada después por Jakobson y Benveniste, en el siglo XX).
Después de Peirce y Saussure, hay un salto de la semiótica del signo a la semiótica
narrativa, por lo tanto, del signo lingüístico y lógico pasamos a los textos narrativos,
como son la literatura, el mito, la historia. En un tercer cambio significativo, se pasa del
la semiótica verbal a la no-verbal, más específicamente la visual. Surgen, entonces, la
semiótica de los medios masivos de comunicación, del cine, del teatro de la danza, del
espacio, de la moda en donde se destacan como pioneros, Roland Barthes y Umberto
Eco, entre otros. Y los últimos cambios remiten a la semiótica post-visual y a la
semiótica de lo invisible.
En los movimientos del macro-campo que estamos analizando, tenemos el
primer grado interdisciplinario, cuando se unían dos disciplinas, como antropología con
lingüística, que da la etnolingüística, que estudia la relación lengua-cultura; sociología y
lingüística, que da la sociolingüística, la cual estudia la variación de la lengua en
determinados grupos sociales. Asimismo, la psicolingüística, que resulta de la relación
de la psicología con el lenguaje, estudia los procesos de la adquisición lingüísticos,
junto con los problemas de las patologías del lenguaje. Y por último, tenemos la
filosofía y lenguaje, que estudia las formas del pensamiento.
El segundo grado interdisciplinario constituye, a nuestro juicio, un paso para la
transdisciplina, y articula más de dos disciplinas: la etnografía de la comunicación (Dell
Hymes y Gumperz), la relación es entre la lingüística, la antropología y la
comunicación. En este segundo grado, estamos pasando –y esto es muy importantede lo sistémico a lo pragmático, lo que constituye otro salto más complejo para lograr
estudiar los procesos comunicativos, donde operan pautas culturales. Por otro lado, de
la relación lingüística y pragmática surge la pragma-lingüística, en la escuela alemana,
la cual también estudia los usos del lenguaje y los actos de habla. Otro desarrollo del
segundo grado es el psicoanálisis de lenguaje, más complejo porque estudia el
inconsciente en el lenguaje (Lacan, Francia década de los setentas).
Por último, llegamos a las dos transdisciplinas de este macro-campo, que ya
hemos mencionado varias veces: el análisis del discurso y la semiótica de la cultura,
que permiten construir un continnum epistemológico que va de lo verbal a lo no-verbal.
Lo que estamos exponiendo constituye una reflexión epistemológica transdisciplinaria.
Las diferencias entre el análisis del discurso y el semiótico es que el primero
tiene que ver con lo verbal, mientras que el segundo se relaciona con lo no-verbal.
Existen modelos exclusivos para estudiar lo verbal, puesto que como es lineal permite
hacer una segmentación del discurso narrativo de una manera diferente de la narración
visual o de la semiótica del espacio. Los signos del espacio, a los que me refiero, son
aquellos que están más allá de la palabra. La narración visual no es igual a la narración
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verbal, que utiliza la palabra escrita u oral. Sin embargo, a pesar de la diferencia,
continúa existiendo un continnum entre el análisis del discurso, la semiótica en general
y la semiótica de la cultura. En este sentido, la postura es plantear el análisis de
discurso para lo verbal, y establecer el campo de la semiótica para el estudio de lo noverbal, para toda producción semiótica que esté fuera de la palabra. Por todo esto, es
que pido a los comunicólogos que dialoguen con el análisis del discurso, para poder
reconocer que los procesos comunicativos son discursivos y el análisis del discurso
tiene muchos modelos para proporcionar. Es notorio que la comunicación se aproxima
mucho más a la pragmática que al discurso, y, sin embargo, ambas son producciones
semiótico-discursivas.
Entonces, tenemos ya un primer ejemplo en el campo de la reflexión sobre la
transdisciplina, de cómo articulamos ese continnum transdisciplinario de lo discursivo a
lo semiótico. Hay varios trabajos de semiótica aplicada al campo de la literatura, pero
son Roland Barthes y Umberto Eco, entre otros, quienes logran dar el salto del análisis
de la palabra a lo visual. Los dos son pioneros en el análisis de lo visual, de alguna
manera, aunque hoy sean cuestionados en muchos aspectos. A posteriori, Peirce y
Lotman resurgen con mucha fuerza en las investigaciones de la semiótica en general, y
de la semiótica visual en particular. La selección por modelos discursivos o semióticos
depende de la formación del investigador, pero principalmente del objeto de estudio y
de las preguntas de investigación para transitar de lo verbal a lo no-verbal.
En el campo de análisis del discurso, más que en el semiótico, encontramos
modelos interdisciplinarios y transdisciplinarios, por lo que cada vez tiene mayor
pertinencia estas propuestas que estamos haciendo para un continnum epistemológico
entre estos dos campos en donde es fundamental la producción del sentido. En esta
perspectiva, ubicamos los modelos argumentativos que son muy variados, y transitan
entre: la lógica y la retórica, la razón y la emoción, la pasión, que es un concepto
redescubierto en el campo de la comunicación, del discurso, ya que el ‘pathos’
aristotélico existe desde el siglo IV a.C. Sin embargo, la emoción fue dejada de lado por
la ciencia.
3. Las categorías de práctica discursiva, de discurso y de texto
En este ítem, nos interesa trabajar con las categorías de práctica discursiva, de
discurso y de texto (ver Cuadro II), porque desde la transdisciplina tienen alcances
diferentes, pero también complementarios. Entender a los discursos y a las semiosis
como prácticas constituye un problema importante. Esta postura surge en el ámbito de
Escuela Francesa de Análisis del Discurso, muy influenciada por Foucault (1969), quien
postula que decir constituye una práctica. Este planteamiento establece un grande
avance porque supera la concepción del discurso como puro mensaje, contenido, para
con el concepto de práctica discursiva remitir a todos los elementos que intervienen en
el proceso comunicativo: los escenarios, las condiciones de producción y recepción, las
diferentes interacciones comunicativas, los sujetos socio-culturales-políticos, etc. Esto
implica que al hablar se hace. La práctica discursiva produce y reproduce, por lo cual
los discursos no se agotan en las palabras, sino que construyen sujetos, consensos,
disensos, polémica, etc.; con está posición nos permite entender mejor porque las
prácticas culturales son prácticas semiótico-discursivas. Con el concepto de práctica,
salimos de la cultura como sistema y la estudiamos, como hace Bourdieu, como un
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conjunto de prácticas, de hábitos. En todo lo que estamos exponiendo, es importante
preguntarnos en dónde queda la comunicación, los procesos comunicativos. Problema
que pongo a reflexión, sobre todo para los comunicólogos; en otras palabras, cómo
pueden replantear las interacciones comunicativas como
prácticas semióticodiscursivas, y que implican estas reflexiones.
CUADRO II: DEFINICIÓN OPERATIVA DE DISCURSO Y TEXTO
DISCURSO
a.
b.
c.
d.
e.
Conjunto transoracional con reglas sintácticas, semánticas y pragmáticas
Conjunto transoracional con reglas de cohesión y coherencia
Implica condiciones de producción, circulación y recepción
Contiene varias materialidades y funcionamientos
Es una práctica sociocultural peculiar, en la cual se destaca la subjetividad
TEXTO
a.
b.
c.
d.
e.
Dispositivo de la memoria de la cultura
Generador de sentido
Heterogéneo y políglota
Soporte productor y reproductor de lo simbólico
Dimensión del cambio cultural
La definición operativa de discurso, que propongo, es transdisciplinaria, porque parto
de la lingüística, paso por Foucault y la escuela francesa, hasta llegar a la categoría de
texto, con Lotman, en la semiótica de la cultura. La premisa de Iuri Lotman es que la
cultura es un conjunto de textos, postura semiótica que plantea que la cultura es una
semiósfera en donde hay un conjunto de textos y lenguajes heterogéneos. Es
interesante esta semiótica porque está mucho más anclada a la cultura, a la
comunicación y a la misma lingüística que la planteada por Peirce. Al proponer que la
cultura es un conjunto de textos se puede concebir y estudiar los textos culinarios, los
textos museográficos, los textos de la moda, el cine como texto. Esta categoría de texto
lotmaniana viene de la literatura, porque él era especialista en la literatura eslavística;
es en la década de los setenta, que Iuri Lotman funda la semiótica de la cultura.
