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DESPLAZAMIENTO URBANO
Transición, conexión e incertidumbre:
desplazados internos en Kampala
Richard Mallett
La larga y brutal guerra civil de Uganda
tuvo como resultado el desplazamiento
interno de casi 1,6 millones de civiles,
de los cuales se estima que de 300.000 a
600.000 no huyeron a uno de los muchos
campos de refugiados del país, sino a
destinos urbanos. En julio y agosto de
2008, con entrevistas a los desplazados
internos del norte de Uganda que ahora
viven en una barriada de Kampala,
conocida coloquialmente como el
barrio de los Acholi, intenté descubrir
lo que significaba el día a día de un
desplazado urbano a menudo invisible.
Transición
Ahora estamos como en tierras
extranjeras.
Con aproximadamente el 90% de su
población desplazada durante las dos
últimas décadas en Uganda, Acholilandia,
en el norte, ha sido la región más afectada
del país. Debido a que grandes franjas del
norte se volvieron inseguras a causa de las
insurgencias del Ejército de Resistencia
del Señor (LRA, por sus siglas en inglés),
así como a la desaparición de la mayoría
de los campos de desplazados creados
durante las fases iniciales del conflicto,
dirigirse a zonas urbanas constituía una
opción factible y sensata para muchos
desplazados internos, en especial si ya
tenían algún tipo de conexión previa al
lugar, como algún pariente en la zona.
Teniendo en cuenta las condiciones de
miseria en que se encuentran muchos
campos de desplazados de Uganda,
los destinos urbanos pueden parecer
ventajosos, pero la realidad puede
ser muy diferente. Para los Acholis
desplazados, Kampala representa un
marcado contraste con sus tierras natales
norteñas y con sus antiguos estilos de
vida agrícola; un contraste a menudo
acentuado por los recuerdos idealizados
del norte antes del conflicto. Mientras
que antes los medios de vida y las
necesidades materiales se consideraban
“dados”, en función del trabajo en las
propias tierras y otras actividades de
subsistencia, el acceso a los servicios,
Richard Mallett
Si las autoridades gubernamentales buscan soluciones duraderas para
los desplazados urbanos, deben tener en cuenta las preocupaciones
y aspiraciones de los más afectados por estos desplazamientos.
incluso más esenciales, es incierto en
Kampala. Como señaló un entrevistado,
“La vida es muy, muy difícil. Hace
falta dinero para todo: para el alquiler,
para el agua, incluso para los aseos.”
La falta de tierras y la incertidumbre
sobre la propiedad, no sólo preocupa a
los desplazados por su supervivencia
económica básica, sino que también
dificulta una integración local exitosa,
ya que la ausencia de títulos formales
de propiedad afianza la idea de que su
migración (forzada) es sólo temporal.
Así, incluso en los casos en los que se
ha conseguido un grado considerable
de adaptación urbana, los Acholis
todavía se enfrentan a la idea de que
de alguna manera están “fuera de
lugar”, viviendo en unas tierras que
no son suyas. Por supuesto, no existen
soluciones sencillas para semejante
dilema, en especial cuando muchos de los
miembros de la comunidad de acogida
se enfrentan a dificultades similares
a la hora de acceder a una vivienda
y a un empleo decente. Implementar
políticas específicas para los desplazados
internos podría, en estos casos, promover
un mayor resentimiento hacia los
Acholis, exacerbando de ese modo la ya
considerable discriminación cotidiana.
Sin embargo, aunque en efecto resulta
apropiado ver Kampala como un
lugar de transición, esto no debería
tildarse de negativo necesariamente.
Los lugares de destino, en especial
los urbanos, ofrecen un panorama no
sólo de seguridad, sino también de
oportunidades. Muchas mujeres y niños
del barrio Acholi participan en el proyecto
BeadforLife fabricando bisutería con
materiales reciclados, para lo que existe
un mercado establecido.1 La presencia
de comunidades de desplazados puede
conllevar cambios positivos para la
población autóctona. Por ejemplo, en el
barrio de los Acholi una ONG con base
en la comunidad como Meeting Point
International (MPI) está gestionada
en parte por desplazados Acholis. Los
servicios de MPI no están limitados para
Desplazados internos urbanos en Kampala, Uganda.
los desplazados e incluyen: un grupo
popular de apoyo a seropositivos y
mujeres, distribución de antirretrovirales
gratuitos, subvención de tasas escolares y,
hasta hace poco, donación de alimentos.
Conexión
Si te digo ¿crees que puedes dejar
tu tierra natal? Tu no puedes.
Aunque con frecuencia hayan
experimentado traumas y violencia y
hayan sido separados físicamente de
sus “hogares”, en algunos casos durante
más de 20 años, los desplazados Acholis
en Kampala mantienen una fuerte
conexión con su pueblo. La mayoría de
los entrevistados insistieron en que su
“hogar” sigue estando en el norte y
los pocos que estaban menos seguros
del retorno, expresaron un fuerte
deseo de mantener sus contactos con
Acholilandia. Existen pocas dudas de
que mantener el contacto de varios
modos con el norte –manteniendo
comunicación verbal o escrita con
amigos y familiares de los pueblos, por
ejemplo– ha resultado primordial para
que los desplazados Acholis se hayan
podido adaptar a sus entornos urbanos.
