CULTURA y POLÍTICA / Publicación del Instituto PRISMA y PLURAL editores / Nº 6 / 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / Bs 5 El quebranto del Estado de derecho fractura territorial y políticamente al país Los riesgos del poder dual El Yatiri Artista invitado: Arturo Borda. Revocatorio y dirimidor Para que el referéndum revocatorio sea a la vez dirimidor –no del absurdo tema de la extensión del latifundio, que podría corregirse modificando un artículo de la Ley inra, sino del llamado empate catastrófico– tendría que preguntarse al soberano si 1) se queda Evo con su Constitución y se van los prefectos, o 2) se quedan los prefectos con sus Estatutos y se va Evo, en cuyo caso habría que convocar a nuevas elecciones generales. De otro modo, el referéndum revocatorio se limitará a un torneo entre machos alfa, que no altera los términos del “empate”. Con la actual opción revocatoria en ciernes, el diálogo propuesto por el Presidente se convertiría en un foro entre candidatos, para que el público decida quién lo hace peor. Y en una de esas, el soberano decide que se vayan todos. ¿Hay maneras más efectivas de complicar el embrollo boliviano? Contrapuntos: La aprobación simultánea de la Constitución del mas y de los Estatutos autonómicos –ambos viciados de irregularidades– ha acentuado la fractura territorial, social, política y étnica del país. Sin un acuerdo que reconduzca el proceso constituyente y el proceso autonómico por los cauces de la legalidad constitucional, esa fractura podría derivar en una crisis política ampliada, caracterizada por la ingobernabilidad, la anomia, el descalabro económico y la violencia. En ese contexto, la electoralización de la escena política no parece ser la vía más adecuada para resolver unas controversias originadas en conductas antidemocráticas de unos y conspirativas de otros. ¿Hasta dónde se pueden forzar las contradicciones antes de que se quiebre la institucionalidad republicana? Se avecina un 2008 cargado de incertidumbres. Entrevistas: Roger Tuero, Franz X. Barrios, Fernando Mayorga, pp. 4-5 “Se avecinan acuerdos o rupturas definitivas” Crónica: Carlos Hugo Molina. p. 6 Globalización e identidades p. 8 La Constitución del MAS pp. 10-11 Consenso sobre cambio climático pp. 12 Los límites del nacionalismo p. 14 Crezcan y multiplíquense p. 15 La democracia cosmopolita pp. 16-19 Poesía de Guillermo Bedregal p. 20 Itinerario de Gamaliel Churata pp. 21-22 “Liberales proteccionistas y mercantilistas“ Enrique Correa. p. 7 ”Si no hay tinku, habrá t’inku” Un vaticinio analítico de Javier Medina. p. 9 / editorial 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Concertación: el mayor desafío de 2008 L Consejo editorial: Joan Prats Gonzalo Rojas Ortuste Fernando Mayorga U. Editor responsable: Ronald Grebe Periodistas: Erika Apaza Alvaro Cuéllar Instituto PRISMA Calle 21 Torre Lydia Piso 2 Of. 201 Calacoto Tel: 2799673 [email protected] / www.institutoprisma.org Presidente: Horst Grebe López Plural editores c. Rosendo Gutiérrez 595 esq. Ecuador Tel: 2411018 [email protected] / www.plural.bo Director: José Antonio Quiroga Trigo ISSN: 1996-4420 www.cesu.umss.edu.bo www.cides.edu.bo Los lectores de Nueva Crónica pueden escribir al correo electrónico [email protected] Las colaboraciones no solicitadas serán sometidas a la consideración del Consejo Editorial a memoria colectiva retendrá seguramente por mucho tiempo las imágenes del 15 de diciembre pasado. Durante varias horas se pudo observar la transmisión televisiva de dos eventos totalmente diferentes en su carácter y escenografía. En La Paz, un desfile de tipo militar-campesino con la ausencia casi completa de los vecinos de la ciudad. En Santa Cruz y otras ciudades del oriente, la realización de una concentración de tipo cabildo. Las imágenes han dejado plasmada la idea de un país dividido, incapaz de ponerse de acuerdo sobre sus normas fundamentales. Es imprescindible encontrar fórmulas que permitan aproximar las posiciones extremas que ocupan el centro de la escena política nacional. El texto adoptado por la Asamblea Constituyente adolece de serios vicios de procedimiento, adicionales por supuesto al hecho de que en Oruro sólo estuvieron presentes algo menos de 170 asambleístas, pertenecientes en su integridad a las tiendas del mas y de sus aliados. Para no defraudar las expectativas cifradas en un pacto nacional que establezca las nuevas relaciones entre el Estado y la sociedad, así como entre los diferentes grupos sociales, es imprescindible enderezar el proceso y volver a colocarlo sobre un trayecto legítimo y legal. Las disputas entre el Gobierno central y las Prefecturas opositoras han debilitado aún más las ya de por sí frágiles instituciones. Las perspectivas para el próximo año son complejas. Se anticipa un período de intensa campaña proselitista en función de los diferentes referendos previstos, donde destaca el que ha propuesto el Presidente para la revocatoria de mandatos del propio Presidente y los nueve Prefectos. Hay que mencionar también los dos referendos inscritos en el curso de las reformas constitucionales, así como los que se pretende convocar en los ámbitos departamentales. Uno de los requisitos primordiales de las diversas consultas previstas consiste en la verificable independencia política de la Corte Nacional Electoral. Es conocido que a comienzos de enero se cumple el mandato de su actual presidente y que además se requiere el nombramiento de otro vocal. El oficialismo y la oposición expresada en el Parlamento tendrían que mostrar al país que están en condiciones de alcanzar acuerdos sobre la renovación de la cne con personas idóneas para ejercer las responsabilidades correspondientes. En paralelo la gestión económica tendrá que lidiar con problemas antes desconocidos en el país, tales como el proceso de descontrol monetario que alimenta el alza de los precios, con cambios en las expectativas de los agentes económicos, así como las dificultades de desabastecimiento de algunos productos e insumos de alta sensibilidad en el consumo de los hogares y el funcionamiento de las empresas. Si se combinan las incertidumbres de la política con las nuevas condiciones de desempeño de la economía, se hace tanto más evidente la necesidad de encontrar fórmulas de entendimiento cooperativo entre los actores estratégicos de la economía con miras a superar las difíciles circunstancias que se pueden anticipar. El Gobierno por sí solo no cuenta con todos los instrumentos para mantener la situación macroeconómica Arturo Borda: Águila y serpiente en lucha bajo control, en vista de que la informalización se ha extendido aún más en el período reciente. Las empresas formales por su parte están a la espera de que se despejen las incertidumbres que se originan en la esfera política. Un conjunto de señales apropiadas, acompañadas de mecanismos de concertación, podrían contribuir a generar condiciones para evitar una reducción aún mayor de las inversiones productivas. Bajo tal contexto, habría que examinar a su vez otros instrumentos de política económica. Las autoridades económicas y financieras tendrían que darse cuenta de que su misión primordial consiste en generar los incentivos que orienten las decisiones de los agentes privados hacia el aumento de la inversión reproductiva, con sus correspondientes efectos sobre el crecimiento, las exportaciones y la creación de empleo decente. Las fiestas de fin de año han colocado una tregua de facto hasta los primeros días del próximo año. Mientras los ánimos de la ciudadanía se concentran en la celebración de las fiestas, sería conveniente que el liderazgo político aproveche la ocasión para explorar fórmulas que permitan superar los riesgos que se ciernen sobre el país. Resulta además de la mayor importancia que las partes acepten la mediación imprescindible. Esperemos que el espíritu de reconciliación navideño y las esperanzas en un mejor 2008 –que los periodistas y editores de Nueva Crónica quieren compartir con sus lectores–, contribuyan a encontrar el camino de la imprescindible concertación. Los límites de la disputa política y social U na vez más el país ha bordeado el umbral de una confrontación violenta entre los extremos del espectro político, y nada garantiza que a comienzos del próximo año no se haga presente de nuevo tal riesgo, acompañado además esta vez por la movilización de asalariados y perceptores de ingresos fijos en pos de compensación de la inflación. Lo que nos mueve a preocupación en esta oportunidad es que la forma en que se vienen desplegando las luchas políticas y sociales está conduciendo a un grave debilitamiento del andamiaje institucional del país, poniendo además de manifiesto que el Estado está lejos de garantizar el orden público en todo el territorio de la República, lo que trae aparejado que el vandalismo se convierta en el acompañamiento sistemático de las manifestaciones callejeras de uno y otro bando. A tales conductas delictivas se están sumando ahora prácticas igualmente condenables de linchamiento civil de personas sobre las cuales se quiere atraer la furia popular, como sucedió en Sucre y Santa Cruz con los declarados “traidores”. El pedido de asilo del Prefecto de Chuquisaca constituye un ejemplo claro de esta conducta inadmisible. Ante tales circunstancias, dejamos claramente expresado que no admitimos que la política consista en una guerra entre enemigos irreductibles, y repudiamos el uso de la violencia en todas sus formas. No existe ninguna razón que justifique poner en riesgo la integridad de nuestro territorio ni la plena vigencia de las instituciones que garantizan el imperio de la Constitución y las leyes. Reiteramos que las reglas democráticas proporcionan el mejor método de garantizar la convivencia civilizada sin limitar por ello la búsqueda de la justicia social y la erradicación de la sociedad de privilegios. / contrapuntos Puntos críticos de la agenda de 2008 Autonomía e inclusión Roger Emilio Tuero V. * “Las autonomías departamentales y la inclusión social son el resultado de un proceso que, al margen de las irregularidades que se hubieran presentado, expresan reivindicaciones legítimas de pueblos y regiones que difícilmente pueden ser desatendidas”. E l escenario actual no ayuda mucho la discusión de si algo es legal o ilegal, estos criterios funcionan mientras se está en una situación de normalidad y racionalidad democrática; pero cuando la legalidad es precisamente lo que está en cuestión, se avanza más escuchando las razones de los otros, consensuando las posiciones para construir un nuevo marco jurídico que exprese las aspiraciones de todos los sectores enfrentados. Hasta ahora la discusión política tuvo como escenario la Asamblea Constituyente, y una vez concluido su trabajo central con la presentación del proyecto de Constitución aprobado por la mayoría oficialista, el escenario se ha movido hacia los actores principales del conflicto: el gobierno central y las regiones. Ambos actores provistos de sus respectivas cartas; el proyecto de Constitución y los estatutos autonómicos deberán sentarse a negociar. Despejado el camino, sin la intermediación de los asambleístas del oficialismo y la oposición, quedan los actores sociales y políticos de fondo, las regiones con sus gobiernos departamentales y el gobierno nacional que tendrán que encarar de manera directa el conflicto. Esta situación tendría la ventaja de facilitar la solución porque involucra a los actores directos en la negociación del conflicto, pero de no existir una decidida voluntad de diálogo por parte de ambos actores, tendría la desventaja de incrementar los riesgos de la confrontación. La propuesta de Constitución y los estatutos autonómicos constituyen el punto de arribo de dos procesos paralelos anclados en la formación social del país, sustentado en sus particularidades de desarrollo, de su economía y cultura y que, como producto de la elaboración de su vida material, se concreta en dos visiones, dos proyectos de país que, en una primera impresión, pueden aparecen como antagónicos e irreductibles uno frente al otro porque se ubican en el vértice donde se define la supervivencia de unos u otros actores. Si se abandona la idea fundamentalista de suprimir al adversario, de aniquilarlo, sólo queda la posibilidad de buscar una solución negociada. La incorporación de las masas secularmente excluidas es una tarea fundamental y urgente que debe abordar el país; igualmente lo son las aspiraciones de desarrollo y de un espacio de decisión política propia para los departamentos. El respeto a la identidad cultural y formas de organización política y social de los pueblos originarios es tan válido como el respecto a la identidad y cultura de las regiones y habitantes de las zonas urbanas, que nada más y nada menos forman parte de la cultura universal. La bifurcación, como procesos separados que corren paralelos, puede tener una salida diferente a la unificación por imposición de unos sobre otros; es posible también la unificación por la convergencia si los actores son conscientes de la imposibilidad material y moral de suprimir las contradicciones suprimiendo al otro. Esta visión “heroica” de la solución de las contradicciones sociales, en el contexto del mundo actual, no deja de tener un alto contenido de utopía y de ensoñación propia de los reformadores que ven al mundo a través de su propia subjetividad. Al margen del diálogo no hay futuro para el país. Sin diálogo entraremos en un círculo perverso de confrontación y violencia donde nadie podrá lograr sus objetivos. Aquí no importa quiénes son “los buenos” y quiénes son “los malos”; en la confrontación ambos bloques lucharán por su sobrevivencia. Las “10 familias oligárquicas” de que habla el vicepresidente y “los fundamentalistas” del gobierno a los que se refieren los sectores de la oposición política, si bien influyen en el oscurecimiento y la profundización del conflicto, persiguiendo cada uno sus propios intereses, no son los que crean las contradicciones estructurales; éstas son reales y hay que empezar por reconocerlas. Los actores del diálogo deben ser todos los actores involucrados en el conflicto. Pero de forma preponderante deben estar el gobierno central y las regiones con sus representaciones legítimas en los gobiernos departamentales. Cualquier diálogo que no contemple la participación de uno de estos actores o no aborde el tema de la compatibilización de las propuestas presentadas por el gobierno nacional y los gobiernos departamentales es una simple simulación que busca eludir la solución pacífica del conflicto. Sin estos actores no hay acuerdo válido ni posibilidad de cumplirlo. * Politólogo uagrm. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Del Liceo a la UTO y de la UTO a la Lotería Autonomía: una trayectoria espasmódica Franz Xavier Barrios Suvelza* “Comparado con las versiones de Sucre y Oruro, el texto final de la cpe presentado al Presidente ha ajustado positivamente uno de los temas más delicados de un futuro pacto territorial”. E l tema delicado que quiero referir es el de la facultad legislativa. Tenemos que comenzar con el texto de Sucre que, en realidad, retrocedió frente a los acuerdos de la suprapartidaria al borrar cualquier mención a la legislación subnacional. El texto masista de Sucre, consecuentemente, se regocijaba al anunciar en el Art. 407 que los mismos decretos supremos se hallarían por encima de la normativa departamental (como errónoneamente sostuvo el interesante acuerdo de la suprapartidaria que, por lo demás, era de avanzada en este punto), mientras que en el mismo sentido se recordaba en el Art. 148 del texto sucrense que la “Asamblea Legislativa Plurinacional” era la única “facultada de aprobar y sancionar leyes en el territorio boliviano”. Luego vino la aprobación en Oruro donde se hace un intento atropellado por incorporar la cuestión legislativa sin borrar siempre lo de “normativa administrativa” (Art. 273) y beneficiando incluso a la región con la facultad de legislación. Además, vale la pena recordar que se confirmaría en el texto orureño el que las entidades territoriales tienen igual rango constitucional (Art. 277). Tanto en Sucre como en Oruro, el texto constitucional remacha el enfoque altamente centralista en la formulación de los catálogos competenciales. No sorprende, entonces, que en Sucre y Oruro se declarara como “competencias privativas indelegables” del “Estado plurinacional”: la legislación (que entonces no podría aparecer como facultad subnacional), la “codificación sustantiva… en todas las materias” y “políticas generales… en todos los ámbitos” (Art. 298 de Sucre, Art. 299 de Oruro, cursiva del autor). En medio de catálogos competenciales napoleónicos, la cláusula de jerarquía normativa, el recordatorio del monopolio de legislación de la Asamblea Nacional y la igual jerarquía interniveles, quedaba claro que la legislación subnacional se había degradado a una ficción por la inexperiencia de los expertos constitucionalistas del oficialismo. Ahora contamos con el texto aprobado en la ciudad de La Paz. Sorpresivamente, se ha mejorado algo del desbarajuste. En primer lugar ya no se extiende la legislación a la región, dejándole sólo a ella lo “normativo-administrativo” (Art. 282). En segundo lugar, se retoma uno de los acuerdos de la suprapartidaria: funcionalizar el nacimiento y operación de la “autonomía regional” a la decisión de 2/3 de votos del total de miembros del Consejo Departamental (Art. 281). Estas dos cuestiones invalidan obviamente la insistencia del texto de La Paz de que las entidades territoriales autónomas tendrán igual rango constitucional (Art. 277), pues la región está con un peso constitucional menor que el departamento y el municipio. En efecto, el texto de La Paz le deja no sólo al departamento, sino al municipio, el término de legislación (Art. 284). Desde la forma, un perfecto Estado triterritorial, si se recuerda que además el nivel nacional legisla. Es más: el estatuto regional se declara un instrumento “normativo-administrativo” (Art. 283/III), mientras que los órganos deliberantes departamental y municipal son tratados separadamente para explicar la promulgación de estatutos o cartas orgánicas de las que ya no se dice son instrumentos “normativo-administrativos” (como curiosamente lo planteaba el hipercentralista texto de Sucre en su Art. 275), sino que –también a diferencia de los estatutos regionales– se las envía al control de constitucionalidad como requisito de su activación legal. Cabría reparar a futuro entonces en el texto de La Paz la equívoca pirámide del Art. 410 y el monopolio de legislación del Art. 146. Ambos artículos son absurdos de mantenerse las mejoras insinuadas en el nuevo texto paceño del régimen territorial del proyecto de CPE masista, aunque también allí queden mejoras pendientes, pues el catálogo del Art. 299 que enlista lo “privativo indelegable del Estado plurinacional” sigue arrancando con “legislación” (lo cual es nuevamente contradictorio con la ruptura del monopolio de legislación), aunque suprimió la idea de que desde aquí se codifique en “todas” las materias y se defina política general en “todos” los ámbitos. La siguiente gran corrección pendiente es pues una reparación a fondo de los catálogos competenciales. * Economista. / contrapuntos 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Desencuentros y encrucijadas Fernando Mayorga* “…el mas ha dejado de lado la posibilidad de desplegar una acción hegemónica y ha optado por usar su supremacía para controlar el espacio político, reduciendo su complejidad, pero perdiendo bases de legitimidad”. E l presente –esta coyuntura de crisis política, polarización ideológica y fractura regional– está signado por el 11 de enero de 2007, fecha que marca un hito en la historia regional de Cochabamba y constituye un quiebre en el proceso político del país. Los enfrentamientos entre sectores urbanos de la ciudad y campesinos cocaleros y regantes pusieron en evidencia la complejidad de las transformaciones político-institucionales, pero también el “fondo histórico” de nuestra sociedad, que se caracteriza por la intolerancia y la discriminación, a pesar de los avances en la construcción de la democracia. Precisamente, el 11 de enero se expresó la otra cara de la política, aquella contraria a la democracia. En diciembre de 2005 y en julio de 2006 la ciudadanía apoyó los pactos políticos concurriendo masivamente a las urnas para elegir autoridades, dar su veredicto sobre las autonomías departamentales y conformar la Asamblea Constituyente; y lo hizo en porcentajes superiores al 80%, una cifra que elimina cualquier duda sobre compromiso cívico. Sin embargo, los acontecimientos del 11 de enero pusieron en evidencia que si los líderes políticos optan por el enfrentamiento, sus seguidores están dispuestos a salir a las calles para resolver los conflictos por vías ajenas a la política. Así, después de la llajta, ocurrió en Tarija y, luego, en Sucre y Cobija, y tiende a convertirse en una manera habitual de manifestación de una conflictividad que no es procesada por la política institucional; más bien es impulsada desde la esfera política a partir de posiciones asumidas por el mas y por los diversos sectores de oposición. Posiciones asumidas y decisiones adoptadas porque los dados han sido lanzados en los últimos tramos del 2007 con la aprobación preliminar de la nueva Constitución Política, por parte del oficialismo, y de los flamantes “estatutos autonómicos” en los cuatro departamentos adversos al gobierno. Lo acontecido en Cochabamba no se puede evaluar sólo tomando en cuenta los cálculos de los actores relevantes. Precisamente en la llajta se produjeron los resultados electorales más complejos: victoria de Evo Morales con mayoría absoluta, pero derrota del mas en la Prefectura; victoria departamental del No en el referéndum, pero apoyo mayoritario al Sí en la ciudad. Lógicamente, cuando la polarización se instaló en la Asamblea Constituyente y el país se dividió, el