TRABAJO FIN DE ESTUDIOS MASTER EN CRÍTICA E INTERPRETACIÓN DE TEXTOS HISPÁNICOS El papel de la formación musical en el Libro de Apolonio. Análisis léxico Rocío Jiménez Benito Tutor: Fabián González Bachiller Facultad de Letras y de la Educación Curso 2011-2012 El papel de la formación musical en el Libro de Apolonio. Análisis léxico, trabajo fin de estudios de Rocío Jiménez Benito, dirigido por Fabián González Bachiller (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2012 publicaciones.unirioja.es E-mail: [email protected] EL PAPEL DE LA FORMACIÓN MUSICAL EN EL LIBRO DE APOLONIO. ANÁLISIS LÉXICO ROCÍO JIMÉNEZ BENITO MÁSTER EN: CRÍTICA E INTERPRETACIÓN DE TEXTOS HISPÁNICOS UR: FACULTAD DE LETRAS Y DE LA EDUCACIÓN. CURSO 2011-12 TUTOR: FABIÁN GONZÁLEZ BACHILLER 1 2 1. OBJETIVOS El propósito de este trabajo es el estudio del léxico relacionado con la formación académica que aparece en uno de los libros del Mester de clerecía, el Libro de Apolonio. En especial me fijaré en las voces relacionadas con el ámbito musical, pues resulta bastante notorio que el dominio técnico y los conocimientos de los personajes sobre esta arte cumplen una función sobresaliente en el desarrollo argumental de la historia narrada y en la caracterización de cada personaje. De cada una de las voces se comentará brevemente los aspectos más sobresalientes del significante, de su historia léxica y del significado, teniendo en cuenta su relación con otras obras relevantes de la época y de la considerada escuela poética, Mester de clerecía. Este objetivo se ha visto facilitado por la existencia de algunas obras y estudios que tratan de manera bastante completa datos de los términos que aquí se estudian, en especial el de Dolores Corbella, que me servirá de guía inicial. Es evidente que este trabajo no puede limitarse a un simple glosario de voces definidas desde un punto de vista lingüístico, ya que estas palabras son las que pondrán de relieve la formación académica de los personajes del Libro de Apolonio y del autor del mismo. Por lo tanto, se relacionará cada término con el personaje que corresponda y con su significado con respecto a la formación académica propia del siglo XIII, es decir, la formación clásica heredada de Grecia y Roma , el trivium y el quadrivium. 2. METODOLOGÍA Para la realización de estos objetivos se ha seguido el siguiente método: - Estudio de la formación académica en el siglo XIII: universidades y escuelas catedralicias. Con este paso, queda claro qué tipo de estudios eran los que se llevaban a la práctica en este siglo y así se sabrá qué términos son los verdaderamente relacionados con lo académico. - Recopilación del léxico relacionado con la formación académica en este Libro de Apolonio. La edición utilizada es la realizada por Dolores Corbella, de la editorial Cátedra. - Estudio lingüístico de las voces recopiladas: significado; ejemplos y localización en el Libro de Apolonio; estudio histórico del término; relación con otras obras y autores de la época; importancia del término en la obra y con el tema estudiado. - Análisis del conjunto de voces con respecto a los personajes y al autor, manifestando si estas voces estudiadas informan sobre el rango cultural de los mismos. 3 El glosario elaborado a partir del Libro de Apolonio se presenta en orden alfabético y el estudio particular atiende a la siguiente estructura interna: - Las grafías utilizadas corresponden con las registradas el en Apol. En cada entrada, se cita primero la que se haya registrado con mayor uso y entre paréntesis aparecen las variantes que aparecen en el texto. - A continuación aparece, en abreviatura, la categoría gramatical de la palabra. - Las definiciones de los términos son las encontradas en el Diccionario de la Real Academia Española, en caso de que sigan siendo válidas. Si las acepciones de este no se ajustan al texto, se emplean las propuestas por Dolores Corbella o las del Diccionario de la prosa castellana del Rey Alfonso X el Sabio. Si el significado del texto no aparece en ninguno de los dos diccionarios consultados ni en Corbella, se definirá la palabra atendiendo al contexto donde se encuentra. La primera acepción que aparece corresponde con la relacionada con la formación académica. En el caso de que las dos acepciones se refieran a la formación académica, aparecerá en primer lugar la acepción más utilizada en el texto. - Los ejemplos son los que se registran en el Apol. por orden de aparición. Se recogen tres ejemplos, si los hay, de cada voz o, en el caso de que no los hubiera, los que se registren en el texto. - El estudio etimológico se realiza tomando como punto de partida el DCECH (1980-1991) - El cotejo con otras obras de la época se establece a partir de la información del CORDE, consultado entre los meses de mayo de 2011 y julio de 2012. - Se termina el estudio de cada término con un comentario relacionado bien con el alcance de esta voz dentro de la formación académica de los personajes, el autor o la época, o bien con el estudio lingüístico de la palabra. Este criterio refleja si la importancia de la palabra atiende más a lo académico o a lo lingüístico. La siguiente parte del trabajo corresponde a las consideraciones derivadas del estudio léxico del Apol. Aquí se estudiará el alcance que tienen las voces estudiadas en relación con la formación académica de los personajes y, además, con el autor de la obra. 4 ABREVIATURAS Y SIGLAS UTILIZADAS Ac acepción Acs acepciones Adj adjetivo Alex. Libro de Alexandre Apol. Libro de Apolonio Ber. Berceo Cf. cónfer Cid. Cantar de Mio Cid CORDE Corpus Diacrónico del Español DCECH Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico DRAE Diccionario de la Real Academia Española DPC Diccionario de la prosa castellana del rey Alfonso X el sabio Ejs. ejemplos Lat. latín Pag. página S. siglo Sust. sustantivo Var. variante Vb. verbo 5 3. MARCO HISTÓRICO CULTURAL Para entender cabalmente el Mester de clerecía hay que considerar el papel de las nacientes universidades y la formación que se impartía en las escuelas catedralicias. Es bien conocido que las obras del Mester de clerecía forman parte de lo que llamamos poesía culta aun cuando participen en ciertos rasgos de la poesía popular juglar, en la que no nos vamos a detener. Uría Maqua ha venido defendiendo que los autores, todos ellos desconocidos menos Gonzalo de Berceo, debieron ser clérigos, en el sentido de personas letradas, que se formaron en las universidades y, más en concreto, su tesis aboga por que se formaron en la universidad de Palencia. A propósito de ello, trata de encajar datos de la vida de Berceo con esos estudios de la vida de Palencia. No es necesario que insistamos en todos los detalles de esta tesis, que explicaría muchos de los rasgos caracterizadores de estas obras. Pero sí parece conveniente insistir en la posibilidad de que algunos de los autores incluidos en esta “escuela” culta recibieran su formación en algunas de las escuelas catedralicias que también tuvieron gran importancia en la época, según expondremos en apartados correspondientes. En cualquier caso, no está de más recordar el texto en el está recogido el acta del sínodo celebrado en Logroño en 1240, bajo el pontificado del obispo d. Aznar en: Mandamos a los clérigos que quisieren ir a las escuelas, que vayan con licencia del obispo e que vayan a escuelas generales assi como a Bolonia o a Paris o a Tolosa o a Calahorra e aquel den su ration del annal por tres annos e a cabo de 3annos que torne e si vieremosnos que bien provecho dar lemos licencia de yr e si non aprovechare bien mandaremos que finque; empero saluo todo el derecho de aquellos que uan a Theologia e de los otros que uan de las iglesias catedrales que fueren a otras escuelas Nos preguntamos si sería posible que Gonzalo de Berceo se formara en estas escuelas catedralicias de Calahorra o Santo Domingo antes de acudir, si es que acudió, a Palencia. 6 MESTER DE CLERECÍA Bajo el título Mester de clerecía la crítica ha agrupado un conjunto de poemas narrativos escritos en castellano y en tetrástrofo monorrimo entre los siglos XIII y XIV. F. Rico (1985:4) apunta que el tetrástico monorrimo de alejandrinos de influencia francesa se extiende por toda la Romania como un metro didáctico y narrativo, característico de intelectuales dispuestos a difundir la cultura latina. El “mester de clerecía” es una versión española de una escuela de dimensiones europeas, de hecho en los contenidos y en las actitudes el “mester de clerecía” supone un “esqueje cortado de jardines traspirenaicos”. Continúa diciendo que los portadores de esta “nueva maestría”, como reza el Apol., son clérigos estudiosos y eruditos que, además, tenían a su disposición la enseñanza que proponían sus superiores. Poco a poco los monjes van perdiendo su liderazgo cultural y lo ceden a estos “scolares clerici”, quienes están más en contacto con la sociedad del momento. Por otra parte, es necesario hablar de una obra clave en este punto, el Libro de Alexandre, que para Rico supone el inicio de este mester y sirvió como modelo para los cultivadores de la cuaderna vía. Destaca esta obra por ser su autor un estudioso del Trivium, como queda patente en la obra al demostrar el conocimiento en Aristóteles y en filosofía. Los autores del momento buscan trasmitir sus conocimientos. Tienen el mismo anhelo de conocer como de extender su erudición. Las obras son creadas para deleitar y para enseñar. Recuerda Rico los casos de Alexandre y Verbiginale, a los que se une el ejemplo del Apolonio, donde se dice en la primera estrofa que estudiar querría / componer hun romançe de nueua maestría, donde ya no se trata de señalar las heroicidades del hombre de armas, sino también la nobleza del hombre de letras. Sobre los centros de instrucción destaca la universidad de Palencia, lugar con que el que la tesis de Uría Maqua relaciona los orígenes de los autores del Mester de clerecía. Lo cierto es que la vida erudita de este lugar pudo influir en el desarrollo del mester pero como afirma Rico (1985: 10) “quienes se educaron en Palencia no podían diferenciarse gran cosa de los salidos de las universidades transpirenaicas, y, por otro lado, no dejarían de diseminar su saber en otros lugares”. 7 Uría Maqua pone en duda el nombre de “mester de clerecía” como denominador de una escuela poética. Afirma que son numerosos los autores que niegan la existencia de una línea de unión entre los poemas de los siglos XIII y XIV. Defiende que con el título de “mester de clerecía” se puede nombrar a una escuela caracterizada por un sistema propio de versificación, la cuaderna vía, al que solo atienden los poemas del siglo XIII. La gran nómina de autores a los que se refiere apunta diferentes argumentos para disgregar o agrupar a las obras de esos siglos en torno a un molde métrico, rítmico y estrófico, en torno al carácter docto de los temas, las fuentes librescas,... Sí es coincidente que entre los siglos XIII y XIV un grupo de autores con formación académica compusieron en cuaderna vía obras de carácter culto, cuyas fuentes se centraban en textos latino-medievales o franceses, en las que primaba el sentido de didactismo, ya fuera moral o intelectual. NACIMIENTO DE LAS UNIVERSIDADES La universidad es un organismo medieval que nace en el siglo XII en medio de convulsas relaciones sociales de Europa. Su origen está unido a la Iglesia romana, la cual es la única que le otorga la licentia ubique docendi 1 , licencia sin la cual no se podía ejercer como maestro. Según Rydder-Symoens (1994: 93) se pueden diferenciar tres fases en el nacimiento de las universidades. El primero es el nacimiento. Tomaremos como ejemplo las primeras universidades europeas. La universidad de Bolonia surge hacia 1088 2 debido al significativo desarrollo de las escuelas boloñesas y a los severos problemas que se derivaron de este crecimiento. La universidad de París nace por la necesidad de organizar la confluencia de escuelas y de estudiantes y por acabar con los dilemas que producía dicha situación. Es, pues, un motivo de urgencia o acomodación el del nacimiento de las universidades. 1 Mª Isabel del Val Valdivieso, “El contexto social de las universidades medievales”, en La enseñanza en la edad media: X semana de estudios medievales, Nájera 1999/coord. por José Ignacio de la Iglesia Duarte. 2 No existen pruebas claras sobre la fecha exacta de su fundación, Rydder-Symoens (1994: 4) 8 En Bolonia, son varios los inconvenientes que llevan a plantear cambio de las escuelas privadas a la universidad: el creciente número de estudiantes extranjeros y la agrupación de estos para defenderse y ayudarse de las autoridades locales; la proliferación de escuelas en las ciudades vecinas que amenazaban con la copia del studium o características propias de Bolonia; la ascendente autonomía del conjunto estudiante y la subordinación del profesorado a las imposiciones de los acuerdos de los estudiantes… En conclusión, los dos factores decisivos fueron la fuerza de los estudiantes y la amenaza de las ciudades cercanas, que forzaron a Bolonia a reconocer la autonomía de las universidades, otorgando a los estudiantes las mismas condiciones de los ciudadanos de Bolonia. París, por su parte, debe el nacimiento de la universidad a la proliferación de escuelas privadas 3 , lo que conllevó un aumento cuantitativo de alumnos. Por otro lado, los maestros estaban controlados directamente por el obispo y el canciller hecho que despertaba conflictos entre dominados y dominadores. El nacimiento aquí se debió a un acuerdo, no sin luchas, entre todos los integrantes del cuerpo de estudio. La segunda fase era lo que Rydder-Symoens llama “el enjambrado”. Tras una disputa con las autoridades (bien locales o bien de la universidad), un profesor y un grupo de alumnos abandonaban la universidad y se establecían en otra localidad. De esta manera surgía una nueva universidad, como, por ejemplo, es el caso de Cambridge. Aunque en la mayoría de los casos el grupo volvía a establecerse en la universidad de origen. Este fenómeno se focalizó en el norte de Italia por diversos motivos como las constantes disputas con la universidad de Bolonia o la buena situación económica de la zona. La tercera fase consistía en la “implantación” de nuevas universidades por parte de las autoridades civiles o eclesiásticas. Normalmente este echo se produjo en lugares donde ya existían previamente escuelas privadas que constituyeron la primitiva universidad. Un ejemplo de este tipo de formación fue la universidad de Nápoles. También, la península Ibérica fue un claro ejemplo de 3 Rydder-Symoens (1994: 56) distingue entre las escuelas privadas (donde se impartía dialéctica, gramática, derecho y medicina) y las escuelas eclesiásticas tradicionales (donde se impartía teología). La principal era la de Notre-Dame. Los maestros de las escuelas privadas estaban obligados a obtener “una licencia para enseñar” del canciller de Notre-Dame. 9 intromisión de las autoridades políticas en el desarrollo de la universidad, debido, según RydderSymoens a la tendencia de control de los reyes sobre toda la organización del territorio. En el caso de Palencia, hay dudas acerca de su fundación y desarrollo; parece que entre 1190 y 1220 contaba con especialistas renombrados, caso del canonista italiano Hugolino de Sesso, y el reconocimiento del papa Honorio III para cuatro tipos de maestros: teologum, decretistam, logicum, auctoristam. LOS PROFESORES La labor del profesor es anterior, evidentemente, a la de la universidad. Son conocidos los términos del latín clásico magíster (maestro), doctor (doctor) y professor (profesor) 4 . Se utilizaban indistintamente como sinónimos, uniendo por un lado la acción de instruir y por otra la capacidad adquirida al haber aprendido una determinada disciplina. Cuando las palabras maestro o doctor se unían a un nombre propio le conferían el dominio absoluto de la materia que había cursado. El maestro realizaba unos estudios durante un tiempo y al superarlos se le otorgaba el título. El maestro o doctor era el encargado de una escuela, ya fuera formada por él mismo o gracias a la “licencia” otorgada, generalmente, por el obispo del lugar. Cuando surgen las universidades, el término de maestro es monopolizado por ellas y describen minuciosamente el procedimiento por el cual se adquiere el título. Cuando el profesor consideraba que su aspirante a maestro había adquirido satisfactoriamente los conocimientos requeridos, se le presentaba ante un tribunal de maestros dirigido por un canciller y se debatía con el aspirante sobre un tema estudiado. Si lo superaba se le otorgaba una “licencia” que todavía no le permitía enseñar en la universidad. Para ello, tenía que pasar una prueba (la cual era imposible de suspender) que consistía en una actuación magistral sobre un tema elegido por él mismo ante un grupo de estudiantes y el canciller (quien en este trámite no tenía ninguna autoridad). Una vez conseguido el título, obligatoriamente debía ejercer como maestro de la universidad durante dos años. A pesar de ser algo ventajoso, pues se renovaba el cuerpo docente y los nuevos profesores adquirían experiencia, esta norma se fue abandonando debido a que se retrasaba el comienzo profesional del maestro y a que los profesores que ya tenían una plaza querían limitar el número de escuelas y cátedras. 