Los que no duermen Escena 1. Interior. Fiesta. Noche. Travelling

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Los que no duermen
Escena 1. Interior. Fiesta. Noche.
Travelling lento. La cámara avanza detrás de Andy, una mujer de unos treinta y
cinco años, que se desliza por los intersticios de una fiesta donde todos bailan
desaforadamente. Ella camina abriéndose paso entre cuerpos sudados que se
contorsionan, acercándose y alejándose entre sí, como en un lavarropas
humano. No se oye música, ni sonido ambiente, ni nada. Es un plano
totalmente silencioso. Sólo se ven hombros, perfiles, pedazos de torsos y
cabezas moviéndose bajo una luz a veces roja, a veces verde o azulada.
Algunos de los que bailan, la miran y otros tienen los ojos cerrados o la mirada
ida como si fueran sonámbulos.
En un rincón de la pista, Andy encuentra un grupo que baila en un círculo
deformado por los movimientos centrífugos de la pista de baile. La cámara
hace un paneo por las caras del grupo: Sara y Sil, dos actrices idénticas (la
primera con sombrero de cowboy y la otra, sin); Roy, un rockero con bigotes;
Fer y Leo, dos artistas plásticos con cara de niños y Markus, un ciego de
cincuenta años que baila con su palo blanco. Al llegar, todos la miran como si
la conocieran pero no la hubieran visto hace tiempo. Algunos se acercan y le
dan un beso. Otros la miran extrañados. Ella se pierde en el grupo y todos
bailan.
Escena 2. Interior. Baño de la fiesta. Noche.
En primer plano, una mujer de ojos achinados sentada en una sillita frente a
una pirámide de rollos de papel higiénico y un plato de café con monedas.
De perfil, Andy y Sara se lavan las manos y hablan a través del espejo.
Sara: ¿Cuándo llegaste a Buenos Aires?
Andy: Hace un par de horas.
Sara: ¿Cómo sabías que nos ibas a encontrar acá?
Andy: Son una mafia. Siempre están en los mismos lugares. No fue tan difícil.
Sara: ¿Y dónde te quedás?
Andy: Estamos en el hotel de Los leones.
Sara: Si querés, podés venir a mi casa.
Andy: No, estoy bien así. Mañana me voy al campo.
Sara: No te vemos por años, venís por una noche y te vas.
Sara se ríe. Andy se seca la cara con un papel como si quisiera borrársela.
Andy: ¿Quién es el ciego?
Sara: Un escritor.
Andy arroja una moneda que tintinea en el plato y se va.
La mujer de ojos chinos permanece un rato largo en primer plano. En su pose
hierática parece la esfinge de los baños de fiesta.
Escena 2. Interior. Fiesta. Noche.
Música electrónica. La mujer y el ciego fuman un porro entre la multitud de
bailadores. Plano americano de los dos.
Andy: ¿Para bailar es mejor no ver?
Markus: Yo aprendí a bailar cuando me quedé ciego.
Andy: Yo pensé que eras ciego de nacimiento.
Markus: No, me quedé ciego hace quince años. No conozco mi cara de ahora.
La última vez que me vi en el espejo tenía treinta y cinco.
Andy: Yo tendría mucho miedo de vivir en la oscuridad.
Markus: La oscuridad total no existe. Yo veo siempre lo mismo, con los ojos
abiertos y los ojos cerrados.
Andy: No me lo puedo imaginar.
Markus: Es fácil. Cerrá los ojos. ¿Qué ves?
Andy: Veo negro con manchas rojas… También algunos puntos amarillos.
Markus: Ahora bailá.
Andy baila con los ojos cerrados. El ciego baila con ella. Durante un largo rato,
los dos bailan en el medio de la pista como movidos por hilos invisibles.
Fer aparece y toma el brazo de Andy por detrás.
Fer: Vámonos de la fiesta. Quiero mostrarles algo.
Escena 3. Exterior. Calle. Noche.
Andy, el ciego, los artistas plásticos, las actrices y el rockero salen de la fiesta
con los ojos rojos del porro y el sudor pegado debajo del cuello. Caminan por
las calles de un Buenos Aires nocturno y posnuclear. Van adentro de una nube
de porro y alcohol en una especie de zigzag grupal sacando fotos, hablando,
tomándose de los brazos como barandas para no caerse al suelo.
Escena 4. Interior. Museo. Noche.
Fer y Leo abren la puerta de un museo muy pequeño con una llave.