conflicto se manifestó de la manera más perversa en ese complejo escenario cochabambino, carente de mecanismos y reglas para la mediación política, al extremo que la “salida” al conflicto fue el planteamiento oficialista de una propuesta de revocatoria de mandato, mediante referéndum, para dirimir la permanencia del Prefecto en su cargo. El mas desechó la “renuncia” de Reyes Villa por medio de la presión callejera y optó por una vía institucional, aunque esa iniciativa durmió el sueño de los justos en el Parlamento. Precisamente, y no por casualidad, este año culmina con una iniciativa presidencial similar, pero generalizada a las autoridades electas en diciembre de 2005, como una de las respuestas a la actual crisis política cuyos contornos intentamos descifrar dejando de lado los meros intereses y ardides de oficialistas y opositores. En el transcurso del año, el funcionamiento del sistema político se dio en tres escenarios inéditos cuya Arturo Borda: Atardece paisaje con capilla confluencia explica en buena medida el actual entuerto político. Primero, estamos ante una situación de “gobierno dividido” entre los poderes Ejecutivo y Legislativo puesto que, en enero, la oposición parlamentaria pasó a controlar el Senado, algo que no acontecía desde la época de la udp. En segundo lugar, a partir de la elección directa de prefectos existe, por primera vez, una suerte de “división vertical” de poderes en la parte ejecutiva, quedando pendiente el reconocimiento constitucional de atribuciones y competencias de los gobiernos departamentales. Esta era tarea de otro escenario inédito: la Asamblea Constituyente, con una disposición de fuerzas favorable al mas, pero con una regla (dos tercios) que otorgaba capacidad de veto a podemos, situación que orilló en la parálisis de este evento durante varios meses por efecto del conflicto derivado de la demanda de “capitalidad plena”, conflicto que fue resultado de la irresolución del tema autonómico bajo una lógica concertadora. La complejidad de la crisis era fruto de la existencia sincrónica de estos tres escenarios/procesos en los cuales operan diversos actores y múltiples relaciones de fuerzas que impedían la (re)producción de algún tipo de “orden político”. Esta disparidad explica la dificultad del establecimiento de acuerdos o pactos entre actores estratégicos, porque no todos estos actores están presentes en el sistema de partidos y éste no controla las diversas variables del sistema político. Por ejemplo, en la arena parlamentaria actúan cuatro fuerzas políticas; en las relaciones entre gobierno central y regiones, la mayoría de los prefectos no responden a una línea partidista y están bajo el influjo de sus presiones departamentales; y en la Asamblea Constituyente las fuerzas políticas estuvieron sometidas a las presiones externas de movimientos sociales de carácter campesino-indígena y cívico-regional. Esta compleja trama permite explicar las razones por las cuales ningún acercamiento entre oficialismo y oposición tuvo posibilidad o capa- cidad de ser eficaz en los tres escenarios. Así aconteció con el acuerdo partidista en el Congreso para ampliar el proceso constituyente, mientras el Comité Cívico pro Santa Cruz rechazaba esa decisión; y también ocurrió con los acuerdos en el “consejo suprapartidario”, que fueron desechados por el Vicepresidente de la República ante la negativa del movimiento cívico chuquisaqueño. Ante esta situación, en los últimos días actuó el partido de gobierno porque, justamente, el mas es la única fuerza con presencia decisiva en los tres escenarios, y ante la agudización de la conflictividad tomó decisiones para incidir simultáneamente en los tres frentes. En la arena parlamentaria decidió mitigar la acción del Senado mediante la presión de organizaciones sociales y utilizando su mayoría en las sesiones de Congreso pleno. En el clivaje regional apostó a la convocatoria a referéndum revocatorio para menguar o dilucidar la pugna con los prefectos opositores derivando este conflicto a una lógica plebiscitaria. Finalmente, hizo uso de su mayoría en la Asamblea Constituyente para concluir este evento y derivar la aprobación de la nueva cpe a referéndum a pesar de las denuncias de ilegalidad e ilegitimidad de las sesiones plenarias. En otras palabras, el mas ha dejado de lado la posibilidad de desplegar una acción hegemónica y ha optado por usar su supremacía para controlar el espacio político, reduciendo su complejidad, pero perdiendo bases de legitimidad. Frente a esta decisión, la oposición debe responder en los tres escenarios: optando entre asumir el desafío múltiple en las urnas (en los sucesivos referendos) o continuar el camino del desconocimiento a la nueva cpe y el desacato a las decisiones gubernamentales. De esta decisión dependerá, en buena medida, el decurso de la transición estatal y la propia estabilidad democrática. * Es director del cesu-umss. / plática 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 “Se avecinan acuerdos o rupturas definitivas” El proyecto estatal que promueve la cpe derivada de la Asamblea Constituyente y los estatutos autonómicos de cuatro departamentos del país fueron el marco del diálogo que Nueva Crónica estableció con Carlos Hugo Molina*, quien fuera Secretario Nacional de Participación Popular y Prefecto de Santa Cruz. L a Asamblea Constituyente ha quedado malograda porque el texto aprobado por el mas está muy lejos de propiciar un nue­ vo pacto social. ¿Cree usted que es posible reconducir aún este proceso? La posibilidad pasa por un proceso muy complejo de reconocimientos y de aceptaciones por parte del Gobierno y de la propia Asamblea Constituyente. La acumulación de situaciones que van desde la falta de cumplimiento de acuerdos políticos, de normas legales y procedimientos, y que han transgredido plazos, condiciones y escenarios está demasiado fresca para pasar inadvertido. La aceptación de esta situación tendría que admitir la posibilidad de una recomposición del escenario y de los temas a ser planteados para recuperar el proceso de la Constituyente. Encuentro una dificultad adicional, y es el carácter casi terminal del proceso de aprobación de la Constitución. El Presidente ha planteado que la discusión de cualquiera de los temas en debate debe hacerse sobre la Constitución aprobada; lógico, desde su visión, pero difícilmente aceptable por la conciencia ciudadana democrática si asumimos que plantea, precisamente, el desconocimien­to de la legalidad del procedimiento aprobatorio. Y cuando hablo de la conciencia ciudadana no me estoy refiriendo solamente a una oposición inorgánica que cedió sus responsabilidades y sus espacios al dejar sin valor el voto de los 2/3 para aprobar la Constitución, sino de un conjunto humano que recién se está enterando, con la lectura del proyecto, de lo que se ha aprobado. La demanda autonómica ha dado un paso importante con la aprobación de los estatutos departamentales. ¿Cuál es la trayectoria que debe seguir este pro­ ceso para culminar satisfactoriamente? Hay una trayectoria formal, que pasa por la recolección de firmas para convo­ car a un referéndum aprobatorio. Este itinerario tiene varios puntos de encuentro y desencuentro con la nueva Constitución. El primero es que las materias autonómicas no forman parte de la Constitución en vigencia, y las materias aprobadas en la Constitución que se debate no soportan, por mezquinas, las demandas de los proyectos de estatuto. Forma parte del itinerario, también, la aprobación del referéndum por Carlos Hugo Molina. parte del Parlamento y su posterior remisión a la Corte Nacional Electoral para su aplicación. No está garantizada, por lo tanto, la aprobación del referéndum demandado. La pregunta lógica sería: ¿y qué pasaría si los departamentos que han votado por el Sí y que han recolectado firmas para validar la propuesta encuentran obstáculos a la concreción de una demanda legítima? Existen muchas respuestas probables, ninguna que aliente esperanzas de paz y tranquilidad al asumirse la aprobación de los estatutos, como la garantía para la profundización de la democracia, la transparencia, la descentralización y la participación ciudadana. El Estado aparece fragmentado con dos posiciones políticas y normati­ vas confrontadas: el gobierno con su proyecto de cpe y la región autóno­ ma con sus estatutos. ¿Cómo podrían converger? En realidad el escenario es un poco más complejo. Existen, cuanto menos, 11 eventos electorales potenciales, todos a realizarse el año 2008, relativos a los referéndums de varias categorías, sumados a los procesos electorales de Chuquisaca por la renuncia formal del Prefecto y el ingreso a un nuevo proceso electoral de todos los cargos electivos. Asumiremos que los dos eventos más significativos son los de la Constitución y el de los estatutos autonómicos, pero simultáneamente habrá que recordar el que corresponde al referéndum dirimidor sobre la extensión de la propiedad agropecuaria y el revocatorio del mandato. Cada uno de ellos necesita de aprobación congresal para el acuerdo de las preguntas. ¿Se repetirá la ausencia de la oposición, se aplicará el “cerco” para evitar que esté presente y el rodillo de la mayoría se convertirá otra vez en 2/3? Tengo la sensación de que se están agotando las posibilidades de aprobar eventos aislados y se hace necesario un acuerdo de mayor calado. O la aplicación de la vía autoritaria por parte del gobierno, con todas las consecuencias que ello traerá, previsiblemente. El referéndum revocatorio se cruza en el camino de los estatutos autonó­ micos, pero también en el trayecto de la Asamblea Constituyente. ¿Cuál es su opinión sobre esta iniciativa pre­ sidencial? Precisamente, en ese contexto veo la necesidad de acuerdos o rupturas definitivas por la complejidad de la situación. Se acortan los tiempos y las posibilidades de actuar de manera irregular y autónoma por parte de las fuerzas gubernamentales. Y exige a la oposición, expresada en partidos políticos, movimientos cívicos y autoridades prefecturales arrastradas a actuar en ese escenario, definir una acción más allá de las coyunturas y las urgencias. El 2008 se anuncia como un año elec­ toral en media gestión de gobierno y en un clima de creciente confronta­ ción política, social y regional. ¿Cuál es su vaticinio sobre lo que podría depararnos el año venidero? Así parece que será, por la sucesión de eventos electorales que están siendo pro­ puestos. Además de las dificultades naturales, el cambio de actores en la Corte Nacional Electoral por finalizar la gestión de su actual Presidente incorpora un matiz sobreviviente: un proceso de actos electorales acelerados, sin la cne integrada por los miembros que le son imprescindibles. No hay soluciones fáciles ni pronósticos tranquilos, salvo que se haga un esfuerzo por parte de de los actores políticos. ¿Cómo se prevé que será la relación de las autonomías territoriales, si se aprueba la Constitución propuesta por la mayoría en la Asamblea? Muy compleja. Y la siento de difícil aplicación legal y técnica. El proyecto de Constitución genera una ruptura del sistema de ordenamiento territorial existente, y lo suple por otro de naturaleza horizontal y de vía directa de cada una de las entidades territoriales con el Poder Ejecutivo. No otra cosa significa el artículo 277, que señala que “las entidades territoriales autónomas no estarán subordinadas entre ellas y tendrán igual rango constitucional”. Recordemos las dificultades existentes en el escenario actual solamente con dos entidades territoriales: prefecturas y municipios. Al aumentarse dos entidades más, sin niveles de ordenamiento territorial, generarán dificultades previsibles. ¿De qué manera, entonces, podrían aplicarse los avances sociales, el reco­ nocimiento pleno de los derechos indí­genas y la nueva institucionalidad democrática, base necesaria de las de­ mandas sociales y políticas bolivianas? El instrumento diseñado por los constituyentes no es el idóneo para lograr resultados, ejecución de políticas públicas y consolidación de derechos sociales. La dificultad no tiene que ver con una falta de voluntad política, sino de un diseño constitucional que entraba la aplicación del principio de subsidiariedad; esta expresión técnica, que es un triunfo boliviano de la participación popular y que se expresa en la transferencia de recursos y competencias, y en la eficacia desde hace 13 años de una construcción institucional democrática; la propuesta plantea la imposibilidad de establecer eficacia en materia de planificación, inversión, programación y presupuestos entre las entidades territoriales. Una verdadera pena. Y no existe algún procedimiento para modificar esa situación? En esa materia, la Constitución ya no ingresará a debate. Quedará decir simplemente Sí o No. Y preveo frustraciones prácticas cuando terminen los discursos. Me queda insistir en la necesidad de ratificar la ruta democrática para la solución de estos intríngulis. *Abogado, fue Secretario Nacional de Participación Popular y luego Prefecto de Santa Cruz. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / foro latino Tendencias políticas en América del Sur Liberales, proteccionistas y mercantilistas Nueva Crónica conversó con Enrique Correa*, analista político y ex ministro de Estado de Chile, sobre el panorama político regional y las relaciones bilaterales. ¿ Cómo se presenta el panorama sudamericano después de las elec­ ciones de Argentina y el referén­ dum de Venezuela? Observo que está llegando a su fin un ciclo de crisis del sistema político, que no ha sido determinado por críticas al modelo económico; lo que colapsó son los sistemas políticos clásicos en muchos países. Es el caso argentino, de Venezuela y Ecuador. Este último vivió una larga inflexión de su sistema político y ha llegado a una solución entregando el poder a un líder carismático que encara una constituyente cuyo destino es una incógnita, pero que es un proceso institucional. En el caso chileno más bien se ha consolidado su proceso democrático. Brasil, por su parte, ha construido un cuasisistema bipartidista, que le da una estabilidad inimaginable hace 20 ó 30 años. Colombia, en cambio, vive una paradoja brutal entre un sistema político atenido a las reglas convencionales y la mitad del territorio sometido a una violencia sin ley alguna. En medio de toda esta disparidad se puede afirmar sin embargo que se está cerrando el ciclo de crisis políticas. Un segundo punto es que nunca antes se había hecho tanto esfuerzo para la integración sudamericana. Los mecanismos de integración están debilitados. La can ya no tiene rele­ vancia después del tlc del Perú con los Estados Unidos, y tampoco sabe­ mos cómo funcionará el mercosur ampliado. ¿Cómo pueden mitigarse entonces las tensiones existentes en casi todas las fronteras bilaterales, excepto las del Brasil? Brasil más bien ha limitado su poder. Si la opción frente a foros contradictorios y controvertidos es que eliminemos dichos foros y pasemos a relaciones puramente bilaterales, creo que sigue siendo preferible contar con foros plurales, donde los presidentes aprendan a confiar entre ellos, admitiendo los distintos pareceres, estilos y puntos de vista. Es cierto que la can tiene problemas, pero el mercosur no los tiene menos. Ambos son diversos en su propio interior, eso es lo que quiero decir. Estos foros no pueden reemplazar el necesario profesionalismo y sentido de Estado para tratar los temas bilaterales. Chile tiene la obligación de llegar a su bicentenario con su relación con Perú totalmente estabilizada y las cosas que quedan revisadas jurídicamente y, por tanto, sin ningún tipo de controversia pendiente. Y, además, con un acuerdo estratégico con Bolivia que conduzca a una salida soberana al mar. Aquí lo que debería proponerse Chile es un gran objetivo de sinceridad. Es bilateral, es muy difícil que los foros puedan reemplazar ¿Pero con fricciones entre las distin­ tas personalidades? Sí, porque no hemos aprendido que el esfuerzo va a tener frutos si entendemos que la integración y los propósitos comunes tienen que avanzar en medio de la heterogeChile tiene la obligación de llegar a su neidad. La búsqueda de la bicentenario con su relación con Perú homogeneidad de un determinado color político totalmente estabilizada y sin ningún tipo de no tiene sentido. Chile no controversia pendiente. Y, además, con un va a ser partícipe activo y entusiasta del proceso si acuerdo estratégico con Bolivia que conduzca no se respeta la diversidad a una salida soberana al mar. de caracteres y de política, así como la distinta personalidad de cada uno. ese dinamismo profesional para resolver los problemas. ¿…lo cual nos limita indudablemente a un proceso de cooperación e inter­ Un esquema de cooperación entre cambios entre países, pero no da lugar Bolivia, Brasil y Chile debería incor­ a una presencia unificada de América porar las carreteras del eje bioceá­ del Sur en el contexto internacional? nico y también el abastecimiento de Es así, porque conviven países que tienen energía. ¿Cuáles son las expectativas tratados de libre comercio con Estados de la inminente reunión de la presi­ Unidos junto con países que consideran denta Bachelet con los presidentes que tener un tratado de libre comercio Lula y Morales? es traicionar los objetivos más propios Si bien el tema más importante de la de nuestros países. cita no será el gas, creo que es muy sig- nificativo que un país de la influencia que Brasil tiene, se reúne con Bolivia y Chile precisamente para buscar una agenda propositiva, lo que significa un buen incentivo para que Chile continúe en su esfuerzo de normalización de sus relaciones con Bolivia. Por otro lado, Brasil también jugará todo su papel en ayudar a Bolivia a transitar por el difícil momento que pasa. Tengo la impresión que la influencia de Brasil en el curso de los acontecimientos en Bolivia puede ser positiva y puede contrarrestar otras influencias externas negativas, porque puede ser muy proactivo en la búsqueda de soluciones. Chile ha cifrado una gran esperanza en los corredores biocéanicos y ha observado con cierta frustración la lentitud con la que se ha terminado tratando el tema. El centro brasileño tiene dificultad para llegar al océano Pacifico. El interés que siempre ha tenido Chile se ha tornado más urgente porque Chile es un país que tiene hambre de crecer. En los próximos años va a tener que jugarse por una línea de integración o simplemente de independencia, y es mejor buscar una solución cooperativa. Desde el punto de vista de dos países tan importantes como lo son Brasil y Bolivia, ésta es una reunión importante. Para que Bolivia cumpla sus compro­ misos de abastecimiento energético a los vecinos se requieren enormes inversiones para el desarrollo de campos y el tendido de ductos. ¿Hay alguna idea de cuánto podría Chile eventualmente ayudar? Creo que Chile estaría dispuesto a favorecer inversiones que resolvieran las posibilidades de Bolivia de exportar gas; además hay muy buenos inversionistas en Chile, que estarían disponibles para una solución de este tipo. El problema está en los compromisos de estabilidad del abastecimiento. Si Chile optara por su independencia, eso obviamente implica más seguridad pero a un mayor costo, y a lo mejor decisiones complejas como la construcción de una central nuclear, que traería repercusiones de largo plazo. Si Bolivia Enrique Correa. no resuelve su capacidad de atraer las inversiones necesarias para abastecer la potencialidad que tiene en los mercados vecinos, puede quedar en cierto momento con sus reservas gasíferas sin mercado. ¿Nos vamos acercando un poco a una solución cooperativa o no se visuali­ zan avances? Tengo un gran respeto por Bolivia y no me gusta meterme en sus asuntos internos, pero no sé cuánta estabilidad pueden tener los compromisos que el Estado boliviano asuma ahora que está inmerso en una pugna política interna. Si la situación se estabiliza, estaremos todos ante buenas posibilidades. ¿Cómo se pinta en resumen el pano­ rama regional para el próximo año? Considero que van a consolidarse tres líneas que tendrán que convivir en este espacio. Por una parte, la línea de las repúblicas liberales como la chilena, peruana y colombiana. Hay otra línea más que todo proteccionista con ejemplos como el ecuatoriano, venezolano y boliviano. Están, por último, los países fundadores del mercosur en una línea mercantilista de superávit comercial sumado a un gran esfuerzo de desarrollo humano. Eso caracteriza la fisonomía de Brasil y de Argentina, aunque no le guste a Paraguay o Uruguay. * La conversación se llevó a cabo en La Paz, el 13 de diciembre de 2007. / prima internacional 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Globalización e identidades Joan Prats* “Mientras la credibilidad del proyecto neoliberal de desarrollo produjo resultados para el conjunto de la población, aunque fuera en un contexto de gran desigualdad y corrupción, los Zedillo, Menem, Salinas, Sánchez de Lozada, Fujimori y hasta Cardoso ganaron elecciones. Pero cuando se deterioraron las condiciones sociales se produjo no sólo una crisis económica, sino del sistema político, de la identidad nacional y del propio Estado”, sostiene el autor. L as identidades han precedido sin duda a la globalización, pero sólo con ésta se ha producido su eclosión a una escala previamente desconocida. Identidad es el proceso por el cual los actores sociales constituyen el sentido de su acción atendiendo a un atributo o a un conjunto de atributos culturales a los que se da prioridad sobre otras posibles fuentes de sentido de la acción. Hoy, por doquier, las identidades religiosas, nacionales, territoriales, étnicas y de género resultan principios fundamentales de autodefinición y principios básicos de organización social, seguridad personal y movilización política (Barber). Estado desacreditado Vivimos en tiempos de un capitalismo informacional desregulado y competitivo que desborda las capacidades de los Estados (Castells). Éstos se encuentran cada vez con mayores dificultades para ofrecer a la gente proyectos creíbles (en tanto que estén bajo el control de los propios Estados) de convivencia y bienestar. La globalización ha revalorizado también la dimensión local pues sólo en ella se encuentra la respuesta a muchos de los desafíos del empleo, la productividad y la lucha contra la pobreza. Este proceso de pérdida de crédito del Estado como agente principal del desarrollo se ha dado con especial intensidad en América Latina. A lo largo del siglo xx, el principio identitario dominante en todos nuestros países fue la identidad nacional asimilada y confundida con el proyecto de desarrollo protagonizado prioritaria sino exclusivamente por el Estado. En América Latina la nación no preexistía al Estado, sino que era éste el que tenía que construir a la nación mediante el éxito a largo plazo de sus proyectos desarrollistas. En Bolivia, la Revolución de 1952 encarnó a la vez el proyecto de desarrollo y el de nacionalización. De Estado nacional-popular a Estado neoliberal El fracaso del modelo cepalino de desarrollo coincidió históricamente con el inicio de la globalización. Para enfrentar la crisis, los Estados latinoamericanos tuvieron que asumir el rol de modernizadores en un contexto de globalización. Desprestigiado el conocimiento autóctono, de acuerdo con el saber convencional de las instituciones financieras internacionales, se procedió a disminuir al Estado y a traspasar al sector privado –ya bajo hegemonía transnacional– gran parte de las responsabilidades públicas, sin que los Estados dispusieran de las necesarias capacidades institucionales reguladoras y de control. De este modo, el Estado nacional-popular se fue convirtiendo en el Estado neoliberal. Paralelamente, se fueron deshaciendo las alianzas históricas entre los trabajadores organizados, las clases medias profesionales y burocráticas, y los grupos económicos internos sobre las que se habían apoyado los propios Estados y sus proyectos nacional-populares de desarrollo. Mientras duró la credibilidad del proyecto de desarrollo del Estado nacional-popular, la identidad nacional fue el principio dominante de cohesión social. Cuando, en respuesta a la crisis estructural de los 80, algunos Estados latinoamericanos se hicieron neoliberales, la identidad nacional duró lo que la credibilidad Arturo Borda: Alegoría a las artes del proyecto neoliberal de desarrollo. Mientras éste produjo resultados para el conjunto de la población, aunque fuera en un contexto de gran desigualdad y corrupción, los Zedillo, Menem, Salinas, Sánchez de Lozada, Fujimori y hasta Cardoso ganaron elecciones. Pero cuando se deterioraron las condiciones sociales se produjo no sólo una crisis económica, sino del sistema político, de la identidad nacional y del propio Estado. Emergencia de identidades étnicas y regionales En otros países como Ecuador, Colombia o Venezuela, las resistencias sociales detuvieron las liberalizaciones, pero al precio de caotizar la economía, entrándose así en una espiral que ha conducido a sociedades fragmentadas, polarizadas y bajo conducción de liderazgos populistas y cada vez más dudosamente democráticos. Pero tanto en unos casos como en otros, los Estados han perdido su credibilidad como portadores de un proyecto de desarrollo e identidad nacional. En estas circunstancias, la gente ha tendido a encontrar su autodefinición y la esperanza de su bienestar en otras fuentes identitarias, más o menos compatibles con una identidad nacional, que en todo caso se ha debilitado. Las identidades regionales y étnicas se han disparado. Con todo, explicaciones estructurales como la precedente no dan cuenta de toda la complejidad que acompaña la emergencia de las identidades. La revalorización de las identidades se ha hecho también desde la evolución del propio principio democrático. Hoy se entiende, en efecto, que una democracia sólo puede ser muy imperfecta si impone como único o hegemónico un solo molde cultural, ya que esto supone tratar desigualmente a la diversidad de culturas existentes en la comunidad política. Cuando las sociedades son pluriculturales el principio democrático exige reconocer el pluralismo cultural y dar a cada comunidad cultural el derecho y los recursos para su libre desarrollo. Comunidades pluriculturales Como consecuencia de las migraciones internas e internacionales, acompañadas del abaratamiento de los costes de transporte y comunicación audiovisual, todas las comunidades políticas se están haciendo más o menos pluriculturales y todas las comunidades culturales inmigradas se están haciendo más o menos transnacionales. El destino de los migrantes ya no es el de asimilarse necesariamente a una identidad nacional exclusiva y excluyente. Las identidades se están haciendo necesariamente complejas y cambiantes. Hasta los Estados-nación históricamente exitosos tienen que aprender a vivir el pluralismo cultural y la complejidad identitaria, y a experimentar nuevos instrumentos de cohesión social y de legitimación política. Por lo demás, esta explosión de identidades tiene las más diversas significaciones. Muchas identidades están emergiendo como respuesta a una globalización que les margina o excluye, son identidades resistencialistas y a veces fundamentalistas. Pero otras identidades se afirman como un proyecto de inserción ventajosa en una globalización en la que ven más oportunidades que amenazas. En Bolivia estamos reviviendo un proyecto de Estado popular que ya no aspira a ser nacional, sino plurinacional y que se apoya principalmente en identidades nacionales originarias e indígenas que se autoconsideran mayoritarias y se describen como excluidas de la globalización dominante o incluidas sólo por la puerta trasera de las migraciones o los tráficos ilegales. Desde esta lógica se pretende revalorizar la economía comunitaria erigida en bastión a la vez de resistencia al capitalismo global y de identidad plurinacional. Pero a esta visión se opone la que emerge en regiones bolivianas portadoras de proyectos de desarrollo capitalista, que se autoconsideran capaces de aprovechar las oportunidades de la globalización, ampliar la base productiva y del empleo de calidad, ampliar las clases medias y la base social de la democracia… y para ello necesitan la fuerza de una identidad renovada. ¿Convivencia u odio? ¿En qué medida este juego de identidades puede convivir­ o puede colisionar? Según Amartya Sen, un enfoque “singu­larista” de la identidad humana según el cual sólo podríamos ser miembros de un grupo es una buena forma de malinterpretar a casi todos los individuos del mundo. Ver el mundo como una federación de religiones o civilizaciones en alianza o en conflicto resulta empobrecedor o falseador de la complejidad y riqueza con que las personas nos vemos a nosotras mismas. Pero, además, es sumamente peligroso porque los odios sectarios promovidos enérgicamente pueden extenderse como reguero de pólvora. Ahí están Kosovo, Bosnia, Ruanda, Timor, Israel, Palestina, Sudán o los negros nubarrones que se extienden sobre nuestra Bolivia. No basta con proclamar el derecho de las diversas identidades. Es necesario ir precisando en qué condiciones puede organizarse su convivencia en una gobernanza democrática nacional y global hacia la que es preciso encaminarse. Las identidades no siempre son liberadoras, sino que a veces estúpida o criminalmente estimuladas, se vuelven asesinas. Volveremos sobre el tema. * Académico y consultor internacional plática 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / Si no hay tinku, habrá t’inku Una conversación con el escritor Javier Medina* “Diría que me hice la ilusión de otro tipo de texto constitucinal de corte más bien diárquico, según el modelo del ayllu, que reconciliara las dos Bolivias: la Urin, occidental monoteísta y la Aran, amerindia animista, en un pacto de tipo federal: complementariedad de opuestos”. D os años después de haber asumido la Pre­ sidencia, ¿cuáles son los principales logros de la gestión de Evo Morales? Ha elevado sustancialmente la renta gasífera. Ha iniciado una redistribución del excedente más democrática. Ha hecho llegar recursos de cooperación externa de modo directo a los municipios de todo el país: objetivos básicos de cualquier política eficiente de lucha contra la extrema pobreza y de cohesión social mínima. Ha reiniciado relaciones diplomáticas con Chile. Ha puesto en marcha el proyecto del Mutún y proyectos de industrialización del gas. Ha sacado, a pesar de la oposición, el nuevo texto constitucional. Ha colocado a Bolivia en el mapa político global y despertado gran expectación no sólo en el movimiento altermundista e indígena. No es poco para dos años de gobierno. Realmente. Si hubo errores estratégicos grandes, ¿cuáles se­ rían sus causas? Un proceso de cambio epocal lleva generaciones. A dos años, no es serio especular sobre errores “estratégicos”. El tiempo transcurrido impide, sencillamente, esa pregunta y, a fortiori, una respuesta. A juicio mío, sin embargo, los acontecimientos que vemos siguen las inercias previsibles: “Estado fallido”, “entidades caóticas ingobernables”, “economía nacional no viable”, “no desarrollo”. Sólo me asombra y admira la gran paciencia y tolerancia animista que muestra la mayoría indígena ante la intemperancia blanca y el racismo católico urbano. Si todos hubiésemos pertenecido a la civilización abrahámica, ya nos hubiéramos acuchillado entre nosotros mismos, como en el Medio Oriente o en las guerras civiles en países cristianos: España, los Balcanes, etc. ¿En qué medida hubo un cambio de élites, esti­los y objetivos en la gestión del Poder Ejecutivo? No hay milagros de la noche a la mañana y menos en política. La cultura política boliviana, basada en la escolarización y formada en la universidad, es una y abarca a todo el espectro: derecha, centro e izquierda. Mientras tengamos este sistema educativo, tendremos esta cultura política. Es ingenuo pensar lo contrario y tonto darse por sorpendido porque todo sigue igual o casi; algo, sin embargo, ha disminuido la corrupción gubernamental; es preciso reconocerlo. Lo nuevo son algunos apellidos aymaras, como el del Presidente, el del Canciller y algunos más. El resto es la vieja élite de izquierda: eleno-estalinista-oenegeísta. No hay cambio de élites. Tampoco hay cambio de estilos: no puede haber, a no ser que se crea en milagros. Los objetivos siguen siendo los mismos: llegar a ser una sociedad industrial moderna y, a saber, mediante improvisación burocrática. ¿Cómo se puede interpretar la creciente polariza­ ción del país? Este espacio está polarizado desde la Conquista. Durante la Colonia se llamó a esta polarización “República de los indios” y “República de los españoles”. Durante la República continuó el apartheid, socapado por la ideo- logía unitarista del Estado-nación, pero sólo formalmente. Un país de apartheid está polarizado a priori. Si no hubiéramos estado polarizados, ya habríamos logrado crear un Estado de Derecho real, seríamos una sociedad homogénea, la brecha entre pobres y ricos no debería ser tan abismal, etcétera. Lo que vemos, ahora, es simplemente la dramatización del apartheid de facto que busca ser superado a través de un nuevo Taqi Onkoy. La Asamblea Constituyente no ha sido finalmente lo que esperaban ni unos ni otros. ¿Qué viene ahora? ¿Se pueden conciliar en un solo trayec­ to los procesos de aprobación de la Constitución Política del Estado y de los estatutos autonómicos de los cua­ tro departamentos que votaron por el Sí en el referéndum autonómico? No tengo información para responder la primera parte de la pregunta. Lo que veo en la televisión es que el comiteísmo católico de las tierras bajas ha hecho todo lo imaginable para que abortara la Javier Medina. Asamblea y los pueblos indígenas han Los pueblos indígenas nos han ofertado la vía del hecho, igualmente, todo lo posible para que ésta diera a luz un texto constitucional que incluyera a todos, en tinku: encuentro pulsional para crear una comunidad una lógica no adecuada, a juicio mío; pero ese, ahora, política, no la entendemos y por eso no la aceptamos. es otro problema. En cuanto a mí, diría que me hice La violencia histórica que viene, empero, no será la de la ilusión de otro tipo de texto constitucinal de corte una guerra civil clásica porque, entre otras cosas, no hay más bien diárquico, según el modelo del ayllu, que sociedad civil en Bolivia; será, por iniciativa católica, reconciliara a las dos Bolivias: la Urin, occidental mo- blanca y urbana, como ya han dejado ver Santa Cruz, noteísta, y la Aran, amerindia animista, en un pacto de Cochabamba, Sucre y Cobija, un enfrentamiento racial entre blancos e indígenas; un enfrentamiento entre potipo federal: complementariedad de opuestos. La plagiada noción de “autonomía” es insuficien- bres y ricos: lucha de clases clásica; un enfrentamiento te para hacer justicia al conato de las dos civilizaciones entre una mayoría rural y periurbana activa, y una miantagónicas que nos constituyen y que se coagulan he- noría urbana pasiva, salvo sus grupos de choque. Es decir, llevamos todas las de perder, pero la cegemónicamente en la media luna, con grandes bolsones guera es grande cuando indígenas, y en el Qullanasuyo, con grandes …me asombra y admira la gran paciencia y los dioses quieren perder a alguien. Si en 200 años bolsones blancos. No me tolerancia animista que muestra la mayoría la Bolivia blanca no ha baso sobre la piadosa y logrado crear un Estafalsa creencia de que hay indígena ante la intemperancia blanca y el do-nación de Derecho, una sola Bolivia, como racismo católico urbano ni industrializar el país, desean los que piensan tampoco lo va a poder a desde un software monoteísta. Ahora bien, una vez que se conozcan los resul- nivel departamental. 200 años es tiempo por demás sutados del referéndum, yo aceptaré, respetaré, cumpliré y ficiente para validar a una casta dirigente. Los próximos defenderé esa Constitución Política del Estado, refren- cinco años la entropía del sistema será máxima; luego, si dada por la mayoría. Lo siento, soy demócrata e hijo de sobrevivimos, el sistema buscará un nuevo equilibrio homeostático en base a la nueva correlación de fuerzas que la Ley de Moisés. salga del t’inku: encuentro violento, sangriento que, sin ¿Cuáles son las perspectivas para el futuro inme­ embargo, no nos aniquilará (en lógica monoteísta), pero nos forzará a un nuevo modus vivendi, basado en valores diato? Puesto que la Bolivia occidental, blanca, católica, ur- animistas, ecológicos y sistémicos. Nos acercamos a lo bana no quiere aceptar de grado la vía democrática más oscuro de la noche, aquel que precede a un nuevo y civilizada del cambio: la ley y las instituciones sólo amanecer. Nada nuevo bajo la galaxia. valen cuando les conviene, vendrá un enfrentamiento * Escritor, asesoró el proceso de Participación Popular que dará la razón a los marxistas que sostenían que “la y de desarrollo local con identidad. violencia es la partera de la historia”. DeAcuerdo 10 / 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 La propuesta de Constitución del mas Jorge Asbún* “…los resultados del referéndum por autonomías departamentales han sido incumplidos por el mas, mostrando así su falta de respeto a la voluntad soberana del pueblo expresada en el referéndum”. E l procedimiento de aprobación del proyecto de Constitución Antes de ingresar a realizar algunos aspectos del proyecto de Constitución aprobado por los asambleístas del Movimiento al Socialismo (mas), en la ciudad de Oruro, es importante observar que en un Estado de Derecho las reglas de creación de las leyes tienen una importancia capital y su incumplimiento vicia de nulidad el resultado. El proyecto de Constitución del mas incumplió la Ley de Convocatoria a la Asamblea Constituyente, la Ley de Ampliación de la misma y el propio reglamento de debates. Entre algunas de las violaciones del procedimiento pueden citarse: el irregular retiro de los informes de minoría y de mayoría del tema de la capitalía plena, que asambleístas de Sucre habían logrado incorporar; luego está el traslado de las sesiones del Teatro Gran Mariscal al Liceo Militar, que se hizo violentando la Ley Nº 3728, de 4 de agosto de 2007, ya que la disposición final segunda únicamente permitía la suspensión temporal y no el traslado de las sesiones. Esta irregularidad pretendió ser corregida tres días después con una ley aprobada por el Congreso, en la que se autorizaba a la Presidenta de la Asamblea a trasladar las sesiones, pero como la sesión en el Liceo Militar se realizó antes, esta nueva ley no hacía más que confirmar la arbitrariedad. Finalmente, en Oruro, además del cerco realizado por los seguidores del mas intimidando e impidiendo el ingreso a los asambleístas de la oposición, no se dio cumplimiento al inciso primero del artículo 1 de la Ley Nº 3728, que exige la aprobación por dos tercios del total de miembros. Los asambleístas del mas alegan que el inciso 2 del artículo citado establece una vía sustitutiva y por tanto anula el inciso primero; sin embargo, el inciso segundo no sustituye, sino que complementa el inciso 1). Además de los aspectos señalados, hay que citar la falta de cumplimiento de las previsiones del reglamento de debates de la propia Asamblea Constituyente, ya que las propuestas de contenido fueron comunicadas a los asambleístas sin cumplir el plazo previo de 24 horas que exige el Reglamento. A todo ello hay que añadir que desde el propio proceso electoral para la elección de miembros de la Asamblea Constituyente e incluso luego de más de un año de trabajo de la misma, el mas *Abogado constitucionalista. Arturo Borda: Arriba corazones no presentó ningún proyecto de Constitución Política y jugó en el imaginario popular con los sloganes de “cambio”, “integración”, “recuperación de los recursos naturales”, para recién en los últimos días presentar su proyecto de Constitución y aprobarlo sin ningún análisis ni debate de los asambleístas y menos de la sociedad, aspecto que naturalmente no concuerda con los principios de la democracia, que exige un debate amplio, transparente y cierto de los temas que involucren a los ciudadanos. El referéndum por autonomías departamentales y el proyecto de Constitución La Ley Nº 3365, de 6 de marzo de 2006 –aprobada en forma unánime por los legisladores– fue la norma jurídica nacional que reguló el referéndum por autonomías departamentales y habilitó a cada uno de los nueve departamentos a decidir si querían autonomía o no. Esta norma expresamente consignó en sus artículos 2, 4 y 5 que el departamento donde gane el Sí obligaría a la Asamblea Constituyente a crear ese nivel de gobierno, convirtiéndose así este tema en el único contenido de la nueva Constitución que había obtenido una manifestación directa del titular de la soberanía: el pueblo. Es importante añadir que en lo formal, el referéndum constituye un instituto de la democracia a través del cual la ciudadanía se expresa en forma directa; en razón de ello, la decisión así adoptada tiene un valor jurídico superior a la de cualquier órgano representativo –incluyendo la Asamblea Constituyente–, por lo que en los departamentos donde ganó el Sí: Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz, la nueva Constitución debía inexcusablemente incorporar la autonomía departamental como nivel intermedio de gobierno; los otros niveles lo constituirían el nacional y el municipal. Sin embargo, el proyecto de Constitución del Movimiento al Socialismo, además del gobierno departamental, incorpora a través del artículo 277 y siguientes los gobiernos autónomos regionales y los gobiernos indígena-originarios, obviando así el referéndum. En lo competencial, los gobiernos regionales poseen un elenco de atribuciones muy superiores al departamento; por citar algunos ejemplos, a éste se le atribuye deporte y turismo, entre otras, y al gobierno regional, desarrollo económico, rural y agropecuario, transporte, electricidad y otras competencias (véanse los artículos 300 y 301). En lo que concierne a la autonomía indígena originaria, según expresa el artículo 303 del proyecto, ejercerán atribuciones municipales y las asignadas a la autonomía regional, por lo que este nivel configurado así también resulta una negación de la autonomía departamental. En lo que concierne al espacio territorial sobre el cual se ejercerá el gobierno de cada una de las autonomías citadas, hay que observar que la definición del espacio físico donde operarán los gobiernos regionales queda a merced de la mayoría simple de la Asamblea Legislativa Plurinacional, si a ello se añade que el reconocimiento de las autonomías indígenas supone el reconocimiento de sus territorios ancestrales, los cuales necesariamente se ubican en los departamentos. El espacio territorial del gobierno departamental –el departamento–, que constituye la base definida para ese nivel de gobierno en el referéndum, ha sido sustancialmente mermado. Pero además también se incumple el referéndum por autonomías departamentales, cuando en el artículo 270 del proyecto de Constitución se prevé que una ley marco de autonomías y descentralización regulará las competencias, estructura y atribuciones de las autonomías, obviando que en la pregunta del referéndum se consignó que la autonomía departamental sería “aplicable inmediatamente después de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado” y ello jurídicamente significaba que las competencias del nivel departamental de gobierno estarían contempladas en la Constitución y, en consecuencia, no era necesaria una ley marco. Estos son algunos de los puntos esenciales y acreditan que los resultados del referéndum por autonomías departamentales han sido incumplidos por el DeAcuerdo 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 mas, mostrando así su falta de respeto a la voluntad soberana del pueblo expresada en el referéndum y, por tanto, su falta de vocación democrática. Visión general del