Por la recuperación de la memoria histórica. Buen artículo escrito

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Por la recuperación de la memoria histórica.
Buen artículo escrito por Abel Paz en el 1980 i publicado en el El
Periódico del 18 de Mayo de 1980. Ahora ha estado reeditado por la
revista Catalunya en su número de noviembre.
El rompecabezas de la búsqueda del cadaver de Durruti:
Antonio de Senillosa, diputado de coalición democrática, ha
presentado en el congreso una moción para que se devolvieran a la
Generalidad de Catalunya los documentos secuestrados durante la
guerra civil y que se encuentran en el archivo de san Ambrosio de
Salamanca. Esa moción, pareces ser, que cuenta con el apoyo del
ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva y a él se le adjudican estas
declaraciones: “Estoy en condiciones de prometer que ese trozo de la
historia de Catalunya tendrá lo antes posible su acomodo en
Catalunya”. Ante estas declaraciones cabe pensar que estamos en
vías de recuperar la historia, la verdadera historia. Pero la historia no
sólo está oculta en los archivos de Salamanca, sino en infinidad de
lugares de España y, particularmente, en Barcelona, en el Cementerio
Sud-Este de la capital.
BORRAR LA HISTORIA
Comenzaremos por situar mejor las cosas, preguntando a los
regidores y en particular al alcalde, Narcís Serra del Ayuntamiento de
Barcelona, que hay que hacer para saber donde se encuentran los
restos de Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso, respectivamente
enterrados –con carácter provisional- el 22 de noviembre de 1936 en
la tumba Menor número 69 en la vía San Juan Bautista, Novena
Agrupación y el 21 de julio de 1936 en el nicho de alquiler número
3.344, 4º piso en Sin Vía. Igualmente preguntamos por qué faltan mil
nichos en Vía san Olegario, 5ª división. La numeración va del núm. 1 a
4.999 y de aquí salta al 6.000. Da la coincidencia que Domingo
Ascaso Abadía, muerto durante los hechos de mayo de 1937, fue
enterrado en el nicho 5.817, según reza y se da como información en
la Administración del cementerio. ¿Qué cabe pensar? ¿Se
volatilizaron esos nichos como resultado de un negocio? O su
eliminación corresponde a la técnica de la esponja para borrar la
historia?
La historia vale para recuperar la historia: veamos los hechos en los
que se basan estas preguntas.
Cuando el 22 de noviembre de 1936 se dio sepultura a Durruti, se hizo
en la Tumba Menor número 69 que ya hemos mencionado. Esta
tumba se encontraba vacía desde 1905 y, en cuya fecha fue
retrocedida al Ayuntamiento de Barcelona, por tanto propiedad de
éste. Al ser propietarias a perpetuidad las Milicias de Catalunya, se
entiende que el Ayuntamiento la cedió a ellas.
Era lógico que en aquellos momentos la CNT y la FAI, representativas
de la clase obrera Barcelonesa, dieran sepultura definitiva a Durruti y a
Ascaso en un mausoleo consagrado a la memoria de ambos.
En noviembre de 1937 se inauguró el mausoleo y a los dos
mencionados se unió simbólicamente a Francisco Ferrer i Guardia,
fusilado en los fosos de Montjuïc el 13 de octubre de 1909. Solidaridad
Obrera de Barcelona en su número del 23 de noviembre de 1937 da
cuenta de una manifestación homenaje a Durruti en torno a su tumba.
La foto no reproduce la tumba menor número. 69 sino el mausoleo. Y
el mismo periódico del 22 de noviembre de 1938, también deja
constancia de un segundo homenaje. La revista Umbral en su número
correspondiente a la tercera decena de noviembre de 1938 dedica dos
páginas a ese acontecimiento y reproduce diversas fotos, la de García
Oliver y Ricardo Sanz, este último teniente coronel y jefe entonces de
la 26 división ex columna Durruti, dirigiéndose a los congregados en
torno al mausoleo levantado, espaldas al mar en la explanada de la
Igualdad de entonces cementerio Civil, hoy llamado recinto protestante
Vía san Carlos.
Lío de Mausoleos
En una de las fotos –como se podrá apreciar por la reproducción del
documento-, aparece un túmulo de flores entretejidas con la
inscripción: “La 28 división a Durruti, 20-11-1938” descansando sobre
un muro en forma de triángulo, seguramente del mismo material con
que están construidas las tumbas actuales y en el que seguramente
había alguna inscripción grabada, en recuerdo a los tres
homenajeados. En la actualidad, como cualquier visitante puede
apreciar, el triángulo en cuestión no existe, y las tres tumbas lisas
aparecen bien anónimas. Está claro que ese triángulo fue derribado
por órdenes superiores civiles o militares, recién fue ocupada la ciudad
de Barcelona, el 26 de enero de 1939, por las fuerzas contrarias.