En el interior hay una gran sala vacía con un meteorito cortado por la mitad.
Las dos partes del meteorito están separadas por cuarenta centímetros de
distancia y se miran. Todos entran y forman un círculo alrededor del meteorito
con ojos fascinados, como quien mira un animal prehistórico o un ovni.
Fer: Un día vimos la mitad de un meteorito en la puerta del Planetario y
empezamos a preguntarnos dónde estaría la segunda mitad. Preguntamos
pero nadie nos supo decir nada. Después de meses de investigar, descubrimos
que la otra mitad estaba en Estados Unidos.
Leo: El meteorito tiene 4000 años de edad, lo encontró una granjera en el
Chaco. Y después, los americanos se lo llevaron para cortarlo y estudiarlo. El
de Estados Unidos está perfecto, ¿ven? El que quedó en Argentina está como
oxidado.
Los artistas plásticos hablan y hablan. Cuentan de la primera mujer que
encontró el meteorito, de las grúas que lo transportaron, de la burocracia de los
museos, de la guerra entre los países por la posesión del tesoro, de cómo el
museo les dio la llave para que entren allí. Mientras tanto, Andy se acuesta en
el suelo de la galería entre las dos mitades. Roy toma whisky de una botella y
mira a Andy.
Roy: Te escapaste del otro hemisferio.
Andy: No me escapé…
Roy: ¿Y qué vas a hacer ahora?
Andy: No sé. Estoy pensando.
Roy: No se puede estar en dos lugares a la vez.
Andy: El meteorito sí puede.
Roy: El meteorito está partido en dos.
En el fondo del plano, Leo habla con Sara y luego con Sil, como si no pudiera
decidir con cuál quedarse. Markus pone las manos sobre el meteorito,
tocándolo muy despacio.
Escena 5. Interior. Lobby de hotel. Noche.
Todos entran arrastrando los pies en el lobby de un hotel con leones dorados
en la puerta. Roy se sienta al piano y empieza a tocar. Leo piden champagne
para todos. Sara y Sil hacen una especie de baile en miniatura al lado de la
mesa. Markus, Fer y Andy beben sentados.
Se abre la puerta del ascensor y aparece una niña de siete años en pijama.
Sara: ¿La dejaste sola durmiendo en el hotel?
Andy: Ella no tiene miedo de estar sola.
La niña camina hacia la mesa de los adultos.
Sil: Lisa, ¿qué haces despierta a esta hora?
Andy: No le hables. Está dormida.
Sil: ¿Cómo dormida si tiene los ojos abiertos?
Andy: Es sonámbula.
Sil: Pensé que el sonambulismo era una invención literaria.
Andy: Yo también era sonámbula de niña. Después pasó. Dicen que es
hereditario.
Sil: ¿Y qué hace?
Andy: No mucho. Se queda un rato dando vueltas…A veces come o se pone a
limpiar cosas y después, se va a dormir de nuevo.
La niña se sienta a la mesa. Roy toca el piano cada vez más rápido. Un mozo
del bar del hotel lo saca del piano a la fuerza y Roy pisa una copa con sus
botas.
La niña se levanta de la mesa y se queda parada en el medio del salón durante
unos segundos. Luego abre las piernas y orina sobre la alfombra. Su pis es un
río flaco y torcido que avanza hacia la puerta de vidrio del hall del hotel.
Escena 6. Interior. Habitación de hotel. Noche.
Andy entra en la habitación de hotel con Lisa en sus brazos y la pone en la
cama. Detrás de ella entran todos. Roy abre la ventana y sale caminando por la
cornisa. Sara y Sil se acuestan en la cama con Leo mientras Fer se tira en el
suelo a fumar acostado. Markus se sienta en al mesita de luz. Andy reparte
petacas de whisky del frigobar.
Andy: Siempre tuve miedo de los ciegos.
Markus: Yo también.
Andy: ¿Y ahora?
Markus: Ahora tengo miedo de hablar y que no haya nadie escuchando.
Andy: Yo estoy acá.
Markus: ¿Querés que nos vayamos para que duermas?
Andy: No voy a dormir. Cuando salga el sol, me voy a la casa de mis padres en
el campo. Y necesito un copiloto para que no se me cierren los ojos. ¿Sabés
contar historias?
El ciego: Sí.
Escena 7. Exterior. Auto. Amanecer.
Andy maneja y Markus va de copiloto.