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DESPLAZAMIENTO URBANO
En este sentido, quizás no sea tan extraño
que muchos de ellos optaran por el barrio
Acholi, una “comunidad” de Kampala
que puede facilitarles la adaptación al
estilo de vida urbano, ayudarles con la
aclimatación logística, asegurarles un
refugio y empleo y representar un lugar
de pertenencia, un “cuasi-territorio”.
Aunque el barrio Acholi se caracteriza
por la falta de servicios, viviendas
inadecuadas, altos niveles de
enfermedades y bajas perspectivas de
empleo, al mismo tiempo se ha visto
imbuido de significado, representando
la expresión extraterritorial de la
identidad del colectivo Acholi.
Aspiraciones
No vamos a dejar este lugar
completamente.
Sin embargo, “volver a casa”
no resulta en modo alguno
sencillo o incluso una opción
factible para los cientos
de desplazados internos
asentados en zonas urbanas.
La gente duda en volver
“con las manos vacías”, sin
dinero suficiente o el material
necesario para reconstruir
sus vidas y reanudar una
existencia agrícola. Aunque
la “Política Nacional sobre
Desplazados Internos” de
Uganda no limita la asistencia
para el reasentamiento a los
campos, los desplazados no
han recibido ayuda en las
zonas urbanas; un punto
tratado en diversas ocasiones
por el Proyecto de Ley de
Refugiados (RLP, por sus
siglas en inglés). Aunque
se ampliara este apoyo a los
Se debe incluir a los desplazados urbanos
de Uganda ­– como dictan la equidad,
la lógica y el deber– en los planes de
retorno gubernamentales, de modo que
también las autoridades reconozcan
las complejidades asociadas a los
desplazamientos urbanos y (re)consideren
las soluciones duraderas acordes.
Por último, las dudas también rodean
el futuro del mismo barrio Acholi.
Puesto que muchas personas tienen
intención de volver al norte únicamente
como “visitantes” –en especial los
ancianos que no desean embarcarse en
un largo proceso de reconstrucción y
reintegración– hay expectativas de que el
Gobierno intervenga y mejore la barriada
mediante las tan necesarias reparaciones
y el desarrollo de las infraestructuras.
En cambio, podría decirse que es muy
posible que el Gobierno intervenga
con distintas intenciones. Tal vez no se
haya perdido del todo el temor a una
relocalización forzada, como expresaron
numerosos entrevistados. En octubre de
2008, una actualización del Proyecto de
Ley de Refugiados sobre los desplazados
urbanos planteó que en el barrio Acholi
“algunos hogares [de desplazados
internos] habían sido demolidos por
petición de los vecinos propietarios que
los querían fuera”,3 y la prensa nacional
continúa cubriendo los desalojos forzados
que se producen por toda la ciudad.
Richard Mallett ([email protected])
estudia un Máster en Violencia, Conflicto
y Desarrollo en la Escuela de Estudios
Orientales y Africanos (www.soas.ac.uk).
Este artículo es una versión de «“Es como
si estuviera con un pie aquí y otro en mi
pueblo”: Transición, Conexión y Aspiraciones
(¿Inciertas?) entre los Desplazados Urbanos
en Kampala, Uganda» (tesis inédita).
1. http://www.beadforlife.org/
2. Actualización del Movimiento de los Desplazados
Internos por el Comité Permanente Inter-Agencias,
mayo de 2009 (en inglés) http://tinyurl.com/
IASCUgandaMay09
3. ‘Govt Stalls Urban IDP Profiling’, Refugee Law Project,
A Special Bulletin on Urban IDPs, octubre de 2008 www.
refugeelawproject.org/others/idpspecialbulletin3.pdf
Richard Mallett
Tras la firma del Acuerdo de Cese de
Hostilidades entre el Gobierno de Uganda
y el Ejército de Resistencia del Señor en
agosto de 2006, la situación de seguridad
en el norte ha mejorado notablemente.
A pesar de la constante negativa del
LRA a firmar el Acuerdo de Paz Final,
quedan motivos para un optimismo
cauteloso, reflejados en el cambio del
enfoque de las operaciones de paz hacia
la protección del retorno, la recuperación
y la reconstrucción. Hacia mayo de 2009,
aproximadamente 823.000
desplazados internos, el 60%
del total, han vuelto a sus
pueblos de origen y 244.000
(18%) se encontraban en
emplazamientos temporales.2
desplazados del barrio Acholi, no existen
garantías de que éstos retornasen, al
menos no al principio. Kampala ofrece
servicios no establecidos (todavía) en
el norte: servicios de salud, trabajos
mejor remunerados y lo que es más
importante, educación para los niños.
A pesar del consenso general entre
los entrevistados en cuanto a que les
gustaría aprovechar el nivel educativo
superior de Kampala, la pérdida de la
identidad cultural –asumiendo que es
inevitable que ocurra tras años viviendo
en esta ciudad - se ve como una cuestión
profundamente problemática. Por
tanto, las decisiones no son fáciles.
Abalorios hechos con material reciclado (Proyecto BeadforLife) puestos a secar, Barrio Acholi, Kampala.
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