En 1966 llegaba la noticia de que después de investigaciones
realizadas en torno a tumba de Durruti, se podía ver un escrito en la
Administración del Cementerio en el que se daba orden de “hacer
desaparecer de las tumbas de políticos o líderes obreros,
particularmente de la de Durruti, todo signo que pudiera llamar la
atención de las gentes” Y a la vez se recomendaba: “situar agentes de
vigilancia para evitar toda visita a esas tumbas, e, incluso, detener
como sospechosos a quienes solicitaran datos relativos al lugar de
enterramiento de los dirigentes mencionados” ¿Fue entonces que se
demolió el muro? Aconseja a creer que fue así. Con la información
transcrita se concluía el último capítulo de la biografía que estábamos
escribiendo sobre Durruti.
¿Se concluía? Quizá sólo comenzaba una historia.
Hace unos meses, como aún no habíamos visitado la tumba de
Durruti, nos encaminábamos al cementerio Sud-Este y solicitamos de
la Administración del Cementerio datos concretos sobre el lugar en
que se encontraban enterrados Buenaventura Durruti y Francisco
Ascaso. Un empleado iba a respondernos con un libro en la mano,
cuando entró a la oficina otro empleado y dirigiéndose a nosotros, nos
preguntó qué era lo que deseábamos saber. Formulamos de nuevo la
pregunta. Extrajo un papel del bolsillo de su bata en el que aparecían
varios datos escritos a máquina relativos a Francesc Macià, Lluis
Companys, Buenaventura Durruti y Francisco Ascaso.
Tumbas Vacías
-Las tumbas que ustedes buscan se encuentran en el recinto
protestante, Vía San Carlos, subiendo a la izquierda. Son tres tumbas
iguales sin inscripción alguna. Pero –añadió- en estas tumbas no se
encuentran los restos de Durruti, Ascaso y Ferrer…Están vacías!
Que incongruencia! Pensamos:
-Si están vacías ¿por qué nos indica usted esas tumbas?
-Son las órdenes que tenemos, nos respondió sin titubeo el empleado.
Insistimos:
-¿dónde se encuentran, pues, los restos de esos cadáveres?
-Los restos, los de Durruti –nos dijo- me han dicho que se los llevó su
mujer cuando terminó la guerra…
Nosotros pensamos que aquello era pura leyenda. Emilienne Morin, la
esposa de Durruti, volvió a Francia en 1937 y desde entonces no
había vuelto a España hasta después de la muerte de Franco.
-¿No hay otros datos…sobre Durruti y Ascaso?, reinsistimos.
-No hay más datos que los que constan en el libro. El empleado
reflexionó un momento y luego nos dijo: “Esto que hoy estoy haciendo
con ustedes, hace unos años hubiera sido imposible”.
En los libros del Cementerio constan los siguientes datos:
“Francisco Ascaso, inhumado el 21 de julio de 1936 en el nicho
número 3.344, 4º piso de Sin Vía. No consta propietario. El 8 de marzo
de 1940 fue trasladado al Osario General”
“Buenaventura Durruti, inhumado el 22 de noviembre de 1936 en la
Tumba Menor número 69 de la Vía San Juan Bautista, Agrupación
Novena. Propietario: Las Milicias de Catalunya”. Siguiendo en el libro
de registro el historial de esta Tumba Menor, se lee: “El 15 de Julio de
1947 (curiosa coincidencia, Durruti nació el 14 de julio de 1896) esta
tumba fue adquirida por doña Clara Vicente Boada, no figurando en la
citada fecha enterramiento alguno. En los libros de registro no aparece
ningún dato sobre el paradero de los restos de Buenaventura Durruti.
De paso queremos señalar otra curiosa coincidencia: junto a la Tumba
menor existe un nicho con el número 14 de la “Familia Alonso
Cuevillas Carcaño”. Carcaño fue un nombre falso que Durruti utilizó
cuando de Chile hubo de trasladarse a buenos Aires en 1925
perseguido por la policía de aquel país…
¿Dónde están?
Los restos de Durruti, hombre y nombre de leyenda hasta después de
su muerte, ha desaparecido: no están en las llamadas tumbas oficiales
del Cementerio, ni estaba en la Tumba menor el día 15 de julio de
1947 cuando fue enterrada allí doña Clara Vicente Boada, ¿Dónde
están pues los restos de Durruti? El Ayuntamiento de Barcelona tiene
atribuciones para encargar una investigación abierta en torno a “los
misterios del cementerio de Montjuïc” comprendida, naturalmente, la
fosa común, donde reposan los nombres sin nombre, víctimas de la
represión…Esto también forma parte de la recuperación de la historia.
Si, como reza en el libro de registro, Durruti fue enterrado el 22 de
noviembre de 1936 y luego no hay movimiento en ese mismo libro en
relación a su traslado –como sí consta el de Francisco Ascaso- esto
quiere decir que los restos de Durruti debían continuar estando en la
Tumba Menor número 69. ¿Por qué, siendo así, se autorizó en
encierro en esa tumba a doña Clara Vicente Boada? Una de dos:
porque se sabía que la tumba estaba vacía o, porque se extrajo el
cadáver en aquel momento y en este caso ¿dónde fue a parar? Si la
tumba estaba vacía indicaba claramente que se había trasladado,
junto con Ascaso, en noviembre de 1937 al mausoleo. ¿Por qué no se
encuentran en el mausoleo según afirma el empleado del cementerio?
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