proyecto de Constitución del mas El proyecto de Constitución presentado por el Movimiento al Socialismo en el inciso ii) del artículo 408 expresa: “La reforma parcial de la Constitución Política del Estado podrá iniciarse por iniciativa popular, con la firma de al menos el veinte por ciento del electorado; o por la Asamblea Legislativa Plurinacional, mediante ley de reforma constitucional aprobada por mayoría absoluta. Cualquier reforma parcial necesitará ratificación popular mediante referendo”. El primer aspecto a observar es que la Constitución puede ser reformada a través de una simple ley y, en consecuencia, ésta carece de la rigidez que constituye uno de sus elementos esenciales. Al respecto, Pedro de Vega, en su obra La reforma constitucional y la problemática del poder constituyente, ha expresado: “La Constitución sólo podrá definirse jurídicamente como ley suprema cuando para su modificación se exija –conforme a la idea de rigidez– un procedimiento distinto, más agravado y complejo que el que se sigue para una modificación o derogación de las leyes ordinarias”. En realidad, el tema de la rigidez constitucional busca evitar que las mayorías circunstanciales que lleguen al gobierno puedan modificar la Constitución a su antojo, pues si una mayoría temporal modifica la Constitución cuantas veces lo desee, entonces aquella no existe, sino que únicamente existe la voluntad de la mayoría. Efectivamente, no se está omitiendo considerar que en la parte final del artículo citado se expresa que “toda reforma parcial necesitará la ratificación popular mediante referendo” y a partir de ello podría afirmarse que, en realidad, es la voluntad popular la que en última instancia definirá si la reforma se aprueba o no. Sin embargo, los elementos que se omiten analizar es que para una participación plena de la ciudadanía es necesaria e imprescindible una democracia plena, es decir, la participación de todos los ciudadanos con un valor igual de cada uno; la existencia de pluralismo político, porque no es menos evidente que en los estados socialistas como Cuba, la ciudadanía vota periódicamente, pero lo hace sin que existan opciones políticas diferentes, sino un partido único que posee un condición hegemónica de la representación; luego se requiere plena transparencia en la información, que las preguntas a ser presentadas a los ciudadanos sean expresas y claras, que todos los involucrados puedan hacer campaña –así como el mas lo hizo por el No en el referéndum de autonomías departamentales– porque de otra manera el debate no es democrático. Sobre estos aspectos, hay que señalar que los gobernantes, y no sólo en Bolivia, sino en varios países, llevan a los votantes a pronunciarse sobre preguntas complejas, con un contenido polivalente, y si a ello se añade que en el caso boliviano la pregunta va a depender de la mayoría circunstancial del Legislativo y tal como se explica a con- / 11 tinuación éste tiene una configuración que tiende a favorecer al mas, el futuro no es muy alentador y un elemento más que hace a la realidad boliviana actual: la Ley de Convocatoria de la Asamblea Constituyente y su reforma, así como a la decisión expresada en el referéndum por autonomías departamentales, han sido totalmente incumplidas por el mas, tal como se explicó precedentemente. El mas ha ignorado el resultado del referéndum por autonomías departamentales y, por tanto, ha negado la voluntad ciudadana; resulta dudoso entonces creer que en el futuro, cuando el resultado le sea desfavorable, tendrá una conducta diferente y entonces cabe preguntarse: ¿para qué consultar a los ciudadanos? Si a los aspectos anteriores se añade que la Asamblea Legislativa Plurinacional tiene una composición en la que para parte de la población se aplica un criterio de un representante por una cantidad determinada de ciudadanos y para circunscripciones indígenas originarias, como lo establece el artículo 151, ese criterio no se aplica, con ello se rompe el principio de igualdad: un ciudadano un voto, un voto igual valor, que constituye la esencia de la democracia, más aún si los representantes de las circunscripciones indígenas originarias se elegirán según sus usos y costumbres, que no siempre respetan los principios democráticos. Añadido a ello está el hecho de que según el gobierno existan 36 naciones originarias, es evidente entonces que con sólo asignar dos representantes a cada una de ellas, éstas tendrán alrededor del cincuenta por ciento de los miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional –a pesar de que no poseen el número de integrantes para tener esa representación–. Es importante también relacionar a ello que el artículo 161 de la propuesta de Constitución establece que la aprobación de leyes requiere de simple mayoría, confirmando así que al final la voluntad del partido político que obtenga mayoría simple se impone y éste no necesitará consensuar ni llegar a ningún acuerdo con el resto de las representaciones políticas. Es decir que la voluntad de más de la mitad del país no será tomada en cuenta. Se ha acreditado precedentemente que el mas únicamente cumple la voluntad ciudadana cuando ésta coincide con la voluntad de sus dirigentes, en particular con la voluntad de Evo Morales Ayma; caso contrario apunta a descalificarla y además acude a la infalibilidad de los movimientos sociales que resultan los portadores de la –verdad absoluta– y como no existía posibilidad alguna de encontrar una justificación seria para mantener ese modelo de imposición, se instrumentalizó el tema indígena, la autonomía regional y otros temas conexos elaborándose un proyecto de Constitución, con tal cantidad de referencias circunstanciales, complejos personales, expectativas, bonos y entre otras ventajas políticas, que terminan por mostrar casi un programa de un partido político, con la cual, como lo señaló el asambleísta Román Loayza, se pretende perpetuar a los actuales gobernantes por más de 500 años. Se entiende, por lo expuesto, que ello se producirá incluso a costa del bienestar de los ciudadanos y del futuro del país. El evangelio constitucional del mas José Antonio Quiroga T. E n la doctrina jurídica y política, se entiende que el Preámbulo de una Constitución debe expresar la voluntad colectiva de vivir juntos y la decisión política fundamental del poder constituyente de conformar un Estado. Es una declaración de los fines y principios que regirán la vida nacional y del programa político del Estado al que se da existencia. Por ello, más que una norma, el Preámbulo proclama el sentimiento de pertenencia a una comunidad, de la que derivan derechos y obligaciones para los ciudadanos y ciudadanas que la conforman. Nuestra primera Constitución no tuvo Preámbulo y ésta era una buena ocasión para enmendar esa falta. El Preámbulo de la Constitución elaborada por el mas desconoce estos preceptos al introducir algunas consideraciones que, lejos de convertirlo en el pórtico de un renovado contrato social, lo reduce a un pronunciamiento de una asamblea partidaria, o al prólogo de una “tesis sindical”, como la de Pulacayo, sólo que con algunos aderezos sobrenaturales. La primera parte tiene pretensiones poéticas y emula al Génesis o a la cosmogonía del Popol Vuh: “En tiempos inmemoriales se erigieron montañas, se desplazaron ríos, se formaron lagos. Nuestra amazonia, nuestro chaco, nuestro altiplano y nuestros llanos y valles se cubrieron de verdores y flores”. Arturo Borda: Illimani Una vez completada la Creación, los redactores del mas decidieron poblar “esta sagrada Madre Tierra con rostros diferentes, y comprendimos desde entonces la pluralidad vigente de todas las cosas y nuestra diversidad como seres y culturas”. El Preámbulo ofrece una reseña histórica, desde la proscripción colonial del Paraíso –en el que, según se afirma, no había racismo– hasta la aprobación de la nueva Constitución. Menciona las sublevaciones anticoloniales, la Independencia, las marchas indígenas y las “guerras” del agua y del gas, a las que el mas se acopló cuando la batalla ya estaba resuelta a favor de las causas populares. No se mencionan, por ejemplo, ni la Revolución Nacional, ni la recuperación de la democracia después de 18 años de dictaduras militares. El ajusticiamiento de la historia continúa con esta sorprendente declaración: “Dejamos en el pasado el Estado colonial, republicano y neoliberal. Asumimos el reto histórico de construir colectivamente el Estado Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario…”. La abolición del Estado republicano –que todavía somos– va acompañada de una descripción de los atributos del nuevo Estado, en la que se comete un acto de picardía altoperuana: una deliberada omisión de las comas permite que el nuevo Estado sea de “derecho plurinacional comunitario” y no simplemente un “Estado de derecho”, como aconseja la tradición constitucional republicana. Finalmente, la “gesta constituyente” culmina con la buena nueva de la “refundación de Bolivia […] con la fortaleza de nuestra Pachamama y gracias a Dios”. Los apresurados redactores de la Constitución del mas decidieron reconciliarse con todas las divinidades. Verdaderamente, deben agradecerle a Dios que ese texto haya llegado a aprobarse, cuando ya todo se deba por perdido. Porque, como sentenció Schopenhauer, “al que todo lo pierde, le queda Dios todavía”. 12 / casa común 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Mejor un acuerdo unánime imperfecto, que la ruptura Consenso en Bali sobre cambio climático La Cumbre del Clima reunida en Bali durante dos semanas se ha enfrentado a uno de los problemas de más calado para el futuro de la humanidad: cómo combatir, en la medida en que sea posible. L a Cumbre del Clima reunida en Bali durante dos semanas se ha enfrentado a uno de los problemas de más calado para el futuro de la humanidad: cómo combatir, en la medida en que sea todavía posible, y cómo evitar las peores consecuencias del cambio climático. Quedan ya pocas dudas sobre el proceso de transformación del clima derivado del aumento de gases de efecto invernadero, en particular del dióxido de carbono emitido en la combustión del carbón, petróleo y gas natural. Más específicamente se trataba de preparar la sustitución de los acuerdos de Kioto, que fueron un primer intento de comprometer a los países más contaminantes en la reducción de sus emisiones. El efecto de Kioto ha sido positivo, por lo que ha supuesto de esfuerzo concertado y porque la opinión pública es hoy más consciente de las consecuencias de un estilo de vida derrochador de energía, pero escaso en la práctica por el rechazo de eeuu a aceptar un acuerdo multilateral de esta índole y por el rápido crecimiento económico de los países en vías de desarrollo. En Bali se ha intentado un consenso entre posiciones encontradas: la europea, de fijar compromisos de reducción muy ambiciosos, de entre el 25% y el 40% para el año 2020 respecto de los niveles de 1990; la negativa de eeuu y algunos otros países desarrollados a aceptar obligaciones cuantificadas; la resistencia de países con fuerte crecimiento económico, como China, India o Brasil a compartir esfuerzos con los que llevan más de un siglo contaminando la atmósfera y siguen haciéndolo hoy; y la necesidad de ayudar a los países más pobres a preservar una vegetación que rinde servicios medioambientales esenciales al conjunto del planeta y a incorporar tecnologías limpias que no dañen su desarrollo. El resultado ha sido un acuerdo que no satisface los requerimientos de las propuestas más rigurosas, pero que contiene algunos elementos positivos. La necesidad de compensar a los países más pobres por evitar la deforestación, por ejemplo, aunque haya quedado oculta tras la discusión de las cifras de reducción, y la esperanza de un acercamiento de eeuu a una disciplina multilateral que quizá se consolide tras las próximas elecciones presidenciales. Poco para lo que está en juego. Quedan todavía dos años de negociaciones para configurar los acuerdos que han de reemplazar a los de Kioto y cabe esperar que en ese tiempo se concreten los compromisos y las medidas, especialmente en política energética, para que se cumplan. Reducir emisiones de forma significativa supondrá cambios en nuestros Debate sobre biocombustibles estuvo ausente en la Cumbre L a Cumbre de Bali prestó apenas una atención marginal a los biocombustibles en las sesiones formales. No hubo discusión sobre el tema, que sólo ingresó marginalmente en los debates referidos a la forestación y el uso de la tierra. Semejante silencio favorece ciertamente a aquellos que alientan la demanda de biocombustibles, no obstante sus graves consecuencias respecto de los derechos sobre la tierra, la seguridad alimentaria, la biodiversidad e incluso el cambio climático. La industria del biocombustibles es alimentada con maíz, trigo, caña de azúcar y palma aceitera, entre otros cultivos. Cerca de 5.000 litros de biocombustible pueden extraerse de una hectárea de maíz, 6.000 litros de una hectárea de caña de azúcar y 4.500 litros de una hectárea de palma. La demanda internacional de biocombustibles aumentó aceleradamente porque los países industriales se vieron obligados a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en el marco del Protocolo de Kyoto, la mayor parte de los cuales se debe al uso de combustibles fósiles para hacer marchar las industrias y el transporte de los países desarrollados. Siendo la principal zona de demanda, la Unión Europea anunció que tomará en cuenta la competencia entre cultivos destinados a la alimentación y al biocombustible, la protección de la biodiversidad y el objetivo de impedir que se emitan más gases de efecto invernadero como resultado de la tala forestal. Arturo Borda: El edén hábitos. Nadie puede pensar que es cosa de otros, sean países, empresas o ciudadanos; afecta a todos. Y queda pendiente un tratamiento equitativo de los países en vías de desarrollo porque, aun con las reducciones mencionadas, un ciudadano de los países más ricos seguirá emitiendo mucho más que uno de los países pobres. ‘Hoja de ruta’ para combatir el cambio climático firman 189 países La presión mundial obliga a eeuu a aceptar reducir las emisiones. China e India controlarán los gases de forma voluntaria. A cambio, la Unión Europea aceptó rebajar el acuerdo y renunció a fijar objetivos de reducción de emisiones. El pacto de Bali define cómo será el tratado que debe sustituir al Protocolo de Kioto cuando venza su plazo de vigencia en 2013. El próximo tratado, que debe fijar nuevas reducciones de emisiones, se tiene que negociar en los próximos dos años e incorporará, gracias al acuerdo de Estados Unidos. En la madrugada del sábado un grupo de 40 ministros selectos alcanzaron por fin un mínimo acuerdo, tras dos semanas de enconadas disputas en Bali. Al someter el texto al pleno por la mañana, se corría el riesgo de que cualquier tropiezo diera al traste con la Hoja de ruta de Bali, que diseña el tratado que debe sustituir al de Kioto. En ese texto, los países desarrollados aceptaron poner “límites cuantificados a las emisiones y objetivos de reducción de emisiones”. Estados Unidos asumió esa redacción y, a cambio, la Unión Europa renunció a incluir un rango de reducción de emisiones (entre el 25% y el 40% en 2020 respecto a 1990). Sólo un pie de página remite al informe del ipcc con esa recomendación para que la temperatura no suba más de 2,4 grados, el umbral que se considera admisible. El otro punto delicado de la Hoja de ruta era la referencia a los países en desarrollo. Éstos estaban exentos de cualquier compromiso en el Protocolo de Kioto y ahora limitarán sus emisiones de forma voluntaria y controlada por la onu a cambio de ayudas y tecnología. Los dos acuerdos pueden parecer vagos, pero suponen un cambio histórico en la lucha internacional contra el calentamiento global. El primero atrae a eeuu y el segundo implica por primera vez a gigantes como China, India, Brasil, Indonesia y Pakistán, entre otros. Bali no es un nuevo Kioto, pero define cómo debe ser ese Kioto ii que se debe pactar en 2009 y entrar en vigor en 2013. Queda lo más complicado: cómo asignar cuánto podrá contaminar cada país. Por eso al terminar el acto, Kimoon advirtió: “Esto no es el fin, sólo el principio”. La conferencia fue calificada como de momento significativa en el marco de los esfuerzos internacionales para combatir el cambio climático en el sistema multilateral de la onu (Organización de las Naciones Unidas). Informes científicos divulgados este año dieron la alarma acerca de que el planeta se estaba recalentando a un ritmo superior al previsto y llamaron a reducir de forma significativa las emisiones de gases invernaderos. El peso de la responsabilidad cayó sobre las naciones industriales, las mayores emisoras de gases invernadero como el dióxido de carbono, el metano y el óxido nitroso, desde la Revolución Industrial. Uno de los objetivos que las organizaciones ambientalistas pretendían lograr en la conferencia de Bali era que las naciones industriales redujeran sus emisiones entre 25 y 40 por ciento para 2020, respecto de las cifras registradas en 1990. Finalmente, no hubo acuerdo en cifras concretas de reducción de emisiones, pero el documento final sí incluye un cronograma y una agenda de futuras negociaciones que pueden llevar a que las naciones ricas aporten fondos para los países en desarrollo, y les transfieran tecnología. La ‘Ruta de Bali’ El texto reconoce la urgencia de afrontar el cambio climático y remite a un estudio para rebajar las emisiones más de un 25% en 2020. Los países ricos se comprometen a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Los países en desarrollo aceptan controlar de for- 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 ma voluntaria sus emisiones a cambio de tecnología y ayudas. La ‘Ruta de Bali’ sienta las bases para que en 2009 haya un nuevo acuerdo que sustituya al de Kioto. El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, ha señalado, tras el acuerdo alcanzado en la Cumbre de la onu sobre Cambio Climático, que sólo se ha dado el primer paso en la negociación, pero resta lo más difícil: alcanzar un acuerdo con cifras concretas sobre la reducción de emisiones contaminantes. EEUU derrotado en los descuentos de Bali Brasil, China, India y Sudáfrica, en representación de los países en desarrollo, obligaron a Estados Unidos a asumir compromisos clave en los últimos minutos de la conferencia internacional sobre cambio climático en Bali, Indonesia, este sábado. El G-77 alienta “acciones” nacionales de los países del Sur para contener las emisiones de gases invernadero, en primer lugar en el marco de “un contexto del desarrollo sustentable, respaldado por tecnología y facilitado por financiación y capacitación”. La postura de las naciones en desarrollo, desde el principio de la conferencia, fue garantizar la contribución de los países industriales a la financiación y su aporte de tecnologías que no dañen el ambiente a fin de combatir sus propias emisiones de gases invernadero. El bloque de países en desarrollo acordó considerar tales expectativas en programas nacionales que sean “mensurables, comunicables y verificables” como prueba de los esfuerzos “nacionales apropiados de mitigación”. Uno de los objetivos que las organizaciones ambientalistas pretendían lograr en la conferencia de Bali era que las naciones industriales redujeran sus emisiones entre 25 y 40 por ciento para 2020, respecto de las cifras registradas en 1990. Eso no estuvo incluido en el texto final, pese a las advertencias de los científicos acerca del caos ambiental que se generaría en las naciones en desarrollo, de seguirse elevando la temperatura. Los párrafos vinculados a las emisiones específicas para después de 2012, detallados en el borrador de la Hoja de ruta de Bali que había circulado el jueves, quedaron reducidos a una nota al pie. Finalmente, no hubo acuerdo en cifras concretas de reducción de emisiones, pero el documento final sí incluye un cronograma y una agenda de futuras / 13 casa común a predicar la necesidad de un cambio en el mundo en desarrollo”, opinó Krishnaswamy Srinivas, conductor del equipo de clima y energía en la filial india de Greenpeace Internacional. Pero lo más decepcionante para los ambientalistas fue la posición extrema de Arabia Saudita, que izó la bandera roja en todas las grandes cuestiones de la conferencia, con el argumento simple de que necesita contaminar con petróleo para sobrevivir. Arturo Borda: Illimani amanecer negociaciones que pueden llevar a que las naciones ricas aporten fondos para los países en desarrollo, y les transfieran tecnología. Aplausos de la sociedad civil para China, Brasil y Sudáfrica China, Brasil y Sudáfrica se consolidan como líderes del mundo en desarrollo, al cosechar aplausos de organizaciones de la sociedad civil representadas en la conferencia mundial sobre cambio climático en la isla indonesia de Bali. Comentarios favorables hacia el gigante asiático surgieron en la ronda inicial de deliberaciones de la conferencia, al conocerse medidas ya adoptadas por sus autoridades. China estuvo más activa que en conferencias pasadas, mostrando una destacable flexibilidad en todas las rondas de negociaciones, lo cual se debe a que China tomó conciencia de que el cambio climático la perjudicará y le impedirá cumplir con sus objetivos de desarrollo. En la primera semana de discusión, “importantes economías emergentes, como China, Sudáfrica y Brasil, mostraron claridad de visión al proponer una plataforma de asociaciones público-privadas para la cooperación y la transferencia de tecnología”, dijo Hans Verlome, director del programa de cambio climático en el Fondo Mundial para la Naturaleza (wwf). India, el otro gigante asiático activo en la conferencia, no cosechó aplausos similares de la sociedad civil. Junto con China, India encabeza la lista de emisores de dióxido de carbono del mundo en desarrollo. Nueva Delhi considera que “los países industrializados han sido los principales contaminantes del ambiente a través de la historia y no tienen derecho Conferencia de Bali acuerda implementar Fondo de Adaptación Las deliberaciones en curso procuran acordar mecanismos y plazos de negociación hacia nuevas metas de mitigación de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y de freno a la deforestación. El Protocolo de Kyoto, firmado en 1997 y vigente desde 2005, ya estableció objetivos concretos para el mundo industrializado, cuyo plazo de implementación concluirá en 2012. También se discute la asignación de fon- dos de los países ricos para ayudar a los más pobres a adaptarse al cambio climático y a lograr un crecimiento económico sustentable, así como la transferencia de tecnología ambientalmente adecuada del Norte al Sur. Fuentes oficiales indicaron que los países más vulnerables, incluidas las pequeñas naciones insulares, pretenden crear un fondo de adaptación que financie el costoso ajuste de sus estilos de vida y de sus actividades económicas a los estragos previstos por el cambio climático. La Cumbre de Bali acordó implementar el “fondo de adaptación”, que proporcionará ayuda a los países en vías de desarrollo para que se adapten a los efectos adversos del cambio climático, como las sequías, las inundaciones y la pérdida de cosechas. Son los países en vías de desarrollo los que más sufren las consecuencias del cambio climático, mientras que las naciones industrializadas son responsables de la mayor parte de las emisiones de gases de efecto invernadero. Las claves del acuerdo E l nuevo acuerdo sirve para encauzar las negociaciones que empezarán el año próximo y que deben culminar con otro acuerdo más completo en Copenhague en 2009. Los puntos acordados han sido los siguientes: Ayuda a países emergentes Se reconoce que los países pobres y en vías de desarrollo necesitan financiación de las naciones ricas para afrontar los desastres naturales y efectos negativos del calentamiento del planeta. Por eso, se ha garantizado que el Fondo de Adaptación establecido por el Protocolo de Kioto y que actualmente cuenta con $us 37 millones comience a funcionar el año próximo. Se espera que el fondo llegue a contar con al menos $us 207 millones. Deforestación Por vez primera, se concederá ayuda a las naciones en vías de desarrollo por la conservación y protección de sus bosques y junglas. Además, se reconoce la necesidad urgente de actuar para reducir las emisiones de carbono provenientes de la deforestación y que son responsables del 20% de los gases que provocan el efecto invernadero. Emisiones Se admite que el último informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU representa el estudio científico más completo y el documento de referencia sobre el calentamiento del planeta. La aceptación de este principio implica que Estados Unidos reconoce la importancia de que las emisiones de gases contaminantes de los países industrializados bajen entre un 25% y 40% respecto a los niveles de 1990 para el año 2020. Reforestación Se aprueba que los países dupliquen hasta 16 kilotones de dióxido de carbono sus proyectos de reforestación. 