Rev Clin Esp. 2010;210(11):e55–e57 Revista Clínica Española www.elsevier.es/rce COMUNICACIONES CLÍNICAS Meningitis tuberculosa con infartos cerebrales Cerebral infarctions in tuberculous meningitis I. Mora Escudero, F. Mateos-Rodrı́guez, J.J. Blanch Sancho y E. Martı́nez-Alfaro Unidad de Enfermedades Infecciosas, Servicio de Medicina Interna, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Albacete, España Recibido el 8 de abril de 2010; aceptado el 5 de julio de 2010 Disponible en Internet el 18 de octubre de 2010 La meningitis tuberculosa se ha descrito en el 1% de todos los pacientes con tuberculosis y representa el 6% de las infecciones extrapulmonares en pacientes inmunocompetentes1. Es la forma más grave de tuberculosis extrapulmonar2. Las complicaciones cerebrovasculares de la meningitis tuberculosa son comunes e importantes y son la principal causa de daño cerebral irreversible por dicha infección3. Presentamos un paciente con tuberculosis diseminada y afectación menı́ngea con infartos cerebrales, probablemente secundarios a vasculitis cerebral. Varón de 31 años diagnosticado de enfermedad de Crohn que requirió hemicolectomı́a derecha. Seguı́a tratamiento con prednisona 20 mg/24 h, azatioprina 350 mg/24 h, y mesalazina 1.000 mg/8 h. Ingresó por cefalea holocraneal intensa y tos, de 7 dı́as de evolución. Posteriormente, tuvo fiebre (38,4 1C) y diplopı́a. En la exploración neurológica tenı́a una parálisis del tercer par derecho, sı́ndrome de Horner izquierdo, marcha con aumento de la base de sustentación y lateropulsión derecha. El hemograma mostraba leucocitos 8.830/mm3, (neutrófilos, 84,2%; linfocitos, 9,9%), hemoglobina 10,7 g/dl, plaquetas 408.000/mm3. Los análisis bioquı́micos habituales y la coagulación fueron normales. El Mantoux fue negativo. En la radiografı́a de tórax se apreció un aumento de la trama broncovascular en lóbulo superior derecho y en el lóbulo medio. Ante la sospecha de meningitis se realizó tomografı́a computarizada (TC) que no mostró alteraciones significativas. Se realizó una punción lumbar (PL) Autor para correspondencia. Correo electrónico: [email protected] (I. Mora Escudero). que dio salida a un lı́quido cefalorraquı́deo (LCR) con 114 leucocitos/mm3 (polimorfonuclerares, 88%; monocitos, 22%); hematı́es, 525/mm3; proteı́nas, 0,91 g/l; glucosa 46 mg/dl; LDH 66 UI/l. El cultivo en medio aerobio fue negativo y no se detectaron bacilos ácido alcohol resistentes (BAAR). Con la sospecha inicial de meningitis se trató con meropenem, ampicilina, gentamicina, anfotericina B y dexametasona. La serologı́a para VIH, toxoplasma, lúes, Brucella y Lyme y seis hemocultivos fueron negativos. Los estudios de autoinmunidad resultaron normales. Una resonancia nuclear magnética (RNM) craneal evidenció una lesión de 13 mm en mesencéfalo izquierdo, hipotálamo y parte inferior del tálamo, hiperintensa en T2, compatible con lesión isquémica aguda (fig. 1). También se visualizó una captación de contraste lineal, en región frontal izquierda, adyacente a la cisura de Silvio, compatible con meningitis. Con la sospecha de tuberculosis pulmonar y meningitis tuberculosa, al tercer dı́a de ingreso se inició tratamiento con isoniazida, rifampicina, piracinamida y etambutol. Cuatro dı́as después del ingreso el paciente experimentó un empeoramiento neurológico con afasia, hemiparesia derecha y parálisis facial central. Se realizó una TC craneal que mostró una lesión isquémica subaguda en tálamo izquierdo. En el TC torácico habı́a zonas parcheadas en vidrio deslustrado y engrosamientos peribronquiales en vértice pulmonar izquierdo. Se obtuvo una segunda muestra de LCR: leucocitos 100/mm3 (polimorfonucleares, 95%; monolitos, 5%); proteı́nas, 1 g/l; glucosa, 38 mg/dl; adenosina deaminasa, 4,9 U/l. El cultivo en medio aerobio fue negativo y tampoco se detectaron BAAR. La PCR para Mycobacterium tuberculosis en este segundo LCR también resultó negativa. El cultivo del LCR resultó positivo 0014-2565/$ - see front matter & 2010 Elsevier España, S.L. Todos los derechos reservados. doi:10.1016/j.rce.2010.07.007 e56 Figura 1 Imagen coronal de resonancia magnética nuclear craneal donde se aprecia lesión de 13 mm en mesencéfalo izquierdo, hipotálamo y parte inferior del tálamo, hiperintensa en T2, compatible con lesión isquémica aguda (flecha blanca) por probable vasculitis de las arterias lenticuloestriadas y tálamogeniculadas. para M. tuberculosis. También creció M. tuberculosis en orina. Se revisó la anatomı́a patológica de la hemicolectomı́a realizada antes del ingreso pero no se hallaron BAAR compatibles con M. tuberculosis. El paciente fue mejorando progresivamente desde el punto de vista general y neurológico, persistiendo tan solo diplopı́a para la mirada extrema al ser dado de alta. En resumen, describimos un hombre de 31 años, diagnosticado