Markus:
Es el año 2030 en la ciudad de Buenos Aires. En la televisión pasan todo el
tiempo imágenes de inundaciones y familias saqueando supermercados. Todo
el país se desmorona de a poco. En la capital donde los ricos se atrincheran en
los edificios en torre. Todos los adivinos, meteorólogos y científicos anuncian
que el fin del mundo está a punto de llegar.
Un grupo de jóvenes decide dejar de dormir para no desaprovechar ni una hora
del resto de vida que les queda. Pasan los días yendo a fiestas interminables,
recorriendo el país en autos y motos, acostándose unos con otros en cualquier
lado, roban autos, se van de los restaurantes sin pagar, rompen las vidrieras y
se llevan guitarras eléctricas.
La policía comienza entonces la caza de los que no duermen. Escuadrones
armados recorren las rutas buscando jóvenes con ojeras…
Lisa escucha muy atenta en el asiento de atrás comiendo un sándwich. Afuera,
la llanura semi inundada, algunas vacas flacas, unas casas quemadas, unas
estaciones de servicio fantasmas.
Escena 8. Exterior. Estancia. Mediodía.
Andy estaciona el auto frente a una tranquera. En el fondo, se ve una gran
casa con las paredes raídas y despintadas.
Andy sale del auto y golpea las palmas de sus manos. Un perro flaco y medio
viejo empieza a ladrar pero al ver a Andy la reconoce y salta sobre ella.
Andy: Hola Chino.
Andy acaricia al perro que salta y se ríe.
Andy (a Lisa): Éste es Chino, él dormía en mi cama y me cuidaba cuando
caminaba dormida.
Un hombre de unos setenta y cinco años sale de la casa y camina hacia a la
tranquera. Es flaco pero tiene un porte imponente, entre soberbio y muy frágil.
Él se va acercando a ellos con un gesto achinado, como quien no acredita en
sus ojos.
Andy: Hola.
Señala a sus seguidores.
Andy: Ésta es Lisa, mi hija y él es mi amigo, Markus.
Andy: Él es mi papá.
El padre mira a la niña sin decir nada. La niña mira al padre. Markus estira la
mano hacia él y el padre no estrecha su mano sino que se queda mirándola
como si fuera un animal.
La mujer: ¿Y mamá?
El padre se da vuelta y todos lo siguen hacia la casa.
Escena 9. Interior. Cuarto de la madre. Mediodía.
Una mujer de setenta años dormida en la cama. Lisa, Andy, Markus y el padre
alrededor de la cama.
Andy: ¿Qué le pasa?
Padre: No quiere salir de la cama. Tiene los ojos cerrados pero no duerme.
Andy: ¿Desde cuándo?
Padre: Desde hace meses. A veces mejora un poco y luego vuelve a caer.
Andy: ¿Está deprimida?
Padre: Hay una epidemia de suicidios en el campo. Los gauchos se cuelgan de
los árboles, las chinas meten la cabeza en el horno, los caballos se ahogan en
los arroyos. Algunos dicen que es por las inundaciones, otros dicen que es algo
en el aire.
Lisa: Entonces, ¿era un hombre lo que colgada del árbol en el camino?
La madre abre los ojos.
Escena 10. Exterior. Campo. Tarde.
Markus y Lisa caminan por el campo pasando a través de charcos y zonas
donde el pasto está muy crecido. Se ven unas vacas, unos establos, todo
medio sucio y abandonado.
Lisa: Todo verde. Muchos árboles. Un tractor rojo adentro de una casa de
madera. Una vaca camina hacia acá. Otra vaca se va para el alambrado. Un
pájaro vuela arriba de mi cabeza. No, son dos pájaros. Cuidado, hay un charco.
Markus: No tenés que contarme todo lo que ves. Igual lo escucho.
Lisa: ¿Qué escuchas?
Markus: El pasto, los animales, los pasos.
Lisa: Pero los colores no se escuchan.
Markus: Los colores los imagino.
Lisa: Ay, algo me picó. Es una serpiente….
Lisa se tira al suelo y se queda allí acostada con los ojos abiertos. El ciego se
queda mudo, sin moverse.
Markus: Basta Lisa, no es gracioso.
Lisa: ¿Cómo te diste cuenta?
Markus: Soy ciego, no tonto.
Lisa se levanta del piso.
Lisa: ¿Tenés hijos?
Markus: Dos varones. Uno de tu edad y otro más grande.