4 Jacquer Verger (1994:163) 10 La labor del docente consistía en leer textos (lecciones) que pertenecían al programa de estudios. Esta actividad se desarrollaba por la mañana durante dos horas y, ocasionalmente, alguna tarde. Los doctores acudían todas las tardes para celebrar los debates. Para exponer adecuadamente las lecciones el maestro las preparaba con anterioridad, por lo que debía tener en su propia biblioteca una copia de cada uno de los textos tratados en clase. Además, no era extraño que después de su actuación redactaran un comentario sobre lo expuesto en clase, se lo dieran a un librero y lo repartieran entre sus alumnos. No todos los profesores ejercían su profesión de forma rigurosa. Se constituyeron unos órganos de vigilancia formados por alumnos que denunciaban la práctica no satisfactoria de sus maestros, y a ellos se le unían los duros estatutos que castigaban el incumplimiento de los deberes del profesor. No se sabe demasiado de la vida de los maestros universitarios. Su figura era la de un hombre de autoridad, en la que el título de maestro, además de darle la cualificación para desempeñar su profesión, le confería una dignidad y un orden social. El título le equiparaba con la nobleza. Esta idea no es descabellada, pues en una ciudad un profesor era una de las figuras principales. La autoridad se la concede todo el conocimiento que posee y de este se desprendían otras características que debían ser intrínsecas a un profesor, como la humildad. Verger (1994: 184) afirma que “se entendía que debía ser humilde ante Dios, la fuente de todo conocimiento, y ante el orden providencial de la creación, que el ordenamiento jerárquico de las disciplinas meramente producía. Por tanto, se le alertaba de que no se saliera de su dominio propio, una advertencia que iba especialmente dirigida a los filósofos de las facultades de artes, que se sentían tentados de liberarse del control de la teología o incluso, de invadir sus dominio”. Por tanto, un maestro debía vivir de una forma ejemplar y su obligación era la de destacar por su moralidad, detalle que se estudiaba antes de realizar las pruebas para conseguir la “licencia”. sus virtudes cristianas quedaban al servicio de su profesión (dignitas, gravitas y elegantia), Guijarro González (2004: 281). Aparte de los maestros universitarios, existían los maestros particulares que recibían alumnos en su casa para que pudieran cursar después estudios superiores. Además, las familias adineradas contrataban profesores particulares para educar a sus hijos, emulando así a la nobleza. Los principales destinatarios de esta educación eran los niños, aunque a las niñas también les estaba permitido leer y escribir. El fin principal de la contratación de los profesores particulares no siempre era el de adquirir un nivel cultural, muchas veces se pretendía aprender lo necesario para poder desenvolverse dentro de la vida económica. Así, apunta Mª Isabel del Val Valdivieso (1999: 253) “hay también alumnos adultos, entre los que se pueden encontrar viudas, que, seguramente buscan poder mantenerse al 11 frente del negocio familiar tras la muerte del marido”. EL ALUMNO UNIVERSITARIO La diversidad del alumnado en las universidades se debía a que no existía un programa educativo definido y, muchas veces, la escuela y la universidad se solapaban. No se puede hablar de un alumnado homogéneo ni tampoco de varios grupos perfectamente definidos. Con todo, Southern (1995: 164) distingue cinco tipos de estudiantes con unas características propias. El primero era un alumno de la facultad de artes, el cual tenía quince o dieciséis años y pertenecía a la clase media. Sabía leer y escribir y había cursado latín con anterioridad. Permanecía en la universidad alrededor de un año y medio y no pretendía obtener ningún título. Este tipo de alumnos constituían el cincuenta por ciento del total de los estudiantes. El segundo tipo de estudiante se inscribe también en la facultad de artes. Se trata de un estudiante pobre que pretende mejorar su situación social y económica a través de los estudios. Tiene entre dieciséis y diecinueve años y al terminar sus estudios y el trabajo realizado para un profesor se le otorga un título. Constituían entre un veinte y un cuarenta por ciento del alumnado. El tercer tipo de estudiante tenía entre diecinueve y veintiún años. Ya había obtenido el título de maestro pero seguía estudiando. Constituían entre un diez y un veinte por ciento de los estudiantes. Se costeaba sus estudios con su trabajo de maestro. Entre sus aspiraciones estaba la de decano o incluso la de rector. El cuarto tipo era diferente de los tres anteriores. Era de clase alta y, normalmente, pertenecía a la nobleza. Solía estudiar en la facultad de juristas. Antes de asistir a la universidad había alcanzado un nivel cultural equiparable al de maestro, pero sin realizar exámenes ni conseguir el título, pues era negativo para su condición social. Este tipo de alumno era común en todas las universidades y no se puede establecer un número aproximado sobre su presencia en la universidad. El quinto tipo se asemeja bastante al estudiante moderno. Su objetivo era el de terminar sus estudios y realizar un examen para obtener así un título y seguir con estudio del doctorado. Era un alumno mayor que los anteriores, su edad se comprendía entre los veinte y los treinta, y, en algunos casos, pasaba de la treintena. La mayor parte de este grupo la constituían miembros de la clase alta, aunque las clases pobres también podían alcanzar este nivel educativo, no sin un fuerte apoyo social. Aparte de estas diferencias, existían también similitudes como que la mayoría del alumnado era clérigo, aunque no había adquirido obligaciones con la Iglesia. Otra de las características comunes era el mundo masculino predominante en la universidad, hecho en el que no influía la Iglesia, pues cuando se fueron secularizando los estudios la situación de la mujer estudiante no 12 cambió en nada. LAS ESCUELAS CATEDRALICIAS NACIMIENTO El final político del Imperio romano y las invasiones bárbaras no supusieron la desaparición de la escuela antigua. Las ciudades más importantes siguen contando con gramáticos y retóricos. El programa clásico de las Artes Liberales (trivium y quadrivium) está al servicio de la comprensión de la Biblia. San Benito definía a la comunidad monástica como “dominichi schola servitii, es decir, un cuerpo de humildes y disciplinados soldados entregados al servicio de Dios y la búsqueda de la perfección individual a través de la transformación interior de la persona.” (Guijarro González, 2008: 444). El monasterio se conformaba una escuela permanente, pues era necesario el conocimiento de gramática y música para el oficio monástico. Además, los monjes debían leer varias horas la día, tanto en privado como en comunidad y aprender de memoria textos relacionados con el tema religioso. Este sistema educativo monástico fue imitado por los obispos. Isidoro de Sevilla se convirtió en un prototipo de educación en las sedes episcopales. Su aceptación provenía de la unión de la vida en comunidad de las iglesias cristianas y la enseñanza de la gramática y la retórica. De este modo los monjes y clérigos se convertían en doctos capaces de manejarse perfectamente entre las más altas esferas de la sociedad. De forma paralela al florecimiento escolar de los siglos XII y XIII explicado en el punto anterior, la Iglesia, que en el siglo XI había comenzado la “reforma gregoriana”, culmina el siglo XIII con el exitoso desarrollo del Pontificado romano. Surgen numerosas escuelas y maestros fieles a la reforma moral y educativa. La Iglesia ofrecía ayudas a todos los que quisieran estudiar en sus escuelas y no tenían medios para ello, lo que favoreció el aumento de estudiantes. Además, estos estudios no obligaban a continuar la carrera eclesiástica. Las escuelas estaban dirigidas por las autoridades eclesiásticas. En sus comienzos el Obispo y por el magíster scolarum eran los que se dedicaban a la docencia, pero ya en siglo XIII eran los encargados de la gestión de la escuela catedralicia. Ellos eran los encargados de conceder la licentia docendi a los maestros de las universidades. La biblioteca de la catedral y sus dependencias constituían la infraestructura para la enseñanza. En este momento, el valor del conocimiento pierde importancia a favor del ascenso social. La escuela se ve por parte de la sociedad como un trampolín para escalar socialmente 13 LOS PROFESORES Los primeros profesores de las escuelas catedralicias fueron los literatti (Guijarro González, 2008: 444), es decir, conocedores de la lengua y cultura latina. Este conocimiento es lo que les otorga la actividad docente. Enseñan gramática latina y música relacionada con la liturgia. Por ello se entiende que se utilicen varios nombres para designarlos, pues su primitiva función no estaba del todo definida: magíster, preceptor, caput scholae,..En el siglo XIII, estos primeros maestros pasan a ser los encargados de la gestión de la escuela catedralicia. Dentro de la escuela catedralicia se diferenciaban varios tipos de docentes. Guijarro González, (2008: 254) afirma que el magíster es la persona que puede ejercer como profesor, y el magíster scholarum es el que ejerce como profesor. Las características del maestro dentro de la escuela catedralicia varían dependiendo del lugar y de la época. Así, en los siglo IX y X el cantor o chantre es el propio maestro de la escuela y el magíster era el encargado de mantener el orden; en el siglo XII el magister es escriba, notario 5 , bibliotecario y docente, y el cantor o chantre se encargaba de la dirección del coro y de los integrantes del mismo; en el siglo XIII el magíster había adquirido el cargo de director académico. Por otro lado, la celebración de la liturgia exigía conocimientos gramaticales y musicales de los que se encargaba el chantre. Guijarro González, (2008: 254) afirma que “el cantor enseña a los niños a saber leer, cantar y escribir, la notación musical, rascar y puntear el pergamino, reglarle, encuadernar un libro, escribir los breves del capítulo, y lo hace sin la autorización del magíster ”. LOS ALUMNOS DE LAS ESCUELAS CATEDRALICIAS El estudiante era considerado como un clérigo de orden menor, lo que le permitía disfrutar de los beneficios de la Iglesia sin comprometerse a realizar la carrera eclesiástica. Guijarro González (1992: 74) afirma que los términos clérigo y estudiante superpusieron, dejando aparte a una minoría noble y burguesa. Muchos de estos estudiantes estudiaban en las escuelas catedralicias o en universidades sin obtener ningún título. Eran los scholares simplex y no les interesaba otra cosa que adquirir los conocimientos suficientes para poder ejercer como maestros o en la administración. Las escuelas catedralicias castellanas, por ejemplo, no tenían demasiados estudiantes y, además, no estaban muy controlados por el cabildo. Guijarro González (1992: 76) explica este hecho: 5 Debido a sus conocimientos en gramática, términos jurídicos y retóricos. 14 “pensemos en las dificultades de la primera andadura de las universidades castellanas y en el estado de penuria y endeudamiento de la Iglesia castellana que pusiera de manifiesto Peter Linehan debido a las tributaciones exigidas por el Pontificado y la contienda con los musulmanes”. Por su parte el Pontificado trató de asegurarse alumnos asegurando la educación gratuita de los clérigos pobres, pero los canonistas abogaron por el aumento de los honorarios de los maestros pagados por los alumnos. TRIVIUM Y QUADRIVIUM Las universidades y escuelas catedralicias adoptaron el sistema clásico de las “artes liberales”. La edad media lo hereda y lo ajusta (destaca aquí la figura de San Agustín) al objetivo cristiano de adquirir conocimientos para poder comprender la Biblia. La idea de arte liberal prosiguió de una forma parecida a la de sus orígenes, pero en el siglo XIII se produce un gran cambio. Este concepto de la antigüedad ya no tiene nada que ver con lo que interesaba en ese momento y se van sustituyendo las artes originales por otras como las tres filosofías, natural, moral y metafísica. La sociedad evoluciona, sus necesidades, sus inquietudes y, consecuentemente, los temas de estudio distan bastante de los predilectos en siglos pasados. Por otro lado, la diversidad de los temas que abarcaban el trivium y quadrivium hicieron que unas disciplinas se desarrollaran más que otras. Por ejemplo en el trivium predominaba el estudio de la gramática y de la lógica, quedándose atrás el interés por la retórica; además, la gramática acabó por ser dominada y explicada por los preceptos de la lógica. Entre las dos artes, el trivium fue mucho más estudiado que el quadrivium, esto puede estar causado por el requerimiento de estudiar artes antes de ingresar en teología, carrera dominada exclusivamente por las escuelas catedralicias. Se pretendía poner a las artes a disposición y servicio de la teología: los conocimientos adquiridos debían servir para el mejor entendimiento de la Biblia. Este tipo de estudio servía para la realización de las exigencias de la vida monástica y sacerdotal, esto es, el conocimiento se ponía al servicio de los deberes religiosos. La acogida del trivium por parte de las nuevas universidades y escuelas catedralicias se realizó en dos fases (Guijarro González, (2008: 257) ): - Una primera fase de herencia del trivium y quadrivium clásico que se adaptó a lo nuevo. - Una segundo etapa en la que se produjo, tras una serie de traducciones de latín, un corpus casi completamente de textos de obras filosóficas, médicas y científicas de origen griego y árabe. Estas traducciones cambian totalmente el contenido y amplían la estructura de las artes liberales, lo que implica una redefinición de la fe cristiana, sobre todo en lo tocante a filosofía. 15 El objetivo principal de los estudios superiores era el de crear un cuerpo de personas competentes que dispusiera de los conocimientos más que suficientes para servir al pueblo. Esto se consiguió de sobra, sobre todo en teología. Como se decía más arriba, hubo que actualizar el sistema clásico, y aquí se debe decir que el quadrivium se ajustaba todavía menos que el trivium. A este desfase se unía el creciente fervor investigador que existía entre los estudiantes, los cuales estaban deseosos de nuevos textos y nuevos contenidos. El cirrículum del quadrivium, al igual que el del trivium, descendía de la filosofía griega que Plinio y Varrón habían continuado con la eliminación de la arquitectura y la medicina. Las que habían sido nueve artes se convierten en siete y es Capela quien estableció definitivamente la división en siete. 4. MANUSCRITO DEL LIBRO DE APOLONIO El Apol. se conserva en el manuscrito III-K-4, probablemente del s. XV, junto a Vida de Santa María Egipciaca y al Libre dels tres Reys d´Orient en la Biblioteca del Escorial. El tema procede de la novela medieval Historia Apollonii Regis Tyri, escrita en el siglo V o VI. Según Corbella (2007:13) la primera versión del texto original castellano se consideró como coetánea del Poema del Cid, pero son muchos los autores que lo datan hacia el año1250. Se conservan acerca del tema de Apolonio, alrededor de cien manuscritos, de los que el modelo común se remonta al siglo III. A partir del texto del siglo V o IV se formarían cinco ramas o versiones generales: dos en prosa y tres en verso: - Historia Apollonii Regis Tyri, es la versión que ha tenido más continuadores y de la que se conservan alrededor de sesenta manuscritos. - La Gesta Apollonii Regis Tyri metrica, que se conserva en un manuscrito del siglo XIV en la Biblioteca de la Universidad de Gante. - Phanteon de Godofredo de Viterbo, del siglo XII. - Gesta Romanorum, en el que uno de sus capítulos narra la historia del rey Apolonio. Fue traducida al español en el siglo XV. - Carmina Burana, compuesto en latín a principios del siglo XIII, donde el rey Apolonio narra sus propias aventuras. Como apunta Alvar (1984: IX), el Apol. constituye un de una relato odiseico, pues el héroe está condenado a peregrinar, a vivir aventuras y desventuras hasta conseguir un final inesperado y feliz. 16 Apolonio está sujeto a la fortuna a pesar de que siempre consigue salir adelante y termina venciendo la virtud. Los sucesos son de trascendencia personal, afectan al protagonista, no a un colectivo, y el lector u oyente lo entiende como un entretenimiento compaginable con la ejemplaridad que se infiere de la obra. 5. GLOSARIO Acabado: adj., “Perfecto, completo, consumado” DRAE.: 627d qua murió Architrastes, vn rey muy acabado. El DCECH remite a cabo, del lat. CAPUT “cabeza”. 1.ª doc.: 931, Oelschl […] Entre sus derivados aparece acabar (Cid), propiamente hacer algo hasta el cabo, vocablo común a todos los romances hispánicos y gálicos (port., cat., oc. acabar, fr. achever), que debe ser muy antiguo (…). y de aquí acabado. El CORDE lo registra por primera vez en Berceo entre 1228 y 1246 en Del sacrificio de la misa. Término perteneciente al grupo de voces que designan el “bien hacer”, la cortesía. No se corresponde con la formación académica, pero sí con el comportamiento, la actitud noble. En este caso el adjetivo se refiere al rey Architrastes. Acordada: adj., “Estudiada” Corbella: 354d su liçión acordada, vinyé a almorzar El DCECH remite a ACORDAR, “poner de acuerdo a (personas)”, “poner acordes (instrumentos musicales)”, “resolver, determinar”, del lat. *ACCORDARE “poner de acuerdo”, sacado de concordare “estar de acuerdo […]” Iª doc.: orígenes del idioma. Entre sus derivados populares aparece acordada. El CORDE lo registra por primera vez en 1230, en Vida de San Millán de la Cogolla, Berceo. Término relacionado con el estudio. En este caso, acordada habla de la lección que aprende Tarsiana, es decir que 'capta en el cor' pues hace referencia a que el corazón se consideraba el centro de la inteligencia. Adeuinança: sust., 'Adivinanza': 28b que la adeuinança non podría asolver El DCECH remite a dios, del lat. DEUS íd. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas de Silos, 17 etc.). Deriva del adjetivo divino, y como sustantivo aparece adivinanza. El CORDE lo data por primera vez en el Apol. Corbella apunta que los sinónimos de esta palabra que aparecen a lo largo del Apol. son muchos (“argumento”, “cuestión”, “demanda”, “pregunta”, “razón”; “viesso”) y, como ha indicado M. Alvar (“Apolonio, clérigo entendido”, pág. 54), “salvo el término muy directo adivinanza, todos tienen motivaciones retóricas, si por ellas entendemos las del cultivo de la lógica (argumento, cuestion, razón), por otro camino, demanda y el de la poética (viesso)”. Término intrínsecamente ligado a la formación académica. En la Edad Media era habitual la enseñanza a través de las adivinanzas, pues desarrollaban el razonamiento lógico. En el Apol. tienen un papel importantísimo, pues cuando aparecen la trama del relato dan giros inesperados y cruciales. Es curioso encontrar adivinanzas tan eruditas compuestas en cuaderna vía y descubrir otra dimensión de la adivinanza, aparentemente infantil y popular. A lo largo del texto aparecen relaciones sinonímicas que dan unidad al relato y que ponen de manifiesto el dominio léxico del autor; esto ocurre, por ejemplo, con la voz que comentamos y su sinónimos argumente, razón y vieso. Adobado: adj.,“Arreglado” Corbella : 80b vio un burzés rico y bien adobado El DCECH remite a adobar “arreglar, componer, adornar”, “guisar”, “curtir”, del fr. antiguo adobar “armar caballero”, “preparar”, y éste del del fráncico *DUBBAN “empujar”, “golpear” (fris. ant. dubba “empujar”), por la costumbre de dar un espaldarazo al armar caballero. I.ª doc: Cid. La primera datación del CORDE aparece en 1200 en La fazienda de Ultra Mar de Almerich. Adjetivo referido al vestido arreglado y a la buena presencia física de los personajes. Es una palabra relacionada con el “bien hacer”, con la cortesía, pues se refiere a la conducta, a las virtudes y a la apariencia corporal. no atañen a la formación académica, pero sí al comportamiento, la actitud noble, algo importante en el poema. Aguisado: Adj., “Justo o razonable” DRAE: 276d contra varón non fizo fembra tan aguisado El DCECH remite a guisa, “modo, manera”, del germánico, probablemente tomado por el latín vulgar del germánico occidental WISA íd., 1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc.). […] Derivados: guisar “preparar, disponer (algo)”. […] En lugar de guisar se dijo también aguisar, aguisado, aguisamiento. El CORDE lo registra por primera vez en el Cid. Voz relacionado con el “bien hacer” de los personajes. 18 Argumente: sust., ´- “Enigma” Corbella: 15b façía huna demanda y un argumente cerrado // 22b por solver argumentos era bien doctrinado // - 'Prueba, razonamiento': 31c rezó sus argumentos, las fazanyas passadas EL DCECH remite a argüir, del lat. arguere. 1.