ETICA REACCION A LOS ESCRITOS DEL DOCTOR MARTIN LUTERO, EXHORTACION A LA PAZ Y CONTRA LAS ORDAS LADRONAS Y ASESINAS DE LOS CAMPESINOS. INTRODUCCION. Las problemáticas sociales están a la orden del día en todo el mundo y se manifiesta por medio de reivindicaciones, conflictos y violencias. En este mundo convulsionado le tocó vivir al cristiano y en él está obligado a confrontar graves problemas existenciales. Varias preguntas salen a flote: ¿Debe o no debe aprobar tales movimientos? ¿Debe o no darles apoyo? ¿Puede o no participaren ellos como cristiano? En el tiempo de Lutero una clase oprimida se levantó en armas para tratar de eliminar injusticias y barreras sociales; en nombre de la religión cristiana fueron cometidas muchas atrocidades y se derramó mucha sangre de personas inocentes. Había un gobierno centralizado por príncipes que exigía una burocracia especializada, que a su vez necesitaba conseguir recursos aumentando los impuestos a costa de los campesinos. La Biblia con sus enseñanzas vistas desde el punto de vista de estos campesinos despertó expectativas hacia la implementación de reformas sociales, políticas y económicas. Desde luego que cualquier grupo que se sienta vulnerado en sus derechos, o marginado por los entes sociales, o sin oportunidades respecto a las fuentes de trabajo y por ende al escalamiento social en busca de mejores posicionamientos; agudizará su vista y se centrará en las enseñanzas bíblicas que proclaman justicia social y equidad. Sorpresivamente en los tiempos del doctor Martín Lutero la revuelta no provino de los campesinos que se encontraban en un estado de miseria, sino que esta se desató por convicción de los más acomodados que pretendían obtener por medio de la revuelta derechos políticos más acordes con su posición económica. Recordemos el adagio que en río revuelto ganancia de pescadores. Lutero, que era un hombre tozudo, provisto de arrojo y valentía, suficiente como para enfrentarse al Papa León X con sede en Roma y al Emperador Carlos V de España sin mostrar miedo, cosa que hasta entonces nadie se había atrevido a hacer; frente a la situación desatada tuvo eco en todos los descontentos. Posicionamiento de la revuelta: En el año 1525 fueron elaborados doce artículos donde los campesinos de Suabia hacían sus reivindicaciones: 1. El derecho a elegir a sus propios pastores. 2. La abolición del pequeño diezmo (sobre hortalizas), pero no al diezmo grande sobre cereales. 3. La liberación de los siervos, puesto que todos los hombres fueron redimidos por la sangre de Cristo. 2 4. Libertad para cazar y pescar. 5. El derecho de cortar leña en el bosque para el consumo doméstico. 6. Restricción de servicios compulsivos 7. Paga por trabajo extra, fuera de aquel que estipulaba el contrato. 8. Reducción de los arriendos. 9. Eliminación de castigos arbitrarios. 10. Restitución de los pastor y campos que habían suido tomados a las comunas. 11. Abolición de la taza de herencia, por la cual las viudas y los huérfanos quedaban privados de su herencia. 12. Todos estos artículos deberían ser examinados sobre la base de las Sagradas Escrituras y los que no concordasen serían eliminados. Posición de Lutero. Manifiesta que la insurrección es una manera estéril de actuar y nunca resulta en la forma deseada. La insurrección actúa de modo irracional y generalmente hiere más al inocente que al culpable. De ahí que jamás una insurrección es justa, no importa cuan buena sea la causa en cuyo interés esté hecha. Para apoyar su posición citaba con mucha frecuencia a Romanos 13 y subsiguientes y Primera de Pedro 2:13. “La obediencia a las autoridades es un mandato de Dios”. La Iglesia tenía la función de cuidar las almas de los hombres y el Estado había sido instituido para refrenar la maldad y controlar a los perversos para que el Evangelio pudiese ser anunciado sin impedimentos. Lutero, consideraba preferible el gobierno de cualquier tirano, respecto al de la turba. El tirano tenía raciocinio y la turba “irraciocinio”. Según Lutero, el error de los campesinos era que confundían el campo espiritual con el terrenal, dando interpretación política, social, económica y material al Evangelio, cuyo campo de acción era muy distinto, puesto