Lisa: ¿Y dónde están?
Markus: Con su madre.
Lisa: ¿Y tu esposa?
Markus: Ya no es mi esposa.
Lisa: ¿Te dejó porque te quedaste ciego?
Markus: Bueno, no exactamente…
Lisa: Hay una vaca que nos está mirando.
Markus: Vamos a tocarla. Hace mucho que no toco una vaca.
Markus y Lisa se ponen alrededor de una vaca y la acarician un largo rato.
Markus: Si ponés la oreja contra la panza podés escuchar los sonidos de
adentro.
Lisa pone la oreja contra la vaca y se sonríe.
Lisa: Es como un lavarropas.
Escena 11. Interior. Cuarto de la madre. Tarde.
Andy y la madre en la cama.
Andy: A Lisa le gusta el campo.
Madre: Lisa es igual a vos. Parece que no hubiera tenido padre, que la
hubieras hecho vos sola.
Andy: Pero tiene padre.
Madre: ¿Y por qué no vino?
Andy: Se quedó en su país.
Madre la mira y toma un vaso de agua con una pastilla.
Andy: Lisa es sonámbula, como era yo. Ustedes me ataban a la cama… ¿te
acordás?
Madre: No queríamos que te fueras a la ruta y te pisara un auto.
Andy: Cada mañana me despertaba atada y tenía que gritar hasta que vinieran
a desatarme.
Madre: Era por tu bien.
Andy: Y vos, ¿por qué no te levantas de la cama?
Madre: Porque no tengo nada que hacer. Entonces me quedo en la cama
esperando a ver si me muero de una vez.
Andy: Hay muchas cosas que hacer en el campo.
Madre: Este campo ya no produce nada. No sirve para nada.
Andy: Pensé que podíamos quedarnos con Lisa a vivir acá por un tiempo.
Madre: Nosotros nos vamos a ir de acá. Vamos a vender todo.
Escena 12. Interior. Comedor. Noche.
Un comedor antiguo que antes fue lujoso y ahora se inclina hacia la
decadencia. Muebles de madera, vitrinas con platos y vasos de porcelana.
Markus, Andy, Lisa y el padre sentados en una gran mesa de madera.
El padre toca un timbre adherido a la mesa con un sistema de cables muy
precario. Lisa mira el timbre con ojos azorados. La casera, una mujer de unos
cuarenta años de rasgos indígenas trae la comida.
Lisa: ¿Qué es?
La casera: Ternero.
Lisa: ¿Qué es ternero?
Markus: El hijo de la vaca.
Lisa: Yo no como hijos.
Padre: Acá el que no come carne, se muere de hambre.
Silencio. Todos comen. Lisa come en cámara lenta.
Padre: Andy dice que usted es escritor. ¿Qué escribe?
Markus: Ciencia ficción.
Padre: ¿Escribe sobre ovnis, robots, extraterrestres y esas cosas?
Markus: Escribo sobre el futuro.
Padre: No se puede escribir sobre el futuro. Sobre lo único que se puede
escribir es sobre lo que ya pasó.
Markus: Lo bueno de escribir sobre el futuro es que nadie te pregunta si es real
o ficción. El futuro es siempre ficción.
Padre: A mi edad, el futuro no significa nada. Si el mundo se queda sin agua o
se inunda toda la llanura, me da igual.
Padre toca el timbre. Entra la casera con una ensalada y sale.
Lisa: ¿Para qué sirve el timbre?
Padre: Para llamar a la empleada. No me gusta gritar…
Andy (a Lisa): Mi padre nunca se levanta de la mesa, Lisa. Tampoco sale
nunca de la casa. No le gusta estar con gente.
Lisa: ¿Por eso nunca nos vinieron a visitar?
Padre (a Lisa): Tu madre decidió irse a vivir a otro país. No nosotros…
Entra la casera entra con un vino.
Markus (a la casera): Está muy rico.
La casera: Gracias.
La casera (al padre): Hoy quisiera irme más temprano, señor. Hay fiesta en el
Club San José.
Padre: Está bien.
Markus: Yo también quiero ir. A mí me gusta bailar.
Escena 13. Interior. Fiesta. Noche.
Cumbia a todo volumen. Andy avanza entre una multitud que baila. Las caras
de los borrachos son como máscaras en la noche. Las chicas tiene pantalones
de jean bien ajustados con tops de colores, los hombres llevan pantalones de
jean con remeras deportiva o bombachas de gaucho con camisa cuadrillé. Los
peones, los patrones, los forajidos y los pueblerinos se mezclan alrededor de
unas enormes jarras de sangría roja.