ª doc.: Princ. S. XV, Canc. de Baena; Santillana. Entre los derivados se encuentra argumento, procedente del latín argumentum. En el Libro de Alexandre aparece también como argumente, por influjo galorrománico. También aparece en Ber. El CORDE registra esta voz únicamente en Judizios de las estrellas en 1254-1256. Corbella afirma que según M. Alvar (edic. crítica), “la –e de argumente en el manuscrito es uno de los muchos casos en los que el copista ha restituido innecesariamente la vocal”. En el texto tiene el significado de “enigma” en las cuatro ocasiones en las que es utilizado, acepción medieval que confirma A. Palencia, para quien “argumentum se dize de lo que se falla para astutamente razonar... Argumento es proeua... assi mesmo argumento es proyança...” (Vid. También Alfonso X, para quien “argumentes” “quier dezir razones prouadas” Setenario, ed. 1945, 30.20). Pidal en su edición corrige argumento, Alvar propone un argument´ y Cesare, con argument. Significa enigma y está en total relación con la formación medieval a través de las adivinanzas, las cuales eran un medio de estudio en la Edad Media, por tanto, es evidente su relación con la formación académica. Cf. adivinança Arte: sust., “Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer bien alguna cosa” DRAE: 198d nin arte por que pudiesen purgar la maletía // 352b sabía todas las artes, era maestra complida El DCECH lo define como `conjunto de preceptos para hacer bien algo ´, del lat. ars, artis, f., `habilidad ´, `profesión, arte ´1.ª doc.: art, en el Cid; arte 1144. (…) la ac. De `engaño, fraude´, es muy común en la Edad Media, desde el Cid hasta el Amadis y Nebr., y especialmente en la locución sin arte `sin engaño, honestamente ´ (Conde Luc., ed. H. Ureña, p. 229; J. Ruiz, 842d). El arte, en sentido de las bellas o nobles artes, es debido a una imitación del francés, todavía desaprobada por Capmany en 1805, pero ya reconocida como necesaria por Baralt. El CORDE lo registra por primera vez en Cronicón de Sanpiro en 1041, seguido de Vidal , 19 prior de San Martín de Albelda, da a censo a Oriol y Évelin el molino de San Félix de Calahorra (…) en 1062 y Exención de pechos y servicios a un monje de San Millán [Cartulario de San Millán de la Cogolla] en 1087. Aparece entre los resultados obtenidos el Alex. y el Apol. No se registra en Ber. Término relacionado con la formación académica pues el arte, entendido como conjunto de preceptos y reglas, constituye un camino necesario para la enseñanza y el aprendizaje. Las artes liberales estaban compuestas por las tres vías o caminos que componían el trivium y que estaban relacionados con la elocuencia, es decir, la gramática, la dialéctica y la retórica, y por las cuatro vías del quadrivium, relacionados con las matemáticas, es decir, aritmética, geometría, astronomía y música. Artero: adj., “Mañoso, astuto” DRAE: 225a Dixo ell huno de ellos, y cuydó seyer artero // 406c mas, como Dios lo quiso, ella fue bien artera. El DCECH remite a arte y de aquí artero; en Berceo; en época de J. Valdés ya se hacía anticuado. Hasta esta época artero y art(e) hacen en el idioma las veces de astuto, astucia. El CORDE lo registra por primera vez en el Alex. Adjetivo referido a las habilidades y destrezas de los personajes. No está íntimamente ligado a la formación académica, pero sí al ingenio y lucidez, virtudes que benefician al estudio. Asmar: vb.,“Pensar” Corbella: 27 pero todos asmauan que dixera verdat El DCECH remite a estimar, tomado del lat. aestimare “estimar, evaluar”, “apreciar, reconocer el mérito”, “juzgar”. I.ª doc.: 1400, glos. de Toledo. Entre sus derivados aparece *ADAESTIMARE, de igual significado que el primitivo, procede del antiguo aesmar (F. Juzgo),normalmente asmar [Cid, muy corriente hasta princ. S. XV, y después vivo en el habla rústica de las comedias del S. XVI], otros representantes romances en REW 139. El CORDE lo recoge por primera vez en 1200 en La fazienda de Ultramar de Almerich. Corbella (2007: 82) apunta que es el verbo más frecuente dentro del texto para este significado. Junto a él figuran cuydar, comedir y penssar (este último con la doble acepción medieval de “pensar” y “cuidar”). Aunque no es un término directamente relacionado con la formación académica, sí está en consonancia con la actividad mental y con la inteligencia. El verbo “pensar” pone de manifiesto la capacidad intelectual de los personajes y la formación académica de los mismos. Aparecen sinónimos 20 de esta voz a lo largo de todo el texto: penssar, cuydar o comedir, esta riqueza léxica es una prueba más de la capacidad y preparación del autor. Assentada: adj., `Fijada, compuesta´: 495c coplas bien assentadas , rimadas a senyal. El DCECH remite a sentar, voz común al cast. con los otros romances ibéricos y dialectos réticos y del Nordeste de Italia; la única forma antigua parece ser assentar, que procede de un lat. vg. *ADSEDENTARE, derivado de SEDERE “estar sentado”.1.ªdoc.: assentar, Cid; sentar APal. y ya en algún ms. del S. XIV. Entre sus derivados aparece asentada. El CORDE lo registra por primera vez en el año 1215 en el anónimo Vida de Santa María Egipcíaca. Voz relacionada con el término lírico copla. En el Apol. este adjetivo pone de manifiesto que los versos estaban bien compuestos y rimados, por lo que relaciona a esta voz con la formación académica. Cantar: vb.,“Dicho de una persona: producir con la voz sonidos melodiosos, formando palabras o sin formarlas” DRAE: 190c el cantar de la duenya , que mucho alabavan //335c cómmo cantó ante `l rey y cómo fue casado // 502b tocando su viola, cantando sus vesetes Según el DCECH del lat. cantare `cantar ´, frecuentativo de canere `cantar ´. 1.ª doc.: 2ª mitad del S. X, Glosas de Silos. El CORDE lo registra por primera vez en el Cid, seguido de la Faz, Ber., Alex. y Apol. Este término no se refiere a Ber. Citando a Fasla, “Pedrell define el vocablo como la acción que consiste en “formar con la voz una sucesión de sonidos según las reglas de la música ó por instinto” (cf. Dicc. técnico, op. cit., p 66). Voz relacionada con el ámbito musical tan presente en el poema. Los dos primeros ejemplos se refieren a Apolonio y el tercero a Tarsiana, protagonistas y expertos músicos. Clérigo: sust., “En la Edad Media, hombre sabio en general, aunque fuese pagano” DRAE: 510b “paresçe bien que eres clérigo entendido” El DCECH remite a clero, tomado del lat. tardío clerus “conjunto de los sacerdotes”, y éste del gr. “lo que toca a uno en suerte”, “herencia” y, en el lenguaje bíblico, “clero”. 1.ª doc.: 1487, Rodríguez de Almela. Entre sus derivados aparece clérigo [1500: Oelschl.], tomado del lat. 21 tardío clericus “miembro del clero”; la ac. “hombre de letras” [Alex.O, 84, 808] se explica porque en la alta Edad Media la gente de letras eran comúnmente miembros del clero. El CORDE lo registra por primera vez en un documento notarial anónimo del año 1102, Pedro I dona a su clérigo don Anner diversas casas en Bolea. M. Alvar (1984:54) afirma que es un clérigo entendido porque conoce la gramática, la lógica y la poética. López Estrada (1979: 81), hace incluso, una división de orden interno para la palabra clérigo, distinguiendo entre el universitario (movido por un fundamento de orden intelectualista, ejercitado en la escolástica como método de enseñanza, y usuario del latín como lengua eficiente para la comunicación de los saberes) y el humanista (en sentido restringido de la palabra: cultiva una incipiente ideología con base en la retórica, entiende la vida bajo un signo de aristocracia intelectual y valora el latín como la lengua más hermosa en sus valores formales y, por consiguiente, la lengua artística empleada por unos pocos elegidos) En su artículo "Mester de Clerecía: las palabras y el concepto" (1978: 172) de la etiqueta Mester de clerecía escribiría años más tarde: “Creo que conviene volver al uso de la expresión con valor general y amplio, atendiendo siempre con cuidado al caso en que denota clérigo y clerecía en una significación específica en relación con la Iglesia y diferenciándolo con el caso en que puede tener la otra significación amplia, que sobrepasa un sentido eclesiástico exclusivo.” Voz íntimamente relacionada con la formación académica medieval, pues era en la Iglesia donde residía el mundo intelectual. En el Apol. este término pasa a designar a la persona docta, no solamente a la que pertenece a la Iglesia. Comedir: vb., “Pensar, premeditar o tomar las medidas para algo” DRAE: 33c quanto más comidia qué l´auía conteçido // 53c perjúrase omne, non comide qué diga. El DCECH remite a medir, del lat. METIRI íd. 1ª. doc.: 1171, Oelschl. Entre sus derivados aparece comedir [Cid; usual en todas las épocas; Cuervo, Dicc II, 207-8], voz común con el port. comedir, del lat. COMMETIRI “medir un conjunto de cosas, confrontar” de donde “pensar” o “moderar” El CORDE lo registra por primera vez en 1230, Vida de San Millán de la Cogolla, de Berceo. Corbella (2007: 84) apunta que este verbo es usado en esta época con una acepción valorativa e intensificadora, con un semema aproximado a “meditar” o “reflexionar” (es decir, “pensar con reflexión y cuidado”). Voz relacionada con la intelectualidad pues representa una actividad mental en la que se 22 aporta meditación e introspección al pensamiento. Cf. asmar Concluyr: vb., 'Cerrar un argumento dialéctico o un silogismo': 412d veyólo por derecho, ca bien lo concluydes. El DCECH remite a clausura “acto de cerrar”, derivado de claudere “cerrar”. Iª doc.: APal 356b. Entre sus derivados encontramos concluir [Berceo, que también emplea la variante concludir] de concludere “cerrar”, “encerrar”, ”terminar”, comp. Cuervo, Dicc. II 324-8. EL CORDE no registra esta voz. Según Marden (1965:89) concluyr significa “vindicar; hacer un argumento terminante”. Palabra relacionada con la formación académica. M. Alvar adscribe esta palabra a a la retórica de motivaciones lógicas. Esta voz alude a la capacidad de inferir razones en el discurso. Ya en San Isidoro la voz conclusio tiene el sentido de “conclusión de un silogismo, razonamiento”. Connyoscençia: (conoscencia) sust., “Conocimiento” Corbella:165c Según mi connoscençia,del mar es escapado // 357a Ama, dixo la duenya, segut mi conoscencia El DCECH remite a conocer, del lat. vg. CONOSCERE, lat. COGNOSCERE, íd., redivado de NOSCERE (arcaico GNOSCERE) íd. Iª doc.: Cid. Entre los derivados aparece conocencia, ant. (p. ej. GR. Conq. de Ultr., 435) y vulg. (en la Argentina: Carrizo, Canc. de Jujuy, Gloss.; etc.) El CORDE lo data por primera vez en 1236 en Vida de Santo Domingo de Silos, Berceo. Aunque no es un término directamente relacionado con la formación académica, sí está en consonancia con la actividad mental y con la inteligencia. Esta voz pone de manifiesto la capacidad intelectual de los personajes y la formación académica de los mismos. Aparecen campos semánticos: conocimiento, estudio o saber, esta riqueza léxica es una prueba más de la capacidad y preparación del autor. Copla: sust., “Combinación métrica o estrofa” DRAE: 495c coplas bien assentadas , rimadas a senyal. El DCECH afirma que significa “estrofa”, tomado del lat. copula “lazo, unión”, derivado de apisci “atar”, con prefijo co-.1.ª doc.: Cid, en la ac. “serie de versos que llevan un mismo asonante”. El CORDE lo data por primera y única vez en el Cid. Término relacionado con la lírica y con la formación académica, pues para poder componer o 23 leer una copla es necesario estar instruido en las artes liberales. Por otra parte, estas coplas hacen referencia a las cantadas por un juglar, por lo que se relaciona, además, con la música. Cortés: adj., “Atento, comedido, afable, urbano” DRAE: 330c los su dichos corteses auíyalos ya olvidados. El DCECH remite a remite a corte, del latín vulgar cors, cortis, `corral, establo, aprisco ´, `acompañamiento o séquito, especialmente el del Rey ´, que viene a su vez del latín cohors, -ortis `recinto, corral ´, `división de un campamento, o de la legión que allí acampaba ´, `grupo de personas´. 1. ª doc.: cort, Cid; corte, doc. de 1206 (Oelschl.). Entre sus derivados se encuentra cortés (formación común a todos los romances de Occidente, aplicada a las maneras que se adquieren en la corte), El CORDE lo registra en Vida de Santa María Egipcíaca en 1215, seguido del Alex. No ofrece resultados del Apol. ni tampoco aparece en Ber. M. Alvar (1984:56-57) recuerda a propósito de esta voz, citando a Maravall según el cual el saber es una “doctrina de vida que todo joven bien preparado debe seguir , [...] vemos como a ese saber o “clerecía” es equivalente la cortesía” [...] y dice que “a Apolonio lo sabemos conocedor de letras, sabedor de lógica, gramática, músico. Este rey de Tiro era un intelectual con las virtudes y los defectos de los intelectuales.” Término relacionado con la educación del momento, pues el cortés era aquel que poseía una serie de virtudes capaces de otorgarle el éxito social, el cual estaba basado en la nobleza y las buenas acciones. Cortesía: sust., ‘Cualidad de nobleza’, ‘comportamiento caballeresco’: 1d del buen Apolonio y de su cortesía // 423a si tú me la condonas, por la tu cortesía. Este sustantivo hay que ponerlo en relación directa con el adjetivo cortés que ya se ha explicado arriba El CORDE lo registra en Ber. seguido de Apol. Alvar (1984:61) comenta que muchos críticos han resaltado la importancia que el poeta ha querido dar a la palabra “cortesía” al incorporarla en la primera estrofa. La “cortesía” del héroe “no es otra cosa que la palabra-testigo de la nueva cultura que nace después de 1150; la cortesía (...) no se vincula a una sola virtud, sino que rezuma un conjunto de actitudes que conducen al éxito social (el hombre cortés agrada a sus contemporáneos). Tiene, pues, carácter moral y social”, Alvar cita textualmente la obra Flores de Filosofía (ed. Knust, Madrid, 1978, pág. 47) que 24 dice “cortesía es suma de todas las bondades e suma de la cortesýa es que aya omne vergüenza a Dios e a los omnes e sý mismo”. El poeta ha querido exaltar el sentimiento de caballerosidad y las cualidades más nobles de su personaje (Vid. tamb. García Blanco, “La originalidad del L. de A.”, pág. 370). Término relacionado con la educación, que designa un conjunto de valores del nuevo hombre del siglo XII que llevan al éxito social. Se pondera el sentimiento de nobleza y buen comportamiento del protagonista. . Cuydar: vb., “Discurrir, pensar” DRAE: 18d la hora del pedir veyernon la cuydaua El DCECH: del lat. COGITARE “pensar”, de donde los significados romances “prestar atención (a algo o a alguien)”, “asistir (a alguien)”, “poner solicitud (en algo)”. Iª doc.: Cid. […] En la Edad Media cuidar significa siempre “pensar, juzgar”, ac. que es común todavía en el Siglo de Oro, en versos y en algún prosista, arcaizante, pero ya para Ercilla y Fray Luis de León significa lo que actualmente. En la evolución precedió al verbo cuidar su sinónimo pensar. El CORDE lo registra por primera vez en el año 1196 en Fuero de Soria, anónimo. Aunque no es un término directamente relacionado con la formación académica, sí está en consonancia con la actividad mental y con la inteligencia. El verbo “cuydar” pone de manifiesto la capacidad intelectual de los personajes y la formación académica de los mismos. Cf. asmar Debaylado, -a: sust., “Bajada”, Corbella: 179 a Fazía fermosos sones y fermosos debaylados. // 189b doblas y debayladas, temblantes semitones. El DCECH remite a bailar, alteración del occitano balar, probablemente por cruce con bailar `mecer ´. De aquí surge bailada, nombre de una clase de melodía, aunque no es un verdadero derivado de bailar sino alteración de devalada (Apol, Alex), que proviene del catalán devallada `bajada, cadencia ´, derivado de devallar `bajar ´con influjo de bailar. La grafía que en el manuscrito se emplea, yl para el fonema palatal lateral, se explica como dialectalismo oriental, empleada en aragonés, navarro y riojano. El CORDE no lo registra. Citando a Dolores Corbella, deballar significa `bajar´, como cadencia del latín cadere (Poesía juglaresca y orígenes, pág. 41). Devoto (1972: 311) afirma que “Queda, como única palabra problemática, el incierto «debayladas» (…): Apolonio, para complacer a la doncella, toma a su vez una vihuela, y después de 25 haberla acordado, pasa sobre ella el arco «egual e muy pareio» (notación bien precisa de «buen violador»), con lo que Fue Jeuantando hunos tan dulçces sones, Doblas e debayladas, temblantes semitones (189 ab) La voz ha preocupado a más de un lexicógrafo y estudioso, Marden (I : XLI) recuerda que la voz es uno de los provenzalismos del poema registrados por Milá (II : 100) en sus Trovadores en España, quien explica: «Parece ser de más bayladas 'baladas', 179 a, pero no se puede separar en 189 b», aduciendo los pasajes consabidos del Alexandre y el Libro de Buen Amor (basándose sobre la edición Janer del Alexandre). Morel-Fatio acepta también la forma bayla y propone la vaga equivalencia «sorte de mesure musicale», Roviania, IV : 39, 1875). La explicación más acertada la de D. Ramón Menéndez Pidal : «Las dulces deballadas de que habla también el Arcipreste de Hita como muy propias a la vihuela, debían ser codas cadenciales: deballar significa 'bajar', como cadencia del latín cadere» {Poesía juglaresca y orígenes..., pág. 41); y decimos «la más acertada», porque no lo es del todo : si la etimología es buena, lo de «codas cadenciales» — creación albergada todavía por Corominas en su edición del Buen Amor. Ghiarini, más prudente, se limita a 'cadenza' — es una expresión cuyo significado se me escapa, y me temo que escape a más de un músico: o coda tiene aquí su sentido musical corriente, y lo de «cadenciales» no pega, o significa otra cosa, y la explicación necesitaría su explicación. Leo Spitzer echa por otros caminos, tampoco muy seguros: después de rechazar la opinión de J. Brüch, para quien la palabra, como para T. A. Sánchez, equivale a 'Tanzlied', agrega : ...Yo supongo que debayladas no tiene nada que ver con la danza y que solamente significa « manejo de las cuerdas para producir acordes ; acorde doble cuerda » (y en efecto, las doblas, las octavas están mencionadas en un texto al lado de debayladas), lo que se llama en alemán Doppel-griffe, en francés double-corde y en inglés double-slopping notes. Los acordes cromáticos « llorones », están mencionados aparte en los textos (pág. 731), y pone además en relación la palabra española con el fr. anc. debailler, 'manejar', estableciendo el sentido «debaylada 'manejo' (maniement) > 'acorde, doble cuerda'»”. Término musical relacionado con la buena práctica de la vihuela de Apolonio y Luciana. Se pone de manifiesto la pericia musical de los dos protagonistas y la importancia de la música en el poema. Al tocar la vihuela, los dos han sabido façer hermosos debaylados y levantar debayladas. El pasaje que relata el concierto en el palacio del rey Architrantes recoge la utilización de este término. Demanda: sust., “Pregunta” Corbella: 15b façía huna demanda y un argumente cerrado // 51d que abrió la 26 demanda que era tan escura // 542b dio a la demanda leyal recudimiento El DCECH remite a mandar, del lat. mandare `encargar, dar una misión ´, `confiar (algo), encomendar´. 1.