14 / vecindario 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Los límites históricos del nacionalismo Cecilia Salazar de la Torre* En el caso de 1952 esto devino, entre otras cosas, en la indemnización de los “barones del estaño”, forzada por los Estados Unidos, a cambio de lo cual se produjo el reconocimiento de este país a la Revolución Nacional en tanto ésta, de su inicial ímpetu, pasó a convertirse, además, en un “modelo” de transformación volcada hacia el anticomunismo. E n los últimos años, el modelo do­ minante de interpretación po­­lítica en Bolivia ha tendido a reordenarse en pos de una nueva legitimación nacionalista inspirada en el Estado de 1952. Casi sin oposición de izquierda, esta perspectiva encubre los límites históricos que le fueron propios a este Estado, en su relación con la clase obrera y, luego, su natural derivación en el nacionalismo étnico que se vio emulado durante el neoliberalismo. Veamos en qué sentido: 1. En un plano general, está claro que la opción por el nacionalismo ha acarreado en nuestro país la paralización de las fuerzas productivas. La relación es simple: carecemos de los recursos materiales y humanos para un despliegue económico autónomo que, siendo legítimo, se estanca en un insuficiente y unilateral voluntarismo. Cuando esto es constatado, la fiesta antiimperialista se convierte, rápidamente, en una capitulación sombría y humillante frente al poder externo. En el caso de 1952 esto devino, entre otras cosas, en la indemnización de los barones del estaño, forzada por los Estados Unidos, a cambio de lo cual se produjo el reconocimiento de este país a la revolución nacional en tanto ésta, de su inicial ímpetu, pasó a convertirse, además, en un “modelo” de transformación volcada hacia el anticomunismo. Esa fue la raíz de lo que posteriormente fue el nacionalismo militar, umbilicalmente conectado con el nacionalismo revolucionario. 2. Como el nacionalismo es incapaz de enfrentar los desafíos de la productividad y, por ende, de la reorganización histórica de las relaciones sociales, apunta a hacerlo “desde arriba”, desde el Estado. El resultado es la creación de ciudadanos que preservan sus derechos a partir de las lealtades clientelares con el poder. Frente a un aparato productivo paralizado, la clientela encuentra acogida en el empleo estatal o en los grupos corporativos favorecidos por gobierno, lo que apunta a que los beneficios de la nacionalización se orienten al potenciamiento, no de la fuerza laboral, sino de clases improductivas, volcadas al letargo de la administración pública o a la facundia literaria. El 52, este proceso devino en un Estado vertical y autoritario que sucesivamente fue incrementando recursos para la burocracia, mientras la fuerza laboral productiva era condenada a sistemas cada vez más anacrónicos de explotación del mineral, por lo tanto a su inutilización social y política. Ello trajo la acusación, bárbaramente acuñada, de que los mineros fueron los gestores del fracaso del modelo estatal. Arturo Borda: El triunfo del arte 3. El nacionalismo confunde a los trabajadores y posterga sus aspiraciones, al constituirlos discursivamente en los guardianes del Estado-nación como entidad abstracta, enajenándolos y sin discutir la naturaleza histórica de aquél. En el Estado del 52, cuando los trabajadores lo hicieron, en pos de su independencia clasista, fueron condenados a la vertiente de la “anti-nación”. Para ello, el nacionalismo se dotó de un imaginario sustentado en el campesinado indígena, masa disponible para la ciudadanización “desde arriba” y por eso capaz de enfrentarse con cualquier medio a los “traidores” del proceso, bajo el mando de un caciquismo sindical abusivo y expoliador que no hizo otra cosa que conducir a sus propias bases al engaño, la postergación y el sufrimiento. Fue así como surgió el pacto militar-campesino, como custodio de los valores “propios”, activado en el mismo contexto en el que se aniquilaba un poderoso liderazgo socialista en las minas y se daba inicio a la masacre como la forma más feroz de disciplinamiento político en el país. A partir de entonces, la historia de los trabajadores fue un desfiladero de derrotas que los condujo a la relocalización de fines de los años 80, dramático corolario de la alegórica y paralizante ritualidad nación/antinación que la precedió. El actual nacionalismo es muy parecido al de ayer, con el agravante de que, en asociación con el neo-indigenismo, prescinde en su análisis de un hecho fundamental: que la auto-identificación étnica es propia de sociedades que no pueden reproducirse via salarial y, por ende, no crean los entretejidos del mercado interno que sostienen la cohesión estatal-nacional. Por eso, cuando hablamos de etnias, en realidad estamos hablando de sujetos carentes de referentes nacionales o, del mismo modo, de trabajadores que sobreponen a su identidad clasista los vínculos primordiales de la lengua y la raza. El ensimismamiento grupal y la apología de los particularismos es consecuencia de ese proceso, que ciertamente encalla en la condena del Estado, pero por razones conservadoras, en este caso sustentadas en los procesos de desafiliación laboral de las últimas décadas en las que neo-li- berales y neo-indigenistas convivieron poniendo en duda, ambos, los intereses generales de la nación. Los primeros venían de las antiguas filas nacionalistas del 52; los segundos de la desintegración social que comenzó a darse en los años 80, fruto del fracaso del modelo estatal. Si esto es así, la mentalidad del neo-indigenismo es anacrónica, porque constata la dificultad de sacar de nuestra conciencia las condiciones materiales en las que tuvo lugar y que están impidiendo visibilizar un horizonte post-neoliberal para el país, expectativa que sólo será posible en la medida en que el liderazgo político se dote de un carácter progresista, con sabiduría para confrontarse con las transformaciones del capitalismo contemporáneo y para hacer suya, a través de la reorganización del trabajo, la fuente histórica de la integración nacional, la democracia y el socialismo del siglo xxi, más allá de toda abstracción fantasmagórica que se construye imaginariamente como “nación”. * Socióloga, docente cides-umsa. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / 15 aldea global En busca de la humanidad perdida (IV) Crezcan y multiplíquense (sensatamente) Francesc Viçens* “…hoy ya es suicida ignorar que la explosión demográfica es la principal causa de la miseria y el hambre en el mundo, así como del creciente deterioro ecológico del planeta, además de estar detrás de diversas guerras civiles pasadas y futuras…”. A lgunos buenos teólogos nos dicen que el verdadero pecado es el “ensimismamiento”. Para ellos el sentir que la vida comienza y termina en nosotros mismos, nuestra tribu o momento, o el vivir la religión sólo como algo valioso en la medida que remedie nuestras aflicciones, o el creer que nuestra nación, familia, partido o proyecto es lo único capaz de dar sentido a nuestras vidas… todo esto –sea o no pecado– empobrece y pone en riesgo a nuestra humanidad. Agitados por las urgencias diarias, excitados por unos medios de comunicación sumidos en las pasiones más cortoplacistas, bombardeados por imágenes consumistas que desordenan los deseos… parecemos sombras de nosotros mismos, imágenes deformadas de lo que quisimos y pudimos ser, esforzándonos en tapar las humedades de una casa de convivencia crecientemente problemática, sin querer ver el río que se está formando debajo de ella. Como en la parábola de la rana hervida, nos vamos cociendo lentamente en nuestros ensimismamientos, y cuando el río se hace innegable ya no tenemos ni la energía ni la voluntad ni la honestidad necesaria para reconocer y enfrentar los problemas. ¿Somos una plaga o el cáncer de la biosfera? Tomemos el caso de la expansión alarmante de la población humana. ¿Somos una plaga o, como dicen algunos, el cáncer de la biosfera? Un cáncer es un grupo de células en expansión demográfica incontrolada, que de no atajarse a tiempo puede matar a todo el organismo, incluido el propio tejido canceroso. ¿En qué medida es responsable el consumo o la proliferación de los humanos del deterioro de los ecosistemas y de la extinción actual de tantas especies? Toda advertencia contra el consumo irresponsable nos parecerá siempre poca. Pero no tendría que impedirnos ver la magnitud de la otra respuesta. Hasta la revolución neolítica no fuimos más de cinco millones esparcidos por el ancho mundo. Pero La irresponsable lucha por el poder desde que aprendimos a cultivar la tierra y los animaNo tendríamos que rezar por la Tierra, sino por la su- les, y nos hicimos sedentarios, fuimos creciendo hasta pervivencia de los homínidos (nosotros) sobre ella. La llegar a una población en torno a los 300 millones, que Tierra existió mucho antes que nosotros y, sin duda, ha sido el tamaño medio autorregulado naturalmente a nos sobrevivirá. Los verdaderos grandes temas de lo largo de la mayoría de los últimos siglos. Pero todo nuestro tiempo tienen poco que ver con los temas bajo cambió a partir de la Revolución Industrial y científilos que se oculta la irresponsable e inhumana lucha por co-técnica. En 1804 ya éramos 1.000 millones. Tomó el poder. La gente sabe o intuye que para su bien vivir sólo 123 años añadir otros mil –en 1927–. Los 1.000 y el de sus hijos, temas tales como el cambio climático, siguientes se añadieron en 33 años –en 1960–. Catorla paz y la seguridad, el trabajo digno, la educación y ce años más tarde –en 1974– éramos 1.000 millones la salud, el respeto a la diversidad y a la libertad, o el más. Trece años más tarde –en 1987– añadíamos otros buen gobierno… son más importantes que la agenda de 1.000. Y doce años más tarde –en 1999– crecíamos con pasiones envuelta en los nuevos mitos que hoy alien- otros 1.000. Está previsto que esto no cese y que para el tan las luchas partidistas. Caído el mito del socialismo 2012 ya seamos 7.000 millones de homínidos. “científico” que tantas vidas costó o del “neoliberalisEs como si nuestro objetivo actual como especie fuemo Consenso de Washington”, que tantas frustracio- ra la acumulación de la máxima cantidad de carne humana nes ha generado, la manipulación mitológica no cesa: sobre el planeta, especialmente en los territorios con peoahora tocan los mitos de las “refundaciones” que, como res expectativas de vivir bien. Hoy sabemos que en 2015 la vieja letra de la Internacional, quieren hacer “tabla habrá 3.000 millones de personas con menos de 25 años y rasa del pasado” y sólo generarán el mismo dolor que casi todas ellas en los países en desarrollo. También que en sus antecesores irresponsables. 25 años la población mundial crecerá en unos 1.500 miDecía David Hume llones, de los cuales sólo 50 que hay dos fuerzas que millones corresponderán al Los verdaderos grandes temas de nuestro mantienen a la humanimundo desarrollado. Todo dad en pie: el amor propio tiempo tienen poco que ver con los temas bajo esto a partir de un mundo y la empatía o capacidad los que se oculta la irresponsable e inhumana actual de 6.000 millones humana para ponernos en en el que 1.000 millones lucha por el poder la mente y el corazón del disfrutan del 80% del pib otro, tratando de sentir con global, mientras que otros él. La vida humana sana requiere del cultivo de los dos 1.000 viven con menos de un dólar diario. sentimientos. Sin amor propio nos perdemos el respeto y nos hacemos objeto de los fines de otros o de nuestras Explosión demográfica = pobreza propias pasiones. Sin compasión (del latín cum patere, que La mayor parte de las políticas que se están ensayando a significa “sentir con”) ni empatía caemos en la aneste- nivel global (objetivos del milenio, liberalización de flujos sia moral o hasta en estados psicópatas. Las fuerzas de comerciales, in­cre­mentos de fondos de cooperación, mala buena vida están en nuestros genes, pero su desarrollo yor estabilidad del sistema financiero, combate a los trárequiere ejercicios de conciencia, voluntad y sensibilidad. ficos ilegales y hasta la lucha contra el cambio climático) Las mil formas de oración y meditación, y buena parte se hacen sobre el supuesto de que nuestros modos de prodel arte y la cultura humanas se han orientado a ese fin. ducción y consumo no tienen límites demográficos y de Arturo Borda: Mundo demonio y carne que la globalización actual es sólo un problema de justicia. Pero hoy ya es suicida ignorar que la explosión demográfica es la principal causa de la miseria y el hambre en el mundo, así como del creciente deterioro ecológico del planeta, además de estar detrás de diversas guerras civiles pasadas y futuras. Resulta inevitable recordar a Malthus, pero es más eficaz invocar a Norman Borlaug, el padre de la “Revolución verde”, quien, al recibir el Premio Nobel, insistió en que el problema de fondo de la pobreza era la explosión demográfica y que había que aprovechar la tregua de la “Revolución verde” para detenerla. La burocracia vaticana, los presidentes conservadores norteamericanos, en buena parte dependientes del voto de los fundamentalistas cristianos, y los Estados islámicos se han opuesto frontalmente a todos los esfuerzos de las Naciones Unidas para promover la planificación familiar como la más eficaz medida de lucha contra la pobreza. Los cristianos del mundo desarrollado, en su gran mayoría, no les hacen mucho caso. Las víctimas son principalmente las mujeres del mundo en desarrollo, que carecen de la información, la libertad y los medios para evitar los embarazos. El Fondo de Población de las Naciones Unidas tuvo que acusar formalmente a la Iglesia Católica de ejercer una influencia negativa que compromete el equilibrio demográfico mundial. El Consejo Pontificio para la Familia replicó acusando a la onu de practicar el “imperialismo anticonceptivo”. Cada vez resulta menos razonable y humano mantener que la reducción artificial de la natalidad mediante la planificación familiar, los anticonceptivos y el aborto es antinatural y debe prohibirse, y que, en cambio, la reducción artificial de la mortalidad mediante la higiene, las vacunas y los antibióticos es natural y debe autorizarse. Nos conmueve la abnegación de tantos misioneros y misioneras comprometidos con la causa de la nutrición y la conversión de los pobres del mundo, pero impedidos de darles lo que más necesitan: la planificación familiar que liberaría a las mujeres de los embarazos no deseados y que causan más miserias de las que es capaz de aliviar la santidad encomiable de todas las Teresas de Calcuta (Mosterín). * Humanista, historiador y poeta valenciano. 16 / ensayo 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 La democracia cosmopolita: una respuesta a las críticas (III) Las críticas a la democracia cosmopolita Daniele Archibugi* Más de una década después de su primera presentación, la idea de democracia cosmopolita sigue debatiéndose dentro del ámbito de la teoría política. Es alentador ver a tantos pensadores, jóvenes inclusive, compartiendo y desarrollando estas ideas propuestas originalmente por un reducido grupo de especialistas a las que no han faltado críticas. C ríticas realistas Los realistas desencantados nos recuerdan que los mecanismos del mundo son muy diferentes de como los imaginan los soñadores de la democracia cosmopolita. Argumentan que los elementos principales que regulan las relaciones internacionales son, en última instancia, la fuerza y el interés. Por tanto, todo esfuerzo para domar la política internacional por medio de instituciones y la participación pública es pura utopía. No discrepo en atribuir importancia a la fuerza y al interés, pero es excesivo no sólo considerar que son lo único que mueve la política, sino también que son inmutables. Incluso desde una perspectiva realista sería erróneo pensar que los intereses de todos los actores implicados en la política internacional se oponen a la gestión democrática del proceso de toma de decisiones. Es más exacto hablar de intereses opuestos en tensión. Por tanto, de momento hay, por una parte, la influencia que ejercen sobre el proceso de toma de decisiones algunos centros de poder (determinados gobiernos, grupos militares y grandes empresas); y, por otra parte, las demandas de grupos de interés más amplios de aumentar su papel en la toma de decisiones. Sean estos Estados periféricos, movimientos mundiales o industrias nacionales, no necesariamente son puros de corazón. Siguen una agenda que es antihegemónica de hecho porque sus propios intereses son opuestos a los del poder centralizado. Apoyar estos intereses no es cuestión de teoría sino de opción política. Sin embargo, algunos realistas rechazan no sólo la viabilidad del proyecto cosmopolita, sino también su conveniencia. Estos críticos suelen estar confundidos porque se percibe el riesgo de que el proyecto cosmopolita pudiera, en el marco de la realidad política contemporánea, ser utilizado en otras direcciones. Sin duda, es significativo que Zolo, para construir su crítica de la democracia cosmopolita, deba forzar continuamente la posición adoptada por sus antagonistas. En Cosmopolis critica a menudo la perspectiva de un gobierno mundial, pero ninguno de los autores a los que cita –Bobbio, Falk, Habermas, Held– lo ha defendido nunca. Estos especialistas limitaban su apoyo a un aumento del imperio de la ley y la integración dentro de la política mundial; nunca argumentaron a favor de la concentración de poder coercitivo mundial. No * Especialista en economía y política del cambio tecnológico y en teoría política de las relaciones internacionales. Los derechos de publicación han sido cedidos a Nueva Crónica por el Centro de Investigaciones para la Paz de España. Se ha dividido el ensayo en cuatro partes y se han omitido las notas que aparecerán en la edición completa que hará Plural editores. senciaron proyectos audaces para la reforma de la onu y la democratización de la gobernanza mundial fueron también testigos de la significativa actividad militar de los Estados de Occidente. En su camino hacia el uso de la fuerza, estos Estados emplearon una retórica que recordaba peligrosamente los discursos que añoran un orden mundial fundado en los valores de la legalidad y la democracia. Ya he argumentado que la cantidad de poder concentrado en las manos de eeuu es excesiva, y que su democracia interna no es garantía de la aplicación sensata o legítima de ese poder. Sin embargo, la clave es encontrar una estrategia que pueda oponerse efectivamente a este bloque hegemónico. Contrariamente a Zolo, Go­ wen, Chandler y otros, cuestiono Arturo Borda: Anochecer en el lago la capacidad del viejo dogma de la soberanía para proporcionar una alhay que identificar la democracia cosmopolita con el ternativa satisfactoria a la hegemonía estadounidense o, proyecto de un gobierno mundial –que se basa necesa- en realidad, a cualquier hegemonía. Hasta este momenriamente en la concentración de fuerzas en una única to, el llamamiento a la soberanía ha servido al propósito institución–; por el contrario, es un proyecto que invo- de ayudar a los gobiernos a abusar de sus ciudadanos, ca alianzas voluntarias y revocables entre instituciones en lugar de ofrecer a los Estados más débiles protección gubernamentales y metagubernamentales, donde el frente a la codicia de los Estados más fuertes. El reforpoder coercitivo está compartido, en última instancia, zamiento de las instituciones internacionales, especialmente si está inspirado en los valores de la democracia, entre los actores y sometido al control judicial. Sería útil realizar un experimento para verificar con probablemente produciría el efecto deseado de obligar qué frecuencia una crítica realista de la democracia cos- a eeuu y a sus aliados a llevar a cabo una política extemopolita podría aplicarse también a la democracia del Es- rior mucho más coherente con sus propias constituciotado. Si el enfoque realista se aplicara de forma coherente, nes. Atrincherarnos tras la noción de soberanía sólo por la democracia no podría existir como sistema político. contrarrestar la hegemonía de eeuu podría hacernos Pese a todas sus imperfecciones, la democracia sí existe, y olvidar a los millones de personas que están sometidas esto es posible gracias, en parte, a los pensadores y movi- cada día a la opresión de sus propios gobiernos. El remientos –¡todos visionarios!