Andy baila con el ciego. Luego un hombre con pulóver en los hombros se
acerca a ella, la reconoce y la invita a buscar más bebida. Andy va con él y
deja al ciego bailando solo en la pista. El ciego baila un rato largo solo entre las
caras sudadas que lo miran de reojo. La casera con labios pintados aparece y
le toma las manos al ciego. Ambos bailan agarrados de las manos un buen
rato.
Andy regresa con el hombre del pulóver y también baila agarrados una suerte
de chamamé que a ella la hace sentir incómoda, inexperta. El hombre del
pulóver la aprieta fuerte y ella se ríe, borracha. El hombre del pulóver besa a
Andy en el cuello. Andy hace un gesto para alejarse y mira de reojo a Markus.
Markus y la casera también se ríen. La casera habla en la oreja del ciego
mientras bailan, como si le contara un largo secreto. En un momento, Andy
suelta al hombre del pulóver y propone un cambio de parejas de baile. El
hombre del pulóver queda bailando con la casera y Andy baila con Markus.
Markus: No sé cómo tengo fuerzas para bailar. Ya son dos noches sin dormir.
Andy: Yo no voy a dormir nunca más.
Markus: A mí me parece que esto ya es parte de un sueño.
Andy: ¿Vos te acordás de tus sueños?
Markus: Sí. Me acuerdo mucho porque en los sueños puedo ver.
Andy: ¿Y qué ves?
Markus: Lo mismo que veía cuando soñaba antes. En los sueños, nada
cambió, no importa que me haya quedado ciego.
Andy: Tenés que soñar conmigo, así me podés ver.
Markus: A vos te veo ahora.
Andy: ¿Cómo soy?
Markus: Sos un poco masculina, un poco femenina, tenés lindos hombros, ojos
de lince…
El ciego pasa su mano por el hombro de Andy. Andy se ríe.
Andy: ¿Qué es un lince?
El hombre del pulóver toma a Andy de la mano y la saca de la pista. Andy se
deja arrastrar mirando hacia atrás. El ciego queda solo bailando en la multitud.
Escena 14. Exterior. Fiesta. Noche.
Andy y el hombre del pulóver se besan detrás de un árbol. La música de la
fiesta se escucha a lo lejos como latidos. El hombre la besa, le mete las manos
por debajo de la remera, le levanta la pollera. En un momento Andy se suelta
del hombre, camina unos pasos, se apoya en un árbol y empieza a vomitar. El
hombre del pulóver se queda inmóvil mirándole y luego se acerca para
sostenerle el pelo.
Escena 15. Interior. Fiesta. Noche.
Andy vuelve a la pista y camina entre los cuerpos de la noche buscando al
ciego pero no lo encuentra. Travelling detrás de Andy caminando a través de
los que quedaron al final de la fiesta.
Escena 16. Exterior. Ruta. Madrugada.
El hombre del pulóver maneja la camioneta. Andy va de copiloto con la cabeza
caída. Antes de llegar a la estancia, ven una figura blanca cruzando la ruta y
escuchan un golpe seco. Bajan del auto y ven a Lisa en pijama con los ojos
abiertos y en el asfalto, frente a la rueda de la camioneta, un perro. Chino
sangra tirado en la ruta pero mueve la cabeza al ver a Andy. Andy levanta al
perro en sus brazos y lo pone adentro de la camioneta. El hombre del pulóver
toma del brazo a Lisa y la lleva al asiento de atrás.
Escena 17. Interior. Hospital. Madrugada.
Primer plano de Chino acostado en una camilla. Plano detalle de los brazos de
un doctor que le cose la pierna. Andy mira la escena desde el fondo del plano.
Escena 18. Exterior. Casa. Madrugada.
Andy sale de la casa de sus padres y camina hacia el auto. Detrás de ella, sale
Lisa con gestos dormidos y una almohada en la mano y detrás de Lisa,
aparece Chino arrastrando la pierna vendada. De fondo, se ve al padre que
riega unas plantas con una regadera verde.
Escena 19. Exterior. Auto. Madrugada.
Andy y Lisa en el auto. En la ruta ven a Markus en una parada de colectivos.
Andy detiene el auto a unos metros de él. Andy lo mira y luego vuelve a
arrancar.
Fin.
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