que el Evangelio está para llevar la relación entre Dios y el ser humano y los campesinos obraban en nombre de Dios como dioses. Temor de Lutero Su temor era que sus amigos los campesinos revoltosos en pocos días perjudicarían más a la propagación del evangelio, que lo que el Emperador, El Papa, toda la Jerarquía romana y todos los Príncipes católicos reunidos no habían conseguido hacer, en siete años. Doble ánimo de Lutero. Frente a los príncipes dijo que consideraba como justa buena parte de las reivindicaciones de los campesinos y los hizo culpables de la ira de Dios y agrega que no son los campesinos los alzados; sino Dios mismo. A los campesinos se dirigió condenando con violencia todo su movimiento. Desde otro punto de vista, para Lutero había gran culpabilidad de los profetas que se mezclaban con el populacho o pueblo. Por otro lado, desde los diferentes entes gubernamentales consideraban que lo que estaba ocurriendo era consecuencia de las enseñanzas de Lutero. Lutero como conciliador. Es interesante mirar a Lutero desde los diferentes puntos de vista, dentro de los cuales se nota un afán y un deseo apresurado por el momento que se está viviendo, hacia el propósito de alguna manera incidir en apaciguar los ánimos y evitar el sufrimiento, las injusticias, los atropellos y derramamiento de sangre que traen las confrontaciones,3 venga de donde vengan. Para el efecto colocó siete puntos que bien pudieron hacer que llegara la paz. Estos fueron: 1. ¿Por qué os queréis meter en peligros, si de otra manera a las buenas podéis promover el bien común? 2. El nombre, ni la palabra de Dios debe ser usado inútilmente o erróneamente 3. Tomar la palabra junto con la espada es un error, no hay excusa que avale el mal. 4. ¿Quién es peor ladrón? El que quita al otro gran parte de sus bienes, o quien le quita todo incluso la vida. Por esto los campesinos eran más ladrones que la autoridad. 5. No se debe proyectar el nombre de Dios sin ser hijos. 6. Si no quieren someterse a Cristo, mejor tomen otra bandera. Si no queréis soportar la ley, mejor será que depongáis también el nombre de cristiano, y os gloriéis de otro, adecuado a vuestro proceder, o Cristo mismo arrancará de vosotros su nombre, lo cual os será imposible de sobrellevar. 7. No a la violencia, nuestro Señor Jesucristo le ordena a Pedro volver la espada a su lugar. Respecto al punto sexto de Lutero es bueno adicionar: Las situaciones presentadas en el momento vivido por Lutero, hicieron posible el razonamiento crítico de quienes toman el nombre de Cristo para imponer sus pensamientos, ideas y desviaciones de todo tipo. La pregunta que sale a flote es: ¿Por qué utilizar la Biblia y el nombre de Cristo para lograr sus ideales políticos, de clases sociales y de gustos personales, entre otros? ¿Por qué no más bien crean una ONG o algo parecido para establecer su puntos de vista y luchar por ellos, en vez de tratar de acomodar las Sagradas Escrituras, creando repelencia y estupor ante la Entidad o Entidades que representan, llámense campesinos u otros?. Verdaderamente lo que dijo el doctor Martín Lutero en su momento, tiene vigencia hoy y siempre. Argumentos de Lutero: Manifiesta que nuestro Señor Jesucristo cuando en la cruz, cerca de perder la vida, encomienda la causa al que juzga justamente y tolera esa intolerable injusticia. Lo que hizo fue interceder a favor de sus perseguidores y pidió perdón por ellos. Entonces dice Lutero: Vosotros si sois verdaderos cristianos debéis actuar en la misma forma y seguir este ejemplo; sino lo hacéis deponed cuanto antes el nombre de cristiano y la jactancia respecto a la ley cristiana; pues entonces está a la vista que no sois cristianos, sino contrarios a Cristo. De otro lado él se coloca como ejemplo, dice: que cuando más fue perseguido por el Papa, nunca empuñó la espada, sino que lo encomendó a Dios. Termina diciendo Lutero: Respecto a este asunto, mis estimados amigos, les pido que renunciéis al uso del nombre de Cristo y desistáis de gloriaros de la ley cristiana (claro, para apoyar causas extrabiblicas). Todos los que creen en Cristo deben llegar amarse mutuamente, buscar la paz, guardar paciencia y propugnar la unión. Las Hordas Campesinas. Centenares de