ª doc: orígenes del idioma (Glosas Silenses, Cid, etc). General en todas las épocas y común a todos los romances de Occidente. Entre sus derivados aparece demandar [Cid; Cuervo, Dicc. II, 885-7], del lat. demandare, y de aquí surge demanda [doc. de 1194, Oelschl.]. El CORDE lo recoge por primera vez en 1247 en el Fuero de Aragón. Palabra relacionada con la formación académica, concretamente con el trivium, pues la demanda supone una pregunta, o incluso adivinanza que se debe resolver mediante los conocimientos aprendidos en estas artes liberales. Está en total relación con la formación medieval a través de las adivinanzas. Demandar: (demanar) vb., “Preguntar” DRAE: 24a Dixo: “Non deues, rey, tal cosademanar” // 213a “Maestro, dixo ella, quiérote demandar” Verbo directamente relacionado con el sustantivo anterior. CORDE lo registra por primera vez en 1130 en el Fuero de Viguera y Val de Funes. Apunta Corbella del lat. demandare “preguntar, pedir” con grafía aragonesa-catalana por la reducción del grupo-nd-. Sin embargo, lo normal en el texto es la forma castellana (en 31 ocasiones frente a una sola ocurrencia de demanar). Cf. lo dicho en demanda acerca de su importancia como indicativo de la formación académica. Dezir: vb., “Cantar” Corbella: 183d sio dezir quisiere, téngase por vençida El DCECH del lat. DICERE íd. Iª doc.: orígenes del idioma. (Glosas emilianenses, etc.) El CORDE lo registra por primera vez en el año 1196, en el anónimo Fuero de Soria, pero en estas referencias no se alude a esta acepción concreta relacionada con la música. Es verdad que en otros casos puede significar recitar, narrar, entre otras acepciones. Término relacionado con la música. Como sustantivo se empleó y se sigue empleando: los decires y cantares. Esta acepción no suele incluirse entre los repertorios que manejamos. La más cercana es recitar narrar. Todavía el DRAE recoge como acepción antigua “trovar, veificar” Diçipla: 27 Sust., “Persona que aprende una doctrina, ciencia o arte bajo la dirección de un maestro” DRAE.: 194d desque so tu diçipla, quiérote dar soldada El DCECH tomado del lat. discipulus íd., Iª doc.: Berceo, Duelo, 37a; discípula, s. or., 73d. Común en la Edad Media es la forma sincopada de disciplo (Berceo, Loores, 174; APal., 80d, 118b), deciplo (Sem Tob, 285; Rim. de Palacio, 219), diçipla (Apol., 494) El CORDE lo data por primera vez en 1240 en Apol. Corbella (2007: 139) afirma que esta palabra es una forma sincopada de discípula, muy común en toda la Edad Media. Todavía Nebrija usa di(s)ciplo y di(s)cípulo. Voz íntimamente unida a la intelectualidad y al campo del estudio. La discípula es preparada en una disciplina por un experto. El aprendizaje y la explicación son conceptos educativos relacionados con la formación académica. Dictado: sust., “Escrito” Corbella: 224b non podía entender la fuerça del dictado // 289c prísolo el maestro y leyó el dictado // 290a Quiérovos la materia del dictado dezir El DCECH remite a dictar tomado del lat. dictare, frecuentativo de dicere `decir ´. 1ª. doc. : Ber. Entre sus derivados aparece dictado [Ber., en el sentido de `letra, a distinción de la música de un poema´, Mil., 847d]. El CORDE lo registra por primera vez en Ber., seguido del Alex. y el Apol. Palabra relacionada con la formación académica en cuanto que lo escrito necesita unos conocimientos previos para poder componerlo, escribirlo o leerlo. Al igual que dictar, en el Apol. se refiere a `escribir´. Corbella (2007: 148) apunta que parece anticuado el significado utilizado por Nebrija “decir lo que otro escribe” ya en la edad media. Dictar: vb., “Escribir” DPC: 223b la carta dizía esto, sópola bien dictar El DCECH afirma que está tomado del lat. dictare, frecuentativo de dicere `decir ´. 1ª. doc. : Ber. Durante toda la Edad Media y el Siglo de Oro el vocablo vacila entre la forma dictar y ditar, que es la preferida todavía por Nebr., y mencionada como incorrecta por Aut. En la Edad Media el significado más corriente es el de `componer (versos)´, `redactar (prosa) ´ (p. ej. Ber., Mil., 21c ), para el cual comp. DECHADO; ya debió estar anticuado en el tiempo de Nebr., quien define ditar solamente como “dezir lo que otro escrive”. en el Poema de Alfonso XI, 1382c, ditar lid cabdal es `declarar la guerra ´. El CORDE lo registra por primera vez en Apol. seguido de Alfonso X. 28 Voz relacionada con la formación académica. El significado de este término no corresponde con el significado actual. En el Apol. se refiere a ‘componer un escrito’, ‘escribir’. Doblas: sust., Resultado de “agregar sonidos acompañando a una melodía”, según Devoto (1972: 312): 189b doblas y devaladas, temblantes semitones El DCECH remite a dos del latín duos, acusativo de duo `dos ´. 1.ª doc.: orígenes del idioma (doc. De 1055 en Oelschl., etc.) Entre sus derivados aparece doble, y de aquí deriva doblo, cuyo femenino dobla significa `canción ´. El CORDE lo recoge por primera vez en el Alex. seguido del Apol. Sí aparece en Ber. Devoto (1972: 312): “Para Marden (II : 105), las doblas son «especie de canción o tonada, algo parecida a la balada» (parecida, sin duda, por razones spitzerianas de buena vecindad), y cita, además del Alexandre, «el doble de Guiraut Riquier», remitiendo a la Chrestomathie proveníale de Bartsch, donde puede verse que el tal «doble» es un adjetivo, y que el nombre el poema es «breudoble». Con todo, esta arbitraria explicación llega hasta el Diccionario Crítico Etimológico de Corominas (s. v. dos : «el femenino dobla [canción : Apol. 189 b...]»). Dobla no puede significar 'canción', puesto que Apolonio, a invitación de Luciana, entona una laude, y dentro de esta canción, como la princesa, ejecuta «debayladas» a las que agrega «doblas» y «semitones» (que no han sido nunca nombre de canción), y no puede, pues, introducir varias «canciones» dentro de «una» canción. También aquí va por buen camino — y más lejos que en el caso precedente — Menéndez Pidal : sin dar una explicación precisa, remite a la «de Milagros por Restori» (que, entre paréntesis, no es enteramente clara ni del todo válida), y concluye que algunas de las aves de Berceo «sostenían la octava o doblaban» {dp. cit., 41). Más claramente se explica lo que son las doblas instrumentales remitiendo al Poema de Alfonso XI, donde se nombra la farpa de don Tristan, que da los puntos doblados es decir, hace sonar más de un «punto» a la vez.” Voz musical, donde se pone de manifiesto el abundante léxico relacionado con la música. En el poema se refiere a la ejecución de Luciana. Dotrinado adj.,`Instruido, adiestrado´ : 22b por soluer argumentos era bien doctrinado. 29 El DCECH no recoge doctrinado ni dotrinado pero sí doctrina y adoctrinar. Remite a docto, relacionado con el latín doctor, -oris, `maestro, el que enseña´, derivado de docere `enseñar´. El DPC indica que doctrinado proviene directamente del latín doctrinatu. En el CORDE lo documenta por primera vez en el Apol., donde aparece una sola vez. No aparece en Ber. y el Alex. ofrece la forma dotriniado. DRAE no recoge el término doctrinado, pero sí doctrinar y adoctrinar, que provienen de doctrina. Alude a la preparación intelectual de Apolonio. Era capaz de descifrar enigmas por la profunda educación que había recibido. La voz se deriva de doctrina `enseñanza que se da para la instrucción de alguien´ y, por lo tanto doctrinado es `aquel que ha sido instruido o adiestrado enseñanza´. Ensenyado, -a (var. ensennyado) adj., “Docto, instruido” DRAE: 163b besó al rey manos, como bien ensenyada.// 167d como cosa enseñada que amaba bontat.// 170a Todos dicen que eres homne bien ensenyado. El DCECH remite a seña del latín signa, pl. de signum `señal, marca´, `insignia, bandera´. 1ª doc.: Cid. Es un derivado de enseñar, viene de insignare ´marcar´, `designar´, que en vulgar sustituyó al latín insignire y se ha perpetuado en todas las lenguas romances. El CORDE data su primera aparición en 1215 en la obra anónima Vida de Santa María Egipcíaca: El santo homne bien fue ensenyado: contra la sombra va privado. Aunque aquí no lo recoge, aparece también en Ber. y Alex. Término relacionado con la formación académica puesto que un ensenyado era aquel que había recibido una enseñanza. El primer y el segundo ejemplo se refieren a la princesa Luciana, aludiendo a que su formación le permitía saber actuar correctamente; el tercero habla de la sabiduría de Apolonio. Ensenyar vb., “Instruir, doctrinar con reglas o preceptos” DRAE: 196c pensó bien de la dueña, ensenyábala de grado.// 220a Évos yo bien ensenyada de lo que yo sabía. // 363 a Cuando esto le hobo dicho y ensenyado. El DCECH remite a seña del latín signa, pl. de signum `señal, marca´, `insignia, bandera´. 1ª doc.: Cid. Es un derivado de enseñar, viene de insignare ´marcar´, `designar´, que en vulgar sustituyó al latín insignire y se ha perpetuado en todas las lenguas romances. El CORDE data su primera aparición entre 1240 y 1250 en el Libro de Alexandre. Esta voz no 30 se recoge en Ber. Término relacionado con la formación académica. En los dos primeros casos se refiere a la enseñanza de Apolonio a Luciana; el tercer caso alude al parlamento que mantienen Licórides y Tarsiana sobre los antepasados de la niña. El término pone de manifiesto la participación activa en la formación cultural. Entender: vb.,“Tener idea clara de las cosas” DRAE: 32a En cabo, otra cosa non pudo entender.// 74a Mas, por quanto la cosa me feçiste entender. // 207d la duenya es enferma, entenderlo pudiestes. - “Amar, tener relaciones amorosas”: 6c que fiço ha Antiocho en ella entender. El DCECH remite a tender, del latín tendere, `tender, desplegar´. 1.ª doc.: Cid. General a todas las épocas y a todos los romances. Entre sus derivados está entender [Cid], del lat. intendere `extender, dirigir hacia algo´, especialmente aplicado a la mente (intendere in aliquid `prestar atención ´ o intendere animo aliquid `proponerse algo ´) . El CORDE recoge el primer caso de entender en el Alex., seguido de Ber. y Alfonso X. La acepción que nos interesa es “comprender” ya que está relacionada directamente con la formación académica. En los dos primeros ejemplos se refieren a la capacidad de abstracción de Apolonio, resolviendo el enigma de Antíoco. Entendido, -a: adj., “Sabio, docto, perito, diestro” DRAE: 183b á comienço bueno y es bien entendida.// 510b paresçe bien que eres clérigo entendido. El DCECH remite a tender, del latín tendere, `tender, desplegar´. 1.ª doc.: Cid. General a todas las épocas y a todos los romances. Entre sus derivados está entender [Cid], del lat. intendere `extender, dirigir hacia algo´, especialmente aplicado a la mente (intendere in aliquid `prestar atención ´ o intendere animo aliquid `proponerse algo ´) y de aquí entendido, `dotado de inteligencia´. El CORDE lo data por primera vez en el Cid. Es recogida también en Ber., Alex, Alfonso X. Según M. Alvar (1984:54) es un clérigo entendido porque conoce la gramática, la lógica y la poética. Adjetivo referido a la formación académica. En el primer ejemplo alude a la pericia musical de Luciana y en el segundo Tarsiana habla sobre el conocimiento del trivium de Apolonio. Es claro que tanto Luciana como Apolonio han recibido una formación académica. Como es normal en el poema, aparecen sinónimos que cohesionan el texto. En este caso sabidor o profundado. 31 Escribano: sust. ‘Persona ducha en el arte de la escritura’: 210 a Escriuieron sendas cartas, que eran escriuanos El DCECH remite a escribir, del latín scribere. Entre sus derivados encontramos escrito. 2ª doc.: escrivir, 1100 (Bhisp. LVIII, 359); Cid, etc. y escribano, del b. latín escriba, -anis (lat. scriba, ae), primeramente escriván (doc. de 1111, M. P., Oríg., 191), después escrivano [h. 1200, Auto de los Reyes Magos; doc. De 1202, en Oelsch.; etc.], que a menudo es `autor, escritor ´ (como en el Alex. 5, y aún en la época clásica). El CORDE lo registra por primera vez en Fueros de Caparroso en 1102 seguido de Fuero de Cáceres 1234-1275 y Venta hecha por don Elías al mayordomo del monasterio de Oña del parral de la Maza (…) en 1239. No recoge a Apol. ni a Ber. Corbella afirma que se incide en que eran personas cultas, tal como se había adelantado en 209b y se repetirá en el verso siguiente. De hecho, ya había dicho el poeta que se trataba de donceles que de niños fueron bien enseñados (203c). Palabra relacionada con la formación académica, pues para saber escribir se tenía que haber estudiado. Solo unos privilegiados tenían la oportunidad de poder aprender a escribir, aun cuando a veces puede ser considerado arte manual y no intelectual. Escribir: vb., “Representar las palabras o las ideas con letras u otros signos trazados en papel u otra superficie.” DRAE: 209b escriuit sendas cartas, ca escribir sabedes // 209c escriuit vuestros nombres, qué arras le paredes // 216c mandóles sendas cartas a todos escreuyr El DCECH remite a escribir, del latín scribere. 1ª doc. : escrivir, 1100 (Bhisp. LVIII, 359); Cid, etc.Tiene siempre -v- hasta el siglo XVI en los textos que distinguen (Nebr., aPal., etc.). La forma escrevir es muy corriente hasta el siglo XVI en la lengua literaria y después en la vulgar. El CORDE lo registra por primera vez en Carta de venta (Colección diplomática del monasterio de Carrizo) en el año 1245, seguido de Leyes nuevas en 1255-1280 y Copia romanceada del privilegio concedido al monasterio de Santa Juliana en 1045 en 1255-1335. Sí se registra en Ber. Verbo relacionado con la formación académica. Los ejemplos demuestran que los personajes del poema eran doctos e instruidos pues sabían escribir, nada común en la época. Aunque teniendo en cuenta su origen noble es lógico, por otra parte, que lo supieran hacer. Escrito (var. escripto) sust.,“Carta, documento o cualquier papel manuscrito, mecanografiado o impreso” DRAE: 31b do 32 tenié sus escritos y sus estorias notadas.// 96c ficieron en un márbor el escrito notar. //551 a Bien debié Antinágora en escripto yacer. El DCECH participio del verbo escribir, de escribir, del latín scribere. Entre sus derivados encontramos escrito. En el participio fue común la grafía cultista escripto desde antiguo (hoy en los verbos derivados con prefijo, sobre todo en América), y como alguna vez se pronunciaba la p, de ahí nació la forma escriuta que leemos en los Fueros de Aragón de 1300. El CORDE lo localiza por primera vez en 1226 en Fueros de Escalona por Fernando III de autor anónimo: et nos señor á pro de vuestra villa havemos escrito lo que en esta carta dize. En el Alex. aparece, además, con el significado de ‘libro’ y en concreto la Biblia: 2664 a Commo diz el escripto de Dios nuestro señor. Parece claro que este significado tiene que ver con la fama y el pensamiento de la época, pues responde al deseo de marcar una forma de perdurabilidad frente a sus contemporáneos, Lida (1986:1664-166). Lo que se escribe perdura. En este mismo sentido, aparece el pasaje en el que los habitantes de Mitilene erigen una estatua a Apolonio. Escolano: sust., “Escolar, discípulo” Corbella: 286b de buenos escolanos trahiya más de çiento // 354b quando los escolanos vinién a almorzar El DCECH afirma es un derivado de schola `lección ´, `escuela´. Entre sus derivados se encuentra escolano, arag., `discípulo ´, `sacristán ´`acólito ´, `monaguillo ´ [Ber.; Apol., 286b], =cat. escolà. El CORDE lo registra por primera vez en Fuero de Uclés en 1179-1184 seguido de Ber. Término íntimamente relacionado con la formación académica, pues es el escolano el que recibe la educación y comienza la andadura del saber. Escuela: sust., “Establecimiento donde se da cualquier género de instrucción” DRAE: 350b quando fue de siete anyos, diéronla al escuela. El DCECH afirma que procede del latín schola `lección ´, `escuela´ (…)´. 1ª doc.: escola, doc. Mozárabe de 1192 (Oelsch.); escuela, Ber. Frecuente en todas las épocas del idioma, pero algunas de las formas romances muestran tratamiento fonético semiculto, indicio de que aunque el vocablo debió emplearse continuamente y sin interrupción desde la época imperial, se hallaría, como es natural, bajo el influjo de la forma latina. (…) El CORDE lo registra por primera vez en Ber., seguido del Alex. y el Apol. 33 Término íntimamente relacionado con la formación académica pues es en este lugar donde el alumno comienza su andadura cultural. Escura: adj., “Dicho del lenguaje o de una persona: confuso, falto de claridad, poco inteligible” DRAE: 511d Esta puedes iurar quees razón escura El DCECH afirma que proviene de oscuro del lat. OBSCURUS íd. 1.ª doc.:orígenes del idioma (doc. De 1184 [Oelschl.], Berceo, etc.). De uso general en toda las épocas y heredado por todos los romances de Occidente, aunque modernamente en los demás, salvo el portugués, tiene uso más restringido en castellano, o puramente culto. En los Pirineos ha tomado la ac. “huraño” (como hosco): BDG XXIV, 176. En castellano medieval la forma más común fué escuro, desde Apol. (51), pasando por la Celestina (ed. 1902, 45.30, etc.) y Nebr. Hasta el Siglo de Oro: es todavía la única que se encuentra en el Quijote; ast. Escuru (V). La forma más cercana al latín, oscuro, ya preferida por algún autor antiguo (Berceo, Juan Manuel), gana terreno por influjo latino en el Siglo de Oro, de suerte que la forma con o- predomina en autores como Góngora, Covarr. y Ruiz de Alarcón. El CORDE lo data por primera vez en el Apol. Este adjetivo alude a la dificultad de la adivinanza. Realza el aprieto que supone la resolución de esta razón escura. Estudiar: vb., “Ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender algo” DRAE: 1b si ellos me guiassen estudiar querría El DCECH remite a estudio tomado del latín Studium, `aplicación, celo, ardor, diligencia ´, `estudio ´. 1ª doc.: Ber. Frecuente ya en toda la Edad Media: Apol., Juan Manuel, J. Ruiz, Apol., Nebr. Entre sus derivados aparece estudiar (Ber.), derivado común a todos los romances, así en la forma culta como en la popular estojar. El CORDE lo registra únicamente en el Apol. Término relacionado con la formación académica y con el empeño de los tres personajes principales por el conocimiento. Esta acción era para ellos algo primordial como demuestra su afán por aprender y sus vastos conocimientos. Estudio: sust., “Esfuerzo que pone el entendimiento aplicándose a conocer algo” DRAE: 197a fue en este comedio ell estudio siguiendo // 208a Dell estudio que lieva estando enflaquida // 353a Non querié ningún día su estudio perder. 34 Según el DCECH tomado del latín Studium, `aplicación, celo, ardor, diligencia´, `estudio ´. 1ª doc.: Ber. Frecuente ya en toda la Edad Media: Apol., Juan Manual, J. Ruiz, Apal., Nebr. El CORDE lo registra por primera vez en Ber. seguido de Alex. y Apol. Palabra relacionada, igual que el verbo citado arriba, con la formación académica. Cada uno de los ejemplos alude a un protagonista: Apolonio, Luciana y Tarsiana. Queda claro que todos eran instruidos y que tenían un profundo apego al estudio y al conocimiento. Física: sust., “Medicina” DRAE.: 198b que sabién de la física toda la maestría // 284c de buen maestro de física trobado El DCECH afirma que está tomado del lat. physicus “físico”, “relativo a las ciencias naturales”, y éste del gr. “, relativo a la naturaleza”, derivado de “naturaleza”, y éste de “nacer, brotar, crecer”. 1.