Elaboramos una definición transdisciplinaria en la cual usamos varias tendencias
y autores, porque no hay una construcción completa de la categoría de discurso/ texto
ni en la lingüística, ni en la lingüística textual, ni en el análisis del discurso francés, ni
hay una construcción completa de la categoría de texto en la semiótica de la cultura.
Entonces, nosotros elaboramos un continuum categorial transdisciplinario para lograr
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una definición desde la complejidad. La construcción de una categoría desde esta
perspectiva, sin duda, heurísticamente, tiene un mayor alcance cognitivo.
Para la construcción de la categoría de discurso, utilizamos seis premisas:
1. El discurso es un conjunto transoracional, con reglas sintácticas, semánticas y
pragmáticas.
2. La segunda premisa, la tomo de la lingüística textual alemana, plantea que el
discurso es un conjunto transoracional, con reglas de cohesión y de coherencia. La
coherencia discursiva se refiere a la estructura lógico- semántica, y la cohesión remite
al funcionamiento lógico-gramatical. Desde esta premisa, podemos referirnos a un
problema grave de la competencia en la escritura: desde el nivel básico escolar hasta
el universitario no se logra que los alumnos adquieran estas reglas. En el discurso
político, estas reglas son más flexibles porque está cargado por la pasión y el poder.
En el caso del discurso artístico, está permitida la desarticulación de la cohesión y
coherencia, ya que la obra de arte para lograr mayor originalidad siempre procura
romper con todas las reglas.
3. La tercera premisa proviene de la Escuela Francesa fundada por Pêcheux, con
influencias de Bajtin y Foucault. Con esta premisa se plantea que el discurso y la
semiosis implican condiciones de producción, circulación y recepción. Por ejemplo, un
discurso político que no contempla estas condiciones, no funciona, no tiene eficacia.
Para analizar esta tercera premisa hay ocho propuestas semiótico-discursivas que
posibilitan estudiar las condiciones de producción, circulación y recepción.
4. La cuarta premisa propone que los discursos y las semiosis contienen varias
materialidades y funcionamientos.
5. La quinta, que ya expusimos, define al discurso como una práctica sociocultural
peculiar, en la cual se destaca la subjetividad.
6. Y por último, la sexta propuesta, que proviene de Bajtin, plantea que todo discurso
es una práctica subjetiva polifónica. Esto quiere decir que no hay un solo autor, sino
que múltiples voces permean a los discursos y a las semiosis. Los procesos polifónicos
también son constitutivos de las producciones semiótico-visuales, como en la pintura,
en el cine, teatro, y demás semiosis. En relación a esta categoría, existen otras dos
muy próximas: la de intertextualidad, idea tomada de Bajtin, pero que es creada y
usada por Julia Kristeva en la década de los sesenta; y la de interdiscursividad, si se
utiliza la categoría de discurso. En resumen, hay dos posiciones relacionadas con la
homologación de estas categorías: en una se plantea que la polifonía se homologa con
la intertextualidad y la interdiscursividad; en la otra, por el contrario, la polifonía implica
múltiples voces y la interdiscursividad o la intertextualidad implica una relación de un
texto con otro.
Los procesos intertextuales / interdiscursivos son constitutivos de todos
discursos y semiosis, y este constituye un argumento irrefutable contra el análisis
inmanentista. En toda la semiótica de la comunicación tenemos que aceptar que si no
consideramos esa construcción arqueológica del discurso, de la semiosis, estamos
realizando un análisis superficial e inmanente de las producciones semióticodiscursivas. Es la principal refutación contra la inmanencia.
Con Lotman se complementa la categoría del discurso, para plantear que el
texto es un dispositivo de la memoria de la cultura. Pero para este autor, el texto se
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refiere a lo escrito, a lo oral, a lo espacial, a lo literario, y a lo artístico, en general.
Como señalamos con anterioridad, la Semiótica de la Cultura es concebida como un
conjunto de textos y lenguajes heterogéneos.
El texto es generador de sentido. Esto tiene una implicación, con la que
podemos estar de acuerdo o no, si articulamos de manera transdisciplinaria las
premisas, el texto sí es generador de sentido. Al plantear esto, Lotman elimina el polo
de la producción, para colocar la producción del sentido únicamente en la relación
texto-receptor. El texto supone una autonomía en si mismo. En relación a este
planteamiento, pensamos que es necesario retomar una posición dialéctica: en primer
lugar, no se puede excluir el polo de la producción y en segundo lugar, no puede ser
sólo un problema de interpretación, de una hermenéutica textual. Nosotros planteamos
una dialéctica entre tres dimensiones: la de la producción, la del texto, y la de la
recepción. Podemos buscar propuestas en Umberto Eco, en Paul Ricoeur o en
Thompson, quien es un neohermeneuta que plantea que la interpretación debe llegar a
modelos operativos objetivos. Lo que planteamos aquí es que en todo análisis de
sentido discursivo y semiótico existe un momento o componente hermenéutico. No
podemos decir que no hay un componente interpretativo, porque esto sería una falacia.
Lo que planteamos es que el componente interpretativo no es suficiente para dar
cuenta del sentido, siempre debemos llegar al análisis y a la explicación. Hay otra
hermenéutica, que es la analógica (Beuchot), en la cual la pregunta metodológica es
plantear, a partir de esa premisa, la dialéctica de los polos, y vemos que lo
hermenéutico está ahí, pero no es lo único, tenemos que escarbar más. El componente
interpretativo puede ser el inicio, pero no el final de un análisis semiótico-discursivo.
Sin embargo, la hermenéutica tiene pertinencia para el análisis de los discursos
religiosos y artísticos en general, como el literario.
Siguiendo con Lotman, todo texto es heterogéneo y políglota. Esto quiere decir
que el texto no es una superficie transparente como aparenta, sino que es heterogéneo
porque tiene una multiplicidad de segmentos y es políglota porque tiene por lo menos
dos lenguajes para producir un funcionamiento semiótico (premisa de Lotman), y éstos
son un lenguaje natural y un lenguaje especializado. En el discurso religioso, por
ejemplo, están el lenguaje natural y el lenguaje de religioso, igual pasa con el lenguaje
político, el jurídico, etc. Por lo menos dos, pero si vamos del discurso verbal a la
semiótica más compleja, como la semiótica del ritual, tenemos múltiples lenguajes,
igual que en el lenguaje de la danza, por ejemplo. Lotman rompe con la idea de la
linealidad textual y va hacia la profundidad, planteando un análisis textual que
deconstruye el texto en varias capas, o camadas.
El texto es soporte productor y reproductor de lo simbólico, premisa muy
importante para la producción del sentido, por la densidad y la complejidad que supone
la dimensión simbólica, en su sentido general y peculiar.
Y por último, el texto es una dimensión del cambio cultural, entendiendo por
texto cualquier producción verbal, paraverbal y no-verbal. El museo es un texto, el
espacio es un texto, el Centro Histórico es un texto, la pintura es un texto, los textiles
son textos.
Con lo que hemos expuesto, ejemplificamos una construcción transdisciplinaria,
en la cual recorrimos desde la categoría de práctica discursiva, hasta la del discurso y
la del texto, a través de múltiples y complejas premisas.
88
4. Modelo operativo transdisciplinario. Ejes analíticos
Un modelo operativo transdisciplinario implica integrar todo lo expuesto hasta el
momento. Este modelo constituye una instrumento teórico-metodológico que sirve para
múltiples tipos de investigaciones y desde las ciencias del lenguaje, lo desarrollamos
articulado a las producciones semiótico-discursivas. El modelo transdisciplinario abarca
cinco ejes de análisis: 1) una tipología, que proponga criterios taxonómicos para los
discursos y las semiosis; 2) las condiciones de producción, circulación y recepción de
los discursos y/o semiosis; 3) las producción “de” y los funcionamientos semióticodiscursivos; 4) la producción del sentido; 5) La problemática del sujeto semióticodiscursivo.