castillos y monasterios fueron saqueados o destruidos por las Hordas descontroladas. El 16 de abril, un grupo de campesinos bien armados atacó a Weinsberg. El Conde y la pequeña guarnición de 18, se rindió. Los insurrectos masacraron a los 19 ante los ojos de la Condesa y de sus hijos. Provocaban matanzas impunemente, a lo mejor, porque les parecía divertido hacer uso del poder que al fin habían logrado. Por esta razón Lutero los condena categóricamente, aludiendo tres razones: 1. Quebrantaron el juramento de obediencia a las autoridades 2. Se hicieron ladrones y asesinos 3. Trataron de encubrir sus crímenes con el nombre de Cristo, blasfemando así contra Dios; es decir que honraron al diablo como muchos/as hacen hoy, cubriéndose con el Evangelio. Thomas Muzer era el diablo principal. Este daba más valor a sus sueños y a su iluminación o causa interior, que a la palabra revelada por Dios; por esto para Lutero era considerado instrumento diabólico. Lutero insta a los gobernantes a usar el poder que Dios les ha dado para mantener el orden y proteger la vida de sus súbditos. Significaba esto, eliminar la rebelión lo más rápido posible a cualquier precio. Dice Lutero que, las turbas revoltosas son como perros rabiosos o incendios que cuanto antes sean apagados tanto mejor y la compasión que permita la propagación del mal es un crimen contra los inocentes que son víctimas de los insurrectos. Acotó finalmente Lutero: Tan extraños son los tiempos actuales, que un príncipe puede ganarse el cielo derramando sangre, mejor que otros pronunciando oraciones. Los campesinos no contentos con ser ellos mismos presa del diablo, aún obligan y fuerzan a mucha gente piadosa, contra la voluntad de estos, a plegarse a su diabólica liga, haciéndose así partícipes de toda su maldad y condenación; pues quienes hacen causa común con los desviados, van a parar también junto con ellos en manos del diablo y se hacen culpables junto con ellos de toda fechoría que ellos cometen. Respuesta a las preguntas: 1. ¿Qué dice Lutero con relación a los conflictos y a la paz en su época? Los conflictos no son buenos, ni aconsejables, por más justificados que parezcan. Cuando estos ya están hay que agotar todo esfuerzo para hacer que las partes se sientan culpables y desistan de agredirse y agredir inocentes y buscar conciliación entre las partes. 2. ¿Qué decimos nosotros hoy? Hoy, inmergiéndonos dentro de las vivencias conflictivas que estamos soportando desde hace unos cincuenta años, sin desconocer los que en la vida cotidiana ocurre en los hogares, en el trabajo etc. Tenemos que concluir que los conflictos son inevitables y por tanto desde el campo personal se debe propiciar la conciliación a través del diálogo para lograr la paz y así evitar el sufrimiento y el derramamiento de sangre de los/as personas inocentes. Como Iglesia, esta nunca debe estar para apoyar la insurrección de ningún grupo, llámese como se llame; sino que debe salir al paso para propiciar la 5 conciliación entre las partes, enfatizando el diálogo, entendido este como: estar dispuestas a sustentar sus ideas sin autoritarismos; que trataran de comprender otros puntos de vista y aprender unos de otros. Desde otro punto de vista, la Iglesia de la misma forma como Lutero lo dijo en su momento, no debe tomar, ni el nombre de Cristo, ni la palabra consignada en las Sagradas Escrituras para promover ideales personales, o de ningún grupo, llámese como se llame. Lutero afirmó con buena pluma, no podemos tomar la religión para blasfemar contra Dios u obrar erróneamente en contra de él, pues sería mejor renunciar antes a ser cristiano/a. Finalmente al igual que Lutero en su época, tenemos que pedir a toda la cristiandad que el nombre de Dios no se use erróneamente, es decir, para favorecer o apoyar cualquier grupo o denominación, pasando por encima o, haciendo caso omiso de lo que manifiestan las sagradas Escrituras y tratando de hacerlas decir lo que no dicen. Si no quieren someterse a Cristo, mejor tomen otra bandera. Si no queréis soportar la ley, mejor será que depongáis también el nombre de cristiano: “Lutero” Pastor GUSTAVO TORRES GOMEZ Magister y Candidato a Doctor en Estudios Teológicos Miami International Seminary