– que han apoyado y luchado ciente conflicto en Irak parece reforzar este argumento. Por una parte, la ausencia de consenso y de legitimidad por su causa mucho antes de que pudiera ser posible. internacional no disuadió a dos Estados democráticos, eeuu y el Reino Unido, de hacer la guerra en contra del La hegemonía estadounidense El mundo actual está dominado por un bloque hege- derecho internacional. Por otra parte, la comunidad internacional carecía mónico en el que un solo Estado, eeuu, está dotado de poderes extraordinarios y tiene el mandato de defender de instrumentos no coactivos para protestar contra la unos intereses económicos muy limitados. Esta hege- violación de derechos humanos por parte del Gobierno monía va tan lejos como para recurrir al poder militar iraquí, dado que representaba a un Estado “soberano”. para penetrar en la actividad económica y política. Los La perspectiva cosmopolita habría instado, por el concríticos han descrito cómo muchas organizaciones in- trario, a la comunidad internacional a emprender otras ternacionales –como el fmi, la omc y la otan– tam- acciones, como sanciones inteligentes, para oponerse al bién sirven al propósito de mantener y preservar los Gobierno iraquí y acabar con él en última instancia. intereses de este nuevo bloque hegemónico. Basándose en la observación de las condiciones del La crítica marxista I (Karl) mundo real, estos críticos alegan que un proyecto que Suele decirse que el poder hegemónico de eeuu y sus tiene como objetivo dar poder a instituciones mundiales aliados más próximos es consecuencia del actual sistema para coordinar y monitorizar las políticas nacionales lleva­ económico internacional. Como la democracia cosmode hecho a una reducción de la independencia de los di- polita se centra en los aspectos institucionales del orden versos Estados y, en última instancia, refuerza la ideología internacional, en la superestructura, y no concede el ludel poder hegemónico actual. Autores como Zolo, Gowen gar de honor a las dinámicas económicas, se la critica por y Chandler han señalado cómo los mismos años que pre- no tener en cuenta los centros cruciales de poder. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Desde una perspectiva marxista, la democracia internacional, tomada únicamente como un proyecto institucional, sería imposible, pues la transformación de la política mundial sólo puede realizarse con un nuevo régimen económico. Pero no es fácil establecer vínculos de causa y efecto bien definidos entre política y economía. Muchos intereses económicos están más que satisfechos con los actuales mecanismos de control y no tienen ningún interés en aumentar la gestión democrática sobre los flujos de capital o del comercio internacional. Sin embargo, hay muchos otros intereses, quizá más generalizados, que están presionando a favor de una mayor rendición de cuentas. La especulación financiera que beneficia a algunos grupos es un obstáculo para otros, y muchos poderes económicos esperan ahora poder alterar la estructura actual de las finanzas internacionales. Algunas de las propuestas más interesantes sobre cómo limitar los daños causados por la globalización financiera proceden del propio George Soros. Si no queremos descartar esto como un caso de esquizofrenia, debemos inferir que no existen los intereses unívocos. Otros marxistas alegan que el proyecto de la democracia cosmopolita adolece del uso indebido del término “cosmopolitismo”. Brennan mantiene que sería mucho más adecuado hablar de “internacionalismo”. Naturalmente, lo que importa de verdad son los conceptos, no las palabras. Sin embargo, mantengo que es más preciso calificar este proyecto de “democracia cosmopolita” y no de “democracia internacional”. El término “internacional”, acuñado por el abad de Saint-Pierre y Jeremy Bentham, recuerda un tipo de organización caracterizada por dos niveles de representación: primero, la existencia de gobiernos dentro de los Estados, y segundo, la creación de una comunidad “internacional” basada en los gobiernos. En cambio, adoptar la noción de “cosmopolitismo” ensayo permite la introducción de un tercer nivel de gobernanza, uno que exige una participación más activa de los individuos en los asuntos políticos mundiales. Por tanto, los ciudadanos deben desempeñar dos funciones: la de ciudadanos del Estado y la de ciudadanos del mundo. No obstante, Gilbert y Brennan evocan el internacionalismo de otras tradiciones gloriosas –tradiciones que comparten el espíritu de la democracia cosmopolita–: las asociaciones internacionales de obreros y los congresos de la paz del siglo xix y principios del xx. El famoso lema “proletarios del mundo, ¡uníos!” proclamaba la esencia de este espíritu. Dentro de esta perspectiva, el “internacionalismo” ya no se usa para referirse a los representantes del Estado. El internacionalismo se refiere a los actores políticos dentro del Estado que están en conflicto con sus gobiernos porque creen que éstos son la expresión de la clase antagonista, la burguesía. La visión marxista mantiene que la fuerza del interés común que une a los proletarios de diferentes Estados es tal que los conflictos entre Estados proletarios se resolverían con mucha más eficacia que los conflictos entre Estados burgueses. La definición marxista de “internacionalismo” se construyó sobre la creencia de que la derrota de la clase dominante por el proletariado resultaría en el cese de todos los conflictos entre grupos organizados, ya que las comunidades proletarias nunca alimentarían el deseo de sojuzgar a ninguna otra comu- Los peligros de una tecnocracia mundial S iempre existe el temor de que un nivel de gobernanza que esté más allá del Estado pueda privar en última instancia a los Estados de su contenido democrático, ganado con tanto esfuerzo, al concentrar las competencias y el poder en lugares alejados del control público. Thaa, entre otros, expresa esta preocupación: “La sociedad civil mundial no puede proporcionar un ámbito de igualdad política y priva a la idea de ciudadanía de su contenido político”. Las comunidades pequeñas con altos niveles de participación –comunidades también tenaz y generosamente comprometidas con cuestiones mundiales– suelen ser las que más se oponen a la pertenencia a organizaciones internacionales. Suiza, patria de Rousseau, país de origen de la Cruz Roja, sede de la Liga de las Naciones y de muchos otros organismos de la onu, no se convirtió en miembro formal de la organización hasta 2002, y sigue manteniendo su independencia de la Unión Europea (ue) pese a estar totalmente rodeada por ella. Los noruegos han votado dos veces en contra de su incorporación a la ue, mientras suecos y daneses se han negado a sustituir su moneda por el euro. Dado que en cuestiones de democracia estas comunidades tienen más que enseñar que aprender, sus preferencias deben tomarse en serio. La explicación más convincente es la de Wolf, cuando señala la propensión de los gobiernos a utilizar sus obligaciones hacia las organizaciones internacionales para limitar la soberanía de sus ciudadanos. Existe una preocupación generalizada de que las organizaciones internacionales puedan convertirse en el caballo de Troya que permita a los tecnócratas imponerse al control democrático. En Europa, los parámetros de Maastricht se hanconvertido en la religión que ha obligado a los Estados a recurrir a políticas económicas restrictivas. Las directrices del fmi han forzado opciones políticas particulares a muchos países en desarrollo y en ocasiones han frustrado la posibilidad de profundizar la democratización. Comparto las preocupaciones relativas a la capacidad de las organizaciones internacionales incluso de limitar la autonomía política de un Estado, pero ¿sostiene en un grado superior de autonomía a estas comunidades políticas la negativa de la integración internacional? Tómense los ejemplos de tres Estados vecinos: Finlandia, Suecia y Noruega. El primero está totalmente integrado en la ue; el segundo es miembro de la ue, aunque ha decidido no introducir el euro; y el tercero ha escogido quedarse fuera. Por tanto, ¿podríamos concluir que Noruega se beneficia de un mayor grado de autonomía que Finlandia? Finlandia tiene la capacidad de expresar sus preocupaciones dentro de instituciones del ámbito europeo. Noruega, no. Por tanto, en la actualidad, la autonomía de Noruega parece correr más riesgos que la autonomía de Finlandia. Integrarse dentro de organizaciones democráticas supranacionales ayuda mucho más a preservar la democracia de los Estados que a dificultarla. Negarse a ampliar la toma de decisiones democrática más allá del territorio del Estado no sólo deja las decisiones en tierra de nadie, sino que también pone en peligro la democracia dentro del Estado. Por tanto, podría ser preferible lo contrario y presionar a favor de una mayor rendición de cuentas y transparencia dentro de las organizaciones internacionales, introduciendo dentro de cada una diferentes mecanismos de control y participación pública. / 17 Arturo Borda: Entrada a los Yungas nidad (de trabajadores). En consecuencia, no existiría la necesidad de organizar un sistema político internacional que pueda mediar en los conflictos, pues no habría conflictos. La soberanía se disolvería sin más, junto con su titular, el Estado burgués. El análisis marxista mantiene la existencia de un conflicto permanente de intereses entre clases sociales rivales; intereses que –ahora más que en el pasado– están en conflicto no sólo dentro de los Estados, sino también entre Estados. La creación de una ciudadanía mundial no pondrá fin a estos conflictos de interés, pero esa no es la ambición que la inspira. Su meta es sencillamente encontrar loci institucionales donde estos conflictos de interés se puedan abordar y gestionar. Si la prolongada guerra civil en Sierra Leona estuviera de algún modo vinculada al comercio de diamantes, y se pensara que los comerciantes de Amberes, Moscú y Nueva York desempeñan un papel efectivo en promover la instigación de las hostilidades, ¿qué clase de cauces institucionales podrían ser efectivos para resolver la cuestión? Las políticas que se deciden en el seno de instituciones internacionales –como la certificación del origen de los diamantes– ofrecen la posibilidad de mitigar el conflicto. En otras palabras, las instituciones mundiales deberían ofrecer cauces efectivos para solucionar conflictos. Lo que hace falta revisar es el programa político del internacionalismo proletario, no su espíritu. La democracia cosmopolita sugiere la creación de instituciones y cauces representativos que no se limiten a una clase social específica, sino que estén abiertos a todos los individuos. Su objetivo no es superar las clases sociales, sino otro más modesto pero igualmente ambicioso: ofrecer cauces de representación directa a todas las personas en el nivel mundial, con independencia de su origen social. Esto implica basar la toma de decisiones sobre cuestiones mundiales en las preferencias de la mayoría, y no en las de una única clase. En este sentido, Ulrich Beck invocaba: “Ciudadanos del mundo, ¡uníos!”. Las campañas transnacionales ya han logrado influir en las opciones de los que toman las decisiones políticas: por ejemplo, la decisión del Gobierno británico de seguir procedimientos inocuos para el medio ambiente para eliminar el Brent Spar; la institución de la Corte 18 / Penal Internacional; la decisión de algunas multinacionales de renunciar a sus beneficios y permitir la difusión gratuita del medicamento contra el sida; o incluso intervenciones militares para proteger los derechos humanos. Hay una esfera pública internacional que está dirigiéndose hacia la acción pública, y se han logrado algunos resultados parciales aunque significativos. La crítica marxista II (Groucho) Groucho Marx dijo una vez: “No quiero pertenecer a ningún club que me acepte como miembro”. Groucho anticipaba así lo que se ha convertido en una de las críticas más frecuentes a la Unión Europea (ue): “Si la ue solicitara la entrada en la ue, no cumpliría los requisitos por el contenido democrático insuficiente de su constitución”. Muchos especialistas se refieren a esta crítica para argumentar la incapacidad de la ue para convertirse alguna vez en una institución democrática. Puesto que la ue es de hecho la más democrática de todas las organizaciones internacionales actuales, este argumento apoya la postura de que es difícil, cuando no imposible, ampliar la democracia más allá del sistema estatal. Robert Dahl ha elaborado una lista de criterios para la evaluación de la democracia dentro de un Estado. Aplicando estos criterios a la democracia mundial, muestra que no se pueden cumplir y, por tanto, alega, la democracia mundial es imposible. Las organizaciones internacionales, incluida la ue, son bastante menos democráticas que muchos de sus Estados miembros, pero no creo que puedan ser juzgadas con los mismos criterios que se aplican a los Estados. En mi opinión, se trata más bien de evaluar la capacidad de diferentes mecanismos para aumentar la participación democrática, especialmente en un momento en el que tantos se quejan de la falta de control sobre las decisiones adoptadas por el poder ejecutivo. Dahl no parece mostrarse hostil a la idea de las organizaciones internacionales, ni niega la utilidad de aumentar su transparencia y rendición de cuentas. Lo que considera impropio es el uso de la palabra “democracia”. Sin embargo, si se comparte la opinión de que las decisiones sobre cuestiones que trascienden las fronteras nacionales deben adoptarse dentro de instituciones adecuadas (es decir, instituciones internacionales), y que éstas deben responder al menos a los criterios de transparencia y rendición de cuentas, se observará que las discrepancias entre posturas son sobre todo una cuestión de terminología. Quizá sería mucho más útil argumentar sobre posibles vías de acción, en lugar de sobre la elección de palabras. Me pregunto hasta qué punto un pensador como Dahl se opondría a una reforma sustancial de las diversas organizaciones internacionales, como la creación de una asamblea parlamentaria dentro de Naciones Unidas o una jurisdicción obligatoria del Tribunal Internacional de Justicia. Por tanto, debemos evitar encontrarnos en una situación en la que lo bueno sea enemigo de lo mejor. Ante la dificultad de construir un nivel de democracia internacional sobre un modelo estatal, a menudo olvidamos la posibilidad de presionar a favor de una mayor legitimidad del proceso de toma de decisiones, incluso en las áreas en las que sería factible. La objeción comunitaria y multiculturalista Los pensadores comunitarios y multiculturalistas han criticado la democracia cosmopolita por su incapacidad para respetar la identidad de las comunidades políticas. Estos autores han ido tan lejos como mantener que un sistema político es democrático o cosmopolita, argumentando que una democracia no puede ser cosmopolita y un sistema cosmopolita no puede ser democrático. Kymlicka anima a los Estados democráticos ensayo a asumir la responsabilidad también de asuntos como la inmigración, los flujos financieros, las comunidades multiétnicas y los derechos de las minorías. Al mismo tiempo, insta a los Estados a hacer una contribución positiva a la sociedad mundial, por ejemplo, reforzando internacionalmente la protección de los derechos humanos y la ayuda al desarrollo. Exonerar, con un ojo puesto en un orden mundial indefinido, al Estado de estas responsabilidades podría resultar en un desligamiento de las responsabilidades entre el sistema político del Estado –que, aunque insuficiente, es sin embargo extensible– y un sistema mundial que aún no existe. Las preocupaciones de Kymlicka son comprensibles. Aunque no niega la necesidad de la responsabilidad mundial, cree que esta clase de responsabilidad podría gestionarse mejor con las instituciones estatales existentes y no con instituciones fundadas en una ciudadanía mundial que aún está en pañales. Ya he explicado que el Estado es un componente importante del proyecto de la democracia cosmopolita, y que los Estados más avanzados podrían convertirse en experimentos importantes de cosmopolitismo. Sin embargo, 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 turo hablar de un demos mundial, y coincido en que se ha exagerado a menudo la noción de una sociedad civil mundial; las minorías y las elites siguen siendo los participantes principales de los debates sobre la política mundial. También comparto la creencia de que la democracia no puede existir sin un demos. Sin embargo, no existe un conjunto acordado de criterios sobre cómo juzgar lo que convierte a una multitud de personas en un demos. Calhoun ha señalado cómo la solidaridad no respeta necesariamente las fronteras del Estado, y esto nos obliga a intentar comprender qué elementos unen a los individuos. Las personas pueden interpretarse como los habitantes de una aldea, de una ciudad, de un condado; pero también como grupos étnicos, miembros de movimientos religiosos e incluso hinchas de un equipo de fútbol. En muchas áreas funcionales también existen diferentes demoi que no siempre están asociados con claridad a las fronteras de los Estados. Si las comunidades de destino de hecho son parcialmente coincidentes es regresivo anclar de forma estática una comunidad política a una población delimitada geográficamente. No obstante, también creo que el demos no es antecedente e independiente de las instituciones. En algunos contextos institucionales, compartir instituciones comunes ha dado nacimiento a un demos. Tenemos un demos estadounidense único hoy porque hace más de dos siglos hubo unos colonos que lucharon por los eeuu de América pese a la diversidad de creencias religiosas y antecedentes. Si no hubiera existido esa opción subjetiva, la geografía política de eeuu podría ser muy diferente, con un gran número de Estados, cada uno de ellos orgulloso de su propia identidad, del mismo modo que hay identidades muy diferentes en eeuu y Canadá. Creer que el demos es independiente de las instituciones es igual que creer que el demos podría ser alguna Arturo Borda: Anochecer en el lago vez independiente de la historia. Otros, sin embargo, siguen considerando que el cosmopolicuando Kymlicka mantiene que “la política democrá- tismo es elitista. Según la definición del diccionario inglés tica es política vernácula” parece olvidar el hecho de Collins Cobuild, “cosmopolita es alguien que tiene muque hay demasiados aspectos de nuestra vida cotidiana cho contacto con personas y cosas de numerosos países que escapan a la dimensión vernácula, tanto en el ni- diferentes y, como resultado, está muy abierto a diferentes vel estatal como en el mundial. ¿Cuál es la dimensión ideas y formas de hacer las cosas”. Esto parece describir política vernácula de China o de la India? ¿O incluso mejor las elites que el demos. Sin embargo, ya en la filosode la pequeña Suiza? ¿Qué parte de la población está fía de la historia de la Ilustración (Kant, Herder, Condorexcluida de la política vernácula en países como eeuu cet, Paine) surgió una visión del cosmopolitismo que no o Canadá? La ausencia de una dimensión vernácula en se entendía exclusivamente en términos de los privilegios la política es una cuestión que no sólo se refiere a una de unos pocos, sino más bien como representación del democracia mundial en desarrollo, sino también a la objetivo al que debería aspirar toda la humanidad. Unir democracia dentro de los Estados. el ideal cosmopolita con la noción de democracia permite El argumento de Kymlicka es válido para cual- que este destino se haga explícito. Esto exige un sentido quier forma de comunidad multicultural o democracia de la responsabilidad que requiere no sólo hacer ciudadamultilingüe. Por consiguiente, o la política democrá- nos del mundo, sino también para el mundo. tica se reduce a una dimensión exclusivamente tribal, dejando que las demás cuestiones sean abordadas de El imperio de la ley y la democracia forma no democrática, o inventamos una dimensión Otros críticos, como Dahrendorf, Urbinati, Morgan y política democrática que también sea metavernácula. Scheuerman, han subrayado la diferencia entre democraMuchos parlamentos estatales, en el momento de ser cia e imperio de la ley, recalcando que más allá del Estado, institucionalizados, han sufrido los efectos de la ausen- lo que hay que buscar es un imperio de la ley generalizado cia de una lengua común. Hoy la cuestión se ha des- más