Criterios tipológicos semiótico-discursivos
En todo desarrollo científico, las taxonomías, las clasificaciones constituyen un
problema teórico-metodológico. Por ejemplo, para analizar la cultura, o la
comunicación, el investigador se enfrenta con un primer problema relacionado con los
tipos de cultura o de comunicación. Con el objetivo de superar el carácter apriorístico
de los tipos de discurso, proponemos una tabla tipológica (ver Cuadro III) de doble
entrada, en donde colocamos siete criterios que logren una clasificación de alcance
más teórico.
CUADRO III : TABLA MATRICIAL TIPOLÓGICA
Criterios de
Tipos de
Objeto
Clasificación Discursivo
Funciones
Discursivas
Aparatos
Ideológicos
Sujetos
de
Discurso
Macrooperaciones
discursivas
Oralidad
vs
Escritura
Formal
vs
Informal
Discurso
D. Político
+
+/-
+
-
+
+
+/-
D. Histórico
+
+/-
-
+
-
-
+/-
D. Científico
+
+/-
+
-
+
+
+
D. Periodístico
+
+/-
-
+
-
+/-
+/-
D. Literario
+
+/-
-
+
-
+/-
+/-
[Entre otros]
Notas:
1. La sumatoria de los rasgos presentes o ausentes es lo que permite clasificar a los discursos con rigurosidad.
2. En la tabla es necesario proyectar los criterios con sus variaciones. Por ejemplo, las funciones discursivas son de
seis tipos.
3. El llenado de rasgos es aleatorio, a manera de ilustración.
Con estos criterios tipológicos, proyectados con sus variaciones en la tabla, podemos
clasificar los discursos con mayor rigurosidad. En general, lo que encontramos son
tipos de discursos, que los estudiosos toman de manera apriorística. Sin embargo, en
89
el discurso periodístico, por ejemplo, que ya tiene desarrollada una buena clasificación
desde la disciplina del periodismo, no destaca que no todo lo que aparece en un
periódico, pertenece a este tipo. Por ejemplo, hay muchas producciones que son
discursos literarios, etc. Sin embargo, la aplicación de esta tabla a pesar de que
resuelve muchos problemas, siempre presenta dificultades, principalmente si el objeto
de estudio es transdisciplinario.
Condiciones de producción, circulación, recepción semiótico-discursivas
El segundo eje analítico (ver Cuadro IV) es producto de una síntesis transdisciplinaria
que realizo, desde una posición no inmanentista, en base a la cual siempre
relacionamos cualquier producción semiótico-discursiva con sus condiciones de
producción, circulación y recepción; en este sentido, cualquier proceso comunicativo
implica también considerarlas. Las condiciones de circulación constituyen un puente
entre producción y recepción. Este eje indica que ninguna producción semióticodiscursiva, o comunicativa se puede hacer de manera inmanente (posición
estructuralista muy hegemónica hasta la década de los setentas).
CUADRO IV:
CONDICIONES DE PRODUCCIÓN, CIRCULACIÓN Y RECEPCIÓN SEMIÓTICODISCURSIVAS
a. Condiciones de posibilidad de emergencia de los discursos y de la semiosis (Foucault:
1969).
b. Formación social, formación ideológica, formación discursivo-semiótica (Pêcheux; Haroche;
Henry: 1971, 1975).
c. Formaciones imaginarias en las prácticas semiótico-discursivas (Pêcheux: 1969).
d. La relación discurso/semiosis y la coyuntura (Regine Robin: 1973, 1976,1977).
e. Gramática de producción y recepción de la semiosis y del discurso (Veron: 1978).
f. La aceptabilidad de los discursos y la semiosis (Faye: 1973).
g. Los procesos de interdiscursividad, intertextualidad, intersemiosis (Kristeva: 1967 y otros)
h. Situación comunicativa de las prácticas semiótico-discursivas (Dell Hymes, Gumperz: 1972)
Como hemos mencionado, en está síntesis desde la complejidad, pudimos plantear
ocho posibilidades para analizar las condiciones de producción, circulación y recepción
semiótico-discursivas, que exponemos yendo de la más macro, hasta la más micro.
90
Además, desde la perspectiva que hemos asumido, ampliamos todas las propuestas de
los discursivos, comunicativo, a lo semiótico. En este sentido, aunque las propuestas
sólo remitan a lo discursivo, nosotros añadimos lo semiótico para completar su alcance
analítico.
1. La de Foucault (1969): la propuesta surge en paralelo a la del análisis del discurso
como un campo propio, lo cual permite que se articulen de manera transdisciplinaria las
ciencias sociales y las del lenguaje. Foucault, en “El orden del discurso” plantea que
todos los discursos están controlados y por esto analiza las condiciones de posibilidad
de emergencia de los discursos y de las distintas semiosis. Este autor propone que
existen diez mecanismos de control del poder sobre los discursos, que divide en
bloques: El primero tiene que ver con la exclusión, que desarrolla tres mecanismos: a)
lo prohibido, el tabú del objeto: remite a los silencios del discurso o de las semiosis; con
este procedimiento se puede analizar el control de la información; b) la relación de lo
falso y lo verdadero: el poder excluye lo que considera falso; lo novedoso es que el
carácter de falso o verdadero no son esencias, sino que se encuentran determinados
por la lógica del poder, tan evidente en nuestros días; c) la separación de la razón y la
locura: se excluye el discurso del loco, pero es el poder quien determina quien está
loco.
El segundo bloque se refiere al control interno de los discursos entre sí, que
también abarca tres procedimientos: a) el principio del comentario, totalmente
subordinado por los discursos fundantes, que establecen el control de un discurso
sobre otro discurso, o bien, de una semiosis sobre otra semiosis. Por ejemplo, en el
caso de la política, sería la Constitución; en el caso de la religión, discursos fundantes
serían la Biblia o el Corán. Si existen discursos fundantes, esto quiere decir que hay
otros discursos están fuera de orden del poder. Los discursos fundantes tienen grados,
y los originarios pueden crear otros discursos fundantes; b) el principio del autor,
importante porque para Foucault es que el autor él que da coherencia al discurso o a la
semiosis. Por ejemplo, en la literatura, los textos anónimos no tienen el carácter de
literarios, sino de pre-literarios. Este principio es retomado por Bourdieu, cuando
investiga sobre la ‘distinción’, aplicada a la marca de la ropa, de los perfumes, al
nombre de los diseñadores, etc...; c) el principio de la disciplina (en Foucault existen
dos sentidos de esta categoría: el relacionado con la disciplina institucional, por
ejemplo, de la cárcel, de los hospitales; y el de disciplinas como la antropología,
literatura, etc.) La disciplina plantea reglas y controla en ese sentido; por ejemplo, si
alguien escribe fuera de los parámetros del campo de la comunicación, no es
considerado, sino vetado. Sin embargo, es importante actualizar la propuesta
foucaultniana, porque en esos momentos todavía no aparecían con mucha vigencia los
problemas de la interdisciplina y la transdisciplina; estamos al principio de la década de
los 70s y todavía no aparece el pensamiento complejo de Edgar Morin. Existía algo
sobre la interdisciplina, pero Foucault no se preocupa por eso; en cuanto a la
transdisciplina, empieza a tener un mayor impacto hasta los 80s, y continúa su
trayectoria hasta la actualidad.
El siguiente bloque es el que controla el sujeto del discurso, es decir, los sujetos que lo
pueden producir, y los procedimientos son: a) el sujeto que puede producir el discurso,
debe cumplir con el ritual del habla: Por ejemplo, el Papa es el que puede hablar dentro
91
de la iglesia católica, más que los cardenales, obispos y demás; en las escuelas el
profesor tiene el poder sobre los alumnos, aunque hoy existen nuevos modelos de
horizontalidad en la enseñanza, donde también los alumnos pueden hablar, opinar,
polemizar. El poder siempre determina quién puede hablar, dónde puede hacerlo y qué
comportamiento debe tener; b) la sociedad del discurso, que domina a los sujetos del
discurso, en lo que pueden o no hablar. La sociedad del discurso domina al sujeto, por
ejemplo, en el ámbito académico del psicoanálisis; o en la antigüedad, las sociedades
herméticas, como los masones y los rosacruces; c) la doctrina que también subordina
al sujeto; si el sujeto no habla desde los principios doctrinarios, está fuera de ella y d) la
adecuación social del discurso, que se refiere a que las instituciones tienen como
función principal adecuar los sujetos a la sociedad y a la cultura.