ª doc.: Berceo (físico y fíxico). La ac. común en la Edad Media es “médico, el que profesa la medicina” (Calila, ed. Rivad., 38; Alf. XI, 342; Danza de la Muerte, 360; Canc. De Baena (W. Schmid); APal. 83d; Nebr., en Aut., que dice era ya “de poco uso”; según Acad. se emplearía todavía en pueblos de Castilla; físigo íd., invent. arag.de 1378, VRom. X, 154); la moderna ya en Villegas, a. 1618: “verdades physicas”, “naturales, reales”. El CORDE lo data por primera vez en el Apol. Corbella (2007: 140) apunta que hasta fines de la Edad Media no se documenta “medicina”, siendo las lexías más usadas para este contenido “física” y “metgía” o “mengía”. Término unido a la intelectualidad. Para conocer toda la maestría de la medicina o ser un buen maestro de física es necesario haber sido instruido en las artes de esta materia. Gigua: sust., “Instrumento musical de cuerda” DRAE: 184c que cantes huna laude en rota ho en gigua. El DCECH indica: “antiguamente `cierto instrumento de cuerda ´, del fr. Ant. gigue, y este probabalemte del alemán antiguo giga `violín (alem. geige)´ emparentado con un verbo germánico y francés que significa `bambolearse, oscilar´. 1ª doc.: Ber. Más tarde significó `especie de danza´. Bloch duda si es romanismo en germánico o germanismmo en francés; en este idioma y el alemán aparece coetáneamente, en el s. XII, y giguer `saltar´ tiene gran extensión en los dialectos franceses, de lo cual podría deducirse que sea creación expresiva paralela en las dos familias lingüïsticas; de todos modos la música de violín ha tenido siempre gran popularidad en los países germanos, geiga `oscilar´ se halla ya en escandinavo ant., y kluge lo relaciona con ags. goegan `extraviarse ´. EL CORDE lo recoge en Ber. y Alex. 35 Apunta Corbella (2007:134) que “La rota (de la familia de las liras, o quizás otra especie de la familia de las arpas) y la giga (de la de los laúdes de arco como la viola) (...) ninguno de los dos instrumentos tiene la categoría de la vihuela de arco (...); y, de hecho, Apolonio –como corresponderecoge la súplica o el reto, pero utiliza el instrumento de mayor valentía [la vihuela]” (D. Devoto “Dos notas sobre el L. de A” pág. 302). Continúa diciendo Corbella que “enumeraciones de instrumentos musicales encontramos también en otros textos de la época: así, Berceo en Duelo,176d recoge: “tocando instrumentos: çedras, rotas y gigas”, y el Alex., 1545 leemos: “El pleit de los juglares era fiera riota:/ í avié simfonía, farpa, giga e rota,/ albogue e salterio cítola que más trota, / g[u]itarra e viola que las c[ue]itas enbota” (Vid. M. Pidal Poesía juglaresca y juglares, págs. 66 y 249). Rota: Pidal, roto. Gigua: Alvar y Cesare, giga”. Se pone de manifiesto la importancia musical del texto al aparecer léxico de diferentes instrumentos. Este término sólo aparece una vez en todo el poema, cuando Luciana insta a Apolonio a tocar en rota o en gigua. Apolonio elige tocar la vihuela, pues es un instrumento de mayor valía y peso en la época. Gramática: sust., “Ciencia que estudia los elementos de una lengua y sus combinaciones” DRAE: 350c apriso bien gramática y bien tocar viuela. El DCECH en la entrada gráfico comenta su procedencia del latín grammaticus, tomado a su vez del griego. Aparece ya en [Apol., 350c; Setenario, fº 9rº; Buenos Prov. 13.6] El CORDE lo registra por primera vez en Alex., pero no en Apol. Término íntimamente relacionado con la formación académica, pues la gramática conformaba una de las tres artes del Trivium junto a la retórica y a la dialéctica. Laude: sust., `Composición poética cantada´: 178d comenzó una laude, homne non vio atal. // 184c que cantes una laude en rota o en giga. El DCECH remite a loar, del latín laudare `alabar´; como el vocablo más castizo fue alabar, desde los orígenes del idioma, y en la misma época su sinónimo aparece en la forma latinizante laudar, es posible que loar sea forma tomada en la Edad Media del francés o catalán. 1.ª doc.: laudar, Cid; loar h. 1250, Setenario, fº 4 vº a; 1.ª Cró. Gral., 186c16, 846b51; Juan Manuel; Juan Ruiz. Uno de sus derivados proviniente del latín por vía culta es laude `alabanza´, tomado del latín laus, -dis.; El CORDE data su primera aparición en 1063 en la obra Privilegios del monasterio de San 36 Martín de Tera. Encontramos más adelante en Ber. y su obra Del sacrificio de la misa este término. No aparece en el Libro de Alexandre. Devoto (1972: 297, 298, 299) apunta que “según Marden, laude «parece ser alguna especie de canción, no el instrumento músico» (II : 125): el final de la cita no merece comentario, pero su comienzo es rigurosamente exacto, aunque ninguna de las tres acepciones que el Diccionario de la Real Academia establece para esta voz ('lápida', 'alabanza', 'una de las partes del oficio divino') case con el contexto. Es innegable que, como en todos los otros casos, se trata de un derivado más o menos cercano de «laudar», verbo empleado también por el poeta, pero el sentido de 'canción' o 'poema'. Falta en todos los vocabularios que he podido consultar (en el Vocabulario castellano medieval de Cejador ni siquiera figura esta voz) y, en principio, parece difícil de explicar directamente por ninguna de las acepciones usuales. En italiano, en cambio, es sabido el preponderante papel que la lauda 'composición en alabanza de Dios' desempeñó en el movimiento franciscano y en el nacimiento del oratorio. En español, en cambio, sólo sé de escasos empleos de la voz laude con el sentido de 'composición poética'. Darío, en Los raros, la refiere a Gavalca, y el muy estimable poeta argentino Alfredo R. Búfano titula uno de sus libros Laudes de Cristo Rey; pero ambos usos denotan más el italianisno de valor religioso o el latinismo algo más directamente vecino de la liturgia romana que la frecuentación de nuestro poeta.(…) El uso de palabras y expresiones litúrgicas es bastante corriente en el Apolonio, como lo es en todos los poemas de clerecía (y en otros que no son obra de clérigos), y salta a veces donde menos se lo espera”. Este término alude al conocimiento musical tanto por parte del autor del poema como de los personajes, que son los que interpretan esta composición. En el primer ejemplo queda reflejada Luciana y en el segundo Apolonio. Este pasaje se inscribe en el famoso concierto en el palacio de Architrantes. Leyer: vb.,“Pasar la vista por lo escrito o impreso comprendiendo la significación de los caracteres empleados” DRAE: 32c cerró sus argumentos, dejose de leyer.// 228a Dio a Apolonio la carta a leyer// 289c prísolo el maestro y leyó el dictado. El DCECH indica su origen en el latín legere, `recoger´, `escoger´, `leer´. Este término se encuentra desde los orígenes del idioma, es general a todas las épocas, y común a todos los romances salvo al rumano. En el CORDE aparece su primera documentación entre los años 1290 y 1293 en la obra Fuero 37 de Béjar “ Los iudizios de la carta sean leidos por fuero siempre al lunes a los ques alçaren a ella”. Aunque no se recoja aquí, aparece también en Ber. Llama la tención el empleo gráfico de –y- intervocálica, probablemente un refuerzo para marcar el hiato, tal como apunta Corbella , fenómeno que resulta común en el texto y se observa en otros de toda la Edad Media. Sorprende que los personajes lean en silencio, cuando la práctica habitual de la época era la lectura en voz alta. Así lo dice San Agustín: “Cuando leía [Ambrosio, obispo de Milán] sus ojos corrían por encima de las páginas, cuyo sentido era percibido por su espíritu; pero su voz y su lengua descansaban. A menudo, cuando yo me encontraba allí, pues su puerta no estaba jamás prohibida a nadie, entrando todo el mundo sin ser anunciado, lo veía que estaba leyendo en voz muy baja y jamás de otro modo. (...) Quizás evitaba una lectura en alta voz, por temor a que algún auditor atento y cautivado le obligase, a propósito de algún pasaje oscuro, a perderse en explicaciones, a discutir sobre problemas difíciles y a perder así una parte del tiempo destinado a las obras cuyo examen se había propuesto; y después la necesidad de cuidar su voz, que se quebraba con gran facilidad, podía ser también una razón justa de leer en voz muy baja. Sea lo que fuese, y fuera cualquiera el motivo que a ello le indujese, sólo podía ser bueno en un hombre como él.” 6 Libro: sust.,“Conjunto de muchas hojas de papel u otro material semejante que, encuadernadas, forman un volumen” DRAE: 597b cantando los responssos de libro y de cor. El DCECH afirma que libro está tomado del lat. liber, -bri, íd. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc.). De uso general en todas las épocas: Cej. VII, 36; ast. Llibru (V); tiene forma culta en todos los romances. El término botánico líber [Acad. ya 1884, no 1843] es duplicado, procedente de la ac. etimológica “parte interior de la corteza de las plantas”, que los romanos emplearon a modo de papel (de donde luego la ac. “libro”). El CORDE lo registra por primera vez en el año 1103 en el documento notarial anónimo titulado Pedro I concede al obispo Poncio los privilegios que Sancho. Voz intrínsecamente ligada a la formación académica, pues es en los libros donde se compila el conocimiento. Maestría: sust., 6 San Agustín, Las Confesiones, Edit. Juventud, Barcelona, 1968. 38 - “Arte y destreza en enseñar o ejecutar alguno” DRAE: 1c conponer hun romançe de nueua maestría // 198c que sabién de a física toda la maestría // 220b más vos preçiarán todos por la mi maestría - “Remedio, medicina, medicamento” DRAE: 198d mas non hí fallaron ninguna maestría El DCECH remite a maestro, del latín magister, -tri, `jefe, director ´, `maestro, el que enseña´. 1ª doc.: maistro, doc. de 993; maestro, doc. de 1194 (Oelschl.). De uso general en la lengua literaria (Ber., etc ) y en todos los ámbitos del idioma. Común a todos los romances, las acs. secundarias son numerosas (p. ej. `cirujano ´ en Alex., 1691). Entre sus derivados se encuentra maestría (Ber., Alex.) El CORDE lo registra por primera vez en Ber., seguido del Alex. y el Apol. Corbella (2007:71): ““de la nueva escuela (mester de clerecía)”. Pero también puede significar un nuevo estilo de concepción de la vida, la “maestría” del “clérigo entendido” (estrofa 510), “de letras profundado” (estrofa 22)es, en palabras de F. Rico (“La Clerecía del mester”, pág. 149) “con prominencia, arte de vivir, de operar en el mundo” (Vid. también la opinión de M. Alvar, edic. Planeta, pax. LIV-LVI). No se trata ya sólo de señalar las heroicidades del hombre de armas, sino también la nobleza del hombre de letras como los héroes de roman courtois francés”. Referida a la idea de hombre de letras y a su nobleza. Este el prototipo de héroe del protagonista del Apol. Este es el ideal de rey que apunta Alfonso X en las Siete Partidas. Maestro: sust., - “El que enseña o practica una ciencia, arte u oficio y que tiene título para hacerlo” DRAE: 193b seya vuestro maestro, auetlo atorgado // 213a Maestro, dixo ella, quiérote demandar // 232b Non te mintré, maestro, que sería trayçón - “Persona que es práctica en una materia y la maneja con desenvoltura” DRAE: 183c mas aún non se tenga por maestra complida - “Cirujano, médico” DPC: 287a Fízola el maestro a su casa levar Según el DCECH del latín magister, -tri, `jefe, director ´, `maestro, el que enseña´. 1ª doc. : maistro, doc. de 993; maestro, doc. de 1194 (Oelschl.). De uso general en la lengua literaria (Ber., etc ) y en todos los tonos del idioma. Común a todos los romances, las acs. secundarias son numerosas (p. ej. `cirujano ´ en Alex., 1691). El CORDE lo registra por primera vez en documento por el que La Reina Doña Berta da a su maestro Bruno tres campos y un huerto en Huesca (Documentos notariales), en el año 1101, seguido por Carta de cambio y confirmación (Documentos del Reino de Castilla) en el año 1194-1198 y por Fuero de Soria en 1196. Aparece en Ber. 39 Término relacionado con la formación académica. Referido a Apolonio, pues es el maestro de Luciana y, por otro lado, es un maestro en las artes musicales. Natural: adj., “Dicho de una nota: No modificada por sostenido ni bemol” DRAE: 178b tenpró bien la vihuella en hun son natural El DCECH remite a nacer, del lat. NASCI, íd. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas Silenses, Cid, etc.). Entre los cultismos derivados encontramos natural [Cid; “ajustado, semejante a la naturaleza”, y luego “perfecto, excelente”, Berceo, Mil, 29a, 48d, y muy común en la Edad Media; “físico, astrólogo”, J. Ruiz, 118; “nacido (en algún lugar)”, “indígena”, doc. de 1485 citado por Zaccaria; Nebr.; ac. imitada en el it. del S. XVI] El CORDE lo data posprimera vez en el año 1196 en el anónimo Fuero de Soria. Devoto (1972: 309-310) apunta que este término se aplica también a los intervalos justos (quinta justa o natural) (...) y así Tarsiana, que sin duda acordaría su viela de manera similar, “comento unos sones tales/ que trayen gran dulzor e eran naturales” (427ab), de la misma manera que Alexandre afirmaba “sé por arte de música por natura cantar”, donde “natura” no vale por “naturaleza, don natural” (¿cómo, entonces, saldría del saber por arte de música?), sino, como en los pasajes similares del Apolonio, “diatónicamente”. Término musical que pone de manifiesto la preparación musical por parte de los personajes del libro y del autor del Apolonio. Notado: adj., “Anotado”, Corbella. En el DRAE no aparece notado, sí anotado “dicho de una obra: que va acompañado de notas explicativas”: 31b, do tenié sus escritos y sus estorias notadas //588d, yo te di el escripto, qual tú sabes, notado. El DCECH, remite a nota, tomado del lat. nota, “mancha”, “signo”, “señal”. 1.ªdoc.: Alex., 1383 (“número, guarismo”); J.Ruiz (“contenido de una carta”, “sonido musical”). No aparece notado, pero sí anotar, anotación, notación. El CORDE data su primera aparición en el Apol. Término que pone de manifiesto la educación del protagonista, pues se relata al lector que anotaba sus explicaciones en las historias, de lo que se deduce que sabía leer y escribir. Onrrado: adj., “Que procede con honradez” DRAE: 80c Estrángilo le dizen, ombre era onrrado 40 El DCECH remite a honor, del lat. HONOS,-ORIS, íd. 1.ª doc.: honore, h. 950, Glosas Emilianenses, 89; Onor, Cid, etc. Entre sus derivados aparece honrar [ondrar, Cid; onrar, Berceo, junto a ondrar], del lat. HONORARE íd.; la evoluación fonética normal habría sido onrar que se halla alguna rara vez en Berceo […], pero esta forma era demasiado diferente de honor para poder subsistir: el influjo del primitivo restableció la pronunciación onrar (con ere), que tendió a estabilizarse según la fonética castellana, sea en ondrar o en onrrar (con erre), y ésta es la variante que ha predominado […] honrado [ondr- Cid], son concidas en la Edad Media las acs. “ilustre” (Berceo, Mil., 737 c; etc); “rico” (ibid. 318 c, 880 a, Libro de los Gatos, 556) El CORDE lo data por primera vez en 1206 en una anónima Carta de cambio, Documentos del Reino de Castilla. Adjetivo relacionado con las características morales. La persona honrada es aquella que obra con rectitud, actitud propia de un héroe. A pesar de que no está ligado con la formación académica, está en unión con el “saber hacer”, con la cortesía, ya que se refiere a la conducta, a las virtudes. no atañe a la formación académica, pero sí al comportamiento, a una actitud noble, algo muy importante en el poema. Ortado: adj., 'Fino, elevado': 179c facía a la vihuela decir puntos ortados. El DCECH no recoge este término. El CORDE recoge seis casos en el Alex.: tres son referidos al término maestro, dos casos a castillo y uno a manos. No se registra en Ber. Devoto (2007:310) “aparenta ser un adjetivo no musical, que el Alexandre aplica tres veces a diferentes maestros, y respondería así al aspecto “científico” que el arte de la música tiene para el poeta y para sus personajes” Término referido a la palabra puntos (tono), por lo tanto, como dice Devoto, es un adjetivo que alude a una voz musical. Aparece en una sola ocasión en el Apol. y apunta a la perfecta consecución de la praxis de Apolonio con la vihuela. Semánticamente cabría relacionar la voz con un derivado de fortis en el sentido de ‘alto’, pero es de dudosa explicación hasta ahora. Lo que sí cabe desechar es una mala lectura por los copistas en lugar de onrado, como se ha propuesto para algún ejemplo del Alex. Predicar: (var. pedrica) vb., “Publicar, hacer patente y claro algo” DRAE: 53d esto que yo vos digo la ley vos lo pedrica.// 527a Nunca tanto le pudo decir nin predica. El DCECH remite a dedicar, del latín dedicare, procedente de dicare `proclamar 41 solemnemente´ (de la raíz de dicere). 1ª doc.: 1485, H. del Pulgar. Entre sus derivados se encuentra predicar [Ber. y ya en las Glosas Silenses] del latín praedicare. El CORDE lo localiza por primera vez en el año 1200 en La fazienda de Ultra Mar de Almerich: foyr Jonas quando el Nuestro Sennor lo enbiava a predicar a Nynyve. Aunque aquí no se recoge, también se aparece en Ber., Alfonso X y en el Libro de Alexandre. Aparece en el Apol. la variante con metátesis pedrica. Corbella (2007: 91) “la documentamos también en otros textos del siglo XIII: “Esta razón dixieron los santos que non conviene a aquellos que han de pedricar la pobreza”, Partidas, I, V, 36.””. Este término se relaciona con la formación académica en cuanto a su unión con las artes del trivium (gramática, retórica y dialéctica) facultad de saber hablar correctamente. Profundado: adj., “Muy versado” Corbella: 22a Como era Apolonio de letras profundado. El DCECH remite a hondo, que procede del antiguo fondo, y este probablemente de un preliterario perfondo, proviniente del lat. profundus, en el cual el prefijo per- fue entendido como aumentativo (como en perdañoso, perfeo, peripuesto). 1.ª doc.: fondo en Ber. (…) General en todas las épocas del idioma. En Berceo y El libro de Apolonio aparece el derivado profundado, siempre en sentido figurado, con referencia el saber. El CORDE lo data por primera vez en 1230 en la obra de Gonzalo de Berceo Vida de San Millán de la Cogolla: 22c en toda la doctrina maestro profundado. En el Alex. no aparece este término DRAE no recoge este término pero sí profundo, y en su séptima acepción se encuentra el significado que en el Apol. es designado por profundado: `dicho del entendimiento, de las cosas a él concernientes o de sus producciones: Extenso, vasto, que penetra o ahonda mucho´. Corbella (2007:80) apunta que “frente a la Historia latina donde Apolonio acierta la adivinación mediante la ayuda de Dios (…) en la versión castellana la solución es atribuida a la sabiduría del protagonista. Apolonio se convierte así en “un protagonista más revolucionario, ya que es fundamentalmente un héroe intelectual, que reacciona más que actúa. Sin duda no es un héroe épico y, significativamente, el comportamiento belicoso en el relato está asignado a su antagonista Antíoco.” [T. del ed.] (R. Surtz, “The spanish L. de A. and medieval geography ”, pag. 338)” Adjetivo relacionado con la formación académica, en la que se aportan datos importantes sobre la calidad del conocimiento, en este caso, de Apolonio. Cf. entendido. Proverbio: 42 sust., “Sentencia, adagio o refrán” DRAE: 520b nin lengua con que fable un proverbio senyero El DCECH remite a verbo, tomado del lat. verbum “palabra”, “verbo, parte oración”. 