que democracia. La noción moderna de democracia plazado a otros lugares, como la Asamblea General de incluye el imperio de la ley así como el principio de la Naciones Unidas y el Parlamento Europeo. Sin duda, mayoría. Sin embargo, me agrada la sugerencia de consieste será un problema en el caso de la creación de insti- derar estos dos aspectos por separado en la transposición tuciones mundiales. Pero, hasta la fecha, la democracia de la democracia desde el Estado hasta la escala mundial. ha sido bastante dúctil al permitir que se produzcan es- Como ya ha argumentado Kelsen, el reforzamiento de la tas transformaciones, y tengo fe en su capacidad para participación de los ciudadanos en la política mundial exiseguir siéndolo también en el futuro. ge necesariamente una adhesión más estricta al imperio de la ley que la que se practica actualmente. Sin embargo, En busca del demos mundial es sabido que el imperio de la ley sobre el Estado sólo A menudo se argumenta que una democracia cosmo- se respeta cuando los propios Estados desean respetarlo, polita no sería democrática debido a la ausencia de un y con demasiada frecuencia los Estados democráticos no demos mundial. Comparto la opinión de que es prema- sienten ese deseo más que los Estados autocráticos. A nadie sorprende que, ante la ausencia de sanciones, las normas internacionales se respeten menos que las nacionales. Tampoco es difícil que los representantes del Estado declaren que las normas internacionales carecen de legitimación democrática. Por tanto, es necesario reforzar el imperio de la ley en sus aspectos legislativos tanto como en sus componentes jurídicos. Las instituciones que lo promueven y aplican –sea la Asamblea General de la onu o el Tribunal Internacional de Justicia– sólo pueden beneficiarse de una mayor legitimidad democrática. En ausencia de dicha legitimidad, el imperio de la ley corre el riesgo de seguir siendo, como ocurre hoy con demasiada frecuencia, mera retórica moral. A la inversa, los órganos judiciales no legitimados por un mandato democrático corren el riesgo de convertirse en una nueva aristocracia judicial. No es una coincidencia que la crítica condenatoria de Dahrendorf de la democracia mundial fuera seguida rápidamente de una enérgica crítica de la democracia en general, incluso en el nivel estatal. Dahrendorf sugiere dar más peso a las instituciones en las que el demos ejerce menos influencia, como las instituciones cuyos miembros son perpetuos. Como ejemplos de órganos a los que se debería dar mayor poder, ofrece el Tribunal Supremo de eeuu y la Cámara de los Lores (nos perdona el Colegio de Cardenales), donde se nombra a los miembros a perpetuidad y que, por tanto, están fuera del control popular. Sin duda, el objeto de su polémica es la propia democracia tanto como su posible dimensión mundial. La crítica de Dahrendorf se remonta a los guardianes de Platón y por tanto es antitética a las de Dahl y Kymlicka. Sin embargo, podemos tomar de las observaciones de Dahrendorf, Morgan, Scheuerman y Urbinati la idea de que en el nivel mundial, el imperio de la ley puede preceder a la democracia; después de todo, este era el espíritu de Kelsen y de muchos proyectos en la corriente del pacifismo judicial. Dentro del desarrollo de los Estados liberales, es habitual que los tribunales hayan precedido la formación del parlamento. Antes de una clara separación entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, los tribunales contribuyeron a generar unas normas compartidas por los miembros de la comunidad. Los ejemplos que más nos interesan son los relativos a tribunales que actuaban sin poderes de ejecución, e incluso en contra del poder ejecutivo. Aunque las leyes y tribunales internacionales carecen de poderes de ejecución, siguen cumpliendo la función decisiva de obligar a los actores principales a asumir una conducta más virtuosa. Cabría objetar que un imperio de la ley mundial ganará mayor importancia cuantos más Estados respeten el imperio de la ley nacional. No lo niego, pero no es suficiente por la razón ya expuesta: eeuu y otros Estados occidentales, entre los primeros promotores de Naciones Unidas, han infringido abiertamente en varias ocasiones los acuerdos internacionales y obstruido el curso de la ley haciendo uso de la fuerza. La violación de normas internacionales probablemente resultaría más difícil si el imperio de la ley mundial y las instituciones encargadas de ejecutarlo tuvieran que ser ratificados por todos los ciudadanos del mundo, incluidos los de los Estados occidentales. Ética mundial y democracia cosmopolita Otro debate que ha florecido recientemente, especialmente entre los filósofos, se centra en la ética de los asuntos interestatales y mundiales. Estos textos tienen el mérito de haberse ocupado de la desigualdad en la distribución de recursos, ingresos y riqueza entre los países. La agenda política que surgió de este debate tiene mucho en común con la idea de la democracia cosmopolita, aunque aún no se han explorado exhaustivamente las semejanzas y diferencias. Suponiendo que hay razones para la redistribución internacional de ingresos y recursos, ¿podría hacerse sin instituciones dedicadas y comunes? Si estudiamos lo que ha ocurrido dentro de las naciones observamos que el Estado de bienestar no se / 19 ensayo 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 desarrolló como resultado de la compasión de las clases superiores, sino como consecuencia de las luchas sociales que resultaron en el reconocimiento de la igualdad de los derechos políticos de los individuos. Sólo cuando los trabajadores ganaron unos derechos políticos se pudieron negociar derechos sociales y económicos. Hoy, una cuestión similar se abre paso en el ámbito internacional: establecer la responsabilidad de los países más ricos (y democráticos) hacia los países más pobres (a menudo no democráticos) significa identificar unos cauces institucionales (posiblemente democráticos) que conecten ambos grupos. Mientras los Estados más ricos puedan decidir unilateralmente qué parte de sus ingresos nacionales conceden a la ayuda para el desarrollo, ésta seguirá siendo limitada y sumamente contingente. De hecho, resulta alarmante que, tras la caída del Muro de Berlín, la ayuda para el desarrollo de los Estados democráticos haya experimentado una reducción sustancial, mientras que las desigualdades en los ingresos dentro de los países y entre ellos han aumentado. Conclusiones Un orden mundial a largo plazo E n este texto se exponen sólo algunos de los elementos planteados dentro del debate que rodea el proyecto de democracia cosmopolita. Las cuestiones de la ciudadanía cosmopolita, de una sociedad civil mundial emergente y de la soberanía sólo se han mencionado, aunque merecen una exposición mucho más exhaustiva. Urbinati ha señalado cómo la mayoría de los que proponen la democracia cosmopolita son europeos. Esto no debería sorprendernos, teniendo en cuenta que en Europa experimentamos de primera mano la integración entre Estados basada en el consenso y, en contraste con muchas otras uniones de Estados, en ausencia de una amenaza exterior. En su bien informado estudio sobre la democracia posnacional, Sbragia (2003) ha considerado únicamente la dimensión europea. Sin embargo, la democracia cosmopolita también exhibe diferencias sustanciales del experimento europeo, y no se puede generalizar el caso europeo al resto del mundo. Muy claramente, la homogeneidad interna de los miembros de la Unión Europea (ue), presentes y futuros, es mucho mayor que entre los miembros de la onu. Además, la ambición de la democracia cosmopolita es también incluir Estados no democráticos de transición, sobre el supuesto de que la integración actuará como un fuerte estímulo para su democratización interna. Un número significativo de especialistas que han hecho aportaciones a la idea de la democracia cosmopolita proceden de esos Estados que son en sí mismos ejemplos de cosmopolitismo, como los países nórdicos, Canadá y Australia. Sin embargo, es significativa la escasez de autores estadounidenses, con la excepción de Richard Falk y sus colaboradores. Hasta la fecha, los pensadores estadounidenses han dado más peso a la cuestión de la gobernanza mundial que a la de la reforma institucional en el sentido democrático. Las críticas a la idea de una democracia cosmopolita son hasta ahora demasiado benévolas y constructivas para un objetivo tan ambicioso. A menudo ha sido difícil separar las observaciones críticas de lo que parecen bienvenidas aclaraciones, mejoras, desarrollos y ampliaciones de la idea original. Creo que el proyecto de la democracia cosmopolita está en sus inicios, y confío en que se seguirá desarrollando tanto en la teoría como en la práctica. La primera cuestión que reconozco como crucial es replantearse el concepto de democracia en todos los niveles, desde el local hasta el mundial. Muchos de los supuestos habituales de la teoría democrática generalmente aceptada, y en concreto la idea de que se puede individualizar una comunidad política distinta y autónoma, ya no se aplican al mundo contemporáneo. Por tanto, hay que hacer una nueva versión de los valores, principios y procedimientos básicos de la democracia. La teoría democrática se basa en la igualdad de participación, aunque este concepto básico se ha aplicado cada vez con mayor flexibilidad para equilibrar los derechos de los ciudadanos con los de las partes interesadas. Una vez aceptado que los límites de las comunidades políticas ya no están asociados exclusivamente a los Estados territoriales, el problema adquiere una relevancia cada vez mayor. En segundo lugar, hay que investigar más directamente la importancia de las normas y reglas en los asuntos internacionales. En general, se acepta que la sociedad “anárquica” no es tan “anárquica” y que obedece a algunas normas explícitas y tácitas. Palos y zanahorias siguen siendo importantes, pero a menos que se tenga en cuenta también la reputación, será imposible explicar el comportamiento de los actores internacionales. ¿Qué tipo de normas, o de leyes blandas, tienen más posibilidades de influir en las decisiones de los Estados y de las organizaciones internacionales? En tercer lugar, hay que integrar la perspectiva teórica de la democracia cosmopolita de forma más audaz en una transformación realista de la sociedad. Últimamente se ha desarrollado un número cada vez mayor de campañas en torno a objetivos muy concretos y relevantes, como las organizadas por los nuevos movimientos mundiales. Existe un reconocimiento creciente del papel político de la opinión pública internacional, etiquetada con optimismo por el pensador pacifista estadounidense William Ladd “la Reina del mundo”, y esto a su vez necesita ser respaldado por una base teórica más sólida. Es de esperar que la próxima generación de estudios sobre la perspectiva de una democracia cosmopolita intente combinar los asuntos teóricos con aspectos más prácticos. En concreto, me gustaría que se organizasen campañas que persiguieran objetivos realistas y limitados, pero con miras al deseable orden mundial a largo plazo. No espero ver la creación de un sistema democrático mundial como resultado de una transformación única y masiva; más bien al contrario. Es más viable dar pequeños pasos hacia resultados tangibles. La democracia cosmopolita –sus antepasados más ilustres representados por la filosofía de la historia de la Ilustración– sugiere un viaje en el que la humanidad podría unirse más y cuyo destino final sólo podemos adivinar. Pero deseo señalar que cada paso hacia una democracia cosmopolita es en sí mismo un objetivo deseable. Por primera vez en la historia, Estados con regímenes democráticos concentran una cantidad de recursos económicos, tecnológicos, militares, ideológicos y políticos suficientes para garantizar el control del mundo entero. Pese a ello, la fuerza militar rige una vez más la política internacional. La democracia cosmopolita no será más que un miserable consuelo si no es capaz de limitar la consolidación de este poder cada vez más hegemónico. pre-textos 20 / 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Empiezo a visitarme Juan Carlos Orihuela* Este es el prólogo a la edición póstuma de la poesía de Guillermo Bedregal García (1954-1974), preparada por Corina Barrero y publicada por Plural editores junto a La palidez y Ciudad desde la altura. Tu aliento invita a hundir la ciudad fuera del tiempo para conocerte mejor en la basura y percibir en el río un sentido de la muerte que prevalezca en la vida. I. Agujas de arcilla, lejanía, asombro, agua corriendo por entre las grietas de los escombros fundaron la vida fugaz de Guillermo Bedregal García. Alejado tempranamente de Bolivia y de la ciudad de La Paz, en la que había nacido en 1954, su obra poética es, sin embargo, uno de los testimonios más exaltados, complejos y penetrantes de la poesía boliviana de fin de siglo. Habiendo pasado parte de su niñez y adolescencia fuera del país, regresó a Bolivia a comienzos de los años 70. Desde el mo­mento de su llegada se entregó a la recomposición intuitiva y asombrada de aquel cristal disperso que Bolivia aún era para él. Y ése fue también el inicio del descubrimiento paulatino de una presencia que, poco después, se transformaría en uno de los espacios centrales de su existencia: la ciudad de La Paz. Allí, entre la fugacidad de sus pájaros urbanos, atento a sus emanaciones más íntimas, a sus sonidos, a cada golpe de luz, aprendería a percibir los referentes esenciales que darían sentido a su vida y a su muerte. Pocos tiempo después, Guillermo se alejaría nuevamente del país. Sin embargo, Bolivia había dejado ya marcas indelebles en un espíritu como el suyo, poblado de transformaciones, de piedras ocres, de grietas subterráneas, de los ya ineludibles sentidos de aquel río al que le fue encomendado hacerse cargo de la inmundicia de la ciudad, como le gustaba decir, y a cuyas veras solitarias solía sentarse a mirar y a callar. A partir de entonces, Guillermo celebraba ceremonialmente sus llegadas a La Paz. Investido de un espíritu ritual que conmovía, se dirigía, antes que nada, al mirador del Montículo a saludar a su montaña primordial, a preguntar y a encomendarse. Para entonces, había hecho honda amistad con el poeta Jaime Saenz, lo que afirmaría en gran medida su compromiso no solamente con la poesía sino con una manera de vivir en el mundo. La poesía ya ocupaba su actividad esencial y, para él, volver a Bolivia era volver a vivir en poesía, a hablar en poesía, a ejercerla de cuanta manera fuera posible, aunque poco después hubiera que marchar de nuevo y continuar evocando el país a la distancia. Guillermo volvió definitivamente a Bolivia hacia fines de 1973, casi un año antes de su muerte. Si hasta entonces su vida había sido una cifra de intensidades dispares, fue durante ese su último año que recién pudo conocer, febrilmente y a plenitud, los límites de su ciudad, del amor, de su escritura, de su propia existencia. Sin concesiones, se impuso buscarse y encontrarse ya no en la evocación lejana de las cosas sino en el interior mismo del tacto de las cosas, en la confrontación con las cosas: andar y desandar obsesivamente los caminos de ida y vuelta a Llojeta, visitar perplejo a los amigos, acechar los lenguajes de la ciudad, los misterios de la ciudad, sus intersticios, los rincones, el silencio. A su intensa tarea poética se sumaron su ingreso a la Universidad Mayor de San Andrés, para continuar con sus estudios en la Carrera de Filosofía, y su trabajo en la Radio Chuquisaca de entonces, en un programa musical y de reflexión poética, conducido y producido por él mismo, El Alcázar, que fue otra de sus solitarias maneras de comunicar y proponer a los demás, en medio de la inclemencia, un mejor orden humano. Deslumbrado por el amor y olvidado de toda tregua, aquel sería su arraigo final y voluntario en su ciudad natal. Acababa de terminar de corregir los borradores finales de La palidez, libro que no alcanzaría a ver publicado. Había empezado a visitarse. II. Cuidadoso y ordenado como pocos, Guillermo atendía y vi­gilaba escrupulosamente su poesía. Pocas semanas antes de su muerte entregaría a su esposa Corina Barrero los originales de Empiezo a visitarme. Se trataba de una especie de cartografía de la poesía que Guillermo escribiera durante algo más de los dos últimos años de su vida, es decir, entre mayo de 1972 y el momento de su fallecimiento, acaecido en la ciudad de La Paz, el 26 de octubre de 1974. Estableciendo nexos muy estrechos con ese proceso obsesivo e incesante del regreso, Empiezo a visitarme se presenta como testimonio de la conciencia de un destierro que paulatinamente se alivia, se aquieta y se acoge a la serenidad en la medida en que la vida del poeta se aloja definitivamente en su ciudad de origen. Cada una de sus tres partes, “Empiezo a visitarme”, “Enormidad del frío” y “Para el recuerdo del olvido”, está precedida por una página manuscrita en la que el poeta no sólo había consignado las fechas en que los poemas de esa sección habían sido escritos (mayo- Guillermo Bedregal García agosto de 1972; agosto de 1972-febrero de 1973; y febrero de 1973 en adelante, respectivamente), sino también los temas centrales a los que estaban referidos: Primer retorno a Bolivia, Empezar a visitarse, Conocimiento de Jaime, Beatriz, Verdadero descubrimiento de La Paz, Segundo retorno a Bolivia, Llojeta, Exilio, entre otros. Esta conciencia de la distancia y el desarraigo se pone de manifiesto en las permanentes alusiones a dos de los que fueran lugares luminosos de encuentro del poeta consigo mismo: la ciudad y la niñez: “Me he consumido lloviendo en la noche. / Me conocen las cosas que amo: / las linternas rotas, ciertos perfiles y espe­ cialmente la ciudad; / la plenitud de tu ausencia, / desde donde empiezo a mirar mi retorno, / desde donde el aire y las paredes me conmueven / y me veo en ti respirando mi niñez” (...) “En las calles olvidadas, / en la consistencia del ruido al observarte / militaré al abrigo de los residuos de mi primer sueño, / esperando a que retornes con el modo que te dejé para el silencio: modo en el que lloveré, beberé / y consumiré mi piel hasta encontrar mi niñez”. Sometido a los viajes y a los permanentes desplazamientos, pero ante la urgencia de tomar, de una vez por todas, posesión de las cosas deseadas, el poeta buscará imbricarse entre los objetos materiales de la ciudad evocada: “Bajo tu forma / la tierra húmeda es el aullido de un perro. / Cae la basura acumulando la tristeza de los habitantes / y surge el eco que reitera la ausencia de tu rostro, / la presencia de la noche en el perímetro de la ciudad juntándonos / en el frío / dibujándose en los árboles / como filtrando la sombra de una sombra en la profundidad de los / muladares”, para inten­tar, luego, el conocimiento de sí mismo: “Advierto mi desconocimiento / y sólo visito lo que entraña el olvido”. pre-textos 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Una poesía de distancias se hace posible buscando e indagando en la memoria. Guillermo prefiguró su ciudad en el recuerdo de una ciudad de antes conocida hasta el punto de hacerse ciudad él mismo: “Desde las cáscaras y los clarines de la ciudad, / desde la basura, los perros y la maravilla de la luna fría, / desde el cansancio adornado por el ruido del río, / desde la forma de mis entrañas, / desde los amigos desconocidos de las calles altas...”, y aprendió, así, a intuir desde ese recuerdo el conocimiento de la vida y de la muerte: “Entro en la memoria de las cavidades / recuperando el silencio de los ríos, agradeciendo el transcurso de una muerte antigua, la vida; / creando la soledad de la basura, / nutriéndome de lo abandonado por el misterio en el frío”. Grande es el desarraigo y grande la distancia; de ahí que sea preciso evocarlos permanentemente a la espera de la consumación del regreso: “Quiero que el vivir te traslade a tu primera ciudad / y que amontones en mí el sonido de tus huesos, / para que algunas noches, cuando los valles surjan de mis ojos, / ya esté planteada la partida: / con el olor diferente de tus adentros / recordándome lo que quede por retornar”. Se trata, pienso, del período más desgarrado de la poesía de Bedregal García, no solamente por aquel tránsito rutinario y desganado del ir y venir, sino por la resistencia a seguir habitando una existencia alejada del único lugar desde el que podía empezar a frecuentarse a sí mismo con entera libertad. En una comunicación personal, en la primavera de 1972, me decía: “Una carta es la expresión más patética de lo que puede ser un deseo trunco. Es la cristalización de un abrazo o una palabra que te quisiera dar o hacerte oír una noche con frío en la calle Buenos Aires, y que sin embargo tiene que resignarse a quedar entre una hoja que no espera nada de mí, las paredes de mi habitación sola y una canción girando con voces que intuyo y que hiere porque su lejanía las hace más cercanas y comprometedoras». Tenía, a la sazón, dieciocho años. III. Si en las dos primeras partes del libro se hacen recurrentes las evocaciones a la ciudad, la muerte y la niñez, es en la última, “Para el recuerdo del olvido”, en que esos mismos temas se tratan de otra manera: el poeta ha iniciado su viaje final de retorno a La Paz, donde depurará su palabra poética, ahora ya íntimamente asentada en su experiencia de vida cotidiana, en el encuentro de lo entrañable: “ (...) transitar las calles de la ciudad sabiendo que todo ha sido dicho, / que tu silencio ha sido dicho, / que mi impotencia me gobierna para el asombro, / que mi casa alberga una broma que te hace llorar, / y un color para guardar tu rostro de niño en los días que no hay niñez”, de lo pacientemente aguardado: “Cualquier ventana te divisa junto con el ruido del agua; / puedo decir que amo a mis amigos, / a la vida y a la muerte; / puedo ausentarme por reconocerlos tal vez, / habiendo predicho cuanto hacen”. Allí, en el espacio