2. La de Pêcheux, Haroche, Henry (1971). Pêcheux plantea que todo discurso
pertenece a una formación socio-histórico-cultural-política, es una categoría que viene
del neo-materialismo, ya no del materialismo del siglo XIX. Esta formación implica el
desarrollo de formaciones ideológicas y/o hegemónicas y contra-hegemónicas, y estas,
a su vez producen formaciones semiótico-discursivas. Como se puede observar, hay
una implicación dialéctica entre estas distintas formaciones.
La formación ideológica es el conjunto de aparatos ideológicos, que son
heterogéneos, productores y reproductores de ideologías, como la artística, la política o
la económica. Todo esto está incidiendo en la formación discursiva o semiótica. La
ideología se materializa en los discursos y en las semiosis; por lo tanto, las
formaciones discursivas establecen las siguientes restricciones: a) de lo que se puede
hablar, o no y de lo que se debe hablar. Por ejemplo, todo mundo debe hablar de
democracia, pero no de autoritarismo, que debe ser excluido; b) quién puede hablar; c)
a quién puede hablar; d) de qué forma, con qué estrategias discursivas podemos
hablar; son estrategias semióticas o discursivas donde uno tiene que saber refutar con
argumentos que puedan convencer al otro. Pero tengo que decirles una cosa muy
triste: cuando hay juego de poder, no hay ninguna argumentación que valga. Si hay
juego de poder, cualquier argumentación se invalida; e) dónde puede hablar y f)
cuándo puede hablar. Entonces, son seis las restricciones que configuran las
formaciones discursivas, lo que hace evidente que la producción semiótico-discursiva,
no es una reproducción espontánea de los sujetos.
3. Pêcheux (1969), funda la escuela francesa de análisis del discurso, siendo disidente
del Partido Comunista. En esta propuesta fundante, el autor trabaja con las
formaciones imaginarias en las prácticas semiótico-discursivas. Pêcheux, para hacer la
ruptura epistemológica con la lingüística, recurre a la matemática y construye modelos
algorítmicos para estudiar el discurso, que casi nadie pudo aplicar, por las dificultades
de entender la formalización matemática. Sin embargo, la matemática fue un
argumento de hecho para refutar a la formalización de la lingüística estructural. Las
formaciones imaginarias primarias son: ¿qué piensa A de A? ¿Qué piensa A de B? B
es el receptor. ¿Y qué piensa A de R? R es el objeto semiótico-discursivo. Las
formaciones imaginarias dependen de la ideología, de la cultura, del poder, de su
posición histórica, por lo que imaginario no quiere decir lo que se imagina el sujeto de
manera espontánea. Por ejemplo, en estos momentos, ¿qué piensa A de R? Esta
pregunta puede referirse al profesor o a los alumnos, y las formaciones imaginarias
pueden coincidir o no. Lo interesante, es retomar la función imaginaria de A sobre A, es
92
decir lo que piensan los sujetos de sí mismos. Nosotros los sujetos. Esto introduce una
problemática muy interesante, porque lo que pensamos sobre nosotros mismos, suele
ser lo que no somos. Introducimos algunas ideas de la teoría del sujeto, que más
adelante desarrollamos. Analíticamente, este modelo de Pêcheux es tan fuerte como
el de Jakobson para la comunicación.
Además, hay más tres formaciones imaginarias anticipadas, es decir, todas las
anticipaciones que A o B realizan cuando producen el discurso: de la coincidencia de
las formaciones imaginarias de A sobre A, de A sobre B y de A sobre R con las
formaciones imaginarias de B sobre A y B sobre R es que depende la eficacia del
discurso y de cualquier producción semiótica. Por eso es que quienes trabajan teoría
de la recepción y teoría de la comunicación de masas deben considerar estos
planteamientos. Por ejemplo, el marketing político trabaja con algunos supuestos, y si
no son muy rigurosos se equivocan, y en Estados Unidos esta técnica está siendo
cuestionada.
4. Robin (1973 y 1976), plantea el análisis de la relación del discurso/semiosis con la
coyuntura. La coyuntura es una categoría planteada por la sociología, la antropología,
la política. Todo mundo sabe supuestamente qué es la coyuntura, que hay varios tipos
de coyuntura, y que cada una tiene un inicio, un punto de clímax y un descenso. Todo
discurso político electoral enfrenta varias coyunturas. Sin embargo, la vida no es sólo
coyuntural, sino transhistórica, por lo tanto, aquí no me detengo.
5. Veron (1980) Gramáticas de la producción y recepción de las semiosis y los
discursos. Aquí tampoco paro, porque es una propuesta muy de la gramática de
Chomsky y no tiene pertinencia en este momento.
6. Faye (1973-74) La aceptabilidad de los discursos y de las semiosis. Faye, hijo de
judíos que estuvieron en los campos de concentración durante la Segunda Guerra
Mundial, escribió el libro llamado “Los lenguajes totalitarios”, donde la hipótesis de
trabajo es que los discursos de la propaganda nazista son los que logran vencer a la
revolución posible en Alemania antes de la Segunda Guerra Mundial. Esta hipótesis,
consideramos, es bastante radical, porque da mucha primacía y fuerza a los discursos
nazistas, que autoreconocen el cambio en la historia alemana. La aceptabilidad del
discurso nazista constituye el objeto de investigación de este autor, al analizar las
características del mismo, y la maquinaria de la propaganda masiva hitleriana.
7. Kristeva (1967), Navarro, Angenot (1997). Esta propuesta también es muy
importante. Se refiere a los procesos de interdiscursividad, intertextualidad y de
intersemiosis. Es un aporte muy significativo, porque plantea que todo discurso
implica otro discurso, toda semiótica implica otra semiótica: es una polifonía, pues no
se agotan nunca en sí mismos; son procesos de construcción de las condiciones de
producción y recepción.
8. Hymes, Gumperz (1972). Esta última es una propuesta pragmática comunicativa, la
cual plantea que las condiciones de producción y recepción del discurso tienen que ver
con la situación de las interacciones comunicativas, de las prácticas semióticodiscursivas.
En esta breve exposición, están las ocho propuestas analíticas; cada una desarrolla
diversos modelos operativos. Desde una posición transdisciplinaria, lo que planteamos
es que cuando vamos a estudiar una producción discursiva, como un discurso político o
93
publicitario o religioso, lo que sugerimos es que se seleccionan de las ocho propuestas
las más convenientes de acuerdo al tipo de
discurso y a las preguntas de
investigación. Esta es una construcción transdisciplinaria, una parte del modelo
operativo transdisciplinario que planteamos para el estudio de las condiciones de
producción, circulación y recepción semiótico-discursivas.
Este modelo transdisciplinario se puede aplicar a cualquier producción
semiótico-discursiva. Obviamente, no vamos a usar las ocho propuestas en una
investigación porque sería muy complicado, imposible, pero la posición
transdisciplinaria tampoco admite la selección sólo de una.
Las materialidades y los funcionamientos semiótico-discursivos
El tercer eje analítico se refiere a las materialidades y funcionamientos semióticodiscursivos (ver Cuadro V). Este punto constituye otro aporte transdisciplinario
importante. En el cuadro abajo, colocamos las 13 materialidades semiótico-discursivas
que logramos sintetizar
Cuadro V: MATERIALIDADES SEMIOTICO-DISCURSIVAS
1.
La acústica, la visual, la olfativa, la gustativa, la táctil
2. La comunicativo-pragmática
3. La ideológica
13. La lógico-filosófica
12. La estético-retórica
Materialidades
Semiótico-discursivas
4. La del poder
11. La psicoanalítica
5. L a cultural
10. La psicológica
6. La histórica
9. La de simulacro
7. La social
8. La cognoscitiva
Estas trece materialidades semiótico-discursivas, que configuran, desde otro ángulo, la
perspectiva transdisciplinaria que hemos propuesto, constituyen una ampliación de lo
planteado por miembros de la Escuela Francesa, influenciados por Foucault.