1.ª doc.: vierbo “palabra, frase” Berceo; verbo “parte de la oración” APal.7b, 520b. Entre sus derivados aparece proverbio [Berceo, Apol.; Conde Luc.], de proverbium. El CORDE lo registra en Berceo en 1236 en Vida de Santo Domingo de Silos. Voz relacionada con la sabiduría popular, con el conocimiento del pueblo. Puntos: sust., “En los instrumentos musicales, tono determinado de consonancia para que estén acordes” DRAE: 179c, fazía a la viuela dezir puntos ortados. El DCECH afirma que viene del lat. PUNCTUM, “punzada, herida de punta”, “punto, señal minúscula” derivado de PUNGERE “punzar”. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Cid, etc). […] No es posible en un diccionario como este acometer el estudio del inmenso campo semántico cubierto por palabra de sentidos tan varios […] Generalizando, “señal minúscula” ac. latina [puncto de claridad, Berceo, Sacrif., 133d; punto del dado, H. 1400, glos. del Escorial y Toledo; “signo de puntuación” APal. 85d, Nebr.]; y luego “momento, instante” [Cid, Berceo, Mil., 871a. etc; Alex, 977], “on, modacin mical” [Berceo, Mil., 85, Apol.; J. Ruiz] El CORDE recoge esta voz por primera vez en el Cid, aunque no con esta acepción. Devoto (1972: 310) afirma que “punto es el elemento de notación tomado propiamente aquí, como es corrientísimo, por el sonido que este elemento representa”. Voz relacionada con la terminología musical que pone de manifiesto la importancia de la música en el Apol. y en la educación de los protagonistas. En el verso donde aparece relata cómo Luçiana dominaba la vihuela haciéndola sonar entonadamente. Raçonado: adj, “Fundado en razones, documentos o pruebas” . El DCECH afirma que proviene del lat. RATIO, -ONIS, “cálculo, venta”, “razonamiento, razón”. 1.ª doc.: orígenes (Cid, etc.) […]Del verbo reri “pensar, opinar, calcular” de donde deriva ratio. Entre sus derivados está raçonado. El CORDE lo registra por primera vez en 1236 en Berceo, en la obra Vida de Santo Domingo de Silos. Voz relacionada con la con la formación académica puesto que se refiere a estar documentado, a haber probado científicamente algo. 43 Razón: sust., - “Adivinanza”, Corbella: 511d Esta puedes iurar que es razón escura. -“Argumento o demostración que se aduce en apoyo de algo” DRAE: 584a Razón no alonguemos, que sería perdición. El DCECH, afirma que proviene del lat. RATIO, -ONIS, “cálculo, venta”, “razonamiento, razón”. 1.ª doc.: orígenes (Cid, etc.) […]Del verbo reri “pensar, opinar, calcular” de donde deriva ratio. El CORDE lo registra por primera vez en 1223 en el anónimo Mandamiento de Fernando III [Documentos del Archivo Histórico Nacional]. Destaca también su aparición en 1230 en Berceo, Vida de San Millán de la Cogolla. Este es uno de los términos con los que el autor se refiere a la adivinanza, tan trascendental en el Apol. M. Alvar (1984:59) relaciona esta voz con la retórica de motivaciones lógicas. La retórica ocupó un lugar importante en el sistema educativo antiguo y medieval, y hasta el romanticismo su significación fue crucial dentro de las disciplinas humanísticas. Recudir: vb.,“Responder” DRAE: 182a Recudió Apolonio como firme varón // 388a Recudió la duenya, mas no a su sabor. El DCECH remite a acudir, con cambio de prefijo del antiguo recudir “ al paraje de donde se salió”, “responder”, “recurrir (a alguien)”, “concurrir (a un lugar)” y este del lat. RECUTERE “rechazar”, “hacer resurtir”, derivado de QUATERE “sacudir”. I.ª doc.: 1330 (J.Manuel, Libro de los Estados; acudir en las Memorias de Fernando IV, por la misma época BHist) El CORDE lo recoge por primera vez en 1250 en el anónimo Libro de los buenos proverbios que dijeron los filósofos y sabios antiguos Citando a Corbella “es visible que recudir, muy frecuente en los siglos XII y XIII empieza a peder terreno en el XIV ”, apunta Corominas (s.v. acudir) y, de hecho, ya en este texto ofrece una frecuencia similar al verbo que lo sustituirá: responder.” Se incluye este verbo en el análisis del vocabulario por ser el responder, la respuesta, una de las partes de la dialéctica. Para poder responder al interlocutor, al enigma, se debe tener una preparación académica, como Apolonio. Reptar: vb., “Desafiar, retar a alguien” DRAE: 15a Por fincar sin vergüenza, que non fuese reptado // 75c 44 non pierdas tu derecho,qua me podréis reptar // 345b Huéspet, desque a Dios non podemos reptar El DCECH remite a retar, del antiguo reptar “acusar” y éste del lat. REPUTARE “calcular”, “considerar”, que en bajo latín tomó probablemente del oc.-catt. reptar, o del bajo latín galicano, a juzgar por el tratamiento fonético. 1.ª doc.: Cid. […] Ac. antigua muy frecuente es “culpar, acusar” […] También es frecuente que valga “desafiar, retar” […] Además toma pronto el sentido de “reprender, amonestar, reñir”: Calila, Mil., Alex. El CORDE lo data por primera vez entre 1179 y 1184 en la obra anónima Fuero de Uclés. Hay que recordar la interpretación de Lang (1998: 267-277) quien apunta que reptar consiste en acusar de un modo formal, con un acto de habla, que obliga al reptado a justificar, a desdecirse, mediante unos procedimientos formales, de los reproches que se le hacen. Responso: sust.,“Cántico” Corbella: 597b cantando los responssos de libro y de cor El DCECH remite a responder, del lat. RESPONDERE íd. 1.ª doc.: doc. de 1022 (Oelschl.); Cid, etc. Entre sus derivados aparece responso [“respuesta”, Apol., 23; “palabra o verso que se repite muchas veces” APal. 418b; “el que se dice por los difuntos” h. 1600, Aut.], tomado del lat. responsus “respuesta”. Como apunta Corbella, Marden (I, LV y II: 161) recuerda este hemistiquio a otro muy similar de Alex., 1520a-b: “echauan los moçuelos ramos por las carreras/ cantando sus responsos de diuiersas maneras”. El significado que presentaría en ambos textos sería el de “cantando cánticos” (cfr. D.Devoto, “Dos notas sobre el L. De A.”, págs. 299 y 316-317, y O. García de la Fuente, “Sobre el léxico bíblico y cristiano del L. De A.” pág. 118). –de libro y de cor: en el libro y de memoria, para Alvar, “en contramelodías”(cfr. Alex. O, 1799a: “de cor la sabía”) El CORDE lo registra en Berceo entre 1228 – 1246 en Del sacrificio de la misaTérmino musical que alude a un pasaje del Apol. Se cantaban responssos de libro y de cor para celebrar la llegada en barco de Apolonio. Rimadas: adj., 'Rimadas': 495c coplas bien assentadas , rimadas a senyal. El DCECH afirma que ha significado tradicionalmente “verso” y se tomó del oc. ant. rima, redivado de rim íd., que procede del lat. RHYTMUS “ritmo”: en la Edad Media tomó este sentido de “verso de tipo romance, contado por acentos y el número de sílabas, y comúnmente rimado” (a distinción de METRUS, nombre del verso latino, que se regulaba por la duración de las sílabas). 1.ª doc.: Berceo. Entre sus derivados aparece rimar [h.1250 Apol.: “tornóles a rezar un roance bien 45 rimado”, “coplas bien assentadas, rimadas a senyal” 428c, 495c;] CORDE lo data por primera vez en el Apol. Voz ligada a la intelectualidad, pues este adjetivo, referido al término lírico copla, pone de manifiesto que estas están bien rimadas, es decir, que el autor de las mismas domina el arte de la escritura y de la lírica. En cuanto a a senyal, parece una locución que hace referencia a la rima final del verso (señal como 'hito', 'marca') que da unidad a cada copla, lo cual se considera un rasgo peculiar del Mester de clerecía y su tetrástrofo monorrimo. Romance: sust., “Composición poética escrita en romance” DRAE: 1c componer hun romançe de nueua maestría // 428c tórnoles a rezar hun romançe bien rimado El DCECH remite a romano, del latín romanus `perteneciente a Roma ´. Entre sus derivados se encuentra romance [Cid; íd., romance, roman(z), Ber.; romance Apal. 78d, 307b; “romance, legua romana: sermo romanus; r., cantar: “carmen heroicum” Nebr.; para la historia semántica vid. L. Pfandl, Das sp. Wort r., en Investig. Lingüísticas, Méjico II, cuad. 3-4; “en pl., vale bachillerías, excusas o astucias: y assí se dice que alguno tiene o gasta muchos romances” Aut.; la ac. `novela ´y especialmente `historia de amor ´, corriente en América, aun en la Arg. (…) es anglicismo grosero e inadmisible], del lat. romanice, adverbio aplicado al habla de los romanos, y posteriormente al lenguaje hablado de las naciones romanizadas. El CORDE lo registra únicamente en Ber. Término relacionado con la formación académica puesto que designa a un tipo de composición poética. En el primer ejemplo se habla de componer una composición de este tipo, lo que requiere un conocimiento del tema, y el segundo habla de recitar en público, acto unido, a su vez, a la enseñanza de la época, donde la lectura en alta y la recitación eran una práctica habitual. Rota: sust., - “Instrumento musical de cuerdas” DPC: 184c que cantes huna laude en rota o en gigua. - “Muchedumbre”: 148c vio en la rota, que espessa andaua.// 150a Mandó posar los otros, quedar toda la rota. El CORDE data la primera aparición de este término en La fazienda de Ultra Mar de Almerich, seguido por el Alex. y el Apol. No aparece en la obra de Ber. Citando a Dalila Fasla, “el término se consigna como cultismo en el estudio de J.J. Bustos Tovar, de rotam, `arpa pequeña´ (cf. “Glosario” en Contribución al estudio del cultismo léxico 46 medieval , op. Cit., p. 667); el Diccionario académico no recoge el vocablo como instrumento musical (1992) 7 , y tampoco se registra con esta acepción en el DCECH. (…) Pedrell asegura que éste es el nombre que dieron los escritores de la Edad Media y los trovadores á una especie de salterio de forma redondeada (…) Parece ser que la modificación de la forma del salterio, que en vez de la antigua triangular se redondeó allá por el siglo XIII ó quizá en XII, dió el nombre de rota (instrumentum rotundum) á dicho salterio de forma redondeada al cual se adaptó, andando el tiempo, una rueda [< ROTA(M),] con el mecanismo conocido convirtiéndose en el instrumento llamad vielle [o vielle à roue, `viola de rueda´](cf. Dicc. Técnico, op. cit., p. 402). El origen de este instrumento musical de cuerda lo menciona Menéndez Pidal, donde se lee que era “de procedencia británica o céltica”” Se pone de manifiesto la importancia musical del texto al aparecer léxico de diferentes instrumentos. Este término sólo aparece una vez en todo el poema, cuando Luciana insta a Apolonio a tocar en rota o en gigua. Apolonio elige tocar la vihuela, pues es un instrumento de mayor valía y peso en la época. En cuanto a la acepción ‘muchedumbre’ se supone que es un galicismo (Corbella) del que no hay más documentaciones castellanas; de ahí que se haya propuesto la presencia de un latinismo, indicando que se trata de un grupo que juega en una secuencia, es decir en ‘rueda’. Saber: vb., “Conocer algo, o tener noticia de ello“ DRAE: 4c nol´sabían en el mundo de belt at companyera; // 4d non sabían en su cuerpo senyal reprendedera // 94c sabe maestra mientre sus conseios prender. El DCECH indica del latín sapere, `tener inteligencia, ser entendido´. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas Silenses, Cid, etc.) de uso general en todas las épocas. Reemplazó al lat. scire en todos los romances, desde los orígenes, salvo solamente el rumano y el sardo. En lat. sapere se refería comúnmente al sentido del gusto; pero figuradamente ya se empleaba en el sentido de `juicio´, `entender algo´; frases como “-Amat. -Sapit” `-Está enamorado, -Él sabe lo que hace´ son corrientes en Terencio y demás cómicos. De ahí al sentido de `scire ´ `saber ´, el paso era muy fácil. Esto no impidió que en los romances de Italia e Iberia conservara también el sentido etimológico de `tener un sabor´. El CORDE lo recoge en Ber., Apol y Alex. 7 Tampoco lo recoge la vigésima primera edición, empleada para este trabajo. 47 Verbo de evidente relación con la formación académica. Hace referencia al conocimiento por parte de los tres principales protagonistas del poema. Sabidor: adj.,“ Instruido o conocedor de algo” DRAE.: 69b apriesa las nueua, era bien sabidor // 133c Rey, dixo el omne bueno, desto ssó sabidor El DCECH indica del latín sapere, `tener inteligencia, ser entendido´. 1.ª doc.: orígenes del idioma (Glosas Silenses, Cid, etc.) de uso general en todas las épocas. Reemplazó al lat. scire en todos los romances, desde los orígenes, salvo solamente el rumano y el sardo. Entre sus derivado aparece sabido [...] forma tardía no registrada hasta Acad. (ya 1817), pero sin duda existió en la época arcaica a juzgar por sabedoría Alex.,1014a; de ahí por contaminación del sinónimo sabido apareció el anómalo pero general sabidor “sabio” [ docs. de 1055, 1090 –latinizado en sapitor-y 1102, Oelschl. y M.P., Cid, s.v.; Cid; Berceo; Partidas; 1.ª Crón. Gral.; Alex.,334; J.Ruiz 491b; Alf. XI, 135, 235; Rim. de Palacio, 207; etc; “sabio o sabidor de cosas divinas: sapiens”. El CORDE lo data por primera vez en el Cid Término relacionado con el campo del conocimiento. Este adjetivo atiende a la cualidad de aquellos que están instruidos en una materia. Cf. entendido. Salmo: sust.,“ Composición o cántico de alabanza o invocación a Dios” DRAE: 375d por matarla rezando los salmos del salterio El DCECH afirma que salmo está tomado del lat. tardío psalmus “canto con acompañamiento de salterio”, “salmo”, y éste del gr. “melodía tocada en una lira, o sin acompañamiento de canto”, “salmo”, derivado de “arrancar pelos”, “tocar las cuerdas de un instrumento músico”. 1.ª doc.: Berceo. Aparece ahí varias veces, escrito psalmo o salmo; también está en Apol., J. Ruiz y otros muchos medievales, pero hasta hoy sigue siendo voz eclesiástica o literaria (“s.: carmen, oda, psalmus” Nebr.); aun cuando Aut. todavía insiste en la grafía psalmo, siempre ha predominado en cast. la simplificado salmo; en lengua hablada de un modo absoluto. El CORDE lo data por primera vez entre 1236 - 1246 en la obra de Berceo Loores de Nuestra Señora. Término musical eclesiástico que pone de manifiesto la importancia de la música en el Apol. y la formación del autor en las artes liberales. 48 Salterio: sust., “Libro de coro que contiene solo los salmos” DRAE: 291d, rezarán más de grado los ninyos el salterio // 325b, sierua su iglesia y reze su salterio El DCECH remite a salmo, tomado del lat. tardío psalmus “canto con acompañamiento de salterio”, “salmo”, y éste del griego ”melodía tocada en una lira o sin acompañamiento de canto”,”salmo”, derivado de “arrancar pelos”, “tocar las cuerdas de un instrumento músico”, 1.ª doc. : Berceo. Aparece ahí varias veces, escrito psalmo o salmo; también está en Apol., J. Ruiz y otros muchos medievales, pero hasta hoy sigue siendo voz eclesiástica o literaria (“s.: carmen, oda, salmus” Nebr.); aun cuando Aut. todavía insiste en la grafía psalmo, siempre ha predominado en castellano la simplificada salmo; en la lengua hablada de un modo absoluto. Entre sus derivados aparece salterio [ps-, Berceo] de psalterium, gr. “especie de cítara”, derivado de El CORDE lo data por primera vez en 1215, en la obra anónima Vida de Santa María Egipcíaca. Término musical que alude a los cantos entonados durante la misa. Contenía la mayor parte del Oficio Divino. Este libro es llamado así porque los cantos estaban acompañados del salterio, “instrumento musical que consiste en una caja prismática de madera, más estrecha por la parte superior, donde está abierta, y sobre la cual se extienden muchas hileras de cuerdas metálicas que se tocan con un macillo, con un plectro, con uñas de marfil o con las de las manos”, DRAE. Término musical que atiende a la celebración de la misa y a los cantos entonados en ella. Semjton: sust., “Cada una de las dos partes iguales en que se divide un tono” DRAE: 189b doblas y devaladas, temblantes semitones El DCECH remite a semi-, prefijo culto tomado del latín semi. Los primeros ejs. de palabras con este prefijo aparecen desde muy antiguo: semitón (por semitono), en el Apol. El DPC indica su origen en el latín semitono. El CORDE lo data únicamente en el Apol., pero aparece también en el Alex. No se registra en Ber. Corbella (2007: 137) afirma: “Menéndez Pidal, en Poesía juglaresca, pág. 317, los describe como “propios entonces de la llamada “música ficta”, esto es, cromática, por oposición al canto llano; estas notas intermedias daban mayor delicadeza a la melodía, y más, ejecutadas trémulamente””. 49 Voz musical, donde se pone de relieve el dominio de este arte por parte del poeta, lo que queda plasmado en la utilización de este vocabulario musical. Seso, sesso: sust., “Facultad sensitiva, entendimiento, juicio” DRAE: 227d ca era de buen seso y de buen sapieçia // 305d fablarán de tu seso varones e mugeres // 656e El que hobiere sesso responda y diga amén. El DCECH indica su procedencia del latín sensus, -us, ‘inteligencia, prudencia, discreción’ [Cid, Alex, J. Ruiz]. El CORDE lo data por primera vez en el Alex. Si aparece en la obra de Ber. Aut. Afirma que “s.f. Lo mismo que Sabiduría. Es una voz puramente Latina, y tiene poco uso”. Voz referida a la inteligencia, al entendimiento. Los ejemplos hacen alusión al buen juicio de Apolonio, el cual aparece en el poema como un verdadero héroe comedido e inteligente. En el verso 656e alude al juicio de Dios. Soldadera: -“Juglaresa” Corbella: 396b Vn homne malo, senior de soldaderas. El DCECH remite a sueldo, del lat. tardío SOLIDUS “cierta moneda de oro, ducado”, que es propiamente el adjetivo clásico SOLIDUS “sólido” sustantivado. 1ª soldo 1062-3, 1129 (Oelschl.) Entre sus derivados aparece soldadera “juglaresa”, “mujer de malas costumbres” (M.P., Jugl., 43ss). El CORDE lo registra por primera vez en Historia Troyana en prosa y verso, anónimo. Menéndez Pidal (1991:61-62) comenta que muchas de sus artes derivaban sin duda de las que desplegaron las bailadoras que alegraban los festines romanos. [...] La juglaresa viene a ser en el siglo XIII el tipo más corriente de la mujer errante, que se gana la vida con la paga del público; por eso la reina Calectrix, al presentarse desconocida ante Alexandre, le advierte: “Non vin ganar averes ca non soe juglaressa”, y Tarsiana deja entrever su alto linaje a Apolonio diciéndole: “non so juglaresa de las de buen mercado”. Un tipo análogo o igual era la soldadera. El nombre masculino “soldadero” equivalía a “jornalero” que vive de la soldada diaria, y aunque el femenino tuviese también este sentido general, contraía más bien su significado para designar a la mujer que vendía al público su canto, su baile y su cuerpo mismo. [...] A menudo la voz soldadera viene a ser equivalente a “meretriz”; este sentido tiene el francés antiguo “soldoiere”, y éste tiene la voz española en el Apolonio, 396, donde un mal hombre, “señor 50 de soldaderas” , compra a Tarsiana para llevarla a la mancebía; verdad es que Tarsiana sale después al mercado a tañer “por soldada” la vihuela (Apol.,426), y tan soldada era entonces como cuando su amo la quería hacer ganar otra soldada infame. Los juglares eran capaces de tocar instrumentos, cantar y contar historias, hecho que demuestra el saber de esta juglaresa, es decir, de Tarsiana. Tener la habilidad para tañer la vihuela es indicativo de un conocimiento musical. Solver: (var. asolver) vb., “Resolver una duda” DRAE: 22b por solver argumentos era bien dotrinado. // 28b que la adevinanza non podría asolver. El DCECH remite a absolver, del latín absolvere, procedente de solvere, `desatar, soltar´. 