previamente de enfermedad de Crohn que recibı́a tratamiento inmunosupresor con azatioprina, mesalazina y prednisona, y que ingresó por un cuadro de cefalea, fiebre y focalidad neurológica. Inicialmente se sospechó una meningitis bacteriana, pero finalmente fue diagnosticado de tuberculosis diseminada con meningitis tuberculosa, e infartos en mesencéfalo y cápsula interna, probablemente secundarios a vasculitis del sistema nervioso central. En este enfermo identificamos varios procesos patológicos que merecen un comentario: la asociación de TBC a la enfermedad de Crohn, la clı́nica de meningitis como manifestación fundamental, vasculitis del sistema nervioso central que dio lugar a infartos cerebrales y la dificultad del diagnóstico por los resultados del LCR, ası́ como el tratamiento de esta entidad. El principal factor de riesgo que presentaba nuestro paciente para desarrollar una infección tuberculosa era la inmunosupresión farmacológica producida por la azatioprina y la prednisona, prescritos para tratar su enfermedad de Crohn. I. Mora Escudero et al La tuberculosis cerebral puede complicarse con una vasculitis de arterias y venas. Dicha vasculitis puede provocar aneurismas, trombosis o infartos. La topografı́a, la mayorı́a de los infartos asociados a tuberculosis cerebral afectan al territorio de la arteria cerebral media, particularmente en la región también conocida como )zona de tuberculosis* de las arterias lenticuloestriada medial y talamoperforante3. El tercer aspecto singular del enfermo descrito son los resultados del LCR. Tı́picamente, el LCR de la meningitis tuberculosa presenta proteı́nas elevadas (en un rango entre 100 y 500 mg/dl), baja concentración de glucosa (menor a 45 mg/dl, en el 80% de los casos) y pleocitosis (100 a 500 cells/mm3) de predominio mononuclear. En este caso el LCR de dos muestras evidenció una pleocitosis de marcado predomino polimorfonuclear, con proteı́nas elevadas (91 mg/dl y 100 mg/dl, respectivamente), aunque en lı́mites inferiores a los caracterı́sticos de la meningitis tuberculosa. La PCR del LCR para M. tuberculosis fue negativa, hecho que no es infrecuente en esta entidad4,5. En un estudio de 69 pacientes de Sudáfrica con meningitis tuberculosa, la PCR del LCR mostró una sensibilidad del 69% y una especifidad del 100%6. Por último, queremos destacar la utilidad de los corticoides en el tratamiento de la meningitis tuberculosa. En un ensayo aleatorizado (dexametasona vs. placebo), doble ciego, llevado a cabo en Vietnam en 545 pacientes con meningitis tuberculosa, la mortalidad asociada al empleo de corticoides se redujo significativamente (32% vs 41%), aunque no demostró eficacia para disminuir los déficits neurológicos o sus secuelas7. El paciente descrito permite formular tres conclusiones con respecto a la meningitis tuberculosa: a) la presentación clı́nica y analı́tica no siempre es tı́pica, por lo que debemos mantener un elevado ı́ndice de sospecha, incluso cuando las caracterı́sticas del LCR no son habituales; b) la PCR del LCR, aunque tiene una elevada especificidad para el diagnóstico de la meningitis tuberculosa, su baja sensibilidad hace que sea una prueba con una utilidad limitada8, y c) la meningitis tuberculosa siempre debe figurar en el diagnóstico diferencial de las vasculitis del sistema nervioso central. Conflicto de intereses Los autores declaran no tener conflicto de intereses. Bibliografı́a 1. CDC. Reported tuberculosis in the United States, 2004. Atlanta, GA: US Department of Health and Human Services, CDC; 2005. 2. Enberg M, Quezada ML, Toro de C, Fuenzalida L. Meningitis tuberculosa en adultos: análisis de 53 casos. Rev Chilena Infectol. 2006;23:134–9. 3. Lammie GA, Hewlett RH, Schoeman JF, Donald PR. Tuberculous cerebrovascular diasease: A review. Journal of Infecction. 2009;59:156–66. 4. Haas DW. Current and future aplications of PCR for M. tuberculosis. Mayo Clin Proc. 1996;71:311–3. Meningitis tuberculosa con infartos cerebrales 5. Taylor GR, Dannecker GE, Hoppe JE, Klein R, Rebmann H, Niethammer D. Negative Polymerase chain reaction in a child with Tuberculous meningoencephalitis. Infection. 1997;25: 256–7. 6. Bonington A, Strang JI, Kapper PE, Hood SV, Rubombora W, Penny M, et al. Use of Roche AMPLICOR Mycobacterium tuberculosis PCR in early diagnosis of tuberculous meningitis. J Clin Microbiol. 1998; 36:1251–4. e57 7. Thwaites GE, Nguyen DB, Nguyen HD, Hoang TQ, Do TT, Nguyen TC, et al. Dexamethasone for the treatment of tuberculous meningitis in adolescents and adults. N Engl J Med. 2004;351:1741–51. 8. Martı́nez Hernández PL, Amer López M, Zamora Vargas F, Garcı́a de Paso P, Navarro San Francisco C, Pérez Fernández E, et al. Espondilodiscitis infecciosa espontánea en un servicio de medicina interna: estudio epidemiológico y clı́nico de 41 casos. Rev Clin Esp. 2008;208:347–52.