Las materialidades semiótico-discursivas son dimensiones constitutivas de
las construcciones semiótico-discursivas, por lo tanto le son intrínsecas. En un proceso
analítico de excavación, podemos observar las múltiples materialidades que están
constituyendo los diversos discursos y semióticas. Sin embargo, a pesar del carácter
importante de las materialidades con sus diferentes funcionamientos de acuerdo con
los tipos u subtipos de discursos y semióticas, éstas no son consideradas por muchos
94
modelos, lo que sin duda constituye un severo problema analítico. La categoría fue
propuesta inicialmente por la Escuela Francesa de Análisis del Discurso, que la
relacionaba principalmente con la ideología y con el poder, que a posteriori
reconstruimos desde lo transdisciplinario.
Toda producción semiótico-discursiva contiene 13 materialidades, con sus respectivos
funcionamientos.
1. La acústica (verbal), la visual, la olfativa, la gustativa, la táctil, de las
cuales, las dos primeras son las que sirven como sustancias más pertinentes y
productivas para los diferentes significantes del signo. Es importante, enunciar otra
ampliación que hemos realizado. En esta primera materialidad, que se refiere
propiamente a los canales perceptivo-sensoriales, debemos añadir lo extrasensorial, es
decir, los signos que existen como la sexta dimensión, más allá de los cinco sentidos.
Esto es importante, para dar cuenta de la semiótica de lo invisible, producida en el
terreno de la magia, del mundo semiótico ancestral que trabaja con otras dimensiones
provenientes de distintas epistemes.
2. La comunicativo- pragmática. En esta materialidad se han desarrollado
varios modelos, que analizan la semiosis desde la perspectiva de la comunicación
masiva, en donde se destacan los estudios de la televisión, de la publicidad, de la
propaganda política, etc.
3. La ideológica. Esta materialidad, junto con la que le sigue que es la del
poder, constituye una de las más trabajadas, a nuestro juicio por la importancia que
tiene en la producción y reproducción de los sujetos, de los sentidos y de la vida social
misma. Los procesos de interpelación y constitución de los sujetos tienen su soporte
fundamental en la ideología.
4. La del poder. Tan importante como la anterior, esta materialidad también
cuenta con muchas propuestas analíticas, de las cuales resalta la de Foucault, la de
Bourdieu, la de Wodak, entre otras.
5. La cultural. Esta materialidad encuentra su mejor propuesta de análisis en la
Escuela de Tartu, así como en algunos planteamientos de Eco y en las propuestas de
análisis cultural desde la antropología, como son las de Lévi-Strauss, de Turner, de
Sperber, entre otros.
6. La histórica. Desde la perspectiva semiótico-discursiva, la dimensión
histórica se considera tanto en los cambios de los sistemas y de las prácticas, por el
impacto de los acontecimientos históricos, políticos, sociales.
7. La social. En esta materialidad, siguiendo los aportes de la sociología, de la
sociolingüística, se procura analizar la producción y recepción de los signos, de lo
semiótico en relación a los sujetos que producen y que consumen los productos
culturales.
8. La cognoscitiva. En los últimos años, ha adquirido gran relevancia las
ciencias cognoscitivas, con lo cual esta materialidad, la menos estudiada en lo
semiótico, pero si muy trabajada en la lingüística, en la psicología, en el análisis del
discurso, vuelve a adquirir una gran importancia en varias disciplinas.
9. La del simulacro. Esta materialidad opera en sentido contrario a la anterior,
ya que el simulacro, que no necesariamente es la simulación, es muy difundido en las
tendencias semióticas, desde Greimas, hasta Eco, Baudrillard, Barthes, entre otros.
95
10. La psicológica. Para el estudio de esta materialidad, son particularmente
importantes los aportes de la psicología de la percepción, de la psicología de masas,
de la psicología cognitiva que procuran investigar los impactos de las producciones
semióticas sobre los sujetos productores y consumidores.
11. La psicoanalítica. Los modelos se desarrollan principalmente por los
psiconalistas, o los investigadores que recurren al inconsciente para analizar las
producciones semióticas de todo tipo, tomando como premisa lo propuesto por Lacan,
de que 'el sujeto es su discurso'.
12. La estético-retórica. Materialidad muy trabajada, principalmente porque la
producción artística siempre fue muy analizada en todas sus manifestaciones; de ahi la
importancia de los estudios de la semiótica del arte, o de semiótica y estética.
13. La lógico-filosófica. En la cual se abordan, entre otras posibilidades, el
análisis de la argumentación en los mensajes visuales, así como el conjunto de
premisas implícitas en la publicidad. Además, es fundamental considerar los distintos
tipos de lógica que existen, en donde la formal es una de ellas.
Las materialidades discursivas tienen funcionamientos distintos de acuerdo con
los tipos y subtipos de discursos y de semióticas, con las condiciones de producción y
recepción, así como con los sujetos de los discursos, con sus diferentes competencias.
Además, presentan una jerarquía entre sí.
Los modelos que logran articular más de tres materialidades se enfrentan con
los siguientes retos:
a) La integración de algunas materialidades obliga eliminar las tensiones entre
ellas, y construir continuums entre ellas.
b) El análisis de las contradicciones que existen entre las materialidades y al
interior de cada una de ellas.
c) La operatividad del modelo construido, así como proponer los
funcionamientos semiótico-discursivos que permitan analizarlas.
Otra problemática es la homologación y/ o diferencia entre las distintas
materialidades, como por ejemplo, entre la ideológica y la cultural, entre la ideológica y
la del poder, entre la cultural y la cognoscitiva, etc. En efecto, estas articulaciones
dependen, como es obvio, de como cada teoría y cada autor construye lo que
considera como el poder, la ideología, la cognición, la cultura.
Las materialidades tienen un funcionamiento distinto de acuerdo a los diferentes
sistemas y prácticas semiótico-discursivas. Por ejemplo, no funciona de la misma
manera la ideología en un discurso político, religioso, o científico. La síntesis de estas
materialidades y la problematización de sus funcionamientos es producto de muchos
años de investigación y docencia que hemos realizado en el campo de la semiótica, y
por lo mismo condensa muchos aportes. Para concluir sobre este punto, debemos
reconocer que en general las propuestas son parciales, ya que en cada tendencia los
autores suelen privilegiar algunas materialidades y no las trece enunciadas (Cf. Haidar
1992, 1994).
La producción del sentido semiótico –discursivo y sus funcionamientos
Uno de los problemas más complejos e interesantes del macro-campo de las ciencias
del lenguaje, del cual destacamos el análisis del discurso y la semiótica de la cultura,
ampliando con la comunicación, se refiere a la producción del sentido. En el desarrollo
96
del análisis de este problema, hay muchos aportes originados en la filosofía, en la
filosofía del lenguaje, en la semántica, en la psicología, en la semiótica, análisis del
discurso, en la comunicación, entre otras, por lo cual podemos proponer una definición
desde la transdisciplina.
Desde una perspectiva más contemporánea, el sentido constituye un
funcionamiento cognitivo para la comprensión y la aprehensión de lo social, de lo
cultural y de lo histórico, lo que implica que en su producción entran innumerables
factores. Desde nuestra posición transdisciplinaria, la producción del sentido pasa por 9
funcionamientos, como se pueden observar en el cuadro abajo:
La producción del sentido semiótico-discursivo
 La relación de lo explícito con lo implícito: en toda producción del sentido es
fundamental la relación de estas dos dimensiones, que en la mayoría de las
propuestas no está considerada. El sentido no se agota en lo explícito, en lo que
está dicho, sino que funciona orgánicamente con lo implícito, que es lo que está
entre líneas, y a veces es más importante, principalmente en los juegos del poder y
de la ideología.
 Los silencios semiótico- discursivos: remiten al tabú del objeto, a lo prohibido.