1.ª doc.: Ber. Entre sus derivados encontramos solver “resolver”, del latín solvere. El CORDE señala su primera documentación en el año 1200 en La fazienda de Ultra Mar de Almerich: “…a tu ermano serviras, e sera quant podestare[s] * e solver[as] * so jugo [de] sobre tu cerviz". En el Libro de Alexandre no se registra este término. En el Apol. aparece con y sin prefijo, solver y asolver, con idéntico significado, hecho bastante habitual en la época. Seguramente esta variación atienda a necesidades métricas 8 . Este verbo hace referencia a la solución de una adivinanza por parte de Apolonio. Aparece de nuevo otra relación sinonímica en la que este verbo se ve acompañado por terminar. Son: sust., “Sonido que afecta agradablemente al oído, con especialidad el que se hace con arte” DRAE: 178b tempró bien la vihuella en hun son natural.// 182c mas, si prendo la vihuela, cuido fer un tal son.// 189 a Fue leuantando hunos tan dulçes sones. El DCECH remite a sonar, del latín sonare. 1.ª doc.: Cid. De uso general en todas las épocas y común a todos los romances. Entre sus derivados está son `música´ y el plural sonos, pero son es la forma general desde el Libro de Apolonio, J. Ruiz, J. Manuel, etc., probablemente tomado del occitano antiguo son (del latín sonus) como término de la música trovadoresca. El CORDE lo data por primera vez entre el año 950 y el año 1000, en las Glosas silenses. Aunque no lo registre, aparece también en Ber. y Alex. 8 “Alternancia entre el lexema con y sin prefijo en castellano medieval (El verbo)”, en Ariza et alii. Actas del II Congreso Internacional de Historia de la Lengua Española. Madrid, Pabellón de España, 1992. págs. 1323-1336. 51 Devoto (1972: 308) “La viola de Luciana está, pues, afinada en «un son [fundamental]», pero éste es, además, «hum son natural». El adjetivo que califica este son ha sido entendido de manera diversa. Para Marden en un son natural, en tono o diapasón que se parece a la voz humana») y en II : 139 («Se usa de lo que imita a la naturaleza o a la voz humana», referido a «natural» en este mismo pasaje). Creo que Marden hubiera tenido serias dificultades para explicar su explicación, no ya técnicamente, sino hasta inteligiblemente. La afinación (más o menos alta) de un instrumento puede modificar su timbre en cierta medida, pero nunca hasta el punto que este solo artilugio pueda hacerlo asemejar a la voz del hombre”. Término musical en el que el conocimiento de la praxis por parte de Luciana y Apolonio queda demostrado, primero, al saber afinar un instrumento de una determinada manera (“en hun son natural”) y, segundo, por saber levantar sones a la vihuela. Tenprar: vb., “Disponer un istrumento de manera que pueda producir con exactitud los sonidos que le son propios” DRAE: 178b tenpró bien la vihuella en hun son natural // 185b Priso huna viuela y sópola bien tenprar El DCECH afirma que antiguamente temprar, del latín temperare `combinar adecuadamente ´, `moderar, templar ´. El CORDE lo data como vez primera en el Alex. seguido de las obras de Alfonso X. Fasla afirma que “las formas con -r- siguen siendo normales en toda la Edad Media (…) A finales del siglo XV hay ya ejemplos de las formas con -l-. (…) En palabras de Pedrell (…) este verbo es una forma sinónima de la denominación moderna afinar, es decir, “poner en consonancia algún instrumento ó uno con otro (cf. Dicc. técnico, op. cit., p. 447) (…) Brenet anota sucintamente: “templar, tr. afinar” (cf. Dicc. histórico, op. Cit., p. 507)”. Devoto (1972: 302) “Podría sostenerse que, puesto que es conveniente que el instrumento acompañante esté bien templado, es lógico — y nada más — que el poeta lo diga. Pero el asunto no es tan simple como puede parecer. En primer lugar, el poeta no lo dice: lo repite, en tres de las cuatro veces que presenta a un cantor en ejercicio; y ya veremos además más abajo con qué precisiones lo redondea. Por ahora, es ilustrativo comparar (…) con la época de oro: allí, como regla general, el templar es actividad enojosísima, y los instrumentos, que deben por fuerza ser acordados, salen a menudo a escena ya prevenidos. Sólo se canta ocasionalmente sin templar cuando el cantor, oprimido por sus sentimientos, lo hace solamente para sí (…) Pero también es evidente que falta por completo en el autor del Apolonio 52 la reiteración de lo enfadoso que es el templar, lo que por el contrario es lugar común en los autores clásicos (…) La actitud del autor del Apolonio es bien distinta : precisa que Luciana Tenpro bien la vihuella, en hun son natural (178 b). Si el «bien» repetido no bastara, la precisión refirma la convicción de que podía templarse, además de « bien », de diferentes maneras.” Término claramente musical, donde se pone de manifiesto la pericia instrumental de Luciana, la cual afina de una determinada manera su vihuela. Según Apolonio todavía en ese momento no era un experta, pero sí dominaba algo tan complicado como el arte de afinar el instrumento. Terminar: vb., “Resolver” Corbella: 503b si tú me la supieses a razón terminar. El DCECH remite a término, tomado del lat. terminus “mojón”, “linde”, 1ª. doc.: Berceo. […] Entre sus derivados aparece terminar [Berceo; Apol.; usado en todas las épocas y hoy enteramente popular, y aún más usual que acabar en algunas partes de América, donde éste te puede tomar en mal sentido], de terminare “limitar”, “acabar”. El CORDE registra esta voz por primera vez en el Alex. Corbella apunta que el mismo significado recoge Alarcos Llorach para el verso 432ª de Alex.: “Calcas el agorero sabié bien termina[rl]o” y para el v. 2609c: “quando vino en cabo, terminó su sentencia”. Este verbo alude a la resolución de adivinanzas. La adivinanza caracteriza el desarrollo de la trama y la resolución de esta es trascendental para ella. Cf. solver. Tocar: vb., “Hacer sonar un instrumento músico” DRAE: 350c apriso bien gramática y tocar bien viuela // 502b tocando su viola, cantando sus vesetes Según el DCECH expresa imitativamente el son de las campanas y demás objetos golpeados o tocados. Es onomatopeya común a todos los romances y al parecer ya heredada del latín vulgar. 1.ª doc.: Ber. Todavía en muchas partes (…) se expresa con esta sílaba la onomatopeya desnuda. Indudablemente la aplicación inicial fue al toque de campanas y otros instrumentos de percusión, al de los metales que se aquilatan, etc. También será muy antigua la ac. `llamar a la puerta´(…) En general, desde `golpear´ se pasó a `ejercer el sentido del tacto´, la ac. más difundida, y luego a la de `pertenecer´, `tocar el turno´ y demás figuradas. El CORDE lo registra por primera vez en La fazienda de Ultra Mar, seguido de Ber. y el Apol., Aunque no ofrece resultados del Alex., también aparece en esta obra. Citando a Fasla “Pedrell consigna el término como sinónimo de pulsar: “hacer sonar según 53 arte algún instrumento”, y observa además, que “la acción de tocar ó pulsar las cuerdas con los dedos ó por medio de un plectro, dió origen entre los antiguos á dos locuciones relacionadas con esta manera especial de tocar, que para el primer caso se decía foris canere y para el segundo intus canere” (cf. Dicc. técnico, op. Cit., p 458)” Término referido al conocimiento musical. Este verbo alude a las habilidades de Apolonio, Luciana y Tasiana con los instrumentos. Son músicos prácticos, pues saben practicar música, es decir, tocar instrumentos, además de ser músicos teóricos. Trobete: sust., `Verso´: 502a Tornó el rey Tarsiana faziendo sus trobetes No aparece en el DCECH, ni el CORDE ni n el DRAE. Sí se documenta la forma trova en Ber. Trobete es el diminutivo de trova. Corbella (2007: 239) correspondería al trovillas que aparece en el Cancionero de Baena. Devoto (1972: 295 )“Trobetes no presenta dificultad alguna, como simple «diminutivo de trova» (Mar- den, II : 177), y sones sólo allega el inconveniente de su ambigüedad, ya que vale por los sonidos mismos, su organización en melodías, y las canciones resultantes: creemos que designa aquí la parte melódica del cantar, en aposición con su aspecto poético («hunos viessos e hunos sones tales»), como en las viejas vidas de los trovadores y en los cantos dulces «de son de dictado» de que habla Berceo (Mil. 847 d). Canto (el de Tarsiana, 495 b; los que ordena Apolonio, 546 b) tampoco ofrece problema (reaparece también opuesto a «lagrimas e sospiros» en 42 c),” Palabra relacionada con la poesía en la que manifiesta la capacidad de los personajes para cantar y tocar instrumentos. El carácter académico de este término se observa en la capacidad de Tarsiana de tocar un instrumento y de cantar, hecho relacionado el quadrivium y la música. Vieso: ( var. viesso, vesetes) sust., - “Palabra o conjunto de palabras sujetas a medida y cadencia, o solo a cadencia” DRAE: 427 a Començó hunos viesos y hunos sones tales; 502b tocando su viola, cantando sus vesetes. - “Adivinanza” DPC: 17d El que adeuinase este vieso qué ditz. El DCECH remite a verter, del lat. vertere, `girar, derribar, cambiar´. 1.ª doc.: orígenes (Glosas de S Millán y de Silos; Ber., etc.). Deriva de este término verso, adj. [Acad. 1925, no 1884], el cual desciende de versus, -a, -um, part. pasivo de vertere. Verso, sust., (…) de versus, -us, `surco, hilera, línea de escritura, verso´. Hubo una variante popular antigua viesso.[Ber., Alex.,Apol] El CORDE recoge la primera aparición de esta palabra en Apol. La siguiente aparición la 54 fecha entre 1252 y 1270, en la obra Setenario de Alfonso X. Las formas gráficas intermedias vierso y viesso se constatan en el Alex También se registra en Ber. Vieso o viesso es una forma diptongada y más adaptada al romance. Presenta la reducción del grupo consonántico –rs a –s que se constata también en otros autores del mester de clerecía. El CORDE recoge este término en la General Historia y en el Apol. Vesetes diminutivo con terminación de origen occitano pero de empleo frecuente en romance. Se encuentra una reducción del grupo consonántico –rs a –s. El DCECH recoge la forma vérsete [Rim. de Palacio], de oc. ant. verset. El CORDE lo recoge únicamente en el Apol. Devoto (1972: 295) afirma que “Viesso es «verso o canción» (Marden, II: 182 ; agrega otro sentido, el de 'enigma o adivinanza en verso', para 17 c y 85 c). El valor colectivo de verso es corriente en la América española: «Es en Hispano América una estrofa, una copla, no cada renglón», dice Gagini, y Malaret registra «echar verso», con verso en singular; y el valor general de esta voz en la Argentina (que recuerdo haber oído nada menos que en boca de Alfonsina Storni: «Les daré un verso», aludiendo a un antisoneto que confió a una revista de estudiantes) es el de 'poema'; y lo ratifica, censurándolo, Aldao: ... una compatriota escribió a Federico felicitándolo porque en la Sorbona le habían premiado « un verso », por un poema. Pero este uso — simple arcaísmo — no tiene nada de censurable: así se usó vers en provenzal, lengua que dio leyes a la poesía de Occidente. La voz cubre toda clase de poesía en el ensenhamen «Cabra juglar» de Guiraut de Gabreira, verso 25 ; «lo vers del novel chan» es, para Guillermo IX, «les strophes d'un chant nouveau» (éd. Jeanroy en Clas. fr. du m. âge, X, 4, pág. 24, y pág. 25 la traducción) ; «un vers» designa, para Peire Vidal, «une poésie» (éd. Anglade, ibid., XLVIII, 6, pág. 152) ; y «lo vers» recubre para Jaufré Rudel todo su poema en cinco estrofas (éd. Jeanroy, ibid., II, 30 ; «ce vers » para el traductor, pág. 5) ; y los ejemplos pudieran multiplicarse. Y así fue también en el español general : si la Academia registra solamente su «sentido colectivo, por contraposición a prosa. Comedia en verso», en Sánchez de Badajoz «este verso siguiente» se aplica a dos, latinos por añadidura; Cova-rrubias explica verso en latín : «Latine versus, us, carmen»; y Quevedo pone en boca de la Virgen estas palabras : Recíbenme con aplauso, cantándome himnos y versos donde «verso» con el sentido corriente de «verso o versículo» no hace sentido, ya que los himnos se componen precisamente de «versos» de esa clase. Como en América, el uso es corriente en la lengua popular; baste un ejemplo, de una albada publicada por Vergara Martín : 55 Con licencia de la novia, porque sin ella no puedo, mis compañeros y yo vamos a cantar un verso. Esta pluralidad vale también para el diminutivo vesetes, hoy versetes, que cuenta solamente con el sentido de 'versículos' para el léxico oficial, pero que en López de Ayala, anunciados como «versetes algunos de antiguo rrymar», designan siete coplas de cuaderna vía en dobles octosílabos («Estos versetes compuso Santo Anbrosyo»)”. Palabra relacionada con la poesía en la que manifiesta la capacidad de los personajes para cantar y tocar instrumentos. La segunda acepción se refiere al acertijo que le propuso Antíoco y que tuvo que resolver Apolonio. Tanto en una acepción como en otra se vislumbra el carácter académico de este término, pues en la primera el quadrivium queda referido con el carácter musical de su empleo y en la segunda por el conocimiento en las artes del trivium, necesarias para poder resolver el enigma. Cf. adivnanza. Vihuela: (var. vihuella, vihuela) sust.,“Instrumento músical de cuerda, pulsado con arco o con plectro” DRAE:178b tenpró bien la vihuella en hun son natural.// 182c mas, si prendo la vihuela, cuido fer un tal son.// 350c apriso bien gramátiga y bien tocar vihuela. El DCECH indica que es una voz común a todos los romances, de origen incierto, quizá onomatopéyico; es probable que en todas partes se tomara del occitano antiguo viula (a veces viola), derivado de viular `tocar la vihuela o instrumento de viento´, cuyo valor imitativo es claro. (...) La 1ª documentación se recoge en el Libro de Apolonio. En Berceo ya se encuentra el derivado violero. La patria de la lírica romance sería también la patria del vocablo, que desde el sur de Francia se propagaría a todas las lenguas hermanas. Ya en occitano se encuentra una variante violar, viola, fácilmente explicable por la mayor frecuencia de la terminación –olar y –ola; esta variante es la que fácilmente encontró adaptación en castellano como diminutivo vihuela. El CORDE lo data en 1240 por primera vez en el Apol. En el Alex. no aparece este término. Devoto (1972: 302) “A pesar de las variantes gráficas — çihuella, viuda — o fonéticas — viola — , y los derivados violar, violador, el instrumento empleado por los cantores parece ser uno solo, la vihuela de arco (es decir, la viela). Sólo se especifica que sea de arco en la de Apolonio, pero no sería lógico que éste empleara instrumento diferente del de Luciana, después de haberla más o menos desafiado anunciando que podría él también tomar «la vihuela» ; y así opina Menéndez Pidal (Poesía Juglaresca y orígenes, pág. 41) : «La vihuela que toca Luciana es, claro está, la de arco » ; y la que tañe Tarsiana también debía ser de esta clase — la más noble — como aprendida en la 56 escuela”. Término que designa uno de los instrumentos principales en la obra. Con este instrumento surge el amor entre Apolonio y Luciana, pues él le enseña a tocarlo correctamente. Apolonio era un perfecto entendido de este instrumento y dominaba su práctica, como demuestra el hecho de afinar o tenprar el instrumento o de enseñar a Luciana. Violador: sust., ` El que sabe tocar la vihuela ´: 186d diola a Apolonio, hun buen violador. El DCECH indica que es voz procedente de violar ‘tocar la vihuela’ mediante el sufijo agentivo –dor. El CORDE lo data únicamente en el Apol., pero aparece también en el Alex. En Ber. no aparece violador pero sí violero. Devoto (1972: 293) “Apolonio es a la vez cantor y musicus, es decir, un músico práctico y un músico “por arte”, empleando esta última voz en el sentido que hoy damos a la palabra “ciencia”; pero es, sobre todo –y así lo siente y nos lo hace sentir el poeta- un musicus” Palabra referida a los tres protagonistas del poema, los cuales son tres violadores consumados. De nuevo se observa la presencia musical en los términos utilizados por el poeta. Violar: vb., - `Ttocar la vihuela´: 185c dixo que sin corona non sabrié violar // 190b que Apolo nin Orfeo mejor non violauan // 426d e sallió al mercado violar por soldada - “Tener acceso carnal con alguien en contra de su voluntad o cuando se halla privado de sentido o discernimiento” DRAE: 12a mas quando ál non puedo desque só violada// 418d que ganó los dineros y non fue violada El DCECH remite a violento, tomado del latín violentus, derivado de vis, `fuerza ´, `poder ´, `violencia ´. 1.ª doc.: Ber. Entre sus derivados está violar tomado de violare [Ber., Apol].. El CORDE lo data por primera vez en el Apol., este término no aparece en el Alex. Término musical. Esta acción se desarrolla por el músico que toca la vihuela, en este caso los tres protagonistas: Apolonio, Luciana y Tarsiana. Apolonio es el maestro Luciana, aunque esta ya sabía tocar la vihuela antes de encontrarse. Con Apolonio se convierte en experta. Tarsiana se ganaba la vida tocando su instrumento y Apolonio era un maestro profundado en el tema. 57 6. ANÁLISIS Y CONCLUSIONES Aceptada como punto de partida la tesis de Uría Maqua a propósito de la formación de los autores del Mester de Clerecía, no cabe dudar de que el desconocido autor del Apol. es un letrado, buen conocedor de esa formación cultural que le permitía estar al tanto de las fuentes latinas que más pormenorizadamente señala Corbella Nuestro propósito más inmediato será corroborar el dominio cultural que el autor muestra a lo largo de la obra a través del libro especializado, fundamentalmente en el ámbito de lo musical, que es en el que nos centraremos .con más profundidad. Después de estudiar el léxico que aparece podemos señalar la importancia de la cultura y más en concreto de lo musical. Todo esto se puede ver en los siguientes apartados. MÚSICA EN EL LIBRO DE APOLONIO Es de especial relevancia la presencia de la música en el Apol. Por una parte el desarrollo de la estructura narrativa se ve sometido a los giros que los elementos musicales imponen en la historia, pues está presente en los momentos más importantes del relato, así como el concierto de Apolonio en la corte de Architrastes, ya que gracias a él se convertirá en el maestro de Luciana o el reencuentro por parte de Apolonio y de Tarsiana. Por otra parte, la construcción de los personajes (concretamente Apolonio, Luciana y Tarsiana) tiene una base musical en donde los conocimientos les proporcionan grandes beneficios personales, por ejemplo, un nuevo hogar a Apolonio, pues pasa de naufragar a vivir en Pentápolin con la corte (después de demostrar su destreza y conocimiento musical) o la conservación de la virtud de Tarsiana y la conquista de su marido. La música, como se ve, elemento decisivo en la historia. El primer encuentro entre Luciana y Apolonio está enfocado totalmente en lo musical. Cuando ella intenta animar al naúfrago con su viuhuela él todavía se entristece más 9 , 160cd non podié Apolonio las lágrimas tener los conduchos que le daban no los podié prender y no es hasta que se pone una corona y comienza a tocar la vihuela cuando comienza a animarse. Además, es en este momento cuando su suerte cambia y el rey le ofrece ser el maestro de Luciana, hecho que desencadenará al amor entre ambos. Es decir, que la música es sanadora de 9 Apolonio lloraba y mostraba su melancolía, que afectaba más a los “espíritus nobles y cultivados” (Lacarra (1988:371)) según los médicos medievales. 