elegido, incondicionalmente entregado a las percepciones más elementales de la experiencia vital, despojado de toda mezquindad pragmática, habría de dar inicio a su última estancia. Su círculo había comenzado a estrecharse. Con la noche de su muerte, de tantas maneras anticipada por él mismo, se completaba un acto poético iniciado en el asombro cotidiano, el destino y los albures, pero también en los misterios de la celebración de otras muertes, de otras memorias, quién sabe de otras ciudades: “Estoy despertando y tengo rostro de morir; / flexiono el hueso que no pensé morar / y me duele cada intento de elucidar mi calavera, / de entender un río / o imitar el canto que retenga la lluvia en la paja viva, / olvidando el cielo y recordando la tierra”. * Crítico literario, Director del Instituto de Investigaciones Bolivianas de la umsa. / 21 Itinerario de Gamaliel Churata 1 Aldo Medinaceli* Creador del colectivo Gesta Bárbara, el escritor peruano Gamaliel Churata es autor de El pez de oro. Retablos del Laykhakuy, compuesta durante su exilio en Bolivia. La mayor parte de su obra permanece inédita. “ Gamaliel Churata”, “Juan Cajal”, “P.”, “González Savedra”, “El hombre de la Calle”, de cuántas formas te llamaste; sin embargo, todas tenían una unidad: Arturo Pablo Peralta Miranda (Arequipa, 19 de junio de 1897 - Lima, 9 de noviembre de 1967). A 38 años de tu muerte, el olvido sigue rondando tu(s) persona(s), aun de aquellos con los que colaboraste,2 y sólo algunos te recuerdan y otros que son menos te conocen. No bastó ser sepultado por la Academia Peruana por el simple objeto de ser autodidacta y ser de la serranía. Lima te conserva en el olvido y aún siguen hiriendo en su academia algunas de tus diversas palabras: “El movimiento liberador intelectualmente, para nosotros, tiene que partir de un repudio de la metrópoli […], una radical y poderosa actitud aborigen, salvaje, cruda y ruda, dionisíaca”.3 Intelectual, autodidacta y “antisistémico” Te iniciaste en el periodismo de forma precoz, sobreponiéndote a la necesidad de empleo; emprendiste trabajar en las labores afines a la tipografía: cajista, periodista, narrador, poeta, ensayista, pensador, político y militante. Ingresaste como aprendiz de tipógrafo en los talleres del periódico puneño El Siglo, El Inca y posteriormente en la tipografía Fournier, donde junto con Eduardo Fournier y un selecto grupo de jóvenes y obreros editaron La voz del obrero (1915-19), periódico que denunciaba los problemas socioeconómicos de Puno. Caminaste en actividades culturales que te bordaron como un gran crítico y polemista ante la aún conservadora sociedad puneña. La Tea (1917-20), Pachacutejj (1919-20), La Voz del Pueblo (1930), Kosko (1924-27), Amauta (1926-1930), Boletín Titikaka (1926-30) fueron algunos espacios en donde presentaste tu obra, producto de la imagen de un nuevo sujeto productor y desde donde manifestaste las posiciones instituidas y tomadas dentro del campo cultural para difundir tu pensamiento político y social, tu actitud siempre en favor del “indio”. Intelectual, autodidacta, de forma y estilo “antiacadémico”, poseedor de una estética anarquista asistemática, siempre bajo el carácter de formar parte de una instancia colectiva, fuese en Bohemia Andina o en el grupo Orkopata te transformaste en un pilar al lado de Mariátegui, González Prada, etc., como una figura nueva, “la del intelectual de subversión profética con un inseparable propósito estético, ético y político”;4 un protagonista liberador de conciencias y difusor de cuestiones político-sociales. Pero el clima de persecución política en contra de tu persona por parte del gobierno de Luis Sánchez Cerro te impulsó a partir y regresaste por segunda vez a Bolivia. La primera vez, en Potosí al lado del padre José A. Zampa, con quien trabajaste en su diario La Propaganda como cajista, y donde conociste a Carlos Medinaceli, Armando Alba, José * Crítico literario y escritor. Prepara la edición de la obra de Gamaliel Churata y Arturo Borda Gamaliel Churata y Aida Castro. Fotografía publicada en la revista Apumarka (cortesía de Pedro Pineda Aragón). Enrique Viaña, Walter Dalence, y juntos, los “bárbaros” dieron nacimiento a la revista Gesta Bárbara (16 de junio de 1918). La segunda ocasión en tierras bolivianas fuiste recibido por tu compañero “bárbaro” C. Medinaceli y no pasaste desapercibido para el mundo cultural y político de La Paz: “Churata llega desterrado de Puno. […] Nuestro viejo amigo hoy es un marxista convencido y militante y, literariamente, un indigenista feliz”.5 En Chukiago Marka buscabas la continuidad de tu actividad periodística, de los proyectos editoriales que habías dejado en Puno y la difusión de tu pensamiento político social. Iniciaste un largo caminar de 32 años en Bolivia, participando en La Semana Gráfica, La Gaceta de Bolivia, Revista Kollasuyo, Revista Nova; los diarios: La Calle, Última Hora, La Nación, La Tarde, El Expreso de la Tarde y El Expreso Matinal, haciendo prólogos a textos de Gloria Serrano, de Carlos Medinaceli, incluso te atreviste a hablar sobre comida boliviana6 y a tener un programa radial en radio Illimani.7 Fuiste partícipe en la erosión de la vieja cultura y de la envejecida política, al mismo tiempo que cooperaste en la reconstrucción de las nuevas bases de una cultura y una política alternativa y renovadora en el ámbito boliviano. Al lado de tu labor como escritor, redactor y corrector, creció la labor de periodista como un nuevo sujeto creador, relacionado con cambios en la sensibilidad y en las condiciones de producción, como un hombre público que ejercía una acción eficaz y rápida en el campo de las ideas y de los hechos. Jamás abandonaste el pensamiento indigenista, el cual percibiste no desde una perspectiva de una corriente de folklore, sino como un movimiento que traspasaba lo estético, que concurría a la protesta ideológica por medio del discurso y de la letra impresa para cambiar la fisonomía de una sociedad que autonegaba lo indígena. Un movimiento que oscilaba de lo espiritual a lo político, que partía Continúa en la pág. 22 22 / libros Democracia y ciudadanía en el mercosur (Coord.) Mario Garcés y otros Vocabulario de la lengua aymara Ludovico Bertornio LOM ediciones Librerías Plural Ediciones El Lector (Perú) Librerías Plural Este estudio reconoce que los países del mercosur participan de diversas experiencias y nociones de ciudadanía y democracia así como de una historia que, teniendo mucho en común, difiere en las formas en que se fue constituyendo la relación entre el Estado y la sociedad. Los informes nacionales y el análisis comparativo propuesto valoran el papel que han jugado las organizaciones sociales de base, así como los movimientos sociales, en los procesos de democratización que se verificaron en el Cono Sur y Brasil durante el siglo xx. Se llama también la atención sobre los efectos de la reforma del Estado y las orientaciones neoliberales en la región, así como los procesos de resistencia que éstas han generado y las reformulaciones que actualmente se verifican en el campo de las políticas públicas. Ésta es una transcripción del texto original publicado en 1612 por el padre Ludovico Bertornio de la Compañía de Jesús. El eclesiástico, habiendo convivido por más de 20 años con los aymaras de Lupaca, dice: “Este vocabulario servirá [no] sólo servirá a los sacerdotes y a otras personas que residen en la provincia de Chucuito […] porque sin duda ninguna servirá donde quiera que se hable la lengua Aymara y en toda la nación de los Aymaras; lo uno porque se ponen muchos vocablos y sinónimos, y cada uno podrá tomar el que se usare más comúnmente en la provincia donde se hallare; lo otro, porque cuando falten algunos, esos no pueden ser muchos, porque la nación Aymara aunque extendida en varias y diversas provincias conforma mucho en el lenguaje y modos de hablar generales”. Fantasmas asesinos Wilmer Urrelo Zárate Alfaguara Plural librerías El asesinato de un niño en el colegio Irlandés despierta la torcida imaginación de un estudiante, quien arma el rompecabezas de este hecho mientras descubre la literatura de Mario Vargas Llosa. Pero la historia del niño muerto no termina ahí: se convertirá más adelante en el fantasma asesino que atraviesa el pasado y devela el rostro sin piel de la muerte. La maldición del asesinato arrastra sin remedio a todos quienes se involucraron en el crimen. Un policía que opta por el amor como redención, un grupo de fanáticos religiosos, un hombre con labio leporino son algunos de los personajes que de un modo u otro innovan en la novela boliviana conteporánea. Wilmer Urrelo, con Fantasmas asesinos, ha sido galardonado con el Premio Nacional de Novela 2006. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 Quechumara Rodolfo Cerrón-Palomino Plural editores Librerías Plural Ni con Lima ni con Buenos Aires José Luis Roca IFEA – Plural editores Librerías Plural Escritos como ensayos independien­ tes, los veinticuatro capítulos que contiene esta obra cumbre de José Luis Roca tuvieron la motivación inicial de refutar la tesis de Charles Arnade sobre la creación de la República de Bolivia. Provisto de una rigurosa erudición y dueño de un elegante estilo literario forjado en la crónica periodística, José Luis Roca responde en este libro a la siguiente interrogación: ¿cuál era la contradicción que, al resolverse, había dado lugar al nacimiento de un Estado nacional? Y encontró que ese antagonismo tenía nombres propios y se llamaban Lima y Buenos Aires, aquellas que compitieron por controlar la riqueza que salía de Potosí y cuya expresión explica la cruenta y larga guerra que actuó como partera de Bolivia. La pervivencia de esa tensión geopolítica puede desentrañar la peculiar inserción en el espacio sudamericano actual. Si le preguntáramos a un quechuahablante sobre su parecer respecto del aimara o al hablante de esta lengua en relación con el quechua nos dirá que ambos idiomas, al margen de ciertos elementos comunes en el léxico, son completamente diferentes entre sí. Acuñado hace ya 40 años, el término “quechumara” nació a la sombra de la creencia poco cuestionada del origen de las dos lenguas: el quechua y el aimara. Posteriormente, la balanza se ha ido inclinando más bien hacia la hipótesis alternativa de la convergencia, según la cual se trata de lenguas estructuralmente distintas pero con notables similitudes debidas a tantos siglos de íntimo contacto. Cerrón-Palomino, con su rigor académico, emprende este gran trabajo para mostrar todos los ámbitos comunes y contrastes entre las dos lenguas. Viene de la pág. 21 de la estética y sus fisonomías, sea la poesía, la narrativa, la pintura y la música para llegar a la cultura política. Una expresión regional que al ser artística se volvió una expresión universal del pensamiento humano y una forma de hacer política. Es por ello que apoyaste la lucha de la Escuela de Warisata, la reforma agraria de 1952 y que te llevó a nuevos conflictos políticos: con el general Toro y un breve exilio político en Chile (1937);8 una problemática situación con el grupo nacional socialista boliviano “La estrella de hierro”;9 una nueva aprehensión (1946)10 e inclusive una separación al ver la desilusión del mnr en el gobierno posterior a 1952. Volviste a Perú, primero a Puno, después a Lima, en la cual andabas por primera vez; sólo para aumentar tu desilusión y fallecer en el olvido de la Lima colonial. Hoy no esperamos un réquiem o un acto homenaje de tu persona, de tu obra, ya sea en Lima, en Puno o en La Paz. No. Como lo manifestaste en el único tomo editado de tu vasta obra inédita: El pez de oro. Retablos del Laykhakuy (Cochabamba - La Paz, 1957): “Los muertos viven con los vivos”, e intentamos rasgar tu sempiterno olvido. —¿Te conozco? —Sí. Soy Juan Cajal, aquel que determinó salir de la moda afrancesada. —Eres semejante a mí: yo soy González Saavedra. —¡Callen! El ocaso oculta nuestros nombres, visibles sólo de noche. —¿Por qué te atreves a interrumpirnos? —¿Quién eres? —El Dador. ¡Churata! —Como vos, estoy en espera. —¿En espera… de qué? —Quizás ya no esperamos. Tal vez estemos muertos. —¡Ah!, otro convidado se nos une. Seguro eres el citadino. —Te aproximas. Soy, El hombre de la calle. (Una voz apenas audible empieza a susurrar con insistencia, hasta volverse un grito entre los murmullos y las dialécticas. Es la voz de un niño quien habla): —¡Silencio! Todos esperaremos. ¡Nadie feneció! ¡Recuerden! “En orkopata Nadie cree en la muerte”.11 3 4 5 6 7 8 9 Notas: 1 Arturo Vilchis Cedillo. De origen mexicano, quien está finalizando una investigación sobre Arturo Pablo Peralta Miranda. 2 Por citar un ejemplo: en un reportaje del diario Semana al director de la revista Kollasuyo, Roberto Prudencio, se le preguntó de toda la gama de escritores e intelectuales nacionales y extranjeros, quiénes habían colaborado en su revista. En su respuesta dos ausencias fueron notables; 10 11 Carlos Salazar Mostajo y Gamaliel Churata. Quizás los años engañaron a Prudencio o tal vez el olvido se fusionó al “no me acuerdo”. Véase la entrevista titulada “Historia y proyecciones de nuestra revista”, transcrita en Kollasuyo 81, julio-agosto-septiembre, 1972, La Paz. Gamaliel Churata, “Tendencia y filosofía de la Chujlla”, La Semana Gráfica, II, 49, La Paz, 30 de septiembre de 1933. Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario, Anagrama, Barcelona, 1995, p. 197. Carlos Medinaceli, carta dirigida a Armando Alba, fechada el 7 de junio de 1932, en Mariano Baptista Gumucio, Atrevámonos a ser bolivianos. Vida y epistolario de Carlos Medinaceli, Ediciones Amigos del Libro, La Paz, 1984, p. 263. Véase el prólogo al texto de Luis Téllez Herrero, Lo que se come en Bolivia, Sanabria, La Paz, 1946. De 1952 a 1954 en radio Illimani apareció el programa radial El hombre de la calle, los lunes, miércoles y viernes a las 13.15. Gamaliel Churata, “Sólo exijo garantías para permanecer diez días más en Bolivia”, en La Calle, Diario Socialista de la mañana, La Paz, 22 de julio de 1937, p. 5. “La Estrella de Hierro incita al asesinato de un periodista”. Nota editorial en La Calle, La Paz, 12 de diciembre de 1939, p. 4. La Estrella de Hierro fue una falange nacional-socialista dirigida por Roberto Bilbao la Vieja, que tenía una página en el periódico Crónica. Churata nuevamente es llevado a prisión el 21 de julio de 1946: Véase Gamaliel Churata “Periodismo y Barbarie”, en Antología y valoración, Instituto Puneño de Cultura, Lima, 1971, p. 332. Verso de El Kollao de Alejandro Peralta. 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 / 23 24 / 20 de diciembre de 2007 al 9 de enero de 2008 La otra orilla Artista invitado El jefe despótico y la horda primitiva Arturo Borda Sigmund Freud* E n 1912, adopté la hipótesis de Charles­ Darwin, según la cual, la forma primitiva de la sociedad humana habría sido la horda sometida al dominio absoluto de un poderoso macho. Intenté, por entonces, demostrar, que los destinos de dicha horda han dejado huellas imborrables en la historia hereditaria de la humanidad, y sobre todo, que la evolución del totemismo, que engloba los comienzos de la religión, la moral y la diferenciación social, se halla relacionada con la muerte violenta del jefe y con la transformación de la horda paterna en una comunidad fraternal. Esto no es sino una nueva hipótesis que agregar a las muchas construidas por los historiadores de la humanidad primitiva, para intentar esclarecer las tinieblas de la prehistoria. (…) Ahora bien, las masas humanas nos muestran nuevamente el cuadro, ya conocido, del individuo dotado de un poder extraordinario y dominando a la multitud de individuos iguales entre sí, cuadro que corresponde exactamente a nuestra representación de la horda primitiva. La psicología de dichas masas, según nos es conocida por las descripciones repetidamente mencionadas –la desaparición de la personalidad individual consciente, la orientación de los pensamientos y los sentimientos en un mismo sentido, el predominio de la afectividad y de la vida psíquica inconsciente, la tendencia a la realización inmediata de las intenciones que puedan surgir–, toda esta psicología, repetimos, corresponde a un estado de regresión a una actividad anímica primitiva, tal y como la atribuiríamos a la horda prehistórica. La masa se nos muestra, pues, como una resurrección de la horda primitiva. Así como el hombre primitivo sobrevive virtualmente en cada individuo, también toda masa humana puede reconstituir la horda primitiva. Habremos, pues, de deducir que la psicología colectiva es la psicología humana más antigua. Los individuos de la masa se hallaban enlazados unos a otros en la misma forma que hoy, mas el padre de la horda permanecía libre, y aun hallándose aislado, eran enérgicos e independientes sus actos intelectuales. Su voluntad no precisaba ser reforzada por la de otros. Deduciremos, pues, que su Yo no se encontraba muy ligado por lazos libidinosos y que amándose sobre todo a sí mismo, sólo amaba a los demás en tanto en cuanto le servían para la satisfacción de sus necesidades. Su Yo no daba a los objetos más que lo estrictamente preciso. En los albores de la historia humana, fue el padre de la horda primitiva el superhombre cuyo advenimiento esperaba Nietzsche en un lejano futuro. Los individuos componentes de una masa precisan todavía actualmente de la ilusión de que el jefe les ama a todos con un amor justo y equitativo, mientras que el jefe mismo no necesita amar a nadie, puede erigirse en dueño y señor, y aunque absolutamente narcisista, se halla seguro de sí mismo y goza de completa independencia (…). El carácter inquietante y coercitivo de las formaciones colectivas, que se manifiesta en sus fenómenos de sugestión, puede ser atribuido, por lo tanto, a la afinidad de la masa con la horda primitiva, de la cual desciende. El caudillo es aún el temido padre primitivo. La masa quiere siempre ser dominada por un poder ilimitado. Ávida de autoridad, tiene, según las palabras de Gustavo Le Bon, una inagotable sed de sometimiento. El padre primitivo es el ideal de la masa, y este ideal domina al individuo, sustituyéndose a su ideal del Yo. *Médico y filósofo vienés, creador del psicoanálisis. Estos fragmentos han sido extractados de su ensayo Psicología de las masas y análisis del yo (1921). Realista, emocional, sensual y escrupuloso* A rturo Borda nació en la ciudad de La Paz el 14 de octubre de 1883 y murió el 17 de junio de 1953. Su vida fue de una procelosa bohemia, capaz de anular todo intento de creación. Sin embargo, dotado de excepcional temperamento artístico, se impuso primero como uno de los más notables pintores bolivianos y luego sorprende a la opinión pública con una producción literaria de novedosa forma y extraño contenido. Si bien algunos críticos habían hecho ya comentarios favorables sobre el libro El loco, inédito aún, no se le conoció a Borda sino como a pintor, y como tal figuró antes y después de su muerte, hasta que se efectuó el redescubrimiento de sus escritos que cuidadosamente agrupados habían sido conservados por su hermano Héctor. Dijérase que la miseria del ambiente que buscó para escribir fecundizó su mente y le enrieló inconscientemente a la corriente existencialista. Su vívida filosofía repasa sueños o realidades capaces de interesar a los sicoanalistas. Hay estratos anímicos en su obra, pero domina la búsqueda del ser racional, responsable por todo y de todo, y en medio de su propia miseria, el ansia indefinida de la libertad. Es realista, emocional, confuso, anhelante, sensual y escrupuloso; también quiere ser moralista y socialmente revolucionario, pero en seguida se sobrepone una mística mansedumbre que le resigna a su propia realidad, admitiendo el sufrimiento como algo inevitable. El loco es un libro que quiere apartarse de la lógica y, sin embargo, es la obra de una persona cuerda, con un relato de costumbres, ideas y principios regionales con tendencia a hacerse universales, dichos desordenadamente, como un anarquista de la forma literaria. Todo ello valdrá descubrir en estas páginas que dejó Arturo Borda, las mismas que, pese a que se pudo haber seleccionado, se las presenta en toda su extensión ya que constituyen toda su obra literaria. mact Arturo Borda * Extractado de El loco, H Municipalidad de La Paz, Bolivia, 1966. Buscando en Internet www.fundacionmgimenezabad.es La Fundación Manuel Giménez Abad tiene como finalidad contribuir a la investigación, conocimiento y difusión de la institución parlamentaria y del modelo de distribución territorial del poder que representa el Estado autonómico. Aborda estudios políticos y parlamentarios, organización territorial y estudios sobre terrorismo. En otras actividades incluye estudios políticos y parlamentarios, organización territorial, jurisprudencia parlamentaria, iberoamérica, pueblos indígenas, publicaciones, hemeroteca y documentación. www.biodiversidadla.org Un sitio destinado al encuentro y el intercambio entre las organizaciones latinoamericanas y todos y todas aquellos/ as que trabajan en defensa de la biodiversidad. Documentos, noticias, prensa, reuniones, recursos educativos y agencia de noticias. www.adital.com.br Adital es una agencia de noticias que nació para llevar la agenda social latinoamericana y caribeña a la media internacional, estimula un periodismo de cuño ético y social, favorece la integración y la solidaridad entre los pueblos, construye ciudadanía, impulsa los medios populares; da a conocer el protagonismo de los actores sociales que son democratizadores de la comunicación, y constituyen su fuente de información. Aborda temas de economía, medio ambiente, movimientos socials, política y cuestiones agrarias. www.servindi.org Servindi es un grupo de trabajo voluntario identificado con los intereses de los pueblos y comunidades indígenas. Aspiramos a contribuir al fortalecimiento y protagonismo del movimiento indígena brindando un servicio informativo independiente y una opinión crítica y reflexiva sobre temas indígenas y ecológicos.