Muchos modelos este funcionamiento, lo cual es un problema, porque éste
constituye un factor fundamental para entender la producción del sentido con mayor
profundidad. Realmente, sólo los que conocen a Foucault, y la Escuela Francesa
logran acceder a este funcionamiento y entender que lo que está excluido también
constituye procesos de producción del sentido.
 La dimensión connotativa comprende todos los mecanismos semánticos para la
producción de nuevos sentidos. Esta dimensión está muy trabajada por Barthes y
Eco en la semiótica de la publicidad; y también por Kerbrat-Orecchioni, del grupo de
Lyon.
 El mal entendido, entendido como una regla, no como una excepción en las
producciones semiótico- discursivas. El proverbio de “hablando se entiende la
gente”, más bien sería “hablando se desentiende la gente”, sobre todo cuando hay
polémicas, como en las asambleas y en las discusiones políticas. Lo que existe no
es comunicación, sino malentendidos e incomprensión.
 Los procesos interdiscursivos /intertextuales intersemióticos son constitutivos
de toda práctica semiótico – discursiva. Para lograr llegar a la profundidad del
sentido, hay que considerar los procesos interdiscursivos, intertextuales,
intersemióticos como constitutivos de toda práctica. El discurso y la semiosis no se
agotan en sí mismos en el texto, sino que por ellos pasan procesos macros, como
los enunciados.
 La formación ideológica y la formación semiótico-discursiva, condicionan la
producción del sentido más allá de la semántica. Un ejemplo es el de la democracia:
si buscamos en un diccionario la palabra democracia, está se define como el
gobierno del pueblo, pero en la realidad no es así. La formación ideológica
condiciona los diferentes sentidos de los objetos discursivos.
 El funcionamiento retórico y las estrategias de persuasión remiten a todas las
etapas que implica lo retórico, que abarcan tanto el pensamiento, como las figuras
97


del lenguaje. En la perspectiva actual, la retórica ya tiene una dimensión inter y
transdisciplinaria ( Cf. Beristáin y Haidar)
El funcionamiento tópico (los topoi aristotélicos) constituyen los lugares comunes,
las premisas compartidas presentes en las semiosis y en los discursos. En estos
momentos, encontramos las relecturas sobre este punto realizadas por Oswald
Ducrot.
La verdad, la mentira, lo verosímil constituyen un complejo entramado de
relaciones en la producción semiótico-discursiva. El sentido fluctúa entre lo
verdadero, la mentira y lo verosímil. Sin embargo, en muchos modelos se suele
previlegiar lo verosímil, en relación a la verdad. Pienso que la verdad debe ser
objeto de preocupación en algunos tipos de discurso, como el político, el
periodístico, etc...
Funcionamiento del sujeto desde la perspectiva transdisciplinaria
La problemática de la subjetividad es tan o más compleja que la anterior. Partimos de
luna interrogante muy importante: ¿quiénes son los sujetos?, ¿quiénes somos
nosotros?
En principio, tenemos que las teorías del sujeto aparecen en la filosofía, en la
psicología, muy desarrollada en el psicoanálisis, en la antropología, en la
comunicación, en la lingüística, en la semiótica, en el análisis del discurso, en fin,
muchos campos se preocupan por el concepto de sujeto, y por su complejo
funcionamiento (ver Cuadro VII). Por esta variedad de disciplinas, surgen varias
categorías para referirse a los sujetos semiótico-discursivos,tanto los productores como
los receptores, como son:
 Hablante-oyente (Saussure y después Chomsky, que plantea el hablante y el
oyente ideales). Esta es la categoría más simple del sujeto.
 Emisor-receptor (pertenece a la teoría de la comunicación y tiene más alcance
explicativo).
 Locutor-interlocutor (surge con el análisis de la enunciación).
 Locutor-alocutario (pertenence a la semiótica).
 Destinador-destinatario (En la semiótica narrativa).
 Enunciador-enunciatario (Aparece en la teoría de la enunciación).
 Enunciador-coenunciador (Teoría del discurso, enunciación discursiva).
Es importante detenernos, en las diferencias que existen entre los conceptos de
sujeto y actor social. Además de que los términos pertenecen a teorías distintas, no se
pueden homologar fácilmente. Es diferente decir utilizar ‘prácticas subjetivas’, en lugar
de ‘acción social’, porque pertenecen a paradigmas distintos: el concepto de prácticas
subjetivas es materialista, y el de acción social es funcionalista. Más allá de su
pertenencia, los dos conceptos tienen alcances heurísticos diferentes. El concepto de
actor social no implica un compromiso, no abarca la perspectiva materialista del sujeto
en la historia, del papel que juega. El sujeto existe para práctica, así como actor existe
para acción social, así pues, tenemos dos tendencias analíticas diferentes y en las
cuales hay que pensar.
Desde otro ángulo analítico, es bueno retomar que la relación intersubjetiva
entre A (productor) y B (receptor) es constitutiva de las interacciones comunicativas, y
de las prácticas semiótico-discursivas; en otras palabras, tenemos dos polo, en una
98
relación dialéctica: el de la producción y el de la recepción. Todo lo expuesto se ubica
en una reflexión del sujeto desde la interdisciplina. Pero desde una posición
transdisciplinaria, planteamos el funcionamiento subjetivo desde varias propuestas para
llegar a la posición objetiva del sujeto. Tuvimos que recurrir a múltiples propuestas del
análisis del sujeto, que van desde el análisis del discurso, hasta la historia,
antropología y la política para poder llegar a este cuadro bipolar, en el cual están las
posiciones subjetivas y objetivas sobre el sujeto. Pêcheux, es el primero en plantear la
necesidad de pensar el sujeto desde lo objetivo.
CUADRO VII: EL FUNCIONAMIENTO SUBJETIVO
SUJETO
POSICIÓN SUBJETIVA
POSICIÓN OBJETIVA
Individual
Activo
Psicológico
Autónomo, libre
Origen del sentido
Coherente
Consciente
Colectivo
Pasivo
Sociocultural-histórico
Sujetado, no libre
Soporte del sentido
Contradictorio
Inconsciente
Esta síntesis nosotros la construimos, contrastando los planteamientos idealistas sobre
el sujeto con los materialistas, provenientes de las posiciones de Foucault, Pêcheux y
Lacan. El sujeto, desde la perspectiva idealista, es el utilizado en la lingüística, en la
psicología, y en algunas tendencias de la comunicación. En la década de los
cincuentas, con Benveniste, aparece la categoría de intersubjetividad, que quiere decir
que ya no podemos hablar de los sujetos como individuos en si mismos. En la década
del setenta se retoma esta posición, pero se amplia al plantear que el sujeto es
colectivo y resultado de la intersubjetividad. Estas afirmaciones pueden parecer obvias
en estos momentos, pero no lo eran hace 20 ó 30 años.
En segundo lugar el sujeto es activo, tiene una acción social. Pero en la postura
de Lacan, Foucault y Pêcheux es pasivo, está subordinado a la lógica de poder, la
lógica del inconsciente. Por lo tanto, el supuesto sujeto activo de la acción social no es
el mismo de la década del setenta en Francia; ésta es una ruptura teórica, casi
epistemológica de la subjetividad.
En tercer lugar, el sujeto es una entidad psicológica, como planteaba Saussure,
los psicólogos y el gran genio Roman Jakobson, porque su horizonte no le permitía
pensar en una posición materialista, lacaniana. Pero después, en la posición objetiva
el sujeto es socio-cultural-histórico-político, y para llegar a este planteamiento no fue
fácil. .
En la posición idealista, el sujeto es autónomo y libre, y la objetiva dice que no,
que está totalmente sujetado, no tiene libertad. Si el sujeto sobrevive, dice Pêcheux, es
99
porque tiene la ilusión de la libertad. Es la ilusión fetichista e ideológica del sujeto, que
lo posibilita sobrevivir frente a la fragmentación.
En otro planteamiento, se decía que el sujeto es el origen del sentido, ejemplo
de narcisismo absoluto, porque el sujeto decía “yo creo que mi discurso es bueno, yo
soy guapo, maravilloso, entonces, yo soy el que sabe, los demás no saben nada, “el
gurú es el gurú”. Los gurús creen que son el origen del sentido, por ejemplo, en
Francia, en Alemania, en Inglaterra, etc...Sin embargo, en la posición objetiva, el sujeto
es simplemente el soporte del sentido.