58 Apolonio 10 y la encargada de dar comienzo una nueva e importantísima etapa en la vida del protagonista. Otro encuentro decisivo en el poema con la música se da en el momento en el que Tarsiana salva su honra en la mancebía gracias a sus habilidades musicales y consigue el amor de Antinágoras. El enamoramiento se inicia al verla pero es el momento del canto cuando estalla el amor: 431c el día que su boz o su canto non oyé conducho que comiese mala pro le tenié. De nuevo la música cambia los acontecimientos y los transforma en salvación y felicidad. La llegada de Apolonio a Mitiline está llena de paralelismos con la llegada a Pentápolin. Otra vez se encuentra sumido en la tristeza, ahora por la pérdida de su mujer e hija. Tarsiana no consigue calmar a su padre con su música, pero sí mitigar su tristeza. Los paralelismos en el poema entre los pasajes musicales son evidentes. Por una lado Luciana y Tarsiana intentan mitigar el dolor de Apolonia con sus instrumentos musicales, y, por otro, Apolonio y Tarsiana encuentran el amor gracias a la música. Es curioso que en un poema donde la música tiene un papel tan importante, el poeta sea, además, un experto conocedor de la misma. El poeta revela un dominio palpable de la música, en aquel momento parte substancial de la educación . Reúne los requisitos necesarios para conferir al texto el sentido y la sensibilidad musical que requiere. El autor es conocedor de la parte teórica musical y de la práctica, como demuestra el léxico y el sentido musical empleado. A la parte práctica corresponden los ejemplos: 185 b priso una viuela e sopo la bien temprar , 188 c fue trayendo el arco egual e muy pareio, 189 a fue levantando hunos tan dulces sones, pues aquí se observa claramente cómo Apolonio domina el instrumento y es capaz de tocarlo, además de enseñar su práctica (a Luciana) y de comentar cómo es la praxis de un violador (comenta cómo la actuación de Luciana en el palacio de Architrastes: 183 ab Tu fija bien entiende una gran partida, A comienço bueno e es bien entendida 10 Lacarra (1988:372) afirma que “la tradición de la mesoterapia venía de lejos y San Isidoro lo recuerda con claridad en las Etimologías” al hablar de las capacidades musicales que debía tener un médico, pues se conocen casos en los que la música ha sanado a enfermos. 59 La práctica musical queda reflejada, también, en la utilización de términos como tenprar. 178b tenpró bien la vihuella en hun son natural 185b Priso huna viuela y sópola bien tenprar El poeta sabe que Luciana debe tenprar, y que además debe hacerlo en hun son natural, es decir, es conocedor de lo que debe hacer el músico antes de tocar y cómo debe de hacerlo. Como apunta Devoto (1972: 293) “la voz natural se aplica hasta hoy a las notas no alteradas que componen la gama diatónica, que también se llamó por eso « natura » ; y en el antiguo sistema exacordal, los exacordos podían ser «naturales» o «por natura» (do-la), « por becuadro » (sol-mi) o « por bemol » (fa-re), y ya se sabe el uso consiguiente de la expresión « sot (o « fol ») par nature, par bémol et par bécarre », es decir, completamente. Pero el sentido de la voz en el Apolonio — y para un término que « naoe de música » ya son bastantes — va más lejos : natural «aplícase también a los intervalos justos (quinta justa o natural) » (Pedrell, Diccionario, s. v.).” Se debe sumar a la realización práctica, todo el vocabulario referido a los tipos de cantos (algunos de ellos de carácter religioso, como era común en el mester de clerecía: laude y responso ) y composiciones poéticas: viessos, sones, trobetes, versetes, romance; términos propiamente musicales: dobles, devaladas, puntos, semitotes,…; instrumentos: rota, giga, vihuella, salterio. Todo este repertorio demuestra el conocimiento musical teórico. APOLONIO, LUCIANA Y TARSIANA: PROTAGONISTAS INSTRUIDOS Es evidente que los tres protagonistas del poema han recibido una formación académica como se ve en el “simbolismo de los gestos y las actuaciones, la estética musical, el ideal caballeresco y la distinción entre lo verdadero y lo falso” Corbella (2007: 40). Los personajes tienen unas características poco definidas, es decir, no se representan físicamente y no se dan características intrínsecas de la personalidad propia de cada uno. Se representan de una manera prototípica, entre los cuales queda, esto si, claramente dibujado quién representa el bien y el mal. APOLONIO Corbella (2007:41) afirma que “Apolonio es tratado como un héroe mítico, que sirve de modelo para imitar e igualar a los antiguos con grandes y brillantes hechos”. Los acontecimientos no acaban con él, todo lo contrario, consigue superarlos gracias a sus conocimientos. El poema realiza el retrato de un intelectual en el que el amor por el saber es principal, tanto es así que en el conocimiento ha encontrado grandes recompensas y felicidad. Persigue la fama, es 60 ambicioso, pero es noble y generoso y no es un hombre de armas, sino de letras. Como dice Corbella (2007: 72) es el prototipo de rey que describe Alfonso X en las Siete partidas: Acusiose debe el rey seer en aprender los saberes, ca por ellos entenderá las cosas de raíz, et sabrá mejor obrar en ellas, et otrosí or saber leer mejor guardar sus paridades et seer señor de ellas…Et aun sin todo esto por la escritura entenderá mejor la fe, et complidamente rogar a Dios, et aun por leer puede saber pasados, de que aprenderá muchos bien los sabios sabrá mas por el mesmo los fechos granados buenos exiemplos. Et non tan solamente tovieron por antiguos que los reyes sopiesen leer, mas aun que aprendiesen de todos los saberes para poderse aprovechar dellos. Apolonio representa, también, las características cortesanas y caballerescas como el respeto por las jerarquías sociales, la fama y el honor. Ya desde la primera estrofa del poema se hace referencia la cortesía del rey como una característica intrínseca a él: 1d del buen rey Apolonio y de su cortesía. Uría (2000: 129) afirma que la cortesía no solo consistía en buenos modales, sino en una serie de virtudes externas que se traslucen gracias al buen comportamiento: dignidad, sentido del honor, humildad. Alvar (1984:45) indica que la cortesía implica una serie de conocimientos que pulen la figura del hombre: “historia, filosofía, derecho, aritmética”. Es evidente que Apolonio es un hombre ilustrado y, por lo tanto, poseedor de esta importante característica de la época. El respeto por las jerarquías sociales se presenta en el concierto en el palacio de Architrastes. Cuando toca la vihuela pide una corona, pues, tiempo atrás, él acostumbraba a tocar este instrumento con la corona puesta. Por otro lado, en todo el desarrollo de los acontecimientos tiene muy clara su condición de rey, y ante los sucesos venideros debe comportarse como tal. Esta es la jerarquía que sigue el protagonista, es decir, sabe que él representa lo más alto de la escala y, por lo tanto, debe comportarse como tal. El sentido de la fama se hace presente cuando el pueblo de Tarso desea hacerle una estatua a Apolonio; de esta manera su figura perdurará a lo largo de los tiempos y las generaciones venideras tendrán conocimiento de la vida y virtudes del protagonista. Es sabido que Apolonio era un rey docto e instruído. Se dice que era de letras profundado/ por solver argumentos era bien doctrinado. La aventura comienza cuando intenta resolver el enigma que termina solucionando. La resolución sigue unas pautas lógicas, no lo resuelve gracias al azar sino al conocimiento. Lo hace porque sabe, ha estudiado. Como dice Alvar (1984:47) “Apolonio era 61 ducho en las artes retóricas, pues la adivinanza y la respuesta no eran otra cosa que una forma de controversia (…); el discurso dialogado que dará origen a los mil diálogos, preguntas, respuestas, etc., tenía una manifestación de sus razonamientos lógicos en la adivinanza y la solución”. Era Apolonio, entonces, conocedor de la lógica y de la retórica. Es indicativo el grupo de sinónimos referidos a adivinanza: argumento, cuestión, razón, demanda, vieso, pregunta. Excepto adivinanza, las demás palabras nombradas proceden del campo de la retórica y de la poética. En el poema son muchas las alusiones al conocimiento por parte de Apolonio. Cuando el rey Antioco le da un plazo de treinta días para resolver de nuevo el enigma, nuestro rey se encierra en su biblioteca y busca de la verdad. Allí leyó sus libros, es decir, era capaz de leer y, no solamente eso, como se decía en el comentario de la palabra leer, además, lo hacía en voz alta, que es la práctica habitual de los maestros. Es decir, hace lo que ha visto hacer a sus docentes. En este pasaje se enumeran los libros que consulta, entre los que se encuentran sus escritos y sus estorias notadas, es decir, anotadas, glosadas. Como dice Alvar (1984: 47), estas anotaciones sobre el contenido de las historias “era la aplicación de la gramática (un filología incipiente) a la comprensión de los historiadores”. Por otra parte, consulta las fazanias passadas, Alvar (1984:46) “el estudiante medieval encontraba en los viejos historiadores los ejemplos para su erudición”, es decir, Apolonio tiene consciencia de que existe una historia antigua donde puede encontrar la solución al comportamiento del rey, esto es, es conocedor de una bibliografía (la cual posee) y es capaz de consultarla. Como se ve con todo lo comentado, Apolonio es conocedor de las artes del trivium y además domina a la perfección una de las del quadrivium: la música. Se nos presenta al rey como un perfecto tañedor de la vihuela, esto es, conoce la parte práctica musical y la ejecuta de una manera excelente. Además, cuando Luciana toca para él, Apolonio comenta su actuación pero no en cuanto a la praxis, sino que su comentario se centra en el arte de la música. Como afirma Devoto, Apolonio es “a la vez un cantor y un musicus, es decir, un músico práctico y un músico científico”. La herencia escolástica, tan presente en escuelas catedralícias e universidades, nos presenta a un héroe en el que la razón y la fe se unen para luchar contra el mal. La fe cristiana inunda las acciones del protagonista, quien sigue el camino del bien aunque esto suponga mayores sacrificios y pesares. Pero este esfuerzo cristiano le reportará todo aquello que desgraciadamente ha ido perdiendo durante los años. El retrato de Apolonio queda cerrado. El lector sabe que es un rey instruido, pues se 62 demuestra que domina el trivium y la parte musical del quadrivium; es un hombre de letras no de armas, para quien el conocimiento es el arma más importante y valiosa. Además, su comportamiento cristiano le confiere unas características morales que lo acercan al bien y a la recompensa. TARSIANA La habilidad musical de Apolonio y Luciana es heredada por Tarsiana. Pero esta habilidad no sólo es algo genético, pues Tarsiana sigue una educación clásica en la que la música es una parte esencial. Tarsiana a los doce años ya domina todas las artes porque desde los siete estudió en la escuela. 350 c Apriso bien gramática e bien tocar viuela 352 ab Quando a xii anyos fue la duenya venida, sabia todas las artes, era maestra complida El saber de la palabra hace que su poder de convicción sea determinante en el pasaje del burdel junto a Antinágoras, no sólo no le disuade de su deseo sino que le ofrece el doble de dinero que estaba estipulado. Dominaba el arte de hablar bien, el de razonar, el de convencer con sus palabras, es decir, las artes del trivium. Al igual que su padre, no solo era tañedora, es decir, conocedora de la parte práctica musical, sino que era conocedora de la teoría o ciencia musical. Era algo más importante que una simple estudiante de música: se había convertido en musicus. Dominaba, también, una de las partes del quadrivium: la música. La música tiene un papel decisivo en su vida. En primer lugar, la música es la que le salva de la pérdida de su honra en el burdel. Comienza, así, una etapa de éxitos como juglaresca cantando romances compuestos por ella misma inspirados en su propia historia. En segundo lugar, Tarsiana encuentra el amor gracias a su profesión como música. Su enamorado ya se había fijado en ella pero es como juglaresca como Antinágoras se rinde totalmente al amor. En tercer lugar, la música es el elemento que le hace reunirse con su padre después de que él pensara que había perdido a su hija. Apolonio tras escuchar a Tarsiana descubre su alto linaje, pues la perfecta ejecución de la joven y el conocimiento teórico musical manifiestan su buena enseñanza. Como afirma Uría (1984: 259), la Iglesia tuvo una visión totalmente negativa de los juglares, hecho que cambia en el siglo XIII cuando los moralista y los legisladores reconocen diferentes tipos 63 de juglares atendiendo al repertorio literario que ejecutasen. Tarsiana, gracias a su dominio musical, puede ejercer de juglaresa, pero en este caso su oficio tiene un gran valor moral. Como ella dice: 422 cd otro mester sabía que es más sin pecado que es más ganancioso e que es más onrado. Tarsiana es músico de plaza y Apolonio, músico de cámara. Su nueva profesión se dignifica al salvarla del prostíbulo, además de por los conocimientos musicales que ella poseía. También, la juglaresa canta viessos, sones, versetes y romances, todas ellas composiciones literarias de peso y la viola que ella utilizaba era la de más lato rango, tal y como se estudiaba en la escuela. LUCIANA Es evidente que Luciana ha seguido una enseñanza cuidada pero, después de tocar la vihuela para consolar a Apolonio, este manifiesta que Luciana no tiene la experiencia suficiente: 183 tu fija bien entiende huna gran partida, á comienço bueno y es bien entendida, más aún non se tenga por maestra complida: sio dezir quisiese, téngase por vençida Es entonces cuando Apolonio acepta la propuesta de convertirse en su maestro para que ella adquiera mayor maestría. Tras las lecciones, Luciana enfermará de amor, llamado en la Edad Media amor hereos. Lacarra (1988: 371) asegura que este podría ser el primer caso de la literatura castellana. Su debilidad le obliga a permanecer en la cama hasta que su amor, Apolonio, manifiesta el deseo de casarse con ella. EL AUTOR El trasfondo cultural que ponen de relieve los personajes del Apol. es la manifestación de la amplia formación académica del poeta. Es sabido que el texto del Apol. se remonta al s. III, pero el libro del s. XIII muestra las características propias de la Edad Media, es decir, que el poeta ha dejado su sello personal en el texto que se estudia. Una de las características medievales que introduce el autor es elemento religioso que envuelve todo el relato. Como apunta Corbella, el Apol. se “convierte en una verdadera apología cristiana”, donde se confiere una gran importancia a los valores morales y a la buena actuación de los 64 personajes. El desarrollo de los acontecimientos nos muestra a un héroe cristiano, donde priman los altos designios providenciales. Este es una clara consecuencia de la escolástica, donde la razón está subordinada a los designios e la fe. Otro elemento puramente medieval es el estudio de las artes liberales. Se valora más en el monarca su sabiduría que su fuerza. Es el prototipo de rey que describe Alfonso X en las Siete partidas (ver supra). El texto ofrece datos para saber que Apolonio ha estudiado las artes del trivium y alguna del quadrivium (música). Pero este saber no es ficticio ni solo pertenece al personaje, es el autor el que pone en boca de Apolonio estas palabras. El poeta sabe lo que se dice y conoce perfectamente lo que está manejando. El vocabulario utilizado, los tipos de instrumentos, las diferentes formas de afinar un instrumento, demuestra que el poeta es un prototipo de sabio de clerecía, un clérigo de verdad que se mueve en un ámbito de ordenada sapiencia musical. El poeta se inscribe en una concepción perfectamente clara de la música considerada como una de las actividades rectoras del conocimiento humano y, por lo tanto, básicamente educativa y formativa. Después de analizar el léxico relacionado con la formación académica del Libro de Apolonio se puede asegurar que el poeta del mismo era un clérigo, como lo demuestra el carácter culto y la intención moralizante de la obra . No fue un mero traductor o adaptador de la obra ya existente, sino que imprimió al poema una nueva expresión característica de la Edad Media. Demuestra con su dominio que era una persona instruida, que había cursado el trivium y quadrivium. Poseía una especial debilidad por la música, la cual está continuamente presente en el poema, manifestando su capacidad práctica y teórica, pues pone en boca de los personajes conceptos teóricos propios del musicus y de la realización práctica propios de un cantor. La descripción minuciosa de las notas que van saliendo de los instrumentos musicales, los calificativos tan certeros para las melodías y tonos, los diferentes modos de afinar los instrumentos o las distintas composiciones musicales hacen reconocible su formación musical. Además, la utilización de diversos términos referidos a la lógica y a retórica en el pasaje de la adivinanza de Antíoco, muestra su control sobresalientes en las artes del trivium. Por otro parte, el tono moralizante le une a la tradición escolástica medieval, donde la razón estaba al servicio de la fe. Son continuas las alusiones a Dios y las breves, pero significativas, explicaciones en las que comenta el poder del bien y los desastres del mal. Hace que el comportamiento de los personajes sea claramente evangelizador: el que sigue el bien tiene su recompensa. 65 ORDENACIÓN TEMÁTICA DEL LÉXICO ACTIVIDAD MENTAL asmar, cuydar, comedir, penssar. BIEN HACER acabado, adobado, cortés, cortesía, onrado, reptar FORMACIÓN ACADÉMICA arte, argumente, adeuinança, clérigo, connyosciençia, concluyr, copla, demanda, diçipla, dictado, dictar, ensenyado, ensenyar, entender, entendido, escribano, escribir, 66 escrito, escolano, escuela, estudiar, estudio, física, leyer, libro, maestría, maestro, notado, predicar, profundado, proverbio, raçonado, razón, recudir, reptar, saber, sabidor, seso, solver, terminar MÚSICA: cantar, copla, debayladas, doblas, giga, laude, natural, son, puntos, 67 ortados, rota, semitones, tenprar, tocar, vihuella, viola, violador, violar. POESÍA: assentada, copla, rimadas, romance, trobete, vieso. 68 BIBLIOGRAFÍA ALVAR, Manuel, (1984) Libro de Apolonio. Madrid, Castalia. CORBELLA DÍAZ, Dolores, (2007) Libro de Apolonio, edición de Dolores Corbella Madrid, Cátedra. CORBELLA DÍAZ, Dolores, (1986) Estudio del léxico del Libro de Apolonio. Tenerife, Secretariado de Publicaciones de Universidad de la Laguna. 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