A continuación, el sujeto, para los idealistas es coherente, porque ¿quién de
nosotros cree que es incoherente? Otra vez emerge el narcisismo, nadie quiere aceptar
que está equivocado. Pero desde la otra posición, el sujeto es contradictorio en su
esencia.
Y por último está la tesis que dice que el sujeto es consciente, contra la posición
objetiva, que dice que es inconsciente.
En resumen, la posición subjetiva radical logró imponerse hasta inicios de la
década de los setentas. Después, en los años setentas, cuando surge el análisis del
discurso aparece la posición objetiva de sujeto, que polemiza arduamente con la
anterior. Pero, en la década de los ochentas, ya se logra plantear que el
funcionamiento subjetivo es resultado de una dialéctica compleja que supone las dos
posiciones polares. Por ejemplo, el sujeto es socio-cultural-histórico-político, pero
también tiene una dimensión psicológica y ésta es estudiada por la psicología de las
emociones actualmente. Otro ejemplo es que Foucault decía que el sujeto está
sujetado, ubicándolo desde una posición nihilista, donde no tenía salida, porque está
sujetado al deseo, al poder, al inconsciente, a la ideología. Sin embargo, cuando muere
Foucault, en los ochentas, ya la postura es que aunque esté sujetado, puede ser libre,
de ahí que en su último texto Foucault admita que hay la posibilidad de que el sujeto
resista. Entonces, ya surgen posiciones dialécticas entre los dos polos, el objetivo y el
subjetivo.
Con respecto a las teorías de la recepción, éstas —ya lo habíamos visto con
anterioridad—, le dan toda la importancia al receptor y borran el emisor, se ocupan de
B y A queda anulado, por ejemplo, en los estudios de consumo, en los cuales lo
importante es la eficacia del mensaje. Es pertinente preguntarnos si no se debería
establecer una dialéctica partiendo de la posición objetiva, pero dándole su lugar al
emisor. En el marketing político ya se está refutando la postura de darle la importancia
sólo a B y no dársela también a A, porque se está viendo que no funciona. Los estudios
sobre la opinión pública están siendo cuestionados, porque sólo se trabaja el aspecto
técnico y no se integran otros factores sociales y culturales. En realidad, A sí importa,
porque sin A no existe B: ésta es la dialéctica de los dos polos del funcionamiento
subjetivo.
Hay un elemento más muy importante para terminar este tema del sujeto. Es una
propuesta que amplia la teoría del sujeto, porque no sólo se utiliza la posición de A y B,
sino que aparece otro lugar subjetivo que es C. En lugar del diálogo, planteamos el
‘trilogue’ (Cf. Kerbrat Orecchioni). Esta propuesta apareció por primera vez
sistematizada en la Escuela de Lyon, en Francia, con la pragmática discursiva (hay
quienes dicen que esta propuesta ya aparecía en Aristóteles). Con el ‘trilogue’ una
ruptura teórico-metodológica de la relación dialógica entre A y B, pero que es
100
complementaria y no excluyente. En este sentido, no sólo existen dos lugares
subjetivos, sino que hay un tercero. Este constituye un aporte pragmático discursivo,
por el cual no sólo existen A y B, sino que la complejidad de la comunicación semióticodiscursiva implica un tercer lugar subjetivo. Un ejemplo de aplicación del “trilogue”, en
el debate CEU-RECTORIA, en el Movimiento Estudiantil de 1987, en la UNAM:
A corresponde a Rectoría - CEU
B corresponde a CEU – Rectoría
C corresponde a Auditorio presente/ausente (recuerden que la sesión fue vista en TV y
escuchada en radio. Dentro del público presente/ausente está el público aliado y el
público adversario).
El C es el lugar de la incertidumbre, de la pregunta, del problema, de la duda; está
ocupado por los sujetos que están indecisos, es el lugar fluctuante, porque no hay
posiciones claras como en A y B. Esta teoría de la Escuela de Lyon trabaja la
interacción pragmática comunicativa, pero desde una perspectiva discursivista, no
desde la teoría de la comunicación. C es un elemento muy importante, tanto en las
campañas políticas, como en las publicidades. Hay tres lugares subjetivos, no dos, y
son todos heterogéneos, todos complejos.
Los cinco ejes analíticos expuestos de manera sintética, colocan al investigador en
una necesidad de selección, por la construcción compleja que todos estos
planteamientos suponen. Sin embargo, enfatizando, los criterios que orientan la
selección de las diferentes propuestas en las diversas síntesis elaboradas son los
siguientes: a) El tipo de discurso o semiosis; b) el objeto de estudio de la investigación,
que puede ser de carácter más macro o más micro y c) las preguntas de investigación
que orientan de manera muy concreta todas las posibilidades analíticas presentadas.
Por ejemplo, en el caso de los comunicólogos, las selecciones son distintas si se trata
de una situación comunicativo-pradigmática (dimensión micro), o los procesos
comunicativos (dimensión macro).
Como analista, no me gusta estudiar los sucesos, o los acontecimientos, o los
personajes que están de moda; por ejemplo en el cine, los estudios sobre Almodóvar;
en el arte, los cuadros de Frida Khalo y en el campo de la comunicación, las teorías de
Habermas (su novedad estuvo quizá en la convergencia entre filosofía y comunicación,
y en el tema del consenso cultural en América Latina). Pienso que Habermas
constituye, sin duda, una hito en las teorías de la comunicación; sin embargo en los
planes de estudio hay que retomarlo desde una posición crítica, ya que los consensos
en el mundo globalizado ceden su lugar al conflicto. En su momento, Habermas era el
gurú de la comunicación, en el sentido de que el comunicólogo que en la época de los
setentas no lo hubiera leído estaba fuera de contexto.
Yo prefiero utilizar la propuesta de Foucault (1969), quien plantea que siempre
hay que colocar en duda la voluntad de verdad, porque ésta oculta siempre el juego del
poder. En este sentido, hay que poner en duda todo lo que está en moda, porque
estamos en el terreno de un poder intelectual, que como todo funcionamiento del
poder, tiende muy fácilmente a la perversión.
Aplicación del modelo operativo transdisciplinario a la ciudad
101
Para terminar, haré una síntesis del proyecto de investigación, que desarrollamos con
Raúl González Tejeda, en 1993, auspiciado por CONACULTA y que se titula: Cultura y
ecología: semiótica de una ciudad contaminada (todavía inédito). Para los objetivos de
este trabajo, me interesa destacar la aplicación del modelo analítico transdisciplinario,
así como la construcción del objeto de estudio, de las categorías que son construidas
también desde esta perspectiva. Sin embargo, es necesario aclarar que en 1994,
todavía no yo había llegado a las propuestas más acabadas que están en mi tesis de
doctorado. Este proyecto de investigación, desde su elaboración, hasta la entrega de
los resultados tuvo una duración de un año. El modelo transdisciplinario es semióticodiscursivo porque no sólo utilizamos varias semióticas (con varias tendencias y
autores), sino también diversos aportes del análisis del discurso para la publicidad
ecológica. La lógica de exposición da cuenta, de manera sintética, de lo utilizado para
el análisis de la contaminación en la ciudad de México, en el año de 1993/1994.
I. SEMIÓTICA DEL ESPACIO
1.A. Semiótica cartográfica (historia de los mapas de la ciudad de México de la época
prehispánica a la actualidad)
1.B. Semiótica del entorno (fotografías panorámicas)
1.C. Semiótica de los parques ecológicos:
1.C.X. Parque ecológico Xochimilco
1.C.V. Museo ecológico Vivo
1.C.H. Parque ecológico y recreativo Huayamilpas
1.C.F. Parque ecológico Fuentes de Zaragoza
1.D. Semiótica de los basureros
II. SEMIÓTICA DE LOS OBJETOS
2.A. Objetos urbanos (construcción semiótica de lo verde)
2.B. Código de Tránsito y Parque Vehicular (discurso)
III. SEMIÓTICA DE LA PUBLICIDAD ECOLÓGICA
3.A. Pictogramas de la naturaleza en autobuses Ruta 100
3.B. Bardas, pancartas y monitoreo electrónico
3.C. Medios masivos de comunicación: revistas ecológicas, radio, prensa y TV
En este índice, como se puede observar, no pudimos analizar todas las
semióticas que había en la ciudad de México. Fue necesario seleccionar las más
pertinentes para el objeto de estudio, por lo cual escogimos tres tipos de semióticas,
destacando los subtipos en cada una.
El objeto de estudio de esta investigación es la relación cultura-ecología
aplicando lo semiótico-discursivo para analizar las producciones de sentido
relacionadas con la contaminación. La pregunta principal, pero no la única, se refería a
la existencia o no de una cultura ecológica (a inicios de la década de los noventas,
había un gran auge de discusiones sobre la ecología, por los peligrosos niveles de
contaminación de la ciudad), en qué grados existía, y en qué sectores sociales.
Usando un análisis semiótico-discursivo, fundamentalmente a partir de la teoría de Iuri
Lotman y de análisis del discurso, recortamos tres tipos de grandes semióticas:
102
1. Semiótica del espacio urbano, que contiene cuatro subtipos, mencionados arriba:
estudio de los mapas, de las panorámicas. En el trabajo de campo, lo más interesante
fue recorrer los cuatro parques ecológicos, que de ecológicos no tienen nada. Esta
cruel evidencia, la llamamos analíticamente un simulacro semiótico de la ecología. Y
otra cruel paradoja, fueron los basureros, supuestamente ecológicos, que constituyen
otro tipo de simulacros.
2. La segunda gran semiótica es la semiótica de los objetos, que tan inabarcable en
la ciudad de México, que tuvimos que recortar los objetos urbanos y fundamentalmente
poner la atención al código de tránsito y al parque vehicular.
3. La tercera semiótica que trabajamos es la de publicidad ecológica. Pudimos
construir un corpus semiótico de doscientas fotografías de autobuses de la Ruta 100,
que después desaparecieron. Los Ruta 100 traían, en los vidrios de la parte trasera,
pinturas ecológicas de una naturaleza simulada y en general muy mal hechas, lo que
producía un mal sentido, un sentido negativo de lo ecológico; este corpus semiótico,
permite desarrollar un trabajo de análisis de estos pictogramas, para observar como
reproducían la naturaleza estos pintores de la Ruta 100. Por otra parte, para simular lo
verde ausente, cuya presencia se necesita en la ciudad, empezaron a pintar con este
color a los taxis, así como todo lo que eran señales de tránsito, los puentes, etc. Había
una construcción semiótica de lo verde que ya no existía, la ausencia del verde se
impregna en el objeto urbano. Esa idea de lo verde urbano, de este simulacro
semiótico, evidencia paradójicamente la ausencia de lo ecológico, y la presencia de la
contaminación. En cuanto a los medios masivos de comunicación, sí encontramos
revistas ecológicas, noticieros de radio, prensa y de televisión, todo en torno al
problema de la ecología y de la contaminación.
En la introducción, el objeto de estudio era todavía interdisciplinario, más que
transdisciplinario, entonces utilizamos más la semiótica y el análisis del discurso. No
usamos los aportes del urbanismo, de los arquitectos, de los ingenieros, que sin
embargo pensamos introducir para dar más fuerza a la perspectiva transdisciplinaria.
El objetivo de la investigación era estudiar si existía la cultura ecológica, porque
el gobierno decía que tenía parques ecológicos, taxis ecológicos, educación ecológica
en las escuelas. Entonces nosotros, a partir de esa investigación semiótico-discursiva,
planteamos que no hay una cultura ecológica, o que si la hay estuvo muy debilitada.
Esa fue una de las respuestas a las que llegamos. Otra fue que había simulacros de la
ecología, naturalización semiótico-discursiva de toda la contaminación. Tan
naturalizada estaba ésta, que los sujetos urbanos no percibían el cambio de color del
cielo, que siempre estaba entre blanco u oscuro.
El objeto de estudio pasó por lo inter y lo transdisciplinario, por tanto recurrimos
a la antropología, para abordar la cultura ecológica; tuvimos que definir qué es cultura,
para llegar a la cultura ecológica; en segundo lugar, usamos también la ecología, para
definir de manera operativa que es lo ecológico, y volver a la definición de cultura
ecológica; y como campos nucleares, utilizamos la semiótica y el análisis del discurso.
Todo lo planteado, nos permitió construir modelos transdisciplinarios, para estudiar la
semiótica de una ciudad contaminada, que implicaba encontrarnos con dos procesos
muy importantes y relacionados dialécticamente: los simulacros semióticos de la
ecología y la naturalización de la contaminación.
En segundo lugar hicimos recortes de la investigación, con justificaciones:
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Espacial: Cuenca de México, principalmente la Ciudad de México y alrededores.
Temporal: Entre los meses de noviembre y febrero (meses de mayor grado de
contaminación).
Teórico-semiótico: del espacio, de los objetos y de la publicidad (cada una con sus
semióticas específicas, que se seleccionaron por ser de mayor visibilidad).
En tercer lugar, utilizamos ejes semánticos básicos para trabajar el sentido, y
aplicamos las siguientes oposiciones: a) entre ecología y contaminación, b) entre vida
y muerte/enfermedad y c) entre naturaleza y cultura. En estos ejes semanticos, hay
supuestamente una paradoja, pues en la naturaleza están la vida y la ecología, y en la
cultura están la muerte y la contaminación; paradoja trágica, porque la cultura no
debería tener esos elementos disfóricos, negativos. Estos ejes básicos son los que se
movían los sentidos en esa oposición entre cultura y ecología, en los análisis
sintagmático y paradigmático.
La cultura ecológica, incluyendo las premisas del concepto de cultura, puede
definirse como el conjunto de sistemas, de procesos y de prácticas en relación al
combate a la contaminación y a la destrucción de la naturaleza, que constituyen y están
constituidos por los sujetos. La cultura ecológica implica el desarrollo de la
comprensión del continnum naturaleza-cultura, amenazado drásticamente por el
desarrollo del capitalismo salvaje.
Esta definición no agota el proyecto, pero da cuenta de los núcleos básicos.
Como procesos fundamentales de análisis de una cultura no-ecológica, hacemos el
análisis, ya mencionado de una naturalización semiótica de la contaminación y de los
simulacros semióticos. Lo interesante de la contradicción semiótica es que hay una
especie de naturalización. Esto significa que el discurso aparece como natural y
espontáneo. La naturalización semiótica es esa idea de que parece natural, sin
embargo sólo es una apariencia. La industria del simulacro provoca que se esté
sustituyendo lo natural por lo artificial, de tal forma que lo verdadero está a punto de
desaparecer. Por ejemplo, las decoraciones de plantas en los centros comerciales ya
son simulacros de lo natural.
Los ejes semánticos básicos no se pueden escoger a priori, éstos se determinan
a partir de leer la teoría y ver el trabajo de campo de todas las semióticas. La definición
de cultura ecológica por supuesto no es la que dan los ecologistas, ni los medios
masivos ni el Partido Verde Ecologista. Por cierto, este partido usa de manera muy
interesante la palabra verde, porque ésta se transforma en un símbolo metafórico de la
naturaleza, cuando ésta no se agota en el verde, sino que es multicolorida. Es muy
interesante cómo la naturaleza, en términos de la cultura occidental, se condensa, se
reduce al color verde.
La definición de cultura ecológica fue construida de manera transdisciplinaria a
partir de la antropología, de la ecología crítica, de la semiótica y del análisis de
discurso.
Para finalizar, es importante que logremos generar un pensamiento crítico, que
encontramos en autores, como Foucault, Pêcheux, Bourdieu, Giddens, Lotman, entre
otros. La perspectiva transdisciplinaria propicia el surgimiento de un pensamiento
crítico, reflexivo, auto reflexivo que nos impide seguir las modas, sin tener una
perspectiva crítica hacia ellas, y también implica la aceptación del diálogo entre todos,
sin las exclusiones del poder-saber.
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